Actas II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna

May 18, 2017 | Autor: D. Grup de Recerc... | Categoria: History, Archaeology, Didactics, Poliorcetics
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II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna Damià Abella Plantés F.Xavier Hernández Cardona Mireia Romero Serra (editors)

U1niversitat

de

BARCELONA

Edita: Francesc Xavier Hernández Cardona. Grup de Recerca DIDPATRI. Universitat de Barcelona www.didpatri.cat © Autores y editores, 2016 ISBN: 978-84-608-9294-6 Fecha de edición: junio, 2016 Compaginación: Puput

Las opiniones emitidas en esta publicación son exclusiva responsabilidad del autor de la misma. Los derechos de explotación de esta obra están amparados por la Ley de Propiedad Intelectual. Ninguna de las partes de la misma puede ser reproducida, almacenada ni transmitida en ninguna forma ni por medio alguno, electrónico, mecánico o de grabación, incluido fotocopias, o por cualquier otra forma, sin permiso previo, expreso y por escrito de los titulares del © Copyright. Las II Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se enmarcan en el contexto del proyecto de investigación “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales i la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economía y Competitividad.

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II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna Damià Abella Plantés F.Xavier Hernández Cardona Mireia Romero Serra (editors)

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Índice general Introducción. II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna . . . . .

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El Patrimonio Defensivo de Cataluña de época moderna: un factor de desarrollo cultural y económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Joaquim Nadal Farreras

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El uso social del Patrimonio Monumental. Un caso excepcional: San Fernando de Figueres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Manuel Alfaro Gil

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Patrimonio defensivo moderno en Cataluña y didáctica de la geografía . . . . . Jaume Busquets Fàbregas El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres, punto estratégico para la conservación de la flora (Silene sennenii) y mirador para la enseñanza de geografía e historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . José M. Dacosta Oliveras San Fernando de Figueras. Problemas de hoy y los retos del mañana . . . . . . Anna María Puig Griessenberger Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas: la evolución de las técnicas de asedio durante la Guerra de Sucesión . . . . . Xavier Rubio-Campillo

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Las murallas medievales y modernas de Barcelona. «Si vis pacem, para bellum» 65 Carme Miró Alaix El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca. Problemática de investigación y usos sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Miguel José Deyá Bauzá

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De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom, leal ingeniero de la monarquía hispánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Miguel Muñoz Corbalán

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Arqueología subacuática y conflicto. El caso del Pecio Deltebre I. . . . . . . . . 113 Gustau Vivar La vida cotidiana en los viejos castillos. Siglos xv al xvii. El ejemplo del castillo de Montsoriu (Arbúcies-Sant Feliu de Buixalleu) . . . 127 Jordi Tura; Joaquim Mateu; Gemma Font; Sandra Pujadas Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio del siglo xviii . . . . . . . . 139 Francesc Xavier Hernàndez Cardona, Xavier Rubio Campillo, Mireia Romero Serra, Francesc Riart i Jou Juegos de simulación histórica: guerra y diplomacia en el siglo xviii . . . . . . 153 Marc Figueras Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético en el Caribe. Las actividades del Comité científico internacional de fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163 Dra. Tamara Blanes Martín Museografía didáctica y poliorcética moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179 Rafel Sospedra Roca, Gemma Sebares Valle, Isabel Boj Cullell, Eva Poblador Relancio, Carolina Martín Piñol, Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D y técnicas fotogramétricas del Baluarte de Sant Antoni (Barcelona): democratización y valorización de resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193 Jorge Angás Pajas La fortificación de Amposta. De plaza de primer orden a fortificaciones de circunstancias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 Dídac Gordillo Bel El paso de las murallas romanas y medievales a las fortificaciones modernas en la ciudad de Tarragona (siglos xv-xvii) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Joan Menchón Bes Arquitectura militar en el campo de Tarragona, Conca de Barberà y Priorat (Provincia de Tarragona) entre época medieval y moderna (siglos xv-xvi). Algunos ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Joan Menchón Bes Los artífex del castillo de Monjuïc de Barcelona (1640-1779): frailes, ingenieros y maestros de casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Josep M. Vila i Carabasa

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ACTAS La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna en la ciudad de Valencia 267 José Ramón Cumplido Muñoz La restauración arquitectónica de las fortificaciones y su problemática. “Experiencia propia” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Alfred Pastor Mongrell Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric . . . . . . . . . 289 Montse Viader i Crous “Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta” . . . . . . . . . 299 Maria Jesús Vidal, Isabel Centeno, Pau Moncho y Sheila García Recreación histórica de época barroca en Cataluña . . . . . . . . . . . . . . . . 311 Adrià Arroyo Montagut, Roger Candela Callado Museografía de un asedio. Barcelona 1714 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323 Gemma Cardona Gómez, Lorena Jiménez Torregrosa, M. del Carmen Rojo Ariza, David Íñiguez Gracia, Alba Ambrós Pallarès Sílvia Juàrez Moreno Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii . . . . . . . . . . . . . . 339 Maria Feliu Torruella, Mar Hernàndez Pongiluppi, Guillem Hernàndez Pongiluppi, Silvia Burset Burillo

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Introducción. II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna Las II Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se celebraron en el castillo de San Fernando de Figueras entre los días 12 al 15 de marzo de 2015. Como las anteriores se organizaron a iniciativa del Consorcio del Castillo de San Fernando de Figueres y en colaboración con la Universidad de Barcelona. Esta segunda edición confiere a la iniciativa una madurez relevante en tanto que se han mantenido, en calidad y cantidad, las aportaciones. Por otra parte estas II Jornadas han contado con una participación internacional importante. La presencia de la Dra. Tamara Blanes, del ICOFORT-ICOMOS, y del Dr. Edward Harris, director del Bermuda Museum y padre de la arqueología contemporánea, otorgan a la iniciativa un grado de madurez y de proyección relevante. También cabe destacar el carácter interdisciplinar de las aportaciones: arqueólogos, historiadores, ingenieros informáticos, didactas, técnicos en turismo, recreadores… todos ellos han participado y colaborado generando un fecundo foro de intercambio de conocimientos al entorno del patrimonio defensivo y sus circunstancias. Esta dimensión interdisciplinar se ha convertido también, sin duda, en uno de los puntos fuertes de las Jornadas. Como en la anterior ocasión las dependencias y servicios del Castillo de San Fernando han demostrado ser un marco incomparable para este tipo de actividades. Con estas II Jornades de Sant Ferran la fortaleza pasa a convertirse en polo de referencia de investigación e innovación al entorno del patrimonio militar. El éxito de estas segundas jornadas, y el convencimiento que en el sector del patrimonio del conflicto hay oferta y demanda de investigación e innovación, indica e invita a la realización de unas terceras jornadas en 2016. Ello va suponer sin duda la estabilización definitiva de la iniciativa y la consolidación de la fortaleza de Sant Ferran de Figueres, y de la ciudad de Figueres, como polo de referencia internacional del patrimonio poliorcético. Y esta dinámica va a contribuir, sin duda, a un mayor conocimiento de la fortaleza y a garantizar la integridad de sus estructuras. San Fernando de Figueres es sin duda uno de los referentes poliorcéticos más importantes de Europa y va ejercer su capitalidad, también en el campo del conocimiento.

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Coordinación de las jornadas Sr. Damià Abella Plantés Dr. F. Xavier Hernàndez Cardona Dr. Xavier Roigé Ventura Sra. Mireia Romero Serra Comité científico

Colaboran

Dr. Joaquim Nadal Farreras Tinent General Carlos Díaz Capmany Dr. Pere Gifré Ribas Dr. Juan Miguel Muñoz Corbalán Dr. Edward C. Harris Sra. Carme Miró Alaix Dra. Tamara Blanes Martín Dr. Joan Manuel Alfaro Gil Dra. Anna M. Puig Griessengerger Sra. Gemma Cardona Gómez Dr. Xavier Rubio Campillo Dr. Miguel José Deyá i Bauzá Dr. Joan Manuel Rueda Torres Dr. Ramon Ripoll Masferrer Dr. Ramon Buxó Capdevila Dr. Enric Vinyes Manuel Sr. Josep Maria Dacosta Oliveras

Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya Universitat de Girona Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural Barcelona Supercomputing Centre Fundació Les Fortaleses Catalanes Institut d’Estudis Empordanesos Amics del Castell de Sant Ferran Centre Sport Figuerenc Miquelets de Girona Desperta Ferro Ediciones SOS Monuments Museu d’Arqueologia de Catalunya Museu Etnològic del Montseny La Gabella Museu d’Arqueologia de Catalunya - Girona Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació, Medi Natural dels SSTT a Girona Amics del Castell de Montjuïc

Secretaría Sra. Sílvia Juàrez Moreno Organización Dra. Gemma Sebares Valle Dr. David Íñiguez Gracia Dr. Rafel Sospedra Roca Sra. Isabel Boj Cullell Sra. Lorena Jiménez Torregrosa

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El Patrimonio Defensivo de Cataluña de época moderna: un factor de desarrollo cultural y económico Joaquim Nadal Farreras Universitat de Girona. Institut Català para la investigación en el patrimonio cultural [email protected] Resumen El patrimonio es el producto de diversas transformaciones y decisiones a lo largo del tiempo. La funcionalidad de los artefactos patrimoniales a lo largo del tiempo incide en un permanencia, destrucción o transformación. El patrimonio que pervive no es ajeno a las estructuras sociales, económicas y culturales que lo generaron. La lectura de estas circunstancias que generaron o mantuvieron un patrimonio son fundamentales para proceder a su interpretación. El patrimonio defensivo, a menudo erosionado por la evidente y rápida obsolescencia en cuanto a usabilidad, presenta una complejidad singular. Su tratamiento y uso puede ser diverso pero siempre debe ser respetuoso con sus valores y su historia, y cualquier opción debe propiciar su interpretación. Palabras clave: Patrimonio defensivo. Usos del patrimonio. Valor del patrimonio 1. El valor del patrimonio, el sentido de la historia Desde mi punto de vista, el patrimonio es la memoria del tiempo. Es un hilo invisible que reconstruye el vínculo entre el recuerdo intangible, la transmisión de la memoria y la herencia concreta que hemos recibido. El patrimonio se convierte, en este sentido, en la expresión de las capas del tiempo, el poso que decanta el paso del tiempo y, así, de capa en capa, se convierte en un palimpsesto imperfecto y variable.

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El hilo invisible de la memoria nos revela los resortes ocultos, las capas desaparecidas; y nos permite constatar un eterno tejer y destejer que es el resumen de la dinámica histórica que se establece entre la construcción, la destrucción y la reconstrucción del patrimonio. Nuestro patrimonio es hijo de una elección posible, y quizás intencionada, de los tiempos remotos y los tiempos recientes. Es a la vez producto del decantamiento del tiempo y de la precipitación de los acontecimientos; hay un patrimonio depositado y un patrimonio precipitado, despreciado y dañado, todo en uno. El valor patrimonial atribuido a la herencia que hemos recibido no puede prescindir del sentido histórico de la realidad de cada momento, y debe buscar la correspondencia entre los valores patrimoniales, recibidos y transmitidos, y el sentido de la historia en el momento de su producción. Nuestro hilo invisible, los hechos de la historia y de la memoria, ayudan a dar vida al patrimonio. No nos corresponde, y no nos podemos permitir, una contemplación pasiva de un patrimonio inerte. El patrimonio inanimado acumula y apila, generando un hacinamiento indiscriminado, y quizás sin sentido. Leer el patrimonio e interpretarlo es darle vida. Llenarlo de contenido es darle sentido. Necesitamos huir de la contemplación romántica de un pasado glorioso en ruinas, y empezar de nuevo. Necesitamos tirar del hilo de los cimientos, construir el sentido de las dinámicas históricas, atribuir un sentido a la representación física del patrimonio como un espacio social, económico y de poder. Sólo así, captando el sentido de los valores patrimoniales, tendremos respuesta a los interrogantes que nos plantea la realidad del tiempo evanescente. Si todo lo expuesto es válido como criterio general, adquiere todavía una dimensión más evidente cuando nos enfrentamos al valor que se otorga al estado de conservación y los usos actuales del patrimonio defensivo. 2. El sentido y la valoración del patrimonio defensivo Nos cuesta demasiado asociar e identificar elementos del patrimonio histórico, artístico y arqueológico con funciones defensivas y de protección de tipo militar. Por otra parte, históricamente nos ha costado, también, otorgar sentido y valor patrimonial a aquellos elementos físicos y arquitectónicos que han tenido en el pasado, y han perdido totalmente, una inequívoca función militar y defensiva. Dejadme explicar esta ignorancia, por desconocimiento identificativo, y este desprecio patrimonial a partir de la obsolescencia de los elementos militares, con el ejemplo de dos casos. El primero. Ha costado mucho establecer en el poso comunitario, no tanto en el conocimiento de los especialistas, la definición del triángulo medieval de Girona (el perímetro romano ampliado en época carolingia y denominado Força Vella), como un triángulo con un castillo en cada uno de sus vértices: Montcada-Sobreportes, Cabrera-Requesens y Torre Gironella. Y hemos tardado más en saber, y asumir, que cada tramo de muralla de Girona, por tercios, dependía de cada castillo, y que a su vez los

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tramos se fragmentaban en otras partes encargadas, infeudadas, a un noble caballero, militar pues, para su defensa. A menudo, en la contemplación y el disfrute del patrimonio no disociamos y no tenemos en cuenta los hechos históricos, que influyen en la materialización patrimonial. En un país dominado por castillos, monasterios e iglesias, no debería ser difícil construir un discurso historiográfico que asociara la construcción cultural del presente —la valoración patrimonial— a la realidad histórica. Es decir, asociar el patrimonio que admiramos, con mirada neutra, al papel de unos grupos sociales dominantes y unas estructuras de poder, de dominio militar y de colonización y ocupación territorial, que han configurado desde tiempos pretéritos el patrimonio histórico. En busca de la colectividad identitaria hemos perdido el hilo de la estructura social y del poder, y también de la sumisión social. Hasta aquí el primer caso a modo de ejemplo. El segundo ejemplo es aún más flagrante. A menudo, las estructuras físicas asociadas a la función militar no han tenido una valoración histórica y patrimonial, y ahora nos lamentamos de su destrucción, eliminación y desaparición. Ejercemos un lamento retrospectivo que nos lleva a darnos cuenta de que la percepción del patrimonio es también una construcción cultural e intelectual, a menudo reciente. Me refiero a las fortificaciones, a las murallas. Si ya no sirven para nada, las derribamos. El grito de los liberales “abajo las murallas”, que dejó Barcelona sin su perímetro defensivo, se extendió como la pólvora por toda Cataluña. Se conservaban murallas, no por su valor patrimonial, sino en función inversa del estorbo que hacían. Ya me perdonaréis que vuelva a usar la materia prima que tengo más a mano, que es Girona, para explicarme. Los fosos, los glacis, los baluartes y contrafuertes de la muralla del Mercadal, han desaparecido todos. Tenia que construirse un ensanche, la ciudad debía crecer. ¡Las murallas son un espacio público que se puede liberar, pues las suprimimos! En Barcelona hacían rondas, mientras que en Girona abrían la Gran Via. La muralla del siglo xiv, de Pedro el Ceremonioso, en el lado de las Canteras, en el este de la ciudad, no era impedimento de nada y esta feliz coincidencia nos permite, ahora, disfrutar de un camino de ronda extraordinario y darnos cuenta de la dimensión y características de la fábrica de la muralla. Somos hijos y herederos de nuestra historia y hemos recibido en herencia la elección de las generaciones que nos han precedido. Es verdad, claro, que era más fácil, y más barato, buscar el espacio público en los terrenos ya ocupados por estructuras públicas que respetarlas por su valoración patrimonial e ir a buscar el espacio necesario para los ensanches en una lucha difícil, y quizás descarnada, con la propiedad privada. La grandeza de las civilizaciones también se mide por su capacidad de asumir y respetar el pasado, leerlo, actualizarlo, patrimonializarlo o simplemente prescindir de él, en nombre del progreso. No juzgo el pasado. Miro de describirlo con parámetros de hoy y asumo el riesgo de ser muy injusto. Pero forzar el argumento en ambos casos me sirve para situar este tipo de patrimonio, ahora.

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Y, aún, si se desea añadamos casos más cercanos. El mismo castillo de San Fernando en Figueres, los de Montjuïc en Girona y Barcelona, ​​los de Bellaguarda o Salses en la Cataluña del norte, el de Montsoriu, el de Hostalric, el de la Seu de Urgell... En todos los casos mencionados se perfila una problemática conceptual y metodológica. 1. La lectura histórica de los equipamientos militares. 2. La asociación, ahora, entre la función histórica y su valor patrimonial 3. El nivel de intervención en la conservación y la rehabilitación. 4. Los usos actuales y futuros de este patrimonio. 3. La historia La explicación de los hechos históricos asociados a una estructura social, en una coyuntura política, a unas dinámicas militares, a menudo, nos debe permitir leer mejor y entender los vestigios materiales del pasado. Tenemos que poder romper con la contemplación pasiva, un modo algo frívolo y reduccionista de limitar la contemplación a un disfrute estético con parámetros contemporáneos. Es una visión, una manera de mirar, que nos escatima el dolor, el sufrimiento, la vida que siempre rezuman los muros, ahora inertes, de tantas fortalezas. Debemos aprender a interrogar al patrimonio. El conocimiento de las técnicas de ataque y defensa nos permitirá percibir mejor la dinámica de acción y reacción en los asedios medievales y modernos, y atisbar por las rendijas como era la vida cotidiana en ciudades sometidas al azote de la guerra. 4. El patrimonio El sentido patrimonial de la huella histórica, la percepción de los procesos de construcción, destrucción y reconstrucción; la elección del tiempo, la jerarquía de los materiales, la constatación de que lo que queda, no siempre es exactamente lo que era. En la superposición de etapas y materiales sólo resisten la selección, y el veredicto del tiempo, las estructuras más potentes, y en la mayoría de los casos las más directamente asociadas a las estructuras del poder, que son las que acostumbran a evidenciar una representación jerarquizada de la sociedad. Hoy prácticamente no queda ni una sola casa de la época de las iglesias románicas del Pirineo. Pero ¿qué queda, por ejemplo, en todo Figueres de la Figueres de la época de la fortaleza? La selección temporal nos indica un orden jerárquico y de poder material, espiritual y militar. La suma de todas estas aproximaciones configura una gama de valores de gran riqueza objetiva, en el patrimonio mismo como nos ha llegado, en la interpretación del patrimonio y en el descubrimiento de los mecanismos asociados a la formación de este patrimonio. Hay que añadir la constatación de que el patrimonio recibido es sólo una parte del molde de una escultura que sólo podemos reconstruir, parcialmente, a

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partir de la documentación, si conseguimos dar voz a los anónimos protagonistas de la historia, los que no tenían ni castillos ni abadías. 5. La rehabilitación Si hemos sabido leer y explicar adecuadamente una fortificación, ligarla a la historia, a las estructuras sociales que la hicieron posible, la fortaleza quizás puede quedar exactamente como está, como nos ha llegado: testimonio elocuente de una realidad acumulativa, con heridas de guerra, heridas de la incuria y heridas del olvido. Dejar el monumento tal como nos ha llegado; explicarlo, pero no reconstruirlo, consolidar de forma elemental, insinuar más que rehacer, dejar que la fortaleza hable por ella misma con todas las huellas dejadas por las acometidas sucesivas y las utilizaciones sobrevenidas. Definir los itinerarios, asegurar el mantenimiento, garantizar la integración en el paisaje, asociar el monumento al ecosistema que se ha generado por la no intrusión de elementos extraños. El herbario del castillo; poner en evidencia las entrañas, las obras hidráulicas, las conducciones del suministro, la estructura y la funcionalidad interna. Limpiar, ordenar, consolidar y mostrar, explicar. Hacer pedagogía de la función y de lo cotidiano. La dieta, la salud, la higiene, la vida de la tropa, de los oficiales, los animales. Considerar los castillos-castillos y los castillos-ciudad constatando que, a veces, hay una fortaleza para proteger un pueblo y, otras veces, hay un pueblo entero en el interior de una fortaleza. 6. Los usos Tenemos tantos casos como fortalezas existen y, seguramente, del análisis de los usos podríamos desprender un mal uso del bien histórico o, en cambio, un destino que subraye sus valores. Un centro de interpretación, un equipamiento cultural, un museo, un hotel, un restaurante, una simple ruina visitable… es probable que todos los casos tengan su sentido y que sean justificables, como también es evidente que un mismo uso puede ser respetuoso con el bien patrimonial y, en otro caso, puede convertirse en una parodia desvirtuadora. Un uso apropiado requiere simplemente la lectura de la historia, la valorización patrimonial, la intervención de restauración y de restitución, y que la rehabilitación y los nuevos usos finalmente definidos conserven la coherencia y no desvirtúen el sentido histórico y patrimonial. La reducción del patrimonio a la irrelevancia es uno de los mayores riesgos en la definición de nuevas funciones. Hay opciones que subrayan y potencian el patrimonio defensivo y otras que lo devalúan y lo hacen residual. En definitiva, el patrimonio

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defensivo no es, ni puede ser, un valor residual, y puede ser, en cambio, un valor añadido. 7. A modo de conclusión La demolición del pasado ha sido una práctica reiterada de la humanidad. Ha habido una demolición consuntiva, gradual, por erosión. Y ha habido, también, una de compulsiva y encarnizada. En cualquier caso ha afectado el pasado remoto y el inmediato, el pasado material e inmaterial, de las cosas y de las personas, de los vestigios de la vida y de la memoria de las vidas. La destrucción del pasado es un signo de degradación de la civilización que construye cada vez más los elementos del futuro desde la superfluidad líquida. Hay, pues, una agenda temática, una lista de tareas, unos itinerarios metodológicos posibles, en el conocimiento, divulgación y difusión de este patrimonio.

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El uso social del Patrimonio Monumental. Un caso excepcional: San Fernando de Figueres Juan Manuel Alfaro Gil Doctor por la Universitat de Barcelona Vice-presidente de la Fundació Les Fortaleses Catalanes Conservador del Castillo de San Fernando de Figueres [email protected] Resumen Tras más de dos siglos y medio de vida, la fortaleza de San Fernando ha sobrevivido dignamente al uso continuado y a los avatares históricos de los que ha sido protagonista. Constituye un caso excepcional dentro del patrimonio fortificado de época moderna en Cataluña, por pasar de ser utilizado por el ejército a ser abierto al público como bien cultural de forma no traumática. Por ello, no ha sido víctima del abandono, del vandalismo, de la expoliación o de los usos alternativos que han padecido el resto de patrimonio de su clase, ofreciendo hoy en día un grado de autenticidad excepcional. Pasados diecinueve años de su entrada en el panorama turístico-cultural del país son muchos los avances conseguidos a nivel de mantenimiento, conservación, restauración e interpretación. No obstante, queda mucha labor por delante, especialmente respecto a su difusión y publicitación. Aunque la batalla científica ya ha sido ganada, cabe ahora dirigir los esfuerzos hacia su mayor conocimiento por parte de la sociedad. Pero no de cualquier manera, sino como lo que es: uno de los mayores exponentes del patrimonio cultural del país. Palabras clave: Fortificación, patrimonio, conservación, difusión, financiación.

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1. Orígenes de una fortaleza El 4 de septiembre de 1753 se iniciaron las obras de la que sería una de las fortificaciones abaluartadas más espectaculares de Europa: San Fernando de Figueres. Su existencia se debe a la coincidencia en un mismo momento histórico de importantes personajes de la época: el rey Fernando VI; el capitán general de Cataluña, marqués de la Mina; el secretario del despacho de Guerra, Marina, Indias y Hacienda, el marqués de la Ensenada; y el comandante del Cuerpo de Ingenieros, Juan Martín Zermeño. Todos ellos al servicio del ideario social y político de la Ilustración española. No hay duda que con la falta de sólo uno de los componentes de esta especial alineación, el resultado hubiera sido bien distinto. Tras más de dos siglos y medio de existencia, San Fernando ha resistido dignamente el paso del tiempo, hallándose actualmente en un estado de conservación y autenticidad más que respetable. Las razones por las que un monumento como éste, con tales dimensiones y situado en tan privilegiada ubicación, ha llegado a nuestros días en estas condiciones, son muchas y variadas, tantas como vicisitudes ha vivido. Y en todas ellas, nuevos factores humanos, institucionales e históricos se han alineado sistemáticamente para conseguir legar a las generaciones actuales y venideras un edificio especial y único cuyo valor e importancia va más allá de sus impresionantes muros. San Fernando fue concebido para proteger Cataluña de sus impetuosos vecinos, que durante el siglo xvii no habían cejado en el intento de anexionarse parte de su territorio. Las incursiones de los ejércitos franceses en el Principado fueron una constante a lo largo de los diferentes conflictos que asolaron Europa durante esa centuria, mientras que las autoridades hispanas eran incapaces de proteger sus fronteras. La Paz de los Pirineos debía poner fin a esa situación. Finalmente se cedió a las demandas francesas y se cumplió el gran deseo de aquella monarquía de ver su nueva frontera coincidir con la que tuvo la Galia. A pesar de las importantes concesiones dadas en 1659, la Paz fue efímera y nuevos conflictos asolaron Cataluña hasta bien entrado el siglo xviii. Ni el radical cambio de familia en la Corte hispana fue capaz de liberar al Principado del conflicto y la desolación. No fue hasta la finalización de la guerra de la Cuádruple Alianza que sus habitantes pudieron respirar tranquilos durante un prolongado espacio de tiempo. Con la entronización de Fernando VI se abrió una nueva etapa para la monarquía hispánica. Se finiquitaron los conflictos en Europa y la paz permitió destinar recursos, precisamente, para hacer que ésta fuera duradera. Y uno de los buques insignia de esta insólita etapa de la historia moderna del país fue, precisamente, San Fernando de Figueres. La fortaleza nació con los mejores padres y padrinos, y durante los cerca de cincuenta años que duraron sus obras no faltaron las mil y una dificultades. Problemas con los asentistas, la puesta en duda de la calidad de su construcción, la intervención de las obras por la administración, la muerte o la desaparición de la escena política de sus valedores, las constantes rebajas en las dotaciones de obras... pero a pesar de todo el magno proyecto de los Zermeño se materializó prácticamente en su totalidad.

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2. San Fernando en guerra La guerra no tardó en llegar y el conflicto vecinal tuvo un nuevo episodio, esta vez, con la Francia revolucionaria. Nuevamente las tropas galas invadieron Cataluña, pero esta vez algo había cambiado. El Empordà ya no estaba desprotegido y la inmensa fortaleza estaba dispuesta a llevar a cabo, por primera vez, la labor para la que fue concebida cuarenta años antes. Sin embargo, las especiales circunstancias en que tuvo lugar el primer asedio a la fortaleza, tras la derrota del ejército español en la batalla del Roure, aunado a la inoperancia y cobardía de los mandos responsables de su defensa, dio lugar a una rendición precipitada. Y la culpa no tardó en recaer en San Fernando. Los propios cargaron contra ella: que si estaba mal trazada, que si estaba dominada por las alturas próximas, que si sus obras no se cubrían bien las unas a las otras... Los extraños le aplicaron el peyorativo sobrenombre de Belle Inutil apelativo que, incomprensiblemente, los propios no tardaron en hacer suyo haciéndolo pervivir hasta el presente. Humillada, vilipendiada y puesta en cuestión de nuevo, San Fernando inició el siglo siguiente con otro asedio. Esta vez el vecino, transmutado de revolucionario a imperialista, bloqueó la plaza con veinticinco mil hombres. Pero en esta ocasión su guarnición, que no superaba los cuatro mil, supo conservarla durante más de cuatro meses. Otros tiempos y otros defensores. El convulso siglo xix estuvo plagado de un sinfín de conflictos internos entre la nueva visión del país, fruto de la primera constitución fraguada durante la Guerra de la Independencia, y la tradicional. Mientras que Fernando VII, por un lado, juró la constitución presionado por el éxito de un pronunciamiento, por el otro, reclamó ayuda a sus socios de la Santa Alianza para retornar el país al régimen absolutista. Nuevamente el vecino, con un contingente que recibió el nombre de los “Cien Mil Hijos de San Luis”, entró en el país. Y no tardó en dirigir sus pasos hacia San Fernando, cuyo gobernador se mantuvo fiel al gobierno liberal. En esta ocasión fue un bloqueo más que un asedio formal pero a pesar de ello éste se prolongó hasta cumplir los cinco meses. La falta de auxilios y las fiebres obligaron a su gobernador a la capitulación. San Fernando tampoco quedó al margen de los pronunciamientos, motines y revueltas que caracterizaron el siglo xix. En agosto de 1837 los artilleros de la fortaleza se rebelaron contra la reina regente y el gobierno constitucional obligando a su gobernador a abandonarla. El capitán general de Cataluña, Barón de Meer, tuvo que desplazarse a Figueres, y ante la presencia de sus tropas, los amotinados capitularon. Seis años después, en 1843, el brigadier Atmetller se reveló contra la reina y se hizo fuerte en San Fernando amenazando a la población de Figueres de ser bombardeada si ésta no se sumaba a la causa. Durante dos meses se mantuvo en la fortaleza capitulando ante las tropas comandadas por el capitán general.

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3. La construcción del penal Las dificultades económicas, la inseguridad y el conflicto reinante en el país tuvieron consecuencias directas sobre las fortificaciones catalanas. Ante la falta de medios para guarnecerlas y mantenerlas, la facilidad para ser tomadas llevó a las autoridades a plantear una drástica solución. El 14 de marzo de 1856 la junta encargada del plan defensivo del reino propuso la demolición de una serie de plazas consideradas prescindibles. En Cataluña se propusieron las fortificaciones de la Seu d’Urgell, Hostalric, Berga y San Fernando de Figueres. El 31 de marzo se redactó la Real Orden por la que se debían confeccionar presupuestos para la total destrucción de dichas edificaciones, pero la misma miseria que iba acabar con ellas las salvó. El coste económico de dicha operación era tal que no se llegó a dotar. El caso figuerense fue el más significativo de todos ya que no pudo encontrarse ningún empresario que confeccionara ni tan sólo el presupuesto, ante la magnitud del trabajo a realizar. La sombra de la destrucción siguió planeando sobre San Fernando durante el resto del siglo, mientras que su reducida guarnición habitaba como podía un edificio sentenciado y con unas dotaciones para su mantenimiento muy reducidas. Dichas carencias fueron las que llevaron al gobernador de San Fernando en 1891 a solicitar la instalación de una brigada fija de penados en la fortaleza. Éstos debían paliar la falta de recursos aplicándose a labores de mantenimiento. La petición fue desestimada, pero dicha idea fue tomando forma. En el año 1906 el Estado segregó el sector norte de la fortaleza cediéndolo al Ministerio de Gracia y Justicia para instalar en él una penitenciaria civil. Para alojar a los nuevos inquilinos, que iban a convivir con la guarnición de San Fernando, se llevaron a cabo una serie de reformas que alteraron la fisonomía de buena parte de la fortaleza. Se erigieron muros que aislaron físicamente el recinto penitenciario. Tal proceder afectó a tres de las calles principales de la fortaleza, al baluarte de San Felipe y al foso del sector norte de las caballerizas. Se enrasó hasta los cimientos el edificio inconcluso del Estado Mayor de Artillería, se continuó la obra inacabada de un pabellón de oficiales alterando totalmente su distribución original, se construyeron nuevas garitas, nuevos caminos de ronda... pero a pesar de todo San Fernando supo absorber con dignidad todas estas modificaciones. Tanto los materiales, como las técnicas constructivas usadas en esa época no distaban demasiado de las empleadas un siglo y medio antes. Y los encargados de dichas obras se inspiraron en la propia fortaleza para crear sus estructuras. Las nuevas garitas fueron copias de las antiguas, la puerta de la penitenciaria emuló a la principal de San Fernando, las gárgolas de los nuevos muros tomaron como modelo las ya existentes... de manera que, con el paso del tiempo, el Penal ha pasado a formar parte de legado patrimonial del propio edificio.

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4. Destrucciones y pervivencia de usos militares Aunque San Fernando inició el siglo con grandes cambios, los más importantes estaban a punto de llegar. La Guerra Civil Española supuso para el edificio el peor momento de su historia. Lo que no consiguieron asedios, desidias, transformaciones y el paso del tiempo lo logró este conflicto. La fortaleza se convirtió en un importante centro logístico del ejército republicano. Se habían formado en los almacenes del lienzo de la puerta principal y en el de la mitad norte de las caballerizas importantes depósitos de municiones de todo tipo que se convirtieron en objetivo de la aviación italiana. San Fernando sufrió varios bombardeos cuyo fin era destruirlos y que a su vez causaron muchos desperfectos en ella. Al retirarse las últimas tropas republicanas hicieron estallar los polvorines destruyendo completamente las murallas que los albergaban, convirtiendo así a San Fernando en un tullido. Pero el drama no quedó sólo en las amputaciones que han privado a las generaciones presentes y venideras de la contemplación de su magnífica puerta principal o de la espectacularidad de las caballerizas en toda su magnitud. Las heridas sufridas son aún visibles en la actualidad en infinidad de lugares. El hospital prácticamente arrasado, garitas desparecidas y escombros repartidos por toda la fortaleza y que en la actualidad aún deben retirarse. San Fernando, mutilado, abandonado, enterrado en sus propios despojos veía próximo su fin. Pero la historia le tenía reservado un nuevo e insospechado papel. Finalizada la guerra el régimen franquista convirtió a la fortaleza en uno de los cuarteles más importantes de Catalunya. Nuevamente, la proximidad con la frontera, razón de ser de San Fernando, y la compleja situación internacional, iban a dar al edificio un protagonismo inusitado. Primero los franceses, luego los nazis y finalmente los aliados constituyeron amenazas nada despreciables para el régimen franquista, razón por la cual se destinaron importantes recursos para la protección de la frontera con Francia, especialmente en el sector ampurdanés. Y ahí estaba San Fernando dispuesto a alojar a los miles de soldados encargados de su vigilancia y de la construcción de las nuevas fortificaciones que debían oponerse a un intento de penetración en el territorio. Para ello se iniciaron obras que restañarían las heridas recibidas por la voladura pero los tiempos habían cambiado. Esta vez faltó la inspiración romántica de los constructores del Penal y se optó por la reedificación práctica. La fortaleza pagaría de nuevo un alto precio por sobrevivir. Se rehicieron lienzos y edificios usando cemento moderno sin buscar una restauración histórica. Los edificios del arsenal y de la antigua panadería vieron reducidos sus superficies en una tercera parte. Se reutilizaron materiales, no para la restauración, sino para crear nuevas estructuras o alterar las ya existentes. Se iniciaron trabajos de elevación de un segundo piso en varios edificios que quedaron sin finalizar dejando alguno de ellos totalmente arruinado e inservible. Las adaptaciones constantes para alojar a miles de jóvenes que hicieron en él el servicio militar llevaron al canibalismo de la propia fortaleza. Millares de ladrillos fueron arrancados de parapetos, caminos cubiertos y obras exteriores para realizar infinidad de obras en su interior. La práctica totalidad de las explanadas de arti-

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llería fueron desmontadas para construir un paso enlosado en el patio de armas, descalzando así los traveses que han ido arruinándose con los años. Y la propia modernización del ejército hizo de nuevo a San Fernando inútil trasladando el cuartel paulatinamente a la vecina localidad de Sant Climent Sescebes a lo largo de los años sesenta. 5. El declive de las fortalezas La sombra del abandono y del olvido se cernió por enésima vez sobre San Fernando, y todo parecía indicar que iba a seguir el mismo fin que la mayoría de las fortificaciones modernas de Catalunya. El panorama no era muy alentador. A lo largo del siglo xx el ejército fue desprendiéndose de varias fortificaciones consideradas inútiles para la institución. Casos como el castillo de San Fernando de Berga, que fue cedido al Ayuntamiento a finales del siglo xix, y que fue vendido en 1928 a un particular. En 1940 una buena parte de él fue destruida con el fin de construir un centro turístico. O el del fuerte de Hostalric que fue subastado en 1932 sin hallar postor alguno. En 1949 el estado lo vendió al Ayuntamiento. Seguidamente, el nuevo propietario alquiló el fuerte a un particular que instaló en él un restaurante. Dicho establecimiento alteró en buena medida muchas de sus dependencias y especialmente el macho, mientras que el resto de la fortaleza quedó desatendida. O el de Cardona, abandonado en 1908. En 1976 se construyó un Parador de Turismo que concentró la actividad en el recinto medieval. Se construyeron nuevas edificaciones en su interior y se destruyeron algunas obras de fortificación quedando el resto abandonado o usado como simple aparcamiento del establecimiento hotelero. O el caso de Sant Joan de Tortosa (la Zuda) que siguió un proceso muy similar al de Cardona. O el fuerte de Castellciutat en la Seu d’Urgell que fue abandonado en 1909. Posteriormente fue ocupado tras la Guerra Civil mientras se construía el nuevo cuartel en la Ciudadela. Se abandonó nuevamente en 1953. En 1972 fue adquirido por un particular con el fin de instalar en él un restaurante. Para ello destruyó el revellín frente a la puerta principal, vació un baluarte para habilitar en su interior un comedor... O la Ciudadela de la misma localidad. Siguió el mismo fin que Castellciutat sin embargo, a diferencia de ésta última, fue transformada en un importante cuartel durante los años 1950 y 1953. Dicha adaptación conllevó destrucciones y alteraciones importantísimas dejando en pie escasos elementos de época. O los similares casos de cesión de las fortificaciones de las ciudades de Lleida o Girona. Este paulatino abandono de las viejas instalaciones podría ser bautizado como proceso de desamortización de los bienes inmuebles militares. Situaciones semejantes se producían en nuestro entorno internacional cercano pero con una notable diferencia: en Cataluña, y en España en general, no se dio la cesión de uso sino la propiedad. Ello se tradujo en la venta de unos bienes culturales, protegidos desde el 22 de abril de 1949, bajo el único amparo de una legislación patrimonial ambigua y en ausencia de una opinión pública sensibilizada.

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Este cambio de propietarios no aportó grandes novedades, ni conceptuales ni materiales, y las fortificaciones fueron objeto de reutilizaciones alternativas. Así, algunas de ellas han venido a ocupar un prestigioso lugar, tal y como se ha visto, en el acreditado universo de la hostelería catalana. Pero el caso figuerense fue diferente ya que el ejército no se desprendió de la fortaleza. No obstante, la paulatina reducción de sus efectivos, a medida que el acuartelamiento se trasladaba a la nueva base militar de Sant Climent Sescebes, fue dejando desatendidas varias zonas, especialmente sus fosos. En 1968 se instaló en el que había sido hospital del cuartel un CPM: Centro Penitenciario Militar. La actividad quedó reducida a la zona del hornabeque de San Roque y los primeros edificios tras el puente principal quedando el resto de la fortaleza sin atención alguna. El CPM fue transformado en prisión civil durante las Olimpiadas de 1992 con el fin de descongestionar la saturada Modelo de Barcelona. Finalizado dicho evento, la cárcel se cerró pero la fortaleza siguió en uso alojando a varias familias de militares y manteniendo la guardia. Lo reducido de la actividad dejó el mantenimiento bajo mínimos, aunque la presencia militar sirvió para mantener a la fortaleza a salvo del saqueo y el vandalismo. Esta situación se mantuvo hasta junio de 1996 cuando un acuerdo entre el gobernador militar de Girona, el Alcalde de Figueres y la empresa Sistemes Didàctics Interactius permitió la abertura a la visita pública del monumento. A partir de ese instante se inició la paulatina recuperación del monumento con la finalidad de facilitar su interpretación, conservar sus valores históricos y patrimoniales y mejorar la atención al público. 6. Un caso excepcional El caso de San Fernando, junto al de Montjuïc de Barcelona, es excepcional en el patrimonio fortificado catalán. A diferencia del resto, se ha producido un paso no traumático desde su uso por el ejército a su uso turístico como bien patrimonial sin haber padecido el abandono, la destrucción o la reutilización que han sufrido el resto. Así pues, tal y como se ha visto, ni los problemas durante su construcción, los varios asedios que padeció, la puesta en cuestión de su efectividad, las amenazas de demolición, las adaptaciones a los diferentes usos que el Estado le asignó, las mutilaciones acaecidas durante los últimos días de la Guerra Civil o las adaptaciones realizadas durante la posguerra, han despojado a San Fernando de su magnificencia. Y a pesar de todo sigue conservando un nivel de autenticidad considerable. San Fernando es una superviviente de la propia actividad humana que, a pesar de haber sido intensa en él, no ha conseguido borrarla del mapa. Por todo ello, cuando se debate sobre el uso social de un edificio como éste, y se echa la vista atrás, cabe reflexionar sobre como precisamente el uso variado y continuado por unos y por otros casi nos dejan sin San Fernando; y, por extensión, sin el marco incomparable en el que poder situar una buena parte de los acontecimientos más importantes que ha vivido nuestro país durante cerca de dos siglos.

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Y el uso propio, como testimonio histórico que es, no es otro que el de los documentos o el de las obras de arte. Éstos, más allá de cualquier valor intrínseco como depositarios de las técnicas, las costumbres, los valores de nuestros ancestros, nos permiten imaginar, recrear el pasado, interpretarlo y aprender. Por ello, la preservación de la autenticidad del documento es primordial para que éste pueda seguir considerándose como tal. En razón de lo dicho, la gestión del patrimonio monumental público debiera contemplar exclusivamente una función didáctica. Pero la realidad hace recordar que los problemas de recuperación y mantenimiento derivados del estado y, sobre todo, de la magnitud de un monumento de este tipo, no tienen solución en una explotación exclusiva con finalidades escolares o turístico-culturales. Dicho tipo de gestión, el más respetuoso, sólo puede aspirar, en el mejor de los casos, al mantenimiento de sus propias estructuras funcionales. La conservación general siempre es onerosa y, por ello, su autofinanciación total mediante fórmulas de gestión estrictamente patrimonial, es un mito salvo en puntuales excepciones. Si las administraciones no asumen este diferencial económico y, en lugar de ello, arbitran usos alternativos irreversibles, la autenticidad del bien se resentirá indefectiblemente. Tan sólo la financiación mixta puede permitir la preservación. En consecuencia de ello, son perfectamente compatibles los usos puntuales y coordinados de carácter lúdico, social o comercial que colaboren a sufragar costes de mantenimiento. Siempre y cuando dichos usos, no alteren ni dañen los valores documentales del bien, ni dificulten el acceso de sus visitantes. Esta es la forma en que el monumento podrá servir a la sociedad, evitando que sea ésta quien llegue a servirse de él. Si nuestra economía no permite esta fórmula de financiación, que al menos atienda un mínimo de consolidaciones indispensables, deberemos ser consecuentes y reconocer nuestras dificultades para mantener la autenticidad del legado monumental de nuestros mayores. La fortaleza de San Fernando de Figueres fue el primer monumento de Cataluña en ser abierto a la visita pública de modo permanente y organizado, e interpretado con arreglo a su propia naturaleza castrense. Y el ejemplo de San Fernando, los referentes de nuestros vecinos del norte, la percepción de la existencia potencial de un nuevo producto turístico cultural, unidos a la actividad de la Fundació Fortaleses Catalanes han ido dando lugar a un cierto cambio en la percepción social que se tiene de estos edificios en nuestro país. Éste se ha materializado en algunos municipios poseedores de patrimonio militar, conscientes de sus posibilidades turísticas, como Cardona, Hostalric y Roses. Por todo ello tenemos sobrados motivos para felicitarnos. San Fernando se ha salvado del abandono y, de momento, resiste a la amenaza de los usos alternativos que no son más que la plasmación del fracaso más absoluto de una sociedad respecto a la preservación de su patrimonio. Durante estos años la fortaleza ha estado presente en infinidad de congresos, ha sido objeto de estudios, publicaciones de todo tipo obteniendo el reconocimiento de la comunidad científica. Sin embargo, todo el proceso llevado cabo durante estos años empieza a mostrase ya insuficiente corriendo el peli-

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gro de quedar la fortaleza estancada en el ámbito académico. Y éste por sí sólo no va a solucionar el problema más grave: la financiación. El trabajo realizado hasta ahora ha permitido alcanzar la nada despreciable cifra de 40.000 visitantes anuales, no obstante, aumentar estos datos se manifiesta cada vez más complicado con los planteamientos actuales. Es por ello que se hará imprescindible para seguir creciendo crear nuevas estrategias de difusión y publicitación hacia el gran público. Son necesarios profesionales en estos campos y los recursos para sufragarlos, a ellos y a sus campañas de marketing, y San Fernando no defraudará. En la situación actual que vive nuestra sociedad ya no hay cabida para las restauraciones faraónicas, la recuperación de edificios sin saber su finalidad o para la creatividad de algunos profesionales que persiguen perdurar en el tiempo dejando su huella en edificios de época. Los recursos públicos son escasos y deben usarse de manera racional por lo que la consolidación de las estructuras y su interpretación se muestra cada vez más como la fórmula más viable para nuestro patrimonio. Sin embargo, no debe olvidarse que por muchas intervenciones que se lleven a cabo, más o menos costosas o más o menos espectaculares o más o menos atractivas, éstas no servirán de nada si no somos capaces de hacer participar al gran público de su existencia y de ganarnos su complicidad. Por ello, parte de los recursos deben destinarse a dicho fin ya que, si no lo hacemos, condenamos a los monumentos a subsistir exclusivamente de las aportaciones públicas. Dejar en segundo plano las labores de difusión y promoción, significa despreciar los recursos que pueden aportar los visitantes. Pero además, corremos el riesgo de privar a la mayor parte de la sociedad de los beneficios culturales, morales e intelectuales que aportan nuestros monumentos.

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Patrimonio defensivo moderno en Cataluña y didáctica de la geografía Jaume Busquets Fàbregas [email protected] Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales Universitat de Barcelona Grupo de Investigación DIDPATRI Resumen El presente artículo trata del interés didáctico del patrimonio defensivo moderno y pretende poner de manifiesto su valor en una didáctica de la geografía activa y comprometida con la educación patrimonial y la sostenibilidad. Con esta finalidad apunta algunas hipótesis sobre la ausencia del patrimonio defensivo en el imaginario de la sociedad catalana y la poca atención que recibe en el ámbito educativo; expone las estrechas relaciones existentes entre la poliorcética y la geografía, especialmente en lo que atañe al análisis del lugar, la interpretación del paisaje y el control del espacio para el ejercicio del poder; ejemplifica el interés didáctico que ofrece el patrimonio defensivo a través del análisis de tres conceptos clave comunes a la geografía y a la técnica poliorcética; y formula una pauta metodológica para su tratamiento en la enseñanza.1 Palabras clave: patrimonio defensivo, didáctica de la geografía, paisaje, poliorcética.

1 Esta ponencia se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economía y Competitividad.

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1. Un patrimonio poco conocido Existe un vacío en el imaginario de la sociedad catalana sobre una parte importante de su patrimonio construido, el relativo a los elementos constitutivos de la arquitectura militar de las épocas moderna y contemporánea: fortalezas, castillos, fuertes, torres de vigilancia, recintos amurallados y otros elementos de fortificación. Este vacío resulta sorprendente si tenemos en cuenta que dicho patrimonio contribuye de forma destacada a la comprensión de una etapa crucial de la historia del país y que cuenta con algunas construcciones de gran interés y monumentalidad. El escaso aprecio y poco conocimiento del patrimonio defensivo moderno catalán contrasta con la consideración que goza el patrimonio romano o el medieval. Algunos autores han buscado las raíces este desprestigio en “las derrotas militares sufridas por Cataluña en las guerras de los siglos xvii i xviii, cuando no en causa de represión contra la población”2 en contraste con la mitificación del pasado glorioso de formación del país. Sin objetar esta hipótesis, parece razonable considerar la existencia de otros factores importantes: el desapego social por lo antiguo, que cuando hay expectativas de desarrollo en sociedades empobrecidas es considerado como un obstáculo para el progreso; el paso de la titularidad de las instalaciones militares a las corporaciones locales en el contexto de una legislación patrimonial ambigua, que en según Juan Manuel Alfaro “bien podríamos bautizar como de desamortización de los bienes inmuebles militares”3; y la incuria de las políticas urbanas hacia los elementos del patrimonio histórico, a menudo concebidos como meros bienes de intercambio y no como bien común. No es raro, pues, que la concomitancia de los factores enumerados y las dificultades intrínsecas asociadas a la conservación y la gestión del patrimonio defensivo moderno, se hayan traducido en una pérdida notable del mismo, que ha llegado mermado a nuestros días a causa de su destrucción, deterioro o usos inapropiados. Por otra parte, algunos espacios verdes públicos o equipamientos urbanos de bastantes ciudades —e incluso parques naturales— tienen su origen en la preexistencia de antiguos terrenos o instalaciones militares4 (zonas de seguridad, fortalezas, cuarteles, etc.). En algunos casos, en entornos urbanos muy densos, dichos espacios ejercen la función pulmones verdes y tienen un gran uso social. Esta ponencia pretende poner de manifiesto el valor del patrimonio defensivo moderno en una didáctica de la geografía activa y comprometida con la educación patrimonial y la sostenibilidad. Con esta finalidad se exponen las relaciones existentes entre el análisis geográfico y la poliorcética, se ejemplifican en tres conceptos clave: 2 GONZÁLEZ PÉREZ, José Ramon: «El patrimonio monumental militar y la ciudadanía». En: Los Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, pp. 29-38. 3 ALFARO GUIXOT, Juan Manuel: «El patrimonio monumental militar de Cataluña». En: Los Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, pp. 13-15. 4 MAS, Rafael: La presencia militar en las ciudades. Orígenes y desarrollo del espacio urbano militar en España. Madrid: Los libros de la Catarata, 2003, p. 256.

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lugar, espacio geográfico y paisaje, y se formula una pauta metodológica para su tratamiento en la enseñanza5. 2. Patrimonio defensivo y educación Como ha sucedido otros los países de nuestro ámbito cultural en las últimas décadas, el concepto de patrimonio se ha engrandecido con nuevos tipos de bienes y se ha extendido en el tiempo, aunque en nuestro país el proceso se ha producido tardíamente y con mayores dificultades. Es el caso, por ejemplo, del patrimonio industrial, que goza de un aprecio creciente por parte de la ciudadanía y se ha integrado como una modalidad de turismo cultural dentro de la oferta habitual de este sector económico. Por otra parte, los currículos escolares incluyen contenidos relativos al patrimonio cultural y la sensibilización hacia el mismo, al tiempo que se han desarrollado recursos didácticos para su uso en las aulas o in situ que promueven y facilitan la comprensión y la aprehensión de sus valores por parte del alumnado. Lamentablemente este proceso todavía no se ha hecho extensivo al patrimonio defensivo moderno, que salvo contadas excepciones, sigue siendo objeto de olvido o se trata de forma anecdótica y generalmente descontextualizada de su entorno geográfico y social6. Quizá, junto a los factores enumerados en el primer epígrafe, debamos tener cuenta las dificultades y la incomodidad que puede conllevar para los docentes el tratamiento del conflicto y su encaje positivo en los principios de la llamada “cultura de la paz”. Este concepto, desarrollado por las Naciones Unidas7, promueve valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia en todas sus formas y trata de prevenir los conflictos y sus consecuencias mediante el diálogo y la negociación entre las personas, las sociedades o las naciones. Parece lógico que esta tarea se debe abordar desde el conocimiento del pasado y de la aceptación de la existencia del conflicto y de la lucha por el poder como parte de la compleja historia de la humanidad. En este sentido el patrimonio defensivo moderno presenta muchos valores educativos (históricos, culturales, ambientales, etc.) y didácticos (aprecio, interpretación, comprensión, expresión, etc.) que no se puede ignorar en el contexto de una enseñanza metodológicamente rigurosa, basada en el análisis de las fuentes primarias, e interesada por el entorno y su relación con la globalidad.

5 Tabla 1. Conceptos clave en geografía y didáctica del patrimonio defensivo moderno. 6 CARDONA, Gemma; GIMÉNEZ, Lorena; ROJO, M.Carmen: «Didáctica del patrimonio del conflicto de época moderna». En: ABELLA, Damià; CARDONA, Gemma; HERNÁNDEZ, F. Xavier: Actas I Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna. Madrid: Ministerio de Defensa, 2014, pp. 227-237. 7 Resolución 53/243 de la Asamblea General “Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz” (6 de octubre de 1999).

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Figura 1. La fortaleza de San Fernando debe su razón de ser a la voluntad de controlar la nueva frontera entre las monarquías francesa e hispánica, establecida en el tratado de los Pirineos. Razones geográficas e históricas explican la elección de su emplazamiento. (Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña).

3. Poliorcética y geografía La poliorcética, (técnica de defensa de los sitios y de ataque mediante elementos construidos), tiene una estrecha relación con el control del espacio y, por ende, con la geografía. Quizá una de los libros más elocuentes en este sentido sea La géographie, ça sert, d’abord, à faire la guerre, del geógrafo Yves Lacoste, editado el año 1976, que se tradujo al español con el título La geografía: una arma para la guerra. En esta obra Lacoste sostiene que la imagen tópica de la geografía, como disciplina fundamentalmente académica y enciclopédica, aparentemente inútil, disimula y esconde su carácter genuino: “[la geografía] debe situarse absolutamente, en tanto que práctica y en tanto que poder, en el marco de las funciones que ejerce el aparato de Estado para el control y la organización de los hombres que pueblan su territorio y para la guerra”8. En la misma línea argumental, destaca el protagonismo del mapa como importante instrumento de poder, pone de manifiesto el papel de los estados mayores en la producción cartográfica y evidencia los obstáculos y artificios que ocultan el protagonismo de la geografía como instrumento de poder e ideológico. Para Lacoste, la geografía es principalmente un saber estratégico, aunque, como sucede con la his8

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LACOSTE, Yves: La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977, p. 158.

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toria, también ejerce funciones ideológicas y políticas, principalmente a través del debate epistemológico en la universidad, de la enseñanza escolar y de los medios de comunicación de masas. En el libro Paysages politiques, publicado el año 1990, Yves Lacoste trata nuevamente del carácter estratégico de la geografía y dedica el segundo capítulo de la obra al paisaje. De hecho contrapone dos preguntas aparentemente incongruentes: ¿para qué sirve el paisaje? y ¿qué es un paisaje bello?, para llegar a la conclusión que la sensibilidad social hacia los paisajes considerados bellos está relacionada con la mirada de los estrategas militares al paisaje y con la lectura geográfica del mismo: “En effet, les paysages qui présentent militairement le plus d’interêt pour l’elaboration de tactiques et, ‘a fortiori’, de stratégies sont, dans une trés grande mesure, ceux que, sans trop savoir pourquoi, nous considerons comme beux”9. No es casualidad, afirma, que los sitios donde se yerguen castillos u otras fortificaciones coincidan con miradores los cuales se observan panorámicas amplias y bellos paisajes, y relaciona esta circunstancia con la atracción que ejerce el turismo de fortalezas. En la misma obra, Lacoste se refiere al ingeniero militar Sebastién Le Prestre de Vauban como un “grand géographe s’il en fut” y destaca la difusión que alcanzaron de los grabados que representaban los paisajes de las plazas fuertes y el interés que suscitaron entre los oficiales, en una época en que la cartografía era todavía muy escasa y poco apropiada para su uso con finalidades tácticas. En este sentido, atribuye un gran valor a la representación panorámica del paisaje, versus la representación vertical propia de la cartografía, en tanto aquella subraya gráfica e intencionadamente la disposición de los espacios ocultos. A nosotros nos interesa remarcar especialmente la importancia que Lacoste otorga a la relación visual que se establece entre punto de observación-observador-espacio visible, al carácter táctico de lugares desde los cuales se perciben paisajes amplios y con pocos espacios ocultos, y a como los avances técnicos pueden hacer obsoletas las tácticas y estrategias defensivas. No en vano, en estos factores se encuentran los principios de la poliorcética. 4. Patrimonio defensivo y didáctica de la geografía La geografía, ciencia que se ha ocupado históricamente de analizar y describir las relaciones existentes entre las sociedades y el territorio, ha experimentado dos grandes cambios en las últimas décadas. Por una parte, su perfil tradicional —fundamentalmente teórico y académico— se ha ampliado hacia la vertiente profesional y aplicada. Por otra, ha vivido una relevante renovación instrumental asociada a los 9 LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche, 1990, pp. 284.

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sistemas de información y al desarrollo de las tecnologías de la información geográfica (TIG). En la actualidad la geografía es una ciencia social y una profesión que trata de dar respuesta a las necesidades y los grandes retos de la sociedad actual: uso sostenible de los recursos naturales, ordenación del territorio, planificación urbana, diálogo intercultural, erradicación de la pobreza, prevención de riesgos naturales, gestión del paisaje, desarrollo económico, etc. La didáctica de la geografía no ha sido ajena a la evolución de los cambios experimentados por esta ciencia y, hoy en día, su enseñanza escolar ya no es —o no debería ser— una disciplina de carácter ideográfico (centrada en el estudio de los hechos singulares), descriptiva y enumerativa, si no que promueve la adquisición del conocimiento geográfico mediante la aplicación del método científico, el uso de procedimientos e instrumentos geográficos y la adquisición de competencias específicas. Además, el aprendizaje de la geografía ofrece muchas oportunidades para el desarrollo de valores relacionados con la sostenibilidad ambiental, la consciencia planetaria, la identificación con el medio local y la sociedad y la estima hacia el patrimonio común. En la didáctica de la geografía actual, el concepto de conocimiento geográfico se asocia sobre todo a la idea de pensar geográficamente, es decir, a la adquisición de los conceptos y las habilidades que fundamentan la mirada i la interpretación del entorno propia de los geógrafos y de las geógrafas: “Geographers make sense of world around them by viewing it through a ‘geographical lens’. They syntetise information from different sources and use geographicall skills to help them enquire about and interpret what they find out”10. La mirada de los geógrafos al mundo difiere de otras miradas —como la del geólogo, el sociólogo o el historiador, por ejemplo— aunque lógicamente las ciencias más próximas comparten más puntos de vista y maneras de proceder que las ciencias más alejadas. Los conceptos clave y maneras de proceder de la geografía tienen muchos puntos de contacto con la mirada de los ingenieros militares. Por esa razón Lacoste puede afirmar que Vauban “uno de los más famosos constructores de fortificaciones es también uno de los mejores geógrafos de su época, uno de los que mejor conoce su reino, en especial a nivel de las estadísticas y de los mapas […] Vauban aparece como uno de los primeros teóricos y prácticos franceses de lo que hoy se denomina la ordenación del territorio”11. Y por esta misma razón muchos ingenieros militares de la Época Moderna, además de sus obras militares, son autores de importantes obras de urbanismo e inge10 GEOGRAPHICAL ASSOCIATION: Thinking Geographically. 2012.http://www.geography.org. uk/resources/adifferentview 11 LACOSTE, Yves. La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977 p. 14.

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Figura 2. La fotografía aérea de la fortaleza de San Fernando, tomada posiblemente el año 1931, muestra el encaje de ésta en el cerro de Caputxins, en el noroeste de Figueres. El conocimiento riguroso del lugar es un objetivo compartido por ingenieros militares y geógrafos. (Archivo Josep Canudas).

niería civil. Es el caso de Juan Martín Zermeño (Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1700 – Barcelona, 1773), ingeniero militar y arquitecto, autor del proyecto de construcción de la fortaleza de San Fernando, de Figueres, entres otras obras militares y de diversos proyectos urbanos, entre ellos el barrio de la Barceloneta, después del asedio a Barcelona y de la posterior construcción de la Ciutadella. Veamos, pues, a modo de ejemplo, el interés didáctico que ofrecen algunos de los principales conceptos clave de la geografía y de la técnica poliorcética (lugar, espacio geográfico y paisaje) y como éstos se pueden relacionar otros conceptos geográficos importantes (escala, entorno, interacción, cambio, etc.), a través de las actividades de descubrimiento y el conocimiento del patrimonio defensivo moderno en la enseñanza de la geografía a los alumnos de educación primaria y secundaria. 4.1 Lugar El lugar, el sitio, entendido como una porción determinada del territorio, es uno de los conceptos clave de la geografía. A la geografía clásica francesa, que dominó el

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panorama de la geografía durante más de medio siglo y que ha tenido una gran influencia en la enseñanza escolar, se le denominó también ciencia de los lugares. Una de las propiedades del lugar es su unicidad. Cada lugar tiene unas coordenadas exclusivas y una identidad que está estrechamente vinculada a una determinada configuración física y humana. La geografía trata todas las variables que intervienen en la configuración de los lugares, tanto las materiales (estructura y formas de relieve, suelos, agua, vegetación, clima, elementos construidos, población, etc.) como las intangibles (legibilidad, simbolismo, ambiente, etc.) cuya significación han puesto especialmente de relieve los enfoques perceptivo y humanístico de la geografía. La expresión espíritu del lugar sintetiza la doble dimensión, material e inmaterial de los lugares. Esta dimensión resulta especialmente significativa en el caso de los denominados los lugares de la memoria. La mirada del geógrafo, cualquiera que sea el ámbito y la extensión de los lugares (enclave, pueblo, comarca, región…), trata de descifrar sus rasgos específicos y su unicidad mediante la observación meticulosa y el establecimiento de relaciones espaciales y funcionales entre los elementos visibles. El resultado de esta labor se expresa mediante útiles geográficos (plano, mapa, croquis…) que permiten sintetizar y poner en orden la gran variedad de datos aparentemente inconexos que ofrece el territorio. Si el estudio del lugar es un aspecto importante para los geógrafos, resulta evidente que para los ingenieros militares y la técnica poliorcética el análisis pormenorizado de los lugares resulta de una importancia capital, antes de optar por un u otro emplazamiento y a la hora de proceder al diseño y la construcción de una fortificación. El reconocimiento in situ de los lugares tiene un gran valor didáctico y ofrece oportunidades de aprendizaje insustituibles. En realidad, ésta es una de las razones por las cuales el trabajo de campo debe ser una práctica habitual en la enseñanza de la geografía. El patrimonio fortificado presenta, además, el estímulo añadido que supone el acercamiento de los alumnos a sitios excepcionales y la posibilidad de indagar sobre las ventajas e inconvenientes de un determinado emplazamiento desde el punto de vista geoestratégico, es decir en relación a las necesidades defensivas en un momento determinado de la historia. Con anterioridad a las visitas in situ, la aproximación didáctica a los lugares defensivos se debe preparar en la escuela con la ayuda del recurso geográfico por excelencia, la cartografía (planos, mapas, ortofotomapas, imágenes aéreas, etc.) y de grabados históricos. El uso combinado de éstos últimos con los mapas resulta especialmente indicado, porque ofrece una imagen menos abstracta del territorio y parecida a la visión humana del paisaje, factores que facilitan el desarrollo de la comprensión del lenguaje cartográfico en aquellos alumnos con mayores dificultades. Desde el punto de vista educativo, el conocimiento in situ del patrimonio defensivo contribuye a desarrollar en los alumnos el sentido de lugar, entendido como el establecimiento de una relación de apego, empática y responsable hacia los lugares.

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4.2 Espacio En el lenguaje ordinario el concepto de espacio se usa de forma poco rigurosa, con significados variables y asimilándolo a conceptos cercanos (como lugar, territorio, extensión etc.). En geografía el concepto de espacio se relaciona con el ámbito o extensión donde se pueden situar los objetos materiales. A diferencia de lo que ocurre con la noción de lugar, el espacio geográfico es un concepto abstracto, topológico, que se puede expresar en términos matemáticos referidos a la geometría (superficies, volúmenes, formas…) o la aritmética (dimensiones). A veces, los geógrafos adjetivan el espacio para restringir su significado (rural, urbano, industrial, etc.) o le atribuyen un sentido metafórico (espacio económico, espacio político, etc.), pero es el carácter abstracto del espacio lo que lo convierte en un denominador común de diversas disciplinas, entre otras, la arquitectura, el urbanismo y la geografía. El análisis geográfico del espacio se orienta a determinar la localización de los elementos geográficos fijos (hitos físicos, núcleos de población, construcciones aisladas, etc.); descubrir las direcciones y los sentidos de los flujos (personas, agua, alimentos, combustible, productos industriales, etc.) o establecer el ámbito de un determinado hecho (recurso mineral, área cultural, sector industrial, etc.). Pero la mirada geográfica también pretende discernir la dimensión espacial de aspectos de mayor complejidad, tales como las relaciones entre elementos geográficos y las redes territoriales (urbanas, hidrográficas, energéticas, financieras, etc.), las pautas de difusión determinadas variables geográficas (métodos de cultivo, tipos de urbanización, sistemas constructivos, etc.) o las áreas de influencia geopolítica. Para analizar el espacio geográfico y para expresar los resultados de sus trabajos los geógrafos utilizan la cartografía, elaboran modelos gráficos y se sirven las tecnologías de información geográfica. Y su lenguaje es común, en muchos aspectos, con profesionales como los arquitectos, los urbanistas o los ingenieros. En todas estas profesiones, el conocimiento y el control del espacio son requisitos ineludibles para alcanzar los objetivos de las correspondientes disciplinas. El control del espacio es otro de los objetivos que une a los geógrafos y a los ingenieros militares, en los dos casos para conocer la configuración territorial y las dinámicas territoriales y para aplicar los conocimientos y las técnicas específicas a la planificación territorial o defensiva. Los militares conciben a las fortalezas como máquinas: “No son obras de arquitectura, son obras de ingeniería. No son edificios, son estructuras técnicas, sencillamente máquinas estáticas. Máquinas de guerra, si se quiere, pero más próximas al pantano, al puerto, o al puente que a la iglesia gótica o al palacete neoclásico”12.

12 ALFARO GUIXOT, Juan Manuel: «El patrimonio monumental militar de Cataluña». En: Los Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, p. 15.

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Figura 3. Formalización del espacio, alternancia de volúmenes vacíos y llenos, perspectivas cambiantes… el diseño de las fortalezas modernas se basaba en el dominio de las leyes de la geometría, de las técnicas constructivas y de las estrategias defensivas. (Jaume Busquets).

Desde este punto de vista, para que una fortaleza sea operativa debe funcionar como un sistema, en el cual las tropas bien dirigidas y el armamento son una parte esencial. El diseño de una fortaleza compleja, como el castillo de San Fernando, en Figueres, conlleva un dominio completo del espacio tanto interior como exterior, teniendo en cuenta que en ambos espacios existen sitios concebidos para el movimiento de las tropas y otros donde no pueden circular (porque hay construcciones u otros obstáculos que lo impiden, o per razones de protección) y que hay que prever no sólo la defensa o el ataque pasivo, sino todos los movimientos que se pueden producir en las diversas direcciones y sentidos. Naturalmente, este dominio del espacio no se consigue si no es con una buena capacidad de interpretar y representa el espacio (sentido espacial) con una gran pericia y un excelente conocimiento de las técnicas de defensa y asedio. El desarrollo de la espacialidad es un objetivo importante de la enseñanza de la geografía. La visita y el trabajo de campo de los alumnos en las fortalezas de Época Moderna reviste un interés didáctico especial, porqué las construcciones defensivas se basan precisamente en el dominio del espacio y en su organización interna y relación con espacio exterior al servicio del uso militar. Las fortalezas modernas —caracterizadas por una gran formalización geométrica del espacio— ofrecen muchas oportunidades para que los alumnos puedan realizar actividades que refuerzan y enriquecen su repertorio de conceptos espaciales (interior/exterior, abierto/cerrado, lleno/vacío, continuo/discontinuo, simétrico/asimétrico, etc.); para que consoliden

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o mejoren sus habilidades espaciales (localización absoluta y relativa, orientación, distribución, etc.) con o sin la ayuda de planos o sistemas de posicionamiento geográfico; y para que puedan aplicar sus conocimientos matemáticos (identificación de formas geométricas, trigonométrica, geometría algebraica, etc.) en un contexto real.

4.3 Paisaje El paisaje es “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”13. Esta definición, que encabeza el Capítulo I de las Disposiciones generales del Convenio Europeo del Paisaje (CEP), concisa y sintética, entronca con el concepto de paisaje que comparten diversos enfoques geográficos. La definición del CEP pone de manifiesto la doble dimensión del paisaje, su carácter material (el territorial) e inmaterial (la percepción), a la vez que expresa su carácter dinámico (la interacción) y el protagonismo de la acción humana (la población). Este concepto de paisaje se aleja de una visión estereotipada del mismo, como una realidad estática e inmutable, que evoca las imágenes de postal y los paisajes pintorescos o de belleza excepcional. Lamentablemente, esta imagen reduccionista del paisaje es todavía común en la sociedad y en los medios de comunicación, y no es infrecuente en el mundo de la enseñanza. En geografía el estudio del paisaje cuenta con una gran tradición que entronca con el estudio del medio natural, de la cultura y de las regiones. Para los geógrafos, la observación y la indagación de los paisajes ofrecen una información diversa y de gran interés para la comprensión de múltiples facetas del territorio: ecológicas (la dinámica e interacciones de los factores naturales y su relación con las actividades humanas), culturales (los significados y los valores simbólicos), económicas (los recursos y valores productivos), históricos (los cambios y las tendencias evolutivas), etc. Pero el paisaje es también objeto de la actividad profesional de los geógrafos (la ordenación, la gestión y la planificación) dirigida a mejorar el entorno, valorizar el patrimonio natural y cultural y mejorar la calidad de vida de las personas. Vemos, por tanto, que el paisaje, para los geógrafos es algo más que una bella postal. Para los ingenieros militares el paisaje es también mucho más que arquitectura y estética. En el epígrafe anterior hemos destacado la importancia del control del espacio en la técnica poliorcética. Aquí queremos poner de relieve porque el paisaje importa a los militares. Volvamos a la definición del CEP: “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población”. La percepción, especialmente la visibilidad, es un factor de importancia crítica en el diseño de las construcciones militares defensivas. El cambio de localización de las fortalezas modernas respecto a las medievales y las innovaciones en los sistemas de construcción (enrasamiento, baluartes, pendientes 13 CONSEJODE EUROPA. Convenio Europeo del Paisaje. 2000 http://www.coe.int/t/dg4/cultureheritage/heritage/landscape/VersionsConvention/spanish.pdf

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Figura 4. Muchas fortalezas modernas han tenido una influencia decisiva en el desarrollo de las ciudades, preservando espacios no edificables o condicionando su desarrollo urbano. (Jaume Busquets).

defensivas, etc.) responden, entre otros factores, a la necesidad de controlar la visibilidad del paisaje: se trata de tener el máximo campo visual y la máxima profundidad visual y, al mismo tiempo, dejarse ver lo mínimo posible. Un aspecto especialmente importante, en este sentido, es la noción de paisaje oculto, es decir aquella parte del paisaje que no es perceptible visualmente desde un cierto punto de observación. En caso de guerra el paisaje oculto puede ser tan importante o más que el paisaje visible: “La importance tàctique d’une position tient à la vue du paysage qu’on peut voir de cet endroint: plus d’altitude de relieve es grande par raport a l’espace tenu par l’ennemi, plus on y verra loin et plus les espaces ‘défilés’ masques seront restreints et moins l’ennemi pourra se proteger. Il n’y ha évidentmment pas que l’altitude relative qui compte, mais la configuration du relief ”14.

14 LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche, p. 57.

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Tabla 1. Conceptos clave en geografía y didáctica del patrimonio defensivo moderno. El contenido de la tabla corresponde a la etapa de educación secundaria obligatoria, pero se puede adaptar fácilmente al nivel del ciclo superior de educación primaria. (Jaume Busquets).

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Es evidente que los asentamientos más apreciados por los ingenieros militares son aquellos que ofrecen menos porciones de paisaje oculto, y que esto conlleva encontrar el equilibrio entre diversas variables (orografía, posición, altitud, orientación, etc.). La lectura e interpretación del paisaje es uno de los contenidos curriculares de la enseñanza de la geografía, que los alumnos deben alcanzar mediante la observación metódica y en directo del mismo o el uso de fotografías. Esta práctica, por otra parte, exige la lectura e interpretación de la cartografía del paisaje objeto de análisis. La alternancia de los dos tipos de recursos permite a los alumnos relacionar la información que proporciona la visión frontal u oblicua del paisaje con la visión vertical propia de la cartografía o las fotografías aéreas, así como constatar la constancia de la escala de los mapas y la gradación de escalas propia de la visión humana y las fotografías convencionales. Por otra parte, la observación del paisaje que circunda las fortificaciones, el análisis de la cartografía de su área de influencia y la realización de croquis cartográficos o de paisaje permiten que los alumnos las relacionen con su contexto territorial (proximidad a núcleos de población, vías de acceso, relieve, recursos, usos del suelo, infraestructuras o construcciones singulares, etc.) y que descubran que las fortalezas de Época Moderna no se concibieron como piezas aisladas, sino como componentes de un sistema defensivo complejo, basado en el conocimiento geográfico del territorio, de las técnicas militares y el armamento, y en la adaptación a las estrategias geopolíticas de momento histórico determinado. Como suele ocurrir en las construcciones de existencia secular, éstas han sido objeto de modificaciones que se reflejan en la presencia de elementos de diferentes épocas o en rupturas evidentes (formales, estilísticas, materiales…), o que se pueden apreciar a través de las fuentes documentales (planos, grabados, fotografías…). La constatación de las permanencias y los cambios en las fortalezas y el paisaje facilitan a los alumnos el establecimiento de nexos significativos entre geografía e historia —espacio y tiempo— a la vez que permite desvelar los valores del patrimonio defensivo y despertar el interés por el mismo. Bibliografía Actas de las I Jornadas de patrimonio defensivo de época moderna: 17 al 20 de octubre de 2013. ABELLA, Damià; HERNÁNDEZ, F. Xavier; ROIGÉ, Xavier (eds.). Madrid: Ministerio de Defensa, 2013, p. 396. Actas de las 34 Jornadas Internacionales sobre la intervención en el Patrimonio Arquitectónico. Fortificaciones. Intervenciones en el patrimonio defensivo. 15 al 18 de diciembre de 2011. GORDILLO, Didac (coord.). Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, AADIPA-COAC, 2012, p. 332. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los siglos XVI al XX. Los monumentos militares y la sociedad Catalana: 28 de noviembre de 2009. Figures: Les Fortaleses Catalanes, 2009, p. 94.

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HERNÁNDEZ, F. Xavier; FELIU, María; SOSPEDRA, Rafel (eds.): La arquitectura defensiva moderna: Guía didáctica del castillo de San Fernando. Figueres. Figueres: Consorcio Castillo de San Fernando, 2015, p. 67. LACOSTE, Yves: La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977, p. 158. LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche, 1990, p. 284. MAS, Rafael: La presencia militar en las ciudades. Orígenes y desarrollo del espacio urbano militar en España. Madrid: Los libros de la Catarata, 2003, p. 256.

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El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres, punto estratégico para la conservación de la flora (Silene sennenii) y mirador para la enseñanza de geografía e historia José M. Dacosta Oliveras [email protected] Resumen Los espacios afectados por la defensa han permitido la conservación de la flora y la fauna como, por ejemplo, en el glacis del castillo de San Fernando de Figueres, donde vive la planta protegida Silene sennenii. Por su condición de fortaleza para controlar la frontera francesa constituye un mirador privilegiado para usos recreativos, turísticos y educativos. Palabras clave: fortalezas militares, flora protegida, Silene sennenii, paisaje y mirador. 1. El glacis, hábitat de flora protegida El glacis del castillo de San Fernando contaba con prados secos mediterráneos, los cuales hacían que la fortaleza fuera críptica, y que se integrara mejor en el paisaje circundante. En estos pastos secos, vive la planta protegida Silene sennenii. El propio mantenimiento de la fortaleza, como punto de vigilancia, comportaba la conservación de esta pradera libre de árboles y arbustos y así se favorecía el hábitat de esta especie protegida. Por tanto, el castillo debe seguir teniendo el glacis con estrato herbáceo, para mantener el aspecto que corresponde a una atalaya militar, que tenía que controlar los 360

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grados, y a la vez favorecer la flora vulnerable (Silene sennenii). En función de estas necesidades de protección de la vegetación del glacis, y en los últimos años, se han hecho desbrozadas a cargo de personas en riesgo de exclusión (Altem), y el mantenimiento se ha hecho también gracias a un rebaño de ovejas. La experiencia indica que recuperar el paisaje militar originario favorece la flora protegida. En breve se constituirá el nuevo gobierno municipal y la conservación y mejora del glacis del castillo de San Fernando debe formar parte de la programación de los próximos mandatos, preferiblemente a partir de planes cuatrienales que garanticen actuaciones periódicas en este espacio de gran valor arquitectónico, histórico, literario, natural y que además tiene un importante uso público; de hecho “dar la vuelta al castillo” es un itinerario muy frecuentado por los habitantes de Figueres. El castillo, además, junto con su acueducto y las lagunas del Terrisser (zona de preparación de arcillas para alfarería) son tres ámbitos contiguos que se podrían englobar como el “Parque Oeste de la ciudad de Figueres”, aspecto que podría sumar y hacer más eficaces los recursos que se dediquen. 2. El camino de ronda, mirador excepcional En el último bienio se han organizado visitas guiadas por el camino de ronda del castillo de San Fernando, el sendero que circunvala la fortaleza y que tiene una longitud aproximada de 3.100 metros. Dado que esta fortaleza era la miranda militar para controlar la frontera francesa, con panorámica también hacia la bahía de Roses, el paseo conocido como “dar la vuelta al castillo” permite disfrutar de grandes panorámicas, más o menos precisas, en función de las condiciones meteorológicas concretas. Las visuales abarcan la llanura del Empordà, los accessos al Portús y diversos elementos montañosos: la Serra de Rodes, Serra Balmeta, la Albera, las Salines, el macizo del Canigó, la alta Garrotxa, el Sistema Transversal (Puigsacalm), Rocacorba, el Montseny, les Gavarres y el Montgrí. Hay que destacar que las visitas guiadas por el camino de ronda del Castillo han tenido buena aceptación de público y se programan periódicamente a través del Consorcio del Castillo de San Fernando y la Oficina Municipal de Turismo de Figueres. Estas salidas comentadas se han impulsado con el objetivo que formen parte de la oferta de la asociación de guías turísticos, para atender el turismo interesado en la historia militar, así como también aumentar las propuestas que ofrece la ciudad de Figueres. La propuesta contribuye a que los visitantes del Teatro-Museo Dalí, punto fuerte del turismo de la ciudad, prolonguen su estancia en la ciudad con otras actividades complementarias, como es esta visita guiada por el camino de ronda. Además de los valores naturales y paisajísticos referidos, el castillo es el escenario de la novela “Los jugadores de whist” de Vicenç Pagès y el glacis se ha convertido en un escenario de visitas literarias.

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3. Perspectivas de futuro ¿Como debemos plantearnos el futuro de la fortaleza? Tal como hemos argumentado anteriormente constatamos que San Fernando tiene valores naturales —sobre todo botánicos—, paisajísticos —especialmente recreativos—, pero también educativos y literarios. Es imprescindible que el glacis del castillo mantenga su aspecto natural, por lo tanto deben descartarse ajardinamientos, apertura de nuevos caminos, pavimentación del camino de ronda y la iluminación artificial. Estas medidas son imprescindibles para conservar la planta protegida Silene sennenii. Hay también que mantener el prado seco, como paisaje del glacis, y evitar que sea colonizado por arbustos ya que estos ocuparían el hábitat de la flora protegida y harían perder su calidad como mirador porqué ocultaría parte del horizonte visible desde el camino de ronda. Es necesario continuar con la labor iniciada por el Consorcio del Castillo de San Fernando, y por el ayuntamiento de Figueres, consistente en evitar la circulación motorizada incontrolada por el glacis, impedir los vertidos de residuos y programar actuaciones de desbroce hasta conseguir un glacis con la mayor superficie posible de sustrato herbáceo. El reto es la continuidad del glacis del castillo con su paisaje inmediato, es decir, una transición armónica entre su Muntanyeta, el entorno de els Arcs —acueducto—, las balsas del Terrisser y la Garriga d’Empordà. Por tanto, las actuaciones de desbroce (que suponen reducir el riesgo de incendios y favorecer los prados donde después puede pastar el ganado) son ideales para todo el conjunto el que podríamos denominar “El Parque Oeste de Figueres”. Sin embargo, el desbrozado y pasto de la parte interior de la fortaleza —en este caso no por ovejas, sino por otros herbívoros, los gamos, en el foso— permiten mantener un recinto estético, óptimo para las visitas. La fortaleza y la ciudad deben acercarse aún más, creando el máximo de lazos, que pasan por potenciar la oferta educativa —el vídeo recientemente presentado que muestra la evolución de la fortaleza va en esa dirección— y mantener, y en su caso aumentar, los actos (carrera del primero de mayo, concurso de cruces de mayo —acto propio de las fiestas de Figueres, la Santa Cruz—, recreaciones historias, actividades de la Asociación de Amigos del Castillo, campamentos juveniles, etc.). Para aproximar aún más el castillo en la ciudad, hay que mejorar el acceso de la subida al castillo, que en estos momentos se encuentra en mal estado de conservación (baches, grietas, parches, etc.). El castillo es un rico conjunto que engloba muchas variables. Los gobiernos municipales deben incrementar su papel en el Consorcio del castillo de San Fernando, aumentar las acciones y propuestas para la ciudad y de forma conjunta ligar aún más fortaleza y municipio.

