Guillermo de Torre: Bibliografía, I: 1915-1918. Con sus dos primeros textos (1915)

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Carlos García (Hamburg) [[email protected]]

Guillermo de Torre: Bibliografía, I: 1915-1918 Con sus primeros dos textos (1915). [Inédito.]

A Pablo Rojas Introducción En 1997 comencé a confeccionar una Bibliografía que aspiraba a recopilar la obra completa de Guillermo de Torre. En el curso de ese trabajo, sin embargo, se tornó evidente que, a pesar de haber reunido ya unas 1200 entradas, mi intención primigenia era ilusoria: Torre contribuyó a numerosísimas publicaciones hemerográficas y, para peor, lo hizo muy a menudo sin firma o bajo seudónimo, a veces compartido con otra/s persona/s. Como firmas suyas, he encontrado las siguientes, en orden “decreciente”: Guillermo de Torre y Ballesteros Guillermo de Torre G. de Torre G. de T. G. T. T.

Y entre los seudónimos, hallé estos (en orden alfabético): Américus (Cervantes, atribuido erróneamente a Torre) Argos Argos, el de los cien ojos Aristo Héctor: Cervantes (compartido) The Spectator Ubiquens: La Gaceta Literaria Rodrigo de Manzanares

Acerca de “Héctor” me escribe Emilio Quintana (19-IX-2016), especialista en todo lo concerniente a la revista Cervantes: “Héctor”: Seudónimo que usaron en Cervantes Joaquín Dicenta (hijo) y Guillermo de Torre. Torre lo usaba al firmar las notas de la sección “A través de las revistas”. Puesto que Dicenta (hijo) ya no figura en el comité de redacción de Cervantes a partir de abril de 1919, es lógico pensar que todas las notas firmadas como “Héctor” a partir de mayo de 1919 corresponden a Guillermo de Torre. Se nota este cambio en el estilo de la escritura y en las revistas abordadas.

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Gracias al estudio de notas y correspondencias de Torre, a informaciones de miembros de su familia, y a diversos archivos y colecciones, me ha sido posible recoger muchos títulos que de otra manera no hubieran podido ser reconocidos como suyos. Un ejemplo: Habiendo tenido ya 130 títulos registrados del período 1915-1921, recibí el 11 de febrero de 2005 una gentil carta de Miguel de Torre Borges (Buenos Aires), quien, entre otros materiales, me hizo llegar copias de 11 fichas bibliográficas hechas por su padre, que permitieron elevar el número de publicaciones a casi 200 dentro de ese lapso. Para dejar constancia de su aporte, anoto en el respectivo item el número de ficha (FB). (Torre acostumbraba hacer esa clase de listados: los hay posteriores.) En esta ocasión, me he decidido a publicar los datos de que dispongo acerca de la etapa más temprana en la producción de Torre: la que va desde su niñez (1915) hasta 1918, es decir, hasta el surgimiento del Ultraísmo como grupo, que nace a fines de ese año y comienzos del siguiente: 37 ítems en un trienio: no está mal para un jovencito. He decidido concentrarme por ahora en este corto período, por tres razones: Por un lado, porque la primera etapa es la menos conocida. Por otro, porque la cantidad de colaboraciones de Torre en órganos hemerográficos eclosiona a partir de 1919, y el publicar ahora esos capítulos excede mi capacidad temporal para revisarlos, corregirlos y comentarlos como creo que lo merecen. (Algunos anticipos pueden verse en las Bibliografías de mis libros, bastante detalladas en relación con el respectivo corresponsal o con algunos temas tratados en esos epistolarios. Publiqué una específica en esta misma página, sobre “Guillermo de Torre en Cosmópolis, 1919-1930”; cf. García 2016b). Por lo demás, y esto me parece crucial, en 1918 se cierra, a mi entender, una etapa en la vida y en la obra de Torre. 1918 es el umbral, el punto de transición del niño al muchacho. Un llamativo indicio de ello es lo escaso de su producción publicada en ese año, aunque su correspondencia con Cansinos Assens muestra que se hallaba en un estado efervescente, casi febril: época de maduración interna, de lecturas, de tentativas, de idas y vueltas; también de desengaños. Véase, por ejemplo, la carta remitida a Cansinos desde Fonz (Huesca), el 11 de julio de 1918 (n° 23 en C. García 2004, 64; nótese que el Ultraísmo no existía aún como movimiento), que describe y explica su silencio: Continúo esta “divina peregrinación por el desierto” que usted señaló a los torturados de fragantes ansias descubridoras,1 y voy forjando entre el silencio y la soledad de lo 1 Cansinos había aplicado la frase que Torre entrecomilla al comentar la obra del joven Gómez de la Serna y su alter ego “Tristán”. Dice Cansinos que Ramón recorrió bajo la máscara de “Tristán el decapitado [...] la pura y divina peregrinación por el desierto que debe anteceder a

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inefable, mis poemáticas prosas y mis insinuaciones “versolibristas”, saturadas de un vibrátil ritmo multianimista, al mismo tiempo que voy edificando [voy] levantando las columnatas propileicas de mi Magna Pagoda Ultraísta... Sin embargo, continúo circunscrito a mí mismo, casi abstenido de colaboraciones, pues aún no he logrado vislumbrar cauce propicio donde batir libérrimamente la cadencia de mis doradas melodías... que acogerán loadoramente los epígonos, haciendo rebotar sobre mí, para desligarse de bélicos peligros el honroso epíteto de fauve o de bolcheviki...

