Califato Islámico vs Estado Islámico

June 29, 2017 | Autor: Bryan Acuña | Categoria: Islamism, Salafism, Caliphate (Sunni), Caliphate
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Califato Islámico vs Estado Islámico Por Brayan Acuña Obando (Analista Internacional) [email protected]

El concepto del Estado – Nación, aparece como tal mediante el Tratado de Westfalia[1] (1648), de esta manera se rompe el orden feudal y se comienza a agrupar a nivel territorial y por grupos sociales, dirigidos por un gobierno en límites espaciales reconocidos por el resto y el ejercicio del poder sobre esos límites. Los anteriores son los elementos básicos del Estado – Nación. Con el proceso de descolonización durante el siglo XX se adoptó la agrupación arbitraria para crear varios Estados (algunos fallidos todavía en el siglo XXI), agrupando clanes y tribus muchas veces con fuertes diferencias entre sí. Ese fue el caso de los países africanos. En el Medio Oriente las promesas realizadas por las potencias para asegurar alianzas contra los alemanes y aliados durante la Primera Guerra Mundial, los acuerdos se rompieron una vez que se hicieron con el control territorial y al final para intentar aplacar las molestias de los grupos realizaron divisiones arbitrarias y la creación de varios Estados donde también había grupos sociales que no eran empáticos unos con otros y que luchaban por el poder. Para poder cumplir con los requisitos de Estado (población, territorio, orden jurídico, autoridades, etc.) cada grupo que se cobijaría con una nueva bandera estaban dentro de los requisitos, sin embargo, no estaban bajo el concepto de Estado – Nación que los occidentales habían adoptado cuatro siglos antes. Las potencias europeas se aprovecharon de los sentimientos nacionalistas árabes para darles algo que estuviera cerca de sus deseos de conformar una sola gran Nación Árabe[2], lo que después se vería contagiado por los principios del panislamismo y el integrismo islámico, lanzando por la borda el nacionalismo árabe y cambiándolo por el poder ostentado por las autoridades religiosas islámicas[3].

Los fracasos de la unión de los árabes como un solo pueblo, ha empujado a que los grupos radicales islámicos tomen el poder y vayan dejando sin mucha validez los gobiernos laicos y liberales. Las únicas oportunidades en que el laicismo árabe ha tenido poder en sus respectivos países han tenido que ser con mano fuerte y con los militares contentos en su estructura de poder, tales casos se podrían mencionar en países como Iraq durante Sadam Hussein, la Siria de Al Assad, los Egiptos de Mubarak o Al Sissi, Khadaffi en Libia y en su momento la Irán del Shah. Cuando las potencias occidentales han cometido el error de sacar a líderes no religiosos de los países árabes, el vacío de poder ha sido tomado por liderazgos netamente religiosos y este factor con su complejidad ideológica, radicaliza el pensamiento de los miembros de clanes que ven en esta forma de gobernar como el retorno a la época dorada del Islam. Este sentimiento despierta pues los deseos de aquellos creyentes musulmanes que quisieran vivir en las épocas que sus vidas eran dirigidas dentro de un sistema de gobierno religioso denominado Califato. El último denominado de ese modo fue el otomano que fue abolido por Turquía desde 1926. En el sistema de gobierno del Califato, el Califa es un heredero del conocimiento del profeta, y gobierna según las normas islámicas, la interpretación y la rama del Islam de la cual proviene (sunita o chiita). Todos los príncipes de territorios administrados políticamente (emires) y los militares que gobiernan de facto (sultanes) obedecían directamente a las órdenes del Califa so pena capital por desobediencia. Actualmente el denominado Estado Islámico que arrastra a las regiones del Levante a desaparecer los países establecidos en el siglo XX y buscan conformar un sistema totalmente distinto. Algunos le dan el incorrecto nombre de “Estado”. Poseen población, territorio, poder, aunque carecen de reconocimiento internacional (pero esto les es indiferente en su esencia). Sin embargo, lo correcto sería llamarles como su objetivo principal lo establece, un Califato que se extiende desde Yakarta (Indonesia) hasta Al – Andalus (España).

Si bien su líder se ha auto atribuido el título de Califa (no pareciera calificar como tal), quienes le siguen, más los clanes y tribus de los territorios donde se han hecho con el poder, lo aceptan como tal, o quizás no les queda otra opción a elegir. Los grupos que les han jurado lealtad, quieren convertir los territorios donde ejercen poder en emiratos bajo el estándar del CIL (Califato Islámico del Levante), estos son los casos de Boko Haram[4], de algunos yihadistas egipcios en la Península del Sinaí, agrupaciones islamistas en Libia, así como el grupo Yund Ansar Allah[5] en la Franja de Gaza y así implementar gobiernos donde la mano dura de la ley islámica (sharia) pueda ejercer sobre las vidas de todos los ciudadanos. Es hora de dejar de llamarlos Estado; ellos no usan ese nombre salvo para temas de mercadeo (así se dieron a conocer); su nombre real es Califato Islámico del Levante (por el momento es su centro de acción). No se sujetan a normas occidentales de Estado – Nación, no tienen ningún interés en respetar los Derechos Humanos como lo exigen las normas internacionales, no les importa en lo mínimo ser tomados en cuenta ante organismos internacionales, quizás lo único occidental que les veremos sea el armamento y equipo para llevar a cabo su objetivo y tal vez que implícitamente creen en la filosofía que “el fin justifica los medios”. Ellos no le temen a morir por la lucha del gobierno islámico y emprenderán todas las acciones necesarias para someter hasta aquellas tierras musulmanas que se han atrevido a contaminarse con principios occidentales, su forma radical de aplicar el Islam les lleva a considerar que los musulmanes que no apoyan su interpretación también son tratados como infieles y de ese modo justifican el asesinato también de poblaciones enteras de chiitas, alauitas y otras agrupaciones practicantes del Islam. Si su doctrina se sigue consolidando, desgraciadamente se llegará a un punto sin retorno donde cualquier acto occidental para aplacarlos o para entablar conversaciones con ellos serán inútiles. Echaran mano a la violencia extrema, los atentados terroristas, el secuestro, la extorsión y otros actos hasta el final.

De llegarse a ese nivel extremo del que cuesta regresarse, la única salida será aplacar terror con violencia y diezmarlos hasta el límite, aislarlos no será suficiente, no necesitan de occidente para sobrevivir, pueden bajo un sistema arcaico (complementario a su ideología oscurantista) someter a comunidades completas de ciudadanos con el estandarte de la “verdadera interpretación de la religión del profeta”. En la actualidad se implementa armar grupos contra el Califato, pero ha sido insuficiente, no están preparados para destruirlo o diezmarlo como se requiere, sino solamente para hacerlos retroceder hasta una posición anterior, de la cual intentarán nuevamente salir y enfrentar a quienes se les opone. No es el nivel apto para acabar con ellos y mantener luchas de desgaste de guerrillas no es ni será nunca suficiente para acabar con este grupo que crece a pasos agigantados. Referencias: [1] http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/7/3366/5.pdf [2] http://perseo.sabuco.com/historia/Nacionalismo%20arabe.pdf [3] http://www.redalyc.org/pdf/531/53101005.pdf [4]

http://www.elperiodico.com/es/noticias/internacional/yihadistas-boko-haram-juran-

lealtad-estado-islamico-4000165 [5] http://www.elmundo.es/internacional/2015/01/19/54bd2e5e22601d28268b458f.html

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