la dama de shalott y la pintura prerrafaelita

July 8, 2017 | Autor: V. Pérez de Gracia | Categoria: Semiotics, Semiotica, Lord Alfred Tennyson, Preraphaelites
Share Embed


Descrição do Produto

La dama de Shalott y la pintura prerrafaelita.

Virginia Pérez de Gracia Rodríguez
Arte, Literatura y Cultura: perspectivas semiótica y sociológica



Alfred Lord Tennyson: "La Dama de Shallot"

Parte I
A ambos lados del río se despliegan
anchos campos de cebada y centeno,
que visten la tierra y alcanzan el cielo;
y por los campo se extiende el camino
que va hacia las torres de Camelot;
y las gentes van y vienen, contemplando el lugar donde brotan los lirios
alrededor de la isla de allí abajo,
la isla de Shallot.
Los sauces palidecen, tiemblan los álamos,
Leves brisas ensombrecen, estremecen
las olas que nunca cesan
de fluir junto a la isla
cayendo hacia Camelot.
Cuatro muros grises, cuatro torres grises que rodean entre el silencio y las flores
a la Dama de Shallot.
Junto al margen que los sauces velan, de graves barcazas tiran lentos jacos. Nadie dice adiós a la chalupa –plata la vela- que pasa bajando hacia Camelot:
¿Quién la ha visto salundando?
¿o asomada a la ventana?
¿Alguien conoce en las tierras
a la Dama de Shallot?
Sólo el segador que al alba
siega entre espeso centeno,
oye una clara canción que río abajo resuena, camino de Camelot Y con la luna, cansado,
al apilar sus gavillas en las alturas del aire
la oye y murmura: "Es el hada,
es la Dama de Shallot".






Parte II
Noche y día teje mágica
tela de alegres colores.
En susurros ha escuchado que está maldita si mira
las torres de Camelot.
¿qué podrá ser? No lo sabe,
y sin más cuidados sigue,
tejiendo, tejiendo siempre la dama de Shallot.
Y a través de un claro espejo
que siempre tiene ante sí sombras del mundo se muestran.
Ve la cercana calzada
que desciende a Camelot:
los remolinos del río,
los palurdos y las mozas
de capas rojas que vienen
de Shallot.
Un tropel de damiselas, un abad
en un jamelgo, un pastor
de pelo rizado, un paje
de larga melena y ropa carmesí pasan a veces
camino de Camelot;
Y cruzan alguna vez
el espejo azul parejas de caballeros: no tiene
fiel caballero la Dama de Shallot.
Pero en su telar le place tejer las visiones mágicas del espejo: en calmas noches
a veces un funeral
con plumas, luces y música desciende hacia Camelot;
o cuando asciende la luna
pasan dos recién casados:
"Estoy cansada de sombras"dijo la Dama de Shallot.


Parte III
A tiro de flecha de su alero,
cabalgaba entre los altos centenos.
Resplandecía el sol entre las hojas,
y llameaba en las broncíneas grebas del valiente Lancelot.
Un cruzado arrodillado
ante una dama en su escudo,
que en campo amarillo brilla por la remota Shallot.
Libre reluce engarzada la brida, como en respuesta
a alguna rama de estrellas suspendida en la galaxia dorada. Alegres resuenan cascabeles de su brida
camino de Camelot:
y de su tahalí cuelga
potente clarín de plata,
y al galopar resuena su armadura
junto a la remota Shallot.

En el claro azul sin nubes
brilla la enjoyada montura de cuero,
el yelmo y la pluma arden como en una sola llama,
camino de Camelot;
así en la purpúrea noche,
bajo radiantes constelaciones,
algún meteoro, con una estela de luz
Cruza sobre la silenciosa Shallot.

Lucía al sol su amplia frente;
con cascos bruñidos pisaba su caballo;
bajo el yelmo flotaban sus rizos
negros como el carbón mientras cabalgaba,
cabalgaba hacia Camelot.
Desde la orilla y el río
Brilló en el cristalino espejo,
"Tirra lirra", por el río
cantaba Sir Lancelot.
Ella dejó la tela y el telar,
y dio tres pasos por la habitación,
vio florecer el lirio en el agua,
vio la pluma y el yelmo,
y miró abajo, hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
De lado a lado se rajó el espejo;
"¡La maldición!, gritó
la Dama de Shallot.

