Castillos del Temple portugués y catalano-aragonés: estudio comparativo, en FORTIFICAÇÕES E TERRITÓRIO NA PENÍNSULA IBÉRICA E NO MAGREB (SÉCULOS VI A XVI) UNIÃO EUROPEIA Fundo Europeu de Desenvolvimento Regional

June 7, 2017 | Autor: Carme Plaza Arqué | Categoria: Medieval History, Architectural History, Knights Templars
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FORTIFICAÇÕES E TERRITÓRIO NA PENÍNSULA IBÉRICA E NO MAGREB

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Fundação para a Ciência e a Tecnologia MINISTÉRIO DA CIÊNCIA, TECNOLOGIA E ENSINO SUPERIOR

Direcção Regional de Cultura do Alentejo

UNIÃO EUROPEIA

PROGRAMA OPERACIONAL FACTORES DE COMPETITIVIDADE

Fundo Europeu de Desenvolvimento Regional

FORTIFICAÇÕES E TERRITÓRIO NA PENÍNSULA IBÉRICA E NO MAGREB

(SÉCULOS VI A XVI) Coordenação de

Isabel Cristina F. Fernandes

Vol. II

A obra colectiva Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI) oferece aos investigadores e ao leitor comum interessado nestas maté­rias, distintas leituras do castelo, algumas com claro cariz monográfico, algumas tocando as transformações dos períodos de transição, a montante e a jusante, outras preferindo trabalhá-lo na dimensão do território, valorizando os contribu­tos das fontes escritas ou os da arqueologia, outras ainda conduzindo o enfoque para questões de restauro, gestão e valorização patrimoniais. Isabel Cristina F. Fernandes Coordenadora científica da edição

II

ISBN 978-989-689-374-3

FORTIFICACOES VOL.2(6-10-2014).indd 1

23-10-2014 15:54:56

Biblioteca Nacional de Portugal – Catalogação na Publicação

FORTIFICAÇÕES E TERRITÓRIO NA PENÍNSULA IBÉRICA E NO MAGREB (SÉCULOS VI A XVI)

Fortificações e território na Península Ibérica e no Magreb (séculos VI a XVI) / coord. Isabel Cristina Ferreira Fernandes. – (Extra-colecção) 2º v. – 380 p. – ISBN 978-989-689-374-3 I – FERNANDES, Isabel Cristina F., 1957CDU 904

Título: Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI) – Volume II Coordenação: Isabel Cristina Ferreira Fernandes Edição: Edições Colibri/Campo Arqueológico de Mértola Capa e separadores: DCCT – Câmara Municipal de Palmela Revisão dos textos: I. C. Fernandes; J. F. Duarte Silva; Patrice Cressier Depósito legal: 368 239/13

Lisboa, Dezembro de 2013

Castillos del temple portugués y catalano-aragonés: estudio comparativo JOAN FUGUET SANS* CARME PLAZA ARQUÉ**

L

A Orden del Temple aparece por tierras de la península Ibérica alrededor de 1130, más o menos al mismo tiempo que en la mayor parte de los países de Occidente, para hacer proselitismo y recibir donaciones. A partir de entonces, en la Península, como en todas partes, se establecieron los templarios para explotar el territorio y mantener con los beneficios obtenidos la causa cruzada de Tierra Santa. Sólo que, a diferencia del resto de países europeos, en la Península el Temple acabaría implicándose en la conquista que llevaban a cabo sus príncipes contra el Islam. A causa de esta particula190 r función, similar a la que la orden ejercía en Oriente, las principales encomiendas ibéricas fueron, como las de Ultramar, castillos de frontera. La arquitectura militar del Temple en la península Ibérica tiene sus máximos exponentes en la Corona de Aragón y en Portugal (Figs. 1 y 2). Ambas regiones, además de tener los castillos más importantes, poseen documentación adecuada para atribuir su pertenencia a la orden y, en algunos casos, su participación en la construcción de los mismos. Ello no sucede en la corona castellano-leonesa, donde no sólo escasea la documentación sobre el Temple en general sino que incluso la posesión de las fortalezas por parte de la orden no tuvo el mismo carácter1. Mien-

tras en Portugal y en Catalunya-Aragón el Temple tuvo habitualmente el pleno dominio sobre los castillos, en Castilla-León tuvo tan sólo la tenencia o castellanía, reservando para sí la corona el pleno dominio. Castillos templarios en Portugal

Encomiendas templárias de la Corona de Aragón

Fig. 2 – Castillos templarios de Portugal (Fuente: M. Barroca).

