DE OTROS VIAJES

Share Embed


Descrição do Produto

DE OTROS VIAJES, o de lo que se sustrae
Otros Viajes, © Teresa Aninat
Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, 2014


"There is therefore no pure space or time.
(General relativity curved both according to
masses.) There are only places, which are
simultaneously locations and extensions of
bodies. Bodies are heavy. The weight of a
localized body is the true purely sensible a
priori condition of the activity of reason: a
transcendental aesthetics of gravity
[pesanteur]."
Jean Luc Nancy.[1]


"Sólo hay lugares, los cuales son simultáneamente locaciones y
extensiones de cuerpos. Los cuerpos son pesados". Pesados son los
cuerpos, todos los cuerpos, aquellos que reconocemos como vivos, y
también aquellos que están muertos, que no están, que han desaparecido.
Pesado es el paisaje, cuerpo en donde, simultáneamente, están,
acontecen, se bifurcan y chocan, otros diferentes cuerpos, cuerpos sin
órganos, desiertos, nubes, tormentas, incluidos los conjuntos de
cuerpos como los enjambres o la manada. La separación que hacemos
de/entre los cuerpos es una ficción de sentido, que viene sólo a
indicar la invisible fricción entre ellos, su roce, su choque, incluida
en ello nuestra aparente/fijación sobre la tierra. Fijación que nos
protege, a todos los cuerpos, de entrar-estar en caída libre, como un
satélite, como la luna, como los planetas orbitando alrededor del sol,
cayendo libremente. Sin embargo, caemos.


Sólo fragmentariamente, como sólo puede ser el posible acceso a lo
que cae, siendo esa la única manera posible, como única disposición
adoptable para dar una cuenta. Solo y sólo fragmentariamente, contar
Otros Viajes. Suspendido por, a, y en la distancia, como si ante mí
sucediera la aparición, como a Baltazar, del detenimiento de un mapa en
la muralla. No una palabra, sino un mapa, la superficie
representacional de un territorio cuya rugosidad específica desconozco.
Así, solo y sólo a (la) distancia, asistido por la farmacopea del plano
vertical de la pantalla o mediado en la prótesis de una impresión, dado
a la nauseabunda sombra de las imágenes, doy cuenta de la solicitud[2]
de Otros Viajes.


1. El Archipiélago [αρχιπέλαγος]


En tanto que conjunto, un archipiélago nunca es una dispersión.
Conformado por un grupo, una cadena, una reunión o una colección de
islas, el archipiélago es reunión de cuerpos, los cuales se mantienen
unidos dentro de su distancia y diferencia. El sentido del
archipiélago, su destino, se con-forma, se pliega, en y desde el lugar
mismo en donde ocurre su constitutiva espacialidad. Es ésta
espacialidad existente entre las islas, cuerpos de tierra, la que
compone, sutura instituyente, a lo que archipiélago nombra como vínculo
operativo, como asociación tácita, como nudo ciego, otorgando la
oportunidad de su presentación fragmentaria como consistente.
No tengo la experiencia de haber estado allí-en-con la materialidad
física de lo que fue encarnado como obra expuesta en una de las salas
del Museo de Arte Contemporáneo de Santiago. Sé de la existencia de su
hecho, en específica temporalidad, de su ex-posición. De lo que daré
cuenta es de la diagonal sustractiva, como espaciamiento, que instituye
a Otros Viajes en tanto que procedimiento. Procedimiento, siempre
secreto, necesariamente escondido, como los órganos del cuerpo a la
mirada transeúnte, o como el aire que cruza a un cuerpo en su
respiración, es decir, del aire que lo mantiene suspendido en su
gravedad.
De Otros Viajes conozco su mapa de fricción[3], conformado por y a
través del roce y pesantez, por la especialidad instituyente entre sus
cuerpos: textos, imágenes, la propia voz grabada de Teresa, desde su
cuerpo, hablando-(se)-le a quién no sé, palabras, conceptos,
reflexiones, pedazos, cedazos. Conozco un mapa de piezas flotantes.
Piezas que son, también, trazas ellas mismas. Trazas múltiples entre
sí, en constante estado de transformación, aparentes unidades que, en
realidad, entre sí se presentan inauditas y desconocidas. Un
archipiélago suspendido en caída libre, dada la gravedad de su
distancia, composibilita una obra que acaece por ausencia.


