estrevista

June 3, 2017 | Autor: Dairo Martine | Categoria: Journalism, Comunicacion, Periodismo Digital, Abogacia
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A la altura de las Palmas


Entrevista a la Lic. Evelyn Vidal Noa, jefa de equipo del Bufete de Abogado
No 1 de Guantánamo.


Cuando se es joven y se empieza a pensar en el futuro, uno se da cuenta de
que existen muchas formas de trabajo, y yo quería ser alguien que sirviera
a la sociedad… Así piensa Evelyn Vidal Noa, una chica común, que tiene 25
años y que como todo joven le gusta divertirse, escuchar buena música, reir
y compartir con sus amigos, pero que más que nada en el mundo adora
saberse, al fin, abogada, tras cinco largos años de estudio y sacrificio.


Surfear entre el mar de las leyes del país, aprender como mismo un
carpintero domina sus herramientas, las formas de aplicarlas para
satisfacer a las personas, hacer sus vidas más sosegadas y ser parte
importante de la consumación de un contratado que cierra con la gratitud
del cliente "era una sensación que de verla como estudiante ya le parecía
tentadora", explica esta joven, a Venceremos mientras resueltamente nos
convida hacia una oficina.


Nos la encontramos en el Bufete Colectivo de la esquina de Martí y Crombet,
en busca de alguna historia, de esas que no por simples dejan de ser
maravillosas. Y así, como traída del cielo, apareció esta jurista,
trabajando, cubierta hasta el tope de papeles, demandas, procesos y leyes,
una cotidianeidad que ella misma reconoce le es tan familiar, como si
llevase años de graduada.


Cómodamente sentados, de la misma forma en que usualmente atendiera a algún
interesado, ella se nos muestra comprensiva y dispuesta, aún y cuando sabe
que a la salida le espera el trabajo acumulado, mientras nosotros al frente
curiosos y emocionados encendiámos la grabadora y con el PLAY, el diálogo.


Un fruto de la vocación, esa fue la primera cosa que salía de sus labios
"porque en mi familia no existía tradición jurista ni nada parecido, todos
eran maestros o médicos", sin embargo ella gustaba de las leyes, de la
norma, del hecho, de esa universalidad de sus conocimientos "pues todo el
orden social está amparado por la ley. Y bueno yo tenía que aprenderlo".


Así con esas ganas como de engullir al mundo, y esa nostalgia que suelen
despertar los viejos recuerdos cuando forzadamente nos son traídos al
presente, Evelyn nos traslada en su relato a la Universidad de Guantánamo.


Allí nos mezcla su vida entre las horas sin sueño, la preparación constante
y hasta el ejercicio ante tribunales en sueños, con ese perfeccionismo que
le impregnaron sus profesores, en el aula, los tribunales, las fiscalías,
para lograr esa correspondencia entre el cúmulo de saberes adquiridos y el
ejercicio profesional práctico, "porque leer de un proceso no es igual que
vivirlo"


Y es que la abogacía para Evelyn, se trata de algo más que ayudar y ser
útil, es algo así como un poco de psicología, de comuniación y paciencia
para "aprender a lidiar con esos humanos complejos, que no son máquinas, y
cometen herrores como cualquiera, pero se debe estar preparado para ello"


Una lección que bien aprendería de la propia vida, cuando en el 2013,
graduada, dió sus primeros pasos en la abogacía. "Derecho de familia,
divorcios, guardas y cuidados, cuestiones alimenticias, y procesos de
vivienda, en casi todo me desempeñé: rama civil, administrativa, económica,
laboral y penal", agrega, y nos explica, como si fuésemos uno más de sus
consultantes.


Sin embargo en esa larga incursión por el mundo legal, esta joven jurista
decidió tempranamente sobre que quería trabajar, "al interactuar con las
personas que están en espera de juicio comprendí que no todos lo que
cometen delitos son delincuentes" y ahí, según ella misma dice, se covenció
que su rama era definitivamente la penal.


Y además esta lo otro, nos comenta retomando la palabra, con tono
preocupado y, responsable, "al menos el 50 por ciento de los asuntos
penales que he manejado involucran a personas menores de 25 años.
Muchachos que destruyen sus vidas o quedan marcados por no aprovechar
oportunidades de estudio o trabajo y escoger el margen de la ley. Yo los
defiendo porque sé que pueden llevar una vida honrada"


Al ver a Evelyn tan segura, capaz y reflexionado sobre su sociedad, nadie
diría que a penas ayer era una estudiante, con incertidumbre,
desconocimiento real del trabajo porque uno es nuevo en muchas cuestiones,
pero que con ética, respeto, compromiso y mucha dedicación se superan todas
las dificultades". Y así frente a fiscales, bufetes, tribunales, jueces,
Evelyn, se hizo de ese prestigio profesional posible solo al canalizar ese
ímpetu propio de la juventud, en humildad, trabajo y deseos de aprender.


Cómo no entender entonces porque fuera, pese a la gran cantidad de colegas
del ramo disponibles, aún hay algunas personas esperando tranquilamente en
su despacho. "Por la abogada, la jefa de equipo" así responden. Esa que
sobrelleva sus responsabilidades administrativas con las propias del
Bufete, y aunque luce cansada, lo disimula sonriente, porque obrar en ley
para ella, es un acto tan sublime, que coloca su nombre a la altura de las
mismas palmas.
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