Parte IV
Fatigados por el tormentoso cierzo
se marchitaban los pálidos bosques, la corriente gemía en la ribera,
el cielo encapotado llovía grave
sobre las torres de Camelot;
Ella descendió y halló una barca
flotando junto al tronco de un sauce,
y alrededor de la proa escribió
"La Dama de Shallot".
Y sobre la borrosa extensión del río
-como un vidente en trance,
que contempla su propia desventura--
con mirada de cristal miró hacia Camelot.
Y al final del día soltó la amarra
y se tendió, y lejos llevó la ancha corriente a la Dama de Shallot.
Tendida, vestida de un blanco de nieve
que ondeaba libre a un lado y a otro - caían sobre ella las ligeras hojas-
a través de los ruidos de la noche
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción
a la Dama de Shallot.

Escucharon un canto triste, santo,
cantado en alta voz, en voz baja,
hasta que se le fue helando la sangre,
y se le nublaron los ojos, vueltos
hacia las torres de Camelot;
Pues antes que la corriente la llevase
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando para sí su canción,
la Dama de Shallot.

Bajo torres y balcones,
por muros de jardines y por galerías,
con brillante delgadez pasó flotando
entre las casas, pálida como la muerte
y silenciosa por Camelot.
A los muelles acudieron
caballero y burgués, dama y señor,
y en torno a la proa leyeron su nombre:
La Dama de Shallot.

¿Quién es? ¿Y qué hace aquí? Y en el iluminado palacio cercano
cesaron los sones de regocijo real;
y temerosos se persignaron
los caballeros de Camelot:
Pero Lancelot se quedó pensativo;
dijo, "Tiene un rostro hermoso;


Dios, en su bondad, llenó de gracia
a la Dama de Shallot".


El episodio de "Elaine the fair maid of Astolat", incluido en "La muerte de Arturo", de Sir Thomas Malory suele considerarse fuente de "La Dama de Shalott" de Tennyson. El inocente amor de Elaine por Sir Lancelot no es correspondido, y su cuerpo inerte aparece junto a Camelot con una carta de suicidio entre las manos. Tennyson afirmaba no conocer este poema cuando escribió la primera versión en 1832. Decía haberse basado en una historia del primer renacimiento italiano en la que se contaba cómo la Dama de Shalott había muerto por amor a Sir Lancelot.
Por su mezcla de medievalismo y mito, Tennyson era el poeta favorito de los prerrafaelitas. En el tratamiento de sus temas se formó parte de la identidad colectiva del grupo, un movimiento conscientemente artístico-literario.
La hermandad prerrafaelita se creó en Londres en 1848 como una agrupación de jóvenes artistas unidos en el rechazo a los cánones de la Royal Academy of Arts, y se acabó convirtiendo en uno de los fenómenos artísticos e ideológicos más importantes del siglo XIX.
En su ideario confluyen diversos elementos: neogoticismo, medievalismo, nuevas y viejas fuentes y tradiciones, relecturas de la tradición artística continental, observación de la naturaleza y de la vida urbana a caballo entre el romanticismo y el realismo. Se trata de un nuevo romanticismo, ecléctico, a la vez medievalista y kitsch, diferente del anterior ideario romántico de carácter más revolucionario. La recuperación del arte gótico británico responde a una vuelta al pasado artístico autóctono, a la reivindicación de los valores nacionales pertenecientes a la época en que triunfaban los Tudor. Miran al pasado pero sin olvidarse del presente en el que viven. Se inspiran en Shakespeare y los poetas románticos, en episodios bíblicos y en escenas de la vida cotidiana victoriana. Quieren ser unos reformadores del arte, regresando a los principios puros del arte medieval y del primer Renacimiento.
En sus composiciones expresan sugestiones emotivas, atmósferas nostálgicas y evocadoras, alegorías y un simbolismo rebuscado, a veces en la frontera de la autocomplacencia estética.
Estilísticamente, el prerrafaelismo utiliza el dibujo elegante, la amplia gama cromática y la intensa luminosidad. Su minuciosidad en la representación de la naturaleza mezcla elementos de un decorativismo extremo con la infinita curiosidad de la observación científica. Esta atención a la naturaleza se muestra también en su interés por el dibujo, el color tiene un interés secundario: se usa sólo localmente, pero de modo refinado. Les gusta observar directamente la vida de la ciudad y de los parajes campestres. El poema también da gran importancia a los colores: los muros grises de la torre donde vive la dama, las capas rojas de las muchachas que pasan cerca de ella, los pajes vestidos de carmesí, el azul del cielo y del espejo, las grebas broncíneas de Sir Lancelot, su plateado clarín, sus rizos negros, las níveas telas que cubren a la dama y los dorados bosques a la vez que presta atención a la plasmación detallista de la naturaleza.
Analisis
Artístico: Inspiración en el arte medieval y de principios del Renacimiento (Fra Angelico, Botticelli, Miguel Angel). Las figuras femeninas de los prerrafaelistas son místicas y estilizadas, y aparecen vestidas con ropajes de colores saturados. Mujeres lánguidas y delicadas, esbeltas y de largos cabellos flotantes, con bocas rojas y duras y una mirada perdida y soñadora, son sensuales y virginales a la vez.
Los pintores encuentran inspiración en el arte primitivo celta, inmerso en una cosmogonía mágico-religiosa y enraizado con los usos antropológicos de ese pueblo, con su atención a la sofisticación decorativa en el detalle. El gusto por la línea curva, ondeante, sugestiva, fluida como el río serpenteante que rodea la isla donde vive la Dama de Shalott, es un motivo que influirá profundamente en el posterior modernismo.
La filosofía de Ruskin sobre el arte y la belleza se basaba en la idea de una religión de la belleza, un arte con un fuerte valor moral y una exaltación del trabajo artesanal de los canteros góticos en contraste con las nuevas tecnologías impersonales, deshumanizadas y frías.
Las distintas versiones aquí analizadas representan a La Dama en diferentes momentos: Hunt, aquél en que el espejo se rompe y el maleficio se cumple; Waterhouse, a la dama desamarrando su bote; la de John la Farge aparece muerta en su bote ataviada con un vestido blanco, y la de la ilustración de Rossetti para el poema muestra a Sir Lancelot observando a la bella dama inerte recién llegada a Camelot.
La dama de Shalott (1862) , John La Farge, The New Britain Museum of American Art.