2. Tú, Viaje… eres un cuerpo que no aparece


"Es una superposición de viajes. Uno es el viaje del
cuerpo, en recolección, búsqueda de un objeto. Otro es
el viaje del propio palo. El palo viaja. Es cargado por
otro. Después está el viaje de las postales hacia la
casilla. Está el viaje que hacen estos ciudadanos hacia
el buzón. Está el viaje que hago yo a la Plaza de Armas
(…). Está después el viaje de regreso, que es lo que
sella todo al quedar transcrito (todo lo realizado
durante el día) en este papelito de manera muy
precaria."[4]
Teresa Aninat, 2014


Durante tres años Teresa Aninat acometió la realización de lo que se
dio en llamar Otros Viajes. Lo que se exhibió en el espacio del Museo
de Arte Contemporáneo de Santiago, fue la composición de un cuerpo
ortopédico para dar cuenta de la existencia sucedida de otros cuerpos,
suma de cuerpos, serie de actos y hechos que, hoy desaparecidos, eran
lo que sucede como "obra". Lo que ahí, en el Museo, daba cuenta de algo
que nunca podría ser recuperado. Como la fotografía de uno mismo con la
madre a la edad de tres años. Estos tres años de actividad, hasta antes
de su exhibición, estuvieron siendo contenidos, en su doble sentido, en
una serie de cajas y archivos. En la sala de exhibición no hubo texto
que relatara, como condicionante de ese cuerpo en exposición, la
"historia" de la obra, pero sí era posible, en estado de latente
permanencia, recorrer-reconstruir esa historia a través de los
elementos, las piezas, los pedazos dispuestos en sala. Lo expuesto como
posibilidad de mera restitución. Otros Viajes existe sólo en tanto que
fragmentaria espacialidad que inexiste: la acumulada de actos y gestos,
conversaciones, fotografías, paisajes, condiciones meteorológicas,
conforman, en una actualidad específica, un punto de gravedad o
elevación, un espacio que hace lugar a ese set de inexistencias. Las
cajas que acumulaban este acontecer, el archivo, como hábito del
procedimiento Otros Viajes, es lo que marca el punto de presentación de
este múltiple. Otros Viajes como geografía, es traza que no puede ser
inscripta. Sin inscripción, Otros Viajes deambula delineando su
desaparición como constituyente. Sin cripta, huye sin miedo, sólo se
va, porque en esa decisión inescriptible conforma su figura.


Decidir viajar es siempre un múltiple alejarse. Un salir del terreno
de lo habitual, estar fuera de la temporalidad ordinaria, abandonar lo
familiar, desencajarse del rostro y entregarse a la variabilidad de la
máscara. Otros Viajes podría ser leído desde una tradición
contemporánea como manifestación protosituacionista: el viaje a la
deriva, abierto al azar absoluto, aquel que se manifiesta en la espera,
o aquel azar que se configura de antemano en el uso de lógicas
patafísicas. Pero esto sería argüir una facilidad enciclopédica, que
enclaustra, reduce, y hiere de muerte. Ésta idea sólo permite la
administración, la domesticación y el silenciamiento de Otros Viajes.
Otros Viajes no tiene un único destino, como tampoco tiene un
específico origen, sino, y solamente, una rigurosa contención
procedimental. Su azar no concluye en una bifurcación de los sistemas
en disposición. Los descubrimientos de –en- Otros Viajes no pertenecen
por tanto ni al estatuto del hallazgo atesorable, ni a la acumulación
sicótica de la pérdida. Desajustado de este tipo de dialécticas
trazables, Otros Viajes aparece como declaración institutiva, y en
tanto que tal, su cuerpo es procedimental, objetivado en los modos de
existencia elegidos: postal, cuerpo, palo, disposición y transcripción,
deambulación, entre otros. Otros Viajes tacha la esencialidad y compone
la presentación de tejidos de inexistencias.






