Poema satírico o chiste tradicional

May 30, 2017 | Autor: Juan Gorostidi | Categoria: Literatura española del Siglo de Oro
Share Embed


Descrição do Produto

¿Poema satírico o chiste tradicional?
(Montemayor, Santa Cruz y un clérigo poeta y corcovado)



En la colección poética titulada Las obras de Jorge de Montemayor (Amberes,
en casa de Juan Steelsio, 1554)[i] se hallan, al término del apartado que
conforman las obras escritas en metros castellanos, unos pocos poemas
satíricos y burlescos que anteceden a las composiciones "a la manera
italiana". En la edición posterior de 1558 (Amberes, por Juan Lacio),
llamada Segundo Cancionero y última publicada en vida del autor, esos
cuatro poemas burlescos se convierten en doce, y reciben un epígrafe
especial, al término del volumen, con el título de Obras de burlas. Hasta
aquí, nada resulta llamativo: Montemayor había retocado profusamente el
volumen de 1554 mediante correcciones que afectaban a varias poesías,
adiciones de piezas nuevas, supresiones, y, al parecer, no había quedado
nada satisfecho con el resultado del trabajo de los Steelsio (hablará en el
prólogo "al lector" de 1558 de "un libro mío que se publicó con muchos
yerros, tanto de parte mía como de los impresores"). En principio sí parece
un tanto sorprendente que de entre estas exiguas obras de burlas añadiera
nueve composiciones y suprimiera solamente una, que, por lo demás, no
presenta una calidad tan deficiente si se la compara con el resto de
composiciones burlescas que siguieron imprimiéndose en su Cancionero
durante la segunda mitad del XVI[ii]: ¿por qúe, entonces, esa supresión?
Veamos, antes de proseguir, cómo es tal poema[iii]:




Un clérigo necio, trovador, confiado y corcovado se alabó que, pasando por
delante su dama, le había tosido y dicho, "Ce, gentilhombre". Al cual se le
enviaron estas coplas:


Señor, de vuestra alegría
no me puede a mí pesar,
pero debéisla templar,
porque siendo en demasía
por fuerza os ha de dañar. 5
Que tan grande puede ser
d'aquel favor el placer
*que os haga loco de hecho,
y do está lo demás hecho
ved cuán poco hay que hacer. 10


Aunque si yo no sé poco,
no era malo de verdad
mudaros la cualidad,
y que un favor haga loco
*al qu'es de otra facultad. 15
Vos de avisado os loáis,
y entiéndese, si mandáis,
que este ser vos avisado
es porque os han avisado,
*mas no porque os avisáis. 20


*Decís que "Ce, gentilhombre",
vuestra señora os llamó;
en el "ce" bien acertó,
empero el gentil y el hombre
*sabed que os lo levantó; 25
que andando tan inclinado
o que diga corcovado,
si manda vuestra mercé,
natural os viene el "ce"
y en lo más os ha engañado. 30


Mis correctiones tomaldas
sin correros, si mandáis,
mas dello seguro estáis,
que el peso de las espaldas
os hará que no corráis. 35
*Trayendo tan largas lobas
y un peso de tres arrobas,
yo sé que no os correrés
y más con tan malos pies
como los de vuestras trovas. 40


Decís también que tosió
al tiempo que vos pasastes;
de muy mal galán usastes,
pues primero os obligó,
que vos, señor, la mirastes. 45
*Y no fue ruido hechizo
el toser, antes lo hizo
viendo vuestro desvarío,
*porque como os vio tan frío
*le causastes romadizo. 50

Vos decís que a vuestro aviso
no llegarán más de dos,
y así me perdone Dios,
que harto más que Narciso
os enamoráis de vos. 55
Y pues el "Ce" os da renombre,
dejemos el gentilhombre,
que si así os contenta el "ce",
no os descontentará el "Be",
principio de vuestro nombre. 60


Las causas de la supresión del poema son imposibles de determinar:
¿decisión de Montemayor al entender que la composición era un tanto chusca
y que no encajaba bien en un volumen dedicado casi enteramente a la poesía
amorosa?, ¿reacción airada del tal clérigo -en el caso de que tuviera una
existencia real- cuyo nombre empezaba por la letra B?, ¿el ambiente de la
época aconsejaba tal cambio?[iv]

