Galiza, sempre ao fondo

May 29, 2017 | Autor: A. Duarte Montserrat | Categoria: Galician Studies, Exilio republicano español, MIigration
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Un saludo, querido lector. Andaba yo, habiendo dado por concluida mi actividad docente a finales de mayo de 2015, recomponiéndome con la lectura, entre otros manuscritos recogidos a lo largo del siglo XIX, de El sobremesa y alivio de caminantes. El original, como todos ustedes saben, es del XVI y resultado de los trabajos del escritor valenciano Joan de Timoneda. Suele presentarse, la dicha sobremesa, como una miscelánea prototípicamente renacentista. Es decir, como uno de esos frutos que resultan de la omnímoda curiosidad del hombre que razona y se abre a la experiencia del conocimiento contrastado. Lo anotaba Timoneda, y así se transcribía en el Ochocientos: “en el cual [sobremesa] se contienen afables y graciosos dichos, cuentos heroicos, y de mucha sentencia, y doctrina”. Sentencia y doctrina. Estaba así entretenido con mi propio disfrute cuando me llegó, de parte de un amigo, y sin embargo colega, la amable invitación a escribir una nota preliminar para animar, supongo, a la lectura de un nuevo recopilatorio suyo de trabajos diversos sobre emigración y exilio gallegos. Tratándose de Xosé Manoel Núñez Seixas constituía todo un honor. No me pude negar, como pueden constatar. Eso sí, llegado a este punto tuve que cambiar de registro y empezar a escribir como suelo. A ras de ídem. La empresa, por lo demás, no resultaría fácil. La obra que me envió, este conjunto de seis estudios que llevan el hermoso título de O soño de Galiza ideal, era miscelánea y no lo era. Era una recopilación de materiales diversos pero estaban trenzados. No había desorden. Me encontré frente a un agregado de escritos presentados con anterioridad, a lo largo de los primeros años de este siglo XXI, que, una vez ordenados, se revelaban como una tupida malla de argumentos a propósito del exilio y la patria, la emigración y su vivencia, la humanidad y la biografía, el intelectual, la creación artística y el combate políticos, la partida del hogar y el retorno a la aldea y, siempre, y en todos los casos, las literaturas alumbradas por tantas y tan diversas experiencias. Con Galicia, siempre, al fondo. Núñez Seixas es un historiador caracterizado por una labor prolífica y exigente como la de pocos; sostenida en el tiempo, densa y comprometida. Como la emigración, como los exilios a los que nos acerca en las páginas que siguen. Lleva años en deliberación permanente con las más variadas e innovadoras perspectivas analíticas a propósito del hecho migratorio. Ha dialogado con ellas mediante ejercicios que insertan la cuestión de la emigración y, en este volumen de manera particular, el exilio gallego en el de otros procesos ibéricos y europeos. Han sido, desde hace tiempo, intervenciones académicas que se acercan con detalle a los materiales culturales generados aquí y allá, que se aproximan con rigor a las prácticas sociales, a las razones que empujan a la salida, a las estrategias de acomodo, a las remembranzas de la patria dejada atrás y, por supuesto, casi siempre idealizada. Recordaba el filólogo e historiador Luciano Canfora en su aproximación a la Atenas clásica que el exiliado siempre podía desahogarse renegando, con fuerza, de la patria que lo había expulsado. El vituperio, evoca Canfora, hacía más llevadera la experiencia exílica, daba paso a una suerte de liberación interior cuya potencia era directamente proporcional al afeamiento con la que se expresaba quien había sido condenado al ostracismo, expulsado de su casa, privado de sus bienes. Salvo contadas excepciones, el gallego, y les hago saber que otro tanto le ocurre al catalán catalanista, no parece ser de la estirpe de los atenienses clásicos. No está

