EXEGESIS ROMANOS 8:9-11

May 28, 2017 | Autor: Edgar Santana | Categoria: Tesis
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CAPÍTULO 3

ESTUDIO EXEGÉTICO DE ROMANOS 8:9-11 Se determinan todos los aspectos relacionados al contexto histórico general.

Se

establece el texto a investigar, dentro de su contexto canónico, y se desarrolla el análisis de las palabras claves. Además, de someter la interpretación, al contexto teológico.

Contexto Histórico General Se incluye el título, la paternidad, el estilo literario, la fecha y el lugar de origen. Además de, el tema y el propósito, los destinatarios; y el texto con el desarrollo del contexto.

Título del Libro El comentario bíblico adventista, expone: ―Probablemente, Pablo al escribir la epístola, no le puso ningún título; pero posteriormente la epístola llegó a ser conocida como ‗A los Romanos‘, [pro,j roma,inouj], título en los manuscritos más antiguos.

En

manuscritos posteriores este título fue ampliado a ‗la Epístola de Pablo el apóstol a los Romanos‘, título que con algunas ligeras diferencias es el que se usa en las versiones castellanas‖.1

1

―Introducción‖, a los Romanos, Comentario bíblico adventista, [CBA], 6:463.

235

Paternidad Literaria

Muchos autores reconocidos, con algunas excepciones, confirman la paternidad paulina, en relación a la epístola a los Romanos, como un hecho irrevocable, que además es sostenido, con evidencias tanto internas como externas.

En este mismo sentido;

Hendriksen, plantea: ―La evidencia a favor de esta conclusión -de que Pablo ciertamente escribió el libro de Romanos- puede ser considerada, sin exageración, abrumadora. Entre los argumentos que se han presentado en su contra, -por ejemplo: ‗Lucas, en el libro de los Hechos, nunca menciona el establecimiento de una iglesia en Roma; de modo que Pablo no podría haber escrito la carta a los Romanos‘-son tan absurdos que no merecen ningún comentario adicional‖.1 Además, se menciona, que algunos han presupuesto que el [cap. 16], no formaba parte de la epístola original; el [CBA], presenta:

Algunos han sugerido que el [cap. 16] quizá no formaba parte de la epístola original, sino que fue una carta separada enviada a Efeso, donde Pablo había trabajado [Hech 19]. Esta teoría se basa en la extensa lista de nombres que hay en dicho capítulo, y en la suposición de que difícilmente Pablo podría haber conocido a tantos amigos en una ciudad que aún no había visitado. Sin embargo, como la gente afluía a Roma desde todas partes del imperio, es muy posible que el apóstol hubiera tenido muchos amigos en la ciudad capital. Además, todos los manuscritos más antiguos incluyen el cap. 16 como una parte de la epístola .2

Ahora bien, en la misma narrativa del cap. 16, se puede inferir, que la carta a los Romanos, fue dictada por Pablo a Tercio. Bolling, refiere: ―El texto en Romanos fue hablado antes de que fuese escrito. En [16:22], el amanuense o amigo de Pablo, quién 1

William, Hendriksen. Comentario al Nuevo Testamento: Romanos. Traductor Norberto Wolf. 1ra edición y 3ra reimpresión. (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 2009), 14. 2

―Introducción‖, a los Romanos, [CBA], 6:463.

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escribió, mientras el dictaba, era Tercio, y se inserta a sí mismo en el texto, con salutaciones propias a los romanos‖.1

Evidencias Internas

En primera instancia, aparte de la identificación directa de Pablo en la carta, su ministerio dirigido a los gentiles, se recalca marcadamente, en todo el contexto. Carballosa, describe: ―(1) El autor se identifica como Pablo [1:1]; (2) Se reconoce como apóstol de los gentiles [11:13]; (3) Dicho ministerio es descrito nuevamente [15:15-20]; (4) las circunstancias mencionadas en [15:15-28], concuerda con lo ocurrido en [1 Co 16:1-4 cf 2 Co 2:9]; (5) El estilo y el contenido de la epístola, manifiestan una paternidad paulina‖.2 Haciendo énfasis, con este último planteamiento; Hendriksen, expone:

Pablo en [3:20-24], proclama la justificación por la fe, que corresponde al mensaje de [Gl 2:16; 3:6,11 cf Ti 3:4-7]. En [12:5] describe a la iglesia como el cuerpo de Cristo, imagen utilizada en [1 Co 10:17; 12:12-14,27; Ef 1:22,23; Cl 2:19]. El exhortador que en [12:6-8] insiste en que estos miembros utilizasen sus respectivos talentos para beneficio de todo el cuerpo, enfatiza el mismo deber en [1 Co 12:15-26, 28:31; Ef 4:11-16]. Y el generoso y entusiasta filántropo de [Ro 15:15-28], es también el recolector de donaciones y benefactor de [2 Co 8 y 9]. Él 3 se llama a sí mismo, ‗Pablo siervo de Jesucristo, apóstol [1:1].

Además, se presenta el sólido testimonio del apóstol Pedro [2 Pe 3:15,16], y se presupone el uso de un vocabulario homogéneo, entre la epístola de Pedro y la carta de Pablo. Hendriksen, explica: ―[Ro 12:1, un sacrificio agradable a Dios, cf. 1 Pe 2:5]; [Ro 1

Per, Bolling, The Gospel according to Paul, a plain man’s guide to Romans. (Grantham, Lincolnshire: Autumn House, 2009), 18. 2

Evis, Carballosa. Romanos, una orientación expositiva y práctica. (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1994), 14. 3

Hendriksen, Romanos, 17.

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12:2 que Dios os moldée, cf. 1 Pe 1:14]; [Ro 12:3, que Dios le haya otorgado, cf. 1 Pe 4:10]; [Ro 12:9, amor genuino, cf. 1 Pe 1:22]; [Ro 12:10, amor fraternal, cf. 1 Pe 2:17]‖. 1

Evidencias Externas Es abundante el testimonio de muchos, durante el desarrollo histórico, de la era cristiana. Carballosa, explica: ―La paternidad paulina de Romanos es reconocida por Clemente de Roma [carta a los Corintios], Ignacio [cartas propias, con marcado énfasis paulino], Justino Mártir, Policarpo, Hipólito, el Canon Muratori, Ireneo, Tertuliano, Agustín y otros‖.2 Para citar un ejemplo, entre los ya mencionados, se señala el testimonio de Policarpo; quien según la tradición, fue discípulo de Juan; Hendriksen, expone:

Aunque los padres apostólicos, no tenían el hábito de mencionar los nombres de los santos hombres de Dios a quienes citaban, Policarpo, en su epístola a los Filipenses, lo menciona literalmente y demuestra estar bien versado en sus cartas, inclusive Romanos: ‗Estas cosas os escribo hermanos, os las escribo respecto a la justicia, sino en primer lugar porque vosotros me invitasteis. Porque yo no soy, ni lo es ningún otro como yo, capaz de igualar la sabiduría del bendito y glorioso Pablo, quién, cuando vivía entre vosotros, en presencia de sus contemporáneos enseñó precisa y resueltamente la palabra de verdad, y quién, también, cuando estuvo ausente, os escribió cartas. Por medio del estudio de estas cartas vosotros seréis capaces de edificaros en la fe que os ha sido dada‘, [III. i,ii].3

Estilo Literario: ¿Carta o Epístola? Conviene, en primer lugar, definir, la epístola etimológicamente y su diferenciación con las cartas. Cartlegde, define: ―El término griego [epistolh/], es la palabra común para 1

Hendriksen, Romanos, 17.

2

Evis, Carballosa. Romanos, una orientación expositiva y práctica. (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1994), 14. 3

Hendriksen, Romanos, 16.

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carta [lo transmitido por medio del mensajero, por lo general una carta], y se usa a menudo en Hechos y en Pablo, y en 2 de Pedro [2 Pe 3:1; 3:16]‖.1 Cartlegde, menciona: No obstante, se hace una distinción entre carta y epístola en la tradición antigua griega. La carta la escribe una persona para otra dirigida a un grupo, en tanto que la epístola tiene la forma de una carta, pero con la intención de que circule [como documento importante, de cierta autoridad]. Si establecemos esta distinción, seguiremos llamando a las ‗epístolas‘ del NT cartas. Todos los libros llamados epístolas y todas las epístolas mencionadas en el NT son cartas en el amplio sentido de la palabra. Por lo general, sabemos los nombres de las personas que las escribieron y las personas o grupos a los que fueron dirigidas. Se escribieron para satisfacer necesidades específicas y con propósitos definidos. 2

Se concluye, que la mejor designación a los textos paulinos, es el término cartas, tomando su sentido de función, aunque se refieran a [epistolh/ –epístolas–] en el original. Barclay, citando a Deissmann –que expone que las epístolas son propiamente cartas–, propone cierta estructura: ―(1) Saludo [1:1]; (2) oración por el destinatario, para que la gracia de Dios medie entre ellos [1:7,9,11]; (3) acción de gracias a Dios [1:8]; (4) el tema de la carta [1:16 al 15] y las exhortaciones éticas; (5) Finalmente, saludos y exhortaciones a otros [16]. Se propone dicho esquema, en casi la totalidad de las cartas paulinas‖. 3

Acerca de Pablo Se subdivide la temática acerca de Pablo, en dos distinciones consecuentes: (1) Saulo de Tarso –el perseguidor fariseo–; (2) Pablo, el apóstol, su conversión e implicación.

1

Samuel Cartledge, ―Epístolas‖, Diccionario de Teología, 213.

2

Ibíd.

3

Barclay, Comentario al Nuevo Testamento, (Barcelona, España: Editorial Clie, 2006), 554.

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Saulo, el perseguidor fariseo

El mismo Pablo describe su historia antes de su dramática conversión al Señor, y se resalta su celo por la causa de Dios, dentro del judaísmo farisaico. Wright, expone: Las frases donde Pablo menciona su ‗celo‘ en el judaísmo, describe su carácter autobiográfico en relación a su vida pasada, [Fl 3:6 ‗en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia‘]; [Gl 1-13-14 Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis 1 padres cf 1 Co 15:9]. El celo, determina el tipo de orden judío, que desempeñaba.

El autor presupone que por el tipo de ‗celo‘ de Saulo, no sólo como judío, sino también como fariseo; se determina como shammaíta. Wright, sugiere:

¿Quiénes son los shammaítas? Durante la generación anterior a Saulo, había tenido lugar una división en el movimiento fariseo. Durante el Reinado de Herodes el Grande [36-4 a.C.] aparecieron dos escuelas de pensamiento dentro del ya poderoso movimiento, siguiendo a dos grandes maestros del período herodiano, Hillel y Shammai. La Misná, la legislación judía del 200 dC, los señala, en ellas, se presenta a Hillel como el ‗poco severo‘ y Shammai, el ‗estricto‘; respecto a la observancia personal de las leyes de la Torá, en sentido político y teológico. Por tanto, se identifica a Saulo como un shammanita, un fariseo extremadamente estricto [militante extremista] […]; Los shammaítas no se contentaban con guardar la Torá bajo el yugo romano, como Hillel, quien expresaba su creencia, en ‗vive y deja vivir‘. Para ellos la Torá misma demandaba que Israel estuviera libre del yugo gentil, libre para servir a Dios en paz […]; Esto es lo que quiere decir celoso de Dios o celoso de las tradiciones de los padres en el judaísmo del siglo I. Y para el judío del siglo I, el celo era algo que se demostraba con cuchillo, aguardaban la revolución contra Roma y volvían su mirada a Finees y Elías en el AT, y los héroes macabeos, como ejemplos a seguir. Eran celosos de Jehová, de la Torá, por ello, tenían el derecho, el deber, de poner ese celo en acción mediante el uso de la violencia, no sólo contra los gentiles, sino contra los judíos ‗renegados‘, que no tenían la intención de guardar la Torá, para que el reino de Dios tuviera su cumplimiento pleno en Israel.2 1

N. T, Wright, El Verdadero Pensamiento de Pablo. Estudios Teológicos, Colección teológica contemporánea 1. (Terrassa, España: Editorial Clie, 2002), 31. 2

Wright, El Verdadero Pensamiento de Pablo, 32-33.

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No obstante, Pablo menciona a Gamaliel [Hech 22:3], que era del pensamiento de Hillel; Pero se da una explicación, de este planteamiento –Pablo como shammaíta–, que es propio de Wright, quien sugiere: ―Los seguidores de Gamaliel, -cuyo postulado era ‗vive y deja vivir‘- eran casi todos partidarios del celo revolucionario. Este celo fue muy bien descrito por Josefo, y nos ofrece un retrato de los fariseos shammaítas […]; Pablo pudo haber aprendido de Gamaliel, pero no compartía su posicionamiento. 1 James Dunn, en su comentario a la carta a los Romanos, concuerda que el tipo de celo que inspiraba a Saulo, que lo llevaba a ese fariseísmo extremo, pero no menciona a los shammaítas; lo que sí se da por sentado, es la herencia judía del fariseo de Tarso. Dunn, declara: ―Saulo fue judío y nunca cesó de ser judío [11:1 cf Fl 3:5]. Nacido en Tarso de Cilicia [Hech 22:3]. Hebreos de hebreos, se hacía llamar a sí mismo, conscientemente y orgulloso de su herencia judía. Fue muy competente en el griego, y hacía un uso efectivo del estilo de la diatriba [discurso o escrito apologético, de fuerte argumentación, incluso violenta, contra otras personas] y el uso de la escuela filosófica. Por tanto, debió de recibir una sustancial educación griega en Tarso, [pero no abrazó el paganismo helenístico]‖.2

Tanto Dunn, como Cranfield y Wright, entre muchos otros, rechazan la presuposición de Maccoby, sobre un trasfondo helenista de Pablo. Confirmando la posición del trasfondo judío de Saulo, y sus antecedentes veterotestamentarios; Ribberdos, reafirma:

En los últimos años ha disminuido la supuesta religiosidad helénica, como trasfondo de la formulación paulina del evangelio. En su lugar se ha producido un vigoroso avivamiento del estudio de las premisas judías de la predicación paulina. Lo natural sería juzgar a un escritor ante todo según el medio ambiente del cual 1

Wright, El Verdadero Pensamiento de Pablo, 34.

2

James, Dunn, World Biblical Comentary, Romans 1-8, vol 38, (Dallas, Texas: Word Books, publisher, 1988), xl.

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proviene y al cual recurre. Además, los conceptos paulinos deberán considerarse primeramente a la luz del AT y del judaísmo rabínico que conocemos, antes que a la luz del gnosticismo helenístico del siglo II o posterior, que desconocemos o apenas conocemos. Saulo, luego de su conversión, como el apóstol, recurre reiteradamente al AT y a su propio origen judío [Fl 3:5; 2 Co11:22; cf Hech 23:6; 26:5]. Al educarse Pablo en Tarso, se esgrime la teoría de que fue influido por el paganismo helenístico. Pero esta teoría ha sido fuertemente rechazada, aunque no se niega que Pablo estaba familiarizado con las religiones helenícas. Tampoco se niega el uso frecuente que se hace de la Septuaginta, que muestra que tenía afinidad con los judíos griegos de la Diáspora. Las estructuras de la predicación y la doctrina paulina, se han encontrado en su origen judío, aunque el apóstol, utilice el vocabulario de la filosofía popular helénica [para contrarrestar a esos mismos postulados], a la vez, que hace una precisa conexión de los términos con el AT. Para entender a Pablo, no se debe recurrir a los sistemas gnósticos, ni a las religiones míticas ni a los escritos herméticos. 1

Pablo, su conversión e implicación

El otro lado del diálogo acerca de Pablo, es su conversión y las implicaciones de la misma en su concepción teológica. Dunn, argumenta: ―Pablo se encontró con el Cristo resucitado [Hech 9:22,26]. Lo fundamental es la convicción de Pablo de que su encuentro [1 Co 15:8-9] fue su llamado de Dios para ser ministro del evangelio del Hijo a los gentiles [1:1,5 cf Gl 1:15-16]. De hecho, Pablo nunca habla de su encuentro con Cristo, como conversión, sino como llamado y comisión, ampliamente reconocida [Gl 2:9 cf 11:13]. Su pasión, fue desde entonces, predicar a Cristo a los gentiles [1:13-15; Gl 1:16].2 Es menester presentar en este punto, la cronología aproximada de la vida de Pablo, desde su conversión hasta su muerte, conforme al modelo trazado por el comentario bíblico adventista, en relación a las fechas, más exactas. El [CBA], expone:

1

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 46.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans 1-8, xli.

141

Figura 1. Cronólogía bibliográfica de Pablo, desde su conversión.

35 d.C. Sucede la conversión de Pablo. 35-38 d.C. Pablo en Damasco y Arabia. 38 d.C. Pablo escapa de Damasco durante el reinado de Aretas; visita a ……………… Jerusalén pasado tres años [Gl 1:18]; va a Tarso. 44-45 d.C. Bernabé trae a Pablo a Antioquía, Pablo queda allí un año [Hech 11:26]. 45 d.C. Bernabé y Pablo llevan ayuda a los afectados por el hambre en Jerusalén. 45-47 d.C. Primer viaje misionero de Pablo; a su regreso permanece en Antioquía ……………… mucho tiempo [Hech 14:28]. 49 d.C. Concilio de Jerusalén [Gl 2:1]. 49 d.C. Pablo comienza su segundo viaje misionero; predica en Frigia, Galacia, y entra en Europa. 51 d.C. Pablo llega a Corintio y queda allí, un año y medio. 52 d.C. Fin del 2do viaje misionero, Pablo permanece en Antioquía [Hech 18:23]. 53-58 d.C. Tercer viaje misionero de Pablo; viaja por Asia Menor; permanece tres años en Efeso; viaja por Macedonia, y permanece tres meses en Corintio. 58-60 d.C. Pablo encarcelado en Cesarea por dos años [Hech 24:27]. 60-61 d.C. Pablo viaja a Roma. 61-63 d.C. Pablo permanece preso en Roma por dos años [Hech 28:30] 63-66 d.C. Pablo viaja por Creta, Asia Menor y Macedonia. 67 d.C. Muerte de Pablo.1

Se presenta el encuentro de Pablo con el Señor en Damasco, desde otra vertiente, que propone la profunda transformación del apóstol. Hendriksen, clarifica:

Habiendo perseguido anteriormente a los seguidores de Jesús, después de su conversión, había un profundo y sincero reconocimiento de la gracia que había obrado en él [1 Co 15:9; 1 Ti 1:15]. Que a tan cruel perseguidor de Cristo se le hubiese revelado, el Salvador amoroso, era algo que lo asombraba [Ef 3:8; 1 Ti 1:16]. Esto hacía que su corazón rebosara de una gratitud duradera y humilde. Por esta y por otras razones sus cartas están llenas de magníficas doxologías [Ro 9:5; 11:36; 16:25-27; Ef 1:3; 3:20; Fl 4:20; 1 Ti 1:17; 6:15; 2 Ti 4:18], que son las expresiones espontáneas del hombre que escribió [‗Porque el amor de Cristo nos constriñe‘ 2 Co 5:14]. Habiendo sido ‗asido‘ por Cristo, el apóstol a su vez estaba 2 ansioso de consumirse por la salvación de otros [1 Co 9:22; 10:33; 2 Co 12:15].

1

―Cronología de los Hechos y las epístolas paulinas‖, [CBA], 6:105.

2

Hendriksen, Romanos, 36.

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En este mismo sentido, pero de manera más precisa, se presenta la cosmovisión de Pablo, luego de su transformación en Cristo y su correlación con la enseñanza del Señor, expuesta también en el evangelio, en conformidad completa con la visión neotestamentaria. Bajo el título Pablo y Jesús; además de, Pablo y la iglesia primitiva. Ribberdos, presenta: Pablo y Jesús. Es evidente que este carácter general de la predicación [la actividad redentora y consumadora de Dios en la venida de Cristo, la revelación del misterio de Dios] de Pablo concuerda sustancialmente en todo sentido con el gran tema de la predicación de Jesús [el cumplimiento del reino de los cielos Mr 1:15 cf Mt 13:11,16,17], que es casi literalmente idéntico a lo que Pablo denomina ‗la plenitud del tiempo‘. También halla eco en las palabras de Pablo acerca de la manifestación del misterio que ha estado oculto desde siglos y generaciones. Aunque la predicación de Jesús y Pablo, son diferentes en cuanto a forma –elección de términos, la forma de presentar las cosas y la manera de enseñar–, y por más que el período después de la resurrección de Cristo represente ya una etapa avanzada de la revelación que el período de la autorrevelación terrenal de Jesús, todo esto no alerta el hecho de que la venida del reino, como la llegada culminante y escatológica de Dios al mundo, es también el gran principio dinámico de la predicación de Pablo, aun cuando la expresión reino de los cielos ya no ocupe un lugar tan central.1 Pablo y la iglesia primitiva. Pablo continúa a su manera, con lo que los apóstoles y la iglesia primitiva cristiana de Jerusalén creían y proclamaban que era el evangelio de Cristo. Ellos también tomaron la encarnación de Cristo, su obra, su muerte y su resurrección, lo mismo que el don del Espíritu Santo, como el cumplimiento de la promesa, como el inicio de la consumación de la historia de la salvación, como un acontecimiento escatológico. Así lo interpretó Pedro, el día del Pentecostés, a la luz de [Joel cf Hech 2:17], y la iglesia vivía con el entendimiento de haber visto aparecer la aurora del día de la salvación y ser ella misma el pueblo de Dios del gran tiempo final. La única forma de entender el carácter y origen de este entendimiento –originado por la venida de Cristo y confirmado por su resurrección– es teniendo en cuenta la forma en que Israel aguardaba la salvación y la manera en que concebía la historia. Pablo se encuentra en esa misma corriente, y el tema básico de su predicación es desarrollado con una variedad de aspectos y con una profundidad de ideas que no tienen parangón, en ninguna predicación apostólica conocida. […]; La escatología de Pablo es escatología de Cristo, y la forma en que Pablo aborda la historia es a través de Cristo. En consecuencia, la única forma de acercarse a la estructura básica de la predicación de Pablo es partiendo de su cristología.2

1

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 63.

2

Ibíd, 64.

143

Lugar y Fecha de Composición Se determina el lugar y la fecha de la composición. El [CBA], sostiene: ―Parece evidente que la Epístola a los Romanos fue escrita desde Corinto, en su tercer viaje misionero, durante la permanencia de Pablo de tres meses en esta ciudad [Hech 20: 1-3]. Muchos eruditos ubican esta visita a fines del año 57 y comienzos del 58; pero algunos prefieren una fecha más antigua‖.1 Además, se presentan las implicaciones que dan lugar a la composición de la carta en dicha localidad; el [CBA], también explica: Que la carta fue escrita desde Corinto es claro por sus referencias a Gayo [Ro 16: 23; cf. 1 Co 1: 14] y a Erasto [Ro 16:23; cf 2 Ti 4: 20], y por su encomio a Febe, a quien Pablo describe como una creyente que había prestado servicios especiales a la iglesia de Cencrea, el puerto marítimo oriental de Corinto [Ro 16: 1]. Cuando Pablo escribió la epístola estaba por regresar a Palestina, pues llevaba una contribución de las iglesias de Macedonia y Acaya para los pobres que había entre los cristianos de Jerusalén [Ro 15:25-26; cf Hech 19:21; 20:3; 24:17; 1 Co 16:1-5; 2 Co 8:1-4; 9:1-2]. Después de terminar esa misión, se proponía visitar a Roma, y desde allí continuar a España [Hech 19: 21; Ro 15: 24, 28]. Hasta ese momento no había podido visitar a la iglesia cristiana de Roma, aunque había deseado hacerlo [Ro 1:13; 15: 22]. Pero ahora creía que había completado sus labores misioneras en Asia y Grecia [15:19,23], y anhelaba proseguir rumbo al oeste para fortalecer la obra en Italia e introducir el cristianismo en España. Para poder llevar a cabo este último propósito, Pablo deseaba estar seguro del apoyo y la cooperación de los creyentes de Roma; por lo tanto, les escribió esta carta en la que 2 bosqueja con términos claros los grandes principios de su Evangelio [1:15; 2:16].

Tema y Propósito En cuanto al tema, hay quienes no se atreven a exponer una sola línea central, debido a la diversidad de matices de la carta. Muchos argumentan, en un conceso más eficaz, que el tema esencial, es la revelación de la Justicia de Dios por medio de Jesucristo. 1

―Introducción‖, a los Romanos, [CBA], 6:464.

2

―Ibíd, 6:465.

