«El tema de futuro en Epicteto»

September 28, 2017 | Autor: José M. Floristán | Categoria: Ancient Greek Language, Filologia Classica
Share Embed


Descrição do Produto

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

El futuro en griego moderno es, como en tantas otras lenguas europeas, una forma analítica. El hablante heleno no dispone de una forma única, sino que para la expresión de este tiempo recurre a una perífrasis constituida por el auxiliar 6á (evolución directa del griego helenístico 6Éhw Lva > 6 ~ v > á 6 á ) y los subjuntivos de presente o aoristo del verbo conjugado. En griego clásico y postclásico, por el contrario, a la expresión de futuridad le correspondía en cada verbo una forma diferente para cada persona en cada modo y voz: era un futuro sintético. ¿Cuándo se produjo el paso del futuro sintético al analítico? Sin duda, después de la época -transición entre los siglos 1 y 11- en que vivió Epicteto. Ahora bien, como todo proceso lingüístico, no surgió de la noche a la mañana, sino que fue fruto de una larga evolución anterior. La finalidad que persigue este trabajo es analizar el estadio concreto de esa evolución en el que se encuentran las Pláticas de Epicteto, escritas por su discípulo Arriano. De carácter eminentemente popular y dialógico, podemos considerarlas como un reflejo bastante fiel de lo que es la X O L V ~ )de la época imperial, aunque en algunas ocasiones (pocas) al lector le asaltan dudas sobre la posible influencia del aticismo en la lengua de las mismas. Está claro que todo el mundo, hasta el más iletrado, intenta escribir algo mejor de lo que habla. Sin embargo, en líneas generales podemos decir que la lengua popular de finales del siglo 1 d.C. era muy semejante a la que emplea nuestro autor. De ahí su valor, junto con otros textos contemporáneos, como el NT o los papiros no-literarios, para el estudio de la lengua griega de la época.

2.

PRESUPUESTOS DE LA EVOLUCIÓN DEL TEMA DE FUTURO

Considero presupuestos indispensables, y también causas básicas, de la evolución del tema de futuro, en primer lugar, su carácter secundario, ya en época clásica, y en segundo, la evolución fonética sufrida por el griego helenístico.

112

JOSÉ MANUEL FLORISTÁN

El carácter secundario del futuro en griego clásico queda bien demostrado por estos hechos: a) Sus orígenes diversos, no sólo entre las distintas lenguas indoeuropeas, sino incluso en griego (futuros sigmáticos; futuros del tipo &L, ~ É o p aetc.). ~ ; Es un tema tardío, el último creado en el verbo indoeuropeo (algunas lenguas de este grupo carecen de él). b) El paradigma del tema de futuro es incompleto: no existe en subjuntivo, y en optativo su creación es tardía (a partir de Píndaro) y limitada (optativo oblicuo). c) Es el único tema temporal, a diferencia de los otros temas, que son aspectuales. Pero junto al valor temporal tiene también muchos valores modales (participio de futuro con valor final, futuro deliberativo, etc.). Teniendo en cuenta la semejanza semántica del futuro y del subjunEur. , Ion 758 &hcop&vfi o~y¿bp&v 4 ZL tivo ( Z 459 x a í ~ c o dTLS E ~ J O L G ~ a o o p ~ vy; )el origen subjuntival de muchos futuros clásicos (EGopx, n í o y a ~ ) ,Schwyzer' se inclina por la consideración del futuro como antiguo subjuntivo de vocal temática breve correspondiente al tema de aoristo. Chantraine2 se hace eco de esta posibilidad, pero la rechaza por no cumplirse en los verbos cuyo terna de aoristo es radical (&Eo- rjyayov, etc.), e incluso en otros verbos en que ambos temas son sigmáticos (zwG - h a v a , etc.). E n torno al origen del tema de futuro, cf. también Adrados3, Mutzbauer4, Magnien5, Biinescuh. De gran interés para nuestro estudio es el trabajo realizado por Hahn7. Según éste (p. 138 SS.) el subjuntivo y el optativo eran originariamente temas temporales y sus formas expresaban valores aspectuales. Su valor era cercano al del llamado futuro de indicativo (expresaban lo venidero), y entre ellos había una pequefia diferencia de matiz: el subjuntivo expresaba una futuridad más viva y el

'

E. SCHWYZER, Griechische Grummatik, Munich, 19593,1, p. 787 2f. P. CHANTRAINE, Morfología histórica del griego, traducción española en Ediciones Avesta, Reus, 1974, pp. 163 ss. F. R. ADRADOS, Lingüística Indoeuropea, Gredos, Madrid, 1975, pp. 702 SS. C. MUTZB~UER, Die Grundlagen der griechischen Tempuslehre, und der homerische Tempusgebrauch, Strassburg, 1983, pp. 40 SS.:en Homero el tiempo de futuro está construido tanto a partir del tema de presente, como de los temas de aoristo o perfecto. V. MAGNIEN, Le futur grec, Tomo 11 (Emploi et origine), París, 1912. N. BANESCU. Die Entwicklung des griechischen Futurums von der frühbyzantinischen Zeit bis zur Gegenwart, Diss. München, Bucarest, 1915. ' E. A. HAHN.Subjunctive and Optative. Their origin as future, American Philological Association, Nueva York, 1953.

113

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

optativo una futuridad más remota (potencial). De ahí el desarrollo de los valores «will» y «wish» respectivamente. Esta teoría de Hahn se opone, según él mismo reconoce, a la concepción tradicional inaugurada por Delbrück, y continuada por la mayoría de los filólogos, según la cual el IE tenía ya dos modos fuertemente diferenciados, el subjuntivo y el optativo. Para el empleo del futuro de indicativo en oraciones principales y subordinadas en griego clásico, cf. Schwyzers, Kühner-Gerth9 y R. Loriaux1° (visión de conjunto sobre la subordinación y sus esquemas en griego clásico). El segundo presupuesto indispensable para la evolución del futuro no es de carácter sintáctico ni gramatical, sino fonético. Se trata del itacismo, sobre el que quiero detenerme con un poco más de extensión. Cinco grafías del griego moderno (1, EI, H, 01, Y) tienen la pronunciación cerrada y adelantada [i], mientras que en griego clásico sólo a la grafía (1) correspondía dicho sonido. Este fenómeno, que ha conferido al griego moderno un sello especial, se conoce con el nombre de itacismo. No todas estas grafías evolucionaron hacia una pronunciación itacística a! mismo tiempo. Es aceptado por la mayoría de los filólogos que la primera en sufrir dichos cambios fue (EI), seguida al poco tiempo por (H), y más tarde por (Y) y (01). También suele aceptarse que la confusión de (EI) y ( H ) con (1) se debe a un proceso de cierre en la realización de dichos fonemas, motivada por la presión ejercida en la serie anterior por los fonemas de mayor apertura. El problema surge en la datación de dichas confusiones. Tradicionalmente se venía asignando el 100 a . c . como terminus post quem para la confusión (EI) (1), y el 150 d.C. para la confusión ( H ) (1), como consecuencia directa de la nivelación de las grafías (AI) y (E) en el 100 d.C. La pronunciación itacística de (01) e (Y) se dejaba para época bizantina. Sin embargo, Teodorsson" ha puesto de manifiesto que las confusiones son, por lo menos en sus comienzos, bastante anteriores a las fechas tradicionales. Frente a Debruriner12, quien afirma que sólo esporádica-