En primer lugar, los poemas burlescos que permanecieron en el Segundo
Cancionero se alejan un poco, en lo que respecta a la intención satírica y
al estilo empleado, de esta composición. La pieza corresponde a un tipo de
poesía satírica que ya poseía larga tradición, la de motejar, tradición que
perviviría con fuerza durante los decenios siguientes. Pero sí que se trata
de un caso aislado dentro de la producción satírica de Montemayor. Las
otras composiciones "de burlas" que encontramos en el Cancionero pertenecen
a la sátira cortesana de tono amable (como un diálogo entre una mula y un
paje, una composición en la que aparecen varias damas del séquito de doña
Juana, la hermana de Felipe II y protectora de Montemayor, un diálogo entre
un caballero y un sayo, otro diálogo entre dos sayas convertidas en
ropones…piezas que tienen todo el aire de entretenimientos cortesanos), la
sátira antipetrarquista (una denostación del amor, un par de sonetos,
incluido el que comienza "¿Qué haces hombre? –Estoyme calentando", y una
larga carta en tercetos que cierra el volumen), la burla hacia los malos
poetas (la consabida sátira contra las glosas a La bella malmaridada, una
epístola en tercetos y un soneto dirigido contra unos panegiristas de
Feliciano de Silva, quienes le habían enviado a Montemayor diez sonetos con
motivo de la muerte del mirobrigense). Sin embargo, no hay otra composición
que muestre el arte de motejar[v], violento e hiriente, tan en boga en
círculos cortesanos, como la que el autor de la Diana suprimió finalmente
de sus obras poéticas. Es posible que el autor considerara que la poesía
excedía un tanto los límites de la cortesanía, o quizá que ponía en
entredicho su propia fama de poeta amoroso.

La segunda pregunta nos obligaría a pensar que efectivamente existió un
modelo de carne y hueso para la composición, cuya identidad, como es obvio,
nos resultaría imposible averiguar, y, por último, desde luego sabemos que
se produce un endurecimiento inquisitorial en el período 1557-1558*, pero
tan sólo el "clérigo" del epígrafe y las "lobas" del verso identificarían
al modelo satirizado como miembro del clero (y el epígrafe era de fácil
supresión y las tales lobas no eran vestimenta exclusiva de clérigos). El
enigma, pues, queda irresoluble, aunque en vista de la producción literaria
de Montemayor que conservamos, me inclino por la primera hipótesis.

Sin embargo, lo que me interesa es que, en 1574, veinte años después de
esta fugaz aparición del clérigo poeta y jorobado, Melchor de Santa Cruz
incluye este cuentecillo en su Floresta española:

Llamando una dama a un corcovado, de una ventana, diciendo:
-¡Ce, gentilhombre!,
respondió:
-Señora, la "ce" me cuadra, mas el gentil hombre no dice con mi hechura."

La relación entre ambos textos es diáfana[vi]. Lo que no queda tan claro es
si ambos se sirvieron de una fuente oral (¿o quizá escrita?) común o bien
Santa Cruz había leído el poema de Montemayor, dejando únicamente el
esqueleto del chiste en su versión en prosa; o quizá, con menos
posibilidades, la poesía de Montemayor había tenido una difusión
espectacular y se había popularizado en la tradición oral durante el lapso
de su publicación y la redacción de la Floresta. De compartir ambos textos
un origen común, Montemayor utilizó la amplificatio a la que era tan
aficionado[vii], mientras que probablemente, Santa Cruz mantuvo el relato
en el límite que a él interesaba: el de un chiste conciso y de gracia
inmediata. Pero si el origen último está en Montemayor, éste habría
acometido aquí un ejemplo de composición, el de motejar, muy frecuente
entre los ingenios cortesanos del XVI[viii] y del que no quedarían otros
restos en su Segundo Cancionero. Sirvan estas breves líneas para
corroborar, una vez más, el ayuntamiento de lo tradicional y de lo
cortesano en las letras del Siglo de Oro, y el que un mismo motivo pudiera
ser trasvasado sin problemas de un cancionero del XVI, que obtuvo un gran
éxito editorial[ix], a una obra miscelánea que despertó similar interés, en
cuanto a su influencia y número de ediciones, entre el público lector.