Los castillos templarios portugueses y los catalano-aragoneses presentan semejanzas y diferencias entre ellos; en ambos casos tienen siempre aspectos que los relacionan con las fortalezas de los cruzados de Tierra Santa. Fig. 1 – Encomiendas templarias de la Corona de Aragón (Fuente: elaboración propia a partir de Forey).

Fortificações e Território na Península Ibérica e no Magreb (Séculos VI a XVI), Lisboa, Edições Colibri & Campo Arqueológico de Mértola, 2013, p. 473-486.

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Geografía de las fortalezas La aparición de fortalezas templarias siguió el ritmo de la Reconquista, con una cadencia más o menos paralela en Portugal y en la Corona de Aragón. En Portugal los templarios construyeron la mayor parte de castillos sede de encomienda durante la segunda mitad del siglo XII (Soure, Pombal, Tomar, Almourol… (Figs. 10-13), en tanto que un grupo menor lo fue durante el siglo XIII (Castelo Branco

(Fig. 14), Idanha-a-Nova, Penha García…2. También, en tierras catalano-aragonesas, durante la segunda mitad del XII se construyó un importante grupo (en Catalunya: Barberà, Gardeny, Miravet... (Figs. 03-05); en Aragón: Monzón, Castellote, Cantavieja... (Fig. 06-07); y ya en el siglo XIII, tuvo lugar la erección de los castillos valencianos de Xivert y Peníscola (Figs. 08-09), entre otros3.

Fig. 3 – Castillo de Barberà, planta general y detalle (Fuente: elaboración propia).

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Fig. 4 – Castillo de Gardeny (Lleida), (Fuente: planta, Servei Restauració Ajuntament de Lleida; fot. J. F.). Fig. 6 – Castillo de Monzón (Huesca), (Fuente: planta, Guitart Aparicio; fot. J. F.).

Fig. 5 – Castillo de Miravet (Ribera d’Ebre, Tarragona), (Fuente: planta, A. Sastre; fot. Raimon, Móra d’Ebre).

Fig. 7 – Castillo de Castellote (Teruel), (Fuente: planta, Gordillo Courcieres; fot. J. F.).

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Todas estas fortalezas estaban situadas en enclaves estratégicos, y antes de convertirse en encomiendas templarias habían sido castillos cristianos o musulmanes. Cuando fueron cedidas a la orden, tenían, en su mayor parte, la función principal de defender la nueva frontera frente al Al-Andalus (Pombal, Almourol, en Portugal; Castellote, Xivert, en Aragón). Alguna de ellas, además de proteger la nueva marca, señoreó importantes áreas de repoblación (Tomar, Pombal, Miravet, Gardeny,…). En otros casos, el castillo fue cedido al Temple cuando ya se encontraba lejos de la frontera; entonces su función, además de presidir un feudo territorial, podía controlar enclaves importantes del camino de Santiago – puentes, puertos– como en el caso de Monzón en la corona catalano-aragonesa4. Tipología de los castillos

Fig. 8 – Castillo de Xivert (Baix Maestrat, Castelló), (Fuente: planta, elaboración propia a partir de Bazzana; fot. P.E.).

Fig. 9 – Castillo de Peníscola (Baix Maestrat, Castelló), (Fuente: planta, A. Zaragozá; fot. J.F.).

