Nuevos testimonios epigráficos sorianos

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Published as a chapter in C. de la Casa (ed.), Actas del II Symposion de Arqueología soriana, Soria, 1992, pp. 917-922 [ISBN 84-86790-36-0]

NUEVOS TESTIMONIOS EPIGRAFICOS SORIANOS

J. GOMEZ-PANTOJA *



Opto. de Historia I y Filosofía. Universidad de Alcalá de Henares.

Good news is no news. Este aforismo que -dicen- figura en letras doradas en las salas de redacción de la mayoría de los periódicos, ocupa también un lugar de privilegio en los gabinetes de los que tratamos de reconstruir la Historia de las provincias del Imperio Romano. No descubro nada nuevo afirmando que, en ocasiones, los historiadores clásicos, al seleccionar lo que era digno de que­ dar en la memoria de las Res gestae, se guiaron por criterios y pautas muy simi­ lares a lo que los editores de la «prensa amarilla» de hoy han comprobado que venden: l as noticias sangrientas y la vida azarosa de los ricos y famosos. Estan­ do los poderosos de la Antigüedad (como hoy) concentrados en unos pocos lu­ gares, el volumen de «noticias» interesantes que generaban las regiones periféri­ cas fue (y es) residual, salvo cuando había brotes de violencia; como estos fenó­ menos son, por naturaleza, ocasionales, la característica común del registro his­ tórico de las Provincias durante la pax romana es el aburrimiento o si se quiere, «la felicidad de los pueblos sin Historia». El caso de la región a cuyas antigüeda­ des dedicamos este congreso es paradigmático: las gentes de Uxama, Numan­ tia y Termes aparecen en la historiografía antigua sólo cuando hay sangre por medio, bien sea la vertida en el asedio de Numantia, la que derramaron los uxa­ menses que se negaron a aceptar que Sertorio hubiera perdido la partida, o la del pobre L. Piso, posiblemente el/eg.Aug.pr.pr.PH.C, del año 25 que fue asalta­ do y muerto en el camino por un termestino agraviado.

De ahí la importancia que en estas regiones mal documentadas tienen los da­ tos que se puedan extraer de las fuentes epigráficas, numismáticas y arqueoló­ gicas. Desde 1980 he estado preparando la edición de los epígrafes sorianos para el nuevo Supplementum al vol. ll del Corpus Inscriptionum Latinarum y aun­ que el volumen de la colección lapidaria provincial no es tal que permita grandes sorpresas y fue bien publicado hace una decena de años, esto no obsta para que haya nuevos hallazgos y para que se sigan estudiando y revisando crítica­ mente las demás inscripciones. Lo que sigue continúa la labor emprendida en previos artículos1. (1) J. GOMEZ·PANTOJA: Two Army-related Inscriptions from Central Spain. ZPE 68 (1987). págs. 232-6; M.J. BO­ ROBlO. J GOMEZ·PANTOJA y F. MORALES: Diez años (y dos siglos) de epigraf(a soriana, Celtiberia 37 (1987), págs. 239-58; J. GOMEZ-PANTOJA, Castillos en el Duero, Gerión, 7, 1989, 241-9.

