Dos entusiastas maestros. (Two master enthusiasts).

DOS ENTUSIASTAS MAESTROS. Raúl Rodríguez García, arquitecto.

(foto: Francisco Arqués Soler)

(foto: Bernardo Pérez)

En una ocasión Le Corbusier declaró que lo primero que enseñaría a sus alumnos en una escuela de arquitectura sería, sin ninguna duda, “el entusiasmo”. Como es sabido, el maestro suizo nunca dio clase en la Escuela de Arquitectura de Madrid. En cambio, creo que ésta ha sido una de las constantes que han caracterizado el trabajo de alumnos y profesores de dicha Escuela a lo largo de su historia (unas veces con más acierto que otras). Y así se refleja en el trabajo diario, en la obra –no construida muchas veces-, en los textos y conferencias y, en general, en el trato y en la personalidad de muchos de estos alumnos –algunos hoy maestros indiscutiblescuyos trabajos seguimos hoy apreciando y agradeciendo. 78

Tal es el caso de dos de estos jovencitos –uno madrileño y el otro manchego- de cuyo humilde quehacer diario hizo su entusiasta manera de conducir su profesión toda una carrera sembrada de éxito y maestría. Y su figura, como la de los grades creadores, pervive en el tiempo a través del legado de su obra. Don Miguel y Don Fernando, Fisac e Higueras, dos caras de una misma moneda, dos trabajos complementarios de los que aún hoy, a pesar de sus “irreparables pérdidas”1, seguimos hablando, leyendo, disfrutando y, en cualquier caso, aprendiendo. Si bien Fisac, el maestro manchego de Daimiel, nos dejó en mayo del año 2006, dos años después, una exposición sobre sus trabajos con perfiles huecos de hormigón para postensar (HuesOs varios2) sigue de gira por la geografía española, a la que se suman actos de diferente índole, tales como conferencias, mesas redondas, pases de vídeos, talleres prácticos... Lamentablemente, este año 2008 lo comenzamos despidiendo al otro gran nombre madrileño de la arquitectura encofrada –y, por qué no, de la arquitectura española del siglo XX, propuesto al Premio Pritzker en 1983-, Don Fernando Higueras. Y, como en el caso del maestro manchego, también hoy la figura del polifacético arquitecto de Madrid está de actualidad con otra exposición (Fernando Higueras. Íntimo y externo3) y una publicación pareja (Fernando Higueras. Intexturas extructuras), justo homenaje póstumo y compilación de recuerdos y loores. De cualquier modo, partidarios y detractores y, en la mayoría de los casos, amantes de ambos –muchas veces en secreto-, la realidad es que hoy podemos sentirnos bien orgullosos de ser herederos de semejantes legados. 79

(Portada del catálogo Miguel Fisac. HuesOs varios). (Portada de Fernando Higueras. Intexturas extructuras).

Dos carreras, dos arquitectos, que, huyendo de un racionalismo ahogado en sus propios principios, encontraron en el organicismo de base wrightiana todo un bastión desde el que combatir –y conquistar- ese zeitgheist que estaba todavía por definir en una España aún rota por una guerra atroz que no merecía. Planes y concursos de viviendas baratas, políticas de mínimos, carestía de materiales y un gran compromiso social hicieron de la obra de Fisac un referente imprescindible. Higueras aterrizó un tiempo más tarde que Don Miguel (de hecho, se llevaban diecisiete años), y quizás por ello su obra –más monumentalista y ambiciosa- se entiende en unos sesenta y setenta que no eran los cuarenta y cincuenta de Fisac. Si bien las primeras décadas de la dictadura franquista estuvieron marcadas por una urgente actitud higienista, básica, con obras tales como poblados de colonización y las conocidas “UVAs” (unidades vecinales de absorción [de chabolas...]), viviendas mínimas para trabajadores, escuelas, parroquias, etc., las dos siguientes décadas fueron ya las de los turistas, las del principio y (casi) el fin del 80

ostracismo y la autarquía fascista... con proyectos institucionales de mayores presupuestos y medios, como palacios de congresos, pabellones para las exposiciones internacionales en el extranjero, teatros de ópera, hoteles en la costa... Aún así parece curioso que tanto uno como el otro trabajan desde los mismos presupuestos teóricos (Fisac más ligado al neoempirismo nórdico e Higueras al organicismo norteamericano), zambulléndose en la tradición de la arquitectura popular española que cincelada después bajo la mano de la tecnología dio como resultado una arquitectura de rabiosa actualidad. Lo que para uno es técnica, prefabricación, textura, espacio… para el otro es geometría, orden, repetición, simetría… Y para ambos, y quizás por ello tan complementarios, tecnología que busca el espectáculo (y no el escándalo), disciplina, método, formación, humanismo, arte, luz, misterio, magia… y en cualquier caso, elegancia. Recordemos las propias palabras de Miguel Fisac, cuando afirmaba que «una evolución positiva de la arquitectura del futuro no puede basarse en el capricho y la frivolidad, exige unas bases técnicas sólidas y un cultivo refinado de la sensibilidad». Luces misteriosas de claristorios imposibles; formas picudas y retorcidas en convivencia con tersos planos de vidrio; hipérbolas, círculos, triángulos, erizos, conchas, cuerpos abstractos, agrupaciones, cubiertas planas, inclinadas, cristalográficas, con frondosas enredaderas o esculturas casi necesarias… Todo en perfecta eudaimonía bajo la batuta de la diosa Belleza.

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(foto: Álex del Río).

foto: estudio Fernando Higueras).

No podía ser de otra manera: intelectos cultos -y entrenados-, dotados de un talento especial tenían necesariamente que reflejarse en una arquitectura de referencia, formal (nunca formalista), honesta y de calidad. ¡Y, además, barata! ¡Y en hormigón! Que el entusiasmo con el que Don Miguel me hablaba de ese “no sé qué” o Don Fernando me mostraba “su cueva” y sus proyectos no se pierdan nunca. A ellos, mi más sentido agradecimiento.

“Miguel Fisac, arquitecto imprescindible de la España del siglo XX”, Obituario, Madrid, El País 12-05-2006. 2 Exposición HuesOs varios. Demarcación de Barcelona del Col·legi d´Arquitectes de Catalunya y Fundación Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). Comisario: Fermín González Blanco. En itinerancia hasta finales de 2008. 3 Fernando Higueras: íntimo y externo. Fundación cultural COAM. Piamonte, 23, Madrid. Hasta el 26 de septiembre. 1

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