-

-

s E. SCHWYZER, o.c., pp. 265 SS., 290 s . , 639-689. Grammatik der griechiscken Sprache. Zweiter Teil (SatzKUHNER-GERTH, lehre), Erster Band, pp. 170 SS., Zweiter Band, pp. 372 SS., 399 SS., 443 SS. 'O R. LORIAUX. «Notes sur la syntaxe grecque des m o d a et des tempsn, LEC, 1982, pp. 133 SS., 225 SS., 347 SS. " S. T. TEODORSSON, The Phonemic System of the Attic Dialect 400-340 a . c . , Acta Universitatis Gothoburgensis, Lund, 1974. l2 0. HOFFMANN-A. DEBRUNNER-A. SCHERER, Historia de la Lengua Griega, Gredos, Madrid, 1973.

114

JOSÉ MANUEL FLORISTAN

mente aparecen en las inscripciones áticas a partir del 300 a.c. las con(1) , y con más frecuencia desde el 100 a.c., Teodorsson fusiones (EI) cita abundantes ejemplos de dicha confusión en el período objeto de su estudio. Igualmente Alfageme13, aunque conserva la fecha del 100 a . c . como referencia, adelanta las primeras confusiones al siglo IV.

-

-

Lo mismo ocurre con las grafías (H) (1). Teodorsson encuentra ejemplos de confusión (AI) (A), que interpreta como pmeba de la indecisión gráfica ante el nuevo sonido [ae] de (AI), y en esa misma época también entre (HI) (1) ,y (HI) (EI) . Por tanto, adelanta casi 5 siglos los primeros ejemplos de esta confusión gráfica, indicio de la convergencia fonética de los fonemas representados, confusión que, según precisa Alfageme, se habría producido antes en posición anteconsonántica que antevocálica. Tampoco el diptongo (01) ha sido tan estable como se ha pretendido. Las confusiones que encontramos en el período 400-340 a . c . ponen en evidencia, en primer lugar, su carácter monoptongado anterior, y en segundo lugar, la vacilación de la lengua en la representación de ese monoptongo anterior, dada la profusión de las grafías con las que se confunde. En resumen, Teodorsson ha puesto en entredicho la cronología tradicional de la evolución del fonetismo griego. Las inscripciones áticas de la primera mitad del siglo IV están llenas de lo que siempre se había considerado como un fenómeno posterior. Ello tiene gran importancia para nuestro trabajo, ya que significa que en la época de Epicteto el itacismo prácticamente se ha completado, y que por lo tanto se habían puesto las bases que minarían diversas formas del verbo griego. La carta del emperador Claudio a los Alejandrinos es una pmeba fehaciente e irrefutable de dicha evolución. Fechada en el año 41 d.C., es solamente unas décadas anterior a la obra de Epicteto. Además, el compromiso existente entre las grafías y la pronunciación la convierte en un testimonio de primer orden para el estudio de la lengua. El análisis de las formas registradas en la misma confirma los postulados de Teodorsson en cuanto a las fechas de los hitos más señalados del itacismo. Encontramos claros ejemplos, no sólo de confusiones (EI) (1) y (HI) (EI) sino también entre (Y) (01), (Y) (1), e (Y) (H), lo cual es señal inequívoca de que todas estas grafías correspondían a un mismo fonema, o cuando menos, a fonemas muy semejantes.

-

-

-

-

-

-

-

l3 1. R. ALFAGEME. «Notas sobre la evolución del sistema vocálico en la koinén, CFC 9, 1975.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

115

Con estos prenotandos sobre la evolución fonética del vocalismo griego hemos querido demostrar que es anterior a la obra de Epicteto el que denominamos «segundo presupuesto básico para la evolución del futuro». Efectivamente, si (EI) y (HI) representan un mismo sonido, aquellas oposiciones morfológicas que antiguamente se basaban en su diferente realización tenderán a desaparecer: de ese modo el aoristo de subjuntivo tendrá exactamente la misma pronunciación en todas sus personas, menos en la 2.a del plural, que el futuro de indicativo (añadamos, al itacismo, la pérdida de las oposiciones cuantitativas de las vocales y las confusiones (Q) (OY), recogidas también por Teodorsson). Por consiguiente, es lógico que ambos tiempos sufran una confusión total en su empleo sintáctico; es lo que se intenta demostrar en este trabajo.

-

Hay que añadir a ello la desaparición del optativo, por diversas causas (entre ellas también la fonética) y la asunción de algunos de sus valores por el tema verbal más cercano a los valores modales: el futuro de indicativo. De este modo, encontramos que en Epicteto el tema de futuro ya no es como el futuro clásico, sino que ha sufrido una gran evolución: l.") admisión de valores potenciales del optativo; 2.') confusiones frecuentes con el subjuntivo de aoristo, no sólo en la grafía (variante manuscrita) sino también en la sintaxis; 3.O) escasez de las formas nominales de futuro. Intentaremos demostrar todos estos fenómenos con ejemplos sacados de las Pláticas. 3.