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1. LAPIDA DE EL COLLADO

En El Collado, una pequeña localidad soriana en la carretera de Oncala a San Pedro Manrique, en el jardín de la casa de D. Fortunato Vela, existe una estela funeraria romana que, de acuerdo con los datos de su propietario, se encontró en 1988 entre las ruinas de una casa de la aldea, la que antiguamente servía de Rectoría. Da la casualidad que en este mismo domicilio se conserva otra lápida de ca­ racterísticas similares a la aquí presentada (salvo que es opistógrafa) y que fue descubierta y publicada por el finado T. Ortego, junto con otras inscripciones pro­ venientes de las localidades serranas de la provincia, todas con el rasgo común de estar decoradas con figuraciones animales bajo el texto; según Ortego, el epí­ grafe apareció también en la casa de Curato de esa aldea2. Simultaneamente a la aparición de este trabajo, Espinosa y Usero reconstruían, a partir de un grupo de inscripciones caracterizadas por su homogeneidad for­ mal y decorativa, lo que parece ser una officina lapidaria cuyas producciones se encuentran en toda la comarca yangüesa y en las localidades cameranas de la vecina Rioja; estos autores suponían, además, que la onomástica de los epí­ grafes refleja un grupo social o étnico de acusada personalidad y que vivía en estrecha relación con dos núcleos urbanos de la ribera del Ebro, Calagurris y Turiaso. Gracias a una noticia que M.L. Albertos había recibido de Ortego y que, a su vez, yo les comuniqué, el estudio de Espinosa y Usero incluye también la lápida citada antes, pero describiendo una de sus caras como si fuera una pieza y el fragmento de la una cara como una inscripción independiente3. Precisamente, en Agosto de 1988, revisando las noticias de Albertos y los da­ tos de Espinosa y Usero fue cuando D. Fortunato Vela tuvo la amabilidad de mos­ trarme el nuevo epígrafe recientemente descubierto y que ahora presento. La ins­ cripción se encuadra perfectamente en el grupo delimitado por Espinosa y Use­ ro: el soporte es una laja de arenisca local de 109x43x13, en la que la única labor de cantería realizada fueron algunos retoques para mejorar su perfil rec­ tangular; en la parte superior presenta un tosco dibujo inciso simulando una cabe­ za y un torso humano; a continuación, sigue el texto, en burdas letras de 6 cms. de módulo; bajo él, la figura de un bóvido de perfil a la izquierda pero con la cabeza y las cuernas de frente; todo esto se grabó con puntero, siguiendo posiblemente (2) T. ORTEGO: Estelas funerarias inéditas, con representaciones bovinas, en territorio arévaco-pelendón, en el Homenaje a Antonio García y Bellido. vol. V, Madrid 1988, págs. 339-41 y figs. 7 y 8. Este artículo, firmado en Soria en 1973, presentaba unas inscripciones inéditas cuya novedad e interés quedaron anulados por el gran retraso de la publicación; en el interim, siendo Ortega persona que no guardaba para si lo que sabia y dado el interés reciente por las cuestiones epigráficas, todas las lápidas fueron dados a conocer por otros autores, generalmente con más rigor y mejores lecturas que las de Ortega. (3) U. ESPINOSA y L.M. USERO: Eine Hirtenkultur im Umbruch. Untersuchungen zu einer Gruppe van Inschriften aus dem conventus Caesaraugustanus (Hispania Citerior), Chiron 18 (1988), págs. 478-81 n.o 1 y 2 con lám. 1, fig. 1 Y 2. De las dos inscripciones, la más antigua parece ser la n.o 2, a la que falta la cabecera con busto humano tan propia de este grupo; como la de la otra cara (n.o 1) se conserva integra, hay que suponer que la estela estaba ya rota cuando se grabó la segunda inscripción.

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un diseño y un texto garabateado en la piedra, sin recurso al compás y la regla. La estela parece conservarse íntegramente, pero no debe descartarse que falte algo por el lado derecho, máxime considerando los finales de las líneas 2 y 3. En el epígrafe (fig. 1) se lee: D(is) ma(nibus) Aeonso h(ic) s(epultus est) an(norum) LXXX Cu(---) fili(o/us fecit). Aunque la silueta humana y la figura del bóvido están presente en casi todas las estelas del grupo, no resulta menos peculiar la onomástica y los formularios. Aeonso es un hapax, al menos en la onomástica peninsular pero este rasgo no extraña en un conjunto caracterizado por una singular mezcla de nombres per­ sonales latinos e indígenas4• Para la solución de las abreviaturas de lin. 2 se ha recurrido también al ejem­ plo de las otras inscripciones de la comarca, y si, como he dicho antes, la pieza estuviera rota por el lado derecho, habría que suponer que la tercera letra de la fórmula sepulcral estaba en la parte perdida5; este detalle es más relevante en la siguiente línea, donde Curo_o) oculta el nombre del dedicante de la inscrip­ ción, quien, dependiendo de la solución de fili(---) en la línea siguiente, podría ser bien el padre o el hijo del finado: propondría leer ahí Cu(liericus), un nombre que se documenta en una inscripción de Trevago, un lugar relativamente cerca­ no a El Collad06.

