Digestive System

June 4, 2017 | Autor: S. Velazquez Loza | Categoria: Biology, Human Body, Digestive System
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sistema digestivo
15 de abril de 2016
biologia ii
Ana Sofía Peña Arriaga L. Sarahí Velázquez Loza
Trabajo parcial
4° semestre


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15 de abril de 2016
biologia ii
Ana Sofía Peña Arriaga L. Sarahí Velázquez Loza
Trabajo parcial
4° semestre

Sistema digestivo
El sistema digestivo es el conjunto de órganos (boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso) encargados del proceso de la digestión.
La digestión es el proceso de transformación de los alimentos para que puedan ser absorbidos y utilizados por las células del organismo.
La función que realiza es la de transporte (alimentos), secreción (jugos digestivos), absorción (nutrientes) y excreción (mediante el proceso de defecación).
En el proceso de digestión se transforman los glúcidos, lípidos y proteínas en unidades más sencillas, gracias a las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la sangre.
Órganos fundamentales
Boca:
Es una cavidad hueca en la cual se encuentran los dientes, que son los encargados de triturar el alimento. Los dientes se pueden clasificar en caninos, incisivos, premolares y molares. En la boca encontramos también la lengua, un músculo con gran cantidad de papilas gustativas, que ayuda en la masticación y mezcla de los alimentos, facilitando su tránsito hacia el esófago.
En todo lo anterior participan las glándulas salivales, productoras de un líquido llamado saliva, que actúa como lubricante, destruye las bacterias ingeridas con los alimentos e inicia la digestión química de los glúcidos, gracias a la acción de la enzima llamada amilasa o ptialina, que rompe el almidón en maltosa. La saliva se encuentra compuesta por un 95% de agua y un 5% de solutos tales como iones de sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, y fosfatos.
El resultado de la masticación es una masa homogénea de alimento llamada bolo, cuyos componentes ya han comenzado el proceso de fermentación.
Faringe:
Es un musculo en forma de tubo que ayuda a respirar y está situado en el cuello y revestido de membrana mucosa; conecta la nariz y la boca con la tráquea y el esófago respectivamente, y por ella pasan tanto el aire como los alimentos, por lo que forma parte del aparato digestivo así como del respiratorio.
Esófago:
Es una parte del tubo digestivo de los seres humanos formada por un tubo muscular de unos 30 centímetros, que comunica la faringe con el estómago. A través de este conducto los alimentos son transportados hasta el estómago para continuar su proceso digestivo.
Estómago:
Podría describirse como un reservorio temporal del bolo alimenticio deglutido hasta que se procede a su tránsito intestinal, una vez bien mezclado en el estómago. Se ubica en la porción superior de la cavidad abdominal, debajo del hígado. Su superficie externa es lisa, mientras que la interna presenta numerosos pliegues que favorecen la mezcla de los alimentos con los jugos digestivos.
Intestino delgado:
Es la parte del tubo digestivo que inicia después del estómago y acaba en el ciego del colon. Se divide en tres porciones: duodeno, yeyuno, e íleon.
a) Duodeno: Es el primer segmento del intestino, mide unos 25 cm de longitud. Ocupa una posición fija en la cavidad abdominal, sostenido en su lugar por ligamentos que lo aseguran al hígado y al estómago. Se encarga de la digestión de los alimentos y de la absorción de los nutrientes. De hecho, es el lugar principal para la absorción de hierro. Varios de los conductos del páncreas, el hígado y la vesícula biliar, se abren en el duodeno para facilitar sus funciones principales.
Además de digerir los alimentos, es responsable de regular la velocidad del vaciado gástrico, así como de la activación de las señales de hambre.
b) Yeyuno: Mide aproximadamente entre 1,5 a 2,5 metros de largo. Se sitúa entre el Duodeno y el íleon, su función es realizar la absorción de las sustancias de los alimentos. En este trozo de intestino delgado actúa el jugo intestinal, que degrada al mínimo los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos.
c) Íleon: El íleon, que es de aproximadamente de unos 7,5 metros de largo, es más pequeño que el yeyuno y tiene una tonalidad más clara. Su principal función es absorber los nutrientes (vitamina B12) del quimo, o los alimentos digeridos.
