Francia, bajo atentados terroristas

Domingo 15 Noviembre de 2015 diario de chiapas

opinión

Reflexiones Fernando Álvarez Simán*

Francia, bajo atentados terroristas ”Hay causas por las cuales vale la pena morir, pero ninguna por la cual valga la pena matar” Albert Camus

A

l menos 153 personas se presume fallecieron en tres ataques terroristas perfectamente coordinados en la ciudad de París; Francia. A este saldo trágico se le suman más de 352 personas heridas, 99 de ellas de gravedad según los primeros reportes policiacos. También se reporta que ocho de los responsables de la mayor tragedia terrorista en la historia francesa han sido muertos, se cree que siete de ellos fueron protagonistas de ataques denominados suicidas. Los tiroteos y explosiones se registraron en seis lugares distintos, algunos de ellos como eran restaurantes, la emblemática sala de conciertos Le Bataclan y el “Estadio de Francia”, enclavado en el norte de París mientras se jugaba un partido de futbol entre las selecciones francesa y alemana y se contaba con la presencia del Presidente François Hollande, quien inmediatamente fue retirado del estado por su cuerpo de seguridad. Según las primeras informaciones, los tiroteos y las explosiones que dejaron la estela de víctimas mortales, fueron en su mayoría registrados en la sala de conciertos Le Bataclan; donde mientras hacía su presentación un grupo americano de rock los terroristas ejecutaban a las personas una a una al tiempo que se desataba la histeria colectiva. Inmediatamente las calles de París se llenaron de policías y cuerpos militares de élite, mientras que el resto de Francia y el mundo se enteraba con estupor por todos los medios posibles. El propio presidente Hollande ordenó cerrar las fronteras a los que intentaron entrar o salir del país; mientras que para París decretaba el “couvre-feu” o “toque de queda” y los líderes mundiales expresaban su consternación y solidaridad con las víctimas y el pueblo francés. Esa misma noche el gobierno galo convocó a una reunión de emergencia del gabinete y del Consejo de la Defensa para el siguiente día, con la intención de formular una respuesta precisa y contundente al ataque. Aunque también trascendió que algunos cómplices de los hechos seguían en libertad. En dicha reunión lo primero que Hollande dijo era lo que en los medios internaciones y la misma Francia se manejaba; que el Estado Islámico era el grupo terrorista responsable directo de lo que los medios galos señalaron como la barbarie, la carnicería y el horror. Hollande precisó que “el Estado francés no tiene la menor duda de que la matanza de la noche del viernes en París es obra de yihadistas del Estado Islámico”. Abundó que fue un acto de guerra y contra los valores que Francia defiende y prometió que Francia responderá con toda contundencia, sin piedad, con todos los medios a su alcance. Ayer sábado, el Estado Islámico confirmó la autoría de los atentados con el texto que se distribuyó en páginas de internet afines al grupo: “Hacemos saber a Francia y a sus aliados que seguirán en el primer lugar de los objetivos del Estado Islámico y que nunca serán inmunes a la muerte”. Ante ello y el horror de los ataques, los líderes

mundiales se pronunciaron en apoyo al pueblo francés; Barack Obama el presidente americano digo que los atentados ocurridos en París no son solo contra “el pueblo de Francia”, sino que “son un ataque contra la humanidad”. Angela Merkel, la presidenta alemana dijo estar conmocionada por los ataques y prometió una respuesta conjunta al terrorismo, Rusia calificó como inhumanos los hechos y externó su disposición a colaborar con Francia en las investigaciones. El presidente Peña Nieto envió sus condolencias y externó su solidaridad, como lo hicieron prácticamente todos los mandatarios del mundo.

