Deontología breve

El desarrollo personal de cada uno de nosotros es un bien tutelado por la Constitución Política de los Estados unidos Mexicanos en su artículo 5°, en el cual se establece que cada persona es libre de elegir o dedicarse a la profesión que más le convenga, siempre y cuando esta sea licita. Es el Estado quien se encarga de determinar cuáles profesiones son las que requieren un título para ejercerse y ésta deberá de tener una justa retribución sin condicionar su actuar. En México desafortunadamente existe la "cultura" de la corrupción desde hace mucho tiempo. Esta cultura carente de buenos principios sigue siendo determinante en la formación del ciudadano mexicano. Muchos levantan la voz en cuello y se rasgan las vestiduras como si fuesen fariseos amantes de la Torah, cuando observan a un servidor público pidiendo o recibiendo dadivas de la ciudadanía, pero no miran su propio proceder cuando ellos al cometer una infracción de tránsito son los que ofrecen la "mordida" al agente de tránsito para no ser sancionados, pues resulta más barato entrarle con el "poli" que pagar la multa. Se nos olvida que nuestros actuales servidores públicos o políticos también fueron niños y crecieron bajo ese manto de la doble moral. Un Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Manuel López Obrador, Murillo Karam, etcétera, etcétera. Son esos niños que ahora dan resultados de corrupción y sumen al país en una mayor crisis político social. Sin embargo, la ciudadanía no ha cambiado, cabe recordar que desde los tiempos del General Porfirio Díaz según la entrevista que le realiza el periodista John Creelman, hace referencia a una población en latente estado de reposo, donde esperan que sea el gobierno quien les solucione su condición. Una sociedad sobrada de desesperanza pero al mismo esperando las migajas de bienestar y conformismo porque no se puede hacer más. Es cierto que tres años después surge la revolución de 1910, pero como vemos solo sirvió para la escalada de un grupo arribista de políticos que empezó la creación de un país "democrático" pero su trasfondo era la toma de poder. Un poder que nunca ha servido al pueblo mexicano y que solo ha derivado en una fragmentación interna que divide al país bajo la bandera de la doble moral y la injusticia social.
Ahora más que nunca nuestro país necesita y merece un grupo significativo de profesionales no tan solo en el ámbito político sino también social y laboral con una clara muestra de honestidad. Profesionistas, técnicos, obreros, estudiantes y ciudadanía en general con un alto concepto de la ética y la moral. Ciudadanos con un actuar deontológico y propositivo para hacer de nuestra gran nación un lugar digno de habitar. Hagamos lo que esté a nuestro alcance y construyamos desde nuestro entorno la sociedad que cambie a través del ejemplo vivo, a nuestra nación. Hagámoslo de centro a sur y de sur a norte.