Ritos iniciaticos en Esparta

September 10, 2017 | Autor: Mario Segura | Categoria: Homosexuality, Esparta, Grecia, Heracles
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RITOS INICIÁTICOS EN ESPARTA MARIO SEGURA FELGUERA

En el presente trabajo comentaré los principales ritos iniciáticos de Esparta tratando de arrojar sobre ellos mi opinión personal y la importancia de estos a la hora de configurar el mosaico social griego, en este caso lacedemonio. He tratado de encontrar la reminiscencia de estos ritos en la propia leyenda de Heracles, del que eran sucesores los spartiatas; ese es el objetivo, encontrar lo que hay de la leyenda en la realidad. El tema lo he elegido por ser la sociedad espartana, la cual tengo mitificada y encumbrada, sobre todo su aspecto colectivo y la importancia de este en la sociedad, junto con el mito de Heracles, algo que me apasiona.

ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN II. RITOS INICIÁTICOS 1. NACIMIENTO 2. AGOGÉ 3. KRYPTEÍA 4. SYSSITÍA 5. DIAMASTÍGOSIS III. CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA

I. INTRODUCCIÓN Entendiendo como religión, no sólo el culto y la creencia en una divinidad superior sino más bien como el sistema de creencias cotidianas en base a unos ritos que a su vez se sustentan en unos mitos, donde lo básico sería esperar un comportamiento ético por parte de los individuos, el cual sirve a estos para mantenerse en el seno del colectivo; entendemos que en Esparta, pese a no tener una connotación religiosa, el agogé sea la piedra angular de su sociedad y de su religión. En general, me refiero al rito de iniciación; pues es la base que les permitía creer en el futuro de la polis, mediante la formación de aguerridos ciudadanos. En este sentido encontramos también la krypteía, la syssitía y la diamastígosis, esta última dentro del culto a Ártemis Ortia. Es preciso entender la fuerza que tenían los ritos de iniciación dentro de esta sociedad. En particular los ritos de transición a la edad adulta, estaban cimentados en una rígida división social en función de la clase de edad. Esto es, lo que permite la diferenciación entre hombre y niño, entre habitante y ciudadano de pleno derecho con potestad en las asambleas. No sólo sirve para diferenciar la edad del individuo o más bien la etapa en la cual se encuentra, también durante el transcurso de los diferentes estadios, el niño que con posteridad será hombre, adquiría unas nociones que le serían indispensable en el futuro desarrollo de su labor como guerrero, además, aprendía y practicaba la camaradería tan importante en su sistema defensivo en batalla; en este sentido la excesiva camaradería lleva a comportamientos homosexuales por parte de los spartiatas. Es preciso mencionar que con cada rito aprendían unos comportamientos éticos y morales muy necesarios en una sociedad muy respetuosa entre la clase poderosa. En mi opinión, la dualidad del héroe semidiós Heracles: su instinto animal, insaciable, bárbaro e indomable junto con su alma voluntariosa, decida, firme, piadosa y respetuosa; conviven en el día a día espartano. Los spartiatas se muestran respetuosos en la vida cívica cambiando radicalmente en batalla, no en cuanto al respeto, pero sí en la fiereza de la lucha y su bravuconería que recuerdan al héroe. En la obra del sofista Pródico de Ceos Las horas y las estaciones, nos muestra a Heracles ante la encrucijada de caminos, por un lado el camino plácido y sencillo que le