Juan Gorostidi Munguía


-----------------------
[i] Una edición posiblemente anterior (Évora?, 1553?) recoge únicamente las
poesías profanas, tal y como aparecen en el volumen de Amberes de 1554, con
el añadido final de tres sonetos de Boscán.
[ii] Caso distinto lo constituyen las poesías religiosas u Obras de
devoción, impresas en el volumen de 1554, vueltas a imprimir –sufriendo el
mismo proceso de reescritura que las poesías profanas- en volumen aparte en
1558 (Segundo Cancionero Espiritual) y que al año siguiente serían
prohibidas en el Indice del inquisidor Valdés. Las ediciones posteriores de
las poesías de Montemayor sólo ofrecerán las composiciones profanas.
[iii] Sigo el texto de Amberes 1554; no hay variantes respecto al otro
testimonio que conozco, Évora? 1553?
* vv. 1-8 Alusión irónica al precepto aristotélico de que la virtud se
halla en el medio.
* v. 15. Como es obvio, la otra facultad o condición es la de jorobado, no
la de loco.
* v. 20. avisado, dilogía entre 'inteligente', 'discreto', y 'llamado', a
lo que se une mas porque no os avisáis, 'mas no porque os aconsejáis'. Es
interesante el comentario de Covarrubias sobre la voz corcobado: "Piero
Valeriano, lib. 27, hablando del delfín, en cuanto es curvo o corcovado,
consuela y honra a los corcovados, diciendo así: Sed et gibba suum habet
significatum, utpote quaue futurorum indicium sit, ut apud Tranquillum,
aruspices Domiciani gibbam, per somnium sibi accesisse visam, interpretati
sunt, et quoniam pars et prudentiae futura praedecire, gibberosos aiunt
omnes astutos esse, multaque pollere sagacitate"
*v. 21. Dilogía entre Ce, interjección usada para llamar la atención de
alguien, y la letra inicial de corcovado. Compárese: "con boz llena de
dulçuras/y de amor,/le dixo: ¡çe, çe, señor!" (Castillejo, Diálogo de
mujeres, p. 128). Los editores de la Floresta española –cito en lo sucesivo
por la edición de Cuartero y Chevalier- señalan, por otro lado, que la
abreviatura es "más probablemente de cornudo" (Floresta, p. 241n), lo que
no se aprecia en el poema de Montemayor. A esta interpretación se amolda el
siguiente texto de Cristóbal de Castillejo, perteneciente al Diálogo entre
la Adulación y la Verdad: "Y tú, última y postrera/de todas cinco
vocales/demás que/por partirte de la B,/con dos cuernos te pintaron/y por
ruin te aposentaron/al cabo del A B C" (Obras, IV, p. 140). El otro
equívoco, claro está, se produce entre gentilhombre ('galán de buen talle')
y su condición de jorobado
*v. 25. levantó: obvia dilogía entre 'levantar falso testimonio' y levantar
al inclinado del verso siguiente, y así como a la condición de gentil
('ìdólatra') y de hombre del clérigo. Un chiste parcialmente similar
utilizaría Quevedo unas décadas después: "¿Quién tiene espaldas con moño/de
jibas, y, bien mirado/tiene el pecho levantado/como falso testimonio?"
(Quevedo, Poesía, p. 1187)
*v. 36. lobas: "Vestidura clerical, talar, que llega al suelo, cortada a
todo ruedo y cerrada con golpes para sacar los brazos" (Covarrubias).
*v. 46. ruido hechizo: "Ruido hechizo, fue ruido hechizo/El fingido para
algún engaño" (Correas, 20438); "Púseme a pensar si habría sido ruido
hechizo, que era bien asegurarme mejor" (Alemán, Guzmán de Alfarache, II,
p. 63); "que son rüidos hechizos/porqu´el mesmo credenciero/se los haze
perdidizos" (Torres Naharro, Comedias, p. 118).
*v. 49. frío: Alude al carácter y al ingenio del clérigo ('sin gracia y sin
brío') y a su falta de pasión y entusiasmo amorosos, enlazando el equívoco
con el verso siguiente. Compárese: "Dezíes otras niñerías,/tan baxas y tan
perdidas,/que no merecen, de frías,/ser bien ni mal respondidas" (Boscán,
Obra completa,p. 422)
*v. 50. romadizo: `catarro´. "Llevé a mi casa mis dineros con todo el
regocijo que podéis pensar, guardélo y arropélo, porque no se arromadizase"
(Alemán, Guzmán de Alfarache, IV, p. 73). El equívoco malicioso se presenta
por medio del significado truhanesco de 'sífilis' de la palabra:
"Preguntando a uno que tenía una pierna comida como de búas de qué
enfermedad se le había hecho, respondió: -De romadizo" (Floresta española,
p. 246). Acerca de esto, véase Chamorro, 2002, p. 715.
[iv] Como explica brillantemente Chevalier, 1992, pp. 60-61: "El motejar no
va encaminado a enmendar conductas; el motejar pica, muerde y zahiere.
Pertenece a la categoría del ingenio agresivo definido por Freud, ingenio
que tan frecuentemente se manifestó y se manifiesta en los círculos
reducidos cualesquiera que sean, y en especial en los círculos cortesanos
del Siglo de Oro". En la literatura áurea no es infrecuente hallar
encendidas defensas de esta costumbre: "Habéis dicho ser afrenta lo que en
nuestra conversaçión se usa por viveça para esperimentar el buen natural y
tacháis con todas vuestras fuerças el motejar que hay en nosotros, en lo
qual no tenéis razón, pues entre los antiguos sabios fue cosa tan usada y
de que se preçiaban todos como de graçia muy notable y que les dan a gran
loor a quien lo sabía mejor hazer" (Villalón, Scholástico, p. 253)
[v] En lo que respecta a la censura de libros véase Pinto Crespo, 1983, y,
más recientemente, Reyes Gómez, 2000.
[vi] Véase Chevalier 1992, pp. 24-37; para cuando el mote "zahiere el
aspecto físico de los burlados", véanse pp. 41-43.