En Portugal la tipología de los castillos templarios5 presenta casi siempre una torre maestra o donjon rodeada por una cerca defensiva provista de torres angulares y de flanqueo. Esta torre maestra, como suele suceder en todos los castillos feudales, tenía la función de simbolizar el señorío feudal de la orden. En tierras catalano-aragonesas, encontramos fortalezas cuya tipología, en muchos casos determinada por su situación geográfica, como en Miravet y Peníscola, ofrece diferencias notables respecto a la disposición de los castillos del área portuguesa. En los castillos de la Corona de Aragón está ausente la torre maestra o donjon. Sin embargo, en general, el programa constructivo de las fortalezas depende principalmente de su función y de su situación geopolítica; por ejemplo, el castillo de Almourol, concebido para defender un paso estratégico del río Tajo, comprende un sofisticado sistema de murallas que siguen el perímetro de la roca y una torre prismática, esquema que se repite en Pombal. Tomar, destinado desde su origen a defender y señorear un vasto territorio de la frontera que había que repoblar, y a convertirse en sede provincial de la orden, presenta un esquema constructivo diferente. La fortaleza de Tomar difiere del modelo general portugués como Pombal o Almourol y, por tanto, se aparta del esquema de castillo europeo. Su esquema es muy similar al de los castillos templarios catalano-aragoneses asentados sobre un antiguo hisn de origen andalusí, como Xivert (Fig. 08), Miravet (Fig. 5), Peníscola (Fig. 9). Este paralelismo6 parece todavía más evidente a partir de las excavaciones realizadas últimamente en Tomar7, que revelan la preexistencia de una fortaleza musulmana que habría tenido una medina, una alcazaba y una mezquita. Tomar (Fig. 12) es un gran complejo castral que comprende tres recintos, con murallas que los separan y convierten en organismos autónomos8. El primero, situado en la zona más elevada, es la Alcazaba con el castillo propiamente dicho (torre y recinto amurallado), en el extremo oriental, y en el extremo opuesto, una capilla fortificada, la “charola”; el segundo es el

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recinto medio, o Patio Central, destinado a refugio de la población en momentos de peligro; y el tercero o inferior, la Medina, que es una ancha cerca provista de torres angulares y de flanqueo que albergaba una población no pequeña de vasallos. Pensado desde sus

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inicios para servir de sede de la Orden en Portugal, no es extraño que en este castillo los templarios portugueses utilizaran las formas más magnificentes e innovadoras que conocían en cuanto a la arquitectura militar.

Castillo de Soure (Portugal)

Fig. 10 – Castillo de Soure (Portugal), (Fuente: planta, SIPA; fot. J. F.).

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Castillo de Pombal (Portugal)

Fig. 11 – Castillo de Pombal (Portugal), (Fuente: planta, SIPA; fot. J. F.).

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Castillo de Tomar (Portugal)

Fig. 12 – Castillo de Tomar (Portugal), (Fuente: planta, Lacerda Machado; fot. SIPA).

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Castillo de Almourol (Portugal)

Fig. 13 – Castillo de Almourol (Portugal), (Fuente: planta y fot. SIPA).

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Castillo de Castelo Branco (Portugal)

Fig. 14 – Castillo de Castelo Branco (Portugal), (Fuente: planta SIPA; fot. J. F.).

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Capillas de castillos templarios y hospitalarios de Aragón

Miravet

Monzón

Peníscola

Capillas de castillos templarios y hospitalarios de Oriente

Safita

Crac de los Caballeros

Fig. 15 – Capillas conventuales de Oriente y Occidente comparadas, (Fot. J. F.).

Margat

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Fig. 16 – Plantas de las capillas de la figura anterior comparadas, (Fuente: elaboración propia).

En la Corona de Aragón los castillos convento que –en mayor o menor grado de conservación– han llegado a nuestros días son los de Barberà, Gardeny y Miravet, en Catalunya; Monzón, Castellote, en Aragón; y Peníscola y Xivert, en Valencia9. Cuando fueron entregados a los templarios eran fortalezas más o menos antiguas (en términos generales, cristianas las del norte y centro del país, y musulmanas las del sur y de poniente). Las primeras solían ser el típico castillo románico de recinto y torre, en evolución hacia el castillo complejo dotado de capilla y otros servicios; las segundas eran principalmente castillos andalusíes. El principal ejemplo de castillo templario cuyo origen fue una fortaleza cristiana de la Marca extrema del siglo XI, es el de Barberà. Los templarios levanta-

ron junto a los restos de la edificación anterior los edificios propios de un castillo-convento: sala de caballeros, refectorio, capilla con galería lateral y caballerizas, tal vez ordenados alrededor de un patio interior (ésta era la disposición que tenían en el siglo XIV, cuando la fortaleza pertenecía a los hospitalarios). En cambio, los principales castillos templarios del sur y del oeste de la corona se levantaron sobre antiguos husun andalusíes: Gardeny, Monzón, Miravet, Peníscola y Xivert. Sobre los dos primeros es difícil reconocer el castillo que los precedió; en cambio, los tres últimos presentan rasgos comunes muy vinculados al anterior castillo andalusí. El ejemplo primero y más significativo de la conversión de un castillo musulmán en una fortaleza