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San Fernando de Figueres. Problemas de hoy y los retos del mañana Anna María Puig Griessenberger Arqueóloga Presidenta del Institut d’Estudis Empordanesos Tresorera dels Amics del Castell de Sant Ferran de Figueres [email protected] Resumen El castillo de San Fernando de Figueres es un monumento protegido por la legislación española y catalana. 1. Un monumento singular La fortaleza de San Fernando de Figueres es un monumento que goza de la máxima protección patrimonial. Gracias a su categoría de castillo, pronto quedó bajo la protección del Estado: el 22 de abril del año 1949, a raíz del decreto sobre protección de los castillos españoles, expedido por el Ministerio de Educación Nacional. A partir de esta declaración, la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 lo convirtió automáticamente en Bien de Interés Cultural (BIC; núm.: RI-51-0005897) y, posteriormente, la Llei del Patrimoni Cultural Català de 1993 en Bé Cultural d’Interès Nacional, clasificado como monumento histórico (BCIN; núm.: 846-MH). Se entiende por monumento histórico (MH) una “construcció o altra obra material produïda per l’activitat humana que configura una unitat singular”. ¿Qué tiene de singular el castillo de San Fernando? En primer lugar se trata del monumento de mayores dimensiones de Cataluña y, al parecer, es la fortificación abaluartada más grande de Europa. Si comparamos las dimensiones del castillo con las del centro histórico de Figueres, que

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se corresponden con el recinto amurallado medieval de la ciudad, y que tendría una superficie de unas 5,5 ha, el castillo resulta 5,7 veces mayor, dada su extensión de 32,5 ha, sin contar el espacio del glacis. Evidentemente, a nivel patrimonial no son sus dimensiones lo más relevante del monumento, pues su valor es de carácter histórico y poliorcético, y su construcción y evolución arquitectónica son la expresión de una etapa específica, tanto por el contexto de conflictos de frontera durante los cuales fue proyectado como por la aplicación de los avances tecnológicos en materia de defensa. En segundo lugar, es también relevante su estrecha vinculación con la historia moderna y contemporánea de Figueres, y su incidencia en la evolución urbana de la ciudad, ya desde el mismo momento del inicio de su construcción a mediados del siglo xviii. No obstante, la magnitud del monumento, desde la óptica de la arqueología y de la conservación patrimonial, es una condición importante, especialmente cuando deben plantearse proyectos de intervención en el conjunto. Debe tenerse en cuenta, por otra parte, que el valor arqueológico del subsuelo del entorno del castillo es, lamentablemente, muy limitado. A causa del gran movimiento de tierras, que tuvo lugar en el momento de ordenar la explanada y los fosos, así como por la construcción de las defensas exteriores y el glacis, difícilmente podrán localizarse restos de ocupaciones anteriores. Hoy por hoy podemos descartar, en contra de anteriores hipótesis, que puedan localizarse restos del primer convento de capuchinos de la ciudad en la zona nuclear de la fortificación. Este edificio, construido a finales del siglo xvi en el mismo lugar donde ya existía la capilla medieval a San Roque, se suponía situado muy cerca del castillo, razón de su desalojo y su derribo durante la segunda mitad del siglo xviii, después de trasladar los frailes al nuevo convento de la calle del Rec Arnau. Hoy planteamos la hipótesis que todavía es posible encontrar restos del convento, ya que éste se encontraría, en realidad, fuera del perímetro de la fortificación, aproximadamente en la zona del jardín de infancia “Els Pins”, al lado de la urbanización del barrio de la aviación, en la carretera de la Pujada del Castell, entre la calle de la Creu de Terme y la calle Aviador Collar. Si se sobreponen el topográfico actual de la ciudad y los planos que se conservan previos a la construcción del castillo, se confirma este emplazamiento. 2. Prospectiva de la evolución del paisaje Todas las intervenciones antrópicas que se proyecten en el castillo han de ser, evidentemente, coherentes con su expresada categoría monumental y acordes a su protección como BCIN. Esta condición obliga a que todas las actuaciones sean respetuosas con estos valores, y siempre elaboradas de acuerdo a unos instrumentos específicos de protección y unos programas de conservación, en los que sería óptima la participación de equipos de profesionales competentes en materias de historia, arqueología y arquitectura, especialmente. Deben prestar atención a esta condición, dado que la misma ley de 1993 obliga, a los responsables del monumento, que deben ocuparse de preservarlo, mantenerlo y asegurar la integridad del su valor cultural,

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siempre bajo el control y la supervisión del Departamento de Cultura de la Generalitat, que, según la misma normativa, tiene competencia exclusiva en materia de protección, conservación, acrecentamiento, investigación y difusión del conocimiento del patrimonio cultural catalán. Cabe señalar los problemas que puede comportar el planteamiento de hacer de la fortificación, exclusivamente, una ruina visitable; opción difícilmente sostenible desde el punto de vista económico. Entendemos que el castillo podría acoger diversas instalaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que el espacio construido disponible, al margen de su estado de conservación, es impresionante. Parece obvio que las 89 casamatas que, al parecer, se encuentran en el recinto exterior, junto a las 93 casamatas ubicadas en el grueso de las murallas, entre baluartes, además de los 9 edificios del interior del recinto, podrían tener diversos usos. Debe tenerse en cuenta, también, que la recuperación de estos espacios es también un modo de frenar su degradación. 3. Los límites de la acción antrópica En relación a la problemática y a las posibles propuestas para armonizar el paisaje del recinto con el paisaje exterior, las intervenciones deben ser mínimas, y siempre controladas por especialistas. En cuanto al futuro de la fortaleza y su entorno, llevamos años imaginando el castillo como un espacio plenamente integrado en la ciudad, con instalaciones y equipamientos culturales diversos, usos que pueden ser perfectamente compatibles con las visitas guiadas y las actividades que hasta día de hoy se llevan programando. La intervenciones en el entorno deberían limitarse a la tareas de mantenimiento de las estructuras y de las zonas de acceso público gratuito, como serían la restauración y adecuación la camino de ronda que circunda el castillo, restringiendo la circulación de determinados tipos de vehículos, adecuando y limitando también el espacio de aparcamiento, acampada y picnic. Con respecto a las instalaciones culturales, podría considerarse, en un momento en el cual el futuro del Museu de l’Empordà de Figueres es tema de debate, que algunos equipamientos museales pudieran ubicarse en el castillo. Me refiero, especialmente, a almacenes para las reservas, que son muy precarios en el edificio de la Rambla donde éste se ubica. No sería tan complicado adaptar para ello algunas de las numerosas casamatas, espacios que no solo podrían facilitar la custodia de los fondos sino también su conservación preventiva. Sería posible adecuar estas salas con la instalación de cámaras de conservación estancas (con condiciones de temperatura y humedad controladas), además espacios para talleres de restauración/conservación. Ante el espacio disponible, y dada la facilidad de los accesos en vehículo y la excelente comunicación de la zona, podría considerarse la posibilidad que el castillo pudiera convertirse en un futuro nuevo SAM (Servei d’Atenció als Museus), estructura ideada en el año 1990 como unidad básica de asistencia al patrimonio museístico del territorio, en especial de los materiales procedentes de intervenciones arqueológicas, aunque no en exclusiva. En la zona solo existe el de Girona, creado en el año 1998 (el

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primero), cuyo ámbito de actuación es el conjunto de las comarcas gerundenses, el cual hoy ya se ha quedado pequeño. En el año 2009 se inauguró el SAM de Lleida, para dar apoyo a los museos locales y comarcales de la demarcación territorial leridana, y en el año 2010 el de Amposta, para las Terres de l’Ebre. Hoy parecer ser que está en proyecto el SAM de les Valls d’Àneu para dar servicio a la zona del Alt Pirineu y el Aran. Por todo lo dicho hasta ahora, y a modo de conclusiones, considero que todas las variables: arquitectónica, urbanística, histórica, arqueológica, ambiental, bio-histórica deberían tenerse en consideración en el momento de definir el futuro del castillo. Creo que todas ellas son perfectamente compatibles y no excluyentes. Entendemos que debería haber un consejo de profesionales en cada uno de los ámbitos expresados que pudiera proporcionar asesoramiento a los gerentes del monumento y sus actores. Deberían ser personas que conocieran con bastante detalle las carencias que tiene la ciudad y la comarca a nivel cultural, así como de equipamientos, y que a la vez conocieran los valores culturales y monumentales del castillo, para que actuaran en coherencia.

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Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas: la evolución de las técnicas de asedio durante la Guerra de Sucesión Xavier Rubio-Campillo Barcelona Supercomputing Centre, Computer Applications in Science & Engineering C/ Gran Capità, nº. 2-4, Edificio Nexus I, Planta 1, Despacho 105, CP. 08038, Barcelona, Spain [email protected] Resumen El uso de métodos cuantitativos en Historia ha consistido tradicionalmente en el rechazo de hipótesis nulas para contrastar la validez de las hipótesis de trabajo contra los datos existentes. Pese a su relevancia, esta aproximación tiene numerosos problemas en cuanto a su aplicación en el contexto de la investigación histórica. En particular, el método asume la existencia de una colección de hipótesis que son al mismo tiempo completas y mutuamente exclusivas. Esta asunción es raramente cierta cuando se estudian conflictos bélicos del pasado, dada tanto la complejidad de los escenarios estudiados como la calidad de los datos existentes. Estas dificultades son comunes a numerosas ciencias del comportamiento humano, y por ese motivo se están planteando alternativas al método clásico. Este trabajo examina estas dificultades entorno a un caso de estudio concreto: los cambios en la duración de los asedios durante inicios del siglo XVIII. Mediante la aplicación de una técnica conocida como Approximate Bayesian Computation se demuestra cómo los datos no confirman la hipótesis más común. Al contrario de la opinión generalizada, el escenario más probable es que hubo un incremento en la duración e incertidumbre de los asedios. Palabras clave: asedios, evolución, Approximate Bayesian Computation, métodos cuantitativos.

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1. Introducción Los últimos años han visto un incremento en el número de trabajos que aplican métodos cuantitativos al estudio de la Historia. Entre los motivos variados destacan el acceso a nuevas bases de datos, así como el uso de innovadores métodos de análisis en el marco de nuevas perspectivas teóricas sobre las dinámicas históricas1. Este auge de lo que podríamos llamar “Historia basada en modelos” promueve un profundo cambio metodológico en la manera según la cual el historiador se enfrenta a su trabajo. En primer lugar, en estas obras es común el uso de modelos formales, en contraste con los clásicos modelos descriptivos usados en la disciplina. Así, partiendo de una pregunta de investigación concreta se transforman las hipótesis de trabajo en un modelo matemático o computacional que puede ser analizado de manera cuantitativa. Esto permite no tan sólo explicitar qué parámetros y comportamientos son relevantes a la pregunta inicial, sino también qué relación existe entre los mismos2. Técnicas como los Modelos Basados en Agentes o el Análisis de Redes Complejas permiten aportar una nueva perspectiva a clásicas cuestiones como puedan ser el estudio de las relaciones entre espacio y comercio o la relevancia de los procesos de cambio cultural. Una de las ventajas de esta aproximación es la capacidad para comparar distintos casos de estudio. Este tipo de análisis es difícilmente realizable con el único uso de modelos descriptivos expresados con lenguaje natural; por contra, un mismo modelo formal puede ser usado para examinar dinámicas históricas similares desarrolladas en períodos distintos siempre y cuando existan datos suficientes para comprobar su validez. Por estos motivos el uso de modelos formales para explorar dinámicas históricas tiene un gran potencial en cuanto a su capacidad para identificar tanto patrones generalizables como la diversidad inherente al comportamiento humano; es tan solo a través de su uso que será posible compara modelos, y descartar hipótesis de trabajo por otras que se ajusten mejor a la evidencia observada. Sin embargo, para que esto sea realizable es necesaria la falsación de hipótesis de investigación en base a la evidencias Es decir, los modelos formales deben ser contrastados con los datos para demostrar su capacidad explicativa. Este hecho presenta numerosos desafíos para las técnicas cuantitativas usadas en la actualidad en cuanto a investigación histórica. En concreto, la comparación de los resultados generados por el modelo contra la evidencia es un factor crítico, que acostumbra a recibir menos atención que el desarrollo del modelo en sí mismo. La mayoría de disciplinas científicas basan estos experimentos en el marco del Contraste de Hipótesis Nula (CHN). Según éste, se de1 Ver al respecto: SCHICH, M.; SONG, G.; AHN, Y.-Y.; MIRSKY, A.; MARTINO, M.; BARABASI, A.L., et al.: «A Network Framework of Cultural History», Science. 2014, 345, pp. 558–62; TURCHIN, Peter; WHITEHOUSE, Harvey; FRANCOIS, Pieter; SLINGERLAND, Edward; COLLARD, Mark: «A Historical Database of Sociocultural Evolution», Cliodynamics: The Journal of Theoretical and Mathematical History. 2012, 3; TURCHIN, Peter: «Arise’cliodynamics», Nature. 2008, 454, pp. 34-35. 2 Para las ventajas de los modelos formales en relación a los descriptives ver: EPSTEIN, Joshua M.: «Why Model?», Journal of Artificial Societies and Social Simulation. 2008, 11. pp. 12.

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fine una hipótesis de trabajo (H1) en contraste con una teórica hipótesis nula (H0); si H0 pudo haber generado la evidencia con una probabilidad suficientemente baja (el llamado p-valor) es rechazada, siendo por tanto correcta H1. La aplicación de esta aproximación al estudio de dinámicas históricas, actualmente un estándar “de facto”, presenta numerosos problemas3. En primer lugar, H0 acostumbra a asociarse a un proceso completamente aleatorio. Es evidente que pocos procesos históricos son completamente aleatorios, pero el rechazo de H0 no implica que H1 sea correcta. Así, la asunción de completitud según la cuál H0+H1 cubren los posibles escenarios raramente se cumple. Segundo, si se contrastan diversas hipótesis este método asume que son mutuamente exclusivas, es decir que si una es cierta las otras son falsas. Esto tampoco se cumple en el caso de la investigación histórica, ya que la relevancia de un proceso social determinado no excluye que otros factores estén jugando un papel destacado en la generación de los patrones observados en los datos. Finalmente, el CHN no permite comparar modelos distintos en base a la evidencia, un requerimiento que debería ser esencial en el estudio cuantitativo de la Historia; se necesitaría poder comparar distintas ideas sobre qué dio lugar a un mismo suceso histórico, ya que en caso contrario se vuelve al punto de partida inicial de modelos difícilmente comparables. Finalmente, la definición a priori del p-valor necesario para la significación de las hipótesis significa que éste puede ser ajustado: si los datos no permiten rechazar H0 con un valor como p=0.05 se puede subir el intervalo de confianza a p=0.1 o similar dónde es más fácil descartar la hipótesis nula. El presente trabajo presenta una aproximación estadística alternativa basada en métodos bayesianos e ilustrada a la evolución de los conflictos bélicos. La siguiente sección presenta la nueva perspectiva, explicitando qué ventajas ofrece al investigador en relación al uso de hipótesis nulas. Seguidamente se presenta el caso de estudio en el que se ilustrará el ejemplo, y los resultados generados por los dos métodos. Las dos últimas secciones interpretan los resultados a la luz de las hipótesis de trabajo iniciales, concluyendo con una evaluación de esta nueva aproximación al estudio cuantitativo de la Historia. 2. La perspectiva bayesiana Los métodos bayesianos conforman una nueva aproximación al contraste de hipótesis de trabajo en relación a la evidencia existente. En lugar de preguntarse qué probabilidades hay que mis datos fueran generados aleatoriamente, la pregunta que se quiere responder es: ¿qué probabilidades existen que mi hipótesis generara la evidencia? Así, en lugar de rechazar una hipótesis nula potencialmente no realista se calcula hasta qué punto un modelo dado pudo haber generado el conjunto de observaciones que conforman los datos existentes. Esta aproximación permite confrontar los diversos factores y procesos que el investigador cree que jugaron un papel relevante en un evento dado, y cuantificar cuál de ellos es capaz de explicar mejor lo que sabemos según la evidencia recogida. 3

ABELSON, Robert P.: Statistics as Principled Argument. Psychology Press, 1995, 8.

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La estadística bayesiana no es una técnica nueva, ya que se ha ido aplicando de manera intermitente desde su descubrimiento hace dos siglos4. No ha sido hasta años recientes que la aproximación bayesiana ha cobrado popularidad, probablemente debido a sus requerimientos computacionales. La explosión de datos de finales del siglo xx está generando numerosos desafíos para las técnicas de análisis de datos tradicionales. Al mismo tiempo, el acceso cada vez más frecuente a infraestructuras de computación de altas prestaciones ha hecho paulatinamente posible la adopción de métodos bayesianos. En concreto, numerosas ramas de la biología, impulsados por el estudio evolutivos mediante genética de poblaciones y la ecología han adoptado la aproximación como caballo de batalla para el análisis de sus datos5. Curiosamente los problemas a los que se enfrentan los biólogos evolutivos son afines a los que se encuentra un historiador, ya que ambas áreas a) estudian procesos temporales, b) usan datos fragmentados y ruidosos, y c) detectan patrones generales como agregación de comportamientos individuales. Así, parece claro que las técnicas exploradas por la biología deberían ser aplicables al estudio histórico con las obvias adaptaciones a los casos de estudio tratados por esta última6. 3. Un caso de estudio: la guerra de asedio Seguidamente definimos el caso de estudio en el que aplicaremos la aproximación bayesiana, como ejemplo del potencial de ésta en cuanto al estudio de dinámicas históricas. Para ello se necesita un caso de estudio en el que sea fácil definir y validar hipótesis de trabajo en relación a una dinámica histórica concreta. Así, se ha elegido explorar cómo la introducción de nuevas técnicas de asedio afectó al desenlace de los numerosos sitios desarrollados en el marco de inicios del siglo xviii a través de una perspectiva evolutiva7. El conflicto dinástico por la corona española conocido como Guerra de Sucesión (1702-1714) fue el escenario de numerosas innovaciones en cuanto a los sistemas de combate de los ejércitos europeos. El final del siglo xvii e inicios del xviii vieron una 4 Para una historia del método ver: MCGRAYNE, Sharon Bertsch: The Theory That Would Not Die: How Bayes’ Rule Cracked the Enigma Code, Hunted down Russian Submarines, & Emerged Triumphant from Two Centuries of Controversy. Yale University Press, 2011. 5 Resúmenes del potencial y aplicaciones pueden verse en: JOHNSON, Jerald B.; OMLAND, Kristian S.: «Model Selection in Ecology and Evolution», Trends in Ecology & Evolution. 2004, 19, pp. 101–8; TOWNER, Mary C.; LUTTBEG, Barney: «Alternative Statistical Approaches to the Use of Data as Evidence for Hypotheses in Human Behavioral Ecology», Evolutionary Anthropology: Issues, News, and Reviews. 2007, 16, pp. 107–18. 6 Existen pocas referencias de su uso en Ciencias Sociales o humanidades. Pese a ello hay algunos ejemplos como RAFTERY, Adrian E.: «Bayesian Model Selection in Social Research», Sociological Methodology. 1995, 25, pp. 111–64; CREMA, E.R.; EDINBOROUGH, K.; KERIG, T.; SHENNAN, S. J.: «An Approximate Bayesian Computation Approach for Inferring Patterns of Cultural Evolutionary Change», Journal of Archaeological Science. 2014, 50, pp. 160–70. 7 Para explorar este perspectiva ver: RUBIO-CAMPILLO, Xavier; HERNÀNDEZ, F. Xavier: «An Evolutionary Approach to Military History», Revista Universitaria de Historia Militar, 2014, 4, pp. 255– 77.

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Figura 1. Serie temporal de duraciones de los asedios a lo largo de la Guerra de Sucesión Española.

profundo cambio en los campos de batalla donde se luchó el conflicto, incluyendo la sustitución de picas y moquetes por fusiles con bayoneta, el desarrollo de despliegues lineales con poca profundidad para aumentar la intensidad de fuego o la gradual profesionalización de todas las ramas del ejército (incluyendo ingenieros y logística). De especial relevancia durante el período fue la guerra de asedio, cuya importancia dominó los otros tipos de combate hasta bien entrado el siglo. En este contexto la tarea unificadora desarrollada por Sébastien Le Prestre, marqués de Vauban8, fue decisiva para agilizar el desarrollo de los sitios y evitar la situación de estancamiento vivida en las décadas anteriores. La opinión generalizada entre los expertos es que su manual, publicado en 1707, unificó y regularizó los asedios, de manera que éstos se fueron haciendo menos costosos en vidas humanas y tiempo, y más regulares en cuanto a su desenlace. No ha sido hasta recientes años que algunos autores han empezado a poner en duda esta idea, a través del análisis de las predicciones que los comandantes hicieron respecto a la duración de sus asedios9. Parece éste un caso idóneo para aplicar una metodología cuantitativa, ya que existen los datos necesarios con los que contrastar si la introducción de las técnicas promulgadas por Vauban tuvo un efecto real en el desenlace de los asedios. En concreto, podemos formular la hipótesis más generalizada entre los expertos de la siguiente manera: la duración e incertidumbre de los asedios disminuyó durante el transcurso de la Guerra de Sucesión. 8 BARROS, M.; et al.: Vauban. L’intelligence du territoire. Paris: Service historique de la Défense, 2007. 9 OSTWALD, J.: Vauban under siege. Engineering efficiency and Martial Vigor in the War of the Spanish Succession. Brill Academic Publishers, 2007.

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Figura 2. Histograma de frecuencias de las duraciones. Para cada valor en días (eje X) se muestra el número de sitios que tuvieron esa duración.

Los datos necesarios para explorar esta hipótesis han sido recogidos en base a la lista de asedios publicada en la obra de Ostwald, complementada por fuentes adicionales para llegar a un total de 89 sitios y sintetizada en la figura 1. Como se puede observar, el número de asedios por año es bastante variable, habiendo algunos años en los que la muestra es especialmente pequeña (2 o 3 sitios). Esto hace que valores básicos como la media y la desviación estándar no sean especialmente informativos. Por otra parte, la figura 2 muestra la distribución de todas las duraciones, con lo que se ve claramente que no sigue una distribución normal ya que la cola izquierda es mucho más larga que la derecha. 4. Contraste de Hipótesis Nulas El método cuantitativo tradicional consistiría, de manera esquemática, en comprobar si la hipótesis nula H0: la duración de los asedios no cambió durante el conflicto puede ser rechazada. Para ello se ha creado un modelo “nulo” que genera un número de asedios igual al observado, y para cada uno se define la duración en base a una distribución gamma ajustada a los valores conocidos (ver figura 3).

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Figura 3. Función de distribución empírica de duraciones en los datos históricos (en rojo) y el mismo número de sitios simulados siguiendo distribución gamma (parámetros: shape=0.61 y scale=35.88).

Finalmente, se ha aplicado un test que permita rechazar H0, transformada aquí en este modelo aleatorio en el que los parámetros que rigen la duración (media y variancia) no cambian durante todos los años. Esta característica, conocida como estacionariedad, se resume en la idea según la que para que la duración de los asedios no cambie durante la guerra las propiedades de la distribución no deben variar, independientemente del año que se estudie. Existen numerosas herramientas que permiten rechazar la hipótesis de estacionariedad, pero muchas de ellas asumen distribuciones gaussianas, y requieren un número mínimo de observaciones que en nuestro caso no se da. Se ha elegido ejecutar el test de Kolmogorov-Smirnov. Este calcula las probabilidades que dos distribuciones dadas hayan sido generadas por el mismo proceso: si el p-valor resultante es muy bajo se puede descartar que ambas distribuciones hayan sido generadas por el mismo proceso, mientras que valores altos implican que no se puede rechazar esta hipótesis nula. En el caso que nos ocupa, si el test de Kolmogorov-Smirnov genera p-valores menores de 0.05 H0 se rechazaría. En caso contrario la evidencia aportada por la duración de los asedios históricos podría ser el resultado de un proceso aleatorio y la duración no cambió durante el conflicto. Aplicaremos el test a una parte mayor de nuestra muestra que año por año. Ésta estará definida por una ventana que se irá “moviendo” a lo largo de los años (por ejemplo, si definimos una ventana de 3 el primer test se hará en el período 1702-1704, el segundo en 1703-1705, el tercero 1704-1706 y así sucesivamente). Cada uno de estos

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Figura 4. p-valor generado por el test KolmogorovSmirnov entre los datos simulados por la distribución gamma y las observaciones por los intervalos datos. La línea roja define un valor de significación de 0.05.

segmentos temporales de nuestra muestra será testado contra el conjunto de valores aleatorios generados por la distribución gamma, con la intención de observar si la hipótesis nula puede ser descartada. Los resultados pueden verse en la figura 4. Como se puede ver en la figura, ninguno de los intervalos tiene un p-valor < 0.05, por lo que se puede descartar la hipótesis nula que las duraciones de los asedios fueron estacionarias durante el conflicto. Sin embargo, como ya hemos comentado eso no quiere decir que nuestra hipótesis inicial sea correcta, porque otras hipótesis podrían ser más correctas que la nuestra. Para empezar la duración media de los sitios podría haber aumentado; además la incertidumbre sobre la duración, que podría haber aumentado, ha disminuido a lo largo de la guerra. Es relevante notar aquí que esta última hipótesis no es mutuamente exclusiva con nuestra hipótesis inicial, ya que al mismo tiempo la duración media podría haber bajado mientas que la variabilidad hubiera subido. Vemos, por tanto, los límites de esta aproximación cuantitativa, que se intentarán romper aplicando una perspectiva bayesiana. 5. Approximate Bayesian Computation Una de las principales dificultades de la estadística bayesiana es que el método exige definir una función de verosimilitud que cuantifica la probabilidad de generar la evidencia a partir del modelo creado. Esto permite conocer el poder explicativo de las observaciones para cualquier valor inicial de parámetros. La función de ve-

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rosimilitud se puede calcular analíticamente si el modelo original es sencillo, pero a medida que éste se va complicando su cómputo se hace mucho más complejo hasta convertirse en intratable. Este problema ha lastrado la aplicación de estadística bayesiana en investigación hasta el advenimiento de los métodos conocidos como Approximate Bayesian Computation (ABC)10. Esta técnica evita el requerimiento de la función de verosimilitud a través de simulaciones computacionales que aproximan el resultado analítico. Gracias al incremento en capacidad computacional acaecido durante los últimos años ha sido posible aplicar ABC a una gran variedad de escenarios, con lo que su popularidad ha aumentado exponencialmente en los últimos años11. Seguidamente ilustraremos el método a partir del caso de estudio definido con anterioridad. 5.1 Definición del modelo La dinámica de asedios durante la Guerra de Sucesión se puede explorar con un modelo computacional definido como sigue: 1. Para cada año, se obtiene el número de asedios históricos que sucedieron. 2. Por cada asedio sucedido se obtiene un equivalente simulado su duración de una distribución gamma. El número obtenido es equivalente a la duración en días de ese asedio. 3. Al final del año se modifican dos parámetros de la distribución (media y desviación estándar) según dos modificadores, que son los parámetros de nuestro modelo (modificador a la media y modificador a la desviación estándar). 5.2 Conocimiento a priori El siguiente paso es definir nuestro conocimiento inicial de los parámetros del modelo. Como ya hemos comentado nuestro modelo tiene dos parámetros: los modificadores de la media y la desviación estándar en las duraciones; lo que se ha definido como distribuciones a priori (figura 5): una distribución uniforme entre -10 y +10. Así, por nuestro conocimiento anterior sabemos que ambos modificadores no estarán fuera de estos valores, porque ello produciría unos resultados totalmente ilógicos en relación a la evidencia. 5.3 Definición de estadística resumen En tercer lugar el método ABC necesita que definamos una estadística resumen de nuestro modelo, que le permita computar la distancia entre la evidencia y cualquier 10 TURNER BRANDON, M.; VAN ZANDT, Trisha: «A Tutorial on Approximate Bayesian Computation», Journal of Mathematical Psychology. 2012, 56, pp. 69–85. 11 Ver: LEUENBERGER, C.; WEGMANN, D.: «Bayesian Computation and Model Selection Without Likelihoods», Genetics. 2010, 184, pp. 243–52.

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Figura 5. Conocimiento a priori: ambos modificaciones están dentro de los límites -10 a +10.

simulación ejecutada. Hemos decidido usar la duración de los asedios, así que una simulación cuyas duraciones sean más cercanas a la evidencia será identificada como mejor que otra, los asedios de la cual disten más de lo observado. 5.4 Cómputo de la distribución posterior El último paso es estimar qué valores del conocimiento a priori generan resultados más parecidos a la evidencia. Para ello es necesario ejecutar numerosas simulaciones con parámetros obtenidos a priori, comparar las estadísticas resumen y elegir aquellas cuya distancia sea más pequeña. Para ello hemos elegido el método más simple (pese a ser computacionalmente más exigente), conocido como algoritmo de rechazo12. El algoritmo consiste en los siguientes pasos: Elegir valores aleatorios de la distribución a priori. Ejecutar el modelo con esos valores y calcular la estadística resumen. Si la distancia está entre el porcentaje P más cercano a la evidencia se guarda; en caso contrario se descarta. Estos 3 pasos se ejecutan múltiples veces con una P pequeña. En nuestro caso se han ejecutado 1 millón de simulaciones con una P=0.001, quedándonos con las 1.000 12 Ver algoritmo original en: PRITCHARD, Jonathan K; SEIELSTAD, Mark T; PÉREZ-LEZAUN, Anna, y FELDMAN, Marcus W, ‘Population Growth of Human Y Chromosomes: A Study of Y Chromosome Microsatellites.’, Molecular Biology and Evolution, 16 (1999), 1791–98.

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Figura 6. Trayectorias simuladas (en negro) más cercanas a la evidencia (en rojo). Cada uno de los puntos es uno de los asedios sucedidos ese año.

Figura 7. Comparación del conocimiento a priori (izquierda) y posterior (derecha) en relación a los parámetros iniciales: el modificador a la media (arriba) y a la desviación estándar (abajo).

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simulaciones que más se acercan a lo sucedido durante el conflicto. La figura 6 muestra todas las trayectorias en comparación con los datos reales, mientras que la figura 7 establece la comparación entre el conocimiento inicial y el posterior. 6. Discusión Como se puede ver en las anteriores figuras, la distribución de parámetros usados en las simulaciones con resultados cercanos a la evidencia dista considerablemente de nuestro conocimiento a priori. En primer lugar, el modificador a la duración media de los asedios es positivo en un 99.98% de los casos. Esto nos indica que no sólo la duración no disminuyó, sino que muy probablemente aumentó a lo largo del conflicto. Así, la hipótesis generalizada entre los expertos no se sostiene según los datos disponibles, y como consecuencia no podemos decir que la introducción de los métodos de Vauban hiciera más breves los períodos de asedio. Las razones pueden ser muy variadas, y deberían ser exploradas por modelos adicionales. De entre las causas más probables podríamos destacar el progresivo desgaste de las finanzas por parte de los estados beligerantes, hecho que podría provocar un deterioro en las iniciativas de asedio, usualmente muy costosas en personal y dinero. En segundo lugar, el modificador a la desviación estándar en la distribución posterior da un resultado menos concluyente. Podría indicar un progresivo aumento en la incertidumbre asociada a los asedios, que tendrían una duración más dispar a medida que el conflicto avanzaba. La interpretación de este resultado podría mostrar la bipolarización entre los sitios tomados por asalto y los que aplicaron las nuevas técnicas de Vauban. Sin embargo, al contrario que con el otro factor (duración media) la evidencia no nos permite asegurar con un grado de certidumbre relevante que éste proceso sucedió realmente, ya que un buen número de las simulaciones seleccionadas fue inicializada con valores negativos o cercanos a cero. Así, con los datos observados no es posible rechazar las hipótesis alternativas (que la incertidumbre disminuyó o que se mantuvo igual). La agregación de ambos resultados permite plantear una hipótesis de trabajo según la cual a lo largo del conflicto los asedios se hicieron más largos y ligeramente más impredecibles. La profesionalización de los distintos cuerpos de ingenieros y la homogeneización de técnicas por parte de Vauban no generaron las dinámicas que hasta ahora se sostenían (asedios más breves y con menos certidumbre). Quizás el objetivo de Vauban de disminuir las bajas por asaltos mal preparados aunque tuvieran mayor duración no era interesante para la mayoría de comandantes. Como Ostwald ya había apuntado, al fin y al cabo el método de asalto vaubaniano fue abandonándose gradualmente durante el siglo, en favor de métodos más arriesgados de asalto13.

13 Es ésta la hipòtesis defendida en Ostwald, op.cit.

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7. Conclusiones El presente trabajo ha presentado un nuevo modo de análisis cuantitativo aplicado a la investigación histórica. Como hemos visto, el poder explicativo de sus resultados supera ampliamente la tradición aproximación basada en el contraste de hipótesis nula. Los métodos bayesianos permiten comparar la efectividad de distintos modelos o parámetros para explicar la evidencia existente. Al mismo tiempo, el uso de modelos estocásticos como ABC permiten aplicarlo a escenarios de mayor complejidad. Al mismo tiempo es capaz de afrontar la incertidumbre inherente a los datos históricos de manera mucho más robusta que aproximaciones anteriores. Es éste un elemento crítico que debe ser estudiado e integrado en los modelos cuantitativos de la manera más realista posible. Por otra parte, la aplicación de métodos como ABC presenta algunos desafíos para la actualidad de la disciplina histórica. En primer lugar, exige del investigador una formación en métodos cuantitativos más avanzada que otros tipos de estadística. Por otra parte, la técnica requiere del acceso a considerables recursos computacionales. Ambos problemas pueden ser solventados, mejorando la formación en modelos cuantitativos y estableciendo colaboraciones interdisciplinares con centros capaces de ofrecer este tipo de infraestructuras computacionales. Pese a no ser tarea fácil, el éxito de esta transformación en otras disciplinas permite aspirar a mejorar los métodos de la disciplinas en base a estas nuevas técnicas de análisis, fácilmente adaptables a los desafíos planteados por la investigación de dinámicas históricas. 8. Agradecimientos El autor querría agradecer a Jamel Ostwald la publicación de los datos sobre asedios usados en este trabajo. El modelo y el análisis se han realizado en el paquete estadístico R, y la aplicación de ABC se ejecutó con el paquete EasyABC14. Tanto los datos como el código están disponibles bajo licencias libres en la dirección https:// github.com/xrubio/models/siege_abc. Bibliografía ABELSON, Robert P.: Statistics as Principled Argument. Psychology Press, 1995. BARROS, Martin; SALAT, Nicole; SARMANT, Thierry: Vauban: L’intelligence Du Territoire. Chaudun, 2006. 14 R Development CORE TEAM, R: A Language and Environment for Statistical Computing. Viena, Austria: R Foundation for Statistical Computing, 2011, ; FRANCK, Jabot; FAURE, Thierry; DUMOULIN, Nicolas: «EasyABC: Performing Efficient Approximate Bayesian .Computation Sampling Schemes Using R», ed. by Robert B. O’Hara, Methods in Ecology and Evolution, 4 (2013), 684–87.

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CREMA, E.R.; EDINBOROUGH, K.; KERIG, T.; SHENNAN, S.J.: «An Approximate Bayesian Computation Approach for Inferring Patterns of Cultural Evolutionary Change», Journal of Archaeological Science. 2014, 50, pp.160–70. EPSTEIN, Joshua M.: «Why Model?», Journal of Artificial Societies and Social Simulation. 2008, 11, pp. 12. JABOT, Franck; FAURE, Thierry; DUMOULIN, Nicolas: «EasyABC: Performing Efficient Approximate Bayesian Computation Sampling Schemes Using R», ed. por Robert B. O’Hara, Methods in Ecology and Evolution. 2013, 4, pp. 684–87. JOHNSON, Jerald B.; OMLAND, Kristian S.: «Model Selection in Ecology and Evolution», Trends in Ecology & Evolution. 2004, 19, pp. 101–8. LEUENBERGER, C.; WEGMANN, D.: «Bayesian Computation and Model Selection Without Likelihoods», Genetics. 2010, 184, pp. 243–52. MCGRAYNE, Sharon Bertsch: The Theory That Would Not Die: How Bayes’ Rule Cracked the Enigma Code, Hunted down Russian Submarines, & Emerged Triumphant from Two Centuries of Controversy.Yale University Press, 2011. OSTWALD, J.: Vauban under siege. Engineering efficiency and Martial Vigor in the War of the Spanish Succession. Brill Academic Publishers, 2007. PRITCHARD, Jonathan K.; SEIELSTAD, Mark T.; PÉREZ-LEZAUN, Anna; FELDMAN, Marcus W.; «Population Growth of Human Y Chromosomes: A Study of Y Chromosome Microsatellites», Molecular Biology and Evolution, 16, 1999, pp. 1791–98. R. DEVELOPMENT CORE TEAM, R.A.; Language and Environment for Statistical Computing, R Foundation for Statistical Computing. Vienna, 2011, http:// www.R-project.org. RAFTERY, Adrian E.: «Bayesian Model Selection in Social Research», Sociological Methodology. 1995, 25, pp. 111–64. RUBIO-CAMPILLO, Xavier; HERNÀNDEZ, F. Xavier: «An Evolutionary Approach to Military History», Revista Universitaria de Historia Militar. 2014, 4 pp. 255–77. SCHICH, M.; SONG, C.; AHN, Y.-Y.; MIRSKY, A.; MARTINO, M.; BARABASI, A.-L.; HELBING, D.; «A Network Framework of Cultural History», Science. 2014, 345, pp. 558–62. TOWNER, Mary C.; LUTTBEG, Barney: «Alternative Statistical Approaches to the Use of Data as Evidence for Hypotheses in Human Behavioral Ecology», Evolutionary Anthropology: Issues, News, and Reviews. 2007, 16, pp. 107–18. TURCHIN, Peter: «Arise’cliodynamics», Nature, 454, 2008, 34–35. TURCHIN, Peter; WHITEHOUSE, Harvey; FRANÇOIS, Pieter: SLINGERLAND, Edward; COLLARD, Mark: «A Historical Database of Sociocultural Evolution», Cliodynamics: The Journal of Theoretical and Mathematical History. 2012, 3. TURNER, Brandon M.; VAN ZANDT, Trisha: «A Tutorial on Approximate Bayesian Computation», Journal of Mathematical Psychology. 2012, 36, pp. 69–85.

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Las murallas medievales y modernas de Barcelona. «Si vis pacem, para bellum» Carme Miró Alaix Servei d’Arqueologia de Barcelona [email protected] Resumen Las murallas de época medieval y moderna representan unos de los elementos patrimoniales más singulares y relevantes de la ciudad de Barcelona. Destacan por su importancia en momentos cronológicos puntuales y por condicionar el crecimiento urbanístico; modificando la planificación y la ordenación hasta nuestros días. Éstas fueron construidas entre los siglos XII y XIX, momento en que fueron derribadas, quedando su testimonio en algunos lugares estratégicos de la ciudad y sus cimientos bajo los sucesivos pavimentos contemporáneos. La creación de estas defensas guardan relación con las construcciones de los límites de la ciudad romana, construida en una fecha cercana al año 10 aC., cuando se originó la colonia Barcino, y posteriormente una nueva muralla que reseguía el mismo trazado que la anterior pero con 76 cubos o torres de finales del siglo III dC. La vertebración y urbanismo de la urbe siempre ha estado relacionado con estas murallas; las necesidades de crecimiento hizo que las murallas de la ciudad fueran ampliándose por diferentes puntos de la ciudad, englobando su espacio urbano.1 Palabras clave: Barcelona, muralla, época medieval, época moderna, carta arqueológica.

1 Antes de seguir con el texto, queremos agradecer la colaboración en la realización de esta ponencia de la Dra. María Jesús Peréx Agorreta, y de Jordi Ramos, sin su ayuda no habría estado posible, los errores en el mismo son, sólo, de mi responsabilidad. También queremos resaltar la ayuda de Encarna Cobo y Josefa Huertas.

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«La Arquitectura Militar ha seguido, como la religiosa y la civil, paso a paso la marcha progresiva de la humanidad; primero, defensas rudas, indecisas, incipientes, sencillas, rudimentarias, y después, conforme se iban buscando medios de destruirlas y hacerlas ineficaces, se fueron perfeccionando para contrarrestar los empujes de la tormentaria; esta a su vez, aumentaba su potencia destructora, y aquellas su potencia resistente; y así, en oposición constante la Fortificación y la Poliorcética, cambiando de formas y de procedimientos, siempre contrarios, ha ido y sigue marchando la humanidad, destruyendo y creando constantemente.» Manuel Castaños, 1900. 1. El concepto de muralla La muralla es uno de los elementos más internacionales que existe. Si observamos diferentes plantas de ciudades europeas, encontraremos similitudes, lo mismo en ciudades asiáticas o americanas, pero también muchas diferencias. Sin embargo hay un elemento que se reconoce siempre, y que las hace parecidas: las murallas. El estudio de la muralla no lo podemos entender sin el estudio de la ciudad, ya que es un elemento que define la ciudad desde su fundación, y de la que forma parte; en una simbiosis que ha perdurado a lo largo de su historia. En muchos lugares de Barcelona se conserva en alzado, en otros solo los cimientos, pero sobretodo nos queda la huella y su traza. La relevancia de la muralla romana ha sido importante hasta en el siglo XIX, porqué había tramos visibles y otros que fueron derribados como la puerta de Regomir. Al abordar el estudio del proceso de fortificación de los estados europeos en los comienzos de la llamada Edad Moderna, resulta necesario buscar sus raíces en el mundo clásico; en Grecia, y más concretamente en Roma; dado que, no en vano, el Renacimiento supone su recuperación en la mayoría de sus manifestaciones. Los romanos eran esencialmente personas prácticas, y resolvieron los problemas técnicos que se les presentaron creando nuevas metodologías de diseño2. La importancia del conocimiento de la cultura clásica a la hora de abordar el tema de las fortificaciones de época moderna, se basa, primordialmente en que los principales artífices de los nuevos sistemas de fortificación procedían, en su mayoría, de las posesiones españolas en territorio italiano, así como, posteriormente de las escuelas de ingeniería francesa. Los ingenieros que trabajaron para los Austrias, además de conocer la obra de Vitruvio y Vegecio, pudieron contar con la ayuda indirecta que proporcionaba la lectura de Tácito, Suetonio, César, Veleyo Patérculo, Dión Casio, Polibio, Higinio, Arriano o Flavio Josefo. Pero antes que ellos, tenemos la Poliorcética de Eneas3, apodado el 2 HALLYDAY SAVILE, Leopold: “Presidential Address”, Journal of the Institution of Civil Engineers, 1, 1940, pp. 1-26; ver también en Port and Harbour Engineering, ed. by Adrian Javis, Aldershot (England), 1998. 3 ENEAS EL TÁCTICO: Poliorcética, Biblioteca Clásica Gredos, 157, 1991.

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Figura 1. Acuarela de F. Soler y Rovirosa del Portal de Santa Anna construido el 1358 (Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona).

Táctico, que es el primer tratado conservado sobre táctica militar, no solo de la literatura griega, sino también de la literatura universal. Además, sentó las bases de una tradición de escritos técnicos sobre el arte de la guerra que la tomaron como modelo, con un importante desarrollo en época romana y bizantina4. En relación a Barcelona, el pasado romano en estos últimos años ha estado revalorizado a partir del proyecto de ciudad llamado Pla Barcino. Se estableció una línea de actuación basada en la investigación y la documentación que ha dado grandes conocimientos del mundo romano. Cabe destacar que a partir de las intervenciones arqueológicas en Barcelona podemos afirmar que la correspondencia entre el interior de la ciudad y extramuros siempre estuvo en constante relación, a pesar de la diferenciación de espacios. El reaprovechamiento desde época romana hasta la época contemporánea de la muralla ha sido una dinámica constante en la historia de la ciudad. La presencia de la expansión urbanística bien planificada en sectores de la ciudad en las llamadas vilanoves dels Còdols, Sant Pere, de la Mar, calle Montcada, etc, además 4 Su obra fue conocida por Polibio (X, 44) y por autores posteriores, aunque su vida y trayectoria personal es desconocida. Por los hechos que menciona, debió escribir esta obra en la segunda mitad del siglo IV aC., y pudo ser un jefe de tropas mercenarias originario del Peloponeso.

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de poder crear nuevos enclaves religiosos disgregados por la ciudad, justifican el aumento del recinto defensivo englobando los lugares ocupados. Este proceso llevó a ser de gran importancia para intentar aumentar las defensas de una ciudad que vería como se ampliaban los muros antiguos de su pasado romano (figura 1). 2. Los diferentes recintos No nos extenderemos en exceso en ampliar la información sobre las fortificaciones medievales y modernas de Barcelona, pero haremos un pequeño resumen para valorar la relevancia histórica del patrimonio defensivo apuntado. La ciudad con un recinto amurallado de origen romano reducido en cuanto extensión, cambió su concepción espacial con un factor puntual en la historia de esta ciudad. Nos referimos al enfrentamiento con Francia por parte del rey Pedro II el Grande, que en 1285 motivó la edificación de una nueva fortificación en los dominios de Barcelona. En la llamada Crònica de Bernat Desclot se menciona la construcción de muros de tapia y torres de madera, que fueron construidas en el frente marítimo con la pretensión de poder fortificar este sector. Ante este momento importante y concreto de la historia, vemos que en momentos puntuales pueden modificar el patrimonio defensivo de una ciudad que veía necesaria su protección. Todo ello modificó el panorama en años posteriores, hasta que la institución de gobierno del Consell de Cent encabezó el proyecto para la gran labor de construir la primera obra de envergadura a su cargo. Cabe resaltar que con los portales ya abiertos se incorporó el Portal Nou documentado en 1295; y ya a inicios del siglo XIV se amplió el territorio en la actual Rambla, plaza de Catalunya, plaza Urquinaona, paseo de Sant Joan, calle Trafalgar, Arc de Triomf y el parque de la Ciudadella. Con esta planificación y estabilización de la fortificación de la ciudad de Barcelona, a partir del conflicto con Castilla, el Consell de Cent decidió en 1357 mejorar los lienzos murarios de finales del siglo XIII, motivo por el cual adquirió tres canteras en la montaña de Montjuïc. Las nuevas obras de infraestructuras en el sector de la Rambla con, incluso, la modificación de la antigua riera, delimitó la ciudad antigua, y la reestructuración del sector comercial y mercantil de la costa barcelonesa, culminando el proceso con la construcción de la Llotja (lonja) de Barcelona en el sector portuario. Este lienzo de la muralla de mar, ha sido documentado arqueológicamente, en el paseo Picasso cerca al actual parque la Ciudadella, en la Rambla y en la torre de las Puces en el subsuelo del monumento a Colón. El antiguo y consolidado barrio del Carme en el sector del Raval hizo una proclama para poder estar dentro de la zona amurallada, y por ello se inició la muralla identificada como la del Raval. En poco tiempo, en la década de 1370 se amplió y modificó las Drassanes (atarazanas), incluyendo en el nuevo recinto amurallado el monasterio de Sant Pau del Camp y el Hospital de San Llàtzer, cerrando por el Portal de Tallers. Sería edificado a lo largo del siglo XV, con una muralla de piedra y talud defensivo y torres (figura 2).

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Figura 2. Restitución de las murallas medieval y moderna en 1714 (Autor: ATICS SL.).

Lógicamente, la evolución de la artillería también va unida a los avances defensivos en los lienzos de muralla, un hecho de importancia para las ciudades si se querían defender de las nuevas estrategias tecnológicas. Sería sobretodo en el segundo cuarto del siglo XVI cuando las necesidades defensivas de una ciudad moderna provocaron la reconfiguración del lienzo, para poder prevenir los ataques devastadores que podía provocar los impactos de los proyectiles. Los ingenieros encargados de la defensa optaron por endurecer el grueso del lienzo de muralla, y lógicamente reducir su altura para que fuera mínima la superficie de impacto. De la misma manera, se optarían por las torres circulares, ya que se consideraba que eran las que mejor aguantaban los impactos. El resultado final fue la construcción de baluartes con un valle modificado que completado con una contraescarpa configuraban un gran espacio defensivo. Los trabajos en el sector marítimo comenzaron en el siglo XVI con la construcción de los baluartes de Llevant, Migdia y Ponent, y a mediados del mencionado siglo se llevó a cabo el Portal de Mar, para poder cerrar en su totalidad el perímetro de Barcelona. Otro hecho histórico destacado es el que se dio en el año 1635 cuando se inició el conflicto con Francia, y a pesar del Tratado de los Pirineos, no se vio resuelto hasta el final de la Guerra de Sucesión Española en 1714. Todo ello conllevó a que se llevaran a cabo un gran número de actuaciones de la muralla y que comportaron obras de importancia. Es relevante mencionar que en 1637 el Consell de Cent redactaba un

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Figura 3. Restitución de las murallas medieval y moderna del año 1848 (Autor: ATICS SL.).

informe con las actuaciones necesarias para la fortificación de la ciudad de Barcelona, como terraplenes y otras estructuras defensivas frente a los portales, obras que continuaron hasta 1648. También a partir de la “Sublevación de Catalunya” (16401652) (Guerra dels Segadors) se permitió a la Corona la construcción de los primeros baluartes, con el objetivo de proteger del exterior pero también del interior. A raíz de la Guerra de Sucesión Española5, hay una gran remodelación de las defensas de la ciudad, derribando parte de la muralla medieval, reforzando los baluartes, y sobretodo, con la construcción de la Ciudadella, elemento fortificado, el objetivo del cual era, más que defender la ciudad, controlarla para ser atacada. Dando un salto cronológico, ya en el 1854, éste sería el año de inicio de demolición de la muralla de Barcelona que finalizó en el periodo conocido como Sexenio Democrático (1868-1873). Estos trabajos fueron necesarios para mejorar las condiciones higiénicas de la ciudad, así como para crear un plan contra el aumento de personas desempleadas. Un factor también importante dentro del imaginario de los barceloneses era la implicación simbólica que implicaba la muralla, ya que estaba vinculada con el Antiguo Régimen y a la represión militar impuesta a partir de 1714 (figura 3).

5 No hacemos referencia, ni al Castillo de Montjuïc, ni al Fort Pius, ambos elementos defensivos de Barcelona, ya que nos hemos centrado en los recintos ubicados en la misma Ciudad, no en su término municipal, ya que habría muchos más elementos a destacar, como diferentes torres en el barrio d’Horta.

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3. El agua como elemento defensivo Francesco de Marchi en 1599 en su tratado sobre Dell ‘Architettura militare presentó una definición de ciudad a partir de su arquitectura defensiva del agua, partiendo desde sus grandes fosos hasta absorber la unidad formal entre la trama urbana y los factores tipológicos y topográficos donde se implanta. Otro ejemplo destacado sobre la importancia del agua como sistema defensivo, es la que ofrece el arquitecto renacentista Vincenzo Scamozi en el tratado ejemplarizante de 1615 titulado “La idea de la arquitectura universal”, con una visión de la arquitectura con un propósito de ciencia exacta. Fue utilizado a modo de manual por arquitectos de la época. La geografía de la llanura de Barcelona situada entre los ríos Llobregat y Besós se encuentra encuadrada entre la Serralada de Collserola y el mar, junto con los torrentes que van dibujando la ciudad. Muchos de estos cursos de agua, rieras o arenales se convirtieron en caminos transitables en momentos puntuales6. Dentro del núcleo histórico de Barcelona se encuentran privilegiadamente dos pequeños montículos que forman el Mons Taber y donde se ubica la actual basílica de los santos mártires Just i Pastor. Como ya hemos apuntado los sistemas defensivos de la ciudad condicionaron el crecimiento, al igual que los accidentes físicos y los caminos. Un planteamiento interesante es analizar los cursos del agua existentes para ver como éstos han podido resaltar en las estrategias defensivas del llano de Barcelona. El estudio de la historia de la hidráulica de la ciudad, nos ha llevado a defender la idea que el agua ha sido uno de los protagonistas de la defensa de Barcelona, des de su inicio como colonia, ya que, des del primer recinto existe un foso defensivo, con una función de cloaca, y conducción de aguas. 4. Como estudiar la muralla Al comenzar la investigación, o un proyecto en relación con la ciudad antigua, no se puede obviar el hecho que la ciudad ha evolucionado, y, ahora, está en conexión orgánica con la ciudad moderna, como un ser vivo que evoluciona y se transforma. No podemos entender la Barcelona actual sin remontarnos en el origen de la colonia romana fundada por el emperador Augusto, de la misma manera no podemos recuperar la ciudad antigua sin conocer la evolución hasta nuestros días, qué nos queda y qué podemos documentar y recuperar, esta sería una interesante reflexión inicial. Existen líneas de investigación y documentación de los tramos de muralla siendo piezas claves y elementos prioritarios para dar conocimiento de la fortificación. Un proceso para visualizar el estudio de las murallas medievales y modernas, y lógicamente la romana, es musealizar espacios. El desarrollo de la accesibilidad, divulgación, intervención e investigación del patrimonio defensivo es una prioridad para 6 DURAN SANPERE, Agustí: «Como los torrentes y los caminos se volvieron calles». En Revista Ford, nº 35, junio, 1935, pp. 217-224.

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Figura 4. Restos del baluarte del Portal Nou el 1989 (Autor: Servei d’Arqueologia de Barcelona).

entender los recintos amurallados, así como su trazado, la cronología y la técnica constructiva, sin olvidar aspectos secundarios en determinados lugares y pequeñas variaciones del planteamiento global. La arqueología no es sólo el estudio del subsuelo, de cota cero hacia abajo, es el estudio de todos los restos materiales, por lo tanto, en este caso, toda su construcción. Cualquier construcción puede llegar a ser estudiada con metodología arqueológica, por este motivo la disciplina básica para entender la ciudad y su evolución (figura 4). El objetivo principal de todo el proyecto de investigación y recuperación de las diferentes murallas de Barcelona, es entender cada recinto como una unidad, y como un proyecto de ciudad. Esta será la forma que ayudará a hacer avanzar la investigación, no sectorizando las partes, cosa que nos lleva a una cierta confusión, para entender la globalidad del plan defensivo de la ciudad en cada momento histórico, especialmente por lo que respecta a la época moderna, ya que el cambio en el armamento y tácticas militares comporta un gran cambio en la concepción y realización de las defensas urbanas. Des del centro de documentación del Servei d’Arqueologia de Barcelona se está trabajando por ordenar, clasificar y relacionar toda la documentación generada de hace más de 80 años de intervenciones arqueológicas. La documentación es diversa, y se tiene que organizar para ponerla al abasto de todos los investigadores. Para ello

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la Carta Arqueològica de Barcelona7 es una herramienta fundamental, especialmente para la recopilación de los datos. La carta es un proyecto que va evolucionando, y se tiene que adaptar a las nuevas necesidades de los investigadores, y gestores, y también a las nuevas metodologías. De momento se está trabajando, para un futuro inmediato, con una ampliación de la base de imágenes vinculadas a las diferentes intervenciones. Por otro lado queremos seguir con el trabajo de digitalizar la documentación antigua, para poder enlazar las memorias arqueológicas o documentos asociados a las intervenciones, de momento se pueden hacer uso de las memorias realizadas en este siglo xxi. Otro interesante objetivo es poder desarrollar la potenciación de los campos de búsqueda y añadir cartografía histórica y planimetría detallada de las intervenciones, por fases crono-históricas. Esta información será recogida en la información conocida como SIG (Sistema de Información Geográfica), para que se pueda proteger y controlar las actuaciones de toda la intervención que afecta en cualquier caso los tramos ya conocidos, todo este trabajo, en relación a los diferentes recintos defensivos, ya fue presentado en las I Jornades de patrimoni defensivu d’època moderna8 , por lo que no nos extenderemos más en su explicación. La fuente que nos proporciona más información, y más novedades sobre las defensas de Barcelona es la arqueología. Nuestra ciudad es rica en patrimonio histórico, y des del Servei se lleva a cabo la gestión y coordinación de las diferentes intervenciones. En los últimos años han estado numerosas las excavaciones donde se han documentado restos de las murallas medievales y modernas de Barcelona. No podemos, dado el marco limitado de esta ponencia, explicar todas las intervenciones. A partir de las intervenciones arqueológicas, el elemento clave que une todos los proyectos es la investigación. Si no hay una buena investigación es difícil poder tener éxito en los planteamientos iniciales. Tanto para dar a conocer, para difundir, para explicar, hace falta saber, y por la cual cosa es necesaria la investigación. Cabe destacar el trabajo en equipo, valorando la historiografía y buscando nuevas vías, aprovechando las nuevas tecnologías y novedades (figura 5).

5. Como revalorizar la muralla como elemento patrimonial Sin lugar a dudas, creemos que toda ciudad, y en este caso su patrimonio defensivo, debe ser estudiado con metodología arqueológica, para poder avanzar en el conocimiento de su historia, y poder ir definiendo sus trazas temporales. La metrópolis es un ser vivo, en transformación constante, proceso que puede documentar la arqueología en diferentes vertientes. De la misma forma, no debemos olvidar el urbanismo, 7 www.cartaarqueologica.bcn.cat 8 MIRÓ, Carme; MORENO, Álex: «Las murallas medievales y modernas de Barcelona. La aplicación de la carta arqueológica como herramienta de planificación urbana e investigación arqueológica». En I Jornades de Patrimoni Defensiu d’Època Moderna. Ministerio de Defensa, 2013, pp. 73-80.

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Figura 5.. Baluard del Migdia (Autor: Mikel Soberón).

arquitectura e historia de las murallas y sus relaciones con los elementos del territorio, para poder entender el paisaje generado. La muralla y sus cubos, como elemento importante y característico de la ciudad, han sufrido agresiones por el paso del tiempo y también por los diferentes conflictos bélicos; también por los diferentes proyectos urbanísticos, que en los mejores casos han cubierto pero respectando sus muros, y en el peor, haciéndola desaparecer. El estudio espacial de la ciudad de Barcelona se basa en el conocimiento de los elementos individuales de la topografía y su relación, des del origen primitivo hasta nuestros días. En un resumen simplista pero veraz, la ciudad no deja de ser una reserva de memoria colectiva. Es importante no fosilizar estados o épocas concretas de la historia de la ciudad, en el nuestro caso, Barcelona, sino de ir forjando un discurso diacrónico con los datos obtenidos. No se puede olvidar que en la mayoría de ocasiones los datos de la investigación son fragmentados y heterogéneos, y se tiene que buscar la manera de poder ordenarlos y ponerlos en relación. Hablamos del espacio urbano entendido como cuadro espacial. La expresión de la red viaria hace pensar en la misma realidad, suponiendo implícitamente una organización orgánica del espacio urbano (figura 6). Las fortificaciones de Barcelona son elementos que han configurado y han definido la ciudad. La construcción de la muralla en época romana configura su espacio. Este elemento, tiene un valor como un marcador que evoluciona, como cambia, la función del elemento, hasta llegar a la función inducida, cambiando en el tiempo, obteniendo así nuevos marcadores cronológicos del espacio urbano.

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Figura 6. Portal de Sant Daniel (Autor: Miquel Gea).

Lógicamente, uno de las primeras funciones y tareas del arqueólogo es la documentación, siendo de una gran labor para el conocimiento la recerca y valorización, en este caso la muralla. Se trata de poder recopilar toda información, en relación con su construcción y morfología, y como elemento que tiene que configurar y marcar la evolución urbana de la ciudad. Bibliografía CASTAÑOS, Manuel: Ensayo de fortificación arqueológica: Estudios históricos de fortificación, poliorcética y castramentación desde los tiempos más remotos hasta los del empleo de las armas de fuego, Madrid, 1900. CUBELES, Albert; NICOLAU, Antoni: «El 150è aniversari de l’enderrocament de les muralles: repensant la ciutat contemporània». En Abajo las Murallas!!! 150 anys de l’enderroc de les muralles de Barcelona. Museu d’Història de la Ciutat, Barcelona, 2004, pp. 13-37. DE MARCHI, Francesco: Dell ‘Architettura militare, 1599. DESCLOT, Bernat: La Croada contra Catalunya. Llibre del rei En Pere. Seleccions. Barcino, Barcelona, 1935. DURAN SANPERE, Agustí: «Como los torrentes y los caminos se volvieron calles». En Revista Ford, nº 35, junio, 1935, pp. 217-224.

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ENEAS EL TÁCTICO: Poliorcética, Biblioteca Clásica Gredos, 157, 1991. GALERA, Montserrat.; ROCA, Francesc; TARRAGÓ, Salvador.: Atlas de Barcelona. Siglos XVI-XX. Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña y Baleares, Barcelona, 1972. HALLYDAY SAVILE, Leopold: «Presidential Address». En: Journal of the Institution of Civil Engineers, 1, 1940. MIRÓ, Carme; COBO, Encarna: «El Centre de Documentació del Servei d’Arqueologia de Barcelona». En Anuari d’Arqueologia i Patrimoni a Barcelona 2011. Institut de Cultura de Barcelona, Barcelona, 2012, pp. 16-21. MIRÓ, Carme; MORENO, Álex: «Las murallas medievales y modernas de Barcelona. La aplicación de la carta arqueológica como herramienta de planificación urbana e investigación arqueológica». En I Jornades de Patrimoni Defensiu d’Època Moderna. Ministerio de Defensa, 2013, pp. 73-80. ROGENT ALBIOL, Jordi: «Evolució dels sistemes defensius de la ciutat de Barcelona. El seu paper en la configuració de la ciutat i l’estat actual de la qüestió». En Fortificaciones. Intervenciones en el patrimonio defensivo. Actas del XXXIV Curset. Jornadas Internacionales sobre la intervención en el Patrimonio Arquitectónico. Barcelona y Tortosa 15-18 diciembre de 2011, pp. 11-16.

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El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca. Problemática de investigación y usos sociales Miguel José Deyá Bauzá Universidad Islas Baleares [email protected] Resumen: En los últimos años se ha dado un proceso de restauración de elementos poliorcéticos de Mallorca que obliga a plantearse un segundo nivel de actuación, el referido a su integración en la vida de las localidades en que se hallan situado. Se recogen en el trabajo los casos concretos más destacados. Palabras clave: murallas, baluartes, patrimonio defensivo.

1. Introducción Las Baleares son depositarias de un importante patrimonio poliorcético de época moderna. El carácter insular del territorio y la cercanía del enemigo religioso y político evidenciaron la necesidad de construcciones de vigilancia y defensa. Su integración dentro del sistema de defensa balear y de cada isla se hizo sin demasiados problemas a los efectos que aquí nos interesan. Cuando estos edificios perdieron su finalidad militar se planteó el darle otra función y, más recientemente, su integración dentro del patrimonio de cada isla. Unas edificaciones que, para el caso mallorquín y a los efectos que nos ocupan, pueden dividirse en tres grupos:

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Las murallas, concretamente las de Alcudia y Palma1. Torres de vigilancia y defensa. Elementos singulares como el Castillo de San Carlos. 2. Las defensas amuralladas 2.1. Las murallas de Palma En el siglo XVI las murallas de Palma conocieron una intervención a gran escala. El recinto de época medieval era inadecuado ante los avances artilleros de la Baja Edad Media y primera Edad Moderna. Si en una primera fase se pensó en adecuar la muralla reforzando y modernizando puntos concretos (edificación del bastión de Santa Margalida en 1543), posteriormente se evidenció la necesidad de construir una nueva muralla2. La nueva construcción tendría un frente de tierra y uno de mar. Con el tiempo las nuevas circunstancias del arte de la guerra hicieron del todo inservible al recinto defensivo renacentista que, por otra parte, no conoció ningún episodio bélico3. Por ello buena parte de la segunda mitad del siglo XIX conoció el debate sobre la conveniencia o no del derribo de las murallas que, finalmente, se dio en 1902. Ese derribo afectó sólo a las defensas que daban a tierra, quedando en pie las que daban a mar tal y como se encuentran actualmente. El mantenimiento El mantenimiento de las murallas y baluartes de mar abría el debate sobre la función que se les otorgaba. A los baluartes se les adjudicó una función de acuartelamiento. El baluarte más occidental de los que quedaron en pie, el de Sant Pere o de Santa Creu se convirtió en cuartel de artillería y, posteriormente, del grupo de sanidad. El baluarte del Príncep, situado en la parte más oriental de lo que quedaba de muralla, se convirtió en cuartel también de artillería4. Los años cincuenta y sesenta demostraron las limitaciones de esos espacios en el interior de la ciudad y la conveniencia del traslado de la tropa a cuarteles diseñados ad hoc. A partir de aquí la historia de los dos baluartes citados se separa. En 1960 el baluarte de Sant Pere se hallaba desalojado de cualquier uso dependiente del Ministerio del Ejército, lo que no ocurrió con el baluarte del Príncep. Tras diversas peripecias que incluyeron su cesión a una empresa privada y el derrumbe intencionado de parte de su fachada occidental, el primero de los citados elementos quedó sin función alguna5. El Plan General Ribas Piera declaraba el ámbito de las murallas como zona verde pública en su mayor parte, lo que suponía a efectos prácticos considerar los baluartes y el cami1 Por su origen medieval y su papel relativamente menor en la defensa de la isla en los siglos XVI y XVII dejamos a un lado el reciento amurallado de Capdepera. 2 TOUS, Joan: «Las murallas de Palma durante Edad Moderna». En VV.AA.: Ier Centenari de l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 47-100. 3 Ni siquiera durante la Guerra de Sucesión se dio una situación en que las murallas renacentistas de Palma pudieran demostrar su efectividad. 4 SIMÓN, Pilar: «Les murades de Palma avui». En VV.AA.: Ier Centenari de l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 121. 5 Ibídem, pág. 139.

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Fotografía 1. Visión de la fachada occidental del baluarte de Sant Pere. Obsérvese como descansa sobre el cauce de la Riera (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

no de ronda espacio urbano libre y de uso público. Sin embargo, tanto el baluarte de Sant Pere, como también el del Príncep, recibían un tratamiento especial. Por lo que respecta al primero una parte era considerada zona verde pública, como el resto de la muralla, pero su parte más elevada se calificaba de sector de régimen especial, lo que permitía la construcción de nuevos edificios, cumpliendo determinadas condiciones. Una modificación de 1976 corregía esta situación y extendía la consideración de zona verde pública a todo el baluarte6. El Plan General de Ordenación Urbana de 1985 calificaba a dicho elemento como espacio libre público, sistema general, lo que significaba destinarlo al servicio de toda la ciudad7. Sin embargo en los años sucesivos no se tomó ninguna iniciativa al respecto. Hubo que esperar a que en 1997 se creara la Fundació Museu d’Art Modern i Contemporani Es Baluard para que se iniciaran las intervenciones. Dicha fundación está constituida por el Govern de les Illes Balears, el Consell Insular de Mallorca, el Ayuntamiento de Palma y la Fundació Art-Serra, ligada al empresario y mecenas Pere Serra. El resultado fue la adaptación del espacio 6 Ibídem, pág. 146. 7 Ibídem, pág. 159.

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Fotografía 2. Vista de las fachadas occidental y meridional del baluarte de Sant Pere (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

hasta entonces abandonado a las necesidades museísticas, respetando la configuración externa del baluarte y sus elementos más característicos como el gran aljibe. La función de museo se mantiene por la cesión de obras de arte que a la fundación realizó el Sr. Pere Serra. Resulta evidente que después de lustros de abandono, la intervención realizada supuso una gran mejora para la ciudad y supuso una renovación de la concepción de la muralla en su conjunto. Se ha criticado la cesión de un espacio público a una fundación con participación privada, pero a nuestro juicio la pregunta correcta estriba en si la administración pública en solitario hubiera procedido a la puesta en valor del antiguo baluarte. Quizás el único punto flaco de la intervención, sumamente respetuosa con la estructura defensiva, estribe en la inexistencia de ningún referente explícito del pasado poliorcético del edificio. Caso aparte es el del baluarte del Príncep. Entre los años cincuenta y setenta del siglo xx se procedió a la construcción de viviendas militares en el entorno del baluarte. Incluso a principios de los setenta se aprovechó la estructura del mismo como soporte del último bloque de viviendas que se construyó. Además, en el antiguo foso se construyó ya anteriormente la Caja de Reclutas. En 1998 se firmó un convenio entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Palma en virtud del cual el baluarte se cedía al municipio, iniciándose los trámites para el desalojo de los usufructuarios de las viviendas y en 2007 se procedió a la voladura de los edificios dejando visible la

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Fotografía 3. Últimas viviendas militares edificadas sobre la fachada meridional del baluarte del Príncep (Archivo fotográfico Mateu Riera).

estructura del baluarte. Posteriormente se realizó a una intervención arquitectónica dirigida por Elías Torres. La idea era integrar el baluarte en el camino de ronda que comenzando desde Poniente en el Hort del Rei, a los pies del palacio de la Almudaina, recorre la parte anterior del Mirador de la Catedral, el antiguo baluarte de Ses Voltes —cuartel de artillería hasta los años setenta y hoy espacio municipal con un teatro al aire libre— y desemboca por Levante hasta el Baluard del Príncep. Hay que reconocer que la idea es buena: integrar todo ese gran espacio situado encima de la muralla y tratarlo como un gran paseo. Sin embargo cabe hacer las siguientes matizaciones: La integración real dentro de la ciudad no se ha conseguido; posiblemente la cercanía del Paseo Marítimo, situado prácticamente a los pies de la muralla, haya perjudicado el uso del nuevo espacio para la población y visitante. Algunas de las soluciones adoptadas, singularmente los puntos de luz, no guardan sintonía con la antigüedad y naturaleza de los materiales y elementos que constituyen el baluarte, que por otra parte ha sido ya víctima de la incívica actividad de graffiteros. No existe ni en el baluarte ni en todo el espacio situado en el Hort del Rei y el Baluard del Príncep ninguna referencia a la naturaleza poliorcética y militar de ese espacio, de manera que la memoria de la ciudad está borrando lo esencial de la naturaleza del mismo y vaciando de contenido lo que debería ser uno de los atractivos

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Fotografía 4. Vista de las fachadas meridional y oriental del baluarte del Príncep tras el derribo de las últimas viviendas militares (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

más importantes de la ciudad; no existe ninguna actuación para exponer el origen poliorcético y castrense de ese espacio que a los ojos de las nuevas generaciones aparece como surgido de la nada, sin ningún pasado concreto. La integración del baluarte con el entorno situado a sus pies es nulo, al existir un conjunto de pinos que impiden su visión desde la cercana línea de costa en la vertiente sur del Paseo Marítimo. En otro orden de cosas, el éxito conseguido en cuanto a socialización y ocupación del espacio tras la intervención en el Baluard del Príncep es por ahora inferior al conseguido en el Baluard de Sant Pere y su empleo para una actividad concreta y no sólo genérica: el Museu d’Art Modern i Contemporani. Dejando a un lado el frente del mar, se pueden observar otros restos integrados en el desaparecido frente de tierra. El caso más claro es el del bastión de Sant Margalida, situado en calle de San Miguel donde la muralla tenía una de sus puertas, la Porta Pintada. La construcción de este baluarte semicircular se inició en 1543 ante la alianza franco-berberisca que provocó una convulsión en el Reino. Posteriormente este pequeño bastión semicircular quedó insertado en la muralla renacentista y concretamente ocultado en el interior del baluarte poligonal que recibió el mismo nombre de Santa Margalida. Con la destrucción de las murallas del frente de tierra

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Fotografía 5. Porción del baluarte de Santa Margalida en la calle San Miguel de Palma (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

el bastión semicircular se mantuvo como cimiento de un polvorín derruido en 1912. Desde entonces el bastión sirvió de cimiento a otras construcciones de tipo civil. Al ser derruido el edificio que se apoyaba en el bastión para ser sustituido por otro, se procedió a la excavación, poniéndose de manifiesto la presencia del bastión tal y como indicaban las fuentes documentales. La iniciativa municipal permitió su conservación, de manera que el nuevo edificio tuvo que dejar a la vista el bastión, visible desde la calle. El problema estriba en que no se ha dado una verdadera integración del bastión en la ciudad. De hecho, actualmente para visitarlo se debe pedir la llave a los servicios municipales, de manera que se puede afirmar que se ha garantizado su conservación, pero no su puesta en valor ni su integración dentro de la vida y el patrimonio de la ciudad. 2.2. El recinto amurallado de Alcudia Si en el caso de Palma una de las cuestiones principales a abordar en las últimas actuaciones en las murallas y sus baluartes ha sido su integración en la ciudad, el otro gran centro amurallado de la isla —Alcudia— ha partido con ventaja, pues sus murallas han formado parte desde hace tiempo no sólo de la imagen de la ciudad, sino también de su vida social. Se trata de un cinturón defensivo de origen medieval que ante el peligro franco-berberisco de los primeros años cuarenta del siglo XVI se reforzó con bastiones, de

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Fotografía 7. Cuerpo central de la puerta de Xara, construido en el siglo XVI y flanqueado por dos torres medievales (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

los cuales el mejor conservado hoy es el de Vila-roja. Cerca de la escuela se encuentra el bastión de Xara y en el punto opuesto de la muralla el baluarte de San Fernando, hoy plaza de toros. Este baluarte es prácticamente el único resto que nos queda del segundo cinturón de murallas, el cinturón renacentista, ejecutado en el siglo xvii. 3. Elementos de vigilancia y defensa costeras En la costa mallorquina ya en la Edad Media se levantaron atalayas para la observación de posibles enemigos. Durante el siglo xvi se levantaron más elementos de esa índole y se procedió a que confluyeran en un auténtico sistema de vigilancia y comunicación a las villas y a otras torres de defensa. También en el siglo xvi se dotó

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Fotografía 8. Entrada al enclave de Penya Roja, en Alcudia (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía 9. Porción de la costa de Alcudia que debía proteger el enclave defensivo de la Penya Roja (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

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a algunas de esas torres de la defensa necesaria, singularmente artillería, de manera que pudieran funcionar como primera línea de defensa. Contamos con un trabajo que puede ser utilizado como inventario-catálogo de las torres de defensa de la isla, con una descripción arquitectónica y de funciones militares. Nos referimos al trabajo de Juan González de Chaves titulado Fortificaciones costeras de Mallorca. Uno de los problemas fundamentales con que contamos con este patrimonio es que una parte del mismo es de propiedad privada, lo que limita su uso social. Otros casos, como el de la Torre Major de Alcudia, no tienen ninguna función, con el peligro de que a corto plazo se pierda parte de la memoria histórica de lo que fue el edificio e incluso se dé su degradación. Al ser las bahías lugares propicios a un ataque, es en las cercanías a estos parajes donde se conservan algunos de los elementos más relevantes de este tipo de arquitectura. El caso de Alcudia es sintomático, destacando el enclave de Penya Roja y la Torre Major. La Penya Roja es un enclave de vigilancia y dotado de defensa artillera situada en una atalaya natural que tras diversas modificaciones del hombre lo convierten en una fortaleza inexpugnable a 389 metros sobre el nivel del mar8. El enclave cuenta con una pequeña edificación que servía para refugio del personal allí destinado, aljibe, horno y —un poco más elevada— una plataforma empedrada donde aún hoy se encuentra una pieza de artillería. Su integración en una ruta excursionista sumamente atractiva hace que en principio no parezca que corra peligro su integridad y conservación y precisamente el uso social que de este enclave creemos debe potenciarse es precisamente el de ser punto final de un recorrido de gran valor paisajístico y también, aunque menos, histórico. Otro elemento singular del municipio de Alcudia es la Torre Major. Si el anterior elemento defensivo tenía por función la vigilancia y primera defensa del enemigo que llegara con la intención de hacer tierra en un punto de la recortada costa, la torre tenía por objetivo la defensa de la ciudad de un posible ataque de gente que tomara tierra en el puerto de Alcudia. Su estructura de principios del siglo xvii se halla bastante modificada, pues estuvo en uso hasta hace relativamente poco tiempo como sede de un destacamento de marina. La desaparición de la guarnición ha dejado al edificio sin un uso determinado, siendo actualmente propiedad del municipio de Alcudia. Creemos que lo más oportuno sería una remodelación para que la torre se convirtiera en un centro cultural (museo, sala polivalente…) dedicado a la temática militar y defensiva. Se trataría de hacer algo similar a lo realizado en el fuerte de la Punta d’en Amer. Vistas las circunstancias turísticas del municipio nos encontramos ante un elemento de relevancia histórica que podría ser empleado con destino al turismo cultural. El carácter amurallado de la ciudad de Alcudia y la importancia que los elementos defensivos han tenido a lo largo de su historia parecen indicar que la temática defensiva sería la más adecuada para dar una actividad al edificio. Llenar la 8 GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan: Fortificaciones costeras de Mallorca. Palma: Colegio Oficial de Arquitectos de Baleares, 1986, p. 195.

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Fotografía 10. Horno del enclave defensivo de Penya Roja (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía 11. Aljibe del enclave defensivo de la Penya Roja (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

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Fotografía 12. Torre Major de Alcudia (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

torre de elementos de ese tipo no parece muy difícil si atendemos a la riqueza patrimonial de Alcudia o a la existencia de material relacionado con la historia militar y de defensa de la ciudad. Relativamente cerca de Alcudia, pero ya dentro del término municipal de Pollença, encontramos un elemento de defensa digno de mención tanto por sus características como por la problemática de usos que ha vivido y que plantea hoy: la Fortaleza de S’Avançada. Se trata de una construcción de planta hexagonal, situada a 45 metros sobre el nivel del mar, con dos plantas y rodeada de un imponente foso9. Su construcción data del reinado de Carlos II. Desde hace tiempo se trata de una propiedad privada lo que ha facilitado reformas que han metamorfoseado mucho el edificio, como la sustitución de muros por grandes ventanales para iluminar dependencias interiores. El carácter privado hace difícil un uso social para el conjunto de la población y, por otra parte, su elevado precio de mercado hace del todo inasumible su adquisición por parte de la administración que ya tiene suficientes problemas para dar un uso a los edificios defensivos de su propiedad y que han quedado sin un uso determinado. Otro elemento a destacar es el fuerte de la Punta de n’Amer, en el término de Sant Llorenç. Se trata de un cubo con pirámides incrustadas en cada una de sus fachadas, 9 Ibídem, pág. 214.