El listado que ofrezco propone varias sorpresas al lector. Así, por ejemplo, las entradas 31 y 32, que muestran tres cosas: el temprano interés político del joven Torre, lo que parece ser su primer puesto de secretario (que ostentará luego en varias publicaciones) y su conexión con escritores que devinieron luego famosos por cuenta propia (Juan Chabás) o, cuando menos, participaron en revistas ultraístas (Mariano Ciriquiain Gaiztarro [1898-1964], autor de Cervantes, Grecia y Ultra). O la entrada 36, publicada bajo el rótulo “Ritmos ultraístas”, un año antes de que cuajara el movimiento con el primer manifiesto del Ultra (cf. C. García 2016a). La entrada 19, por su parte, muestra a un Torre complacido, o quizá solo asombrado, de que un texto suyo fuese publicado por “3ª vez”. Esto ocurrirá a menudo en el futuro, cuando viva profesionalmente de su literatura y se conecte con diarios y revistas de todo el mundo hispánico. Antes de pasar al listado, tres últimas explicaciones: La primera: Años atrás entablé trato con el coleccionista argentino Martín Casares. Gracias a él accedí a copias de los más antiguos trabajos de Torre, que se habían conservado en el archivo familiar. Un lote de esa colección permaneció en Buenos Aires; otro pasó, por mediación mía, a formar parte del acervo de la Biblioteca Universitaria de Hamburg, ciudad en que resido. (El nombre correcto de la institución es: “Staats- und Universitätsbibliothek Carl von Ossietzky”.) Considero aquí, naturalmente, los textos a que he tenido acceso por ese camino. La segunda: aunque por caminos diferentes hasta hace poco, también Pablo Rojas ha confeccionado una abultada bibliografía de Torre, que informa gran parte de su tesis (2015). Me ha sido muy útil en diversas ocasiones, tanto para corroborar datos ya recopilados por mí, como para proporcionarme nuevos; a menudo es gracias a él que conozco la paginación de algunos textos que en mi fuente carecen de ella. Lo menciono a menudo bajo la sigla PR. (Por lo demás, trabajamos juntos en la edición comentada de la correspondencia entre Torre y Ricardo Gullón, que esperamos publicar en el 2017.) La tercera y última nota está relacionada con los textos de Torre aparecidos en la revista zaragozana Paraninfo, que no he visto.

todo contacto con las muchedumbres” (R. Cansinos Assens: Poetas y prosistas del Novecientos (España y América). Madrid: Editorial América, 1919, 246; Torre debe aludir a la publicación previa, en la prensa de Madrid, del capítulo correspondiente.)

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Varios de los datos acerca de Paraninfo proceden de la bibliografía adosada por José Luis Calvo Carilla a su reedición anotada de la obra magna de Torre: Literaturas europeas de vanguardia (1925; 2002), completados según las fichas bibliográficas de Torre arriba mencionadas (FB), que carecen de la paginación. Es decir: los items con paginación figuran ya, mayormente, en Calvo Carilla. En algún caso, la paginación me fue suministrada por la tesis de Pablo Rojas. La importancia de Paraninfo (que había comenzado a aparecer el 4-X-1914) es, por un lado, intrínseca; véanse los documentados trabajos sobre ella de Calvo Carilla (1989) y García Guatas (1996-1997). Pero también lo es singularmente para Torre, porque en 1915 traba conocimiento con Rafael Barradas, con quien lo unirá una profunda amistad. Barradas era a la sazón el director artístico de la revista (a partir del número 47, de octubre de 1915, al 60, del 3-II-1916), que balanceaba aún entre el modernismo, el futurismo, el cubismo y el personal estilo del uruguayo, que hacía en ella de todo, desde la portada hasta algunos anuncios.2 Castán Chocarro (2013) se ocupa del tema desde una pespectiva más amplia, y muestra que ya el padre de Torre publicaba en revistas de la región aragonesa, incluida Juventud, en la que apareció al menos un texto de Torre (aquí, n° 20; su padre publicó en la misma revista “Algunas herejías sobre el Quijote”: Juventud, Zaragoza, 7-V-1916, 4-5). También Rojas (2015, 31) se ocupa del tema. No resisto reproducir un interesante pasaje de Castán Chocarro (2013, 431): Cabe destacar que en La Crónica , Guillermo de Torre y Molina [padre de Torre], publicó una reflexión sobre las transformaciones que, en el campo del arte, impone necesariamente el paso del tiempo. Tras referirse al teatro y a la música, señala en relación a la pintura: Pues en orden a la pintura ha pasado otro tanto, si bien aquí no es el avance por la pureza del arte lo que más se distingue, sino más bien el afán de distinguirse y señalarse la libertad más libre —aunque parezca pleonasmo— más absoluta y desquiciada, que en ninguna otra de las manifestaciones del arte. El futurismo, el cubismo, etc., etc., y sin ir tan lejos, las manifestaciones ostensibles de algunos ya casi acreditados que forman o pretenden formar escuela. El horror a los moldes universales hasta aquí seguidos; el horror al dibujo, tal como hasta aquí se entendió y no hay qué decir al colorido, en formas nuevas y nunca pensadas, en combinaciones de colores, y resultado de efectos, no previstos ni jamás soñados; en una palabra, el caos, atrayente y sugestivo para la juventud que pide, que necesita romper los moldes antiguos dando vida a ilusiones y quimeras, producto de genios tal vez, o quién sabe si de rivales con pupila, porque se da de todo. Pero ello es vida, es fuerza creadora, todo pasará por el tamiz del tiempo, que depura y separa el oro de la escoria. [G. de Torre y Molina: “¡Pasa el tiempo!”: La Crónica de Aragón, Zaragoza, 2-XI-1916, 4.]

Un fragmento que da muestras de un conocimiento mucho más preciso de la vanguardia artística del mostrado hasta el momento por el conjunto de la prensa zaragozana y

2 Con Pilar García-Sedas (Barcelona), especialista en Barradas, preparo un ensayo sobre su relación con Torre.

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que, al mismo tiempo, revela una actitud abierta ante los lenguajes plásticos más avanzados, que da nueva luz sobre el ambiente que posibilitó el desarrollo del futuro ultraísta.