[vii] Cito por la edición de María Pilar Cuartero y Maxime Chevalier,
Barcelona, Crítica, 1997, p. 241. Al igual que en otra edición moderna, la
de Maximiliano Cabañas, Madrid, Cátedra, 1996, los editores no hallan
ninguna fuente para este cuentecillo de Santa Cruz, en oposición a los
centenares de dichos, cuentos y anécdotas de la obra del toledano cuyos
orígenes se pueden rastrear, dado el ejemplar celo de estos editores

[viii] Por ejemplo, y sin pretensiones de exhaustividad, el empleo del
relato de los amores entre Céfalo y Pocris, extraído de las Metamorfosis y
utilizado por el portugués en su égloga II. Algo similar ocurre con
Cristóbal de Castillejo, escritor con el que Montemayor comparte no pocas
concomitancias. Para Castillejo y su empleo de cuentecillos tradicionales
en sus poesías, véase Chevalier 1978, pp. 80-84.
[ix] Las poesías de Montemayor tuvieron quizá más de doce ediciones en el
siglo XVI, en un lapso de treinta años aproximadamente. Véase González y
Fernández-Corugedo, 1986, que describe la existencia de al menos diez entre
1553 y 1583.


Referencias bibliográficas

Alemán, Mateo, Guzmán de Alfarache, ed. S. Gili Gaya, Madrid, Espasa-
Calpe,.1972, 5 vols.
Boscán, Juan, Obra completa, ed. C. Clavería, Madrid, Cátedra, 1999.
Cabañas, Maximiliano, ed., Melchor de Santa Cruz, Floresta española,
Madrid, Cátedra, 1996.

Castillejo, Cristóbal de, Obras, ed. J. Domínguez Bordona, Madrid,
Espasa-Calpe, 1958, 4 vols.
Castillejo, Cristóbal, Diálogo de mujeres, ed. R. Reyes Cano, Madrid,
Castalia, 1986.
Chamorro, María Inés, Tesoro de Villanos. Diccionario de Germanía,
Barcelona, Herder, 2002.
Chevalier, Maxime, Folklore y Literatura: el cuento oral en el Siglo
de Oro, Barcelona, Crítica, 1978.
Chevalier, Maxime, Quevedo y su tiempo: la agudeza verbal, Barcelona,
Crítica, 1992.
Correas, Gonzalo, Vocabulario de refranes y frases proverbiales, ed.
digital de Rafael Zafra, Kassel/Pamplona, Ediciones Digitales del GRISO,
2000.
Covarrubias, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española,
ed. M. de Riquer, Barcelona, Alta Fulla, 1987.
González y Fernández-Corugedo, Santiago, "Ediciones de la poesía
profana de Jorge de Montemayor", Archivum, XXXVI (1986), pp. 413-420.
Pedrosa, José Manuel, Tradición oral y escrituras poéticas en los
Siglos de Oro, Oiartzun, Sendoa, 1999.
Pinto Crespo, Virgilio, Inquisición y control ideológico en la España
del siglo XVI, Madrid, Taurus, 1983.
Quevedo, Francisco de, Poesía original completa, ed. José Manuel
Blecua, Barcelona, Planeta, 1981.
Reyes Gómez, Fermín de los, El libro en España y América. Legislación
y censura (siglos XV-XVIII), Madrid, Arco Libros, 2000.
Santa Cruz, Melchor de, Floresta española, ed. María Pilar Cuartero y
Maxime Chevalier, Barcelona, Crítica, 1997.
Torres Naharro, Bartolomé de, Comedias, ed. D. W. McPheteers, Madrid,
Castalia, 1984.
Villalón, Cristóbal de, El Scholástico, ed. J. Miguel Martínez
Torrejón, Barcelona, Crítica, 1997.*
Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.