2. INSCRIPCION DE VALDEMAWQUE

En 1986, cuando revisaba sus fondos epigráficos, descubrí en uno de los pa­ tios del todavía en obras Museo Numantino un magnífico altar de mármol del que no tenía noticia de su existencia. Cuando indagué por él, se me contestó que procedía de Ucero y que aguardaba publicación por sus descubridores: aho­ ra, gracias a la gentileza de estos, Ernesto García-Soto y María Mariné, puedo dar a conocer este interesante monumento. Se trata de un bloque de mármol algo picado en su superficie, de (120)x 45x30: falta posiblemente la base; la única decoración apreciable es la escota­ dura que enmarca por arriba el campo epigráfico; este mide 65x45 y el módulo de las letras, capitales cuadradas de buena labra, es de 6 cm. La pieza, según E. García-Sot07, «fue localizada en el año 1982 por un vecino de Valdemaluque. .. (4) ña (5) (6)

U. ESPINOSA y L.M. USERO: Art. cit págs. 488-90. Entra dentro de lo posible. aunque me parezca una extra­ alternativa. que el difunto se llamase Ae(milius) Qnso. Ibidem. n.o 4. 9. 12. 15 Y 17. A. JIMENO: Epigrafía romana de Soria. Soria 1980. pág. 115 Y lám. 37. fig. 1: M(arcus) Culierico Gusiuni f(ilius) ..

aug(ustobrigensis).

(7) Per litteras. 10-10-89.

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en el lugar conocido como «La Cruz del Santo» , término de Sotos del Burgo, peda­ nía del Ayuntamiento de Valdemaluque»; este lugar es conocido como yacimiento desde hace una cuarentena de añosa. La inscripción apareció -sigue la noti­ cia de García-Soto- «junto con diversos restos arquitectónicos, como un frag­ mento de fuste de columna y un brocal de pozo, ambos en piedra caliza». Por lo que he podido ver en la hoja correspondiente del Mapa Topográfico Nacional, el sitio está a algo más de un kilómetro al sur de Valdemaluque, entre el rio y la carretera del Burgo de Osma a San Leonardo, en torno al punto kilométrico 8.900. En el epígrafe se grabó lo siguiente: Pergamidi L(uci). o(---).C(---). ancilla h(ic).s(ita).e(st).an(norum). XXX Helius con5-tubernali(s) et. Musice.f(ilia) tua. fec(e)r(unt) A tenor del formulario y de los rasgos paleográficos, el altar parece del siglo quizá de época flavia o ligeramente posterior. Como sugiere la onomástica y confirma la mención ancilla, la inscripción nombra a tres personajes de condi­ ción servil9, la difunta, su contubernal y una hija de Pergamis, que posiblemen­ te no fue fruto de su unión con Helius. Las tres letras iniciales de lin. 2 ocultan indudablemente los tria nomina del dueño de los esclavos, del que, siendo de­ masiadas las variantes para el nomen y el cognomen, sólo el praenomen puede restituirse con seguridad10. 1,

Salvo en Clunia, no abundan en los alrededores de Valdemaluque ni los epí­ grafes marmóreos ni las lápidas de esclavos11 , lo que hace doblemente raro que sea una sierva la destinataria de un monumento de esta clase. Ambas circuns­ tancias, unidas al hecho que bastaran l as iniciales para conocer al dueño de He­ lius, Pergamis y Musice indica que este era un personaje bien conocido y rico. Es lástima que no podamos identificarlo, pues sería un dato significativo en el general anonimato historiográfico característico de los uxamenses. (8)

T. ORTEGa: Por tierras de Uxama. Hallazgos recientes de época romana,

AEArq 22 (1949) págs. 415-8.

(9) CF. H. SOLlN: Die griechischen Personnamen in Rom. Ein Namenbuch, Berlfn-New York 1982. s.v. Pergamis. (10) Vid. A. MOCSY et alii, Nomenclator provinciarum Europae Latinarum et Galliae Cisalpinae, Dissertationes Pan­ nonicae. series 111·1. Budapest 1983. S.v. y H. SOLlN y O. SALOMIES. Repertorium nominum gentilium et cognomi­ num Latinarum, Hildesheim 1988, S.v.