3. 'This is not my land' y lo que arrastras


"Empecé escribiendo sobre cualquier superficie, con lo que tuviera a
mano, la frase 'This is not my land'", dice Teresa en una grabación. Da
cuenta de éste primer episodio como origen geológico de Otros Viajes.
Dada la condición de no ser de aquí, de esta tierra, en este
deslocalizamiento que siente(n) su(s) cuerpo(s), lo que queda es un dar
cuenta de esa, su, inexistencia. Ese contar mismo sucede también como
inexistente: escribir en el suelo, inscribir la marca. Dejar huellas,
donde sea. Indicar un ahí, con los dedos, con las ramas. La declaración
opera como la activación de un viaje cuyo componerse es sustractivo.
No-ser-de-ahí, no-pertenecer, o al menos no reconocer pertenencia en
la totalidad autoritaria del trascendental constituyente de
inteligibilidad en un mundo dado. Lo que no tiene tierra, sin suelo,
decide declarar su condición, decir de su situación, describir un
mundo, inaugurando ahí un espacio otro en dónde ahora ocurre.
Inexistente, Otros Viajes, es un procedimiento, que en tanto que
sujeto, es lugar de su propio acontecimiento. Su declaración es el
lugar y su cuerpo. Con ello quiero decir que su indeterminabilidad es
constitutiva. La pregunta sobre su domicialidad, sea ésta performativa,
instalativa, conceptual, etc., se contestará inclaudicablemente, "sin
domicilio fijo"[5].


Hay una serie de acciones que conforman Otros Viajes que no veremos
jamás, que no podemos ver, que de ello depende la actualidad propia de
Otros Viajes. Son acciones que iniciaron Otros Viajes o elementos
constitutivos que no pueden aparecer en el momento del testimonio que
los objetos como resultados ordenan en el espacio exhibitivo. Son
partes que trabajan sobre nosotros sin que podamos verlas. Constituyen
parte de esa gravedad que Otros Viajes presenta. Acontecimientos cuya
huella no se inscribe en la literalidad de una traza sino en la
evanescencia constitutiva de su no-estar. Desaparecidos, estos gestos,
permanecen insistentes en tanto que fuerzas-formas intensas, sin las
cuales, la presentación que es Otros Viajes se desharía. Hay, en Otros
Viajes, una constante de desaparición como modo, fuerza, pesantez de su
composición. Son estas trazaduras sin huella las que se acumulan y
conforman la presentación que de frente nos-aparece. Otros Viajes opera
como lugar de una posible erupción de sentido donde una "fuerza
irresistible está siendo aplicada". Otros Viajes existe en esa
disgregada concentración que presenta su fragmentariedad.

Teresa dice rama, luego dice ramas. Termina diciendo "palo". Aquello
que como extensión primero y luego como parte lleva con-sigo en el
proceso de su trabajo. Pero es aquí donde se inaugura una primera
desvinculación al potencial de simbolización. Este "palo" no simboliza
nada, aunque puede ser cargado, simbolizado, con todo. Aquel palo, o la
secuencia de palos que hay, podrían ser "cargados" por referencias que
conformarían a la obra a un sinfín de efemérides conceptuales. No creo
sea ese el caso. Al contrario, quisiera dejarlo ser, al palo, sólo
aquello que es, un palo, sin devenir vestimenta o símbolo a leer de
nada. Intravestible, el palo, trozo de madera, solo. El palo como
compañera de viaje. El palo como sujeto y no como objeto. El palo, sin
el palo, nada. No hay sujeción en esta lectura desde el palo. Sino, un
ir con. Vagancia con el palo. Incluso, un olvidar la decisión de cargar
el palo. En el universo constituido de Otros Viajes, el palo no es un
accidente, sino parte, isla incluida en el archipiélago. El palo es
también artista y obra, como el cuerpo de Teresa no es nunca una
alteridad ocurriente a la obra, sino artista y obra a la vez como
unísono.
Al decir de Otros Viajes, Teresa hace uso de la palabra "carga" para
dar cuenta sobre el paisaje, incluído su propio cuerpo en tanto que
paisaje. La carga aquí es un peso, un cuerpo que hace presencia por su
presión sobre el roce del otro cuerpo. La gravedad no colgante, sino,
la gravedad del palo siempre como parte de ese roce íntimo. Traer la
carga y encargar la obra. Dejarse cargar. No hay descanso de la carga.
La descarga es la mantención de esa intensidad del propio procedimiento
de la obra en su darse, en esa solicitud de la obra. La pesantez de lo
que se acumula como carga que pulsa, presiona, intensamente, en su
forjarse, en su permanencia, y en la errancia. El mito de Sísifo y la
espalda de Eneas podrían venir a presentarse aquí, ahora, pero vendrían
con ello a "cargar" de simbolismos que, creo, no pertenecen y
desconfiguran lo que en este caso, ésta obra, desplaza. Atraer, cargar
a esta obra con azulejos epistemopolíticos usados o reconocibles sólo
generan la borra del mapa. Y de lo que aquí se trata no es de
cataloguizar esta obra, o de archivarla para hacerla parte, es decir
indexarla para olvidarla, para hacerla aparecer como incluida en un
flujo ya acontecido del cual sabemos su curso, sino, por el contrario,
de lo que aquí se trata es de afirmar su apertura, su condición de ser
de hecho línea de arado que crea otro espacio.
Lo que aquí se traza es desde el comienzo otro peso por-venir. Lo que
se inicia es el paso a dar para ocurrir en el territorio de Otros
Viajes. "Empecé escribiendo sobre cualquier superficie, con lo que
tuviera a mano, la frase "This is not my land", dice Teresa en una
grabación.