144

El Nuevo Comentario Siglo XXI, expone: ―Ernst Käsemann, quien considera a ‗la justicia de Dios‘ [como la intervención de Dios para reconquistar a su creación rebelde] como el tema central de Romanos‖ 1 Hendriksen, Carballosa y otros, concuerda en dicha temática. Dicha obra de salvación, es descrita por el evangelio [1:16-17 que manifesta la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo cf Ro 3:21-26;5:1;8:30-34;9:30-32;11:23-26;16:26]. En cuanto al propósito, aparte de la motivación de ir a Roma a anunciar el evangelio; Hendriksen, argumenta:

A veces se pone todo el énfasis en la motivación misionera y teológica: Pablo desea prevenir y corregir, acerca de los errores, de los antinominianos, además, que desea hacer de Roma, su punto de partida para la evangelización de España. Sin embargo, hay otras razones, profundamente personales, que moldean las circunstancias, Pablo fue motivado por amor a sus hermanos, el mismo apóstol lo manifiesta [Ro 1:8-12;15:24], y escribe la carta, temiendo no poder ir a Roma [1:10]. Además, teme también, que su pueblo lo mate, y que no acepten la donación hecha a los santos de Jerusalén, enviada por los gentiles. 2

A grandes rasgos, se presentan las implicaciones del tema central de la carta a los Romanos. En primer orden, el [CBA], presenta:

Pablo muestra en primer lugar que todos los hombres -judíos y gentiles [1:18-3:20]- han pecado y continúan alejados del glorioso ideal de Dios [3:23]. No hay excusa para este alejamiento, pues todos -judíos y gentiles, sin excepción- han recibido algún grado de revelación de la voluntad de Dios [1:20]. Por lo tanto, todos están, con justicia, bajo condenación. Además, los pecadores son completamente impotentes para liberarse por sí mismos de esa situación [3:9-20], pues en su condición depravada les es absolutamente imposible obedecer la voluntad de Dios [8:7]. Los intentos legalistas de obedecer la ley divina no sólo están condenados al fracaso, sino que también pueden ser evidencia externa de un arrogante rechazo generado por la justicia propia de no reconocer la debilidad del hombre y su necesidad de un Salvador. Sólo Dios mismo puede proporcionar remedio, y esto lo ha hecho mediante el sacrificio de su Hijo. Todo lo que se pide del hombre caído es que ejerza fe: fe para aceptar las condiciones necesarias para 1

Wenham, G., Motyer, J., y Carson, D., Nuevo comentario bíblico siglo XXI, Biblioteca Mundo Hispano [pdf]. (Editorial Mundo Hispano, 2003), 491. 2

Hendriksen, Romanos, 36.

145

perdonar su pasado pecaminoso, y fe para aceptar el poder que se ofrece para 1 llevarlo a una vida de rectitud [3:21-5:21].

Además, se completa el panorama teológico-ético de la carta a los Romanos, que sigue congruentemente, la continuidad temática. Carballosa, explica: La imputación de la justicia divina en el creyente comporta las demandas de una vida nueva, que implica la victoria sobre el pecado, mediante la práctica de obediencia a la Palabra, la dependencia del Señor, al someterse el creyente al Espíritu Santo [6:1-8:39]. Pablo añade que Dios tiene un propósito inmutable con Israel [9:1-11:36]. Aunque está bajo juicio por su desobediencia, su caída no es total ni final. Cuando la plenitud de los gentiles hayan entrado [11:25], en el vínculo de la salvación; Dios restaurará el remanente de Israel [11:5]. Dios obrará conforme al nuevo pacto, dando pleno cumplimiento a las promesas hechas a Abraham [9:29; 11:27]. Finalmente, Pablo expone cuál debe ser el estilo de vida del creyente: (1) como miembro del cuerpo de Cristo [12:1-21]; (2) como ciudadano sujeto a un gobierno civil; (3) como responsable de la mutua edificación a pesar de la diferencias raciales, culturales y de madurez, [14:1-15:21]. Pablo concluye con una exposición de su ministerio apostólico y misionero, salutaciones, 2 y una explicación de su intención de ir a Roma [15:13-16:27].

Características Generales de la Carta a los Romanos Es menester, plantear en este punto, las características generales de la epístola a los Romanos; Carballosa, explica: Romanos, presenta, las siguientes características: (1) Presenta una panóramica universal de la condición de la humanidad ante Dios y revela la redención; (2) Posee setenta y cuatro referencias y alusiones al AT; (3) Se plantea como una exposición sistemática de la posición teológica de Pablo, debido a (4) que el apóstol, no había participado en la fundación de la iglesia, y no había tenido contacto personal con la misma; y no fue escrita a base de problemas prácticos, como los de una iglesia ya conocida, sino que; (5) expone, de manera preventiva, la esencia del evangelio, ante las concepciones e ideas heréjeticas más comunes, de grupos que pudieran amenazar a la iglesia [judaizantes, antinomianistas, ect.].3

1

―Introducción‖, a los Romanos, [CBA], 6:464. (Cursiva añadida)

2

Carballosa, Romanos, 16.

3

Ibíd, 17.

146

Los Destinatarios Se presenta, primero, el origen de la Iglesia de Roma, y segundo, los destinatarios de la carta, tomando en cuenta el dilema teológico que se plantea al respecto.

El Origen de La Iglesia en Roma Es popular, la argumentación de la ‗tradición‘, acerca del apóstol Pedro, como el fundador de esta iglesia en el Imperio Romano. Sin embargo, dichas conjeturas, escapan a la evidencia bíblica e histórica. En relación al testimonio bíblico; Carballosa, señala: (1) Pablo no menciona a Pedro en lo absoluto [16], donde se hace referencia a treinta y cinco personas por nombre. Ciertamente Pablo conocía personalmente a Pedro [Gl 1:18; 2:9,11,14]. Si Pedro hubiese sido obispo de la iglesia allí, es de esperarse que Pablo lo hubiese mencionado en la carta. (2) Según [Ro15:20], Pablo anhelaba predicar el evangelio donde otros no lo hubiesen hecho. De modo que la teoría de que Pedro fue el fundador de la iglesia de Roma confronta algunas dificultades de consideración. 1

Ahora bien, se confirma la postura de que la iglesia de Roma, probablemente hubiese sido establecida por personas convertidas en el Pentecostés [Hech 2:10], que posteriormente viajaron hacia el Imperio; El Nuevo Comentario siglo XXI, confirma: Algunas tradiciones tempranas señalan a Pedro como el fundador de la iglesia romana, pero esto es improbable. Es más probable que peregrinos judíos de Roma, convertidos a través de la predicación de Pedro el día de Pentecostés, sembraron el evangelio entre la numerosa comunidad judía en la ciudad capital –en [Hech 2:10], Lucas indica que judíos de Roma estuvieron presentes ese día–. Al igual que en muchas otras ciudades, no todos los judíos de Roma abrazaron esta nueva enseñanza mesiánica. El historiador Suetonio señala que el emperador romano Claudio expulsó de Roma a los judíos ‗porque estaban permanentemente alborotando, instigados por Cresto‘ [Life of Claudius, 25:2]. Casi con seguridad se refería a violentos debates dentro de la comunidad judía con respecto a la afirmación de los cristianos de que Jesús era el ―Cristo‖ [gr. Cristos], cambiado 1

Carballosa, Romanos, 16.

147

aquí por ‗Cresto‘. La expulsión de los judíos, entonces, habría incluido a judíos cristianos, tal como lo infiere Lucas cuando menciona que fue por causa de este edicto de Claudio, que Priscila y Aquilas llegaron a Corinto [Hech 18:2].1

Este planteamiento, también es confirmado por el número de sinagogas judías, que probablemente había en Roma, durante el origen del cristianismo. Bolling, concuerda:

En los días de Pablo, Roma era ya una gran ciudad, un Imperio. Por lo menos 700,000 personas vivían allí, quizás tantas como un millón. Al mismo, tiempo, habían cerca de 40,000 a 50,000 judíos viviendo en la metrópolis. Tenían la opción de aproximadamente treinta sinagogas para reunirse a adorar. Dentro de la gran multitud, a la cual Pedro predicó acerca de Jesús [Hech 2:10,41], muchos de los que abrazaron la nueva fe volvieron a su ciudad natal. Como resultado de su influencia, más de una de las treinta sinagogas en la ciudad pudo haberse hecho judía-cristiana, y es muy posible que de allí comenzara la iglesia a desarrollarse.2

Por último, como presupuesto, se menciona que Roma pudo ser evangelizada por los creyentes de Antioquía. Hendriksen, explica: ―Antioquía [Hech 16:26], era una ciudad conectada por múltiples vías a Roma, posiblemente varios prosélitos misioneros, proclamaron el evangelio en el Imperio Romano‖.3

¿Judíos o Gentiles? Muchos teólogos, frente a las diferentes declaraciones que se dirigen tanto a judíos como gentiles, en la carta a los Romanos [Ro 3:1,2,9; 7:1 cf 1:18-32 –gentiles y judíos, todos bajo pecado–2:1-3:8; Ro 9-11, especialmente dirigido a los judíos], han tratado de limitarla a un grupo en específico, debido quizás, a la relación numérica no congruente, que 1

2

3

Wenham, G., Motyer, J., y Carson, D., Nuevo comentario bíblico siglo XXI, 485. Bolling, The Gospel according to Paul, 14. Hendriksen, Romanos, 36.

148

había, entre la diáspora judía y los gentiles en dicha época, dando obvia ventaja, al último grupo.

No obstante, dicho planteamiento no es el correcto.

Respecto al dilema, se

confirma la intención de que la carta es dirigía a una audiencia de cristianos tanto judíos como gentiles; el nuevo comentario siglo XXI, confirma: Romanos manifiesta un doble carácter: es en esencia un debate entre el evangelio paulino y el judaísmo, lo obvio es que los lectores eran cristianos judíos. No obstante, la carta contiene declaraciones que indican de manera específica que la comunidad era cristiana gentil [Ro 1:5,6]. Frente a este conflicto, algunos han llegado a la conclusión de que Pablo tenía en mente una audiencia definidamente judía, otros opinan que él estaba escribiendo a una audiencia en su totalidad gentil, y aun otros, que él se estaba dirigiendo en algunos momentos a judíos, y en otros a gentiles. La evidencia se explica mejor, no obstante, a través de la suposición de que la audiencia a la que Pablo se dirigía estaba compuesta por cristianos tanto judíos como gentiles. Aunque los gentiles constituían una mayoría tal que la iglesia había adquirido tanto una identidad como características gentiles. 1

Bosquejo Sintético de la carta a los Romanos Teniendo en cuenta, la división general del libro, en su parte teológica, [1-11]; que también, se determina por otros, al concluir en el [cap. 8] y su parte de aplicación práctica o ética cristiana [12-16]; se establece un bosquejo sintético, con la siguiente estructura:

1. Introducción, [1: 1-15]. (a) Saludo, [1: 1-7]. (b) Explicaciones personales, [1: 8-15]. 2. Exposición doctrinal, [l: 16 a 11: 36]. (a) La doctrina de la justificación por la fe, [1: 16 a 5: 21]. (b) La doctrina de la santificación por la fe, [6: 1 a 8: 39]. (c) La elección de Israel, [9: 1 a 11: 36]. 3. Aplicación práctica de la doctrina de la justificación por la fe, [12: 1 a 15: 13]. 4. Conclusión, [15: 14 a 16: 27]. 2

1

Wenham, G., Motyer, J., y Carson, D., Nuevo comentario bíblico siglo XXI, 487.

2

―Introducción‖, a los Romanos, [CBA], 6:465.

149

Desarrollo del Contexto [Ro 7:24,25 cf. Ro 8:1-11]

En este punto, se determina el contexto a analizar, desde el marco inmediato del libro hasta el capítulo señalado. Como se observa, en el bosquejo sintético, el capítulo completo de Romanos 8, pertenece a la primera parte de la exposición teológica de la carta [1:16-11:36], que corresponde directamente al esquema doctrinal de santificación por la fe [6:1-8:39]. No obstante, sólo se tomará en cuenta la perícopa [8:1-11]; otros señalan [8:113], pero ambas propuestas, no puede desligarse de [Ro 7: 24, 25] y del contexto del capítulo completo [Ro 7]. Ribberdos, resume: El punto de partida de Romanos 7 es el contraste histórico-redentor. Sin embargo, de manera general, Pablo puede identificarse con el hombre moral encadenado bajo la ley, porque el mismo fue una vez así [Fl 3:5b en cuanto a la ley ‘fariseo’; v.6b ‘en cuanto a la justicia que es por la ley, irrepensible’]. Aquí se describe a este hombre en su lucha y su derrota [que procura una justificación propia, se refleja la impotencia del ‘yo’ sin Cristo y sin el poder del Espíritu]. Se presenta a este hombre en sus elevadas aspiraciones y en su rotundo fracaso, con la ley como aliado, y con el pecado y la carne como adversarios. Indudablemente, debe decirse que –especialmente en el dramático reconocimiento de la bancarrota absoluta expuesta en los [v.14 La ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido al pecado; v.24 !Miserable de mí¡ ¿Quién me libará de este cuerpo de muerte?] – el hombre natural habla aquí el lenguaje de la miseria como sólo puede sondear y comprender en profundidad partiendo del conocimiento de la salvación. También por eso es que en determinado momento pareciera, por decirlo así, que del ‗otro lado‘ saltara la chispa [v. 25 Gracias doy a Dios por Jesucristo nuestro Señor]. Y al poner toda esta lucha en relación con el yo, comunica, por un lado, -en soliralidad con aquellos que luchan con la ley y bajo ella- que él mismo, en un tiempo bajo la ley, no es ajeno a dicha lucha; y por otro lado, como llegó Pablo a ver la luz en su misma desesperanza.1

Bajo esta concepción, eficazmente determinada, de los últimos dos versículos [vv.24,25 que marcan el contraste histórico-redentor junto al 8:1], se puede entonces, en rasgos generales, introducirse a los versículos que determinadan el desarrollo del contexto. 1

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 167.

150

En [Ro 8:1 Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu; en relación a la disyuntiva del [v.24 ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? se contecta con [25b yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne, a la ley del pecado]; esta tiene su respuesta inmediata en el [v.25a ‘Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro’]; y se conecta con el [8:1a Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús] cf [8:1b los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu]. En primer orden, respecto a la frase ‗Ahora pues‘; Dunn, comenta: ―La pausa entre el 7:25 y el 8:1 es intencional [a;ra nu/n –de manera que ahora–], en su uso compuesto, indica mayor fuerza, para proveer una conclusión, que está trazada inmediatamente con el argumento expuesto anteriormente [Ro 7].

La frase conjunta, con el texto siguiente

‗ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús‘, posee un carácter escatológico, la apertura de un nuevo eón que tiene efecto ‗en Cristo‘. 1 Sobre este último planteamiento expuesto. Ribberdos, confirma: ―En [Ro 3:21] el pero ahora [nuni. de,] de la revelación de la justicia de Dios por la fe es la palabra salvadora de la situación de muerte que vive el ser humano bajo la culpa del pecado y el poder condenatorio de la ley. Así mismo, el [a;ra nu/n], ‗de manera ahora‘ del [8:1], es la palabra liberadora para el hombre que se encuentra bajo el poder del pecado y del régimen de la ley, el cual no puede triunfar sobre la carne‖. 2 Se destaca además, que la condenación, trae a colación, la justificación y la santificación. Hendriksen, comenta: ―Que la justificación y sus resultados [cf cap 5, 6, 7]; y la santificación, están innegablemente en el centro del pensamiento paulino, es claro 1

Dunn, World Biblical Comentary, Romans 1-8, 415.

2

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 282.

151

en [Ro 8:1]. La condenación es lo opuesto a la justificación y a la santificación. Los que están en Cristo, se determinan, tanto por la justificación forense, así como por medio del Espíritu que mora en el hombre y lo capacita [la santificación]‖.1 Otra conexión en el contexto, es evidente, debido a la palabra condenación. Moo, comenta: ―La condenación [v.1], nos lleva de nuevo a [5:12-21], donde Pablo mostró, que aquellos que pertenecen a Cristo, escapan de la condenación [katakrima], que el pecado de Adán produjó en todo se humano. El término aparece únicamente, en todo el NT, en [5:16,18; 8:1]‖.2 Sobre la frecuente frase ‗En Cristo‘. Ribberdos, expone: ―La fórmula ‗en Cristo‘, da a entender que Cristo forma tal unidad con aquellos por quienes actuó, que se puede decir que ellos están ‗en Cristo‘ [evn Cristw/], y que debido a eso, lo que una vez aconteció en Cristo, se aplica también a ellos. En la categoría de comunión, es una realidad permanente que determina toda la vida cristiana. A esta unión, se puede apelar en todo momento, en toda circunstancia‖.3 [‗En Cristo’, debido a que el creyente está unido con el Señor resucitado a través de la morada del Espíritu, forma parte de los eventos salvíficos de la muerte y resurrección de Jesucristo]. Por tanto, en Cristo y andar conforme al Espíritu, se corresponden en su aspecto soteriológico [ver págs. 73-75, andar, vivir, según el Espíritu]. Esta útima parte del [v.1]. La antítesis, carne y Espíritu, se desarrolla, en los siguientes versículos [v.2 la ley del Espíritu de vida; la ley del pecado y la muerte; v.4 –conforme a la carne, sino conforme al Espíritu–;v.5 –los que son de la carne, los que son del Espíritu; v.6 1

Hendriksen, Romanos, 272.

2

Douglas, Moo,Comentario de Romanos: del Texto bíblico a una aplicación contemporánea. Biblioteca teológica vida; ed. en español; trad. Pedro Gómez. (Grand Rapids, Michigan: Editorial Vida, 2010), 248. 3

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 76-77.

152

–la carne es muerte, el Espíritu vida y paz cf v.9]. Por tanto, se aclara la concepción paulina, de este paralelismo antitético. Ribberdos, confirma:

Estar en el Espíritu. La idea es que los creyentes que antes estaban en la carne y eran determinados en su existencia por la carne como poder pecaminoso, están ahora en el Espíritu; es decir, han sido puestos bajo el régimen y el dominio del Espíritu, y ya no sirven más a la carne, y ni están tampoco sujetos a la inclinación de la misma [Ro 8:5-12]. O como afirma [Ro 8:2] así como antes vivían bajo la ley, es decir, bajo el poder y la coacción, del pecado y de la muerte, ahora han sido puestos en libertad por la ley [el poder y dominio] del Espíritu de vida en Cristo Jesús. Y así como vivir en la carne, significa haber sido vencido bajo el poder del pecado, haber sido hecho prisionero de guerra y esclavizado [Ro7], así vivir en el Espíritu [Ro 8], significa que hemos sido puestos bajo otro dominio, un dominio libertador. La expresión estar en el Espíritu, es paralela a vivir en el Espíritu, y también a según el Espíritu, y cuando Pablo usa la expresión, la coloca en antítesis con, estar en la carne [Ro 8: 5,9].1

Además, se aclara la antítesis sugerente, entre la ley y el Espíritu. Ribberdos, comenta: ―La antítesis entre la ley y el Espíritu no se encuentra pues en el hecho de que el Espíritu esté en contra del contenido y la exigencia de la ley. Más bien Cristo y el Espíritu fueron enviados a fin de que la justa exigencia de la ley sea cumplida, completada, consumada, tanto en él, como en nosotros [Ro 8:4]. En consecuencia, la ley y el Espíritu se enfrentan como dos regímenes [v.2]. 2 Al señalar el [v.3a Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne] cf [7:5,6]. El [CBA], confirma: ―Dios ha hecho lo que la ley no podía hacer; ha condenado al pecado, y por lo tanto, es posible que el cristiano venza el poder del mal y viva una vida triunfante en Cristo‖. 3 Y en relación a la parte subsiguiente del [v.3]; el [CBA], comenta: ―Débil por la carne. La causa de este fracaso ya se ha explicado [7:14-25]. La ley señala el camino recto, pero no puede 1

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 268.

2

Ibíd, 282.

3

―Lo que era imposible para la ley‖, [Ro 8:3], (CBA), 557.

153

capacitar al hombre caído y débil. Pablo continúa vindicando la ley [7:7,10,13-14] y atribuye la evidente debilidad de la ley no a algún defecto inherente en la misma, sino más bien a la impotencia de la naturaleza del hombre, corrompida y debilitada por el pecado‖. 1

Luego, en la segunda parte [v.3b Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado –{Fl 2:6-7}– y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne]; cf. [Ro 7:4]; Pablo expone el evento que define la fórmula ‗en Cristo‘ del [v.1], el hecho históricoredentor que permite justificar al hombre [Gl 3:13; 2 Co 5:14,21], por medio de la justicia de Dios a través de la fe en su Hijo [3:21-26; 5:9,18,19]. En estrecha afirmación a esta premisa; el [CBA], comenta: ―Esta condenación del pecado [Ro 6:10], efectuada por la vida y muerte de Cristo, también significa la destrucción del poder maligno del pecado en la vida del creyente que está unido con Cristo en la muerte de su Salvador y que resucita con él a nueva vida en el Espíritu [vv.1-13]‖.2

En relación al [v.4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu]. En la primera parte, la palabra justicia se destaca; el [CBA], comenta: ―Justicia, [dika,io/ma], como sustantivo. La palabra que Pablo usa con más frecuencia en esta epístola para ‗justicia‘ es [dika,iosuneõ 1: 17; 3: 5; 4: 3; etc.]. La primera expresa el pensamiento de aquello que es establecido como correcto [Ro 1: 32; 2: 26; 5: 16, 18]. Por lo tanto, Pablo aquí se está refiriendo a las justas exigencias de la ley o a la obediencia a sus justos requerimientos‖.3 Ribberdos, confirma: 1

―Débil por la carne‖, [Ro 8:3], (CBA), 557.

2

―Condenó al pecado‖, [Ro 8:3], (CBA), 558.

3

―Justicia‖, [Ro 8:4], (CBA), 558.

154

―[8:4], habla del propósito positivo de la Ley, como también de su cumplimiento. El poder del Espíritu es el que capacita a los creyentes a cumplir la ley [7:16,22]‖.1 En segundo lugar, respecto al término ‗conforme‘ al Espíritu, se ofrece otra connotación, y en lo referente a la palabra ‗disposición o inclinación‘ [8:6]; Ribberdos, añade:

Todo aquel que se deja guiar por el Espíritu es llevado por él en una dirección. La expresión ‗los que andamos según el Espíritu‘ [Ro 8:4 toi/j peripatou/sin kata, pneu/ma] cf. [v.9], habla también de una regla. El Espíritu y la carne no sólo representan dos poderes, sino también dos principios éticos. Ambos tienen su propia disposición y propósito. En este sentido opuesto, ambos ‗están inclinados‘ hacia algo cf. [Gl 5:17 El Espíritu está contra la codicia de la carne]. Así debemos interpretar [fro,nhma —disposición, inclinación—], en [Ro 8:6].2

El contexto de [Ro 8:5-8 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. [v.6] Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. [v.7] Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; [v.8] y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios]. Es vislumbrado como una unidad. Al tener esta premisa en cuenta. Hendriksen, comenta: Como lo indica la palabra ‗porque‘, el versículo 5 da una descripción adicional de las dos clases de gente a las cuales se hace referencia en el [v.4b]: (a) los que andan conforme a la carne; y (b) los que andan conforme al Espíritu […]; Los que viven conforme a la carne permiten que sus vidas sean básicamente determinadas por su pecaminosa naturaleza humana. Ponen sus mentes [v.5 NVI Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza], están profundamente interesados, hablan constantemente, se ocupan y se glorian, en las cosas que son de carne, es decir, de la pecaminosa naturaleza humana. Los que viven conforme al Espíritu [en cambio los que viven conforme al Espíritu, fijan sus mentes en los deseos del Espíritu NVI], se somenten a Dios, y al control directivo del Espíritu Santo.3 1

Ridderbos, El pensamiento del apóstol Pablo, 365.

2

Ibíd, 368.

3

Hendriksen, Romanos, 277.

155

En cuanto al [v.7], Ribberdos, confirma: ―La diferencia entre la disposición de la carne y la disposición del Espíritu, radica precisamente en que la carne no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede [8:7]‖1. La infracción a la ley –el pecado–, motivada por la naturaleza pecaminosa [carne] en el hombre, implica una vida de rebelión –hostilidad– contra Dios. La consecuencia, para tal disposición, es la muerte [v.6]. En referencia al [v.8]; Carballosa, explica: ―Y los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios‖. Los que viven [oi. ovnteõ quienes están]. El participio presente sugiere un estado continuo o permanente. Según la carne, mejor sería en la carne, a Dios [avre,sai] agradar no pueden. Este verbo, es el aoristo infinito, voz activa de [are,skw], que destaca la situación en sí misma. Este versículo pone de manifiesto la total incapacidad de los que son en carne, y no pueden agradar a Dios, sólo los que están en Cristo pueden ser reconciliados‖. 2

Se

concluye, exponiendo el crecimiento significativo en el desarrollo de la temática del texto, que lleva hacia un clímax específico, asociado al contexto y a la estructura de la perícopa [8:1-11]; Moo, concuerda: Esta primera parte [8:1-13], muestra el resultado de los gloriosos beneficios de estar ‗en Cristo‘, o en el Espíritu: (1) se explica, los resultados del nuevo poder que otorga el Espíritu; retomando el [7:6]; después de la aclaratoria referente a la Ley y el pecado [7:7-25]. Se utiliza el término [pneuma –Espíritu–], en 21 ocasiones en [Ro 8]; (2) Se reanuda la argumentación de la seguridad del creyente en Cristo. Por tanto, se reafirma nuestra vida en Cristo mediante el Espíritu [vv. 1-4], describiendo y ampliando las implicaciones de la vida moral conforme al Espíritu [vv. 5-8], o en oposición al mismo, según la carne. El poder que garantiza la renovación y la resurrección del creyente [vv. 9-11]; y la responsabilidad del creyente ante la dotación del Espíritu que conduce a la vida eterna [vv. 12-13]. 3

1

2

3

Ribberdos, El pensamiento del apóstol Pablo, 368. Carballosa, Romanos, 152. Moo, Comentario de Romanos, 248.