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considerándose su fecha de finalización 169610. Es un ejemplo único de elemento de defensa de la costa de Mallorca. En su concepción primó lo defensivo, diseñándose para hacer frente a un desembarco y no meramente a constatar la posibilidad del mismo y comunicarlo a los centros próximos. Por ello desde un principio se dota de artillería y de un número de efectivos humanos de cierta importancia. Lo que se acaba de decir se relaciona con las características del paraje, muy distinto del de Penya Roja o la Torre Major de Alcudia. Se trata de un elemento defensivo que se encuentra en solitario ante una playa de gran amplitud. Además, no había en el momento de la construcción ningún centro de población próximo, lo que propiciaba aún más un desembarco enemigo. Éstas y otras circunstancias nos ayudan a entender la causa de tan peculiar diseño. El castillo fue objeto de una acertada restauración en 1995, de manera que buena parte de los elementos del interior son hoy réplicas (torno del puente elevadizo por ejemplo). Se trató de una restauración liderada y financiada por la propiedad del paraje11. Su uso social consiste en un pequeño museo que sirve de atracción tanto a la población local como a los turistas de la zona, de gran importancia a este respecto. 4. Un caso excepcional: El Castillo de San Carlos de Palma Aunque stricto sensu debería ser integrado en el apartado anterior, las características del Castillo de San Carlos lo hacen acreedor de un tratamiento específico. Se trata de un fuerte abaluartado, único que se conserva en las Baleares, situado a unos 35 metros sobre el nivel del mar, en lo alto de una pequeña elevación a la entrada del puerto12. Su origen está en una torre que se levantó en el mismo enclave entre 1610 y 1612. Desde entonces se realizaron diversas ampliaciones y reformas, siendo de destacar la de 1662, dirigida por Vicenç Mut y que convirtió la torre en fuerte abaluartado. Actuaciones de menor transcendencia se llevaron a cabo entre 1672 y 1678 ante el estado de guerra con Francia y durante la Guerra de Sucesión Española, si bien en estos períodos se actuó más en aspectos de municionamiento y dotación artillera y de tropa, con la posible excepción de intervenciones en la contraescarpa, la construcción de una cámara a prueba de bombas durante la Guerra de Sucesión o las actuaciones en la techumbre de instalaciones anexas a los baluartes13. Al dejar de tener finalidad defensiva se convirtió en prisión de oficiales y posteriormente en Museo Militar, siendo ese su uso actual. Desde el año 1997 el Museo está dirigido por un consorcio formado por el Ministerio de Defensa, el Govern de les Illes Balears, el Consell Insular de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Del mismo modo existe una Asociación de Amigos del Museo. El principal desafío que tiene hoy 10 APARICIO, Angel: La fortalesa de la Punta de n’Amer (Sant Llorenç del Cardassar). Palma: Consell Insular de Mallorca, 2001, p. 12. 11 Ibídem, pág. 32. 12 GONZÁLEZ CHAVES, Juan: op.cit., pp. 351, 353. 13 CONDE, Elena; GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan; DEYÁ, Miguel J.: El Castillo de San Carlos de Palma de Mallorca. Palma: Consorcio del Castillo de San Carlos, 2013.

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el Castillo de San Carlos es su apertura a la ciudad e inserción en sus rutas culturales y turísticas. Téngase en cuenta que aunque el Castillo se encuentra en el municipio de Palma, está un tanto alejado de las rutas habituales de paseo y ocio de la ciudadanía, pues se encuentra en el extremo de poniente del puerto, en la zona conocida como dique del oeste, donde el Paseo Marítimo linda ya con la autopista de Andratx y, por tanto, en un paraje que no se presta a ser zona de tránsito normal de los ciudadanos. Aun así el esfuerzo que se ha realizado en los últimos tiempos para una mayor identificación entre el castillo y la ciudad está dando lentamente resultados. Allí se desarrollan actividades con motivo de festividades locales como el día de San Sebastián, patrón de Palma, o el día de la Comunidad Autónoma (20 de Enero y 1 de Marzo respectivamente). Del mismo modo desde hace unos años es posible la celebración de bodas y otros eventos en el castillo, lo que contribuye a un mayor conocimiento del mismo. Evidentemente se desarrollan allí algunos actos de naturaleza militar como el día de la Legión (primer sábado después del 20 de Septiembre) organizado por la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Baleares o, en ocasiones, actos alrededor del día de las Fuerzas Armadas. Por su parte la Asociación de Amigos del Castillo de San Carlos desarrolla ciclos de conferencias y actos similares. Desde el punto de vista museográfico se está a la espera de la aprobación del Plan Director que sin duda supondrá una mayor conexión con la ciudad. Resulta evidente que esta pieza única de la arquitectura militar balear se resiente en que no exista ni una sola propuesta de ruta municipal que conecte los baluartes y murallas de la ciudad con el propio castillo. De cualquier modo el esfuerzo de integración del fuerte en la ciudad y entre palmesanos y turistas está dando, quizás más lentamente de lo que sería de desear, sus resultados. Una prueba de que se va por el buen camino son los datos de visitantes, que han pasado de 11.971 en 2003 a 38.829 en 2013 y 40.244 en 2014, muy cerca del máximo histórico conseguido en 2009. 5. El desafío de la investigación Por lo que respecta a la situación de la investigación sobre el patrimonio poliorcético mallorquín, la conclusión ha de ser francamente positiva, conclusión que puede hacerse extensiva al resto del archipiélago. En primer lugar cabe resaltar que las Islas Baleares y sobre todo Mallorca no han sido escenario de guerras desde la época de las Germanías, con lo que su patrimonio documental es sumamente rico. La documentación de las instituciones del Reino, depositada mayoritariamente en el Arxiu del Regne de Mallorca, recoge aspectos tan importantes como las negociaciones entre las autoridades del reino y las reales en materia de defensa, construcciones a realizar y su mantenimiento y modernización. Del mismo modo la documentación inserta en la serie Real Patrimonio recoge buena parte de los pagos realizados en esa materia, lo que nos permite la reconstrucción de la actividad llevada a cabo en cada momento. Al actual estado, francamente bueno, de la investigación en patrimonio poliorcético balear han contribuido investigadores individuales, siendo de destacar el caso de

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Fotografía número 13: Fortaleza de S’Avançada en Pollença (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía número 14: Fuerte de Sa Punta de n’Amer

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Ángel Aparicio, miembro fundador y actual presidente del Grup per a l’Estudi de les Fortificacions Balears14. El auténtico pionero de este tipo de estudios, con un marcado carácter arquitectónico debido a su profesión, fue Juan González de Chaves con su estudio sobre las fortificaciones costeras de Mallorca ya citado en este trabajo. Precisamente el propio González de Chaves junto a Miguel José Deyá y Elena Conde es autor de la monografía sobre el Castillo de San Carlos, también ya citada, que aúna el estudio arquitectónico con el histórico y el estudio de las colecciones. Cabe destacar el apéndice donde se recogen los planos de la fortaleza levantados por el propio Juan González de Chaves. Iniciativas como el Ciclo Divulgativo de Fortificación y Poliorcética llevado a cabo en Palma entre el 24 y el 28 de noviembre de 2014 organizado por el Instituto de Historia y Cultura Militar (Centro de Palma de Mallorca) y el Govern de les Illes Balears con la colaboración de la Universitat de les Illes Balears y que contó con más de ochenta inscritos ayudan enormemente a la divulgación de este patrimonio como fase previa a un uso social más intensivo. 6. A modo de conclusión: el desafío de la divulgación y el uso turístico-cultural La situación de patrimonio poliorcético de la Edad Moderna en Mallorca, como en general de España, creemos que está entrando en una segunda fase. Si anteriormente la prioridad era el mantenimiento y hacer accesible dichos espacios, hoy el gran desafío es dotar a este patrimonio de una función y un uso social. Desde ese punto de vista se debe trabajar desde dos aspectos. En primer lugar intentando insertar el patrimonio poliorcético en la ciudad o población que le es propio. La conversión del baluarte de Sant Pere en un museo, a pesar de las críticas existentes, parece una buena opción y –en todo caso- esas voces críticas no parecen haber sido capaces de concretar una alternativa a ese espacio, cuál hubiera sido su función concreta y la forma de financiación. A sensu contrario la estrategia consistente en convertir esos elementos defensivos en meros paseos sin una función añadida no está dando resultado, al menos así parece demostrarlo el caso del baluard del Príncep. Una segunda prioridad debe ser el dejar patente que estamos ante un patrimonio militar y concretamente poliorcético. Casos como el de las murallas de Palma donde en ningún sitio –ni siquiera en los baluartes- hay testimonio de esa función pasada tienden a robar a generaciones futuras una parte de la historia de la ciudad, pues una parte de la población es incapaz hoy de leer dichas estructuras como elementos que formaron parte del sistema defensivo de la ciudad y de la isla. El hecho de que no haya ni siquiera un mero panfleto municipal que informe a la población y sus visitantes de las posibles rutas urbanas de naturaleza poliorcética es ya sintomático. Evidentemente tampoco costaría mucho trasladar dicha información a nivel de toda la isla. Se está 14 APARICIO, Angel: op.cit., p. 32; El recinto portuario de Palma y la defensa. Las bateries costeres (siglos XIV-XIX). Palma: Associació per a la Revitalització dels Centres Antics, 2007; El Castell de l’illa de Cabrera: Palma: Documenta Balear, 2012.

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renunciando así a poner en valor cultural, pero también económico, un patrimonio singular. El caso de Alcudia, donde las murallas se encuentran del todo integradas en la vida de la ciudad es un caso bien distinto al de Palma. Por último, en términos de investigación se constata un nivel más que aceptable de la investigación histórica, siendo el próximo reto el de implicar a investigadores de la construcción en el estudio de las técnicas constructivas y métodos de trabajo empleados para la edificación de estos edificios e investigación sobre las formas más adecuadas para su conservación o restauración. Creemos que a este respecto los estudios del Grado en Edificación de la Universitat de les Illes Balears deberían tener un mayor papel a este respecto. Bibliografía APARICIO, Ángel: La fortalesa de la Punta de n’Amer (Sant Llorenç del Cardassar). Palma: Consell Insular de Mallorca, 2001. 46 p. ISBN: 84-87389-39-2. —: El recinto portuario de Palma y la defensa. Las baterías costeras (siglos XIV-XIX). Palma: Associació per a la Revitalització dels Centres Antics, 2007, 116 p. DL: PM 699/2007. —: El castell de l’illa de Cabrera. Palma: Ed. Documenta, 2012, 254 p. ISBN: 8415432-23-4. CONDE, E.; GONZÁLEZ DE CHAVES, J.; DEYÁ, M. J.: El Castillo de San Carlos de Palma de Mallorca. Palma: Consorcio del Castillo de San Carlos, 2013, 202 p. 84-616-7863-1. GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan: Fortificaciones costeras de Mallorca. Palma: Colegio Oficial de Arquitectos de Baleares, 1986, 403 p. ISBN: 84-600-4342-8. SIMÓN, Pilar: «Les murades de Palma avui». En VV.AA.: Ier Centenari de l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 119-172. TOUS, Juan: “Las murallas de Palma durante Edad Moderna”. En VV.AA.: Ier Centenari de l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 47-100.

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De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom, leal ingeniero de la monarquía hispánica1 Juan Miguel Muñoz Corbalán [email protected] Resumen

La trayectoria personal y profesional de Jorge Próspero Verboom se vio inmersa, desde sus inicios en los Países Bajos que lo vieron nacer hasta su muerte en Barcelona en 1744, en una serie de conflictos no sólo relacionados con la lealtad a la Corona, sino también en términos técnicos, estratégicos y corporativos. Su presencia en las situaciones más extremas y en la comandancia de los ingenieros de la Corona española le granjearon diversos enemigos que buscaron cualquier ocasión para resarcirse de supuestos agravios y del fracaso de sus propuestas frente a las planteadas por el bruselense. Palabras clave: Jorge Próspero Verboom; Ingeniería militar.

1 Esta ponencia viene a ser una reflexión sintética en torno a la figura del fundador del Cuerpo de ingenieros del ejército español en el siglo XVIII. Las circunstancias han hecho coincidir en el mismo año la celebración de las II Jornades del Patrimoni Defensiu d’Època Moderna (Castillo de San Fernando de Figueres, 12-15 de marzo de 2015) con la edición de mi estudio monográfico sobre Jorge Próspero Verboom (Muñoz 2015). Las ideas manejadas en el presente texto han surgido y han sido ordenadas a partir del citado trabajo sobre el ínclito personaje, limitándose al período comprendido entre el inicio de su vínculo con la Corona española desde sus primeros años como militar profesional en los Países Bajos hasta la conclusión de la Guerra de Sucesión al trono de España.

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1. El Teatro de la Guerra en Flandes El periplo profesional de Verboom, nacido en Bruselas el 9 de enero de 1665 y bautizado con el nombre de pila de Georges Prosper Christophe2, arranca desde su más tierna infancia en el seno de una familia al servicio de la Corona española en los Países Bajos meridionales (figura1). Su padre Cornelio Verboom, ostentaba el cargo de Ingeniero Mayor del Ejército de Flandes, y bajo su supervisión el «aunque todavía muy mozo» Jorge Próspero inició sus primeros pasos en el mundo de la milicia3. De hecho, con tan sólo nueve años, su bautismo de fuego se produjo en la defensa de las plazas fuertes de Besançon y Dole en 1674 frente a las tropas de Luis XIV. Cornelio fue consciente de la necesidad de una sólida formación teórica para que su hijo pudiera desarrollar las capacidades que, como cadete, ya mostraba de forma evidente. Así que, de regreso a Bruselas y aprovechando la reciente apertura de la Real Academia de Matemáticas por iniciativa del Duque de Villahermosa, gobernador de Flandes, cuya dirección ostentó permanentemente el toledano Sebastián Fernández de Medrano, Jorge Próspero ingresó en dicha institución de enseñanza. El flamenco creció en un ambiente favorable a su inmersión en el mundo de la guerra y, específicamente, de la ingeniería militar. Esta formación, tanto profesional como familiar, fue el vehículo que le transmitió un completo sistema de valores de orden, disciplina, pulcritud, honor, responsabilidad, mando, eficiencia y eficacia, organización, respeto, etc., el cual supo aplicar en su larga actividad al servicio de la Corona hispánica. El magisterio de Fernández de Medrano sobre el joven Jorge Próspero marcó profundamente la actitud del bruselense hacia la profesión de la ingeniería militar, ya presente en el seno familiar de la mano de su padre Cornelio. Entre diciembre de 1690 y 1691 Verboom participó como alférez e ingeniero ordinario bajo el mando aliado del rey de Inglaterra Guillermo de Orange en la ofen2 Tanto en la bibliografía como en las fuentes documentales son diversos los modos en que puede observarse el nombre de Jorge Próspero Verboom. Sólo teniendo en cuenta la grafía surgida de su propia mano, hasta la obtención del título de Marqués de Verboom, su firma utilizaba la forma «G.P. Verboom» o las abreviadas «G.P. Verbōm» y «G.P. Verbom» (por Georges Prosper Verboom, su acepción valona). En varias ocasiones hizo uso de su nombre en versión castellana «Jorge Próspero», con el tratamiento «Don» en su habitual forma abreviada «Dn». Nunca la neerlandesa Joris ni, durante su largo y definitivo establecimiento en Barcelona, la catalana Jordi (aunque así fue denominado en el Lumen Domus del convento de Santa Catalina con motivo de su fallecimiento y entierro en 1744). En torno a 1725, a la vez que generalizó el uso de la traducción española de su nombre, también incorporó el genitivo «de» precediendo al apellido, y a partir de 1727, tras conseguir el título nobiliario, lo habitual fue la utilización de la forma «El Marqués de Verboom», con la correspondiente abreviatura en su caso «El Marqs de Verboom» y las variantes «El Marqs de Verbōm» y «El Marqs de Verbom». En ocasiones específicas, cuando la lengua utilizada fue el francés, el bruselense utilizó como única variante el artículo «Le», manteniendo el resto exactamente igual que en la versión castellana. 3 Relación breve de los Servicios del Theniente General, Quartel Maestre General, e Ingeniero General Dn Jorge Prospero de Verboom Marques de Verboom, hechos á la Corona de España desde el año de 1674, hasta el de 1727. S.f. [Jorge Próspero Verboom], s.d.; s.l. [Madrid], s.a. [10 de octubre de 1727]. Archivo General de Simancas. Expedientes Personales, 58 “VERBOOM”. Vid. transcripción íntegra en Muñoz 1993, t. II, pp. 11-16.

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Figura 1. Árbol genealógico de la familia Verboom-Visscher. (Diseño del autor.)

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Figura 2. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom en el ejército de la Corona hispánica con los diferentes grados ostentados. (Diseño del autor.)

siva sobre el ejército del mariscal de Luxembourg para liberar la plaza de Mons del asedio francés. Su labor consistió en ser la mano derecha del cuartel maestre general Jerónimo de Barceló, a quien acabó supliendo en las funciones propias del cargo4. El meticuloso trabajo de Jorge Próspero durante las campañas de 1691 y 1692 le facilitó su promoción permanente a cuartel maestre general e ingeniero mayor del ejército y plazas de los Países Bajos un año más tarde, el 8 agosto de 1693, ya fallecido Barceló (a quien vino asistiendo desde 1688 hasta su muerte) y asumiendo el puesto que hubo ostentado años atrás su padre Cornelio al frente de los ingenieros en Flandes. Este ascenso fue concedido por el Elector de Baviera Maximiliano Manuel II, casado con María Antonia de Austria, sobrina de Carlos II de España, y al frente del gobierno de los Países Bajos desde 1692. Verboom desplegaba sus responsabilidades como ingeniero y cuartel maestre general, cargo que comportaba básicamente el control, la disposición y el acopio de los despojos de los campamentos desmantelados al enemigo en las campañas bélicas. Su 4 PRÓSPERO VERBOOM, Jorge: Marches et Campements de l’Armée des Aliez au Pays-Bas en l’an 1691, sous les fu Roy d’Angleterre, le tout demonstré sur des cartes Geographiques, fait par l’Alfere et Ingenieur George Verboom. Il contient 78 feuillets. S.l., s.a. [1691]. Madrid: Biblioteca Nacional de España, Ms. 1065.

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Figura 3. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom en el ejército de la Corona hispánica con los empleos de ingeniero y cuartelmaestre. (Diseño del autor.)

labor estuvo centrada en torno a las funciones de oficial de infantería, que es como con toda probabilidad actuó en el decisivo sitio de Namur en 1695, dirigido finalmente por el general de infantería Menno Van Coehoorn, aunque fuera Jorge Próspero, sin embargo, quien firmó el plan de ataque a la ciudad5, culminado con su rendición el 5 de septiembre de ese año, lo cual le valió dos meses más tarde, el 1 de noviembre, la obtención del mando del regimiento de caballería del Marqués de Cropani. La actividad de Verboom como ingeniero en territorio flamenco se remonta en el tiempo justamente tras ser nombrado alférez, cuando «pasó inmediatamente a Namur, donde estaba de guarnición, y asistió a las obras de fortificación de aquella plaza»6. La situación actividad de Verboom como ingeniero en territorio flamenco se remonta en el tiempo justamente tras ser nombrado alférez, cuando «pasó inmediatamente a Namur, donde estaba de guarnición, y asistió a las obras de fortificación de aquella plaza»7. 5 BRAGARD, Philippe et al.: Namur en état de siège. De Jules César au général Hodges. Namur: Les amis de la citadelle de Namur, 2004; nota 57, p. 104. 6 Relación… MUÑOZ, 1993, t. II, p. 12. 7 PELET, Jean-Jacques-Germain: Mémoires militaires relatifs à la succession d’Espagne sous Louis XIV. Extraits de la correspondance de la Cour et des généraux par le lieutenant-général de Vault, directeur général du Dépôt de la Guerre, mort en 1790... (rev., ed. e intr.), 11 tomos. Paris: Imprimerie royale, 1835; tomo I, p. 51.

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La situación particular de Jorge Próspero en este entramado plurinacional resultaba, cuando menos, curiosa, al ser en último término un servidor flamenco de la Corona española, aunque a las órdenes de un príncipe alemán y bajo el mando militar alternativo de holandeses e italianos. Con la paz de Ryswick, firmada en 1697 tras la ocupación francesa del Palatinado, se produjo un cambio de alianzas entre las fuerzas europeas enfrentadas hasta entonces. A partir de ese momento la monarquía española centraba su atención en torno al gran problema inminente de la sucesión a la Corona. Tras morir Carlos II el 1 de noviembre de 1700 se hizo válido su testamento de 3 de octubre de ese año a favor de su nieto Felipe d’Anjou. El otro aspirante, el archiduque Carlos de Austria, también mostró sus derechos para acceder al trono. Finalmente, el rey Luis XIV de Francia, abuelo de Felipe, se decantó por una alianza con la monarquía hispánica para consolidar su poder e influencia sobre el devenir de la Corona española. Por su lado, los antiguos aliados de España acabaron reuniéndose en La Haya el 7 de septiembre de 1701 para firmar un tratado de colaboración. Ocho meses más tarde, Austria, Inglaterra y las Provincias Unidas de Holanda declaraban la guerra a España, cuyo rey, Felipe V, ya había sido investido como tal en París el 4 de octubre de 1700, trasladándose de inmediato a Madrid para acabar ratificando su reinado el 16 de noviembre de 1700, mientras que el Archiduque, como Carlos III de España, no fue proclamado en Viena hasta el 12 de septiembre de 1703. Durante los años en que Verboom se mantuvo en los territorios flamencos hasta su traslado a España las circunstancias bélicas quedaron modificadas por el nuevo sistema de alianzas. Mediante la consolidación del pacto entre Francia y España en 1700 ambos reinos materializaban su colaboración en términos políticos y militares. Los ingenieros de la Corona española bajo Felipe V estuvieron sometidos a la estructuración corporativa del Génie francés, encabezado por Sébastien Le Prestre de Vauban. Jorge Próspero no gozó de una autoridad equiparable a la que disfrutó éste, aunque sí que dispuso de una gran movilidad territorial para ejercer su función en su condición de cabeza responsable del colectivo de los ingenieros al servicio del nieto de Luis XIV. La colaboración profesional entre Vauban y Verboom en los trabajos de fortificación de las plazas estratégicas flamencas, principalmente Amberes y Namur, se desarrolló con fluidez entre 1701 y 1706, hasta el final de la hegemonía española en los Países Bajos. Ambos ingenieros dieron muestras de un gran respeto profesional recíproco y de unas formas exquisitas en su mutua admiración, complementando sus proyectos de forma pragmática y razonable. El flamenco asumió la responsabilidad de la puesta a punto de las líneas fortificadas de Brabante y la Land van Waas, una empresa de gran relevancia estratégica para el refuerzo de la frontera holandesa. La competencia entre franceses y españoles en las labores de erección de las denominadas Lignes de Boufflers, era evidente. Aunque la división de los sectores parecía bien determinada, algunas referencias manifestaban cierta falta de sintonía entre los responsables de la Corona francesa y los súbditos del rey de España. Si bien las fuentes escritas no focalizan la atención en la figura del ingeniero flamenco, su condición de máximo responsable en tales menesteres como brazo ejecutor del Marqués de Bedmar lo condujo a planificar las principales em-

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Figura 4. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom como gobernador de plaza o ciudadela. (Diseño del autor.)

presas en territorio hispano-flamenco, destacando el fuerte homónimo, el Fort Verboom, junto a Kieldrecht (figura 5). La particular situación de Jorge Próspero en el escalafón militar, en tanto que oficial de infantería y caballería, mejoró notablemente con su ascenso a brigadier del ejército de Flandes en febrero de 1702, lo cual supuso un mayor reconocimiento por parte de la estructura militar francesa en la cual se veía integrado al no disponer la Corona hispánica de una organización corporativa institucionalizada del colectivo de ingenieros. Efectivamente, esta valoración positiva del flamenco por parte de las autoridades militares francesas hizo que Luis XIV recibiera del propio Mariscal de Boufflers la propuesta extendida el 7 de marzo de ascender al «señor de Verboom como Ingeniero General de los Países Bajos españoles»8, lo cual le fue concedido por el monarca hispánico en mayo de ese año, tras una gestión diplomática a través del embajador francés en España, el Conde de Marsin. En otoño de 1702 Vauban esperaba, tras las órdenes del Elector de Baviera, el regreso de Verboom para encargarse del presupuesto detallado de las obras en Amberes, Lier, Malinas y Dendermonde, así como en otras plazas bajo el mando del Elector, tales como Gante, Brujas, Damme, Ostende y Nieuwpoort. El francés observaba en su colega flamenco «que dispone de mucho entendimiento y un fuerte deseo de hacer bien las cosas. Es, de buen seguro, el más inteligente de todos vuestros ingenieros. Me parece, además, un hombre muy honesto» (figura 6). Estos argumentos llevaban a Vauban a opinar sobre la conveniencia de «proporcionarle una inspección autorizada sobre los demás ingenieros, equivalente a la que yo ejerzo sobre los del Rey mi Señor», es decir, a sugerir la necesidad de crear una estructura corporativa similar a la de la Corona francesa, «puesto que en la fortificación, antes que en cualquier otro 8 Carta de Sébastien de Vauban al Mariscal de Boufflers; Campamento de Saint-Gilles delante de Hulst, 6 de septiembre de 1702, 20:00 h. Vid. Rochas 1910, t. II, pp. 511-513.

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Figura 5. G[illis] Van Goethem: Caerte Figurative… (Mapa de las tierras de la Abadía de Drongen ganadas al mar en la frontera entre la Land van Waas y el distrito jurisdiccional de Hulst, junto al Fort Verboom), 24 de septiembre de 1714. Rijksarchief te Gente, Gante. Kaartenverzameling, 2453.

menester, los más capaces deben dirigir a los demás. De lo contrario se producen numerosos errores y sobresaltos»9. A lo largo de las campañas estivales de 1705 Verboom protagonizó diversas acciones de guerra que permitieron ciertos respiros de carácter estratégico. Tras haber dejado organizadas las labores de mejora de las fortificaciones de Aarschot, Jorge Próspero recibió la orden de dirigirse a Herentals al mando de un destacamento de dragones para comprobar y hacer efectiva la retirada de los aliados de esa plaza10, culminando con la captura el 18 agosto de numerosas posiciones de las tropas britá9 DE QUINCY, Marquis: Histoire militaire du Regne de Louis Le Grand, Roy de France… Paris: Denis Mariette; Jean-Baptiste Delespine; Jean-Baptiste Coignard, MDCCXXVI; t. V [1705], pp. 525-526. 10 «Campagne de Flandre. Aoust 1705». En: PELET, Jean-Jacques-Germain: Mémoires militaires relatifs à la succession d’Espagne sous Louis XIV. Extraits de la correspondance de la Cour et des généraux par le lieutenant-général de Vault, directeur général du Dépôt de la Guerre, mort en 1790... (rev., ed. e intr.), 11 tomos. Paris: Imprimerie royale, 1835; p. 262. Otras fuentes hacen referencia a unas escaramuzas entre ambos ejércitos anteriores al combate de Herentals, en las que Jorge Próspero «marchó sobre Boisfort, donde se encontró con los enemigos, quienes comenzaban a llegar», permitiendo con su intervención la llegada a tiempo del Marqués de Grimaldi, quien «obligó a los enemigos a detenerse». Memoires 1911, pp. 158-159.

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Figura 6. Carta autógrafa de Sébastien de Vauban, s.d.; Ciudadela de Lille, 30 de octubre de 1702. Archives de l’Inspection du Génie, Vincennes. Art. 14 “MALINES”, pièce 3, p. 1 de 2.

nicas del Duque de Marlborough, y del propio teniente general holandés Salisch11. Es importante tener en cuenta que, dada la concentración de Verboom en estas labores propias de un oficial del ejército, otros trabajos de carácter estrictamente vinculado a la ingeniería militar debían ser llevados a cabo por sus colegas profesionales, hombres de confianza en quien el bruselense delegó la responsabilidad de dirigir importantes obras de fortificación. El día de la decisiva batalla de Ramillies (23 de mayo de 1706) entre las tropas confederadas bajo el mando del Duque de Marlborough y las francesas del Duque de Villeroy, el ingeniero y cuartel maestre general flamenco se hallaba en Amberes, al cuidado de sus responsabilidades profesionales. La capitulación de Amberes y su ciudadela el 7 de junio de 1706 ante las tropas aliadas de William, primer Conde de Cadogan, condujo a Verboom, a instancias del Elector de Baviera, hacia Dendermonde, cuya plaza, bloqueada desde el 10 de junio, debía socorrer. Jorge Próspero logró levantar el sitio el 21 del mismo mes, acción que 11 MUÑOZ CORBALÁN, Juan Miguel: «El arresto en 1706 del Ingeniero Mayor Jorge Próspero Verboom», en Aportaciones militares a la cultura, arte y ciencia en el siglo XVIII hispanoamericano. Actas de las I Jornadas Nacionales de Historia Militar (19-22 de Febrero, 1991). Sevilla: «Cátedra General Castaños» - Capitanía General de la Región Militar Sur, 1993, pp. 175-183.

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tuvo gran resonancia en Inglaterra y Holanda. La reacción inmediata del Duque de Marlborough fue contundente, con un bloqueo y un bombardeo severos que permitieron rendir la ciudad el 5 de septiembre. Las circunstancias que siguieron a los fracasos militares hispano-franceses tras la batalla de Ramillies fueron objeto de matices según los diferentes analistas. En lo que se refiere exclusivamente a la figura de Verboom, surgieron algunas dudas acerca de su fidelidad a la causa borbónica, las cuales condujeron a su arresto el 4 de julio de 170612. El Mercure Historique et Politique de La Haya, desde su perspectiva holandesa, explicaba los hechos inscribiéndolos en el proceso generalizado de “retorno natural” o aproximación de los territorios del Flandes español al ámbito geopolítico neerlandés. Aun reconociendo la acción exitosa de Jorge Próspero en Dendermonde, hacía énfasis en que «se ha sabido más tarde que el general, no habiendo querido prestar el nuevo juramento que se les exige a los oficiales españoles para con su rey Felipe, había abandonado el servicio y por consiguiente había sido arrestado y conducido a Valenciennes»13. El texto de la publicación holandesa recalcaba las circunstancias del arresto, insistiendo triunfalmente, con un evidente espíritu propagandístico, en las ideas de traición y deserción globales en el seno de los oficiales y las tropas hispano-valonas a la vista de la debacle en las posesiones hispánicas flamencas. Esta interpretación incluía a Verboom entre esa oleada de militares que renunciaban a mantener sus servicios al rey Borbón. Sin embargo Henri Wauwermans, en su biografía sobre el bruselense, interpreta la circunstancia de una manera más lógica si atendemos al sistema de valores propios del ingeniero flamenco y a su trayectoria profesional. Según el general belga, tras el reconocimiento de Carlos III como monarca por parte de una gran mayoría de flamencos derrotados, los aún fieles a Felipe V fueron instados a jurarle de nuevo su lealtad14. Esta obligación, muestra de una razonable necesidad institucional pero también síntoma de una falta de sensibilidad evidente por parte del monarca y sus ministros, permite inferir que Verboom, «ofendido por la desconfianza que se le mostraba, como á sus compatriotas, rehusó prestarlo por su sentimiento de dignidad personal y dio así motivo á que se sospechase de su fidelidad»15. El cronista Barbier, en su Le Champ de Mars, ofrece un dato de relieve: Verboom solicitó al Elector de Baviera su retirada del servicio tras «algunos roces» con el Barón de Grimaldi y Jean de Brouchoven, Conde de Bergeyck, quienes, sin duda, utilizaron el argumento de la supuesta “deserción” de Jorge Próspero para saldar ciertas desavenencias16. Estos 12 MERCURE, 1706, p. 116. 13 BARBIER: Le Champ de Mars ou les Campagnes de Flandres, contenant ce qui s’est passé de plus remarquable dans les Païs-Bas, pendant la presente guerre, et les diferents marches et campements, tant des Armées des 2 Couronnes, que de celles des Alliez, faite aux années 1701, 1702, 1703, 1704, 1705, 1706, 1707, 1708, 1709, 1710, 1711 et 1712, jusques a la Paix concluë a Utrecht le 11 avril 1713. Ms. 3 vols., vol. I, p. 85. 14 WAUWERMANS, Henri: El Marqués de Verboom. Ingeniero militar flamenco al servicio de España (trad. del francés y adición de notas por Mariano Bosch y Arroyo y Joaquín de la Llave y García). Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1894, pp. 72-73. 15 BARBIER: Le Champ de Mars… (op. cit.), pp. 90-91. 16 Carta de Jorge Próspero Verboom, s.d.; s.l., 16 de abril de 1707. Service Historique de l’Armée de Terre, Vincennes, A1, 2021, nº 394.

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desencuentros con el Conde de Bergeyck no eran privativos de Verboom. El Mariscal de Villeroy ya había expresado en 1704 sus críticas hacia el susodicho ministro. Las razones de ambos giraban en torno a la oposición de Bergeyck respecto de las obras en la línea de Werchter a Boeschot, a cuyos operarios «no ha querido pagar puesto que no aprobaba en absoluto» los trabajos en dicha línea17. La situación planteada era de extrema confusión, teniendo en cuenta sobre todo el desarrollo de los acontecimientos bélicos y políticos en los Países Bajos. La Corte de Versalles velaba por sus intereses y mostraba cierta incredulidad ante la supuesta traición de Verboom; sin embargo, las razones de estado se decantaban hacia los peligros que supondría este abandono del servicio por parte del flamenco, lo cual justificaba su arresto: «Vos disponéis de un conocimiento absoluto de todas las plazas que quedan en poder del rey de España, y vos solo podríais hacerle más daño que diez mil hombres de las tropas que las han abandonado… Os compadezco, si no tenéis otra intención que la de retiraros con vuestra familia renunciando a vuestros menesteres en la guerra, pero me cuesta creer que vos hayáis sido capaz de resistiros a las proposiciones que os hicieren, puesto que no habéis tenido la fuerza de permanecer fielmente ligado al servicio del rey vuestro señor»18. Retenido unas dos semanas en la ciudadela de Valenciennes y luego en la de Arras por más de un año, Verboom veía desde su cautiverio la imposibilidad de avanzar en la resolución del asunto. En esos momentos, Jorge Próspero, que recibía el apoyo de su esposa Marie Marguerite Visscher desde Bruselas, encontró también un importante refuerzo moral de la mano de su colega el mariscal Sébastien de Vauban. La buena sintonía profesional y personal existente entre el luxemburgués y el flamenco quedó patente en la correspondencia que ambos intercambiaron en los meses anteriores al arresto del 4 de julio19. Verboom, en una súplica para obtener la libertad redactada el 24 de septiembre de 1707, transcribía las palabras del mariscal de Francia, quien, desde la empatía corporativa y humana afirmaba ante el sufrimiento del flamenco que «es bien extraño… que personas que no deberían velar nada más que por los intereses de sus señores se sirvan de su poder para maltratar a los mejores sujetos. Hay una bajeza en ello que es enormemente indigna del hombre honesto y muy acorde con los reveses de la fortuna a los que aquéllos se hallan tan a menudo sometidos»20. Solventado a medias el entuerto y tras una estancia en Chartres de al menos un año, sin aparentes funciones al servicio de la Corona, Jorge Próspero fue finalmente destinado a España, tras informes más que favorables del Elector de Baviera a Felipe V. El propio Verboom solicitó su pase a la península ibérica y el 3 de diciembre de 1708, a través de una carta del embajador de Francia en España Michel-Jean Amelot, 17 Corte francesa a Jorge Próspero Verboom; Versalles, 10 de julio de 1706. Service Historique de l’Armée de Terre, Vincennes, A1, 1938, nº 113. 18 Ibídem, la transcripción de tres cartas de Vauban a Verboom, escritas entre diciembre de 1705 y junio de 1706. En: MUÑOZ, 1993, t. I, pp. 103-104. 19 Carta de Jorge Próspero Verboom, s.d.; s.l. [Ciudadela de Arras], s.a. [septiembre de 1707]. Service Historique de l’Armée de Terre, Vincennes, A1, 2023, nº 29. 20 Sobre el asedio a la Ciudad Condal de 1713-1714, vid. BRUGUERA, 1871-1872; LLAVE, 1903; ALBERTÍ, 1964; MUÑOZ, 1993, pp. 153-202; y HERNÀNDEZ, 2012.

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Marqués de Gournay, al ministro Michel Chamillart, se le requirió su presencia en la Corte española. Para rubricar dicho destino, el propio rey nombraba oficialmente el 13 de enero de 1710 a Jorge Próspero ingeniero general y cuartel maestre general de los ejércitos, aunque previamente, desde julio de 1709 en que llegó a Zafra, Verboom ya había comenzado sus labores profesionales con la inspección de la frontera hispano-lusa y la constatación del penoso estado de las plazas y los castillos extremeños. 2. La Guerra de Sucesión en la Península Ibérica La actividad de Verboom al sur de los Pirineos, de nuevo dividida entre sus funciones de ingeniero y cuartel maestre, requirió además un gran esfuerzo para organizar la estructura institucional que permitiera un control riguroso y la articulación eficaz del ejército borbónico, específicamente en lo referente a la creación de un cuerpo de ingenieros siguiendo el modelo francés. Sin embargo, el flamenco no pudo gozar del tiempo suficiente para concluir esta empresa corporativa, puesto que en una acción bélica desarrollada en Almenar el 27 de julio de 1710 Jorge Próspero fue herido de espada en un brazo por las tropas bajo el mando del general Starhemberg y hecho prisionero. Conducido más tarde a Barcelona, donde permaneció cautivo durante 19 meses y alejado de las campañas militares que seguían sucediéndose en diferentes frentes del territorio hispánico, Verboom desarrolló con empeño ciertas labores trascendentales para el devenir de la guerra y la conformación de las estructuras corporativas que había dejado inacabadas. Sin que le afectara el repentino interés de Carlos III por abandonar España para hacerse con la Corona imperial de Austria en 1711, dejando su representación a la emperatriz su esposa en Barcelona y el gobierno militar en manos del proclamado «Virrey de Cataluña» Guidobaldo Starhemberg, Jorge Próspero centró sus esfuerzos en realizar durante los meses de febrero y marzo de 1712 un pormenorizado análisis del sistema defensivo urbano, redactando una memoria de gran valor para un probable ataque ulterior de las tropas borbónicas a la Ciudad Condal. Atendiendo exclusivamente a las valoraciones para el ataque de Barcelona, en la propia memoria sobre las fortificaciones urbanas el ingeniero flamenco prefiguraba el proyecto para el sitio de la Ciudad Condal, conformado en el verano de 1713. Poco tiempo después de haber elaborado su memoria, en la misma primavera de 1712, Jorge Próspero fue liberado de su cautiverio gracias a un canje de prisioneros, en su caso por el general inglés George Carpenter (quien había sido herido y capturado en la batalla de Brihuega el 9 de diciembre de 1710)21, y pasó a servir de nuevo en el ejército borbónico de Aragón y Cataluña. De regreso a sus labores habituales, participó en la lenta aproximación a la Ciudad Condal desde el interior del Principado. El protagonismo de Jorge Próspero Verboom en la planificación general del sitio de Barcelona de 1713-1714 fue total22. El ingeniero dejó dispuesto el 1 de agosto de 1713 21 Archivo General Militar, Segovia. CELEB/11/EXP. 1, fol.1r. 22 Sobre el asedio a la Ciudad Condal de 1713-1714, vid. BRUGERA, 1871-1872; LLAVE, 1903; ALBERTÍ, 1964; MUÑOZ, 1993, pp. 153-202; y HERNÀNDEZ, 2012.

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el Estat de l’Artillerie et Munitions de Guerre que le Lieutenant Général de Verboom demande pour faire le Siege de Barcelone23. Y, en fecha aproximada, el Projet et Disposition pour le siège de Barcelone, fait au camp devant cette Place au commencement du Mois d’Aoust 171324 , al cual Jorge Próspero adjuntaba la Mémoire relatif au plan de Barcelone, redactada durante su cautiverio, para enviar a las autoridades competentes que debían autorizar el proyecto. Verboom intentaba en el capítulo de las “Reflexions sur le génie de ses habitans” mostrar los argumentos que justificaran una acción severa sobre la ciudad y su gente, pueblo que «puede ser calificado como uno de los más beligerantes de toda Europa, habiendo mostrado un manejo de las armas atrevido y audaz, y con un espíritu tan rebelde como he podido constatarlo durante mi cautiverio en esta plaza» de Barcelona. Curiosamente, quien había sido culpado de insumisión siete años atrás, recurría ahora a una razón similar para explicitar el merecimiento de su castigo, «justificado tanto por haber violado su juramento de fidelidad y logrado la sublevación de todo el Principado como por el maltrato ejercido sobre las tropas del rey tras la capitulación llevada a cabo y firmada cuando el archiduque tomó Barcelona». Estas circunstancias, alejadas del código de honor en el que Jorge Próspero creía, y que le llevaba a constatar una actitud radicalmente divergente entre los oficiales del ejército aliado y el pueblo barcelonés (por extensión, el catalán), fueron un factor clave para considerar la ejecución de la ofensiva «con toda la fuerza posible». El flamenco, refiriéndose a las tropas borbónicas que capitularon tras la rendición de la Ciudad Condal a las fuerzas austriacistas el 9 de octubre de 1705, hablaba duramente de los barceloneses, «quienes no satisfechos con ultrajarlos y dispersarlos, asesinaron a muchos de ellos, sin tener en cuenta ni grado ni condición, habiéndose visto obligados los propios enemigos a recurrir a su autoridad para salvar al virrey y detener el furor de estos rebeldes». Las esperanzas de Verboom sufrieron un duro revés proveniente de la propia jerarquía político-militar borbónica. Mientras que él confiaba en dirigir toda la ofensiva sobre Barcelona en lo relativo a la estrategia poliorcética en manos de los ingenieros, una orden proveniente de la Corte obligó al flamenco a aceptar un papel subordinado, obligándolo a actuar bajo el mando del jefe de los ingenieros franceses Antoine Dupuy-Vauban, sobrino del ínclito Sébastien. Probablemente, Verboom no entendió este imperativo de carácter político pactado entre las Dos Coronas, las cuales, aunque aliadas en esta guerra sucesoria, seguían mirándose con recelo mutuo; y sospechó una cierta falta de confianza hacia su persona desde los desafortunados hechos de 1706 tras la batalla de Ramillies. No son de extrañar las continuas declaraciones de lealtad, «zelo y amor por el rey» que Verboom incluía en varias de las comunicaciones y súplicas que éste dirigía por razones tanto profesionales como personales. Una de las más llamativas la expresó en una solicitud de empleo como cuartel maestre ge23 Archivo General de Simancas. Secretaría de Guerra, 3787, 4º-8ª-a III. Ibídem. transcripción íntegra en Muñoz 1993, t. II, pp. 61-63. 24 Existen dos documentos bajo el mismo título, el segundo de ellos a modo de resumen. Respectivamente, Archivo General Militar, Madrid. Catálogo General de Documentos, 3-2-9-27, fols. 17r-23r; e Ibídem., fols. 34r-36r. Vid. transcripción íntegra de ambos en Muñoz 1993, t. II, pp. 49-55 y 57-59.

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neral e ingeniero general para su hijo Isidro Próspero, de cara al futuro y en aquellas «ausencias y enfermedades del suplicante». En dicha carta Jorge Próspero insistía nuevamente en su «zelo y fervor», su «amor y lealtad que es notoria y propia de un fiel vasallo», lo cual demostró cuando su cautiverio en Barcelona, tras haber sido hecho prisionero en la batalla de Almenar, al renunciar con desprecio a «las offertas de los enemigos de V.M. para que dexasse su Real Servicio»25. La mañana del 6 de julio de 1714 llegó al campamento borbónico delante de la plaza de Barcelona, junto a un importante contingente militar entre tropas y piezas de artillería, el mariscal Jacobo Fitz-James, Duque de Berwick, con el objetivo de asumir el mando global del ejército hispano-francés. La posición de Jorge Próspero a raíz de los cambios en la comandancia del sitio de Barcelona se vio afectada sensiblemente. El flamenco y sus ingenieros subordinados hubieron de someterse a los nuevos criterios provenientes de la Corte de Versalles. Por su parte, Jorge Próspero no cejó en todo momento de seguir solicitando ingenieros para poder materializar su proyecto de asedio a la ciudad. Verboom echó mano de su sólida relación con el Marqués de Bedmar desde los tiempos en Flandes para insistir en el tema. Ante el fracaso de sus gestiones, intentó recurrir de forma directa dirigiéndose al propio secretario de la Guerra. Jorge Próspero, quien originalmente no había incluido en sus cálculos la participación de ingenieros ajenos al ejército hispano-borbónico, tuvo que acabar admitiendo la inevitabilidad de recurrir a «oficiales inteligentes en ese arte que hubiera en los regimientos del rey y los de Francia»26. El definitivo compromiso por parte del mariscal anglo-francés hacia una cierta equiparación entre Dupuy-Vauban y Verboom pudo haberse producido tras los argumentos que el flamenco expusiera al propio Duque de Berwick sobre la jerarquización de funciones, al indicar que, «aunque el Tenientte General Mr de Vauban había venido a este campo para la dirección del sitio, no dejaría de concurrir puntualísimamente y avisar todo lo que por mis ojos, hallándome prisionero de la plaza, había visto y reconocido tocante al ataque y defensa de ella, como también servir de Ingeniero Ordinario sin fuere menester»27. Esta manifestación de aparente humildad y no menor eficacia por parte de Verboom condujo, sin duda, a que Fitz-James, «habiendo a este fin visto diferenttes proiectos y hecho sobre ellos serias reflexiones para la más acertada resolución» resolviera elegir el plan de sitio concebido por Jorge Próspero y «ponerlo en práctica». De esta manera Jorge Próspero pudo mantener su dignidad en la jerarquización de competencias que fueron asignadas para la organización y dirección del sitio de Barcelona, lo cual significaba una nítida delimitación de funciones entre los dos bloques correspondientes a ambos ejércitos de las Dos Coronas participantes en esta empresa. El flamenco, cuyo servicio se definía en base a su triple 25 Carta s.f. [Jorge Próspero Verboom], s.d. [Felipe V]; s.l., s.a. [1730]. Archivo General de Simancas. Secretaría de Guerra, 3799. DE LA LLAVE GARCÍA, Joaquín: El Sitio de Barcelona en 1713-1714. Estudio histórico… Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1903, pp. 83-84. 26 DE LA LLAVE GARCÍA, Joaquín: El Sitio de Barcelona en 1713-1714. Estudio histórico… Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1903, pp. 83-84. 27 Ibídem.

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condición de teniente general, cuartel maestre general e ingeniero general, resultaba ser, a la postre, el alma mater de la mayor parte de la parafernalia organizada en torno a la capital del Principado para conseguir su rendición al ejército hispano-francés. Verboom seguía siendo, en última instancia, el mejor conocedor del estado de las fortificaciones y las defensas urbanas, así como el diseñador del plan de acuartelamiento de las tropas borbónicas alrededor de Barcelona y el tracista sobre el terreno del perímetro de la línea de contravalación que iba a permitir iniciar los trabajos de aproximación con las mayores garantías de seguridad. El Duque de Berwick ordenó el asalto general el 11 de septiembre de 1714. Una vez rendida la ciudad se iniciaba una nueva etapa en la trayectoria profesional del flamenco, quien, merced a sus competencias directas como ingeniero general, iba a acometer la proyección de un plan para la consolidación del poder borbónico, no sólo en la Ciudad Condal y el Principado sino en el conjunto del reino: en primera instancia, mediante el diseño y la erección de la ciudadela de Barcelona; más adelante, con la fijación en 1718 de las ordenanzas para la estructuración del cuerpo de ingenieros militares y la constitución de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, así como la organización de un sistema estratégico para la defensa y el control del territorio nacional materializado a través de una serie de iniciativas de reforma en términos de fortificación, obras de carácter militar y también civil. Y todo ello plagado de tensas relaciones entre Verboom y diferentes individuos y estamentos oficiales quienes, en diversas ocasiones hasta su fallecimiento el 19 de enero de 1744, fueron poniendo en tela de juicio la lealtad del Ingeniero General hacia el monarca al que sirvió. Bibliografía ALBERTÍ, Santiago: L’onze de setembre. Barcelona: Albertí editor, 1964. ALMIRANTE, José: Diccionario Militar. Etimológico, histórico, tecnológico. Madrid: Imprenta del Depósito de la Guerra, 1869. BRAGARD, Philippe et al.: Namur en état de siège. De Jules César au général Hodges. Namur: Les amis de la citadelle de Namur, 2004. BRUGUERA, Mateo: Historia del memorable sitio y bloqueo de Barcelona y heroica defensa de los fueros y privilegios de Cataluña en 1713 y 1714. 2 vols. Barcelona: Luis Fiol y Gros, 1871-1872. CÁMARA MUÑOZ, Alicia (coord.): Los ingenieros militares de la monarquía hispánica en los siglos XVII y XVIII. Madrid: Ministerio de Defensa, 2005. CAPEL SÁEZ, Horacio et al.: Los ingenieros militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial. Barcelona: Universitat de Barcelona, 1983. CAPEL SÁEZ, Horacio; SÁNCHEZ, Joan-Eugeni; MONCADA, Omar: De Palas a Minerva. La formación científica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII. Barcelona / Madrid: Ediciones del Serbal / CSIC, 1988. CARRILLO DE ALBORNOZ Y GALBEÑO, Juan: «El ingeniero general don Jorge Próspero de Verboom Marqués de Verboom», en Francisco Segovia y Manuel

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Arqueología subacuática y conflicto. El caso del Pecio Deltebre I. Gustau Vivar, director MAC-CASC, [email protected] Rut Geli, arqueóloga MAC-CASC, [email protected] Resumen En 2008 un pescador localizó un pecio de época contemporánea en el delta del Ebro. Su estado de conservación y su interés histórico propiciaron que el CASC (Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya) empezara su excavación en 2009. Los trabajos realizados hasta el momento permiten conocer que se trata de un transporte militar hundido en 1813, durante la Guerra de la Independencia Española. Este barco formaba parte de un convoy aliado bajo mando inglés que, procedente de Alicante y en retirada de atacar la ciudad de Tarragona, embarrancó una serie de buques en la desembocadura del Ebro. La carga que transportaba estaba formada por munición de diferente tipo y calibre que debido a la sedimentación del delta se ha preservado en muy buen estado, así como los restos del buque y los objetos asociados a la tripulación. Palabras clave: Delta del Ebro, Pecio, Transporte militar, Munición, Guerra del Francés. 1. Introducción En el año 2009 el Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC), inició la excavación del pecio Deltebre I, descubierto por Carles Somolinos en 2008, y declarado a las autoridades correspondientes1. 1 VIVAR, Gustau.; GELI, Rut; NIETO, Xavier.: «Deltebre I. Un barco hundido en la desembocadura del Ebro durante la Guerra del Francés», I Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española, Cartagena, 14, 15 y 16 de marzo de 2013. Cádiz: Universidad de Cádiz, 2014, pp. 279-287.

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El yacimiento se sitúa en la desembocadura del río Ebro, delante la illa de Buda. Esta localización produjo que poco después del naufragio el barco quedara cubierto por sedimento y protegido de la degradación por efectos naturales y de los actos de espolio, hecho que ha permitido que su conservación sea excepcional. La aparición del pecio está en relación al fenómeno de regresión que sufre el Delta del Ebro, ya que la construcción contemporánea de presas frena la aportación de sedimento fluvial a la desembocadura2. En el momento de su descubrimiento el 2008, ya se realizó una corta campaña de una semana con el fin de determinar el estado de conservación del pecio, el riesgo de degradación, además de la cronología y el tipo de barco. En estos trabajos ya se determinó que se trataba de un transporte militar con carga principalmente de munición, de finales del s. XVIII o principios del s. XIX . Hay que tener presente que la excavación de este pecio todavía está en curso, así como la investigación histórica alrededor de éste, de manera que las informaciones que presentamos en el presente artículo son parciales. 2. Los trabajos arqueológicos realizados entre 2009 y 2014 La excavación del pecio se inició en 2009, trabajando desde entonces cada verano durante un mes, o un mes y medio hasta el 2014, y los trabajos continúan. Ya en la intervención de 2008 se localizó el codaste del barco, sobresaliendo del nivel del fondo en un alzado de casi dos metros, hecho que permitió tener ubicadas la proa y la popa del barco. De esta manera se pudo iniciar la excavación el 2009 por la zona de popa, lugar donde se preveía que aparecerían los materiales de la tripulación que darían la información necesaria para conocer la nacionalidad del barco, ya que es en el castillo de popa donde se ubican las estancias de los oficiales. Esta necesidad de saber la bandera del barco venía marcada por el hecho que según la convención de la UNESCO, ratificada por España, cuando se localiza un barco de Estado, ha de comunicarse a la nación a la cual pertenece. La excavación se realiza mediante mangas de succión de aire, que permiten retirar el sedimento y limpiar los restos, documentando las diferentes capas. El concepto de capa permite diferenciar la disposición de la carga del barco y su estructura, y el asentamiento del material después del hundimiento3. Entendemos por capa todo el material visible en la superficie una vez limpiado el sedimento, sin desplazar los objetos. Cuando la capa está limpia con todos los objetos visibles se documenta por medio de la fotografía y el dibujo (planta y secciones), para después proceder a retirar-la, con tal de poder excavar y documentar la capa de abajo. De esta forma se documenta la carga del barco y la arquitectura naval. 2 SANCHEZ-ARCILLA, Agustín.; JIMENEZ, José A.; VALDEMORO, Herminia I.: «The Ebro Delta: Morphodynamics and Vulnerability», Journal of Coastal Research. 1998, 14 (3), pp. 754-772. 3 VIVAR, Gustau.; GELI, Rut.; La documentació planimètrica a partir de la fotografia, in Nieto, Xavier., CAU, Miquel Angel, Arqueologia Nàutica Mediterrània, Monografies del CASC 8, 2009, p. 215-224.

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Figura 1. Barril con balas de plomo para fusil que formaban parte del cargamento del pecio Deltebre I. La tapa presenta una inscripción pintada que hace referencia a su contenido.

Cabe remarcar que el sedimento fangoso que se encuentra en la desembocadura del Ebro dificulta mucho los trabajos de excavación y sobretodo de documentación, ya que se producen muchos problemas de visibilidad. Además, la misma dinámica del río hace que el agua en movimiento siempre contenga partículas en suspensión hecho que se traduce en una mayor turbiedad. La carga que transportaba el Deltebre I está constituida por munición de diferente tipo y calibre. En la zona de popa aparecía una capa de balas de plomo de fusil que cubría la totalidad de los restos del barco y que una vez se documentó se retiró. Estas balas estaban almacenadas en cajas y barriles, presentando dos calibres diferentes. Muchos de estos contenedores se rompieron y se esparció todo su contenido por los restos del pecio (figura 1). En esta zona también aparecieron cajas con espoletas (figura 2). A continuación de las cajas y barriles de balas de fusil, avanzando la excavación dirección a proa, la carga estaba constituida por cajas con diferente tipo de munición. Había balas de hierro de cañón de diferentes calibres, cajas de granadas, cajas con bombas de fragmentación constituidas por latas rellenas de balas de metralla de hierro, y saleros, formados por una lata similar con balas de metralla pero que en la parte superior presentan una semiesfera de madera. También aparecieron tapafogones de cuero, utilizados en la artillería de campaña, para asegurar por la parte opuesta el fogón después de cubrirlo.

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Figura 2. Excavación de una de las cajas que contenía espoletas.

Figura 3. Carronada que formaría parte de los elementos de defensa del barco, caída en posición invertida sobre les bombas de mortero.

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Figura 4. Barriles de pedernales, algunos de los cuales presentan un nombre inciso en la tapa.

Después de la estiba de esta carga dispuesta en cajas, pensada sobre todo para ser disparada con las piezas de artillería, se documentó un túmulo de bombas de mortero de 37 Kg. cada una, estibadas a granel. Por encima de estas bombas de mortero y en posición invertida había una carronada, que fue extraída y transportada a los laboratorios del CASC el 2013 para ser conservada (figura 3). En la última intervención de 2014, se ha localizado otra al lado de babor, fuera del barco, que habría caído des de este, y otra más en la zona de proa. Estas piezas de artillería, de cañón corto y más ligeras, destinadas a lanzar tanto metralla como obuses, serían un elemento de defensa del propio barco, muy útil para repeler los abordajes. La carronada es de origen inglés y civil, pero la marina militar no tardó en adoptarla. En las hostilidades en la Guerra de Independencia americana, a partir del 1778 ya se empezó a utilizar en los barcos ingleses4. En esta misma zona ya fue extraído en 2008, por el riesgo de espolio que suponía, un cañón de bronce con fecha de 1798, con el escudo del monarca Jorge III de Inglaterra. En la zona situada a proa de las bombas de mortero, la carga está constituida por barriles con herraduras para équidos, barriles con pedernales, empleados para comu4

BOUDRIOT, Jean.: L’artillerie de mer. France 1650-1850. Paris: Ancre, 1992, 198 p.

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nicar el fuego a las armas portátiles (figura 4) y algunos barriles con cepillos y con correas de cuero. Sabemos también que el barco transportaba barriles de pólvora en la zona de proa, gracias a un sondeo realizado en 2008 en esta zona, todavía pendiente de excavar. La carga del barco no iba estibada directamente sobre la bodega, sino que se colocó una especie de tarima construida con tablones de madera dispuestos longitudinalmente y transversalmente, sin ningún elemento de fijación entre ellos. El espacio existente entre esta tarima y el fondo de la bodega se rellenó con gravas. Interpretamos que esta estructura se construyó especialmente para transportar esta carga y aislarla de la humedad del fondo de la bodega del barco. Entre las gravas aparecieron zapatos de cuero, ya que los marineros mientras las arrojaban enterraban los pies y, en ocasiones, perdían el calzado. En la zona de popa, excavada en 2009, aparecieron la mayor parte de objetos asociados a la vida de a bordo de la tripulación. Ya se ha dicho que este hecho es debido a que las estancias de los oficiales se encontraban en esta zona. Aun así también se han recuperado objetos cotidianos en otras zonas del barco, probablemente desplazados durante el naufragio. Encontramos en este entorno instrumentos náuticos, como compases, los filtros de un sextante u octante, diversas sondas para medir la profundidad, los restos de un reloj de arena, tinteros, un lápiz, una regla plegable, etc.; instrumentos relacionados con la artillería como es el caso de un calibrador de cañones, una vitola (figura 5) instrumento utilizado para calibrar balas. También elementos de indumentaria, como son botones, (figura 6) zapatos, botas, cinturones; una esponja y un cepillo que nos informan sobre la higiene a bordo; elementos relacionados con la alimentación: grifos, vajilla de mesa, cubertería y numerosas botellas de cristal, (figura 7) una incluso conservando su contenido, que una vez analizado se ha determinó que era un vino de “Fondillón” de Alicante. También objetos de culto religioso como una cruz o relacionados con la medicina, como es el caso de una jeringuilla y un mortero. Durante la excavación del codaste apareció una pieza excepcional: la totalidad del timón de la embarcación (figura 8). Se encuentra tumbado detrás del codaste, dispuesto perpendicularmente a este. Se trata de una pieza de madera de 9’5 m de alzado que todavía conserva el recubrimiento de planchas de cobre de la zona que iba inmersa en el agua (figura 9). A partir de la documentación de la arquitectura naval estimamos que la eslora del buque alcanzaba los 30-35 metros. Se trataría de un barco de 3 palos, de los cuales hasta el momento se ha localizado la carlinga de dos de ellos, la del palo de mesana, constituyendo una pieza independiente, y la del palo mayor, trabajada en la misma sobrequilla (figura 10). En la popa del palo mayor se localizaron las cavidades, en los dos lados de la sobrequilla, de la bomba de achique de pistones. En el costado de babor se conservaba parte del tubo de madera de este artilugio. La estructura transversal del barco, las cuadernas, formadas por varengas y genoles está fijada por medio de clavijas de madera, que unen las diferentes piezas que las conforman entre ellas y también unen el forro. Estas clavijas están dispuestas sin

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Figura 5. Vitola, instrumento utilizado para medir el calibre de les balas.

Figura 6. Botón de la artillería inglesa del cual se documentan en gran número en el pecio.

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Figura 7. Botellas de cristal en el momento de su excavación.

Figura 8. Dibujo del alzado del timón.

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Figura 9. Detalle de las cadenas del timón que lo fijaban al barco y donde se puede ver también el forro de cobre que revestía su parte sumergida.

Figura 10. Excavación a ambos lados de la sobrequilla y la carlinga del palo mayor.

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alineación, aprovechando la fisonomía de cada madera para realizar el agujero donde tiene que pasar la clavija en esas zonas más fuertes y que por tanto resistirán mejor las tracciones propias de la navegación. Algunas de les cuadernas presentan marcas numerales realizadas por el carpintero de ribera. En cuanto al casco de la embarcación, conserva in situ las planchas de cobre que cubrían la obra viva. Una serie de pernos de bronce de 3 cm. de diámetro unen la estructura longitudinal con la transversal, es decir, la sobrequilla, las cuadernas y la quilla. En el complejo de popa las piezas quedan fijadas entre ellas también con pernos de bronce así como en las cabezas de las tablas del forro. Las tablas del pañol se fijan a las cuadernas por medio de clavijas de madera alternadas con clavos de hierro. 3. Hipótesis histórica del trabajo Con la información de los trabajos realizados hasta el momento en el pecio Deltebre I, podemos afirmar que este barco era uno de los transportes ingleses que formaban parte del contingente militar que, en 1813, atacó la ciudad de Tarragona. Una vez en retirada una serie de barcos que integraban este convoy embarrancaron en la desembocadura del río Ebro. Según el periódico el Redactor General, de Cádiz, de 12 de julio de 1813, esta flota estaba formada por ciento treinta y dos transportes, seis cañoneras, un bergantín, una goleta, tres navíos y tres fragatas de guerra. Llevaban a bordo catorce mil quinientos hombres de infantería con oficiales, cirujanos, médicos y técnicos. Transportaban también ochocientos caballos, doscientos artilleros, treinta piezas de batir, dos morteros, cuatro obuses, cuatrocientas mulas de brigada. Se trataba de un convoy con tropas heterogéneas, tal y como refleja el mismo periódico: Los cuerpos que componían la totalidad eran 7 batallones ingleses, la guardia-real alemana, la guardia-real siciliana, el 1º y 2º de Estero de dicha nación, la división mallorquina, con el 5º de granaderos cazadores de Mallorca, Córdoba, Guadalaxara, 2º de Bùrgos, y el batallón de calabreses; los húsares de Brunswick, con los cazadores y húsares ingleses; las compañías de artillería portuguesas, sicilianas, é inglesas5. Todo este contingente estaba bajo las órdenes del general John Murray. El sitio de Tarragona era el objetivo de esta expedición marítima que zarpó desde Alicante y constituía una pieza clave en el movimiento estratégico al este de la Península, que tenía que acompañar a la ofensiva aliada dirigida por el comandante general Lord Wellington. La caída de Tarragona rompería la línea de fortificaciones francesas y obligaría al mariscal Suchet retirarse desde la línea del Júcar y de Valencia, hecho que permitiría a los ejércitos poder entrar en Cataluña. A finales de mayo de 1813 la expedición marítima liderada por el general Sir John Murray zarpaba desde Alicante. El comandante naval de la expedición era el contraalmirante Sir Ben Hallowell, y el Almirante de la flota británica Sir Edward Pellew. 5 El Redactor General, Cádiz, 12 de julio de 1813, num. 758.

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El 3 de junio desembarcaron en Tarragona, iniciándose el bloqueo. La operación fue corta ya que el 13 de junio el general Murray reembarcó la expedición al saber que el general Decaen venía desde Barcelona, a socorrer la plaza, con ocho mil infantes y trescientos caballos y que, además, Suchet partía desde Valencia con un contingente similar pero sin caballería. Murray dejó en tierra parte de la artillería e hizo volar el fuerte de San Felipe, en el Coll de Balaguer que habían conquistado a los napoleónicos. El general William Bentinck, procedente de Sicilia, asumió el mando, ordenando el retorno del contingente a Alicante. Cabe destacar que el almirante Pellew marchó sobre Rosas con otra flota, hecho que va motivó el retorno de Decaen hacia el norte a mantener este punto con preferencia a Tarragona. La expedición comandada por Murray acabó en fracaso y una serie de barcos de transporte entre los cuales estaba el Deltebre I encallaron en la desembocadura del Ebro. Aun así las bajas humanas y materiales no fueron significativas y la armada británica realizó una exhibición de movilidad que obligó a Suchet a desplazarse rápidamente, condicionando su capacidad ofensiva posterior. El número de barcos embarrancados en este episodio varía en función del bando que narra los hechos. Según las fuentes francesas a partir de las memorias del mariscal Suchet, encallaron dieciocho transportes de los cuales los ingleses recuperaron trece. Los cinco restantes explica Suchet que cayeron en su poder: ...en la noche del 17 al 18, los Ingleses hicieron volar el fuerte San Felipe, anuncio cierto de que iban a alejarse de la baja Cataluña. Su escuadra en efecto se hizo a la vela, dirigiendo su rumbo hacia el sud, y al pasar delante la embocadura del Ebro, se acercó algún tanto a la costa. Por el país corrió la voz de que haria un desembarco en los Alfaques o en Castellón de la Plana, á fin de interceptar al mariscal la ruta de Valencia. Lord Bentinck, al frente de quince o diez y seis mil hombres reunidos, podía esperar vencer a ocho mil que irían llegando sucesivamente, y harto fatigados de una expedición tan penosa y tan rápida: pero le ganamos por la mano, y llegamos a Tortosa y a la Rápita antes que él. Diez y ocho bastimentos vinieron á encallar contra los arenales, arrojados por un viento furioso: la escuadra entera se puso en facha para poder socorrerlos, y logró en efecto desencallar trece; los cinco restantes cayeron en nuestro poder con los equipajes. El mariscal, precipitando su marcha, llegó el 22 a Castellón de la Plana con cuatro mil infantes, seiscientos caballos y seis piezas de artillería ligera, al momento mismo en que la escuadra estuviera a la vista, forzando velas, pero contrariada por el viento, bien dichosamente6. Adolfo Blanch también explica de forma breve este episodio: No fue más feliz el regreso de la expedición a Alicante de lo que había sido en las inmediaciones de Tarragona. Azotados por contrarios vientos, encallaron en los Alfaques y desembocadura del Ebro, 18 de sus buques de trasporte, de los cuales únicamente 13 se salvaron, parando los restantes en poder de los franceses7. 6 SUCHET, Louis Gabreil: Memorias del Mariscal Suchet, Duque de Albufera, sobre sus campañas en España, desde el año 1808 hasta el 1814, escritas por él mismo, traducidas en español, con el mas particular esmero, por G. D. M., Tomo Cuarto. Paris, 1829, pp. 22. 7 BLANCH, Adolfo.: Cataluña. Historia de la Guerra de la Independencia en el antiguo Principado, bajo la inspección de D. Joaquin Roca y Cornet, Tomo II. Barcelona: Impr. y Libr. Politécnica de T. Gorchs, 1861, pp. 382.

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En la Historia Crítica de la Guerra de Independencia en Cataluña, Antoni de Bofarull coincide también con el número de barcos (hecho que seguramente indica que la fuente de información de estos últimos autores debía de ser la misma): Conseguido el reembarco total, dícese que entonces (cuando ya habían abandonado el sitio y sus cañones los sitiadores) se tuvo el consejo de guerra de que hemos hablado, y resuelta en él definitivamente la marcha, emprendióla la armada la noche del 19, conforme ya dijimos, con rumbo a Alicante, pero con tan mala estrella, que contrariada por el viento, perdió 18 de sus buques de transporte, que pasaron en poder de los franceses, salvándose solo 13, y estos tomando tierra, por fin, en el punto de su dirección, de donde el resto de los tripulantes pudo dedicarse á prestar todavía algún servicio en contra de Suchet, el cual, sabiendo, á la mitad de su camino, y no comprendiendo, como nadie comprendía, la barrabasada de los ingleses en Tarragona, volvió atrás, regresando con toda la prisa posible á Valencia en cuya capital entró nuevamente ya el 15, esto es, cuatro días antes de que acabasen de reembarcarse en nuestras playas los inútiles auxiliares, en mal hora dirigidos por sir Murray8. El episodio también queda reflejado en el diario de operaciones de la División Mallorquina, pero según esta fuente, son quince los barcos encallados sin especificar cuantos se consigue recuperar Día 25... A las quatro de la mañana se hizo señal para que los comandantes de los Buques fueran a tomar órdenes de sus Gefes. A las once llegó la orden para que todos los Oficiales y equipajes saltasen en tierra, quedando a bordo un oficial por Compañía con la tropa y caballos, notándose que faltaban quince buques de la expedición que por el mal tiempo habían quedado en los Alfaques de Tortosa en los se hallaban varios Oficiales y tropa de la División. Día 26 (...). Día 29... El Gefe del Estado Mayor de esta División salió en la mañana de este día para el quartel General del 3er Exercito que se hallaba en Castalla, a arreglar ciertos negocios ocurridos en la Caballería de la División. A las ocho de esta mañana arribaron la mayor parte de los buques que quedaron atrasados, desembarcando la tropa que faltaba la que marcho a incorporarse a sus cuerpos. Día 30... Los Cuerpos de esta División existen en su misma posición sin haber ocurrido novedad, y el quartel General en Alicante. Alicante 1º de julio de 18139. El relato de los hechos desde la óptica inglesa lo conocemos por medio de una carta enviada por el capitán Charles Adam al almirante Pellew, donde describe en primera persona los acontecimientos, ya que este se encontraba cerca a bordo del HMS Invincible, fue alertado de los hechos y se dirigió inmediatamente al lugar: Invincible, Villa nueva 4 de julio de 1813. Sir, Tengo el honor de informarle que el Almirante Hallowell partió en el HMS. Malta del Coll de Balaguer al anochecer del día en que 8 BOFARULL, Antonio: Historia Crítica de la Guerra de la Independencia en Cataluña, Barcelona: P. Nacente editor, 1886-1887, pp. 457. 9 Diario de Operaciones de la División Mallorquina, 2º Ejército. Arxivo Histórico Nacional.

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revistó la flota. Esto sucedió al anochecer del día 20 de los corrientes después de que el Capitán Balhurst partiera con el convoy principal antes de oscurecer. Al día siguiente, encontrándome en la Bahía de Salou con los barcos y barcazas junto a mis órdenes, lamento comunicarle que al amanecer, por medio de una ballenera, recibí una carta del Capitán del transporte Perseus informándome que había oído cañonazos la noche del 20, y que al amanecer, con la luz del día había descubierto 10 barcazas y un schooner armado en la orilla, cerca de las bocas del Ebro, en una situación comprometida. Inmediatamente me dirigí hacia el lugar con los barcos a mi mando, llegando a las bocas del Ebro la misma mañana. Me informaron que el Capitán Balhurst había vuelto al lugar con el HMS Fame durante la noche del día anterior y había podido recuperar cinco transportes10. Según la carta de Adams son diez barcazas y un schooner los barcos encallados. Explica que consiguen desencallar cinco transportes y recuperan todo el equipamiento posible de los barcos que quedan, aparejo, artillería y tablazón de madera, que son transportados a Alicante. El resto queda destruido y finalmente un gran falucho corsario baja por el Ebro procedente de Tortosa y toma prisioneros al capitán y a tres marineros de uno de los barcos. En una carta del capitán Withers, principal agente de transportes encargado de reembarcar las provisiones y tropas de Tarragona, escrita desde Alicante el 21 de julio de 1813, este informa que ha regresado a Alicante con todos los transportes, exceptuando cuatro barcos que se especifican en el margen de la carta: Magnum Bonum (350 toneladas, intendencia), Southampton (262 toneladas, intendencia), Alfred (213 toneladas, infantería), Harlequin (220 toneladas, caballos). Indica el tonelaje de los barcos i la carga que transportaban, y explica que se han perdido totalmente en la boca del Ebro, entre los días 21 y 24 de junio pero sin pérdidas humanas y con la mayor parte de la carga del gobierno salvada11. Ya ha sido remarcado al inicio de este trabajo que la excavación del pecio todavía está en curso y la investigación en las fuentes de la época, muy extensa, justo acaba de empezar. La contrastación de los restos arqueológicos documentados en las excavaciones con las fuentes escritas de este período, permitirán identificar cuál de estos barcos hundidos en este episodio corresponde al pecio Deltebre I. Bibliografía AGAR, Luis.: Diccionario ilustrado de los pertrechos de guerra y demás efectos pertenecientes al material de artillería ordenado por el Coronel de Artillería D. Luis de Agar é ilustrado por el Comisario de Guerra de 1ª clase D. Joaquin de Arambúrú, Madrid, 1866. 10 Carta del Capitán Charles Adam al Vicealmirante Edward Pellew de 4 de julio de 1813. Arxivo del Ministerio de Defensa Británico. National Archive, Kew. . 11 Esta carta forma parte de la documentación del consejo de guerra al que se sometió Sir John Murray por los hechos de Tarragona. Mediterranean Army on the East Coast of Spain 1813 14 15. Miscellaneous (WO 1/317).

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La vida cotidiana en los viejos castillos. Siglos xv al xvii. El ejemplo del castillo de Montsoriu (Arbúcies-Sant Feliu de Buixalleu) Jordi Tura; Joaquim Mateu; Gemma Font; Sandra Pujadas Museu Etnològic del Montseny. La Gabella [email protected] Resumen

A lo largo de los primeros siglos de la denominada Edad Moderna, los castillos de origen medieval experimentaron una casuística diversa por lo que se refiere a su evolución. Esta diversidad de situaciones dependerá de varios factores, pero en muchos casos estará vinculada a las posibilidades técnicas de su adaptación, al interés de sus propietarios y a su valor geoestratégico en función de los intereses de la propia monarquía. En el caso concreto del castillo de Montsoriu ubicado en los términos municipales de Arbúcies y Sant Feliu de Buixalleu, comarca de la Selva, en la provincia de Girona, observaremos a lo largo de los siglos xv-xvii un lento proceso de abandono, que se ha podido documentar a partir de les fuentes históricas existentes, pero sobre todo a partir de los resultados de las 22 campañas arqueológicas que han tenido lugar entre los años 1993 y 2014. Palabras clave: vida cotidiana en los siglos xv-xvii, Arqueología medieval y moderna. Estudios de fauna y alimentación, cerámica siglos xv-xvi. Arquitectura medieval.

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Fotografía 1. El castillo de Montsoriu en la actualidad (Patronat del Castell de Montsoriu).

1. El Castillo de Montsoriu Montsoriu constituye uno de los ejemplos más notables de arquitectura militar gótica de Cataluña. Su ubicación en uno de los contrafuertes del sector norte del macizo del Montseny (parque natural y reserva de la biosfera de la UNESCO), a una altura de 642 m, le confiere un dominio visual extraordinario sobre el gran corredor natural que transcurre entre el Montseny y el Montnegre, y sobre el que a lo largo de la historia se han ubicado las principales vías de comunicación entre Europa y la península ibérica, en su sector oriental o mediterráneo. Los orígenes de este castillo se remontan al siglo x, aunque la configuración arquitectónica que podemos observar hoy en día, es producto de diferentes fases constructivas desarrolladas a lo largo de su historia y que constituyen un magnífico compendio, de las diferentes técnicas constructivas empleadas entre los siglos x-xiv. Será precisamente a mediados de este siglo xiv (ca 1347-1356) cuando tendrán lugar los trabajos que conferirán al castillo, la imponente estampa que todavía hoy podemos contemplar. 2. La gran construcción Gótica Desde una perspectiva arquitectónica, Montsoriu, está formado por tres recintos amurallados situados de forma casi concéntrica, que constituyen el núcleo central

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Fotografía 2. Detalle e las defensas del acceso principal del castillo Montsoriu (Patronat del Castell de Montsoriu).

de la fortificación, así como un cuarto recinto situado al norte de la construcción principal y que se encuentra protegido por dos potentes fosos y una torre albarrana. En total estaríamos hablando de una fortaleza con más de 650 metros de perímetro fortificado y con casi 8.000 metros cuadrados de superficie. Lo que le confiere unas dimensiones extraordinarias para lo que sería habitual en castillos de origen feudal. Evidentemente estas dimensiones están en relación con los recursos y el poder de sus propietarios, los vizcondes de Girona-Cabrera y también con su ubicación estratégica dentro de la línea de fortificaciones del rio Tordera, ya descrita por Luís Monreal en los años 70 del siglo xx, y que a lo largo de los siglos xiii-xiv, tendrá un papel destacado en la defensa de la zona norte de la actual provincia de Barcelona y de la propia ciudad condal, frente a los ataques procedentes del reino de Francia. Desde un punto de vista de diseño arquitectónico, Montsoriu integra la mayor parte de avances que podríamos encontrar en cualquier manual de ingeniería militar gótica, pero por encima de todo destaca, por su cuádruple línea de murallas con unas alturas que llegan a superar los 20 metros, su espectacular diseño de recogida de aguas pluviales destinadas a abastecer a la guarnición, y su gran capacidad de almacenaje tanto de alimentos como de enseres destinados a la defensa y a la vida cotidiana dentro del castillo. El conjunto de estas características, junto con la dificultad de acceso, acentuada por la topografía abrupta de su ubicación y el diseño escalonado de sus defensas, lo configuraran como un castillo inexpugnable si atendemos a las posibilidades técnicas de los ejércitos del siglo xiv, como así se demostró en el largo sitio protagonizado por una fuerza de 1.200 hombres en la rebelión del conde de Osona, Bernat III de Cabrera, contra el rey Pedro El Ceremonioso de Aragón entre los años 1367-1368.

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3. El alejamiento de la familia a los vizcondes de Cabrera En el período correspondiente al siglo xv, es interesante observar como los ambiciosos planes de reforma y actualización de las defensas de Montsoriu, que se habían aplicado a lo largo de les siglos xiii i especialmente xiv, se frenan de manera repentina iniciando a partir de las primeras décadas de este siglo un prolongado período de decadencia. Desde una perspectiva arquitectónica esta decadencia se manifestará, como acabamos de decir, por la ausencia de programas de actualización más allá de pequeñas obras de reforma y mantenimiento, aplicadas de manera puntual en diferentes zonas del castillo, como será el caso de la adaptación de algunas de las antiguas aspilleras reconvertidas en troneras y adaptadas por tanto para el uso de armas de fuego. Otro elemento destacado que nos indica claramente el cambio de prioridades respecto a Montsoriu, es sin duda la presencia de importantes obras iniciadas en el siglo xiv y que permanecerán inconclusas, como es el caso de los acabados del cuerpo de guardia del segundo recinto o patio de armas y las cocinas del castillo que quedaran reducidas a la mitad de la superficie inicialmente proyectada. ¿Cuáles serán las causas de este repentino cambio de planes, respecto a una fortificación de las dimensiones y la importancia de Montsoriu y que paradójicamente había sido plenamente actualizada unas pocas décadas antes? Evidentemente para responder a esta pregunta no podríamos referirnos a una única causa. En primer lugar debemos referirnos a la naturaleza feudal del castillo de Montsoriu y por lo tanto a su vínculo directo con los avatares de sus propietarios y promotores, los vizcondes de Girona-Cabrera. Una relación que se mantendrá de manera ininterrumpida desde sus orígenes en el siglo x hasta el siglo xiv, momento en que documentalmente sabemos que constituía su residencia habitual. Esta situación cambiará a partir de las dos últimas décadas del siglo xiv, momento en que Bernat IV de Cabrera, (Vizconde de Cabrera i de Bas, conde de Osona y de Módica en Sicilia y almirante del reino de Aragón) trasladará su residencia al nuevo castillo palacio de Blanes. La ubicación de este palacio, muy cerca del puerto de la localidad marinera, indudablemente se adaptará mucho mejor a los intereses económicos de la familia, que a partir de estos momentos debemos observar en clave mediterránea, tanto por los servicios vinculados a la corona, como también por los intereses derivados del título de conde de Módica. Su hijo Bernat V Joan de Cabrera, II conde de Módica (ca 1400, 1423-1466), implementó su relación con las tierras sicilianas donde residirá habitualmente, siendo enterrado el año 1466 en la iglesia de Ragusa. Delante de este escenario y evidentemente también, por la pérdida de efectividad defensiva del castillo debido al desarrollo de la artillería a lo largo del contexto cronológico de finales del siglo xiv y siglo xv, el progresivo abandono de Montsoriu se podría considerar como un hecho inexorable, más aún si tenemos en cuenta que su

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valor geoestratégico quedará reducido a un segundo plano en favor de la villa i castillo de Hostalric. De todas formas, este proceso de abandono en ningún caso será repentino, sino que será fruto de un proceso que durará más de dos siglos, como lo demuestran los testimonios documentales de obligaciones de prestar servicio en el castillo por parte de los ocupantes de diferentes masías que formaban parte del término jurisdiccional de Montsoriu. A lo largo de la segunda mitad del siglo xv Montsoriu contará con una exigua guarnición, a la que se podría incluso vincular con algún episodio de bandolerismo, como sería el caso de las quejas elevadas a la condesa de Módica por parte de las autoridades locales en el año 1456, sobre los robos y secuestros perpetrados por diez o doce personas a transeúntes que circulaban por los caminos próximos y que con posterioridad eran encerradas en el mismo castillo del que no salían sino era a cambio de fuertes rescates1. En el periodo de la denominada Guerra Civil Catalana (1462-72), Montsoriu tendrá un papel secundario en el desarrollo de las hostilidades. En esta contienda Montsoriu será ocupado por fuerzas de la Generalitat, que en el año 1463 destacarán 10 hombres para su defensa. «Fou feta deliberació e conclusió que sien anadits quatre homens a peu fiables per custodia del castell de Montsoriu ab lo stipendi acostumat dar als altres companyons destinats a la dita custodia e despeses del General, així que ab los sis que ja hi eren sien X companyons»2. Del 19 de noviembre del mismo año, se conserva un interesante documento que nos habla del armamento destinado al destacamento situado en el castillo. «Item que dels bens del dit General sien donats al capità del Castell de Muntsuriu per defensió d’aquell, un caxó de passadors, una roba de pólvora, L pessadors de leva, dos mertinets é XXX gansalles de fil de ballesta.»3 En el transcurso de la Guerra, Montsoriu, será utilizado también como refugio por una parte de los monjes de la abadía de San Salvador de Breda, cosa que nos indica al mismo tiempo, que como mínimo un parte de las habitaciones del castillo se mantienen aptas para ser ocupadas. « (...) per no venir en mans dels enemichs qui ofici de lladres mes que de bons guerres usen, el més prest per fer-se puixe vos e los monjos e preveres ab totes les coses 1 CATALÀ, Pere: Els castells catalans. Barcelona: Rafel Dalmau ed, 1992, vol. III, p. 344. 2 BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Barcelona: Archivo de la Corona de Aragon, 1850, Vol. XXIII, p. 386. 3 Ibidem, p. 465.