Intestino grueso:
Es la penúltima porción del tubo digestivo, formada por el ciego, el colon, el recto y el canal anal.
a) Ciego: Es la primera porción del intestino grueso. Denominado así por constituir una especie de fondo de saco donde implanta el apéndice cecal, y en el cual desemboca el intestino delgado a través del esfínter ileocecal. Realiza diferentes funciones y aportes al proceso de digestión, ya que este posee numerosas bacterias que contribuyen a la reducción de algunas sustancias de difícil absorción por otras estructuras.
b) Colon: Es la parte más grande del intestino grueso y se divide en tres secciones: colon ascendente, colon transverso y colon descendente.
El colon ascendente, llega hasta el borde del hígado (glándula que produce y secreta la bilis), en este punto se incurva, formando el colon transverso, que se extiende horizontalmente hasta las inmediaciones del bazo (órgano linfático muscular). A partir de aquí se incurva nuevamente hacia abajo, y se denomina colon descendente. Después describe una curva en forma de s, recibiendo el nombre de colon sigmoideo o sigma.
La principal función del colon es convertir en heces el líquido del intestino delgado, llamado quimo. Junto con esto, interviene en las siguientes acciones:
- Las bacterias que habitan en él producen vitaminas K y B.
- Crea anticuerpos que protegen el sistema contra posibles enfermedades.
c) Recto: Es el tramo final del intestino grueso. Mide entre 15 y 20 centímetros. Recoge los residuos cuando se ha eliminado la mayor parte del agua que contienen, y los retiene hasta que son expulsados.
d) Canal anal: De unos 4cm de longitud, revestido de crestas verticales llamadas columnas anales. En las paredes del canal anal hay dos fuertes capas planas de músculos llamados esfínteres interno y externo, que actúan como válvulas y que se relajan durante la defecación.
Ano:
Situada en el extremo del aparato digestivo, es por dónde se eliminan los gases y las heces. Se ubica al lado de los genitales, en la zona perineal.


Las glándulas anexas
Las glándulas anexas, son órganos que segregan los líquidos digestivos capaces de transformar los alimentos más simples para facilitar su digestión. Estos líquidos contienen sustancias llamadas enzimas, que son los encargados de simplificar los alimentos.
Las principales glándulas anexas de la digestión son:
Salivales:
Segregan saliva, la que sirve para humedecer los alimentos dentro de la boca y así facilitar la digestión.
Jugos gástricos:
Segregan jugo gástrico.
Hígado:
El hígado es la glándula más grande del cuerpo y tiene varias funciones importantes:
-Elaboración de la bilis (necesaria para la digestión y absorción de las grasas), función desintoxicante, almacén de vitaminas, etc. Además, es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias tóxicas.
-Tiene otro órgano añadido, la vesícula biliar, que es donde se produce la bilis. La bilis es vertida al tubo digestivo en el duodeno.
-Pesa alrededor de 1,5 kg, es de color rojo oscuro y está situado en la parte superior derecha de la cavidad abdominal, justo bajo el diafragma.
Páncreas:
El páncreas es una glándula con forma de lóbulo grande que tiene la función de secretar la hormona insulina y un fluido alcalino que ayuda al proceso de digestión. La insulina es importante en la utilización de azúcar en la sangre y la carencia de esta hormona produce la diabetes mellitus. El fluido digestivo se secreta directamente al duodeno, justo debajo del estómago en el tracto digestivo.

