Etica para amador

July 27, 2017 | Autor: Dayanara Torres | Categoria: Ética
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Etica para amador
Biografias
Biografía
Fernando Savater es escritor y profesor de filosofía. Ha publicado más de cincuenta obras de ensayo político, literario y filosófico, narraciones y obras de teatro, además de cientos de artículos en la prensa española y extranjera. Algunos de sus libros han sido traducidos a más de veinte lenguas. Entre sus obras destacan La tarea del héroe (Premio Nacional de Ensayo, 1982) y las novelas El jardín de las dudas (finalista del Premio Planeta, 1993) y La hermandad de la buena suerte (Premio Planeta, 2008). Entre sus publicaciones más recientes destacan la novela El gran laberinto y el ensayo La vida eterna, una reflexión filosófica sobre la religión en la actualidad. Sus obras Ética para Amador, Política para Amador y Las preguntas de la vida, con las que ha tratado de acercar la filosofía a los jóvenes, se han convertido en auténticos best sellers.

Fernando Fernández-Savater Martín (San Sebastián, 21 de junio de 1947) es un filósofo, activista y prolífico escritor español. Novelista y autor dramático, destaca en el campo del ensayo y el artículo periodístico. Sus obras han sido distinguidas con numerosos premios.
Filósofo y escritor español dedicado sobre todo a la reflexión sobre la ética. Profesor de Filosofía en diversas universidades, y más tarde de Ética en la Universidad del País Vasco, su amplia labor de divulgación y de crítica cultural lo ha convertido en un referente imprescindible para toda una generación en España. Sus comentarios críticos, sus gustos y claves de lectura son determinantes para la configuración del gusto estético y de los hábitos de lectura de su multitud de seguidores. En su obra se ha dado, además, el raro fenómeno de que libros cuyo tema central es la ética se hayan convertido casi en best-sellers, como ha sucedido con su Ética para Amador (1995) o El contenido de la felicidad (1996).Savater considera a la filosofía como una actividad de crítica permanente, de expresión inalienable de la subjetividad e incluso como provocación; tal ideal halla su justa dimensión en la elaboración de un estilo audaz y expresivo que, a menudo, utiliza el matiz, la ironía y la paradoja como estructuras de razonamiento. Por otra parte, su estilo ha buscado una solución más explícitamente literaria a través de un proceso gradual de acercamiento a la narrativa en el que se pueden detectar varias etapas. En 1976 publicó el ensayo La infancia recuperada, en cuyas páginas se defienden la necesidad de la ficción novelada y la pasión de contar por contraposición a la sofisticación de la narrativa comprometida en la experimentación lingüística y estructural. Savater retoma y propone con entusiasmo la narración fantástica, la historia de los contenidos éticos y heroicos a través del análisis de autores y personajes como Julio Verne, Sherlock Holmes, William Brown, Jack London o Lovecraft.
Una etapa posterior de su profundización a lo largo de los itinerarios narrativos se corresponde con Criaturas del aire (1979), en la que una serie de personajes de la historia o de la literatura, como Tarzán, la Bella Durmiente, Drácula, Julián el Apóstata, Bakunin o el mismo Savater, monologan sobre sus vidas, sobre el destino, la violencia, el amor o la muerte, y confirman, desmienten y narran situaciones de su existencia.
El salto definitivo hacia la novela propiamente dicha lo da con Caronte aguarda (1981), narración policíaca que mezcla una trama personal con una conspiración política, y que constituye una meditación sobre las formas del mal, el delito y la venganza. El diario de Job (1983) constituye una introspección más íntima y profunda, y El dialecto de la vida (1985) trata de la amistad entre un escritor maduro y un joven fotógrafo durante un triple viaje (geográfico, intelectual y amoroso), siguiendo las pistas escocesas de R. L. Stevenson. Entre sus obras teatrales cabe citar Juliano en Eleusis (1981) y Vente a Sinapia (1983), una meditación sobre la utopía, y Guerrero en casa (1992).

Libertad
A partir del siglo XVIII, la libertad comenzó a unirse a otras facultades o virtudes, como la justicia y la igualdad. Este cambio social fue acompañado por el desarrollo de nuevas formas de organización de la sociedad y el surgimiento de regímenes políticos hasta entonces inéditos.
Un ser libre no está atado a la voluntad de otros de forma coercitiva. La libertad garantiza el respeto por la voluntad individual e implica que cada uno debe hacerse responsable de sus actos. Se conoce como libertinaje a la libertad absoluta, lo cual lleva inevitablemente al descontrol social.
Desde la ética
Desde un punto de vista ético la libertad humana se puede definir como la "autodeterminación axiológica." Esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que previamente ha asimilado.
Cuando no se da la libertad –o se da en forma disminuida– entonces el sujeto actúa impedido por otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la condición previa de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad.
La libertad humana tiene que ir paralela con el sentido axiológico y el sentido de responsabilidad, de no ser así se convierte en libertinaje.
Uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su proceso de liberación. La libertad puede aumentar o disminuir a lo largo de la vida. Los primeros factores que limitan la libertad del hombre son los condicionamientos, el Súper Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones sofocantes y las ataduras de una filosofía pesimista.
Para un manejo sencillo de las clasificaciones de la libertad, esta se ha divido en dos muy sencillas:
Libertad–de: Significa libertad de obstáculos, de vínculos o de restricciones, sean estos de orden físico o de orden moral.
Libertad–para: Significa libertad para alcanzar un objetivo o para realizar un valor o para llegar a una meta, es de tipo interna y reside en la voluntad.
Filosofía
Capacidad de obrar sin impedimentos, de auto determinarse, lo que supone la posibilidad de elegir tanto los fines como los medios que se consideren adecuados para alcanzar dichos fines.

En la medida en que podemos aplicar el término a distintas facetas de la realidad podemos hablar de distintos tipos de libertad: moral, jurídica, política, religiosa, de pensamiento, etc...

La posibilidad de que el individuo pueda sustraerse o no a la cadena determinística de los fenómenos naturales ha provocado no pocas discusiones en torno a la realidad de dicho concepto y su significado, caso de aceptar su realidad, dando lugar a numerosas concepciones, por lo general muy matizadas, de lo que sea la libertad.
Teología
La libertad implica una clara opción por el bien y el mal desde la teología
Social y político
La quinta acepción del término1 define la libertad como la "facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres". En base a ello, la protección de la libertad interpersonal, es objeto de una investigación social y política.
La libertad política es un derecho, o la capacidad y habilidad, de la libre determinación, como expresión de la voluntad del individuo, concerniente a qué tipo de organización social desea tener, desarrollar o a cuál pertenecer.
Está definida por el liberalismo como la capacidad de actuar sin restricciones del gobierno; y por el socialismo como la capacidad de tener acceso a determinados recursos por parte del gobierno sin limitación social



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