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Fotografía 3. Imagen de Montsoriu a inicios del siglo XX (MEMGA).

així sacres com profanes e vitualles vos recolliau al Castell de Montsoriu on stareu segurament e fareu lofici devotament e sens temença alguna»4. A finales del siglo xv, con la guerra terminada y con el castillo nuevamente en manos de la familia de los vizcondes de Cabrera, tendrá lugar la boda entre Ana de Cabrera y Fadrique Enríquez. Los Enríquez de Cabrera establecerán su residencia en Medina de Rioseco, cosa que supondrá el alejamiento definitivo de la familia vizcondal, de las tierras y vasallos que durante quinientos años habían constituido el núcleo de sus dominios. 3. El abandono del castillo A lo largo de los siglos xvi y xvii, Montsoriu sufrirá un proceso continuado de degradación, paralelo al ya comentado alejamiento de la familia de los vizcondes de Cabrera, que definitivamente venderán entre los años 1566 y 1574 sus posesiones a Francesc de Montcada conde de Osona y marqués de Aitona por un valor de 273.000 libras. Del período comprendido entre finales del siglo xvi e inicios del siglo xvii, existen diferentes documentos que atestiguan este proceso de degradación arquitectónico, 4 BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Barcelona: Archivo de la Corona de Aragón, 1850, Vol. XXIV, p.273.

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Fotografía 4. Presentación del hallazgo del conjunto de materiales arqueológicos recuperados en el año 2007, antes de su restauración (MEMGA).

como es el caso de la licencia concedida por parte del obispado de Girona para trasladar a la villa de Hostalric el servicio del beneficio de la capilla del castillo debido a la ruina en que se encontraba la mencionada capilla5. O la descripción que encontramos en un memorial encargado por Francesc de Montcada el año 1590, sobre las necesidades de reparación de los castillos de Montsoriu, Palafolls y Anglès: « (...) el de Monseliu le fuy a ver, el qual anda deruiendose, y para repararse conforme han dicho los oficiales que le han visto se hauria de gastar mil y quinientos o dos mil escudos, lo que convenga para gora seria procurar de adovar los canales de la cisterna, que estan en algunas partes rotas, y reparar todos los texados y corredores, que l’agua como llueve se puede recoger en la cisterna o que vaia fuera, que no gaste la casa, y para este reparo solo hise subir alla officiales y dixeron que para esso her menester quinientos o seis çientos escudos»6. La arqueología nos demuestra que estas obras no se llevaron a cabo, excepto pequeños trabajos realizados para desatascar algunos de los canales de recogida de 5 Arxiu Diocesà de Girona (ADG): Llibre U-298, Foli F 137V. 6 Arxiu Històrc d’Hostalic - Arxiu Ducal Medinaceli (AHH-ADM): 1008 L-37/2, p.446. Memorial del sr Don Jaime de Moncada.

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agua, entre ellos el canal de desagüe principal de la cisterna, lo que comportó la destrucción de parte de los pavimentos cerámicos que cubrían estos canales. Finalmente en el año 1626 el castillo de Montsoriu será vendido a los condes de Solterra. En el documento de compra-venda podemos leer: «(...) totum illud castrum de Montsoriu, situm in Vicaria de Gerunda nunc pro maioris parte dirutum et desabitatu (...)»7. De todas formas, aunque el anterior documento parecería indicar que Montsoriu había llegado al final de sus días, otros documentos nos indican que como mínimo durante algunos años más, Montsoriu estará ocupado por una familia, ya que en el libro de baptismos del año 1629 de la parroquia de Arbúcies, aparece inscrito Miquel Costa, hijo de Joan Costa y Antiga Blanch que habitaban en el castillo. A partir de aquí las ocupaciones de Montsoriu, parecen responder a un patrón discontinuo y las tenemos documentadas en relación a la mayor parte de los conflictos bélicos acaecidos entre los siglos xvii y xix, con abundantes testimonios arqueológicos que nos indican que las ruinas del castillo, serán utilizadas como punto de vigilancia y control territorial. 4. Testimonios de la vida cuotidiana durante la edad moderna en el castillo de Montsoriu, a partir de la arqueología La investigación llevada a cabo sobre las fuentes históricas conservadas en diferentes archivos, nos ha permitido disponer de una visión general de la evolución de Montsoriu en su fase de decadencia y que en este artículo hemos presentado de manera muy resumida. Sin embargo, es evidente, que la documentación recopilada no ha sido suficiente para conocer detalles importantes de las formas de vida en el propio castillo. Por lo tanto, la única posibilidad que hemos tenido, ha sido recurrir a la documentación arqueológica, cosa que ha permitido disponer de un retrato mucho más preciso de la vida cuotidiana en Montsoriu. A lo largo de 22 años, las intervenciones arqueológicas en el castillo no tan solo han aportado conocimientos sobre la evolución arquitectónica del monumento, cosa básica para llevar a cabo el proceso de consolidación-restauración, que en estos momentos se está llevando a cabo, sino que también como decíamos nos han ofrecido un conjunto de datos muy importantes sobre ecología, paleoclima, ganadería, alimentación, comercio y evidentemente, usos y funcionalidades de los espacios. El estudio de más de 100.000 restos arqueológicos ha resultado clave para disponer de esta información, especialmente el hallazgo realizado en el año 2007, de un fondo extraordinario formado por más de 400 objetos cerámicos y no cerámicos, que con7 Biblioteca de Catalunya: Fons Solterra 14/25 a 14/26. Notas de la venta realizada por el marqués de Aitona al conde de Solterra del castillo de Montsoriu en el término de Arbúcies.

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Fotografía 5. Una parte de los objetos después de su restauración (R. Maroto - CRMBC).

forman un conjunto excepcional, en el que destacan: la vajilla de mesa, objetos de cocina, monedas, objetos de cristal, etc. a los que se deben añadir cerca de 11.000 restos de fauna, estudiados por parte del laboratorio de arqueozoología de la Universidad Autónoma de Barcelona. Por lo que se refiere a la vajilla se han restaurado hasta ahora más de un centenar de objetos, que corresponderían, desde una concepción actual de la mesa, a más de cincuenta servicios, o dicho de otra manera, permitirían abastecer de manera holgada y al mismo tiempo a más de cincuenta comensales. Sin embargo más allá de los propios objetos, con una diversidad notable de tipologías (platos, escudillas, fuentes o servidoras, jarras...) es interesante observar la procedencia de las manufacturas, hecho que nos habla de las líneas comerciales existentes y la penetración de estas manufacturas en el territorio, más allá de las principales ciudades. De esta manera a parte de las producciones propias del Principado (talleres de Barcelona, Reus…), se han localizado numerosos ejemplares procedentes de otros centros de producción, como es el caso de Manises en Valencia o Montelupo, en la Toscana italiana. Por lo que se refiere a las producciones cerámicas correspondientes al servicio de mesa, la tipología mejor representada corresponde a la loza decorada en azul de procedencia catalana (47%), seguida de las producciones en blanco de estaño (36%) y el reflejo metálico de procedencia catalana (7%). De fuera de Cataluña destacan las producciones en azul y reflejo metálico o en reflejo metálico de Manises (7%) y las polícromas de Montelupo (4%). En lo que se refiere a las cronologías de estas cerámicas, es interesante observar que el conjunto corresponde a un amplio abanico que se sitúa entre la primera mitad del siglo xv y el segundo tercio del siglo xvi, cosa que nos explica la perduración

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Fotografía 6. Objetos de cristal en proceso de restauración (MEMGA).

dentro de los servicios de mesa de objetos adquiridos en diferentes momentos y que se mantenían dentro de estos mismos servicios mientras fueran útiles. Mención aparte merecen los más de 90 objetos de cocina y almacenaje de alimentos que se han encontrado, así como dos flautas de hueso y 30 objetos de cristal (copas, vasos, botellas, frascos, confitera…), actualmente en fase de estudio y restauración y que corresponden a producciones mayoritariamente catalanas del siglo xvi.

5. Los estudios de fauna Por lo que se refiere a los 10.922 restos de fauna vinculados a este hallazgo, estudia­ dos por Violeta Novella y María Saña, del laboratorio de arqueozoología de la Universidad Autónoma de Barcelona, es interesante comprobar que mayoritariamente corresponden a mamíferos (70%) con un 96% de animales domésticos; y con una presencia también importante de aves (28%). De manera más puntual también se han estudiado 147 restos de pescado y 8 restos de malacofauna. En cuanto a las especies más representadas son los ovicápridos que representan el 49%, con unas pautas de sacrificio que evidencian unas prácticas ganaderas orientadas a la producción de lana y carne, mostrando una mayor frecuencia de sacrificio en machos jóvenes y adultos y en hembras adultas en el caso de las ovejas, y en machos jóvenes y hembras adultas en el caso de las cabras. El segundo grupo más representado corresponde a los cerdos domésticos 38% con unas pautas de sacrificio muy específicas por lo que se refiere a los machos (entre 1 año y medio y dos años), mientras que las hembras eran sacrificadas cuando su función reproductiva había finalizado. Finalmente el tercer grupo más representado son los bóvidos con un 5 % de los restos recuperados.

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Por lo que se refiere a las especies salvajes destacan especialmente el grupo de las aves con un 78%, aunque también están representados mamíferos como el ciervo, corzo, jabalí, conejo y liebre (siendo estas dos últimas especies, los más frecuentes dentro del grupo de los mamíferos 51%). También se han encontrado restos correspondientes a pequeños carnívoros como el zorro y el tejón, explotados posiblemente para la obtención de piel. Especialmente lo que se refiere a las especies salvajes destacan especialmente el grupo de las aves con un 78%, aunque también están representados mamíferos como el ciervo, corzo, jabalí, conejo y liebre (siendo estas dos últimas especies, los más frecuentes dentro del grupo de los mamíferos 51%). También se han encontrado restos correspondientes a pequeños carnívoros como el zorro y el tejón, explotados posiblemente para la obtención de piel. Es también interesante observar que la presencia de todas las partes del esqueleto en todas las especies domésticas nos indica que de manera frecuente el procesado del animal se realizaba dentro del mismo castillo. 6. Conclusiones Dentro del contexto de lo que generalmente se conoce como Edad Moderna, muchas de las viejas fortificaciones construidas en la Baja Edad Media, sufrirán procesos de decadencia o readaptación incluso a otros usos, como es el caso del norte de Cataluña donde numerosas torres de origen medieval quedaran integradas en el complejo arquitectónico de masías, perdiendo por tanto buena parte de la función defensiva y hasta cierto punto también de control territorial, por la que fueron construidas en un contexto de relaciones feudales. En el caso de grandes castillos, ya hemos comentado que la casuística que observamos es diversa y dependerá de numerosos factores. En el caso concreto de Montsoriu, se produce un proceso paulatino de decadencia que se prolongará durante dos siglos, y que a través de las fuentes históricas y la arqueología se ha podido documentar perfectamente. En este sentido, es importante recordar, que el modelo que observamos en Montsoriu y que vemos repetido en numerosas fortificaciones catalanas, está relacionado directamente con el desarrollo, avatares y/o decadencia de una parte importante de la nobleza feudal de estos territorios. Sin embargo, des de un punto de vista patrimonial, en el caso de Montsoriu, este proceso de decadencia es el que nos ha permitido contar hoy en día con un testimonio excepcional de la arquitectura medieval gótica, y a través de la arqueología, poder disponer de una secuencia muy completa de las formas de vida así como de los testimonios materiales, de la vida cotidiana en estas viejas fortificaciones a lo largo de los siglos XV al XVII.

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Bibliografía BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón. Vol. XXII, XXIII, XXIV. Barcelona: Archivo de la Corona de Aragón, 1850. CATALÀ, Pere: Els castells catalans. Barcelona: Rafel Dalmau ed., 1992. FONT, Gemma.; LLORENS, Josep M.; MATEU, Joaquin.; PUJADAS, Sandra.; TURA, Jordi.: «Montsoriu al segle XVI. Testimonis arqueològics de l’abandonament d’un gran castell», Tribuna d’arqueologia 2011-2012. Barcelona: Generalitat de Catalunya. En prensa. FONT, Gemma; MATEU, Joaquim; PUJADAS, Sandra; TURA, Jordi: «Les restes d’au al Castell de Montsoriu al segle xvi. Integració de l’arquelogia per a l’estudi de les formes de cacera a l’edat moderna al vessant oriental del Montseny», VIII Monografies del Montseny. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2014, p. 430-438. NOVELLA, Violeta; SAÑA, Maria: «La dieta d’origen animal al Castell de Montsroiu al segle XVI. EStudi de la producción, consum i distribució d’aliments a partir de l’arqeuozoologia», VIII Monografies del Montseny. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2014, p. 439-447. NOVELLA, Violeta: Estudi de les pautes d’accés i consum dels recursos animals a partir de l’arqueozoologia. L’exemple del Castell de Montsoriu. Barcelona: Departament de Prehistòria, Facultat de Lletres, Universitat Autònoma de Barcelona, 2014.

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Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio del siglo xviii Francesc Xavier Hernàndez Cardona, [email protected] Xavier Rubio Campillo, [email protected] Mireia Romero Serra, [email protected] Francesc Riart i Jou [email protected] Universitat de Barcelona. Grupo de investigación DIDPATRI Resumen Jacques Rigaud, grabador provenzal, representó también paisajes de conflicto en una serie de seis gravados elaborados probablemente en 1732. Tal como se indica en la primera lámina las imágenes se inspiran en el asedio de Barcelona de 1713-1714. Sin embargo la finalidad de las imágenes no era mostrar el caso de Barcelona, sino ilustrar las diferentes fases de un asedio desde el punto de vista del atacante. En este sentido la iconografía fue concebida con una clara finalidad didáctica y formativa para mostrar unas determinadas técnicas en cada una de las fases de un asedio. Esta finalidad es la que explica que las láminas, aunque inspiradas en Barcelona, representen la ciudad de manera desigual, ya que la complejidad del escenario bélico fue sacrificada a la eficacia didáctica1. Palabras clave: Iconografía, Rigaud, Asedio, Barcelona, Guerra de Sucesión española.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economía y Competitividad.)

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1. Describir e imaginar la guerra La gran Guerra de Sucesión española, el conflicto más grande habido hasta el momento en la historia de la humanidad marcó el imaginario de las gentes de la época. No es de extrañar que en toda Europa los folletos, romances, grabados, libros y gacetas que hablaban de la guerra fueran consumidos masivamente. La gente quería y necesitaba saber y estar al día. El consumo de cartografía de batallas y asedios de ciudades fue extraordinario, así como la iconografía mixta que mostraba, a la vez, mapas que reflejaban diferentes momentos temporales e imágenes de mandos y ejércitos. Barcelona se convirtió en uno de los referentes del conflicto. Ciertamente que la guerra se decidió en los campos de Flandes y Picardía, entre Calais y las Ardenas, como la mayor parte de los conflictos europeos. Sin embargo Barcelona y Cataluña tuvieron un papel importante2. Barcelona fue la capital de Carlos III, y en ella se apoyó para impulsar el sueño de una reordenación de una Europa, y en este sentido la ciudad se convirtió en un referente europeo. No es de extrañar que el efímero asedio austriacista del 1705, y el asedio borbónico de 1706, fueran ampliamente cartografiados. Y también contaron con una buena producción cartográfica batallas como las de Almenar, Zaragoza y Prats de Rei. El frente peninsular y el catalán fueron emblemáticos en tanto que allí luchaban Carlos y Isabel Cristina contra Felipe. De igual manera el asedio de Barcelona de 1713-1714 conmovió a los europeos y fue objeto cartográfico y explícitamente iconográfico en tanto que hubo grabadores que lo utilizaron para explicar técnicas miliares y casuísticas de las guerras del momento3. De entre todas las aproximaciones al asedio de Barcelona destaca la iconografía de Jacques Rigaud, una fuente casi coetánea que se convirtió en un referente ampliamente replicado4. 2. Jacques Rigaud. Constructor de imágenes Jacques Rigaud fue uno de los mejores ilustradores y grabadores de la Europa de la primera mitad y de mediados del siglo XVIII. Nació en 1680 en Peyloubier (Puyloubier) en la Provenza y murió en París en 1754. Al parecer se formó profesionalmente en el entorno de pintores que trabajaban en el Arsenal de Galeras de Marsella. Las galeras de la marina de guerra contaban con cuidadosos programas iconográficos que exigían artistas expertos. A principios del XVIII Jacques Rigaud se integró en el taller de Michel Gospard Serre de l’Académie royale de peinture et de sculpture. Jacques Rigaud creció profesionalmente en el contexto de la Guerra de Sucesión Española. Uno de sus primeros trabajos conocidos fue precisamente la Vue de la place forte de Toulon, de 1707 cuando la base fue atacada por las tropas aliadas del príncipe 2 ALBAREDA, Joaquim: Catalunya en un conflicte europeu. Felip V i la pèrdua de les llibertats catalanes. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Edicions 62, 2001. 3 ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós, Ajuntament de Barcelona. 2013. 4 SOLEY, Ramon: Atles de Barcelona. Barcelona: Editorial Mediterrània, 1998.

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Eugenio de Saboya. En este periodo Rigaud aspiraba a ocuparse, como ilustrador, en el Departamento de Fortificaciones de Francia, pero la irrupción de una epidemia de peste en Marsella, en 1720, dio un giro a sus intenciones. Rigaud despreciando el peligro salió a la calle, tomó notas y terminó elaborando una detallada crónica gráfica del desastre. Cuando acabó sus trabajos, y en ese mismo año, marchó a París, y se instaló en la rue Saint Jacques como grabador y editor de grabados. Sus trabajos sobre Marsella tuvieron un notable éxito. En París se convirtió en el gran cronista gráfico de la capital. A partir del 1730 trabajó en el proyecto de las Maisons Royales de France. Monumentos, palacios, residencias reales y perspectivas barrocas quedaron reflejadas en sus grabados. El repertorio de imágenes editadas rebasaba los 130 grabados. Fue su trabajo más exitoso y se especula con la posibilidad de que fuera un encargo de Luis XV o su entorno directo. Algunos de los trabajos los terminó su sobrino Jean Baptiste Rigaud. A mediados de la década de 1730, Rigaud aumentó su repertorio iconográfico con la recreación de espacios emblemáticos ingleses5. Incansable continuó trabajando los paisajes de los alrededores de París y también episodios históricos y personajes. Pero Rigaud, a lo largo de su carrera, también confeccionó imágenes con un perfil más técnico, y al respecto es significativa su colaboración, en 1729 con el ingeniero militar Bernard Forest de Belidor6. En todos sus trabajos la representación del factor humano se convirtió, a su vez, en complemento y protagonista. El objeto y el sujeto de la obra de Rigaud son edificios, jardines, astilleros, etc. pero los primeros planos siempre tienen vida propia, y casi se justifican en sí mismos, y en ellos se nos muestra un apasionante micro historia: trabajadores con herramientas, carruajes, señoras y señores elegantes, nobles cortejando... En este sentido en la obra de Rigaud podemos seguir la epopeya de la arquitectura barroca francesa, pero también el sufrimiento de los enfermos de Marsella, el trabajo de los calafates en las galeras o la moda que seduce a los nobles que se distienden en los jardines de los palacios parisinos. La precisión y los detalles hacen que los grabados sean a la vez una preciosa y precisa crónica de la vida cotidiana. 3. Rigaud y la iconografía militar Entre la extensísima obra de Jacques Rigaud hay también una serie de seis grabados, Vues des actions les plus remarquables du siège et ataque d’une place, inspirados en el sitio de Barcelona7. Estos grabados se adjuntaron, a modo de apéndice, en diversas ediciones impresas que reunían repertorios de iconografía de temas muy diversos. Tal es el caso de Recueil choisi des plus belles vues des palais, des châteaux 5 HUNT, John Dixon: Gardens and the Picturesque: Studies in the History of Landscape Architecture. Cambridge: MIT Press, 1994. 6 DE BELIDOR, Bernard Forest: La science des ingénieurs, dans la conduite des travaux de fortification et d’architecture civile. París: Henri Scheurleer, 1734. 7 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 1714. Jacques Rigaud: crònica de tinta i pólvora. Barcelona: Librooks, 2014.

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et maisons royales de Paris et des environs8, que reunía trabajos realizados entre 1720 y 1738. Pero las recopilaciones de este tipo se continuaron recomponiendo y reeditando después de 1738. El sobrino de Jacques Rigaud, Jean Baptiste Rigaud continuó publicando, a partir del 1750, recopilaciones que mantenían los trabajos de su tío y los suyos propios. A partir de 1750 se hicieron ediciones alemanas e inglesas. Las ediciones no siempre fueron concordantes. En 1740 se hicieron, como mínimo dos ediciones de Rigaud, Chéreau y Basán, una con 106 grabados, y otra ampliada de 129 grabados. Estos recopilaciones mostraban iconografía de elementos arquitectónicos (palacios y castillos); espacios urbanos y ajardinados: Paris, Versalles, Marly, Meudon et Saint-Germain, Fontainebleau, Vincennes tiene Choisy, etc., y también incluían la serie Vues des actions les plus remarquables du siège et ataque d’une place, que no tenían demasiado que ver, en cuanto a temática, con el resto de trabajos reunidos. Probablemente con estas recopilaciones los editores pretendían ofertar un trabajo de conjunto y las láminas militares servían de relleno o complemento. En este sentido podemos hipotetizar que los grabados del asedio fueron elaborados, con una finalidad determinada, o para responder a un encargo y que, posteriormente, se añadieron en recopilaciones destinadas a la venta directa a partir de 1740. Los grabados, se realizaron con anterioridad a 1740. El primero de la serie incorpora en la parte inferior derecha la fecha de 1732 que, probablemente, indica cuándo se realizó el trabajo. La fecha es congruente con algunos elementos que pueden servir para datar el trabajo. Así los oficiales aún no llevan pelucas con rulos, sino peluquines con tirabuzones y coletas atadas con cinta espiral. Los soldados llevan cabello largo suelto y algunos coleta atada con pajarita. Todo ello corresponde a una estética que cuadraría con los años 30 o 40. Por otra parte la ausencia de solapas en las casacas, y los bolsillos horizontales y altos también nos sitúan. Si aparecieran solapas o faldones abrochados la cronología nos acercaría a la segunda mitad del XVIII, y si los bolsillos fueran verticales habría que pensar en los comienzos de siglo. Igualmente los tricornios, muy elevados por delante, con pico acandilado, son congruentes con los años 30 y hasta 40. Por tanto la fecha de 1732 podría ser verosímil. El grabado cuenta con una dedicatoria textual explícita que orienta respecto a la fecha de elaboración del trabajo. Se dice que la obra “Representations des actions les plus considerables du siege d’une place” está dedicada a François-César Le Tellier, marqués de Montmirail, de Courtanvaux, etc. Dice también que es capitán coronel de los Cien Suizos de la Guardia de Corps de su Majestad. En el centro de la leyenda del grabado se pueden ver las armas de los Le Tellier, tres lagartos de plata sobre azur y tres estrellas de oro sobre gules. Este aristócrata (1718-1781) era bisnieto de François Michel Le Teiller Marques de Louvois (1641-1691) que había sido la mano derecha de Luis XIV en temas militares. Su abuelo era François Michel Le Tellier marqués de Courtenvaux (1663-1721) secretario de guerra de Luis XIV. Su padre François Le Tellier (1693-1719) murió muy joven cuando él tenía un año. El abuelo para asegurarle la posición le nombró capitán-coronel de la Guardia Suiza a pesar de no haber 8 RIGAUD, Jacques: Recueil choisi des plus belles vues des palais, des châteaux et maisons royales de Paris et des environs. Paris: Chez Chéreay et Basan, 1720-1738.

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cumplido los dos años. Cuando se convirtió en adolescente, como todos los jóvenes aristócratas de la época, recibió formación militar e hizo su primera campaña en 1733, a la edad de quince años como ayudante del mariscal Noailles, su tío. En 1740, con 22 años, se convirtió de manera efectiva capitán-coronel de los Cien suizos y con las tropas reales luchó en Bohemia y Baviera. Sin embargo su salud no le permitió continuar la carrera militar y, a partir del 1745, se dedicó a la investigación científica y especialmente a la mecánica y la astronomía. Teniendo en cuenta este contexto podríamos pensar que efectivamente la dedicatoria se podría haber hecho entre 1740 y el 1745, cuando él ejerció el mando efectivo de la unidad de guardias suizos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que en 1719, con un año de edad, ya era teniente-coronel tenemos un amplio abanico de fechas posibles, en cuanto a diseño del grabado, que van desde 1720, cuando Jacques Rigaud llega a París, hasta 1745, momento en que Le Tellier dejó la carrera militar. Todo ello corrobora que la fecha señalada en el primer grabado, 1732, congruente con la moda de vestidos y peinados, es verosímil9. Sabemos que los grabados están dedicados a un militar que tenía opciones de futuro y que en 1732, con 14 años, estaba a punto de comenzar su primera campaña con el Duque de Noailles. En este contexto no es descabellado pensar que alguien con poder encargó a Jacques Rigaud los grabados para hacer un regalo a un joven en formación, o tal vez para poder ayudar directamente a su formación a partir de un producto didáctico, un material que ayudara a un joven teniente-coronel de 14 años a entender cómo se asalta una ciudad. Los grabados también podrían haberse realizado a iniciativa de Rigaud para acercarse a las esferas del poder. Desde los tiempos del Marqués de Louvois, los Le Teiller habían estado controlando la política militar del reino. El joven François César, pertenecía a un entorno familiar poderoso, tenía posibilidades de convertirse en un cortesano de primer orden. Esto obviamente daba un valor añadido al trabajo. ¿Por qué se escogió el caso de Barcelona para mostrar el modelo de asalto? Las razones pueden ser varias, hay que tener presente que Rigaud estaba familiarizado con los temas militares y es de suponer que siguió el devenir de la Guerra de Sucesión Española. Uno de sus maestros en Marsella, Michel Gospard Serre era de Tarragona. Por otra parte Rigaud trabajó para uno de los ingenieros militares más destacados del momento, Bernard Forest de Belidor y con él preparó grabados muy técnicos. Belidor hijo de un oficial francés había nacido en Cataluña el 1698. Su padre murió en los últimos momentos de la campaña de Vendôme y él fue recogido por un oficial de artillería. Probablemente Belidor debería hacer un seguimiento preciso de las campañas de la Guerra de Sucesión Española y sin duda del asedio de Barcelona. Esta relación con Belidor también podría haber reportado a Riguad un buen conocimiento de la campaña catalana. Por otra parte el entorno familiar de François César, los Le Tellier y los Noailles, estuvieron implicados en la política de guerra y en los escenarios catalanes de la Guerra de Sucesión, y algunos participaron directamente en la campaña de 1713-1714 y en el sitio de Barcelona. Por tanto el caso de Barcelona, probablemente bien conocido 9 Véase al respecto HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: op. cit. pp. 19-20.

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y documentado, era uno de los más adecuados para iconografiar. La campaña catalana de 1713-1714 era conocida por los actores, había impactado en la opinión pública y además, había sido la última, ya que la Guerra de Sucesión Polaca (1733-1738) y la Guerra de los Siete Años (1756-1763) tardarían en llegar, y el conflicto con España que había provocado el establecimiento de la Cuádruple Alianza (1718-1720) no había comportado enfrentamientos relevantes. El asedio y asalto de Barcelona había sido la última gran batalla de la Guerra de Sucesión Española y un modelo de sitio singular y significativo. Es de suponer que fuera de una manera u otra Rigaud dispuso de información suficiente para plantear sus grabados sobre cómo debía establecerse el asedio de una ciudad fortificada tomando Barcelona, un asedio reciente y bien documentado, como referencia. Sobre el asedio de Barcelona existía cartografía impresa y también libros descriptivos. Y si con esto no hubiera sido suficiente hay que suponer que los Le Tellier podían suministrar toda la cartografía y la información necesaria para ejecutar el trabajo. Jacques Rigaud trabajó para crear una iconografía sobre cómo asediar una plaza fuerte. El caso sobre el que se inspiró fue el de Barcelona. Sin embargo la obra no es una descripción de Barcelona, ni del sitio de Barcelona, que, por otra parte fue muy duro para las armas francesas. Rigaud procuró definir una imagen comprensible, “de manual”, de un asedio. Tenía la información de Barcelona, pero debía rectificar la realidad para hacer más comprensible un modelo entendido como representación simplificada y comprensible de la realidad. En el grabado, la morfología de ciudad, los lugares, los detalles se simplifican, desaparecen o se transforman, y las perspectivas se rectifican, en función de las necesidades didácticas. Las formas de los baluartes y el sky line de la ciudad se convierten anecdóticos ya que lo importante de la representación son las fases del asedio, el asalto y el castigo final que espera a aquellos que no se someten a las armas reales. De igual manera los soldados van equipados según los cánones del momento en el que se está realizando el dibujo. Es probable que las láminas se utilizaran para adiestrar al joven François César Le Tellier, o quizás como material didáctico para formar ingenieros. Sin embargo el joven Le Tellier no prosperó demasiado en la carrera de las armas, ni como cortesano absolutista. Optó por la ciencia. Rigaud debió obtener poco provecho del trabajo dado que la influencia de los Le Tellier debió ir a la baja. A partir de 1740, con el material amortizado, Rigaud decidió reaprovechar el material poniendo los grabados a la venta, o bien utilizándolos como material de relleno en las ediciones que explicaban los monumentos de Francia. Sin embargo la iniciativa tuvo éxito, los grabados se editaron en Inglaterra y Alemania y de ellos se hicieron múltiples réplicas durante el resto del siglo xviii. Fueron copiados, readaptados o actualizados en muy numerosas versiones, hasta convertirse en un tópico, en el tópico de la guerra de asedio. Todo ello esta singular vía iconográfica convirtió el sitio de Barcelona en un material didáctico y estos grabados, con el paso de los años, se han convertido en un referente importante para entender cómo sucedieron los hechos.

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4. Representations des actions les plus considerables du siege d’une place La serie didáctica de Rigaud sobre cómo se desarrolla y resuelve el asedio de una plaza fuerte, en este caso una ciudad fortificada, consta de seis grabados: Ouverture de La Tranchée; Comment l’on soutient et repousse les sorties; Attaque et logement du chemincouvert; Attaque de deux bastions les brechesfaites par le mineur; L’assautdonné au corps de la place; La place laissée au pillage. Rigaud explicita que las láminas están inspiradas en Barcelona y, ciertamente, el conjunto de los seis gravados ayuda a comprender el asedio reglado que la ciudad sufrió entre julio y septiembre de 1714. Las imágenes tienen, como hemos señalado, una finalidad didáctica. Pretenden mostrar los pasos que sigue un cerco según la formulación canónica fijada por Vauban en el sitio de Maastricht de 1673. Vauban estableció varias innovaciones pero una de las más relevantes consistió en sistematizar los ataques a partir de la apertura de tres trincheras sucesivas, paralelas a las murallas a expugnar. Eran las denominadas primera, segunda y tercera paralela. En las paralelas se acumulaba la artillería que atacaba las murallas con el fin de producir derrumbes practicables por la infantería atacante. Los grabados de Rigaud muestran los pasos de este método incorporando también las reacciones de los defensores. Así la primera lámina, Ouverture de la tranchée, nos muestra la apertura de la primera paralela y los intentos que hacen los defensores para defender el terreno, desde posiciones exteriores, a fin de dificultar los trabajos. La segunda lámina, Comment l’on soutient et repousse les sorties, muestra el progreso de las trincheras y como en la segunda paralela se ubican reductos para la artillería, también explica los esfuerzos de los defensores para retrasar o dificultar la obra. La tercera lámina, Attaque et logement du chemin couvert, muestra cómo las trincheras llegan finalmente al foso y como se corona el camino cubierto. En esta fase los atacantes ya están muy cerca de las murallas y la artillería, sin obstáculos, bate las murallas a bocajarro. La cuarta lámina, Attaque de deux bastions les breches faites par le mineur, muestra cómo se ha abierto una gran brecha en la muralla, entre dos baluartes, y como los atacantes se proponen ocupar, de manera previa los dos baluartes adyacentes a la brecha para poder dar el asalto con garantías. La quinta lámina L’assaut donné au corps de la place, muestra las brechas totalmente abiertas y como los atacantes embisten las murallas y los baluartes. A su vez los defensores se retiran a una trinchera excavada detrás de la muralla intentando prolongar la resistencia. La última lámina La place laissée au pillage, muestra cuáles son las consecuencias de la insensata resistencia de la ciudad, al no haberse rendido, y que como castigo es sometida a pillaje. La soldadesca asesina, quema y roba hasta que los mandos deciden poner fin al saqueo para poder reaprovechar algunas de las estructuras de la ciudad. Todo ello es una síntesis didáctica centrada en el que en aquellos momentos era el objeto y el sujeto de la técnica militar: la fortificación y la expugnación. ¿Con qué fin se hicieron las láminas? ¿A quién se quería adiestrar? ¿A quién iban dirigidas? Como hemos señalado existe la posibilidad que el objetivo fuera honrar, ya la vez formar, al joven François César de Le Tellier potencial continuador de una de

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las sagas militares de Francia. Tenemos casos similares de productos didácticos (iconografía o maquetas) para adiestrar a jóvenes nobles y príncipes en los rudimentos de la fortificación, el caso de la maqueta de plata Estudio de Fortificación, empleada por Felipe V sería, en este sentido, emblemática. No parece que la serie tuviera como objetivo formar ingenieros, ciertamente la iconografía de Rigaud podía ser útil para introducir y contextualizar situaciones de ataque, pero no ayudaba a la formación técnica. Contrariamente sí que podía ser útil para introducir la problemática de la fortificación a oficiales de diferentes armas, y por supuesto era un elemento que podía ayudar a que la población se hiciera cargo de los costes de la construcción y expugnación de fortificaciones. Hay que tener presente que la opinión pública europea del siglo xvii y xviii siguió con asiduidad las alternativas bélicas del momento. En este sentido, una vez cubierta la finalidad principal, de hacer un presente a Le Tellier, los grabados terminaron a disposición de las personas interesadas, fueran miembros del ejército o bien público amplio espectro. El hecho de que los grabados de Rigaud fueran traducidos a los más diversos idiomas, manteniendo su función didáctica, y que fueran ampliamente copiados y readaptados evidencia que había un mercado dispuesto a consumir iconografía militar. Las seis láminas y sus réplicas explicaban como se atacaba una plaza, pero en las nuevas versiones las formas y elementos representados subsistían, de forma desigual. Los elementos morfológicos de Barcelona que habían sido utilizados para componer la imagen se modificaban, giraban o transformaban según los casos a evocar. Los ecos de Barcelona están presentes en toda la serie, pero mezclados con deformaciones, adicciones y cambios para adaptar la imagen a Dresde, Colbert o Mastricht. 5. Ouverture de la tranchée El primer grabado está inspirado en el inicio de la apertura de la trinchera contra Barcelona, esto sucedió la noche del 12 al 13 de julio de 1714. Durante un año las fuerzas borbónicas comandadas por el Duque de Pópuli casi no habían podido ni acercarse a las murallas. Sin embargo cuando llegó el Duque de Berwick, el 6 de julio de 1714, con refuerzos nutridos, un gran tren de artillería y un importante contingente de ingenieros franceses, comandados por Antoine Le Prestre de Vauban, comenzó el asedio en las formas. El ataque canónico exigía abrir tres trincheras paralelas, cada vez más próximas a la ciudad, en las que se iban ubicando piezas artilleras para erosionar las murallas. Cuando las defensas quedaban arrasada era cuando la infantería podía iniciar el asalto. El teniente mariscal Villarroel, jefe de la defensa de Barcelona embistió de inmediato los trabajos de apertura de la primera paralela. El día 13 de julio los catalanes atacaron y produjeron destrozos, pero no pudieron impedir la continuidad de los trabajos. Villarroel convencido de que el ataque se centraría entre los baluartes de Portal Nou y Santa Clara ordenó construir una gran cortadura detrás del frente de ataque, así si las murallas quedaban arrasada y eran asaltadas sus tropas dispondrían de defensas.

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Figura 1. Ouverture de la tranchée

6. Comment l’on soutient et repousse les sorties El segundo grabado evoca la progresión en la construcción de las paralelas, y parece que quiere representar la segunda paralela ya construida. El punto de vista se sitúa frente al Portal Nou. El hecho de que ya haya baterías desplegadas y que el extremo derecho de la paralela esté protegido por fortines hace pensar que, efectivamente este es el momento representado. La segunda paralela se construyó el 16 de julio de 1714. La leyenda del grabado explica que los defensores hacen salidas para dificultar los trabajos de aproximación. En realidad las cosas no fueron así. Los acosados únicamente efectuaron una gran salida contra las obras, la que se hizo al inicio de estas, el día 13 de julio. Posteriormente se limitaron a dar golpes de mano contra las baterías y contra las trincheras y a menudo los protagonizaron los miquelets. Así el día 5 de agosto hubo un gran ataque, nocturno, contra las baterías del convento de Capuchinos, para clavar los cañones que hostilizaban la construcción de la cortadura que los catalanes estaban construyendo detrás de la muralla. En el grabado vemos como los catalanes salen en formación nutrida y combaten las primeras líneas borbónicas. En el centro de la lámina las fuerzas de infantería atacan los trabajos de la trinchera y son combatidos por los granaderos franceses que protegen los zapadores. En segundo término hay un batallón catalán desplegado dispuesto a iniciar el ataque y en último término dos nutridos escuadrones de caballería se preparan para cubrir la retirada de los atacantes.

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Figura 2. Comment l’on soutient et repousse les sorties

7. Attaque et logement du chemin couvert El tercer grabado muestra el coronamiento del camino cubierto, acción que sucedió los días 30 y 31 de julio de 1714. Las tropas de Villarroel defendieron la posición pero, muy superadas en efectivos, tuvieron que retirarse hacia el interior de la ciudad. Una vez construida la tercera línea paralela, en la base del glacis, la artillería ya disparaba desde muy cerca contra las murallas, pero aún no tenía suficiente ángulo para batir la zona media y baja de los muros, había que aproximarse aún más cerca. Desde la tercera paralela se ataca el camino cubierto defendido por los sitiados. El objetivo es echarlos de esta línea de defensa y construir una trinchera que fuera recorriendo todo el camino cubierto por el exterior. Desde esta trinchera se podía combatir con disparos de fusil y también se podían instalar cañones para batir a corta distancia los muros. 8. Attaque de deux bastions les breches faites par le mineur La cuarta lámina muestra el asalto a los baluartes de Santa Clara y Portal Nou, se trata de la batalla o batallas que se sucedieron los días 12, 13 y 14 de agosto de 1714. Antes de hacer el asalto definitivo por la Brecha Real, la que los cañones de asedio abrían en la cortina que se extendía entre los baluartes de Santa Clara y Portal Nou, Berwick quiso apoderarse de los dos baluartes que flanqueaban los accesos. Si los catalanes se mantenían en estas dos posiciones y hacían fuego cruzado contra los asaltantes las bajas podían ser numerosas aunque, en la realidad, la distancia entre

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Figura 3. Attaque et logement du chemin couvert

Figura 4. Attaque de deux bastions les breches faites par le mineur

ambos baluartes era muy grande y se hacía difícil hacer un fuego eficaz para cubrir los accesos a la brecha. Berwick atacó con furia ambos baluartes y llegó a dominar las plataformas de ambos. A lo largo de los días 12, 13 y 14 los combates fueron terribles, pero los catalanes, finalmente, consiguieron expulsar los invasores. Ambos bandos tuvieron centenares de muertos. Por lo tanto la operación que describe Rigaud efec-

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Figura 5. L’assaut donné au corps de la place

tivamente se dio siguiendo el programa de asalto canónico, pero fracasó. Berwick no pudo conquistar los baluartes. Sin embargo, como hemos indicado, las láminas de Rigaud no son una descripción del ataque en Barcelona, sino una propuesta iconográfica y didáctica que explica cómo se debe atacar una ciudad. Por tanto Rigaud no explica lo que pasó, sino simplemente que antes de aventurarse a asaltar una brecha es aconsejable dominar los baluartes que la flanquean. Y sostenerse en ellos mediante fortificaciones de campaña. 9. L’assaut donné au corps de la place El quinto grabado es, sin duda, el más famoso de la serie de Rigaud. Muestra el asalto a la ciudad. La serie deja en suspenso lo que sucede entre el cuarto grabado y este quinto. En el caso de Barcelona entre los intentos de tomar los baluartes y el asalto final pasó casi un mes. En este sentido la linealidad que quiere sugerir el discurso de los grabados no existió. Por otra parte las diferencias entre ambos grabados evidencian que hubo una intensa acción artillera contra las murallas entre uno y otro momento. En esta imagen, como en los grabados anteriores, la iconografía condensa situaciones y hechos que sucedieron con ritmos diferentes. La idea central es que la ciudad fue asaltada desde diferentes espacios, a partir de las brechas de los baluartes y por la Brecha Real abierta entre los baluartes de Santa Clara y Portal Nou. En realidad los hechos no fueron así. Las fuerzas de Berwick lograron entrar coronando las brechas de Molins y Carnalatge, que no aparecen representadas en el dibujo. A continuación, y desde la retaguardia, se apoderaron del baluarte de Llevant y del de Santa Clara. El grabado evidencia hasta qué punto preocupó a los borbónicos la Brecha Real y

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Figura 6. La place laissée au pillage

el atrincheramiento de la cortadura, pero Berwick no atacó de entrada la Brecha Real y no conquistó la cortadura a partir de un ataque frontal, tal como quiere hacer creer el dibujo, sino poniendo en marcha un ataque de flanco desde la zona del convento de Santa Clara. La iconografía nos muestra un asalto frontal triunfante y épico que no existió. Con los invasores dentro del recinto amurallado los catalanes se retiraron a la línea de casas y continuaron la lucha desde el casco urbano. Villarroel ordenó dos contragolpes, uno con la caballería por la calle del Bornet contra la zona posterior del convento de Santa Clara y otro, con la bandera de Santa Eulalia, por el terraplén de la muralla, en el sector del baluarte de Sant Pere, acción que sí que sale representada en el grabado. Villarroel y Casanova resultaron heridos. Ambos contragolpes fracasaron aunque infringieron graves pérdidas a las tropas borbónicas. Después y más o menos en los lugares que explicita el grabado las posiciones se estabilizaron durante horas. A las tres de la tarde los catalanes convencidos de que la victoria era imposible pidieron parlamento. Berwick sabía que los catalanes aún contaban con batallones de la Coronela y que podía sufrir muchas bajas. Nada garantizaba la victoria. Entonces para no correr riesgos decidió aceptar la capitulación de Barcelona a cambio de renunciar al saqueo y comprometerse a respetar vidas y posesiones. 10. La place a laissée au pillage El sexto grabado quiere ser el corolario propagandístico de los cinco anteriores. Explica que el asedio finaliza en cuanto el ejército vencedor se dedica a saquear una ciudad que, no sólo no se ha rendido, sino que ha opuesto resistencia a las tropas

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del rey. En este sentido quiere tener una función ejemplarizante. Sin embargo este último grabado tiene poco que ver con lo que sucedió en Barcelona por dos razones. La primera es que el paisaje urbano que se presenta no se parece al de Barcelona, y en segundo lugar Barcelona pactó una capitulación que salvó la ciudad. En los primeros días que siguieron a la rendición ni las personas, ni sus propiedades fueron violentadas. Sin embargo la serie de láminas de Rigaud, pensadas con una finalidad propagandística y didáctica, tenía que explicar que es lo que le pasa a una ciudad que optaba por la resistencia: el saqueo y los excesos de la soldadesca, que es lo que muestran las imágenes. Sin embargo, en el mismo texto y en la ilustración, se indica que se pone freno a los excesos diciendo que el mando ordena detener el saqueo para preservar vidas y bienes que pueden ser útiles. En cualquier caso la lámina nos muestra una situación de pillaje y la brutalidad de los soldados contrasta con la refinada ya la vez firme “humanidad” de los mandos. De hecho Felipe V había dado órdenes precisas a Berwick con objeto de que aplastara la resistencia y destruyera la ciudad. Berwick estaba dispuesto a arrasar Barcelona, sin embargo la dura resistencia, y la incertidumbre que esta implicaba le hizo cambiar de opinión. Antes de arriesgarse a perder más soldados, o sufrir una desbandada, Berwick aceptó el parlamento y la capitulación. Nada de lo que aparece en este grabado sucedió. Barcelona no fue saqueada, si no que capituló por la vía del pacto. Bibliografía ALBAREDA, Joaquim: Catalunya en un conflicte europeu. Felip V i la pèrdua de les llibertats catalanes. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Edicions 62, 2001. ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós, Ajuntament de Barcelona. 2013. DE BELIDOR, Bernard Forest: La science des ingénieurs, dans la conduite des travaux de fortification et d’architecture civile. París: Henri Scheurleer. 1734. HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 1714. Jacques Rigaud: crònica de tinta i pólvora. Barcelona: Librooks. 2014. HUNT, John Dixon: Gardens and the Picturesque: Studies in the History of Landscape Architecture. Cambridge: MIT Press, 1994 RIGAUD, Jacques: Recueil choisi des plus belles vues des palais, des châteaux et maisons royales de Paris et des environs. Paris: Chez Chéreay et Basan. 1720-1738. SOLEY, Ramon: Atles de Barcelona. Barcelona: Editorial Mediterrània, 1998.

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Juegos de simulación histórica: guerra y diplomacia en el siglo xviii Marc Figueras. Vexillum. Jocs d’estratègia [email protected] Resumen En los últimos años los juegos recreativos de tablero de simulación histórica han ido suscitando un interés creciente en ámbitos académicos y docentes. En este artículo analizamos, a partir de diversos ejemplos, cómo estos juegos representan diversos conflictos del siglo xviii y qué compromisos adoptan entre la jugabilidad y la historicidad. Palabras clave: juegos, simulación, wargames, asedios

1. Introducción En este artículo intentamos ver cómo los juegos recreativos de tablero de simulación histórica simulan los diversos aspectos políticos y militares del siglo xviii. Para ello daremos una visión global de los juegos de simulación histórica, de sus condicionantes y planteamientos y pasaremos luego a valorar cómo representan y destilan los conflictos del siglo xviii, haciendo hincapié en los juegos centrados en asedios y fortalezas, a pesar de su relativa escasez. 2. Juegos y juegos de simulación histórica En los últimos años, el mundo de los juegos, más allá de su interés puramente antropológico, ha empezado a introducirse en el terreno académico, a menudo de la

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mano de los videojuegos, que son uno de los sectores económicamente más pujantes, pero también, más modestamente, de la mano de los juegos de mesa, tanto los de simulación histórica como de otros tipos. Hay que decir que ello no es ajeno al surgimiento de la ludificación (gamification) y los serious games, cuyo objetivo es el uso de juegos o de aspectos lúdicos en contextos no lúdicos, con objetivos diversos (resolución de problemas, docencia, formación, etc.). Un juego, en la ya clásica definición de Johan Huizinga de 19381, completada posteriormente por Roger Caillois2 , se define a partir de cinco aspectos: a) se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados; b) se desarrolla según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas; c) tiene una finalidad en si misma; d) se acompaña de un sentimiento de tensión y alegría, y e) se tiene la conciencia de ser diferente que en la vida cotidiana. Queremos aquí remarcar el aspecto c, ya que trataremos de juegos pensados exclusivamente con el objetivo de ser juegos, no juegos para ser usados con alguna otra finalidad, como puedan ser juegos creados con objetivos didácticos o para mejorar la compenetración en un equipo de trabajo empresarial, pongamos por caso, aunque ello no sea óbice para que sean usados así. Restringiéndonos más al tema propuesto, los juegos como representación de conflictos militares (wargames, conflict simulation games) se remontan al Kriegspiel de von Reisswitz, de 1811, y durante los doscientos años siguientes, muchas fuerzas armadas los han empleado como herramienta de formación, pero en tal caso se trata de juegos pensados para un fin concreto, de formación de cuadros militares, y no como juegos en sí mismos, que son los que nos proponemos valorar en este artículo. Así pues, en lugar de juegos pensados para uso profesional por militares y analistas, nos centraremos en los juegos de simulación publicados y disponibles comercialmente para el gran público, destinados al uso de aficionados, lo que Philip Sabin denomina juegos de simulación recreativos y, básicamente, coincide con la definición de Huizinga antes presentada3. Estos juegos pueden ser de varios tipos, y a grandes rasgos, se diferencia entre juegos de tablero, juegos de miniaturas y juegos de ordenador. En lo que sigue nos centraremos solo en los juegos de tablero, por las razones que exponemos a continuación. La creación de juegos recreativos de simulación, especialmente de tablero, implica tomar decisiones a los autores, a hacer compromisos entre historicidad y jugabilidad. Estos compromisos obligan al autor a concretar y a destilar qué es lo que quiere representar de una época o de un conflicto, destilación de elementos históricos que es especialmente crítica en un juego de tablero, en comparación con uno de ordenador, dado que el soporte informático permite hacer mucho trabajo oculto a los jugadores y presentar a estos el resultado final de cálculos relativamente complejos; en un juego de mesa, en cambio, son los jugadores los que 1 HUIZINGA, Johan: Homo Ludens. Londres: Temple Smith, 1970. 2 CAILLOIS, Roger: Les jeux et les hommes. París: Folio, 1958. 3 SABIN, Philip: Lost Battles: reconstructing the Great Clashes of the Ancient World. Londres: Hambledon Continuum, 2007.

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tienen que hacer este trabajo y es esto lo que obliga al autor a reducir los procesos simulados a su mínima expresión, a la máxima abstracción posible pero compatible con una cierta historicidad. 3. Juegos de simulación y siglo xviii A la hora de plantear un juego de tablero de simulación centrado en conflictos del siglo xviii, y a una escala estratégica o gran estratégica, el autor se enfrenta a una serie de aspectos que, a grandes rasgos, caracterizan la época y que, de forma más o menos abstracta, el autor debe incorporar en su creación: a) Época dorada de los sitios y la poliorcética, por lo que es necesario representar la importancia capital de los sitios, de manera detallada o más abstracta y generalista. b) Importancia creciente de la logística y los suministros, con una dependencia creciente de líneas de suministro por la imposibilidad de vivir del terreno. c) Guerras más reglamentadas, en comparación con épocas anteriores, lo que obliga a los autores a plantear más compromisos políticos y diplomáticos e incluirlos en el juego, aspecto que siempre puede resultar complejo y hacer el juego más farragoso. d) Gestión de recursos: ejércitos cada vez más permanentes con la inversión de recursos por parte del estado que ello supone, con una centralización creciente. Estos elementos son algunos de los que un autor de juegos deberá destilar en su creación para que sean una representación más o menos histórica del periodo. Hay que remarcar que a menudo en los juegos de simulación, los jugadores no se quedan solo con el resultado final, que puede ser más o menos ahistórico, sino con el proceso que han seguido para conseguirlo y el punto clave es si este proceso responde a criterios históricos o no, independientemente del resultado concreto. Para ver cómo los juegos incorporan (o no) estos elementos, nos centraremos en una breve selección juegos de carácter gran estratégico centrados en el siglo xviii. Posteriormente dedicaremos un apartado a la problemática especial de los juegos de asedios. 4. Guerra de independencia americana: We the people / Washignton’s war We the people4 , así como su posterior reimplementación, Washington’s War 5, es un juego que recrea la guerra de independencia de Estados Unidos y, seguramente, el juego más sencillo de los que presentaremos aquí, que nos permitirá hacer un repaso a los puntos fuertes y las dificultades a las que se enfrenta un juego de simulación recreativo cuando quiere simular un conflicto. En este caso nos encontramos ante un juego con aspectos de simulación militar poco detallados, en el que todo queda a un nivel relativamente abstracto, pero aún así su resultado final es satisfactorio, no como simulación detallada de las campañas y situaciones que se dieron en el conflicto, sino como representación global del conflicto. Ya hemos comentado que cualquier juego 4 5

HERMAN, Mark: We the People. Baltimore, Maryland: Avalon Hill, 1994. HERMAN, Mark: Washington’s War. Hanford, California: GMT Games, 2010.

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de simulación hace compromisos con la historia y este, en concreto, hace muchos, pero sus mecanismos simples de movimiento y combate, de control político y de gestión de recursos, contribuyen a dar una simulación muy interesante6. Para empezar, nos podemos fijar en cómo se gana: con el control político de las trece colonias. El jugador británico debe recuperar el control en seis de las trece colonias para ganar la partida, pese a que históricamente los británicos solo habían recuperado Georgia al final de la guerra. En este sentido quizá las condiciones que impone el juego son excesivas desde un punto de vista histórico y con menos colonias controladas los británicos ya hubieran tenido suficiente para aplastar la revuelta7. En este caso, tenemos un ejemplo en el que prima la jugabilidad sobre los aspectos históricos, como compromiso para equilibrar el juego. Otro aspecto destacable es la simulación del control de territorio: el jugador británico necesita presencia militar para controlar el territorio, mientras que el americano lo controla sin necesidad de presencia militar. Los detalles concretos del control efectivo se pierden, voluntariamente, pero el resultado global da una sensación adecuada. Al fin y al cabo, como en la mayoría de juegos de simulación se trata de transmitir al jugador una sensación: si el británico quiere controlar las colonias deberá llevar efectivos militares, de donde sea, pero deberá hacerlo; el americano solo tiene que convencer a la gente para que le siga, pero sin dejar demasiadas puertas abiertas a las acciones militares británicas, lo que se puede conseguir reclutando milicias e impulsando el Ejército Continental, pero no se puede reclutar si previamente no se tiene un mínimo control territorial. Pasando a aspectos políticos, la intervención francesa nos permite ver cómo, en la mayoría de juegos de simulación de conflictos, cuanto más político es un hecho, de forma más abstracta está representado y más dirigido está por las reglas. En el juego que nos ocupa, influir en Francia es el aspecto más esquemático y abstracto del juego: no hay detalles, consiste en mover un marcador en un sentido u otro; no hay ninguna simulación de acción política, diplomática o militar. Este es un claro ejemplo de la reducción de complejos engranajes diplomáticos y políticos a un mecanismo totalmente desconectado de la realidad en sus detalles pero con un resultado final satisfactorio. Finalmente, We the people sirve también para comentar el problema del final de una partida. A diferencia de la historia, aquí los jugadores saben cuándo acaba un conflicto. Para evitar este conocimiento previo, la simulación puede adoptar diferentes mecanismos: que el conflicto acabe solo cuando se cumplan determinadas condiciones de victoria o hacer que el final de la partida sea variable, más o menos aleatorio. En este caso, el autor liga el final de la partida a la dimisión del primer ministro británico, lord North. Esta se puede producir tan pronto como 1779 o tan tarde como 1783 (la fecha real fue 1782, después de la batalla de Yorktown); pero su suceso no es simplemente al azar, sino que a partir de 1779 cada vez hay más probabilidades de 6 Para un análisis detallado véase: MULHOLLAND, Andrew: «Keeping the Colonies Royal». Against the Odds. n. 23. 2008, pp. 32-44. 7 THOMPSON, Nels: «Washington’s War: The Game in Historical Context». War Diary. Vol. 1, n. 3. 2014, pp. 18-25.

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que se acabe la guerra, sin llegar a tener nunca la certeza. Nuevamente, se trata más transmitir una sensación al jugador que una simulación detallada de los procesos. 5. Guerra de los Siete Años: Clash of Monarchs Clash of Monarchs 8 es un juego mucho más complejo que nos lleva de lleno al siglo xviii. Se trata de una simulación muy detallada en los aspectos estratégicos y gran estratégicos, que da una importancia capital a los sitios (resueltos con un subsistema de juego abstracto pero bastante detallado para la escala) y que obliga a los jugadores a presentar batallas campales muy puntuales y en momentos clave de la partida. Vale la pena destacar la importancia que da a las acciones de pequeña guerra, característica del siglo xviii (petite guerre, kleiner Krieg). Los jugadores pueden asignar tropas ligeras a estas tareas, que en términos del juego son tropas poco localizadas, no presentes físicamente sobre el tablero sino genéricamente asignadas a una zona de las tres en que se divide todo el teatro. Otorga mucha importancia también a la diplomacia, aunque esta no depende de negociaciones directas entre jugadores, sino de acontecimientos que se van produciendo y sobre los que los jugadores pueden influir y decidir; además, los jugadores deben tomar decisiones diplomáticas en cada turno y asumir una posición determinada respecto a las otras potencias. La manera en que las diversas mecánicas del juego se mezclan permite plantear estrategias muy diferentes cada partida. Se ha dicho de este juego que tiene exactamente todo lo que se podría pedir en un juego gran estratégico de la Guerra de los Siete Años: movimientos prudentes, casi de ajedrez, batallas campales en los momentos oportunos, simulación interesante de la pequeña guerra, terribles restricciones económicas y asedios largos y costosos. 6. Guerra de Sucesión 1714. El Cas dels Catalans Nos encontramos aquí con un juego de simulación9 que, a diferencia de la mayoría, se centra en aspectos políticos y diplomáticos y, curiosamente, es el aspecto militar el que queda a un nivel más abstracto. El planteamiento del juego es el siguiente: los jugadores, idealmente cinco, no se separan en bando borbónico y bando austriacista, sino que cada uno controla una potencia de la Gran Alianza del bando austriacista, mientras que el bando borbónico es controlado por el sistema de juego. La competición entre jugadores, pues, se basa en conseguir las mejores concesiones cuando se firmen los tratados de Utrecht y Rastatt, momento final que, tal como también hemos visto en We the People, no está rígidamente determinado, sino que se produce con una probabilidad mayor a medida que avanza la guerra. Al comienzo de la partida, cada jugador tiene unos determi8 9

KALINOWSKI, Bob: Clash of Monarchs. Hanford, California: GMT Games, 2008. PRAT, Ivan: El Cas dels Catalans. Barcelona: Devir, 2014.

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nados objetivos secretos y durante la partida aparecen concesiones para los futuros tratados. El juego quiere transmitir sensaciones políticas más que de conducción de la guerra, ya que en este caso sí que, al más puro estilo clausewitziano, las acciones militares no son más que una manera de conseguir objetivos políticos. En la mayoría de juegos de simulación recreativos, los impulsores políticos que hay detrás del conflicto quedan escondidos, abstraídos o, simplemente, están ausentes del juego; en este, se produce precisamente el efecto contrario. Ciertamente, el aspecto de simulación es bastante limitado, en el sentido de no ser un reflejo más o menos realista de las operaciones militares, pero dado que el punto de vista que el juego quiere presentar a los jugadores es el de los diplomáticos de las potencias aliadas, la única información que reciben es una idea más o menos vaga de la situación militar en los frentes de la guerra, sin demasiados detalles. Y esto lo consigue perfectamente. 7. Guerra de Sucesión: No peace without Spain Este vuelve a ser un juego de simulación más clásico10. Simula bastante bien el carácter global de la situación militar: concentración militar en Flandes, estatismo del frente de Flandes y el Rin con puntuales batallas campales importantes y preeminencia de fortalezas y asedios. Además, la combinación de reglas de suministros y logística con el equilibrio entre ambos bandos, hace que el ritmo de las operaciones nunca se aleje demasiado de los niveles históricos, como sí sucede con algunos otros juegos sobre esta guerra, como A Throne Vacant11 en el que se puede llegar a un ritmo de operaciones frenético y a menudo demasiado ahistórico. Este juego permite también analizar un poco el tratamiento de aspectos políticos complejos o poco habituales, en este caso la toma de partido austriacista de la Corona de Aragón tras el Pacto de Génova. En este juego, el cambio de la Corona de Aragón se produce en función de un «valor de lealtad» que va cambiando en función de diversas acciones que pueden pasar durante la partida. El principal problema por lo que respecta a aspectos de simulación, es que este valor no depende solo de lo que pasa en la Corona de Aragón, sino en toda España; a pesar de que la revuelta se produce físicamente en la Corona de Aragón, puede ser provocada exclusivamente por hechos que pasen en Castilla, lo que resulta como mínimo, extraño. El jugador austriacista incluso puede desembarcar en Barcelona, Valencia o Cartagena para conquistar la ciudad y a partir de ahí tratar de llegar a Madrid, sin que se haya producido ninguna revuelta o Pacto de Génova, lo que estratégicamente plantea ciertas dudas de historicidad. Por otro lado, el juego simula bien la falta de apoyo del Archiduque Carlos en Castilla, por lo que tras el Pacto de Génova, si la Alianza conquista Madrid, al final 10 HERNDON, Don; RANDALL, Neil: No Peace without Spain. Cromwell, Connecticut: Compass Games, 2011. 11 BJÖRKMAN, Göran; EKSTRÖM, Stefan: A Throne Vacant. Estocolmo: Three Crown Game Productions, 2013.

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Figura 1. Cartas que muestran, en juegos diferentes, el impacto de la rebelión de los Camisards

de turno se comprueba si se puede mantener o no. Hasta aquí parece un mecanismo de simulación adecuado y correcto, pero curiosamente no tiene un mecanismo equivalente para la falta de apoyo de Felipe en la Corona de Aragón, lo que nuevamente resulta sorprendente. Como último detalle, un ejemplo nos servirá para poner de manifiesto las diferentes interpretaciones que los autores pueden dar a un mismo suceso histórico. En este caso nos fijamos en cómo se representa en 1714. El Cas dels Catalans y en No Peace without Spain el efecto de la revuelta de los camisards sobre el bando borbónico (figura 1). En un caso es un evento básicamente positivo: elimina un general pero vuelve el turno siguiente después con una unidad militar adicional (en resumen, el jugador francés gana una unidad militar); en el otro caso es un evento negativo: elimina dos unidades militares francesas. En un caso, el punto de vista del autor se ha centrado en la desviación de recursos que supone la revuelta, mientras que en el otro, en la recuperación de estos recursos una vez sofocada la revuelta. Si la interpretación del suceso es adecuada o no dependerá de cómo encaja con la orientación general del juego en términos de simulación. 8. Asedios, fortalezas y juegos de simulación Cambiando de escala y pasado a nivel táctico, nos centraremos ahora en juegos de simulación recreativos que reproducen asedios del siglo xviii. En general, los juegos

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sobre asedios tienen un problema grave en términos de jugabilidad, especialmente teniendo en cuenta que hablamos de simulaciones recreativas. Entre estos se hallan el estatismo implícito en cualquier situación de asedio y la limitada toma de decisiones a que obliga a los jugadores: tanto sitiado como sitiador se enfrentan a muy pocas decisiones relevantes y difícilmente podrán intentar una gestión estratégica o táctica estimulante. Es por ello que los juegos sobre asedios, o bien aceptan estas limitaciones, con lo cual el resultado es a menudo poco interesante desde el punto de vista lúdico, o bien deciden superarlas de diversas maneras: a) hacer una simulación muy detallada de las tareas de sitio, de modo que la toma de decisiones no corresponda al ámbito estrictamente militar, sino que haga hincapié en cuestiones de ingeniería y logística (establecimiento del cordón de sitio, construcción de obras de aproximación, paralelas, etc., gestión de recursos en la plaza sitiada, etc.); b) centrarse solo en un asalto, habitualmente el asalto final que históricamente hizo caer una plaza o provocó el abandono del sitio; c) ampliar el alcance temporal de la operación, de modo que no incluya solo el sitio, sino todas las operaciones previas de aproximación y de preparación de defensas que permitan más decisiones a los jugadores. Como ejemplo del primer caso tenemos el juego Lille12, que opta por recrear con gran detalle las tareas de asedio, desde un punto de vista de ingeniería militar, más que operacional o táctico. Como ejemplo del segundo caso cabe citar el juego 11 de setembre. Setge 171413, que con un mecanismo simple pero efectivo, se centra exclusivamente en el asalto final a Barcelona la madrugada del 11 de septiembre de 1714. En este caso, el largo asedia se obvia completamente y el juego empieza con las brechas ya abiertas en la muralla de Barcelona y con las tropas borbónicas listas para el asalto. Finalmente, como ejemplo del tercer tipo, y siempre centrándonos en el siglo xviii, se pueden citar los juegos Savannah14 y Pensacola15, que amplían el alcance temporal del asedio e incluyen todas las operaciones previas de aproximación. En este sentido el asedio propiamente dicho queda reducido a una parte limitada tanto espacial (tablero de juego) como temporalmente (turnos en que se produce). Pensacola, por ejemplo, incluye la aproximación naval y el desembarco de las tropas españolas y su posterior establecimiento del sitio, turnos durante los cuales el jugador británico puede aprovechar para mejorar su posición, establecer defensas y/o hostigar a las tropas recién desembarcadas.

12 1978. 13 2008. 14 15

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NOSWORTHY, Brent; WERDEN, David: Lille. Nueva York: Simulations Publications Inc., RUBIO, Xavier; HERNÀNDEZ, Xavier: 11 de setembre. Setge 1714. Barcelona: Catimperium, MIKLOS, Mark: Savannah. Hanford, California: GMT Games, 2005. MIKLOS, Mark; HANLE, Don: Pensacola. Hanford, California: GMT Games, 2010.

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9. Conclusiones Hemos valorado brevemente una selección de juegos recreativos de simulación basados en conflictos del siglo xviii y cómo las propias limitaciones de su formato obligan a los autores a destilar y seleccionar los aspectos básicos que caracterizan un conflicto de esta época. A pesar de su uso puramente recreativo, para el que están concebidos, no son un simple divertimento para aficionados, sino que permiten unir en un producto accesible los aspectos más relevantes de las simulaciones «profesionales», los modelos matemáticos y el juego16. Sus usos como herramienta didáctica y como herramienta de investigación académica empiezan a ser reconocidos y no deberíamos dejarnos llevar por la imagen frívola del término juego. Bibliografía CAILLOIS, Roger: Les jeux et les hommes. París: Folio, 1958. DUNNIGAN, James: The Complete Wargames Handbook: How to Play, Design and Find Them. 2.ª ed. Nueva York: Quill, 1994. HUIZINGA, Johan: Homo Ludens. Londres: Temple Smith, 1970. MULHOLLAND, Andrew: «Keeping the Colonies Royal». Against the Odds. n. 23. 2008, pp. 32-44. PERLA, P.: The Art of Wargaming. Annapolis: Naval Institute Press, 1990. PULSIPHER, L.: «Designing for Cause vs. Designing or Effect in Historical Games». Against the Odds. n. 30. 2010, pp. 26-30. SABIN, Philip: Lost Battles: reconstructing the Great Clashes of the Ancient World. Londres: Hambledon Continuum, 2007. SABIN, Philip: Simulating War. Londres: Hambledon Continuum, 2012. THOMPSON, Nels: «Washington’s War: The Game in Historical Context». War Diary. Vol. 1, n. 3. 2014, pp. 18-25. Ludografía ARGEMÍ D’ABADAL, Joan: 11 de setembre. Barcelona: Alta Fulla, 1983. BJÖRKMAN, Göran; EKSTRÖM, Stefan: A Throne Vacant. Estocolmo: Three Crown Game Productions, 2013. FEDELO, Giacomo: A.D. 1706. Le siège de Turin. Fert, 1999. HERMAN, Mark: We the People. Baltimore, Maryland: Avalon Hill, 1994. HERMAN, Mark: Washington’s War. Hanford, California: GMT Games, 2010. 16 SABIN, Philip: Lost Battles: reconstructing the Great Clashes of the Ancient World. Londres: Hambledon Continuum, 2007.

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HERNDON, Don; RANDALL, Neil: No Peace without Spain. Cromwell, Connecticut: Compass Games, 2011. KALINOWSKI, Bob: Clash of Monarchs. Hanford, California: GMT Games, 2008. MIKLOS, Mark: Savannah. Hanford, California: GMT Games, 2005. MIKLOS, Mark; HANLE, Don: Pensacola. Hanford, California: GMT Games, 2010. MIRANDA, Joseph: Marlborough: War of the Spanish Succession. Bakersfield, California: Decision Games, 2006. NOSWORTHY, Brent; WERDEN, David: Lille. Nueva York: Simulations Publications Inc., 1978. PRAT, Ivan: El Cas dels Catalans. Barcelona: Devir, 2014. RUBIO, Xavier; HERNÀNDEZ, Xavier: 11 de setembre. Setge 1714. Barcelona: Catimperium, 2008. RUHNKE, Volko: Wilderness War. Hanford, California: GMT Games, 2001.

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Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético en el Caribe. Las actividades del Comité científico internacional de fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT) Dra. Tamara Blanes Martín Historiadora del arte y doctora en ciencias técnicas Profesora e investigadora titular y consultora internacional Coordinadora de América del Comité científico internacional de fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT), del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) [email protected]

Resumen Las fortificaciones hispanas del Caribe constituyen un ejemplo de modernidad y de identidad. Actualmente se conservan tipologías defensivas y de apoyo logístico que son testimonios de una obra monumental construida por prestigiosos ingenieros militares desde el siglo xvi hasta el xix. En unos cuarenta años se ha alcanzado una conciencia de la trascendencia patrimonial de las fortificaciones y de sus potencialidades; se desarrollaron excelentes proyectos pero también se hicieron intervenciones nocivas; en algunos casos los usos no fueron adecuados y no todos los países han tenido la voluntad política para salvaguardar este patrimonio: muchas fortificaciones están abandonadas, en ruinas y otras desaparecidas. Durante este período, instituciones y organizaciones nacionales e internacionales han emprendido acciones de rescate, conservación, restauración, difusión y capacitación en la región. El Comité científico internacional de fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT), ha contribuido a consolidar los logros alcanzados en el último cuarto del siglo xx, se analizan otras perspectivas y se crean nuevas acciones y estrategias en el nuevo milenio. Palabras clave: fortificación, patrimonio, salvaguardia, conservación, turismo cultural.

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1. Introducción La presente conferencia tiene como objetivo mostrar las principales instituciones y organizaciones nacionales e internacionales que se han destacado en la salvaguardia del patrimonio fortificado, significar cuáles han sido sus actuaciones en la región del Caribe en los últimos 40 años y paralelamente las acciones positivas y negativas. Se eligió esta región por ser un territorio del continente americano donde España desempeñó una función importante por tenerla bajo su dominio durante casi cuatro siglos. La Corona española levantó en la región del Caribe espectaculares ciudades de origen marítimo y comercial que, para garantizar la explotación de sus recursos naturales y tener un pleno dominio político, económico y comercial de sus colonias, protegió estas ciudades con modernos sistemas defensivos que evolucionaron a través de varias centurias y hoy son testimonios de un importante patrimonio cultural. Las fortificaciones hispanas construidas en el Caribe desde siglo xvi hasta el xix, constituyen un ejemplo de modernidad y de identidad. En este espacio prevaleció una arquitectura para la defensa, armónica, monumental y funcional. Tipologías como las torres, casa-fuertes, fortalezas abaluartadas, torreones, plataformas, reductos, murallas, baterías, hornabeques, cuarteles, polvorines, trochas, líneas defensivas, fortines, trincheras y casas de guardia, representan una obra espléndida legada por prestigiosos ingenieros militares, maestros de oficios y una mano de obra esclava y de obreros asalariados, entre otros. A partir del último cuarto del siglo xx hasta nuestros días las fortificaciones se han convertido en un potencial para el desarrollo del turismo cultural en esta región. Ha sido una etapa de concienciación de sus valores históricos, culturales y patrimoniales y se han constatado acciones de rescate, protección, conservación, difusión y educación para el disfrute del hombre actual y de las futuras generaciones. Ha sido relevante la restauración y puesta en valor del Parque Histórico Militar Morro-Cabaña en La Habana, Cuba, desde 1991. Allí se encuentra el conjunto de fortificaciones del xvi al xix más representativo del país. Actualmente es uno de los principales atractivos turísticos y culturales de la capital y constituye un verdadero ejemplo de rescate de un conjunto de alto valor monumental y de relevante repercusión sociocultural. Las fortalezas más importantes de este conjunto es el castillo de los Tres Reyes del Morro, del siglo xvi y de San Carlos de la Cabaña, del siglo xviii, en cuyas instalaciones se celebran sistemáticamente eventos, convenciones y ferias. Otra de las acciones importantes fue el estudio para la rehabilitación del Parque Histórico y Cultural de Bocachica, en la isla de Carex, Cartagena de Indias, desde 1995. Las fortificaciones de la entrada del puerto, los caminos militares y el excepcional paisaje natural fueron protegidos: se emprendieron las restauraciones de las baterías de San Fernando, San José y del Ángel San Rafael. En la ciudad, también se trabajaron en las baterías de San Sebastián del Pastelillo, Manzanillo y el baluarte de Santa Catalina, que forma parte de la monumental obra de la muralla. La Sociedad de Mejoras Públicas y la Fundación PARCAREX, de Cartagena, contribuyeron a la revalorización del conjunto.

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Un ejemplo notable ha sido el castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz, única fortificación en la región que tuvo la doble función de proteger la ciudad y servir de puerto oficial del antiguo virreinato de Nueva España. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Proyecto San Juan de Ulúa, han desarrollado un programa de ingeniería y de arquitectura para salvaguardar este extraordinario monumento, degradado por la agresión del entorno. El castillo es de los atractivos turísticos más importantes de México, donde se ha respetado la evolución de la arquitectura militar y mantiene un programa sociocultural destacado. Otras fortalezas de la región fueron recuperadas y cumplieron con el objetivo de ponerlas en función de la sociedad a través de instalaciones de museos y de actividades sociales y culturales. A pesar de los esfuerzos enunciados, las malas intervenciones han tenido una amarga repercusión: han tergiversado la memoria histórica del monumento contribuyendo a ofrecer una imagen adulterada y deformada de este patrimonio. Los usos inadecuados han sido otros de los factores que han alterado y desvalorizado la naturaleza del monumento. Y la falta de voluntad política y de apoyo financiero de algunos gobiernos han causado el abandono y la destrucción de estas significativas obras. Se pueden citar ejemplos de malas intervenciones en las transformaciones espaciales y constructivas del castillo de San Carlos de Borromeo, en Pampatar, Isla Margarita, Venezuela, a principios del siglo xx. Se perdieron vestigios de autenticidad mediante alteraciones de pisos, de cubiertas, de espacios interiores y de elementos accesorios, provocando zonas de riesgo por desplomes y una repercusión negativa en la memoria histórica del inmueble que influyó en modelos urbanos de la población. Las malas intervenciones del castillo de Santa Rosa de la Eminencia, en La Asunción, Isla Margarita, fueron irreversibles por las transformaciones espaciales y en las cubiertas, que han impedido la circulación en determinados sitios de la fortaleza y han limitado la lectura de sus espacios y principales visuales del lugar. Se observa en otras fortificaciones de Venezuela, destrucción y falsas interpretaciones constructivas. En el castillo de Santa María de las Cabezas, en Cumaná, una balaustrada de madera sustituye al auténtico parapeto; en el castillo de San Carlos de Maracaibo, un antiguo revellín es tratado como un aljibe; el castillo de San Felipe, en Puerto Cabello, está abandonado y en San Carlos de la Guaira, como otras fortalezas de ese país, aplican colores inadecuados y elementos constructivos desproporcionados. El castillo de San Severino, en Matanzas, Cuba, también fue objeto de falsas intervenciones constructivas y espaciales. Entre éstas se observa el rompimiento de un parapeto del siglo xvii con un falso rastrillo para brindar acceso a la fortaleza, dejando inactivo el camino serpenteado de la entrada principal que estaba en buen estado de conservación. Aunque fue objeto de una restauración reciente, aún persiste la ocupación de viviendas improvisadas en el camino cubierto de la fortaleza. Ejemplos de usos inadecuados se aprecian en Cartagena de Indias, con una discoteca implantada en el antiguo castillo de Santa Cruz, del siglo xvii, cuya nueva función atenta contra la estabilidad y los elementos constructivos que aún permanecen. Por otra parte, la función de restaurante que desempeña la primitiva batería de

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Figura 1. Ruinas del castillo de San Felipe. Puerto Cabello (Venezuela). Foto T. Blanes

Figura 2. Castillo de San Severino. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes.