Confundir la obra de Teresa con la figura del "flaneur"
baudelariano/benjaminiano sería un error de lectura y un cierre de lo
que la obra Otros Viajes compone. En las fotografías lo que aparece es
siempre una figura que se va, que va iendo, que arrastra. No sabemos su
destino, apenas podemos ver el trazo de una estela que intenta ingresar
al mar o que se destina a la circularidad de un helipuerto en la
ciudad. Pero aquí de lo que hablaremos no será entonces de un paisaje
en donde la figura, que aquí es palo-cuerpo, escinde, sino de ese
deambular de la figura en un viaje, que es múltiple, y que parece dar
saltos temporales. Aquí lo que configura el paisaje a ser visto es la
figura. Lo que hace paisaje es la inclusión de la figura en su
deambular. Hacer paisaje a través de la vestimenta de la figura. En
Otros Viajes vemos no sólo una figura reconocible, como a la heroína de
una historia sin fin, sino a una figura indomiciliable, cuyo domicilio
no puede ser fijado, y cuya radicalidad se anida en ese vaciamiento de
sentido. Palo/Cuerpo. Al contrario del flaneur, cuyo sentido está
suspendido de la arquitectura y la urbanidad, la figura de las
fotografías, palo-cuerpo, parecen querer dejar explícito un múltiple
vaciamiento de sentido. Vaciamiento que no conlleva un abandono
alienado, no es el vaciamiento de sentido producido por la acción
repetitiva, maquínica, que tacha al cuerpo y lo conduce a una opresiva
condición de cláusula muda, sino un vaciamiento que supone la
actualidad, la puesta en acción, de una sustracción. Aquí de lo que la
obra traza es la composición de un procedimiento de sustracción,
contenido en la fricción y la invisibilidad. Y en tanto que tal la
inauguración de algo que escapa a la inteligibilidad operante. Otros
Viajes es una obra, sí, pero también es algo que no es una obra. Es esa
indecidibilidad de su aparecer la que le constituye en tanto que una
inestabilidad instalada.


Aquí, la figura-palo es el personaje de una historia que el
"espectador", el que puede ver, el que puede conocer de Otros Viajes,
intenta reconocer. Hay algo que ocurre, hay algo que se repite, que
sucede más de una vez, allí está, fotografiado, como si esa certeza
simple entregada de pie sobre los mesones pudiese de alguna manera
pobre decir que algo ha acontecido. Allí, sobre los mesones, las
imágenes de la misma figura, palo-cuerpo, que parece aparece y
desaparece en distintos lugares, paisajes, naturales casi todos ellos,
casi, susurra alguien, la figura a veces lejos, mojada, de espaldas, de
frente pocas veces, allí las fotografías que dan cuentan, archivan,
documentan lo que sucedió en ese universo paralelo, al cual, palo-
cuerpo viajó, o viaja, está viajando. Mira, dirá alguien, del muro
cuelga el palo, solo. ¿Dónde está cuerpo? Aparece y desaparece de la
sala, habla de lo que sucedió, dice del palo. Lo mira a veces, creo. El
palo cuelga solo. Desvinculado, que pesada palabra, desvinculado,
amputado de Cuerpo, Palo cuelga como si muerto. (La obra de Teresa está
abultada de sinónimos simbólicos que le habitan como fantasmas que
quisieran dejarla enmarcada) ¿Es acaso todo su viaje, estos Otros
Viajes, una pulsión de desvinculación, un abandonar de ser, una
sustracción? Los Otros Viajes no son metáforas. Han ocurrido. Nos han
ocurrido a todos. Palo está allí, suspendido, no flotando, sino cargado
por Cuerpo. Testigo el Palo ahora, enmudece. "No hay más que decir sino
estar", murmura.


