Carlos Monsiváis Crítico del México Contemporáneo

Carlos Monsiváis Crítico del México Contemporáneo

Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

Bertolt Brecht

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

El mundo de las letras ha perdido a un mexicano prominente, este 19 de junio fallece en la ciudad de México el escritor, cronista, ensayista, agudo observador y crítico de la clase política; Carlos Monsiváis Aceves. A partir de su deceso por una fibrosis pulmonar y posterior homenaje, numerosas organizaciones de la llamada sociedad civil, activistas, políticos, empresarios y público en general en gran número y espontáneamente, acudieron a presentar sus respetos a familiares y amigos más cercanos; lo cual deja en claro la influencia de su obra en dos sentidos: por un lado su veta cultural y por el otro la constante lucha social que libran muchos mexicanos por los derechos civiles y la democracia. De esta manera, pudiera estarse de acuerdo o no con él, pero es indudable que ninguna causa justa le era ajena ni escapaba de su mente lúcida y critica.

A pesar de los cuidados que recibió a partir de su ingreso al Instituto Nacional de Nutrición semanas antes, la salud del maestro Monsiváis se fue deteriorando poco a poco y sin remedio. Pero la noticia de su desaparición física no solo tuvo eco en nuestro país, la prensa internacional mostró el enorme pesar que sintió el mundo de las letras de todo el orbe, sabedor de la importancia de su obra para entender al pueblo mexicano contemporáneo. Por ejemplo; en Chile el periódico "El Mercurio" lo definió como el mexicano que rescató la cultura popular para las nuevas generaciones, incluso los intelectuales cubanos, de cuya dirigencia política se había distanciado Monsiváis hicieron público su pesar; los diarios españoles El Mundo, ABC y La Vanguardia, también informaron sobre la muerte del cronista, a quien definieron como escritor y maestro de periodismo mexicano.

El maestro Carlos Monsiváis nace en la ciudad de México el 4 de mayo de 1938 y desde una edad muy corta comienza a ser un colaborador asiduo de muchos periódicos y revistas; y sobre todo se distingue por ser un lector voraz, iniciando su carrera a la par de José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska, Emilio García Riera entre otros. Sus estudios universitarios los realiza en las facultades de economía y de filosofía y letras de la UNAM, pero es a partir de que a la edad de 16 años cuando ve a Frida Kahlo en una silla de ruedas empujada por Diego Rivera en una manifestación contra el derrocamiento del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz, que decide aún sin conocer sus futuras múltiples vocaciones, abrazar las causas más nobles y escribir su primer crónica. Hace casi 10 años, la Universidad Autónoma de Puebla entrego el doctorado Honoris Causa a Carlos Monsiváis, por sus entonces 62 años de vida fecunda. Citando a Monsivaís "...El lema de la UAP es elocuente: pensar bien para vivir mejor. Es decir, por mi poder de precisión intelectual y científica hablará mi calidad de vida", comenzó a decir el autor de Días de Guardar, luego de recibir el documento que reconocía su trayectoria como escritor y cronista del México contemporáneo.

Monsiváis se veía a sí mismo como un activista social; por eso la crítica que ejerció desde siempre, se enfocaba a cuatro aspectos fundamentales: a) cuestionar el accionar del sistema político, b) criticar el orden establecido, c) analizar y entender el conservadurismo de nuestra sociedad y d) por sobre todas las cosas, el apoyo incondicional a las causas de las minorías sociales. Con su partida, seguramente sus biógrafos comenzarán a rescatar su vastísima obra ya que tan solo sus libros publicados rondan la cantidad de cincuenta, pero también en los diarios y revistas de cultura y política más importantes del país y del extranjero, como pueden ser Novedades, Excélsior, La Jornada, El Universal, Proceso, Nexos, Letras Libres entre otras revistas y periódicos.

Una de las facetas más conocidas de su vida era la de coleccionista de arte popular; en este sentido y con la ayuda de muchos de sus amigos, entre ellos el caricaturista político Rafael Barajas, el periodista Carlos Payán, el empresario Carlos Slim, la Universidad Nacional Autónoma de México y el gobierno del Distrito Federal; inaugura en el centro histórico de la capital del país el Museo del Estanquillo, lugar que desde entonces conserva para la posteridad pinturas, fotografías, juguetes, calendarios, caricaturas políticas, libros y otra infinidad de objetos populares coleccionados por Carlos Monsiváis a lo largo de treinta años y que hoy suman la impresionante cantidad de doce mil objetos.