MORFOLOG~ADEL FUTURO EN EPICTETO

Las formas recogidas a continuación se reducen exclusivamente al libro primero de las Pláticas. Hemos dividido en dos grandes grupos los futuros registrados: a) Futuros sigmáticos. Utilizando criterios sintácticos, los hemos dividido en futuros sigmáticos «claros» y «dudosos» (posible confusión con formas de aoristo). b) Formas propias de futuro, sin confusión posible con aoristos de subjuntivo (por diferencia en los temas, en el vocalismo de la raíz, etc.). A) Futuros sigmáticos claros Hemos encontrado 69, en su mayoría en la voz activa (sólo 9 futuros medios) y en las tres personas del singular, probablemente por el carácter dialógico de la obra de Epicteto. Tales futuros son:

116

JOSÉ MANUEL FLORISTAN

o~wnfioo,2, 20; no~fiaers,2,21; xgoosn~oogs6osr,2,24; &cpehW,2, 29; &yvofioer,2,31; paozáoe~,3, 2; Gvatvxípe~,4, 2; ~6xae~ozfiosr, 6, 2; En~6vpfioets,6, 24; S E @ O6,, 43; Exatfioe~,6, 29; zaeáger, 6, ~ 19; , J C O L ~ 10, ~ E3;L & ~ ,S E T ~10, L , 3; 29; JTolfioCO, 7, 25; 6 ~ ~ 0 9, sceioo, 11, 5; oscov8áo&~g, 11, 15; ai~~aaóp~iq.a, 11, 35; nereaoópee a , 11, 35; ait~aoóp&6a, 11, 37; Ex~oxon~oopsv, 11, 38; &záaopev, 11, 38; naqaxo~fiae~g, 12, 24; &yavaxt+se~g,12, 25; Gvoatym7joe~g,12, 25; 6póoete, 14, 15; 6póoate, 14, 16; z q ~ ~ ) o 15, o , 4; Éyxazahei~o,16, 21; 6eiEw, 17, 22; pÉpQg, 17, 28; ÉyxahÉoerg, 17, 28; GT~OEL, 18, 17 (bis); &cpeheii, 18, 17 (bis); xatacpeov?jae~,18, 22; Gfiaw, 19, 8; Ganavíptq, 19, 26; y~áQovorv,19, 27; notfioeq, 19, 22, , 18; h t r 28; cpopjoo, 19, 29; xatayeháaovtar, 22, 18; ~ E E L no~fiol;l,24, 15; Sqtfioe~g,24, 14; x o ~ p j q 24, , 15; naiEo, 24, 20 (bis); no~fiae~g, 25, 29; (p60vfio0, 27, 8; no~fioe~, 28, 8; AorGoefioe~, 28, 10; p~mjoe~, 28, 10; n ~ o o x ó Q 28, ~ ~ ,10; norfioe~,28, 29; 8fp~1: 29, 5; tea~qhoxonfiow,29, 6; vixípo, 29, 12; GE~EEL~, 29, 19.

B) Futuros sigmáticos dudosos. En unos casos, aparece como variante manuscrita el sibjuntivo de aoristo; en otros, la sintaxis nos hace pensar que d i c h ~ sfuturos puedan esconder una forma de subjuntivo, o ser sustitutos de un potencial (en algunos ejemplos aparecen formas de optativo como variantes manuscritas). Lógicamente, no hemos encontrado ejemplos en 2.a persona del plural, ya que el itacismo de < H > en subjuntivo impedía la confusión. Hemos recogido 25 ejemplos en el libro 1: naeaxearfjoo, 2, 10; p~zaxeíaec,5, 1; rcevhjoo, 6, 29; ozeváEo, 6, 29; &ypmvfiaopev,7, 30; novfioopev, 7, 30; cp6ovfiasr, 9, 20; 6av9, 21; Enrot~eQÓp~6a, 9, 21; páoe~,9, 20; &&EL,9, 21; sco~fioovo~v, onovGaoe~,10, 2; no~ípovor,12, 19; G L ~ Q ~ Q 17,~3;~ G~iEco, E L , 19, ~ 24, 14; xoh6aer 9; norípw, 24, 11; ~ o h e i (~h eo h~ s i ~ qSPVF), 25, 9; xohúoe~,25, 20; xohaxe6(xohúoat Sc), 25, 4; &vayxáoe~, oeq, 25, 25; cpopfiq, 25, 25; 6&o@~jao, 25, 27; 6&h~'pi, 26, 15; xo~fiaw,29, 6. C ) Formas propias de futuro. Hemos recogido en total 105 futuros que nunca pueden confundirse con un subjuntivo de aoristo. Podemos dividirlos en los siguientes grupos: a) 26 formas de verbos polirrizos. -AÉyw: E@, keeí, E Q O Ú ~ E V . -6eáo: ~ Q E L ~ ,Q E u ~~ EQ, E z ~ O~óps6a L, -cpÉgo: oloete, olooy&v -Eexopar: eioehsúoopa~,EEehe6q -xi&: EEa~efioeta~ b) 13 formas de radicales en líquida. c) 26 futuros de verbos con tema de aoristo radical temático, tipo Exo----$o---Eqov. : q , Eaopa~,Eoópeffa, Eozar. d) 12 formas del futuro.de ~ i p i É

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

117

e) De las 28 formas restantes, unas son futuros de la voz pasiva, otras corresponden a verbos con aoristos radicales atemáticos, etc. Por lo que se refiere a las formas no personales de futuro los resultados obtenidos son los siguientes: - 5 participios; xatavo.íloovoa (natavo(oaoa Sb PVJ), 1, 4; 6eo~ípovlra,20, 6; ovvqyoeípovta, 27, 16; x~qoópevo~, 29, 56; p a ~ t v p ' p o v29, , 56. Como puede observarse, 4 participios se hallan en nominativo y uno en acusativo. Además, tres están sustantivados con el artículo, y los otros dos son del tipo predicativo. Parece todo ello ser síntoma de una cierta rigidez y petrificación del participio ya en esta época. - 17 infinitivos: p~óoso6a1,4, 27; Gei&iv, 4, 32; &vaot@arpípo6a1, 7, 11; &coGeí+~, 7, 11; ~ c ~ Q ~ x o ~7, o 11; v ~61a~ E ~ ~ xhavqfhjaeda~, 7, 11; &vzegeiv, 11, 20; n~oz~pfioe~v, 14, 15; (pÉpqao8a~ &m~&josiv,14, 16; EyxahÉoe~v,14, 16; pÉpq~o6a~ SPVBFJ et corr. Par 1958), 14, 16; no~+mv,14, 16; ~ c e i o ~ o 614, a~, 16; ~ C Q O T L ~ 14, A ~17; O E~ce~t.xoi.í)oeiv, L~, 15, 2; xazavoljo~~v, 17, 18; 5~oh~zeúoeo6ai, 23, 6 . Lo más relevante del uso de los infinitivos de futuro no es su formación, regular según las normas clásicas, sino la distribución contextual de los mismos: 6 dependen del verbo pÉAhw, 7 del verbo Ópvúw, 2 de o i p a ~ y otros dos de verbos de lengua (ExayyÉhAeza~,qquiv). Esto supone que el uso del infinitivo de futuro ha quedado reducido, en Epicteto, a unos contextos específicos, fuera de los cuales se encuentra en muy pocas ocasiones. Si analizamos detenidamente los datos obtenidos en este estudio morfológico, podemos sacar las siguientes conclusiones: a) El futuro, como tema verbal, existe todavía, y con bastante fuerza, en la obra de Epicteto. b) Hay más futuros «irregulares» (105) que «regulares o sigmáticos» (94). Los «irregulares», precisamente por su formación particular y por su frecuencia en la lengua hablada, se conservan mejor en la conciencia lingüística del hablante. Los «regulares» sufren con mayor intensidad su posible confusión con el aoristo de subjuntivo. c) El número de futuros dudosos o con posible valor potencial es muy alto dentro del total de los futuros «regulares» (25 futuros dudosos frente a 69 futuros claros). Esto significa que los valores modales los adquieren antes los futuros regulares (precisamente por su posible confusión con otros temas) que los irregulares, aunque éstos también presentan abundantes ejemplos.