predispuesto, en la mayoría de los casos, a ultrajar y maldecir a la patria. Antes bien parece cautivo por una suerte de embellecimiento nostálgico de una Galicia que, gracias a ese ejercicio de lectura, no es en ella misma fuente de amarguras. No lo es porque no lo puede ser. La experiencia del exilio, como el de la emigración, endurece, pero también enternece. Puede llegar a convertir al exiliado en un poeta –qué otra cosa es un lector de poesía, un lector que siente en los versos de Rosalía su propia experiencia. A lo sumo, eso sí, orígenes de aflicción lo serán no pocos de quienes controlan o exprimen esa Galicia dejada atrás. La diagnosis la compartirán, expresándola de maneras diversas, el emigrante anónimo de finales del siglo XIX o en el militante comunista que ha tenido que partir en los años cuarenta del Novecientos, en lo más negro del franquismo, o como resultado de verse implicado en esas resistencias obreras que a primeros de la década de 1970 fueron tan determinantes en la erosión de la dictadura. Incluso, lean el trabajo dedicado a Alfonso R. Castelao, el emigrado puede cargar con ciertas dosis de culpa por una huida que no deja de ser una manera de alejarse de las responsabilidades para con la patria. El libro se abre con un ensayo clarificador sobre las semejanzas y las desemejanzas en los porqués, en los destinos y en las expresiones societarias y políticas de las emigraciones irlandesa y gallega. Sigue con una aproximación a Rosalía de Castro que a pesar de no tener una relación directa con los individuos concretos o con las muchedumbres que emigraban se convirtió en verbalizadora del cúmulo de emociones –a caballo entre el tópico y lo sustantivo, lo esencial y lo retórico- que se asociaban a, y eran vivida con intensidad por, la emigración. Una aproximación que, de hecho, se completa con las aportaciones posteriores – decididamente más sociológicas, si me permiten la expresión- dedicadas a Castelao y Eduardo Blanco Amor, y se convierte en el punto de arranque de uno de los hilos conductores que facilitan la lectura del libro: el papel de las figuras intelectuales, con independencia de la envergadura o de los perfiles de las mismas, en la fijación de un imaginario colectivo y de una práctica social conectada con las experiencias de migración y exilio. El exilio gallego de 1936 – aquí, como es, o debería de ser de todos sabido (me dirijo a los potenciales lectores jóvenes no gallegos… y no me digan que un lector culto de las Españas no puede, y no debe, leer gallego), no habrá que esperar tres años para salir a escape de las garras del fascismo clericaloide y militarista- merece la atención de un tercer ensayo que enlaza, suavemente, con el cuarto, el que aborda los exilios habidos después de 1939. Este segundo gran hilo conductor, el de los procesos colectivos habidos en diversas coyunturas históricas, se entrelaza con el biográfico por la doble interacción de la potencia de la cronología y los cambios en las actitudes personales, por una parte, y, por la otra, por la presencia constante, también en los procesos colectivos, de toda suerte de individualidades. Leyendo esos seis capítulos y ese par de hilos conductores encontrarán informaciones sustantivas y reflexiones atinadísimas sobre exilio, nación y condición ciudadana; acerca de agrarismo y regionalismo así como de los atributos del exilio gallego -su problemática existencia institucional autónoma y la singular capacidad de interacción entre los exiliados y las sociedades de emigrantes, y llegado el caso entre algunos “rojos” galleguistas y algún emigrado, de los importantes, francamente franquista-; a propósito del reflejo potente, y altamente hermenéutico, que la emigración y el exilio ofrecen de los procesos de construcción nacional en la patria de origen. Podrán encontrar respuestas a cuestiones determinantes: Qué

constituyen las colectividades emigradas respecto del cuerpo de la patria anclada en el Finisterre europeo. Qué papel juegan los retornados como vectores de movilización, modernización…. En fin, no se retraigan como consecuencia de estas torpes líneas introductorias. Limítense, se lo ruego, a compartir con curiosidad mi afán y procedan a leer las páginas que siguen. Núñez Seixas es un gran partidario de los ejercicios transparentes de categorización, un investigador atento al detalle, capaz de rescatar lo singular y de atribuirle el significado, excepcional o no, que pudiera tener, un historiador con gusto por la claridad y por la proyección en el tiempo de los objetos de estudio. Les dejo con Xosé Manoel Núñez Seixas, sus exiliados –y los nuestros- y su Galicia –y la de todos nosotros, sus lectores. Y, por cierto, que lo sepan, les dejo –gracias también a este libro- del todo recompuesto.

Àngel Duarte Catedràtic d’Història Contemporània a la Universitat de Girona Girona/Tomares, 29 y 30 de junio de 2015

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