llevará a la perdición, y, por otro lado, el camino arduo y costoso que le consagrará como un dios en el Olimpo. Heracles toma el segundo. Este punto recuerda al camino que debe seguir un spartiata, consagrado al poder de su brazo para doblegar corazones enemigos y así alcanzar su gloria. Otro punto, es el determinismo con el que nace Heracles. Zeus engendra a su vástago con el fin de que él sea el encargado de librar al mundo de añejas amenazas que lo atormentan. En el mismo sentido, encontramos al spartiata que nace con la determinación de ser el que libre a la ciudad de las amenazas. II. RITOS INICIÁTICOS 1. NACIMIENTO El alumbramiento de un niño espartano conllevaba a un rito, podríamos de decir, de selección. El bebé era llevado por su padre al lesjé, e inspeccionado por un consejo de sabios ancianos, la Gerusía, para juzgar su salud y fortaleza, este punto incluía el discutido baño al recién nacido en vino. El contacto con el vino hacía que los niños enfermizos entraran en convulsiones y se desmayaran, de modo que los débiles podían ser identificados para su eliminación. Si se detectaba que el bebé padecía de un defecto físico o mental, se le lanzaba al vacío desde el monte Taigeto. Esta eugenesia estaba destinada a crear varones fuertes que se convirtiesen en grandes guerreros. Podemos decir que se trata de un rito de iniciación o, más bien, de transición para ser persona, pues el niño hasta pasar la prueba no era considerado como tal. La importancia de engendrar un varón fuerte era tal, que como explica “Jenofonte en su capítulo primero (7-8) de su República de los lacedemonios, dedicado a la teknopoiía o reproducción, un hombre anciano permitía que su esposa fuese fecundada por otro hombre más joven”1, con el fin de tener una descendencia digna. Vemos la importancia que el Estado da a la reproducción.

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FORNIS, C. ESPARTA, Historia, sociedad y culturar de un mito historiográfico. Crítica Arqueológica. Barcelona. Página 276.

2. AGOGÉ La agogé, el sistema educacional espartano, muy diferente del modelo convencional de paideía griega, era vista como la piedra angular de la entidad política lacedemonia. El entrenamiento militar y los deportes eran privilegiados por encima de cualquier otro tipo de aprendizaje, aunque las letras y la música no eran totalmente olvidadas. Su significación política adquiere relevancia por el hecho de que sin haber pasado con éxito las diferentes etapas del agogé no se podía alcanzar la ciudadanía plena. Únicamente los futuros reyes estaban exentos de realizarla. En palabras de Plutarco (Ages. 1,4) porque su destino era mandar, no obedecer. Hasta entonces los jóvenes iniciados eran excluidos del cuerpo cívico. Era misión del agogé inculcar en los valores comunitarios, los cuales se situaban por encima de todo, a la comunidad se debía todo esfuerzo y no al beneficio y la gloria personal. Si le damos un cuerpo individual a la comunidad espartana vemos las reminiscencias de la camaradería de Heracles, éste era el perfecto compañero: valerosos y comprometido con el resto. Esto es lo que se busca dentro del agogé, crear pequeños Heracles, que al igual que el héroe consiguió su gloria, éstos den gloria a la comunidad. Se buscaba la excelencia, así se estimulaba a los jóvenes a competir en virtud, siempre en pos del bien común, una sana rivalidad que según Jenofonte era “la más grata a los dioses y la más adecuada a la ciudad”2. Además debía desterrarse cualquier conducta opulenta y arrogante. Con la misma pretensión de alcanzar el “buen orden”, se enseñaba también a dominar las emociones, vivir en armonía con las fuerzas religiosas del lugar en el que se encuentren (especialmente en batalla) y con los fenómenos astronómicos. El niño espartano vivía con su madre hasta los siete años de edad. A partir de entonces el estado se encargaba de la formación del muchacho. Los niños eran distribuidos en agélai (rebaños), quedando bajo el cuidado de los que se consideraban más capacitados en cuanto a inteligencia y fuerza física para imponer respeto. En una primera etapa, que duraba hasta los doce años, los niños endurecían su cuerpo y su carácter con diferentes juegos y pruebas que realizaban desnudos y descalzos; pero también aprendían a leer, escribir, aritmética elemental, expresión oral y algo de música, danza y poesía, básicamente como los niños atenienses. Durante el proceso formativo,

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JENOFONTE. República de los Lacedemonios. 4,5.

