DAVID MAMET, MAS ALLA DE LAS MODAS TALVEZ, por Guillem Catala

August 8, 2017 | Autor: Guillem Català | Categoria: Theatre History, Theater and film, Theatre
Share Embed


Descrição do Produto

DAVID MAMET, MAS ALLA DE LAS MODAS TALVEZ por Guillem Català

(Un artículo publicado en “Escena”, Barcelona, nº21, mayo 1995, con motivo del estreno de la obra teatral de Mamet "Oleanna" (1992), dirección de Mercè Managuerra, con Pep Minguell y Míriam Alamany. Teatreneu Teatre, marzo/abril 1995).

David Mamet vuelve a Barcelona. Se va consolidando la moda Mamet, que ha substituido a la Shepard, ya que el teatro norteamericano actual se recibe en España por modas de autor. El suyo es un caso típico, como el de Tenessee Williams, de dramaturgo conocido internacionalmente a través del cine. A España llegó en el 88 con su película "House of Games" (87) gracias a haber recibido el premio al mejor guion en Venecia 88. A partir de aquí, los estrenos rápidos se suceden: Fermín Cabal monta el 90 "American Buffalo" (74), la obra que consagró a Mamet, estrenada el 75 en Chicago, en el 77 en Nueva York y el 78 en Londres. El 91 fue el año de la moda Mamet en Barcelona: ¡3 obras suyas al mismo tiempo en cartel y el estreno de su película "Homicidio"! "No val a badar" ("Speed-The-Plow"), en el Goya por el Teatre Urbà; como el SAT, aquellos años estaba especializado un poco en ser el hogar de la cultura norteamericana en Europa, sea teatral o cinematográfica, ofreció el "Edmond" que María Ruiz había montado en el CDN de Madrid en 90 y "El chal" ("The

Shwall") dirección de Mesalles para el Teatre a la Deriva; Mesalles volvió a la carga tres meses después con "Perversity sexual in Chicago" estrenada en el Mercat de les Flors. Y aún estreno en el Mercat el 93 "American Buffalo" dirigido para el grupo "La Gàbia". Mesalles llego de la mano de Becket a Mamet, trayecto lógico, pues es una de sus grandes influencias. La otra es Pinter y toda la tradición realista norteamericana. Porque Mamet es un autor de la tradición realista norteamericana, y no otra cosa; como Shepard y en general como todos los autores que logran estrenar con regularidad en las seis ciudades que forman el teatro de USA, todos ellos son realistas que intentan no ser convencionales. Si bien Mamet va más lejos: sus obras son retratos directos y explícitos de los personajes que forman la sociedad USA que, sin embargo, ha sabido asimilar las enseñanzas de las vanguardias europeas reversionadas en obras asequibles para el público norteamericano interesado por los problemas actuales. El suyo es un peculiar retrato de gente normal vista como héroes de su vida cotidiana, retrato realizado tras una fuerte investigación del habla coloquial y conversacional, con un uso muy inteligentes de los mecanismo del diálogo y el juego escénico; los cuales aún siendo tradicionales, son pervertidos o invertidos, de manera que generan juegos y significados nuevos. Se usa la estructura tradicional que incluye hechos nuevos que la desvirtúan. Era la óptica minimalista de moda en los 80: reducirlo todo a la conversación y la elaboración lingüística, con juego escénicos extraordinariamente austeros y contundentes. No es de extrañar pues que el tema recurrente en las obras de Mamet sea el juego. Los personajes sobreviven jugando la partida que a ellos les interesa, y como el objetivo es ganar, llevan un juego doble, mienten a los otros, se mienten sobre si mismos, y la sociedad que los rodea también presiona sobre ellos con juegos sucios y dobles. Esto es muy nuevo y plantea muy difíciles retos a los actores: una obra donde lo que hace y dice el personaje van por un lado, mientras que sus intenciones y el juego global de la obra y el escénico, van sistemáticamente por otro lado. Y ambos son lógicos, ambos se han de exhibir. El personaje es un perverso juego de disfraces e identidades cambiantes. Las obras las resuelve Mamet en un dificilísimo “tour de force” actoral, construyendo los personajes siguiendo el psicologismo típico de los USA. Y coherentemente las obras de Mamet plantean un desafío similar al espectador, quien participa descubriendo poco a poco cuál es el juego de la obra y de los personajes. Como si Mamet jugara al poker con el espectador, una partida llena de faroles y falsas informaciones, donde nada es lo que exhibe ser y donde lo esencial nunca es dicho, sólo sugerido indirectamente (Pinter). Modas a parte, Mamet tiene un interés propio. Su obra es bien elocuente de las aportaciones de los 80, y hoy en día es un autor sólido que está entrando en su madurez. Pues su éxito cinematográfico y su consagración internacional le ha llevado a un nuevo rumbo, más comercial aunque no por ello menos interesante, buscando una normalidad en su teatro que le facilite el mantenerse en la cresta de la ola. En cine el cambio lo vimos en "Homicidio", donde una intriga convencional escondía brillantes ideas. Mamet llegaba a España en aluvión en el momento de su cambio. Mamet siempre ha sido un artista completo: escritor, director, formador de actores, guionista y director de cine. Si ha sobrevivido siendo un independiente es porque, como es normal entre muchos artistas en USA, además de ser artista juega a ser el negociante de su propia obra. Lo que se dio en llamar en los 80 el artista/alto ejecutivo. Así ha podido aguantar las presiones comerciales más ramplonas, pues Memet es un artista completo que dice cosas personales, narradas de manera interesante, que pueden llegar a un público que paga por ello. Adaptándose pero no subordinándose a los gustos y maneras cambiantes del mercado cultural. Buen reto: ser comercial y artista a la vez, que muy raramente se resuelve bien en la industria del entretenimiento de USA. Hace dos años acabó cerrando el círculo, montando su propia productora para producir sus obras (teatro, cine, televisión) y la de otra gente con ganas, y un teatro propio para exhibirlas, el Bay Theater, cerca de Boston. "Oleanna" se estrenó en el Bay Theater en el 92. Pinter se la montó en Londres en el 93. El mismo Mamet la dirigió para el cine, estrenándola en el 94. Ahora nos llega a Barcelona, un poco al hilo del trabajo de Pep Minguell quien se ha especializado en traernos aquí obras del repertorio actual más interesante de los USA.

