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LA FENOMENOLOGÍA DE HUSSERL: UN NUEVO MUNDO POR EXPLORAR

o INTRODUCCIÓN

La obra de Husserl[1] titulada La Idea de la Fenomenología[2] ofrece al
lector ajeno a la filosofía de este autor cinco lecciones, dictadas en
1907, la posibilidad de introducirse al problema del conocimiento planteado
desde esta postura filosófica.

El problema que propone este filósofo se puede plantear con base en las
siguientes preguntas: ¿es posible conocer? ¿Cómo puede comprenderse que la
conciencia individual tenga acceso al ser? Ante estas interrogantes señala
Miguel Baró-García lo siguiente en la introducción del texto mencionado
anteriormente: Este problema y el comienzo de su solución eran para aquel
profesor cuestiones de vida o de muerte. El problema urgía, planteando en
sus claros términos, desde veinte años atrás o quizá aún más largamente.
Más adelante dirá que la última palabra no quedaba dicha; la filosofía no
podía darse aún por bien cimentada; el método capital de la filosofía
permanecía ignorado; el propio destino personal amenzaba, con la llegada
del declinar de la vida, hundirse en la oscuridad del fracaso y en la nada
del escepticismo que una incansable labor no había podido alejar.
(Husserl, 1982, pág. 7). Propuesto esto, pues, se da paso al desarrollo de
la primera lección que ofrece este autor para ir depurando ciertos aspectos
que él desea dejar por asentado que no sirven para su nueva postura.

o INFLUENCIAS TRASCENDENTALES EN LA VIDA DE HUSSERL

En primer lugar, hay que señalar que en la vida de Husserl influyeron dos
grandes personajes. El primero fue Bernard Bolzano, quien influirá a Edmund
a través de las siguientes teorías: Teoría de la ciencia, y la Teoría de la
proposición en sí, de la representación en sí, y de la verdad en sí. a
través de estas teorías lo que se desea expresar es que la proposición en
sí es el significado lógico puro de la proposición, difieriendo si este es
verdadero o falso, del expresado o no con base en términos. De ahí que la
verdad en sí es toda proposición válida tanto si se encuentra expresada,
pensada o no. Y como derivado de lo anterior se sostiene que las verdades
en sí no poseen ninguna existencia real. En definitiva estas proposiciones
y verdades en sí constituyen el dominio de las matemáticas puras.

Por otro lado, recibirá la influencia de su maestro Franz Brentano del
que tomará el termino de intencionalidad de la conciencia o la experiencia
en general. Para este psicólogo la intencionalidad es el carácter
específico de los fenómenos psíquicos en cuanto se refieren a todos a un
objeto inmanente (Martínez Zavala, 2016, pág. 6). De esta intencionalidad
brotan tres tipos de fenómenos psíquicos: representación[3], juicio[4] y
sentimiento[5], que a su vez se distinguen entre sí por la naturaleza del
acto intencional que los constituye como tal.

Finalmente, estos dos autores han sido quienes han asentado las bases en
el pesamiento de este gran filósofo. Lo que viene de aquí en adelante, se
le puede denominar como la depuración de aquellos conocimientos que fueron
impartidos por estos dos célebres maestros. Tal es el caso que en los
siguientes puntos de este ensayo se va a observar a un nuevo Husserl, es
decir, un Husserl que no parte tanto de datos dados como supuestos, sino en
los que comienza a indagar de manera rigurosa y filosófica.

o LA PROTOFUNDACIÓN HUSSERLIANA: UNA MANERA DE SUPERAR LA CRISIS DE LA
RAZÓN Y LA CONFRONTACIÓN ENTRE LA ACTITUD NATURAL Y LA FILOSÓFICA

Una de las motivaciones originarias en el pensamiento de Husserl se da
gracias a un gran inconformismo e insatisfacción, al respecto del horizonte
en que se vislumbraba a la filosofía. Esta inconformidad se expresa en una
conferencia realizada por Husserl en el año 1935 en Praga, titulada La
sicología en la crisis de la ciencia europea. En esta ponencia se vislumbra
una acérrima invectiva a la labor de las ciencias naturales. El eje central
de esta exposición versa sobre el extraordinario avance de las ciencias y
el retraso de la filosofía, de ahí que citanto textualmente un versículo de
su conferncia, expresa que:

La crisis de las ciencias y con ello de toda la cultura moderna
basada en la autonomía de la razón científica es en el fondo una
crisis de la filosofía (…). Tiene su fundamento en una crisis de la
autocomprensión del hombre. (Husserl, La sicología en la crisis de la
ciencia europea, 1935)

Ante este panorama que se avecinaba, este filósofo respondió de una
manera ética y profesional, es decir, intentó dar una solución viable a los
problemas que se le avecinaban en un futuro cercano a la filosofía. Tal es
el caso que plantea someter a una rigurosa e implacable crítica a las
teorías del conocimiento ya existentes, a pesar de las consecuencias que
acarreaba esta gran empresa.