: ERS 97. Fuera de las dedicatorias oficiales sobre este material, las únicas inscripciones privadas marmóreas de Vxama son CIL ii 6338 o : ERS 80 y AE 1925. 22 : ERS 65; quizá .Ia piedra sumamente dura- sobre la que, según FITA, se grabó el epitafio de M. Magius M.f. Gal. Antiquus (EE viii. 144 : ERS 131) fuera también mármol u otro material de precio. Vista la penuria de información antigua de la que justamente se quejan los que trabajan sobre las antigüedades sorianas, posiblemente resultase provechoso analizar petrográficamente los soportes epigráficos -especialmente los que claramente no se realizaron sobre piedra local- para determinar su procedencia. Vid. A. ALVAREZ: Estu­ dio de los materiales lapídeos presentes en la epigrafía de Cataluña. en Epigraphie hispanique. Problemes de Méthode el d'édition. Burdeos 1984, págs. 87-112. (11) La única mención de un servus es CIL ii 2.823 : EE ix. 303

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Un comentario final para acabar. Esta pieza de Valdemaluque procede indu­ dablemente de un establecimiento romano de cierta importancia; según las noti­ cias de Ortega, aparecieron allí «algunos ladrillos decorados con estrias quebra­ das en la superficie de asiento, tégulas típicamente romanas, varios fragmentos de cerámica elaborada y pintada según la técnica decadente antigua y, entre cenizas, numerosos restos oseas de bóvidos y otros pequeños rumiantes»; la pros­ pección también rindió una quicialera y dos bronces, uno de ellos una estatuilla que Ortega identifica, a mi juicio con escaso fundamento, con una representa­ ción poco usual de Fortuna12. Este establecimiento que, sin duda estaba en el territorium de Uxama (y que ahora se nos presenta con más peso y entidad y, si se me permite la expresión, más provinciana)13, debe de ponerse en relación con otros lugares similares si­ tuados en ambas orillas del rio Ucero. De ellos conocemos malamente algunos vestigios: la villa de Ucero con su magnífico mosaico, las Paredejas de Valdelu­ viel y la estupenda inscripción de Barcebalejo14. Indudablemente, una explora­ ción cuidadosa de la zona será bienvenida.

3. LA INSCRIPCION CRISTIANA DE GORMAZ

En la Ermita en ruinas, otrora bajo la advocación de San Miguel, que se alza a los pies del castillo de Gormaz, en la jamba derecha de la puerta de entrada a la iglesia, se conserva un fragmento de inscripción, que se aprovechó como dovela del arco. Se trata de un bloque calizo de forma rectangular y tallado a la medida para su reutilización; sus dimensiones son (34)x(18)x27. Las letras mi­ den 4 cms., perfectamente legibles y bien cortadas en la piedra. Como muchas otras antigüedades sorianas, la pieza fue dada a conocer por Ortega en 1971 y luego recogida por otros autores, pero, dado el carácter frag­ mentado del texto, ninguno de ellos fue capaz de desentrañar el sentido del mismo15. Lo que puede leerse (fig. 2) es: [---posue]runt[---] [---i]psa Ecle[ssia---] [---]I,3INT in.[---] [---]REM p[---]

(12) Vid. la reciente reivindicación de Vxama y su papel en C. GARCIA MERINO: Desarrollo urbano y promoción polftica de Vxama Argaela. BSAA 53 (1987). págs. 73·114. (13) ORTEGa: Art. cit., págs. 415-18 con fig. 1-7. (14) ef. B. TARACENA: Carta arqueológica de España. Soria. Madrid 1941, S.V. UCERO; A. BALlL. El mosaico de Ucero. Observaciones sobre la iconografía hispánica del mito de Bellerofonte, Celtiberia 28 (1978), págs. 143-52; J.M. BLAZQUEZ y T ORTEGa: Corpus de mosaicos de España, vol. VI: Mosaicos romanos de Soria, Madrid 1983, pág. 50. Para Valdelubiel, ORTEGa: arto cit. págs. 413-5 y ERS 118; para Barcebalejo, B. TARACENA: Epi· gratra soriana, BRAH 85 (1924), págs. 23-25. (15) T ORTEGa, Miscelánea arqueológica soriana (ambrones, paleocristianos y visigodos), XII CAN. Jaén 1971. Zaragoza 1973. págs. 805-8; id., Gormaz: Su contorno arqueológico, Celtiberia 22 (1972), págs. 82 y ss.; e. GAR­ CIA MERINO, La evolución del poblamiento en Gormaz (Soria) desde la Edad del Hierro a la Edad Media, BSAA 39 (1973) pág. 58; ERS 66.