Paso de los alimentos a través del aparato digestivo
Los órganos grandes y huecos del tracto digestivo poseen una capa muscular que permite que sus paredes se muevan. El movimiento de estas paredes puede impulsar los alimentos y los líquidos, y mezclar el contenido dentro de cada órgano. Los alimentos pasan de un órgano a otro mediante un movimiento muscular que se llama peristaltismo. La acción del peristaltismo se parece a la de una ola del mar moviéndose por el músculo. El músculo del órgano se contrae estrechándose y después mueve lentamente la porción contraída hacia la parte inferior del órgano. Estas ondas alternadas de contracciones y relajaciones empujan los alimentos y los líquidos a través de cada órgano.
El primer movimiento muscular importante ocurre cuando ingerimos alimentos o líquidos. Aunque el ingerir es parte de un proceso voluntario, en cuanto empieza se vuelve involuntaria y pasa a estar bajo el control de los nervios.
Los alimentos que acabamos de ingerir pasan al siguiente órgano que es el esófago, que conecta la garganta con el estómago. En la unión del esófago y el estómago hay una válvula en forma de anillo llamada válvula pilórica que cierra el paso entre los dos órganos. Sin embargo, a medida que los alimentos se acercan al anillo cerrado, los músculos que lo rodean se relajan y permiten el paso al estómago.
El estómago debe realizar tres tareas mecánicas. Primero, debe almacenar los alimentos y los líquidos ingeridos. Para ello, el músculo de la parte superior del estómago debe relajarse y aceptar volúmenes grandes de material ingerido. La segunda tarea es mezclar los alimentos, los líquidos y el jugo digestivo producido por el estómago. La acción muscular de la parte inferior del estómago se encarga de esto. La tercera tarea del estómago es vaciar su contenido lentamente en el intestino delgado.
Varios factores afectan el proceso de vaciar el estómago, como el tipo de los alimentos y el grado de actividad muscular del estómago y del intestino delgado. Los carbohidratos, por ejemplo, son los que pasan la menor cantidad de tiempo en el estómago, mientras que las proteínas permanecen más tiempo, y las grasas son las que pasan la mayor cantidad de tiempo. A medida que los alimentos se digieren en el intestino delgado y se disuelven en los jugos del páncreas, el hígado y el intestino, el contenido intestinal se va mezclando y avanzando para facilitar la digestión posterior.
Finalmente, todos los nutrientes digeridos se absorben a través de las paredes intestinales y se transportan a todo el cuerpo. Los productos de desecho de este proceso comprenden partes no digeridas de los alimentos, conocidas como fibra, y células viejas que se han desprendido de la mucosa. Estos materiales son impulsados hacia el colon, donde permanecen hasta que se expulsa la materia fecal durante la deposición.

Absorción y transporte de los nutrientes
La mayoría de las moléculas digeridas de los alimentos, y el agua y los minerales provenientes de la dieta se absorben a través del intestino delgado. La mucosa del intestino delgado contiene muchos pliegues cubiertos de proyecciones diminutas llamadas vellosidades. Éstas sucesivamente están cubiertas de proyecciones microscópicas llamadas microvellosidades. Estas estructuras crean una superficie amplia a través de la cual se pueden absorber los nutrientes. Hay células especializadas que permiten que los materiales absorbidos atraviesen la mucosa y pasen a la sangre, que los distribuye a otras partes del cuerpo para almacenarlos o para que pasen por otras modificaciones químicas. Esta parte del proceso varía según los diferentes tipos de nutrientes.
Reguladores hormonales
Las principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y se liberan a través de las células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas se liberan en la sangre del tracto digestivo, regresan al corazón y por las arterias, y de nuevo hacia el aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el movimiento de los órganos.
Las principales hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistocinina.
La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento celular normal de la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon.
La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. El bicarbonato ayuda a neutralizar el contenido ácido del estómago cuando entran en el intestino delgado. Además estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.
La colecistocinina ("CCK" en inglés) hace que el páncreas produzca las enzimas del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe. También fomenta el crecimiento celular normal del páncreas.
Otras hormonas del aparato digestivo regulan el apetito:
La grelina se produce en el estómago y el intestino delgado y estimula el apetito cuando no hay alimentos en el aparato digestivo.
El péptido YY se produce en el tracto digestivo en respuesta al alimento e inhibe el apetito.
