Reseña: ¿Es nuestra identidad realmente nuestra?

Universidad De Los Andes
Ana María Romero Martínez
201530422
¿Es nuestra identidad realmente nuestra?
Consumismo, materialismo o fetichismo de la mercancía -si lo queremos poner en términos marxistas- son todos fenómenos clave que representan el tipo de sociedad en la que vivimos, dichas concepciones de nuestra realidad han dado pie al debate actual que radica en cuan valido es supeditar la condición humana como parte pasiva de un sistema económico, a reducir nuestra integridad dentro del marco de un modo de producción particular. La antropóloga colombiana Claudia Constanza Méndez cree que el ser humano no debe limitarse dentro de este juicio de la realidad social y es así como a través de su artículo "Comunicación e identidad: una aproximación al estudio de consumo" -publicado por la revista Universitas Humanística en 2007- propone una visión totalmente diferente sobre el fenómeno del consumo: como un proceso que hace parte de la cultura, con el cual podemos comunicamos a partir de los productos que adquirimos, basándonos en las ideas que consumimos, propiciando así la construcción de nuestra identidad en medio de dicho proceso.
Refiriéndose a diferentes autores a lo largo del texto para denotar el concepto del consumo desde una perspectiva antropológica, tales como García Canclini, Warde y McCracken, la autora plantea como objeto del artículo mostrar el consumo como un proceso de comunicación social, y ver cómo éste logra crear realidades, identidades, comportamientos e incluso, cómo llega a configurar nuestra sociedad. Introduciéndonos a la primera parte del desarrollo de la problemática presentada en el texto, Méndez no solo se vale definiciones de índole antropológica, sino que proporciona una alta gama de variedad sobre las diferentes concepciones que se han tenido alrededor del fenómeno consumista y expone la que ha recibido atención en los últimos años: la social.
La autora sustenta que el sujeto ya no compra solo con el fin de consumir, sino que además busca en sus adquisiciones beneficios sociales, los cuales son fortalecidos por la imposición de imaginarios dentro de su realidad y dentro de sus códigos culturales; lo que ha dado lugar al cambio de enfoque en la investigación de mercados, la cual se ha encaminado a entender al consumidor para ofrecer productos de formas más adecuadas y eficaces según sus motivaciones al momento de la compra, creando patologías obsesivas y una desenfrenada tendencia a la adquisición de productos; es así como el efecto del consumo sobre el individuo ha conllevado a reflexiones, generando dos definiciones opuestas respecto a éste: como práctica cultural de usar y como institución de destrucción. Obteniendo los objetos significados a partir de los imaginarios y las representaciones creadas por la cultura, Méndez también expone cómo los medios de comunicación y la publicidad juegan un rol importante en el fortalecimiento y objetivación de dichos imaginarios, y en cómo se perciben los productos que adquirimos, resultando en el consumo de ideas, fantasías, lugares, etc. que posteriormente dan pie a la creación de nuestra identidad, la cual podría definirse como la forma de expresar la realidad individual, donde el consumo, bien sea de objetos o ideas, es la pauta de nuestro comportamiento frente a determinados hechos.
Los planteamientos presentados anteriormente suscitan al surgimiento de varias inquietudes de corte ontológico: ¿Qué tan auténtica es nuestra identidad entonces? ¿Realmente nos pertenece?, si bien ésta está constituida por lo que consumimos y lo que consumimos es una recreación objetiva de la realidad, la cual está inmersa dentro del sistema económico preponderante, en este caso el capitalismo ¿tiene sentido decir que lo qué somos y cómo somos es de alguna manera, inherente al ser en tu término más general?
Desde la forma de comunicarnos hasta lo que determina nuestro comportamiento, el consumo indudablemente desarrolla un papel importante dentro de nuestra vida y nuestra realidad, pero ya que éste es la razón de ser de un sistema económico que nos ha sido impuesto, al que nos hemos visto obligados a sojuzgarnos, no puede hablarse de autonomía y autenticidad en lo que a la creación de nuestra identidad respecta, sino más bien, es importante resaltar cómo se ha implantado una noción de falsa libertad mediante la cual podemos elegir los productos que queremos consumir pero que en el trasfondo, nos ha privado del libre albedrío en cuanto al consumo de ideas.
Si bien no se profundiza en problemáticas realmente neurálgicas, cabe resaltar que el planteamiento de Méndez sobre la importancia de ver el consumo más allá de su índole económica y entenderlo como un proceso de comunicación y forma de cultura amplia nuestra perspectiva y la enriquece, sirviéndonos para hacer conciencia sobre nuestra verdadera posición en la realidad social y de cómo hasta el más mínimo detalle de nuestro ser, es el vil reflejo de una descarada manipulación.
Referencias bibliográficas
Mendez, C. (2007). Comunicación e identidad: una aproximación al estudio del consumo, Universitas Humanística. N° 64, 291-305.







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