En efecto, creo ya desde hace algún tiempo que es menester estudiar la dispersa obra del padre de Torre para entender mejor algunas de sus inquietudes juveniles. También el hecho mismo de su interés en escribir, en comunicar sus ideas y, por lo que arriba se ve, algún desfasje en la lengua. Agrego un dato curioso sobre ambos, también procedente de un diario de provincias: En 1924, Torre publica, entre otros textos, este: “Folletones literarios de Independencia. Proyecciones. Crítica de críticos [IV]”: Independencia, Puertollano, 27-VII-1924. En ese mismo número figura también una nota de la redacción, en desagravio a él y su padre, “Nuestros queridos amigos y compañeros de redacción D. Guillermo de Torre Molina y D. Guillermo de Torre”, que pasan por un mes a Guéthary, Francia. Lamentablemente desconozco el trasfondo. Apartándome un poco de las bibliografías al uso, intercalo aquí y allá comentarios que quiero creer interesantes (algún dato lo obtuve, años atrás, de Ricardo Virtanen). Abreviaturas: CMC: Colección Martín Casares (Buenos Aires) FB: Fichas Bibliográficas, compiladas por Guillermo de Torre. NB: Norah Borges. Las notas sobre algunos recortes, que a menudo fueron hechas por Norah con gran retraso, no siempre son correctas; a veces, sin embargo, han demostrado ser útiles. (p): Poema PR: Pablo Rojas (sobre todo, pero no solamente, su tesis de 2015) [R]: Reseña [T]: Traducción Bibliografía comentada, 1915-1918 Los títulos son listados en estricto orden cronológico, hasta donde fue posible establecerlo. Revistas que solo consignan el mes de aparición, se indexan al final del mes correspondiente. 1915 1. “Guerra cruel”: El Defensor de la Juventud II.22, Madrid, 11-IV-1915, 8 [FB 1]. CMC. NB anotó sobre la portada de la revista “1915” y “Primer artículo”. Véase abajo la reproducción de este texto, [I]. 2. “Páginas de la vida. Caravana errante”: El defensor de la juventud, Madrid, ¿mayo de 1915?, 10-11. CMC. NB anotó: “Mayo 1915” sobre la primera y “Escrito por Guillermo a los 14 años” sobre la segunda página. Véase abajo la reproducción de este texto, [II].

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“Histrionescas: Caricatura dominguera”: La Reforma, Madrid, 30-V-1915. [FB 1] 4. “Tras la copla”: El Diario de Huesca, Huesca, 23-VIII-1915 (según fecha anotada por Torre en su ejemplar). CMC. (p) 5. “La diablura de la mañana”: El Diario de Huesca, Huesca, 18-X-1915, 3. [PR] 6. “Tipos de Aragón. El pregonero”: Paraninfo 50, Zaragoza, 8-XI-1915, 8-9. [FB 1] 7. “Glosas del ambiente madrileño: Una exposición de caricaturas”: Paraninfo 51, Zaragoza, 17-XI-1915, 8-9. [FB 1] 8. “Cuentos de la guerra: El dolor de morir”: Paraninfo 52, Zaragoza, 26-XI1915. [FB 2] 9. “Glosas del ambiente madrileño: Novedades teatrales”: Paraninfo 53, Zaragoza, 5-XII-1915. [FB 2] 10. “La última clase. Relato de un pequeño alsaciano” (Traducción de un cuento de Alphonse Daudet): Paraninfo 55, Zaragoza, 22-XII-1915, 12-13. [FB 2] [T] 11. “Desde Madrid: Los humoristas”: Nosotros, Valladolid, 28-XII-1915. [FB 2] De 1915 sería, según consta en el catálogo de la Biblioteca Nacional de España (Madrid; de aquí en más BNE), un texto de Torre, mecanografiado con correcciones manuscritas, titulado “Bengalas” (18 hojas escritas solo en el recto). Se conserva con otros documentos bajo el título común “Primeros escritos de G. de Torre, 1915-1918”. Soy escéptico en relación con este título, que no procede de la BNE, ni de algún estudioso, sino de la pluma del antiguo poseedor de muchos manuscritos de Torre: el librero argentino Alberto Casares (padre del arriba mencionado Martín), quien vendió la coleccíon a la BNE. Sin haber visto el original (que podría tener una fecha de la mano de Torre) conjeturo, en base a otros documentos provenientes de la misma fuente, que las dataciones fueron hechas por Casares en base a informaciones recibidas directa o indirectamente de Norah Borges (Casares había tenido buen trato con su hermano, Jorge Luis). Norah tenía aún en su vejez una memoria prodigiosa, pero no infalible. En la misma colección hay otro texto de nombre “Bengalas”, también mecanografiado con correcciones autógrafas, pero que lleva la fecha 1922. Hubo al menos cuatro publicaciones de Torre tituladas “Bengalas”: [1] Fechada “(Madrid, 1922)”: Alfar 42, La Coruña, agosto de 1924, 14 [III 76]; difiere de [3]. Esta versión y [2] son mencionadas en la correspondencia entre el director de Alfar y Torre (véase García / García-Sedas 2013, 358-359; también en 2015b). [2]: Tobogán 1, Madrid, agosto de 1924, 8 (no he logrado ver esta publicación). [3]: Fechada “(Madrid, 1922)”: Ronsel 5, Lugo, septiembre de 1924, 17-18; texto en todo diferente al de [1]. [4]: Sin fecha: Sirio. Revista Quincenal Literaria 1, Almansa, 30-VIII-1925; es igual a [1], con excepción del último párrafo y de la fecha.

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En la arriba aludida carta a Casal, Torre llama a su texto “Bengalas, aforismos de nueva estética”, descripción que le sienta muy bien. Pero por su contenido, ya maduro, bien informado e inteligente, no es posible que la versión original sea de 1915 (a lo sumo será de 1915 la idea básica de escribir aforismos relacionados con algún tema específico, fuese o no el arte). 1916 Según Cansinos Assens (La novela de un literato II, 1995, 229), Torre habría publicado en 1916 en los periódicos La Voz de Ciudad Real y El Correo Manchego, aserto que las fichas bibliográficas de Torre no confirman (pero debe tenerse en cuenta que no son completas). Me inclino a creer que Cansinos (cuyas notas son muy posteriores, basadas en recuerdos no siemrpe fieles) menciona los nombres de periódicos de provincia para desmerecer a Torre, pero no es del todo improbable que existieran publicaciones semejantes. Por lo demás, y según agudamente señala Rojas (2015, 41): Torre no era en 1916 “manchego”, sino, a lo sumo, podría habérselo llamado “zaragozano”, ya que vivía con su familia en esa región, según muestran las publicaciones de padre e hijo. De hecho, Torre era madrileño. De todos modos, véase un ejemplo, aunque tardío, de lo que puede aguardarnos en diarios de provincia (tanto en Aragón como en Castilla): un retrato del joven Torre apareció con este texto: “D. Guillermo de Torre Ballesteros. Futurista de altos vuelos de cuya pluma damos en estas páginas un bonito trabajo”. Ese texto apareció en marzo de 1922 en el periódico La Revuelta, de Almodóvar del Campo... 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19.