Ambas hormonas actúan sobre el cerebro para regular el consumo de alimentos para obtener energía. Los investigadores están estudiando otras hormonas que pueden participar en la inhibición del apetito, incluidos el péptido 1 similar al glucagón ("GPL-1" en inglés), la oxintomodulina ("OXM" en inglés) y el polipéptido pancreático ("PPY" en inglés).
Reguladores nerviosos
Dos clases de nervios controlan la acción del aparato digestivo.
Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde el cerebro o desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias químicas: la acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos de los órganos digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los alimentos y líquidos a través del tracto digestivo. También hace que el estómago y el páncreas produzcan más jugo digestivo. La adrenalina tiene el efecto opuesto, relajando el músculo del estómago y de los intestinos y disminuyendo el flujo de sangre a estos órganos, retardando o deteniendo la digestión.
Los nervios intrínsecos (de adentro) forman una red muy densa incrustada en las paredes del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. La acción de estos nervios se desencadena cuando las paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los alimentos. Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.

Enfermedades del sistema digestivo
Acidez (esofagitis por reflujo): es una sensación quemante que se experimenta de la porción interior del esternón, o inmediatamente por debajo de las costillas en la porción superior del abdomen. A veces se extiende hacia arriba hasta la garganta y la boca.
Cáncer de estómago: Se trata de una de las principales causas de mortalidad por cáncer. Más del 90% de todos los tumores de estómago se deben al adenocarcinoma gástrico (AG), provocado por una compleja interacción entre la infección por Helicobacter pylori, la alimentación y la predisposición genética. Los factores ambientales son responsables del 62% de los cánceres gástricos y los factores hereditarios del 28%.
Apendicitis: es la inflamación del apéndice, primera parte del colon ascendiente. 
Abscesos del hígado: un hígado con abscesos es una cavidad llena de pus causada por bacteria o parásitos.
Diarrea: es un aumento en la frecuencia y fluidez de las heces, y es causada cuando el agua no es absorbida por el intestino o cuando es arrastrada hacia él.
Litiasis de la vesícula: la litiasis son piedras en la vesícula biliar. Comienzan como pequeños gránulos que paulatinamente aumentan de tamaño.

Causas de principales enfermedades
Cáncer de boca: los factores que predisponen al cáncer de boca comprenden exposición habitual y prolongada a la luz solar, el uso de tabaco de mascar y tabaco en polvo, ingestión crónica de bebidas alcohólicas y consumo de cigarrillos y marihuana.
Gingivitis: inflamación de las encías caracterizada por enrojecimiento, inflamación y en ocasiones sangrado, es una forma muy común de la enfermedad periodontal, se debe principalmente a la acumulación de sarro.
Acidez (esofagitis por reflujo): es una sensación quemante que se experimenta de la porción interior del esternón, o inmediatamente por debajo de las costillas en la porción superior del abdomen. A veces se extiende hacia arriba hasta la garganta y la boca.
Hernia del hiato esofágico: en la hernia del hiato esofágico, la parte abdominal del esófago y una parte del estómago son empujadas o traccionadas hacia arriba a través del hiato o abertura del diafragma por el que pasa el esófago.
Indigestión (dispepsia): es un síntoma de problemas en el tracto gastrointestinal superior: esófago, estómago, duodeno, vesícula biliar y páncreas. Los síntomas comprenden una vaga sensación de malestar después de comer o beber además de acidez, eructos, distensión o hinchazón, náusea y hasta dolor.
Gastritis agudas: infecciones, generalmente virales, pero también bacterianas o parasitarias (denominadas gastroenteritis); drogas, especialmente aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios; ingestión de ácidos corrosivos o álcalis, consumo abundante de bebidas alcohólicas, consumo accidental de una variedad de hongos venenosos, respuestas alérgicas a ciertos alimentos.
