Spinelli, Sergio.Massurrealismos

“U n ho m b re s e p ro p o n e l a t a re a d e d i b uj a r e l m un d o . A l o l a rgo d e l o s a ñ o s p ue b l a un e s p a c i o c o n i m á ge n e s d e p rov i n c i a s , d e re i n o s , d e m o n t a ñ a s , d e b a hí a s , d e n av e s , d e i s l a s , d e p e c e s , d e ha b i t a c i o n e s , d e i n s t rum e n t o s , d e a s t ro s , d e ca b a ll o s y d e p e rs o n a s . P o c o a n t e s d e m o ri r, d e s c ub re q ue e s e p a c i e n t e l a b e ri n t o d e Q u e d a p r ohib id a la r e p r oducci ón total o parci al por c u a l q u ie r m e d io d e im p r esi ón o re producci ón, en for ma i d é n t i ca, e x t r a c t a d a o m odi f i cada, en castel l ano o cual qui er o t r o i dio m a, d el t e x t o y/o l as i mágenes. I S BN: 978- 9 8 7 - 23523- 1 -8 I mp r e s o en G e s t alt , B u e nos A i res, en Se pti embre de 2015

l í n e a s t ra za l a i m a ge n d e s u ca ra ”

E l H a c e d o r, Jo r g e L u i s B o r g e s

El Massurrealismo

El “Massurrealism” no

las nuevas tecnologías

es nuevo, James See-

junto a los medios de

hafer comenzó con éste

comunicación masivos.

término en el año 1992

El artista norteameri-

y a partir de allí mucho

cano, quizá sin darse

del arte que se producía

cuenta, tomó de Mars-

desde hacía años atrás

hall McLuhan el concep-

comenzó a formar y to-

to (y lo llevó a otro nivel)

mar un nuevo marco

de cómo los medios de

conceptual, una estruc-

comunicación aparecen

tura que se sostiene y

como extensiones de la

afianza en la producción

persona, de cada uno

de arte del siglo XXI y

de los seres humanos.

Jean Baudrillard fue ampliamente reconocido por sus investigaciones en torno al tema de la hiperrealidad, y de acuerdo con sus tesis, Estados Unidos ha construido para sí un mundo que es más “real” que Real, cuyos habitantes viven obsesionados con la perfección, buscan evitar el paso del tiempo y la objetivización del ser. De esta manera la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo. Es decir, en nuestra cultura postmoderna, tecnológicamente en continuo avance, nuestra conciencia es incapaz de distinguir la realidad de la fantasía.

La Hiperrealidad

Precesión de los simulacros

En su ensayo sobre la precesión de los simulacros, Baudrillard recuerda un cuento de Borges sobre un mapa (es decir, una representación) tan detallada que es una correspondencia exacta con el territorio. “En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Men-

digos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas. Suárez Miranda: Viajes de varones prudentes, libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658.” Del rigor en la ciencia, El hacedor, Jorge Luis Borges

Baudrillard señala que el territorio ha dejado de existir y que sólo ha quedado el mapa o, mejor, que es imposible distinguir los conceptos mismos de mapa y territorio, dado que se ha borrado la diferencia que existía entre ellos. Baudrillard insiste en que la realidad supera a la ficción y asegura que los receptores de la Hiperrealidad desempeñan un papel pasivo y que no existe la construcción de sentido independiente. Los simulacros son aquellos elementos que, según la metáfora de Borges, hacen emerger un mapa (modelo virtual) por encima del territorio real. Ese modelo virtual construido por la sucesión de simulacros llega a suplantar a la realidad, dando lugar a la Hiperrealidad. Dado que la realidad se extingue bajo el modelo virtual, ya sólo quedan los simulacros: de aquí en adelante, los simulacros precederán a cualquier acontecimiento, o, más exactamente, a cualquier suceso que ocurra en la hiperrealidad.

Baudrillard sugiere que el mundo en el que vivimos ha sido reemplazado por un mundo copiado, donde buscamos nada más que estímulos simulados, es decir, nos alcanza con los elementos que representan lo que buscamos, no aquello que buscamos, nos basta su mero estímulo. Y en nuestra época actual estamos estimulados por simulacros construidos y enviados constantemente desde los modelos virtuales, y vueltos a reenviar, donde la Hiperrealidad se hace cada vez más “real” y no deja paso a que podamos diferenciar lo Real de lo que no lo es.

