¡Cómo mismo será!
José Chalco Salgado
Es que no es fácil comprender. Quedan tantas dudas que no hay cómo no más andar por ahí diciendo cada cosa. Así, es mejor que quede entre nosotros no más. Entre usted, estas líneas y yo.
No mismo se logra entender. En los últimos diez años, siempre se festejaba apenas se difundía por algún medio de comunicación una encuesta a boca de urna o exit-poll. Rapidísimo, con velocidad aprendida, se iniciaba el show en tarima, con discurso, baile, saltos, giros con la mano diciendo "una sola vuelta" o "vencimos otra vez". Nada era pecado, indebido, ilegal, mentira o confusión; pues en ese tiempo siempre el triunfador era del mismo color. Ahora, como las tonalidades han cambiado está mal y es un error que un candidato a la presidencia anunciado como triunfador -por el mismo exit poll- pueda asumir el resultado como una realidad y festejar.
Que el órgano electoral –que a Función estatal se elevó- goce de una sui géneris independencia estructural por la que todos sus últimos presidentes han pasado a las filas y cercanía del gobierno central, tampoco es sencillo comprender. Por ejemplo Omar Simon "ascendió" a secretario presidencial en el palacio real ¡qué digo!, en Carondelet de la capital; Domingo Paredes, sin mucho esperar, a Alianza País su afiliación en el 2016 hizo anotar. ¡Algo raro mismo parece que hay!
Pero bueno, nada se puede decir. Aún menos entre tanta normativa e instrumentos que tiene el poder para controlar. La verdad ellos la tienen y nadie más. Pero la incertidumbre y tensión sí que han invadido al Ecuador. Algunos dicen que oficialmente el "ayer" ganó, porque ellos ya van una década en revolución; otros mencionan que el "cambio" en las urnas sí triunfó. Y es que el problema no está realmente en quién la victoria logró, sino en que el proceso electoral en dilema quedó.
Pero no mismo se logra entender. Ya dicen por ahí que el licenciado, entre tanta entrevista, ya se molestó, y a un periodista "irrespetuoso" que no entendió el trato presidencial lo retó. Mientras tanto las ciudades caóticas están; la manifestación social se activó y los ojos del mundo están puestos en nuestra frágil y pequeña democracia tricolor.
Difunden que los escáneres con las actas algo hacen mal. Pero sólo digo no más. Cómo mismo será, difícil está saber; o mejor dicho, difícil está que dejen el poder.
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