Úlcera péptica (UP): Se trata de un defecto o lesión de la mucosa gastrointestinal, que se perpetúa como consecuencia de la actividad ácido-péptica. Las áreas de localización son fundamentalmente el estómago y el bulbo duodenal.1
Cáncer de estómago: Se trata de una de las principales causas de mortalidad por cáncer. Más del 90% de todos los tumores de estómago se deben al adenocarcinoma gástrico (AG), provocado por una compleja interacción entre la infección por Helicobacter pylori, la alimentación y la predisposición genética. Los factores ambientales son responsables del 62% de los cánceres gástricos y los factores hereditarios del 28%.2
Colitis ulcerosa (CU): Es una enfermedad predominantemente mucosa y que afecta sólo al colon. Su principal síntoma es la rectorragia.
Intolerancia a la lactosa: Es el conjunto de síntomas que aparecen después de la ingestión de lactosa (el azúcar de la leche), tales como dolor abdominal, distensión, borborigmos, diarrea15 16 16 e incluso estreñimiento.17 Es consecuencia de una deficiencia de lactasa (la enzima que digiere la lactosa). 
Apendicitis: es la inflamación del apéndice, primera parte del colon ascendiente. El enfermo siente dolor cuando se presiona ese punto y experimenta fiebre leve, náusea, vómito y constipación (raramente diarrea).
Hemorroides: son venas varicosas de la membrana de revestimiento de la región anal, que aumentan de tamaño debido a la presión interna.
Fisura anal: es un fino desgarramiento o úlcera que se extiende por el revestimiento del canal anal, que generalmente se produce debido a la salida de heces abultadas y duras, como resultado de la cirugía rectal, o por la presencia de hemorroides. El síntoma principal consiste en un fuerte dolor durante la defecación.
Hepatitis: es una inflamación, y con frecuencia destrucción, del tejido hepático. La hepatitis es causada generalmente por infecciones virales, aunque también puede ser causada por bacterias y otros microorganismos, y por bebidas alcohólicas y ciertas drogas.
Cirrosis del hígado: en la cirrosis, las células funcionales del hígado son gradualmente destruidas y reemplazadas por tejido fibroso. Conjuntos de células dañadas existen junto a zonas de regeneración, pero la arquitectura del hígado se trastorna gradualmente con cicatrices y depósitos de grasa. Finalmente el hígado disminuye de tamaño, se endurece y deja de funcionar.
Dolor abdominal: como las cavidades abdominal y pélvica constituyen una sola unidad, que dentro de ellas se encuentran los sistemas digestivo, urinario y reproductivo, y que por ella pasan importantes vasos sanguíneos, linfáticos y nerviosos, el dolor abdominal puede ser un síntoma de numerosos desordenes diferentes. Por lo tanto, al médico le resulta difícil diferenciar la clase de dolor e identificar con precisión un problema específico.
Relación con otros sistemas y aparatos
Sistema muscular y esquelético: Varias características del tracto digestivo ayudan a demostrar el papel del sistema muscular en el trabajo con el sistema digestivo. En la boca, los músculos de las mandíbulas y de la lengua rompen los alimentos en pedazos. Los músculos de la garganta mueven los alimentos por el esófago. En el estómago, movimientos de batido son producidos por los músculos para romper los alimentos en pequeños trozos y mezclarlos con el ácido del estómago. Por último, las contracciones musculares del intestino mueven los alimentos a través del resto del tracto digestivo.
Aparato respiratorio: Las substancias no digeridas pasan al intestino grueso, dónde ocurren cosas importantes: Se absorbe una gran cantidad de agua, se aprovecha parte de lo no digerido y se forman las heces. Nuestra salud depende en buena medida del correcto funcionamiento del aparato digestivo. Además de los nutrientes sólidos y líquidos hay nutrientes gaseosos. El aparato respiratorio es el encargado de suministrar nutrientes gaseosos y eliminar gases, producto de desecho. Actúa mediante un sistema de conductos que llevan el aire desde la atmósfera hasta la sangre. Los movimientos respiratorios hacen que el aire entre y salga de los pulmones y en los alvéolos pulmonares se intercambian los gases entre el aire y la sangre. Las células necesitan oxígeno para oxidar los alimentos y así obtener energía. Lo hacen mediante un proceso del metabolismo llamado respiración celular. Algunas costumbres, muy enraizadas en nuestra sociedad perjudican la función de los aparatos respiratorio y circulatorio: tabaquismo, contaminación, dieta inadecuada, alcoholismo, falta de medidas higiénicas.