Expuesto lo anterior, podría surgir la interrogante: ¿cuál era ese plan
ético y profesional que Husserl deseaba instaurar para sacar a la Filosofía
de ese estancamiento producido a raíz del avance de las ciencias? Para
responder a esta interrogante viene muy bien traer a colación la
conferencia dictada por el Prof. Klaus Held[6]:

En esta conferencia señala que en Husserl había un profundo deseo de
renovar de manera profunda la Filosofía, dándole un nuevo giro, es decir,
nadando contra la corriente de la cultura de su momento. Ese giro lo
planteaba desde la protofundación[7] de la filosofía la cual consta de tres
pasos esenciales, que a continuación se pasan a detallar:

1. La fenomenología significa como ciencia filosófica, como episteme un
rompimiento con la actitud natural, con la dóxa. (Álvear Saravia,
2010)

En primer lugar, antes de continuar es necesario tener en cuenta qué se
entiende por actitud. Se entiende por actitud la disposición de una persona
a determinarse a realizar x o y cosa; aunque puede ser comprendido como una
manera habitual de comportarse ante una realidad. Ya dicho lo anterior, se
pasa a explicar la disposición que debe tener un sujeto que desea ser
partícipe de esta nueva manera de hacer filosofía.

La actitud natural es la posición que asume el hombre ante el mundo
cotidiano, es decir, ante las diversas actividades de su vivir cotidiano.
Por ejemplo, los negocios, la administración del hogar, los juegos, la
civilización, etc. De este mundo el hombre posee plena conciencia de lo que
realiza como sujeto de sus operaciones. Husserl señala que esta actitud
natural es de aquellos hombres de conciencia, la cual ayuda a orientarlos y
dar sentido al orbe en el que vivien. Este mundo lo describe como un mundo
de valores y de bienes, un mundo práctico. (Husserl, Ideas relativas a una
fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, 1995, pág. 66). De aquí
que la conciencia fenomenológica desea descubrir la vida misma, por medio
de una teorización o conceptualización, dada por acto de conciencia. Para
que se den estos actos de conciencia es necesario partir desde una
disposición o actitud que disponga para filosofar, es decir, que se pueda
pasar de una simple actitud natural a una actitud filosófica que propone al
hombre ser dueño de sus pensamientos, para así proyectarse con total
seguridad al mundo que está interpretando, en un yo que desde su
conciencia asuma una actitud filosófica en el provecho de verdades que se
fundamentan en él y en una ciencia poseedora de sus actos, que se alcanza y
se responsabiliza a sí misma. (Gil Claros, 2008, pág. 2)

2. A raíz de este rompimiento se toma la decisión voluntaria de la
epoché. (Álvear Saravia, 2010)

En cuanto a este rompimiento Mario Gil Claros señala que la reducción
fenomenológica pasa del mundo fáctico al mundo de la idea fenomenológica ,
es decir, al mundo de los conceptos filosóficos, de las ideas que puedan
determinar lo que es el fenómeno en su comprensión, y para así trascender
desde una conciencia subjetiva el abordar del mundo. Este tipo de filosofía
aborda al mundo en su esencia, como el ser de las cosas. En este sentido,
señala Claros, la conciencia es vivencia, en el tiempo es percepción,
recuerdo, signo temporal y requiere, de acuerdo con Husserl, un cambio de
actitud natural a una actitud filosófica cargada de reducción, de intuición
y de constitución trascendental ontológica, exteriorizada en el mundo.
(Gil Claros, 2008, pág. 2)

Más adelante Claros señala cómo se puede pasar de la actitud natural a la
filosófica. El primer lomento se da cuendo la conciencia pone en duda lo
que está girando en torno al mund natural, recurriendo a la epojé, es
decir, a la desconexión con lo inmediato de la actitud natural; quedando de
esta manera en suspenso ante la nueva posibilidad de pensamiento. Llevando
así a cabo el paso de la actitud natural a la actitud filosófica, la cual
permite la captación de la esencia pura, a través de la reducción eidética.
Para Husserl este paso que se da es tener conciencia de algo, es decir,
conciencia pura en su absoluto ser propio. Con lo anteriormente dicho vale
rescatar los siguientes aspectos, en cuanto al paso que se da de estas
actitudes: a.) los actos mediante los cuales el mundo está ahí para el
sujeto. b) las cogitaciones que está ahí, delante. c) El cultivo de las
ciencias naturales, que se lleva a cabo mediante actos de pensamiento
ordenados según la lógica de la experiencia, que al ser trascendida
concluye en nuevas experiencias. d) el ser que pasa a vivir una nueva
situación: la conciencia pura, las viviencias infinitas del mundo de la
fenomenología. (Gil Claros, 2008. Págs. 3-4)