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Figura 3. Camino serpenteado. Castillo de San Severino. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes

Figura 4. Fortín de Colón. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes

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San Sebastián del Pastelillo, adultera la autenticidad e integridad de la obra que fue construida por el ingeniero militar de reconocido prestigio, Agustín Crame, en la segunda mitad del siglo xviii. A pesar del proyecto piloto Chagre-Portobelo, en Panamá, que realizó World Monuments Funds (WMF) en el castillo de San Lorenzo el Real de Chagre y en la batería de San Jerónimo, en Portobelo, actualmente están en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, conjuntamente con el resto de las fortificaciones de Portobelo. Los derrumbes ocasionados por la erosión de los terrenos, la humedad, la contaminación ambiental, la falta de mantenimiento y escasez de recursos económicos que brinda el Estado para su recuperación, han sido las causas de los fatales deterioros. No obstante que Haití, situada en la parte occidental de la isla de Santo Domingo, fue abandonada por los españoles y ocupada por los franceses gradualmente hasta el Tratado de Ryswick en 1697, hay que destacar el Proyecto Route 2004. Este proyecto estaba dirigido a la preservación de las fortificaciones y a la puesta en valor de sus recursos históricos, culturales y naturales; se trabajó en el levantamiento de diecisiete fortificaciones de extraordinarios valores históricos y constructivos. Lamentablemente no pudo concluirse este Proyecto que estaba destinado a festejar el segundo centenario de la independencia de Haití. Hoy, más de una cuarentena de fortificaciones están abandonadas en las costas y en el interior del país. Los Reductos de Ramiers, situados en lo alto de Laferrière, de diseños, usos y ambientes excepcionales, están igualmente abandonados. En la costa de Veracruz, las fortificaciones de Vergara, Sacrificios, Mocambo y Alvarado, están desaparecidas y la de Antón Lizardo está en ruinas. Sólo queda en pie el castillo de San Juan de Ulúa. Un patrimonio que se está perdiendo y que tiene una trascendencia histórica y cultural son las antiguas rutas terrestres que participaban en una importante empresa comercial durante la época colonial hispana. Hoy están abandonados y desvalorizados. Entre los principales se encuentran: el Camino Real de Panamá a Portobelo; el Camino Real de Panamá a Río Chagre (fluvial); el Camino Real de los Españoles, (de la Güaira a Caracas); el Camino Real de Acapulco a Veracruz: el Camino Real de Veracruz-Xalapa-Perote y el de Veracruz-Córdoba-Orizaba. La infraestructura creada en estos caminos fue muy original apropiada para estas funciones porque se fundaron poblaciones, se construyeron sólidos puentes para cruzas los ríos, se edificaron las Ventas (posadas) para el tránsito de los convoyes y se levantaron fortificaciones para la protección de los caminos. De esta manera se podría mencionar otra cantidad de ejemplos. Paralelo a estas acciones, surgieron instituciones y organizaciones nacionales e internacionales que sistemáticamente apoyaron y desarrollaron, por distintas vías, la protección, salvaguardia y difusión de los valores universales de las fortificaciones en las últimas décadas. Se ha destacado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que, a partir de la conferencia general de 1972, adopta la Convención del Patrimonio Mundial para evitar la pérdida de valiosos monumentos y sitios de relevancia en el mundo. La misión principal de esta Convención ha sido

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Figura 5. Pared derrumbada de bóveda. Castillo de San Lorenzo de Chagre (Panamá). Foto T. Blanes

Figura 6. Explanada. Batería San Fernando, Portobelo (Panamá). Foto T. Blanes

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Figura 7. Polvorín. Batería de San Jerónimo. Portobelo (Panamá). Foto T. Blanes

definir los monumentos y sitios que están dotados de excepcionales valores universales para que logren la distinción de Patrimonio Mundial. A partir de la década de los 80, una gran parte de las fortificaciones de la región del Caribe fueron favorecidas por este reconocimiento universal. La relevancia histórica, cultural, monumental y paisajística del castillo de San Lorenzo el Real de Chagre y las baterías y reductos de San Fernando, Santiago y San Jerónimo, en Portobelo, se les otorgaron esta distinción en 1980. A partir del siglo xvi, estas fortificaciones habían sido los principales bastiones de Centroamérica y formaron parte de la ruta que comunicaba el mar Pacífico con el mar Caribe. Esta función la realiza la monumental obra del Canal de Panamá desde el siglo xx. La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones, en La Habana, Cuba, obtuvieron esta distinción en 1982. Su jerarquía, adquirida por la condición de puerto de escala, se había convertido en una de las ciudades comerciales más importante de América. En la capital se construyeron unas 90 fortificaciones durante el período colonial español y actualmente se conservan unas diecisiete: los castillos de la Real Fuerza, los Tres Reyes del Morro, San Salvador de la Punta, San Carlos de la Cabaña, Santo Domingo de Atarés y El Príncipe; los reductos de Santa Dorotea de Luna de La Chorrera y Cojímar, los torreones de Bacuranao y San Lázaro, las baterías de Los Doce Apóstoles, La Divina Pastora, Santa Clara, la batería No. 1 de Habana del Este, los restos de la mu-

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Figura 8. Castillo de los Tres Reyes del Morro de la Habana (Cuba). Foto T. Blanes

ralla y del polvorín. Estas obras son excelentes ejemplos de la diversidad de tipologías impuestas por el desarrollo de la arquitectura militar hispanoamericana. Las fortificaciones de San Juan de Puerto Rico también alcanzaron esta distinción en 1982. Las fortalezas de Santa Catalina, San Felipe del Morro, San Cristóbal, el Cañuelo, el polvorín de Santa Elena y gran parte de la muralla son también valiosos exponentes de la arquitectura militar colonial española. Se suma en la lista del Patrimonio Mundial en 1982, el Parque Histórico Nacional de Haití, que comprende la Citadelle, colosal obra del emperador Henri Cristophe, situada en lo alto de Laferrière y donde se concentra el material de artillería más importante del Caribe; los reductos des Ramiers, cuya morfología es única en la región y el Palacio de Sans Souci, morada del rey y centro de administración del antiguo imperio del norte de Haití. Las fortificaciones de Cartagena de Indias adquirieron este honor en 1985. La ciudad amurallada, el espectacular castillo de San Felipe de Barajas y las baterías del Ángel San Rafael, San Fernando, San José, Manzanillo y San Sebastián del Pastelillo constituyen la máxima expresión de los cambios morfológicos producidos en el siglo xviii. Su monumental muralla se conserva casi íntegra como pocas ciudades del Caribe. La ciudad colonial de Santo Domingo junto con sus fortificaciones recibió esta declaratoria en 1990. La Torre del Homenaje representa una de las primeras tipologías que se implantó por primera vez en América y es una de las pocas de su tipo que permanecen en la región.

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El castillo San Pedro de la Roca del Morro, construido en la ciudad de Santiago de Cuba, obtuvo la categoría de Patrimonio Mundial en 1997. Esta obra del ingeniero militar Juan Bautista Antonelli, está situada en un contexto natural de extraordinaria belleza y constituye un conjunto patrimonial natural y construido, donde se integra armónicamente la historia, la arquitectura y la naturaleza. La ciudad de Campeche recibió esta distinción en 1999 por los genuinos ejemplos del arte militar. Ingenieros militares, en cuya lista se apunta Agustín Crame, diseñaron novedosas baterías como la de San Miguel y San Matías, reductos como el de San Luis y San José, el polvorín, que, junto con la muralla, conforman un conjunto de gran valor monumental. Una acción importante fue la reunión organizada por la Unesco, en Valdivia, Chile, para las fortificaciones americanas situadas en la costa del Pacífico y la creación de un proyecto para su nominación de Patrimonio Mundial, en enero de 2005. La Unesco también ha apoyado la creación de la Cátedra regional de ciencias para la conservación integral de los bienes culturales para América Latina y el Caribe (CRECI), creada en 1995 en la sede del Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, en La Habana, hoy dirigida por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba. Esta Cátedra convoca sistemáticamente el Curso de Fortificaciones hispanas del Caribe en distintas universidades e instituciones culturales de América y Europa, cuyos resultados se han constatado en cuantiosos trabajos científicos y hallazgos arqueológicos. Resultados sobresalientes de la Cátedra fueron los estudios comparativos entre las fortificaciones prehispánicas (pucarás) e hispánicas, llevados a efecto en Quito, Ecuador. Pudieron participar indígenas de la región de Pambamarca, cuyas fortificaciones prehispánicas, atendidas por ellos mismos, fomentaban un turismo cultural. Otro resultado notable de esta actividad docente fue el curso-taller realizado en Isla Margarita, Venezuela, apoyado por la Corporación de Turismo del Estado Nueva Esparta en el año 2003. Este ejercicio de capacitación propició el estudio de una Ruta de fortificaciones para el desarrollo del Turismo Cultural y la restauración de una de las fortificaciones más relevantes de Pampatar: el castillo de San Carlos de Borromeo, del siglo xvii. Ejemplo similar fue el curso-taller impartido también en el año 2003, al equipo que trabajó en la restauración del castillo de San Severino, del siglo xvii, en la ciudad de Matanzas, Cuba. Las investigaciones ayudaron a intervenir en acciones de conservación y restauración con un basamento científico y de respeto a la memoria histórica de un monumento de alto valor patrimonial. Otros ejercicios importantes fueron los cursos anuales de fortificaciones que se impartieron en la Universidad Veracruzana, en México, que permitieron descubrir interesantes hallazgos arqueológicos del siglo xix, y realizar innumerables prospecciones e investigaciones que fueron presentados en un evento científico organizado por esta Universidad e Icomos de México, en 1995. Un proyecto interesante digno de mención fue el de Forum Unesco, creado en la misma fecha de la Cátedra, cuyo objetivo fue la vinculación entre universidad y patrimonio con los auspicios de la Unesco y la Universidad Politécnica de Valencia. En su

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programa contó con cursos-talleres para las fortificaciones en vías de rescate, como se constató exitosamente en el castillo de San Juan de Ulúa, en México, y en el castillo de San Fernando de Bocachica, en Cartagena de Indias. La Organización del Gran Caribe para Monumentos y Sitios (CARIMOS), desde su creación en 1982, y sobre todo a partir de la década de los 90, ha trabajado intensamente en incorporar el tema de las fortificaciones en los programas de formación profesional en las universidades y los educativos para las comunidades. Ha promovido la ejecución de un inventario, las investigaciones históricas y la promulgación de una Ruta Cultural. Esta labor se ha visto desplegada en numerosas y relevantes reuniones internacionales en Colombia y en distintas ciudades de México. El Comité Científico de Itinerarios Culturales (CIIC), del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), creado en 1998, ha desplegado una ardua labor sobre el tema, desde la reunión de Ibiza celebrada en 1999. Ha organizado el Proyecto del Camino Real Intercontinental, ha elaborado e incrementado el inventario de las fortificaciones, que hoy aparece en el sitio web del CIIC, ha realizado publicaciones, numerosas reuniones y en octubre del 2004 creó el Centro Internacional de Estudios de Fortificación y Apoyo Logístico (CIEFAL), en Ferrol, España, para crear una base de datos, orientar metodológicamente las investigaciones y todo lo relacionado con las fortificaciones. World Monuments Fund (WMN), ha considerado al castillo de San Juan de Ulúa entre sus declaratorias de los 100 Monumentos en Peligro en tres ocasiones, y ha aportado sistemáticamente presupuestos para su preservación. Del mismo modo, como se mencionó anteriormente, aportó un financiamiento periódico para la conservación y restauración del castillo de San Lorenzo el Real de Chagre y la batería de San Jerónimo, en Portobelo, Panamá. Propició una reunión de expertos del tema en Campeche, México, conjuntamente con la Unesco, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Campeche y otras organizaciones, para la recuperación de las fortificaciones americanas, en el 2004. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), es una organización no gubernamental importante, de gran fuerza y repercusión que rige a nivel mundial y cuenta con 108 Comités Nacionales que radican en casi todos los países del mundo. Se fundó en 1965, un año después del Segundo Congreso Internacional de Arquitectos y Técnicos de Monumentos que, con la experiencia que había dejado para la historia la segunda guerra mundial en Europa, en el marco de este congreso, se redactó y aprobó la Carta de Venecia, que contenía lo más novedoso en normas y principios de conservación y restauración. Este documento quedó como uno de los testimonios más valiosos del siglo xx y en el siglo xxi sustenta todavía sus postulados y ha enriquecido sus elementos teóricos y prácticos para el rescate y conservación del patrimonio cultural. La protección de una parte de las fortificaciones del Caribe ha sido un ejemplo práctico de sus fundamentos. El Icomos, basado en los principios de esta Carta Internacional, despliega sus objetivos en promover la aplicación de la teoría, la metodología y las técnicas científicas a la conservación del patrimonio arquitectónico, arqueológico y cultural del mundo.

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El Icomos estimula los intercambios científicos entre profesionales para la conservación de los bienes culturales y funciona también como organismo consultivo del Comité de Patrimonio Mundial, de la Unesco. El Icomos supervisa el estado de conservación de los bienes declarados Patrimonio Mundial, lo estudia, ofrece su contribución, apoya la capacitación y presta servicios de asistencia técnica internacional presentadas por los Estados Partes, que son aquellos que forman parte de la Convención. A partir de 1993, el Icomos crea los Comités Científicos Internacionales que fueron fortalecidos a partir de la reunión de Xi´an, en el 2005. Estos Comités tienen entre sus principales funciones desarrollar el campo científico y reunir un gran número de profesionales en distintos campos especializados. Actualmente cuenta con veintisiete: 1. Estructura de la arquitectura patrimonial (ISCARSAH) 2. Gestión del patrimonio arqueológico (ICAHM) 3. Paisajes culturales (ISCCL) 4. Itinerarios Culturales (CIIC) 5. Turismo cultural (ICTC) 6. Patrimonio de arquitectura de tierra (ISCEAH) 7. Economía de la Conservación (ISEC) 8. Energía y sustentabilidad (ISCES) 9. Fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT) 10. Documentación patrimonial (CIPA) 11. Ciudades y poblaciones históricas (CIVVIH) 12. Interpretación y Presentación de sitios de patrimonio cultural 13. Patrimonio Cultural intangible (ICICH) 14. Legalidad, administración y finanzas (ICLAFI) 15. Pintura Mural 16. Patrimonio Polar (IPHC) 17. Prevención de riesgos (ICORP) 18. Pintura Rupestre o pintura sobre piedra. (CAR) 19. Patrimonio edificado compartido (ISCSBH) 20. Vitral (ISCV) 21. Piedra (ISCS) 22. Teoría y filosofía de la conservación y restauración (Theophilos) 23. Formación (CIF) 24. Patrimonio cultural subacuático (ICUCH) 25. Arquitectura Vernácula (CIAV) 26. Madera (IWC) 27. Patrimonio del siglo XX (ISC20C) El Comité Científico Internacional de Fortificaciones y Patrimonio Militar (ICOFORT), es uno de los Comités Científicos creado por Icomos en el año 2005. En diez años ya cuenta con noventaiocho miembros de diferentes países del mundo con las categorías de Expertos y Asociados; treinta de ellos son miembros votantes en sus respectivos países. Está conformado por un presidente, dos vicepresidentes y un

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coordinador de América aunque en las elecciones de 2015 puede aumentar la cifra de los vicepresidentes y el número de coordinadores que representen a Europa, Asia y África. Desde su creación hasta nuestros días Icofort ha realizado innumerables actividades: Fomenta el número de sus miembros en todos los países con el fin de incrementar los estudios científicos de las fortificaciones y de su entorno con vistas a su conservación y restauración. Establece vínculos y redes entre profesionales de la conservación como arquitectos, historiadores, paisajistas, especialistas en documentación e inventario, arquitectura militar, arqueólogos, especialistas del patrimonio cultural y con otros profesionales. Promueve la cooperación con otros comités científicos nacionales e internacionales de Icomos. La reunión y seminario ofrecido en La Habana en el año 2013, fue conjuntamente celebrado con el Comité de patrimonio edificado compartido (ISCSBH). Realiza contactos con instituciones relevantes, universidades y organizaciones no gubernamentales como la establecida con el castillo de Montjuïc de Barcelona. Los ha apoyado en seminarios, jornadas científicas y en la exposición itinerante realizada de la familia de los Antonelli que trabajó en América; hasta hoy se ha exhibido en diferentes ciudades de España y de la región del Caribe. Además, ha establecido contactos con el propio Consorcio del Castillo de San Fernando para ulteriores colaboraciones. Organiza seminarios para intercambiar conocimientos y experiencias, difundir resultados de investigaciones y métodos apropiados de conservación, en ocasión de las Asambleas Generales de Icomos y las reuniones sistemáticas de Icofort. Avanza en una base de datos del patrimonio militar en peligro. Trabaja para situar bibliografías, glosarios, diccionarios y léxicos relacionados con las fortificaciones, incluyendo fuentes y enlaces digitales para poner a disposición esta información en la comunidad de historiadores, gestores y conservadores del patrimonio fortificado. Ha recibido un grandísimo apoyo de la Universidad Federal de Santa Catarina, localizada en Florianópolis, Brasil, a través del Banco de Datos Mundial sobre Fortificaciones. Difunde el tema de fortificaciones a través de publicaciones, conferencias, seminarios, talleres, tutorías y cursos especializados. Ayuda a Icomos en la implementación de pautas del patrimonio militar que están en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Tales han sido las de Chagre-Portobelo, en Panamá. Coopera y ayuda con sus expertos en los programas de Icomos-Unesco-Convención de Patrimonio Mundial, en lo relacionado con el patrimonio militar. Difunde entre sus miembros y otros profesionales los criterios del Valor Universal Excepcional de los bienes propuestos para Patrimonio Mundial y las condiciones de integridad y/o autenticidad de estos bienes que, además, deben contar con una protección y gestión adecuada que garanticen su salvaguardia. Participan directamente los expertos en misiones técnicas de Patrimonio Mundial acordes al dominio de sus disciplinas.

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Redacta un documento doctrinal o Carta Internacional que ayuda a comprender los objetivos de Icofort y a promover la preservación y conservación de las fortificaciones y el patrimonio militar en general. 2. Conclusiones En unos cuarenta años, con el apoyo de Icomos y de otras instituciones y organizaciones nacionales e internacionales, se han obtenido logros, se han aunado los esfuerzos a escala internacional, se ha alcanzado una conciencia de la trascendencia patrimonial de las fortificaciones y de sus potencialidades. En este milenio se analizan otras perspectivas, se retoma y perfecciona lo pasado y se crean nuevas acciones y estrategias. Icofort, a lo largo de 10 años, ha cumplido con la consolidación de todos estos logros y con objetivos más específicos a las fortificaciones y al patrimonio militar. Trabaja actualmente para incorporar a los jóvenes a Icofort con la finalidad de estimularlos y garantizar futuros especialistas y gestores de esta disciplina. También analiza ampliar la categoría de gestores del patrimonio militar, que son aquellas personas que durante años han tenido una destacada labor y experiencia en la gestión de este patrimonio cultural. Bibliografía BLANES MARTÍN, Tamara: «Fortificaciones habaneras del siglo xvi a la primera mitad del siglo xix». La Habana, puerto colonial. Siglos xviii-xix. Madrid, Fundación Portuaria, 2000, pp. 153-165. —: Fortificaciones del Caribe. La Habana: Edita Letras Cubanas, 2001. —: «Antecedentes históricos de las fortalezas del Caribe» y «Elementos históricos a respetar en el desarrollo de la Isla de Carex», Investigación del Fuerte de San Fernando de Bocachica: una visión integral. Valencia: Edita Universidad Politécnica de Valencia, 2003. —: «Fortificaciones coloniales del Caribe. Logros, conservación y perspectivas», Apuntes. Bogotá, Colombia: Edita Pontificia Universidad Javeriana, 2004, 17 (1-2), pp. 64-73. —: «Fortificaciones cubanas», Revista de Historia Militar. Edita Instituto de Historia y Cultura Militar, Madrid, 2006, núm. 99. —: «Los valores patrimoniales de las fortificaciones del Caribe: logros, conservación y perspectiva», Fortificaciones americanas y la Convención del Patrimonio Mun­ dial. París: Centro de Patrimonio Mundial de UNESCO, 2006, pp. 80-84. (http:whc.unesco.org). —: «Las obras de los Antonelli en el Caribe», Las fortificaciones de los Antonelli en Cuba. Siglos xvi-xvii. Barcelona: Edita Galland Books, 2013, pp. 85-89.

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CALDERÓN QUIJANO, José: Historia de las fortificaciones en Nueva España. Madrid: Gobierno del Estado de Veracruz, Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984. Directrices prácticas para la aplicación de la Convención del Patrimonio Muncial. Centro de Patrimonio Muncial, 2008. Web: http://whc.unesco.org; http://whc. unesco.org/en/guidelines; http://whc.unesco.org/fr/orientations. El patrimonio intangible y otros aspectos relativos a los itinerarios culturales. Congreso Internacional del Comité Científico Internacional de Itinerarios Culturales (CIIC), Pamplona, 2002. GASPARINI, Graciano: Los Antonelli. Arquitectos militares italianos al servicio de la Corona Española en España, África y América. 1559-1649. Venezuela: Editorial Arte, 2007. ORTIZ LANS, José Enrique: Arquitectura Militar en México. México: Secretaría de la Defensa Nacional, 1993. Una experiencia singular. Valoraciones sobre el modelo de gestión integral de La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad. La Habana: UNESCO-Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Editorial Boloña, 2006.

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Museografía didáctica y poliorcética moderna Rafel Sospedra Roca, [email protected] Gemma Sebares Valle, [email protected] Isabel Boj Cullell, [email protected] Eva Poblador Relancio, [email protected] Carolina Martín Piñol, [email protected] Resumen Los sistemas de musealización de los grandes conjuntos poliorcéticos modernos son desiguales. En algunos casos las fortificaciones monumentales mantienen su aspecto, estructura y estado de conservación con mayor o menor integridad, con posibilidad de integrar algún museo en sus recintos, pero sin una museografía específica que ayude a comprender in situ el papel de los recursos arquitectónicos defensivos. En otros casos hay iniciativas para dar vida a las viejas fortalezas, a partir de actividades de recreación o de intervenciones museográficas. El caso de Dalt Vila, Eivissa, es una de las propuestas contemporáneas más interesantes en tanto que en el recinto amurallado se desarrolló una propuesta de musealización all aperto, respetuosa con el conjunto fortificado y que contribuyó de manera determinante a la revalorización del casco antiguo de la ciudad1. Palabras clave: Museografía, Poliorcética, Didáctica, Patrimonio.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto “Desarrollo de estratégias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueoloía del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economia y Competitividad.

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1. Fortificaciones, asedios y batallas Los sistemas de fortificación modernos, desarrollados al compás de la evolución de la pirobalística, entre finales del siglo xv y principios del xix están presentes en los más diversos lugares del planeta2. La preservación, conservación, integridad y musealización de este tipo de patrimonio es muy desigual y depende de los casos, según su significación, ubicación, singularidad, etc. No hay un modelo de musealización generalizado o común que se haya aplicado de manera similar a diferentes tipos de fortalezas3. Se da el caso que muchos de los grandes conjuntos poliorcéticos no cuentan con elementos museográficos significativos que ayuden a su comprensión. Así por ejemplo las ingentes fortificaciones de grandes recintos como Cartagena de Indias, Valdivia, La Valleta, Neuf Brisach, Gravelines, Briançon, Lucca… entre otros, no cuentan con una museografía específica all aperto aunque en sus extensos recintos pueda haber algunos paneles y dispongan de museos, o incluso de centros de interpretación, más o menos monográficos sobre temas de historia, o sobre los sistemas poliorcéticos del lugar. También pueden encontrar-se en estos espacios restos del mobiliario, y singularmente del más importante, consubstancial a las obras de ingeniería y arquitectura: la artillería, ya sea original o replicada. También en casos de fortificaciones más reducidas en cuanto a extensión, tipo fortalezas con recintos controlados, encontramos soluciones similares caracterizadas por una museografía débil. Espacios monumentales como el castillo del Morro de la Habana; la fortaleza de San Juan de Puerto Rico; Salses; Fort Liberia; Mont Dauphine; San Pedro de Jaca; Sant Ferran de Figueres; San Marcos de Florida y otros lugares parecidos cuentan, en general, con escasa museografía all aperto. En el mejor de los casos esta se limita a algunos paneles, pequeños museos monográficos integrados y, ocasionalmente, algunas escenografías en los espacios interiores o cubiertos. En general son las propias estructuras poliorcéticas las que se explican por si mismas sin elementos de intermediación. Esta realidad es, sin embargo, problemática en el sentido que las fortificaciones modernas responden a una compleja planificación, cuentan con detallados planes de fuego y sus estructuras arquitectónicas y soluciones de ingeniería están en relación directamente proporcional al desarrollo de la pirobalística4. Es decir, las estructuras difícilmente pueden comprenderse por si mismas si no se tiene en cuenta el necesario mobiliario artillero que debían alojar, y las opciones de expugnación a las cuales tenían que hacer frente. En este sentido debemos precisar que las fortificaciones modernas solo se pueden entender si hay intermediación que 2 BLACK, Jeremy: European Warfare, 1494-1660. New York: Rouletge, 2002. HALL, Bert. S.: Weapons and Warfare in Renaissance Europe: Gunpowder, Technology, and Tactics. Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1997. 3 CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defense Sites: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2012. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites II: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2014. 4 DUFFY, Christopher: Siege Warfare: The Fortress in the Early Modern World 1494-1660. Londres: Routledge & Kegan Paul, 1996.

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explique el mobiliario artillero, sus características y límites y las técnicas de defensa y expugnación. Y es en este sentido que podemos constatar que este patrimonio cuenta con una escasa cultura museográfica específica que lo haga comprensible. Esta relación comprensiva entre estructuras y técnicas de combate también es importante en las fortificaciones antiguas y medievales, pero en el caso de las fortificaciones modernas es de absoluta dependencia. Sin explicación del contexto no hay compresión de las estructuras. Un déficit parecido lo encontramos en los campos de batalla de los siglos xvi, xvii y xviii. Sin duda los campos de batalla son un patrimonio emergente, un objeto de interés que está siendo recuperado por la actividad de la denominada arqueología del conflicto5. Sin embargo, los campos de batalla de este periodo musealizados en Europa son muy escasos. Algunos de ellos están protegidos, pero raramente cuentan con propuestas que los hagan comprensibles. El campo de batalla de Culloden, cerca de Inverness, en Escocia es una de las excepciones en tanto que ha estado cuidadosamente excavado, tiene un magnífico centro de interpretación y el propio espacio de la batalla puede visitarse a partir de dispositivos móviles6. 2. Opciones de interpretación La debilidad museográfica que acostumbran a presentar los conjuntos poliorcéticos modernos no siempre es percibida como un problema y en no pocos casos se solventa, con más o menos fortuna, a partir de visitas guiadas. En algunos conjuntos la visita es libre, pero con esta opción las posibilidades de entender algo son escasas, a no ser que se disponga de los preconceptos adecuados, y el provecho de la visita se limitará, en el mejor de los casos, al disfrute de la belleza del lugar. Pero el deambular por los grandes conjuntos militares puede resultar peligroso por los desiguales estados de conservación, dificultades de circulación, peligro de vandalismo por parte de los visitantes contra las estructuras, etc. En no pocos de estos casos, y para responder a las demandas de los visitantes se desarrollan políticas de visitas guiadas. El guía asegura un itinerario y la explicación de los elementos más relevantes. La calidad de estas visitas puede ser muy desigual, las que se rigen por los principios de la interpretación y cuentan con buenos interpretes pueden tener magníficos resultados7. Fortalezas como, por ejemplo, Salses, solo pueden ser visitadas con guías que acostumbran a realizar magnificas propuestas, pero que, obviamente tienen limitaciones en cuanto a duración y numero de participantes. El caso de Sant Ferran de Figueres es también 5 GEIER, Clarence R.; BABITS Lawrence E.; SCOTT, Douglas D.; ORR, David G. (eds): Historical Archaeology of Military Sites: Method and Topic. College Station: Texas A&M University Press, 2010. 6 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsely: Pen & Sword Military, 2012. GRANT McKENZIE, Andrew: «Centre desvisiteurs du champ de Bataille de Culloden. Perspectives passionants et préservation d’une partie vitale de l’histoire d’Écosse pour les générations à venir». Les Cahiers de l’urbanisme. 2010, 77, pp. 74-80. 7 BLOCKLEY, Marion; HEMS, Alison: Heritage Interpretation. Abingdon: Routledge, 2013.

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interesante. En este caso la visita, que discurre por un espacio extraordinariamente extenso y complejo, se realiza con vehículos 4 x 4 que circulan por los fosos y los distintos espacios de la fortaleza. En momentos determinados intérpretes y visitantes descienden de los vehículos para explorar determinados espacios: cisternas, contraminas, casamatas8. Estas visitas con intérprete también tienen versiones de bajo perfil a partir de diferentes tipologías de audioguías o artefactos portátiles. Propuestas como puedan ser los códigos QR, apps, etc. no están especialmente implantadas como recurso museográfico en los espacio poliorcéticos modernos aunque es probable que este tipo de tecnologías, así como las diferentes opciones de realidad aumentada y de realidad virtual, experimenten procesos de desarrollo en los próximos años. Las guías en soporte papel o digital también han experimentado transformaciones. El desarrollo de las posibilidades de la ilustración a partir de programas gráficos, sumadas a la accesibilidad de las fotografías aéreas, y las imágenes cinéticas captadas por los drones han permitido generar magnificas y comprensivas imágenes sobre las fortalezas y sus partes. Así, por ejemplo, a partir del 2007, tricentenario de la muerte de Vauban, se generaron relevantes materiales iconográficos sobre la obra del genial ingeniero que contribuyeron a la comprensión de las más diversas fortalezas9. 3. Opciones de recreación y escenografías didácticas En los Estados Unidos y Canadá, el siglo xviii fue de especial relevancia y no pocos conflictos históricos se dilucidaron al entorno de fortificaciones que jugaron un papel importante en las guerras franco-británicas, en la Revolución Americana o en el establecimiento de líneas de contención respecto a las tribus indígenas. Esta importancia histórica ha generado tradicionalmente en estos países un especial interés en la conservación, preservación y apertura al público de los equipamientos patrimoniales poliorcéticos. Tanto en Estados Unidos como en Canadá encontramos fuertes bien conservados, restaurados o directamente recreados. El National Park Service protege no pocos fuertes y campos de batalla10. Uno de los casos precoces, en cuanto a cronología, es el de Jamestown (Virginia), el primer establecimiento fortificado, a partir de empalizadas, de los colonos ingleses en Norteamérica. El yacimiento fue excavado y recreado totalmente en un terreno cercano. Artefactos de épocas posteriores como los fuertes de Ticonderoga (Nueva York), Old Niagara (Nueva York), Ciudadela de Quebec (Quebec), Fuerte de San Marcos (Florida), etc., están cuidadosamente preservados y mantenidos en sus aspectos arquitectónicos. Cuentan también con mobiliario artillero o réplicas de éste. 8 ALFARO, Juan Manuel: Dues hores al Castell de Figueres. Figueres: Fundació Les Fortaleses Catalanes, 2007. 9 FAUCHERRE, Nicolas: La place forte de Mont-Dauphin. L’héritage de Vauban. Arles: Actes Sud-Aristeas, 2007. 10 WARRINGTON, Elizabeth: Forts and Battlefields. New Cork: Reader-s Digest, 1997.

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Figura 1. Gran escenografía hiperrealista de las cocinas del Castillo de Stirling. Escocia

Más allá de la preservación formal y de infraestructuras, que facilitan las visitas en los espacios poliorcéticos norteamericanos, uno de los rasgos que tipifica la política museográfica en esta zona es la apuesta por la recreación histórica que se combina, y contextualiza, con magníficos atrezos, en los más diversos espacios de las fortificaciones11. En estas instalaciones bien conservadas, o restauradas, voluntarios de reenacment muestran los más diversos aspectos de la vida cotidiana de los civiles y las tropas establecidas en las fortificaciones o sus alrededores. Gracias a estas actividades, mantenidas de manera cuasi permanente, los espacios poliorcéticos cobran vida y se convierten en espacios comprensibles. En los conjuntos monumentales, atrezados con el mobiliario pertinente, se pueden contemplar soldados haciendo instrucción, artilleros manejando cañones, armeros que explican el funcionamiento de fusiles, herreros que preparan herramientas, civiles que muestran el uso de los utillajes más diversos, etc. El conjunto de estas propuestas constituye, sin duda, una opción de éxito para hacer comprensible el complejo periodo asociado a las fortificaciones modernas. Estas propuestas de museografía didáctica, a partir de vías seudo-empáticas, han 11 RYAN, Chris: Recreational Tourism: Demand and Impacts. Clevedon: Channel View Publications, 2003.

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tenido pleno desarrollo y muy buenos resultados en América del Norte. Al respecto cabe señalar la importancia, como modelo a imitar, de la experiencia generada por la ciudad colonial reconstruida de Williamsburg (Virginia) meca del turismo histórico didáctico en los Estados Unidos. Las opciones museográficas fundamentales en la recreación también van adquiriendo protagonismo en Europa y Sudamérica. Numerosos espacios patrimoniales poliorcéticos incorporan, cada vez más, aunque sea de manera puntual, actividades de recreación histórica: Malta, Venecia, Valdivia, Jaca... Entre las estrategias museográficas que han intentado contextualizar los espacios para facilitar su comprensión cabe destacar, también, la implementación de escenografías. Las escenografías incorporan elementos de atrezo que facilitan la comprensión y también réplicas de figuras humanas que complementan la información sobre los usos de los diferentes espacios. En muchos conjuntos las escenografías se utilizan puntualmente, pero en otros casos podemos encontrar estrategias museográficas basadas en el uso masivo de ellas. Casos como el de los The Grant Siege Tunnels de Gibraltar, o el Fort Marlborough de Menorca son, al respecto, representativos. 4. Modelos basados en la continuidad militar Algunos conjuntos poliorcéticos monumentales de los siglos xvii y xviii han tanteado su continuidad a partir de una transformación en cuanto a funciones. No pocos fuertes se han convertido en hoteles, espacios residenciales o en centros culturales. En general estas estrategias de cambio de función han comportado la degradación y deformación de los conjuntos. El fuerte de San Cristóbal de Badajoz es una muestra emblemática al respecto, en este caso un conjunto relativamente bien conservado fue brutalmente deformado durante el 2013 con el pretexto de una necesaria remodelación. Sin embargo, en otros casos, la preservación se ha planteado, con buenos resultados. También resultan interesantes los casos en los cuales el futuro de conjuntos poliorcéticos se plantea a partir de la pervivencia de su función militar. Los casos más representativos serían los del Reino Unido12. Así, a título de ejemplo, la gran fortaleza de Fort George (Inverness, Escocia) sigue este modelo. La fortificación alberga tropas de diferentes unidades escocesas en activo. También hay, en el interior del recinto, museos regimentales de unidades históricas de los Highlanders (Seaforth Highlanders, Cameron Highlanders, Queen’s Own Highlanders). La fortificación está totalmente abierta al público con excepción de los alojamientos de la tropa. Parte de los cuarteles y almacenes están musealizados con escenografías que muestran la vida cotidiana de las tropas en diferentes momentos históricos. Fort George también cuenta con un destacado mobiliario artillero que contribuye a la comprensión de las estructuras de la fortaleza. La presencia de los soldados facilita 12 WOOD, Stephen: «At their country’s call. The Heritage of Soldiering in Scotland». En: FLADMARK, J.D.: Heritage: Conservation, Interpretation and Enterprise. New York: Rouledge, 2013, pp.271281.

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Figura 2. Un valor añadido. Soldados de la guarnición del castillo de Edimburgo

actividades permanentes de mantenimiento, son ellos quienes conservan y protegen la fortaleza. El puente levadizo, las empalizadas, los fosos, el glacis, etc. están perfectamente cuidados. Este mismo modelo se repite con menor intensidad en los castillos de Edimburgo, Stirling y otros espacios fortificados modernos del Reino Unido. Francia también cuenta con paralelos similares, como la fortificación de MontLouis (Département des Pyrénées-Orientales), base de las fuerzas paracaidistas francesas que, con su presencia garantizan también la continuidad y seguridad del recinto. En España cabe destacar el caso del Castillo de Sant Ferran de Figueres que hasta finales del siglo xx contó con una prisión militar y presencia de efectivos, situación que contribuyó a la preservación del espacio impidiendo operaciones de especulación urbanística y actos vandálicos que hubiesen perjudicado el conjunto monumental. 5. Nuevos modelos museográficos Uno de los modelos más interesantes en cuanto a musealización didáctica de grandes conjuntos poliorcéticos lo constituye el del recinto fortificado de Dalt Vila, la ciudad antigua de Ibiza, que ha conocido intervenciones singulares a partir del 2003. Eivissa, con su recinto fortificado, fue declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 1999. A lo largo de los años 90, se iniciaron proyectos urbanos de mejora del casco histórico y, entre ellos, el que mejoraba la accesibilidad y recu-

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peraba la ronda perimetral de la muralla. En las décadas anteriores el número de visitantes de la zona murallas (no preparadas para la visita) era mínimo. El proceso de recuperación física del conjunto monumental se concretó a partir de la redacción de un Plan Director13 que permitió intervenir, con criterios claros, en la restauración y conservación de los distintos espacios y elementos que conformaban el recinto: baluartes, casamatas, terraplenes y parapetos. Paralelamente comenzó a considerarse una primera intervención museográfica de carácter didáctico que pusiera en valor e hiciera comprensibles las murallas14. La primera fase comenzó a trabajarse a partir del 2003. Se perseguía una museografía capaz de hacer atractiva la visita a Dalt Vila y que contribuyera a la dinamización del núcleo intramuros. El desarrollo del proyecto corrió a cargo de los técnicos del ayuntamiento y la empresa EUPHON, S.A., a partir del diseño del Taller de Projectes de la Universitat de Barcelona15. El modelo de de musealización de las murallas de Ibiza propuesto por el Taller de Projectes pretendía una museografía didáctica all aperto que fuera capaz de comunicar las herencias históricas del lugar y que contribuyera a hacer comprensible el recinto fortificado. Dalt Vila, fue poderosamente fortificada a mediados del siglo xvi, cuando el imperio Hispánico intentó establecer una frontera marítima frente a la amenaza turca16. Los ingenieros Calvi y Fratín desarrollaron sucesivos recintos protegidos con fortísimos baluartes. Durante siglos Ibiza fue un poderoso centro militar, pero con el paso del tiempo la marginalidad del terreno elevado y el limitado desarrollo económico y demográfico de la ciudad provocaron la degradación del casco antiguo. A finales del siglo xx Dalt Vila era un espacio empobrecido e inseguro, y su patrimonio estaba en situación de peligro. El casco antiguo había entrado en una irreversible decadencia: retroceso del comercio, ubicación de población marginada, degradación de la vivienda, etc. En este contexto el ayuntamiento optó por implementar un proceso de musealización que contribuyera a dinamizar la zona en base a la atracción de turismo y la promoción de las actividades comerciales y de servicios. Se entendía que la afluencia de público al casco antiguo, para conocer los atractivos del sistema fortificado, contribuiría a frenar el proceso de desertización y degradación. El proyecto de intervención propuso una museografía didáctica basada en varios ejes: colocación de artefactos de intermediación didáctica, ubicación de escenografías realistas en espacios estratégicos, reposición del mobiliario artillero a partir de réplicas, establecimiento de un pequeño centro de visitantes así como complementos diversos.

13 COBOS, Fernando; CAMARA, Alicia: «Plan Director de las murallas renacentistas de Ibiza». En: Eivissa, Patrimoni de la Humanitat. Ibiza: Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears, 2003: 14 GURREA, Rosa: «Dalt Vila-Ibiza: musealización didáctica del recinto amurallado». En: Iber. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. 2007, 57, pp. 67-70. 15 HERNANDEZ, Francesc Xavier: «Eivissa: la fortificación de Dalt Vila una experiencia de museografía didáctica». En: Restauración & rehabilitación. 2004, 83, pp. 54-57. 16 CAMARA, Alicia (eds): Los ingenieros militares de la monarquia hispànica en los siglos XVII y XVIII. Madrid: Ministerio de Defensa, 2005.

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Figura 3. Réplicas del mobiliario artillero en el baluarte de Santa Llucia. Eivisa

6. Artefactos de intermediación didáctica

En diferentes lugares del casco antiguo, y a lo largo de las fortificaciones de Dalt Vila, se ubicaron hasta un centenar de atriles interactivos de información. Los prototipos de este artefacto fueron diseñados por el Dr. Rafael Sospedra Roca, del Taller de Projectes. Se trataba de una propuesta sin precedentes. Se había constatado que los paneles utilizados en espacios al aire libre y de libre acceso sufrían procesos de degradación acelerados a causa de la acción de los meteoros y del vandalismo. Teniendo en cuenta esta casuística se puso especial empeño en el diseño de artefactos capaces de mantener longevidad y resistir las agresiones humanas y medio ambientales. A su vez debían tener un impacto visual limitado, que no perjudicara la entidad de los espacios patrimoniales. También se pretendía que la propuesta fuera interactiva y que posibilitara una cierta complicidad del usuario otorgándole protagonismo en la descubierta del entorno. Los atriles se ubicaron en lugares estratégicos, preferentemente sobre los terraplenes, en las plataformas de los baluartes y en las rondas perimetrales de la muralla, cercanos o adyacentes a los elementos poliorcéticos a explicar. Diversos atriles se des187

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Figura 4. Atriles de intermediación didáctica en Dalt Vila, Eivissa

tinaron a explicar hechos históricos concretos, otros a aspectos arqueológicos, otros a personajes… El conjunto posibilitaba una visita holística con puntos que informaban sobre las características y partes de la fortificación, sobre la historia de la ciudad y su urbanismo, sobre restos arqueológicos y también sobre hechos puntuales y vicisitudes históricas. Se diseñaron dos tipos de atriles a utilizar en función de las características del elemento a intermediar. El artefacto básico construido con hierro estructural y soldadura contaba con una plataforma de sustentación, y dos sólidas barras que mantenían en su parte interior una placa de acero inoxidable y un tambor giratorio de cuatro costados. La placa mostraba iconografía sobre los elementos a explicar. Las ilustraciones eran monocromas y estaban grabadas a láser sobre el acero inoxidable, si bien también se ensayó con algunos prototipos serigrafiados. El tambor giratorio se utilizaba para ubicar un texto breve, explicativo, en cuatro lenguas: catalán, castellano, inglés y alemán. El segundo modelo tenía una vocación más didáctica. La misma estructura de plataforma y columnas sostenía un prisma triangular giratorio con tres placas de acero inoxidable que iconografía y textos, y se utilizaban para explicar transformaciones temporales en el paisaje y cambios de un determinado elemento. El éxito de esta museografía fue rotundo y contribuyó, de manera determinante, a cambiar la percepción y usos del espacio. La presencia continuada de visitantes que utilizaban el recurso fue un estímulo que ayudó a continuar el proceso de musealización. Por otra parte los prototipos tuvieron un buen rendimiento. Aguantaron las

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Figura 5. Escenografía en la casamata del Baluarte de Sant Bernat, Dalt Vila, Eivissa

condiciones meteorológicas y la siempre problemática cercanía del mar. Las acciones de vandalización se dieron, pero no lograron dañar la museografía y una buena política de mantenimiento contribuyó a mitigar las agresiones antrópicas. La musealización contó también con otro tipo de intervenciones: mini escenografías. En diferentes espacios semiabiertos: garitas, casamatas, túneles de acceso, etc. se improvisaron escenografías que mostraban equipamientos militares de diferentes épocas y aspectos de la vida cotidiana en la fortaleza. Las escenografías más notables, con réplicas de artillería se ubicaron en las casamatas del baluarte de Sant Bernat. Una de las propuestas, en el corredor de Es Soto Fosc, incorporó un audiovisual, accionado por detectores de presencia, que mostraba sobras chinescas que evocaban la actividad en un cuerpo de guardia de principios del siglo xvii. El tercer elemento museográfico consistió en la ubicación de réplicas de artillería. Cuatro cañones de veinticuatro libras se colocaron en el baluarte de Sant Jaume, otros cuatro del mismo calibre en el baluarte de Santa Llúcia, y un falconete de retrocarga en el caballero de Sant Lluc. Estos elementos resultaron muy populares ya que por primera vez, desde hacía decenios, la fortificación se dotaba con el mobiliario que le correspondía. De inmediato la fotografía de turistas, visitantes, bodas, grupos, etc.

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en los cañones de Santa Llúcia, teniendo como fondo el contrapicado de la catedral, se convirtió en uno de los fetiches souvenir de la ciudad. Finalmente, la propuesta se complementó con un pequeño centro de visitantes ubicado en la zona más alta, en la Casa de la Cúria, junto a la catedral, que contaba con un audiovisual e informaciones sobre los posibles trayectos a partir de un ordenador interactivo. Cabe considerar la experiencia de Ibiza como una de las más singulares y exitosas en cuanto a musealización de recintos poliorcéticos modernos. El éxito de la propuesta condujo a nuevas intervenciones en los baluartes de Sant Jaume y de Sant Pere. En las casamatas y en las plataformas de estos espacios se ubicaron escenografías, audiovisuales, interactivos mecánicos y réplicas de armamento17. La experiencia de Ibiza, impulsada por la Universitat de Barcelona, tuvo continuidad y reaplicación en la musealización de las fortificaciones de Ceuta y de Melilla. En el frente de tierra de Ceuta se ubicaron atriles, réplicas de artillería, iconoscopios, y una escenografía que mostraba un hornillo de voladura en una de las fortificaciones. En las murallas del frente de tierra de Melilla la intervención de la Universitat de Barcelona y la empresa Euphon Projects se centró en la construcción de una estación de interpretación didáctica que ponía especial énfasis en la iconografía de la evolución de los sistemas defensivos del istmo del tómbolo melillense. En otras intervenciones desarrolladas posteriormente, como en el castillo de San Cristóbal de Badajoz también se utilizaron escenografías y mobiliario artillero de manera parecida a como se había implementado en Ibiza. En este caso una intervención museográfica interesante no logró compensar la irrespetuosa remodelación arquitectónica de la fortaleza. 7. A manera de conclusión Los espacios poliorcéticos modernos no cuentan con una tradición museográfica singularizada. Sin embargo las experiencias son lo suficientemente ricas y las aportaciones del campo de la interpretación, de la recreación, de las escenografías, de la iconografía didáctica, de los elementos de intermediación interactivos y de las réplicas del mobiliario artillero, permiten contar con una base de reflexión que permitirá, en un futuro, nuevos planteamientos. La experiencia desarrollada en el conjunto poliorcético de Dalt Vila, en Ibiza constituye una de las experiencias más interesantes en cuanto a definición de una museografía específica adecuada a los grandes conjuntos poliorcéticos. Estas experiencias combinadas con las nuevas posibilidades tecnológicas que ofrecen la iconografia 3D y la realidad aumentada vehiculada a partir de tablets y telefonía móvil, permitirán, sin duda, nuevos horizontes de desarrollo para el patrimonio poliorcético.

17 OSACAR, Eugeni; MARTÍN, Carolina: «Claves para desarrollar el patrimonio defensivo en proyectos turísticos». En: ABELLA, Damià; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; CARDONA, Gemma: I Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna. In memoriam Agustí Vehí Castelló. Madrid: Ministerio de Defensa, 2014, pp. 241-256.

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Museografía didáctica y polorcética moderna

Figura 6. Grupos de recreación histórica en la fortaleza de Sant Ferran de Figueres

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Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D y técnicas fotogramétricas del Baluarte de Sant Antoni (Barcelona): democratización y valorización de resultados Jorge Angás Pajas – Scanner Patrimonio [email protected] Emiliano Hinojo García – Codex. Arqueologia i Patrimoni [email protected] Resumen Los restos del baluarte de Sant Antoni y de su sistema defensivo más avanzado localizados en el solar del mercado homónimo constituyen uno de los hallazgos más relevantes de los últimos años en la arqueología urbana de Barcelona. Estas estructuras se han documentado mediante un método compuesto por el uso del escáner láser 3D y de técnicas de fotogrametría terrestre en alta resolución. La combinación de ambas técnicas, junto con el apoyo de la topografía clásica, han permitido obtener la documentación geométrica que requerían los arqueólogos, así como una serie de aplicaciones y herramientas de fácil y libre acceso que posibilitarán la divulgación de los restos, ya sea de manera interactiva o simplemente formando parte de la futura musealización de la fortificación. Estos factores redundan en la denominada democratización resultados y aplicaciones generadas que contribuyen al cada vez más extendido carácter híbrido del conjunto de profesionales que estudian e investigan en el campo arqueología. Palabras clave: Baluarte de Sant Antoni, Fotogrametría, Escáner láser 3D.

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1 Introducción En las I Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se presentaron los resultados preliminares de las campañas arqueológicas efectuadas hasta el momento en el solar del mercado de Sant Antoni de la ciudad de Barcelona1. En la presente comunicación nos centraremos en los trabajos de documentación gráfica del baluarte de Sant Antoni, previos a las intervenciones de consolidación y restauración que se han de acometer para su futura puesta en valor y musealización2. La complejidad del proyecto constructivo, principalmente motivada por la preservación de la estructura original del mercado y la excavación de cuatro plantas subterráneas, conllevaba que las actuaciones arqueológicas3 se ejecutasen en función de las fases constructivas de la obra. Es por este motivo que, en un primer momento, se documentaron y demolieron aquellas partes más altas del baluarte y de la contraescarpa que sobresalían de la cota de ejecución de la losa de apeo del mercado. Posteriormente, bajo esta losa se llevó a cabo la excavación en extensión y el registro de la mayor parte de las estructuras arqueológicas. Finalmente, también se tuvo que actuar en aquellos tramos de la fortificación que el nuevo proyecto constructivo no contemplaba su conservación. Como consecuencia de dicha complejidad era necesaria la aplicación de todas las técnicas disponibles en la documentación gráfica de las estructuras defensivas, con el empleo de una multiplicidad de procedimientos que se complementaran y que permitieran obtener un registro completo y exhaustivo que nos garantizaran disponer de toda la información para una posterior investigación. En este sentido, en los últimos años han surgido nuevas técnicas que permiten realizar un registro lo suficientemente completo como para poder afrontar una reconstrucción de la intervención arqueológica paso a paso. La metodología utilizada en la documentación del baluarte de Sant Antoni ha sido planteada adaptándose a su propia morfología para aprovechar de un modo cualitativo y cuantitativo toda la información registrada. De este modo se han empleado técnicas de registro mediante escáner 3D de diferencia de fase junto con técnicas de fotogrametría terrestre en alta resolución. La combinación de ambas técnicas, junto con la topografía clásica, han contribuido a la creación de un modelo tridimensional totalmente fidedigno, que permitirá obtener una visión completa del conjunto aun cuando los restos arqueológicos fueron documentados en diferentes fases. 1 HINOJO, Emiliano: «Las transformaciones poliercéticas en la Barcelona del siglo XVII. Resultados preliminares de la intervención arqueológica en el baluarte de Sant Antoni». En: Actas de las I Jornadas de Patrimonio defensivo de Época Moderna. Figueres: Ministerio de Defensa, 2014. p. 81-91. 2 Carme Miró i Alaix, del Servei d’Arqueologia de l’Institut de Cultura de Barcelona, es la coordinadora del proyecto de musealización del sistema defensivo de Época Moderna así como de los restos romanos documentados en el subsuelo del mercado de Sant Antoni. 3 Los trabajos arqueológicos han sido realizados por la empresa CODEX. Arqueologia i Patrimoni, bajo la dirección técnica del arqueólogo Emiliano Hinojo García y con la colaboración de los técnicos de apoyo Alba Tenza, Sergio Arroyo, Isabel Pereira, Jacinto Sánchez, Jordi Plans, Mikel Soberón, Francesc Antequera, Imma Mesas y Sergi Segura. La ejecución de la planimetría ha sido realizada por Mario Granollers (CODEX) y las tareas de topografía por Pedro Collado (UTE Sant Antoni Fase II).

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Estos trabajos están siendo realizados por la empresa Scanner Patrimonio e Industria, Spin-Off de la Universidad de Zaragoza, fundada por un equipo técnico multidisciplinar que actúa indistintamente tanto en la documentación del patrimonio cultural, como en el control de calidad y análisis de estructuras industriales o de obra civil. 2. El objeto de estudio Antes de entrar en materia haremos una breve descripción de los elementos de la fortificación que se han registrado mediante escáner láser 3D y técnicas fotogramétricas, así como también de algunas de las novedades más significativas que se han documentado respecto a las anteriores jornadas. La construcción del baluarte de Sant Antoni, finalizada en el año 1647, se enmarca dentro del conflicto entre las coronas de España y Francia iniciado en el año 1635, y concretamente en el transcurso de la “Sublevación de Catalunya” (Guerra dels Segadors) (1640-1652). Esta estructura se ubicaba delante del portal medieval homónimo que se abría en el ángulo saliente que formaban los tramos de cortina que transcurrían por las actuales Ronda de Sant Antoni y Ronda de Sant Pau. En un primer momento, según la documentación histórica, se trataba de una mera obra exterior (media luna) que tenía como objetivo proteger el portal, pero posteriormente se unió al recinto amurallado y se convirtió en un baluarte de planta pentagonal4. De esta obra se ha localizado en el interior del mercado unos setenta metros de longitud de su cara norte y veintiún de la sur. En cuanto a sus características formales, estos muros ataludados conservaban entorno a los dos metros de ancho y seis metros de altura máxima que, según la documentación y grabados antiguos5, aproximadamente correspondería a la mitad de su alzado original. El paramento exterior de las caras se construyó con sillería de módulo variable (entre 33 y 55 cm de anchura y 30 cm de altura) procedentes de la cantera de Montjuïc, mientras que los del vértice eran de mayor tamaño (75-112 x 37 cm) y de factura más elaborada. El paramento interior presentaba una factura irregular y el cuerpo central se levantó mediante la superposición de capas horizontales de mortero de cal y piedra sin devastar. Los cimientos donde se asentaban los muros, hechos a plomo mediante la técnica del encofrado perdido, tenían una profundidad de unos dos metros. En cuanto al foso defensivo, presentaba una profundidad de entre cinco y seis metros respecto al nivel de arrasamiento de las estructuras, y una anchura que oscilaba entre veinticuatro y cuarenta metros según la zona. El nivel de circulación del fondo estaba más o menos allanado con una cierta inclinación o pendiente desde la base de la contraescarpa hacía la parte inferior de las caras del baluarte. Esta estructura, excavada en el sustrato natural, apareció totalmente colmatada con tierras y vertidos 4 GILABERT BRUNIQUER, Esteve: Cerimonial dels Magnífichs Consellers i regiment de la ciutat de Barcelona. Barcelona: Imp. D’Henrich y Cía, 1912-1916. 5 Ver documento «Explication sur la fortification de la ville de Barcelonne», 1715 (Bibliothèque nationale de France, Département Arsenal, MS-6434, 63 A).

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Fig. 1. Plano de los restos de la fortificación documentados en el solar del mercado de Sant Antoni (Autor: Mario Granollers, Pedro Collado y Emiliano Hinojo)

de escombros generados durante el proceso de demolición del baluarte a partir de la segunda mitad el siglo xix. De este modo, los primeros rellenos que se extrajeron eran bastante heterogéneos con gran cantidad de sillares y piezas molduradas procedentes del derribo del baluarte. En cuanto a los niveles relacionados con el uso de este espacio, se distinguieron varias capas de relleno y deposición sin ningún tipo de acumulación de desechos o materiales detríticos, hecho que nos indicaría que hasta el último momento se realizaron tareas de limpieza y mantenimiento de su nivel de circulación. Uno de los elementos de la fortificación con un mejor estado de conservación era la contraescarpa o límite exterior del foso. De esta obra exterior se destapó un recorrido de unos 120 m de longitud a lo largo de la superficie del mercado. En algún sector de este muro ataludado se preservó prácticamente su altura original, unos cinco metros, careciéndole sólo parte del coronamiento. Cómo en el caso del baluarte, consistía en una obra construida con bloques de piedras irregulares ligadas con mortero de color blanco y un paramento exterior revestido con sillares rectangulares (25x30 cm), que se asentaba en un cimiento o banqueta de 0,60 m de profundidad. Es interesante señalar que un tramo de 8,25 m de longitud del extremo sur de la contraescarpa estaba hecho de tapial. Esta estructura, levantada con mortero de cal y cenizas prensadas, conservaba en la cara vista las improntas de las maderas del

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Fig. 2. Vista general del foso (Autor: Bob Master. Servei d’Arqueologia de la Generalitat de Catalunya)

encofrado. A partir de los materiales recuperados y de la planimetría histórica16, interpretamos que este tramo se derrumbó hacia finales del siglo xviii y se reconstruyó mediante esta técnica. Todo parece indicar que se trataba de una obra provisional pero nunca se llegó a ejecutar su reparación definitiva. Otras estructuras del sistema defensivo que se han registrado a lo largo de las intervenciones arqueológicas son, por un lado, algunos vestigios del parapeto exterior del corredor o camino cubierto y, por otro, una serie de estratos de nivelación que se localizaron en la mitad oeste del mercado y que correspondían al levantamiento del glacis o explanada. Finalmente, también se documentó entre el glacis y el camino cubierto una canalización soterrada de grandes dimensiones. Su función era la de recoger las aguas que se acumulaban en el exterior de la fortificación, concretamente de un badén que se situaba en el camino de entrada a la ciudad, para conducirlas al interior del foso. La caída de las aguas al fondo o nivel de circulación del foso se amortiguaba mediante una estructura enlosada que se adosaba a la cara exterior o vista de la contraescarpa.

6 ICC, RM.42027 «Copia de un plano de Barcelona levantado en el último tercio del siglo pasado» (Año: 1889. Autor: M. Solá-Sagalés).

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3. Propuesta documental hacia una dualidad entre el registro geométrico y la difusión del patrimonio arqueológico La propia heterogeneidad del patrimonio cultural se diversifica de una manera amplísima entre los métodos y técnicas destinados para su propia documentación métrica y gráfica. Se convierte de esta manera en una disciplina con un gran número de variables que intervienen en su caracterización geométrica. Historiográficamente el patrimonio arqueológico ha sido uno de los sectores que mejor ha sabido aprovechar y adaptar, a través de la experimentación de otras disciplinas, los continuos cambios tecnológicos. Muchas de estas tecnologías han surgido al amparo de otros sectores, económicamente mejor posicionados. En cualquier modo el patrimonio cultural siempre ha conseguido por su carácter social aglutinar y adaptar muchos de estos cambios en beneficio del mejor registro posible del bien mueble o inmueble. Durante los últimos años estas nuevas técnicas de documentación geométrica aplicadas al patrimonio cultural han supuesto toda una revolución científico-divulgativa dentro de los campos de la arquitectura, el arte y la arqueología. La utilización de estas herramientas han permitido la reproducción exacta, además de detallada, de cualquier estructura mueble o inmueble y sus posteriores análisis morfológicos. No obstante, la carencia de estándares o procesos normalizados, tanto en el desarrollo como en la gestión de los modelos tridimensionales, ha producido un menor aprovechamiento de todos sus recursos. De esta manera se ha producido un aumento de términos como virtual, tridimensional y modelos estereoscópicos que, ayudado por las nuevas tecnologías, ha cobrado un gran protagonismo. Existen diversos factores y sectores que además están contribuyendo a su pleno desarrollo. Factores económicos como nuevas plataformas y posibilidades de reproducción con la ayuda de otros sectores relacionados con la ingeniería. De esta manera debemos precisar un factor relevante, cuando los límites de la representación tridimensional o virtual escapan de cualquier medio físico (monográficos) o digital (computador). El campo de interacción entre el bien patrimonial y el espectador se está expandiendo buscando otros límites donde el espectador pueda interactuar o percibir el bien patrimonial en su propio contexto. Este desarrollo escapa de los propios límites que comentábamos anteriormente —físico y digital— y por ello entra en juego el entorno inmediato donde se inscribe el bien patrimonial. El ejemplo más claro es el paso de las clásicas infografías de un medio digital a su interacción con el paisaje a través de la realidad aumentada. Otro ejemplo de interacción con el medio y desarrollo de las reconstituciones infográficas son los video mapping projection. Se pretende la búsqueda de nuevas percepciones sensoriales con unos límites diferentes, donde el espectador conjugue la virtualidad con el espacio físico real, no limitándose de este modo a un área digital concreta. La representación tridimensional constituye un cambio conceptual y metodológico de la clásica representación bidimensional del patrimonio. Si bien, resulta un largo proceso discordante entre tecnología y metodología donde las posibilidades de aplicación únicamente vienen establecidas por una estandarización metodológica y

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Fig. 3. Esquema metodológico para las diferentes aplicaciones en la documentación geométrica del patrimonio cultural mediante tecnología escáner 3D (Autor: Jorge Angás).

la capacidad de interrelación con otras disciplinas. El desarrollo tecnológico ha ido un paso por delante de cualquier nueva implantación metodológica, por esta razón la mayor dificultad ha consistido en el tratamiento postprocesual y en la gestión de las nubes de puntos generadas por el barrido láser, luz blanca estructurada, pares estereoscópicos o actualmente por diferente software que utiliza únicamente fotografías (ZScan, Photomodeler, 123D Catch, Photoscan). Por ello, es preciso un trabajo combinado y relacionado con diferentes programas informáticos y sus respectivas técnicas (topografía, geodesia, fotogrametría, termografía, infografía, etc.). En muchas ocasiones es necesario convertir el modelo 3D en un fichero bidimensional para su representación y con ello facilitar su gestión en otro tipo de programas informáticos, también estas necesidades son requeridas en el modo de representación gráfica en soportes físicos. Por ello trabajar con modelos tridimensionales requiere previamente una permeabilización conceptual del espacio. Tenemos por ejemplo la capacidad de interpretar, el paso de un modelo 3D de cualquier paramento arquitectónico a una ortofotografía y con ello representarlo en un soporte bidimensional, de aquí podremos delinearlo en cualquier sistema vectorial y obtener una lectura de pa-

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ramentos. No obstante, se trata de un proceso no destructivo, ya que siempre podremos retomar la nube de puntos original y realizar cualquier otro tipo de análisis. A través de la información tridimensional generada por el barrido láser se obtienen modelados y visualizaciones 3D como una eficaz herramienta para cualquier estudio o análisis más exhaustivo, con el fin de establecer una precisa documentación, registro y análisis exacto, de cualquier tipo de estructura ya sea mueble o inmueble, sin con ello olvidar su valía como documentación gráfica. Al mismo tiempo, permite crear por primera vez dentro del campo patrimonial un verdadero archivo documental geométrico totalmente objetivo, desligado de cualquier tipo de interpretación por parte del técnico, generando un modelado totalmente reproducible cuantitativa y cualitativamente a cualquier escala, de manera eficaz y sobre todo de manera fiel al elemento, pudiéndose detectar cualquier tipo de alteración o patología milimétrica en su morfología. Mediante el modelo 3D de cualquier objeto o estructura resulta fácilmente reproducible como réplica, siempre y cuando el grado de precisión fijado al realizar el escaneado haya sido acorde a los objetivos a representar, estableciendo con ello una concordancia con la escala. 4. Proceso documental La plena irrupción de la tecnología escáner 3D comienza a principios del siglo xxi como punto de avance que complementa al resto de técnicas de registro topográfico. Su utilización está totalmente diversificada en otros sectores como la ingeniería y la industria, con continuas experimentaciones donde los límites quedan todavía por precisar. Actualmente la utilización de los escáneres 3D se encuentra de igual modo en una diversificación tal, que es necesario establecer una división en cuanto su utilización y relación con unos objetivos establecidos. El equilibrio entre la resolución, precisión, tiempo y costes debe ser el resultado respecto a la adaptación de la escala de trabajo exigida. La diversificación en cada sector obliga a seleccionar muy bien el tipo de tecnología que mejor se adapta a cada proyecto debido a su multitud: aéreas (UAV, tecnología LIDAR), terrestres (láser tiempo de vuelo y diferencia de fase), objeto cercano y metrología dimensional (láser de triangulación, escáner de luz blanca estructurada y láser tracker). La metodología desarrollada en la documentación geométrica del baluarte de Sant Antoni se ha basado en un método compuesto entre láser escáner 3D, topografía de apoyo (estación total) y el uso de varias cámaras fotogramétricas para la mejora cualitativa del modelo tridimensional resultante. Para la documentación mediante escáner láser 3D se utilizó un escáner con tecnología del tipo diferencia de fase, Leica HDS6100, que proporciona una alta velocidad de escaneado junto con una densa nube de puntos. En el conjunto del baluarte se realizaron un total de 75 escaneados con este tipo de escáner de tipo diferencia de

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Fig. 4. Trabajos de documentación geométrica del baluarte (Autor: Emiliano Hinojo).

fase. La resolución de datos en la nube de puntos se fijó en tres milímetros. Además, con la redundancia en la toma de datos, o el solape entre los escaneados, hemos podido obtener una mayor densidad de datos, existiendo zonas donde puede existir un milímetro de resolución. Mediante este proceso obtenemos una nube de puntos de alta densidad que nos define de manera milimétrica cada uno de los elementos del baluarte, obteniendo la base geométrica sobre la que posteriormente servirá de puntos de apoyo en el proceso de «dense image matching». Para proporcionar la textura en la nube de puntos, se utilizó una cámara métrica calibrada Canon EOS 550 de 18.8 mpx. que reproduce el eje x,y,z del escáner con el CCD de la cámara. Esta técnica sin duda mejora muchísimo en el ajuste radiométrico del RGB de cada uno de los puntos registrados por el escáner puesto que controlamos mediante un método manual todos los parámetros de apertura del diafragma, velocidad y sensibilidad ISO. Este proceso lo adolecen la mayoría de sistemas que obtienen estos parámetros de un modo automático sin tener en cuenta las condiciones de iluminación del entorno de trabajo. De esta manera se obtiene por separado la textura del modelo para posteriormente incorporarla a la geometría propia del baluarte, adquirida mediante escaneado láser 3D. La textura adquirida mediante este proceso

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Fig. 5. Proceso de documentación de la contraescarpa mediante escáner láser 3D de diferencia de fase (Autor: Jorge Angás).

aporta una textura general al baluarte, pero no aporta un nivel de detalle suficiente para la ortofoto de cada uno de los alzados. Para ello se ha realizado una toma de fotografías de alta resolución de cada uno de los alzados, controlando especialmente las condiciones de luminosidad y realizando un posterior ajuste radiométrico de cada una de las fotografías. Las fotografías de detalle realizadas se han hecho con el siguiente material: -Cámaras réflex digitales Canon 6D -Objetivos: Canon: EFS 17-85 mm. f/3.5-5.6 IS; 24 mm. f/2.8, 50 mm f/1.8. y Tamron: SP 90mm f/2.8 Macro -Disparadores remotos Canon RS-60 -Filtros B&W polarizador neutro -Tabla colorimétrica: ColorCheker Passport (X-rite) Con el fin de conseguir una reproducción fidedigna del color se ha utilizado la siguiente técnica: - Todas las fotografías se han disparado en formato RAW que registra de forma separada los valores de luminosidad y los ajustes de color. - En cada configuración de iluminación se tomó una foto «testigo» a un patrón de color normalizado X-RITE ColorChecker.

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Fig. 6. Ejemplo de nube de puntos de alta densidad de un tramo de la contraescarpa (Autor: Scanner Patrimonio).

- Con la foto testigo y el software Adobe Camera Raw se calculó el ajuste correcto de temperatura de color de la luz utilizada y este ajuste se aplicó a todas las fotografías para conseguir un color homogéneo en las fotos de todos los paneles. - Utilización de un patrón de colores: Nos permite medir la temperatura del color de la luz (Grados Kelvin). Estas fotografías de alta calidad posteriormente han sido referenciadas al modelo tridimensional obtenido mediante escaneado por medio de los puntos de referencia. 5. Resultados preliminares La estandarización de los resultados obtenidos representa uno de los grandes objetivos actuales para la propia gestión que necesita el arqueólogo. Un proceso que sin duda necesita democratizar los resultados tridimensionales a nivel público a través de un consenso técnico, científico, y de propiedad intelectual. Los datos generados tienen que resultar comprensibles, de utilidad geométrica y de fácil acceso gráfico y métrico que fomenten la autogestión y faciliten la investigación. Los resultados proporcionados se han combinado dentro del equilibrio mencionado de registro y puesta en valor arqueológica con documentación geométrica: ortofotos en alta resolución y nubes de puntos compatibles en formato CAD. Además se han aprovechado cada uno de los escaneados para la generación de ficheros web desde un navegador y con ello es posible visualizar y gestionar la información métrica y gráfica de cada uno de los escaneados con el objetivo de realizar mediciones en 3D, localización de coordenadas absolutas (x,y,z) e incluir información contextual vinculada. Por lo tanto resulta factible de cara a la investigación arqueológica, generar una aplicación totalmente autogestionable donde vayamos incluyendo

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Fig. 7. Planta general del escaneado de los restos arqueológicos localizados en el mercado de Sant Antoni (Autor: Scanner Patrimonio).

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Fig. 8. Ejemplo del visor métrico esférico en formato HTML para su difusión mediante un fichero Web Data Server (Autor: Scanner Patrimonio).

el resto de información arqueológica. Este tipo de aplicación representa el punto de partida para una gran variedad de aplicaciones para la puesta en valor del yacimiento arqueológico. 6. Conclusiones Una vez postprocesados los datos, los resultados han sido convertidos en archivos que puedan ser visualizados, gestionados y analizados mediante estándares informáticos a nivel de usuario. Esta simplificación ha permitido una investigación científica más amplia totalmente autogestionable desde el equipo de investigación arqueológica. A través de la creación de estos estándares (ya reconocidos en diferentes proyectos europeos como CARARE o 3DICONS) se solventan una de las claves del proceso metodológico, ya que este hecho además contribuye poco a poco a un cambio conceptual y metodológico que hace fácilmente intercambiable la información postprocesada. La normalización de un método a través de modelos contribuye a un proceso de permeabilización y comprensión técnica. Por ello el resto de datos generados en el análisis de cualquier estructura u objeto a través de archivos del tipo de formato: X3D, PDF 3D facilita la gestión tridimensional. Un camino por descubrir e investigar va directamente ligado a la gestión de los mismos archivos en bases de datos relacionales en HTML 5 o servidores comunes a modo de fuente o archivo documental de metadatos, que en cualquier tiempo o espacio se pudiese extraer la información necesaria para poder reproducir gráfica y métricamente cualquier elemento del baluarte.

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Como punto de avance el conjunto de procedimientos debería contemplar las siguientes premisas básicas: - Unificación, a través de bases de datos contemplando ya estándares con formatos muy sencillos del tipo xml o ASCII. - Simplificación, con formatos comunes e intercambiables de software libre fácilmente comprensibles a nivel de usuario del tipo: *.dae, *.pdf, *.x3d, *.vrml, *.skp, *.stl. Contribuyendo a un fácil entendimiento y por consiguiente una mejor conceptualización de la información tridimensional con formatos fácilmente accesibles. Todos estos cambios han sido protagonizados por el efecto denominado “democratizador” en la sociedad de la información actual, que permite una amplia difusión y con ello una comprensión de cualquier usuario. Los denominados “open source” han contribuido a esta divulgación. Existen, de hecho, congresos específicos dentro del campo arqueológico dirigidos hacia los formatos denominados de código abierto como el ArcheoFoss 2014. Open Source, Free Software e Open Format nei processi di ricerca archeologica en Verona (Italia). A modo de síntesis resulta necesario establecer una especificación, que recoja unas recomendaciones para la verificación procesual, geométrica y, sobre todo, de la comprobación de sus objetivos a través de un orden lógico de equilibrio y desarrollo. Es importante no perder la referencia fundamental de construir, entre el variado conjunto de profesionales (arquitectos, diseñadores gráficos, ingenieros topógrafos, historiadores del arte, informáticos y arqueólogos) que se dedican a documentar y representar el patrimonio cultural, unos objetivos claros y definidos para cada proyecto, que eviten la desmembración del proceso de investigación (multidisciplinar), transmisión y análisis entre disciplinas (interdisciplinar) y difusión al resto de la sociedad (transdisciplinar). Bibliografía ANGÁS, Jorge: «Nuevas técnicas de documentación geométrica y análisis del arte rupestre». En: Juste, Mª.N.; Hernández, M.A.; Pereta, A.; Royo, J.I. y Andrés, J. (coords.): Jornadas técnicas para la gestión del arte rupestre, Patrimonio Mundial. Barbastro: Comarca de Somontano de Barbastro, 2013, pp. 61-71. ANGÁS, Jorge; SERRETA, Alfredo: «Assessment, dissemination and standardization of geometric data recording of Archaeological Heritage obtained from 3D laser scanning», Virtual Retrospect 2009. Bordeaux: CNRS, 2010, pp. 187-193.  ANGAS, J.; URIBE, P.; SERRETA, A.: «Social Spreading of Geometric, Recorded Data from a Range of Types 3D Scanners via a Web Data Server». En: Computer Applications and Quantitative Methods in Archaeology (CAA). University of Southampton, 2012. CORTADA COLOMER, Lluís: Estructures territorials, urbanisme i arquitectura poliorcètics a la Catalunya preindustrial. Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 1998.

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DIAZ CAPMANY, Carlos: La fortificación abaluartada. Una arquitectura militar y política. Madrid: Ministerio de Defensa, 2004. GALERA, Montserrat; ROCA, Francesc; TARRAGÓ, Salvador: Atles de Barcelona. Segles XVI-XX. Barcelona: Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, 1982. HINOJO, Emiliano: «Las transformaciones poliorcéticas en la Barcelona del siglo XVII. Resultados preliminares de la intervención arqueológica en el baluarte de Sant Antoni». En: Actas de las I Jornadas de Patrimonio defensivo de Época Moderna. Figueres: Ministerio de Defensa, 2014, pp. 81-91.

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La fortificación de Amposta. De plaza de primer orden a fortificaciones de circunstancias Dídac Gordillo Bel Arquitecto y profesor del Departamento de Expresión Gráfico II-UPC [email protected] [email protected] Resumen Amposta y su castillo habían tenido una importancia estratégica de primer orden desde la antigüedad hasta el inicio de la edad moderna, controlando el paso al interior de la península a través del Ebro. Esto se constata en el momento de su destrucción, durante la guerra entre la Diputación del General y el rey Juan II, cuando éste hacía casi nueve meses que la sitiaba personalmente. Después de la toma del castillo de Amposta no hay datos bélicos relevantes hasta el siglo XIX, cuando se producen varias obras de fortificación en la ciudad, las últimas durante las guerras carlistas. Es interesante como de los tres recintos que se sabe que había en el castillo medieval se han encontrado trazas de los dos interiores, pero no del tercero que se encaraba a la antigua villa ni del que la rodeaba, aunque la configuración urbana insinúa aproximadamente por donde se encontraba. También lo es comprobar que quedan restos de la fortaleza medieval, que no es en sistema abaluartado, y en cambio del siglo XIX quedan algunos elementos de unas obras de defensa de circunstancias, levantadas con cierta premura y aprovechando lo que quedaba de las anteriores, con una concepción simple de la fortificación a partir de cortinas sencillas y baluartes que las cubrían. Palabras clave: castillo, fortificación, foso, parapeto.

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1. Introducción Amposta, situada a orillas del río Ebro y relativamente cercana a su desembocadura, justo sobre la última prominencia natural del terreno antes de extenderse la llanura deltaica, ha sido ocupada desde antiguo dada su ubicación estratégica, controlando el acceso al interior de la Península a través del propio río. Se han encontrado restos de un asentamiento de época ibérica, que algunos han identificado como la antigua ciudad de Hibera, destruida en el transcurso de la Segunda Guerra Púnica. No quedan restos de época romana, pero de época andalusí se han encontrado restos de muros de tapial y fosos excavados en la roca, aprovechando anteriores estructuras ibéricas y siendo aprovechadas posteriormente en la fortaleza hospitalaria construida durante el siglo xii. En todos los proyectos de conquista de la ciudad de Tortosa siempre se había intentado controlar previamente el castillo de Amposta como clave del paso desde el mar, tanto en el intento fallido del conde Ramón Berenguer III como medio siglo más tarde en el definitivo por parte de Ramón Berenguer IV. Éste dio el Castillo y Término de Amposta a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, que lo refortificó. Tan estratégico e importante era, que el título más importante de la Orden en Cataluña y Aragón fue el de Castellán de Amposta, título que se mantuvo incluso cuando a finales del siglo xiii el rey Pedro II de Aragón permutó el castillo y su término a la Orden por los de Gallur y Onda, pasando desde entonces a dominio real. Esta importancia es constatable en el momento de la destrucción de la fortaleza durante la guerra entre la Diputación del General de Cataluña y los partidarios de Juan II, a mediados del siglo xv, cuando hacía casi nueve meses que era sitiada por el propio rey Juan II y por el príncipe Fernando, futuro Rey Católico, dirigiendo el ejército real, precisamente para rendir posteriormente Tortosa. Pero después de la caída del castillo de Amposta ya no hay datos bélicos relevantes hasta el siglo xix, en que se producen varias obras de fortificación de la ciudad en el contexto de las guerras carlistas, que recuerdan las fortificaciones abaluartadas que habían definido los recintos defensivos de siglos anteriores, pero mucho más sencillas y precarias. 2. Fortaleza medieval. Influencia en el desarrollo urbano Bajo los restos conocidos del castillo hospitalario se han encontrado otros de la fortificación andalusí y de época ibérica, pero es difícil hacerse una idea de cómo era el conjunto debido a las transformaciones que ha sufrido, no sólo por la destrucción del siglo xv sino por la posterior reutilización de los materiales constructivos, tanto por parte de particulares como para construir la iglesia arciprestal actual, y porque las estructuras que quedaban quedaron ocultas al construirse encima varios molinos arroceros a finales del siglo xix. Del castillo medieval se sabe que había tres recintos, encontrándose trazas de los dos interiores a partir de los fosos que han llegado a día de hoy, pero del tercero que se

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Figura 1. Castillo de Amposta desde el río. (Foto. D. Gordillo)

Figura 2. Castillo de Amposta desde el río. (Foto. D. Gordillo)

encaraba a la antigua villa no queda nada, aunque a partir de la configuración urbana y del crecimiento del casco antiguo de Amposta se puede plantear una hipótesis de por dónde discurría, posiblemente con un espacio libre de protección antes de llegar a la parte edificada de la villa. Lo que quedaba de la fortificación medieval fue incluso aprovechada para las posteriores obras de defensa realizadas durante el siglo xix. El primer foso es el que rodea la parte edificada del actual recinto del castillo, teniendo como límite el río al norte y al oeste. Aquí se encuentra el antiguo molino de Cercós, donde ahora está la Biblioteca «Sebastià Juan Arbó», justo al lado de los restos de la torre de Sant Joan, de la que queda el basamento con sillares almohadillados, pero que a inicios del siglo xix estaba en parte en pie, tal como se aprecia en un grabado de Alejandro de Laborde. Si seguimos el área del castillo, en el centro, justo en el límite del primer foso, se encuentra el edificio de la Escuela de Arte, donde había estado la celoquia o torre del homenaje del castillo, y donde se han encontrado estancias de época medieval junto con unos silos de época ibérica. También hay restos andalusíes reforzando la muralla con mayor espesor, y una torre justo en el ángulo del foso. Sobre los restos del antiguo Molino de Escrivà, ya junto al río, se encontraba la torre del Hospital, al final de un baluarte bajomedieval, aprovechando la roca que se alza sobre el río. Cabe destacar que justo en este punto se encuentran los restos del

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Figura 3. Primer foso del castillo de Amposta. (Foto. D. Gordillo)

Figura 4. Grabado de Alejandro de Laborde donde se ve la Torre de San Juan del castillo de Amposta. Año 1803. Colección del autor.

antiguo embarcadero del castillo1, un espacio en el que sólo podía entrar una pequeña embarcación, cubierto con bóveda de piedra, muy similar al medieval de Miravet. El segundo foso corresponde a lo que hoy es toda la calle Fossat, que prolongado hacia el río acabaría bajo la pilastra del puente colgante; durante el siglo xix este espacio fue ocupado por viviendas adosadas a la escarpa y la contraescarpa, al ser bastante ancho, excepto donde se estrecha, cerca del Canal de la Derecha del Ebro, donde se ocupó sólo en el lado interior. Tanto bajo la torre del Hospital, cercano al primer foso, como en el muro de río junto al segundo foso, cerca de la pilastra del puente, se encuentran unas grandes anillas empotradas en la roca2 que servirían de amarre de las embarcaciones que se acercaban al castillo. Lo que quedaba de este recinto fue aprovechado para rehacer una parte de las murallas durante las guerras carlistas. Del tercer recinto queda alguna traza en la orilla del río, aprovechada como pared posterior de las viviendas que le dan fachada, pero no queda ningún rastro y no se sabe exactamente por donde discurría por la parte interior, aunque muy probable1 2

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Información facilitada y contrastada por la arqueóloga Cinta Montañés. Constatación a partir de observaciones de la arqueóloga Cinta Montañés.

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Figura 5. Plano que manifiesta la posizion del lugar de Amposta y la que deberá tener la entrada del Canal de Nabegacion que se propone. Segle XVIII. Signatura 322. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos. Centro Geográfico del Ejército.

mente incluía la antigua capilla de Santa Susanna, actualmente desaparecida al abrir la avenida que lleva al puente colgante, y seguramente situada cerca de la puerta de acceso como capilla del recinto inferior del castillo. Hacia ahí se dirigen las dos calles que rodean la Casa Miralles por sus fachadas laterales, en el casco antiguo, la que probablemente fuera una de las edificaciones singulares de la población junto con la antigua Casa del Prior (donde hoy se encuentra el edificio del ayuntamiento) y la antigua iglesia románica de la ciudad (de la que se han encontrado los cimientos a finales del año 2014), que mantiene un matacán entero y parte de otro protegiendo las dos puertas de acceso de que dispone. Cercano a la tercera muralla probablemente no habría ninguna edificación, con un espacio vacío de protección, más allá del cual se formaría la población cristiana a partir de una trama de calles más o menos ortogonal, con manzanas rectangulares formadas por parcelas estrechas, similar a nuevas poblaciones medievales posteriores, como la vecina Ulldecona, tras bajar a la llanura desde el castillo, la no tan próxima Vila-real, o las más lejanas bastidas francesas de Aigües-Mortes o Monpazier, trama que se desfigura por la posible situación del tercer recinto, haciendo girar la calle principal de la villa hacia el embarcadero existente.

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Figura 6. Plano de la Villa de Amposta y de su Casa Fuerte. Segle XVIII-XIX. Signatura 345. Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos. Centro Geográfico del Ejército.

Rodeando la antigua villa anexa al castillo también había una muralla, de la que en el año 1986 aparecieron unos cimientos en unas obras entre la Calle Sant Pere y la Plaza del Aube3, no quedando a día de hoy por la parte de tierra más que la traza definida por las calles que limitan el casco antiguo, hasta llegar al área del castillo. En un plano de mediados del siglo x ­ viii sólo se muestran dos de los fosos del castillo, con edificios dentro usados de fábrica y almacén, y en otro de principios del xix sólo se marca el segundo foso, con una casa fuerte en el primer recinto, por lo que se ha de suponer que hasta inicios del siglo xix no se volvió a fortificar el lugar. De hecho, no hay referencias a hechos de armas en Amposta desde principios del siglo xvi hasta las guerras carlistas. 3. Las defensas de la villa durante la primera mitad del siglo xix Vuelven a mencionarse las defensas de Amposta en un informe del Cuerpo de Ingenieros4, en el transcurso de la Primera Guerra Carlista, tras el asedio sufrido del 3 Información facilitada por el Sr. Joaquim Moya, funcionario municipal. 4 Comandancia de Ingenieros de Tortosa. Expedientes nº 1940 y 2434. Copia del Arxiu del Servei d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.

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Figura 7. Ligero Plano de la Villa de Amposta. Abril de 1838. Signatura 2100-2. Copia del Arxiu del Servei d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.

Figura 8. Ligero Plano de la Villa de Amposta. Marzo de 1838. Signatura 2100-1. Copia del Arxiu del Servei d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.

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Figura 9. Plano de Amposta y su fortificación. Marzo de 1876. Signatura BHMB B06-06. Biblioteca Histórico-Militar de Barcelona.

Figura 10. Villa de Amposta. Detalles. Marzo de 1876. Signatura BHMB B06-05. Biblioteca Histórico-Militar de Barcelona.

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Figura 11. Villa de Amposta. Detalles. Marzo de 1876. Signatura BHMB B06-05. Biblioteca Histórico-Militar de Barcelona.

siete al catorce de octubre de 1837 por parte de tres mil carlistas con cinco piezas de artillería, al mando de Ramón Cabrera, abortado en último momento por la llegada desde Tarragona del Brigadier Pedro Aznar con una división isabelina para socorrer la guarnición de Amposta. Según el mismo Aznar hacía notar, la fortificación existente era suficiente para soportar golpes de mano, pudiendo contener al enemigo por unos días, pero insuficiente ante asedios con artillería. El 16 de octubre ordenó que se repasaran las fortificaciones existentes, que se reducían a una cerca de unas mil varas castellanas5 de perímetro, teniendo al norte los restos del castillo, separado de la ciudad por un pequeño foso, con una batería baja y una falsabraga con un torreón irregular en un extremo, y la torre de Sant Joan en el otro, cerrando en ángulo el conjunto por un parapeto, formando una plaza de armas, donde existían unos edificios destinados a alojamiento de la guarnición, almacenes y cuerpo de guardia. En ese momento se decidió mejorar las defensas, básicamente reduciendo el perímetro de la fortificación de la villa, talando todos los olivos y algarrobos de alrededor y derribando todas las construcciones y casetas del exterior a una distancia de medio tiro de cañón desde la muralla, salvo una fábrica de jabón, edificio bajo dominado desde la villa, donde podría haber un destacamento, que unido al recinto mediante una doble caponera proporcionaría fuegos de flanqueo en el frente más expuesto del castillo. Según unos planos fechados el 24 de marzo y el 25 de abril de 1838 y siguiendo las indicaciones del mismo Brigadier Aznar, el recinto debía estar separado de las casas, para evitar que con la ayuda de alguien desde el interior se pudiera acceder por 5 Una vara castellana equivale a 0,835905 metros, i también a tres pies, equivalente cada uno a 0,278635 metros, según la “Real Orden de 9 de diciembre de 1852, por la que se determinan las tablas de correspondencia recíproca entre las pesas y medidas métricas y las actualmente en uso (Diccionario jurídico-administrativo. Madrid, 1858)”.

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Figura 12. Muralla de Amposta de 1876 cerrando el paso a la Carretera de València. Fotografia hacia el 1876. Colección Subirats Adell. Museu de les Terres de l’Ebre.

Figura 13. Muralla de Amposta de 1876 en el embarcador del río. Fotografia hacia 1910. Colección Mario López Albiol.

las ventanas o aberturas posteriores de alguna de las construcciones dentro de la población, como parece que había ocurrido alguna vez en otros lugares en el transcurso de la Primera Guerra Carlista. El sistema de defensa básicamente se fiaba en unos baluartes (el Grande o de Isabel II y el de los Carabineros o del Barón de Meer) y unos torreones (Trinquete y de la Fábrica) donde poder situar piezas de artillería, unidos mediante cortinas lisas, además del propio castillo, todo hecho con mampostería de piedra y argamasa, con madera para entarimados y vigas en edificaciones auxiliares. Parte del material empleado era reaprovechado de otras construcciones, como del antiguo convento de Capuchinos de Tortosa, situado extramuros de la ciudad, de donde se sacó piedra y madera, además de la sacada de los andamios para la construcción de la iglesia arciprestal de Amposta. Desde el lado más bajo, la cortina, apoyada en el río a partir de la torreta de los Carabineros llegaba hasta el semitorreón del Trinquete, teniendo en medio el baluarte del Barón de Meer o de los Carabineros, protegiendo una de las puertas de la villa, de dos batientes de madera maciza y rastrillo, cerca del cual se encontraba una casa habilitada como cuerpo de guardia. En total hacía unas ciento cincuenta varas

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Figura 14. Muralla de 1876 en el recinto del castillo. Fotografía del autor.

Figura 15. Muralla de 1876 en el recinto del castillo y segundo foso. Fotografía del autor.

de largo por seis de alto y tres y medio de ancho. Desde el torreón del Trinquete la cortina iba hasta el semibaluarte Grande o de Isabel II, de donde salía la carretera de Valencia, con una cortina de unas ciento sesenta y tres varas de largo, desde allí iba otra cortina de unas ciento veinte varas hasta el semitorreón de la Fábrica, que enlazaba con la misma mediante una doble caponera. En la mitad de la cortina salía el camino hacia Masdenverge y Ulldecona, prolongación de la calle Major. Desde el torreón de la Fábrica una cortina de unas ciento sesenta y seis varas enlazaba con el castillo, y en medio de esta salía el camino hacia Tortosa. También se reforzó el castillo con una cortina desde la torre de Sant Joan hasta la tronera antigua, de tres varas y media de ancho, con la formación de una banqueta de dos varas y medio de alto, levantando un parapeto para fuego de fusil. En la tronera se le añadieron merlones y parapeto, midiendo en total seis varas de ancho, levantando la altura del parapeto hasta tres varas y medio, levantando el terraplén interior una vara para tener la explanada para un cañón. En el lado del río se hizo un muro de una vara de espesor y una y media de altura, igual a la muralla de la ciudad de cara al río. El muro del puente levadizo del castillo era de mampostería de vara y media

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de ancho y ocho varas de altura, y el muro del castillo de cara a la villa media unas ciento cuarenta y seis varas de largo, de tres varas de alto y de ancho tenía dos muros de cuatro pies y medio terraplenado con dos varas de grosor. Con el fin de la guerra se consideró innecesario mantener en funcionamiento la fortificación de Amposta, por lo que en fecha veintitrés de junio de 1845 se dio la orden de inutilizarla, lo que fue cumplido poco después, de manera que durante la Segunda Guerra Carlista se sabe que tropas leales a Isabel II tuvieron que refugiarse en la iglesia arciprestal en construcción, como fuerte principal de la población, ante un ataque carlista, rodeando en ese momento la villa un simple muro y un foso. 4. Las defensas de la villa durante la segunda mitad del siglo xix Durante la Tercera Guerra Carlista, el jefe carlista Pascual Cucala entró en Amposta el veintiuno de febrero de 1874, recuperándose la villa el veintitrés de septiembre por tropas leales al Gobierno, provenientes de Tortosa6. Sólo dos días después se inició la nueva fortificación de la población a expensas de la población, resistiendo dos ataques carlistas posteriormente, uno del diez al doce de octubre del mismo año, cuando llegaron refuerzos desde Tarragona, y otro el catorce de marzo de 1875, rechazado por la guarnición, siendo apoyada por varias lanchas blindadas venidas de Tortosa. Según unos planos de las nuevas fortificaciones fechados en marzo de 1876, tanto generales como de detalles, la fortificación era más sencilla que la de la Primera Guerra Carlista, aprovechando en parte el nuevo canal de la Derecha del Ebro como elemento defensivo, con unas cortinas aspilleradas que no llegaban al metro de ancho, y entre dos y cuatro metros de altura, con unos baluartes más sencillos, con plataforma sobre el nivel del suelo entre dos y tres metros para poder instalar piezas de artillería, con una rampa de acceso, y una altura total de entre cuatro y seis metros, con cañoneras y aspilleras fusileras, que en la puerta que conectaba con la carretera de Valencia era de dos pisos. En el baluarte más expuesto, situado en el tramo de muralla que quedaba entre el canal de la Derecha del Ebro y el canal que comunicaba el río con la dársena del canal de navegación, que se había hecho a mediados del siglo, se le añadió un foso rodeándolo en su perímetro exterior, de un poco más de metro y medio de profundidad y unos dos metros y medio de ancho, no haciéndose en cambio ninguno en la base de las cortinas, pero hay que tener presente que la parte de terreno exterior entre el canal y el río no tenía acceso fácil desde fuera de la ciudad, ya que se tenía que atravesar o el canal o la dársena del canal de navegación. En el caso del castillo, según el plano de 1876, el primer foso quedaba enterrado al nivel del resto del interior del recinto, manteniéndose básicamente la edificación ubicada sobre la antigua celoquia medieval, más lo que quedaba de la antigua torre de Sant Joan con una edificación anexa, y otra edificación nueva sobre lo que había 6 Comandancia de Ingenieros de Tortosa. Expediente nº 1940. Copia del Arxiu del Servei d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.

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sido el baluarte de la torre del Hospital. De cara al campo estaba rehecho el parapeto tras el que se situaba una pieza de cañón, justo en el cruce del canal de navegación con el segundo foso del castillo, con un muro aspillerado, y de cara a la villa quedaba un muro sencillo de unos sesenta centímetros de ancho con una altura variable, entre cinco y ocho metros, en el que ya en ese momento se apoyaban las casas construidas en el segundo foso. Algunos de estos elementos todavía se pueden observar hoy en día. Cabe destacar que con la mejora de las condiciones económicas por el cultivo del arroz en el delta, había aumentado la ocupación del suelo en el interior de la ciudad, de modo que no sólo se había edificado en el antiguo segundo foso del castillo con viviendas adosadas a la escarpa y la contraescarpa del mismo, sino que además las manzanas llegaban hasta el canal, por lo que en la parte de la ciudad que limitaba con el canal se mantuvieron los edificios, y sus muros posteriores pasaron a formar parte de la fortificación de la población, cerrando los finales de calle de cara al canal con tramos de muros aspillerado. Si tenemos en cuenta los accesos a la villa, desde el lado del río, junto a la dársena del canal de navegación, había una puerta de la muralla desde la que se accedía a un puente giratorio, que comunicaba con el delta o bien aislar Amposta del otro lado de dársena y canal. También había otra puerta, que mediante un puente, conectaba con la carretera de Tortosa por encima del canal. Se había anulado la salida hacia Ulldecona y también la conexión con la carretera de Valencia a través de la puerta de Sant Josep, además de cerrar el paso junto al río a un pozo en el lugar llamado «Povador», al construir un parapeto al final de la calle que accedía. Se mantenía, sin embargo, el paso de barca para atravesar el río y conectar hacia Barcelona, paso que existía de siglos anteriores en el mismo lugar. Ya terminados los combates, en 1876 se dio la orden de inventariar las fortificaciones de todos los ayuntamientos, obligando a los alcaldes a su mantenimiento, y posteriormente consta que en fecha siete de octubre de 1877 desde el Ayuntamiento se pidió a la autoridad militar abrir la muralla por la puerta de Sant Josep, ya que así se facilitaba el acceso a la carretera de Valencia, y por el acceso al “Povador”. Tras varias gestiones, el diez de noviembre de 1877 se daba el permiso solicitado, con la condición de que si hiciera falta volver a cerrar las aberturas, debían hacerse cargo los vecinos. Posteriormente, en mayo de 1888 se promulgó una Real Orden por la que las murallas y fortificaciones de poblaciones que no eran plazas fuertes, como Amposta, pasaban a ser de titularidad municipal, haciendo los ayuntamientos lo que más les conviniera, o conservarlas o derribarlas. Existe un informe de la Comandancia de Ingenieros de Tortosa de cuatro de agosto de 1889, referente a un vecino que quería derribar a su cargo un tramo de la muralla de Amposta que separaba fincas de su propiedad, pidiendo quedarse el material resultante del derribo, donde se especifica que las obras de fortificación no fueron pagadas en su momento por el Estado, sino por la Diputación Provincial y los pueblos del entorno (Amposta, Masdenverge, Sant Carles de la Ràpita, Freginals, Vinaròs, Santa Bàrbara y Roquetes), por lo que confirmaba el permiso para derribar, pero aclaraba que quien debía dar el permiso del aprovechamiento de los materiales resultantes eran las administraciones mencionadas.

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5. Conclusiones Es interesante ver como en Amposta, un lugar estratégico, hay restos medievales, no hay ninguno de fortificación abaluartada, y vuelven a aparecer ejemplos diversos del siglo xix, construyendo unas fortificaciones de circunstancias con una concepción aún relacionada con la idea de cortinas y baluartes que las cubren, sobre todo las del primer tercio del siglo xix, con un espesor importante en las cortinas pero sin elementos exteriores, y en cambio, las fortificaciones del último tercio del siglo xix son de una precariedad manifiesta, hechas con los exiguos medios que disponían. Fijémonos en el grosor y la altura del perímetro amurallado que aún queda en el área del Castillo. Es curioso que en el siglo xix se haya producido este proceso de construcción y derribo tan acusado, en solo cuarenta años, ya que si en lugar de demoler las defensas al terminar cada contienda se hubieran mantenido, esto hubiera repercutido no sólo militarmente sino económicamente, porque para cada nueva construcción se debían destinar nuevos recursos humanos y materiales. Pero la principal razón por la que han desaparecido la mayoría de las fortificaciones ha sido por el reaprovechamiento del espacio y de los materiales a lo largo del tiempo, sobre todo en los siglos xix y xx, al crecer la actividad económica con la construcción de fábricas y molinos, tanto en el recinto del castillo como fuera, y con ella, la población, que ha ido ocupando espacios vacíos. Se han reaprovechado elementos constructivos, pero también se ha edificado sobre estructuras más antiguas, que han quedado ocultas. Bibliografía ALMUNI, Victòria; BONET, Maria; CURTO, Albert: De l’edat mitjana al Montsià. Amposta: Museu del Montsià, 1995. ARTIGUES CONESA, Pere Lluís; VILLALBÍ PRADES, Maria del Mar: «El castell d’Amposta». En: Catalunya Romànica, Vol. XXVI: Barcelona: Enciclopèdia Catalana, 1997. BRASÓ VAQUÉS, Miquel; CATALÀ ROCA, Pere: «Castell d’Amposta». En: Els castells catalans. Barcelona: Rafael Dalmau editor, 1973. Comandancia de Ingenieros de Tortosa. Expedientes nº 1940 i 2434. Copia del Arxiu del Servei d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya. LÓPEZ PERALES, Rogelio: Historia de Amposta. Tortosa: Cooperativa Gráfica Dertosense ed., 1975. MONTAÑÉS PRÍNCEP, Cinta: «El procés de fortificació andalusina a les Terres de l’Ebre», Recerca núm.11. Tortosa: Arxiu Històric Comarcal de les Terres de l’Ebre ed., 2007. SEGURA TORRES, Jordi: Projecte d’ordenació del recinte del castell. Amposta, Montsià: INCASÒL. Direcció General d’Actuacions Concertades, Arquitectura i Habitatge. Departament PTOP. Generalitat de Catalunya, 2001.

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El paso de las murallas romanas y medievales a las fortificaciones modernas en la ciudad de Tarragona (siglos xv-xvii) Joan Menchón Bes Arqueólogo Municipal. Ayuntamiento de Tarragona [email protected] No hay muro, cualquiera que sea su grosor, que la artillería no lo destruya en unos pocos días. Nicola Maquiavelo, El arte de la Guerra Resumen En nuestra aportación a las Primeras Jornadas de Patrimonio Defensivo de época moderna (2013) realizamos una aproximación general a la evolución de las murallas y fortificaciones de la ciudad de Tarragona entre los siglos II aC y 1854, cuando deja de ser plaza fuerte y se abre el proceso de desmantelamiento. En esta comunicación veremos como las murallas romano-medievales sufren las primeras transformaciones ante los avances del arte de la guerra, con las armas de fuego, y la construcción de las primeras obras de traza italiana, entre los siglos xvi y xvii. Palabras clave: Tarragona, murallas, artillería, baluarte, pirobalística. 1. Las viejas murallas romanas y medievales hasta la Guerra Civil catalana (1462-1472) Hemos de recordar que la ciudad medieval de Tarragona reocupaba la antigua sede del Concilium Provinciae Hispaniae Citerioris y parte del antiguo barrio portua-

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rio, en la zona de la actual plaza de los Carros y estación del ferrocarril, dos espacios urbanos separados entre sí unos 1.000 metros. La vieja muralla romana, de algo más de 4’5km., quedaba inutilizada en su mayor parte, pasando a convertirse en un elemento obsoleto, límite de fincas y caminos e incluso cantera. El lento desmantelamiento de la vieja fortificación romano-republicana de la mayor parte de su recorrido, no concluye prácticamente hasta el siglo xix, y contrasta con su mantenimiento en la Parte Alta o centro urbano medieval y de época moderna. La parte meridional de la Tarragona del siglo xii se cerró primero con una cerca conocida como el Mur Vell en el desnivel entre la Plaza de Representación del Concilio Provincial y el Circo. Entre 1360 y 1369, en tiempos del rey Pedro III de Cataluña y IV de Aragón, se inician las obras de una segunda muralla que protegerá el arrabal del Corral, construido sobre la arena y las gradas del viejo Circo romano. La defensa de las murallas romano-medievales se basaba en primer lugar en sus extraordinarias dimensiones, una estructura de emplecton con zócalo megalítico y segundo cuerpo de sillería, mientras que el interior, parcialmente colonizado, se formaba por un interesante relleno de adobes. Las dimensiones de la sección son de admirar: entre 5 y 6 metros de ancho y unos 10-11 de altura. Las viejas torres romanas son reforzadas e incluso recrecidas (Arzobispo y Seminario o Cabiscol) y se construyen otras en determinados puntos, aunque algunas de ellas puedan ser ya de la antigüedad tardía. Los adarves se protegen con frisos de almenas de tapia, y sobre puertas y poternas se construyen ladroneras. El llamado Mur Vell, del siglo xii, tiene unas dimensiones más discretas en cuanto a sección, dado que reutiliza el antiguo muro de contención de la plaza del Concilium, pero no deja de impresionar la reutilización de las sillerías romanas, junto a la construcción de torres de planta cuadrada. Ya en el siglo xiv la fachada del Circo se tapia con finalidades defensivas, obra que conocemos como el Mur de Clasquerí, en recuerdo de dicho arzobispo, que manda construir esta defensa no sin serios problemas con el Concejo de la ciudad; pero a partir de 1369 se refuerza con una nueva muralla por orden del rey Pedro III. Esta, a diferencia de otras coetáneas, tiene una sección nada desdeñable, 4’20 m de anchura junto a la torre de les Monges, lo cual nos hace pensar que pretende dar continuidad arquitectónica y monumental a la muralla romana, precisamente en un tiempo de crisis y tribulaciones, pero también de serias pugnas entre el poder municipal y el arzobispo, verdadero hombre fuerte de la ciudad. Esta nueva muralla incorpora ya innovaciones poliorcéticas. Así las torres de les Monges y de Miralcamp son sendas construcciones octogonales al estilo de las de Poblet, Morella, Barcelona, Tortosa o Valencia, la torre-portal de Sant Francesc seria del estilo del portal del Bové de Montblanc. Sin embargo, es de suponer que esta muralla no acabó de concluirse, lo cual explicaría el releje que se observa en planta tanto en los planos históricos militares como en el parcelario actual, de manera que la parte más occidental seria simplemente un tapiado de las arcadas del Circo romano. La documentación medieval muestra como una de las cargas para la ciudad de Tarragona era el mantenimiento de sus murallas, problema que se hereda e incluso

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Figura 1. Croquis de las defensas de Tarragona en el siglo xv y a principios del siglo xvii (J. Menchon).

de agrava en época moderna. La preocupación por los ataques de piratas y corsarios, o por las hostilidades de franceses o castellanos son la causa. No faltan las disputas entre el Concejo de la Ciudad, el Cabildo catedralicio, el arzobispo y el conde-rey a la hora de decidir quien asume económicamente las obras. Las murallas fueron reforzadas e incluso se modificó la torre de Miralcamp (1446- 1447) o Torre Grossa. Un episodio realmente importante es la Guerra Civil Catalana (1462-1472) entre la Generalitat y Juan II. En 1462 las tropas realistas y del arzobispo Pedro de Hurrea pusieron sitio a la ciudad. Tarragona se preparó, artillando torres, cerrando portales, tapiando ventanas y oberturas etc. El 17 de octubre se inició asedio, y pronto vieron que la empresa no sería fácil dada la potencia de las defensas. La expugnación se llevó a cabo por la Muralleta, que era la parte más fácil de atacar por la topografía del entorno. Se hostigaron los flancos de las torres Grossa y de les Monges desde los conventos de Sant Francesc y Santa Clara. Se consiguió abrir brecha junto a estas torres y la del Burdel. Lo cierto es que los realistas entraron en el barrio del Corral pero al encontrarse con el Mur Vell, entendieron que la plaza no se tomaría tan fácilmente. Por ello el 2 de noviembre de pactó la rendición de un sitio que realmente acabó en tablas pero que afectó seriamente las viejas murallas, y que mostraba una nueva forma de hacer la guerra con armas de fuego, ante las cuales las defensas verticales no permitían una defensa satisfactoria. Tras la propugnación de 1462, las murallas fueron reparadas, como se observa en la reconstrucción del muro romano junto a la torre de les Monges, o el recrecimiento con una cúpula octogonal y la conversión de sus saeteras en troneras, remodelación que se observa en no pocas fortificaciones y castillos catalanes del siglo xv. Sin em-

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bargo aquí esta intervención se realizó de forma bastante burda, limitándose a abrir las aspilleras. Es plausible que en este contexto la torre bajo el baluarte de Sant Antoni fuera reforzada en su base con una reestructura en talud.

2. Siglos xvi-xvii la traza italiana: refuerzo de murallas y el inicio de las obras de la muralla de San Juan Bien es sabido que la respuesta provocada por la llegada de las armas de fuego fue acompañada de la correspondiente revolución en el arte de la fortificación. Murallas, torres y castillos se refuerzan con taludes; las saeteras se convierten o sustituyen por troneras; las torres pasan a ser circulares, con los primeros bonetes artillados, pero pronto se pasa a reforzar las murallas con su extradosado y después la construcción de grandes obras de planta poligonal, que permiten tanto una mejor resistencia a la artillería de fuego, como una mejor visual y la multitud de espacios desde donde defenderse con las nuevas armas. La tradición medieval aún se manifiesta en la fortificación de Salses (Rosellón, Francia) con unas primeras respuestas arquitectónicas a la irrupción de la pirobalística. Pero las soluciones poliorcéticas de éxito fueron otras, fruto del genio italiano de personajes como Leonardo, Miguel Ángel, los hermanos Giuliano o Sangallo, por poner algunos ejemplos. Nacía así la llamada traza italiana o en estrella. Se construyeron defensas con muros más bajos y anchos, de piedra y mortero, y relleno interior de tierra. Así se absorben mejor los impactos de los cañonazos. Un nuevo sistema de defensa avanzada sustituía las torres: bastiones o baluartes y revellines. Permitían el fuego cruzado, más cuando la estructura de las nuevas fortalezas evolucionaba hacia la planta en forma de estrella. Lo cierto es que era un sistema de construcción revolucionario, pero en un tiempo muy costoso. Esta realidad se observa en Tarragona, aunque lo cierto es que por ejemplo la topografía y la dureza del terreno impiden seriamente la existencia de fosos, y se hacía difícil no visualizar las defensas a estar la ciudad en una colina. Las primeras construcciones a la italiana se corresponden a baluartes en los flancos más débiles de la muralla. Esto sucede en tiempos de Carlos I de Habsburgo. Ya en 1524 se mandó construir el baluarte de Sant Climent, frente a la torre de Giminells, pero esta obra no se ejecuta hasta la “Sublevación de Catalunya” (Guerra dels Segadors, 1640-1652). Pocos años después, en 1527, la amenaza de piratas y corsarios norteafricanos provocó que el consulado acordara «fer quatre baluards bons de pedra picada forts […] a la torra del Scolà un, y al portal del Rey altre […] a la torra Grossa altre y al portal de sent Antoni altre”. Paralelamente, el arzobispo Pedro de Cardona mandó construir la torre del Port o dels Caputxins. Además, las viejas murallas son reparadas, como en 1534 el Concejo municipal y la “Divuitena” así lo mandan, amén de preparar la artillería y habilitar un portal en las bóvedas de en Carabassa en el Corral.

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Figura 2. Dibujos de Antonio van den Wyngaerde (1563) de la ciudad de Tarragona (KAGAN, R. L.: Ciudades del Siglo del Siglo de oro: las vistas españolas de Anton Van den Wyngaerde, Madrid 1986). Se remarca el Fortín Negro y baluarte de Carlos V, baluartes de Carlos V y San Antonio, y la inferior, torre del Puerto.

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En 1542 Carlos I visita la ciudad y un año después Luís de Castellet, delegado del capitán general de Cataluña, propone la construcción de dos baluartes en los conventos de Sant Francesc y Santa Clara, extramuros, a ambos lados de lo que ahora es la Rambla Vella. La idea provocó que fuera rechazado en 1544. Posteriormente se recupera el proyecto sin afectar los dos centros religiosos. Castellet también inició los trabajos de desmantelamiento de la torre de Sant Magí o Minerva con la idea de sustituirla por un baluarte, operación que se manda parar y reconstruir la torre. En 1545 se realizaban obras del baluarte de Carlos V (que llaman Santa Clara), al pie de la torre de les Monges. En 1549 se iniciaron las del baluarte de la Benedicció, Santa Bàrbara o Fortí Negre, obra que finalizó un año después. Con estos baluartes se protegían los ángulos más sensibles de la muralla, si bien no se actuó en el occidental, donde la Torre Grossa seria una construcción suficientemente potente. Pese a ello, la Muralleta no ofrecía la necesaria protección de la ciudad por su flanco meridional más cuando en el último tercio del siglo XVI, entre los conventos de Sant Francesc y Santa Clara, se construyen el nuevo Hospital, l’Estudi, el Seminari Tridentí y el convento de los Jesuitas (1572-1580), que bajo la promoción del cardenal Gaspar Cervantes de Gaeta (1568-1575) iniciaba un ambicioso programa edilicio en el marco de la Contrarreforma Católica. El espacio entre estos equipamientos culturales y religiosos y la Muralleta con el tiempo conformaron la actual Rambla Vella o de Sant Carles. Para su correcta protección el prelado y la Corona promovieron ampliar el perímetro de la muralla, aunque en realidad el coste estuvo básicamente a cargo de la ciudad y las poblaciones del Camp de Tarragona. El proyecto inicial era una muralla rodeando el perímetro entre los dos conventos, con dos baluartes, de Cervantes, les Monges o de Toro en la vertiente oriental, y el de Sant Pau en la occidental. Según Recasens, las obras se iniciaron en 1572. Lo cierto es que el ritmo se fue atenuando, de manera que aún se trabajaba en el de Santa Clara en los años 1587, 1692 1603, 1604, y no se finaliza y arma hasta 1625. Pero esta fortificación ¿cuándo se finalizó? Sabemos que en 1602 se trabajaba en el baluarte de Jesús, pero todo indica que éste y el de Sant Pau no se concluyen hasta bastante más tarde. Es interesante ver que esta muralla se refleja de forma muy diferente en los planos de mediados del siglo XVII. Por ejemplo en los dibujados en 1642 conservados en Simancas, se dibuja la muralla completa. Mientras, el plano de Calbet (1643, Biblioteca Nacional de París) se ve la línea de la muralla de Sant Joan, aunque sólo marca los baluartes de Cervantes y Sant Pau. 3. Descripción de las fortificaciones ¿Qué nos queda de estas fortificaciones del siglo xvi? Si hacemos un recorrido desde el lado de mar siguiendo la muralla romana hasta la Vía del Imperio primero nos encontramos con el baluarte de Carlos V. Las excavaciones realizadas en los años 80 del siglo XX descubrieron parte de su escarpa y planta. Era una defensa en forma

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Figura 3. Plano de Tarragona en 1643 firmado por Calbet (www.gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b69036389 ).

de punta de flecha o mejor dicho un baluarte con orejeras que rodeaba la torre de les Monges. Su fisonomía recuerda las fortificaciones renacentistas de Frantin y Calvi en la ciudad de Ibiza, por ejemplo. Los muros, como en el caso del baluarte de Sant Antoni, se construyeron con núcleo de hormigón de cal y mampuesto y cara exterior de sillería. Entre escarpa y Muralleta, debería haber un importante relleno de tierra. El plano de Silby de 1748 marca perfectamente, como otros de detalle del siglo xviii y xix, la planta en forma de baluarte con orejeras y como rodea la torre de les Monges, la parte superior de la que sobresaldría por encima del terraplén. En los dibujos de Wyngaerde se observa, por ejemplo, que el baluarte sería quizás coronado con una casamata sobre la cara de mar, o tal vez no estaría terminado, mientras que en la cara que mira a la actual Rambla Vella, se ve una pieza de artillería que sobresale. Esto hace pensar que tal vez no hubiera troneras, sino que sería terminado a barbeta, es decir sin bocas de fuego de manera que se disparaba por encima del parapeto, lo que permitía un mayor ángulo de tiro. El baluarte de Sant Antoni defendería el ángulo de muralla entre los actuales paseos de Sant Antoni y Torroja. Es una construcción también de planta pentagonal, con un potente muro de hormigón de cal y piedra y forro exterior de sillares. En el extremo habría una garita, que se ve en fotografías de principios del siglo XX . Estaba

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Figura 4. “Planos y perfiles de los almacenes de S. Felipe y la Fusteria de Tarragona” por Rafael Silby, año 1748. Servicio Histórico Militar (foto archivo Museo de Historia de Tarragona). En el extremo superior derecho se ve el baluarte de Carlos V defendiendo la torre de las Monjas.

rematado, como otros baluartes del siglo XVI con una cornisa semicircular o cordón, que marcaría la línea magistral. En la fotografía de Hermenegildo Vallvé (1920) no se ven troneras, como tampoco en el plano de Silby. Una imagen también interesante es una fotografía del tramo del paseo Torroja con el baluarte al fondo. En el plano de Silby de 1748 destaca de un acceso al terraplén, que no es más que una rampa de la muralla romana; o una cisterna interior, de la que aún nos ha llegado uno de sus lados. Las voladuras de los napoleónicos en 1813 el dañaron seriamente, tal como dibujó Vicente Roig, Vicentó, en su espléndida serie de aguafuertes. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en este baluarte (1992) exhumaron la base de una torre medieval que sería desmontada posiblemente en erigirse esta defensa renacentista. Los trabajos de emergencia en el lienzo adyacente que dan al Passeig de Sant Antoni, muestran como el terreno natural fue rebajado para dar más altura al baluarte, e incluso cabe la posibilidad que se abriera un foso. En cambio en la torre de Sant Magí, no hay indicios que finalmente se construyera un baluarte hasta tiempo después, durante la “Sublevación catalana” (Guerra dels Segadors). Se observa, sin embargo, la reparación del desmonte que inició el capitán

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Figura 5. “Plano y perfiles de los almacenes del baluarte de S. Antonio de Tarragona” por Rafael Silby, año 1748. Servicio Histórico Militar (foto archivo Museo de Historia de Tarragona).

Castellet, con un aparejo de sillar bien escuadrado unido con cal, pero de clara diferenciación con la sillería romana. Si bien la documentación diplomática nos habla de que en el siglo XVI se manda hacer el baluarte de Sant Climent o Cadenes, hay que pensar que esta construcción, como el de Sant Magí, también es de tiempos de la Guerra dels Segadors. Ciertamente no hemos sabido localizar referencias que nos hablen de su obra en el siglo XVI. Pero lo que más llama la atención es que no es en los dibujos de Wyngaerde ni en los documentos gráficos anteriores al sitio de 1641. Eso si, aparece en el plano de Calbet de 1643 y en el asedio de 1644. Es también significativo que se marca en los planos de los proyectos de fortificación de 1642 y el coetáneo de Gandolfo. El fortí Negre se construyó sobre la torre Escolà y su perfil se observa en el dibujo de Wyngaerde de 1563. Es una imponente construcción de planta casi cuadrada, similar a lo que sería el baluarte de Cervantes o de Toro. Actualmente se pueden diferenciar dos niveles o plataformas que nos evocan la estructura de baluartes renacentistas con casamatas para batir los lienzos lateralmente. Exteriormente se ve una obra de mampostería ligada con mortero y sillares en esquinazo. El lado oeste deja entrever sillería muy dañada al ser utilizada piedra

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Figura 6. “Vista de la ruina del Baluarte de San Antonio (h)echa por los franceses en la explision del dia 19 de Agosto de 1813.” Museo de Historia de Tarragona-colección Gil Nebot (foto Museo de Historia de Tarragona).

del Loreto. El meridional fue volado el 19 de agosto de 1813 con la evacuación de las tropas napoleónicas. El dibujo de Wyngaerde nos marca que tendría troneras, al menos en la cara que da a la actual Vía del Imperio. Como nota interesante, Antonio Alegret en 1911 nos dice que fue testigo de la retirada de dos culebrinas de 10 m. de longitud, Vencedora e Invencible. Podría tratarse de dos piezas de artillería de los siglos xvi y xvii. Gracias a los planos históricos y un dibujo de 1883, sabemos que el baluarte de Cervantes o de Toro era una fortificación de planta casi cuadrada, pequeña en comparación a las otras defensas de la muralla de Sant Joan. Se marca con potentes taludes y seguramente estaría rematado con moldura semicircular, similar a la del de Santa Bàrbara. En un dibujo aún se marca lo que quedaría de las troneras. Diferentes fotografías de finales del siglo xix y principios del xx nos muestran su extraordinaria presencia en la topografía de la ciudad. En cuanto a los planos que nos muestran el baluarte, los primeros a tener en cuenta son los del archivo de Simancas de 1641 y 1642. También se localiza en el plano de Calbet de 1643 y en el del asedio de 1644. Y no está ausente en los dibujados a partir de 1700, así como en diferentes vistas de la ciudad fechadas en el siglo xviii.

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Figura 7. Vista del baluarte de Toro, año 1883. Museo de Historia de Tarragona.

Figura 8. “La ciudad de Tarragona vista desde el mar.” Grabado de Pablo Montanyà publicado en el tomo XIII del Viaje de España de Antonio Ponz, entrepàginas 164-165. Se remarca en oscuro la torre del Puerto (Biblioteca-Hemeroteca Municipal de Tarragona).

En cuanto a la torre del Port, conocemos su ubicación gracias a los planos de los siglos xvii y xviii, y habría que situarla entre el antiguo edificio de las Obras del Puerto y la vía del ferrocarril. El dibujo de Hercole Bazzicaluva (1642-1643) marca una imponente torre, aunque de planta cuadrada. En cambio en el plano de Calbet de 1643 se perfila una obra hexagonal, tal como se ve en el grabado de Pablo Montañés publicado en 1769, o en el plano del puerto de 1792 etc. Sus características recordarían la Torre Vella de Salou, no en vano las dos se construyeron por orden del mismo arzobispo: Pedro de Cardona.

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Figura 9: Cabecera oriental del Circo en la actualidad. Se remarcan los restos del baluarte de Carlos V (J. Menchón).

Figura 10: restos del baluarte de San Antonio en la actualidad (J. Menchón).

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Figura 11: baluarte de San Antonio parcialmente desmontado, año 1920. H. Vallve (Bibioteca-Hemeroteca Municipal Tarragona).

Figura 12. Reparación renacentista de la torre deTorre de San Magín o Minerva (remarcada) (J. Menchón).

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Arquitectura militar en el campo de Tarragona, Conca de Barberà y Priorat (Provincia de Tarragona) entre época medieval y moderna (siglos xv-xvi). Algunos ejemplos Joan Menchón Bes Arqueólogo Municipal. Ayuntamiento de Tarragona [email protected] Resumen

Se pretende realizar una primera aproximación al proceso de adaptación de una serie de castillos, defensas y fortificaciones de la Cataluña meridional entre los siglos xv y xvi. La proliferación de las armas de fuego motivó la necesidad de cambios en la poliorcética. Así nos encontramos por un lado con una arquitectura de inercia medieval, donde las viejas construcciones se transforman y adaptan (contrafuertes, escarpas, taludes, troneras, barbacanas...) que conviven con sistemas defensivos de tradición medieval (aspilleras, puentes de acceso, matacanes, ladroneras etc). Observamos la transformación de castillos medievales con elementos de tradición tardogótica, junto a la construcción de obras ya de traza italiana. En un segundo nivel, la fortificación de masos o hábitats rurales aún mantienen construcciones de clara inspiración medieval pero con la incorporación de nuevos sistemas defensivo, que poco a poco dan paso a las defensas claramente renacentistas. Deliberadamente no se estudia el caso de la ciudad de Tarragona, que ya es objeto de otra comunicación específica. Palabras clave: Camp de Tarragona, Conca de Barberà, Priorat, Cataluña Nueva, murallas, artillería, baluarte, torre, castillo, tronera, aspillera, barbacana, matacán, ladronera, pirobalística.

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1. Una arquitectura entre la edad media y época moderna A partir del siglo x, los territorios que nos ocupan pasaron de ser una zona de frontera marcada por el río Gaià a formar parte del condado de Barcelona en un interesante proceso de expansión feudal que culmina con la conquista de las ciudades de Tortosa (1148) y Lérida (1149). El reparto de las tierras entre los diferentes agentes de la conquista estaba ligado al control territorial primero mediante la generación y desarrollo de una intensa y extensa malla castral que se expande especialmente a partir del año 1000, y la generación de núcleos urbanos de diferentes dimensiones, especialmente tras la conquista de Tortosa y la toma de Siurana (1153-1154). No se puede ocultar la importancia, aún sin fijar de forma definitiva, de los establecimientos andalusíes de este territorio, especialmente en las estribaciones occidentales de los Montes de Prades y en la comarca del Priorat, pero que sin duda configurarán el posterior desarrollo territorial. Entre los siglos xiv y xvi diferentes conflictos bélicos afectaron estas tierras. Hemos de desatacar en el siglo xiv la guerra entre Pedro III de Cataluña y Pedro I de Castilla (1356-1369), y ya en el siglo xv la guerra entre Juan II y la Generalitat (1462-1472), así como las violencias y tensiones entre payeses ricos y nobleza, reflejo meridional de lo que en la Cataluña Vieja se conoce como el conflicto remença. Ya entrados en pleno siglo xvi, la violencia de los epígonos del Feudalismo, con el bandolerismo entendido también como guerras y luchas particulares entre nobles y poderosos, la de las guerras del rey con sus enemigos europeos, así como la inestabilidad de la costa ante los ataques de piratas y corsarios influyeron notablemente en el desarrollo histórico. A ello hemos de sumar una importante recuperación económica que conllevó el embellecimiento y reforma de viejos castillos feudales al convertirlos en palacios; junto a su reflejo en la arquitectura de propietarios, mercaderes etc., tanto en el mundo rural como urbano, que se transmite a la arquitectura tardogótica con paralelismos con el Plateresco castellano, y la posterior llegada del Renacimiento o arquitectura alla romana, de clara influencia italiana. Esta realidad se observa en diferentes poblaciones del territorio, como se puede ver en Tarragona, Alcover o Montblanc por ejemplo. Lo cierto es que la mayor parte de castillos a los que vamos a hacer referencia son construcciones de origen medieval, con o sin patio central, de planta compacta, que van evolucionando a lo largo de la Edad Media, y es en este contexto cuando se adaptan con mayor fortuna a los avances de la poliorcética pirobalística. En la Conca de Barberà tendríamos como exponentes principales, los castillos de Solivella y Savallà del Comtat. El primero muestra como a partir de una primera edificación en forma de gran torre del siglo xi se desarrolla un castillo que cristaliza en una imponente edificación gótica de patio central, que sin solución de continuidad se refuerza con una barbacana o barrera artillada y una contramuralla, donde vemos la combinación de troneras de orbe y palo y saeteras de clara tradición medieval, pero algunas también transformadas en tronera. Junto a estos elementos, taludes en las bases de la barbacana, para optimizar la defensa pirobalística, junto a los merlones de tradición bajomedieval o las ladroneras sobre accesos y puntos de paso.

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Figura 1. Castillo de Solivella. Vista de la barrera artillada y torre portal.

Figura 2. Castillo de Savallà del Comptat planta de J. M. Vives (1908) publicada en CATALÀ, P.: Els castells catalans, vol. IV, p. 348.

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Otra muestra de barbacana o barrera artillada, pero en un estado de conservación más precario lo tenemos en Savallà del Comtat, con torres circulares en esquinazo y defensas a base de troneras de orbe y palo. La estructura del cuerpo principal del castillo sigue el modelo de edificio con patio central. Mucho más compleja es la evolución de Santa Coloma de Queralt, donde a partir de una torre de dimensiones espectaculares, como sería la de Solivella, se desarrolla el castillo altomedieval con una importante reforma tardogótica que lo convierte en un gran palacio. Un siguiente paso en la llegada de la manera de construir alla romana es cal Castlà de Montblanc, edificio palatino que sustituye tras la Guerra Civil Catalana (14621472) el viejo castillo medieval en lo alto del Pla de Santa Bàrbara. Aunque muy transformado es aún recuperable. De planta casi cuadrada y con patio central, muestra una gran portalada tardogótica i aberturas donde se aprecia ya la llegada de los elementos estilísticos de clara inspiración clásica. Las reservas de cornisa en los ángulos redondeados del edificio hacen pensar en la traza de escaraguaitas o garitas o decorativas al estilo de los del castillo de Altafulla, aunque quizás no se llegaron a construir. En el monasterio de Poblet se observa la existencia de troneras de orbe y palo en algunas de las torres de la muralla mandada construir por Pedro III de Barcelona (1369). Y son especialmente interesantes las que se ven a ambos lados de la Porta Daurada, magnífico acceso monumental con una potente ladronera, conjunto edificado en tiempos de los abades Delgado (1458-1478) y Payo Coello (1480-1498). En este magnífico monasterio, las innovaciones poliorcéticas se limitan a las troneras, combinadas con los frisos de matacanes y balcones protegidos en la Porta Reial, y a los viejos muros de la muralla del siglo xiv. Más complicados de definir e identificar son los casos del castillo de Biure o la granja-castillo de Riudabella, con restauraciones de tipo historicista que en absoluto restan interés por ambos edificios y otros de la zona. Ya en el Camp de Tarragona nos encontramos con una serie de ejemplos de gran interés. En otra comunicación ya se ha hablado del caso de Tarragona, por lo cual no es necesario volver a insistir. Aunque en la comarca del Penedès, el castillo de Calafell es otro ejemplo de fortificación altomedieval con una larga evolución histórica, que en la Baja Edad Media pasa a ser pabellón de caza, y sus viejas murallas de mampostería se refuerzan con troneras de orbe y palo. El castillo de Creixell, así como diversas edificaciones de esta población muestran un importante momento de crecimiento entre los siglos xv y xvi, al igual que diferentes poblaciones de la zona como la misma Tarragona. La fortificación medieval original evoluciona hacia un castillo de planta regular con patio central. Los exteriores se refuerzan con potentes taludes y merlones de remate piramidal truncado. Similar es el caso de Altafulla, aunque de una mayor riqueza arquitectónica con elementos claramente renacentista junto a los ya clásicos refuerzos ataludados en la base, además de escaraguaitas y almenas escalonadas, que observaremos en otras fortificaciones de la época. En el caso del castillo Tamarit y su vila closa, hemos de añadir la construcción o quizás adaptación de una torre albarrana al pie de playa y de una potente muralla

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Figura 3. Puerta Dorada del monasterio de Poblet.

Figura 4. Castillo de Altafulla.

Figura 5. Planta del castillo de Torredembarra, publicada en Ferran, J. M. (ed.): Arquitectura del Camp Guia. Tarragona, 1995.

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Figura 6. Castillo de Siurana, lado oeste, con tronera de orbe y palo y casamata del siglo xv.

de traza italiana con troneras, preparada para defender la plaza ante los frecuentes ataques de la piratería norteafricana. En la comarca administrativa del Alt Camp podemos observar la transformación del castillo de Vallmoll, construcción que evoluciona hacia las obras góticas con gran patio central y escalinata de acceso a la sala. También se observan los refuerzos en talud así como una fase renacentista asociada a la obra del famoso tracista Pere Blay, autor entre otras de la capilla renacentista del Santíssim de la Catedral de Tarragona, la fachada del palacio de la Generalitat de Cataluña o el castillo de Torredembarra. Transformaciones a caballo del gótico y el Renacimiento las tenemos también en el castillo de Rodonà, objeto de una comunicación de I. Pastor. En la Selva del Camp, el estudio documental y arqueológico nos muestra una importante transformación en el siglo xvi, al transformarse el viejo castillo del paborde de la Catedral de Tarragona en residencia temporal del arzobispo. Y ya con una plena traza renacentista, el castillo de los Icart en Torredembarra, construido a partir de 1565 y finalizado quince años después. Se trata de una impresionante obra claramente alla romana, de planta rectangular con patio interior y tres pisos de altura, fachada monumental con puerta con frontón partido sobre sendos pares de columnas, y esquinas protegidas/decoradas por baluartes de clara traza italiana. En el Priorat observamos adaptaciones puntuales en el hisn de Siurana. Esta importante fortificación de la marca extrema de Al-Andalús perdió importancia estra-

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Figura 7. Castillo de Falset, torres del siglo xvi durante los trabajos de restauración (2001).

tégica tras la conquista de los distritos de Larida y Turtusha y su caída en 1153-1154, pero vuelve a recuperar cierto protagonismo en la Guerra Civil Catalana, cuando es uno de los puntos de salida de las tropas del arzobispo de Tarragona en contra de su propia ciudad en 1462. A relacionar con este momento o quizás después, vemos la construcción de un espolón de sillería con pequeña casamata y tronera de orbe y palo en el lado oeste del castillo, sobre el popular Salto de la Reina Mora. En el caso de Falset, cuyo castillo es la sede del condado de Prades y después de la casa de Medinaceli, vemos como hacia el siglo xvi se construyen sendas torres decorativas en el lado sur, y ya en los siglos xvii y xviii dos baluartes sucesivos para defender la plaza de posibles acciones desde el oeste, es decir del camino que lleva a la Cubeta de Mora y el valle del Ebro. 2. Unas defensas de tradición medieval en tiempos difíciles: Torres de Masos y Torres de Moros Junto a estas transformaciones de los grandes casals, castillos y palacios hay una serie de construcciones defensivas edificadas por la iniciativa privada o local, que especialmente se ven en la costa por el peligro de ataques de los corsarios norteafricanos, aunque también se ven en el interior y que habrá de relacionar con las tensiones de la época, especialmente las guerras privadas entre propietarios y pequeña nobleza,

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Figura 8. Torre Vella de Salou.

muchas veces confundidas con el tan conocido bandolerismo de los siglos xvi, xvii y xviii. Los conflictos entre el imperio Habsburgo y otros reinos europeos provocaron por ejemplo que Carlos I mandara fortificar las poblaciones de la costa con la actuación de ingenieros italianos como Calvi y Fratrín: Barcelona, Ibiza, els Alfacs... Pese a ello los ataques se fueron sucediendo a lo largo del tiempo: 1547 Punta del Farelló, Vilaseca, la Canonja y Masricard que provocan la despoblación de Miramar, Barenys y la Pineda; 1562 Tamarit, lo cual motiva la construcción de la torre de la Mora; 1562 Salou y el Perelló; 1563 Salou; 1566 Salou; 1567 Tarragona; 1582 Tarragona y Tamarit, etc. La reacción a estos ataques lógicamente comporta la fortificación de los núcleos de población y de los masos. Lo cierto es que el poder real a duras penas puede financiar sus propias órdenes de construcción de obras, de manera que es la Iglesia, las universidades locales o los privados quienes se hacen cargo de su propia defensa, cosa lógica en la mentalidad catalana si pensamos por ejemplo en el princeps namque, las organizaciones gremiales que forman milicias, las bandosidades y ejércitos privados etc. Como casos de iniciativa episcopal tenemos el de la orden de construcción de la Torre del Port de Tarragona (1527) ya comentado en otra comunicación, y la Torre Vella de Salou (1530) promovidas por Pedro de Cardona. La Torre Vella o de Carlos es una espléndida obra de traza renacentista, erigida con sillería y tiene base ataludada con troneras circulares. Muestra acceso en planta baja e interiormente se diferencian tres pisos y terraza. Tiene aberturas pequeñas y se defiende con troneras y ventanas reforzadas con manteletes de tradición medieval. La Torre del Torm (Hospitalet de l’Infant), que sería al estilo de las almenaras del sur de la Península es una promoción del duque de Cardona, señor de la baronía de

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Figura 9. Torre Forta, Tarragona.

Entenza en el siglo xvi. En el caso de Tamarit, después del ataque de 1562 es la propia universidad quien promueve la construcción de una torre de guaita. Pero la mayoría de casos responde a la iniciativa privada. Siguiendo la tradición arquitectónica medieval hay algunos masos fortificados como los de la Torre Forta en Tarragona, construcción de planta cuadrada con estructura interna de arcos diafragma, de planta baja y dos pisos, similar a la Torre d’en Dolça de Vilaseca. En ambas se observa la defensa mediante aspilleras de tradición medieval. Siguiendo la tipología de mas horizontal tenemos en d’en Jové, obra de planta cuadrada con fachada mirando al sur defendida por una ladronera. Otro conjunto de fortificaciones son las torres que se erigen adosadas o junto a los edificios habitacionales, sea dentro de núcleos urbanos como podemos ver en Vilanova d’Escornalbou (Baix Camp) por poner un ejemplo, o en masos aislados. Ciertamente nos encontramos con defensas de planteamiento, inercia o tradición medieval, nada extraño en una Cataluña donde vemos que el Gótico continúa a lo largo del siglo xvi, como vemos en la Prioral de Reus o el santuario del Tallat (Rocallaura, Urgell) y en no pocos castillos. Las torres de mayor antigüedad en este caso serían las de planta cuadrada, unidas o cercanas a los cuerpos principales de los masos, de los siglos xiv-xv, evolucionando después hacia las de planta circular pero generalmente separadas unos metros y unidas por un paso elevado, que habríamos de datar entre finales del xv y el siglo xvii. A estas hemos de añadir casos de torre aislada como la de la Mora (Tarragona) o la del Torm (Hospitalet de l’Infant).

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Figura 10. Torre de la Mora, Tarragona.

En términos generales conservan tipologías de la arquitectura militar medieval: entrada en altura en la parte de tierra, pisos sobre envigado o bóveda, con acceso entre ellos por escaleras de mano, ventanas con aspilleras o troneras, aspilleras, matacanes o ladroneras como defensa vertical, remate de almenas, taludes en la base, etc. Como materiales de construcción, prolifera la mampostería unida con mortero de cal, sillares en esquinazo, y aberturas pequeñas y en número limitado. En el siguiente cuadro se resumen las características de buena parte de ellas, sin ánimo de ser exhaustivos: En Montbrió conocemos la torre del Mas de l’Hereu o del Llambrec, de planta circular y construida con mampostería. Conserva coseras de ladrillo y almenas de remate piramidal. El interior tiene cinco pisos sobre cúpula. Tiene troneras de orbe y palo. En una de las ventanas hay grafiada la fecha 1591. En Vinyols y Els Arcs hay las torres del Mas Miret o del Pi o Milà, la de Cal Torrell, estudiadas por Massó i Ramon. Otros casos a estudiar son las de los Moros de las Borges del Camp, la Torre Rodona de Botarell, las del Arbocet y del Mas Munter en Vilanova d’Escornalbou. Ya en el interior, en el municipio de Figuerola del Camp (Alt Camp) se encuentra la torre de la Mixarda, recientemente restaurada. Su lejanía de la línea de costa deja claro que no se puede definir como una torre de moros, sino que tendría otra función. Se data entre los siglos xvi y xvii y es de planta circular, puerta al este en planta baja. Se defiende con imponentes corseras y aspilleras.

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Arquitectura militar en el campo de Tarragona...

MUNICIPIO Tarragonès RODA DE BERÀ CREIXELL Desaparecida

NOMBRE

TIPO

MATERIAL

Mas d'en Nin

Circular

Mampostería

Cerca N 340

Cuadrada

POBLA DE MONTORNÉS

Mas Solé

Cuadrada

TARRAGONA S. XVI TARRAGONA S. XV

Torre de la Mora Torre d'en Segú

Circular

Mampostería sillar esquinazo Mampostería sillar esquinazo Mampostería

Circular

Mampostería

TARRAGONA S. XV-XVI

Mas Grimau

Circular

Mampostería

TARRAGONA S. XIV-XV

Mas Rabassa

Cuadrada

TARRAGONA S. XV

Mas de la Creu

Cuadrada

Mampostería sillar esquinazo Mampostería sillar esquinazo

TARRAGONA S. XV

Mas Sordé

Cuadrada

TARRAGONA S. XV-XVI TARRAGONA S. XV

Mas Pastoret

Circular

Mas Cusidor

Cuadrada

Mampostería y sillar en esquinazo

TARRAGONA S. XV-XVI

Mas Hereuet

Dos torres cuadradas

TARRAGONA S. XV

Mas Canonges

dels

Cuadrada

VILASECA S. XV-XVI

Torre Virgili

d'en

Cuadrada

VILASECA S. XV-XVI

Santuario de la Pineda

Cuadrada

VILASECA S. XV-XVI

Mas de Ramon o d'en Vidiella

Cuadrada circular

Baix Camp CAMBRILS Post 1664

Mampostería y sillar en esquinazo Mampostería, sillar en esquinazo y tapia valenciana Mampostería y sillar en esquinazo Mampostería y sillar en esquinazo Mampostería y sillar en esquinazo Mampostería y sillar en esquinazo; mampostería

Ermita Camí

Cuadrada

CAMBRILS

Torre del Puerto

del

Circular

ELEMENTOS

en

Canecillos de corsera corrida corsera

y en y en Puerta elevada

Corsera, aspilleras Corsera, almenas escalonadas Corsera

y en

Puerta elevada, pisos sobre cúpula 4 pisos sobre bóveda

y en

4 pisos sobre bóveda

Coseras, aspilleras, almenas escalonadas Corseras, troneras

Dos pisos sobre cúpula Cuatro niveles, inferior sobre bóveda

Corseras

Mampostería y sillar en esquinazo Mampostería

y

DEFENSAS

Mampostería, sillería y ladrillo Mampostería y

Corseras aspilleras alfeizares ventana Corseras aspilleras

y en de y

Corseras Corseras Corseras, aspilleras

Bóvedas interiores Puerta elevada

Friso corrido de matacanes, aspilleras Corsera

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Los artífex del castillo de Montjuïc de Barcelona (1640-1779): frailes, ingenieros y maestros de casas Josep M. Vila i Carabasa Universitat Autònoma de Barcelona [email protected] Resumen El castillo de Montjuïc de Barcelona es fruto de un largo proceso constructivo que se prolongó durante 140 años, desde la rápida edificación del primer fortín a comienzo de la “Sublevación de Cataluña” (Guerra dels Segadores, 1641) y hasta la finalización de la fortaleza actual el 1779. Durante este tiempo son varios los personajes de diferente condición que han tenido un papel relevante en la construcción de la fortaleza. En esta comunicación haremos un repaso de aquellos que nos son conocidos, desde Fray Gervasi de Monistrol, el fraile capuchino que dirigió los trabajos del primer fortín, hasta Juan Martín Zermeño, el ingeniero militar que proyectó la fortaleza actual. También repasaremos otros ingenieros militares que en varios momentos de la historia del castillo han intervenido de una manera directa, y en especial aquellos que llevaron la dirección de las obras de la construcción del castillo actual durante todo el tercer cuarto del siglo xviii. No olvidaremos tampoco los maestros de casas que ejecutaron las obras, en algún caso durante más de veinte y cinco años seguidos. A través de este conjunto de personajes, trazaremos otra visión del largo proceso de construcción de una fortaleza de época moderna como es el castillo de Montjuïc. Palabras claves: Montjuïc, ingenieros militares, constructores, caputxins, fortín, fortaleza.

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1. Fra Gervasi de Monistrol y el primer fortín de Montjuïc (1641-1655) Los primeros esfuerzos para convertir la cima de Montjuïc en un espacio fortificado se sitúan a finales de 1640 en el marco de la “Sublevación de Cataluña” (Guerra dels Segadors) y fueron iniciativa de las autoridades municipales barcelonesas. Hasta ese momento sólo había una torre de señales de origen medieval en la que a partir del siglo xvi se añadió una casa para el vigilante. Este primer fortín, levantado en poco más de 30 días, fue atacado el 26 de enero de 1641 por las tropas de Felipe IV, que resultaron claramente derrotadas y se forzó su retirada hacia Tarragona. A pesar de la victoria conseguida, y seguramente debido a la precariedad constructiva de las primitivas edificaciones, durante los meses siguientes a los consejeros de la ciudad continuaron invirtiendo en la mejora de las fortificaciones de Montjuïc1. Es en este periodo cuando aparece mencionada la figura de un tal fray Gervasi que hacía las funciones de director de las obras del fortín 2 . Este personaje era, muy probablemente, fray Gervasi de Monistrol, hijo de cantero, que tomó el hábito de los capuchinos en 1609, y fue discípulo de otro arquitecto capuchino, fray Jerónimo Codina. Aparte de su participación en las obras del fuerte de Montjuïc, se conoce de este personaje un Plano de la acequia navegable desde Martorell en Barcelona, proyectada, Trazado y ofrecida al magistrado de Barcelona, publicado en 16323. La participación de fray Gervasi a las obras de Montjuïc se produjo a partir del mes de septiembre de 1640. Su labor al frente de las obras parece que no fue fácil e incluso fue objeto de un intento de agresión por parte de los trabajadores a su cargo 4 . De la precariedad constructiva de este primer fortín da fe de que el 1643, las autoridades barcelonesas, a instancias del Capitán General, acordaron su derribo, cuya organización también encargaron a fray Gervasi. Antes de finalizar la guerra, y ante la inminencia de un nuevo ataque, se tuvieron que rehacer las estructuras defensivas en la cima de Montjuïc, aunque en este caso no tenemos noticia de la persona encargada de los trabajos.

1 AHCB. Consell de Cent. Deliberaciones de guerra. 1B-III-2, fol. 236r. 2 [...] es conferissin en lo fortí de Montjuhic y vessen les obres que allí se deuen fer mes necessàries y que ordenen al pare fra Gervasi fasse les obres que dit Sr. Conseller en cap y quatreta li ordenaran. AHCB. Consell de Cent. Registro de Deliberaciones, vol. 150, fol. 244. 3 Carbonell Buades, Marià: «Arquitectes eclesiàstics del renaixement català», Analecta Sacra Tarraconensia, nº 67/2. 1994, pp. 617-627. 4 En este sentido, una nota extraída del Dietario (vol XII, p. 579) indica que el 20 de diciembre de 1640: Dit die y encontinent tragueren altre reo en dit Juy de Prohomens anomenat Joan Gil, adalat y inculpat de haver principiat un motí, dalt en la montanya de Monjuich y haver volgut matar ab un penart al Pare fra Gervasi, caputxí superintendent de la obra de fortificació feye la Ciutat en dita montanya. Fonch perçò per lo dit Juy de Prohomens condemnat a cent assots y sinch anys de desterro de la vegueria streta de Barcelona.

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Figura 1. Planta del proyecto del Castillo de Montjuic publicada por Beaulieu el 1668, donde se dibuja un primer diseño del segundo recinto del Castillo.

2. El segundo fortín de Montjuïc: ingenieros militares y contratistas de obra Una vez terminada la guerra el control sobre la fortificación de Montjuïc pasó a manos de la Corona mientras que las autoridades municipales continuaron con la gestión de la antigua torre de señales medieval. El papel que tuvo el fortín durante la guerra de Separación puso en evidencia la necesidad de fortalecer la montaña para garantizar la defensa de Barcelona en caso de ataque. La finalidad del control era fundamentalmente la de evitar que la montaña cayera en manos de las tropas enemigas ya que desde Montjuïc se podía batir con facilidad la ciudad y también buena parte de la playa y del puerto de Barcelona. Parece claro que pronto se previó hacer un segundo recinto en torno al primitivo fortín que ampliara la zona fortificada, especialmente en dirección sur, que era el espacio más desprotegido. En este sentido, las plantas que Beaulieu publica en 1668 bajo el título Plan de la Citadelle designée a faire ave Montiuich después Barcelone 5 ya muestran el proyecto de un segundo recinto abaluartado, no demasiado bien 5 BEAULIEU, Sébastien de Pontault de: Les plans et profils des principales villes et lieux considerables de la Principauté de Catalogne avec la carte generale et les particulieres de chaque gouvernement. Paris, 1668.

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definido, en el entorno del primitivo fortín y que ya prefigura la idea de lo que luego será el castillo que se irá construyendo a partir de ese momento y que completará, casi un siglo más tarde, Juan Martín Zermeño. (figura 1) Durante este periodo cambia de manera muy evidente el sistema de adjudicación y ejecución de las obras que se hacen en el castillo. Por un lado, comienzan a intervenir los ingenieros militares en el diseño de las actuaciones y por la otra la ejecución de los trabajos se adjudica en subasta pública a los grandes empresarios de la construcción barcelonesa del momento, la mayor parte de los cuales habían obtenido el cargo de maestro de obras municipal de la ciudad de Barcelona. En el momento actual conocemos algunos de los protagonistas de este periodo. 2.1 Los ingenieros militares: Lorenzo Possi y José Chafrión El primer ingeniero militar que conocemos vinculado con las obras del fortín es Lorenzo posee, que aparece mencionado como responsable de un proyecto de fortificación del castillo cuya ejecución se contrata el 8 de febrero de 1672, tras la preceptiva subasta pública. El capitán Lorenzo Possi, ingeniero militar de origen italiano, había trabajado anteriormente en la ciudad de Cartagena donde redactó un informe sobre las murallas de la ciudad y elaboró un proyecto para alargar su puerto, entre otras actuaciones. Por lo tanto ya era un ingeniero experimentado cuando le fue encomendado este proyecto en el castillo de Montjuïc. Desconocemos cuáles son las obras que proyectó, aunque es probable que se trate de alguno de los baluartes del primitivo fortín hoy desaparecido bajo el edificio principal del castillo y del que se conservan rastros arqueológicos. (figura 2) Ya a finales del siglo xvii y en relación con las obras que se llevan a cabo bajo el impulso del virrey Francisco de Velasco, aparece mencionado el ingeniero militar de origen valenciano José Chafrión, maestro de campo e ingeniero Mayor de Carlos II, y al que el virrey Velasco ya había encargado un informe sobre la población de Hostalric. No tenemos datos concretos para determinar qué obras proyectó, aunque que parece claro que durante ese periodo se construyeron los baluartes de Velasco y el primitivo de Lengua de Serpiente, también reformados posteriormente por Juan Martín Zermeño. 2.2 Los maestros de casas El primer documento que nos habla de obras de fortificación en el castillo de Montjuïc corresponde al 8 de febrero de 1672. Se trata de un contrato firmado entre la administración real y Pedro Pablo Ferrer, maestro de casas de Barcelona. El objeto del contrato son unas obras que se deben hacer en el castillo de Montjuïc antes del día 30 de abril de ese año6. 6

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AHPB. Joan Guiu 776/8 fols. 243v-246v.

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Figura 2. Vista de un baluarte meridional del antiguo fortín que se descubrió en las excavaciones arqueológicas de 2010.

Este documento introduce de manera evidente una de las novedades que ponen de manifiesto el cambio radical en el sistema de organización de la construcción de la fortaleza ya que la ejecución del proyecto se saca a concurso por parte de la administración central de la Corona, sin la participación del ayuntamiento, y es adjudicado a un empresario de la construcción que posteriormente formará una compañía con otros menestrales del ramo para poder salir adelante. Como ocurrirá en todas las contrataciones de obra que se ejecutarán a partir de este momento, la del nuevo castillo de Montjuïc, consiste en un listado de precios para las diferentes tareas y materiales empleados en la ejecución de la obra. De todos modos, el detalle en que se exponen los elementos a presupuestar permiten a menudo hacernos una idea, aunque general, del tipo de obra que estaba previsto llevar a cabo en el proyecto que se ejecutaba. En este sentido sabemos que los trabajos debían contemplar la excavación de fosos7, la construcción de paredes de mampostería8 con

7 La cana cúbica de escavación del fosso y terrapleno pissado con pissones a quinse reales, todas canas de ocho palmos. 8 Item, la cana cúbica de manpostería de piedra y cal, vién unido y macicada y perfilada por la cara de le pagarà a ciento y dies reales de ardites.

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las esquinas de sillería9 y el apisonado de tierras. También se hace referencia a la construcción de un camino cubierto en el que se utilizaría, por lo menos parcialmente, la pared de tapia. Parece por tanto que estaríamos ante una obra que preveía la construcción de algún tipo de foso perimetral y también de algún baluarte. No parece que la obra fuera de gran magnitud ya que el plazo de ejecución es de tres meses. Provisionalmente atribuimos a este contrato la obra de alguno de los baluartes del fortín interior del castillo, aunque no se puede descartar que correspondiera con el inicio de alguno de los baluartes del recinto exterior, posiblemente el de Sant Felip (hoy de Santa Amalia). Pocos días después de adjudicada la obra, el 14 de febrero, el contratista Pere Pau Ferrer constituye una sociedad con otros tres maestros de casas de Barcelona para llevar a cabo conjuntamente las obras derivadas del contrato10. En las cláusulas del contrato Pere Pau Ferrer cede a sus socios a partes iguales los derechos que le corresponden por el contrato hecho con la administración el día 8 de febrero, por lo que los cuatro se repartirán a partes iguales el trabajo, los gastos, los ganancias y las pérdidas, si las hubiere, derivadas del desarrollo del contrato. No hemos podido localizar otras referencias documentales hasta finales del siglo xvii, ya en el marco de los conflictos entre la Corona española y la francesa, la llamada guerra de los Nueve Años (1688-1697) que caracterizaron el final del reinado de Carlos II. De todos modos es probable que los trabajos continuaran durante este periodo. Sabemos que a partir de 1694 se vuelven a reanudar las obras en el castillo de Montjuïc, que continuarán de manera casi ininterrumpida hasta la Guerra de Sucesión Española. Por lo que sabemos durante este período se lleva a cabo construcción de los futuros baluartes de Llengua de Serp y de Velasco, así como los primitivos fosos. La documentación municipal de este período refleja estas obras ya que en su financiación participó el Ayuntamiento de la ciudad. Sabemos en este sentido que se contrataron para la ejecución de los trabajos los maestros de casas Benet Juli, Joan Giralt, José Julio menor y Pablo Martín, que probablemente habían formalizado una compañía para poder iniciar las obras11. De todos modos, el impulso principal para las obras vino del nombramiento como Virrey de Francisco de Velasco, hijo natural del Condestable de Castilla, que juró el cargo el 17 de julio de 1696. El último día de ese mismo año se sacaron a subasta pública las obras que se habían proyectado en el castillo de Montjuïc y que, al no presentarse nadie más, fueron adjudicadas a Pablo Martín, maestro de casas de la ciudad y que ya había formado parte de la compañía que en 1694 había recibido la adjudicación de las primeras obras de esta fase12. Por lo que sabemos, los trabajos encargados correspondían a la excavación de fosos ya la formación de fundamentos para las cortinas y los baluartes del nuevo 9 La cana superficial de la piedra picada de los ángulos se le pagarà a ochenta y seis reales de ardites. 10 AHPB. Joan Guiu 776/8 fols. 250r-252v 11 AHPB. Consell de Cent. Registro de Deliberaciones. B-II 203, fol. 346v-347v. 12 AHPB. BUSQUETS, Francisco: Manual de 1697, Fols. 1v-9r.

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Figura 3. Vista de la ciudad de Barcelona y de sus defensas entorno al 1697 (SOLEY 1998: Lam. 71).

recinto que debía rodear el primitivo fortín. También se menciona la construcción de cuarteles, cuerpos de guardia, almacenes y cisternas que se tenían que hacer de mampostería ya prueba de bomba. Estas edificaciones probablemente deberían situarse en el interior del primitivo fortín y no en la zona exterior donde se estarían construyendo los baluartes. La muerte de Carlos II y el advenimiento de Felipe V, nieto del rey de Francia, provocaron un cambio radical en las relaciones entre la corona española y la francesa, y se inició el proceso que desencadenará la llamada Guerra de Sucesión Española en la que el castillo de Montjuïc tendrá un papel relevante, especialmente en sus inicios. A la vista de la inseguridad de la situación en Cataluña, el virrey Francisco de Velasco intensifica la actividad constructiva en Montjuïc que se centra fundamentalmente en la edificación de un baluarte que el mismo virrey había iniciado en su etapa anterior en el cargo. (figura 3) A pesar de la guerra las obras en el castillo de Montjuïc continuaron con la misma dinámica del periodo anterior, aunque con mayor participación del Ayuntamiento de Barcelona. Así, sabemos que el 16 de abril de 1706 los Consejeros de la ciudad

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convocan a la ciudadanía de Barcelona a subir a Montjuïc para trabajar, con un sueldo garantizado de 3 sueldos diarios13. Por otra parte, sabemos que en 1709 la compañía de maestros de casas que acababa de ganar el concurso para la continuación de las obras de los baluartes, camino cubierto y fosos del castillo de Montjuïc, dejó fuera uno de sus miembros14. Esta compañía estaba formada por los mismos empresarios de la construcción que ya habían llevado a cabo, al menos en parte, la obra del periodo anterior (los hermanos Benito y José Julio y Pablo Martín). 3. El proyecto de Juan Martín Cermeño Tras la Guerra de Sucesión Española, los trabajos en Montjuïc quedan prácticamente parados ya que los esfuerzos de la Corona se concentran en la construcción de la Ciudadella. De este periodo documentamos obras menores que son encargadas, como hasta el momento, a maestros de casas barceloneses. A mediados del siglo XVIII el Capitán General Marqués de la Mina, encargó al ingeniero militar Juan Martín Zermeño un nuevo proyecto de fortificación de Montjuïc que se llevará a cabo de manera casi inmediata y que conllevará la configuración actual del castillo. El 14 de enero de 1751 Juan Martín Zermeño presentó su proyecto en un documento titulado Discurso sobre el proyecto que se propone para mejorar la defensa del fuerte de Monjuich de Barcelona y dar extensión que necesita dar a sus cuarteles y habitaciones, con el tanteo prudencial de su coste15. En el preámbulo de este documento se mencionan los criterios generales de la nueva construcción: La principal defensa de la plaza de Barcelona es sin disputa alguna este fuerte y hallándose situado en la cumbre de un monte que domina toda la ciudas, de la pérdida de aquel se seguiría inmediatamente la rendición de ésta. Sus fortificaciones actuales se reducen a un cuadrilátero irregular de tan corta extensión que es incapaz de defender un sitio con el rigor que se requiere, ni de contener lo necesario para él. El segundo recinto que con la capacidad proporcionada empezó a construirse en ocasión de guerra quedó imperfecto, pués lo más elevado de sus muros sólo llega al cordón, sin foso ni camino cubierto, permaneciendo oi del mismo modo, de suerte que hallandose sitiado mas serviría de cuidado que de seguridad. Añádase a esto que el único parage de su ataque es el más arriesgado, por ser el más defectuoso y más flaco, presentando a la campaña un medio baluarte fácil de destruir y de hacer en él la brecha competente, sin que para su defensa tenga más fuegos que el de frente y algún cañonazo del flanco opuesto, pués por su larga distancia no puede servir el fusil. Carece también este im13 Carreras Candi, Francisco.: «Lo Montjuích de Barcelona», Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Tomo VIII. Barcelona, 1901, p. 269. 14 AHPB. Antoni Navarro 876/22, fol. 67. 15 AGMM. 3-2-9-24.

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Figura 4. Plano del Castillo según el proyecto de Juan Martín Cermeño, en el cual no se precedía la construcción del gran edificio central actual. AHCB. Fondo de Gráficos. Plano 02834.

Figura 5. Plano del Castillo ya con el proyecto de edificio central que ha llegado hasta nosotros. AHCB. Fondo de Gráficos. Plano 12.853.

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portante puesto de los quarteles, almacenes y demás oficina que corresponden, pués las que existen en el antiguo recinto son tan pocos y tan reducidos que aun en tiempo de paz no bastaran para el número de tropa que deve guarnecerle. Estas consideraciones en punto que tanta atención merece para la conservación, me han movido a preferir el proiecto de este fuerte a qualquier otro de este Principado y a formar el que manifiesta el plano y perfiles adjuntos para su reparo, mejora y ampliación, en que propongo se mejore el recinto exterior, aciendole su foso y camino cubierto, resguardando la parte del ataque con las obras que dispongo y me han parecido más convenientes y precisas para asegurarlas. En el recinto interior amplio los quarteles y demás habitaciones y almacenes que conducen a una fortaleza, dejandola cerrada no sólo la maior seguridad y defensa, sino para una útil retirada en caso de sitio, todo según se manifiesta en los planos donde por menor se ve la disposición del todo de la fortaleza. A continuación se hacía una relación valorada (en reales de artimañas) de los principales capítulos de la obra y un resumen final de los costes presupuestados16. Este listado de partidas, junto con las planimetrías que se conservan de la época son las que nos permiten estudiar las características del castillo proyectado por Zermeño. Este documento es el único que vincula a Juan Martín Zermeño con el castillo de Montjuïc. Sin embargo siempre se le ha consideración como el artífice de la actual fortaleza. Hay, sin embargo, un elemento no menor del castillo que fue incorporación con posterioridad al inicio de las obras y que no aparezco en el proyecto de Zermeño: el Cuadrado. En este sentido no aparece ninguna partida relacionada con este edificio de notables dimensiones en el proyecto de Zermeño sino que habla de dos líneas de casama16 AGMM. 3-2-9-24 Resumen - Frente nuebo a la parte de la plaza 55.352 r 10d - Para perfeccionar los dos frentes que existen 75.707 r - Muralla para unir el recinto de la parte de tierra con el del mar 26.702 r 4d - Muralla simple de sierre del recinto por la parte del mar 11.158 r 2d - Cara y flanco del baluarte de la marina 13.943 r 12d - Frente interior nuebo o Ornabeque 50.451 r 20d - Rebellín en dicho frente 29.327 r 9d - Revestimiento de la contraescarpa de dicho frente 18.260 r 16d - Luneta delante la cara del baluarte 60.381 r 14d - Luneta abansada 38.132 r 4d - Revestimiento de la contraescarpa de todo el recinto 159.872 r 22d - Muralla para la formación de la rampa 17.402 r 10d - Bóvedas en el frente que mira a la plaza 86.999 r - Bóvedas en el frente interior del macho 58.577 r - El puente estable y levadiso en la puerta principal 22.463 r 13d - El puente de comunicación 7.487 r 20d - Gastos imprevistos 60.000 r TOTAL EN REALES DE ARDITES Que hazen de vellón

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792.219 r 12 d 852.135 r 8 d

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tas, una en la parte de la ciudad (entre los baluartes de Santa Amalia y Sant Carles) y otra en el lado interior de la fortificación. En este mismo sentido se conservan algunos planos de proyecto correspondientes a un momento intermedio de la construcción del castillo en el que parece que se quería mantener el frente de mar y el del hornabeque del antiguo fortín situando detrás de estas dos líneas de casamatas. Por otra parte se alargaba el frente del hornabeque hasta conectar con la cortina entre los baluartes de Santa Amalia y Velasco. De esta manera se construía, aprovechando el glacis del antiguo fortín, una segunda línea de defensa detrás del hornabeque. Así en este proyecto se disponían tres alineaciones de casamatas, una última el nuevo frente de la banda del hornabeque (alargado respecto de las dimensiones del antiguo fortín), otra en el lado de mar y una tercera detrás de la nueva cortina que se construía en la banda de Barcelona, a ambos lados de la puerta principal. El espacio que quedaba entre medio era considerado como patio de armas. Aunque no disponemos de datos suficientemente evidentes, parece que en este proyecto las naves estarían situadas a una cota más baja que las actuales, ya que el patio de armas estaría nivelado con la puerta principal de entrada al castillo. A un nivel más alto sólo habría la casa del gobernador. 4. El contractista de la obra y su empresa: Pere Bertran y Pahissa Pere Bertran era un maestro de casas barcelonés que formaba parte de una saga que se remonta a 1664 cuando su abuelo, Baltasar Bertran, hijo de un zapatero de Manresa, se trasladó a Barcelona para aprender el oficio de albañil con el maestro Juan Tap. Su padre, Pere Bertran, tuvo una actividad muy importante en Barcelona y constituyó una de las compañías de maestros de casas más importantes del Principado. Una parte muy importante de su negocio estaba vinculada a las obras públicas de fortificación de la ciudad que se desarrollaron durante la primera mitad del siglo xviii: construcción de la Ciudadella, del Fort Pius, puerto de Barcelona, etc. También llevó una importante actividad como arquitecto, aspecto en el que destaca la dirección de las obras de construcción del nuevo monasterio de Sant Agustí. Su hijo, Pere Bertran y Pahissa, nació entre 1705 y 1710 y fue investido maestro por la Cofradía de Maestros de Casas y Molers hacia el 1727. Su personalidad queda eclipsada por la de su padre del que fuera colaborador principal. Aunque seguramente tenía conocimientos de arquitectura, no se le conoce ningún proyecto sino que su principal actividad se vincula con la contratación de obras públicas y de fortificación. En este sentido Pere Bertran consiguió por primera vez aglutinar a su alrededor una compañía constructora estable que desarrolló una intensa y constante actividad durante más de cuarenta años (entre 1745 y 1785 aproximadamente). Así la compañía no se disolvió después de cada obra como era la costumbre desde la Edad Media sino que se mantuvo durante el período con los mismos socios, que sólo eran relevados por sus herederos en caso de fallecimiento.

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Este cambio en el sistema tradicional de compañías se pudo producir en este momento histórico gracias al intenso programa de obras de fortificación que se puso en marcha en el Principado a través de la Intendencia General de Cataluña a partir del segundo cuarto del siglo xviii. Esto permitió que algunas compañías, y específicamente la de Pedro Bertran pudieran encadenar varias adjudicaciones de obra de formato similar (fortificaciones militares fundamentalmente) que garantizaron el trabajo para el mismo grupo de maestros de casas durante un largo periodo de tiempo. Este hecho es clave para el mantenimiento de la compañía de Pedro Bertrán. En este sentido, la compañía que nos ocupa obtuvo varias concesiones de obra adjudicada por la Intendencia General de Cataluña. Al parecer la actividad de contratista de obras públicas y de fortificación fue muy lucrativa como mínimo hasta mediados del decenio de 1770, momento en el que el incremento repentino de los salarios y de los precios de los materiales hizo disminuir considerablemente el margen de beneficio empresarial. Pere Bertran optó por invertir buena parte de los beneficios de su actividad empresarial en la adquisición de fincas urbanas y rústicas tanto en Barcelona como en el Maresme. Esta situación impulsó a Pedro Bertran hacia un ascenso social importante en la menestralía barcelonesa. 5. Los ingenieros directores de la obra En la documentación generada durante el proceso de construcción del castillo, y especialmente en las certificaciones de obra que se firman a lo largo de los 25 años que dura la construcción del castillo de Montjuïc tal y como lo conocemos hoy en día, consta la intervención de varios ingenieros militares. En el presente artículo, y por motivos de espacio, nos limitaremos a hacer una lista indicando la vinculación que tuvieron con el castillo y dejaremos para otra ocasión una investigación más profunda sobre la actuación de cada uno de ellos. Juan Enrique Legallois de Grimarest Se le menciona como ingeniero director durante el proceso de contratación de las obras a finales de 1752. Aparece dando el visto bueno final a las certificaciones de la obra desde el Comienzo de diciembre de 1756. Marcos Serstevens Aparece como primer firmante de las certificaciones de obra del castillo durante el 1753. Joaquín del Pino Aparece como primer firmante de las certificaciones a partir de enero de 1754. En la certificación de abril de 1757 aparece definido como ingeniero extraordinario de los ejércitos de Su Majestad encargada del detalle y construcción de estas reales obras. Aparece por última vez en la certificación de enero de 1762. Poco después fue desti-

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nado a la reparación de las baterías de costa de Castilla con la guerra de Portugal. En 1771 se trasladó a América donde ocupó diversos cargos de relevancia política como Gobernador de Montevideo, o presidente de la audiencia de Chile. Pedro Martín Zermeño Hijo de Juan Martín Zermeño, es autor de varios proyectos sobre todo entre los años 1750 y 1780: la Seu nova de Lleida, la iglesia de Sant Miquel del Port de la Barceloneta, urbanización de les Rambles de Barcelona, etc. En cuanto a Montjuïc aparece en la certificación de abril de 1758 como último firmante en el lugar que anteriormente había Enrique Legallois. Sigue apareciendo dando el visto bueno final a las certificaciones hasta el 31 de diciembre de 1760. Vuelve a aparecer en la de enero de 1762 (última de 1761), en la primera de 1765 (mayo), en la primera de 1767 (mayo). Juan Bernardo López En la certificación de junio de 1761 (la primera del año) aparece como último firmante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocupado por Pedro Martín Zermeño (mayo). Blas Zappino En la certificación de primero de abril de 1762 sustituye a Joaquín del Pino, probablemente hasta finales de 1765. Aparece mencionado como Capitán de infantería y ingeniería ordinario de los Reales Ejércitos encargado del detalle y construcción de estas reales obras. Vuelve a aparecer en la certificación de abril de 1766. Julián Caballero En la certificación de abril de 1762 (la primera del año) aparece como último firmante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocupado por Pedro Martín Zermeño. Jorge de Sicre En la certificación de 31 de mayo de 1765 (la primera del año) aparece mencionado como teniente coronel de Ingenieros de los Reales Ejércitos encargado del detalle y construcción de estas Reales obras. Miguel Moreno En la certificación de abril de 1766 (la primera del año) aparece como último firmante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocupado por Julián Caballero. En la certificación de abril de 1766 aparece mencionado como Coronel de Ingenieros de los Reales Exércitos encargado del detalle de esta Plaza y sus dependientes y es el primer firmante de la certificación que recibe el visto bueno de Pedro Martín Zermeño. En la certificación de septiembre de 1767 vuelve a aparecer dando el visto bueno final. Vuelve a salir a la certificación de 31 de diciembre de 1767, la última que se conserva.

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Ramón de Santander En la certificación de septiembre de 1767 aparece mencionado como Coronel de Infanteria e Ingeniero de los Reales Exércitos encargado del detalle de esta Plaza y sus dependientes. Vuelve a salir a la certificación de 31 de diciembre de 1767, la última que se conserva. Comte Roncali En 1774 aparece mencionado como director de las obras el teniente coronel de infantería e ingeniero segundo Juan Miguel de Roncali, conde de Roncali. Bibliografía BEAULIEU, Sébastien de Pontault de: Les plans et profils des principales villes et lieux considerables de la Principauté de Catalogne avec la carte generale et les particulieres de chaque gouvernement. Paris, 1668. CARBONELL BUADES, Marià: «Arquitectes eclesiàstics del renaixement català», Analecta Sacra Tarraconensia, nº 67/2. 1994, pp. 617-627. CARRERAS CANDI, Francisco.: «Lo Montjuích de Barcelona», Memorias de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Tomo VIII. Barcelona, 1901. PERELLÓ FERRER, Antònia Maria: L’arquitectura civil del segle xvii a Barcelona. Barcelona, 1998. SOLEY, Ramon: Atlas de Barcelona. Barcelona, 1998. VOLTES, Pere: Historia de Montjuich y su castillo. Barcelona. 1960.

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La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna en la ciudad de Valencia José Ramón Cumplido Muñoz Doctorando en Historia Moderna. Universidad de Valencia [email protected] Resumen La Ciudadela fue la denominación que, al concluir la Guerra de Sucesión española, recibió un conjunto de elementos levantados en el extremo noroeste del recinto amurallado de la ciudad de Valencia. Aunque su nombre, y su aspecto en la última fase de su existencia, sugiere que se trataba de una fortaleza específica la Ciudadela fue resultado de la adición sucesiva de elementos que cerraron un espacio hasta separarlo del resto de la ciudad. Este proceso comenzaría con la ampliación del recinto amurallado y la incorporación del primer elemento fortificado, la torre de l’Esperó, a finales del siglo XIV. Posteriormente se añadirían el baluarte que defendía el acceso de la ciudad al mar y el arsenal conocido como Casa de las Armes, concluyendo el proceso a comienzos del siglo XVIII con su conversión en acuartelamiento y la fortificación de la vertiente encarada al interior de la ciudad. Aunque representó la única fortificación de la Edad Moderna en Valencia, la Ciudadela no jugó ningún papel relevante en la defensa de la ciudad convirtiéndose, en cambio, en escenario de un dramático suceso, como fue la matanza de residentes franceses en los primeros días de la Guerra de Independencia. Palabras clave: Valencia, Ciudadela, Casa de Armas, fortificación abaluartada.

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1. Una suma de precedentes La Ciudadela, la única fortificación permanente de Valencia a lo largo de la Edad Moderna, consistió en un conglomerado de elementos fortificados; durante varios siglos estas construcciones fueron acumulándose en el vértice noroeste del recinto amurallado de la ciudad, el más próximo a los caminos que llevaban al mar y desde donde era previsible que llegaran las mayores amenazas. Podemos distinguir un total de cinco de estos elementos (figura 1). Así pues, el primer elemento que cabe considerar en la formación de la Ciudadela son las propias murallas de Valencia, pues delimitarían el espacio en el que se levantaría este conjunto. Esta zona se hallaba al noreste de la ciudad, entre el cauce del río Túria (o Guadalaviar como era llamado entonces) y el arrabal de al-Xari’a, un lugar conocido como Rambla de Predicadores, donde la orden de dominicos fue autorizada por Jaime I a construir un monasterio «seis solos meses y medio no entero después de su conquista» 1. Su nombre indica sin dudas su condición de antiguo brazo fluvial, desecado por la urbanización pero todavía expuesto a las crecidas del Guadalaviar. Para que el monasterio «por essa parte no recibiesse daño» en 1276 el obispo Andrés de Albalate financió «la muy buena y fuerte muralla que ciñéndolo por la parte del río lo pone dentro de Valencia»2. Este lienzo, que a pesar de sus calificativos no sería más que una tapia, «partía de la torre del Temple» paralelo al río hasta unirse con «la llamada Torre del Esperó3» que marcaba el límite de los terrenos conventuales, probablemente una de las atalayas que jalonaban los campos alrededor de la ciudad islámica4. Para proteger los arrabales extramuros, el Consell (el gobierno municipal) aprobó en 1356 la construcción de un recinto amurallado; estas obras resultaron gravemente dañadas en 1358 por una crecida del Guadalaviar motivando, entre otros asuntos, la concesión de un privilegio real para crear la Junta de Murs i Valls, encargada desde entonces de la construcción y conservación de las murallas5. Concluida en 1370, esta muralla supuso la sustitución de la tapia que delimitaba el convento de Predicadores; asimismo, estos terrenos serían protegidos en 1410 por un acuerdo del Consell para «que no se edifique ninguna casa arrimada a las paredes que cierran la huerta del monesterio»6.

1 DIAGO, Francesc: Historia de la Provincia de Aragon de la orden de Predicadores, desde su origen y principio hasta el año de mil y seiscientos, Sebastián de Cormellas, Barcelona, 1599, libro 2, fol.157r. Ibídem, fol.159v. 2 Ibídem, fol. 159vv. 3 SALVADOR, Vicente (marqués de Cruilles): Guía urbana de Valencia: Antigua y moderna 4 ROSSELLÓ, Vicenç M.; CHAPAPRÍA, Julià Esteban: La façana septentrional de la ciutat de Valencia. Valencia: Bancaixa, 1999, p. 99. 5 Aurem opus regalium privuilegiorum civitatis et regni Valentiae, Didaci de Gumiel, Valencia, 1515, fols. 125v-126r. 6 DIAGO, op.cit., fol.157r.

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Figura 1. Aspecto final de la Ciudadela (1708)

2. La presión franco-turca El 14 de julio de 1543, para hacer frente a lo que parecía una inminente invasión turca, el virrey duque de Calabria, ordenó «que los valls en torn de la present ciutat se afondasen7» y encargó un plan de fortificación de Valencia a Joan de Cervelló, experto militar que propuso la construcción de cubos artilleros abovedados y de planta semicircular anexos a la muralla8. Las obras se iniciaron con urgencia y el 25 de julio el virrey informaba al príncipe Felipe que se excavaban fosos y se habían delimitado los emplazamientos de los baluartes9. Cuando Carlos V supo que se construían baluartes huecos, por entonces considerados ya superados, ordenó su paralización y desautorizó a Cervelló afirmando que «aunque piensa que entiende mucho, en lo de las fortificaciones no esta tan al cabo della como convenia»10. El príncipe Felipe encomendaría el proyecto al maestre de campo Pedro de Guevara mediante una carta del 12 de febrero de 154411; para cuan7 Archivo del Reino de Valencia [ARV], Mestre Racional, Tesorería General, 8.862, fol.36v : PARDO MOLERO, Juan Francisco: «Proyectos y obras de fortificación en la Valencia de Carlos V» en Estudis:Revista d’historia moderna (nº 26), 2000, p.165. 8 CASTRO FERNÁNDEZ, José Javier; CUADRADO BASAS, África: «Las fortificaciones de la Corona Hispánica en el Mediterráneo durante los siglos XVI y XVII (1492-1700)». En: RUIBAL, Amador (coord.): Actas del IV Congreso de Castellología (Madrid 07-09/03/2012). Madrid: Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2012, p.153. 9 Archivo General de Simancas [AGS], Estado, Aragón, 287, fol.108 en Pardo, op.cit., p..165. 10 AGS, Estado, leg. 291. En: CASTRO Fernández, José Javier; CUADRADO BASAS, África: op. cit., p. 165. 11 CASTRO FERNÁNDEZ, José Javier; COBOS GUERRA, Fernando: «Inicio y desarrollo de la fortificación moderna en el reino de Valencia». En: SÁNCHEZ-GIJÓN, Antonio (ed.): Luis Escrivá: Su Apología y la fortificación imperial. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000, pp. 19-20.

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do Guevara llegó a Valencia debió encontrar iniciado uno de estos baluartes, puesto que el 8 de febrero la Fábrica de Murs i Valls había emitido 5.000 libras en vales para financiar «lo baluart e muralla de lo Portal de la Mar»12. Guevara esbozaría un proyecto reflejado en un plano enviado en el mes de mayo al duque de Alba13; su proyecto consistía en la defensa de los accesos al recinto amurallado mediante estructuras poligonales de carácter provisional, incluyendo también el baluarte semicilíndrico, lo que señalaba el príncipe Felipe a su padre, confirmando que «en la fortificación de Valencia se entendió según la orden que dieron el maestre de campo Guevara y Juan de Cervellón»14. La construcción de este baluarte determinó también la de un lienzo rectilíneo que eliminara los ángulos muertos que hubieran aparecido de haber sido añadido a la línea irregular que trazaba la muralla, la cual se ceñía a los terrenos del convento dominico: «Y por el mesmo tiempo levantaron el baluarte de la puerta de la Mar y renovaron el lienzo de muro que corre desde la Torre de El Esperón hasta la puerta de los Ju­ díos»15. Sin consumarse la amenaza, únicamente se concluyeron tres baluartes; en primer lugar, los correspondientes a los portales de los Judíos y de Ruzafa. Siendo de carácter provisional, el Consell decidió en 1545 que, al menos, el primero fuera revestido con ladrillos16, perdurando hasta 1689 (el baluarte de Ruzafa fue demolido el año anterior)17. El tercer baluarte, levantado en la torre de L’Esperó, resultó muy dañado por otra crecida del río el 19 de marzo de 1546. El 18 de abril los dominicos de Predicadores solicitaban el uso de la torre y del baluarte «lo qual […] per inundació de aygues es caygut»18, pues las gentes aprovechaban los escombros para apedrear a los frailes ocupados en los huertos, petición que fue aceptada el 14 de mayo «mentres la ciutat non tendrà necessitat»19. Los temores a nuevas incursiones turcas resurgieron en 1574; en junio el virrey marqués de Mondéjar, comunicaba mediante carta real «que lo turc havia fet y preparat una grosa armada» y que el rey estaría servido si el reino hiciera «prevencions

12 Archivo Histórico Municipal de Valencia [AHMV], Murs i Valls, d3-122 (sin foliar) en PARDO, op.cit., pág.168. 13 El hallazgo de una copia en Archivos del Duque de Alba (C-70-13) en Castro y Cobos, op.cit., p. 22. 14 FERNÁNDEZ-ÁLVAREZ, Manuel (ed.): Corpus documental de Carlos V (5 vols.). Salamanca: Universidad de Salamanca, 1973-1981, Vol.2, pág.273. 15 ESCOLANO, Gaspar: Decada primera de la historia de la insigne y Coronada ciudad y Reyno de Valencia. Valencia: Pedro Patricio Mey, 1610, libro IV, col.766. 16 AHMV, Murs i Valls, d3-124 (sin foliar), en: PARDO, op.cit., , pág.168. 17 CRUÏLLES, op.cit., , Vol. 2, p. 209. 18 TEIXIDOR TRILLES, José: Antigüedades de Valencia: observaciones críticas donde con instrumentos auténticos se destruye lo fabuloso, dejando en su debida estabilidad lo bien fundado (2 vols.). Valencia: Pascual Aguilar, 1895, Vol.1, págs.160-161. 19 Ibídem.

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de les armes e monicions necessaries»20. La Diputación acordó el 5 de julio comprar armas y municiones y comprar o construir un local para almacenarlas: «devrien comprar de pecunies de la Generalitat, artilleries, piques, plom, salitre, sofre e totes les altres monicions, e coses necessaries y convenients […] e que axi mateix se devia comprar, e fer un lloch, o casa convenient, en la qual dites armes e municions estiguessen tancades, custodiades e guardades»21. 3. Ajustes i complementos El de agosto se encargó al maestro Gaspar Gregori «fer casa de monicions en lo corral que sta fora lo portal de la mar»22; esta obra probablemente consistía en la remodelación de un edificio anterior, cuya existencia se deduce de «algunas disposiciones de la Diputación autorizando a remodelarla en los años 1545-1547»23 y que en 1548 incluirían la construcción de un edificio «donde se depositaba la pólvora y servía de escuela de tiro»24. En 1576, atendiendo a unas recomendaciones del virrey Gonzaga, se añadirían a estas obras la reparación de la muralla para proteger la Casa de monicions: «convendría @ seria molt nesessari referse y redificarse certs panys de la muralla que tanca desde el portal de la mar fins al portal dels Jueus […] los quals son molt dirruhits y desfets y per dita raho se causa molt gran dany @ prejuhi a la dita ciutat y senyaladament a la casa de les munisions que de provisió dels molt nobles regnícoles y magnifichs diputats de la Generalitat se a manat fer»25. Semanas después se acordó destinar 4.000 libras del impuesto de censales «considerant quant urgent y presissa necessitat y ha de obrar y alçar lo dit pany de muralla»26. De una petición de Gregori del 22 de octubre de 1577 para que se le abonara su trabajo, se deduce que éste debió encargarse también de la ampliación de la muralla: «lo dit mestre Gaspar Gregori […] desde dit dia de XXVII de Agost del dit any de MDLXXIIII fins a huy e huy en dia ha assistit en totes les obres de la casa de armes e 20 MORA D’ALMENAR, Guillem Ramon: Volum, e recopilacio de tots los furs, y actes de Cort, que tracten dels negocis, y affers respectants a la Casa de la Deputacio y Generalitat de la Ciutat, y Regne de Valencia. Valencia: Felip Mey, 1625, p.343. 21 Ibídem, p. 345. 22 ARV, Generalitat, sig.3040 en GÓMEZ-FERRER LOZANO, Mercedes: Arquitectura en la Valencia del Siglo XVI. El hospital General y sus artificis. Valencia: Albatros, 1998, doc.12-6 (27/08/1574), p.403. 23 Ibídem, p. 226. 24 ROS FILLOL, Godofredo: Importancia histórica, militar, arquitectónica y arqueológica de las murallas y fortificaciones y de la denominada Casa de las Armas de Valencia. Valencia: Parque de Artillería, 1949, p.25. 25 ARV, Real Cancilleria 524, fols 340r-341v (15/09/1576). 26 Ibídem, fols. 343v-344r (15/11/1576).

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muralles e baluart de aquella e a fet e donat lo ordre y traça de totes les obres de dita casa y muralles»27. Gregori reiteró su petición el 12 de enero de 1578 acordando pagársele 30 sueldos diarios por el período de 1574-1577 en el que ejerció como ingeniero y maestro de las obras «de la dita casa de armes muralles y baluart»28, lo que señala la reconstrucción del baluarte de l’Esperó. Este baluarte, atribuido por el cronista Escolano al virrey Gonzaga29, habría sido iniciado en 1577. Ante la posibilidad de que los turcos socorrieran la rebelión de los moriscos aragoneses, Gonzaga proyectó para Valencia un castillo con baluartes en el entorno del Palacio Real30; sin embargo, su elevado coste debió convencer a Gonzaga de optar por potenciar las obras de la Casa de Armas incluyendo «un valuarte que yo hize renovar»31. Los gastos de estas obras (hasta 23/01/1581) fueron los siguientes32: –1574: 2.118 libras 3 sueldos 6 dineros –1575: 1.966 libras 8 sueldos 2 dineros –1576: 2.592 libras 1 sueldo 3 dineros –1577: 16.561 libras 1 sueldo 3 dineros –1578: 2.408 libras 12 sueldos 6 dineros –1579: 2.470 libras 4 sueldos 1 dinero –1580-1581: 3.134 libras 19 sueldos 4 dineros Mientras que el total de gastos supera las 31.000 libras, la mitad de los desembolsos se concentran en 1577, momento en el que, recordemos, Gregori deja la dirección de las obras y en el que comenzaría la potenciación del baluarte que constituiría «la base de la defensa de la ciudad hasta los tiempos modernos»33. Pasados unos años, la Casa de monicions se revelaba insuficiente para servir de arsenal; la Diputación, encontrando las armas en total desorden y deteriorándose por la humedad, acordó construir una segunda sala aprovechando la muralla hasta la torre de L’Esperó como muro del nuevo edificio:

27 ARV, Generalitat, sig. 3044 en: GÓMEZ-FERRER LOZANO: op.cit., doc. 12-7 (22/10/1578), p. 404. 28 Ibídem, doc. 12-9 (12/01/1578, p. 406 y doc. 12-10 (1578), pp. 406-407. 29 ESCOLANO: op.cit., Libro IV, col. 767. 30 BELCHÍ NAVARRO, Peligros: Felipe II y el virreinato valenciano (1567-1578). Valencia: Biblioteca Valenciana, 2006, pp. 247-248. 31 AGS, GA, leg. 86-84, carta a Felipe II (07/06/1578) en: CASTRO Y COBOS, op.cit., p. 21. 32 ARV, Generalitat, 2494 (Llibre de les despeses de les obres de la casa e amagazens de monició) y 2495 (Llibre de les despeses de la obra del baluard de la casa de les armes del General) en: CASTRO Y COBOS, op.cit., p. 20. 33 PERALES, Juan Bautista: Décadas de la historia de la insigne y coronada Ciudad y Reino de Valencia. Continuación de las dècades que escribió el licenciado y rector Gaspar Escolano. Madrid: Terrada, Aliena y Compañia, 1880, p. 677.

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«no hi ha lloch mes apte ni mes convenient per a fabricar la dita sala que es junt al mur de la dita ciutat prenent desde la paret de la sala de la dita casa axí com diu lo mur fins a la torre del Espero a hon mes comoditat y menys despesa se porà fer la dita sala […] y se podrà crexer axí en llargaria com en amplaria los almagazens que hui estan fets junt a la mateixa muralla»34. El encargo fue asignado al maestro cantero Joan de Ambuesa, junto con una escalera para subir «al baluart vulgarment dit de la torre del Esperó35» y otra que comunicara ambas salas36. 4. En la Guerra de Sucesión Española El último elemento en construirse, y con el que el conjunto devendría en Ciudadela, fue consecuencia de la guerra de Sucesión. Tras la victoria en Almansa, las tropas de Felipe V entraron en la ciudad de Valencia el 8 de mayo de 1707; pocos días después, las autoridades borbónicas elegían la Casa de Armas como enclave desde el que resistir una posible contraofensiva austracista. El sacerdote Isidoro Planes anotaba que ya el 15 de mayo pretendían «hacer una Ciudadela junto a la Casa de las Armas37», mientras que los espacios inferiores del arsenal se acondicionaban como acuartelamientos38. La transformación en ciudadela de aquel conglomerado comenzó derribando «las casas que estaban delante de la plaza de la Casa de las Armas, assí las que sacaban puertas a la plaza de Predicadores, como las que sacaban delante del Portal de la Mar en la plaza de la Casa de las Armas»39 y «las paredes del güerto de Sto. Domingo, desde la portería, hasta el torreón que se está acabando»40 para crear así espacios libres con amplios campos de tiro. La autoría del torreón que se construía hacia la plaza de Predicadores es atribuida por el mismo testigo a un anónimo «ingeniero francés»41, probablemente Luis Langot de Villiers, en su momento ayudante de Vauban42. De cuerpo troncocónico y abovedado en su interior, este «Baluarte ó Cubo redondo que se está acabando de perfi34 ARV, Generalitat, provisiones, 3050 en Gómez-Ferrer, op.cit., doc. 14-7 (10/12/1584), p. 414. 35 ARV, Generalitat, protocolos, 2826, ibídem, doc.14-8(12/04/1585), pág.414 y doc.14-9 (17/05/1585), p.415. 36 ARV, Generalitat, protocolos, 2828, iIbídem, doc. 14-10 (1586), p. 415-416. 37 CEBRIÁN MEZQUIDA, Lluis, transcripción de Isidoro Planes: Sucessos fatales desta Ciudad, y Reyno de Valencia o Puntual Diario de lo sucedido en los Años de 1705, 1706 y 1707. Valencia: Biblioteca Valenciana, Nicolau Primitiu, 1899, mss. 159, fol. 182r (15/05/1707). 38 Ibídem, fol. 186v (04/06/1707). 39 Ibídem, fol. 218v (21/10/1707). 40 Ibídem, fol. 243v (19/10/1707). 41 Ibídem, fol. 228v (17/11/1707). 42 CERVERA-TORREJÓN, José Luis: «Los ingenieros militares en la Valencia del XVIII». En: ALONSO IGLESIAS, Jesús Alonso (coord.): Poliorcética: (asalto y defensa de plazas fuertes): fortificación y patrimonio. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia, 2005, p. 159. Descartaríamos su propuesta del flamenco Alberto Goffau, llegado a España en 1709.

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cionar tiene 16 troneras, 8 à la metad y las otras 8 en lo más alto, para por ellas sacar los cañones de artillería; es todo de ladrillo y mortero»43. Finalizado a comienzos de febrero de 1708, fue completado con un foso seco y una garita «sobre la cual está una grande flor de lis dorada y bajo de esta garita está fijada en el mismo torreón una lápida de piedra negra guarnecida de mármol y en ella se lee la siguiente descripción en letras doradas: Philippus V hispaniarum rex. Victis ad Almansani hostibus Valentia recepta civibus clementia servatis urbis ac regni securitati hoc opere prospeceit anno 1707»44. Ni siquiera a los más convencidos felipistas se les escapó el carácter vejatorio de este texto, que fue retirado el 14 de noviembre de 1808, durante la confusión de los meses iniciales de la guerra de Independencia. Concluía así el dilatado proceso de formación de la Ciudadela de Valencia que, en la práctica se convertiría en su única fortificación a lo largo de la Edad Moderna. Sin embargo, ni durante su largo período de construcción, ni con posterioridad, llegó a desempeñarse papel alguno en la defensa de la ciudad, ni siquiera en los tres diferentes asedios que tuvieron lugar durante la guerra de Independencia. Aunque resultaba obvio su cometido de garante de una fidelidad impuesta, la Ciudadela tampoco sirvió de prisión para los partidarios de la causa austracista como se ha sugerido, limitándose a servir de arsenal, ahora para los ejércitos reales, lugar de agrupamiento de quintados y acuartelamiento para la guarnición en Valencia. Ya en el siglo XIX se convertiría en luctuoso escenario de la matanza de ciudadanos franceses al comienzo de la guerra de Independencia, y más tarde, lugar de confinamiento para destacados personajes en la disputa entre absolutistas y liberales. El torreón de la plaza de Santo Domingo perdería su batería superior en 1841, siendo demolido en su totalidad en algún momento anterior a 1865, cuando fueron derribadas las murallas medievales. El Portal Nou de la Mar sería derribado en 1868, mientras que el baluarte semicilíndrico que lo defendía se mantendría hasta 1901, como paso previo al reordenamiento urbano de la zona y a la ampliación de los terrenos de uso militar en los antiguos huertos del convento de Santo Domingo. Finalmente, tras el traslado de todas las dependencias militares, en 1956 fueron demolidos los edificios de la antigua Casa de Armas y el gran baluarte, únicas construcciones supervivientes en la fecha.

43 CEBRIAN-PLANES: op.cit., fols. 245v-246r (29/12/1707). 44 ANÓNIMO, copia manuscrita de PLANES, Isidoro: Puntual diario de lo que pasará en esta ciudad y reino de Valencia en la continuación de la guerra de este año 1708, ca.1900-1950, Biblioteca Valenciana, Nicolau Primitiu, ms.394/8, sin foliar (11/02/1708).

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Bibliografía ALDANA FERNÁNDEZ, Salvador: Valencia. La ciudad amurallada, Consell Valencià de Cultura. Valencia, 2006. BECERRA DE BECERRA, Emilio: «La fortificación abaluartada: sus huellas en el reino de Valencia», Serie histórica, nº.25. 2003, pp. 257-287. BONET CORREA, Antonio: Cartografía militar de plazas fuertes y ciudades españolas. Siglos XVII-XIX. Madrid: Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, 1991. COBOS GUERRA, Fernando; CASTRO FERNÁNDEZ, José Javier de y SÁNCHEZ-GIJÓN, Antonio: Luis Escrivá: Su Apología y la fortificación imperial. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000. HERNANDO SÁNCHEZ, Carlos José (coord.): Las fortificaciones de Carlos V. Madrid: Ediciones del Umbral, 2000. ROS Y FILLOL, Godofredo: Importancia histórica, militar, arquitectónica y arqueológica de las murallas y fortificaciones y de la denominada Casa de las Armas de Valencia. Valencia: Imprenta del Parque de Artillería, 1949.

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La restauración arquitectónica de las fortificaciones y su problemática. Experiencia propia Alfred Pastor Mongrell Arquitecto [email protected] Resumen Contexto. La formación académica en restauración arquitectónica. Los ejes de la restauración arquitectónica: función, forma, método, técnicas. El conocimiento del objeto de la restauración: la información necesaria y la que está al alcance del arquitecto restaurador en el caso de las fortificaciones. La restauración del castillo de Miravet. Lo que aportan las disciplinas implicadas: El trabajo pluridisciplinar y sus carencias referidas a fortificaciones. Conclusión. Propuestas. Palabras clave: Insuficiencia de aprendizaje del oficio de la restauración arquitectónica. 1. Introducción Para comprender la historia que se explica a continuación es necesario contextualizarla. Acabé la carrera de arquitectura en 1969, después de la “Caputxinada” y la refundación del Sindicato de Estudiantes Universitarios, con la Dictadura en plenas facultades y con las manifestaciones estudiantiles con periodicidad prácticamente diaria. La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, con contenidos y profesores cuestionados, con equidad y oportunidad no siempre evidentes. Fue el tiempo en qué lo adecuado era barrer los restos de la enseñanza academicista de la arquitectura y de la selección clasista del alumnado. Lo que importaba entonces era

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tomar conciencia de la situación de la situación de la arquitectura y del país y recuperar el tiempo perdido en todos los aspectos durante aquel periodo negro. Por tanto era absolutamente necesaria la actualización, la puesta al día de la arquitectura del país, con tendencias y técnicas adecuadas a la deseada llegada de la democracia y la modernidad. Esta puesta al día llevaba implícita una aparente contradicción: se debía retroceder en el tiempo para avanzar. Retroceder para recuperar la arquitectura racionalista desarrollada durante el corto período de la República, arquitectura alineada con las corrientes más renovadores europeas, rompiendo con la arquitectura oficial del nacional-sindicalismo. Sirva lo que antecede para entender las consecuencias. El estudio de la arquitectura histórica dio un giro de 180 grados: del análisis de los estilos arquitectónicos sumerio, persa, egipcio, griego y romano se pasó a ignorarlos para sumergirse en el análisis de la Bauhaus, el diseño y la arquitectura de sus ideólogos, considerados por el otro bando como una cuadrilla de jovencitos alocados. A mí me cogió todo este terremoto en el ecuador de la carrera y ni yo ni mis compañeros de aventura nos vimos beneficiados por una u otra corriente. Aunque nos tocó la parte de la Arquitectura Antigua, lo cierto es que no había la posibilidad del beneficio de un estudio serio, porque la asignatura se convertía, en manos del que la impartía, en un anecdotario no excesivamente científico. En aquel tiempo había la posibilidad teórica de aproximación a la restauración de edificios en un 5º curso de especialidad, al final de la carrera, pero dictado por el mismo profesor que explicaba la historia de la arquitectura mediante, por ejemplo, el relato de los diferentes temas eróticos de la imaginería gótica. Preferí, dadas las perspectivas, perder el tiempo matriculándome en otra pretendida especialidad, la de Estructures especials. Al final, el resultado era que estas especialidades no tenían ningún tipo de efectividad, ni de formación ni administrativa. Por otra parte, el título de arquitecto servía para todo lo que atañía a la construcción y que se definía en las diferentes regulaciones de la profesión. Servía y sirve tanto para realizar estructures de hormigón como para restaurar catedrales. Una vez acabada la carrera, te encontrabas literalmente aterrorizado en medio de la calle. Mi descubrimiento del patrimonio tangible —el que conocía hasta entonces era el virtual, el que se ve en fotografías— fue gracias a mi incorporación a un equipo de profesionales y ciudadanos que se propuso llevar a un pueblo del área metropolitana a la democracia, sirviéndose del urbanismo y la reivindicación de los derechos fundamentales. En la urbe estaban y están los edificios artísticos e históricos. Tomé parte en la redacción del catálogo de las construcciones de estas características. Más tarde, ya en democracia incipiente, dirigí el equipo que redactó el Plan Especial de Protección del patrimonio arquitectónico del mismo pueblo. Estos dos trabajos explican, primero, mi interés por el patrimonio y más tarde mi pasión. De alguna manera sentí i siento lo mismo que describe Joan F. Mira en su obra autobiográfica “El tramvia groc”. Dice, respecto al futuro previsible de la huerta valenciana: “Jo he nacido y he

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crecido en aquel pequeño mundo de trabajo y belleza, he vivido los primeros años de vida disfrutando de la herencia de aquella cultura, y es un tesoro y una gloria que siempre he llevado dentro de mí. De la misma manera que llevo continuamente dentro de mí la tristeza y la melancolía de comprobar que, con el paso implacable de los años, mis compatriotas se proponen metódicamente acabar de destruir la geografía y la historia y convertir la cultura de la tierra en cemento y solares; de constatar que continúan elaborando planes monstruosos, con el estímulo y la bendición de las más altas autoridades del país...”. Después vino mi adhesión a la Comissió de defensa del patrimoni arquitectònic del Colegio de Arquitectos de Catalunya, convertida años más tarde en la Associació d’arquitectes per a la defensa i intervenció en el patrimoni arquitectònic (AADIPA). Entidades con los objetivos que expresan sus nombres con toda claridad, pero también con una voluntad de formación de los asociados, tanto en el conocimiento del patrimonio edilicio catalán como en su restauración. Ya se ha celebrado el XXXVIIº y ya se ha anunciado el XXXVIII para este año. De mi pertenencia a estas agrupaciones y asistencia a los cursos que han organizado deriva mi conocimiento inicial de la restauración monumental, procedimientos y métodos empleados en distintas épocas. Más tarde, la práctica profesional lo consolidó y aumentó. En todo éste tiempo, el que va del primer curso al último, las directrices de la restauración han evolucionado como evolucionan las tendencias en esta profesión: desde considerar una obligación (o una excusa plausible) poder distinguir la intervención de las preexistencias, a esconderla detrás de lo existente. Es decir en general, al largo de los años, ha cambiado el peso de la arquitectura nueva en la restauración, disminuyendo a medida que crecía el peso de la historia. Es mi opinión. Y esto, que en principio no es ni bueno ni malo si se respetan ciertos límites, ha pasado a medida que la restauración ha ido incorporando otros profesionales o que estos profesionales, a tenor de la llegada de nuevas corrientes, iban aumentando su influencia en los resultados. Estoy refiriéndome, como ya intuís, al procedimiento “a la page” de la restauración, la pluridisciplinaridad. Y he aquí que, en 1986, como consecuencia de una de las crisis cíclicas del sector de la construcción, no tuve más remedio que escuchar y atender la llamada del patrimonio y me incorporé a la Direcció General de Patrimoni Cultural de la Generalitat de Catalunya, en concreto, al Servei de Patrimoni Arquitectònic. La jubilación de funcionario, que no de arquitecto, me llegó en el año 2011, hace ya casi 4 años. Hasta aquí, mi recorrido profesional referido a la “res restauratoria”. 2. Función, forma, método, técnicas en restauración arquitectónica La restauración arquitectónica debe obedecer al principio general de la Arquitectura que es, cumplir una función, un servicio, individual o colectivo y hacerlo procurando conseguir un resultado formal bello, indiscutible o aceptable. Este es el “juramento” que hacemos los arquitectos cuando nos disponemos a ejercer la profesión, no

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explicitado, pero grabado en nuestro ADN. Mandato incorporado lentamente, pero sin discontinuidad, durante nuestro aprendizaje del oficio. Lo que no “juramos” es saber de restauración, es decir, de sus métodos, de sus técnicas, al menos en mi época. En este aspecto, como en otros, salíamos de la escuela con un hueco en el cerebro que era necesario llenar por nuestra cuenta, si es que la restauración acababa siendo la especialidad profesional escogida. De esta manera empezamos a adentrarnos en este campo algunos arquitectos. En la actualidad existe algún master que quiere suplir la falta de especialidad, pero desconozco hasta qué punto estos cursos pueden substituir una formación más completa. Sí que sé que estos master pueden crearse y desaparecer por causas distintas a la necesidad de su existencia. Puede suceder, como está sucediendo ahora mismo, que no hay una especialidad académica de restauración arquitectónica reconocida por la administración competente. Tampoco existe por ahora, por parte del Colegio de Arquitectos, ejercicio de alguna presión sobre las autoridades académicas ni sobre los gobiernos para cambiar este estado de cosas, cuando es evidente que restaurar monumentos no tiene nada que ver con proyectar edificios de nueva planta, sea cual sea su función. 2. El conocimiento del objeto de restauración. La restauración del castillo templario de Miravet La restauración del castillo de Miravet fue nuestra primera experiencia en restauración, como funcionarios arquitectos e historiadores funcionarios. Nos ocupó, si sumamos tiempos de proyecto y obra, des de 1995 hasta el 2003, tiempo necesario si tenemos en cuenta las dificultades de compartir el tiempo entre restauración y gestión administrativa y, más difícil todavía, el disponer de la cuantía de la inversión. No fue éste nuestro primer contacto con el castillo. Antes, una vez asumida su propiedad por la Generalitat de Catalunya, se habían redactado otros proyectos y dirigido otras obras por parte de arquitectos externos, Trabajos de los que el seguimiento y aprobación por parte del Servei de Patrimoni Arquitectònic era responsabilidad nuestra. ¿De qué ayudas e información disponíamos? Pues por aquellas fechas, el servicio ya había conseguido dotar a la Secció de Restauració de un arqueólogo y un historiador del Arte. Fruto de este trabajo en equipo fue conocer mejor la historia del castillo, sus orígenes, las vicisitudes pasadas, la evolución de su construcción, etc. No hubo un plan director que estableciera y ordenara las excavaciones arqueológicas y las actuaciones de restauración y su secuencia, junto con una primera aproximación del coste total de las actuaciones. No recuerdo exactamente, pero quizás la invención de esta figura, la de los planes directores (que es del Servei de Patrimoni Arquitectònic) fue más tarde. A pesar de eso, la del castillo de Miravet fue precedida de las investigaciones documentales y arqueológicas preceptivas. ¿Pero qué pasó con el “juramento hipocrático-arquitectónico”? Yo, arquitecto, me vi imposibilitado para establecer la funcionalidad interna, para recomponer el funcionamiento de la fortaleza, dotarla de un organigrama creíble. A los historiadores

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Figura 1. Castillo de Miravet

les debió pasar lo mismo, porque no pude conseguir disponer de una explicación convincente. Hubo una aproximación cuando, en algún libro, encontramos la adjudicación no justificada de usos a los espacios (Iglesia, refectorio, caballerizas, “de profundis”, etc.) algunos desmentidos después (la cocina) o inconcretos (torre del tesoro). Estos supuestos usos provenían de fuentes documentales no excesivamente explícitas. Se rectificó puntualmente alguna de las asignaciones en base al resultado de excavaciones. Y de esta manera se restauró. No sé si en la actualidad, los gestores del monumento disponen de una explicación del funcionamiento del castillo, pero lo veo difícil. Existe un problema de actitud: no son cuestiones, creo, que originen habitualmente preocupación, no son objeto de demanda social. A mí, con mi paso a la reserva, observo que no desapareció la intranquilidad por mi incumplimiento de la promesa y me he propuesto ampliar conocimientos explorando por mi cuenta. Un primer resultado fue el conocimiento de publicaciones que explican la historia de la guerra, de los guerreros, del armamento, y de la poliorcética. Os ilustro con un par de imágenes del libro “Els exèrcits de Jaume I”. (figura 2) Para mí ha significado un gran avance en el conocimiento de la armamentística y su influencia en la arquitectura de las fortificaciones. Las segundas son de una publicación maltesa, “The Art of fortress Building in Hospitaller. Malta. 1530-1978” del arquitecto Stephen C. Spiteri (figura 3), un estudio de construcción, materiales, y técnicas de las fortalezas de la época anunciada en el título de la obra. Para mí, persona del gremio de la construcción, han sido libros re-

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Figura 2. Ejércitos de Jaume I (Francesc Riart / F.X. Hernández) Figura 3. The Art of Fortress Building in Hospitaller. Malta

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veladores. En otros aspectos, también lo fueron los 4 primeros volúmenes publicados de la “Historia Militar de España” dirigida por Hugo O’Donell. 3. Lo que aportan las disciplinas implicadas. El trabajo pluridisciplinar y sus carencias Podéis constatar que ninguna de las dos primeras obras mencionadas se refieren a fortalezas anteriores al siglo xiv, y también que no hay excesiva información sobre lo que me preocupa, la de su funcionamiento extra-defensivo. ¿O quizá no he sabido encontrarlo? Creo que son unas obras muy meritorias, pero con la atención centrada en armamentística y poliorcética, más poco en arquitectura, entendida como disciplina que se ocupa del estudio, diseño y construcción del hábitat del hombre que vive, se defiende o ataca en un castillo. He recorrido recientemente a otras publicaciones. La tónica es la misma: en el mejor de los casos, contienen planos con adjudicación de usos a las diferentes dependencias. Sirva como ejemplo de lo que digo lo que dice y hace Viollet-le Duc, personaje de mi oficio, en su “Dictionnaire raisonné de l’architecture...” cuando desarrolla el término “chateau”. Este término ocupa 137 páginas del Volumen III de la edición consultada. Habla de distintos castillos de diferentes épocas, de los que presenta planta, con asignación de uso a los espacios, alzado y, en algún caso, perspectiva. Veamos qué dice el famoso arquitecto en un caso concreto, el del Castillo de Arques (figura 4), que tomaré como ejemplo. Traduzco: Figura 4. Castillo d’Arques. “La obra avanzada B es del siglo xv. Los muros interiores C parece pertenezcan a una época bastante más reciente, no han existido hasta hoy. Del tiempo de Guillem d’Arques, la verdadera entrada al Castillo por el lado de Dieppe estaba en D, y el foso debía seguir la línea de puntos EE. Quizá en B existía una obra avanzada con empalizada para proteger la puerta principal. Todavía se distinguen perfectamente, bajo la entrada G, las construcciones del siglo xi e incluso los cimientos de las torres que la defendían. En H está la torre del homenaje (torre maestra o “donjon”) de planta cuadrada, de acuerdo con la costumbre normanda, y dividida por un grueso muro. En K está la segunda puerta, que comunica con la plataforma exterior mediante un puente sobre pilastras aisladas. Esta entrada, sabiamente proyectada, pasa por debajo de una torre y de un pasadizo ancho abovedado, bien defendido por les defensores situados en el “donjon”, que, por su posición oblicua respecto las murallas, oculta el patio del castillo a aquellos que lleguen del exterior. Por otra parte, esta torre está muy bien situada para controlar el exterior del lado de la lengua de tierra por donde se puede llegar al foso a pie; sus esquinas inciden en las murallas del recinto, creando de esta forma una circu-

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Figura 4. Castillo d’Arques.

lación demasiado estrecha para el camino de ronda y dominando toda la amplitud del foso. El enemigo, si llegara a apoderarse del patio, no podría escalar las murallas M, y difícilmente alcanzar la poterna K, especialmente reservada para la guarnición emplazada en la torre maestra. En P había una construcción dependiente de la torre por encima del pasadizo hacia la poterna, que debía defenderse tanto del patio interior O como del exterior. Este patio tiene numerosas salidas, imposibles de reconocer por parte de hombres no familiarizados con estas trampas: además de la poterna K de la torre maestra, una escalera subterránea comunica con el fondo del foso, y permite de esta manera a la guarnición hacer una salida o escaparse sin ser vistos. Hemos indicado en N, sobre el plano, los numerosos subterráneos tallados en la roca, aún visibles, que se cruzan bajo las murallas, y son destinados, tanto para hacer salidas por sorpresa a los fosos como para impedir las minas en el lado dónde el castillo es más accesible.” Y el Diccionario continúa explayándose en consideraciones exclusivamente de orden militar, por supuesto. Es lo que se espera de las obras especializadas en temas de esta índole, por descontado, pero que no llenan el vacío que yo desearía estuviera resuelto, el de los aspectos sociológico, antropológico, arquitectónico o cómo prefiera

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denominárseles. En definitiva, los que podrían llevar a establecer las funciones extra-defensivas o colaterales de las fortificaciones, las de hábitat de sus ocupantes. Lo que dice un arquitecto (y más, arquitecto restaurador famoso) respecto a la arquitectura defensiva, aunque la cualidad de la información que aporta es muy valiosa, no llega a plantear lo que yo quisiera tener ya resuelto. Para acabar, ha aparecido un librito nuevo, “Cómo leer castillos”, del que os explico rápidamente lo que nos aporta. En la primera solapa del libro se dice textualmente: “Como leer castillos ofrece un vocabulario sobre los tipos, estilos y materiales arquitectónicos —de los matacanes y el foso a las torres y el puente levadizo—. Así tendrá todas las claves necesarias para contar la historia que guardan los muros de cualquier Castillo”. Lo he querido comprobar. En la página 12, tal y como se nos dice en el índice de la obra, se habla de la función de estas construcciones para la defensa y dice: “Los castillos tenían dos funciones principales. Por una parte, eran fortificaciones con aspectos tanto defensivos como ofensivos; por otra eran residencias aristocráticas, particularmente asociadas con la clase caballeresca”... Acaba la sucinta definición de las funciones castellanas diciendo “Determinar la función precisa de un castillo es una de las tareas más satisfactorias para el investigador”. No puedo hacer más que manifestar mi total acuerdo con esta afirmación. Lo ejemplifica. Hace un ejercicio de concreción de funciones en 5 castillos, pero de una manera elemental, genérica, prácticamente igual a las ya descritas. Por tanto, no aporta nada nuevo. Más adelante amplia la noticia sobre las funciones dedicando unos párrafos al castillo fortificación y otros al castillo residencia y dedica un cierto espacio a exponer ejemplos de castillos de estos dos tipos, pero no hace sino relatar su historia. Después pasa a diseccionar la fortaleza en los elementos que la componen y explica las torres del homenaje, torres, defensas, accesos, capilla, prisiones, puertas y ventanas, almenas, letrinas, sistemas de calefacción, etc. También se extiende hablando de materiales y de técnicas. No sería justo dejar de reconocer la utilidad de toda esta información. A pesar de que falta, el análisis del funcionamiento total de las fortificaciones, en el sentido al que me refiero durante todo este discurso, el parcial también tiene su importancia. Es necesario, pues, valorarlo y agradecerlo. 4. Conclusión. Propuestas La conclusión es que, a mi juicio, la información sobre los castillos, los instrumentos que se han utilizado y los que se utilizan, tienen un buen soporte en la historia general y la específica, la historia de los hechos bélicos, la de la evolución del armamento, y la consiguiente de los edificios para la defensa. Por tanto, es necesario reconocer que los equipos pluridisciplinares han funcionado en muchos aspectos. Están bien pertrechados de historiadores y arqueólogos. Pero, a mi juicio, se olvida investigar

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Figura 5. Castillo de Miravet. Restauración.

aspectos sociales que expliquen mejor los usos no estrictamente defensivos de estas construcciones, que se contemplen todos los aspectos de la vida en las fortificaciones. Quizá convenga ampliar los equipos, cuando sea necesario, con profesionales que sepan cómo se vivía en los castillos, en general, y puedan llegar a saberlo en cada castillo en particular. ¿Museógrafos? El arquitecto, creo, dada nuestra formación, puede ser un buen ayudante, pero no actuando en solitario. Los museólogos y museógrafos siempre se reservan para después de finalizar las obras, es decir, cuando ya no pueden corregirse errores o contradicciones, de una u otra parte. ¿Por qué? Si en ciertas excavaciones se pueden realizar estudios de toda índole, que incluso determinan cual ha sido la alimentación, enfermedades, la causa de la muerte de un individuo y las costumbres funerarias de un colectivo, ¿por qué no hacer el análisis funcional completo del artefacto defensivo? Creo que el conocimiento de la guerra, esta actividad constructora/ destructora constante y que ocupa una parte tan importante de la historia de la Humanidad, debe llegar hasta el final. Debemos conseguirlo.

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Bibliografía EMMANUEL, Eugène: Dictionnaire raisonné de l’architecture française du XIe au XVIe siècle. Ed. Morel, 1875. HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc; RUBIO, Xavier: Els exèrcits de Jaume I. Ed. Dux, 2009. SPITERI, Stephen C.: The Art of Fortress Building in Hospitaller Malta. Malta: BDL Publishing, 2008. Archivo fotográfico Direcció General de Patrimoni Cultural. Generalitat de Catalunya

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Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric Montse Viader i Crous Licenciada en Historia del Arte y Máster en Gestión del Patrimonio Cultural Técnica de Patrimonio. Ayuntamiento de Hostalric [email protected] Resumen La villa de Hostalric dispone de un patrimonio cultural rico y singular. La significación y el interés de algunos de los elementos que configuran este patrimonio —las murallas, torres y el castillo, todos ellos BCIN— suponen un recurso extraordinario para el desarrollo y la proyección turística y cultural de la ciudad. En el año 2008 se hizo el Plan Director del Castillo de Hostalric donde entre otras cosas se proponía un centro de interpretación y acogida de visitantes. Ahora este centro ya es una realidad y el visitante puede hacer el descubrimiento del monumento ofreciéndole las claves para su lectura que le permite: observar, explorar, situar, analizar, comprender, sentir y revivir. Se trata de un conjunto de experiencias que ofrece al público un significado y una vivencia. Palabras clau: castillo, fortaleza, Hostalric. 1. Introducción Hostalric es una villa de origen medieval con muralla y torres que se levanta sobre una cima de piedra basáltica en el valle del río Tordera. Domina la principal vía de paso entre Girona y Barcelona. Hoy en día Hostalric todavía es un importante nudo de comunicaciones: carretera comarcal C-35, autopista AP-7, ferrocarril y tren de alta velocidad.

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Por este motivo Hostalric ha sido un punto privilegiado y estratégico donde se pueden encontrar testimonios de una ocupación humana casi continuada desde la época de los íberos hasta la actualidad. El castillo se levanta en la parte más alta del cerro basáltico, donde se han localizado restos ibéricos (siglo II aC). Su posición servía para defender el punto de paso obligado del camino real que iba de Girona a Barcelona y que formaba parte de la vía Merchateria que era la antigua ruta romana que conectaba los mercados de Francia meridional con los de Cataluña, muy utilizada por los mercaderes de paños gerundenses del siglo xiv. La época medieval es la más fructífera en la historia de la villa. Hostalric se convirtió en la capital administrativa del vizcondado de Cabrera y, junto con el castillo de Montsoriu, en el interior, y el castillo de Blanes, en la costa, en uno de los principales bastiones de esta familia nobiliaria, los dominios de la que se extendieron por dos terceras partes de la actual comarca de la Selva, el Alt Maresme, el extremo este del Vallés Oriental, el Collsacabra, en Osona, la Vall d’en Bas y Riudaura, en la Garrotxa y la Plana de Vic. Ya desde el siglo xii se encuentra documentado un castillo en la cima de la colina de Hostalric, lugar estratégico y privilegiado que dominaba la red de caminos de la época, camino real, y que al mismo tiempo era un lugar de encuentro de agricultores y comerciantes de la comarca y de otros lugares. Es por este motivo que se le concedió, en tiempos de Guerau V de Cabrera, la licencia para hacer mercado semanal, los martes, por parte del rey Jaime I, el Conquistador, en 1242 y un año después, 1243, se le concedió la carta puebla para la creación de un nuevo núcleo de población en Hostalric. Hacia finales del siglo xiv la villa de Hostalric dejó de crecer y comenzó un período de decadencia, donde Blanes cogió el papel de dinamizador de su entorno. En 1462 se dice que el castillo estaba en un lamentable estado. Por este motivo los restos del antiguo castillo de los vizcondes de Cabrera fueron utilizados para la construcción de la fortificación posterior. Con la “Sublevación de Cataluña” (Guerra dels Segadors, 1640-1652), que tuvo como consecuencia el Tratado de los Pirineos, en 1659, y la pérdida de territorios catalanes al norte de los Pirineos, fue una época de conflictos bélicos y, por tanto, se procedió a la modernización de las plazas fuertes. Hostalric es un ejemplo. En 1653, el ingeniero de las tropas de Felipe IV, Pedro Alejandro, hizo trabajos de fortificación en la moderna, en el castillo de Hostalric, para adaptarlo al uso de las armas de fuego de la época, utilizando el sistema de campaña hecho con tierra y fajinas. A pesar de ser materiales sencillos, este tipo de defensa seguía el modelo del baluarte. De esta manera, los gruesos terraplenes hechos de tierra absorbían con facilidad los proyectiles y daban una buena consistencia en la construcción. El problema era que duraban poco debido a la fragilidad, y tenían que reconstruir frecuentemente, dependen de los acontecimientos bélicos que soportaban. En general, sin embargo, los perímetros de sus trazados fueron respetados y posteriormente hechos de piedra y mortero de cal. Así, pues, las obras de fortificación que se llevaron a cabo en el castillo, durante la Guerra dels Segadors, fueron una serie de terraplenes revestidos de fajinas. Al ser

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Hostalric una plaza fuerte también se fortificó la ciudad, rodeando los muros de la antigua muralla. Todas estas obras eran de las llamadas de campaña. La fortaleza que hoy en día se puede ver en Hostalric es fruto de estas actuaciones realizadas a partir de la Guerra de Sucesión Española (1705-1714) y que continuaron hasta que a principios del siglo xx fue abandonada. Francisco de Santa Cruz, ingeniero militar, al servicio del archiduque Carlos; fue el autor del proyecto el que marcó ya los elementos defensivos típicos de las fortalezas modernas: hiele, camino cubierto, foso y recinto interior. En Hostalric parte de estos elementos ya se proyectó un gran baluarte, un frente atenazado, un revellín, un semibaluarte y un diente de sierra. El conjunto venía rematado por un patio de armas en la parte superior y el caballero. Durante la Guerra del Rosellón (1793-1795), se consolida la estructura actual de la fortaleza de Hostalric según el proyecto técnico de otro ingeniero militar, Tomás de Buzunáriz, que seguía el esquema anterior de Santa Cruz haciendo alguna reforma para poder tener condiciones óptimas en caso de asedio y convertirse así en una verdadera plaza fuerte. Es pues, a lo largo de este siglo cuando se hicieron las obras de las estructuras exteriores y la galería a prueba de bomba que es el elemento más característico de la fortaleza. Asimismo, las estructuras y elementos que quedaban del antiguo castillo medieval quedan insertadas y transformadas en las nuevas dependencias. Es sin embargo, en la Guerra de Independencia (1808-1814), cuando la fortaleza de Hostalric tiene un papel importante en el control del camino real. Una vez se había hecho la capitulación de Girona (diciembre de 1809) los esfuerzos se concentraron en el camino que va hacia Barcelona y Hostalric queda justo a medio camino, por lo tanto era importante frenar el avance del ejército enemigo. Por este motivo y bajo el mando del general Mazucchelli se inició el ataque que se convirtió en el sitio de la fortaleza de Hostalric. Este se inició el 13 de enero de 1810 y duró hasta el 12 de mayo del mismo año. Con este hecho se hizo evidente que la fortaleza de Hostalric estaba muy bien situada para defender el camino que va de Girona a Barcelona. A partir de este momento la fortaleza pasó sin pena ni gloria durante las Guerras Carlistas hasta que a medio siglo xix con la aparición de la artillería rayada y los nuevos proyectiles explosivos comenzó la lenta pero inexorable decadencia de este tipo de fortificaciones abaluartada. Sin embargo, no desaparecieron del todo las obsoletas fortificaciones, sino que muchas de ellas fueron utilizadas por los ejercidos con fines diversos: cárceles, cuarteles, arsenales, etc. A principios del siglo xx, la fortaleza de Hostalric era un cuartel militar y presentaba un lamentable estado de conservación y perdió la consideración de plaza fuerte. En 1929, el gobierno de Primo de Rivera acordó el traslado de la guarnición, ya que las instalaciones no reunían las condiciones exigidas y Hostalric dejó de ser definitivamente zona de interés militar. El 23 de abril de 1949 el Estado español vendió al Ayuntamiento de Hostalric el castillo por 18.500 pts. Ese mismo año se proteger e inventariar por parte del Estado todos los castillos y arquitecturas militares. El 5 de junio de 1963 se declaró monu-

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mento histórico artístico todo el conjunto formado por las murallas y el castillo de Hostalric. La Ley estatal de 16/1985 del Patrimonio Histórico Español propuso que todos los monumentos históricos artísticos pesaran a ser bienes culturales. La Ley 9/1993 sobre patrimonio cultural catalán con el artículo 7 de esta misma ley declaró el castillo de Hostalric BCIN. 2. Plan director del castillo de Hostalric En julio de 2008 se presentó el Plan Director del castillo de Hostalric. En octubre del mismo año fue el acuerdo de la Comissió Territorial de Patrimoni de la Generalitat de Catalunya. En abril de 2009 se hizo la aprobación definitiva por parte del consistorio del Ayuntamiento de Hostalric. El plan director abordó las necesidades y recursos de la institución y la manera de obtenerlos, y estudió punto por punto los requerimientos de espacios, instalaciones, personal, financiación y gestión. Planificó la estrategia global de intervenciones del monumento, valorando todos los aspectos y proponiendo unas fases de ejecución de las obras de restauración, rehabilitación y conservación del castillo. El plan director propuso una estrategia global de interpretación del conjunto del monumento valorando todos los aspectos y proponiendo estrategias por fases para lograr el desarrollo de la propuesta del centro de interpretación y acogida de visitantes del castillo, conforme se llevaban a cabo las obras de restauración, consolidación y rehabilitación de los espacios. En el cronograma propuesto se hizo evidente que partiendo de la realidad que se tenía, debía dar sentido y coherencia a las acciones para permitir su conservación y así poder hacer difusión turística, fomentando las visitas y proponiendo necesidades de intervención en aquellos servicios, equipamientos e infraestructuras que fueran necesarias, tanto si se tenían que crear o mejorar las ya existentes. El plan director daba énfasis a las Siguientes Cuestiones: Ver las prioridades a la hora de rehabilitar o consolidar los diferentes elementos arquitectónicos del castillo. ¿Qué usos debían tener los diferentes espacios existentes en el castillo? La gestión del propio monumento. Ver y analizar los caminos posibles para los visitantes. Recursos humanos. Propuesta de gestión. Desarrollo del espacio destinado a la recepción de visitantes y en la interpretación de la fortaleza. Sin todo ello, desde la perspectiva de la gestión del castillo, el aspecto fundamental a considerar se suma el tratamiento, no sólo como espacio simbólico, contenedor de nuevos equipamientos culturales y turísticos, sino también como monumento con un gran valor histórico y arquitectónico. La finalidad era dar coherencia a todo el monumento, además de poder llevar a buen puerto el proyecto de montaje del centro de interpretación y acogida de visitantes del castillo de Hostalric, el cual ha sido posible este pasado mes de marzo de 2015.

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Figura 1. Castillo de Hostalric con la iluminación noctura del foso (INDAL).

La rehabilitación y conservación del castillo de Hostalric ha puesto en valor, tanto para los habitantes de Hostalric como para los visitantes, la visión de una espléndida fortaleza abaluartada, convirtiendo este recinto en un lugar símbolo de la historia de la villa y con una proyección de futuro en el campo turístico. 3. Propuesta estratégica y de actuaciones El castillo de Hostalric es un nodo importante y, como tal, un recurso patrimonial que deberá convertirse en el elemento central de la oferta turística cultural y en el principal motor de las actividades culturales de la ciudad. Por todo ello se adecuan las instalaciones para hacerlas visitable. También se deben tener en cuenta otros puntos importantes, como son la conservación, restauración y rehabilitación del recinto fortificado y sus dependencias, la documentación y la investigación, para así poder hacer una buena difusión del elemento patrimonial. Por lo tanto, la propuesta estratégica es el producto del proceso de planificación y las propuestas de actuaciones. En el plan director del castillo de Hostalric se hicieron un total de dieciséis propuestas de actuaciones. Algunas de ellas ya se han llevado a cabo, otras están a la espera de financiación, ya que el orden de ejecución de estas dependen de los recursos económicos disponibles y muchas veces de las subvenciones.

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Figura 2. Mesa interactiva y maqueta del castillo de Hostalric

Las propuestas de actuaciones eran dieciséis y se pueden agrupar en tres bloques: restauración, rehabilitación para nuevos espacios y mantenimiento del propio monumento. Se han restaurado: la galería a prueba de bomba, el revellín y su entorno, el camino de villa y el foso. También las garitas y las troneras. Se han rehabilitación espacios para hacer nuevos equipamientos: unos aseos (para mujeres, hombres y minusválidos) en el segundo cuerpo de guardia; un espacio polivalente en el polvorín; en el cuerpo de guardia principal y en el polvorín grande se ha realizado el centro de interpretación y de acogida de visitantes; las naves polivalentes, se han rehabilitado como aulas y talleres didácticos, en el almacén y en la cisterna se realizará un espacio con museografía. El desbroce de todo el monumento es una parte importante de su mantenimiento. En un principio la vegetación ocultaba la visualización de los elementos, la iluminación exterior del propio monumento y la rotulación de los espacios. Todavía quedan propuestas que no se han podido realizar por falta de dinero, como por ejemplo la recuperación de la continuidad del perímetro del foso. En el caballero y en el patio de armas está situado el restaurante, con una concesión de explotación. El Plan director no hizo en esta zona ninguna propuesta de actuación.

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Figura 3. Interior vitrina polvorín principal

4. Centro de interpretación y recepción Interpretar es una manera de presentar el patrimonio arquitectónico con el fin de promover su utilización con fines culturales, educativos, sociales y turísticos. En Hostalric hacía falta un punto de referencia en la visita turística a partir del cual se pudiera estructurar el descubrimiento de la historia de la ciudad y, en concreto, del castillo. Se pretendía convertir en un polo de atracción turística y por lo tanto era indispensable tener un lugar donde se interpretara el monumento, ayudando así a su comprensión y también hacer el centro de acogida de visitantes. La visita a la fortaleza de Hostalric se empieza en el portal de carros, una vez dentro se encuentra el cuerpo de guardia, edificio formado por dos salas conectadas entre sí y cubiertas con una bóveda a prueba de bombas y al lado hay un pequeño anexo justo en la entrada. En el pequeño anexo es donde se ha ubicado el centro de recepción de visitantes con el punto de información turístico; a partir de aquí, se informa al visitante de qué productos turísticos ofrece la ciudad y el castillo, y se organiza y distribuye el flujo de visitantes para comenzar la visita.

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El centro de interpretación propiamente dicho comienza en la primera sala del cuerpo de guardia donde hay instalado un audiovisual con la historia de Hostalric y la del castillo a lo largo del tiempo hasta llegar a la actualidad. Este espacio proporciona al visitante las claves iniciales para conocer y entender la ciudad y el castillo de Hostalric. En la segunda sala, encontramos una mesa interactiva con ocho pantallas táctiles y una maqueta 3D del topográfico del castillo. Con las pantallas táctiles, en cuatro idiomas, catalán, castellano, francés e inglés, se puede ir ampliando los conocimientos de todas las partes y elementos que integran el castillo mediante pequeñas explicaciones, características, planos, dibujos y esquemas. En esta misma sala hay una pantalla grande donde se explica cómo y de qué manera se realizó y llevar a cabo el topográfico del castillo y la ejecución de la maqueta 3D. El visitante, una vez sale del cuerpo de guardia, comienza el descubrimiento de la fortaleza. Lo primero que se encuentra es el polvorín principal donde se ha instalado otro pequeño audiovisual proyectado en una vitrina. Aquí se explican, mediante reproducciones y dibujos, todos los materiales bélicos empleados en las guerras que tuvieron lugar en esta región a lo largo de los siglos pasados. A partir de aquí la visita al monumento continúa y con todo lo que se ha visto en el centro de interpretación, los visitantes podrán entender las estructuras y elementos que configuran la fortaleza de Hostalric. También se ha rehabilitado la rampa de acceso al caballero donde están las naves polivalentes. Este es un espacio dividido en dos niveles y formado cada uno de ellos por tres naves. Este espacio está pensado para ubicar salas para realizar talleres didácticos para las escuelas o como aulas de trabajo. Hay también espacio para un almacén y se ha acondicionado la antigua cisterna de esta parte del castillo y las letrinas. Finalmente la rampa de acceso al caballero también se ha modificado para hacerla más accesible y quitar las humedades que estropeaban las naves inferiores. La inauguración de todos estos espacios se hizo el pasado 12 de marzo. El coste de las obras ha sido de 750.000 € financiadas por el FEDER, Ley de Barrios, Diputación de Girona y Generalitat de Cataluña.

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“Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta” Maria Jesús Vidal, Isabel Centeno Pau Moncho y Sheila García Associación Cultural “Taller d’Història de la Barceloneta” [email protected] Resumen Presentamos bajo el título: «Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» una exposición que pretende dar a conocer la creación, planificación y nacimiento del barrio de la Barceloneta, a los vecinos de dicho barrio, pero con vocación pedagógica extensible al público en general. Desgranando en ello todo el proceso de la realización del nuevo trazado urbano, adquisición y ocupación de las casas. Así como mostrar el papel de los ingenieros del momento, especialmente, el de Juan Martín Cermeño. Destacar también el valor patrimonial del barrio y la lucha por su conservación con la CB1761 como impulsora. Palabras clave: Cermeño, Barroca, Ilustración, Barceloneta, ingenieros. 1. ¿Quién somos? Presentación del Taller El Taller de Historia de la Barceloneta (T d’HB) es una entidad cultural formada por un grupo de historiadores que trabajan en la defensa y puesta en valor de la historia y del patrimonio de la Barceloneta. Nuestra unión con el barrio nos lleva a trabajar en actividades que vinculen la actualidad y el pasado, la gente de antes y la de ahora. Así surgió este proyecto, la creación de la exposición: «Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta». Con él queremos mostrar, principalmente a los vecinos del barrio, cómo se realizó toda la planificación urbanística. Entre nuestros objetivos queremos poner en

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Figura 1. Acción de la «Real Compañía de Comercio» 1759. Fragmento donde se ve ya construida la Barceloneta. Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB).

valor el papel de los ingenieros del siglo xviii y en especial el de Juan Martín Cermeño. Pensamos, sería interesante, dar a conocer todo el proceso de creación del barrio: desde el diseño a la adquisición de las parcelas y finalmente su total realización. El lugar pensado para la exposición sería la “Casa de la Barceloneta 1761” un espacio cultural surgido por una demanda vecinal, ante la ausencia de entidades culturales. Este Centro Cultural se compone de dos plantas, dándonos un espacio libre de algo más de 60m², trabajaremos tanto la museografía como la pedagogía para llegar a diferentes públicos. Queremos hacer una exposición amena y comprensible con información en paneles escritos, imágenes con recreaciones de los espacios y objetos originales o reproducciones de la época. También nos planteamos utilizar elementos tecnológicos. Queremos hacerla muy cercana diseñando talleres y otras actividades. Crear un hilo argumental donde la figura de Cermeño sea uno de los ejes principales y la obra militar, pero también mostrar la otra obra, la civil, la que hace de la Barceloneta un barrio muy barroco bajo la influencia del pensamiento ilustrado. Siguiendo estos objetivos querríamos destacar tres ámbitos de trabajo en la comunicación con los que poder mostrar el valor histórico y patrimonial de la Barceloneta.

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2. Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta. Razones para hacer para hacer la exposición. 2.1 Mostrar un contexto histórico único. La ciudad de Barcelona en el s. xviii. Punto de inicio donde mostrar el momento histórico de principios del xviii y sus cambios económicos, sociales y urbanos. Situamos los años previos a su construcción en una nueva etapa para Cataluña después de la Guerra de Sucesión. El Decreto de Nueva Planta en 1716 trajo una política centralista a la ciudad con nuevos representantes del poder, como el Capitán General de Cataluña. Cambios con una formación más profesional y académica, el gobierno cierra todas las universidades catalanas y crea una única, la de Cervera en 1717. Pero también son años de grandes cambios culturales y científicos relacionados con la Ilustración. Academias e Instituciones privadas se crearán como centros especializados, ejemplo “Junta de Comercio”. Otras más vinculadas al ejército y al poder estatal como la “Academia Militar de Matemáticas” y el “Colegio de Cirugía”, estas instituciones hacen prevalecer los trabajos de carácter técnico, práctico y se esfuerzan en introducir las novedades científicas. (A través de imágenes) mostrar cómo Barcelona se transforma poco a poco: nuevos ensanches y grandes avenidas, iluminación en las calles y agua canalizada, mejoras de comunicaciones, nuevas obras para crear un puerto de primera categoría, crecimiento económico y demográfico. En parte debido al impulso comercial que se está gestando con la Real Compañía de Comercio de Barcelona 1756. Parte de las obras llevadas de esos años fueron son de discípulos de la “Academia Militar de Matemáticas de Barcelona” creada en el año 1720. Uno de sus impulsores fue el ingeniero Prosper Van Verboom. Queriendo copiar un modelo nuevo como se había hecho en Bruselas, Verboom acaba abriendo la nueva Academia de Matemáticas que dará formación a ingenieros militares como a maestros de obras civiles. Es aquí donde los ingenieros de la Academia trabajarán en grandes obras de “interés público” como lo fue el barrio de la Barceloneta. 2.2 Dar a conocer el papel de los ingenieros del xviii y las Academias donde se formaban. Academia Militar de Matemáticas. Los primeros ingenieros contaban sólo con una formación de ayudantes de ingenieros con experiencia, pero con el tiempo, las técnicas y tácticas de defensa comenzaron a cambiar. Fue muy importante crear centros especializados para la práctica de esta profesión. Éstas recibieron el nombre de “Academias de Matemáticas”. Para desarrollar el programa de reformas impulsado por Felipe V se tuvo que recurrir al “Cuerpo de Ingenieros Militares” por no disponer de otros técnicos con suficientes conocimientos de la ciencia moderna. Durante el xvii se crearon nuevos centros de cultura e investigación, más académicos, donde recogían información de los avances científicos e ir adquiriendo nuevos conocimientos. Estos jugarán un

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Figura 2. Exlibris Academia de Barcelona, escudo.

importante papel como iniciadores de la ciencia moderna en España. La “Academia Militar de Matemáticas de Barcelona” empezó en un edificio de la Ciudadella y en 1752 se traslada al antiguo convento de Sant Agustí Vell. Los estudiantes estaban bien conectados con los grandes centros europeos de ingeniería, incorporando a sus conocimientos generales, los estilos barroco, y posteriormente, el neoclásico, algo que vemos en la Barceloneta. Allí se impartían: matemáticas y mixtas (física, arquitectura civil y militar…) De las clases, con pocos alumnos, saldrían los futuros miembros del Real Cuerpo de Ingenieros. Muchos durante su formación trabajaban en la realización de fortalezas y en urbanismo. Con ellos nacen nuevos trazados, ciudades y barrios. Con el tiempo se crearon subsedes que seguían estrictamente el programa de estudios de Barcelona. La Academia cesará su actividad a principios del siglo xix. 2.3 Descubrir al ingeniero que traza el proyecto: Juan Martín Cermeño A continuación mostramos al ingeniero: Juan Martín Cermeño nacido en 1700, en la ciudad y fortaleza de Ciudad Rodrigo. Teniente General en el ejército español, trabajó como arquitecto e ingeniero militar. Su actividad constructiva será de proporciones impresionantes. Con sólo 21 años, participa en la construcción de las nuevas murallas en Melilla y en el baluarte de San Fernando de la ciudad. Años después, y recién nombrado comandante de los ingenieros, lo encontraremos bajo el mando del Marqués de la Mina, Capitán General, en Barcelona. (El personaje, vida y obra). Su primer proyecto en la ciudad fue la planificación de un nuevo barrio en la marina del puerto, la Barceloneta. A partir del año 1751 trabajará en el Castillo de Montjuïc y lo moderniza. Paralelamente, Cermeño centra

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Figura 3. Tarjeta de visita Juan Martin Zermeño. (BNE) Biblioteca Nacional de España

sus esfuerzos en la defensa de la nueva frontera entre España y Francia, inicia así la construcción del Castillo de San Fernando en Figueres, empezando en 1753. Sin olvidar la Universidad de Cervera, así como la restauración del pont del Diable de Martorell del 1768. Su obra atraviesa el Atlántico, en Montevideo hace trabajos para la defensa de Manila (Filipinas). La reconstrucción del Castillo de San Pedro de la Roca (Cuba), catalogado como Patrimonio Mundial (Unesco). Los últimos años de su vida lo encontramos como gobernador de Orán, tierras argelinas, a la vez que seguía trabajando planos para la defensa de la ciudad de Cartagena, y de la rehabilitación del Castillo de los Moros de dicha ciudad. Se cree que muere en la ciudad de Barcelona en el año 1773. 2.4 Resaltar los precedentes y la importancia de la Barceloneta, patrimonio de los ingenieros militares del xviii (La obra se irá construyendo, del plano al territorio, queremos dar a conocer cómo el proceso. Información e imágenes) La formación de los terrenos del barrio se da por acumulación y sedimentación de arenas traídas del Besós entorno al espigón del

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Puerto de Barcelona construido hacia el 1649.  Poco después de la Guerra de Sucesión Española, entre 1715 y 1718, Felipe V concede el terreno del arenal, fuera de la muralla de Mar, a los Capitanes Generales. En 1718 Prosper Van Verboom, ingeniero jefe, junto al Capitán General, el Marqués de Castel-Rodrigo, inician un primer proyecto de barriada. No se llevó a cabo. Sí lo hará el nuevo Capitán General de Cataluña, el Marqués de la Mina. Decidirá en 1749 construir el barrio de la Barceloneta, como encargado del proyecto el Comandante General de Ingenieros, Juan Martín Cermeño. El barrio se consideró uno de los mejores ejemplos de urbanismo barroco y de pensamiento ilustrado tanto de la Península como del resto de Europa. (Uso de documentación de la época) Entre los primeros documentos relativos a los terrenos del futuro barrio algunas peticiones solicitando parcelas para huertos. Y otros en los se nos muestra la finalidad del proyecto: alinear y organizar las cabañas de pescadores que allí se encuentran y los almacenes de artesanos, entonces, eran los únicos pobladores. Los años transcurren y los intereses por urbanizar los terrenos crecen. El Marqués de la Mina y la creciente burguesía catalana, acabarán desarrollando el proyecto e inaugurándolo el 3 de febrero de 1753 financiado por la Corona. (El ingeniero y su obra. Planos). Juan Martín Cermeño, jefe de ingenieros militares, diseñará el proyecto y será el encargado de dar orden de derribar las cabañas ubicadas en los terrenos del futuro puerto. No fue fácil lidiar con los pescadores que tenían allí sus talleres o casas de madera donde vivían familias. Pero D. Ventura Milans empieza la demolición. La ejecución, el ingeniero en jefe Francisco Paredes. En el proyecto se quieren hacer establecimientos e islas de casa especiales. Empiezan las obras y entre 1753-1759 hay 329 casas, unas ocho calles, con 1.570 habitantes. El crecimiento es espectacular, y a finales del xviii se cuentan 2.300 habitantes. 2.5 Mostrar el proceso de concesión y compra de los terrenos. (Dar a conocer quiénes fueron los primeros habitantes. Mostrar cómo se realiza la concesión usar imágenes de contratos de compra). Los terrenos son cedidos por la Corona y están bajo el control de los Capitanes Generales de Cataluña. Conocer sus condiciones, como que se debían dar permisos a los futuros inquilinos que recibían la propiedad de las parcelas en alodio para construir. Los nuevos propietarios debían someterse a una serie de restricciones constructivas que determinaba la jurisdicción militar. Dar a conocer el poder militar: muchas solicitudes y gente interesada, las casas se podrán construir, pero siguiendo estrictamente la planificación, con tal de no perjudicar la fortificación de la Ciudadela. En todas las escrituras, que hemos analizado, se especifica la localización de la parcela a vender, quién es el dueño del terreno y las obligaciones del comprador. También se especifica cómo debía ser la construcción de la casa, el color de la fachada, la ornamentación y las medidas, bajo pena de expropiación. Se concede unos derechos para adquirir las casas, una especie de preferencia. Aquellos “padecieron en la demolición de sus casas, para construir la Ciudadela de

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Figura. 4 Pagina de la escritura de la casa en la Barceloneta de Vicens Canyadò, (colección Josep Danon.)

esta Capital” y como compensación podrán fabricarse otras. Según el Bando Real, también se permite a cualquier particular que desee aumentar la población del nuevo barrio. Entre ellos tendrán preferencia aquellos que desarrollen algún trabajo relacionado con la Marina. Dar a conocer datos de la población que se instaló en la Barceloneta: oficios relacionados con el puerto, la pesca, el mar y artesanos: carpinteros, calafates, cordeleros, fabricantes de velas, boteros, pescadores, estibadores y un sin fin de oficios con dedicación marinera. Todos aquellos que adquirían las parcelas se les hacían constar derechos “en todos los tiempos” de manera que las propiedades pasaban a los herederos. Esto quedaba registrado con el sello del Escudo de Armas, y refrenado por el Secretario de la Capitanía General. Además de los documentos expedidos, se hacían documentos similares que quedaban en el Registro en caso de que se perdiera, siempre se hallara un ejemplar en dicho Archivo. 2.6 Destacar y poner en valor un trazado urbanístico diferente. (Del plano al territorio. Imágenes). Mostrar un barrio con un diseño diferente, muy simétrico: una serie de quince calles, paralelas y perpendiculares al Puerto. Ca-

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sas pensadas para una sola familia, de planta baja y primer piso, todas homogéneas, con tres oberturas por nivel, y decoradas por una voluta en la llave central de las puertas, en las dos ventanas de la planta baja, encima del balcón central y en las ventanas del primer piso. Remataba el edificio un frontón triangular y un tejado a dos aguas. Casas más higiénicas donde entraba luz y aire porqué tenían dos accesos, excepto las casas iniciales y finales que daban a tres calles. Las casas, como se especifica en las escrituras de compra-venta, debían ser de dos plantas por motivos militares, porqué los cañones de la Ciudadela, muy cerca, podía destruir las casas si tenían más altura. En treinta meses, después del 1753, se construyeron ocho calles alrededor de la Iglesia de Sant Miquel del Port. Además, entre 1764-79 se construyen dos Cuarteles militares uno de Infantería y otro de Caballería. Además de dos almacenes uno de vino y otro de sal. En los siglos posteriores, el barrio irá creciendo, hasta ocupar todo el terreno ganado al mar, siempre de forma ordenada, siguiendo el trazado del proyecto iniciado por Cermeño. 2.7 Poner en valor el patrimonio herencia del barroco. La Casa de la Barceloneta 1761. La última casa original. Conocida inicialmente por la “Casa del porrón” hay un consenso de que este nombre no responde al espíritu del equipamiento y se rebautiza como LA CASA DE LA BARCELONETA 1761 nombre que aglutina el sentimiento de pertenencia al barrio y el ejemplo de casa original de un momento histórico. Se trata de un edificio original de la máxima importancia para entender la historia de la Barceloneta y sus orígenes. Por su ubicación, C/ Sant Carles, 6- Sant Miquel, 52- Sant Elm, 13, situada en el corazón de la Barceloneta del setecientos, es, al mismo tiempo, el primer objeto para conservar y mostrar. Se trata de una edificación original de planta y piso, último ejemplo cabeza de isla que se conserva en la actualidad. Mantiene la volumetría original del setecientos. 2.8 Subrayar el proyecto de conservación, gestión i difusión del patrimonio. La reivindicación de conservar la CB1761 y su uso como espacio expositivo. En líneas generales la Barceloneta no es propensa a la conservación de los espacios históricos. En 2006, se hace un estudio en relación a los edificios tradicionales de PB + 1, se constata tras la descatalogación en 2006 que de los 33 edificios con rasgos del setecientos, según censo BOP de 1986, sólo quedaban ya 14. Con fachada a tres calles, sólo quedaba uno. Las demandas de conservar esta edificación tradicional, como elemento a proteger se suceden. El estudio sobre los edificios tradicionales se suma al proyecto de intervención integral del barrio de la Barceloneta que contempla adquirir la “Casa del Porrón” formando parte del Plan de Intervención Integral de la Barceloneta aprobado en 2008.

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Figura 5. Plano de una porción del puerto de Barcelona con su muelle y manifiesta el proyecto que en el se ejecuta, como así mismo el nuevo barrio de la Barceloneta. 1753. Plano de distribución original de las calles donde se marca la CB1761.

