Cultura democrática para mí.

September 3, 2017 | Autor: E. Rodríguez Fabi... | Categoria: Democracy, Cultura democrática
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La cultura democrática para mí. Por Elvin Francisco Rodríguez Fabilena Hablar de cultura democrática es hablar de valores democráticos. Mientras en nuestros países no cultivemos la tolerancia, el diálogo, el respeto por la opinión de las demás personas y el derecho a disentir, no podremos hablar de cultura democrática. En lo personal, considero que podremos construir una cultura democrática regional siempre y cuando tomemos en cuenta diversos aspectos que nominaré a continuación: Libertad económica. Mientras en todos los países de la región no sea posible comerciar libremente de manera plena, sin trabas arancelarias, no será posible tener libertad económica. Todos/as las/os ciudadanos/as deberíamos tener la capacidad de producir y de consumir. No puedo concebir una democracia en la que la burocracia estatal haga engorrosos los procedimientos para constituir empresas. Es tiempo de modernizarse. Si las personas no tienen libertad para aportar activamente a la economía y producir empleos, si las personas siguen esperando que el Estado actúe como un benefactor dador de todos los empleos, entonces no existe democracia. Libertad individual. La libertad individual debería ser uno de los fundamentos de la democracia. No puede ser que los partidos políticos que tienen la mayoría parlamentaria en nuestros respectivos países, decidan si una mujer embarazada cuya vida está en riesgo, puede o no puede practicarse un aborto terapéutico. No puede ser que una pareja de personas del mismo sexo que quieran tener seguridad jurídica a través del matrimonio igualitario no puedan contraerlo sólo porque eso no estaría en congruencia con los valores tradicionales de la sociedad. No puede ser que una persona que sea consumidora de marihuana, no pueda consumir libremente en su domicilio o autocultivar la planta sin ser criminalizada por ello. La democracia no es hacer lo que quieran las mayorías, sino que también hay que respetar a las minorías, llámense estas: diversidad sexual, mujeres embarazadas que necesitan un aborto terapéutico, consumidores de marihuana, o incluso cualquier individuo que decida que es lo mejor para su vida siempre y cuando esa decisión no afecte a terceros.

Estado de Derecho y gobernabilidad. Muchas veces, nuestros gobernantes justifican la desobediencia a las leyes con el pragmatismo que según ellos, podría exigir cada situación. Algunos dicen que no todo lo legal es justo. La pregunta es si será cierto en el caso de las reelecciones indefinidas. Sin embargo, un gobierno que no respeta las leyes y que no se somete a ellas no puede dar un buen ejemplo a los/as ciudadanos/as. Todos/as somos iguales ante la ley. Nadie está por encima de la ley. Al menos así debería de ser. Lamentablemente el Derecho es el mundo del deber ser y no del ser. Sin respeto por el Estado de Derecho no podemos hablar de cultura democrática. Ahora bien, por gobernabilidad entiendo las relaciones entre las diversas instituciones del Estado y las relaciones entre éstas y los ciudadanos para alcanzar objetivos comunes. Las relaciones entre funcionarios/as públicos/as y ciudadanos/as debe de ser entre “agente” y “principal”. Los/as funcionarios/as son nuestros agentes, nuestros mandatarios/as. Están para servirnos. El funcionariado público es una profesión de servicio a la ciudadanía. Los/as ciudadanos/as somos los/as principales, los/as mandantes. Contribuir con nuestros impuestos es una obligación que nos da derechos. Considero que para que exista una verdadera gobernabilidad las/los ciudadanos/as deben estar informados/as y empoderados/as de sus propios derechos.

Participación ciudadana. La ciudadanía tiene derecho a participar y a involucrarse en los asuntos públicos. Éstos no son materia solamente de los/as funcionarios/as públicos/as. Es un deber ciudadano conocer cuál es el presupuesto de nuestro respectivo país, de nuestro respectivo municipio. No puede existir participación sin información. De lo contrario esto se convierte en mero activismo sin visión. Solamente participando con justo conocimiento de causa es que podremos construir cultura democrática de verdad. Desarrollo Humano. El Desarrollo Humano deber ser un eje fundamental para nuestros países. Es necesario poner a los seres humanos en el centro del desarrollo. Precisamos idear alternativas de Desarrollo Humano que sean sostenibles, amigables con el medioambiente. Las personas podemos ser lo que queramos siempre y cuando nuestros respectivos países brinden las condiciones y oportunidades para que podamos desarrollarnos plenamente. Lo anterior implica más inversión en educación de calidad. Sin educación de calidad no es posible tener cultura democrática. Género. Otro eje transversal que necesitamos tomar en cuenta es el tema del género. A nivel mundial, la violencia contra las mujeres es un problema epidémico. Centroamérica no es la excepción. Sin embargo, la lucha contra la violencia hacia las mujeres no es solamente oponerse a la violencia ni denunciarla. También lo es cambiar el uso del lenguaje. Esa es la razón por la cual he tratado de usar lenguaje inclusivo durante todo este artículo. Sin derechos para las mujeres no hay democracia. Y para vos, ¿qué es cultura democrática?

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