La Dama de Shalott(1857) , Dante Gabriel Rossetti, Grabado en madera, Moxon Tennyson.
En "La Dama de Shalott" Tennyson nos habla de una doncella condenada a vivir en una torre, tejiendo un tapiz mágico y experimentando la vida a través de los reflejos de un espejo. Esta prohibición de mirar o experimentar el mundo real comporta un maleficio. Incapaz de resistir la tentación, se asoma a la ventana para mirar al caballero Lancelot que pasa cabalgando junto a su torre. Este dramático momento es el que Hunt ilustra. Nos presenta a la dama atrapada entre los hilos de su tapiz, que recuerdan a los de la tela de una araña y simbolizarían también los lazos desconocidos que la han condenado a una agobiante y atrofiante semi-existencia.
Pero la doncella de Hunt, de salvajes cabellos flotantes, está lejos de ser la imagen de una víctima pasiva. Alta y poderosa, tira del hilo, y Hunt parece sugerir que su rechazo de las reglas de su cautiverio es un acto de resistencia y rabia.
Ambiguamente, Hunt introduce en su versión para grabado un motivo religioso que no estaba en el texto. Junto al espejo, Cristo en la cruz mira hacia la doncella, quizás sugiriendo que sus sufrimientos ofrecen redención o quizás contradictoriamente simbolizan las oportunidades de expiación ofrecidas en la torre.

The Lady of Shalott(1857), William Holman Hunt, grabado en Madera, The MOxon Tennyson.

En la versión de Waterhouse de 1888 aparece la dama en el momento justo en el que va a partir hacia Camelot. Sus manos sueltan suavemente las amarras que atan el bote a la orilla, mientras ella observa tristemente las aguas. Su expresión es de melancolía y desesperación. La representación de la escena corresponde a la descripción de Tennyson: el vestido blanco de la dama y el momento específico del día. Waterhouse coloca el tapiz, centro hasta entonces de la vida de la Dama, sobre la barca, dejando que sus bordes se mojen ligeramente con las aguas del río. Tres velas (dos ya apagadas), y un crucifijo en la proa realzan el aspecto funeral. El fondo del cuadro parece mucho más sombrío e indistinto. Aquí Waterhouse difiere claramente del resto de miembros del grupo prerrafaelita en su precisión en la representación natural. Esta versión muestra el intento de Waterhouse por representar a una mujer solitaria en un entorno natural, lo que acentúa su vulnerabilidad. Lejos de aparentar seguridad fuera de los opresivos muros de la torre, la dama se presenta frágil e indefensa, a merced del mundo exterior.
The Lady of Shalott, John William Waterhouse(1888), Tate Britain.
En su versión de 1894, Waterhouse utiliza el mismo sistema compositivo de la obra de Hunt. Una vez más la dama ocupa gran parte del espacio, pero ella mira hacia atrás, hacia el espejo. Domina la escena, lo que implica una falta de precisión en la representación de otros detalles. El espejo ha empezado a romperse debido a que empieza a aparecer la imagen de Sir Lancelot. Waterhouse nos la muestra en el momento exacto de su decisión, con los hilos del tapiz enredados aún en los tobillos. Parece que aún no ha tenido tiempo para reaccionar, todavía parece perdida con su mirada expectante. Ha dejado el telar, cruzado la habitación, y ahora se inclina hacia adelante, mirando al mundo con el dorado ovillo enredado en los pies y una mano apoyada sobre el cabecero de la cama. Tras ella, el espejo roto nos muestra a Sir Lancelot cabalgando, como cuenta el poema, sin hacer ningún gesto en su dirección.

