CCQ: LO QUE SE DEMANDA DE TODO LÍDER

June 8, 2017 | Autor: Juan Flores Zuñiga | Categoria: Spanish, Leadership, Contemporary Spirituality, Character Education, Teamwork, Liderazgo, Integridad, Liderazgo, Integridad
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CCQ: LO QUE SE DEMANDA DE TODO LÍDER
Me ha tomado 35 años de servicio tanto en el sector gobierno, como privado y organizaciones sin fines de lucro, dentro y fuera de mi país, para entender la importancia del C.C.Q. Con frecuencia trabajamos con subordinados, colegas o compañeros en el mismo nivel de mando que por más que nos esforcemos no quieren y/o no pueden dar lo mejor de sí mismos.
Ellos no tienen a menudo la culpa si no nuestras propias elecciones de colaboradores. Esperamos más de lo que las personas pueden dar, medimos su desempeño con base en parámetros imprecisos, y creemos erróneamente que si nosotros podemos con algo todos los demás también pueden.
Tan importante como aprender a ser una persona de influencia o líder, es entender la importancia de saber reclutar tus colaboradores en el ministerio: quienes van a recibir tu influencia, saber afirmarlos pero sobretodo invitarlos a ser parte de lo que haces a la luz de C.C.Q.
¿Qué es CCQ?
Es un acróstico que resumen los términos Carácter, Capacidad y Química.
Por años se dejó la ética y la integridad fuera de los principios de contratación excusando las fallas y debilidades en esta área a la falta de inteligencia o capacidad del individuo. Esto ha permitido el continuo desprestigio y exposición de organizaciones por causa de presidentes y gerentes corporativos, autoridades religiosas y/o gobernantes consumidos por su ambición desmedida, egoísta, prácticas irregulares e inmorales y abuso de bienes, personas y naciones.
El carácter es fundamental, es por ello nuestra primera C. Una persona puede tener capacidad y hasta química con uno, pero sin integridad puede llevar a la ruina la organización y a sus miembros. El Rey David en el Salmo 15 explora con gran sabiduría las cualidades de una persona íntegra y justa. El Salmo es decálogo con base en las características sobresalientes de una persona íntegra.
El que anda en integridad y hace justicia
El que habla verdad en su corazón
El que no calumnia con su lengua
Ni hace mal a su prójimo
Ni admite reproche alguno contra su vecino
Aquel a cuyos ojos el indigno es menospreciado
Pero honra a los que temen a Dios
El que aun jurando en perjuicio propio, no por eso cambia
Quien su dinero no dio a usura
Ni contra el inocente admitió soborno

En nuestro servicio a Dios hemos recibido misericordia y restauración. Cuando hemos venido ante El, hemos sido perdonados, pero eso nos lleva a malinterpretar quienes son los que deben liderar. Asimismo que si somos salvos, perdonados, podemos contar con que la persona no se torcerá antes las presiones, pruebas y tentaciones en el servicio. Sin sistemas de rendición de cuentas, transparencia, y continuo cuidado y formación esto no será posible. Pero, además, nadie debe liderar hasta que sus frutos sean de integridad y justicia. Una y otra vez he visto la rápida promoción de personas convertidas a posiciones y su igualmente rápida caída para descredito de la obra y el reino.

La capacidad por otra parte, la siguiente C, ocupa un segundo lugar en importancia, porque uno puede aprender lo que no sabe hacer si tiene las bases académicas, profesionales, y experienciales pertinentes. Sin embargo, uno necesita que esa capacidad lo complemente a uno, porque una persona capaz puede ser empoderada para asumir tareas paulatinamente mas complejas.

Otra práctica que ha traído ruina a la iglesia de Cristo es colocar personas con gran capacidad en el mundo secular en posiciones directivas y ministeriales en la iglesia, asumiendo que si la persona ha sido bueno administrando o manejando finanzas en un banco, lo sera en la iglesia. La iglesia no es un banco, no es una organización secular orientada a los resultados tangibles y medibles de una operación industrial o comercial. Nuestro "producto" son vidas cambiadas.

Por otra parte, una persona de alta capacidad, sin madurez espiritual atropellara los procesos en las vidas de otros servidores y ovejas por alcanzar sus metas. La madurez espiritual viene primero. Conozca a la persona sirviendo sin títulos y ojala sin saber su trasfondo profesional o académico, y conforme a sus frutos dele oportunidades de ministerio, pero no le entregue el ministerio hasta que su madurez este por encima de su capacidad. Solo entonces tendremos personas de alta capacidad sirviendo a nuestro lado con gracia y sabiduría.
Finalmente, la química es la tercer C, aunque no por ello es menos importante, porque gente capaz e integra puede sencillamente no llevarse bien con uno, y menospreciar la enseñanza del líder que lo invita a bordo y hasta criticar los logros hechos antes de su llegada. Hágase preguntas sencillas, ¿esta persona ora por usted? ¿Cree y ha adoptado la visión de la iglesia? ¿Está tratando de hacer su minireino o tiene mentalidad de reino? No tome esto a la ligera. Lo primero que hago cuando formo líderes es orar con ellos, sin ningún otro propósito que darle el primer lugar a Dios en todo lo que hacemos y conocer su corazón.
No se precipite por simpatías, y menos aún por parentesco. Esta es una fórmula para destruir todo lo que Dios ha hecho. El nepotismo es una práctica no solo inmoral, sino carente de respaldo bíblico. No se olvida, cuando algún pariente ha sido puesto en autoridad o en servicio a Dios ha sido porque Dios lo llama, no porque otro pariente lo puso allí. Solo la salvación es gratis, todo lo demás requiere proceso y frutos.
C.C.Q. es un paquete integral. Yo mismo he visto en mi propia vida como al empezar a servir en el ministerio tenía una cualidad y no otra, y como a veces me invadía el orgullo al tiempo que menospreciaba a otros. No lo hacía porque malquisiese a la otra persona en autoridad sino porque mi ambición no estaba modulada por una adecuada madurez espiritual. Era capaz, y servía intensamente, pero carecía de la disciplina espiritual para tener un balance entre mi servicio y mi vida delante de Dios. Mi inmadurez era más grande que mi integridad. Y eso que amaba a Dios. Que había gratitud en mi corazón hacia Él. Por eso el autoexamen es parte indispensable de mi vida y ministerio desde entonces y he aprendido a rendir cuentas antes mis mentores y coaches.
Examinarnos a nosotros mismos es una tarea permanente, solo así aprendemos a evaluar a otros.
C.C.Q. es una herramienta que definitivamente nos puede ayudar a seleccionar honestamente a nuestro equipo, acelerar la curva del liderazgo saludable y servir con mentalidad de Reino.
Juan Carlos Flores Zúñiga
FUNDACION LIDERINNOVA

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