El Galimatías geopolítico de Siria

June 8, 2017 | Autor: Marcos Peckel | Categoria: Siria, Religión y guerra, Guerra Civil en Siria
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El Galimatías geopolítico de Siria
Marcos Peckel
Profesor Universidad Externado de Colombia
Columnista El Espectador y El País

En la exitosa serie de los años 60, "Viaje a las Estrellas" aparecían los protagonistas jugando un ajedrez tridimensional como evolución al clásico tablero plano de 64 cuadros. Para comprender lo que ocurre en Siria se necesitaría uno más complejo todavía, un escenario multidimensional en tiempo y espacio que trasciende las tres dimensiones que componen el espacio físico.
Más allá de los casi 300 mil muertos, millones de refugiados y desplazados, ciudades destruidas, la herencia histórica en ruinas, el indescriptible sufrimientos de la población, miles muriendo de física hambre, la guerra en Siria se ha tornado en un intrincado tinglado geopolítico de múltiples conflictos, curiosas alianzas, complejos intereses y guerras cruzadas en el que lo único que no importa es la vida humana. Todo en un país de 190 mil kilómetros cuadrados, con una población antes de estallar la guerra de unos 22 millones, sin grandes recursos naturales. La Siria de hoy constituye una escenario de varias guerras simultáneas: guerra civil, guerra religiosa, guerra de proxis, guerra geopolítica y guerra territorial con actores que tienen diferentes objetivos en cada una de estas. Como el ajedrez de marras.
El pecado original que desató el caos fue la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003 y el golpe de gracia lo propinó el estallido de la primavera árabe en 2011, la que en Siria comenzó con unas protestas pacíficas de los ciudadanos, respondida a bala por el presidente Assad y cerrados los espacios políticos y con la creciente violencia, se fue transformando en el galimatías actual. Naciones Unidas ha tenido sus manos atadas y poco ha podido hacer en Siria por las desavenencias entre Rusia y Estados Unidos. Cuatro resoluciones que hubieran podido cambiar el cauce del conflicto hace años fueron vetadas por Rusia, los mediadores de la ONU han fracasado uno tras otro, las conferencias de Ginebra o Viena no han servido ni para la foto y el conflicto en Siria puso en evidencia las falencias y limitaciones del sistema internacional.
Los Estados en Siria e Irak han colapsado, el territorio de ambos países está controlado por variopintas milicias y los gobiernos centrales apenas controlan una fracción del territorio incluidas las capitales. La frontera entre ambos países ha desaparecido, controlada por el Estado Islámico –ISIS- o por los kurdos.
En el plano religioso el conflicto sirio enfrenta a rebeldes sunitas de todos los pelambres contra shiitas representados por el presidente Bashar al Assad. Los sunitas ocupan un amplio espectro desde El Estado Islámico - ISIS- y el frente Al Nussra aliado con Al Qaeda, hasta los más "moderados", que además de enfrentar al régimen luchan unos contra otros. En el plano étnico los kurdos, musulmanes sunitas no árabes se enfrentan a todas las facciones sunitas árabes y a los shiitas. Los cristianos, 10% de la población y los drusos una secta escicionada del Islam tratan de mantenerse al margen, más inclinados a apoyar a Assad por temor a lo que les pueda ocurrir bajo un Estado dominado por los sunitas radicales. Miles de yihadistas provenientes de los confines del planeta se han incorporado a ISIS atraídos por su ideología radical , sus métodos y su exitosa propaganda en la Red.
Apoyan a Bashar Al Assad: Rusia, Irán con sus miles de guardias revolucionarios involucrados directamente en combate, la organización shiita libanesa Hezbollah y las milicias shiitas iraquíes, proxis ambas de los Ayatolas. Buscan la caída de Assad: Turquía, Qatar y Arabia Saudita. Occidente que su momento propendió por la salida de Assad mantiene actualmente cierta neutralidad mientras enfrenta a ISIS su principal enemigo.
El frente al Nusra y el Estado Islámico reciben ayuda y apoyo de individuos en el Golfo – Kuwait, Emiratos, Qatar y Arabia Saudita- y probablemente de sus servicios de inteligencia. En teoría todos están contra el Estado Islámico pero en la práctica unos más que otros. Para Estados Unidos, ISIS es el enemigo a vencer en Siria e Irak. Para Rusia y Turquía el Estado Islámico es una excusa para atacar a otros grupos y defender sus propios intereses. Para los saudís, ISIS y al Nusra son herramientas para hacerle vida difícil a los rusos.
Los cielos de Siria están congestionados de cazas de diversos países cada uno tras su presa. Rusia, que apoya incondicionalmente a Assad, el último en unirse al festín, aplica una estrategia de tierra arrasada como en Chechenia, bombardeando indiscriminadamente a los rebeldes moderados, apoyados por Turquía, Qatar y occidente y a los civiles que residen es esas áreas. Los cazas turcos bombardean a los kurdos en sus tres enclaves los cuales son armados y apoyados por occidente supuestos aliados de Turquía. Israel ataca posiciones de Hezbollah y convoyes que transfieren armas hacia el Líbano. Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia bombardean el califato de ISIS. En un incidente no inesperado Turquía derribo un avión ruso que había penetrado en su territorio generando un serio conflicto entre los dos países gobernados por autócratas de ego grande.
El conflicto en Siria se convirtió en el epicentro del conflicto regional de titanes que desde la revolución islámica del Ayatola Khomeini en Irán bulle entre este país y Arabia Saudita, el cual tiene en la actualidad varios escenarios. En Yemen la Fuerza Aérea saudita lleva meses bombardeando a los rebeldes Houtties shiitas aliados de Irán, los que en una ofensiva relámpago en Junio pasado ocuparon casi todo el país incluyendo la capital Sana. En Irak arrecia la guerra sectaria-religiosa entre sunitas y shiitas apoyados por Arabia Saudita e Irán respectivamente. La parálisis institucional en Líbano que no tiene presidente hace más de 18 meses es resultado en parte del mismo conflicto entre Teherán y Ryad, mientras que la pequeña isla de Bahréin fue ocupada por las fuerzas armadas de Arabia Saudita y los Emiratos para proteger a la dinastía sunita gobernante de las protestas de manifestante shiitas supuestamente incitados por Irán. El reciente rompimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos regímenes tras el ajusticiamiento por los saudíes del clérigo shiita Al-Nimr y el consiguiente asalto a la embajada saudí en Teherán, con sus graves trasfondos religiosos agrava más aún el aciago panorama regional incluyendo Siria.
Otra puntada al complejo escenario regional se dio con el acuerdo nuclear que firmó Irán con las potencias del P5+1, que fue recibido por Arabia Saudita y por otros países de la región, Israel incluido, como una "traición" por parte de Estados Unidos a sus aliados tradicionales y aumentó su sensación de vulnerabilidad, lo que en parte explica la escalada actual. La coalición "contra el terrorismo" anunciada por Ryad hace pocas semanas tiene como objetivo defender a los sunitas árabes más que luchar contra el "terrorismo" entendido por Arabia como el que ejercen las milicias shiitas incluido Hezbollah y por Teherán como el que ejercen las facciones sunitas.
El conflicto sirio no tiene salida ni siquiera una concepción de lo que esta sería. Lo que era cierto ayer no lo es hoy y quien sabe mañana. Algún día, quizás se acabe le guerra sin que sea posible predecir cuál será el resultado final, más allá de los muertos.








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