“Páginas de la vida. La melodía del cine”: Paraninfo 57, Zaragoza, 12-I1916, 7-8. [FB 2] (Véase la nota al final de este año.) “Panorama rojizo (Madrid y Enero de 1916)”: Atenea. Revista de juventud. Ciencia. Literatura. Arte 11, Valencia, 20-I-1916, 148. [FB 2] CMC. NB anotó erróneamente “1915”. “Figuras de mi provincia. El cacique”: Paraninfo 59, Zaragoza, 23-I-1916, 6-7. [FB 2] “Lunáticas, por Farsálidas”: Paraninfo 59, Zaragoza, 23-I-1916. [FB 2] “Quijotismo muerto (Madrid y febrero de 1916)”: Nosotros. Revista semanal II.19, Valladolid, 13-II-1916. [FB 2] CMC. NB anotó “1916”. “Quijotismo muerto”: La Crónica de Aragón, Zaragoza, 17-II-1916, 4. [FB 2]; también [PR], quien publicará próximamente un ensayo sobre Torre y Cervantes. “Polifonía de abril (Madrid, año MCMXVI)”: Atenea. Revista de juventud. Ciencia. Literatura. Arte 18, Valencia, 10-IV-1916, 255. [FB 2] CMC. NB anotó erróneamente “1915”. “Quijotismo muerto (Madrid y febrero de 1916)”: Atenea. Revista de juventud. Ciencia. Literatura. Arte 20, Valencia, 10-V-1916, 283-284. [FB 3. Torre anotó: “3ª vez”.] CMC. NB anotó erróneamente “1915”.

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“Panorama rojizo”: Juventud, Zaragoza, 14-V-1916, 13-14. [FB 3] “Rasgos rojos. El dolor en el paisaje (Campos del Alto Aragón. Agosto 1916)”: El Diario de Huesca, Huesca, 4-IX-1916, 3. [FB 3]; también [PR] “Muecas: I”: El Diario de Huesca, Huesca, 9-X-1916. [FB 3]; también [PR] “Muecas: II”: El Diario de Huesca, Huesca, 18-X-1916. [FB 3]; también [PR] “Con cursiva del diez: Cartas diáfanas a Provincianita (Madrid, 17-XI1916)”: El Diario de Huesca, Huesca, 19-XI-1916, 1. [FB 3]; también [PR] “Con cursiva del diez: Cartas a Provincianita: II (Madrid, 17-XI-1916)”: El Diario de Huesca, Huesca, 21-XI-1916, 1-2. [FB 3]; también [PR] “Notas de Arte y Literatura”: La Patria, Madrid, 30-XI-1916. [FB 3] “La poesía novísima. Alcor de olivos”: Los Quijotes 43, Madrid, 10-XII1916, 4-5. [FB 3] CMC. (p) “Europa, muere, por Sinesio García. Vol. I de El libro de España, Madrid, 1916”: Los Quijotes 43, Madrid, 10-XII-1916, 8. [R] [FB 3] CMC. En la misma página, texto de César A. Comet, comentario sobre El reino interior, de Andrés Guilmain. Lo menciono, porque Comet pertenecería a las huestes del Ultraísmo, y porque Torre y él colaboraron a menudo. Así, por ejemplo, se atribuye a Comet la dirección de la revista Plural, Madrid, 1925, pero fue Torre quien diseñó su plan; Comet actuó bajo su égida.) En cuanto a Los Quijotes, existe una reproducción facsimilar de esa revista, a la que no he tenido acceso, a cargo de César López Llera: Los Quijotes (1915-1918). Barcelona: Micropublicaciones, 1989 “Glosas fugaces: En torno al libro”: Los Quijotes 44, Madrid, 25-XII-1916, 7-8. [FB 3, con nota ilegible.].

Guillermo de Torre fue uno de los primeros escritores jóvenes españoles que se ocuparan tempranamente del tema cine, según muestran sus publicaciones sobre el tema, que surgen a partir de 1916 y de las cuales recojo aquí una selección en orden cronológico: “Páginas de la vida. La melodía del cine”: Paraninfo 57, Zaragoza, 12 de enero de 1916, 78. “Cinegrafía: El cinema y la novísima literatura: Sus conexiones”: Cosmópolis 33, Madrid, septiembre de 1921, 98-107. En su poemario Hélices (1923, que recoge material surgido a partir de 1918) Torre dedica uno de los 10 apartados del libro al cine. “Lo que debe ser el cinema”: Independencia I.20, Puertollano, 20 de julio de 1924 (firma: “The Spectator”). Literaturas europeas de vanguardia. Madrid: Caro Raggio, 1925. [El último capítulo se titula “Cinegrafía” y contiene los apartados “Apología del Cinema”, “Cinema y novísima literatura”, “Del poema al film: imágenes visuales” y “Hacia la pintura animada”.] “¿Es un arte el cinematógrafo?”: La Nación, Buenos Aires, 12 de agosto de 1928 (sin firma). “El cineasta Eisenstein y los nuevos films soviéticos”: Síntesis 26, Buenos Aires, julio de 1929, 243-248 (“Crónicas”).

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“Cinegrafía: films de vanguardia”: Síntesis 28, Buenos Aires, septiembre de 1929, 104-108 (“Crónicas”). “El ‘Cineclub’ de Buenos Aires”: La Gaceta Literaria 79, Madrid, 1 de abril de 1930. “Un arte que tiene nuestra edad”: Síntesis 33, Buenos Aires, febrero de 1930, 219-236 (“Texto esencial de las dos conferencias –a trechos leídas y en otros habladas– sobre cinematógrafo que pronuncié en la Facultad de Ciencias Educacionales de Paraná [Argentina] los días 19 y 20 de noviembre de 1929, con la exhibición –complementaria– de algunos films modernos característicos”); texto reproducido en La Gaceta Literaria 81, Madrid, 1 de mayo de 1930.

