Chupacabras twist o la «Novela b» de Mónica Bustos

June 23, 2017 | Autor: Cristino Bogado | Categoria: Spanish Literature, Narrative, Paraguayan Studies
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Chupacabras twist
o la «Novela b» de Mónica Bustos
«¿Qué es la sangre?
La razón de la existencia»

À Meia Noite Levarei Sua Alma
Zé Do Caixão 1964

Detesto leer sobre todo esa narrativa dilatada y cronometrada por tramas y subtramas llamada novela o roman afanada en entrecruzar durante 300 páginas fragmentos ñembo con suspenso hasta eyacular su teleología final y de cierre hegeliano de la historia. Presupone además de una metafísica totalitaria y cerrada herméticamente que ahoga e incita a la eyaculación precoz o la impotencia una autoridad estable como autor único y decidible y distinto dirigiendo por detrás como origen de la telaraña o laberinto mortal y a un títere coherente de principio a fin que como lector succionante coincidirá consigo mismo siempre —al coincidir como un doble sumiso del autor— como una estatua (que se desgasta infinitesimalmente sin embargo bajo la meteorología entrópica del viento y las lluvias los niños y los drogos) o las deudas con el banco con nosotros. De un libro lo que realmente me atrapa e interesa: su precio quién me lo acercó recomendó deslizó subrepticiamente si llegué a él por una compra una descarga free un robo inconsciente olvido o escamoteo. Si fue escrita a comienzos del siglo o ayer si su autor escribe tan condenadamente bien cada capítulo como es el caso de novela b que me dé la posibilidad de especular y hacer cábalas fantásticas del secreto de su talento que tal vez se halle en la escasa o nula actividad sexual de su rubricador o que éste sea un anarquista frustrado y cobarde refugiado en el estrecho mundo de las letras en vez del horizonte infinito de las batallas y revoluciones. Me interesa el olor de su papel el grosor que alcanza la levadura de su celulosa la sombra de la tinta sobre el color desvaído de la página. Los regalos que oculta si es viejo si ya fue cortado o si sigue intonso las dedicatorias los pétalos las extrañas manchas (de sudor digital o humedad ambiente) o los cantos mellados por las polillas que portan a través de las décadas las ciudades y virus que atravesó.
Las palabras que usa los chistes que suelta las músicas que evoca: empiezo con hunsrückisch (casi una palabra bebible) un dialecto macarrónico al parecer contaminado de guaraní portugués italiano y castellano. Es encantadora esa técnica postvanguardista que en un detournement inaudito corta pelis latinoamericanas de terror (capten el sutil doble sentido irónico) y empalma los fragmentos con escenas filmadas por un cineasta comercial especie de mix de Guy Debord inocente y de Woody Allen Z. ¡El identikit del chupacabras circulando como una causa humanitaria en Facebook! Nos fascina su poesía que exhudada de azar súbito nos cosquillea la nariz: «Faltan más prostitutas. Más prostitutas que políticos. Más prostitutas que banqueros. Más prostitutas que poetas. Más prostitutas que»...O esa Virgen de los cerdos comemierda y cucumelófaga que recibe señales de su Señor en ¡las etiquetas de las prendas!
Me gusta cuando me venden como extraordinario lo ordinario es el caso de la heroína que tiene la compulsión y el deseo místico de donar sangre no por ganarse unos pesos para el pan o el crack o ayudar a un amigo-pariente sino por motivos sanctos sagrados. Una vampira al revés. Entre la galería de parafilias que corren por el libro mi preferida por lejos es la de frotarse en/por la multitud. Y esa insinuación de que los habitués e infaltables de todas las manifestaciones callejeras marchas paradas del orgullo partidos de futbol filas indias de desempleados devotos girando alrededor de la Kaaba promeseros inválidos de Caacupé y un largo etc. que son simples criaturas pervertidas por el goce del frotamiento anónimo y grupal guarecidos bajo la horda bestial canettiana. ¿Estos son enfermos de froteurismo o frotismo? uno piensa inmediatamente después de la lectura cuando ve en la tele una manifestación contra el gobierno. Y ese oficial tavycho que comete todo tipo de solecismos y errores ortográficos menos el que todos los lectores divertidos y sádicos esperamos: escribe correctamente sexo (no seso) masculino en su informe de un accidente. Un punto donde he sucumbido como un vulgar fanático del entretenimiento de masas es cuando se cita a ¡Aleksandr Bogdanov! Estando atrapados en medio de una turbulencia particularmente fuerte -de una andanada de los clichés del gore y pastiches malvados de terror cómico- hace acto de presencia el mismísimo Bogdanov. Ese autor que en «Materialismo y Empirio-criticismo» Lenin acosa y persigue como si fuera un verdadero chupacabras inyectando la sangre contaminada del idealismo al vulnerable y púber cuerpo del comunismo internacional. Es medio un Pynchon Z nuestra autora cuando se explaya en su ingueroviable teoría conspirativa construida con vampiros la realeza maya la sangre redentora el Popol Vuh y ¡los Harley Davidson de una secta satánica con aires de guardia pretoriana de los Rolling Stones! El libro tiene de todo y su semiosis puede ser infinita. Por ej. los gemelos del mito de creación guaraní Kuarahy y Yacy como los gemelos maya-quiché Hunahpú e Ixbalanqué (también flirteados por Pynchon en su último libro) son pasados por el filtro de la distorsión y la parodia en este caso femenina. No olvido el piercing de obsidiana que magrea y quiere meter en su boca nuestra psiquiatra en pose vampiro teen fashion de «Crespúsculo».
«En alguna de mis vidas seré Borges. Todos seremos Borges alguna vez» es el momento estoico-nietzscheano del libro. Y el momento infaltable del chiste es:
« ¿Mi libro favorito? ¿Tú qué crees?» Y ella (la vampira en plan de vampiresa) solo sonríe: «Las venas abiertas de América Latina».
Recordemos esa escena genial y única literariamente falando: un cunnilingus porno soft-gore el hombre abrevando -entre las piernas de la mujer- de su suculenta sangre menstrual.
Me gustaría leer esa tesis citada en una de sus páginas: «El vampiro como paradigma de la sociedad» de un tal Garza Bogado.
«El mundo sería más pacífico si todos fumaran marihuana» es el apotegma que podemos sacar del libro. No por la verdad que pudiera contener sino por su contundencia absurda y arbitraria.
Con respecto al título de esta nota un préstamo del título de una de las canciones emblemáticas de la banda experimental rusa (surf rockabilly horror movies theremin) Messer Chups debo decir que representa muy bien todo el clima y la filosofía decadente del libro pero se le podría hacer algún retoque por ejemplo decir: el chupacabras salsa pues quien canta la canción preferida de nuestro villano de perfil de gárgola es el salsero portorriqueño Ismael Rivera el mismo que con Cortijo ha popularizado el «Pájaro chogui».

El libro es de amplio espectro. Gustará desde fans irredentos del Killer Clown (asesino torturador y sodomizador de 33 jóvenes) hasta sofisticados lectores que privilegian la escritura por sobre los tópicos del terror barato. Al lector distraído y saltado y al minucioso y detectivesco atento a todas las referencias oscuras y guiños libresco-cinematográficos.
Sus stars son: el arqueólogo (Epipoteo) el Viudo vengador (Vincent) la psiquiatra (Morena) el chupacabras (Juan Pérez) y las heroínas mexicano-paraguayas.
Novela B Mónica Bustos Suma de letras (subsidiaria de Prisa ediciones 267 pp. México DF 2013
Cristino Bogado
Lambaré 11 agosto 2015

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