4. De lo que se sustrae y de lo que se desvanece


"Un cambio venido de afuera se muda, si se repite, en
una tendencia interna al sujeto. El cambio se transforma
entonces en disposición, y la pasividad de la recepción
se convierte en actividad. Así, el hábito aparece como
ese proceso mediante el cual el hombre termina por
querer lo que viene de afuera. A partir de entonces, la
voluntad individual ya no se opone a la efectividad del
mundo exterior, y ella se aprende gradualmente a querer
lo que es. El ideal deja de aparecer como algo que debe
ser, que puede ser, y que todavía no es. A medida que el
fin se confunde con el movimiento, el ideal se
cumple"[6].
Catherine Malabou.


Otros Viajes, quizás como todo viaje que no tiene la destinación de
una representación de la idea de viaje, sino que es viaje porque es
desvanecimiento mismo de la condición de ir, un ir que no puede ser
documentado porque sólo sería enmarcación del tránsito, en este ir que
Otros Viajes es, encarnación de ese desvanecerse, como si el mismo
devenir fuese ese punto de desmayo, es decir, de desequilibrio y corte.
Otros Viajes es un porvenir que ya ha ido, un conjunto de
desvanecimientos encadenados vía su procedimiento sustractivo, de
ausentización evanescente. Una aproximación sugerente sería sólo la
posibilidad de ver, de soslayo, el rebobinar en cámara rápida de todos
aquellos ires desvanecidos.


La sustracción es un procedimiento de activación. El filósofo
francés Alain Badiou ha expuesto una definición de sustracción en la
cual ésta, la sustracción, es la parte afirmativa de una negación. Es
decir, la sustracción compone un marco de coherencia que no depende de
la desintegración de un sistema dado. No es la negación destructiva,
que se supedita a la contradicción de lo que apela negar. Sino es
aquello que negando no depende en su negación de la destrucción de lo
negado. Por el contrario, afirmando su negación la sustracción hace
aparecer a pesar de las condiciones en el lugar. En este sentido, la
sustracción en tanto que procedimiento mantiene a la nueva coherencia
aparte de sucumbir a una dialéctica estructurada por la mera negación
de lo afirmado en un sistema dado[7]. La sustracción es una diagonal
exponencial que acontece a pesar de las condiciones en ejercicio. Esta
operación sustractiva es un fundamental en la institución de Otros
Viajes.


