Análisis de mosaicos de piedra verde incrustados en dos cráneos humanos a través de sus huellas de manufactura

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ANÁLISIS DE MOSAICOS DE PIEDRA VERDE INCRUSTADOS EN DOS CRÁNEOS HUMANOS A TRAVÉS DE SUS HUELLAS DE MANUFACTURA Emiliano Ricardo Melgar Tísoc1, Pablo Bautista M.2

RESUMEN El propósito de este trabajo es la comparación de los diferentes análisis realizados a varios mosaicos de piedra verde (turquesa y serpentina) incrustados como decoración de dos mosaicos humanos posiblemente de origen prehispánico, los cuales están resguardados en la Subdirección de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles del Instituto Nacional de Antropología e Historia. A través de la caracterización de las huellas de manufactura con Microscopía Electrónica de Barrido y apoyados en los resultados del Taller de Arqueología Experimental de Lapidaria en el Museo del Templo Mayor, se identificaron herramientas similares a las empleadas por los prehispánicos, que combinadas con los tiempos invertidos de trabajo, parecen confirmar su origen prehispánico.

ABSTRACT The aim of this paper was the comparison of the different analysis realized on some green stone mosaics (turquoise and serpentine) from two possibly prehispanic decorated human skulls kept at the Archaeological Registration Directorate of the National Institute of Anthropology and History. By characterization the traces of manufacture using experimental archaeology and with the results of the Experimental Archaeology Workshop of Lapidary Objects at the Great Temple Museum, we identified ancient tools that were used to made the mosaics, and linked with the measures of working times, we confirmed their prehispanic origin.

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Museo del Templo Mayor, Seminario 8, Col. Centro, Del. Cuauhtémoc, México, D. F., C. P. 06060. Tel: 55-42-47-87. e-mail: [email protected] Subdirección de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles, Avenida Victoria 110, Col. Copilco el Bajo, México, D. F., C. P. 04340. Tel: 55-50-29-16.

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Demetrio Mendoza / Jesús A. Arenas / José Luis Ruvalcaba / Ventura Rodríguez

INTRODUCCIÓN La Dirección de Registro Público de Zonas y Monumentos Arqueológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia es el órgano designado por el Estado mexicano para inscribir tanto los sitios arqueológicos del país, como los monumentos arqueológicos, artísticos e históricos pertenecientes a las culturas pasadas que habitaron el territorio que hoy se llama como México. Así mismo, en este lugar se registran los elementos de carácter prehistórico, incluyendo la flora y la fauna asociada a la presencia del hombre en dicho país. Esta tarea, sustantiva para la protección del patrimonio cultural heredado y creado por los mexicanos, conlleva una serie de acciones que se pueden dividir en dos grandes rubros: uno de tipo legal-administrativo, y otro que contempla la investigación científica. En el primer caso se establecen los mecanismos que permiten trazar un marco jurídico para proteger, por medio de declaratorias o concesiones de uso, las zonas y los objetos que son considerados de interés nacional. En el segundo caso resulta un gran reto dictaminar como auténticos aquellos objetos decomisados o pertenecientes a colecciones particulares, los cuales en su mayoría provienen de saqueos o carecen de datos contextuales. En ocasiones, esta actividad requiere análisis más profundos y contrastables, debido a factores como la falsificación de piezas con fines de lucro, los cuales pueden llegar a ser materiales copiados con gran maestría y perfección. Por lo tanto, se ha convertido en una necesidad establecer criterios que ayuden a distinguir las piezas antiguas de las elaboradas recientemente. En la presente investigación se presentan algunos de los resultados de un estudio promovido por la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos, en colaboración con el Museo del Templo Mayor y los laboratorios del Instituto Nacional de Antropología e Historia, cuyo objetivo fue revisar dos cráneos humanos decorados con incrustaciones de concha y mosaicos de piedra verde de distintas tonalidades (Fig. 1 y 2), los cuales pertenecían a un coleccionista particular. Ante las dudas respecto a su autenticidad prehispánica, se determinó realizar diferentes análisis a sus elementos constitutivos, con la finalidad de obtener información buscando resolver el problema de su originalidad. Cabe mencionar que solamente se conocen otras dos piezas de este tipo, una en el British y la otra en Monte Albán; sin embargo, se desconoce algún tipo de estudio sobre éstas para determinar las técnicas de manufactura. Con ello en mente, en este trabajo se presenta una manera en que podría llegar a determinarse la autenticidad de estos objetos, basados en el análisis de las huellas de manufactura. Ello permite conocer qué herramientas fueron empleadas en la elaboración de las piezas, para poder descartar aquéllas que presentan marcas hechas por utensilios modernos como una cortadora eléctrica para los cortes, el moto-tool para las perforaciones y el polvo de diamante para pulir superficies. Al mismo tiempo, el que se identifiquen trazas similares a las producidas por herramientas halladas en contextos arqueológicos no indica necesariamente su autenticidad prehispánica; pero si se toma en cuenta de manera hipotética el tiempo invertido de trabajo en su elaboración y el precio al que estaban ofreciendo los objetos, podría inferirse.

