Realities que invisibilizan el verdadero talento

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Julio Bueno

REALITIES QUE INVISIBILIZAN EL VERDADERO TALENTO

Julio Darío BUENO-ESCOBAR [email protected] Facultad de Artes de la Universidad de Cuenca y del Conservatorio de Música José María Rodríguez. Hermano Miguel 4-66 entre Honorato Vásquez y Calle Larga, Cuenca-Ecuador.

Manuscrito recibido el 20 de marzo de 2014. Aceptado, tras revisión, el 30 de mayo de 2014.

Resumen El presente trabajo analiza y comenta el Reality “Ecuador tiene talento”, desde el punto de vista estético, efectuando una visión comparativa desde la perspectiva de grandes pensadores como Badiou, Ponce y Varela, quienes buscan darle un nuevo enfoque al significado y valor del arte. También se discute la problemática de cuan fácil o difícil resulta medir el talento de un artista, y más aún compararlo con el de otro. Es una investigación que intenta provocar en el lector una sensible reflexión sobre lo que la televisión ecuatoriana produce en la actualidad y estamos de cierta forma obligados a ver, pensar y sentir. Palabras clave: Estética, arte, televisión, reality, interpretación, mercado, educación.

Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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Abstract This paper analyzes and discusses the Reality "Ecuador has talent" (Ecuador got talent) from the aesthetic point of view, making a comparative view of great thinkers such as Badiou, Ponce and Varela. In which aims to provide a new approach to the meaning and value of art, it will also address the problem that if it is possible that somebody could measure the talent of an artist, and compare it with another artist talent. This research wants to cause in the reader a sensitive reflection on what is happening in Ecuadorian television and somehow we have to see, think and feel. Keywords: Esthetics, art, television, reality, interpretation, marketing and education.

Forma sugerida de citar el presente trabajo: Bueno-Escobar, J. (2014). Realities que invisibilizan el verdadero talento. Qualitas, Vol. 7: 71-79.

1. INTRODUCCIÓN La televisión ecuatoriana está continuamente presentando nuevos programas con los que busca captar la atención de esa masa del público que hace del televisor un escape o un simple instrumento para su entretenimiento. Pretender a estas alturas que todos o la gran mayoría de canales de televisión ecuatorianos organicen su programación de acuerdo a estándares relacionados con lo cultural, lo educativo o lo artístico es pecar de ingenuos, pues sabemos que el primer objetivo, y Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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acaso el único, que guía su accionar es ser atractivos para un gran porcentaje del público televidente, porcentaje que se convierte en el mercado potencial de las firmas comerciales que son las que solventan el funcionamiento de los medios de comunicación. En este sentido, cualquier programa televisivo debe cumplir ciertos requisitos que lo vuelvan atractivo para una gran parte de la población, para lo cual lo primero es que se diferencie del resto de programas existentes en los otros medios. Frente a ello, una de las primeras alternativas que suelen utilizar los productores locales es adaptar los formatos que han resultado atractivos en otros países o, lo que es peor aún, reciclar aquellos otros que se presentaron exitosos hace mucho tiempo atrás en nuestro propio país.

2. METODOLOGÍA La metodología utilizada fue de naturaleza Cross-cultural, consistió en comparar posiciones de grupos culturales, pero también evaluar la posición de varios pensadores del arte con la finalidad de generar un espacio de reflexión y crítica a los programas de televisión de nuestro país.

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN El programa de televisión “Ecuador tiene talento”, transmitido por Ecuavisa, nace como un espacio que emula realities de similar factura, tales como “Popstars”, “Bailando por un sueño”, etc. Tal vez lo que lo diferencia de los demás es que ahora no hay una preferencia por una manifestación artística en especial, sino que pueden verse competidores ostentando sus habilidades en las más disímiles áreas: música, danza, malabares, canto, magia, entre otras. Dentro de este contexto, en Ecuador llevamos ya casi una década Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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contemplando un gran número de variaciones de los denominados Reality Shows. Por tanto, parece existir alguna fórmula exitosa en estos programas; por lo que se vuelve necesario realizar un breve análisis a sus características. En este sentido y con respecto a las causas detrás de la existencia de este tipo de formato, el profesor Varela-Mejía (2002) destaca lo siguiente: “las exigencias de la audiencia, la cual está ávida de satisfacer sus necesidades voyeristas; necesidades originadas, quizá, por la gran importancia que ha obtenido la invasión a la privacidad en una era en la que esta última es prácticamente un lujo”. Lo que Varela apunta es que los realities satisfacen un deseo siempre latente en los espectadores contemporáneos: hurgar directa o indirectamente en la intimidad de los demás y no perderse detalle de lo que le ocurre a los protagonistas. Esta nueva manera de apreciar el espectáculo televisivo y las exigencias de ese nuevo público pueden ser interpretadas de la siguiente manera: Así como entre los años ochenta y noventa asistimos al nacimiento de los llamados Tv babies y Generación MTv, podríamos decir que la Generación Reality ya vio la luz. Una generación para la cual la delicada línea entre lo público y lo privado no existe. Donde el concepto de lo privado puede no solo estar trastocado sino descartado del mapa mental y del vocabulario (Quintero-Touma, 2009).