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En la lin. 1 , puede restituirse también fecerunt dedicaverunt u otra forma verbal similar. En la lin. 3, lo que queda de la primera letra parece indicar que se trataba de una " B», pero la lectura es incierta; igualmente, transcribo la letra inicial de la lin. 4 como una "R», pero quizá sea una «8» o una "P". En cuanto a la cronolo­ gía, algunos rasgos paleográficos (especialmente la "R» en la lin. 1), indican que se trata de un fragmento de época visigótica, y esta data concuerda con la suge­ rencia de Ortega del origen germánico de la Ermita: tal afirmación es discutible, pero lo que parece claro es que, bien en el mismo solar, bien en otro lugar cercano, existió un edificio visigodo, algunos de cuyos elementos decorativos se aprovecha­ ran para el adorno de la Ermita de San Miguel y de otros edificios próximos16.

4. LA LAPIDA SEPULCRAL DE SAN PEDRO MANRIQUE

En la torre de la Iglesia de esta localidad serrana existe una inscripción sepul­ cral que fue publicada casi simultaneamente por dos equipos de trabajo, con considerables discrepancias en la lectura17• Como hacía notar en un artículo reciente18, tales divergencias se deben a la situación del epígrafe, a tal altura que dificultan tanto una autopsia cómoda como tomar buenas fotografías. Las lectu­ ras ofrecidas son: Jimeno-Morales

Mangas-Ramírez

D(is) m(anibus) Ant(onia?)TitulIa Sem(proniae) Titulle 5-an(norum) XX s(uis?) c(ara) e(x)p(ecunia) m(onumentum/aritus) P(ublius Min(ucius/icius) Felicissim(us) f(ecit)

D(is) m(anibus) Ant(onia)Titu­ lIa.s(uae). f(iliae) m(ater) Titulle an(norum).XX f(ecit de) s(uo) cep(it). m(onumentum). p(ossuit) Min(imae) Felicissim­ (a)e

Varios exámenes con prismáticos de la pieza y la comparación con la única fotografía aceptable que conozco (la de Ramírez que ilustra el trabajo de Mangas­ Ramírez) me han llevado a la misma conclusión que muestra la colación de ambos (16) L. CABALLERO: Arqueologla tardorromana y visigótica en la provincia de Soria. Actas del primer symposium de arqueología soriana. Soria 1982. Soria 1984. págs. 447·52; J. ZOZAYA: Gormaz. slntesis de arqueología soria­ na. Diez años de arqueología soriana (1978-1988). Soría 1989. pág. 108. (17) J. MANGAS Y M.J. RAMIREZ: Nueva inscripción latina de San Pedro Manrique. Memorias de Historia Antigua 4 (1980). págs. 221·2 con lám. 4; F. MORALES Y A. JIMENO: Nuevas inscripciones romanas de la Provincia de Soria. Celtiberia 32 (1982). pág. 160 con lám. 2. lig. 1. (18) J. GOMEZ·PANTOJA. F. MORALES

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Y

M.J. BOROBIO Art. cit. Pág. 254

textos: que, con la salvedad de algunas anomalías ortográficas (la S inversa en las lin. 3. 5 y 8, N por M en las lin 8 y el vulgarismo de Titulle por Titullae), la ins­ cripción es perfectamente legible pero no muy inteligible, como prueban las dis­ pares lecturas ofrecidas, especialmente en la lin. 5 y siguientes, donde las solu­ ciones aportadas son extrañas y sin paralelos en el uso epigráfico de la región. Creo que cabe una interpretación más normal y que explique las peculiaridades del epígrafe: D(is). m(anibus) Ant(estia) Titu­ lIa Sem(proniae) Titulle (filia) 5-an(norum) XX. (h)i-c-s-ep(ulta est). m(onumentum) p(osuit) Min(icia) Felicissi(m)é,'i

En la lin. 1, en vez del Antonia preferido por los anteriores editores, ha restitui­ do Antestia, que es un nomen frecuente en los epígrafes de la zona19; la curio­ sa fórmula de filiación de la lin. 2-3 puede ser explicada como la única forma de salvar la confusa alternativa Ant. Titulla Titulle (filia). Y ahora viene la crux de la inscripción: en lin. 5-6, lo que se lee claramente en la piedra es un XX.IS : CEP.; mi explicación supone la existencia de un ordinato� no muy leído (recuérdense las «S» inversas ya notadas) que cometió dos errores: uno ortográfico -ic por hic- y otro al confundir en la minuta la lectura de la C y la S cursiva, una equivo­ cación nada infrecuente2o.

