Etimología indoeuropea de unos versos de Virgilio

June 9, 2017 | Autor: Javier Mangas Romo | Categoria: Filologia Classica, Filologia Clasica, Filología Clásica
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Javier Mangas Romo, Filología Clásica

ETIMOLOGÍA INDOEUROPEA EN VIRGILIO XII 309-310

Resumen: Se ha pretendido realizar un tratamiento etimológico de un par versos de Virgilio que se repiten varias veces a lo largo de su obra. Sin mayores pretensiones que hacer un análisis de los términos, centrándonos en la morfología nominal de los mismos, han sido consultados diccionarios latinos con el fin de describir la etimología de las palabras, sus correlatos en otras lenguas y la supuesta raíz originaria indoeuropea.

Olli dura quies oculos et ferreus urget somnus, in aeternam conduntur lumina noctem. (Verg. Aeneid. 12, 309-310) «A él un duro descanso y un sueño pesado le caen encima de los párpados, y las luces se le apagan en una noche eterna». (Trad. Fernández Corte J. C.)

Virgilio puede considerarse como un poeta del descanso, suele hablar de la muerte como algo suave, refiriéndose a ella como un sopor. Ante nosotros tenemos unos versos líricos que describen el último momento de la muerte de un guerrero en combate, y constituyen un ejemplo de la llamada expolición. La expolición es una figura retórica que consiste en repetir un pensamiento en distintas formas. Esto es lo que ocurre en las tres frases de los versos de Virgilio. Cada sintagma el autor lo entiende con el significado de “muerte”: dura quies, ferreus somnus y, finalmente, aeternam noctem. Los sintagmas nominales cuentan con una estructura básica de sustantivo en función nuclear y su adyacente en forma de adjetivo. Sin embargo, Virgilio adorna las nuevas frases cuando significan lo mismo que la antecedente –„muerte‟, como ya hemos dicho– por medio de añadiduras (en negrita), y la hacen más florida y elegante: i) Dura quies (urget) ii) ferreus somnus oculos urget iii) lumina in aeternam noctem conduntur .

Olli dura quies oculos et ferreus urget somnus, in aeternam conduntur lumina noctem. 1

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Olli, es un término arcaico que recuerda la tradición épica, sigue a Ennio, y también lo encontramos en Lucrecio. Se trata de un demostrativo de tercera persona que no se impuso (olle, ollus, olla), manteniéndose el clásico ille. Tal pronombre demostrativo se refiere a lo que está más alejado, en el tiempo o en el espacio, de la persona que habla, oponiéndose al pronombre hic. Las gramáticas tradicionales lo traducen como aquel, pero puede traducirse sin problemas como el pronombre personal él. Al igual que illi es dativo de ille, olli está en caso dativo singular (y también nominativo plural) de olle ú ollic: *olli-ce (partícula enfática, que se perdió en los estadios más antiguos de la lengua). Dicho elemento deíctico, *-ce, puede verse en latín vulgar, donde encontramos algo que podría ser similar al antiguo ollic u olluc: eccum ille, del adverbio ecce, con valor locativo, „he aquí‟, „aquí está‟, etc. En las lenguas modernas romances, lo más semejante que encontramos a ollic está en el adverbio francés oïl (antiguo hoc ille) > oui, „sí‟. Bastante similar a lo que se ve en latín vulgar. Quies. Sust. f. sing. nom., „‟descanso‟‟, „‟reposo‟‟, cuya raíz indoeuropea es *K wieh1-ti-. Encontramos correlatos en otras lenguas siguiendo el genitivo singular quietis, así pociti en antiguo eslavo o, más raro, siyatis en persa. Del verbo intransitivo quiesco, -cere, quievi, quietum, „‟descansar‟‟ con raíz *Kwi(e)h1- se deriva el adjetivo quietus. –a, -um. En italiano el verbo apenas ha sufrido modificaciones: quiescere… Dura. Adj. f. sing. nom., concuerda con quies. Durus, -a, -um, probablemente viene de *dru-ros; su raíz IE *du(e)h2-ro- se explica para el sustantivo original para „duración‟, en griego , en dórico tenemos el adverbio α. Según la raíz, se puede comparar en otras lenguas antiguas como en sanscrito daru-náh. Somnus. Sust. deverbativo m. sing. nom., „‟sueño‟‟ (acción de dormir), somnus, -i. En latín encontramos sopor y en griego , todo se explica por el IE. Podemos postular distintas variantes de la antigua raíz *swep-: a) con sufijo *swep-os-, de la que proviene sopor, -oris; b) con sufijo *swep-no- > somnus, aunque hay razones para pensar que posiblemente *swep-no es una derivación tematizada de r/n, *swep-r/n-; c) en grado cero con sufijo *swp-no- > . En italiano parece que ha mantenido el sufijo siendo somno. En sanscrito svápiti, svápna- y el verbo correspondiente svapáyati; en latín el verbo es sopio, -ire ‟hacer dormir‟, „quedar inconsciente, sin sentido‟ > „morir‟. Como dato de interés, en el uso literario, este verbo, atestiguado por primera vez en Ennio (de nuevo volvemos a este autor), pertenece, al menos hasta comienzos de la época imperial, a la poesía elevada: Virgilio la emplea en la Eneida unas cuantas veces. El sustantivo correspondiente sopor, tiene una limitación más estricta; aquí, de hecho, Virgilio emplea la palabra somnus, no sopor. 2