era competencia de los éforos vigilar los progresos, lo hacían cada diez días, si el joven era obeso o estaba afeminado se le deshonraba en público. A los doce años comenzaba la segunda etapa del agogé. En esta nueva etapa los jóvenes dentro de las agélai, eran divididos en ílai (compañías) conforme a la edad. Cada clase tenía su propio nombre y el paso a la siguiente siempre aparece marcado por una prueba ritual que el iniciado debía superar. Era el momento en el cual un adulto, de entre los más distinguidos y respetados, se le asignaba como instructor, este era responsable de la educación, le acompañaban unos jóvenes provistos de látigos para la función disciplinaria. Los muchachos permanecían siempre en grupos, tanto durante los ejercicios del día como durante el descanso nocturno. Vestían únicamente un manto (tríbon) y las raciones de comida eran escasas para incitarle al hurto, un hábito que suponía la agudeza del ingenio, pues de ser descubiertos eran duramente castigados. En mi opinión este hecho es una metáfora del mito en el cual, Autólico, hijo de Hermes y Quíone, maestro del robo y el hurto que era capaz de realizarlos sin dejar rastro, enseña a Heracles. En esta fase el entrenamiento paramilitar había desplazado por completo el de las letras, aunque no la música y la danza, por ser estos beneficiosos para la aplicación religiosa y militar, este último porque además de ser un buen ejercicio físico, le permitía seguir el ritmo de los precisos movimientos de la falange hoplítica. Angelo Brelich (1969) sostenía y comparto, que estos detalles ascéticos del agogé eran parte de un sistema de iniciaciones tribales que cumplían su papel de transformación y normalización del individuo. En mi opinión, esta marginación de la civilización, le permite al joven emerger siguiendo la tutela de un adulto que lo introduce en el engranaje de la vida comunitaria. Este hecho tiene similitud con Heracles cuando en su juventud, tras matar a Lino, es enviado al campo por Anfitrión y bajo la tutela de Téutaro, el cual le enseña diversas artes para sobrevivir, vuelve a la civilización. En la tercera etapa, cuando entre los catorce y los dieciséis años el niño deja de serlo y se convierte en adolescente, se

produce una toma de contacto con las

instituciones cívicas. Se establecía un vínculo entre los adultos con plena capacidad política y los jóvenes. Estas solían acabar en relación de tipo homosexual. Pretendían ensalzar las virtudes viriles para fomentar que el joven escogiese un modelo a seguir. Nuevamente el mito nos muestra un hecho muy similar: Abdero, joven no formado aún, se encomienda a Heracles, el cual le encarga tareas menores mientras él se dedica al

combate. También tenemos el ejemplo de Hilas, al que el héroe enseña las artes de la guerra. Retomando el tema de la relación homosexual, se encontró una copa en el santuario de Ártemis Ortia, donde vemos una violación de jóvenes imberbes (con señal de los latigazos en la espalda) por hombres adultos con barba. Posiblemente esto sería una parte de otro rito de iniciación dentro del templo de la diosa, aunque no está demostrado. El estado apoyaba este tipo de relaciones, por lo que nos encontramos con una pederastia ritualizada.

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Para acabar su etapa de adolescente, el joven debía pasar la diamastígosis ante el altar de Ártemis Ortia, se hablará después de ello. A partir de los veinte años se comenzaba la instrucción militar en el ejército en calidad de irénes. Podían acceder al syssítion (banquete). Se les permitía entonces dejarse crecer el pelo y la barba, así como cuidar y conservar sus capas y armas. Era un ejemplo de la próxima promoción e integración dentro del cuerpo cívico. La ciudadanía plena se conseguía a los treinta años, cuando se le permitía participar en la Asamblea, incorporarse a la falange hoplítica y aspirar a las magistraturas del estado; en lo privado, podía casarse y hacer uso de su lote de tierra. 3. KRYPTEÍA La krypteía era el rito el cual permitía al joven superar la barrera que le separaba de la edad adulta dando muerte a un hombre. No guardaba relación con la agogé, esta se encarga de los jóvenes hasta los veinte años, mientras que la krypteía la realizarían hombre de entre veinte y treinta años, cuando ya están a punto de ser ciudadano de 3

Imagen de Copa laconia, obtenida de: FORNIS, C. ESPARTA, Historia, sociedad y culturar de un mito historiográfico. Crítica Arqueológica. Barcelona. Página 278. Atribuida al taller del Pintor de Náucratis, 580-575.