118

JOSÉ MANUEL FLORISTÁN

Los hechos constatados en Epicteto van, en cierto modo, en contra de la tendencia a la regularización que se observa en la koiné helenística. GignacI4 recoge la tendencia a la creación de futuros sigmáticos en aquellos verbos que tenían un futuro de tipo contracto (nahéoo, tehÉoo por nahO, tshh), o un futuro formado sobre otro tema diferente. También los antiguos futuros medios son sustituidos por formas activas (CLnoÚoo por CLnoÚoopa~,p. 321), o aquellos que servían también para la voz pasiva por las formas correspondientes creadas a partir del aoristo pasivo. Cf. también Hoffmann-Debrunner-SchererI5 y Mirambel16. Sin embargo, la piedra de toque para determinar el valor de una forma verbal en Epicteto es, sin duda, la semántica y la sintaxis. Ellas son las que nos pueden decir si un futuro es verdadero futuro, o esconde un subjuntivo, o tal vez ha asumido el valor potencial del optativo perdido, todo ello tanto en oración principal como subordinada. De esto nos vamos a ocupar en el siguiente apartado. 4.

SINTAXIS DEL FUTURO

A) El futuro en oración principal Son sólo dos, a nuestro entender, los contextos en los que la forma morfológica de futuro puede ser considerada como «correcta»: en la apódosis de períodos condicionales y en afirmaciones y negaciones tajantes, fundamentalmente en un contexto dialógico. Por lo que respecta a los períodos hipotéticos, el esquema más común en Epicteto, como en el NTI7, es el formado por una prótasis introducida por Eáv (+ subjuntivo) y una apódosis en futuro de indicativo. Ello supone una progresiva reducción de los 4 esquemas clásicos, todavía conservados en los papiros ptolemaic~s'~ y reducidos ya en los papiros no-literarios estudiados por Mandilaras19. l4 F. T. GIGNAC, A Grammar of the Greek Papyri of the Roman and Byzantine periods, 11volúmenes (1 fonética; 11morfología), Istituto Editoriale Cisalpino-La Goliardica, Milán, 1981, 11, pp. 284 SS. l5 0. HOFFMANN-A. DEBRUNNER-A. SCHERER, o.c., pp. 322 SS.,333 SS. l6 A. MIRAMBEL, «Essai sur I'évolution du verbe en grec byzantinn, BSLP, 1966, 1, p. 171. l7 F. BLASS-A. DEBRUNNER-R. W. FUNK, Grammatik des Neutestamentlichen Griechisch, traducción inglesa de R. W. FUNK, Cambridge-Chicago, 1961. l8 E. MAYSER, Grammatik der griechischen Papyri aus der Ptolomüerzeit, BerlínLeipzig, 1938, 11-1, pp. 276 SS. l9 B. G. MANDILARAS, The Verb in the Greek Non-Iiterary Papyri, Hellenistic Ministry of Culture and Sciences, Atenas, 1973, pp. 191 SS.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

119

También el futuro constituye la apódosis de otros esquemas condicionales en Epicteto, aunque éstos son mucho menos frecuentes que el anterior:

- imperativo (prótasis)

+ naí + futuro de indicativo (apódosis)

- participio concertado (prótasis)

---- futuro de indicativo (apódosis)

- oración de relativo (prótasis) ---- futuro de indicativo (apódosis).

Por lo que se refiere a los otros futuros «correctos» es difícil su sistematización, dada la diversidad de contextos en que aparecen. Se caracterizan fundamentalmente por ser futuros en oraciones principales, con frecuencia en boca de un interlocutor real o ficticio de Epicteto, o en otros casos en la narración misma del autor, y en los que no existe el menor asomo de posible confusión. Veamos algunos ejemplos de uno y otro tipo:

Los ejemplos que encontramos de futuros morfológicos «correctos» en uno y otro contexto son abundantes, lo cual indica que todavía se conoce el futuro y se hace buen uso del mismo. Ahora bien, precisamente la limitación del empleo correcto a contextos específicos, fuera de los cuales con frecuencia adquiere otros valores, nos indica que ese buen uso es prácticamente contextual, exigido por unos determinados esquemas lingüístico~. Dos son, por otro lado, los grupos fundamentales de futuros con valores no clásicos: el futuro con valor potencial y el futuro posible confusión del aoristo de subjuntivo. El optativo, modo existente en griego clásico con dos valores en oración principal (potencial y cupitivo), ha desaparecido ya en esta época por diversas razones (además de por el itacismo, por otros motivos que Debrunner cita en su Historia de la Lengua Griega20). En el NT el optativo potencial con Crv ha desaparecido de la lengua común (sólo se conserva en Lucas); el optativo cupitivo todavía existe, pero tiende a ser sustituido por el imperativo2'. En Epicteto el cupitivo sólo existe en algunas

120

JOSÉ MANUEL FLORISTAN

fórmulas como pfi yYÉvoito, y del potencial encontramos 23 ejemplos (con &Y)que probablemente se deban a influjo a t i ~ i s t a ~ ~ . Ahora bien, si como modo el optativo ha desaparecido, sus valores se han conservado, asumidos por otras formas verbales y concretamente por el futuro para el valor potencial. En ello coinciden también los papiros no-literarios23 y la lengua del NT (cf. Romanos 3, 6: EXEL XOS x ~ i v e 6i &os TO.V xóopov;). También el indicativo con záxa y el subjuntivo deliberativo pueden sustituir al optativo potencial, aunque en este último caso pienso que la razón estriba en la confusión futuro de indicativolaoristo de subjuntivo.