156

Establecer el Texto A continuación se presenta el texto de [Ro 8:9-11], en la versión [RV60]:

[v.9] Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. [v.10] Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. [v.11] Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. El texto griego de [Ro 8:9-11], del Wostcott-Hort Interlinear griego español: [v.9] uvmei,j de. ouvk evste, en sarki, a,llav evn pneu/mati ei;per pneu/ma Qeou/ oivkei/ evn uvmi/n eiv de, tij pneu/ma Cristou/ ouvk e;cei outoj ouvk e;stin auvtou/ [v.10] eiv de. Cristo.j evn umin to. me.n sw/ma nekrovn diav amarti,an to. de. pneu/ma zwh. diav dikaiosu,nhn [v.11] eiv de. to. pneu/ma tou/ egei,rantoj to.n vIhsou/n evk nekrw/n oivkei/ evn uvmin ov evgei,raj evk nekrwn ton Cristo.n zwopoihsei [kai] ta qnhta swmata umwn dia to evnoikou/ntoj auvtou/ pneu/matoj evn uvmi,n. 1

La LXX, en su versión en español, expone el texto de [Ro 8:9-11]: Más vosotros no sois en carne, sino en Espíritu; si es que Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero, si alguno [el] Espíritu de Cristo no tiene, éste no es de él. [v.10] Pero, si Cristo en vosotros, el cuerpo ciertamente muerto por pecado, más el Espíritu, vida por justicia. [v.11] Pero, si el Espíritu del que resucitó a Jesús de muertos, habita en vosotros, el que resucitó a Cristo de muertos, vivificará también los mortales cuerpos vuestros, por inhabitar su Espíritu en vosotros.2

1

―[Ro 8:9-11]‖, S-word, Wostcott-Hort Interlinear griego español.

2

―[Ro 8:9-11]‖, S-word, La Septuaginta al español, por Guillermo Jüneman.

157

Palabras Específicas Utilizadas por el Autor

Se presenta en orden sistemático, por sus versículos correspondientes, las 12 palabras claves utilizadas por el autor, en base a su función gramatical, e interrelación con el texto:

Versículo 9 [4 palabras]: 1.

[evn –en–] [evn uvmi,n –en vosotros–] cf [v. 10 Cristou/ evn uvmi,n –Cristo en vosotros–] cf [v. 11 auvtou/ pneu/ma evn uvmi,n –su Espíritu en vosotros–]

2.

[sarki, –carne–] [ouvk evste, e,n sarki, – no son o están en carne–]: no sois en carne [LXX]; no vivís según la carne [RV60]

3.

[pneu/ma –Espíritu–] [pneu/ma Qeou/ –Espíritu de Dios–] [pneu/ma Cristou/ –Espíritu de Cristo–] cf [v. 10 to. de. pneu/ma –Más el Espíritu–] cf [v. 11 to. pneu/ma –el Espíritu–] [pneu/mati]* [evn pneu/mati – en Espíritu– LXX; – el Espíritu– RV60] cf [v. 11 pneu/matoj]* [auvtou/ pneu/matoj– su Espíritu– LXX/RV60]

4.

[oivkei/ –morar, habitar–] [oivkei/ evn uvmi,n]:habita en vosotros [LXX]; mora en vosotros [RV60] cf [v.11] [eiv de. tij pneu/ma Cristou/ ouvk e;cei ovutoj ouvk evsti,n autou/] Pero, si alguno [el] Espíritu de Cristo no tiene, éste no es de él [LXX]; Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él [RV60].

Versículo 10 [5 palabras]: 5.

[sw/ma –cuerpo–] [swmata –corporal–]

158

6.

[nekrovn –muerto–] cf [ v. 11 nekrwn] [eiv de. Cristoj evn uvmi,n to men so/ma nekrovn]: Pero si Cristo en vosotros el cuerpo ciertamente muerto [LXX] Pero si Cristo está en vosotros el cuerpo en verdad está muerto [RV60]

7.

[amarti,an –pecado–] [diav amarti,an por pecado LXX; a causa del pecado RV60]

8.

[zwh. –vida–]

9.

[dikaiosu.nhn –justicia–] [to de. pneu/ma zwh. dia dikaisu.nhn]: mas por [el] Espíritu [da] vida por justicia [LXX]; mas el espíritu vive a causa de la justicia. [RV60] El [CBA], sostiene: cf [v.4 conforme al Espíritu] Algunos prefieren interpretar esta frase como que se refiere especialmente al espíritu del hombre renovado por la obra del Espíritu Santo[…]; Esta interpretación de varias versiones, tienen la palabra "espíritu" en minúscula [BJ, VM, NC y Straubinger].1 ‗Es vida‘ [BJ]. Pablo no dice que el espíritu ‗está vivo‘, sino que ‗es vida‘.2 cf [1 Co 15:45] Cf [v.11 zwopoihsei dará vida]

Pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia [NVI].

Versículo 12 [3 palabras]: 10.

[egei,rantoj –resucitará–] cf [evgei,raj] [to pneu/ma tou egeirantoj vIhsoun –el Espíritu del que resucitó a Jesús– LXX; el Espíritu de aquel que levantó a Jesús RV60].

11.

[zwopoihsei –vivificará–]. [evk nekrw/n oivkei/ evn uvmin ov evgei,raj evk nekrwn ton Cristo.n zwopoihsei kai ta qnhta swmata umwn – de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales–RV60]

12.

[enoivkou,ntoj] [to enoivkou,ntoj autou/ pneu/ma evn uvmi,n, por inhabitar -habitando dentro de él- Espíritu en vosotros LXX]; [por su Espíritu que mora en vosotros RV60].

1

―Conforme al espíritu‖, [Ro 8:4], [CBA], 6:559.

2

―Vive‖, [Ro 8:10], [CBA], 6: 561.

159

Análisis de Palabras Claves

En en Al comenzar el análisis de está preposición, se tiene que tomar en cuenta, su acepción primaria fundamental, y otras acepciones, en la categoría de ‗comunión‘ o en sentido ‗religioso‘, en el marco joánico y paulino. Pero, primero, se toma en cuenta el comentario introductorio acerca del término. El Diccionario Exegético del NT, expone: Con unos 2,700 testimonios [en], es con mucho la preposición más frecuentemente usada en el NT. Aparece en todos los escritos del NT. Las posibilidades de aplicación de esta preposición, en el griego clásico sobrepasan ya notablemente el sentido local –locativo–, y se han ampliado mucho más aún en el NT, en parte porque se calcan construcciones hebreas con [be]. De ahí que no siempre se puedan deslindar claramente los distintos significados.1

Se presenta un diagrama, que enfatiza la acepción esencial de [en], su carácter intrínseco, en relación a otras preposiciones del griego. Mounce, describe: Figura 2. Preposiciones.

______evpi_en, sobre

pro,j

avpo,

ge. de, desde (origen)

ge. cerca de, junto a

dia,

eivj

ac. a hacia, hasta en dirección hacia una meta

peri,

evn

evk ge. de, desde por causa de, por medio de

en, dentro

para,

ac. alrededor de cerca de

ge. por medio de

ac. en, junto a,

2

1

W. Elliger, ― evn ‖, Diccionario Exegético del Nuevo Testamento. 2 vols. Horst, Balz, y Gerhard, Schneider, editores. Biblioteca de Estudios Bíblicos, 90. Trad. Constantino Ruiz-Garrido. 3ra edición en español. (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2005), 1:1370. 2

William Mounce, Get an A, Zondervan Study Guide adapted for Basics of Biblical Greek. (USA: Zondervan, 2005), 1.

160

Se sigue afirmando la acepción esencial, y otras acepciones que se relacionan directamente con el texto de [Ro 8:9]. El [DIB], expone: [evv —en—], (1) ―preposición [siempre en el dativo] en, dentro, en medio, indicador de ubicación, generalmente sin connotación de movimiento [Mr 5:3]; (2) en unidad con; muy unido a; indicador de asociación [Ro 8:9]‖.1

Se implica que Pablo utiliza el término, con la implicación

primaria, ‗dentro de‘ y con el sentido de unidad o asociación. El Enhanced Strong‘s Lexicon, resume: Es una preposición primaria que denota una posición fija [en un lugar, en el tiempo o estado –instrumental–]‖.2 Básicamente se reconocen estos tres usos: de lugar, de tiempo e instrumental. No obstante, la acepción de esta preposición [evv —en—], que se cimenta en la interpretación joánica y paulina, destaca un uso religioso especial, que señala directamente, a la morada interior en [Ro 8:9-11] cf. [Ro 8:1 ‗En Cristo‘].

Dicha mención, del morar del Espíritu en el hombre, se relaciona con cada miembro de la Deidad; además de, señalar el énfasis, de ‗en vosotros‘. En [v.9 ‗en‘ carne, ‗en‘ Espíritu, el Espíritu de Dios mora ‗en‘ vosotros]; [v.10 Cristo está ‗en‘ vosotros]; [v.11 el Espíritu de ‗aquel‘ [Dios] que mora ‗en‘ vosotros; su Espíritu que mora ‗en‘ vosotros]. Se repite en cinco ocasiones, en relación a la morada interior, y en una sola mención, en relación a estar ‗en‘ carne; cf. [Ro 7:17,20]. Esta última, determina la connotación ética, de la antítesis carne y Espíritu. Sand; confirma: En la terminología religiosa, [e,n] se usa: (1) en relación a una persona que está llena de algo: el pecado habita en el hombre [Ro 7: 17, 20]; y también el Espíritu de Dios [8:,9,11; 1 Co 3:16 cf 1 Ti 4:12; 2 Ti 1:6]; la vida, el gozo, la fe, la palabra [de Cristo] se hallan en el hombre [Jn 6:53; 15:11; 2 Ti 1:5; Jn 5:38 y 1

― evn ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

2

― evn ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, Enhanced Strong’s Lexicon.

161

passim]. A su vez, todos los tesoros de la sabiduría se hallan en Cristo [Cl 2:3 cf 1:19], el misterio y la vida están oculta en Dios [Ef 3:9; Cl 3:3]. (2) También expresan la íntima unión de Dios y el hombre. El frecuente enunciado de que Dios actúa en una persona [1 Co 12:6; Fl 1:6; 2:13; Cl 1:29; cf Mr 6:14 y Ef 2:2]. Encuentra su máxima expresión en la fórmula paulina: [Cristou evn uvmi,n, Cristo en vosotros Ro 8:10; 2 Co 13:5 cf Gl 2:20; 4:19]. La reciprocidad de esta relación caracteriza la fórmula joánica de comunión: El Padre está en mí y yo en el Padre [Jn 10:38; 14:10], que también se determina con [me,nein en permanecer en 6:56; 15:4-7; 1 Jn 4:13,15 y passim]; incluyendo en esta relación a los discípulos [la morada mutua, Jn 14:20, 17:21; 23:26]. Pablo acentúa más intensamente todavía el ser ‗en Cristo‘ o ‗en el Señor‘ [evn Cristou evn Kurioj], unas 20 veces en la carta a los Romanos, y otras tantas veces, en la primera Carta a los Corintios; además de en Filipenses. En Cristo, no es el morar mistícamente de Cristo, sino que describe esta unión elemental de comunión [la relación divino-humana, a través de la morada interior del Espíritu], que se halla en oposición al ámbito mundano ‗en carne‘ [Ro 8:8; Fl 3:3; 1:21; 1 Ti 3:16; Flm 16]. 1

Cabe destacar, entre las últimas citas expuestas, [1 Ti 3:16 oj eyaverwqh evn sarki, ‗Quien fue –Dios–

manifestado en carne‘], donde se puede entender, claramente la

acepción esencial de la preposición [evn]. Cristo realmente se hizo carne, manifestado ‗en‘ un cuerpo humano cf [Jn 1:14]. Además, Oepke; confirma, entre las diferentes acepciones de [evn], el significado de comunión por medio del habitar del Espíritu, y en la fórmula ‗en Cristo‘. Se hace la distinción de otra frase paulina relevante. reafirma: ―Cristo en los creyentes.

Oepke, en el [TDNT],

Esta frase es esencialmente paulina, Cristo, que

inaugura el nuevo eón, vive en los suyos [Ro 8:10; Gl 2:20; Cl 1:27]‖.2 También, presenta la preposición con relación al Espíritu, y se aclara directamente, que se refiere a la realidad divina del habitar del Pneuma. Oepke, declara: ―[evn pneuma —en Espíritu—]: (a) El concepto del Espíritu en nosotros es local [Jn 14:17; 1 Co 3:6]; (b) Lo correspondiente que nosotros estamos en el Espíritu [Mt 22:43; Ro 8:9; Ap 21:10; 1 Co 12:3; Ef 6:18], se basa 1

W. Elliger, ― evn ‖, Diccionario Exegético del NT, 1:1371.

2

A. Oepke, ― evn ‖, [TDNT], 233.

162

en el sentido espacial pero se aproxima a la idea de un estado [Lc 4:14 Jesús volvió en el poder del Espíritu]. En el contraste con ‗en la carne‘ en [Ro 8:9]‖.1 Es menester, entrar en los otros términos correspondientes, para establecer el análisis gramatical del [v.9].

Sarki, Carne En primer orden, se presenta el análisis gramatical. El DIB Griego, presenta: ―[sarkx, sarko,j, hv] Sustantivo, dativo, singular, femenino‖.2 Mientras se implica la acepción correcta relacionada al [v.9]. El Léxico griego-español del NT, confirma: ―Carne, naturaleza pecaminosa humana.3 Al profundizar más, en su relación neotestamentaria, y en el contexto paulino. Sand, expone:

En el NT el sustantivo aparece 147 veces [casi siempre en singular, pero ocho veces en plural]. Es uno de los términos favoritos de Pablo [con 72 testimonios, de ellos 26 en Romanos, 18 en Gálatas, y 25, en las demás cartas. […]; Es importante el hecho de que también el NT refleja y mantiene la concepción veterotestamentaria del hombre, como una totalidad indivisa [muy lejos de la concepción dicotómica o tricotómica]. Se asocia con [sarx], especialmente en Pablo, como un enunciado antropológico marcado teológicamente, cuando se designa al hombre como sometido al pecado; la relevancia teológica se deduce principalmente de la combinación con los términos [avrmati,a, no,moj, qanatoj] y la antítesis [sarx-pneu/ma]. Aquí los enunciados acerca de la carne se aproximan mucho a los enunciados acerca de los poderes de perdición contrarios a Dios. 4

Se sigue destacando el término, en el contexto inmediato. Sand, expone: Son decisivos en Pablo los enunciados que emplean el término [sarx], para designar al hombre entregado al poder del pecado que lo domina todo: [Ro 1

A.Oepke, ― evn ‖, [TDNT], 232.

2

― sarx ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

3

― sarx ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, El Léxico griego-español del NT.

4

A.Sand, ― sa,rx ‖, Diccionario Exegético del NT, 2:1366.

163

7:5,14,18,25; 8:5,6,7,8]. Este hombre está ligado a una existencia pecadora y hostil a Dios, y es incapaz de alcanzar la redención por sí mismo. Pero por la muerte y la resurrección de Jesús, se le arrebató al pecado su poder [8:3]. Ahora bien, con ello el hombre, aunque vive todavía en la carne, no está ya conectado a vivir según la carne, ha quedado suprimida la existencia hostil a Dios. [Ro 8:4,9,10,12,13]. Pero sólo en obediencia al Espíritu de Dios, es posible realizar, en vez de las obras de la carne, las obras del Espíritu [Gl 5:13,16,19; 24:6,8].1

Al poner de relieve la antítesis carne y Espíritu, una vez más, se puede encontrar el trasfondo correcto para el término, como la condición del hombre sujeto al pecado, y como poder dominante, si se edifica sobre la carne. Foesters, expone: Como sujeto del pecado. La ζάξμ no actúa como actúa el Espíritu [Fl 3:3; Ro 8:13–14; Gl 4:23; 5:18]. Es el sujeto de una acción sólo a la sombra de la obra del Espíritu. El edificar sobre la ζάξμ o el poner la confianza en ella es pecado. Aún así, la ζάξμ como norma se convierte en la ζάξμ como poder, y por lo tanto hay obras de la ζάξμ [Gl 5:16, 19; Ro 13:14]. Todo lo humano y terrenal es ζάξμ, y en la medida en que los seres humanos confían en la ζάξμ en este sentido, ella se convierte en un poder que se opone a la acción del Espíritu [Gl 5:13, 17]. Una vida orientada hacia ella está a su servicio y lleva a cabo su pensamiento. Lo opuesto a la ζάξμ es Dios, quien en la forma del Hijo viene en semejanza de carne de pecado, e. d. en una humanidad plena, y condena al pecado en la carne. Las personas sinceras podrían querer servir a Dios, pero incluso pueden caer en el pecado de establecer su propia rectitud. 2

Pero el contexto preliminar, al texto en análisis, muestra, que la carne, queda vencida por la acción redentora y direccional del Espíritu en el hombre. Foesters, explica: La ζάξμ vencida. Los creyentes han crucificado la ζάξμ [Ro 7:5; 8:8–9; Gl 5:24]. No escapan de la corporeidad mediante el ascetismo o cosas semejantes [cf Gl 2:19–20]. Entran en una vida que en Cristo está determinada por la relación con Dios [2:20 morada interior]. Las obras de la carne son ilógicas y exigen un nuevo compromiso. La vida no está segmentada en actos individuales. Es un solo ἔξγνλ bajo una sola determinación, la ζάξμ o el πλεῦκα. Los creyentes ya no están edificando sobre la ζάξμ sino sobre Cristo. Esto es lo que han de lograr en su práctica diaria de la vida de la fe.3 1

A.Sand, ― sa,rx ‖, Diccionario Exegético del NT, 2:1367.

2

W. Foesters, ― sa,rx ‖, [TDNT], 780.

3

Foesters, ― sa,rx ‖, [TDNT], 781.

164

Pneu/ma Espíritu En primer orden, se presenta el análisis gramatical. El DIB Griego, presenta: ―[pneu/ma] Sustantivo verbal, dativo, singular, neutro. La primera acepción se refiere al Espíritu Santo‖.1 En su relación veterotestamentaria y neotestamentaria; Kremer, expone: En el NT el sustantivo verbal [pneu/ma, atoj, to,], derivado de [pne,w], está caracterizado esencialmente por el equivalente hebreo [ruah] y por su empleo en el judaísmo. El significado fundamental es, sí, viento y aliento, concebidos ambos también, como la fuerza implícita que los genera. Con muchísima frecuencia se designa como el [pneu/ma], 275 veces; como Espíritu Santo [pneu/ma a;gion], 92 veces; como el Espíritu de Dios [pneu/ma qeou/], 18 veces; como [pneu/ma tou/ patro,j], una vez; o bien como Espíritu de Cristo [pneu/ma Cristou/], 3 veces; [o vIhsou/], como el Espíritu de Jesús, una vez. 2

En relación al término compuesto con la preposición ‗en‘, como aparece en el [v.9]. Kremer, explica: ―La palabra [en pneu/mati], se convierte en término técnico para designar la inspiración profética en el AT, [e implica la obra del Espíritu en el hombre interior]”.3 Más adelante, el mismo autor, expone: ―Por eso, en paralelo con expresiones como Cristo en vosotros [Ro 8:10]; y en Cristo [Ro 8:1], puede decirse: El Espíritu habita en vosotros o vosotros estáis [en pneu/mati], en el Espíritu [8:9; cf 1 Co 3:16]‖.4 Por tanto, es sugerente, concluir, que Pablo haya utilizado la expresión, para declarar en todo creyente, la morada del Espíritu. En relación a la acción del Pneuma [ver pag. 59-81 Panorama NT].

Acerca

de la antítesis carne y Espíritu, ya se han tratado algunos elementos, en el análisis anterior, ‗carne‘.

Se seguirá tratando en el análisis posterior del [v.9], en sus subdivisiones

1

―pneu/ma pneu/mati ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

2

Kremer, ― pneu/ma ‖, Diccionario Exegético del NT, 2:1024-1025.

3

Ibíd, 2:1032. (Cursiva añadida)

4

Kremer, ― pneu/ma ‖, Diccionario Exegético del NT, 2:1032.

165

consecuentes. Sólo se pone de relieve la concepción paulina en relación, a la joánica, de la antítesis carne y Espíritu. Referente a Pablo; Schweitzer, estipula: ―Si bien la carne en la que uno puede sembrar es la propia de uno, el Espíritu es una posibilidad dada por Dios. Caminar ‗en el Espíritu‘ [Ro. 8:4–5,9] es aceptar el poder normativo de Dios. Esto implica una decisión de fe, aunque también esto es acto de Dios en Cristo [v.3,4], ya que este es aceptado mediante el Espíritu en la fe, o rechazado‖.1 Sobre Juan; Schweitzer, describe: [πλεῦκα] como ámbito en antítesis a ζάξμ. πλεῦκα y ζάξμ representan los ámbitos de Dios y el mundo en Juan 3:6; 6:63. πλεῦκα es el equivalente de ζεόο; ζάξμ de δηάβνινο o de θόζκνο. […]. El Dios verdadero [1 Jn 5:20] ha entrado al mundo en Cristo. El verdadero culto [Jn 4:24] está por lo tanto orientado hacia el Hijo encarnado. Conocer la verdad es conocer al Dios verdadero en Jesús [cf Jn 8:32; 17:3]. ‘En Espíritu’, es equivalente al ‘en Cristo’ de Pablo. Ningún culto es ‗en Espíritu‘ a menos que esté basado en el acto divino en Cristo. 2 [πλεῦκα],como poder vivificador en antítesis a ζάξμ. En [Jn 3:3ss] πλεῦκα es el mundo divino que sólo es accesible a aquellos que viven en el Espíritu porque han nacido del Espíritu. El πλεῦκα es el ámbito que controla la nueva vida. El nacimiento del Espíritu es la comprensión dada de que en Jesús Dios ha venido al mundo. En 6:63 la ζάξμ no aprovecha para nada, pero el πλεῦκα da vida mediante las palabras de Jesús. De modo semejante, en [7:38–39] el punto es que el Espíritu, como agua de vida, va a fluir hacia la comunidad, pero sólo después de la muerte de Jesús. En la impartición del Espíritu en [Jn 20:22], el Espíritu es el poder de proclamación que conduce al conocimiento del Dios verdadero.3

uvmei,j de. ouvk evste, en sarki, a,llav evn pneu/mati En la LXX, versión en español, como la más cercana al original griego, se expone [Más vosotros, no sois en Carne, sino en Espíritu]. Lo primero a resaltar, es la frase combianda [uvmei,j de.]. Gordon Fee, comenta:

1

Schweitzer, ― pneu/ma ‖, [TDNT], 686.

2

Ibíd.

3

Schweitzer, ― pneu/ma ‖, [TDNT], 686.

166

Hay un énfatico: Pero –empero, no obstante– ustedes, [Sin embargo NVI], [Más RV60], en [uvmei,j de.]. Tiene la intención de capturar toda la vehemencia del vivido contraste entre [aquellos que viven según carne vv.7,8]. Pablo trae el argumento que comenzó en los [vv.1-2] para esta conclusión preliminar. Conectando desde la frase más general ‗los que‘ [vv.5-8], en la segunda persona del plural, el apóstol ahora concluye señalando la nueva ley del Espíritu de vida, que el Espíritu no sólo los ha liberado de la ley del pecado [vv.3-8], pero también de la ley de la muerte. Al mismo tiempo, como en [vv.3-4], se expone el argumento de que la vida del Espíritu a hado la provisión para el cumplimiento en rectitud o justicia como requerimiento de la Torah.[ver pág. 160-162]. 1

Ahora bien, como se ha observado, [en sarki,], es la antítesis de [en pneu/mati]; que señala la morada interior del Pneuma. Esto implica, que en el hombre cristiano, permanece su naturaleza pecaminosa [Ro 7: 17 ‗el pecado que mora en mi‘, v.18 ‗en mi carne, no mora el bien‘; v.19 ‗el pecado que mora en mi‘ cf vv.14,25 cf Gl 25:4], ante la posibilidad de que, la misma sea subyugada, por la morada interior de la Deidad, en constante sumisión por el poder pneumático. Bajo el paralelo, entre [Ro 8:9] y [Gl 5:17]. Ribberdos, confirma:

El avasallamiento entre carne y Espíritu se expone en [8:9 Más vosotros no estáis en la carne, sino en el Espíritu]. Al comparar con [Gl 5:17], no anula esta aseveración. Pues primeramente el estar ‗en el Espíritu‘ no significa que el Espíritu haya absorbido tanto al yo humano que éste ya no esté expuesto al poder de la carne. Más bien la expresión en Romanos 8 tiene el fin de estimular y fundamentar el que no vivimos más en la carne, sino que nos dejemos guiar por el Espíritu, que mora en nosotros, para no servir más a la carne [v.12]. Sin embargo, con ello se presupone lo que se dice en [Gl 5:17], que los creyentes todavía no han sido sacados del Coliseo donde el Espíritu y la carne se disputan su poder. El poder de la carne se hace sentir en ellos, en la medida que los creyentes todavía no hacen lo que quisieran. La permanente influencia de la carne –su codicía, sus ansias, fuertes 2 deseos –, desafía este querer hacer la voluntad de Dios.