1917 En 1920, Joaquín de la Escosura dedicó un largo artículo a Torre, que debía aparecer originalmente en Grecia, donde no se lo aceptó por cuestiones de tamaño. Apareció al fin, con retraso, bajo el título “Galería crítica de poetas del Ultra: Guillermo de Torre” en Cervantes, diciembre de 1920, 85-96; reproducido en C. García 2004, 144-152. Allí, y basándose en informaciones recibidas de Torre, Escosura afirma lo siguiente (García 2004, 147): Guillermo de Torre –que con Eugenio Montes constituye la extrema izquierda del grupo ultraico– fue el primer intuitivo ultraísta, y como tal lo reconoció Cansinos Assens, matizando, sin embargo, su meteórico vislumbramiento con finas ironías; pues en un artículo publicado en La Correspondencia de España, en noviembre de 1916, ilumina ya su audaz perfil heteredoxo, señalándolo como epígono de Ramón Gómez de la Serna, al constatar los barroquismos líricos y los conceptistas dédalos verbales en que entonces se intrincaba de Torre. Ya en 1917, éste, solitario y rebelde, impulsaba fragmentariamente–en una maravillosa previdencia–desde las páginas de Revistas varias –Los Quijotes y Los Ciegos, de Madrid; Paraninfo, de Zaragoza; Atenea, de Valencia; y Nosotros, de Valladolid–, la intención superadora del ultraísmo, signando por ello muchas de sus composiciones con el título de “Prosas o poesías ultraístas”, sin infundir a este título genérico el propósito deliberado y transcendente de formar escuela.

El texto se presta a confusiones, porque, hasta donde alcanzo a ver, Torre publicó en Paraninfo ya en 1915, en Atenea y Nosotros en 1916, y no lo hará en Los Ciegos hasta 1918. Es decir, precisamente no en 1917, como da a entender Escosura, si se descuenta a Los Quijotes. Por lo demás, el único texto que hallo bajo la rúbrica “Ritmos ultraístas” es de 1918 (cf. abajo, entrada 35). Pero puesto que Torre usaba vocablos similares ya desde 1916-1917, es probable que aparezcan aún trabajos suyos de esas fechas. En cuanto al aludido texto de Cansinos, que Escosura data en 1916 y Torre datará, erróneamente, en 1917 (1925, 47, n. 2), se trata de: “La semana literaria: Poesías (extraordinario de Los Quijotes), por Jaime Ibarra”: La Correspondencia de España, Madrid, 26-XI-1916, 6.” (corrijo aquí un error de García 2004, 49-50, ya que accedí entretanto al texto correcto). Allí dice Cansinos: “En esta generación novísima figuran los nombres de Eladio Prieto, Paulino Fernández Vallejo, Guillermo de Torre y otros; en cada uno de los cuales pudiera señalarse un influjo de algún maestro del ciclo novecentista, salvo en el último, que es, en realidad, un epígono de Ramón Gómez de la Serna.” En su ejemplar personal de ese suelto, Torre subrayó su nombre y el giro “salvo el último”. Registro aquí, no sin recelos, un texto de Torre titulado “Introspección ultraísta (El peligroso silenciario)”, que aparecería en forma impresa recién en febrero de

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1919 (Cervantes, enero [léase febrero] de 1919, 50-54; es el mismo número en que se publicó el primer manifiesto del Ultra). No es casual que Torre agregue al final del texto la ¿pretendida? fecha de composición: “Madrid, 1917”. Quizás aluda Escosura a este y similares textos. Con una falta de tacto monumental (ya que el relato no lo deja bien parado), Torre obsequió un ejemaplar del manuscrito a Vicente Huidobro, antes de que este se marchara a Chile a fines de 1918. (Huidobro fue otro de los personajes de la época con quien Torre intimó. Gracias a él descubrió revistas y textos de avanzada franceses. En 1920 se enzarazrían en una grave y sonada disputa. Véanse Morelli / García 2008 y García 2016c). 30.

“Ocaso de inquietud”: Los Quijotes 46, Madrid, 10-I-1917, 28-29. [FB 3] Reproducido luego en Vida Mundana, Madrid, 9-XII-1917, q.v. CMC. (p) 31. “A los estudiantes españoles”: El Parlamentario, Madrid, 17-IV-1917. 32. “A los estudiantes españoles”: El Luchador, Alicante, 10-V-1917, 1. [PR] Proclamación de adherencia firmada “Por el Comité Estudiantil Central de la Liga Antigermanófila: Juan Chabás Martí, presidente. Virgilio Beléndez, vicepresidente. León Trilla, vocal. Manuel Ciriquián [sic], vocal. Guillermo de Torre, secretario.” La Liga Antigermanófila había sido fundada por Miguel de Unamuno (cf. su revista España, Madrid, 18-I-1917, 4-5). Es probable que de estas fechas date la relación entre él y Torre (mantuvieron trato personal y correspondencia). Se adhirieron a esa Liga Antonio Machado, Américo Castro y otros. En 1917 fue su presidente honorario Benito Pérez Galdós. Sobre el tema y el papel de Torre, véase Pablo Rojas (2015, 259-260). Recuérdese, por lo demás, que será la entrevista en El Parlamentario que Xavier Bóveda mantuvo con Cansinos la que desatará, a fines de 1918, el Ultraísmo como movimiento. 33. “Palabras de Éxodo y Retorno”: Los Quijotes 58, Madrid, 25-VII-1917, 221. [FB 3] (Foto de GT en la portada, reproducida en Bonet 1996, 134.) 34. “Lejanos actualismos: Piruetas exhibicionistas”: Vida Mundana, Madrid, 15-XI-17. [FB 3] 35. “Ocaso de inquietud”: Vida Mundana, Madrid, 9-XII-1917. [FB 4] [Procedente de Los Quijotes 46, Madrid, 10-I-1917, 28-29] (p) CMC. Alguien (no parece tratarse de la letra de Norah Borges) anotó sobre el recorte: “Vida Mundana” y “Madrid, 1921”. Otra persona anotó “Vida mundana” en lápiz, texto luego tachado en tinta, quizás por una tercera mano. Me inclino a suponer que se trata de un error de los amanuenses, y que la fecha 1917 es la correcta, ya que no creo que Torre tuviera en 1921 la intención de publicar textos tan antiguos. No huelga relatar que se menciona a Torre en un suelto de La Tribuna, del 23 de abril de 1917, en un listado de asistentes: “Literatos y artistas: Un baquete en Pombo”. Torre se codea allí con Ramón, con Cansinos, con Rogelio Buendía, con Villacián, Bagaría y muchos otros. Se habla aquí apenas de la producción escrita de Torre, pero se podría y quizás se debería comentar su desarrollo social, que