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templaria está representado por Miravet. Levantado sobre una peña rocosa que baña el Ebro, los templarios respetaron parcialmente la disposición espacial del hisn andalusí (celoquia, residencia y último refugio; albacar, albergue ocasional de población y ganado; y el raval, población protegida por el castillo). La celoquia, o recinto superior, totalmente reconstruida, sirvió de base al castillo propiamente dicho, que consta de diversos edificios de dos plantas distribuidas en cuadro alrededor de un patio. Los muros exteriores de este recinto superior constituyen una imponente muralla con torres rectangulares, ninguna de las cuales presenta las características de un donjon. El albacar forma un ancho cinturón abierto al este que desciende hasta el río; probablemente construido durante los siglos XI o XII, tiene bestorres rectangulares. En cuanto al raval, conocido como Blora10, se encontraba al oeste, arrimado a la fortaleza, y fue destruido el año 1309, durante el asedio de Jaime II11. Con Peníscola sucede algo parecido: fue construido en la cima de una pequeña península rocosa, sobre ruinas musulmanas de las cuales no quedan restos, pero se adivina el albacar en el trazado de la cerca que seguía el perímetro de la roca y sirve de cobijo a la población. El castillo está situado en la cota más alta, y también formado por un conjunto de edificios, de dos o más plantas, dispuestos alrededor de un patio12. En Xivert se insiste en este mismo plan, con la diferencia respecto a los anteriores que aquí se conserva gran parte de la construcción musulmana, sobretodo el albacar y en buena parte, el raval (que ha sido excavado recientemente, con excelentes resultados)13. Fue también en la celoquia donde se levantó el castillo, pero la intervención templaria fue mucho menor, ya que se limitó al revestimiento de las murallas y a la construcción de alguna dependencia.

arcadas practicables apuntadas, flanqueadas por columnas y capiteles historiados que abren el edículo al deambulatorio. En el centro del edículo, visible desde todos los ángulos, está ubicado el altar mayor de la iglesia. Se podría relacionar con la capilla de Athlit (el Chastel Pelerin de los templarios de Tierra Santa) pero ésta a diferencia de las occidentales tenía una planta dodecágona con un pilar central que recibía los nervios de una magnífica bóveda estrellada.

Las capillas conventuales

Fig. 17 – Capilla rotonda (“charola”) de Tomar, (Fuente: planta N. Villamariz y fot. J.F.).

No conocemos la tipología de las capillas de los castillos portugueses aunque a juzgar por los vestigios que se conservan en Pombal no diferían de las capillas castrales de las fortalezas catalano-aragonesas, situadas dentro de la misma fortaleza. La capilla portuguesa de Tomar (Fig. 17) constituye una excepción no sólo en el contexto de las capillas portuguesas de castillos, sino en el conjunto de la arquitectura del Temple. La rotonda o “charola” de Tomar es un ejemplo singular de rotonda, comparable a las también templarias de París y Londres. Es un edificio de gran belleza, sin duda la más bella de las construcciones religiosas de la orden14. Construida totalmente de piedra, tiene un edículo octogonal en el interior rodeado de un deambulatorio de doble número de lados. El primero va cubierto con cúpula y el segundo con bóveda de cañón anular, cuyos arcos se apoyan en columnas adosadas de dos niveles de altura. El edículo tiene perforadas las caras en los dos niveles: los vanos superiores son ventanas de medio punto abocinadas, mientras que los inferiores son

Casi todas las fortalezas que fueron sede de encomienda del Temple en Catalunya o en Aragón tuvieron capilla dentro del recinto conventual, como en la mayor parte de las fortalezas de Tierra Santa. Una simple observación pone en evidencia la semejanza que existe entre la arquitectura religiosa de la orden del Temple catalano-aragonés y la arquitectura del mismo género construida por los cruzados de Tierra Santa en la misma época15. Estilísticamente, las iglesias de los castillos cruzados son deudoras del arte cisterciense y de las construcciones religiosas de Occidente. En términos generales, todos estos edificios presentan las mismas soluciones constructivas, tipológicas y estilísticas. El análisis arquitectónico de las capillas de Miravet, Monzón y Peníscola permite establecer paralelismos con las del Crac de los Caballeros, Margat y Safita (Figs. 15 y 16). Las capillas catalano-aragonesas y las de Tierra Santa presentan la misma cronología, siglos XII y XIII. Estilísticamente, pertenecen al románico de transi-