The Lady Of Shalott looking at Lancelot, John William Waterhouse(1894), Leeds City Art Gallery.

Watherhouse pinta esta versión para representar la idea de Tennyson de que el amor por alguien que vive en el mundo exterior hace a la Dama abandonar ese lugar de sombras en el que ha vivido atrapada, y la transporta al mundo real. Para los victorianos ejemplificaba el momento en que la amante encuentra a la persona predestinada para ella, a la que amará para siempre en la vida y la muerte. El ideal victoriano concebía la aceptación del riesgo y la responsabilidad de este amor irresistible como la experiencia más noble de la vida, aunque no fuese correspondido y resultase doloroso. Un mantenimiento de la fe en el ser amado, hasta que la perfecta unión se lleve a cabo en este mundo o en el siguiente.
En la última versión, de 1915, la figura está representada con un mayor erotismo. La Dama se estira para mitigar el aletargamiento de sus músculos cansados por la postura del tejer y contempla a los dos amantes, como renunciando al mundo de sombras en el que se encuentra y mostrando interés por el mundo exterior. Comienza a ser consciente de lo inadecuado y opresivo de su ambiente. Muestra su deseo de vivir la vida y el amor. Las "sombras" de las que está cansada son una representación del conflicto entre su enclaustrada vida en la torre y el mundo exterior representado a través de los amantes, el paisaje, el puente y la isla que se divisan desde la ventana.

"I'm Half-sick of shadows", said the Lady of Shalott, John William Waterhouse, 1915, Art Gallery of Ontario.



