Alimentos transgénicos

Alimentos transgénicos, ¿un camino silencioso a la destrucción?

Mientras la tecnología avanza para cosas como la comunicación y salud, también avanza en cuanto el bienestar humano. No es noticia nueva que hay poca comida para la población humana o que, el acceso a ésta, no es tan fácil para todos; además de que siempre estamos buscando mejorar en todo.
Aproximadamente en 1992, el hombre entró en un nuevo mundo de oportunidades: Los transgénicos.
Éstos son también conocidos como "organismos modificados con ingeniería genética", u "organismo genéticamente modificado" (OGM). El ser humano ha logrado, a través de modificaciones en el ADN, mejorar y alterar plantas, animales, hongos, bacterias e incluso algas. Prácticamente, se han logrado crear organismos nuevos. Normalmente, los alimentos transgénicos, son más grandes, y con mejor apariencias, pero, ¿realmente son mejores? Resisten mejor las plagas, y la productividad es mayor pero ¿realmente vale la pena?
Por más que este avance tiene grandes beneficios, la gente intenta evitar la realidad de las consecuencias a mediano o largo plazo. Entre los cuales, destacan la erosión genética (que es la perdida de variedades criollas) y la resistencia a insectos. La segunda consecuencia, suena bien; pero, ¿qué tan dañino puede llegar a ser que un alimento "produzca" su propio pesticida? Gracias a esto, surgen otros dos problemas: Reacciones alérgicas y resistencia a antibióticos sumamente útiles para la salud humana. Ahora los problemas si comienzan a verse graves, ¿no? A esto, se le añade que incluso Greenpeace, nos ha advertido de la pérdida de biodiversidad y afectación de nuestros ecosistemas, que a su vez, a la larga, puede generar problemas de salud. Además del enorme daño que causa al suelo, además de que pueden filtrarse y llegar a contaminar las aguas subterráneas. Como si todo esto no fuese suficiente, están causando un gran impacto en la economía, comenzando por el hecho de que los campesinos pobres no pueden costear estás semillas modificadas, y su siembra se puede contaminar vía flujo genético. Lo que les puede generar problemas legales (porque los alimentos transgénicos son productos patentados). Monsanto, que posee más del 90% de las patentes de semillas transgénicas, producen sólo semillas estériles, por lo que solo se pueden sembrar una vez.
Lo peor, es que más del 80% de los productos en los supermercados, han sido genéticamente alterados. Y solo 50 países han admitido los graves daños que nos acarrea consumir estos productos, por lo que lo han prohibido, pero el resto del mundo está caminando lentamente al abismo, (algunos sin siquiera saberlo).
Actualmente, algunos países están comenzando a prohibir que la etiqueta diga si son OGMs (Estados Unidos, principalmente), lo que complica más la tarea de evitarlos. Y tristemente, la mayor parte de los alimentos que tienen altas probabilidades, son los que más se consumen (pan, helado, cereales, dulces, refresco, chocolate, galletas, leche, aceite, endulzantes artificiales, papas fritas, aderezos, carne, maíz, queso, proteínas, & salsa de soya y la mayor parte de las verduras y frutas, entre otras).
Por otra parte, grandes organizaciones han hecho tratados y peticiones para controlar el manejo y uso (además de la reducción del consumo) de OGM.
Como por ejemplo la FAO, representa a 35 países y 24 organizaciones no gubernamentales; Greenpeace, Amigos de la Tierra, Asociación Vida Sana, COAG, Ecologistas en Acción, Red de semillas, Veterinarios Sin Fronteras.
Por medio de huelgas, tratados, recolecciones de firmas y protestas se ha logrado que se escuchen sus voces (A veces sin mucho público convencido), haciendo saber cuánto daño nos estamos causando a nosotros mismos.
Algunas de las medidas que se han sugerido para evitar los transgénicos, son:
Conocer los productos que tienen mayores probabilidades de ser transgénicos (ya han sido mencionados antes.).
Comprar en tiendas, mercados locales, etc.; evitando los supermercados.
Sembrar tus propios alimentos.
No comprar productos procesados, refinados, ni enlatados.
Compra alimentos crudos & cocínalos tú mismo.
Conoce los códigos: Mantente alerta por el código de barras, si en frutas y verduras tiene más de 5 dígitos y comienza en 9, significa que están certificados como orgánicos. Los productos frescos, con códigos de 4 dígitos no implican la modificación genética, pero pueden haber sido objeto de pesticidas y otras toxinas. Evita los que tienen códigos de 5 dígitos que comienzan "8", ya que estos son alimentos transgénicos sin duda.
Puede ser tedioso leer lo que contiene un producto, pero si intentas evitar los transgénicos evita a toda costa que tu comida tenga estos aditivos: ácido cítrico, maltodextrina, goma xantana, levadura en polvo, jarabe de sorbitol, malta, jarabe de caramelo y ácido esteárico.
En México, varias organizaciones se han agrupado a Colectividad en Defensa del Maíz, la cual trabaja para cuidar que el maíz transgénico no sea plantado en México, así sea en su fase piloto, experimental o comercial; además de "La Colectividad" que está conformada por diversos grupos y comunidades, esta organización, ha impuesto demandas en contra de diversas compañías que se encargan de hacer y vender las semillas transgénicas, incluso propias organizaciones gubernamentales como SAGARPA y SEMARNAT han entrado en las discusiones de este controversial tema.
Integrantes del Movimiento Agrario Indígena Zapatista, y ambientalistas de la Universidad Veracruzana, pidieron a las autoridades que rastreen la presencia de maíz transgénico.
Finalmente, en Oaxaca, la coordinadora del Centro de Derechos Humanos Flor y Canto, anunció que recurrirán al Tribunal Permanente de los Pueblos para denunciar al estado por su indiferencia con la ley de omisión para defender el maíz nativo.

"Defendamos nuestro maíz, porque es nuestra vida".
—Sin Maíz no hay País—

Yosahandy Palacios Castañón 07 de septiembre del 2015