1

Gordon Fee, God’s Empowering Presence: The Holy Spirit in the Letters of Paul. (Peabody, Massachusetts: Hendriskson Publishers, 1994), 544. 2

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 352.

167

No sólo se trata de principios éticos en contraposición. Es el carácter intrínseco de una realidad evidente. Dunn, explica: ―[en sarki,], no puede ser entendido como un locativo, meramente; hay aspectos morales que no deben objetados. Ribberdos, confirma: Para Pablo ‗carne‘ denota el pecado en la totalidad de su significado como un alejamiento y oposición a Dios. Por tanto, el pecado puede señalarse no sólo como vivir según la carne [8:5], sino como estar en la carne –en carne– [Ro 7:5; 8:8,9]. La carne, es, pues, una descripción del pecado mismo en el sentido más inclusivo del término [cf Gl 5:13; Ro 8:3; Ef 2:2,3], y no sólo de aquel pecado en que el hombre hace de su humillación y debilidad la medida de todas las cosas, sino también en el sentido de no reconocer que es carne, que es un hombre débil y 1 perecedero, con tendencias pecaminosas propias de su ente, inherentes en él.

En el otro lado de la situación en controversia, ante la antítesis ya expuesta. Dunn, explica: ―Al mismo tiempo [en pneu/mati], no debe ser entendida como un estado de inspiración o místico, sino como una condición establecida ‗en‘ el hombre, y con carácter de transformación ontológica‖.2 Pablo afirma, que el creyente, quien es ahora, templo del Espíritu de Dios, ‗tiene, debe y puede‘, someter toda tendencia pecaminosa de la naturaleza humana –la carne–, debido a la victoria de Cristo [Ro 8:3,4]. Por ende, una vida totalmente sujeta al Espíritu, una existencia ‗en‘ [el] Pneuma. Ribberdos, reafirma: ―[8:9] Estar en Cristo y pertenecer a su cuerpo, significa estar en el Espíritu, significa ser puestos bajo el gobierno del Espíritu‖.3

1

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 135.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 428.

3

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 486.

168

Oivkei/ –Morar– Se presenta el análisis gramatical. El DIB Griego, explica: ―[oivkei/ de oivkew/], es un verbo presente, activo, indicativo, en tercera persona, del singular‖. 1 El tiempo presente [oivkei/ evn uvmi/n –está habitando en ustedes–], declara una acción continua estipulada como una realidad presente, y tiene la intención de resaltar el hecho, de ‗los que están –en– [el] Espíritu [v.9a], [ei;per si es que NVI]; o es debido a que el Espíritu de Dios [pneu/ma Qeou/], mora [oivkei/], en el creyente. Si realmente se está ‗en‘ [el] Espíritu, es por el hecho implícito, de la morada interior. El verbo en tercera persona del singular, indica la acción de morar de parte de [pneu/ma Qeou/].

Las primeras acepciones, coinciden todas, en

relación al carácter intrínseco de la morada. El DIB Griego, explica: (a) morar, vivir en un lugar [1 Co 7:12,13; 1Ti 6:16]; (b) residir en, extensión figurativa de la entrada anterior [Ro 7:17, 18, 20; 8:9, 11; 1Co 3:16]‖.2 También se confirma, con otras definiciones, que se refieren de manera directa a la morada interior, en el contexto del NT. El Léxico griegoespañol, del NT; explica: ―En sentido transitivo significa: establecerse, morar, residir, vivir en [Ro 7:18; Ro 7:20; Ro 8:9; Ro 8:11; 1 Co 3:16; 1 Co 7:12–13; 1 Ti 6:16]‖. 3

Al afirmar la acepción primaria en relación al texto y en el contexto paulino. Michel, describe: ―[νἰθέω]. Esta palabra significa ‗vivir‘, ‗habitar‘, y en forma transitiva ocupar, habitar [un lugar]. En el NT es importante el uso para el habitar espiritualmente. Así, Pablo en [Ro 7:18 nada bueno habita en él], y en [7:20 que el pecado mora en él]. Pero 1

― oivkew/ ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

2

― oivkew/ ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

3

― oivkew ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, El Léxico griego-español, del NT.

169

el Espíritu habita en el hombre nuevo [1 Co 3:16; Ro. 8:9,11]. La fórmula común en [1 Co 3:16 y Ro 8:9, 11], sugiere que se trata de un tema estándar en la enseñanza de Pablo‖.1 También, se toma en cuenta el término relacionado al origen de la palabra y la implicación más determinante del mismo. Wuest, comenta: ―[ oivko], es casa. El verbo [oivkei/] entonces significa vivir o morar en cierto lugar como si fuese su casa. El Espíritu no es solamente el residente en el creyente en el sentido de que lo posesiona a él, no obstante, el Espíritu, entonces está en casa cuando actúa en él hombre, viviendo como si fuera su propia casa‖. 2

ei;per pneu/ma Qeou/ oivkei/ evn uvmi/n

En la LXX, versión en español, como la más cercana al original griego, se expone [si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros]. En primer orden, la frase [ei;per], es analizada. Dunn, comenta: ―[ei;per], denota una condición necesaria, para la validación de la siguiente aserción, [‗y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, este no es de él‘ NEB]. Se asume dicha condición, que deviene del hecho expuesto anteriormente.

De manera más

específica, en su sentido técnico gramatical; Ribberdos, explica:

Aquí es característico el uso del imperativo como cláusula de respuesta [apódosis eiv] después de una primera cláusula condicional [prótasis ei;per]. La conjunción de la cláusula imperativa [eiv] ciertamente no es sólo hipotética [y si], es más bien la presuposición [dado que] de la cual el imperativo parte de un hecho aceptado. Pero al mismo tiempo, hace resaltar que si lo que se exige en el imperativo no tiene lugar, lo que se supone en la primera cláusula [si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros], ya no es admisible [Ro 8:9]. El imperativo [y si] descansa en el indicativo [si es que].3 1

O. Michel, ― oivkew ‖, [TDNT], 520.

2

Kenneth Wuest, ― oivkew/ ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, The Wuest’s World Studies in the Greek New Testament. (Grand Rapids : Eerdmans, 1997). 3

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 335.

170

Fee concuerda con la estructura gramática, expuesta por Ribberdos, y plantea, la siguiente, inferencia: ―Para establecer especialmente, en una manera enfática, los resultados del hecho [si es que], esto es, lo que es garantizado para nosotros por medio de la realidad de la morada interior del Espíritu‖. 1 Respecto también a la morada interior, explícitamente expuesta en el [v.9 el Espíritu de Dios habita en vosotros], se ratifican las acepciones específicas del término [oivkei/], en relación al contexto. Dunn, explica: El verbo morar [oivkew/], es probablemente escogido para denotar el establecimiento relacional, más que un estado transitorio de posesión [evn pneu/mati cf Ro 8:11; 1 Co 3:16; y 2 Co 6:16]. En la tardía tradición rabínica: el que mora o habita en una casa, es el amo de la casa, no es sólo un visitante pasajero [STr-B 3:239]. No obstante, Pablo quizás escogió el verbo para marcar el señorío que debe caracterizar al cristiano, opuesto al señorío del pecado [7:17,20], a pesar de que ambos principios opuestos, continúan en la vida de los creyentes [8:10]. 2

eiv de. tij pneu/ma Cristou/ ouvk e;cei ovutoj ouvk evsti,n autou/ En la LXX, versión en español, se expone [Pero, si alguno [el] Espíritu de Cristo no tiene, éste no es de él]. Se ha señalado, la relación de la frase imperativa [y si RV60; Pero, si; ver paráfrasis anterior]. La designación Espíritu de Dios y de Cristo será tratada en el enfoque trinitario, más adelante. Aunque no es una palabra clave para analizar, es menester tomar en cuenta, el verbo [e;cei]. Fee, añade: ― –tener– el Espíritu es sólo en el sentido más llano del verbo. Es decir, esta es una forma de hablar en el sentido popular para reflejar la realidad de la morada interior del Espíritu‖. connotación del verbo [evcw/]; Dunn, declara: 1

Fee, God’s Empowering Presence, 545.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 429.

3

Fee, God’s Empowering Presence, 548.

171

3

Mientras que se afirma otra

El verbo [evcw/], es del lenguaje de posesión [en el NT usualmente aplicado a la posesión demoníaca, que determina un establecimiento prolongado de dicha naturaleza, Mr 11:18; 3:22,30;7:25; 9:17]. Pero en Pablo, solo ocasionalmente, y siempre con un buen sentido, el Espíritu, posee al creyente [Ro 8:9], o se posee la fe [2 Co 4:13]. Implícito es el hecho del entendimiento del Espíritu como un poder, que determina la vida completa del individuo a quien el Espíritu posee. 1

El verbo en presente expone una acción continua, de permanencia de la morada interior en el creyente. El DIB Griego, confirma: Verbo, presente, activo, indicativo, tercera persona, singular. Y cuya primera acepción es: (1) es poseer, tener, ser dueño de‖.2 Otros han argumentado, que en dicha declaración, Y si alguno no tiene el Espíritu, el tal no es de él, indica que el Espíritu mora en todos los creyentes. Dunn, refuta: ―El punto de Pablo no es aseverar que todo cristiano es habitado por el Espíritu [Cranfield, Schmith]. Más bien, el enfoque, es recordar, que sólo aquellos que tienen el Espíritu, pueden declarar que están en Cristo; sólo aquellos, que demuestran que sus vidas y caracteres, están dirigidos por el Espíritu Santo, son aquellos que están bajo el señorío de Cristo‖.3

En esta frase del [v.9]; también, se implica el enfoque corporativo, que vincula al creyente, con el cuerpo de Cristo. Ribberdos, expresa: ―La iglesia en virtud del sacrificio de Cristo, se une a él en un solo cuerpo, pero en virtud de esta misma unión con Cristo, la iglesia participa del Espíritu Santo. Porque el Espíritu es el Espíritu del Señor [Fl 1:19; Gl 4:6; 2 Co 3:18]. Ser de Cristo, pertenecerle, significa, por ende, tener el Espíritu, y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de él [ouvk e;stin auvtou/]/, no le pertenece‖. 4 1

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 429.

2

― evcw ‖, [Ro 8:9-11], Libronix, DIB griego.

3

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 429.

4

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 289.

172

Otros autores exponen, que la experiencia ‗en el Espíritu o en Cristo‘, es una experiencia mística, o de orden ético de motivación para el creyente, pero esto es contrario a la evidencia escritural. El Comentario Exégetico y Explicativo de la Biblia, ratifica: Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo. Esto no significa ‗la disposición o motivación hacia Cristo‘, sino el Espíritu Santo: aquí llamado ‗el Espíritu de Cristo‘, o ‗el Espíritu de vida en Cristo Jesús‘ [v.2]. Es en su carácter de ‗Espíritu de Cristo‘ como el Espíritu Santo toma posesión de los creyentes, engendrando en ellos la disposición a obedecer. Así pues, si el corazón de alguno carece, no de tales disposiciones, sino del bendito Autor de las mismas, ‗el Espíritu de Cristo,‘ el tal no es de él –aunque esté intelectualmente convencido de la verdad–.1

El Enfoque Trinitario Ya en el [v.9], se observa el enfoque trinitario del contexto general del pasaje, y en relación a la morada interior [en Espíritu; el Espíritu de Dios en vosotros; si alguno el Espíritu de Cristo no tiene, cf v.10, Cristo en vosotros]. Al observar todo el contexto, el énfasis es cristocéntrico, como Pablo, así se propone. Kreimer, comenta: La recepción del pneuma prometido es un fruto de la muerte de Cristo [Ro 8:3b cf. Gl 3:13,14]. Por eso, al Espíritu de Dios o Espíritu, se le llama el Espíritu de Cristo [8:9 cf 1 Co 3:17], el cual, como el Espíritu del Hijo [Gl 4:6], fue enviado por el Padre. En paralelo con las expresiones Cristo en vosotros [8:10], y en Cristo [8;1], puede decirse: El Espíritu habita en vosotros o vosotros estáis en el Espíritu [8:9 cf. 1 Co 3:16]. Aunque no son idénticos, están relacionados íntimamente [2 Co 3:17, pero el Kurios es el Espíritu], indica la identidad dinámica de ambos [cf 1 Co 15:45], que es al mismo tiempo una identidad con Dios, [Gl 4:4-6; 1 Co 12:4-6].2

Se puede apreciar, que la designación, el Espíritu de Dios, tiene un trasfondo veterotestamentario intencional para el enfoque paulino. Fee, comenta: 1

Jamieson, Fausset y Brown, Comentario Exeg tico y Explicativo de La iblia, 324.

2

Kremer, ― pneu/ma ‖, Diccionario Exegético del NT, 2:1032. (Cursiva añadida)

173

A pesar de la obra y concepción del Espíritu se ha acuñado debido al hecho histórico-redentor de Cristo, Pablo piensa; sin embargo, en el Espíritu, también en términos de la relación del Espíritu con Dios. No es sólo que hable más a menudo del Espíritu de Dios que del Espíritu de Cristo, sino que Dios es invariablemente el sujeto, cuando Pablo habla del envió o la dotación–como el don o la promesa– del Espíritu [Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones Gl 4:6]; nos dio su Espíritu 1 Ts 4:8; el que nos ungió es Dios, nos ha dado las –arras– del Espíritu 2 Co 1:21,22; 5:5]. Sin duda, esta concepción tiene su asociación veterotestamentaria en [Jl 2:28], Dios derramaría su Espíritu sobre toda carne‖.1

Se percibe otra connotación al determinar está identidad relacional de la Deidad, estableciendo el nuevo relieve salvífico del NT, en relación a la obra del Espíritu en el AT, que determina el carácter histórico-redentor del Espíritu y Cristo, en el NT. Dunn, explica:

Es la primera vez que en Romanos Pablo usa la frase completa Espíritu de Dios [8:9; cf vv.14, 19]. [la designación veterotestamentaria clave]. Dios es añadido allí, debido el siguiente énfasis: es el Espíritu de Dios el que alcanza la liberación de la condenación de la carne. Pero Pablo también es consciente de la transición que va hacer, para relacionar al [Ruach de Dios, del AT], como el Espíritu de Cristo en el nuevo eón. Este es el punto final y el clímax de un largo intento en la transición judeo-cristiana de definir más claramente al Espíritu, que ahora sería definido como el Espíritu de Cristo, por su obra interrelacionada.2

También se añade el argumento de Gordon Fee, en esta misma vía, en relación al contexto de Romanos; quien añade: ―La preocupación de Pablo ahora es enlazar la obra del Espíritu con la de Cristo; ahora, a la luz de lo mencionado en el [6:1-14 –sobre la obra de Cristo–]; Pablo oscila intencionalmente al llamar al Espíritu, como el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo, haciendo así, la eficaz la conexión‖.3 En este mismo sentido; Moo, también confirma: ―Desde los [vv. 2,3], se involucra al Padre, que envía al Hijo, y al Espíritu que aplica los beneficios redentores del sacrificio –condenó al pecado en la carne– 1

Fee, Pablo, el Espíritu y el Pueblo de Dios, 30.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 428.

3

Fee, God’s Empowering Presence, 544.

174

[v.3]; como parte de la obra redentora trinitaria; lo mismo que Pablo refleja en [vv. 9-11], donde intercambia los nombres de Dios y Cristo, relacionados al Espíritu [el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo] y diferenciando también al mismo, como el Espíritu‖.1 Sobre esta oscilación intencional de los nombres compuestos de la Deidad, en relación al Espíritu [El Espíritu de Dios/de Cristo] y el contexto de [Ro 8:9]; Fee, explica:

Un análisis cuidadoso de todos los textos en los que Pablo identifica al Espíritu, como el Espíritu de Dios, o el Espíritu de Cristo, sugiere que se sirvió habitualmente de los calificativos de Dios/de Cristo [en genitivo], cuando pretendía subrayar la actividad de Dios o de Cristo efectuada en el creyente por el Espíritu. Esto es también así en los tres textos en los que el Espíritu se llama Espíritu de Cristo, el acento está en la obra de Cristo. En [Gl 4:6], lo que se subraya es la adopción del creyente que se hace patente por su recepción del Espíritu de su Hijo. En [Ro 8:9], se parece estar vinculando deliberadamente la obra de Cristo que expone en el capítulo 6 con la del Espíritu en el capítulo 8, de ahí que la prueba de que uno pertenece verdaderamente al pueblo de Dios es que el Espíritu de Cristo habita en Él. El Espíritu al que se refiere Pablo, es el Espíritu que ha de ser entendido en términos de su relación con Dios o con Cristo. 2

El enfoque trinitario, se deja entrever, en todo el contexto del pasaje que se ha sometido a análisis. Por tanto, es relevante, el hecho, de que la morada interior del Espíritu, sea en realidad una obra trina, con un énfasis especial en Cristo, que confirma la perspectiva cristológica de la pneumatología, en sus elementos soteriológicos asociados. [págs. 88 nombres Cristo y el Espíritu; págs.111-114, la morada como obra de la Deidad].

Comentarios de los Padres y la Tradición

El comentario de los Padres y otros autores, se centra también en el enfoque trinitario, o en el énfasis de los nombres compuestos [de Dios y de Cristo], en asociación 1

Moo, Comentario de Romanos, 257.

2

Fee, Pablo, el Espíritu y el Pueblo de Dios, 32. [Cursiva agregada]

175

con el Espíritu. Una breve introducción, recapitula la premisa. Brey, explica: ―Los Padres estaban intrigados por la yuxtaposición de los términos Espíritu de Dios y Espíritu de Cristo en [Ro 8:9]. Resultaba patente que la mayoría de ellos se refiere al único Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, e interpretaron el texto de acuerdo con esta idea‖.1 En cuanto a la última parte del [v.9]; Orígenes, expresa:

Si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, ése no es de él, y al revés, parece decir, que si alguien no merece ser tal y tan grande como para ser digno de tener el Espíritu de Cristo, consecuentemente habrá que negar que es de Cristo; y que no tiene el Espíritu de Cristo, es decir, quien no actúa con ese mismo Espíritu, y no se prepara para la justicia y la verdad, para anunciar la Palabra de Dios, para predicar el reino de los cielos, rechazando la letra de la ley y abriéndose a su espíritu, resistiendo frente al pecado y a todo lo que suceda hasta la muerte, no es su 2 discípulo.

Mientras que; Calvino, expresa: ―El Reinado del Espíritu es la abolición de la carne y aquellos a quienes el Espíritu no domina, jamás pertenecen a Cristo. Deducimos pues, que quienes sirven a la carne no son cristianos‖. 3 En cuanto al énfasis de los nombres intercambiables Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo. Orígenes, señala: Sobre si se distingue el Espíritu de Dios del de Cristo. Hay que preguntar si el Espíritu de Dios es distinto alguna vez del Espíritu de Cristo, o de Cristo mismo o de su Espíritu, el que resucitó a Jesús de entre los muertos. Pero en cuanto que puedo ver la consecuencia de este pasaje o lo que el Salvador dice en el Evangelio sobre el Espíritu Santo, en cuanto procede del padre y recibe de lo mío. [Jn 15:26 cf Jn 16:14], el apóstol une la explicación de estas palabras con las siguientes al decir: todo lo tuyo es mío; pero eso he dicho recibirá de los mío [Jn. 1

Gerald, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores de la época patrística, NT 6, Romanos, (Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 2000), 300. 2

Orígenes, Comentario sobre la carta a los Romanos, 6, 13. CER 3, 306-308, citado en; Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 300. 3

Juan Calvino, Comentario a la Epístola a los Romanos, trad. Claudio Gutiérrez Marín (Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío, 2005), 202.

176

17:10]. Si repito, veo tanta unidad entre el Padre y el Hijo, que puede decirse que 1 el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo son uno y el mismo Espíritu.

El testimonio de otros Padres de la Iglesia. Constancio, señala: ―Aquí Pablo enseña que el Espíritu Santo es el Espíritu del Padre y del Hijo‖. 2 Y ante el error de confundir la persona del Espíritu, con la del Hijo, en una misma identidad ontólogica en [Ro 8:9]; Crisóstomo, refuta: ―Pero esto lo contesta, no diciendo que el Espíritu es Cristo, ¡nada de eso! Sino mostrando que el que tiene el Espíritu, no solo tiene que ver con Cristo, sino que posee al mismo Cristo. Pues no es posible que esté presente el Espíritu, y que no esté también presente Cristo. Puesto que si una sola persona de la Trinidad está presente, toda la Trinidad está presente. Y es que ella misma contiene la indivisibilidad y posee perfectamente la unidad‖.3 Como se puede observar, los Padres, reconocieron plenamente el enfoque trinitario de este pasaje y exaltaron la divinidad del Espíritu. Calvino, expone: ―El Espíritu es llamado de Dios, el Padre y de Cristo […]; porque el mismo Espíritu, es común al Padre y al Hijo, cuya esencia es una y una su eterna divinidad‖. 4

Sw/ma, Cuerpo En primer orden, se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[sw/ma,] sustantivo, nominativo, singular, neutro. Se define como: (1) 1

Orígenes, Comentario sobre la carta a los Romanos, 6, 13. CER 3, 306-308, citado en; Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 300. 2

Constancio, Comentario a los Romanos, 77, ENPK 2; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 300. 3

Juan Crisóstomo, Homilías sobre la Carta a los Romanos, 13,8. PG 60; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 302. 4

Juan Calvino, Comentario a la Epístola a los Romanos, 203.

177

cuerpo, de animal, ser humano, incluso vegetal. 1 Al poner de relieve el término en el contexto inmediato, se afirma la connotación más congruente. Ribberdos, comenta: ―La primera intención de [sw/ma,], es exponer al ser humano como un ser físico transitorio, por ende, débil y efímero. Se refiere a la concreta corporalidad material del hombre. Se señala la limitación y la debilidad humana, no la pecaminosidad humana per se [por sí misma]. En su uso inclusivo significa la vida humana terrenal e incluye a la muerte‖. 2 Aunque, se propone el sentido físico del término, así también, se verifica otro sentido, como el que define la existencia del ser humano. Acerca de esta última acepción; Ribberdos, comenta: No obstante, [sw/ma, como la persona, el ser físico en su totalidad], al igual que carne [sa,rx], puede ser identificado como el modo de vivir del hombre pecador, por ende, se identifica al cuerpo con el pecado [el cuerpo del pecado – presente modo de la existencia humana dominado por el pecado– Ro 6:6]; [el cuerpo carnal Cl 2:11]; [el cuerpo de muerte Ro 7:24]; En consecuencia, la vida que procede de Cristo mediante el Espíritu puede [hace morir los miembros y el cuerpo terrenal, y se puede ser libertado del poder del pecado Ro 6:6; 7:24]. No se trata del cuerpo físico, sino al modo de existencia del ser humano. Sin embargo, este uso es excepcional. Por tanto, también se habla de cuerpo en términos de renovación [1 Co 6:15,19; 1 Co 6:13]. Por eso Dios debe ser glorificado en el cuerpo [1 Co 6:20]. Así, se debe presentar el cuerpo en sacrificio vivo, agradable a Dios [Ro 12:1] y el pecado no debe reinar en sus cuerpos mortales [Ro 6:12]. 3

El mismo autor hace el comentario directo, con la inclusión correcta del término [sw/ma], en relación al pasaje. Ribberdos, confirma: ―Al hablar aquí [Ro 8:10], de que el cuerpo está muerto, no se refiere, a lo mismo que en el [7:24 ver comentario anterior], se refiere a la existencia corporal del creyente sujeto a la muerte [cf Ro 5:12, 21]‖. 4

1

― sw/ma, ‖, [Ro 8:10], Libronix, DIB griego.

2

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 150-151.

3

Ibíd, 299.

4

Ibíd.

178

Nekro,n Muerto Se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta, que es la primera definición del término. El DIB Griego, presenta: ―[nekro,n] adjetivo, nominativo, singular, neutro. Se define como, en su única acepción: (1) muerto [sentido propio y figurado].1 Al poner de relieve el término en el contexto neotestamentario; Dabelsteim, comenta: En el NT, como es frecuente también en el mundo antiguo, [nekroj], se usa como adjetivo, 15 veces en singular [nekron], y 7 en plural [nekrwn cf v.11], y como sustantivo [dos veces en singular y 104 en plural]. Usado como adjetivo, el término significa muerto en el sentido de no viviente ya. Caracteriza tanto a personas como las cosas, y se usa no sólo en sentido propio, sino en sentido figurado. El sustantivo designa al muerto o a los muertos por contraste con los vivos, y se refiere a aquellos como los que ya no viven. El NT emplea el sustantivo plural [nekrwn cf v.11], casi siempre en asertos relacionados con la resurrección [86 veces]. Comprende entonces [usado casi siempre sin artículo], a la totalidad de los difuntos. El sustantivo se usa también en lenguaje metafórico‖.2

Amarti,an Pecado Se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[avmarti,a] nombre, acusativo, singular, femenino. Se define: ―(1) pecado, mala acción [1Ti 5:22]; (2) ser malvado, estado de pecaminosidad [Jn 9:34]; (3) culpa, la consecuencia moral del pecado [1 Jn 1:7]‖. 3 De estas tres acepciones, se tomará la segunda, que expone la condición de pecaminosidad en el hombre. Dentro de un aspecto más general; Vine, confirma, ―[amarti,a, aj, hv] es, literalmente, errar el blanco, pero este significado etimológico se pierde de vista en gran medida en el NT. Es el término más inclusivo de 1

― nevkroj ‖, [Ro 8:10], Libronix, DIB griego.

2

Dabelsteim, ― nevkroj ‖, Diccionario exégetico del NT , 2:382.

3

―amarti,a ‖, [Ro 8:10], Libronix, DIB griego.

179

distorsión moral. Se usa del pecado como principio o fuente de la acción, o un elemento interno productor de acciones [Ro 3:9; 5:12, 13, 20;6:1,2; 7:7]‖.1 En esta misma vertiente, se define la acepción, desde otra perspectiva. Feilder, sostiene: significa en un sentido más amplio el yerro cometido por error y/o culpa [que hace que no se alcance un objetivo], y no sólo considerado como un hecho, sino también en cuanto a la condición‖. 2

Juan es el que más se aproxima al uso paulino del término. Léxico griego-español del NT, explica: Juan usa [ἁμαρτία] como una condición o calidad del hombre: ―[Jn 8:21; 8:24; 9:34; 9:41; 15:24; 19:11]; [1 Jn 1:8; 3:5]‖.3 Pero de manera más abarcante, se destaca el término en el contexto neotestamentario. Feilder, describe: ―El término más usado por mucho tanto en el NT, como en la LXX, para designar al pecado. Se emplea en 173 lugares [sin contar 2 Ts 2:3]; 48 se hallan en Romanos [42 veces en los capítulos 5-8], 25 en Hebreos, y 17 en 1 Juan; 24 en los sinópticos, de ellos 11 en Lucas y 8 en Hechos. Pablo y Juan sorprenden por el uso de ‗pecado‘ en singular‖. 4 En relación más directa con la concepción paulina. Grudmann, aclara:

La visión de Pablo se orienta hacia la obra de Dios en Cristo, la cual (1) viene a nosotros en la realidad específica del pecado, y (2) nos rescata de esa realidad y nos reconfigura […]; El pecado es, en su raíz, hostilidad contra Dios. Entró en el mundo por medio de Adán [Ro 5], y nos subyugó a sí mismo y nos acarreó como salario la muerte [Ro 6:23]. Es así como Pablo conecta el pecado con el destino universal. El acto de Adán, la muerte y la situación general de pecado están interconectados. El estado de pecado existe a partir de Adán, pero sólo queda esclarecido por la ley, la cual revela su carácter [Ro 8:7]. Nuestra realidad carnal es pecaminosa, no en el sentido que el pecado se equipare con el cuerpo, sino en el 1

Vine, ―pecado‖, Diccionario Expositivo Exhaustivo del AT y NT , 640.

2

Feilder, ― avrmati,a ‖, Diccionario exégetico del NT , 1:196.

3

― avrmati,a ‖, [Ro 8:10], Libronix, Léxico griego-español del NT.

4

Feilder, ― avrmati,a ‖, Diccionario exégetico del NT , 1:195.

180

sentido que en nuestro ser carnal estamos determinados por el pecado. El pecado [Ro 7:13], nos esclaviza [7:14] y nos entrega a la muerte. 1

En su sentido teológico más abarcante y también en el contexto jóanico y paulino. Fowler, argumenta: [avrmati,a], literalmente significa, no dar en el blanco, así como sucede en la práctica del tiro al blanco. En el griego clásico, la palabra casi siempre se usaba para indicar un fracaso negativo y no tanto una transgresión definida. En el NT, sin embargo, la palabra se usa para describir algo de grave magnitud que coloca al pecador a distancia de, y en oposición a Dios. Connota el fracaso deliberado de un individuo en alcanzar la norma de Dios [5:12,13; 1 Jn 1:9]. Además, harmatía denota la decisión del ser humano de ser hostil a Dios [Jn 9:41; 19:11; 1 Jn 1:8]. Harmatía es universal [Ro 3:23], y su poder ha mantenido a la humanidad bajo su control [v.9]. El poder del pecado es tan nefasto y su dominio tan maligno que Pablo muchas veces personifica a harmatía diciendo que reina [Ro 5:21], y señorea sobre nosotros [Ro 6:14], y que nos esclaviza [v.6,17.20].2

eiv de. Cristo.j evn umin En la LXX, como la más cercana al original griego, en su versión en español, presenta [Pero, si Cristo –está– en vosotros]. Lo primero a resaltar, es la conjunción condicional [eiv -si-]. Dunn, confirma: ―El [eiv], no es el mismo que el [eivper] del [v.9]. Aquí tiene más la fuerza condicional de -desde-‖. 3 Ahora bien, ha de notarse, que ‗Cristo en vosotros‘ es otra referencia a la morada interior, que determina el contexto y presenta el énfasis cristocéntrico de esta obra trinitaria . Esta frase es paralela a la que se evidencia en el [8:1 ‗en Cristo‘], y encuentra su estrecha vinculación con la fórmula ‗en Espíritu‘ del [v.9]. El [CBA], confirma: ―Estas palabras muestran que tener el Espíritu de Cristo [v. 9], 1

Grudmann, ― avrmati,a ‖, [TDNT], 48.

2

Jhon Fowler, ―La Doctrina del pecado‖, en Teología, fundamentos bíblicos de nuestra fe, 9 vols., ed. por Raoul Dederen, trad. por Tulio Peverini. (Florida: APIA y Gema Editores, 2005), 3:54. 3

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 430.

181

es tener a Cristo morando en el corazón [Jn 6: 56; 15: 4; 2 Co 13: 5; Gl 2: 20; Ef 3:16-17; Cl 1:27]. 1 En relación a esta afirmación, y al propósito teológico paulino; Fee, expresa: ‗Cristo en ustedes‘, es sólo un uso más corto y simple de ‗el Espíritu de Cristo en vosotros‘, o mejor dicho en este caso, Cristo en ustedes por medio del Espíritu. Pablo ha hecho una identificación específica con el Cristo exaltado y el Espíritu, debido a esa razón. El lenguaje refiere a dicha conclusión, que implica la morada de Cristo o del Espíritu en el creyente [Ef 2:22; Gl 2:20]. […]; Como anteriormente se ha expuesto, en el aspecto del [vv.10-11], Pablo ha tomado mucho del lenguaje del [6:4-14] sugiriendo, que él está deliberadamente atando la obra Cristo con la del Espíritu [8:2]. Debido a que el énfasis está ciertamente en lo que Cristo ha alcanzado [vv.2, 3], por ende, la morada interior, apunta también a lo que Cristo obra en el presente en la vida del creyente. En la primera parte [v.10], se puede observar que [men / de], contrasta en la apódosis, especialmente con la cláusula [de], donde Pablo habla del Espíritu que da vida a causa de la justicia. Al final, la preposición final haya su significado en el hecho de que Cristo, y no el Espíritu, es el sujeto directo de la prótasis. 2

Este pasaje [v.10], ha sido visto desde muchos ángulos diferentes, y muchos son errados. Además, de que presenta algunas dificultades implicadas con la primera paráfrasis [Pero, si Cristo –está– en vosotros LXX]. Es evidente que se conecta con la última parte del versículo [v.9 si alguno no tiene el Espíritu de Cristo…]. Pero la frase siguiente, ‗el cuerpo está muerto por causa del pecado‘, parece implicarse como una consecuencia de que Cristo está en vosotros, a través de la morada interior.

No obstante, se analiza

detalladamente el aspecto gramatical de la siguiente paráfrasis, ya mencionado brevemente en la última cita, para entender el significado concreto del contexto.

1

―Pero si Cristo‖, [Ro 8:10], [CBA], 6:561.

2

Fee, God’s Empowering Presence, 548.

182

to. me.n sw/ma nekrovn diav amarti,an La primera parte asociada con la frase para el análisis, se interpreta mejor, de la siguiente forma: [Pero, si Cristo –está– en vosotros, es cierto que el cuerpo es muerto por causa del pecado]. Lo primero es describir el carácter gramatical de la preposición [me,n], en su relación con [de,], para entender el significado real del versículo. Lo que Fee determinó, en la cita anterior, como la antítesis propia entre la apódosis, [me,n es cierto que, o por un lado], -el cuerpo es muerto por causa del pecado-; y la prótasis, -[de, entonces], El Espíritu da vida a causa de la justicia-. Pridick, explica: [me,n], ciertamente, por cierto, en verdad. Es una partícula intensificadora, que originalmente fue un vocablo prepositivo, pero que luego se empleó normalmente como pospositivo, tiene en el NT la función de preparar una antítesis bien marcada, casi siempre con [de,]: [v.10, -cuerpo muerto por causa del pecado-; el Espíritu da vida por causa de la justicia]; y contribuye por tanto a unir frases aisladas o palabras. La correlación corresponde en nuestra lengua al a que existe entre ‗ciertamente o es cierto—pero o entonces‘; sin embargo, las partículas desempeñan a menudo, un papel en la frase, por el énfasis que dan en su posición o por el realce que se experimenta en la lengua hablada, de tal manera que sobre todo [me,n], quede sin una traducción correcta o en otro orden gramatical lógico.1

En relación al contexto completo del [v.10]. Fee, propone: El punto es que el contraste ente [me,n / de,] se levanta por sí sólo, y la última preposición debe ser entendida como ‗entonces‘ y parte de la oración completa. Por tanto, [me,n] se maneja de forma consecutiva en relación a la cláusula siguiente, lo que se sugiere: Si Cristo está en vosotros, esto quiere decir, que a pesar que en la existencia presente de ustedes, el cuerpo está muerto por causa del pecado, la presencia del Espíritu también significa que ustedes tienen vida eterna – ahora y para siempre- debido a la justicia. Cuerpo de muerte debe verse en el sentido de [Ro 5:12]. 2 1

K. Pridick, ― me,n ‖, Diccionario exégetico del NT , 1:221.

2

Fee, God’s Empowering Presence, 549.

183

Se presenta, un bosquejo estructural, que describe el énfasis de la antítesis retórica relacional [me,n / de,]. Y señala la interrelación de todo el contexto. Fee, sugiere:

Bosquejo Estructural de [Ro 8:9-11]

Figura 3

Más [no obstante] vosotros

[A] si es

que [el] Espíritu de Dios

[B] Pero si alguno

habita en vosotros. [v.9 ]

[el] Espíritu de Cristo no tiene, éste no es de él.

[B] Pero, si Cristo en vosotros, [C] [ me,n ] Es cierto [D] [ de, ] pero entonces [A] Pero si

no sois en carne, sino en Espíritu;

el cuerpo es muerto -por causa de- pecado el Espíritu, da vida -por casua de- justicia [v.10]

el Espíritu de aquel [Dios] que resucitó a Jesús…

Entonces [C/D]

habita en vosotros,

el [Dios] que resucitó a Cristo de muertos, también vivificará los cuerpos mortales vuestros,

-por causa de-

su Espíritu que inhabita en vosotros. [v.11] [enoivkou,ntoj] habita en [dentro]. 1

Cuando no se tiene en cuenta esta antítesis, que quiere lograr Pablo, entonces resulta ilógico, el primer enunciado [Pero si Cristo está en vosotros] ante la siguiente declaración [el cuerpo en verdad está muerto por causa del pecado]. Además, se tienden a confundir los conceptos de ‗cuerpo muerto‘, no como la existencia física temporal determinada por la muerte, sino como un concepto general que determina también la pecaminosidad del hombre; lo cual ya se ha establecido con el concepto de estar en la carne [vv. 1-9], que no es consecuente a la resurrección física vinculada al [v.11]. El clímax de la temática paulina es alcanzado allí, la resurrección, debido a la vida eterna que provee la justicia de Cristo por medio de su Espíritu [v.2 Jesús me ha libertado de la ley del 1

Fee, God’s Empowering Presence, 544.

184

pecado cf –vv.3,4,6; y de la muerte [vv.10,11]. Una visión contraria, que ignora el análisis gramatical ya expuesto; Dunn, presenta:

El cuerpo está muerto por causa del pecado. Algunos comentadores toman este pasaje en referencia al evento pasado de la conversión-iniciación [Kasemann]; No obstante, se resalta que [sw/ma,] usualmente no significa solamente el cuerpo físico, sino a la humanidad envuelta en un tipo de existencia. No debe individualizarse la expresión [el cuerpo RVA]; más bien el singular denota la encarnación que caracteriza toda la existencia humana en esta era. Este cuerpo mortal, es el cuerpo de pecado [6:6], el cuerpo de muerte [7:24], debido a que en esta era, como hasta hoy, todavía rige la ley del pecado y la muerte [v.2].1

Sin embargo, como se afirmó anteriormente, el concepto ‗cuerpo de muerte‘ debe verse en el contexto del [Ro 5:12,2]. Por tanto, en relación a [Ro 8:10], se afirma el concepto de cuerpo de muerte, en su sentido de transitoriedad física, que pertenece al eón pasado, y que no estaba confrontado, con el evento crucial que determina el cambio trascendental, la muerte y resurrección de Cristo. Ribberdos, comenta: ―La muerte de Cristo es el momento crítico de la existencia del viejo eón. Cristo muere a él y por medio de su muerte muere a la carne [al dominio de la muerte y el pecado], al viejo éon [Ro 6:7,9 la muerte no se enseñorea más de él cf Ro 8:3 condenó al pecado en la carne]. Pablo toma este momento crucial y exhorta a los creyentes a que apunten a él [Ro 8:10]‖.2

En este mismo sentido, de la concepción correcta para cuerpo de muerte, en [v.10]. Grudmann, reafirma: “Pero existe una tensión entre la vida somática –la vida corporal perecedera–, que está entregada a la muerte, y la vida pneumática –vida eterna en Cristo Jesús–, que ha vencido a la muerte [Ro. 8:10]. Esta tensión continúa hasta que Cristo 1

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 431.

2

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 86.

185

vuelva otra vez para abolir definitivamente el pecado y la muerte [1 Co. 15:26]‖.1 Entonces, esta paráfrasis, en conjunto a la primera, se interpretaría mejor: ―Si Cristo está en vosotros, aunque vuestros cuerpos tienen que pasar por la experiencia de la muerte como consecuencia del pecado, el Espíritu es vida eterna por causa de la justicia de Cristo‖2

zwh, Vida Se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[zwh,] nombre, nominativo, singular, femenino. Su acepción principal: vida. 3 Mientras que se definen las implicaciones, que derivan de dicha acepción. The Enhanced Strong's Lexicon, define: ―[zwh,, hj, hv], se traduce como vida en el NT, en 133 ocasiones. Esto deriva: a), el estado de alguien quien es posee vitalidad o es animado [vida física o natural]; b) vida sobrenatural, sea de Dios o del hombre regenerado, como un estado de plenitud absoluta de vida que pertenece a Dios, y que a través de Cristo es dada a la naturaleza humana‖.4 Esta última vertiente, de la primera acepción, es la que corresponde al [v.10]. Sobre el argumento planteado, que esclarece tal posición y al observar su relación neotestamentaria. Bultmann, confirma:

La verdadera vida según la visión general del NT. La verdadera vida, la vida de Dios, es indestructible. Por eso la vida que está sujeta a la muerte es sólo provisional [1 Co 15:19]. Es vida en la carne [Gl 2:20]. La verdadera vida es futura [1 Ti 4:8]. Esta es δωή en sentido absoluto [Mr. 9:43], o δῆλ [Ro. 1:17]. Por ser indestructible, es eterna [Mr 10:17; Ro 2:7; Gl 6:8], y está conectada con la 1

Grudmann, ― avrmati,a ‖, [TDNT], 48.

2

Jamieson, Fausset y Brown, Comentario Exegético y Explicativo de La Biblia, 324.

3

― zwh, ‖, [Ro 8:10], Libronix, DIB griego.

4

― zwh, ‖, [Ro 8:10], Libronix, Enhaced Strong Lexicon.

186

salvación. Se hereda, se recibe, o se entra en ella [Mr 10:17; 10:30; 9:43–44].No hay inmortalidad del alma. Dios es quien, de un modo soberano, lo destina a uno a la vida eterna [Hech 13:48]. 1 La δωή en Jesucristo. El rasgo nuevo del NT es que el acto futuro del despertar se fundamenta en la realización de la resurrección de Cristo [Lc 24:9; Ro 6:10; 14:9; 2 Co 13:4]. Esta vida suya es eterna [Ap 1:18], y la muerte queda así despojada de su poder. El don que hace Dios, de una vida nueva y verdadera, es mediante un acto gratuito y generoso de salvación [Ro 5:15; 1 Pe 3:7] sin el cual estaríamos perdidos. La esperanza descansa sobre la fe en ese acto [Ro 1:17]. Creer en Jesús es tener vida [Jn 3:15–16]. Jesús ha traído a la luz la vida y la inmortalidad [2 Ti 1:10]. Él es el autor de la vida [Hech 3:15]. Somos salvados por su vida [Ro 5:10]. Él es nuestra vida, una vida que está escondida con él en Dios [Cl 3:3–4]. En él está la vida [Ro 8:2]. Él es la resurrección y la vida [Jn 11:25], el camino, la verdad, y la vida [Jn 14:6], la vida verdadera y eterna [1 Jn 5:20].2

Como se observa, el enfoque joánico y paulino, coinciden en su interpretación. Pero se encuentra otro aspecto escatológico esencial característico de la [zwh,], como la vida propia de Dios, que ofrece al ser humano como la vida eterna. Bultmann, explica: Si la δωή se establece mediante la obra de Cristo, esta obra ya ha tenido lugar y la resurrección de los muertos es la consumación del reemplazo del antiguo eón por el nuevo. Por eso la δωή no es simplemente algo que esperamos: la tenemos ya. Está fundada en un acto consumado, nuestra esperanza es segura y viva [1 Pe 1:3]. En Apocalipsis 2:7, 10, el presente está sustentado por esta esperanza cierta. En Colosenses 3:3–4 la δωή ya está presente, pero escondida por ahora en Dios. En 2 Timoteo 1:1 es dada en Cristo. En 1 Timoteo 6:12 hemos de echar mano de ella; se manifiesta en el evangelio [2 Ti 1:10]. 3

De manera general, se desarrolla la frecuencia del término en el panorama neotestamentario. Schottroff, explica: ―[zwh,], aparece un total de 135 veces, especialmente en el corpus paulino [principalmente en Romanos, 23 ocasiones], así también como en el evangelio de Juan, [13 veces]. En cambio, aparece escasas veces en los Sinópticos [Mateo 6 1

R. Bultmann, ― zwh, ‖, [TDNT], 231.

2

Ibíd.

3

Ibíd.

187

veces, Marcos 3 veces, Lucas 9 veces] y en la primera carta de Juan, tan sólo una vez. […]; Como en otras religiones antiguas, el concepto de vida se usa en el cristianismo primitivo para designar la salvación‖.1 Dando énfasis también, al enfoque paulino expuesto en el contexto de [Ro 8:10,11], el mismo autor, añade:

La vida y la muerte son conceptos utilizados por Pablo para expresar contenidos soteriológicos centrales, de manera parecida a como emplea evleuqeri,a, eivrh,nh, dikaiosu,nh, armati,a, entre otros. Para el concepto de la vida, la muerte física desempeña tan sólo un papel accidental. El aguijón de la muerte es el pecado [1 Co 15:56], no el temor a la muerte. El hecho de que la vida humana sea mortal y perecedera [Ro 8:10,11;21; 6:12] significa primariamente que es una vida esclavizada por el pecado, del cual Cristo libera [6:12-14] y ha de liberar [8:11]. Cuando Pablo habla no metafóricamente de la muerte como del final de la vida física, entonces entiende juntamente la vida y la muerte como la totalidad de la existencia física. El final de la existencia es parte integrante de la vida. Pero, el uso metafórico de los términos vida y muerte se hallan en primer plano referentes a las afirmaciones soteriológicas. Así, cuando habla de la muerte piensa en la esclavitud del pecado, que debe quedar atrás para el creyente [Ro 8:2; 6:13].2

Por último, se expone la relación esencial entre el Espíritu, que proporciona la [zwh,] de Cristo al creyente, demarcándose una vez más, el enfoque cristocéntrico de la pneumatología. Bultmann, expone: Para Pablo la recepción del πλεῦκα y la δωή es la palabra que proclama el evento histórico de salvación [Ro 1:16], y es la palabra de vida [Fl 2:16; cf. Hech 5:20]. Por eso el evangelio destruye la muerte y manifiesta la inmortalidad [2 Ti 1:10]. Así el πλεῦκα no es posesión nuestra, sino que implica que no podemos vivir por cuenta nuestra. Nuestra verdadera vida es Cristo que vive en nosotros [Gl 2:20]. Su vida está en nosotros [2 Co 4:20–21]. Nosotros vivimos en él [Ro. 6:11]. Cristo es nuestra vida [Ro. 8:2]. Nosotros tenemos vida en relación con su obra a favor de nosotros. 3

1

L. Schottroff, ―zwh,‖ , Diccionario exégetico del NT , 1:1746.

2

Ibíd, 1:1747-48.

3

Bultmann, ― zwh, ‖, [TDNT], 231.

188

Dikaiosu,nhn Justicia Se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[dikaiosu,nhn] nombre, acusativo, singular, femenino. En sus acepciones básicas: (1) justicia, rectitud, lo correcto; (2) ser reconciliado con, o estar en buena relación con [Ro 1:17].1 Se toma el sentido la primera y segunda acepción, que se presentan como una misma, en otros léxicos [TDNT]; entonces, se resalta, su trasfondo novotestamentario, que implica un trasfondo veterotestamentario de manera consecuente. Kertegel, explica: El sustantivo [dikaiosu,nh] aparece en el NT, 91 veces, y de ellas 57 veces en los escritos paulinos, de las cuales 33 se encuentran en la Carta a los Romanos. El término representa en ellas un concepto guía de primer rango. Además, de aparecer en Pablo, aparece también en Mateo, siete veces. Es importante el uso del término en las pastorales, en cinco ocasiones, en Santiago, tres veces. En la primera carta de Juan, tres veces más […]; El significado de [dikaiosu,nh] corresponde al uso que se hace de este término en la lengua griega. En el NT justicia adquiere su sentido concreto dentro de diversos contextos. El sentido vétero-testamentario y judío de ‗de don de la salvación‘, compite con el sentido griego de justicia, legalidad, rectitud, recta condición, […]; De todo ello se deduce que, para averiguar el significado fundamental de [dikaiosu,nh] en el NT, hay que tener en cuenta más que nada el significado fundamental que el término tiene como concepto de relación, y que se halla plasmado en el AT y en el judaísmo, frente al significado griego de justicia como noción doctrinal sobre las virtudes. 2

En la misma vertiente de la última parte de la cita –el trasfondo relacional del término en el AT– y en vinculación a las implicaciones teológicas como término de trasfondo forense. Blazen, explica: El verbo justificar viene del hebreo [sadaq], que significa ser justo o recto, y en el caso causativo [hipil] dar un veredicto a favor de, tratar o declarar como justo, absolver, vindicar, restaurar a lo correcto. Los sustantivos hebreos [sededa sedaqah], significan justicia, en el sentido de conformidad a la relación con Dios estipulada en su ley del pacto. El adjetivo [saddiq] significa justo, legal o derecho. 1

―dikaiosu,nhn‖, [Ro 8:10], Libronix, DIB griego.

2

H. Ketergel, ―dikaiosu,nh‖, Diccionario exégetico del NT , 1:986.

189

Correspondientes con estos términos hebreos, y prácticamente con el mismo significado, encontramos en el griego el verbo [dikaiow/], y el sustantivo [dikaiosu,nh/]. Los adjetivos [dikaio/siς] y [dikai,oma], significan justificación, aunque el último término también puede significar un requerimiento justo. 1

El Trasfondo forense. Los verbos hebreos y griegos son forenses, se los debe entender en términos de los veredictos que un juez pronuncia en un caso legal. Si el juez falla en favor del acusado, es un veredicto de absolución [justificación]; si falla en contra, el veredicto es de condenación […]; Este uso forense, en el contexto de la relación del pacto entre Dios e Israel, es la pauta primaria para la enseñanza de la justificación por la fe en el NT. Sin embargo, este trasfondo, si bien es vital para la enseñanza bíblica, no la agota. Los juicios y relaciones de la corte jurídica se traducen a un plano mayor de gracia en Cristo y de una relación personal entre los seres humanos y Dios como Padre de amor. 2

En el enfoque paulino se relación la designación del término con el concepto de la salvación en el AT. Kertegel, explica: Para Pablo el concepto de [dikaiosu,nh], se halla en relación íntima con el acontecimiento central, como evento histórico de la muerte y resurrección de Jesús. En conformidad con la tradición veterotestamentaria y judía, el apóstol ve en la justicia no sólo un atributo de Dios y/o del hombre, sino que, con referencia al hombre, es un elemento esencial que hace que el mismo sea enteramente lo que debe ser en relación con Dios y con los hombres. Tal rectitud es capaz Pablo de afirmarla ahora [Gl 2:16; v.20 aquel que vive su vida en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí]. Para Pablo la justicia es un concepto soteriológico elemental. 3

En asociación directa al contexto paulino y en su marco doctrinal, como tema central de la carta, que manifiesta la salvación de Dios en Cristo; Blazen, explica:

Romanos 1:16-17 establece la tesis de toda la epístola. El [v.16] declara, que el Evangelio, como proclamación del Hijo de Dios como Cristo y Señor [vv.3,4], es el poder que ciertamente guiará a la salvación a todos los que tienen fe. El [v.17] explica que el Evangelio conduce a la salvación porque en él se revela la [dikaiosu,nh –justicia-] de Dios. La conexión de pensamientos entre los [vv. 16 y 1

Blazen, ―Doctrina de la Salvación‖, 1:131.

2

Ibíd, 3:132.

3

H. Ketergel, ―dikaiosunh‖, Diccionario exégetico del NT , 1:988.

190

17], así como el contraste con la ira en el [v. 18 cf Ro 3:19,20 con el v.21], muestra que la justificación de Dios es una realidad salvífica. La impiedad y la ira de la cual nos salva la [dikaiosu,nh] de Dios se describen en Romanos 1:18-20. Allí se pinta la sórdida realidad del pecado humano, y la ira que con justicia recae sobre los pecadores, que se presenta como algo pasado [Dios los entregó 1:24,26,28; presente v.18; y futuro Ro 2:2,5,8,9]. Se llega a una conclusión en la escena del juicio en [Ro 3:19,20], donde todo el mundo es culpable y no hay validez en las obras. La humanidad pérdida espera la sentencia de muerte, la paga del pecado [6:23]. Por encima de esta sentencia de ira [Ro 3:21 nuevamente retorna el tema de la [dikaiosu,nh] de Dios cf [Ro 1:16,17]. La frase, ‗pero ahora‘ introduce el reverso de estar perdidos bajo el pecado y la ira, por la revelación de la [dikaiosu,nh] de Dios, que crea un nuevo comienzo para aquellos que la reciben por fe [Ro 3:22].1

En este preciso espacio, es importante destacar, el amplio significado de la frase compuesta [dikaiosu,nh Qeou/] y algunos de los principales elementos de la justificación por la fe, relacionados al contexto. Schlier, explica: Tal como lo usa Pablo, el [ζενῦ] en la expresión [δηθαηνζύλε ζενῦ] es un genitivo subjetivo. Se trata de la rectitud de Dios, en la cual somos colocados. Es una conjunción de juicio y gracia que Dios demuestra al mostrar rectitud; (a) impartiéndola como perdón, y atrayéndonos hacia su reino, como lo manifestará a plenitud el juicio final. Otras facetas de la [δηθαηνζύλε]: (b) Esta rectitud o justicia de Dios no es simplemente una experiencia individual; es un acontecimiento universal en Cristo en favor de la humanidad entera [Ro 5:12-21]. (c) La acción divina. No es solamente un atributo, sino que muestra a Dios en acción con una eficacia no menor que la de su ira [cf. 1:17; 3:5, 17, 25–26]. (d) El centro es la cruz. Es en la cruz donde tiene lugar la acción salvífica. Pero la resurrección está íntimamente asociada a la crucifixión, de modo que la justificación no es simplemente una declaración, sino que tiene un núcleo histórico. Es por esto que Cristo puede ser llamado nuestra [δηθαηνζύλε 1 Co 1:30; cf. Ro 10:4]. (e) Dios es justicia y a la vez la demuestra. Dios es justo o recto [Ro. 3:25], pero su rectitud es una expresión de la gracia que también manifiesta su justicia en la forma concreta de un acto de expiación [Gl 3:13; 2 Co 5:21; Ro 8:3]. De modo que la justicia y la gracia se unen activamente para todos los tiempos y en el nivel más profundo. Esto significa que queda excluida la ―laxitud antinómica” –la relajación moral ante la negación a la ley divina-, porque el perdón es un acto de juicio que expresa el rotundo ‗no‘ de Dios al pecado. La rectitud de Dios es judicial y bondadosa a la vez, en el único acto de salvación en Cristo. 2

1

Blazen, ―Doctrina de la Salvación‖, 1:132.

2

H. Schlier, ―dikaiosu,nh‖, [TDNT], 140.

191

Por último, cabe destacar el concepto de la [ dikaiosu,nh], y su imputación, en el contexto explicativo de [Ro 4]. Blazen, señala: Aquí se presenta a Abraham, a quienes los judíos consideraban un modelo de virtud, para ilustrar lo que el Padre de la fe encontró, y lo que sus descendientes ‗espirituales‘ puede también encontrar [vv. 1-5; 22-23]. Se niega la idea de que Abraham fue justificado por sus buenas obras [v.2], al declarar que Abraham no podía gloriarse delante de Dios, por ende, la [dikaiosu,nh] no es por obras. De este modo el [v.2], muestra lo que Abraham no encontró. El [v.3], que cita [Gn 15:6], describe lo que sí encontró, es decir, la imputación divina de [dikaiosu,nh] cuando creyó en Dios. La línea de argumentación en los [vv.1-6] revela tres etapas principales: la promesa divina de bendición, la respuesta humana de fe, y el pronunciamiento divino de [dikaiosu,nh]. En otras palabras, se declara que la fe es la respuesta correcta a la gracia de Dios, e indicativa de una apropiada relación con él. Ro 4:3 expone que la [dikaiosu,nh] divina es imputada por gracia.1

to. de. pneu/ma zwh. diav dikaiosu,nhn La paráfrasis se comprendería mejor de la siguiente manera: [–Entonces– [por] el Espíritu, es vida eterna por causa de la justicia] o como se expone en la [NVI pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia]. En relación a la antítesis de [men , ] y [de.], en el contexto del [v.10], ver el análisis de la paráfrasis anterior [págs. 185--187]. En segundo orden, es obligatorio destacar, el error en que se ha incurrido en este pasaje, en relación a la distinción del Espíritu Santo, como el ‗espíritu‘ –en minúscula– del hombre. Como se expuso en la presentación de las palabras claves a analizar, el [CBA], asume [pneu/ma], como ‗espíritu‘ del hombre. No obstante, se presenta en el mismo contexto, una evidencia contradictoria a dicho presupuesto en relación al [v.4], que admite otra interpretación.

1

Blazen, ―Doctrina de la Salvación‖, 1:131.

192

El [CBA], describe: ―[v.4 cf v.9,10]. Algunos comentadores prefieren interpretar esta frase como que se refiere especialmente al espíritu renovado del hombre, mediante el cual obra el Espíritu Santo. Entienden que Pablo destaca que nuestra vida ya no está regida por nuestra naturaleza inferior sino por nuestra naturaleza espiritual más elevada. Esta interpretación se refleja en varias versiones en las cuales la palabra "espíritu" está en minúscula [como en la BJ, VM, NC y Straubinger] .1

No sería más congruente, entonces destacar, así como se admite en el [v.9], que se está afirmando al Espíritu de Dios; que entonces en el [v.10], se trata de la misma persona divina. Esto se confirma señalando otros aspectos contradictorios. El [CBA], describe: ‗Es vida‘. Pablo no dice que el espíritu ‗está vivo‘, sino que ‗es vida‘, aunque en diferentes versiones se ha traducido está vivo o tiene vida‖.2 Este simple hecho, expone que el espíritu humano, no puede ‗ser‘ vida [zwh.], ya que dicha ‗vida divina y eterna‘, es un atributo propio de la Deidad. Dunn, reafirma: ―El contexto es dominado por el [pneu/ma], como Espíritu de Dios, y el Espíritu de Cristo [9-11], y el nexo entre el [pneu/ma] divino y la [zwh.], es también firmemente establecido‖.3

Es claro entonces, concluir, que no se trata

del espíritu del hombre. Ribberdos, confirma: Hay una contraposición, el cuerpo está muerto / El Espíritu es vida. Carne, [cuerpo] y Espíritu no son contrapuestos como si fueran dos partes de la existencia humana o de la de Cristo. No se trata, ¡Ni siquiera en [Ro 8:10]!, de ninguna manera de una dicotomía antropológica, ni de una contraposición ética como en contextos [Gl 5:13]. La contraposición tiene un carácter histórico-redentor, califica al mundo y a la existencia anterior a Cristo como [cuerpo que está muerto], esto es, como lo creado en debilidad de carácter efímero. Por otra parte, la era iniciada con 1

―Conforme al espíritu‖, [Ro 8:4], [CBA], 6:559.

2

―Vive‖, [Ro 8:10], [CBA], 6: 561.

3

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 431.

193

Cristo es definida como la del Espíritu, esto es, la del poder, incorrupción y gloria [1 Co 15:42, 43, 50; Fl 3:21].1

En el contexto [8:1-13], como ya se ha observado, hay una relación de desarrollo creciente, que va explicando los aspectos esenciales del argumento paulino. El [v.10], explica lo que de manera general, se expuso en el [v.2]. Jhon Rea, reafirma: Los [vv.10,11], exponen como [v.2 somos librados del poder de la muerte,…por la ley del ‘Espíritu de vida’ en Cristo Jesús]. El cuerpo aún está sujeto a la muerte y habrá de morir alguna vez debido a las repercusiones del pecado [5:12]. No obstante, gracias al Espíritu que habita en nosotros nuestros cuerpos cobrarán vida en la resurrección [8:11]‖.2 Aunque el [CBA] no admite la interpretación precisa que Espíritu es vida por la justicia [v.10]; sin embargo, la sostiene como presupuesto. El [CBA], aclara: Algunos comentadores prefieren limitar el significado de justicia en este pasaje a la justicia que Cristo acredita al creyente para justificación, que asegura vida [5: 18]; Si se toma la justicia en su sentido más amplio, el significado que da Pablo parece ser que aunque el cuerpo está muerto debido al pecado de Adán, del cual todos hemos participado [5:12], el ‘Espíritu’ es vida debido a la justicia de Cristo, que primero ha sido imputada o acreditada al pecador para su justificación y después impartida para su santificación. Esta dádiva de la justicia es acompañada por el don de la vida eterna [5:17-18, 21]. Y la evidencia de que hemos recibido la dádiva de la justicia y que Dios nos ha aceptado, es la presencia del Espíritu de Dios siempre viviente y siempre activo [Ef 1: 13].3

Ahora bien, esta última parte de la paráfrasis [NVI pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia], se presenta como la idea central en el contexto

1

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 87.

2

Rea, El Espíritu Santo en la Biblia, Comentario bíblico y exegético, 313.

3

―Vive‖, [Ro 8:10], [CBA], 6: 561.

194

inmediato [vv.9-11], y expone las implicaciones soteriológicas y escatológicas de la morada interior. Fee, argumenta: El punto del argumento [vv.9-11], descansa en la [–D–bosquejo estructural pág.195], en la cláusula del [v.10,11], las cuales expresan el resultado de la inminente realidad de la morada interior del Espíritu. El Espíritu es el Espíritu de Cristo, por ende, esto significa vida eterna como resultado directo de la justicia efectuada en Cristo, que ahora es otorgada a los creyentes por medio de la morada interior, a pesar, de que el cuerpo está condenado a la muerte por causa del pecado [5:12,21]. Como la morada del Espíritu, es a la vez, la morada de Dios en los templos humanos, aquel que levantó a Cristo de entre los muertos, obrará de igual forma, en los que la morada interior, no sólo sea permanente, sino en consecuente plenitud. 1

La preposición [dia,] acompañada con el acusativo, tanto para [armati,an dikaiosu,nhn n.10], es importante. Oepke, explica: ―El modo es casual, cuando va junto al acusativo, para destacar cierto elemento de finalidad‖.2 Por causa de, aplica como mejor.

Comentarios de los Padres y la Tradición Es lógico, que la interpretación que admite la dicotomía cuerpo-espíritu en el hombre, se presentada como certera, por parte de los Padres de la iglesia, e implica la no permanencia de la morada interior, por causa del pecado. Ambrosiaster, afirma: Vuestros cuerpos están muertos por el pecado. Pablo afirma que la causa de la muerte de los cuerpos de aquellos a quienes el Espíritu Santo ha abandonado es el pecado; y que el sufrimiento de su muerte no le pertenece a Él, es decir, al Espíritu. Pues el Espíritu de Dios no puede pecar, sino que es dado para la justificación, para justificar con su ayuda. Pero si alguien vive carnalmente otra vez, morirá en su injusticia, abandonado por el Espíritu. Al decir cuerpo, se refiere a que todo el hombre morirá por causa del pecado. 3 1

Fee, God’s Empowering presence, 545.

2

Ibíd, 545.

3

Ambrosiaster, Comentario a los Romanos, g CSEL 81, 267, citado en; Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 302.

195

No obstante, se de una interpretación correcta al cuerpo, la dicotomía cuerpoespíritu, sigue presente como parte esencial del pensamiento tradicional de la época. Agustín, sostiene: ―En lo que dice: el cuerpo ciertamente está muerto por el pecado, pero el Espíritu es vida por la justicia, se entiende cuerpo muerto por mortal.

Debido a su

mortalidad, por la indigencia de las cosas temporales, solicita al alma y levanta ciertos deseos, a los cuales no obedece, cuando inducen al pecado, el que ya sirve con la mente a la ley de Dios‖.1 También, en su obra ‗La ciudad de Dios‘, Agustín, confirma el siguiente comentario: ―Además, pueden llamarse muertos porque sus cuerpos son mortales. Este es el motivo de aquello del Apóstol: ‗El cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el ‗espíritu‘ vive en virtud de la justificación‘. Esto prueba que un hombre viviente y todavía corpóreo existen estas dos cosas: cuerpo muerto y un espíritu vital‖. 2

La interpretación correcta es acuñada por Juan Calvino, quien también resalta, la relación Cristo y el Espíritu, con sus aspectos soteriológicos correspondientes, que se hacen vigentes en el hombre, a través de la morada interior. Calvino, explica:

(1)Lo que antes afirmó en cuanto al Espíritu, indicando el medio por el cual Cristo habita en nosotros. Pues como por el Espíritu Santo nos consagra como templos suyos, así por el mismo Espíritu reside en nosotros. (2) El Apóstol afirma más claramente ahora, lo que ya había dicho: Que si los hijos de Dios son considerados como espirituales no ha sido porque posean una perfección completa y perfecta, sino solamente porque la vida nueva ha comenzado en ellos. Pues aunque el Espíritu posee una parte de nuestra persona, la otra parte está todavía detenida ahora por la muerte. Mientras San Pablo responde diciendo que hay en el Espíritu una virtud vivificante y suficiente para destruir toda mortandad, y por eso 1

Agustín, Exposición sobre la Carta a los Romanos, 50. CSEL 84, 23: BAC 187, 34; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 302. 2

Agustín, La ciudad de Dios, 20,15. CCL 48, 725; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 303.

196

es preciso esperar pacientemente que los restos del pecado sean totalmente 1 destruidos.

Inclusive, se hace una aclaratoria, en relación a ‗espíritu‘ en minúscula, interpretándolo eficazmente, como el Espíritu de Dios. Calvino, refuta: Ya antes los lectores han advertido que por la palabra ‗espíritu‘, no debemos entender el alma, sino al glorioso Espíritu de regeneración, llamado por San Pablo también como el Espíritu de vida, no sólo porque vive y tiene poder en nosotros, sino también porque nos vivifica con su fuerza hasta renovarnos finalmente y perfectamente, al ser destruida nuestra carne mortal. Por el contrario, la palabra cuerpo, significa, la masa grosera y pesada que todavía no ha sido purificada por el Espíritu de Dios de las basuras terrenales. Porque de otro modo sería absurdo atribuir al cuerpo la culpa del pecado y también sería falso llamar, al alma vida, si ella misma no vive. 2

Egei,rw Resucitar Se presenta el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[evgei,rantoj] verbo, aoristo, activo, participio, singular, genitivo, masculino. Su acepción básica: (1) levantar, resucitar, despertar, ponerse en pie‖.3

Se toma el sentido de la

acepción primaria; entonces, se resalta su trasfondo novotestamentario. Kremer, explica: El verbo [egei,rw], con el significado fundamental [transitivo] de despertar, estimular, excitar, levantar o [intransitivo] de despertar, levantarse, alzarse aparece casi en el NT como sinónimo de [anisthmi,]. Así, por ejemplo, [egei,rw] aparece 144 veces en el NT, y [anisthmi,] 108 veces. El sentido especial de resucitar a personas muertas lo tiene el verbo [egei,rw], aparece 13 veces y para referirse a la resurrección escatológica, aparece 20 veces. Con sorprendente frecuencia el verbo se utiliza para designar al resurrección de Jesucristo. 4

1

Juan Calvino, Comentario a la Epístola a los Romanos, 203.

2

Ibíd, 203.

3

―e,gei,rw‖, [Ro 8:11], Libronix, DIB griego.

4

Kremer, ―egei,rw ‖, Diccionario exégetico del NT , 1:1128.

197

Sobre el sentido intransitivo y transitivo del verbo, en el NT. Oepke, sostiene: Todos estos significados figuran en la Biblia, con mátices del hebreo. Es así como encontramos (despertar) en Marcos 4:38, etc., en forma intransitiva en Mateo 1:24, figuradamente en Romanos 13:11. En cuanto a (suscitar). cf. Marcos 13:8, el suscitar profetas [Mt 11:11], levantarse en juicio [Mt 12:42]. En cuanto a (armar, levantar), cf. [Jn 2:19–20; Mt 12:11]; los enfermos en Marcos 1:37, etc., en intransitivo en Mateo 17:7. En cuanto a (despertar a un muerto), tenemos resurrecciones individuales como signos de la era mesiánica y de la resurrección final, como en Mateo 9:25; Lucas 7:14; Juan 12:1. La propia resurrección de Jesús se predice en Mateo 16:21, etc., se narra en Marcos16:6, etc., y se proclama en Hechos 3:15, etc.; Romanos 4:24, etc.; 1 Corintios 6:14, etc. Dios ha aprobado y glorificado al Señor crucificado resucitándolo [cf. Hech; Ro 7:4; Fl 2:9ss]; con eso ha declarado la validez de su obra de salvación [Ro 4 y 8; 1 Co 15]. A diferencia de ἀληζηάλαη, ἐγείξεηλ expresa lo concreto de la acción. En cuanto a la resurrección como acto realizado por el propio Jesús, cf. [Jn 2:19; 10:17–18].1

En relación directa al contexto de paulino a análizar. Kremer, afirma:

La frecuente referencia a la resurrección de Jesús en forma de una construcción de participio [o evgei,raj to.n ku,rion 2 Co 4:14] sirve para confirmar la fe en el poder de Dios sobre la muerte [cf Ro 8:11; Cl 2:12]. Se puede ver en ello un variación cristológica de la predicación que el judaísmo hacia de Dios: Jehová que vivifica de los muertos, entonces [o evgei,raj vIhsou/n], es equivalente a una nueva designación del nombre de Dios. Esto indica que la fe en Dios como el Señor sobre la vida y la muerte, enraizada en el AT, condujo a la Iglesia primitiva a interpretar la resurrección de Jesús, atestiguada por los apóstoles en virtud de su encuentro con el Crucificado, como la resurrección obrada por Dios. Una ulterior reflexión condujo a atribuir la resurrección no simplemente al poder de Dios [Ef 1:20], sino también a su pneu/ma [Ro 8:11; Ro 6:4].2

zwopoie,w Vivificar Se determina el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[zwopoihsei] verbo, futuro, activo, indicativo, Tercera persona, singular. Su acepción

1

A. Oekpe, ―[egei,rw]‖, [TDTN], 147.

2

Kremer, ―egei,rw ‖, Diccionario exégetico del NT , 1:1134.

198

esencial: (1) hacer vivir, dar vida‖. 1 Se toma el sentido de la acepción única; entonces, se resalta su trasfondo novotestamentario. Schottroff, describe: En el NT [zwopoie,w], se emplea exclusivamente en sentido soteriológico. El sujeto directo de [zwopoie,w], es Dios [Jn 5:21; Ro 4:17; Ro 8:11] o Cristo [Jn 5:21; 6:63; 1 Co 15:22,45]. Se entiende principalmente como la acción de resucitar a los muertos [en paralelo egei.rw, Jn 5:21; pero cf también Ro 4:17; 8:11; 1 Co 15:22,45; cf también 1 Pe 3:18]. Ahora bien, el término conserva también una asociación con la creación [Ro 4:17]. La dimensión universal de la esperanza aparece claramente en esta afirmación. Una nueva creación ha comenzado. El último Adán inicia una nueva creación, Cristo vivifica, da vida [pneu/ma zwopoiou/n 1 Co 15:45]. El término se refiere tanto al presente y al futuro de la vida que ha sido hecha posible por Cristo.2

Enoike,w Habitar en Se determina el análisis gramatical y su acepción correcta. El DIB Griego, presenta: ―[evnoikontoj] verbo, presente, activo, participio, singular, genitivo, neutro. Su acepción esencial: (1) habitar en, vivir con‖. 3 Se toma el sentido de la acepción única, como se trata en otros léxicos [TDNT]; entonces, se resalta su trasfondo novotestamentario. Dabelstein, explica: ―En la LXX [evnoike,w] designa la habitación o asentamiento de las personas en la tierra, en el campo, en las montañas o en las ciudades, y al mismo tiempo la posesión de esos lugares.

Y así, el participio de [evnoikou/ntej] es el término para designar a los

habitantes o moradores. En el NT, el hombre nunca es sujeto, pero si lo es el pecado [Ro 7:17], el Espíritu de Dios [Ro 8:11; 2 Ti 1:14], la palabra de Cristo [Cl 3:16], Dios [2 Co 1

―zwopoie,w‖, [Ro 8:11], Libronix, DIB griego.

2

L. Schottroff, ―zwopoie,w‖, Diccionario exégetico del NT , 1:1759.

3

― evnoike,w ‖, [Ro 8:11], Libronix, DIB griego.

199

6:16] o la fe [2 Ti 1:5]‖.1 La acepción de la palabra, también expone, el otro lado de la realidad, si el Espíritu de Dios no mora en el creyente, entonces el mismo es habitado por los agentes del enemigo, y esto enfatiza la importancia del término [evnoike,w], en el mismo contexto paulino de [Ro 7; 8:9-11]. Dabelstein, explica: En [Ro 7:17] Pablo recoge la idea antigua, según la cual los poderes extraños escogen al hombre como morada y pretenden dominarle, el cuerpo del hombre se convierte en la casa o templo de demonios [daimo,nion – oikeo – katoike,w] cf. [Mt 12:45]. Lo decisivo en todo ello es que ese poder posee constantemente al hombre, lo domina y lo tiene bajo su poder. Y así el pecado, no sólo controla las acciones del hombre [Ro 7:17], sino que además actúa en lugar de la persona [7:18]. El pecado obliga a la persona hacer lo que ella no quiere, y la impulsa a la perdición. Tan sólo el Espíritu de Dios es capaz de redimir totalmente de esos poderes que producen la muerte [Ro 7:2]. Cuando el Espíritu de Dios pone su morada en una persona [8:11], entonces la posee totalmente y reorienta toda su vida. Al mismo tiempo, el Espíritu establece una íntima relación con Cristo [8:9], y es el garante de la resurrección [8:11]. La idea de que Dios mora en una persona aparece por primera vez en Filón. El designa, por ejemplo el alma como ‗casa de Dios‘ [Som I, 149]. También el término destaca cuando Dios concede fuerza a Timoteo por medio de su Espíritu, que le fue comunicado en la ordenación por medio de la imposición de las manos, y que ahora habita en él [2 Ti 1:14 cf Ef 3:17 Cristo mora ἐνῴκησεν en el creyente a través del Espíritu].2

El término, enfatiza la acción del Espíritu de morar dentro o habitar en, con la preposición [evn], como prefijo antecedente al verbo morar [evnoike,w], que componen la palabra completa. Denota una realidad de carácter ontológico en el ser humano, en la categoría de comunión, o religiosa como otros llaman, pero el verbo es único para el uso con tal finalidad, a diferencia del verbo sin el prefijo preposicional. Vine, confirma: ―[evnoike,w], significa, morar en –dentro–. Se usa sólo con un significado espiritual, el morar de Dios en los creyentes [2 Co 6:16]; el morar del Espíritu [Ro 8:11; 2 Ti 1:5]‖. 3 1

Dabelstein, ―evnoike,w‖, Diccionario exégetico del NT , 1:1395.

2

Ibíd, 1:1396.

3

Vine, ―morar‖, Diccionario Expositivo Exhaustivo del AT y NT, 567.

200

eiv de. to. pneu/ma tou/ egei,rantoj to.n vIhsou/n evk nekrw/n oivkei/ evn uvmin En la LXX, como la traducción más cercana al original griego, se presenta la paráfrasis así: [Pero, si el Espíritu del que resucitó a Jesús de muertos, habita en vosotros]. Lo primero a resaltar, es la conjunción condicional [eiv -si-] y la conjunción adversativa [de, -pero-]. Dunn, comenta: ―La cláusula es básicamente una recapitulación del [v.9]; el [eiv] ha sido sustituido por el [eivper], y tiene la intención del –entonces– como condicional. El [de,] tiene más fuerza adversativa aquí, partiendo del contraste del continuó estado del [v.10], que conlleva al resultado final que en el creyente se opera a través de la morada interior de Cristo. La seguridad descansa en que la morada interior, es el comienzo de un proceso y la garantía de su consumación‖.1 Acerca de la intención final del pensamiento en dicho contexto. Fee, reafirma: ―Pablo llega al punto de todo el párrafo, que la presencia de la morada interior del Espíritu garantizará nuestra futura resurrección‖. 2

En un contexto más amplio, acerca de la resurrección, y enfatizando el evento histórico-redentor, como un hecho centrado en Cristo. Ribberdos, confirma: ―La resurrección de los muertos y la renovación del cuerpo son elementos que forman parte de la esencia de la predicación del evangelio [1 Co 15]. Pablo repetidamente presenta la resurrección como el gran acontecimiento redentor del futuro. Surge directamente de la realidad de la resurrección de Cristo, la cual es el centro de la proclamación paulina y la razón de la resurrección del creyente, como se afirma en [Ro 8:11; 1 Co 6:14]‖.3 1

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 432.

2

Fee, God’s Empowering Presence, 552.

3

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 87.

201

Es importante señalar que el verbo [oivkew/] está allí en tiempo presente activo, la paráfrasis se considera mejor, de la siguiente forma: ‗si el Espíritu está habitando en vosotros‘; como una acción continua, que además, declara el hecho de que el evento de la resurrección es llevado a su consumación, por la acción directa de dicha habilitación del Pnuema en el hombre. Se declara entonces, su trascendencia y relevancia, al ser permanente la morada, por la recepción continúa y creciente del Pneuma [Ef 5:18]. Fee, confirma:

El énfasis en todo el contexto y en el pasaje [v.11], está en la naturaleza de la morada interior del Espíritu. El Espíritu no es una especie de aura o energía que influye desde afuera. Por el contrario, es la vía por la cual la presencia del Padre y del Hijo se hace personal ‗en‘ nosotros, residiendo en el presente, ‗en‘ nosotros, en la medida que el creyente así lo disponga, y lo solicite, entonces el Espíritu divino tomará su vida y lo guiará. Los [vv. 5-8 enfatizan este caminar del creyente en el Espíritu como evidencia de que alguien está posicionado en Cristo, entonces estos pasajes [vv.9-11], enfatizan la morada del Espíritu como la base de nuestra existencia escatológica. El Espíritu de vida, nos asegura que hemos entrado en la novedad del nuevo eón, vida a través del Espíritu, que permite vencer las tendencias pecaminosas, a la vez que, por la justicia de Cristo implantada a nosotros, nos ayuda a crecer para salvación; y que será completada al final, con la resurrección o la transformación de nuestra existencia corporal presente. Por tanto, junto a la resurrección y la obra de Cristo, el don del Espíritu morando en nosotros, es el fundamento para nuestra esperanza. 1

ov evgei,raj evk nekrwn ton Cristo.n zwopoihsei [kai] ta qnhta swmata umwn

En la LXX, como la traducción más cercana al original griego, se presenta la paráfrasis así: [el que resucitó a Cristo de muertos, vivificará también los mortales cuerpos vuestros].

Acerca de la intención enfatizada con la frase expuesta en dos ocasiones

seguidas. Fee, explica: ―La enfática repetición de [aquel que levantó a Cristo de los muertos], es probablemente una manera de identificar la morada del Espíritu, con la 1

Fee, God’s Empowering Presence, 552.

202

intención deliberada de reiterar la cercanía entre la resurrección de Cristo y la nuestra‖.1 En cuanto al verbo dar vida [zwopoihsei]. Dunn, comenta: ―El futuro del verbo claramente refiere a la final resurrección [1 Co 15:22]. Esta obra de dar vida por parte de Dios, es caracterizada debido al entendimiento que se establece, de que dicha obra se realiza a través del Espíritu [1 Co 15:45; 2 Co 3:6; 8:2]‖.2 En cuanto al rol del Espíritu en la resurrección. Fee, añade: ―El papel del Espíritu es certero en nuestra futura resurrección, como se señaló en el [v.10 pero el Espíritu que está en ustedes es vida]. Este es la segunda forma, en la cual [él] es el Espíritu de vida, no sólo para caminar en novedad de vida [7:6 cf 6:4], pero también, aquel que en nuestra vida presente nos garantiza la vida eterna a este cuerpo destinado a la muerte por causa del pecado [8:10,11ss]‖.3 El [CBA], reafirma:

El Espíritu Santo es el poder mediante el cual son resucitados los muertos. La construcción primaria hace resaltar la idea de causalidad: el Espíritu es la causa por la cual son resucitados. Ambas ideas son verdaderas y cualquiera de ellas corresponde con este contexto. El Espíritu es el Espíritu de vida (vers. 2), y es natural que donde esté presente el Espíritu haya también vida. Por lo tanto, "por medio del poder del Espíritu" como "a causa de la presencia del Espíritu", Dios resucitará a aquellos en los cuales mora el Espíritu vivificante.4

La expresión ‗cuerpos mortales‘ [qnhta swmata], es una expresión paralela a cuerpo de muerte [v.10], y la concepción paulina referente a la resurrección, según confirman Ribberdos y Fee. La cual se identifica, en su sentido primario, como cuerpo físico, que en su existencia efímera se confronta con la muerte. Rea, confirma:

1

Fee, God’s Empowering Presence, 552.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 432.

3

Fee, God’s Empowering Presence, 554.

4

―Por su Espíritu‖, [Ro 8:11], [CBA], 6:563. (Cursiva añadida)

203

El significado evidente de la palabra dar vida en este contexto es restaurar la vida física mediante la resurrección [Jn 5:21; 1 Co 15:22]. En la segunda venida de Jesucristo, los cristianos que hayan muerto serán resucitados de entre los muertos tal como Él fue resucitado. Los que estén aún vivos y hayan quedado [1 Ts 4:15] recibirán de repente una nueva vida de resurrección en sus ‗cuerpos mortales‘. Cuando lo ‗mortal‘ se haya de revestir de inmortalidad [1 Co 15:54]. Sin embargo, un cuerpo mortal es aquel que está sujeto a la muerte, pero que aun no ha muerto. Este significado se evidencia en [Ro 6:12] y en [2 Co 4:7-11], en donde declara, que nuestros cuerpos débiles son vasijas de barro, para cuando la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo mortal, sea evidente que dicho sublime poder proviene de Dios.1

dia to evnoikou/ntoj auvtou/ pneu/matoj evn uvmi,n En la LXX, como la traducción más cercana al original griego, la paráfrasis dice así: [por inhabitar su Espíritu en vosotros]. Primero se hace importante destacar, la preposición [di,a], que significa por medio de o a través de.

Dunn, clarifica: ―La

preposición [di,a], con el genitivo, indica de manera concreta, la continuidad entre la presente morada del Espíritu y la resurrección‖. 2 El verbo [evnoi,kew], es único, en referencia a la morada interior [Ro 8:11 cf Ef 3:17]. En algunos léxicos, el verbo se traduce como inhabitar, que significa morar en – dentro– con un énfasis ya determinado. Dicha traducción en la [LXX], no tiene congruencia con su significado en español –inhabitar–. Además, el verbo en presente activo, indica que el Espíritu está habitando dentro del creyente, como un evento continúo y presente, que tiene correlación con los resultados escatológicos de dicho evento. No obstante, al traducir [evnoi,kew] simplemente como morar [RV60], se pierde el sentido intrínseco enfatizado, que a la vez se asocia, con todas las referencias a la morada interior 1

Rea, El Espíritu Santo en el Biblia, Comentario Bíblico y Exégetico, 314.

2

Dunn, World Biblical Comentary, Romans, 432.

204

que ya han sido expuestas en el contexto [vv.9-11], el último señalamiento [por inhabitar – morar dentro– su Espíritu ‗en‘ vosotros] es establecido como el clímax del argumento. Fee, aclara: ―A través de la morada interior del Espíritu y al presentar al Espíritu de aquel [Dios] que levantó a Cristo de entre los muertos, Pablo tiene la intención de hacer la conexión más cercana posible entre la resurrección de Cristo y la nuestra, por medio de la morada interior, que expresa la certeza acerca de nuestro futuro. Esto es lo que se implica en la repetición del Espíritu que mora en vosotros [vv.9-11], y que se resalta en su última instancia, por medio del Espíritu que mora dentro [evnoi,kew/] de vosotros‖. 1 Para determinar el énfasis de la morada interior en todo el contexto y a la vez establecer el pensamiento concreto unificado del apóstol en dichos pasajes, se concluye, con la interpretación de los mismos [Ro 8:9-11]. Ribberdos, concluye: Debido a que los creyentes pertenecen a Cristo, ellos son ahora incluidos en este régimen del poder y la gloria del Espíritu como creador de nueva vida [Ro 8:9], lo que ocurre, sólo a través de la morada interior. Por lo tanto, su existencia corpórea está ciertamente sujeta a la muerte por causa del pecado, pero en su lugar el Espíritu otorga vida en razón de la justicia de Dios a través de Cristo [Ro 8:10]. Y eso, por lo tanto, significa para ellos la revivificación de sus cuerpos mortales por el Espíritu de Cristo, que ‗mora en ellos‘ [8:11].2

Comentarios de los Padres y la Tradición Los comentarios se dirigen en relación a la resurrección en casi todo el sentido general. Policarpo, comenta: ―Quien resucitó a Cristo os resucitará. El que lo resucitó de entre los muertos nos resucitará también a nosotros, si hacemos su voluntad, caminamos en 1

Fee, God’s Empowering Presence, 553.

2

Ribberdos, El Pensamiento del Apóstol Pablo, 697.

205

sus mandamientos y amamos lo que Él amó, apartándonos de toda maldad, de la ambición, de la avaricia, de la murmuración y del falso testimonio; sin devolver mal por mal, ni insulto por insulto, ni golpe por golpe, ni maldición por maldición; recordando lo que el Señor nos enseñó‖.1 Mientras de manera general y en relación además al [v.9] y señalando la morada interior en asociación a la resurrección. Orígenes, clarifica: El templo del cuerpo restaurado a la Vida. Si el Espíritu de Cristo habita en vosotros, parece necesario devolver y restituir al Espíritu su morada y su templo. Pero también cada uno debe probar si tiene en sí el Espíritu de Cristo. Cristo es sabiduría, si uno es sabio y sabe las cosas de Cristo según Cristo, posee en sí mismo el Espíritu de Cristo mediante la sabiduría. Cristo es la justicia, si uno posee en sí mismo la justicia de Cristo, mediante la justicia tiene en sí el Espíritu de Cristo. Cristo es la paz, si uno posee en sí mismo la paz de Cristo, mediante el 2 Espíritu de paz tiene en si el Espíritu de Cristo.

Otros padres comentan acerca del enfoque trinitario del pasaje, para destacar la divinidad del Espíritu. Diodoro, expone: ―El Espíritu del Dios Trino. Después de haber dicho anteriormente Espíritu de Cristo, ahora vuelve a decir, El Espíritu que resucitó a Cristo habita en vosotros, con lo cual, haciendo remontar al Espíritu desde Cristo hasta el Padre, nos enseña claramente que el Espíritu del Hijo tampoco es ajeno a la divinidad del Padre, y que quienes tienen un único poder también tienen la esencia absolutamente coeterna con el Padre‖.3 Mientras que con una teología más elaborada, en su clasificación de posibles etapas de la salvación, Agustín, comenta:

1

Policarpo de Esmirna, Carta a los Filipenses, 2, 2-3. FuP 1,215; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 304. 2

Orígenes, Comentario a los Romanos, 6, 13. CER 3, 306-308; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 304. 3

Diodoro, Fragmentos sobre la Carta a los Romanos, NTA 15, 92.; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 304.

206

Perfeccionados finalmente. En lo que dice: si el Espíritu del que resucitó a Jesucristo de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por el Espíritu suyo, que habita en vosotros, señala ya el cuarto grado de aquellos cuatro que anteriormente distinguí [Natural, legal, Evangélico y glorificado]. Pero este grado no se encuentra en esta vida; pertenece a la esperanza, por la cual esperamos la liberación de nuestro cuerpo, cuando éste, que es corruptible, se vista de incorrupción, y éste, mortal, se atavíe con inmortalidad. Allí hay perfecta paz, porque el alma no soportará molestia alguna de parte del cuerpo ya vivificado y 1 cambiado en condición celeste.

Calvino se centra en la resurrección y en la exaltación del poder de Dios, manifestado en el Espíritu en dicha acción. Calvino, expone: ―Si Cristo resucitó de los muertos por la potencia del Espíritu de Dios eterno, ese mismo poder lo desplegará en nosotros también. Además, Pablo atribuye al Padre la gloria de la resurrección de Cristo, por ser eso de mayor fuerza para probar la idea de si la hubiera atribuido a Cristo mismo, lo que tampoco puede objetar nada ante la declaración misma de [Jn 10:18]‖.2

Comentarios de Elena G. de White En este último sub-capítulo del análisis exegético del texto de [Ro 8:9-11], se expondrán, las citas escogidas del Espíritu de Profecía en el siguiente parámetro: (1) en relación al contexto señalado, (2) a la morada interior; (3) a la recepción continúa del Espíritu –bautismo constante o diario–; (4) en relación a la plenitud; (5) y en lo referente a la obra Cristo por medio del Espíritu en el creyente.

1

Agustín, Exposición sobre la Carta a los Romanos, 51; citado en, Brey, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia y otros autores, 304. 2

Juan Calvino, Comentario a la Epístola a los Romanos, 205.

207

Acerca de Romanos 8:9

Sólo en el libro Fe y Obras, se cita el [v.9] completo, que es parte del capítulo que trata, acerca de la de la fe y las obras como obras conjuntas, en donde se exalta, el verdadero cumplimiento de la ley de Dios, como norma verdadera para la santificación, por medio del Espíritu Santo que implanta la justicia de Cristo en nuestra vida. White, comenta: ―El honesto buscador de la verdad encontrará en la Palabra de Dios la regla para la santificación genuina. [Ro 8:1-9].‖ 1 Otra citas, en relación a [v.9b]. White, describe: Este versículo [v.9] está saturado de serias advertencias. Un cristiano puede aparentemente estar de acuerdo con todas las doctrinas y con todas las prácticas de la iglesia; puede ser activo en la causa de Dios, y estar dispuesto a dar todos sus bienes para ayudar a los pobres o aun a entregar su cuerpo para ser quemado, pero si el Espíritu no vive en él y el múltiple fruto del Espíritu (Gl 5: 22) no es evidente en su vida, no pertenece a Cristo (1 Co 13: 3). El que es orgulloso, vano, frívolo, inclinado al mundo, avaro, despiadado, censurador, no está en comunión con el Espíritu de Cristo, sino con otro espíritu. 2

Se enfatiza el carácter profundo de la declaración bíblica, en diferentes afirmaciones, el tener el Espíritu de Cristo, implica reflejar su carácter en nuestras vidas. White, comenta: Con Cristo se expresa de nuestra parte una suprema preferencia, perfecta confianza, entera consagración. Esta fe obra por el amor y purifica el alma. Obra en la vida del seguidor de Cristo la verdadera obediencia a los mandamientos de Dios, pues el amor a Dios y el amor al hombre serán el resultado de la relación vital con Cristo. "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él" (Ro 8: 9). 3 Además, señala, que el mundo percibe la condición de aquel realmente posee a Cristo. White, describe: “Y 1

White, Fe y Obras, 101.

2

White, Testimonios, T5, 225, ellenwhitebooks.com

3

White, Mensajes Selectos, T1, 393, ellenwhitebooks.com

208

si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. El mundo no dejará de notar esta conformidad con Jesús. Puede ser que el cristiano no sea consciente del gran cambio, pero mientras más se parezca a Cristo en carácter, más humilde será la opinión que tenga de sí mismo; los que lo rodean lo notarán y lo sentirán‖.1 La siguiente cita, infiere la renovación de la morada interior, por la impartición continúa del Espíritu Santo en el vida del creyente, en el cual, permanece el Espíritu de Cristo. White, explica: Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él (Ro 8: 9). Haya más dependencia de la eficiencia del Espíritu Santo, y mucha menos dependencia de los agentes humanos. Lamento decir que por lo menos algunos no han dado evidencia de que han aprendido la lección de la mansedumbre y la humildad en la escuela de Cristo. No permanecen en Cristo, no tienen relación vital con él. No son dirigidos por la sabiduría de Cristo, por la impartición de su Santo Espíritu. Por lo tanto, os pregunto: ¿Cómo podemos considerar que estos hombres son infalibles en su juicio? Pueden estar en puestos de responsabilidad, pero están viviendo lejos de Cristo. No tienen la mente de Cristo, y no aprenden diariamente de él. 2

En la siguiente declaración, se afirma, que aquel que no posee un espíritu misionero, necesita buscar fervientemente un nuevo bautismo del Espíritu. White, expone:

Cada verdadero cristiano ha de poseer un espíritu misionero, "y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él." Cada uno de los que han probado las potestades del mundo venidero, sea joven o anciano, sabio o ignorante, quedará conmovido por el espíritu que animaba a Cristo. El primer impulso del corazón renovado consiste en traer a otros también al Salvador. Aquellos que no poseen ese deseo, dan muestras de que han perdido su primer amor: deben examinar detenidamente su propio corazón a la luz de la palabra de Dios, y buscar fervientemente un nuevo bautismo del Espíritu; deben orar por una comprensión más profunda de aquel admirable amor que Jesús manifestó por nosotros al dejar el reino de, gloria, y al venir a un mundo caído para salvar a los que perecían. 3

1

White, Mente, Carácter y Personalidad, Vol. 2, 757, ellenwhitebooks.com

2

White, Testimonios para los Ministros, 217, ellenwhitebooks.com

3

White, Testimonios para la Iglesia, Vol. 4, 97, ellenwhitebooks.com

209

Acerca de Romanos 8:11

En cuanto al [v.10], no se encontraron comentarios directos de White, pero se pueden aplicar comentarios a pasajes de Pablo, que exponen la misma idea, en el subcapítulo, acerca de la obra del Espíritu [ver págs. 224-227]. En relación al [v.11]. White, expresa:

"Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Ro 8:11). ¡Oh, cuán preciosas son estas palabras para cada alma acongojada! Cristo es nuestro Guía y Consolador, y nos conforta en todas nuestras tribulaciones. Cuando él nos presenta un vaso amargo para que lo bebamos, también acerca la copa de bendición a nuestros labios. Llena el corazón de sumisión, de gozo y paz proporcionados por nuestras creencias, y nos capacita para decir humildemente: No se haga mi voluntad, sino la tuya, oh Señor. "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (Job 1:21). Con esta sumisión resucita la esperanza, y la mano de la fe se aferra de la mano del poder infinito. "El que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros" (Ro 8:11). 1

En la declaración anterior la mensajera del Señor expone, la confianza que debemos de tener en el poder del Espíritu, que obra la resurrección y que obra en nuestras vidas. En la siguiente, se enmarca la declaración con el énfasis de la resurrección. White, describe:

"Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros." "Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor." Tales son las palabras de consuelo con que él nos invita a que nos consolemos unos a otros. 2

1

White, Mensajes Selectos, Vol. 2, 309, ellenwhitebooks.com.

2

White, El Deseado de Todas las Gentes, 320, ellenwhitebooks.com.

210

La Morada Interior del Espíritu Se describe la morada como una acción trinitaria y reciproca a la unidad que se presenta en los miembros de la Deidad. White, argumenta: ―La unión entre Cristo y su pueblo debe ser viva, verdadera e inagotable, asemejándose a la unión que existe entre el Padre y su Hijo. Esta unión es el fruto de la morada del Espíritu Santo. Todos los verdaderos hijos de Dios revelarán al mundo su unión con Cristo y sus hermanos. Aquellos en cuyos corazones mora Cristo, llevarán el fruto del amor fraternal‖.1

En la siguiente

reflexión, se contraponen los beneficios y las consecuencias, al señalar la morada interior del Espíritu, y la desobediencia a los justos requerimientos de Dios. White, declara: ―El corazón del hombre puede constituir la morada del Espíritu Santo. La paz de Cristo que sobrepasa toda comprensión puede anidar en vuestra alma y el poder transformador de su gracia puede obrar en vuestra vida, prepararos para las cortes de gloria. Pero si empleáis el cerebro, los nervios y los músculos en el servicio del yo, no estáis haciendo de Dios y el cielo la primera consideración de vuestra vida‖. 2 En el mismo sentido, la autora; expresa: ―Una mera profesión de piedad no tiene valor alguno. El que habita en Cristo, ese es cristiano. A menos que la mente de Dios llegue a ser la mente del hombre, todo esfuerzo para purificarse será inútil; porque es imposible la elevación del hombre sino por el conocimiento de Dios. 3 Con la misma connotación. White, reafirma: En la vida de los que participan de la naturaleza divina se manifiesta una crucifixión del altivo espíritu de suficiencia que conduce a la exaltación propia. En su lugar mora el Espíritu de Cristo y aparecen los frutos del Espíritu en la vida. Al 1

White, Hijos e Hijas de Dios, el fruto del amor, Biblioteca Cristiana Adventista 2011.

2

White, A fin de Conocerle, Las trampas de Satanás, 4 agosto, (BCA2011).

3

White, La Fe por la cual vivo, 132, ellenwhitebooks.com

211

tener la actitud de Cristo, sus seguidores revelan las virtudes de su carácter. Nada menos que esto requerirá Dios para aceptar a los seres humanos. Nada menos que esto les dará la pureza y el carácter santo que deben tener los que sean admitidos en el cielo. Tan pronto como alguien se vista de Cristo, una evidencia del cambio producido en él se manifestará en el espíritu, las palabras y los hechos. Una atmósfera celestial envolverá el alma, porque Cristo morará en ella. 1

Motivando al creyente, hacia la obediencia en Cristo, a través del sometimiento a Dios y a su Santo Espíritu en el interior del hombre. White, describe: ―Más aún, Cristo cambia el corazón. Habita en vuestro corazón por la fe. Debéis mantener esta comunión con Cristo por la fe y la sumisión continua de vuestra voluntad a él; mientras hagáis esto, él obrará en vosotros para que queráis y hagáis conforme a su voluntad. (Gl 2: 20) cf. (Mt 10: 20). De modo que si Cristo obra en vosotros, manifestaréis el mismo espíritu y haréis las mismas obras: obras de justicia y obediencia‖. 2

Otra declaración que demanda el cuidado del cuerpo como morada del Espíritu o templos de Dios. White, expresa: ―1 Cor. 6:19-20. Esa perfección de carácter que el Señor requiere es la preparación de todo el ser como un templo para la morada del Espíritu Santo. Dios no aceptará nada menos que el servicio de todo el organismo humano […]; El sagrado templo de nuestro cuerpo debe mantenerse puro y sin contaminación, para que el Espíritu Santo de Dios more”. 3 Al señalar la mente como el asiento de la morada interior; White, declara: Somos hechura de Dios y su Palabra declara que somos "asombrosa y maravillosamente" formados. Ha preparado esta habitación viviente para la mente; la ha "entretejido maestramente" (Salmos 139: 14, 15) como un templo que 1

White, Cada día con Dios, Arrepentimiento y Reforma, 19 de abril, (BCA2011).

2

White, Camino a Cristo, 62, ellenwhitebooks.com

3

White, Dios nos cuida, el Templo sagrado del Cuerpo, 22 de Abril, (BCA2011).