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Ferreus. Adj. m. sing. nom., concuerda con somnus. Ferreus, -a, -um, de este adjetivo hay poco que decir. Deriva del sustantivo neutro ferrum, -i < *fer-s-o-, el cual posiblemente proviene de un dialecto fenicio donde hierro es barzel. Oculos. Sust. m. pl. ac.; oculus, -i „ojo‟. La raíz que se postula es *h3okw-; sin embargo, la formación en latín no provendría del IE originario, sino, probablemente, de la raíz sufijada *h3e/oKw-(e)lo-. Otros cognados del IE son el sanscrito aks-i o el gótico augo, este último tiene el común con un adjetivo francés la velar sonora frente al resto de lenguas: aveugte, „ciego‟ (proviene del latín ab oculis, que, a su vez, es un calco del griego α’ α].

Lumina. Sust. n. pl. nom.; lumen, -inis, contracción por lucimen de luceo; en latín también tenemos lux, -cis para referirnos a la luz. En italiano el término ha sufrido más contracciones, quedándose en lum. Comparando con el adjetivo griego   , „brillante‟, postulamos la raíz *l(e)ukpara „luz‟, que, con distintos sufijos, habría dado lumen (< *lousmen < *l(e/o)uk-s-mn) y lux (*leuk-s-). A propósito de lux, -cis, la base *leuk-s- también se encuentra en „luna‟, podría derivarse de *leuk-os- (en indoeuropeo, „brillante‟ sería *le/ouk-s-nh2-). La palabra *le/ouk-s-no-, dice de Vaal, probablemente la usarían como epíteto para la luna en PIE. Noctem. Sust. f. sing. ac.; nox, noctis „noche‟. De una comparación con la lengua más cercana, el griego,   , la raíz IE que postulamos para „noche‟: *nokw-t-s, habría mantenido la grafía „k‟ sin el apéndice labial en griego y también en sánscrito nák. Una palabra muy básica en la lengua, sin más comentarios. Aeternam. Adj. f. sing. ac. concuerda con noctem. Aeternus, -a, -um, „eterno‟, es una contracción del sustantivo aeviternus, y de aevum, -i „la eternidad‟. En castellano tenemos un equivalente exacto a esta palabra latina: evo, [empleado en poesía y teología].

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Bibliografía. De Vaan, M. (2008), Etymological Dictionary of latin and the other Italic Languages, of Leiden Indo- European Etymological, Dictionary Series, Brill. De Miguel, R. (2003), Nuevo Diccionario latino-español etimológico, Visor libros. Ernout, A & Meillet, A. (1979), Dictionnaire étymologique de la langue latine, histoire des mots, Editions Klincksieck. Roberts, E. A. & Pastor, B. (1997), Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española, Alianza Diccionarios. Segura Munguía, S. (1985), Diccionario etimológico latino-español, Anaya.

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