Interpretes del estreno en USA de la obra, Bill Pullman y Julia Stiles, con Mamet La obra original, y el montaje de Barcelona, están pensados con un ojo en el arte y el otro en las reacciones de la sala, es decir, en la taquilla. El texto está construido según un procedimiento típico: se escoge un tema o dos que preocupen y sean importantes, en este caso el conflicto generacional y la degradación de la cultura en su trasmisión, y se busca un argumento convencional, a la moda del día, que atraiga al público por su provocación o carácter escandaloso, en este caso la moda del acoso sexual. En definitiva, "Oleanna" plantea un desencuentro entre un catedrático y una de sus alumnas, donde aparece el fantasma de un supuesto acoso sexual. Lo del acoso tiene narices: llevamos cinco o seis años recibiendo películas norteamericanas que nos lo machacan; sobre todo las de Michael Douglas, donde vemos a un madurito wasp de conducta "correcta" perseguido por sañudas y uterinas féminas. El año pasado, con este argumento, se estrenaba una última entrega del tema: "Acoso". Cine machista en estado puro. Mamet, toma la moda y el género cinematográfico (el thriller de oficina) para girarlo y pervertirlo, para provocar al público. En el texto no está claro si se produce el acoso, magnífico truco para narrar un desencuentro. Mézclese este intento de ir a la moda y la vez cargársela, el deseo de hablar del angustioso problema generacional, y lo mejor de Mamet se explaya en la construcción indirecta del personaje, en su elaboración del lenguaje y del texto en excelentes diálogos, que tienen casi una plástica verbal típica del autor. Su creatividad se basa en un apropiacionismo de estéticas, argumentos e ideas ajenas para llevarlas hacia el propio terreno, que por si ya es muy fértil. Como con Tenessee Williams, la originalidad de Mamet no radica en sus argumentos prestados sino en su inmensa capacidad de dialoguista y de construir personajes. "Oleanna" es de un género bien conocido (el de "Educando a Rita"). Se introducen algunas alusiones al problema del lenguaje políticamente correcto, pero en substancia Mamet no va más lejos que la obra en la que se inspira. El problema es que estos tres elementos se mezclan en el texto de forma incoherente pero armoniosa, con esa habilidad de Mamet de mezclar lo inmezclable. Están claramente disociados y con facilidad se pueden realizar dos lecturas: la del tema o la del argumento. Un montaje debe ofrecer ambas. En el Teatreneu han optado por la más llamativa: la del acoso sexual. Y la verdad que suena un poco raro en España. Aquí el acoso sexual real, con alguna muy esporádica excepción, lo realizan los jefes sobre las secretarias y estas o tragan o marchan. Y aquí la Universidad es muy diferente a las de USA. La directora ha apostado por hacer la lectura del acoso por el mismo motivo de Mamet: por la taquilla. Los modos de poder que fervorosamente practican las universidades privadas yanquis, no han sido

adaptados a la versión "light" que se usa en la pública española. El montaje mantiene una extraña distancia con el público español. Mamet realiza un curioso experimento textual: escribe un texto con dos tonos y lenguajes diferentes, según cada uno de los personajes. Y deja al director la solución de encontrarles armonía en un tono unitario de la obra. Un tono que ha de unificar el conflicto generacional y el acoso. Al haber optado la dirección por el acoso, no hay un tono general y el conflicto generacional aparece muy diluido. Vemos un acoso sexual "a la americana". Decididamente la Oleanna de la canción no es la ciudad de Barcelona. Por mucho que algunos se ufanen en que Barcelona es la Nueva York del Mediterráneo.

[email protected]

Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.