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Figura 1. Vista de frente y de perfil de uno de los cráneos humanos decorados.

Figura 2. Vista de frente y de perfil del otro cráneo humano decorado.

DESARROLLO EXPERIMENTAL Los materiales analizados consistieron en dos cráneos humanos decorados con varias decenas de mosaicos incrustados de distintas tonalidades (Fig. 1 y 2). Debido a ello, se tomó una muestra representativa de las piezas, en términos de que reflejaran tanto la diversidad de colores como de su ubicación en el conjunto, sin olvidar que estuvieran en buen estado de conservación. Así, se eligieron ocho mosaicos de cada cráneo, dos de color celeste (aparentemente turquesa), dos de color verde claro (presumiblemente serpentina), dos de verde oscuro (quizás también de serpentina) y dos de un verde casi negro (tal vez serpentina negra). Una vez establecida la muestra, se analizaron las huellas de manufactura de estos mosaicos como probable indicador de su autenticidad prehispánica. Para ello se tomaron como referencia los resultados del taller de arqueología experimental en lapidaria dentro del proyecto La lapidaria del Templo Mayor: estilos y tradiciones tecnológicas [1,2]. En este sentido, el estudio se llevó a cabo a través de la arqueología experimental basados en el

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Demetrio Mendoza / Jesús A. Arenas / José Luis Ruvalcaba / Ventura Rodríguez supuesto de que cada herramienta empleada sobre estos materiales dejará huellas particulares y diferenciables entre sí [3,4]. Así, se analizaron los distintos tipos de modificaciones (desgastes, cortes, perforaciones, incisiones, calados y acabados) realizadas en materias primas similares a las de los mosaicos de los cráneos bajo estudio, como turquesa y serpentina obtenidos de manera comercial (Fig. 3 y 4). En la Tabla 1 se especifican las condiciones experimentales en las que se produjeron las modificaciones en la turquesa y serpentina; finalmente las huellas producidas en estos materiales, serán comparadas con las observadas en las muestras obtenidas de los cráneos.

Figura 3. Desgaste experimental de serpentina con laja de basalto.

Figura 4. Corte experimental de turquesa con lascas de obsidiana.

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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III TABLA 1. Tipos de modificaciones y herramientas empleadas para generar huellas de trabajo en turquesa y serpentina de manera experimental.

MODIFICACIÓN

HERRAMIENTAS

Desgastes de superficies

Basalto, andesita, riolita, arenisca, caliza y granito, adicionando agua y ocasionalmente arena. Arena, agua y tiras de piel o cuerdas vegetales. Herramientas líticas de pedernal y obsidiana Abrasivos (arena, ceniza volcánica, polvo de obsidiana, polvo de pedernal y polvo de cuarzo), animados con ramas de carrizo, adicionando agua. Herramientas líticas de pedernal y obsidiana. Abrasivos (arena, ceniza volcánica, polvo de obsidiana, polvo de pedernal y polvo de cuarzo), animados con ramas de carrizo de gran diámetro, adicionando agua. Herramientas líticas de pedernal y obsidiana. Pulido con abrasivos, agua y trozos de piel. Bruñidos con trozos de piel en seco. La aplicación de ambos acabados.