3. La fenomenología se propone la tarea histórica de superar la crisis
objetivista de la filosofía y la ciencia en la modernidad. (Álvear
Saravia, 2010)

Estos tres aspectos se irán desarrollando en la medida que se profundice
en el estudio de Ideas de la fenomenología. Por ahora lo que es importante
recalcar es que en casi todas las obras de este fenomenólogo se podría
encontrar de trasfondo una crítica de la razón, aunque no tome como
paradigma a la ciencia ni a la historia. Esto se da por dos razones de
peso: la primera radica en la idea de vida basada en una rigurosa ciencia
filosófica; pero, por otro lado, está el ambiente cientificista que enmarca
su tiempo, el cual no dispone de manera propia ningún saber. Según Karim
Martínez, en Husserl se puede distinguir dos grandes momentos en su obra:

a) Crítica de la insuficiencia sapiencial de su tiempo.

b) Propuesta de una solución en el desarrollo de la filosofía como
auténtica episteme, es decir, como auténtica ciencia universal.

Señala esta autora que el progreso del planteamiento, en la propuesta de
desarrollo de la filosofía como auténtica episteme, radica en la
profundización del estudio llevado a cabo tanto en lo que se refiere al
origen de la crisis – objetivismo de la ciencia y filosofía moderna – como
lo referente a la propuesta de solución – fundamentación de la filosofía en
una radical fenomenología del mundo de la vida –. (Martínez Zavala, 2016,
pág. 8). En esta interpretación se puede vislumbrar la paridad que existe
con el texto de Held, en el cual se insiste en que Husserl deseaba imprimir
a la filosofía de su tiempo un uno giro paradigmático. Este cambio de
paradigma no solo se daba por atacar a las filosofías o modos de pensar que
estaban impreganando su tiempo, sino que a través de esta propuesta se
insentivase al hombre a dar respuestas claves al mundo de la vida. Es
decir, se percibe en este programa filosófico una actitud ética ante los
problemas del mundo.

La mayoría de los escritos husserlianos despunta a la creación de una
filosofía universal, la cual permita al sujeto superar la crisis en la que
se encuentra inmerso de manera paradójica, dada por la época de los
esplendorosos avances de las ciencias. Es decir, se desea plantear un
correcto desarrollo de la fenomenología como ciencia universal, en
consonancia con el modelo originario griego – de aquí que provenga el
término protofundación –. Para complementar esta idea Martínez señala que
ante un gran proyecto, como el presedente, exija una fenomenología de la
razón en su integridad, es decir, que esto implica un estudio del Logos en
su doble vertiente: lógica y ontológica, así como una indagación preliminar
del ámbito y método como la fenomenología puede cumplir con su tarea de
filosofía trascendental como rigurosa ciencia filosófica, esto es, como
episteme. (Martínez Zavala, 2016, pág. 9)

o CONCLUSIÓN

En definitiva, este cambio de actitud lleva a encontrar una vía hacia la
cual la filosofía sea acorde al ideal epistémico de los antiguos, la cual
comprendía una filosofía teorética y una filosofía práctica, constituyendo
así un único saber integral. Recalca Martínez que tal idea de la filosofía
como saber de la totalidad – porque apunta al ser – y radical – por su
pretensión de apodicticidad – deber tener por objeto un conocimiento
universal del mundo y del hombre con una absoluta ausencia de prejuicios,
viendo finalmente en el mundo mismo la razón y teología inmanente en él así
como su principio supremo, es decir, Dios. (Martínez Zavala, 2016, pág.
9). Es así que la pretensión de Husserl de ofrecer a la polis una solución
a sus problemas de carácter epistemológico y existencial plantea el método
fenomenológico que se irá desarrollando de manera propedéutica en Ideas de
la Fenomenología.


Bibliografía

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03 de 2017, de Inter-actuando con la Filosofía Ética: http://inter-
actuandoconlafilosofiaetica.blogspot.com.co/2010/11/husserl-y-los-
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[1] De familia hebrea, Edmund Husserl nace en Pro²nitz
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