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ción; y son sólidas, austeras y próximas a la estética cisterciense. Las dimensiones también son prácticamente las mismas en las iglesias de Siria que en las de la corona catalano-aragonesa: su longitud en ambos caos oscila entre los 21 y 25 metros. Una característica de todos los ábsides, occidentales y orientales, de estas capillas es su apariencia exterior en forma de poderosa torre: en planta, el semicírculo absidal aparece circuido por una poligonal de varios lados. Esta característica no puede atribuirse a la arquitectura oriental puesto que se trata de un rasgo muy antiguo de la arquitectura religiosa occidental. En Miravet y en Barberá hay una galería porticada, –también la hubo en Gardeny– adosada al muro lateral de la capilla, donde se encuentra la puerta principal. Su función equivalía al claustro de los monasterios y las catedrales. Enlart16 constata su presencia en la arquitectura militar de Tierra Santa y otros estudiosos están de acuerdo en atribuirle procedencia siríaca. Como las iglesias conventuales de los castillos están integradas en un conjunto, no es extraño que estén situadas en la planta noble de un edificio de dos (o más) plantas, como en Barberà y Miravet, una disposición comparable pero a la inversa a la de Safita (Siria), donde la iglesia ocupa la planta baja de una torre de dos pisos y terraza. Hay todavía otras soluciones presentes en algunas iglesias conventuales templarias catalano-aragonesas comparables con las de Oriente: las cubiertas planas tipo terraza de Miravet, Peníscola, Monzón. Se trata de una fórmula típicamente militar que permitía la utilización defensiva de la terraza, al tiempo que era una solución útil y muy común en países mediterráneos donde la lluvia escasea, ya que permitía la recogida fácil en cisternas del agua de lluvia. En los castillos de Oriente también la terraza cubre la mayor parte de edificios, ya que allí son habituales los techos planos. Elementos defensivos Los castillos portugueses presentan un avance en los sistemas defensivos, que se pueden relacionar con las fortalezas de Oriente. Tomar incorpora elementos que lo emparientan con la arquitectura militar de los cruzados de Tierra Santa, ya que sus murallas utilizan, por primera vez en la arquitectura portuguesa, alambores, que recuerdan las defensas del castillo del Crac de los Caballeros, entre otros. Este elemento defensivo, según Barroca, habría sido importado por Gualdim Pais. También se debe a este insigne maestre el excepcional ejemplo de poliorcética defensiva del camino de ronda, o adarve, del castillo de Almourol. La disposición de dos adarves paralelos, que corren a diferente nivel por las dos caras de la muralla sin comunicación entre sí, permite, en caso de peligro, no sólo la defensa exterior sino también la interior. Los castillos de la corona catalano-aragonesa no presentan los mismos elementos defensivos que los

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portugueses pero no les van a la zaga en la innovación de las técnicas defensivo-ofensivas de sus fortalezas. El ejemplo paradigmático es Miravet. Esta fortaleza con terrazas donde asentar máquinas de guerra, con torres de 27 metros de altura, y con muros de 5 metros de grosor, muestra el mismo avance en las técnicas defensivas que se estaba experimentando en la misma época en las fortalezas de Oriente17. Conclusiones Un elemento destacable de los castillos portugueses es la repetida presencia de un donjon de grandes dimensiones en el interior del recinto o adosado a él, elemento que no procede de la castellología musulmana, tan influyente en la península, sino de la europea medieval18. Por el contrario, la mayor parte de fortalezas catalano-aragonesas no poseen esta torre singular y disponen sus dependencias alrededor de un patio central, como solían hacerlo muchas fortalezas musulmanas desde la época califal; al aprovechar elementos de las antiguas celoquias, y ordenar los edificios nuevos alrededor del patio cuadrangular, los templarios crearon un modelo novedoso en el contexto del castillo convento que las órdenes militares ensayaban en la misma época (mediados del siglo XII) en las fortalezas orientales y que fue el tipo de castillo que, a partir del siglo XIII, acabaría imponiéndose en Occidente. El ejemplo primero y paradigmático de esta tipología es el de Miravet. Por este motivo, dentro del conjunto de la arquitectura militar cristiana, Miravet representa una síntesis peninsular de la confluencia de dos mundos: el islámico y el cristiano. La comparación entre la disposición del castillo de Miravet (y su réplica posterior, Peníscola) y el de Tomar, muestra que ambos parten de una fortaleza musulmana anterior de la que conservan en parte el trazado. Sin embargo, en los dos casos se destruyen las construcciones precedentes y se edifican edificios de nueva fábrica. En el caso de Tomar, para levantar un nuevo edificio acorde con la importancia de la fortaleza, sede de la orden en Portugal y en el caso de Miravet, con una función parecida, para mostrar un nuevo poder feudal en una zona de frontera. El estudio de los paralelismos entre Tomar y Miravet pueden resultar útil para profundizar en las características de ambas fortalezas.