¿Por qué Francia? Con una población total de casi 67 millones de habitantes, Francia es una nación que protege la laicidad de sus instituciones públicas. El 64 por ciento de su población se declara católica, el 28 por ciento sin religión y el resto se reparte entre distintas creencias. Sin embargo, se estima que entre el ocho y el diez por ciento de su población tiene origen étnico en algún país de creencia musulmana. Eso significa que entre cinco y seis millones de franceses tienen ascendencia musulmana. El problema es que la misma ley prohíbe que en los censos se le pregunte a la población por sus creencias. Se deja esta tarea a sondeos, encuestas y al criterio gubernamental de clasificar las creencias espirituales por procedencia geográfica. Los sondeos y encuestas estiman que los practicantes de esta religión son dos millones de franceses, entre ellos casi la mitad es por conversión. Pero desde la década de los años 60´s del siglo pasado, la población de origen musulmán en Francia crece. Actualmente en Europa hay 43 millones de personas que se declara musulmana, la más grande se encuentra en Rusia con 14 millones, le siguen Francia y Alemania con 4 millones. Aunque el origen del término es confuso, en el país galo a los inmigrantes de sus excolonias se les conoce como “Pied-Noir” o pies negros y provienen del norte de África; de países como Argelia, Marruecos y Túnez; posiciones francesas desde el siglo XIX. Hoy esos inmigrantes de segunda y tercera generación se sienten excluidos de los beneficios de uno de los mejores “estados de bienestar” del mundo. En Francia por ejemplo es férrea política pública pagar salarios a los artistas y creadores aunque tengan tiempo sin producir obras; los funcionarios federales, estatales y municipales cumplen 35 horas semanales de trabajo y no las 48 como en casi todo el mundo y de hecho, es el país europeo que más presupuesto dedica para disminuir los desequilibrios sociales y fomentar la vida familiar. Pero en el gobierno de François Hollande los recortes presupuestales rondaron los 50 mil millones de euros tan solo en el 2014, dichos recortes impactaron al sistema de salud pública, al de seguridad social, al presupuesto de las provincias y a los subsidios laborales etiquetados a la iniciativa privada. Las consecuencias se reflejaron en menos oportunidades laborales y una caída en los salarios reales de la población trabajadora que tuvieron sus peores secuelas entre la población más vulnerable. De hecho los suburbios de las ciudades francesas están llenos de

jóvenes inmigrantes cuya vida gira en torno a la identidad local, y muchas veces; de acuerdo a los especialistas, el islam es el componente básico de su identidad, porque fortalece los lazos solidarios locales, pero provoca también la aparición de una línea divisoria entre los franceses con niveles de vida más alto y los que conforman los grupos más vulnerables.

Los disturbios del 2005 y el atentado a Charlie Hebdo Si bien la media nacional de desempleo es del diez por ciento de la población económicamente activa, en los “banlieue” o suburbios, la cifra llega hasta el veinte por ciento; muchos de estos suburbios son habitados por migrantes incluso de primera generación y sus hijos con nacionalidad francesa. En ellos los jóvenes; más que sentirse excluidos por su religión, afirman que tienen esa sensación cuando acuden a divertirse, a solicitar empleo y por el color de su piel. Por ello los especialistas franceses sostienen que ante el rechazo social, la religión es lo que les proporciona la identidad. Ante ello el gobierno galo ha respondido con grandes campañas publicitarias que advierten a los jóvenes el peligro de la radicalización política y religiosa. Sin embargo la evidencia indica que estas han sido en vano por las dificultades para conseguir empleo y encontrar uno con salario digno. En consecuencia, apenas en abril de este año el Senado divulgó la cifra que de los tres mil yihadistas europeos del Estado Islámico identificados, casi la mitad son ciudadanos franceses que viajaron a Siria e Irak para combatir, una cifra que representa el doble de los ciudadanos británicos y alemanes fichados como combatientes del Estado Islámico. Adicionalmente a esta cifra, 200 radicales franceses están prisioneros en alguna cárcel del país galo, los servicios de inteligencia monitorean a otros mil quinientos que se cree tienen algún tipo de nexo con la guerra en Siria y se considera que cerca de siete mil está planeando partir hacia el frente de guerra sostenido por el Estado Islámico. SolamenteArabiaSaudita,Túnez,RusiayJordania tienen más ciudadanos combatiendo con el grupo terrorista en Siria e Irak que Francia. Pero el primer evento que lanzó la alarma sobre la situación de los suburbios sucedió en el verano del 2005; de hecho fue la segunda vez en la historia moderna de Francia que se decreta el “couvre-feu” o “toque de queda”; cuando la policía acude a una obra negra donde se había reportado un robo. Tres adolescentes de color escalaron un muro para esconderse dentro de unas instalaciones de la compañía de luz eléctrica, dos de ellos fallecieron electrocutados, siete más fueron detenidos. Otro grupo más interrumpe un partido de futbol amateur y huye ante el probable acoso policial. Por tratarse del verano, mucha población laborante se encontraba de vacaciones, lo que potencializó el desarrollo de los disturbios; estos iniciaron en los suburbios parisinos pero se extendieron a 15 ciudades más. Al final casi tres mil manifestantes fueron detenidos, se siniestraron casi diez mil vehículos, hubo casi 300 policías y bomberos heridos y daños materiales por el orden de los 200 millones de euros. En ese entonces se concluyó que el desempleo juvenil y la falta de oportunidades en las comunidades más pobres