212

el Señor mismo ha preparado para la morada de su Espíritu Santo. La mente rige a todo el hombre. Todos nuestros hechos, buenos o malos, tienen su origen en la mente. Es ella la que adora a Dios y nos une con los seres celestiales. Sin embargo, muchos pasan toda su vida sin adquirir inteligencia en cuanto al estuche [el cuerpo humano] que contiene este tesoro. 1

Sobre las implicaciones de la morada interior en el creyente; White, declara: Al creer plenamente que somos suyos por adopción, podremos tener un goce anticipado del cielo […]; Estamos cerca de él y podemos mantener una dulce comunión con él. Logramos vislumbres definidas de su ternura y compasión, y nuestros corazones se quebrantan y se ablandan al contemplar el amor que nos ha sido dado. Sentimos ciertamente que Cristo mora en el alma. Habitamos en él, y nos sentimos en casa con Jesús. Sentimos y comprendemos el amor de Dios, y reposamos en su amor. No hay lengua que pueda describirlo; está más allá del conocimiento. Somos uno con Cristo, nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 2

En el mismo sentido, sobre las implicaciones de la morada interior en el creyente; White, declara: ―Cristo prometió que el Espíritu Santo habitaría en aquéllos, para dar victoria sobre el pecado, para demostrar el poder de la fuerza divina dotando al agente humano de fuerza sobrenatural e instruyendo al ignorante en los misterios del reino de Dios‖.3 Otras declaraciones con el mismo propósito de señalar los beneficios de esta unión vital con el Señor. White, describe: ―Este es el resultado seguro de la unión con Jesús. Cuando Cristo habita en el corazón, la naturaleza entera se transforma. El Espíritu de Cristo y su amor, ablandan el corazón, someten el alma, elevan los pensamientos y deseos a Dios‖.

4

Además; White, comenta: Podremos ser fuertes en el Señor y en la

potencia de su fortaleza. Al recibir a Cristo, quedamos revestidos de su potencia. Cuando 1

White, Conducción del niño, 338, (BCA2011).

2

White, Maravillosa Gracia, 54, ellenwhitebooks.com

3

Ibíd, 212.

4

White, Camino a Cristo, 73, ellenwhitebooks.com.

213

el Salvador habita en nosotros, su fuerza viene a ser nuestra; su verdad es nuestro capital, y ninguna injusticia se advierte en nuestra vida. Llegaremos a poder decir palabras oportunas a quienes no conocen la verdad. La presencia de Cristo en el corazón es una potencia vivificadora, que fortalece todo el ser‖. 1 Por último, se refuerza el pensamiento de la renovación de la morada con la venida del Espíritu. White, presenta: Hay muchos que no se dan cuenta de su situación; están ciegos espiritualmente. "Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. [2 Co 13: 5]. ¿Está Cristo habitando por la fe en sus corazones? ¿Su Espíritu está en ustedes? Si así fuera, tendríamos ansias de salvar a los perdidos por los cuales Cristo murió; nuestro orgullo se ahogaría en la insignificancia, y únicamente él sería exaltado. Hermanos y hermanas, hay una gran necesidad de que nos humillemos en la presencia de Dios para que el Espíritu pueda venir sobre nosotros. 2

Se confirma en el Espíritu de Profecía, que el Santuario, prefiguraba la obra de la morada interior por el Espíritu. White, explica: ―Al dar instrucciones acerca de la construcción del santuario terrenal, el gran Maestro dejó establecidos principios destinados a ser una ayuda espiritual par Israel durante toda su experiencia futura. La sabiduría y la perfección empleadas en la realización de aquella obra eran típicas de la obra que habría de ser hecha en sus vidas al preparar sus corazones para la morada interior del Espíritu de Dios”. 3

1

White, Consejos sobre la Salud, 250, ellenwhitebooks.com.

2

Ibíd, 172.

3

White, Exaltad a Jesús, 167, ellenwhitebooks.com.

214

El Bautismo del Espíritu Santo

En relación a Cristo durante su vida terrenal, como nuestro ejemplo y modelo de una relación continua con el Espíritu, a través de su recepción diaria. White, declara: ―De las horas pasadas en comunión con Dios volvía mañana tras mañana para traer luz del cielo a los hombres. Diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo.

1

Mientras

Venden, comenta: [Si Jesús, siendo el Hijo de Dios, necesitaba el bautismo del Espíritu Santo, en el marco de su relación con su Padre, -siendo portador pleno y permanente del Espíritu, en los días de su carne-, Heb 5:7-9, ¿Cuánto más nosotros?]. 2

Al hacer énfasis en la recepción diaria del Espíritu de Dios en nosotros. White, menciona: ―¡Ah, si el bautismo del Espíritu Santo descendiera sobre vosotros, para que fuerais impregnados del Espíritu de Dios! Entonces, día tras día os iríais asemejando cada vez más a la imagen de Cristo, y cada acción de vuestra vida encerraría la pregunta: "¿Glorificará esto al Maestro?" Haciendo el bien paciente y constantemente, buscaréis la gloria y el honor, y recibiréis la inmortalidad‖.

3

Otra cita importante que refiere a la

recepción diaria; White, señala Mañana tras mañana, cuando los heraldos del Evangelio se arrodillan delante del Señor y renuevan sus votos de consagración, él les concede la presencia de su Espíritu con su poder vivificante y santificador, y al salir para dedicarse a los deberes diarios, tienen la seguridad de que el agente invisible del Espíritu Santo los capacita para ser colaboradores juntamente con Dios. 4 En el mismo sentido, de recibir un 1

White, Palabras de vida del gran maestro, 105. (BCA2011).

2

Venden, Su Amigo el Espíritu Santo, 73.

3

White, Dios nos cuida, 4 de febrero, (BCA2011).

4

White, Hechos de los Apóstoles, 46, (BCA2011).

215

bautismo diario del Espíritu Santo; la mensajera del Señor, comenta: Enseñad a vuestros hijos que es privilegio suyo recibir cada día el bautismo del Espíritu Santo. Los que estén bajo la influencia del Espíritu de Dios no serán fanáticos, sino serenos y firmes libres de extravagancias en pensamientos, palabras o acciones. En medio de la confusión de doctrinas engañosas, el Espíritu de Dios será un guía y escudo para aquellos que no hayan resistido la verdad, y hayan acallado toda otra voz que la de Aquel que es la verdad.1

Es vital que comprendamos cuán imprescindible es morir al yo. La crucifixión de éste colocará a las almas en una posición ventajosa. Insto a todos los que profesan ser cristianos a que mueran al yo de modo que puedan atizar una nueva vida por el poder del Espíritu Santo. Diariamente necesitamos el poder de Dios que convierte, o no podremos seguir en las huellas de Cristo. En tanto la mente se ilumine en lo que respecta a la pureza y santificación y el corazón responda a los esfuerzos del Espíritu, el resultado será una conversión diaria. 2

Mientras las personas se conformen con una teoría de la verdad, y mientras carezcan de la influencia diaria del Espíritu de Dios sobre el corazón, la cual se manifiesta en una transformación evidente del carácter, se estarán privando de los requisitos que los capacitarían para una mayor eficacia en la obra del Maestro. Los que carecen del Espíritu Santo no pueden ser atalayas fieles sobre las murallas de Sion, porque están ciegos y no ven la obra que debe hacerse, y no hacen sonar la trompeta con nitidez. 3

Se hace también la exhortación a una recepción del Espíritu continúa; White, expone: ―Debemos recibir constantemente el don de su gracia, el bautismo del Espíritu Santo, o no podremos resistir la tentación ni afirmar las cosas que aún permanecen, que están para morir. 4 Con la misma idea central, White, confirma: ‗Señor, y ¿qué de éste?‘ (Jn 21: 21). No debemos apartar nuestros ojos de Jesús. Debemos recibir constantemente el don de su gracia, el bautismo del Espíritu Santo, o no podremos resistir la tentación ni 1

White, Obreros Evangélicos, 306, (BCA2011).

2

White, Exaltad a Jesús, 267, ellenwhitebooks.com.

3

White, Mensajes Selectos, T2, Capítulo 6, (BCA2011).

4

White, Maranatha, (BCA2011).

216

afirmar las cosas que aún permanecen, que están para morir. 1 ‗Cualquier momento‘ es ideal para su recepción, la misma autora, afirma: ―A nosotros hoy, tan ciertamente como a los primeros discípulos, nos pertenece la promesa del Espíritu. Dios dotará hoy a hombres y mujeres del poder de lo alto, como dotó a los que, en el día de Pentecostés, oyeron la palabra de salvación. En este mismo momento su Espíritu y su gracia son para todos los que los necesitan y quieran aceptar su palabra al pie de la letra”.

2

Y en toda

circunstancia o lugar, podemos recibir el bautismo del Espíritu. White, declara: En toda ocasión y lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos y nos sentimos impotentes y solos, se envía el Consolador en respuesta a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo terrenal, pero ninguna circunstancia ni distancia pueden separarnos del Consolador celestial. Dondequiera que estemos, dondequiera que vayamos, está siempre a nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos.3

En relación a nuestra necesidad del bautismo del Espíritu; White, expone: Precisamente antes que Jesús dejara a sus discípulos, los animó con la promesa del Espíritu Santo. Esta promesa nos pertenece tanto a nosotros como a ellos, y, sin embargo, ¡cuán raramente se presenta ante el pueblo, o se habla de su ‘recepción en la iglesia! Como consecuencia de este silencio con respecto a este importantísimo asunto, ¿acerca de qué promesa sabemos menos por su cumplimiento práctico que acerca de esta rica promesa del don del Espíritu Santo, por el cual ha de concederse eficiencia a toda nuestra labor espiritual? La promesa del Espíritu Santo es mencionada por casualidad en nuestros discursos, es tocada en forma incidental, y eso es todo […]; Lo que es esencial para la iglesia a fin de que crezca en fortaleza y eficiencia espiritual, para que la predicación pueda llevar consigo convicción, y las almas sean convertidas a Dios, ha sido por mucho tiempo dejado fuera del esfuerzo ministerial. Este tema ha sido puesto a un lado, como si algún tiempo futuro haya de ser dedicado a su consideración […]; Pero la impresión concerniente al Espíritu Santo ha sido que este don no es para la iglesia ahora, sino que en algún tiempo futuro sería necesario que la iglesia lo recibiera. 4 1

White, Exaltad a Jesús, 266, (BCA2011).

2

White, Joyas de los Testimonios, T3, 210, (BCA2011).

3

White, El Deseado de Todas las Gentes, 106, (BCA2011).

4

White, Testimonios para los Ministros, 172.

217

¡Oh, cuánto necesitarnos de la presencia divina! En nuestras oraciones debemos implorar a Dios por el bautismo del Espíritu Santo. Las congregaciones deberían juntarse especialmente con el propósito de pedirle a Dios que les ayude y conceda sabiduría celestial, a fin de que el pueblo de Dios pueda saber cómo planificar y ejecutar la obra. La feligresía debería orar especialmente para que el Señor escoja a sus agentes y bautice con el Espíritu Santo a sus misioneros. 1

En el mismo sentido; la autora, presenta: ―Necesitamos gente que comprenda la pobreza de su alma y que busque fervientemente ser dotada del Espíritu Santo […]; Debemos ser investidos con el poder de lo alto por el bautismo del Espíritu Santo. Es la única manera en que podemos recibir ayuda‖. 2 Además, afirma: ―Necesitamos orar como nunca hemos orado por el bautismo del Espíritu Santo, porque, si hubo alguna vez un tiempo cuando necesitamos ese bautismo, es ahora. No hay nada que el Señor nos haya dicho más frecuentemente que nos concedería, ni nada por lo que su nombre sería más glorificado al dárnoslo, que el Espíritu Santo‖.3 Otra declaración de la mensajera del Señor exponiendo nuestra necesidad del bautismo del Espíritu Santo: ―Puesto que éste es el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué no hablamos de él, oramos por él y predicamos respecto a él?... Cada obrero debiera elevar su petición a Dios por el bautismo diario del Espíritu”.

4

Otra

declaración de White: ¡Oh, cómo necesitamos la presencia divina! Todo obrero debiera estar exhalando su oración a Dios por el bautismo del Espíritu Santo. Grupos debieran reunirse para pedir a Dios ayuda especial, sabiduría celestial, a fin de que el pueblo de Dios 1

White, Recibiréis Poder, 47, ellenwhitebooks.com.

2

White, Review and Herald, 5 de abril del 1892.

3

White, ―Carta 105‖, 28 de noviembre de 1898, dirigida al pastor S. N. Haskell.

4

White, Hechos de los Apóstoles, 41, (BCA2011).

218

sepa cómo planear, proyectar y ejecutar la obra.

1

Mientras se reitera el mensaje de

nuestra necesidad y dependencia a la impartición del Espíritu; White, afirma: Insto a los miembros de iglesia de todas las ciudades a que se aterren del Señor con esfuerzo determinado para obtener el bautismo del Espíritu Santo. Debéis tener la seguridad de que Satanás no está dormido. El colocará todo obstáculo posible en el camino de los que avancen en esta obra. Con demasiada frecuencia se considera que estos obstáculos son insuperables. Que todos experimenten una conversión genuina, y que luego se ocupen de la obra con inteligencia y fe. 2

Oh, cuando lleguemos a los portales de perlas y podamos entrar en la ciudad de Dios, ¿Osará alguno lamentarse de haber consagrado sin reservas su vida a Cristo? Amémoslo ahora, sin mantener afectos divididos, y cooperemos con las inteligencias celestiales a fin de llegar a ser colaboradores con Dios; para que, participando de la naturaleza divina, podamos dar a conocer a Jesús a otros. ¡Oh, el bautismo del Espíritu Santo! ¡Oh, que los luminosos rayos del Sol de Justicia puedan brillar en las cámaras de nuestra mente y corazón, para que cada ídolo sea destronado y arrojado del santuario de nuestro ser! ¡Oh, que nuestra lengua pueda soltarse para testificar acerca de su bondad y poder! 3

En relación al llamado al reavivamiento y la reforma; White, expone: El bautismo del Espíritu Santo, tal como en el día de Pentecostés, conducirá a un reavivamiento de la religión verdadera y a la realización de muchas obras maravillosas. Seres celestiales vendrán entre nosotros, y los hombres hablarán según sean impulsados por el Espíritu Santo de Dios. Pero si el Señor obrase sobre los hombres como lo hizo en el día de Pentecostés y después, muchos, que ahora pretenden creer en la verdad, conocerían tan poco de la forma como obra el Espíritu Santo, que exclamarían: "¡Cuidado con el fanatismo!" De los que estén henchidos por el Espíritu Santo dirían: "Estos hombres están llenos de mosto". 4

1

White, Testimonios para los Ministros, 168, ellenwhitebooks.com.

2

White, Consejos sobre Salud, (BCA2011).

3

White, Recibiréis Poder, 3 de junio, (BCA2011).

4

White, Recibiréis Poder, 9 de noviembre, (BCA2011).

219

Llenos del Espíritu Santo En relación a Cristo, como nuestro modelo, y la promesa de que cada creyente puede también ser lleno de la plenitud de Dios, así como en Cristo se manifesto. White, declara: A Jesús, quien se entregó por entero para la salvación de la humanidad, se le dio sin medida el Espíritu Santo. Así será dado también a cada seguidor de Cristo siempre que se entregue su corazón como morada. Nuestro Señor mismo nos ordenó: ‗Sed llenos del Espíritu‘, y este mandamiento es también una promesa de su cumplimiento. Era la voluntad del Padre que en Cristo habitase toda la plenitud; y vosotros estáis completos en él. 1

Así también sucede con los que siguen a Cristo. Podemos recibir la luz del cielo únicamente en la medida en que estamos dispuestos a ser despojados del yo. No podemos discernir el carácter de Dios, ni aceptar a Cristo por la fe, a menos que consintamos en sujetar todo pensamiento a la obediencia de Cristo. El Espíritu Santo se da sin medida a todos los que hacen esto. En Cristo reside toda la plenitud de la Deidad corporalmente; y vosotros estáis completos en él." 2

Al señalar a Cristo en su ministerio sumosacerdotal en el cielo, se declara que Él, es quien otorga el Espíritu y su plenitud. White, explica: Mientras Jesús ministra en el verdadero santuario de arriba, por medio de su Espíritu Santo obra a través de los mensajeros terrenales. Estos instrumentos llevarán a cabo más que la página impresa, si es que trabajan con el Espíritu y el poder de Cristo. Cristo trabajará por medio de sus ministros elegidos, los llenará con el Espíritu Santo y en esta forma cumplirá en ellos esta promesa: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mt 28: 20). 3

Es común el presupuesto de que, desde el bautismo el creyente posee al Espíritu Santo, pero no se afirma que se necesita una renovación constante, hasta alcanzar la plenitud, de lo contrario no se obtendrá la vida eterna. White, declara: ―Podemos haber 1

White, El discurso Maestro de Jesucristo, 22, ellenwhitebooks.com.

2

White, El Deseado de Todas las Gentes, (BCA2011).

3

White, Consejos sobre Salud, (BCA2011).

220

recibido cierta medida del Espíritu de Dios, pero mediante la oración y la fe debemos tratar de obtener una porción más abundante. No debemos cesar nunca en nuestros esfuerzos. Si no progresamos, si no asumimos la actitud necesaria para recibir tanto la lluvia temprana como la tardía, perderemos nuestras almas, y la responsabilidad será solamente nuestra”. 1 Esto también posee una connotación escatológica, sólo a través de una renovación constante, recibiendo el Espíritu, hasta alcanzar la plenitud se consumará la obra de Cristo. White, enuncia: ―Cuando los miembros del pueblo de Dios alcancen esta marca, serán sellados en sus frentes. Llenos del Espíritu, serán completos en Cristo, y el ángel anotador declarará: "Consumado es". 2 Además, la plenitud en la morada interior, implica un vacío del yo, del pecado, para ser llenos de las múltiples gracias de Cristo. White, expone: La religión de Cristo significa más que el perdón del pecado; significa la extirpación de nuestros pecados, y el henchimiento del vacío con las gracias del Espíritu Santo. Significa iluminación divina, regocijo en Dios. Significa un corazón despojado del yo y bendecido con la presencia permanente de Cristo. Cuando Cristo reina en el alma, hay pureza, libertad del pecado. Se cumple en la vida la gloria, la plenitud, la totalidad del plan evangélico. 3

Se afirma también porque muchos no alcanzan la victoria sobre el pecado, debido que no poseen la plenitud de Cristo en sus corazones. White, declara: ―¿Por qué es que muchos que profesan tener fe en Cristo no tienen fuerza para resistir a las tentaciones del enemigo? Es porque no son fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior […]; Para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Ef 3:17-19). Si tuviéramos esta experiencia, conoceríamos algo de la cruz del Calvario. Sabríamos qué 1

White, Testimonios para los Ministros, 508, ellenwhitebooks.com.

2

White, Maravillosa Gracia, 216, ellenwhitebooks.com.

3

White, Palabras de vida del gran Maestro, 345, ellenwhitebooks.com.

221

significa ser participantes con Cristo en sus sufrimientos. 1 Y se afirma la veracidad de la obra del Espíritu que está descrita claramente en las Escrituras, enfatizando el hecho de alcanzar la plenitud. La sierva del Señor, confirma: Hoy son demasiados los que ignoran tanto como los creyentes de Éfeso la obra del Espíritu Santo en el corazón. Sin embargo, ninguna verdad se enseña más claramente en la Palabra de Dios. Los profetas y apóstoles se han explayado en este tema. Cristo mismo nos llama la atención al crecimiento del mundo vegetal como una ilustración de la operación de su Espíritu en el sostenimiento de la vida espiritual. La savia de la vid, ascendiendo desde la raíz, se difunde por las ramas, y provee al crecimiento y a la producción de flores y fruto. Así el poder vivificador del Espíritu Santo, que procede del Salvador, llena el alma, renueva los motivos y afectos, y pone hasta los pensamientos en obediencia a la voluntad de Dios, capacitando al que lo recibe para llevar los preciosos frutos de acciones santas. 2

Pero porque razón, no se evidencia la plenitud del Espíritu de Dios en el creyente y en la iglesia, de manera más concreta. White, sustenta:

No es porque Dios imponga alguna restricción por lo que las riquezas de su gracia no fluyen hacia los hombres. Su don es divino. Él las ha dado con una liberalidad que no pueden apreciar, porque no tienen deseos de recibirlas. Si estamos dispuestos a aceptarlo, todos seremos llenos del Espíritu Santo. Al contentarnos sólo con pequeñas bendiciones, nos descalificamos a nosotros mismos para recibir el Espíritu en su ilimitada plenitud. No somos tan fácilmente satisfechos con un encrespamiento de la superficie de las aguas, cuando es nuestro privilegio esperar la profunda agitación del Espíritu de Dios. Al esperar poco, recibimos poco. 3 No comprendemos como debiéramos el gran conflicto que se riñe entre agentes invisibles, la controversia entre los ángeles leales y los desleales. Los ángeles buenos y malos contienden por cada hombre. No se trata de un simulacro de conflicto. No son batallas figuradas aquellas en las que estamos empeñados. Tenemos que hacer frente a los adversarios más poderosos, y a nosotros nos incumbe determinar quiénes ganarán. Hemos de encontrar nuestra fuerza donde los primeros discípulos hallaron la suya [fueron llenos del Espíritu Hech 2:1-4]. 4 1

White, Dios nos cuida, 128, ellenwhitebooks.com

2

White, Los Hechos de los Apóstoles, 284, ellenwhitebooks.com.

3

White, Los Hechos de los Apóstoles, 305.

4

White, Obreros Evángelicos, 205, ellenwhitebooks.com.

222

En relación al llamado al reavivamiento y la reforma; White, expone: ―El Señor nos invita a realizar una reforma en nuestras vidas. Cuando la iglesia despierte, se harán cambios decididos. Los hombres se convertirán y estarán de tal manera llenos del Espíritu de Dios que irán de país en país, de ciudad en ciudad, proclamando el mensaje de verdad‖. 1

La Obra de Cristo mediante el Espíritu aplicada al Creyente Se verifica, que a través de la morada interior del Espíritu, el creyente participa, si así se dispone, de la impartición de la justicia –imputada– de Cristo diariamente y del poder que se le imparte, a través de la justicia impartida, diariamente, para alcanzar la santificación.

White, confirma: ―El Espíritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas.

Cristo es nuestro sacrificio y garantía. Se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. Mediante la fe en su nombre, él nos imputa la justicia y ésta se convierte en un principio viviente en nuestra vida... Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta delante del Padre en su propia pureza‖. 2 misma premisa en la línea de pensamiento; White, reitera: Contemplar a Cristo significa estudiar su vida tal como se presenta en su Palabra. Debemos fijar los ojos en Cristo. Cuando lo recibimos como nuestro Salvador personal, nos da valor para acercarnos al trono de la gracia. Mediante la contemplación nos transformamos, y nos asemejamos moralmente al perfecto en carácter. Al recibir su justicia imputada mediante el poder transformador del Espíritu Santo, llegamos a ser semejantes a él. Albergamos la imagen de Cristo y ella se apodera de todo nuestro ser. 3 1

White, Obreros Evángelicos, 238, ellenwhitebooks.com.

2

White, Dios nos Cuida, 156, ellenwhitebooks.com.

3

White, Maravillosa Gracia, 96, ellenwhitebooks.com.

223

Con la

Debemos hacer la parte que nos corresponde: aceptar a Cristo como nuestro Salvador personal. Dios apartó a sus hijos para sí mismo, y, en la medida que se relacionen con él, recibirán poder para prevalecer. Por nosotros mismos nada podemos hacer. Pero, por intermedio de su Santo Espíritu, se importen al creyente la vida y la luz para que pueda llenarse de un deseo vehemente y sincero de Dios y de su santidad. Gracias a que el Dios del cielo nos ama, vistiéndonos de su justicia, Cristo nos conduce al trono de la misericordia. Seríamos ciegos y tercos al dudar de que su corazón esta de nuestra parte. Mientras el Intercesor, Jesús, aboga en el cielo en nuestro favor, el Espíritu Santo actúa en nosotros así el querer como el hacer por medio de su buena voluntad.1

Se afirma que es el Consolador el que puede obrar en nosotros tanto el querer como el hacer por medio de la buena voluntad de Dios, además, que es el único medio para alcanzar la justicia de Cristo o ser perfectos en él. White, expone: ―El Espíritu busca habitar en cada creyente, y si es bienvenido como huésped de honor, los que lo reciben llegarán a ser perfectos en Cristo, la buena obra comenzada será concluida, y los pensamientos santos, los sentimientos celestiales y las acciones semejantes a las de Cristo ocuparán el lugar de los pensamientos impuros, los sentimientos perversos y los actos de rebeldía‖.2 Sólo a través de la obra del Pneuma, se completará y se consumará el crecimiento espiritual en el creyente. White, concluye: Así como el rocío y la lluvia caen al principio para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento espiritual. La maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo.3

1

White, Recibiréis Poder, 96, ellenwhitebooks.com.

2

White, Recibiréis Poder, 35, ellenwhitebooks.com.

3

White, Los Eventos Finales de los Últimos Días, La lluvía tardía, C13, ellenwhitebooks.com.

224

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