5. EL ALTAR VOTIVO DE YANGUAS

En 1941, Taracena anunciaba que en la iglesia de San Pedro de Yanguas ha­ bía tres inscripciones latinas, una sirviendo de pila de agua bendita, otra «en el pavimento de la iglesia y aún otra, casi ilegible por su mal estado de conserva­ ción»; de esta tercera se ha perdido la pista, mientras que las otras dos debieron ingresar poco después en los fondos del Museo Celtibérico, donde actualmente están: una es una dedicación a la Matres y la otra, casi ilegibles sus tres primeras (19) ef. en ESPINOSAUSERO: Art. cit las inscripciones n.o 6.7 y 10. ..

(20) Una confusión similar en el epígrafe BRAH 53 (1908), pág. 36. como nota J. GIL: Nota a la epigraffa de Tarra· gona, en el Homenaje a Saenz de Buruaga, 9adaJoz 1982, pág. 361.

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líneas, siendo finalmente identificada por su último (y mejor editor) como un altar consagrado a JÚpiter21. He aquí esa lectura: I(ovi) O(ptimo) M(aximo) Teica[n]­ ia Pompei Flac(i) f(ilia) Nem[e]­ ntina Atem 5-nia e(x) v(oto) s(olvit) I(ibens) m(erito)22 La lectura tiene la virtud de sacar algo de sentido de un epígrafe que parecía para siempre condenado al grupo de las inscripciones ilegibles. Sin embargo deben de hacerse serios reparos que anulan el esfuerzo de Jimeno; primero, no haber tenido en cuenta los restos de letras que quedan por encima de los que él considera como la primera línea; luego, la irregular nomenclatura de la dedi­ cante, con tres cognomina y sin gentilicio, que inclina a pensar que se trata más bien de dos personajes; y por último, la extraña fórmula consecratoria ex voto so/vit libens merito, que rompe con el uso epigráfico.. . y con la sintaxis latina. En la práctica, esa "E» supernumeraria que obliga a Jimeno a tan peculiar cons­ trucción gramatical, es la última letra de un nombre en dativo, Atemniae, que como tentativamente supuso Albertos23, debe de corresponder a la divinidad honrada. Tras el exámen de los calcos de la inscripción, creo que puedo proponer con bastante certeza la siguiente lectura: [Pro sa]lu[te] pompei.Ca+[. ]n(-) Pompei(a) Flac(i) f(ilia) Neme5-ntina Atemniae v(otum).s(olvit). I(ibens). m( erito) La letra que no puede identificarse son seguridad al final de la línea 2, parece una R, con lo que el cognomen podría ser entonces Car[i]n(us),>. Concluyendo: perdemos una dedicación a Júpiter y ganamos un nuevo teónimo y una divini­ dad femenina, de carácter y atributos desconocidos24. (21) B. TARACENA: op. cit . pág. 179; las inscripciones del Museo tienen. respectivamente, los números de inven· tario 1028 y 1029. Y han sido publicadas por L. CAMPORREDONDO: Miscelánea. Recuerdos de Yanguas, Soria 1934; Nota de la Inspección General. Museo Celtibérico de Soria. MMAP 3 (1943). págs. 186-7 con lám. 58. fig. 1 Y 3; AE 1946. pág. 196; ILER 385; ERS 35-36; P PASCUAL y H. PASCUAL: Carta Arqueológica de la Rioja. 1: El Cidacos. Logroño 1984. págs. 102. n.O 56. .

(22) ERS 36 con lám. 10.2. (23) M.L. ALBERTOS: Spanische Gotternamen. en J.M. BLAZOUEZ, Einheimische Religionen Hispaniens in der romo Kaiserzeit, ANRW 18.1 (1986) pág. 262, leyó Alem{. ..]niae. (24) Este trabajo se realizó en el verano de 1989 durante una placentera estancia en la Kommision für Alte Ges­ chichte und Epigraphik des Deutschen Archaeologischen Instituts en Munich, parcialmente financiada con una ayuda a la investigación de la Comunidad Autónoma de Madrid, y del DAAD.

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FIG. l.-La lápida de El Collado, (Folograffa del autor)

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FIG. 2.-lnscripciÓn fragmentaria en el atrio de la Ermita de S. Mi uel. en Gormaz. (Fotografla del autor)

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