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lo llevará a más tardar desde 1916 a codearse con lo más granado del mundillo literario de Madrid. Aunque muy posteriores, dos textos más merecen ser indexados en 1917, ya que de algún modo están relacionados con este año: “Autumnal (A Rogelio Buendía, / que alentó jubilosamente / en 1917 mis previdencias ultraístas...)”: Grecia 31, Sevilla, 30-X-1919, 12; con variantes (y sin la dedicatoria a Buendía) en Hélices, 1923, 74.3 “Perspectivas de los conciertos (Fragmento de El vórtice musical; 1917)”: Ultra 13, Madrid, 10-VI-1921; texto reproducido en Vida Nueva, Puertollano, 1921 (ignoro la fecha exacta, que no figura en el recorte conservado en la Biblioteca Nacional de España, Madrid). [FB 10] En cuanto a “El vórtice musical”, Torre lo menciona en carta a Cansinos del 26 de mayo de 1919 (C. García 2004, 94, n° 39; similar en cartas posteriores): Supongo no olvidarán incluir en el sumario del próximo número de Cervantes mi original “El vórtice musical” con el “Florilegio lírico francés” y a ser posible el “Canto dinámico” que, si no, puede ir en el próximo número. “Canto dinámico (Día 63 del año XVIII, después de mi nacimiento)” será publicado

en Cervantes (julio de 1919, 112-114; luego reproducido en Hélices, 1923, 15, sin la fecha); no así los otros textos. El original de “El vórtice...” le será devuelto a Torre meses más tarde. Véase al respecto bajo “1918”, antes de entrada 36. 1918 Américus: aquí y allá se adjudica este seudónimo a Torre, siquiera en parte. Pero en opinión de Emilio Quintana (comunicación del 16-II-2005, refozada el 19-IX2016) se trata en realidad de un nomme de plume del ecuatoriano César E. Arroyo (Quito, 1890-Madrid, 1937) quien participó en Cervantes desde el primer número al último, en todas sus etapas (había sido ya miembro fundador, y a partir del verano de 1918 entra a formar parte del Comité de redacción. La sección de “Notas hispanoamericanas” de Américus dura un año: de julio de 1918 a agosto de 1919. Son muy frecuentes las noticias relacionadas con Ecuador y con el mundo diplomático (Arroyo era Cónsul del Ecuador en Madrid), y en una 3 Rogelio Buendía (1891-1969): Médico y escritor español, primero de tendencia modernista, luego adherido al ultraísmo, que abandonó pronto, para pasar, en palabras de su editor Barrera López, al “neopopularismo y surrealismo”. Buendía, quien figura en una carta de ¿1917) de Ramón a Cansinos, estuvo involucrado en un conflictivo malentendido entre ambos. Colaboró en Los Quijotes, Grecia, Gran Guignol, Horizonte, etc. Dirigió las revistas literarias Renacimiento y Centauro (Huelva, 1920), a colaborar en la cual invitó a Borges. Con Adriano del Valle y Fernando Villalón editó Papel de Aleluyas (1927-1928) y sin ellos Meridiano (19291930). Mantuvo correspondencia con Vicente Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea, Émile Malespine, F. T. Marinetti, Herwarth Walden, A. Botto, Pessoa y otros. También con Borges, quien lo menciona en carta a Maurice Abramowicz del 11-X-1920 y en otra a Adriano del Valle del 5-III-1922. Libros: El poema de mis sueños (Madrid, 1912), Del bien y del mal (Madrid, 1913), Nácares (Sevilla, 1916, con epílogo de Cansinos), La Dorada Mediocridad (Sevilla, 1923), La rueda de color (Madrid, 1923), Guía de jardines (Huelva, 1928), Naufragio en tres cuerdas de guitarra (Sevilla, 1928). Imprescindibles son Obra poética de vanguardia. Ed. de José María Barrera López. Huelva: Diputación Provincial, 1995, y Poesía inédita y dispersa. Ed. de Ana Ávila y J. M. Barrera López. Huelva: Diputación Provincial, 1999.

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ocasión (febrero de 1919) realiza además el comentario de las revistas americanas recibidas. Por todo lo dicho, no se consignan aquí trabajos firmados por Américus. De 1918 se conserva un manuscrito titulado “El vórtice musical (Frisos de los conciertos)” en la Biblioteca Nacional de España (Madrid, BNE). Consta de 30 hojas escritas solo en el recto. Ignoro de dónde / quién procede la fecha, por eso no lo agrego con número de orden al listado. 36. 37.

“Ritmos ultraístas: La ciega que se truncó rediviva”: Los Ciegos 3, Madrid, 1-II-1918, 8-10; Rojas cita un pasaje en 2015, 66. [FB 4] [PR] “Intermezzo inefable” [Epígrafe de Juan Ramón Jiménez, “Estío”. Firma: “Guillermo de Torre y Ballesteros”]: Cervantes, Madrid, noviembre de 1918, 37-38, “Poetas españoles”. [FB 4] (p) Torre entregó a fines de 1918 copia manuscrita de este texto a Vicente Huidobro, durante su estadía en Madrid. El texto, que iba a ser publicado en Morelli / García 2008, apareció, por razones ajenas a mi voluntad, finalmente en Morelli 2011. No se comprende, hoy, que Torre estuviera tan orgulloso de ese poema como para entregarle un ejemplar a Huidobro, ya que, dicho francamente, es de pésimo gusto, poco inteligente y enervantemene neológico. Véase una muestra: …El Espíritu que, febricitante, en magno orgasmo intimal, ilusionó el advenir de la estación immaculada de los días en viaje y los matices occiduos, aún en perspectiva intersticial, en iridiscente pausa cariciosa, en intermedio inefable...!