He aquí algunos ejemplos del valor potencial del futuro en Epicteto: W Q ~ T L.. I C ~ ~ . Iiws ü' ETL 8wfiúopa~& T I O ~ LZO~ XQOS W~L TOV Aía x a q xov; 1 29, 41: ' E o t a ~XQÓYOS táxa, Ev 6 oi t ~ a y q 8 ooiijoovta~ i Eavtov~ s k a i x~ouwnsiaxai EpPa8a~xai tb chepa. 1 22, 15:

En otros casos la posibilidad de una duda sobre los pretendidos valores potenciales no está justificada:

(Obsérvese el uso de tícv con futuro, a nuestro juicio para reforzar el valor potencial). 1 4, 1: Tívu o6v 6Éhw vixijaai; Tbv vixOv~a.xai o5zw5 &siv~xfiaei 6v 6Éhw. La forma vixfpai que aparece en el manuscrito B sólo puede ser interpretada como una glosa culta ante un valor potencial evidente. Podemos afirmar, por tanto, en vista de éstos y otros muchos ejemplos, lo siguiente: a) aunque perviven ejemplos de la construcción de optativo potencial (con ilv), la expresión de este valor ha pasado al futuro de indicativo, reforzado con frecuencia por táxa o ilv; b) la presencia en variantes manuscritas de verdaderos optativos es prueba irrefutable de dicho valor potencial. Un apartado diferente, y quizás el que proporciona mejores ejemplos de la verdadera situación del futuro en esta época, es el de la confusión 22 MELCUER, De Sermone Epicteteo, quibus rebus ab Attica regula discedat, Magdeburgo, 1905, p. 86. 23 MANDILARAS, o.c., pp. 271 ss.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

121

con las formas de subjuntivo. Los hechos son muy sencillos: el itacismo y la pérdida de las oposiciones cuantitativas han igualado por completo ambos tiempos. Es probable que su uso mayoritariamente correcto responda a un conocimiento de la tradición gráfica. Los abundantes ejemplos de confusión, sin embargo, ponen en evidencia el carácter artificial de ese uso correcto, que no responde a la verdadera situación de la lengua hablada, en la cual la diferenciación probablemente había desaparecido por completo. Veamos algunos ejemplos significativos:

En época clásica existía ya el uso deliberativo del futuro de indicativo, que ahora se incrementa por la pérdida de la oposición o/o en primera persona del plural. (Hemos citado un solo ejemplo, pero son muchos los que se encuentran en la obra de Epicteto). Igualmente la confusión EL/^ provoca la aparición de subjuntivos en abundantes ejemplos como el de 111 22, 6. Ahora bien, la equivalencia futuro de indicativo- aoristo de subjuntivo es tan perfecta que se produce la aparición del uno por el otro allí donde no existe siquiera confusión fonética. De este modo, en un ejemplo como 1 28, 10 parece que ykyvqta~,a pesar de no confundirse fonéticamente con pÉpic,~tai,es interpretada como una forma de futuro y no de subjuntivo. Ello es claro testimonio de la completa indiferenciación. Lo mismo ocurre en 1 15,7, en e1 que la forma xeopahei de B nos lleva a una interpretación del contexto como período hipotético, en el que ncopahei (o xeopahq~)sería un futuro (apódosis) y lo mismo xexav8j. En este ejemplo, sin embargo, también es posible la interpretación de ambas formas como subjuntivos, dependientes de & q q .

122

JOSÉ MANUEL FLORISTAN

Los ejemplos de confusión son múltiples. Aquí sólo hemos aducido unos pocos, cada uno de ellos paradigma de un determinado fenómeno. Sin embargo, creemos que son suficientes para demostrar que la confusión entre el futuro y el aoristo de subjuntivo, en un principio sólo fonética, ha evolucionado hacia una identificación prácticamente total en la sintaxis y semántica. Si, por regla general, su empleo es todavía correcto, en nuestra opinión se debe fundamentalmente al conocimiento tradicional de las formas y contextos. Por último, hay que señalar que Epicteto no es único en este aspecto, como en otros muchos. También en el NT tenemos abundantes ejemplos de utilización del subjuntivo por el futuro24. La coincidencia de ambos textos es, como en otros casos, un mero reflejo del habla popular de la y E. ~ ~Mihevc-Gabr~vec~~. no~vfide época imperial. Cf. también G i g n a ~ Para terminar el análisis de la sintaxis del futuro en oración principal, queremos recoger algunos ejemplos muy significativos de la situación en la obra de Epicteto.

La corrección de Coraes responde a la extrañeza de la construcción futuro + &v. Ya dejamos, sin embargo, expresa más arriba nuestra opinión acerca de tal empleo (vid. 1 11, 32).

Sin duda alguna, la frase última, en la intención del escritor, constituía un período hipotético compuesto por imperativo + nai + futuro, como 24 25

BLASS-DEBRUNNER-FUNK, o.c., pp. 183 SS. F. T. GIGNAC, o.c., pp. 287 SS.: formas como 6 ~ ~ (s.~ 11), x 60x6 (A.D. 586),

E A 6 6 (según Gignac mejor que Eh6o) son usos futurísticos de aoristos de subjuntivo. Como puede observarse, el empleo afectaba no sólo a los verbos con temas de aoristo y de futuro sigmáticos, sino incluso a otros en los que la confusión no estaba justificada. 26 E. MIHEVC-GABROVEC, Études sur ia syntaxe de Ioannes Moschos, Ljubljana, 1960. Mihevc-Gabrovec encuentra también en Juan Mosco el empleo del subjuntivo de aoristo por futuro, e incluso el de optativo por futuro. Sin embargo, este ÚItimo caso lo consideramos como completamente extraordinario, ya que lo frecuente es lo contrario. Con todo, en la época de Juan Mosco los verdaderos sucesores del futuro toman ya esquemas perifrásticos.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

123

otros tantos que se encuentran en las Pláticas. Las modificaciones de este fragmento se han inclinado, bien por corregir el subjuntivo (E&~AÉ

6Év. b) Oraciones de relativo Los casos más interesantes en la obra de nuestro filósofo los constituyen las oraciones de relativo que denominanios circunstanciales. Las determinativas, que completan el significado de la oración principal, son escasas (3 ejemplos en el libro primero), y se ajustan perfectamente a la construcción de época clásica. Entre las oraciones de relativo circunstanciales destacan, ante todo, aquellas con valor consecutivo o final. En griego clásico ambas se construían con futuro de indicativo, y el subjuntivo, sólo posible en las de relativo finales, expresaba un matiz añadido de deliberación o exhortación. En la X O L Y ~de~ época imperial ocurre todo lo wntario: el modo normal de estas oraciones es el subjuntivo, y el excepcional el futuro. Dicho cambio lo interpreta Blass-Debr~nner~~ a luz de la influencia de las subordinadas finales, influencia que no puede ser aducida, sin duda, en el caso de las relativas con valor consecutivo. La causa última del empleo del subjuntivo en las relativas finales y consecutivas es la confusión del futuro de indicativo y aoristo de subjuntivo, la perfecta equivalencia de valores de ambas formas. Añádase a ello el empleo, todavía vigente, del subjuntivo en las subordinadas finales, y 32 E. MIHEVC-GABROVEC, o.c., pp. 111 SS.:la condicional real cede su puesto a la condicional eventual. Pero la confusión de los tiempos produce esquemas sintácticos intermedios:

Eáv

EL

33

+ ind.: 2 8 7 3 A: E a v n á a a g s6.s drem6.s XOL~~UEL&WQWICOS

+ sub.: 2 8 7 2 C: ~iptj p&6>fipV

X O L V W ~ + ~ 06 ~ ,

oÓi&.

M. SOFFRAY, Recherches sur la syntaxe de Saint Jean Chrysostome, Les Belles

Lettres, París, 1939, pp.. 133 ss. 34 E. MIHEVC-GABROVEC, «Les formes des propositions conditionelles dans le grec du moyen Age», ZAnt 11, 1961, pp. 97-111. 35 BLASS-DEBRUNNER-FUNK, o.c., p. 191.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

125

se tendrá una explicación bastante completa de por qué el subjuntivo es tan abundante en esta época en las oraciones de relativo finales. Veamos algunos ejemplos: 1 16, 16: MÉyas Ó &ÓS, óti 4piv na@éoxevií~yavataUta 61' &v tqv , yqv E@yaoóp&8a. pÉyag 6 &Ós, 6ti xeieas ~ É ~ W X E VÓTL xatáxooiv, óti xo~hiav,ó t ~a2i@o8a~hehq6Ótwg, 6 t ~ x a 6 ~ 6 6 o v t a&vanvsiv. ~ (E~yaoópe8aSV- E~yaoópe8aPVBF) 111 21, 9: O6 6ei a6to2is bnomeÉ.ilra1 &vext~xovg, ovveeyrlt~xoúg, &za6eig, &ta@áxovg,Exovtás t i EcpÓ6iov to~oikovE ~ S ZOY Piov, &cpi 06 Óqpópevo~cpÉpv Gvvfioovta~t a ovpnintovta xah6q xai xoapsio8ai bn' avtóv. J et ex corr. V - Gvvfioovza~SVBF) (6vvfioovta~ 111, 22, 71: "Iva talha olcpó, 6ei a6tOv xovxxodp~ovEXELV, ónov 6e~pOvX O L ~ ~ t@ E Lna~Sícp, tva a6tO ho&q eig oxacpfiv. (xoifioei PJ- n o ~ f i qSVBF)

Como puede observarse, las variantes textuales de los manuscritos se inclinan más por el subjuntivo que por el futuro. Sin embargo, no todos ellos son igual de consecuentes: así, en el primer ejemplo B y F se inclinan por la forma de indicativo, mientras que en los otros dos lo hacen por la de subjuntivo. SV, en cambio, escriben el subjuntivo en los tres casos, mientras que P y J prefieren la forma de indicativo. La confusión es, realmente, total. En otros casos, en cambio, no aparecen variantes textuales y la forma presente es la de indicativo:

En resumen, en las oraciones de relativo con valor circunstancial encontramos la misma confusión subjuntivo-futuro de indicativo que está presente en otro tipo de oraciones. En éstas, como en otras, el intervalo comprendido entre los papiros ptolemaicos y el siglo 1 d.C. es fundamental en la evolución de la lengua36. c) Oraciones completivas No se aprecian prácticamente cambios en el empleo del futuro de indicativo en estas oraciones con respecto a su uso en época clásica. Hay que destacar únicamente la presencia de algunos subjuntivos de aoristo como variantes manuscritas del futuro. He aquí algunos ejemplos:

36

MAYSER,o.c., 11-1, pp. 267 y 214.

JOSG MANUEL FLORISTAN

1 2 , 24: Tbv ~ O L O Ü T O068' ~ &v Exóhvev &io&hí?&iv, khhl fi8e~ 6 t fi~ x a 6 ~ 6 e i t a61~s xeeapov 4 LÉywv Egei ti oi8w ÓTL 8 Kaioae ~ÉLEL, xai n~ooeniaoeeiía~~ ETL nheíova. 1 26,7: Ta P L W T L 06v X ~ &a tqv O ~ y í paov Goxsis ÓTL yathjooyat.; 11 21, 8: ...06%~i8óaiv068' ÓTL ~ É Y O V O L V068' ÓTL EXOVULV 1~axbv fi ei EXOVOLY 4naea t í Exovoiv 4 nos xaiíaovzai afitóv. (na-úoovta~PVFJ. na-úowv~a~ SB) IV 1, 35: Eita &nqhev6Éew~a~ xai ~ 6 6 4 spEv o h EXWV noi (~áyg, I;ytei tíva xohaxe-úog, xaea t í v ~8einvGq (xohaxeiíosi Sc FJ- Ge~nvfiaeiSc FJ).

Sí podemos apreciar, sin embargo, que el futuro en las oraciones completivas ha adquirido en algunos casos los valores modales que ya hemos visto puede expresar en esta época, y dentro de ellos fundamentalmente el valor de potencialidad. Por lo demás, la presencia del futuro en oración subordinada completiva se ajusta a las reglas clásicas, y se produce en aquellos casos en los que en la oración principal aparecería ese mismo tema. d)

Oraciones finales

Mucho más interesante es, por su relevancia, la presencia del futuro en oraciones finales, limitada en griego clásico a aquellas introducidas por ózws y &S fundamentalmente. Podemos afirmar que hasta la época ptolemaica se conserva con relativa perfección el esquema distributivo clásico. Por lo que se refiere a las posibilidades de construcción, se conservan oraciones finales con [ v a , OS, ~ todas ellas con subjuntivo, y únicamente dos ejemplos QS Crv, Ó J C W b, de ónog futuro de indicativo y uno de 0 5

+

+

En los papiros no-literarios OS Crv y ónos iXv quedan reducidas sólo a aquellos papiros de época ptolemaica. La conjunción por excelencia es Lva, que poco a poco elimina a Ónos, y el modo, el subjuntivo, aunque aparecen algunos casos de futuro con &S y con En el NT39y en Epicteto la situación es semejante entre sí, y a su vez un paso más en la simplificación de las construcciones: las conjunciones más empleadas son ó n o s e Lva (p( para las negativas), y el modo el subjuntivo, además de algunos casos de empleo del futuro allí donde la regla

37 38 39

MAYSER,o.c., 11-1, p. 236 SS. MANDILARAS, o.c., pp. 258 SS. y 197. BLASS-DEBRUNNER-FUNK, o.c., pp. 186 SS.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

127

clásica no lo permitía (tras Lva). Cf. también Mihevc-Gabrovec4' @vacon indicativo, y ónog con futuro de indicativo) y Soffray4'. En Epicteto, concretamente, el subjuntivo y el futuro de indicativo se emplean indistintamente tras ó n o s , y algo menos tras ha, que conserva una construcción más pura. Veamos algunos ejemplos: i 9, 10: 'Eyw pEv oepa~8 ~ 1EL xaíhj(S8a~~ b ~QE(SP~TEQOV v Ev.taü6a o+ toGto pqxavóp~vov,ó n w ~p+l tane~vorpeovfpqte S &y&vveT~ ' c ~ v aG~ahoy~opod~ ~ Giahopq6E T ~ X E L Y O ~pq6' . y ~eio8ea6toi neei Eav~¿hv.. 1 9, 23: «"Av ~ O hÉyq~e», L (pqoív, «v8v ÓTL &rpí~pÉv(SE Eni TO~TOLS, Ónwg pqxÉt~6~ahÉSg~ o - ú t o vt o~ d ~hóyov~055 ~ É X Q Lv8v E L S T O ~ S~ É O L Spq6k toig yÉ8~ehÉyovpq8E ~ ~ Q E V O X ~ ~ O4pGv eov(S1v...» (naemoxhfpq~PBJ) . Podemos observar en ambos ejemplos que la conjunción Onog tan pronto introduce un indicativo como un subjuntivo (consideramos &ahÉEy como un subjuntivo; creemos que la mano que escribió n a p v o ~ A f i por q ~ n a ~ ~ v o x h f i o también a~g lo interpretó de esta manera). Si ya siempre Onos pudo construirse con futuro o con subjuntivo, no es de extrañar que también ocurra en esta época en que la diferenciación fonética de ambos tiempos es inexistente.

xhqrlxbg n a e a x a t a x e í p ~ v o6avpáoe~; ~ (8avpáo~iSF- 8 a v p á q PVBJ). La construcción Lva + futuro de indicativo, inusitada en época clásica, aparece en el NT (Lc. 14, 10: Lva. .. $@E[;Mt. 12, 10: 'iva ... ~ a ~ q y o ~ f i (SOU~L etc.). V , También la encontramos en Epicteto, aunque en este caso 'iva es claramente un precedente de la conjunción completiva v á del griego moderno, y en realidad equivalente a OTL.Sin embargo, ya sólo por la presencia de la forma de futuro tras Lva podemos concluir que en la lengua popular la diferenciación de las construcciones no era viva.

5 . FORMAS SUSTITUTORIAS DE FUTURO. PERIFRASISVERBALES Si el futuro sintético ha entrado en una fase de profunda confusión, que lo llevará a su desaparición, hay que analizar en qué medida la lengua 40 41

E. MIHEVC-GABROVEC, o.c., pp. 105 ss. M. SOFFRAY, o.c., pp. 120 SS.

128

JOSÉ MANUEL

FLORISTAN

está creando nuevos mecanismos de sustitución de la forma sumergida en el marasmo sintáctico-semántica. Uno de estos procedimientos alternativos, casi tan antiguo en cada lengua como la propia lengua, es el empleo del presente con valor de futuro. Mandilaras divide los praesentes pro futuro que analiza en 4 grupos, que concuerdan, grosso modo, con los usos futurales del tema de presente que encontramos en Epicteto. 1 2, 29: "Aye obv ' E X ~ X Z 6~~TaE &,e q o a ~ . "Av & cp~hóoocpos,hÉyw «o6 G~aEveópa~» 1 11, 37: ...nene~op.Évs~ ~ T L&v , pfi qpiv 6 ó E ~ro~aü-cá n v a sival, 06 X Q ~ T T O ~ E~a V ~XÓLOV~U. IV 7, 31: -'Ahh' ácpa~eeitaioov 6 teáxqho~ -'Eileívov 6' a 6 ~ o ü&si E ~ L ~ É v E Lfipóv , TOYn~~6opÉvwv; IV 6, 23: áhh' ácp' &v a&oi ne~vóoivfl 8~qóat.volovza~il&pÉ. Tí o h a 6 ~ oni o~~ + r wX ;E Q L E Q X ~ ~ E Vilq~ijooo OS ilai hÉyo...; Los presentes con valor de futuro aparecen en Epicteto fundamentaltamente en 3 contextos de los 4 que cita Mandilaras: en apódosis de períodos condicionales, con verbos de movimiento y con algún adverbio temporal que los sitúa en el tiempo venidero. Si tenemos en cuenta la confusión en que está sumergida la forma de futuro, y el escaso desarrollo de las perífrasis verbales, como ahora veremos, no será de extrañar la profusión de praesentes pro futuro en Epicteto, construcción existente desde la época clásica. La construcción 6Ého h a subjuntivo, precedente último del futuro del griego moderno, está atestiguada en Epirteto sólo en 4 ocasiones, de las cuales dos aparecen en el libro 142. Sin embarga, es dudoso que dicha construcción tenga ya en esta época valor de futuro. En los cuatro ejemplos el sujeto del verbo 6Ého no es el mismo que el del verbo introducido por h a , y el valor voluntativo de 6Ého queda bien de manifiesto ( i v a tiene valor completivo). Para que la perífrasis pueda adquirir valor de futuro, es fundamental, a nuestro juicio, que coincida el sujeto de ambos verbos. En el caso contrario, 6Ého siempre expresa el deseo de actuar sobre la voluntad del interlocutor o de una tercera persona, pero n c tiene carácter futural. Veamos a l g u n ~ sejemplos: 1 21, 3: q6ehov Lva V E ilai oi & n a v t ó v t ~6s a v p á t o o ~ vilai Enailo-

+

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

129

+

Por lo que se refiere a la perífrasis de 6Ého infinitivo con valor de futuro, su existencia puede, sin duda, ser puesta en entredicho. Creo, sin embargo, que tenemos en este caso más argumentos para justificar dicho valor:

+

La mayoría de los ejemplos en que 6Ého infinitivo parece tener un valor futura1 están en un contexto interrogativo retórico, en el que se espera una respuesta afirmativa del interlocutor. El segundo gran grupo de esta construcción es el formado por las apódosis de períodos condicionales cuya prótasis está en subjuntivo. En los dos últimos ejemplos citados puede verse claramente que es así: en un esquema sintáctico en el que normalmente aparece un futuro (excepto las confusiones con subjuntivoc y otros sustitutos de futuro) nos encontramos con esta perífrasis de 6Ého con valor futural. Sin embargo, no se nos escapa que la interpretación de 6Éhw como verbo de voluntad es perfectamente posible y justificable. Las perífrasis de pÉhho, también existentes desde la más antigua literatura griega, son otro de los métodos sustitutorios frecuentes en Epicteto, dada su relativamente inusitada abundancia (10 ejemplos en el libro 1):

El empleo de pÉhho en esta época no difiere prácticamente del clásico: el verbo recalca el vaior de inminencia o de obligación que se quiere dar al contexto verbal. También es muy útil la construcción de pÉMo para expresar la futuridad de un contexto de pasado:

El empleo de pÉMw no reviste, por tanto, ninguna novedad esencial. Sólo es de destacar la presencia de infinitivos de futuro tras pÉhho, a diferencia del NT en el que únicamente aparece tras este verbo en los

130

JOSÉ MANUEL

FLORISTAN

Hechos43,y del infinitivo de presente, mas no del de aoristo. La perífrasis de pÉhho, como los praesentes pro futuro, es una construcción ya existente hace muchos siglos, pero su empleo ha experimentado un notable auge debido a la evolución semántica y sintáctica del tema de futuro. La última perífrasis que hemos analizado en la obra de Epicteto es la compuesta con el verbo Exo. Ni Mayser ni Blass-Debrunner la registran con valor de futuro. Mandilaras encuentra un primer ejemplo en el s. 11, y los siguientes son ya muy posteriores (siglos VI-VII). Sólo cuatro ejemplos hemos encontrado en el libro 1 de las Pláticas, de los cuales únicamente dos podrían ser interpretados como futuros de indicativo:

En ambos casos la perífrasis de EXO constituye la apódosis de un período condicional, construido normalmente con futuro de indicativo. En el segundo ejemplo, además, EXO ~ É Y E L Ypodría ser considerado como una variatio con respecto a EQW. Sin embargo, en los dos casos es también posible la interpretación de 8x0 como «tener» o como «poder». De ahí que la presencia en Epicteto de perífrasis de Exo con valor futura1 sea perfectamente cuestionable. Como bien puede observarse, en la obra de nuestro filósofo no son todavía las perífrasis verbales los verdaderos medios sustitutivos del futuro. Los primeros intentos serios llegaron unos siglos más tarde, y se prolongarán prácticamente durante toda la Edad Media hasta que la lengua asuma definitivamente el mecanismo perifrástico que encontramos en el griego moderno. Un análisis detallado de este proceso puede encontrarse en el artículo de Mirambel4"ya citado. Cf. también Mihevc-Gabrov ~ c ~ ~ . Podemos terminar afirmando, a manera de resumen, que la expresión de la futuridad en la obra de Epicteto está caracterizada por los siguientes factores: a) La equiparación fonética, por itacismo, del futuro de indicativo y del aoristo del subjuntivo. Esta circunstancia trae consigo la presencia de subjuntivos en contextos de futuro, y viceversa, 43

BLASS-DEBRUNNER-FUNK, o.c., p. 174.

45

A. MIRAMBEL, o.c., pp. 178 SS. E. MIHEVC-GABROVEC, o.c., pp. 64

SS.

EL TEMA DE FUTURO EN EPICTETO

131

tanto en oración principal como en oraciones subordinadas. Además, no son sólo subjuntivos sigmáticos los confundidos, sino otros tipos de subjuntivos, y otras personas diferentes, a las que precisamente el itacismo las llevaba a diferenciarse claramente del tiempo de indicativo. Asunción de valores potenciales, por la pérdida del optativo como modo. Dichos valores pueden aparecer también tanto en oración principal como subordinada. Limitación a contextos muy específicos del valor propio del tema de futuro. El futuro está bien empleado en un 80-90 % de los casos. Sin embargo, las desviaciones de los demás casos respecto a la norma clasica son suficientes para concluir que dicho empleo correcto es más algo conservado por tradición que presente y vivo en el lenguaje popular. La situación de profunda confusión que supone todo lo anterior no es óbice para que sea relativamente alta la frecuencia del tema de futuro. El futuro existe, pero ya no es tan unitario como en época clásica: es un gigante con pies de barro, un edificio en verdadera ruina interior, pero que conserva todavía la fachada de su esplendor pretérito. A pesar de todo ello, no parece que se hayan creado todavia verdaderos mecanismos de sustitución del tema verbal. Sólo el presente por futuro y las construcciones de yÉUo, que no suponen novedad alguna, parecen apuntalar la expresión de la futuridad. La perífrasis de 6Ého infinitivo también parece querer sustituir al futuro; en los otros casos, el valor futura1 es algo más que dudoso.

+

Por último, y aun a riesgo de resultar repetitivos, queremos recordar que Epicteto, como el NT, con el que coincide plenamente en varios fenómenos, según hemos podido comprobar, es un fiel reflejo de la ? C O L Y ~ popular d e Época Imperial, y, por otro lado, constituye un eslabón más en la cadena evolutiva hacia el griego moderno, eslabón claramente diferenciado -también hemos podido comprobarle+ d e otros anteriores, como son los papiros de época ptolemaica. José Manuel FLORISTÁNIM~ZCOZ

Universidad de León

Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.