Aparato excretor: El sistema digestivo transforma los alimentos en nutrientes, los nutrientes son absorbidos en el Intestino Delgado a partir de las vellosidades y microvellosidades intestinales, pasan a la sangre que los transporta hacia todas las células del cuerpo, en las células corporales los nutrientes son aprovechados generando energía química y desechos metabólicos que en parte van al Intestino Grueso para su evacuación, cuando la sangre llega a nivel de los glomérulos renales se filtran todos sus componentes( agua, sales minerales, iones inorgánicos, glucosa, amoniácidos, ácidos grasos simples, etc.) produciendo el Ultrafiltrado del plasma sanguíneo( formación de la orina), es decir, la depuración del mismo de sustancias tóxicas nitrogenadas como Urea, Ácido Úrico, Amoníaco, etc., estas sustancias derivan del metabolismo de las proteínas y tienen que ser excretadas en forma de orina,
Aparato circulatorio: Las sustancias son absorbidas por las paredes del intestino delgado las cuales con conducidas por la sangre hacia el hígado, las células del organismo requieren un suministro continuo de nutrientes y en cantidades adecuadas. El hígado es capaz de almacenar los nutrientes y de regular su ingreso a la sangre según las necesidades celulares.
Sistema inmunológico: El sistema digestivo está compuesto por proteínas, células, tejidos y órganos que trabajan en forma conjunta y muy compleja para defender al cuerpo de bacterias dañinas, toxinas y enfermedades infecciosas que lo atacan sin tregua. La mucosa intestinal está conectada con la mayor población de células inmunológicas de nuestros organismos. Allí residen los linfocitos, en particular los llamados linfocitos T y B claves para defender el tracto intestinal de infecciones o de cualquier daño en sus paredes. Además de alojar estas células inmunológicas, la flora benéfica intestinal que vive allí es de extrema importancia para la inmunidad general. Esta flora actúa como coadyuvante de los linfocitos siendo preciosos aliados en la lucha contra los atacantes externos que llegan sin cesar. Este trabajo conjunto permite que los agentes patógenos no puedan ser absorbidos y lleguen a la sangre. Esta es una de las razones más importantes por las que mantener un sistema digestivo en buenas condiciones es vital para la salud.
Sistema nervioso: En el intestino existe toda una red de nervios que se conoce como Sistema Nervioso Entérico (SNE), el cual participa en los movimientos del intestino, en la sensibilidad gastrointestinal, la ingesta de un alimento requiere la participación de varios nervios diferentes, y los movimientos del esófago para llevar la comida hasta el estómago también son por orden del sistema nervioso.
Sistema endocrino: El sistema endocrino es el encargado de producir hormonas las cuales ayudan a digerir los alimentos, esto quiere decir que las glándulas segregaran una hormona al entrar en contacto con el alimento para regular los nutrientes que se obtengan.
Piel: Los nutrientes pasan a ser degradados en sus componentes más simples como la glucosa, los lípidos y proteínas que son biomoléculas, estas se guardan o se utilizan según sea la necesidad energética del cuerpo. Los elementos degradados pasan por un proceso celular en donde son sintetizados para que puedan ser utilizados en el caso de la pigmentación de la piel, en su firmeza, elasticidad.

Recomendaciones para conservarlos con salud
El sistema digestivo resulta fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, ya que permite que nuestro cuerpo obtenga los nutrientes y la energía que necesita a partir de lo que comemos. Es por ello que es muy importante que prestamos la debida atención y lo cuidemos desde que somos pequeños. Además, con el paso de los años el cuidado debe ser mayor, ya que los órganos, al igual que el resto de sistemas, van envejeciendo.