38.

“Hermeneusis y sugerencias: Un poeta energético”: Cervantes, Madrid, diciembre de 1918, 70-81 (Sobre Mauricio Bacarisse, El esfuerzo. Firma: “Guillermo de Torre y Ballesteros. Madrid, 1918”). [FB 4] [R]

La última entrada de esta Bibliografía corresponde a un manuscrito de Torre conservado en la BNE, donde se lo data “1915-1918”: “Hacia el último dolor” (18 hojas). El registro de la BNE agrega: “Alberto Casares / Autógrafo firmado y con correcciones / Archivo personal de Guillermo de Torre / Precece [sic] al tít.: “El cuento quincenal”. Como no he logrado verlo, me abstengo de hacer algún comentario sobr ese relato. Solo menciono que hubo en varias ciudades del orbe hispano colecciones

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con el título “El cuento quincenal”: entre ellas una en Murcia, que comenzó a publicarse en febrero de 1920. Cierro aquí esta primera entrega de la Bibliografía de Torre. Creo que es la más exhaustiva de que se dispone para estas fechas. Mi ambición es ir publicando de aquí en más los capítulos siguientes, año por año. Ya que considero más útil ir acompañándola con comentarios como los anteriores, el trabajo no podrá avanzar de prisa. Es, en realidad, una tarea que habría que realizar en equipo, ..... Reproduzco a continuación, creo que por primera vez, dos textos de juventud de Torre: los primeros que publicó en su carrera literaria. [I] En un pasaje escrito en 1955 de Tan pronto ayer. Memorias de mi vida literaria (ABC Cultural, Madrid, 20-VIII-2000, 6-7, pero que yo cito del manuscrito), Torre relata: Un buen día me encuentro escritor. Recuerdo mi asombro un domingo, al comprar en un quiosco de la Plaza Celenque, una revistilla El Estudiante El Defensor de la Juventud, adonde osadamente había enviado un mínimo artículo y encontrarlo impreso, con mi nombre debajo. No acababa de creérmelo. Era una rapsodia de lecturas. Algo sobre la guerra y la huida de los moradores de un pueblo ante el enemigo y los bombardeos. Guerra cruel o algo así se llamaba aquel balbuceo.

Norah Borges anotó sobre la portada de la revista “1915” y “Primer artículo”. No veo motivos para dudar de la atribución. Guerra cruel [El Defensor de la Juventud II.22, Madrid, 11-IV-1915, 8]

Nieva lenta, tenazmente, formando una nueva capa en la sábana que no ha mucho se ha cerrado, para convertirse en blanco sudario de muchos hombres, que, buscando la vida, hallaron la muerte audaz... La nieve, que semeja una blanca aureola en las cumbres, confundiéndose con el triste cielo, contrasta con la visión que en la llanura se ofrece, hollada bárbaramente en su virginal blancura por los desmanes de los hombres. Solo se turba su misterioso recogimiento al despomarse grandes masas de nieve y hielo, que parece como si ansiaran borrar prontamente los vestigios de los héroes anónimos, que en la tierra ha poco perecieron... *** Distínguese allá abajo una larga mancha negra, que contrasta en tanta limpidez como pequeña barquichuela en las inmensidades de un océano... Avanza rápidamente... es la triste huida, la desbandada de un pueblo amenazado... Hombres, ancianos, mujeres, niños, van tristes, silenciosos, abatidos como si ya pesase sobre sus espaldas el bárbaro yugo de la esclavitud. Van a la desbandada,

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en vehículos de todas clases, caballerías, algunos penosamente andando... producen una sensación dolorosa... llevan en sus caras impreso el terro, la desesperación, y al volver la vista, sin querer entrever el enemigo, no muy lejano, tienen todos un ademán amenazador... ¡Es el pueblo que huye; es la guerra que avanza! Y siguiendo aquel doloroso desfile, se encontrará su punto de partida: es una blanca aldea, que se destaca en la inmensa llanura por la alta torre, sus casitas blancas... *** Nieva lenta, tenazmente, como si quisiera, con su inmensa blancura, tapar las vergüenzas de los hombres... Guerra... guerra; parece decir el imperativo sonido de unas trompetas que se acercan; y la nieve, en su monótono caer, que en tono de reproche, por el pueblo que se aleja, contesta: cruel... cruel... G. de Torre ..... [II] Acerca del próximo texto, Norah Borges anotó: “Mayo 1915” y “Escrito por Guillermo a los 14 años”. Puesto que Torre nació en agosto del 1900, el aserto es plausible. Páginas de la vida Caravana errante [El Defensor de la juventud, ¿mayo de 1915?]

Se acaba la tarde; las sombras crepusculares que inundan la calle, se detienen, difundiéndose a lo largo de la irregular fachada de la posada pueblerina, y algunas, más audaces, introduciéndose por los intersticios del ancho portón, penetran en el portal, húmedo, sombrío, de los guijarros puntiagudos, de los techos coronados por abultadas vigas de madera, de las paredes variamente decoradas con los aperos de labranza, y con las lucientes rejas de los arados, que orgullosas conservan su sitial al pasar de los años; y al lado de ellas, como rompiendo su áspera monotonía y simétrica alineación, aparecen diseminados por el suelo y paredes, barras, trapecios, argollas: todo el equipaje de una compañía de titiriteros. La sombras producen fugaces claridades en los sitios que iluminan, dándoles un aspecto triste, sombrío... Al reflejarse la luz en un rincón del portal, se ve una extraña visión del dolor… Un niño, echado en unos colchones en el suelo, mal envuelto en unas mantas andrajosas; su carita se contrae dolorosamente ante la presencia de un mal devastador, cruel. Agitado, lleva sus níveas manos —en un acceso de dolor— a la garganta; oprimiendo sus carnes con sus deditos, hace locos esfuerzos queriéndose arrancar algo que le ahoga, le oprime, y que sus manos no pueden encontrar: el crup, ese tremendo segador de vidas infantiles, se ha apoderado de aquel niño.