Cortes Perforaciones

Calados

Incisiones Acabados

En cuanto a los procesos y herramientas empleados, éstos se basaron en las fuentes históricas [5,6], datos arqueológicos y propuestas de otros investigadores [4, 7-10]. Para el análisis se compararon las huellas de manufactura producidas experimentalmente con los rasgos que presentaban las piezas arqueológicas, donde los niveles de observación fueron los siguientes [1,4]: 1) 2) 3)

A nivel macroscópico, con lupa de 20X y a simple vista. Con un microscopio estereoscópico modelo Olimpia Tz s2-STS con cámara integrada, a 10X y 30X, tomando imágenes en diapositivas e impresiones en blanco y negro. Con un Microscopio Electrónico de Barrido (MEB) modelo JEOL JSM-6460LV, a 100X, 300X, 600X y 1000X, tomando las micrografías como imágenes digitales. Justamente este último ha ofrecido los mejores resultados en la caracterización y diferenciación de las huellas de cada herramienta y material arqueológico revisados. Previo a este análisis, se tomaron réplicas de diferentes zonas con huellas de trabajo de las muestras experimentales y de las pertenecientes a los cráneos. Para la obtención de las réplicas se tomó un fragmento ( 1.0 cm2) de acetato de celulosa y se reblandeció con acetona, adhiriéndose a la zona de interés en la muestra; al evaporarse el disolvente, el acetato se despega quedando copiada la morfología superficial de la zona [11]. A continuación se recubrieron con una fina capa de oro por el método de spputering. El método de réplicas evitó el riesgo de trasladar las piezas arqueológicas al laboratorio, ya que las réplicas pudieron obtenerse en donde éstas se guardan.

RESULTADOS Los materiales analizados fueron 16 mosaicos elaborados en piedras verdes de distintas tonalidades: celestes (turquesas), verdes claros y oscuros (serpentinas) y negros (serpentinas negras). Si bien los colores no son definitivos para la identificación de estas materias primas, estudios petrográficos futuros podrán resolver este aspecto en particular [12].

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Demetrio Mendoza / Jesús A. Arenas / José Luis Ruvalcaba / Ventura Rodríguez En cuanto a las modificaciones estudiadas, todas las piezas presentan dos tipos: desgastes y cortes. Incluso los primeros al parecer tenían acabados, como pulido, bruñido o la combinación de ambos, lo cual se trató de discernir en este estudio. Así, los resultados en los distintos niveles de observación fueron los siguientes: A simple vista, con la lupa de 20X y con el microscopio estereoscópico fue posible observar patrones de rayones rectos-paralelos en varios sectores de las superficies de los mosaicos (Figuras 5 y 6), posible evidencia de desgastes con lajas o metates de piedra. Estos rasgos permitían suponer que la manufactura de las piezas sí eran de origen prehispánico, ya que patrones similares se habían apreciado en materiales de contextos arqueológicos. Para apoyar la idea anterior, así como para tratar de determinar las herramientas empleadas en la elaboración de estos objetos, se tomaron réplicas de las superficies de los mosaicos previamente seleccionados, según se comentó en la sección anterior. En total se tomaron 12 muestras de las superficies, pero como no había paredes de los cortes expuestas, no se tomaron réplicas de esta modificación. En su lugar, se transladaron dos de los mosaicos (uno de turquesa y el otro de serpentina) al Laboratorio de Microscopía Electrónica de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico, donde se pudieron observar directamente los bordes de las piezas, y ya no fue necesario recurrir a las réplicas para analizar los cortes.

Figura 5. Superficie de mosaico de turquesa arqueológico.

Figura 6. Superficie de mosaico de turquesa arqueológico. Las amplificaciones tomadas a 100X, 300X, 600X y 1000X en las piezas arqueológicas permitieron apreciar en sus superficies bandas irregulares algo difusas de aproximadamente 33 µm de espesor, las cuales corrían en diferentes direcciones y llegaban a entrecruzarse

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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III (Fig. 7 y 8). Estos rasgos coincidieron con los producidos por el empleo de una laja de riolita, la cual dejaba bandas de las mismas dimensiones (Fig. 9 y 10).

Figura 7. Superficie de mosaico de turquesa arqueológico.

Figura 8. Superficie de mosaico de serpentina arqueológico.

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Figura 9. Superficie de mosaico de turquesa desgastada experimentalmente con laja de riolita, pulida con nódulo de pedernal y bruñida.

Figura 10. Superficie de mosaico de serpentina desgastada experimentalmente con laja de riolita, pulida con nódulo de pedernal y bruñida. A mayores amplificaciones en las superficies se observaban sucesiones de bandas rectasparalelas y redondeadas de entre 4 y 5 µm de anchura, las cuales podían aglomerarse formando rasgos de mayores dimensiones (Fig. 11 y 12). Éstas coincidieron con las producidas por el pulido con nódulo de pedernal y bruñido con piel como técnicas de acabado (Fig. 13 y 14). En cuanto a los bordes de las piezas, éstos también presentaron sucesiones de bandas rectas-paralelas de 5 µm de anchura, las cuales tenían microrrayados y llegaban a juntarse para formar rasgos de mayores dimensiones (Fig. 15). Este patrón fue similar al producido por el corte con lascas de pedernal caracterizado por las bandas rectas-paralelas del mismo

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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III grosor (Fig. 16), que difieren de las hechas con lascas de obsidiana de 2 µm de anchura, bastante finas y difusas (Fig. 17).

