Cuadrado semiotico

5.1.4 Cuadrado semiótico:
Para el análisis que se observa a continuación, hemos utilizado como oposición central /piedad/-/sadismo/, donde piedad se refiere al comportamiento del padre en ciertas ocasiones, característica que el purgador (líder) no posee.













El cuadrado estudia los comportamientos durante la purga y la relación que tiene con dos elementos en específico: El padre y el purgador. Es así que los enfrenta comparándolos por sus actitudes. El padre representa la piedad, pero durante la película no es una constante evidente en él. A medida que va limpiando su hogar de los purgadores, se le ve mucho más impío. Esto daría a entender que el padre posee una actitud similar a la de sus víctimas; no obstante, detrás de su actuar hay un fin último que se contrapone al de los purgadores: proteger a toda costa a su familia. Desde el inicio de su lucha hasta su fatídico desenlace, el padre no duda en aniquilar a cuanto purgador vea enfrente, considerándolos una amenaza letal para su familia. Sin embargo, hay un momento que retrata quizá una actitud de arrepentimiento, que puede verse como un rasgo de piedad en él. Dicho momento es el siguiente:
Cuando termina la pelea en la sala de juegos y el padre decide retirarse del lugar para seguir con su misión, da media vuelta y observa con asombro que uno de los atacantes era una joven mujer, quizá de unos 17 o 18 años, que bien hubiera podido ser su hija. Antes de entrar por el pasillo que llevaba al interior de su hogar, la cámara hace un primer plano del rostro del padre, mostrando de manera precisa un gesto de perturbación y desolación, dando a entender que en ese pequeño momento de reflexión haría una introspección que lo remitiría a un breve sentimiento de culpa y arrepentimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=Haid7j2S8Wg

Por otro lado tenemos al purgador (líder), un joven que no sobrepasaría los treinta años, quien posee una actitud muy desenvuelta, irónica y hasta cómica con respecto a la purga. Esto da a entender que matar le produce un placer inigualable, puesto que exige que su derecho a ejercer la purga no se vea obstaculizado. Podríamos decir también que no le interesa quien este enfrente, sea participe de la purga o no, sea una amenaza o no; él los aniquilara por mero gusto. Claro que en un principio advierte a la familia que, de no liberar a su presa, ellos entrarían a su hogar a buscarla lo cual implicaría que sus vidas correrían grave peligro. Este acto de aparente benevolencia podría ser interpretado como una espera que incentiva su morbo. Además, este sujeto no tiene un objetivo más que el de saciar su sed de sangre, ergo no posee ningún rastro de misericordia; en comparación con el padre, él no tiene a quién proteger ni tampoco la más mínima intención de hacerlo. El momento que confirma esta actitud sádica es el siguiente:
El joven saluda a las cámaras de seguridad y procede a quitarse la máscara antes de darle el discurso de advertencia a la familia que involuntariamente daba refugio a su presa. Podemos observar cómo, con gestos de supuesta amabilidad y galantería, busca que la familia por las buenas entregue al intruso en su hogar. Luego, conforme prosigue con su aviso, su voz cambia y la gestualidad en su rostro se oscurece, dando paso a una amenaza que pone un tiempo límite a la colaboración de los habitantes de la casa. De transcurrir dicho tiempo, entrarían por la fuerza para cumplir su cometido. Esto da a entender que, por la buena o por la mala, sus intenciones no eran las mejores. Lo único que busca es dejarse llevar por su sadismo latente y realizar su cacería como todos los años, con normalidad.
https://www.youtube.com/watch?v=TOE-_wUfN7w

En conclusión se puede decir que:
El padre puede ser calificado como un hombre con el mismo impulso moral que el de los purgadores, pero su actitud no es sádica, sino más bien lo que busca es el bienestar de su familia. (El fin justifica los medios)
Al padre no le produce placer matar, por lo tanto, al ver a los muertos en su sala de juegos, se aterroriza con el hecho de que él fue quien los ejecuto, sintiendo culpa y hasta un posible arrepentimiento. (Piedad)
El purgador es la otra cara de la moneda: al no poseer ningún respeto por la vida de los demás se vuelve despiadado. Además de que matar es algo placentero para él, convirtiéndolo en un sádico por excelencia.