1928, la reforma olvidada, diario la tercera domingo 19 abril 2015

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LATERCERA Domingo 19 de abril de 2015

RR Foto de la antigua

Academia de Bellas Artes. FOTO: ARCHIVO MAC.

COLUMNA

Una olvidada reforma

Por David F. Maulén

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artistas deben volver. De todas formas hubo consecuencias: por decreto, la Academia de Bellas Artes comienza a funcionar bajo el alero de la U. de Chile y el museo queda a cargo de la recién creada Direccion de Archivos, Bibliotecas y Museo (Dibam). Fue quizás en esa época que el edificio fue físicamente dividido, aunque nadie sabe a ciencia cierta quién mandó a tapiar la puerta. “El pintor del grupo Rectángulo Gustavo Poblete me contó que fue Luis Vargas Rosas (director del Bellas Artes entre 19461970) quien habría decidido poner una separación”, cuenta el investigador del arte David Maulén. Sin embargo, el periodo del que se habla es posterior al verdadero cierre. Lo que sí es seguro, es que en 1931, con la caída de Ibáñez del Campo, los antiguos artistas del Salón del 28 vol-

vieron a tomar el control de la Academia, liderados por el precursor cubista y maestro de Roberto Matta, Hernán Gazmuri, y algunos de los becados que, a la vuelta, seguían prendados a un arte moderno, como Gustavo Carrasco, Ana Cortés y Marco Bontá. En 1969, un gran incendio destruye el tercer piso de la Escuela, y todos emigran a la actual sede de la calle Las Encinas, en Macul. Cinco años después, el Museo de Arte Contemporáneo hereda el edificio y también su cierre. “No hay una sino varias puertas. El edificio está unido en sus tres niveles. De hecho hay un segundo pasillo, que me gusta más, con una escalera hacia una rotonda y que ahora es un depósito del Bellas Artes”, revela Brugnoli. También se cuenta que en 1975, la escultora Lily Garafulic, quien toma la dirección

del museo ese año, habría corrido el límite del cierre. “Ella tenía un taller de pintura en la escuela que quiso conservar y lo traspasó hacia su nuevo lugar de trabajo. Hoy es el auditorio del Museo de Bellas Artes”, dice el investigador y académico Gonzalo Arqueros. Sin duda, con la puerta, se abre también una nueva era para ambos museos. Así, por lo menos, lo adelanta, Roberto Farriol, director del Museo de Bellas Artes. “El que la puerta se haya abierto con motivo de la gratuidad de los museos es muy simbólico. A la comunidad la hace sentirse cada vez más parte. Además, con Brugnoli vamos a trabajar juntos. Tenemos casi listo un documento para hacer una exposición que une las dos colecciones y que en el 2016 recorrerá distintas regiones del país”.b

esde 1920 se produce en Chile un movimiento de profesores normalistas que defendían las tendencias de la “escuela nueva“ o “escuela activa“. En 1924, por consenso general, deciden comisionar al pintor, músico y profesor Carlos Isamitt para que investigue en Europa nuevos modelos de enseñanza de las artes. Para inicios de 1925 este movimiento proponía una nueva Constitución, y que su núcleo fuera una reforma educativa. El Presidente Arturo Alessandri desoyó estas ideas, no así su ministro Carlos Ibáñez. Como Presidente, Ibáñez en 1928 decreta la Reforma de todo el sistema a cargo de los mismos docentes normalistas. Así, a su regreso, después de analizar 300 planes de estudio, Carlos Isamitt es nombrado director de la enseñanza artística. La orientación del nuevo modelo sintetizó las vanguardias del arte de los años 20 junto al estudio comparado de diferentes culturas, impulsó la enseñanza de las nuevas tecnologías y el diseño, y además reflexionó de manera decisiva en las variables culturales propias. A la fecha ha sido la mayor coyuntura de vinculaciones entre arte, ciencia, tecnología y sociedad en Chile. Sin embargo, la reforma fue considerada demasiado radical por sus detractores, entre ellos Pablo Ramírez, quien interrumpe los cam-

bios en octubre después de ser nombrado doble ministro de Economía y Educación. En enero de 1929 interrumpe la reforma de la nueva Escuela de Arte becando a Europa a un grupo de artistas que en general habían estado en contra de los cambios, o simplemente no tenían la capacidad para entenderlos. La exigencia general de la época era implementar una educación artística para lograr que los creadores fueran protagonistas de este nuevo país. Se planteó por ejemplo suprimir pintura y escultura e investigar el cine como un lenguaje autónomo. Como consecuencia inmediata se decidió que la enseñanza del arte debía entrar, por primera vez en América Latina, a la estructura de la investigación y desarrollo aplicado que caracteriza a la universidad; sin embargo, la gente que hizo esta formulación fue despedida o renunció –incluyendo un grupo de profesores extranjeros–, y los nuevos profesores de 1930 fueron los becarios cercanos al ministro Ramírez, quienes nunca relataron el proceso que llevó a 1928. En 1968 (40 años después), en el mismo edificio, profesores jóvenes dictaban asignaturas de forma y espacio, y forma y color como las de 1928, creyendo que era la primera vez. Investigador de arte y tecnología. Ganó un Fondart para estudiar este tema.