Figura 11. Superficie de mosaico de turquesa arqueológico.

Figura 12. Superficie de mosaico de serpentina arqueológico.

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Figura 13. Superficie de mosaico de turquesa desgastada experimentalmente con laja de riolita, pulida con nódulo de pedernal y bruñida.

Figura 14. Superficie de mosaico de serpentina desgastada experimentalmente con laja de riolita, pulida con nódulo de pedernal y bruñida.

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Figura 15. Borde de mosaico de turquesa arqueológico.

Figura 16. Borde de mosaico de turquesa cortado experimentalmente con lascas de pedernal.

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Figura 17. Borde de mosaico de turquesa cortado experimentalmente con lascas de obsidiana. Cabe señalar que en ningún caso se parecieron las huellas de las piezas a las producidas por el empleo de herramientas modernas, como el corte con disco de diamante con sus difusas bandas de 10 µm de espesor (Figura 18).

Figura 18. Borde de mosaico de turquesa cortado experimentalmente con disco de metal.

DISCUSIÓN Cabe destacar que si bien no se cuenta con la identificación petrográfica de los mosaicos, es importante señalar la similitud en la morfología de las huellas de manufactura de cada una de las herramientas empleadas, sin importar la materia prima de la pieza a elaborarse. Ello

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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III permite validar nuestros análisis en la caracterización de las superficies estudiadas, aunque no pasa desapercibido que lo ideal sería contrastar en el mismo material las huellas de trabajo [12]. Debido a que todos los mosaicos presentan una homogeneidad en las huellas de manufactura, desgastadas con riolita, pulidas con nódulo de pedernal, bruñidas con piel y cortadas con lascas de pedernal, puede suponerse que ambos conjuntos fueron elaborados en una misma área de producción, quizás un taller. Y como son similares a las marcas producidas con utensilios registrados en contextos arqueológicos, podría pensarse que sí pudieran ser de origen prehispánico estas piezas. Además, habría que tomar en cuenta de manera hipotética el tiempo invertido en la elaboración [11] de los mosaicos, ya que los hechos con herramientas modernas como la cortadora eléctrica les llevarían pocos minutos de trabajo, frente a una gran cantidad de tiempo si se realizara con herramientas líticas como lascas y metates, siendo mayor el tiempo en las modificaciones en el caso de la turquesa frente a la serpentina: Si hubieran sido falsificados empleando herramientas líticas y no el disco de diamante, no los habrían tratado de vender a un precio tan barato a ambos cráneos, alrededor de $3,000 pesos, pues no resultaba redituable la inversión de trabajo de varias horas frente a la ganancia. Por todo ello, sumado a los estudios paralelos de los demás investigadores que están analizando estos cráneos y que están corroborando nuestras suposiciones, creemos que los mosaicos incrustados en ambos cráneos son muy probablemente prehispánicos.

CONCLUSIONES La Microscopía Electrónica de Barrido puede ayudar en la autentificación de piezas decomisadas o registradas por coleccionistas en la Dirección de Registro Arqueológico, ya que ha permitido distinguir las huellas de manufactura que producen cada una de las herramientas empleadas en la elaboración de los objetos lapidarios. Lo importante de esta diferenciación estriba en descartar las piezas que presentan marcas de herramientas modernas con respecto a las que tienen trazos de utensilios líticos similares a los hallados en contextos arqueológicos. La homogeneidad de las huellas en las superficies y los bordes de los mosaicos permite suponer una estandarización en la manufactura debido, quizás, a que fueron elaborados en una misma área de producción o taller de lapidaria. Comparando la cantidad de tiempo invertido en las modificaciones analizadas (Tabla 2), resulta difícil creer que sean falsificaciones modernas hechas con herramientas líticas, ya que el precio al que fueron compradas no era redituable en términos de costo-beneficio.