Hoy el surrealismo convive en cada momento de nuestras vidas, ha dado varios pasos más allá y se ha convertido en uno de los principales simulacros de la vida cotidiana. Desde expertos en publicidad y en edición de imágenes hasta cualquier persona con acceso a una computadora o tablet y teléfono celular y simples programas de retoque fotográfico, producen imágenes de alto contenido surreal, y donde ya nadie advierte el carácter justamente irreal de ese mensaje, por la propia Hiperrealidad.

El Massurrealismo es el producto de nuestra propia imagen, retroalimentado por nosotros mismos, enfatizado por los medios masivos de comunicación, y completamente indiferenciado entre el medio y el mensaje, entre el paisaje actual cargado de carteles publicitarios y tablets y teléfonos móviles inteligentes. El Massurrealismo emerge como el arte del siglo XXI, se preocupa por los nuevos simbolismos, la tecnología y los medios masivos de comunicación. Más que nunca hoy el medio es el mensaje, el Massurrealismo es la manifestación concreta de esta interrelación indisociable e indiscutible.

Fragmentos del ensayo de Sergio C. Spinelli que da nombre al libro “El sueño del bandoneón, una serie de ensayos sobre el Massurrealismo”, Buenos Aires, 2012

Del tango algunos han dicho que es canción de cuchillos, tristeza, malevos y prostitutas. Que nació en el crimen y en el sexo que se compra. Los espacios de Palermo se hicieron posibles en la milonga, el malevaje y las mujeres de vida fácil. Allí, en ese Palermo inicial, los criollos se mataban a punta de versos de guitarra y olor a mujer. Y los gringos mantenían vivo el rencor y la cuchillada tardía y traicionera. Había caserones amplios y frescos para los criollos, casas estrechas y sucias las de los gringos. Los primeros con la poesía cristalina en la boca, los segundos con los versos opacos de la pobreza. Y en ambos, las tristezas y los rencores, los amores despechados y las visiones de lo imposible. Palermo fue campo mítico, donde lo bueno y lo malo no existió, era la guitarra y el facón, la voz que se alargaba hasta languidecer y el puñal fino. Y las mujeres que esperan la danza sensual y el crimen pasional, quizá por ellas. También estaba la otra danza, la danza entre hombres, danza de machos que cortejaban como gallos, que se lucían en las fintas y los firuletes, en el taconeo y el brillo de las espuelas. Se bailaba el sentimiento, el deseo, la muerte que se solidificaba en el aire y en las miradas. Afloraban los sentimientos cuchilleros, las penumbras eran apenas iluminadas por la hoja de metal mellado o la brasa del cigarrillo, las manos endurecidas a más de domar potros y enfrentar vientos duros, buscaban también la vida del otro. De todo sucedía allí en esos inicios de Buenos Aires. Y los opuestos son la creación que ya no se detiene. Mis obras empiezan a surgir sin casi dilación, crear comienza a hacerse una manifestación visceral, casi como gritar, o bailar el mismo tango. Y entonces surgieron impacientes las obras de sombreros, cuchillos y humo de cigarrillo cambiante de colores, veredas antiguas de San Isidro para representar al Palermo de aquellos años, los colores saturados y las perspectivas largas, un surrealismo porteño y digital, un Massurrealismo en definitiva.

¿ P o r q ué “M a s s urre a l i s m o s ”? P o rq ue s i b i e n a t rav é s d e e n s ayo s , j un t o a o t ro s a rt i s t a s y f i l ó s o f o s , he i n t e n t a d o d e f i n i rl o , e n e s t e p e q ue ñ o l i b ro q ue re ún e ca s i t o d a m i o b ra M a s s urre l i s t a p ue d o v e r q ue n o a l ca n za c o n un M a s s urre a l i s m o , m i s o b ra s a b a rca n un a m p l i o e s p e c t ro y p a re c e n va ri o s un i v e rs o s , y p o r e s o , s i m p l e m e n t e “M a s s urre a l i s m o s ”.

Sergio C. Spinelli