Es decir, según lo anterior el público consumidor de realities estaría conformando una nueva generación de televidentes. Sin embargo, no estamos completamente de acuerdo con lo expuesto en la cita, pues este gusto por hurgar en la vida ajena y por contemplar la vida en directo ha sido una característica humana probablemente desde siempre; nada más que los medios de comunicación han sabido explotar paulatinamente, en especial en los últimos años; ejemplo de ello es la pornografía, las crónicas rojas y otros formatos que han tenido siempre una gran acogida en una buena parte del público. Lo que diferencia a los realities es que la ilusión de veracidad pretende ser completa, es decir, se le hace creer al espectador que lo que está Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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viendo es “la vida misma”, sin caer este último en la cuenta de que todo es resultado de un riguroso proceso de edición, y que lo que él considera la vida real, es tan o menos ficción que lo que se cuenta en un película, una novela o un relato. Por su parte, Eliseo Verón (2001), citado por Ponce (2005), señala: El reality show construye un verosímil propio y singular que está dado por el hecho de tratarse de personajes reales puestos a interactuar en condiciones artificiales. Se trata de algo distinto al verosímil de la cámara oculta, que se construye en la captación de una situación real. En este caso, por el contrario, se reconoce la intervención de una serie de mediaciones.

Con respecto a este enunciado, también diferimos un poco, pues aunque los participantes en los realities no son obviamente personajes de ficción, sin duda el haber pasado por un proceso de selección previa, así como el saber que están en un concurso los obliga a asumir una postura elaborada y/o sesgada para conseguir el favor del televidente, todo lo cual les otorga una cierta artificialidad que los aleja del ser humano promedio. En este sentido, puede señalarse desde ya que la simulación y la apariencia reemplazan a lo auténtico, a lo honesto y a lo estrictamente verdadero. Considerando lo anterior, a continuación un análisis del programa “Ecuador tiene talento”. Dicho programa fue transmitido en dos temporadas (2012 y 2013) por Ecuavisa y suele ser incluido dentro de la subcategoría de Programa Concurso (http://es.wikipedia.org/wiki/Ecuador_Tiene_Talento). Esta subcategoría consiste en que un grupo de aspirantes a artistas, ya sean cantantes, actores, etc., es seleccionado para habitar en una escuela de arte cerrada, donde reciben lecciones y son eliminados gradualmente en función de su habilidad mostrada ante las pantallas y juzgada por jueces o bien por el voto de los espectadores. Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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En “Ecuador tiene talento”, se presentan variados concursantes, personas con diferentes habilidades o “talentos”, quienes compiten por un anhelado triunfo, unos contra otros mostrando similares o disímiles habilidades. A pesar de ello, el ámbito musical suele ser el campo preponderante entre las habilidades que los participantes manifiestan. Considerando lo expuesto, posiblemente el más grave problema del programa es que a pretexto de querer ofrecer una gran panorámica del supuesto talento que tenemos los ecuatorianos, lo que se estaría logrando es reducir a un único espacio, a un único reducto, las más diversas manifestaciones artísticas que podamos imaginar, haciéndolas incluso competir entre sí. Esto es verdaderamente contradictorio para las auténticas manifestaciones creativas, pues sabemos que una obra de arte o una actividad artística no puede constituirse en toda su dimensión si ha sido concebida o desarrollada con el fin de responder a una competencia. El crear por el simple hecho de ganar a un rival a lo que conduce es a que el “artista” adecúe su canto, su composición o su interpretación al gusto momentáneo del público y del jurado, alcanzando con ello una uniformidad y posiblemente un grado de simplicidad peligroso, que sólo pretende agradar de manera inmediata y poco reflexiva. El verdadero arte, más allá de la calidad estética que logre, sólo puede generarse si no está sujeto a condiciones de esta índole. Las condicionantes si son creadas por un medio de difusión masivo pudieran estar solo reproduciendo estereotipos artísticos fáciles de consumir. La actitud del verdadero artista, es decir de aquel individuo que asume el acto de crear con una postura crítica y siempre innovadora es seguir la máxima de Badiou (2008): “La única máxima del arte contemporáneo es no ser imperial”. En cuanto al programa del presente análisis, cabe recalcar que la manera Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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como es entendida la música por los productores de “Ecuador tiene talento” e inclusive por los propios músicos y artistas participantes, es la de buscar equilibrar sus propuestas, no digamos de acuerdo al gusto del público, sino a la percepción que se tiene de lo que supuestamente es el gusto del público. Con esta visión lo que se logra es simple y llanamente uniformizar las propuestas artísticas, siempre apuntando a lo estándar y no buscando cumplir una de las más gratas funciones del arte, que es sorprender, así como trastocar los valores y conceptos establecidos por el gran público y por los poderes de control. Lo anterior puede ejemplificarse con un capítulo del programa en cuestión, aquel donde se pudo ver la presentación de una de las participantes, quien se decantó por una interpretación a capela de una archiconocida pieza vocal del repertorio “clásico”. Su interpretación, poco sustancial vale señalar, fue muy celebrada por los miembros del jurado, suponemos por el hecho de ser la única pieza clásica presente entre tantos ritmos contemporáneos. La misma participante supo confesar que había escogido dicho tema en razón de que cualquier otro habría resultado desconocido tanto para el público televidente como para el jurado, evidenciándose con ello que el salir victorioso es el principal imperativo que conduce a los “artistas” participantes, nada más lejos a la actitud de un verdadero artista. En este sentido, es nuestro deber, primero como espectadores y luego como músicos, el analizar críticamente aquellos programas televisivos que tratan de presentar lo que es simple competencia y espectáculo vano como arte. Para ello hay que recordar las palabras del profesor Badiou (2008), quien recomendaba en duras palabras: “Más vale no hacer nada que trabajar formalmente en la visibilidad de lo que existe para el imperio”. Esto debería ser seguido al pie de la letra por aquellos músicos que suelen involucrarse en proyectos que desmerecen al verdadero arte musical. En tal caso reiteramos que es nuestro deber, tanto como ciudadanos y como artistas, el ser justos en la crítica de la banalidad que insufla vida a la mayoría de medios de comunicación y los convierte en herramientas al servicio de la trivialidad y el simulacro, Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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entendiendo “simulacro” como aquello que se ejemplificó anteriormente: con la referencia a la presentación de la cantante de música clásica, cuya presencia simulaba diferencia, calidad estética o fuerza expresiva, pero que en el fondo era otra manera de presentar “lo mismo”. A su vez, también hay que ser justos en la crítica que hagamos a las audiencias, pues su complicidad las pone a merced de los poderes económicos y de los productos que pretenden venderles. En este sentido, y tal como señala Ordóñez (2005) sólo a través de una crítica firme de los medios y de las audiencias se promoverá el desarrollo futuro del potencial de progreso social que unos y otras contienen”. Es decir, no se trata de desmerecer la capacidad que la televisión puede ofrecer si se la utiliza correctamente como medio de comunicación y como transmisor de información, sino que lo que se busca es cuestionar su utilización en la transmisión de falsos valores morales, artísticos o estéticos, que lo que fundamentalmente consiguen es invisibilizar el trabajo y el esfuerzo de aquellos verdaderos artistas y músicos ecuatorianos que muy pocas veces logran mostrar al gran público sus actividades.