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Demetrio Mendoza / Jesús A. Arenas / José Luis Ruvalcaba / Ventura Rodríguez TABLA 2. EXPERIMENTOS REALIZADOS EN TURQUESA (T) Y SERPENTINA (S)

Tamaño (largo, ancho y alto, en cm)

Herramienta

Modificación

Tiempo horas:minutos

1.6, 1.1, 0.26 (T) 6, 3.1, 0.7 (S) 1.6, 1.1, 0.21 (T) 6, 3.1, 0.72 (S) 2.15, 1.3, 0.35 (T) 2.3, 8.6, 2.1 (S) 1.6, 1.1, 0.18 (T) 4.3, 1.05, 1.05 (S) 2.1, 1.3, 0.4 (T) 3.55, 1.05, 1.05 (S) 10, 1.5, 1.5 (S)

Basalto

Desgaste

0:30 “ 0:33 0:10 1:00 “ 2:35 0:25 4:15 0:40 0:01

2.15, 1.3, 0.35 (T) 2.3, 8.6, 2.1 (S) 2.15, 1.3, 0.35 (T) 2.3, 8.6, 2.1 (S)

Basalto y arena Riolita Obsidiana

Corte

Pedernal Disco de diamante Pedernal

Pulido

Piel

Bruñido

1:00 “ 0:30 “

Finalmente, se puede suponer que los mosaicos sí son de origen prehispánico, ya que las evidencias en cuanto a las huellas de manufactura identificadas y los estudios paralelos practicados a ambos cráneos sugieren su autenticidad.

Agradecimientos Este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo y asesoría en el análisis de huellas de manufactura de Adrián Velázquez Castro, así como de José Luis Alvarado por obtención de fotografías con el microscopio estereoscópico y de José Antonio Alva por la operación del Microscopio Electrónico de Barrido para la obtención de las micrografías.

REFERENCIAS [1] Emiliano R. Melgar Tísoc. “La Lapidaria del Templo Mayor: Estilos y Tradiciones Tecnológicas”. Archivo del Museo del Templo Mayor, mecanuscrito (2003), México. [2] Emiliano R. Melgar Tísoc. “La Lapidaria del Templo Mayor: Estilos y Tradiciones Tecnológicas”. Primer Informe del Proyecto, Archivo del Museo del Templo Mayor, mecanuscrito (2004), México. [3] Robert Ascher. “Experimental Archaeology. American Anthropologist”, Vol. 63, 4 (1961). [4] Adrián Velázquez Castro. “Arqueología Experimental en Materiales Conquiológicos”. Informe final, Instituto Nacional de Antropología e Historia, mecanuscrito (1999), México. [5] Fray Bernardino de Sahún. “Historia General de las Cosas de Nueva España”. Anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay, México, Porrúa (1956), pp.56. [6] Fray Diego Durán. “Historia de las Indias de Nueva España”. México, Porrúa (1967), pp. 425. [7] Ivonne Athie Islas. “La Obsidiana del Templo Mayor de Tenochtitlán”. Tesis de licenciatura en arqueología, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia (2001). [8] Lorena Mirambell. “Técnicas Lapidarias Prehispánicas”. Instituto Nacional de Antropología e Historia, Serie Investigaciones, 14, México (1968).

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LA CIENCIA DE MATERIALES Y SU IMPACTO EN LA ARQUEOLOGÍA - VOL. III [9] Cynthia Otis Charlton. “Obsidian as Jewelry: Lapidary production in Aztec Otumba, México”. Ancient Mesoamerica, 4, Cambridge, Cambridge University Press (1993), pp.231-243. [10] Lourdes Suárez Díez. Técnicas prehispánicas de los objetos de concha. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (1981). [11] Adrián Velázquez Castro, Demetrio Mendoza Anaya y Norma Valentín Maldonado. “Los Anáhuatl de Concha del Templo Mayor de Tenochtitlán: su Valor Visto a través de sus Técnicas de Manufactura”. En Demetrio Mendoza Anaya, Eva Leticia Brito Benítez y Jesús A. Arenas Alatorre, (eds.), La Ciencia de Materiales y su Impacto en la Arqueología, México, Academia Mexicana de Ciencia de Materiales (2004), pp. 129-140. [12] Manuel Espinosa Pesqueira, Demetrio Mendoza Anaya, Rubén Nieto Hernández, Norma Rodríguez García, Ventura Rodríguez Lugo y Morrison Limón Boyce. “Caracterización microestructural de artefactos arqueológicos de San Miguel Ixtapan, Tejupilco”. Expresión Antropológica, Nueva Época, núm. 12 (2001), pp.57-70.

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