Joan Fuguet Sans y Carme Plaza Arqué

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NOTAS * Dr. en Historia del Arte. ** Dra. en Filología. 1 CASTÁN LANASPA, Javier, «La arquitectura de las órdenes militares en Castilla», en Los monjes soldados. Los templarios y otras órdenes militares, “Actas del IX Seminario sobre Historia del Monacato (7-10 de agosto de 1995)”, Aguilar de Campoo, 1996, p. 135-152; RODRIGUEZ-PICAVEA MATILLA, Enrique, Los monjes guerreros en los reinos hispánicos. Las órdenes militares en la Peninsula Ibérica durante la Edad Media, La Esfera de los libros, S.L., Madrid, 2008, p. 153-165. 2 BARROCA, Mario Jorge, «A Ordem do Templo e a arquitectura militar portuguesa do seculo XII», en Portugalia, Nova Série, vol. 17-18, Universidade do Porto, Porto, 1996-1997, p. 171-209; Idem, «Castelos Medievais Portugueses. Origens e evoluçâo (séc. IX-XIV)», en Juan Antonio Barrio Barrio / José Vicente Cabezuelo Pliego (Eds.), La fortaleza medieval. Realidad y símbolos, Actas XV Asamblea General de la Sociedad Española de Estudios Medievales, Murcia, 1998, p. 13-30; Idem, «Os castelos dos templários em Portugal e a organizaçâo da defesa do reino no século XII», en Acta Historica et Archaeologica Mediaevalia, 22, Homenatge al Dr. Manuel Riu, v. 2, Barcelona, 1999-2001, p. 213-227; Idem, «Os Castelos das Ordens Militares em Portugal (Séc. XII a XIV)», en Isabel Cristina, Fernandes (Coord.), Actas do Simpósio Internacional sobre Castelos, Mil Anos de Fortificaçôes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500), Palmela, 2000, Ediçoes Colibri – Câmara Municipal de Palmela, Lisboa, 2002, p. 535-548. 3 Una visión general de estas fortalezas en: FUGUET SANS, Joan, «L’architecture militaire des commanderies templières de la couronne d’Aragon», en Anthony Luttrell / Léon Pressouyre (Dir.), La Commanderie, institution des ordres militaires dans l’Occident médieval, Ed. du CTHS, París, 2002, p. 187-218. 4 FUGUET SANS, Joan, «Maisons templières des chemins ibériques de Saint Jacques», a Les Ordres Religieux Militaires dans le Midi (XIIe-XIVe siècle), Cahiers de Fanjaux, 41, Privat, Toulouse, 2006, p. 265-292. 5

Para la descripción y tipología de los castillos templarios portugueses hemos seguido BARROCA, Mario Jorge, «A Ordem do Templo e a arquitectura militar...», citado en la nota 2. 6 VILLAMARIZ OLIVEIRA, Nuno, Castelos templários em Portugal, Esquilo Ed., Lisboa, 2010, p. 197. 7 PONTE, Salete da / FERREIRA, Rui / MIRANDA, Judite, «Intervençâo arqueológica no castelo de Tomar», en Isabel Cristina Ferreira (Coord.), Actas do Simpósio Internacional sobre Castelos, Mil Anos de Fortificaçôes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500), Palmela, 2000, Ediçoes Colibri – Câmara Municipal de Palmela, Lisboa, 2002, p. 423-438; PONTE, Salete da, «Tomar islâmica do Gharb-al-Andalus a alcáçova e arredores», en Al-madan online, 15, 2007; ALVES CONDE, Manuel Silvio, «O urbanismo regular e as ordens religiosas militares do Templo e de Cristo: as “vilas novas” e a evoluçâo urbana de Tomar na Idade Média», en José Albuquerque Carreiras e Giulia Rossi Vairo (eds.), I Colóquio Internacional. Cister, os templários e a Ordem de Cristo, Instituto Politécnico de Tomar, Tomar, 2012, p. 271-300; CARVALHO DÍAS, Ana, «O castelo dos templários e o Convento de Cristo à luz das recentes excavaçôes arqueológicas», en José Albuquerque Carreiras e Giulia Rossi Vairo (eds.), I ColóquioInternacional. Cister, os templários e a Ordem de Cristo, Instituto Politécnico de Tomar, Tomar, 2012, p. 301-322. 8 BARROCA, Mario Jorge, «A Ordem do Templo e a arquitectura militar... », citado en la n. 2, p. 191.

