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DOLOR Por: Alfredo Gutiérrez Borrero
[email protected] [email protected] Columna revista proyectodiseño (PD) No. 83, marzo de 2013 Páginas 72-73 Versión impresa (página 3 de este PDF en adelante) Me pregunto con frecuencia ¿cuál es el valor de los artefactos diseñados frente al dolor? A menudo lo hago tras pensar en el bienestar ideal que lo diseñado habría de generar en la vida de las personas. Al menos momentáneamente. “El dolor lo sentimos exclusivamente en la mente, no en el cuerpo. También en este caso, el cuerpo sólo sirve de medio para transmitir una experiencia en este plano (el dolor fantasma demuestra que tampoco es imprescindible el cuerpo)”, plantean en su libro La enfermedad como camino, dos autores alemanes, el médico psicoterapeuta Ruediger Dahlke y el ya fallecido psicólogo místico Thorwald Dethlefsen. Buscar bienestar humano es el eje de diseñar con propósito; eso, aunque tantos diseñadores fueran educados en la obsesión de la impersonalidad con temor reverencial a pronunciar la palabra ‘subjetivo’. Cada vez más de ellos, son inspirados por la posibilidad de contribuir a transformar las condiciones para estimular el bienestar de los implicados en sus diseños. Esto es evidente en los debates en torno al diseño empático, o enfocado en valores, o socialmente responsable, o centrado en el humano, o significativo, o positivo, o enfocado hacia la felicidad: en virtud de ello, el International Journal of Design (difundido gratuitamente en Internet tres veces al año y publicado desde 2007, por el instituto Chino de Diseño de Taiwan), invitó a estudiosos de diseño del mundo entero a enviar antes del 1 de marzo de 2013 artículos para una edición especial sobre “diseño para el bienestar subjetivo”: http://www.ijdesign.org/ojs/index.php/IJDesign/ Apenas otra noticia, porque la pregunta del dolor está tras toda respuesta de diseño, subyace al intento de aportar a la calidad de vida de individuos y comunidades que nunca serán genéricos, ni mecánicamente explicables o prescindibles. En el oscilante camino que va de la basura a la cosa, hay ‘ensamblajes’ de elementos que llaman la atención, inspiran miedo o invitan a hacer poesía, pero para los diseñadores profesionales al examinar la relación entre diseño y bienestar subjetivo, emergerán siempre el dolor y sus asuntos. Aferrarse a la cama, a la almohada, a la taza de agua aromática, a la bolsa de hielo o agua caliente, a la ducha, al retrete, arrojarse al piso, descargarse, escapar en algo blando o duro. La camilla, la píldora, el reloj despertador para ser destruido apenas suena (al estilo de la Pantera Rosa) algo para golpear. O gritar. ¿Diseñamos pensando en eso?, ¿podemos elaborar artefactos no ya para mejorar el bienestar, sino al menos para resolver el dolor?, ¿Cómo? Diseñamos estrellas, cruces, camándulas y amuletos. Pero ¿qué sabemos de diseñar para quien está en el segundo final de la existencia? En el estertor. En el último respirar. ¿Cómo puede tal conocimiento ser adquirido, o incidir en nuestros procesos creativos? Quien quiera que sea, cuando leas esto, podrás suspender, o esquivar pensarlo, pero igual morirás. Cabría indagar con tanatólogos sobre qué se siente en ese vacío áspero del sufrimiento, cuando el único objeto que nos refugia, tal cual dicen mis colegas Estelle Vanwambeke y Leonardo Vásquez, es el cuerpo objetivado, y en especial la mano que presiona con las yemas de sus dedos el punto fatal intentando la cura. Los objetos todos son aquí ficciones proyectadas a lo material que se desvanecen mientras (me duele hasta imaginarlo), volvemos a nuestro ser, donde el cuerpo es la parada previa. Todo y nada que la mano fricciona esperanzada.
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¿Qué oportunidades suministra diseñar todo artefacto orientado a la agonía, a la contingencia de morir junto a cualquier cosa? ¿Cómo saber cuáles son los últimos artefactos que se desvanecen en la mente antes del retorno a otro estado del organismo desahuciado? ¿Cómo evaluar el potencial de convivir con el dolor en futuros diseños y conceptos? ¿Qué modelos de negocio y qué tipo de diseñador empresario desarrollaría líneas de productos de diseño terminal con tales funciones? ¡Cuán necesario estructurar el diálogo de las pieles y las expresiones, allá donde ni las palabras alcanzan, para asumir el dolor con diseño o el diseño con dolor! Me inquietan el desarrollo (de seguro hay autores que desconozco) de teorías y prácticas de diseño, de métodos para reocupar al cuerpo, y despojarse dignamente; cual inexorablemente es menester, de todos los objetos. Las materias. Las cosas, ¿con qué matriz evaluaríamos la innovación incremental o radical en emprendimientos así? Quizás construirla implique meditar este párrafo honesto y terrible del escritor norirlandés Clive Staples Lewis (autor de Las Crónicas de Narnia) que propongo como guía para diseñar pensando en el dolor, no tanto para someterlo, en últimas irrealizable, como para comprenderlo: “Y, ¿cómo es la vida mientras dura? Se da de un modo tal, que todas sus formas pueden vivir solamente mediante la depredación. En las formas inferiores este proceso sólo implica muerte; pero, en las formas superiores se manifiesta una cualidad diferente, llamada conciencia, que les permite llevarlo a efecto con dolor. Las creaturas producen dolor al nacer, viven causando dolor y, en su mayoría, mueren con dolor. En la creatura más compleja de todas, el hombre, se manifiesta, aun, otra cualidad, que llamamos razón, que le permite prever su propio dolor —que es precedido por un agudo sufrimiento intelectual—, como también prever su propia muerte, aun cuando ansíe fervientemente seguir viviendo. La razón también permite a los hombres, mediante un centenar de maquinaciones ingeniosas, infligir muchísimo más dolor del que sin ella podrían haberse causado unos a otros y a las creaturas irracionales. El hombre ha ejercido este poder al máximo; su historia es en gran parte un archivo de crímenes, guerras, enfermedades y terror, con suficientes dosis de felicidad como para producirle, mientras dura, un angustioso temor a perderla y, una vez que se ha perdido, la terrible desgracia de recordar”. Con dolor, para el dolor y en el dolor… diseñarás tu proyecto.
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