4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Frente a todo lo expuesto, me permito proponer una alternativa televisiva, esto es, un programa en formato reality, ¿por qué no?, pero que en vez de presentar a músicos compitiendo entre sí, los muestre trabajando individual o mancomunadamente en la consecución de un objetivo artístico concreto. Si el formato reality ha demostrado tener sus virtudes, las que se evidencian en aquellos documentales cinematográficos o televisivos que hacen del acercamiento objetivo y respetuoso a la realidad su principal fuerza estética, entonces por qué no aprovecharlo de una manera Qualitas. Vol. 7: 71-79 Junio 2014.

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ingeniosa en un programa televisivo que respete y valore en su debida dimensión realmente a la música y a los artistas?

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Badiou , A. (2008). 15 tesis sobre el arte contemporáneo. Recuperado el 13 de Mayo de 2012, de Contraindicaciones: http://www.contraindicaciones.net/2009/05/15-tesis-sobre-elarte-contemp.html Ecuador tiene talento. Recuperado el 5 de marzo de 2014. http://es.wikipedia.org/wiki/Ecuador_Tiene_Talento Ordóñez, L. (mayo-agosto de 2005). La realidad simulada. Una crítica al reality show. Recuperado el 16 de Mayo de 2012, de http://scienti.colciencias.gov.co:8084/publindex/docs/articulos/0 121-4705/2291452/4.pdf Ponce, F. M. (2005). Realities show e identidades. Recuperado el 17 de Mayo de 2012, de Red nacional de investigaciones en comunicación: http://www.pdf4free.com Quintero-Touma, T. (31 de Mayo de 2009). La era del reality show. El Universo, pág. 15. Recuperado el 16 de Mayo de 2012, Disponible en: http://www.eluniverso.com/2009/05/31/1/1421/62E1A593F857 4EB59950E8AFA81CC5DC.html Varela-Mejía, J. (Enero de 2002). La dura realidad: usos y gratificaciones aplicada a los reality shows. Recuperado el 16 de Mayo de 2012, de Razón y Palabra: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n24/24_jvarela.ht ml

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