pleno derecho. Además, no todos realizaban la prueba, sólo unos pocos elegidos podían participar, lo que da pie a pensar que se trataba de una selección “natural” de líderes para la sociedad espartana. La prueba consistía en que un grupo de jóvenes era enviado fuera de la ciudad, a un espacio salvaje desconocido, durante un período determinado de tiempo, con el fin de que matase a un hilota. Tenía carácter individual y la muerte era el rito que le iniciaba en el tránsito a edad adulta. Ha habido discrepancias sobre la naturaleza de la krypteía, por un lado Platón dice que se trata de un ejercicio de endurecimiento y sufrimiento para los jóvenes; mientras que para Plutarco y Aristóteles se trataría de una función represiva sobre la masa hilota. Pero al comprender la actividad una serie de prohibiciones vemos su carácter ritual. Los jóvenes debían vestir con sólo una túnica, a pesar de que la prueba se realizaba en invierno, y estaban desprovistos de todo equipamiento (calzado, litera, esclavos que le ayudasen) a excepción de un puñal. Tenían que vagar por las montañas sin poder ser descubiertos y castigados, por lo que se escondían durante el día para que cuando llegase la noche descendiesen de la montaña y matasen a los hilotas. Los criptos se veían obligados a robar para alimentarse. En mi opinión, este hecho tiene eco en uno de los primeros trabajos de Heracles, en el cual el héroe tiene que acechar a su presa hasta dar con ella y matarla, se trata del león de Citerón. Según nos narra el mito, Heracles lo persiguió durante cincuenta días y dio con la bestia el último, el semidiós contaba con dieciocho años cuando realiza la hazaña y es este punto lo que me interesa. Al matar al animal y vestirse con sus pieles Heracles pasa a ser reconocido, es en este punto donde veo la conexión entre la krypteía y el trabajo. En lo concerniente a la matanza de los hilotas, pensar que estuviese determinada y esta fuese dirigida contra élites rebeldes, quitaría el carácter ritual, por lo que más bien se trataría de una matanza indiscriminada sin objetivos que atender. La krypteía no es sólo una prueba ritual, busca la prolongación de la agogé y fomentar la astucia, la fuerza y la inteligencia de la una élite de ciudadanos destinada a dirigir el Estado.

4. SYSSTÍA “La syssitía era la comida comunitaria que diariamente, siempre al anochecer, reunía a los espartiatas de pleno derecho con la finalidad de estrechar y reforzar los vínculos de unión que hacían posible su predomino sociopolítico”.4 A principio puede parecer que no tenga una connotación ritual, pero se trata de un hecho cotidiano realizado en base a una creencia (la comunidad), cuenta con un comportamiento ético y tiene una serie de normas. Una de estas normas era la necesidad de llevar comida a la mesa, la no colaboración en el banquete conllevaba la pérdida de los derechos políticos del individuo y se le despojaba de su condición de “igual”, siendo relegado a la de inferior. La asistencia al syssítion era obligatoria para todos los espartiatas y sólo se excusaba si uno se encontraba cazando o realizando un sacrificio, en cuyo caso debían enviarse a la mesa común parte de las capturas de la caza o bien las primicias del sacrificio. Los espartanos no comían mucho en estos banquetes, aun así la ingesta media estaba muy por encima del resto de Grecia. El vino estaba prohibido, al igual que las fiestas dionisíacas que tanto éxito tenían en el resto de Grecia, esto era porque el vino corrompía la ética y el comportamiento cívico que llevaban los espartiatas, en este sentido esta es la razón por la que la mujer estaba excluida de estos banquetes. Como antes se comenta, el joven espartano podía ir al banquete a partir de que superase la última etapa de agogé, cuando tenía entre veinte y treinta años. Se buscaba con ello continuar la formación, así tomaba aspecto cívicos desconocidos con anterioridad para él, como son el no hacer bromas, el saber estar en la comunidad. Como rito ejemplarizante, los espartiatas permitían la ingesta de vino a los hilotas, estos ebrios se comportaban de manera extravagante y danzaban con descaro. De esta forma los espartiatas trataban de enseñar la moraleja a los jóvenes y dejar clara su diferencia social. En relación con la bebida hay un suceso en el mito de Heracles en el cual el héroe estaba comiendo con el centauro Folo y tras comer en abundancia pide una copa de vino, Folo se niega por ser un vino muy fuerte que le había regalado el propio Dioniso pero Heracles le persuade. El simple aroma de la bebida enardece a los centauros que estaban fuera los cuales enloquecen y se dirigen a la cueva de Folo. Las bestias enajenadas no hacen caso de las advertencias de Heracles y el héroe se ve 4