Religioso:
Las figuras femeninas prerrafaelitas se inspiran en la Donna Angelicata medieval y la Beatrice de Dante. Personajes de gran intensidad, frágiles, alejadas de la voluptuosidad de la "mujer fatal". Se trata de un ideal femenino de sensibilidad, donde trascienden y se complementan la creación, la sensualidad y la religión. Es fiel reflejo del Culto a la Virgen, propio de los arquetipos femeninos de la religiosidad caballeresca, y se funde con el culto a la femineidad de la poesía lírica trovadoresca. Son mujeres elevadas por encima de la vida, expectantes, distantes, hieráticas en algunos casos, de sensualidad inexplícita.
Social
El nombre del grupo, "Hermandad Prerrafaelita" define su carácter de comunidad anticapitalista, su atracción por las fuentes evangélicas y bíblicas, su solidaridad con los necesitados, su espíritu caballeresco y su rechazo hacia las desigualdades e injusticias producidas en las grandes ciudades.
Es de gran importancia en esta sociedad la existencia de una clase media emergente, llena de aspiraciones de nobleza, de seguros privilegios, que ve en la recuperación de ciertos valores del catolicismo una cierta cruzada de higienización en un universo industrial agobiante pero fructífero. Esta clase media recién llegada al poder en las ciudades da muestras de una obsesión por los tiempos pasados y de un intento por imitar a la antigua nobleza rodeándose de cierto ambiente kitsch. A esto se une un contexto social marcado por un anhelo estético y espiritual que se manifiesta en los jóvenes artistas victorianos en la recuperación de antiguos temas inspirados en el catolicismo monástico con la nostálgica atmósfera simbólica y sentimental que ofrece como una huida en el tiempo.
El prerrafaelismo comparte con el socialismo utópico su ideal de retorno a una sociedad basada en el trabajo en comunidad, y el rechazo a la individualidad moderna, que se manifiesta a través de la asociación Arts And Crafts de William Morris y, en su vertiente estética, a través del crítico de arte John Ruskin que se rebelaba contra los perniciosos efectos sociales de la Revolución Industrial. Para Ruskin, el arte alcanzó su punto álgido en el Gótico, un estilo de inspiración espiritual y ardor moral.
El artista se aliará a un nuevo platonismo medieval, una especie de cruzada, que compense su sentimiento de insatisfacción ante un estresante universo en transformación. Esta época marca el dilema entre dos formas de vida diametralmente opuestas: progreso o arcadia, ciudad de las ciencias o paraíso medieval, artesanía y tradiciones populares o defensa de los nuevos materiales y de las nuevas concepciones científicas.
Significados
La historia de la Dama puede interpretarse como una alegoría del artista que, encerrado en su mundo particular, ideal y maravilloso, es incapaz de enfrentarse al mundo real. Su propia hipersensibilidad y aislamiento le permite observar, absorber e interpretar todo lo que ve y plasmarlo en su obra (que en el cuadro vendría a ser el tapiz mágico que la dama teje sin cesar) pero este mismo carácter, tan frágil en el fondo, le impide enfrentarse al mundo real.
Desde el punto de vista filosófico la torre sería la caverna platónica, y el espejo el fuego a través del cual la Dama ve sólo "sombras" de la verdadera existencia que está fuera de ella. En el momento en el que la Dama se atreve a salir al exterior inicia su camino hacia el mundo inteligible, hacia la verdadera esencia de las cosas, que para la simbología cristiana sería el camino del alma hacia Dios.
Interpretación feminista
El poema nos habla de una mujer atrapada en una torre, bajo un terrible maleficio que le prohíbe salir al exterior, al igual que la sociedad victoriana obligaba a la mujer a aceptar su rol de protectora del hogar. Se trata de una crítica a la mujer de su época. Muestra el papel que jugaba la mujer en la sociedad victoriana. Alienada por su cruel destino, no puede vivir libremente y se limita a observar la vida desde su torre. Ilustra el conflicto entre los deseos privados de la dama y su responsabilidad en sociedad. Es una figura pasiva, y Tennyson parece prestar más atención a lo que la rodea que a la dama en sí. El ámbito de la dama es pasivo y doméstico, mientras que el trabajo activo fuera de casa pertenece al hombre. La Dama representa perfectamente el ideal de mujer victoriana: virginal, espiritual, misteriosa y dedicada a las tareas tradicionalmente consideradas femeninas. Siempre correcta e inofensiva, parece incapaz de influir en el mundo masculino, y le es imposible no sólo vivir en el mundo exterior, sino también observarlo directamente.
El destino de la Dama es el de la mujer que, en busca del amor, abandona su hogar y su responsabilidad social. Ello la expone a las críticas y los ataques de la sociedad. Si por una parte provoca simpatía hacia su terrible y trágico destino, se tiene también la sensación de que ha recibido un castigo por no haber cumplido su deber.
Son los deseos románticos de la dama los que finalmente la hacen mirar al exterior. Al igual que seguramente el joven Tennyson, que contaba unos 20 años cuando escribió el poema, se vio obligado a optar por la imagen ideal del escritor soltero victoriano, dedicado en cuerpo y alma a su obra, y del cual se reprimía toda idea de sexualidad. Tennyson debía temer que si elegía abandonarse a lo último su obra literaria se resentiría. En otro poema de Tennyson, Mariana, se evoca también esta imagen de la mujer que espera en su casa, atormentada por la soledad y la insatisfacción amorosa.
Bibliografia
SELMA, JOSE VICENTE(1991), Los Prerrafaelitas: arte y sociedad en el debate victoriano, Barcelona: Ediciones Montesinos. Pags: 15-23, 62-89
UPSTONE, ROBERT(2003), The Prerraphaelite Dream, Paintings and drawings from the Tate Collection: Londres: Tate Publishing. Pags: 94, 95
WERMER, MARCIA(2005), Pre-Raphaelite Painting and Nineteenth-century realism. Cambridge University Press, Cambridge: Cambridge University Press. Pags: 235-241
Paginas web
http://www.victorianweb.org/
http://www.victorianweb.org/authors/tennyson/losillus1.html
http://www.victorianweb.org/authors/tennyson/losbower.html
http://www.victorianweb.org/authors/tennyson/losboat.html
http://www.victorianweb.org/authors/tennyson/losboat.html
http://www.victorianweb.org/authors/tennyson/losprb.html

Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.