Como reconstruir la Arquitectura

2014 - Como reconstruir la Arquitectura. La pregunta es, ¿en qué momento el potencial de la arquitectura para mejorar la vida humana se pierden debido a su incapacidad para conectar con los seres humanos reales? La Arquitectura, con la A mayúscula, es excepcionalmente capaz de crear piezas de firma, gloriosas piezas únicas. Estamos pendientes en la elaboración de estructuras sublimes (o rimbombantes) para una elite global que comparte nuestros valores. Parecemos cada vez más incapaces, sin embargo, de la creación de trabajo artístico, ingenioso y armonioso que resuene con una amplia franja de la población en general, las mismas personas que somos, al menos en teoría, con la intención de servir. Por lo tanto, una paradoja: mientras los arquitectos diseñamos un pequeño porcentaje de todos los edificios, nuestros poderes de autocomplacencia nunca han sido mayores a los de ahora. Aunque el término "starchitect" se ha convertido en un insulto, su moneda dentro de la cultura de la celebridad habla amplia pero superficialmente del alcance de nuestra profesión. El trabajo de alto perfil ha sido devorado en la gran fauce de los medios de comunicación -aunque sea como un espectáculo cultural- ocasionalmente divertido pero no lo relevantemente suficiente como para la vida cotidiana de la mayoría de la gente. Esto podría ser aceptable si nuestra única función era servir a aquellos capaces de pagar nuestros servicios. Y el mundo sería un lugar más triste sin la Fallingwater, el Guggenheim de Bilbao y la Ópera de Sydney. El problema no es el punto infinitesimal de edificios creados por arquitectos famosos sino más bien la influencia distorsionante que estos proyectos han tenido en los valores y ambiciones de los mandos medios de la profesión. Hemos visto a generaciones de arquitectos hablar como artistas (en la cual me incluyo) , pero no hemos aprendido a escuchar. Así que cuando la crisis ha pedido a nuestra profesión a actuar - en Nueva York, por ejemplo, post9/11, yen Nueva Orleans después de Katrina ‒ le hemos dado la razón al público para no confiar en nosotros. En China y en otras partes de Asia, los arquitectos occidentales continúan realizando su magia de una sola vez, mientras que al mismo tiempo repitiendo muchas de las catástrofes de diseño urbano del siglo anterior, significativamente en mayores escalas.

La desconexión de la Arquitectura es tanto física como espiritual. Estamos tratando de vender los edificios públicos y los barrios que particularmente no quieren, en un idioma que no entienden. Mientras tanto, hemos cedido el resto del entorno construido para intervenciones mínimas y con grandes fallas en la riqueza social, con la expansión a la periferia a todo nuestro alrededor descontextualizando las ciudades. No siempre fue así. Durante milenios, los arquitectos, artistas y artesanos -un conjunto sorprendentemente sofisticado de colaboradores, ninguno de ellos familiarizados con el software de arquitectura- crearon edificios que resonaron profundamente en un amplio espectro de la población. Recurrieron a infinidad de estilos que tenían una cosa en común: la dependencia de las leyes físicas y principios matemáticos que sustentan la elegancia fundamental y práctica del mundo natural. Estos recursos creativos trascendieron el estilo. No sólo tienen gran atractivo estético, pero también son profundamente humanos, vinculados a nuestro propio ADN. Para llegar allí, hay que repensar la forma en que respondemos a las necesidades de los diversos grupos, diseñando para ellos y sus intereses, no la nuestra. Debemos perfeccionar nuestras habilidades a través de una auténtica colaboración, no por el arte de vender, re-evaluar nuestra obsesión con la mecanización y la materialidad, y explorar formas más universales y principios de diseño naturales acordes con las leyes de la gravedad. No todos los arquitectos son igualmente eficientes en la producción de obra seminal. Pero todos nosotros tenemos acceso al mismo conjunto de herramientas e inspiraciones. Y seamos honestos: Reconectar arquitectura con sus usuarios - redescubrir el centro radical, donde nos encontramos, escuchar y colaborar con el público, hablar un lenguaje común y aún así avanzar en el arte de la arquitectura -desde hace tiempo- es también uno de los grandes retos de diseño de nuestro tiempo.

ADAPTACION DE S. BINGLER & M. PEDERSEN DIC. 15, 2014 - The New York Times