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Para una visión completa de todos estos castillos: FUGUET SANS, Joan, L’arquitectura dels templers a Catalunya, Rafael Dalmau, Ed. Barcelona, 1995; Idem, Templers i Hospitalers I-IV, Rafael Dalmau, Ed. Barcelona, 1997-2005; FUGUET, Joan / PLAZA, Carme, Los templarios en la península Ibérica, Ed. El Cobre / Círculo de Lectores, Barcelona, 2005. 10 Se conservan ruinas y el topónimo. 11 Finke publica el documento que relata la destrucción llevada a cabo por los templarios sitiados en el castillo de Miravet: “ab II brigoles que han feytes al castell et ab mandrous et ab cauteres, que gitaven en la villa et donaven gran dan a la vila Dablora” (FINKE, Heinrich: Papsttum und Untergang des Templerordens, I-II, T.W. Aschendorffsche Buchhandlung, Münster, 1907, II, p. 87). 12 Puede verse una comparación entre Miravet y Peníscola en FUGUET SANS, Joan, «De Miravet (1153) a Peníscola (1294): novedad y persistencia de un modelo de fortaleza templaria en la provincia catalano-aragonesa de la Orden», en Francesco Tommasi (ed.), Acri 1291 la fine della presenza degli ordini militari in Terra Santa e i nuovi orientamenti nel XIV secolo, Quatroemme, Perusa, 1996, p. 43-67. 13 NEUMAIER, Joachim / DE ANTONIO OTAL, José Manuel / VIZCAÍNO LEÓN, David: «Excavaciones de salvamento en el castillo de Xivert (Alcalá de Chivert, Castellón). Avance del estudio de las fases pre y protohistóricas», en Quaderns de Prehistòria i Arqueologia de Castelló, 19, Diputació de Castelló, Castelló, 1998, p. 195-219. 14 Sobre la “charola” además del estudio ya clásico de Lambert (LAMBERT, Êlie, L’architecture des templiers, Editions A. et J. Picard, París, 1978) puede verse: CADEI, Antonio, «Architectura sacra templare», en Goffredo Viti, Antonio Cadei, Valerio Ascani (a cura di), Monaci in armi. L’architettura Sacra dei Templari attraverso il Mediterraneo, Certosa di Firenze, Florencia, 1995, p.75-96; SANTOS, Carlos Emanuel, «A Charola Templária de Tomar – Uma construçâo Românica entre o Oriente e o Occidente», en Medievalista online, ano 4, número 4, 2008, IEM – Instituto de Estudos Medievais, p. 1-22. 15 Véase FUGUET, Joan / PLAZA, Carme, «Notas sobre arquitectura militar y religiosa del Temple de la Corona de Aragón y su relación con Oriente», en Isabel Cristina Ferreira Fernandes (Coord.) As Ordens Militares. Freires, Guerreiros, Cavaleiros. Actas do VI Encontro sobre Ordens Militares, vol. 2, GEsOS / Municipio de Palmela, Palmela, 2012, p. 869-898. 16 ENLART, Camille, Les monuments des croisés dans le royaume de Jérusalem; architecture religieuse et civile, Lib. Paul Geuthner, I-II y 2 alb., París, 1925-1928, vol. I, p. 53-54. 17 FUGUET, Joan / PLAZA, Carme, Els templers guerrers de Déu. Entre Orient i Occident, Rafael Dalmau, Ed., Barcelona, 2012, p. 164-168; y en la traducción española, Los templarios guerreros de Dios. Entre Oriente y Occidente, Rafael Dalmau, Ed., Barcelona, 2013, p. 173-178. 18 Véase CHATELAIN, André. Evolution des châteaux forts dans la France au Moyen Âge, Plublitotal, Milán, 1988, p. 130; BOAS, Adrian J., Archaeology of the Military Orders. A survey of the urban centres, rural settlements and castles of the Military Orders in the Latin East (c. 1120–1291), Taylor & Francis Group, Londres y Nueva York, 2006.

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