FORNIS, C. ESPARTA, Historia, sociedad y culturar de un mito historiográfico. Crítica Arqueológica. Barcelona. Página 285.

obligado a matar a los centauros. Folo coge una de las flechas del semidiós con tan mala suerte que se le desliza entre las manos, se le clava en una pata y muere. La congoja que siente Heracles al volver y verle muerte le inunda su alma. Es esto lo que me interesa, pienso que puede ser que los espartanos teman que el vino le convierta en bestias y luego tengan que lamentar sucesos como el de Heracles y Folo.

5. DIAMASTÍGOSIS Se realizaba en el templo de Ártemis Ortia, diosa que tenía como atributo principal la fecundidad, de modo que se le asociaba con el crecimiento de la vegetación salvaje y de los animales, pero también con el desarrollo humano. La diamastígosis ante el altar de la diosa consistía en una prueba. Era un tipo de rito de iniciación en la que los jóvenes adolescentes tenían que soportar sin llorar una sangrienta flagelación, debido a que la diosa requería que la sangre fuese vertida sobre su altar, mientras trataban de coger unos quesos colocados en el altar. El premio consistía en una hoz, objeto que nos indica su reminiscencia agrícola, el cual era fijado a la estela votiva que el vencedor consagraba en el santuario. La ceremonia de flagelación culminaba con una procesión llamada phallophoría, en la que portaban enormes falos. La diamastígosis se enmarca dentro de todo un ceremonial de iniciación a la edad adulta bajo la protección de la diosa durante el cual se mostraban a los jóvenes las famosas máscaras, dichas máscaras mostrarían al iniciado las dos caras del futuro que le aguarda, la “agradable” o la “horrible”, según qué pautas de comportamiento siguiese en su vida. Como anécdota, la diamastígosis se convirtió en un espectáculo sangriento, llegó a tener tal fama que en época romana, en el siglo III, se construyó una cávea para albergar al público visitante, deseoso de ver las reminiscencias de la que para entonces era la legendaria Esparta. La significación del ritual en sí, no está claro. En mi opinión, analizando el hecho de que los jóvenes debían robar un queso y aguantar los latigazos sin llorar, significa que en el transcurso hasta el altar iban desarrollándose como hombres, mientras ofrecían su sangre a la divinidad como protección, el conseguirlo sin llorar significaría madurez y, por último, el coger el queso representaría la culminación del tránsito a la edad adulta.

III. CONCLUSIÓN Tras haber analizado el ritual espartano, puedo decir que esencialmente están enfocados hacia la formación de hombres fuertes y vigorosos, capaces en la batallas. La guerra es la actividad principal y la más importante que desarrollan los spartiatas lacedemonios, de ahí que todo su cortejo ritual este enfocado a ella. Otro aspecto que se destaca en los rituales es el comunitario. Todo está enfocado a crear hombres de “equipo”, como se diría actualmente. Pero este es un punto engañoso pues pese a los esfuerzos por intentar ocultar las diferencias, estas quedaban patentes, sobre todo en la syssitía cuando en el postre se anunciaba el plato y el benefactor de este. Queda claro que la raíz del rito se enmarca en una sociedad nómada y pastoril. Por hechos que tienen lugar en la agogé o la krypteía. Creo haber podido conseguir mi objetivo de demostrar, o al menos encontrar similitudes, del rastro del semidiós Heracles que quedan en el día a día de sus descendientes, los heráclidas.

BIBLIOGRAFÍA 

CHASE, Cristina. Peregrinación por el Peloponeso. Editorial Canales Siete. Madrid-Málaga. 2009.



FORNIS, César. ESPARTA, Historia, sociedad y culturar de un mito historiográfico. Crítica Arqueológica. Barcelona.



MAVROMATAKI, Maria. MITOLOGÍA GRIEGA. Hattalis. Atenas. 1997.



PAUSANIAS. Descripción de Grecia. Traducción: María Cruz Herrero Ingelmo. Madrid. 1994.



TABOADA, Jesús. MUSA CELESTE II. Los grandes ciclos: Heracles, Jasón y Troya. Akal. Madrid. 2008.

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