Don Vasco de Quiroga1

Don Vasco de Quiroga

Vasco de Quiroga (Madrigal de las Altas Torres, 1480 – Uruapan, 1565) se dedicó a la abogacía desde 1515 hasta 1530 en Valladolid. Llegó a Veracruz en 1531 para trabajar en la Audiencia de México. Fue hasta 1538 que se le nombró obispo de Michoacán. Se ganó el afecto de los purépechas, y entre ellos realizó su trabajo hasta el fin de sus días.
Quiroga está clasificado como un filósofo humanista del siglo XVI por una simple razón, todo su pensamiento y obras estuvieron dedicados al desarrollo y bienestar de la comunidad indígena donde habitaba. El ejemplo más claro que lo posiciona en esta clasificación es el proyecto de los hospitales-pueblos.
En su estadía en México estuvo en contra de la esclavitud hacia los indígenas. Para argumentar su posición realiza un escrito que lleva por nombre Información en derecho. En él hace alusión a la distinción de los infieles del cardenal Cayetano, y ubica a los indígenas en aquellos que no son súbditos ni de derecho ni de hecho por habitar en tierras que nunca fueron cristianas. Y así, Quiroga alega que no se puede esclavizar a los indígenas, salvo por una razón: resistir o poner en peligro la evangelización.
Don Vasco vio con tanto agrado a la comunidad indígena que llegó a pedir a las autoridades que se les permitiera una política propia; un gobierno integrado por españoles y aborígenes. Inspirado por la Utopía de Tomás Moro, y tomando en cuenta comportamiento tan fascinante de los indígenas, creyó posible reproducir esta organización en el Nuevo Mundo. Desde luego, y lamentablemente, no fue escuchado.
Sin embargo, Quiroga hizo lo que pudo por realizar sus ideales humanistas en la actual Michoacán. La creación de los hospitales-pueblo fue su más grande obra. Estos consistían en una organización social estricta, pero muy benéfica: todos trabajan según su condición de salud, todo se reparte según las necesidades. Los trabajos de mantenimiento se realizan por la misma comunidad. Dos factores rigen los hospitales-pueblo, la abundancia y la honestidad. La evangelización se mantenía dentro de las instrucciones de la comunidad, queriéndose asemejar al cristianismo primitivo que tanto anhelaba don Vasco. Además, la salud es un factor de primer nivel, tanto física como psíquicamente, por lo que la enfermería tenía su lugar privilegiado en la organización.
Don Vasco de Quiroga murió dirigiendo su obra. No obstante, el obispo de Michoacán escribió un testamento donde plasma instrucciones para que los hospitales-pueblo sigan haciendo su trabajo y el ideal de una utopía del Nuevo Mundo se visualizará no muy lejano. Quiroga fue, en conclusión, un filósofo humanista completo, no tanto por sus escritos o pensamientos, sino por su obra. Difícilmente se verá un logró de esta magnitud en todos los pensadores del México colonial. La práctica de los ideales humanistas es, a final de cuentas, el objetivo primordial, y Don Vasco de Quiroga lo cumplió.



Beuchot, M. (1996).Historia de la Filosofía en el México Colonial. (1ª ed. Pp. 77-93). Herder: Barcelona.

De acuerdo al profesor Beuchot hay que agregar 10 años a la fecha que se toma usualmente (1470).