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de Francia fueron los ingredientes principales para la indignación generalizada y por ello se acusa al gobierno federal de no atender de fondo la problemática estructural de falta de integración social y de empleo. El horror en forma de asesinato llegó en enero de este año cuando dos comandos fuertemente armados toman por asalto las instalaciones de la revista de caricaturas políticas Charlie Hebdo y dan muerte a 17 personas. Ese ataque fue autoría de una célula del grupo terrorista Al-Qaeda en represalia por una portada donde se satirizaba al profeta Mahoma. El ataque provocó la indignación internacional y la de los ciudadanos franceses que salieron a la calle a defender la libertad de expresión y la laicidad del estado. Sin embargo desde el ataque a la revista, los intentos de radicales musulmanes por atentar contra algunas instalaciones o personas no han cesado y se contabilizan por lo menos ocho ataques frustrados.

Los escenarios futuros Es evidente que al igual que el resto del mundo, Europa y Francia están sufriendo los efectos de la crisis financiera internacional; en ese contexto es difícil lograr la integración social de los grupos vulnerables que requiere en estos momentos el pueblo francés porque los gobiernos se encuentran adelgazando los presupuestos. De hecho esa crisis ha exacerbado las tensiones sociales y el Estado Islámico junto con el radicalismo representan una vía escape a una juventud que no se siente integrada al resto de la sociedad. Pero habría que precisar que tener el origen étnico árabe, persa, musulmán, turco o cualquier otro, no significa que la población sea creyente practicante o de pensamiento radical. En el fondo subyace la exclusión social y la falta de oportunidades; para los jóvenes radicales la idea de construir con el Estado Islámico una nación es seductora, porque sienten que no tienen otra opción. Francia en los próximos días estará seguramente dividida entre quienes defenderán al estado laico y promotor de las libertades individuales y quienes radicalizarán posturas de ultraderecha e islam-fóbicas. Es más que probable que los primeros sean más que los segundos; pero los días por venir serán difíciles por el dolor colectivo. No escapa el escenario internacional, porque una de las justificaciones del Estado Islámico para perpetrar los ataques fue el apoyo francés a los bombardeos contra instalaciones de este grupo radical en Irak y Siria. Pero además porque la comunidad internacional estará alerta a probables réplicas de estos atentados en Estados Unidos y Europa. También porque Siria e Iraq se desintegran ante el avance del Estado Islámico, provocando el éxodo de millones de refugiados sirios que ven a Europa como la tierra prometida donde salvarán la vida y aspirarán a tener un mejor nivel de vida. Esa situación probablemente tenga un dramático giro ante la necesidad de los países europeos de cerrar sus fronteras por motivos de seguridad nacional. Complicando con ello la vida y las esperanzas de millones de personas que esperan dejar atrás la guerra en sus lugares de origen. Lo que es imperante es que la comunidad internacional se ponga de acuerdo y lo haga por consenso, sobre las medidas a seguir contra el Estado Islámico. Con los atentados en París el recrudecimiento de las tensiones y la guerra total contra el terrorismo en Medio Oriente parecen inevitables. Pero adentro de sus fronteras, los países tienen que promover medidas y políticas interculturales para evitar que gran parte de la población se sienta excluida social y económicamente. *Docente-Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas