AGROQUIMICO S

AGROQUIMICOS
El mal uso de los agroquímicos es una problemática que viene ya de muchos años y que aún no ha sido resuelta responsablemente. Se han sancionado ordenanzas municipales marcando límites para su uso, pero esto no ha servido y es evidente la violación de muchos productores a estas normas.
El uso incorrecto o abusivo de los agroquímicos pone en juego el respeto a derechos fundamentales que hacen a la constitución de las sociedades modernas, como el derecho a la salud de los vecinos o el derecho a un medio ambiente sostenible y sustentable en el tiempo.
Son sabidas las consecuencias que tienen en la salud de los seres humanos estos productos agrarios; desde enfermedades en la piel hasta perdida de vista y malformaciones en los hijos de los previamente afectados.
En nuestro municipio hay un conflicto entre productores y vecinos aledaños a las zonas de producción por las dificultades que las fumigaciones y demás les han traído a los marplatenses y batanenses. Estos inconvenientes se reflejan en la creación de ONGs y demás grupos para solucionar los problemas entre ambos conjuntos. Es más que comprensible el reclamo de las organizaciones barriales quienes han sufrido muertes y severas enfermedades. El abuso de los productores con el uso de agroquímicos es evidente.
Lo primero que me parece debemos hacer es aceptar una realidad porque si no, no la podemos cambiar, es imposible.
Es necesario generar un marco de trabajo entre todas las organizaciones tanto públicas como privadas y las ONGs ambientalistas para tratar de generar en los productores de nuestro municipio un sistema productivo que sea sostenible con el medio ambiente y la salud de toda nuestra población. Debemos empeñarnos en que los productores locales logren la transición hacia la, más saludable, agroecología.
Podemos iniciar este proceso de cambio ofreciendo subsidios a los pequeños agricultores familiares para que se incorporen a modalidades agroecológicas que sean sustentables con el medioambiente y que también sean sustentables con su forma de vida. Además, es necesario un cambio cultural, que debe ser trabajado sobre la base de la capacitación y sobre la base de la concientización.
Creo que pueden buscarse posiciones consensuadas entre todos los sectores para posibilitar que estos objetivos y este desafío que tiene la ciudad se constituya en una realidad en el corto plazo y posibilite el desarrollo de una sociedad que integre a todos los sectores en una problemática común.


PEDRO VISPO