¿El vino es una bebida alcohólica o no alcohólica?

¿El vino es una bebida alcohólica o no alcohólica?
Hay muchas personas que dicen que ellos no tienen problemas, pues solo toman vino, que en definitiva no es una bebida alcohólica como el ron o el whisky o el coñac. Y eso es cierto en alguna medida, aunque no en absoluto.
Te invito a leer algunos datos sobre este interesante tema:
El vino es una bebida alcohólica, elaborada originalmente por fermentación del jugo, fresco o concentrado de uvas, aunque puede lograrse a partir de otras muchas frutas o productos. Su nombre proviene de la variedad de uva "vitis Vinifera".
La historia del vino se remonta al Viejo Testamento, En Grecia Antigua, se tomaba mezclado con agua. El poeta griego Teócrito describe los vinos como venerables cuando cumplían los 4 años de edad. Por aquel entonces eran guardados en recipientes hechos de cabra y ánforas impermeabilizadas con aceites y trapos engrasados; el aire estaba en contacto con el vino en todo momento.
Los romanos demostraron mejor cuidado y mejores vinos a través de los famosos vinos Falermianos, de un año de añejamiento, aunque se llegó a su maduración completa a fines del siglo XVIII, cuando se introdujo la botella con corcho.
Sus características están dadas por los factores que afectan a los viñedos, como región, clima y tipo de suelo y la calidad del agua de regadío, además de los cuidados que le proporcionen los productores. Una uva que crece en un determinado lugar, produce un determinado vino, llevada y cultivada en otro lugar, producirá una bebida con características diferentes.
En su elaboración, , las uvas recogidas son prensadas a fin de obtener el jugo –rico en azúcares- ; luego se le agrega levadura seleccionada para provocar su fermentación, que tiene como producto el alcohol etílico y el dióxido de carbono en forma de gas.
La gradación de los vino va de un 7 a un 16 % de alcohol por volumen, aunque la mayoría de los embotellados oscila entre 10 y 14 grados, y los vinos dulces tienen entre 15 y 22 grados.
Según la técnica de producción, los vinos se clasifican como vinos "calmos" o "naturales" (blancos, tintos y rosados), fuertes o fortificados (vermouth, jerez, marsala, madeira y oporto) y espumantes (del tipo champagne).
El defecto de la acidez en un vino puede tener variadas causas; por la inmadurez de la uva en el momento de su elaboración, la mala vinificación (Fermentación del mosto de la uva, o transformación del zumo de esta en vino), el cambio de color y acuosidad o por corchos imperfectos que degeneran el sabor de la bebida.



Gran parte del placer que produce un buen vino, obedece a su carácter aromático, por eso es importante aspirarlo antes de beberlo. Mantener el vino en la boca en contacto con todas las partes de la lengua, maximiza la percepción de sus cualidades.
La segunda mitad del siglo XX es notable por los avances técnicos en el campo de la viticultura y la vinicultura, así como por la creciente generalización en la producción de esta bebida. En ningún otro momento de la historia se ha producido tanto vino y de tan elevada calidad como el que se consume hoy.
Al tener alcohol etílico el vino posee efectos psicoactivos; en dosis muy moderadas incrementa el apetito y provoca un cierto grado de desinhibición. Su característica como ansiolítico explica que siempre en dosis bajas, sea favorable al sueño y tranquilizante. Pero en dosis elevadas –cuando se superan los dos vasos- produce evidentes signos de intoxicación, deprime la actividad cerebral y disminuye notablemente la libido (deseo sexual). En tales casos puede producir insomnio o viceversa, el profundo sueño del embriagado. El consumo frecuente de vino en dosis elevada ocasiona lesiones especialmente en el sistema nervioso central y el hígado, ya que como otras bebidas alcohólicas, predispone a la cirrosis hepática y los tumores malignos. Por ello no es aconsejable el consumo de vino y otras bebidas alcohólicas en demasía, así como no deben ingerirlas las mujeres embarazadas o en periodos de lactancia. (Y. Berdayes)