Causas como los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio o problemas como el estrés y la ansiedad pueden originar la aparición de problemas que afecten a nuestro sistema digestivo, como el estreñimiento, la diarrea, los gases, el reflujo gastroesofágico, indigestiones e incluso algunas enfermedades que afecten a alguno de los órganos que forman el aparato digestivo.
Llevando una vida sana y teniendo en cuenta una serie de consejos para cuidarlo podremos ayudar de una manera muy significativa a mantener el sistema digestivo joven y, por tanto, encontrarnos mucho mejor.
Consumir Fibra: Se recomienda tomar unos 3o gramos al día, ya que la fibra vegetal provoca que parte del agua que ingerimos se retenga en la parte final del intestino grueso. Esto permite que las heces sean más blandas, lo que favorece la defecación.
Toma fruta y verduras cada día: Resultan fundamentales, puesto que nos aportan agua, fibra, vitaminas y minerales. Componentes necesarios para el organismo y que permiten mantener un sistema digestivo fuerte. Los especialistas señalan que la cantidad adecuada es de 5 piezas al día. Además, algunos alimentos como el arroz, la patata, las manzanas, los higos o el pan contienen sustancias que protegen la mucosa intestinal.
Consumir aceite de oliva: Ayuda a reducir la acidez del estómago, tiene efectos antiinflamatorios. Además es rico en vitamina E, que tiene un claro componente antienvejecimiento. También se puede tomar como laxante si se toma dos cucharadas en el desayuno.
Tampoco nos podemos olvidar que el ácido oleico que contiene mejora la función del páncreas y mejora la absorción de minerales.
Beber suficiente agua: El agua es parte fundamental de nuestro organismo, por lo que su consumo es totalmente necesario. La cantidad recomendada diaria es de 1,5 a 2 litros. Además, ayuda a combatir el estreñimiento y facilita la digestión. Se puede tomar tanto en las comidas como fuera de ellas.
No se debe eliminar la leche: En muchas ocasiones se deja de tomar la leche porque no la toleran bien, en concreto a la lactosa. Sin embargo, la leche es fundamental porque es una de las mayores fuentes de calcio. Si se presenta intolerancia, siempre se puede optar por tomar leche baja en lactosa.
Realiza ejercicio: Siempre es recomendable para la salud realizar ejercicio de forma diaria por sus innumerables beneficios, pero es que además favorece la digestión y el tránsito intestinal.
Limitar el consumo de alimentos ricos en grasas: Alimentos como las carnes grasas, los embutidos, los huevos o quesos curados provocan digestiones pesadas y realizan un gran aporte calórico, por lo que su consumo tiene que ser siempre limitado.
Realizar cinco comidas al día: De esta manera se estará distribuyendo la ingesta de alimentos, de forma que nunca se realiza comidas copiosas y, por tanto, se evita sobrecargar al sistema degenerativo. Asimismo, estamos dando al organismo un aporta continuado de energía
Controlar los gases: Si no se mastica bastante y despacio los alimentos, a la larga originan una serie de problemas en el proceso digestivo. Hay que evitar también masticar chicle y las bebidas gaseosas, ya que aumentan la distensión abdominal y provocan una mayor secreción ácida. Del mismo modo, hay que moderar el consumo de dulces y alimentos ricos en fécula (col, coliflor, brécol…) ya que provocan muchos gases.






















Referencias
http://catedu.es/cnice/biosfera/alumno/3ESO/diges/index.htm
http://www.authorstream.com/Presentation/gildarojasa-1212513-relaci-n-entre-sistema-digestivo-y-circulatorio/
https://elpoderdelalimento.com/2014/07/30/el-sistema-inmunologico-y-el-sistema-digestivo-su-vital-relacion/
https://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedades_del_sistema_digestivo
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/dermatologia/es_%20set%202000/piel_sis.htm



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