Figura 6. Casa de la Barceloneta 1761(CB1761)

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Las entidades Fraternidad-Barceloneta, y Barceloneta + Historia, exponen la necesidad de recuperar la única casa en cabeza de isla, construida entre 1760-1761, que se conserva. La administración recoge el testigo y a través del Plan de barrios se completa la rehabilitación en 2011. Posteriormente, acabada la recuperación, el Grupo de Cultura del Plan de Barrios elabora el documento “La Casa de la Barceloneta”. Propuesta de usos y gestión para el nuevo equipamiento cultural del barrio. Propone el proyecto de gestión y el trabajo de coordinación entre asociaciones creando una entidad de segundo orden que sea capaz de gestionar el equipamiento. En 2012 comienzan las tareas de musealización de la casa con la creación de una exposición permanente en la planta baja. Se abre la casa al público por primera vez con motivo de la 1ª Fiesta Barroca. Se organiza por primera vez un ciclo de charlas en el marco de la Primafesta las propias entidades del barrio. Se establece un convenio con el Ayuntamiento y con dos entidades en representación del Grup de Cultura que permite abrir las puertas los sábados de 12:00 a 14:00 con voluntarios que forman parte del mismo grupo. En septiembre de 2012 a través del modelo de Gestión ciudadana se abre el equipamiento, con horario de lunes a sábado, con la exposición “La Barceloneta de la posguerra: 1939-1953”. En octubre de 2013, después de un año con las puertas abiertas, la CB1761, ya tiene legalmente constituida la Asociación Cultural CB1761 formada por entidades y vecinos del barrio encargada de la gestión del equipamiento. En 2015 la CB1761 funciona a pleno rendimiento y más de 40 actividades, exposiciones, cursos… relacionadas con la Barceloneta y su historia, proyectadas desde las propias entidades del barrio. 3. Juan Martín Cermeño, trazando/ construyendo la Barceloneta. La exposición Este contexto histórico, muchas veces desconocido por los vecinos del barrio, y este continente, la CB1761, es el marco idóneo para poner en marcha el proyecto de exposición “Juan Martín Cermeño trazando/ construyendo la Barceloneta” del Td’HB. Con la muestra esperamos dar a conocer la creación, la planificación y nacimiento de la Barceloneta. Con vocación pedagógica extensible a vecinos y público en general, pensamos que se desgrane todo el proceso de realización del nuevo trazado urbano, desde la adquisición de parcelas a la ocupación de las casas por parte de las gentes de mar. Poniendo en valor el papel de los ingenieros del momento y en especial el de Juan Martín Cermeño. En el primer ámbito de exposición creemos que con la información expuesta podemos dar a conocer el contexto histórico del s. xviii, quiénes construyeron el barrio y su formación con Juan Martin Cermeño como un prolífico constructor.   Con el segundo ámbito descubrimos cómo el barrio se convierte en una realidad. Pensamos es importante unir el pasado y presente: cómo la vida los primeros habitantes es ahora la vida de los que visitan el espacio. Con las imágenes los vecinos comprenderán cómo se construyó casa a casa, las que ahora son suyas, el barrio.

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«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta»

En el tercer ámbito se pone en red la obra de Cermeño y permite conocer la dimensión de este tipo de arquitectura, herencia del barroco y el pensamiento ilustrado, no únicamente en Cataluña o España, sino alrededor del mundo. La exposición, “Juan Martín Cermeño, trazando/ construyendo la Barceloneta”, tiene en conclusión como último objetivo difundir el valor del patrimonio del barrio, como parte de la historia de todos sus vecinos. Bibliografia CABALLÉ, Francesc; TAJER, Mercè; VIDAL, Maria Jesús; PARER, Pep: Estudi històric i valoració patrimonial de la finca: Sant Carles, 6 /Sant Miquel, 52 / Sant Elm, 13 (La Barceloneta). Barcelona, 31 de juliol de 2009. CURET, Francesc: Visions Barcelonines (1760-1860). Els barris de la ciutat. Barcelona, 1953. DE LA FUENTE DE PABLO, Lluís: «El proyecto de la fortaleza  de San Fernando de Figueres. Una aportación al conocimiento de la dirección interina de Juan Martín Cermeño al frente de los ingenieros reales», Espacio, Tiempo y Forma. Serie Vil, H. del Arte, t. 7, 1994, pp. 201-211. GUITERT DE CUBAS, Avelino.: Barceloneta. Barcelona, 1921. PERMANYER, Lluís: La Barcelona Il·lustrada. La ciutat del Segle XVIII. Barcelona, 2009. LIZAUR, Antonio: La Ilustración en Cataluña: la obra de los Ingenieros Militares. 2010. TATJER, M.: La Barceloneta del siglo XVIII al plan de la Ribera. Barcelona, 1973. TATJER, M.: Burgueses, inquilinos y rentistas. Madrid, 1988. VILAR, P.: Catalunya dins l’Espanya moderna, Barcelona, 1964. Vol II. El Medi Históric, pp. 424. VVAA. La Ilustración en Cataluña: la obra de los ingenieros militares. Ministerio de Defensa y Generalitat de Cataluña, 2010. Archivos Registre de la Propietat de Barcelona. Arxiu Històric de Protocols. Arxiu Històric de la Ciutat. Sección de gráficos.

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Recreación histórica de época barroca en Cataluña Adrià Arroyo Montagut [email protected] Roger Candela Callado [email protected] Resumen Reconstruir la historia a partir de las vivencias de los diferentes componentes que constituyen los grupos de recreadores, es una actividad reciente en Cataluña. Los orígenes hay que buscarlos en los Estados Unidos de América con la conmemoración de la batalla de Gettysburg. A partir del estudio realizado, el estado de la cuestión en nuestro país, nos muestra un creciente interés por participar en las diferentes asociaciones existentes, la mayoría dedicadas a la época del Barroco. De lo contrario, se observa un poco reconocimiento a nivel institucional. Hay que reconocer el esfuerzo realizado en el ámbito de la investigación histórica para conseguir la máxima fidelidad posible en cuanto al la representación de los hechos y, también, en el momento de reconstruir el escalafón militar, la vestimenta, la música, etc. Palabras clave: Recreación, historia, asociación, Miquelets, armamento. Agradecimientos: Imar Caballé, Aleix Gonzàlez, Marc Clotet, Ramón Redorta, Albert Sangenís i Albert Barbany.

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1. Introducción La recreación histórica, en inglés reenactment, hace referencia a las asociaciones y los grupos de personas que, con cierta pasión por la historia, se dedican a reproducir con la máxima fidelidad y rigor un período histórico determinado. Existe la voluntad de revivir y difundir la historia de manera lúdica, pero también científica, a partir de los criterios de la llamada arqueología experimental. Normalmente los grupos de recreadores se basan en los hechos históricos más importantes que sucedieron en sus países. La recreación de hechos históricos es una actividad reciente en nuestro país. Se constata, en los últimos años, un aumento de las personas interesadas en participar en los diversos grupos de recreación que han ido apareciendo por toda Cataluña. Los grupos, generalmente inscritos como asociaciones culturales, tratan desde el mundo íbero hasta la Guerra Civil Española de 1936-1939. Uno de los objetivos de este trabajo es hacer ver a la sociedad que los grupos de recreación histórica pueden servir para fomentar el conocimiento de hechos, culturas, modos de vivir y de entender el mundo, relacionados con las vidas de nuestros antepasados. También hay que destacar el trabajo previo que se realiza de investigación y de documentación, el cual es fundamental para reconstruir un momento histórico con una fidelidad casi absoluta. No se puede dejar de comentar la evidente vertiente lúdica que conlleva la realización de esta actividad, la que conlleva el disfrute, no sólo de los participantes, sino también del público que asiste a las diferentes recreaciones que se llevan a cabo. 2. Los antecedentes La recreación histórica, tal y como la conocemos, apareció en el Reino Unido en torno a los años 70 del siglo pasado, mientras que en el continente europeo no se desarrolló hasta la década de los 90. En Cataluña, las primeras manifestaciones que se pueden incluir en este ámbito, es llevaron a cabo en el marco de Tarraco Viva1. En 1998, surge el primer grupo de reconstrucción histórica, que se dedica a recrear la tribu de los íberos cosetanos, influenciados por las jornadas llevadas a cabo en Tarragona y como continuación de los trabajos de reconstrucción del yacimiento arqueológico de la Ciutadella Ibèrica de Calafell. En Europa, el periodo más importante es el de la etapa napoleónica. Esto es debido a que el emperador Napoleón quiso extender su poder por todo el continente. Por este motivo, existen grupos de recreación de ese momento en muchos países europeos, los cuales organizan multitud de actos. Lo más importante y espectacular es la recreación de la batalla de Waterloo, con unos 6.000 soldados de infantería, unos 300 de caballería y unas 100 piezas de artillería. 1 Jornadas de divulgación histórica de época romana que se llevan a cabo en la ciudad de Tarragona des del año 1998.

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Figura 1: Fotografía de recreadores realizando un combate de enfrentamiento frente a la Ciutadella ibérica de Calafell (Pau Arroyo Casals).

En Estados Unidos, las recreaciones más representativas están relacionadas con la Guerra de Secesión. El origen hay que buscarlo con los encuentros anuales de los propios veteranos de la guerra para recordar a los compañeros caídos. Este hecho creó una larga tradición que ha perdurado hasta nuestros días. El acto más importante es el de la batalla de Gettysburg. En el año 1998, para la celebración del 135 aniversario de aquel acontecimiento, se contabilizaron unos 35.000 recreadores, quienes conmemoraron los hechos en el mismo el campo de batalla. Asistieron hasta 50.000 espectadores. En el mundo anglosajón hay un interés muy grande para lograr la autenticidad de los uniformes, los complementos, del armamento, del material de campaña, etc. Incluso la actitud que mantienen los recreadores en el momento de vestirse y de comportarse, con una gran dignidad y respeto. Por ello, se crearon unas calificaciones, cuatro en concreto. En primer lugar, los llamados hard-core, los cuales cuidan hasta el mínimo detalle: utilizan los mismos tipos de tejidos y las mismas costuras de los uniformes originales, tratan su aspecto físico, dejándose barba y patillas, según la moda de la época. En segundo lugar, los progresives tienen un nivel de autenticidad excelente, pero sin llegar al nivel de los anteriores. En tercer lugar, están los mainstrem, grupo donde encontraríamos la mayoría de los recreadores. Finalmente, están los llamados farbs, o soldados de poliéster, que son los que dedican menos tiempo y dinero a la hora de mantener una autenticidad correcta.

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Figura 2. Gráfica de edades.

3. Estado de la cuestión Para poder abordar este aspecto ha sido necesario realizar un análisis de los grupos de recreación histórica de época barroca en Cataluña, con la intención de poder ver la incidencia y las características de este colectivo. También para recoger su visión de la situación actual, dadas las particularidades del momento político y social que estamos viviendo. El trabajo se ha realizado a partir de un cálculo estimado de unos 215 recreadores. Han contestado la encuesta 35 personas (16%) de dos de las asociaciones existentes. También se ha extraído información de sus páginas web. Lo primero que podemos observar es la gran diversidad de edades de los participantes. No obstante, a la vista del gráfico (figura 2), podemos apreciar claramente como el 69% están comprendidos entre los 31 y los 50 años de edad. También es sugerente ver la diferencia entre sexos (figura 3), donde el número de hombres es muy superior al de mujeres. Pese querer ser fidedignos a la historia, donde generalmente las mujeres no hacían de soldado, las asociaciones permiten el alistamiento de las mismas, sin menospreciar el papel de población civil que habitualmente acompañaba a las tropas. En cuanto al armamento, en los últimos tiempos las asociaciones y los recreadores han hecho un gran esfuerzo para aumentar el número de armas de fuego, por lo que alrededor del 80% de los recreadores ya dispone de una de estas armas. A pesar del actual aumento y mejora de la situación de los grupos de recreación histórica en Cataluña, aún no se ha alcanzado el nivel de los países donde esta actividad está más implantada. Muchos de los recreadores nos comentan que, a pesar del importante aumento de personas y actividades derivadas de la conmemoración de los trescientos años de la pérdida de las libertades de Cataluña, aprecian una falta de interés por parte de los políticos y de la sociedad en general. Esta, a menudo llama a

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Figura 3. Gráfica de recreadores por sexos. de edades.

Figura 4. Gráfica de personas con permiso de armas.

los recreadores de frikies o bien trabucaires en el sentido más despectivo del término, y los ve como una gente violenta que trata de impulsar la cultura militarista con una visión parcial de la historia. En algunas ocasiones, hay personas que asisten a los actos con pancartas opositoras o gritando consignas de tipo político. También hay que mencionar el uso inadecuado que algunos canales de televisión han realizado, con imágenes de recreadores, para ridiculizar el proceso soberanista actual. Frente a ello, los medios lo ven como una actuación “semifolklórica” que sirve para adornar y dar un plus de color a un acto relacionado con la época, nunca como un recurso historiográfico o didáctico. De este modo muy pocas veces se nos menciona

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y tampoco nos hacen una propaganda adecuada, aunque la mayoría de los nuevos recreadores han conocido este mundo, gracias a la aparición en algún programa de televisión, de difusión propia o bien un acto. No obstante, muchos aprecian que primero hay que resolver las desconfianzas y tiranteces entre las diferentes asociaciones, lo que debería llevar a un aumento del número de salidas, ya actos de mayor envergadura. Y por el otro lado apostar por el rigor, ya que a menudo aparecen objetos anacrónicos, o bien objetos o actitudes que pueden hacer que la gente sea reacia a acercarse, como es el hecho de que el campamento pueda haber gente disparando tiros al aire indiscriminadamente, por el puro placer de oler pólvora. 4. El asociacionismo La primera asociación de recreadores de época barroca es Miquelets de Catalunya. Fue fundada en 2005 en Manresa y actualmente cuenta con 130 socios, de los cuales 120 son recreadores. Tiene delegaciones en Vic, Olesa de Montserrat, Barcelona y l’Hospitalet de Llobregat. Está trabajando para tener representación en Reus y en las comarcas del Vallès y del Maresme. Inicialmente, recreó el regimiento de infantería de línea de la Diputación del General, creado en 1705, el cual vestía casaca azul y gira roja. Años más tarde crearon el regimiento de fusileros de montaña Joan Vilà y Ferrer, constituido en 1710, con vestidos de los mismos colores. Posteriormente, formaron la compañía de granaderos de la Diputación. Finalmente, en 2013 se recuperó el regimiento de caballería coraceros de San Jorge, del 1713, de casaca blanca y gira roja. La Coronela de Barcelona es la segunda asociación más antigua del principado. Tiene por objetivo recuperar la historia militar y el cuerpo protocolario de la ciudad condal. La asociación Miquelets de Girona nació en 2008 para conmemorar la época napoleónica y, no será hasta el año 2013 que harán el paso al Barroco. Por este motivo escogieron el regimiento de infantería de línea Sant Narcís, compuesto por tropa alemana y oficialidad catalana, la cual tiene un fuerte vínculo con la ciudad. Llevan un uniforme con casaca azul y gira blanca. La asociación Recreación Histórica Moià surge de la fiesta barroca que se realiza en el municipio, ya lo largo del tiempo ha representado varios regimientos. Actualmente viste la uniformidad de las compañías de caballería de Húsares Húngaros, las cuales quedaron en el principado tras el tratado de Utrecht. La asociación Regiment de la Ciutat de Barcelona es la más joven de todas y está hermanada con Girona. Viste el uniforme del regimiento de la ciudad, creado en 1705, con casaca roja y gira amarilla. 4.1 Los Miquelets de Catalunya Actualmente, la asociación Miquelets de Catalunya está regida por una junta compuesta por los cargos que establece la ley (presidente, vicepresidente, secretario y te-

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sorero) y seis vocalías que se encargan de aspectos concretos de la recreación y la gestión. La vocalía de agenda es la responsable de atender las solicitudes para asistir a los actos. Estos pueden ser organizados por la propia la asociación, o también por otros de tipo cultural, instituciones o empresas que montan ferias u otras actividades. Una vez acordados los términos (coste económico, número de recreadores, campamento, caballos, etc.) es la responsable de comunicarlo a los socios. Otra es la de equipamiento. En los últimos años se ha hecho una intensa labor para abaratar el coste de la compra del material y su confección, aumentando el stock y confeccionando los trajes en un taller especializado. Para el armamento, la asociación tiene un stock de armas de atrezo para las nuevas levas o por los recreadores que aún no tienen licencia. En este sentido, en el último año se ha doblado el número de armas de fuego; haciendo la asociación de intermediario entre los interesados y el armero. Una de las vocalías más destacables es la de proyectos, la cual es la encargada de innovar y de realizar nuevas búsquedas. De esta dependen los grupos de trabajo de proyectos, campamento, danzas y juegos, todos encarados a mejorar la recreación. También está la de implantación territorial, encargada de que los diferentes destacamentos realicen actos, y la de promoción y reclutamiento. Esta última ha logrado en el último año un gran reclutamiento, gracias en parte a la difusión de un cortometraje, realizado a través de un programa de micro mecenazgo. Para que una asociación perdure es necesario que se mantenga dinámica, y en este sentido se cuenta con una vocalía de comunicación y difusión, encargada de la promoción en las redes sociales y de comunicación. De esta vocalía depende el grupo de trabajo de merchandising. 5. Las recreaciones: los tipos y los personajes Las asociaciones que se dedican a la recreación del Barroco llevan a cabo diferentes actos. En un lado, se hacen actos protocolarios, como salvas de honor para conmemorar un personaje o un hecho histórico. Y por otro, las recreaciones de batallas (figura 5). Dentro de los grupos de recreación, hay diferentes roles de participantes. Lo que abunda más, es el del soldado de infantería, ligera o de línea. También es recrea todo un escalafón militar y un cortejo de músicos, así como un regimiento de caballería y el grupo de civiles, en su mayoría formado por mujeres. Así pues, cada colectivo tiene un papel determinado. Los soldados, deberán formar y hacer instrucción, deberán cumplir lo que les ordenen los comandantes y, si es necesario recrear una batalla, adoptar las tácticas militares adecuadas. En sus ratos libres podrán hacer vida de campamento. Podrán descansar, comer algo, refrescarse y, incluso si los músicos se animan a tocar, podrán bailar y hacer diversión. Los civiles irán siguiendo la tropa sin interrumpir la marcha y repartirán agua en los momentos indicados. Luego, si les place, cuidarán del campamento siempre que no se designe un cuerpo de guardia y, en el caso de que en sepan, podrán hacer los cartuchos de pólvora.

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Figura 5: Los Miquelets de Gerona en la recreación de la batalla de Caldetes (Adrià Arroyo Montagut).

En todo momento se intenta que sólo estén a la vista los objetos de época, consiguiendo, de este modo, ponerse en la piel de las personas de aquel momento. Igualmente se intenta dar al público asistente dar una buena imagen de profesionalidad. Es importante que los soldados lleven armas como las de la época, estas pueden ser réplicas de fuego real, para las que se necesita el permiso otorgado por la Guardia Civil, o bien las de atrezo, proporcionadas por las asociaciones. 6. El armamento, la indumentaria y la música Como recreadores históricos, la indumentaria y el armamentos debería ser la adecuada. Para ello se ha partido de un estudio exhaustivo para conseguir la máxima fidelidad a la hora de reconstruir este periodo.

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Figura 6. Imagen de la reproducción de una escopeta de llave (Adrià Arroyo Montagut).

Figura 7: Fotografía de los músicos del régimiento de fusileros de la Diputación del General (Pau Arroyo Casals).

Este gran trabajo de investigación2, con el vaciado de varios archivos históricos, es permitido descubrir los patronazgos de los vestidos en las Reales Ordenanzas de Carlos III de 1706, así como los pedidos que se hicieron en la cofradía de sastres que se conserva en el registro hospitalario de la Santa Cruz. También han Sido de ayuda las empresas que se dedican a reproducir todo tipo de objetos y de armas de época, las que venden todo a recreadores y coleccionistas. Uno de los inconvenientes más importante era el de no disponen de réplicas fieles de armas de la época. Para solucionarlo se recurrió a un fusil original de 1716 que

Jou.

2 Realizado por el historiador Francesc Xavier Hernàndez Cardona y el dibujante Francesc Riart

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sirvió de modelo para, a partir de un Kentuky3, acero la culata, con madera de haya, mediante un torno de tres ejes. Cambiarse el tornillo del pie de gato por uno con anilla, imitando la cerradura miquelet y, por último, se realizó el guardacabos con hierro (fig. 6). Sin embargo, no se pudo fabricar la cerradura miquelet, ni calcular el punto de equilibrio de la escopeta. Con el tiempo se ha observado que el muelle de la cerradura se rompe con facilidad. En Algunos casos se ha protegido la culata con latón, y se ha tapado la unión de la culata y del encepado con un cordel. El resultado es un arma 1,5 metros de longitud. Uno de los aspectos que se está mejorando es el campamento, con un aumento del número de tiendas y de mobiliario de campaña Referente a la música, un grupo de profesionales está trabajando en la búsqueda de instrumentos, partituras y bailes de la época, a la vez que participan de recreadores ya que su papel era muy relevante en el momento de transmitir las órdenes a las tropas. 7. Proyectos y actividades Uno de los objetivos es la realización de diferentes proyectos de investigación mediante la reproducción de objetos, armas, mobiliario, etc., para mejorar la autenticidad de las actuaciones. También actividades de difusión con el fin de acercar la historia a la sociedad. 7.1 La trinchera Este proyecto consiste en realizar trabajos experimentales de ingeniería militar, por parte de los miembros de Miquelets de Catalunya, a partir de manuales norteamericanos del siglo XVIII. En él se está construir un glacis, con foso y tres paralelas de sitio. Hasta la fecha se ha trabajado haciendo gaviones, los cuales se confeccionan con restos de poda de morera ya que esta madera debe ser larga y de diámetro doble para aguantar la tensión, y fajinas hechas con las ramas más delgadas. El terreno se ha ido excavando por escaleras, con palos de zapadores y azadas. Este proyecto se hace en el marco de la arqueología experimental, por lo tanto se debe tener en cuenta el tiempo de confección y las herramientas que se utilizan. Finalmente cuando el proyecto esté más avanzado no se descarta hacer una mina. 7.2 El destacamento de l’Hospitalet El último año, un grupo de Barcelona ha hecho un proyecto centrado en los hechos ocurridos l’Hospitalet de Llobregat en 1713, y que marcaron el desenlace de 3 Una réplica de un fusil más moderno, que adaptaron.

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Figura 8. Fotografía del proceso de construcción de una trinchera (Roger Candela Callado).

la Guerra de Sucesión Española. Se basa en la búsqueda de los hechos ocurridos, el contacto con las instituciones, la difusión de los hechos y, finalmente el proyecto pedagógico, llamado “Miquelet a l’escola”, que pretende acercar la historia a los niños, de forma atractiva hacia ellos. 8. El futuro de las asociaciones de recreadores El principal reto de los grupos de recreación del Barroco, es mejorar el rigor histórico y ganar en fidelidad, sobre todo en los momentos en que los soldados no tienen una actividad concreta. Creemos que hay un gran camino por recorrer en el ámbito de recrear la vida del campamento. Por ello, los Miquelets de Catalunya, organizó un campamento durante un fin de semana para vivir de la misma manera que los soldados del siglo xviii, según el concepto del living history. Se pudieron experimentar las dificultades e incomodidades que sufrían a diario. Pensamos también que se debería mantener este crecimiento que hemos conseguido durante este último año, sin dejar de seguir mejorando con el aspecto de fidelidad histórica, crear nuevos regimientos y hacer salidas a muchos otros lugares. Para que esta actividad sea más reconocida y valorada, hay que promover el intercambio de grupos de recreación entre países, así como realizar acciones de difusión a nivel nacional e internacional para poder mostrar todo nuestra historia.

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Bibliografía y webgrafia HERNÁNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc.: Història militar de Catalunya, Vol III. Rafael Dalmau ed., Barcelona, 2003. HERNÁNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Els Exèrcits de Catalunya 17131714. Barcelona: Rafael Dalmau ed., 2007. COWIE, Evelyn: Living Through History, Littlehampton Book Services Ltd  1975. KELLY, Nigel.; REES, Rosemary.; SHUTER, Jane.: Living Through History: Core Book. Making of the United Kingdom. Core Edition, 1998. SANTACANA, Joan.; SERRAT, Núria: «L’ensenyament de la història i el living history”, Temps d’educació, 21. 2002. http://en.wikipedia.org/wiki/American_Civil_War_reenactment (21/02/2015). http://www.miquelets.cat (25/02/2015). http://www.miqueletsgirona.cat (25/02/2015). http://www.regimentsdebarcelona.cat/ (25/02/2015). https://www.behance.net/gallery/17672605/The-Catalan-musket-project (21/02/2015)

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Museografía de un asedio. Barcelona 1714 Gemma Cardona Gómez, [email protected] Lorena Jiménez Torregrosa, [email protected] M. del Carmen Rojo Ariza, [email protected] David Íñiguez Gracia, [email protected] Alba Ambrós Pallarès, [email protected] Sra. Sílvia Juàrez Moreno, [email protected] Resumen Las excavaciones en el Born iniciadas a principios del siglo xxi dejaron al descubierto los cimientos de un sector de la ciudad medieval y moderna que en su día había padecido los estragos del asedio de 1713-1714 y de la política de urbanismo represivo impulsada por Felipe V. Se trata por tanto de un espacio de “conflicto” sobre el cual ha investigado la arqueología y que ha generado la recuperación de objetos y de estructuras que nos permiten una extraordinaria aproximación a la vida urbana de principios del xviii, i en contextos de guerra y paz. La exposición temporal “Donec Perficiam” fue concebida con finalidades didácticas para explicar como se desarrolló un asedio emblemático del siglo del xviii, el de la ciudad de Barcelona, que culminó con el asalto y batalla del 11 de septiembre de 1714.1 Palabras clave: Arqueología del conflicto, Museografía, Born, 11 de septiembre, Guerra de Sucesión Española.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economía y Competitividad.

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1. Arqueología del conflicto y siglo xviii La didáctica del conflicto del convulso siglo “de las luces” se apoya en diferentes tipos de recursos patrimoniales según los lugares. En Estados Unidos grandes complejos didácticos como Williamsburg, edificios singulares como el Independence Hall de Filadelfia, Mount Vernon, fort Ticonderoga, o el Museo de Historia de la Smithsonian, evidencian el interés por el siglo xviii y sus conflictos. En Europa el interés es más disperso. Tanto en Francia, como en el Reino Unido, Alemania y España el patrimonio del xviii más valorado es el que aportan los grandes palacios y a cierta distancia tendríamos los conjuntos fortificados2 relacionados en algunas ocasiones con la arqueología del conflicto. Cabe destacar al respecto el interés de Francia en exhibir el extraordinario patrimonio poliorcético que supone la obra vaubaniana. Sin embargo más allá de la arquitectura abaluartada, y de algunos museos como el Carnavalet de Paris, que ponen énfasis en la Revolución, y de artefactos singulares, como el Victory de Portsmouth, el buque de Nelson, hay pocas opciones patrimoniales sobre el siglo xviii que reflejen directa o indirectamente las aportaciones de la arqueología del conflicto3. De hecho en Europa hay pocas intervenciones arqueológicas al entorno directo de los conflictos de los siglos xvii y xviii. Apenas algunas excavaciones en fortalezas y murallas o en algunos campos de batalla de Europa o América4. Cabe destacar que uno de los pocos campos de batalla del xviii excavados y musealizados con criterios didácticos es el de Culloden, en Inverness5. Los escenarios de la Guerra de Sucesión española en la Península ibérica apenas cuentan con un solo campo de batalla excavado, el de Talamanca, cerca de Barcelona6. En este sentido los saberes sobre conflictos generados a partir de la actividad arqueológica son, en principio escasos ya que los grandes combates del xviii (Almansa, Villaviciosa, Gibraltar, Zaragoza…) no se han investigado y es probable que ya hayan sido más que saqueados por los furtivos. 2. El Born, un campo de batalla urbano La realidad de escaso desarrollo que presenta en Europa la arqueología bélica del xviii tiene también excepciones y una de ellas es el Born de Barcelona, lugar que debe 2 CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2012. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites II: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2014. 3 GEIER, Clarence R.; BABITS Lawrence E.; SCOTT, Douglas D.; ORR, David G. (eds): Historical Archaeology of Military Sites: Method and Topic. College Station: Texas A&M University Press, 2010. 4 STARBUCK, David R.: The Archaeology of Forts and Battlefields. Gainesville: University Press of Florida, 2011. 5 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsley: Pen & Sword Military, 2012. 6 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla. Calafell: Llibres de Matrícula, 2009.

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Figura1. El Born, un espacio de conflicto del siglo xviii.

considerarse como un espacio de arqueología del conflicto. Las excavaciones del Born se iniciaron a principios del siglo xxi en el subsuelo de un antiguo mercado definido por una gigantesca cubierta de arquitectura de hierro, construida por Josep Fontseré entre 1873 y 18767. La excavación del subsuelo dio resultados sorprendentes. Hoy el Born Centre Cultural alberga un impresionante conjunto arqueológico de unos 8.000 m2 generado durante la Edad Media y destruido a principios del xviii (1713-1718). Este singular yacimiento, de hecho un sector del barrio de la Vilanova del Mar conocido también como la Ribera, debe considerarse como espacio emblemático de la arqueología del conflicto por dos razones principales. La primera de ellas es que fue, directamente, un espacio de combate, era una zona adyacente al sector de las murallas que atacaron las tropas de Felipe V durante el asedio de 1713-1714, y las balas rígidas de los cañones y las granadas de los morteros se cebaron sobre los edificios durante meses, generando no pocas destrucciones. En la campaña de 1713-1714 Barcelona encajó más de 50.000 proyectiles que trituraron el tejido urbano y de manera muy especial el barrio de Ribera. Las excavaciones han recogido un considerable número de proyectiles y han evidenciado las consecuencias de sus impactos. En este sentido el Born, una zona bombardeada, es por definición un campo de batalla. Pero 7 GARCIA ESPUCHE, Alberto: La ciutat del Born. Barcelona. Ajuntament de Barcelona, 2009. FERNANDEZ ESPINOSA, Toni: «El jaciment del Born». En: EL BORN CENTRE CULTURAL: El Born CC. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2013, pp. 36-47.

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también lo es porque sus calles se convirtieron espacio de combate cuando las tropas borbónicas entraron en la ciudad8. Justamente en la arteria central del yacimiento del Born, en la calle del Bornet, se dio el último contraataque de la caballería catalana, en el cual resultó herido el mariscal Villarroel, el comandante de las tropas defensoras. Los soldados cayeron acribillados en lo que hoy es la calle central del yacimiento. El hecho adquirió un elevado simbolismo ya que su intento fue el último en defensa de las libertades catalanas frente a las tropas absolutistas. 3. La zona cero de Barcelona Pero la vinculación del Born con la arqueología del conflicto no se limita a esta casuística de combate militar. Tras la derrota de 1714 los catalanes perdieron sus libertades y el vencedor, Felipe V, decidió atenazar Barcelona con dos fortalezas, la de Montjuïc que fue remodelada, y una ciudadela de nueva creación que debía construirse en la zona de las murallas de levante controlando el interior de la ciudad. Para hacer más patente el escarmiento se decidió que parte de la Ciudadella, con fosos y glacis, se internaría directamente el casco urbano. Tal decisión implicaba la destrucción de prácticamente un millar de casas. La decisión fue inexorable, el 1718 las autoridades borbónicas arrasaron y destruyeron parte del barrio de Ribera. Las casas fueron abandonadas y demolidas… y justo lo que ha dejado al descubierto la excavación arqueológica es lo que quedó tras la demolición: los muros bajos y los pavimentos que habían quedado tapados por los cascotes. Por tanto el Born es también arqueología del conflicto en tanto que sus espacios evidencian una brutal represión, y es sabido que la arqueología del conflicto no se ocupa solamente de las zonas de guerra convencionales, sino también de espacios y paisajes colaterales en los cuales la guerra también se puede cebar con virulencia. Felipe V, con su política represiva, destruyó una parte significativa de la ciudad… No es de extrañar que algunos historiadores denominen el Born como “La zona cero” de Barcelona. 4. Una exposición temporal conmemorativa Con motivo de la conmemoración del Tricentenari del final de la Guerra de Sucesión española el Ayuntamiento de Barcelona decidió potenciar el Born como espacio referente de este conflicto. La decisión de organizar una exposición temporal sobre el asedio de 1713-1714, que consolidara el Born Centre Cultural como espacio referente de la Guerra de Sucesión, se tomó en la primavera del 2012. La exposición debía compatibilizar la explicación de los aspectos bélicos con una evocación de la vida cotidiana en el interior de la ciudad. Tras diferentes tanteos el comisariado de la exposición fue encargado al grupo DIDPATRI de la Universidad de Barcelona, ejer8 DE CASTELLVÍ, Francisco: Narraciones históricas (Vol. IV). Madrid: Fundación Elías de Tejada, 1999.

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ciendo la coordinación F.X. Hernàndez bajo la supervisión directa de Quim Torra, director del Born Centre Cultural. La exposición temporal se denominó «Donec perficiam» El asedio de 1714. Donec perficiam (Hasta conseguirlo) era el lema que había utilizado el regimiento de la Reales Guardias Catalanas, la guardia de corps de Carlos III (el Archiduque). El reto de la exposición presentaba una complejidad considerable. El espacio destinado era la denominada Sala Casanova de 500 metros cuadrados. Se trataba de una ala vidriada con una pared de fondo ocupada con armarios de servicios que, forzosamente, debían mantenerse exentos, y con salidas de emergencia en los extremos de la sala. El proyecto debía implementarse en pocas semanas para poder realizar la producción. La propuesta inicial de ideas realizada por DIDPATRI se concretó en octubre de 2012. A partir de esta propuesta el proyecto ejecutivo se adjudico a la empresa STOA, y estuvo listo a finales del mismo año. Los procesos relacionados con la realización del proyecto ejecutivo, ganado por la UTE de las empresas SONO-CROQUIS se prolongaron durante la primavera y verano del 2013 y la exposición se montó, en un tiempo record de dos semanas, a finales de agosto del 2013 para inaugurar-se el 9 de septiembre de 2013. El caso de la exposición Donec Perficiam del Born es interesante en tanto que muestra las contradicciones, laberintos e intereses múltiples que pueden incidir sobre un proyecto sometido a presiones de todo tipo. La demanda del ayuntamiento no estaba definida de manera explícita. El director del Born Centre Cultural tenía claro que quería una exposición sobre el asedio que no escondiera la faceta bélica. Posición lógica, en tanto que un asedio, por definición, es un hecho de armas. Pero esta posición no necesariamente era compartida por los responsables de cultura del ayuntamiento. En la cultura catalana de principios del siglo xxi el tratamiento de la guerra, es decir mostrar el conflicto, se consideraba como algo espurio, y además impopular ya que se establecía, sin base lógica alguna, que la gente debía tener aversión a todo aquello que tuviera que ver con los hechos de armas. De hecho a los humanos les interesa todo aquello que afecta a los humanos, y también muestran interés por comprender los conflictos y sus mecanismos. Sin embargo, y a lo que parecía se quería una exposición sobre la guerra pero que ocultara la realidad de la misma, sus mecanismos y soluciones, y que se centrara de manera preferente más en el padecimiento de la inocente y sufrida sociedad civil que no en la épica y digna resistencia protagonizada por el ejército, la milicia y el propio pueblo. Por otra parte, un amplio sector de la historiografía académica catalana compartía tal punto de vista, es decir otorgaba a la historia bélica un interés irrelevante9. Así algunos historiadores influyentes reconocidos en los entornos académicos y políticos de la cultura catalana despreciaban la historia militar e incluso negaban (sin tener en cuenta las evidencias) la existencia de un ejército catalán durante la campaña de 1713-1714. A esta hostilidad de la historiografía, alimentada por posiciones políticas, que preferían obviar cualquier tema susceptible de discusión, se sumaba la presión de la historiografía, que negaba, simplemente, la existencia de las instituciones políticas 9

ALBAREDA, Joaquim: La Guerra de Sucesión en España (1700-1714). Barcelona: Crítica, 2010.

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catalanas y del propio conflicto. Por tanto el desarrollo de una exposición sobre el asedio de Barcelona de 1713-1714 implicaba entrar en un avispero ideológico y una confrontación de historiografías que no necesariamente se fundamentaba en posiciones científicas. Ello suponía un problema ya que podía haber presiones políticas y descalificaciones historiográficas. A su vez las previsibles reluctancias historiográficas incidían también en los centros de decisión políticos temerosos de padecer fuegos cruzados y quedar en falso frente a determinados historiadores alimentados por el propio sistema. La complejidad aumentaba si se tiene en cuenta que una parte significativa de los investigadores de DIDPATRI habían trabajado en historia y arqueología de la Guerra de Sucesión reconstruyendo la composición y las acciones de los ejércitos del momento10. El hecho de que los investigadores de DIDPATRI hubiesen demostrado eficacia en proyectos museográficos diversos11 y en investigación histórico-arqueológica despertaba reservas y temores. Sin embargo, el problema de las dudas políticas y desajustes historiográficos, era el menor en el planteo de la exposición. Las principales dificultades eran de carácter técnico, económico y logístico. Otra dificultad que se planteaba era el de las piezas y documentos, su número podía ser relevante, pero en ningún caso iban a poder sostener una museografía que debía relatar un asedio, es decir la interacción entre miles de humanos, máquinas, edificios y estructuras defensivas a lo largo de un año. Eso no podía explicarse de manera comprensiva exhibiendo unas cuantas espadas, proyectiles y algunos documentos. La exposición no iba a mostrar cosas sino que debía explicar un proceso complejo. Forzosamente la museografía iba a pivotar sobre recursos diversos iconográficos y cartográficos sin excluir la presencia de algunas piezas. Estos problemas se entremezclaban con el problema del tiempo. Los plazos eran vertiginosamente cortos. El proyecto ejecutivo debía estar acabado antes de finalizar el 2012 y quedaba un escasísimo margen para sacar el pertinente concurso, producirlo y montarlo. El último gran problema era sin embargo el presupuesto. Se disponía de algunas partidas para realizar dos o tres encargos directos (no superiores a los 18.000€) durante el 2012, pero el grueso de la exposición debía moverse al entorno de los 300.000€. Teniendo en cuenta que la sala era de 500 metros cuadrados el presupuesto era bajo. Y a todo ello debíamos sumar algunas dificultades añadidas como eran las propias dificultades de gestión y de lentitud de la administración y las acciones de entorpecimiento que generaban sectores del funcionariado, o museólogos no implicados en el proyecto, o contrarios a él. Y además la exposición debía tener un éxito claro para contrabalancear la ausencia de un discurso en el resto de espacios expositivos que recogiera los contenidos militares. Todas estas cuestiones se afrontaron con relativo éxito. Teniendo en cuenta estas variables las primeras tenta10 RUBIO, Xavier: «Teoria de jocs aplicada a la història de la guerra moderna: de Balaguer a Almenar, 1710», Manuscrits: Revista d’història moderna. Núm. 27, 2009, pp. 142-160. RUBIO, Xavier; CELA, Joasé María; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military history», Journal of Simulation, 7, 2013. pp. 170–182. 11 SANTACANA, Joan; HERNANDEZ, Francesc Xavier: Museos de historia entre la taxidermia y el nomadismo. Gijón: Trea, 2011. pp.115-127; 83-95.

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Figura 2. Entrada de la exposición “Donec Perficiam”

tivas se plantearon en base a criterios didácticos: ofertar una museografía que hiciera comprensible, a amplios horizontes destinatarios, el objeto de conocimiento. 5. La definición de un guión Una de las primeras acciones consistió en establecer las estrategias básicas de utilización espacial de la sala. Se optó por definir un solo acceso de entrada y salida y que la exposición tuviese un sentido circular de izquierda a derecha, muy simple, que fuera presentando las diferentes temáticas. La circulación era pues de tipo tubular, el visitante debía discurrir por un itinerario claro. La visita media no debía superar los 30 minutos. Por otra parte el circuito debía ser suficientemente amplio como para permitir la contemplación de audiovisuales, y a su vez se requería la posibilidad de ubicar algunos espacios amplios capaces de acoger hasta 20 personas, para las explicaciones de las visitas guiadas, sobre todo con escolares. Estaba claro, por otra parte y como se ha indicado, que teniendo en cuenta que las piezas no iban a vertebrar el discurso debía articularse una museografía basada en escenografías y audiovisuales, y en clave emocional. Formulados estos condicionantes se consideraron ejemplos que pudiesen tomarse como referente. En una intervención que iba a generar debate resultaba interesante

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buscar referentes museográficos del extranjero que, en cierta manera, legitimaran la intervención. En el grupo DIDPATRI había una amplia experiencia en cuanto a conocimiento de museos relacionados con los conflictos, militares y civiles: Peronne, Flanders Field, Memorial Omaha, Memorial Paix Caen, etc. Sin embargo los modelos conocidos no se acababan de ajustar con las demandas existentes de atracción, calidad y coste. Se optó finalmente por fundamentar la exposición a partir del modelo del centro de interpretación de la batalla de Culloden (Escocia) ubicado en el campo de batalla de Culloden en las cercanías de Inverness. Se trataba de un centro bien conocido por el grupo ya que investigadoras como M. Del Carmen Rojo, trabajaban asiduamente en arqueología del conflicto con la Universidad de Glasgow, responsable de las excavaciones en el campo de batalla12. El Centro de Interpretación de la batalla de Culloden y el propio campo de batalla habían sido musealizados recientemente, en el 2008, y el caso guardaba ciertas similitudes conceptuales con el Born de Barcelona. El centro de visitantes diseñado por el estudio Gareth Hoskins Architects de Glasgow con museografía del despacho Ralph Appelbaum Associates Incorporated era un ejemplo de rotunda modernidad difícilmente criticable13. La Batalla de Culloden como el asalto del 11 de septiembre barcelonés habían sido hechos decisivos en el ocaso nacional de escoceses y catalanes. Por otra parte el centro de Culloden se levantaba junto al campo de batalla, un espacio significativo con fuerte carga emocional. A su vez la exposición del Born se iba a situar justo en la zona del Bornet, el espacio donde el general Antonio de Villarroel, comandante del ejército catalán, dio la última carga de caballería en defensa del Estado catalán Además el espacio del Born ejemplificaba y evidenciaba la represión borbónica que se manifestó con la construcción de la Ciudadella. De Culloden se tomaron las principales ideas que podían reaplicarse en Barcelona. El audiovisual envolvente de cuatro pantallas y de formato medio, gravado con recreadores era una experiencia interesante que podía hacerse con un coste razonable. También era un magnífico referente la proyección cenital 3D que recreaba el campo de batalla y la evolución de los combates. Contrariamente las pantallas y las sofisticadas campanas de sonido con explicaciones de los combatientes (a partir de testigos del momento) desbordaban las posibilidades de la exposición del Born que partía de medios económicos limitados. Durante el septiembre y el octubre de 2012 desde DIDPATRI se elaboró el guion histórico, se escribieron los textos provisionales, se seleccionaron las imágenes y se estableció una propuesta de piezas a exponer. En estos trabajos el equipo contó con la extraordinaria colaboración de las personas que coordinaron el proyecto por parte del ayuntamiento la Sra. Laia Colomer en un primer momento y la Sra Anna Llopis durante todo en proceso. La definición del discurso se basó en criterios estrictamente científicos es decir en evidencias históricas y en documentos, y en este sentido las 12 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsley: Pen & Sword Military, 2012. 13 GRANT McKENZIE, Andrew: «Centre des visiteurs du champ de Bataille de Culloden. Perspectives passionants et préservation d’une partie vitale de l’histoire d’Écosse pour les générations à venir», Les Cahiers de l’Urbanisme núm. 77. 2010. pp. 74-80.

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investigaciones y experiencias didácticas que el grupo había realizado anteriormente fueron extremadamente útiles. Con el apoyo de una amplia bibliografía fundamentada en una sólida documentación se definieron los pasos del discurso histórico. El guion histórico se vertebró a partir de cinco apartados: 1) “Libertad y Constituciones”. Se concebía como un ámbito introductorio que situaba la guerra de Sucesión, el compromiso de Catalunya con los Habsburgo y con las potencias constitucionales (Inglaterra, Holanda). Después se trataba la convocatoria del parlamento catalán (la Junta de Brazos) y la decisión de la resistencia en defensa de las Constituciones. 2) “La Guerra de los catalanes”. Este bloque se destinaba a explicar el último período de la Guerra de Sucesión, la campaña catalana del 1713-1714. Se daba relevancia en los apartados al reclutamiento en Cataluña y los primeros momentos de la campaña con la declaración del bando de guerra a ultranza y la llegada de los ejércitos borbónicos del duque de Populi. 3) “Un asedio y muchas batallas”. Se centraba en el desarrollo del largo asedio de Barcelona y en las diversas campañas que se dieron en el conjunto del territorio catalán. 4) “Un martes de furia”. Se trataba de un bloque que permitía aproximar, con detalle, la dinámica del asalto y batalla del 11 de septiembre. 5) “El fin del estado catalán”. En la última parte de la exposición se explicaban las consecuencias de la derrota: la derogación de las Constituciones e instituciones catalanas y la dinámica de represión contra el conjunto de la población. Para cada uno de los apartados se apuntaba la necesidad de un elemento museográfico estructurante. Estaba claro que debían haber como mínimo dos audiovisuales potentes que recogieran la experiencia de Culloden: uno que mostrara la evolución del asedio en vista aérea, y otro que explicara a partir de, como mínimo, dos pantallas enfrentadas, los combates del 11 de septiembre. También estaba claro que las escenografías deberían tener un papel importante. En paralelo al establecimiento del guión se comenzó a tratar la problemática de las piezas. Todos los textos e ideas se reflejaron en un primer anteproyecto a utilizar como base de un proyecto ejecutivo. A tal fin se contrató a la empresa Stoa con la colaboración de Ámbito Cero que asumió el desarrollo de la propuesta y su conversión en proyecto ejecutivo. 6. Tres trabajos iniciales Una vez establecida la colaboración de Stoa/Ámbito Cero se prosiguió el trabajo en tres frentes. La empresa comenzó a trabajar los ámbitos de la propuesta y las ideas museográficas. En paralelo, y a partir de asignaciones directas del presupuesto 2012 se pasó a implementar cuatro encargos que, con seguridad, por decisión del comisariado, figurarían en la exposición: un audiovisual de la batalla, a proyectar en dos

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pantallas enfrentadas, cuya realización se encargó a Alma Cubrae en colaboración con la empresa Cromograma y con la participación de asociaciones de recreación histórica (Miquelets de Catalunya, Miquelets de Girona, Coronela de Barcelona, Cuirassers de Moià). Una segunda iniciativa era el audiovisual central. La proyección cenital se desecho casi de inmediato ya que comprometía demasiada extensión del espacio expositivo, la propuesta, sin embargo, se mantuvo de manera conceptual a partir de un panel inclinado que ocupaba un espacio menor. Ello favorecía una recreación de la ciudad en perspectiva oblicua que podía plantearse a partir de trabajos de 3D que había realizado DIDPATRI14. Dos profesionales vinculados al grupo de investigación, J.A. Duran y Guillem. H. Pongiluppi se encargaron de desarrollar el proyecto: un audiovisual 3D centrado en una perspectiva oblicua de Barcelona que explicara las diferentes fases del asedio y del asalto de la ciudad. La tercera iniciativa, desarrollada por Molecula. Xarxa de professionals en museografia consistia en producir masivamente y con rapidez el máximo de videos para cubrir los audiovisuales de pequeño formato: el pregón de guerra, el famoso discurso de Ferrer Sitges o los procesos de carga y disparo de los fusiles de la época. La cuarta iniciativa paralela consistió en encargar una escenografía hiperrealista que incluyera figuras de los protagonistas militares: Antonio Villarroel y Rafael Casanova, el trabajo se encargó a la escultora Mar. H. Pongiluppi que contaba con amplia experiencia de colaboración con el grupo DIDPATRI. La decisión de incluir una escenografía hiperrealista partió directamente del comisariado. DIDPATRI en diferentes propuestas escenográficas, y siguiendo modelos anglosajones (como la espectacular escenografía de la cocina del castillo de Stirling) había defendido repetidamente la utilización de escenografías hiperrealistas con un argumentario basado en la idoneidad didáctica y las posibilidades de comprensión de este tipo de recursos. Finalmente también se procedió a prospectar la posibilidad de obtener piezas y documentos. En este entorno se detectaron problemas graves. La Biblioteca de Catalunya, y otras bibliotecas, así como coleccionistas privados como Pere Julià Colomina disponían de todo tipo de documentos relativos al conflicto de 1713-1714. Sin embargo los técnicos y responsables vinculados al ayuntamiento manifestaron desconocer las futuras condiciones expositivas del Born y, especialmente, la problemática lumínica. Tal casuística implicaba una problemática grave ya que nadie asumía las condiciones de exposición de documentos y piezas antes de que la obra civil del Born estuviese acabada y entregada y, como consecuencia, las vitrinas y espacios expositivos no se podían definir… y el tema podía acarrear un retraso importante. Por tanto, de decidió, de entrada, prescindir de documentación original y se optó por colocar, simplemente, replicas. La misma problemática surgió ante la posibilidad de incorporar a la exposición el mítico cuadro de Josep Estruch “L’Onze de setembre”. La Caixa de Sabadell, propietaria de la pieza estaba dispuesta a la cesión. Estaba claro que el gran cuadro podía ejercer una función de atracción importante. Las dificultades argumentadas por los técnicos se manifestaron en la misma dirección que las emitidas 14 PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelona: Angle, 2012.

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con respecto a los documentos. Hasta que no se acabara la obra civil del edificio no se sabrían las condiciones lumínicas y ambientales y, por tanto, no se podían decidir con anterioridad los criterios y requisitos de exposición. Cabe destacar, por otra parte que el espacio seleccionado para ubicar la pieza estaba perfectamente acotado y las condiciones lumínicas antes o después de la finalización de la obra civil no iban a cambiar. Sin embargo entrar en una discusión de ese tipo suponía un peligro letal para la exposición, y los plazos no permitían arriesgar. El cuadro de Estruch, una pieza importantísima en el imaginario de la Historia de Catalunya, quedó desechado. En su lugar se optó por una buena propuesta fotográfica, realizada exnovo, que evocaba igualmente las imágenes de Estruch15. El tercer intento para obtener piezas se centro en el entorno arqueológico y la cerrazón técnica fue notable. El Born había generado miles de piezas, desde el comisariado de la exposición se solicitaron muestras de munición artillera a los técnicos del Born Centre Cultural, pero los proyectiles de artillería estaban destinados a un espacio expositivo en el subsuelo y no podían cederse ejemplares. Ni tan solo se permitió la consulta de los estudios realizados sobre munición para incorporar-los a la exposición. Era evidente que un sector de técnicos y funcionarios relacionados, con el yacimiento del Born ejercían resistencia pasiva frente a lo que consideraban una exposición que podía amenazar el statu quo del centro, sus estructuras y supuesta neutralidad. Fracasadas estas tentativas se pudo asegurar un mínimo de piezas contemporáneas procedentes del desmantelado castillo de Montjuïc: escopetas, pistolas, llaves, sables, bayonetas, etc., que junto algunas piezas obtenidas por el grupo en la excavación de la Batalla de Talamanca constituían un mínimo suficiente para legitimar la exposición. Teniendo en cuenta estas piezas ya se podían plantear los contenedores para exponerlas. Al margen de estas escaramuzas la estrategia de legitimación de la exposición pasó por la recuperación y presentación de una pieza estrella: un fragmento de la bandera de Santa Eulalia, probablemente del siglo xvii. La bandera, lo que quedaba de ella, se conservaba encolada en madera arrinconada en un almacén vinculado al Museo de Historia de la Ciudad. La pieza fue reclamada por Quim Torra el director del Born Centre Cultural que apremió para que se efectuara el oportuno proceso de restauración. La bandera era un importante elemento simbólico. Durante la batalla del 11 de septiembre la bandera presidió el contraataque de Rafael Casanova. No había la certeza de que la bandera hubiese sido la utilizada en la batalla ya que en el período, y debido a su rápido desgaste, se elaboraron diversos ejemplares de banderas y pendones de guerra. En cualquier caso el fragmento era notable y mostraba la bellísima imagen de una joven. Hubo presiones para que la pieza no se expusiera, por razones técnicas, pero finalmente, el diseño de un espacio expositivo explícito, que cumplía todos los prerrequisitos, acabó con las resistencias.

15 PONGILUPPI, Guillem.H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: «El asedio de Barcelona. Conmemoración del tricentenario», C4des Magazine 17. 2014, pp. 48-65.

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Figura 3. Audiovisual sobre el asedio de Barcelona.

7. La ejecución El proyecto de base y el proyecto ejecutivo se desarrollaron con rapidez a finales del 2012. Ámbito Cero optó por un diseño versátil que permitía responder a situaciones no previstas, pero que reducía de manera drástica las expectativas de contenido del primer guión. La exposición mantenía su carácter tubular continuo y alternaba escenografías con expositores de documentos y audiovisuales. El diseño permitía la construcción de los diferentes módulos y espacios en el exterior, para que pudieran desembarcarse semi-construidos. De esta manera se conjuraba cualquier posibilidad de retraso en el montaje. La museografía se desarrollaba a partir de tres tipos de estructuras. En primer lugar las escenografías, y espacios expositivos singulares, se organizaban en cubos autónomos de grandes dimensiones dotados cada uno de sus propios recursos lumínicos, audiovisuales y gráficos. En segundo lugar se definió un tipo unificado de expositor que indistintamente podía acoger gráfica, ordenadores o piezas. Finalmente se diseñaron con estrategias diferenciadas los diferentes espacios audiovisuales principales. El problema del exceso de contenidos previstos inicialmente, no integrables en el diseño final, se solucionó, a partir de pantallas interactivas. Los paneles y expositores de cada uno de los bloques de contenidos alojaron los textos y documentos principales. Los textos secundarios y los repertorios documen-

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tales se integraron en las pantallas táctiles. Con esta opción se buscaba un equilibrio: mostrar lo fundamental y ampliar conocimientos a partir de la consulta de los interactivos informáticos. En conjunto la exposición contó con seis escenografías, algunas de ellas con expositores, interactivos informáticos y gráfica incorporada; siete expositores exentos con textos, piezas e interactivos, un audiovisual singular sobre cristal oscuro con personajes escala 1:1; un gran audiovisual central que mostraba la evolución del asedio; un gran contenedor que exhibía la bandera de Santa Eulalia y diversos medios que facilitaban su interpretación; dos grandes bastidores que mostraban uniformología, un espacio audiovisual envolvente, que a partir de pantallas enfrentadas evocaba los combates del 11 de septiembre de 1714; un audiovisual final que mostraba las consecuencias de la derrota. Una gran cortina que definía una pared de fondo y que replicaba uno de los gravados de Jacques Rigaud sobre el asedio16. El proyecto ejecutivo de STOA-Ámbito Cero estuvo preparado a mediados de diciembre de 2012. La ejecución del proyecto la ganó una UTE de las empresas CROQUIS-SONO. 8. Una producción trepidante Durante el mes de diciembre de 2012 se procedió a preparar el audiovisual de la batalla, uno de los más complejos. Los trabajos de grabación se realizaron, en el Castillo de Sant Ferran de Figueres y contaron con el apoyo del Consorcio del Castillo de Sant Ferran de Figueres. La producción y postproducción corrió a cargo de las empresas Alma Cubrae y Cromograma. Se concentraron hasta un centenar de recreadores que acudieron, como voluntarios, con su propio equipo. La mayoría pertenecían a Miquelets de Catalunya, Miquelets de Girona, Coronela de Barcelona y Cuirassers de Moià. Los resultados fueron buenos, se consiguieron planos de calidad pese a la falta de experiencia de los grupos en este tipo de grabaciones. La realización de este video fue una experiencia de gestión y posibilismo muy interesante ya que con unos recursos mínimos se alcanzaron unos resultados muy dignos, no inferiores en calidad a los que mostraba el audiovisual similar de Culloden. Ello daba seguridad al proyecto ya que a finales de diciembre ya había el convencimiento de que uno de los elementos más espectaculares de la exposición, el entorno inmersivo de una batalla, iba a concretarse con calidad suficiente. De igual manera los videos realizados por Molècula y Duran & Pongiluppi avanzaron notablemente, así como el grupo escultórico de Mar. H. Pongiluppi. En primavera ya se disponía de los productos, y todos tenían buena calidad, y por consiguiente una parte muy significativa de los elementos de base ya estaban producidos. A partir de primavera las empresas de producción se pusieron en marcha. Todo discurrió de manera cronométrica. El seguimiento evitó problemas graves en la producción. Sin embargo a última hora las dificultades se extremaron. A la entrada del 16 HERNANDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 2014. Rigaud cròniques de tinta i pólvora. Barcelona: Librooks, 2014.

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Figura 4. Audiovisual de entorno inmersivo.

verano se montó la exposición permanente «De les pedres a les persones». La totalidad del espacio de la sala Casanova, la que debía alojar la exposición temporal, se dedicó a preparar las piezas que debían trasladarse a la exposición permanente. La situación se podría haber resuelto de otra manera pero justamente los técnicos del Born decidieron esta opción que ponía en grave peligro el montaje de la exposición temporal “Donec perficiam”. Todo esto sucedía mientras que en el Born se vivía una situación frenética de finalización de la obra civil. Todo hacia pensar que la exposición temporal no podría acabarse a tiempo. Sin embargo nada era lo que parecía, los equipos entraron a finales de agosto y en un tiempo record se desembarcaron y ensamblaron las estructuras y se ajustaron los audiovisuales, y se construyeron in situ las escenografías. Globalmente los resultados fueron buenos y respondían a las expectativas. La exposición fue un éxito, a lo largo de un año la visitaron un mínimo de 500.000 personas, y aguantó bien la presión. DIDPATRI, cumplió el encargo. La exposición fue rápida, barata novedosa, respondió a los intereses del cliente, consiguió un notable éxito de público y mantuvo plenamente rigor y congruencia científica. Pese a las expectativas no hubo críticas más allá de algún comentario interesado y opinable de sesgo político. Por otra parte DIDPATRI se planteó la exposición como un espacio de acumulación de conocimientos imágenes y experiencias que permitieran posteriores desarrollos en diversos campos. Así la información acumulada en la generación de 3D se pudo reaplicar en publicaciones diversas con nuevos desarrollos17. Fragmentos 17 CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born 1714. Memòria de Barcelona. Barcelona. Angle, 2014

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de grabaciones se reutilizaron para confeccionar vídeos didácticos para el Departament d’Ensenyament, y el conocimiento sobre el objeto de estudio permitió vertebrar un ambicioso proyecto didáctico con materiales, juegos, prototipos diversos, unidades didácticas y estaciones de interpretación. Y sin duda los nuevos saberes generados van a permitir apalancar nuevos proyectos al entorno del conocimiento histórico de las ciudades. Bibliografía ALBAREDA, Joaquim: La Guerra de Sucesión en España (1700-1714). Barcelona: Crítica, 2010. CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born 1714. Memòria de Barcelona. Barcelona: Angle, 2014. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2012. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites II: Heritage and Future. Southampton: WIT Press, 2014. DE CASTELLVÍ, Francisco: Narraciones históricas (Vol. IV). Madrid: Fundación Elías de Tejada, 1999. GARCIA ESPUCHE, Alberto: La ciutat del Born. Barcelona. Ajuntament de Barcelona, 2009. GEIER, Clarence R.; BABITS Lawrence E.; SCOTT, Douglas D.; ORR, David G. (eds): Historical Archaeology of Military Sites: Method and Topic. College Station: Texas A&M University Press, 2010. FERNANDEZ ESPINOSA, Toni: «El jaciment del Born». En: EL BORN CENTRE CULTURAL: El Born CC. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2013. pp. 36-47. GRANT McKENZIE, Andrew: «Centre des visiteurs du champ de Bataille de Culloden. Perspectives passionants et préservation d’une partie vitale de l’histoire d’Écosse pour les générations à venir», Les Cahiers de l’Urbanisme, 77. 2010, pp. 74-80. HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla. Calafell: Llibres de Matrícula, 2009. HERNANDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 2014. Rigaud cròniques de tinta i pólvora. Barcelona: Librooks, 2014. POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsley: Pen & Sword Military, 2012. PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelona: Angle, 2012. PONGILUPPI, Guillem.H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: «1714 El asedio de Barcelona. Conmemoración del tricentenario», C4des Magazine, 17. 2014, pp. 48-65. SANTACANA, Joan; HERNANDEZ, Francesc Xavier: Museos de historia entre la taxidermia y el nomadismo. Gijón: Trea, 2011. pp. 115-127; 83-95.

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RUBIO, Xavier: «Teoria de jocs aplicada a la història de la guerra moderna: de Balaguer a Almenar, 1710», Manuscrits: Revista d’història moderna, 27. 2009, pp. 142160. RUBIO, Xavier; CELA, José Mª.; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military history», Journal of Simulation, 7. 2013, pp. 170–182. STARBUCH, David R.: The Archaeology of Forts and Battlefields. Gainesville: University Press of Florida, 2011.

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Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii Maria Feliu Torruella, [email protected] Mar Hernàndez Pongiluppi, [email protected] Guillem Hernàndez Pongiluppi, [email protected] Silvia Burset Burillo, [email protected] Resumen La Guerra de Sucesión Española generó las bases de la Europa contemporánea. Durante los siglos que siguieron la cultura europea continuó recordando e interpretando, desde puntos de vista diversos, las vicisitudes de conflicto. Sucesivas generaciones han mantenido la memoria del conflicto a partir de la consulta de estudios existentes y de la generación de nuevos conocimientos a partir de la historia y la arqueología. También el desarrollo continuado de ensayos literarios, novelas, pinturas, salas de museos, espacios musealizados ha construido un corpus diacrónico de conocimiento que permite aproximarnos a la Guerra de Sucesión. Cada momento histórico contempla el pasado a partir de su propia cosmovisión, estética y tecnología. Este trabajo recoge la práctica desarrollada por el grupo de investigación DIDPATRI (Didáctica del patrimonio) de la Universidad de Barcelona para generar nuevas imágenes didácticas de la Guerra de Sucesión congruentes con los nuevos conocimientos científicos y a partir de la utilización de nuevas tecnologías de comunicación didáctica.1 Palabras clave: Iconografía, Didáctica, Escenografías, Guerra de Sucesión, Barcelona.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto “Desarrollo de estratégias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueoloía del conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Economia y Competitividad.

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1. Tres siglos de la Guerra de Sucesión española Durante el año 2014 Barcelona conmemoró el tricentenario del famoso asedio de 1713-1714, un de los últimos episodios de la Guerra de Sucesión española. Durante más de un año la ciudad opuso resistencia a las tropas franco españolas que, finalmente, emprendieron el asalto de la ciudad el 11 de septiembre de 1714. El conflicto y su desenlace, importante para Europa lo fue de manera especial para Cataluña que perdió sus Constituciones e instituciones políticas. Las conmemoraciones, como cualquier acto cultural, demandan productos y los profesionales deben satisfacerlas. El contexto de la conmemoración abría la oportunidad de retomar la investigación histórica, arqueológica y didáctica sobre un periodo histórico importante para satisfacer el interés de la sociedad. El grupo de investigación, DIDPATRI (Didáctica del patrimonio), de la Universidad de Barcelona, es un colectivo interdisciplinar que alinea historiadores, arqueólogos, ingenieros informáticos, pedagogos y técnicos en turismo. También vincula profesionales de la ilustración, de la escultura y de la museografía. El conjunto forma una trama que trabaja bajo el paraguas de la Fundació Bosch i Gimpera de la Universidad de Barcelona, mancomunando esfuerzos con empresas, impulsando y colaborando en los más diversos proyectos museográficos y culturales. Una de las principales líneas de investigación e innovación del grupo se ha centrado, en los últimos años, en la iconografía histórica. Lo que sucedió en el pasado no se puede ver, ni experimentar, solo lo podemos intuir, imaginar o reconstruir a partir de documentos y fuentes históricas. En este sentido la historia es terriblemente abstracta y, en general, las personas no disponen de preconceptos y conocimientos suficientes para construir una imagen veraz del pasado. Superar esta situación a partir de la generación de imágenes didácticas es uno de los ejes de investigación e innovación del grupo. 2. La Historia, una cuestión de imagen Si queremos explicar aspectos y situaciones del pasado debemos suministrar imágenes comprensibles, realistas o sugerentes, que lo tipifiquen. La didáctica de la Historia, que tiene como finalidad comunicar saberes científicos adquiridos sobre otros tiempos, demanda iconografía. La aproximación comprensiva al pasado exige la generación de “paisajes” icónicos que serán tanto más creíbles cuanto más “auténticos” sean. Y estos paisajes, siempre que sea posible, se deben complementar con complementos vivenciales, sensoriales sonoros, olfactivos, táctiles2. Tales consideraciones explican que DIDPATRI, se haya centrado en la investigación y experimentación acerca de las posibilidades didácticas de la iconografía en Historia. La recreación, reconstrucción de un objeto de conocimiento del pasado se plantea a 2 HERNANDEZ, Francesc Xavier: «La iconografía en la didàctica de las ciencias sociales». En: IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. Núm. 68, Abril-mayo, 2011. pp.7-16.

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partir de dos premisas básicas. La primera es que lo que se representa debe ser extremadamente riguroso desde un punto de vista científico. Nuestro trabajo, repensar y mostrar la historia, requiere imaginación, pero no debe dejar ningún margen a la fantasía. Los restos y evidencias del pasado: objetos, ruinas, situaciones, relatos, llegan a nosotros de manera fragmentaria, parcial y descontextualizados. A menudo son incomprensibles. La iconografía didáctica permite contextualizar incluyendo y sumando las más diversas variables en la descripción de un determinado paisaje o situación histórica otorgando globalidad, contribuyendo a interrelacionar componentes y, en definitiva, ayudando a comprender. Pero la comunicación de los saberes conseguidos sobre el pasado es una cuestión científica que no admite concesiones. Por otra parte esta comunicación del pasado exige realismo o hiperrealismo. La generación de imágenes concretas y reconocibles del pasado requiere que las formas, colores y situaciones representadas sean creíbles y ajustados a la realidad. La iconografía didáctica no pretende ser una representación “artística”, sino un sucedáneo que de una visión precisa de situaciones de otros tiempos. La historia es abstracta por definición, y la superación de la abstracción, mediante la iconografía, requiere comprensión. Desde el punto de vista de la iconografía didáctica las recreaciones que plantean determinados diseños que utilizan exclusivamente monocromías (color blanco en las volumetrías), o que prohíben la exhibición explicita de humanos en las reconstrucciones de espacios del pasado no tienen ningún sentido. Los lugares del tiempo tienen colores, y texturas, y fueron usados por humanos. No tiene ninguna justificación científica la exclusión de los colores y la carne humana de las representaciones del pasado. Las recreaciones iconográficas, históricas y didácticas no son un producto artístico ni deben pretenderlo, aunque puedan llegar a serlo. En cualquier caso y en determinados contextos museográficos que persiguen estimular las emociones pueden plantearse, desde la didáctica, concesiones a la abstracción. Por tanto, y en resumen, podríamos decir que una de las funciones básicas de los didactas de la historia es generar imágenes comprensivas del pasado para hacerlo cognoscible. Tradicionalmente la ilustración en Historia ha sido una actividad cara. Requería generar imágenes complejas a partir de cero, y eso suponía tiempo y trabajo. En consecuencia la producción era escasa y eso suponía un serio inconveniente cuando lo que pretende la didáctica es, precisamente, llegar a un horizonte destinatario amplio. De ahí que la praxis del grupo DIDPATRI se haya interesado, en los últimos tiempos, en investigar acerca de la generación de imágenes del pasado, viables en cuanto a ejecución y con posibilidades de replicación en los más distintos contextos. Según esta lógica la reconstrucción iconográfica de un espacio o hecho histórico puede plantearse, con ambición, si el producto resultante puede readaptarse para ser utilizado en cartelería, folletos, libros, expositores, multimedia, juegos, audiovisuales, apps, web, etc. Los ensayos en esta dirección, aprovechando la innovación tecnológica y los recursos de convocatorias públicas, y contratos de investigación con empresas y administraciones, dieron resultados esperanzadores. La profundización en esta línea de trabajo de planteó a partir de los buenos resul-

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tados generados por recreaciones en el contexto de la denominada “arqueología virtual”3. Una primera experiencia exitosa fue la reconstrucción virtual e hipotética del casco urbano de Empúries, que se ensayó en base al programa SketchUp/ 3D en el 2010. En la misma línea se trabajó en un proyecto de reconstrucción de castros celtibéricos utilizando el programa Malla 3D4. Finalmente comenzó el que sería el ensayo más relevante que se centraría en la Guerra de Sucesión española y su desarrollo en Cataluña. El tema no solo era interesante sino además, estratégico, en el sentido que el tricentenario del final del conflicto generaba productos culturales muy diversos. 3. Iconografía de la Guerra de Sucesión española Para DIDPATRI la Guerra de Sucesión posibilitaba el desarrollo de nuevas experiencias. La iconografía de nueva generación era prácticamente inexistente, se limitaba a algún cómic, y a productos diversos poco relevantes. Curiosamente la iconografía dominante sobre el tema, más allà de los gravados coetáneos del XVIII5 , era aún la que habían generado Víctor Balaguer y otros autores de la Renaixença, en la segunda mitad del XIX . Estos historiadores preocupados por disponer de imágenes didácticas del pasado no habían dudado en generar y publicar gravados que mostraban aspectos del conflicto, y que en no pocos casos las imágenes estaban plagadas de anacronismos y errores. El esfuerzo didáctico continuó a principios del siglo XX con trabajos como el cuadro de Josep Estruch «La mort de Casanova», pintado en 1905 y que se ha mantenido, prácticamente hasta hoy, como el más importante referente iconográfico del conflicto en Barcelona. Teniendo en cuenta este contexto uno de los objetivos estratégicos de DIDPATRI, desde el 2008, consistió en generar una nueva imagen de la Guerra de Sucesión, actualizada y congruente con los logros establecidos por la investigación. En base a esta voluntad se desarrollaron múltiples iniciativas que tuvieron presente, en todo momento, el trasfondo estratégico. Así el grupo investigó con tecnología moderna (arqueología y SIG bajo la dirección de Xavier Rubio) la batalla de Talamanca y se generaron imágenes y cartografía6. Se diseñó el Centro de interpretación de la Batalla de Talamanca con propuestas 3D, de Eusebi Malvarez i Guillem H. Pongiluppi7, escenografías y esculturas de Mar H. Pongiluppi e ilustración de Francesc Riart con un 3 LOPEZ, Victória; MARTÍNEZ, Tània; ROMERO, Mireia: «Iconografía didáctica y arqueología». En: HERNANDEZ, Francesc Xavier; ROJO María del Carmen: Museografía didáctica e interpretación de espacios arqueológicos. Gijón: Trea, 2012. pp. 125-138. 4 MARTINEZ, Tània: «Una aproximación virtual al territorio vetón». En: IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. Núm. 68, abril-mayo, 2011. pp. 25-32. 5 ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós, Ajuntament de Barcelona. 2013. 6 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla. Calafell: Llibres de Matrícula, 2009. 7 MALVAREZ E.; PONGILUPPI, G.H.: Batalla de Talamanca, 1714, DIDPATRI. 2009. Recuperado el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/32877962.

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Figura1. Iconografia de base fotográfica (Marhp)

potente audiovisual panorámico producido por DIGIT. El proyecto se complemento con una acción de memoria que consistió en la elaboración de una placa monumento de bronce, realizada por Mar H. Pongiluppi, dedicada a los combatientes de la batalla de Talamanca. En paralelo, el grupo se implicó en el apoyo y potenciación de grupos de recreación del siglo XVIII, estableciendo colaboraciones con la asociación Miquelets de Catalunya. La consolidación de sociedades de recreación se consideraba imprescindible para poder disponer de una fuente accesible de imágenes digitales. También, en paralelo, se realizaron los primeros ensayos, a cargo de Guillem H. Pongiluppi, para superar el cuadro de Josep Estruch. El conjunto de iniciativas generó un banco de imágenes que, gracias a los recursos informáticos, podían reinventarse buscando adaptaciones a las nuevas necesidades. Al mismo tiempo, se diseñó una web, el Museo Virtual de la Guerra de Sucesión, a iniciativa del grupo y financiada con el apoyo de convocatorias públicas. Servía para trabar el compromiso del grupo con la temática y a la vez como repositorio de imágenes e información.

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Figura 2. Murallas de Barcelona, croquis 3D.

4. El asedio de Barcelona Los primeros ensayos sobre la Guerra de Sucesión condujeron en poco tiempo a enfrentarse al problema y reto principal, iconografiar el asedio de Barcelona del 1713-1714. Durante el 2011 y con el apoyo de convocatorias públicas del Ministerio de Educación y del Departamento de Universidades y Empresa de la Generalitat de Catalunya se procedió a levantar un 3D de la Barcelona de principios del xviii, primero a partir de un ensayo con SketchtUp y después directamente con el programa Maya. Los trabajos corrieron a cargo de Eusebi Málvarez i Guillem H. Pongiluppi8. Pero los recursos disponibles eran limitados y solo se pudo levantar media ciudad. La utilización del Maya presentaba ventajas claras en tanto que permitía generar una gráfica precisa: calles y casas adquirían una definición más que aceptable. Naturalmente, el modelo, muy pesado, no se podía maniobrar en tiempo real, contrariamente los resultados de una renderización directa eran más que aceptables. La información y la inversión conseguida en esta fase se pudo reordenar y reinvertir en los meses siguientes. El 3D y las renderizaciones se utilizaron en los procesos de investigación en curso, para simular diversas situaciones bélicas que afectaban a las murallas, para documentar diferentes web y, principalmente, para desarrollar 8 MALVAREZ E.; PONGILUPPI, G.H.: Barcelona 1714, DIDPATRI. 2009. Recuperado el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/20652836.

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Figura 3. Murallas de Barcelona, 3D texturizado.

una iconografía más trabajada que se manifestó, finalmente, en el libro “1714 El setge de Barcelona”9 y en otras publicaciones. En estas iniciativas la estrategia iconográfica consistió en plantear, a partir de imágenes 3D, escenarios o backgrounds diversos que servían de base a ilustraciones desarrolladas a partir de Photoshop siguiendo las prácticas del “matte painting”. En este caso la biblioteca de imágenes del grupo, con fondos acumulados a partir de la estrecha relación con los grupos de recreación histórica, obtuvo una rentabilidad completa. Los desarrollos iconográficos sobre el asedio fueron laboriosos pero, si tenemos en cuenta la magnitud del trabajo y la escasa experiencia previa, se resolvieron de manera relativamente rápida y con buena calidad, Los renders de base sumados al planteamiento de figuras humanas a partir de bases fotográficas, todo ello fundido y remasterizado a partir de Photoshop, abría una vía experimental interesante. A fin de cuentas se habían generado publicaciones profusamente ilustradas con materiales de calidad, congruentes con las últimas aportaciones científicas, a un coste relativamente asumible, y en un tiempo rápido lo cual hacia que los productos, considerado en su conjunto, fueras rentables incluso para un mercado tan limitado como el catalán. A su vez la experiencia de «1714 El setge de Barcelona» pronto experimentó nuevos desarrollos y mutaciones. Así, por ejemplo, la exposición «Donec perficiam. El setge de Barcelona 1714», diseñada y ejecutada en el 2012-2013, pudo reaprovechar parte de la experiencia. En esta exposición el cual el grupo DIDPATRI elaboró el proyecto de ideas y el comisariado. La propuesta incluyó un ambicioso desarrollo icónico y audiovisual gracias a los materiales digitales ensayados y generados por el grupo de inves9 PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelona: Angle, 2012.

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Figura 4. Composición de combate en base a matte painting. (Guillemhp)

tigación. El audiovisual principal de la exposición, elaborado por Joan Antoni Duran i Guillem H. Pongiluppi), se basó, en buena parte, en la remasterización del material de base generado en los 3D y en las imágenes generadas sobre el asedio de Barcelona. Gracias a los materiales digitales acumulados y a la experiencia previa pudo asumirse el trabajo en un tiempo record y con un presupuesto muy modesto. De igual manera la experiencia iconográfica incidió en otros audiovisuales de la exposición: el dedicado a los ingenieros militares, elaborado por SONO, los que se centraban en el discurso de Manuel Ferrer Sitges y en la movilización del pueblo catalán, elaborados por Molècula scp y sobre todo en el audiovisual envolvente del final de la exposición, gravado gracias a experiencia conseguida en el trabajo con recreadores. Por otra parte, en la dimensión escenográfica, los investigadores y colaboradores del grupo también dieron pasos importantes, en este sentido deben considerarse las escenografías hiperrealistas realizadas por Mar H. Pongiluppi con el apoyo de F. Riart. Estas experiencias compartieron protagonismo con nuevas experiencias icónicas entre las cuales cabe destacar el remake actualizado, y corregido científicamente, del cuadro de Josep Estruch elaborado por Guillem H. Pongiluppi. Cabe destacar también la más que singular experiencia de simulación generada en el Barcelona Supercomputing Center por Xavier Rubio acerca del comportamiento en combate de diferentes tipos de formación de fusileros10. 10 RUBIO, Xavier; CELA, José Mª.; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military history», Journal of Simulation, 7, 2013. pp. 170–182.

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Figura 5. Escenografia hiperrealista (Marhp)

La acumulación de material icónico permitió por otra parte que el grupo consiguiera una posición de protagonismo en la realización de los materiales didácticos vinculados al Born Centre Cultural, y en los materiales didácticos impulsados por el Departament d’Ensenyament en el contexto del tricentenario del 1714: materiales didácticos, videos didácticos, juegos, estaciones de interpretación didácticas, etc. También en el campo de la edición el capital generado continuó generando desarrollos, que comprendían cuentos infantiles11 y libros de alta divulgación12. El metraproyecto, entendido como proyecto de proyectos, emprendido por DIDPATRI: generar una nueva imagen de la Guerra de Sucesión en Catalunya, basada en el rigor científico, acorde con las demandas del tricentenario, puede considerarse un éxito. En apenas tres años se ha generado una iconografía, que podríamos definir como sostenible teniendo en cuenta costos y resultados, directos e indirectos, que ha contribuido de manera determinante a evolucionar la imagen de la Guerra de Sucesión. El grupo de investigación, a partir de la palanca iconográfica, consiguió un posicionamiento relevante en cuanto a iniciativas de investigación, sociales, de comunicación, de formación, turísticas e industriales al entorno del tricentenario de la Guerra de Sucesión. 11 GIMENEZ, Lorena: Trons, canons i un estel. Thunder, Cannons and Kite. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Departament d’Economia i Coneixement, 2014. 12 CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born 1714. Memòria de Barcelona. Barcelona: Angle, 2014.

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Bibliografía ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós, Ajuntament de Barcelona. 2013. CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born 1714. Memòria de Barcelona. Barcelona. Angle, 2014. GIMENEZ, Lorena: Trons, canons i un estel. Thunder, Cannons and Kite. Barcelona, Generalitat de Catalunya. Departament d’Economia i Coneixement, 2014. HERNANDEZ, Francesc Xavier: «La iconografía en la didàctica de las ciencias sociales». En: IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 68. Abril-mayo, 2011, pp. 7-16. HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla. Calafell: Llibres de Matrícula, 2009. LOPEZ, Victória; MARTÍNEZ, Tània; ROMERO, Mireia: «Iconografía didáctica y arqueología». En: HERNANDEZ, Francesc Xavier y ROJO María del Carmen: Museografía didáctica e interpretación de espacios arqueológicos. Gijón: Trea, 2012, pp. 125-138. MARTINEZ, Tània: «Una aproximación virtual al territorio vetón». En: IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 68. Abril-mayo, 2011, pp. 25-32. MALVAREZ, E.; PONGILUPPI, G.H.: Batalla de Talamanca, 1714, DIDPATRI. 2009. Recuperado el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/32877962 MALVAREZ, E.; PONGILUPPI, G.H.: Barcelona 1714, DIDPATRI. 2010. Recuperado el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/20652836 PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelona: Angle, 2012. RUBIO, Xavier; CELA, José Mª.; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military history», Journal of Simulation, 7. 2013, pp. 170–182.

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La publicación de las presentes Actas la queremos dedicar al Comandante Damià Abella Plantés, Director recientemente jubilado del Consorcio de la Fortaleza Militar de Sant Ferran de Figueres. Bajo su dirección se han incentivado las investigaciones arqueológicas, didácticas y de difusión, y se han puesto las bases para la apertura y socialización del castillo de Sant Ferran entre la ciudadanía. Figueres, junio de 2016.

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Terceres Jornades

Terceres Jorna

Patrimoni defensiu

Patrimo defensi

Castell de Sant Ferran

Castell de Sant Fer

Figueres

Figueres

Del 20 al 23 d’octubre de 2016 Coordinació:

Col·labora: Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya Universitat de Girona Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural Barcelona Supercomputing Center Fundació les Fortaleses Catalanes Institut d’Estudis Empordanesos Amics del Castell de Sant Ferran

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Grup de recerca DIDPATRI Universitat de Barcelona

Del 20 al 23 d’octub Organitza:

Col·labora: Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya Universitat de Girona Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural Barcelona Supercomputing Center Fundació les Fortaleses Catalanes Institut d’Estudis Empordanesos Amics del Castell de Sant Ferran

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