El maestro Monsiváis y su obra son básicos para entender el México contemporáneo, particularmente; dos de sus libros recogen el sentir del pueblo mexicano en momentos especialmente difíciles, el primero de ellos aparecido en enero de 1971 titulado "Días de Guardar", donde relata entre otras cosas su visión del conflicto estudiantil de 1968, describe las marchas estudiantiles y la atmósfera social y política que justificaba el accionar de los jóvenes universitarios de ese entonces. El otro libro emblemático surge a raíz de lo que fue el temblor del 19 de septiembre de 1985 en ciudad de México. Titulado "No sin nosotros", obra donde comenta las transformaciones sociales que experimentó el país entero desde esa fecha y hasta el 2005, a raíz del colapso de los servicios y la infraestructura a causa de ese terrible sismo.

Para Monsiváis como para muchos otros intelectuales a partir de esas dos fechas trágicas en la historia nacional, el país nunca más fue el mismo, el 68 representó una apertura de espacios necesarios entre las fuerzas políticas del país y el movimiento social surgido de la solidaridad entre las víctimas y damnificados del terremoto posibilitó el surgimiento de lo que el atinadamente llamó ·"la sociedad civil".

Por ello y por su lucidez mental e ironía, los mexicanos nos acostumbramos a escucharlo en la radio, a verlo en la televisión debatiendo sobre los temas históricos y de actualidad, era un escritor famoso y querido; empresa particularmente difícil en un país como el nuestro, donde según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), solo el 2% de una población de 110 millones de habitantes, tiene el hábito de la lectura muy arraigado.

Sin embargo, las crónicas de su multitudinaria despedida observaban que el pueblo sencillo desplazó del homenaje a las elites intelectuales, políticas y culturales e hizo suya la despedida de este brillante mexicano. Precisamente en los testimonios recogidos por la prensa; cuando a una reportera se le ocurre cuestionarle a una persona de aspecto muy sencillo presente de manera espontánea en el homenaje si había leído al maestro Monsiváis, este revira con una pregunta sin pensarlo dos veces: ¿hacía falta? ¡Era suficiente con escucharlo!

Carlos Monsiváis se nos adelantó en el camino, pero dejó una huella profunda en las letras mexicanas y la lucha social, visitó muchas veces Chiapas sobre todo a mediados de 1994 para apoyar al movimiento zapatista, en lo que fue la llamada la Convención nacional Democrática, como mucha gente, no estaba acostumbrado a los rigores de la vida en el trópico, se cuenta que lo primero que exclamó fue una especie de porra que decía ¡Se ve, se siente, el cuerpo lo resiente! Arrancando los aplausos, la admiración y el respeto de quienes tuvieron la fortuna de escucharlo.

La voz y la presencia del maestro no la gozaremos más, la muerte de este escritor es una pérdida política; al igual que la de José Saramago, muertos con un día de diferencia. Fueron figuras célebres y respetadas de la izquierda que se destacaron por su presencia y su reputación, por supuesto, pero también por su pensar; no siempre de la misma manera; no siempre con los mismos alcances; en cuestiones urgentes de la vida social, de la política, de la convivencia humana que muchas veces se tratan sólo de manera frívola o irresponsable, o bien se invocan para despreciarlas o despreciar a quienes las mencionan.
En esta época en que predomina el desinterés y la orientación de muchos gobiernos actuales es hacia la derecha política, cobra relevancia la figura de Monsivaís que tenía aún esa habilidad de convocar y, si no siempre de llamar a la acción, sí al menos de conmover, de acabar con la indiferencia de sus lectores. No faltan autores comprometidos y aspirantes a intelectuales y santones mediáticos, pero está por verse si pueden ser a la vez carismáticos y lúcidos, porque los problemas no desaparecen si sólo se deja de hablar de ellos.

Extrañaremos al maestro porque ya no está y porque también su irreparable pérdida nos quita un faro que nos iluminaba hacia un futuro mejor. Algún día vamos a encontrárnoslo nuevamente en el camino, mientras tanto es conveniente comenzar a leerlo y releerlo porque su obra es indispensable.

*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas

** Caricatura tomada del artículo La sonrisa solar de Monsivaís. Miguel A Rodríguez
http://www.educacioncontracorriente.org/portal/index.php?option=com_content&view=article&id=4343:contracorriente&catid=13:salamandra