Otros Viajes no tiene forma fija, tampoco nada parecido a una forma
pura. Su forma es de hecho una fuerza en acción, una intensidad que
pesa sobre la superficie de lo real, dejando una huella que no
pertenece a la trazabilidad. Indomiciliable, no puede ser trazable. Al
igual que la danza[8], Otros Viajes se sustrae antes de su
presentación. Es en ese lugar en donde su inconsistencia se hace
operativa para consistir en la temporalidad. Otros Viajes es un
pensamiento-acción, y en tanto que tal, su acontecimiento permanece en
un espacio que funda anomia, que se escinde en tanto que inexiste[9].
Es por ello que aquello que podemos ver, como configuración local de
su existencia, es apenas un pedazo que también desaparecerá y cuya
acumulación fotográfica no dirá nada respecto de lo que el
acontecimiento de su ser sigue, seguirá, siendo. Porque Otros Viajes
sigue aconteciendo. Cuando escribo estas líneas la corporeidad
maleable, en tanto que fuerza-forma, ya ha tomado-posado en-otras
localidades, anidado en otras territorialidades, deshaciendo
anteriores fundamentales y constituyendo nuevos puentes y modos de
existencia. Las encarnaciones de Otros Viajes son múltiples porque es
una estrategia, un modo de existencia, un procedimiento de ser. En
cada una de sus encarnaciones, Otros Viajes deviene un aparente de
obra. En parte, de hecho, es obra de arte. Pero Otros Viajes es algo
más que aquello. Y con esto no estoy desestimando ni el discurso del
arte, ni proclamando a Otros Viajes como anti-arte. Pero sí quiero
afirmar que Otros Viajes es algo más que aquello que se nombra y se
testimonia en la cárcel epistemopolítica de lo arte. Su indicial Otro
plural (Otros) y la indeterminabilidad de su múltiple porvenir
(Viajes) le hacen un sujeto respecto del cual habría que preguntar no
por su domicilio, ni tan siquiera por su nombre, sino por su
fidelidad, que es al final una pregunta sobre el amor. Otros Viajes es
de suyo una solicitud, un acto de servicio a la comunidad. Dicho acto
es el ir-se, el tomar distancia, hacer la escisión para la
resintetización de lo que ha sido alejado, no en la forma de una
inclusión por exclusión, sino una pertenencia por diferencia.
Otros Viajes expone un irrecuperable como espacio donde una fuerza-
forma inexistente tiene lugar mediante su intensidad sobre una
superficie social dada.


Luis Guerra
Barcelona, 2014






-----------------------
[1] Nancy, Jean Luc (1997), "The Weight of a Thought" in The Gravity of
Thought, trans. Francois Raffoul and Gregory Recco, Humanity Books, 77.

[2] Aquí el sentido de solicitud no está sólo restringido a la petición,
sino al cuidado. En este sentido, lo que referencio aquí como "solicitud"
de obra es su propio darse de manera solicita, en tanto que cualidad de
servir a los otros diligentemente.

[3] El mapa de fricción, a diferencia de los otros mapas, da cuenta de los
accidentes o dificultades del terreno en cuestión. La noción de mapa de
fricción ha sido tomada del trabajo The Art of Not Being Governed: an
Anarchist History of the Upland SouthEast Asia del antropólogo americano
James C. Scott.

[4] Éste texto es recuperado de una grabación de la voz de la propia
artista explicando y reflexionando sobre el modo de proceder en la
generación de Otros Viajes. Ésta grabación fue enviada al autor para
acompañar mi propia reflexión crítica de la obra Otros Viajes. Ésta
grabación no hace parte de la "obra" expuesta, de hecho, es un off the
record. Ésta grabación es completamente parte de Otros Viajes, como otro
cuerpo.

[5] Para mayores referencias sobre éste eje invito a leer dos textos
anteriores al presente: Guerra, Luis (2011) "Window Blow-Out (1976),
acontecimiento, corte, sustracción y profanación", Revista de Estudios
Globales y Arte Contemporáneo, Vol. 1, No. 1, 121-139. Guerra, Luis (2014)
"Anarchistory of Performance", International Conference Theatre Performance
Philosophy, La Sorbonne, Paris.

[6] Malabou, Catherine (2013) "Capítulo IV – Lo propio del hombre en
cuestión" en El Porvenir de Hegel, Plasticidad, Temporalidad, Dialéctica,
trad. Cristóbal Durán, Palinodia, 135.

[7] Guerra, Luis (2014) Anarchistory of Action (a heresy in action),
International Conference Theatre Performance Philosophy, La Sorbonne,
Paris, France.

[8] "Dance is like a poem, uninscribed or untraced. And dance is also like
a dance without dance, a dance undanced. What is stated here is the
subtractive dimension of thought. Every genuine instance of thinking is
subtracted from the knowledge in which it is constituted. Dance is a
metaphor for thought precisely inasmuch as it indicates, by means of the
body, that thought, in the form of its eventual surge, is subtracted from
every preexistence of knowledge." Badiou, Alain (2005) "Dance as a Metaphor
for Thought" in Handbook of Inaesthetics. Stanford University Press, 66.

[9] Entendemos aquí como inexistencia a aquel grado de existencia que se
sus'(trae al marco de inteligibilidad bordado a un mundo dado.
Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.