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Animismo y Perspectivismo
Ensayo Antropología e Historia Amazónica
FLACSO Ecuador
por: Celeste Torres Soya
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El naturalismo moderno es responsable de aquella construcción dual y antagónica de la relación naturaleza-cultura, una ideología elaborada desde occidente, bajo el cual se establece que –exclusivamente- los seres humanos (hombres y mujeres) tienen vida interior o alma y que todos los otros, es decir, todos los no humanos carecen de ella, y por consecuencia carecen de aquello que los definiría como humanos. Para occidente, entonces, sólo será humano lo que posea "cuerpo de hombre o mujer". Puesto que, lo no humano al estar inanimado, es cosificado, estableciéndose una ideología de la dominación/explotación de lo no humano, de la naturaleza, sirviendo, el naturalismo como modo de justificación histórica del saqueo capitalista, así como el colonialismo sobre los pueblos "primitivos" o "subdesarrollados" como medio para lograrlo. En este sentido es necesario subrayar el carácter antropocéntrico y autoritario del naturalismo como ideología dominante.
El giro ontológico en antropología, se centra en el debate respecto de lo que determina el carácter de la separación entre el mundo de los humanos y no humanos, y las relaciones que a partir de ello se establecen entre ambos. Estas teorías brotan a la luz de la inmersión y problematización de ciertos antropólogos –de tradición francesa- en sociedades amazónicas, que desde ahí reelaboran la herencia de Levi-Strauss en lo que va a emerger como una subdisciplina y como nueva corriente, la antropología amazónica, que va a proponer fundamentalmente, una crítica de la división naturaleza/cultura desde la mirada no antropocéntrica ni cosificadora que los pueblos amerindios han desarrollado en su modo de concebir y relacionar los mundos humano y no humano.
Descola –antropólogo que se concentra en el estudio del pueblo Shuar de la amazonía ecuatoriana- señala que las distintas culturas pueden compartir y combinar nociones cognitivas y afectivas, y que aquellos "modos que definen las fronteras entre el propio ser y la otredad, tal como se expresa en el tratamiento de humanos y no humanos" (Descola, 107) varían. Estos modos de identificación a los que hace referencia el autor, podrán ser de tres órdenes diferentes: el ya mencionado naturalista, totemista o animista. El totemismo, a grosso modo, se basa en las discontinuidades empíricamente observables entre especies para dar estructura desde ahí a las divisiones entre humano y no humano. En el animismo en cambio, todos los seres naturales están dotados de anima, de vida interior, y por consecuencia están dotados de disposiciones y atributos sociales, y por tanto van a ser percibidos como parte (o como participantes) de relacionamientos sociales.
En oposición al naturalismo, ñaladp anteriormen seabsta.es emuella subdisciplina naciente, la antropologr las sociedades "a base del mdoelo capitalista.es emViveiros de Castro -antropólogo brasilero- propone el concepto multinaturalismo, en el cual no es la mente la condición para el conocimiento del mundo, sino el cuerpo, y por tanto las diferencias entre las sociedades (humanas y no humanas) van a depender de cómo éstas conocen el mundo (a través de su cuerpo) y de su subsecuente relación con él, y no de un modo de representación mental de la realidad. De ahí la importancia del cuerpo, el sentido de la corporeidad y la diversidad de cuerpos supone que éste es algo que cambia y que es un instrumento, pues los agentes no humanos también tienen la capacidad de ocupar un punto de vista, percibiéndose a sí mismos y sus comportamientos bajo la forma de la cultura humana, es decir viendo a los demás seres como animales y a sí mismos como humanos, tal como nosotros los miramos a ellos y como nos vemos a nosotros. La noción de naturaleza, entonces, deja de ser única y se hace diversa. El multinaturalismo viene a expresar la naturalidad de la variación.
"El perspectivismo es un multinaturalismo, porque una perspectiva no es una representación. Una perspectiva no es una representación, porque las representaciones son propiedades del espíritu, mientras que el punto de vista está en el cuerpo. Ser capaz de ocupar un punto de vista es sin duda una potencia del alma, y los no-humanos son sujetos en la medida en que tienen (o son) un espíritu; pero la diferencia entre los puntos de vista - y un punto de vista no es otra cosa que una diferencia- no está en el alma. Ésta, formalmente idéntica en todas las especies, percibe solamente la misma cosa en todas partes; la diferencia entonces debe ser dada por la especificidad de los cuerpos." (Viveiros de Castro, Metafísicas Caníbales, p. 73).
El perspectivismo amerindio como modelo teorico-metodologico señala entonces a lo humano como el fondo común tanto de hombres/mujeres, como de animales y otros seres ontológicos, toma del animismo la noción de que detrás de la realidad aparente se encuentra el alma (o lo que nos hace humanos). Ahí se establece la distinción fundamental en la separación y la relación naturaleza-cultura entre occidente y el mundo indígena, puesto que y de acuerdo a la mitología, en gran parte de los relatos, animales y humanos eran un "todo", una sola cosa y los animales eran humanos, en el relato de occidente, por el contrario, los humanos fuimos animales y "evolucionamos" hasta transformarnos en humanos.
La antropología amazónica recupera "saberes" que aún son prácticas y las problematiza construyendo conocimiento desde fuera de occidente, contrahegemónico, desde las periferias si se quiere. O bien desde "aquellos mismos salvajes" que antes estudió para domesticar. En ese sentido, es válido destacar la relevancia histórica de la subdisciplina, en términos de teoría y práctica puesto que se nutre de los conocimientos milenarios de las abuelas y abuelos del amazonas, reconsiderando y reelaborando sistemas de pensamiento y de relaciones que puedan constituirse como herramientas para las propuestas antagónicas a la modernidad capitalista. En este sentido, como corriente, si bien se ha centrado en la amazonía ha pensado modelos teóricos que están en constante diálogo y contraposición con la modernidad y su modos de relacionar lo humano y lo no humano, Descola, compara la epísteme dualista del naturalismo con el animismo,
…el naturalismo nunca está muy lejos del animismo: el primero produce constantemente auténticos híbridos de naturaleza y cultura que no puede conceptualizar como tales, mientras que el segundo conceptualiza una continuidad entre humanos y no humanos que puede producir sólo metafóricamente, en las metamorfosis simbólicas generadas por los rituales. (Descola p. 109)
El autor toma de Latour la idea de híbrido de naturaleza y cultura, para designar las prácticas posibilitadas por el pensamiento naturalista, y su subsecuente antagonismo naturaleza-cultura, y el modo en que sociedades animistas producen metafóricamente la continuidad, esto es, modos de relación, entre humanos y no humanos a través de el rito, a diferencia de occidente, donde el mundo es objetivado, desanimizado, cosificado para poder ser entendido. Para el mundo indígena, en cambio, el conocer algo es atribuirle intencionalidad, agencia, subjetividad. Es ver desde el otro. Es el entendimiento de los fenómenos del mundo como resultado de una intencionalidad, transformándo así al objeto de conocimiento en un sujeto.
Las ideas esbozadas dan cuenta de nuevos preceptos para el pensamiento y la práctica de una antropología que contribuya a la recuperación de un conocimiento expansivo, integral y emancipador, una antropología de múltiples mundos, de diversos sujetos, perspectivista, que recupera y libera modos de pensar y establecer relaciones no autoritarias con esos otros no humanos, en una construcción antagónica a la de la dominación capitalista de humanos y no humanos.







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