ARQUITECTURA Y NATURALEZA AMOR Y EROS

ARQUITECTURA Y NATURALEZA
AMOR Y EROS




Síntesis general:
La arquitectura como expresión visual del sentimiento humano, en el
sentido más profundo. Se refiere al sentimiento del amor en un sentido
filosófico y también mitológico. Este discurso apunta mostrar que lo que
llamamos inspiración en la arquitectura, se asemeja al enamoramiento
entre las personas. Hace referencia a la interrelación en un nivel de
alto compromiso, no un contacto superficial.


.........existe.......una teoría según la cual amar significaría buscar
la propia mitad; pero mi discurso dice que el amor no aspira ni a la
mitad ni a lo entero, si no al caso que sea de todos modos un bien
.....(Platón, "El Banquete".)


Los amantes, poniendo en obra toda la astucia de la seducción,
transforman la relación erótica en una estrategia amorosa, que se sirve,
bajo la iniciativa de uno o del otro, de la fascinación de la belleza,
de la dulzura de las palabras, para lograr un acuerdo deseado entre
ambos. Entre ellos no hay distancia, no hay pausa.


Pareja amorosa, dicotomía sexual, o al menos dualidad de los compañeros
y de sus roles. La relación erótica constituye para cada individuo un
lanzamiento que lo lleva hacia un otro, que lo arroja hacia un otro de
sí. Es la experiencia de la propia incompletud, en cuanto que confirma
la imposibilidad de limitarse a sí mismo, de contentarse con lo que uno
es, de adueñarse de la propia particularidad, la propia unidad
individual. Se trata de buscar desdoblarse en el otro y por medio del
otro, objeto del deseo amoroso.


Relación especular: la visión , la mirada, el espejo, el enamorado que
busca en el amado su propio reflejo. En el espejo iniciático, nuestra
imagen reflejada se delinea como una máscara que, en frente nuestro,
mira hacia nuestro lugar. Esta máscara nos indica que no es allá donde
estamos, y que debemos buscarnos entre los otros, para lograr
alcanzarnos a nosotros mismos.


La concepción del Eros a veces es presentada como instrumentalista: una
de las mayores objeciones al instrumentalismo, es el rechazo a
considerar referenciales las proposiciones amorosas; este es mi
problema: es necesario lograr explicar como si fuese un cálculo formal ,
y no hacer un juicio acerca del contenido de las afirmaciones amorosas.
Quisiera que pudiera ser considerada "una estrategia apropiada para
perseguir la verdad, para hallar lo verdadero".






Una posible respuesta al problema sería una forma de instrumentalismo en
sentido estricto, donde "las implicaciones ontológicas del amor no son
puestas en aquellas partes del amor que usamos habitualmente, sino más
bien en aquellas proposiciones que son usadas para establecer
confiabilidad en el amor en sí mismo".


En este sentido el amor es un agente de transformación en un triple
nivel alegórico:
Fuego de lo consabido y de la iluminación.
Fuego del amor.
Fuego no tan alegórico pero elemental, que coce la materia para
ayudarla a desembarazarse de su escoria y acelerar así su evolución
hacia el estado ideal.


Se trata de poner a la vez, al mismo tiempo, fenómenos opuestos.
Pero hay un conjunto de costumbres por las cuales nos hemos habituado a
considerar todo separadamente. En definitiva podríamos ver lo verdadero
de las cosas si realizáramos dicho acercamiento.


El mundo del hombre es aquello de la imaginación, y en consecuencia,
aquello de la libertad. Un mundo en que el individuo ha conquistado el
poder de rehusarse a obedecer sentado, quieto, ciegamente a cada
impulso orgánico.
El impulso no actúa por imágenes interpuestas. Las variaciones pueden
ser también de otro género: filosóficas, musicales, pictóricas,
gráficas, o también variantes mitológicas.


Estas variaciones son posibles porque el tema de una gran filosofía, de
una gran arquitectura o mitología, es siempre una realidad dotada de
múltiples aspectos, que no se agota completamente en alguna de sus
variantes.


En la arquitectura, como realidad que se ofrece al espíritu, realidad
espiritual, el tema es siempre una idea (tal como aquí la idea de vida;
que corresponde a la realidad natural del "vivir"); puede ser una idea
filosófica o mitológica, según que fuese un aspecto de la realidad que
se expresa mejor en términos filosóficos, o que se expresa mejor en
figuras mitológicas.




Matteo Licitra © Santo Domingo, 2010