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Y a su lado, en el suelo, una mujer que, amorosa, inundada en lágrimas, abrázase a él, le estrecha en sus brazos como si quisiera poseerle plena, enteramente, y transmitirle una savia vital regeneradora. Su traje escotado de bailarina, con lentejuelas y azabaches, produce un efecto raro con sus policromos colores, semejando fugaces ascuas brillantes en la obscuridad, y pareciendo con su alegre vistosidad fandanguera, una profanación en aquel sitio, en que reina el dolor. El niño, sintiéndose un momento aliviado de su opresión, señala con sus manos el sitio donde están los objetos, y haciendo un gracioso ademán, indica a su madre le aproxime un arito revestido de encarnado que ella utiliza para sus equilibrios en el trapecio; se le acerca por complacerle, y el niño, ante aquella su súbita evocación de alegrías, siéntese renacer... y su carita se alegra. De pronto se incorpora, con los ojos desmesuradamente abiertos, las facciones desfiguradas, quiere articular una palabra, saliendo únicamente de su garganta un ronco gemido, llévase sus manos al cuello queriéndose arrancar de una vez aquello que le ahoga, le mata… y cae blandamente sobre la almohada. La madre arrójase sobre él, y al ver que aquella cara y aquel cuerpo están inertes, loca, oprime su garganta, queriendo auxiliarle para expulsar aquello… y cae al suelo con un grito, un alarido de leona herida. Acude gente del pueblo, de la posada, llega su marido, esforzándose por separarla de aquel cuerpo que atenaza en sus brazos, cede al fin, y la sacan de aquel doloroso lugar. ……………………………………………………. Acaba la tarde. La misma hora. El mismo aspecto. Sopla suavemente el viento balanceando a los pajarillos que se columpian complacidos en las ramas de los altos chopos, volando juguetones de unos a otros. Va dejando fijamente impresas sus ruedas en la alta capa de polvo de la carretera, un carromato que avanza con el peculiar chirrido de los carros muy cargados. Son los titiriteros, una de esas caravanas errantes que van de pueblo en aldea, descoyuntándose el cuerpo y representando burlescas pantomimas, viéndose muchas veces obligados a sobreponer a sus penas y dolores, alegrías fingidas para hacer de la vida una farsa. La titiritera de las lentejuelas y azabaches, va ahora pobremente vestida, apoyada en el brazo de su marido, lentamente andando, cual si les costara un gran esfuerzo el abandonar aquellos lugares, y mirando por vez última a la cumbre alta en que su hijito duerme el sueño de la inocencia. Y entonces, al contemplamiento en el fondo de su dolor de la ruindad de sus vidas, nació como por mutua transmisión, en el alma de los dos, un pensamiento, un deseo de abandonar aquella vida, pera gozar más libremente y para llorar con más dolor, sin supeditación a las influencias que alegrías y tristezas pudieran ejercer en el fondo de su alma, obligada muchas veces a permanecer en repulsivo consorcio cubriéndose las unas a las otras. Y aquella vida errante, aventurera, recorriendo el mundo a merced del destino… sin vida asegurada…

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Y allá lejos, entre las tortuosidades de la blanca carretera, piérdese el chirrido del carro que se aleja, mientras los pajarillos que van delante volando de árbol en árbol, trinan gozosos, abriendo paso a la caravana errante que por el mundo avanza. GUILLERMO DE TORRE ..... Sobre el texto escribe Pablo Rojas (2015, 32): Pese a tratarse de un escrito incipiente y primerizo, su autor muestra aplomo y dotes de escritor. Hay ya un gusto excesivo por el ornato, con gran abundancia de adjetivos, emulando en cierta forma el tono azoriniano en lo pausado de las descripciones.

Considero acertada la caracterización. Mediante comunación personal del 18-IX2016 Rojas me indica, además, que a su modo de ver “la inspiración del asunto de esta narración procede de un episodio aparecido en el libro de Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir”. A mí el texto me recuerda, salvando las distancias, una temprana lectura escolar: el relato “Tini”, de Eduarde Wilde, menos por el estilo, claro, que por el crup. Hamburg, 19-IX-2016 ..... Bibliografía Bonet, Juan Manuel (1995): Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936. Madrid: Alianza, 1995. Bonet, Juan Manuel (1996): El Ultraísmo y las artes plásticas. Valencia: IVAM, Centre Julio González, 1996. Calvo Carilla, José Luis: El modernismo literario en Aragón. Zaragoza: Institución “Fernando el Católico”, 1989, 162-166 (sobre Paraninfo). Cansinos Assens, Rafael: La novela de un literato. Hombres - Ideas - Efemérides - Anécdotas... (Edición preparada por Rafael M. Cansinos). 3 volúmenes: I (1882-1914), II (1914-1923), III (1923-1936). Alianza, 1995. [Adviértase que las ediciones previas de los tomos I y II llevan una paginación diferente, porque debió quitarse un capítulo.] Castán Chocarro, Alberto: “Primeras referencias a la vanguardia en la Zaragoza de 1915: Futurismo, Cubismo y ‘Emocionismo’ en la confluencia con Rafael Barradas”: Artigrama 28, Zaragoza, Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, 2013, 425-437. García, Carlos (2004): Correspondencia Rafael Cansinos Assens / Guillermo de Torre, 19161955. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2004. García, Carlos (2005a): Las letras y la amistad. Correspondencia Alfonso Reyes / Guillermo de Torre, 1920-1958. Valencia: Pre-Textos, 2005. García, Carlos (2005b): Correspondencia Alfonso Reyes / Vicente Huidobro, 1914-1928. México: El Colegio Nacional, 2005. García, Carlos (2006): Correspondencia Juan Ramón Jiménez / Guillermo de Torre, 1920-1956. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2006. García, Carlos (2007): Alberto Hidalgo: España no existe. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2007. Edición de Carlos García, con varios ensayos.

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García, Carlos (2009): Federico García Lorca / Guillermo de Torre. Correspondencia y amistad. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2009. García, Carlos (2013): Antologías y meridianos. Guillermo de Torre y Evar Méndez (1925-1929). Madrid: Del Centro Editores, 2013. García, Carlos (2016a): “El primer manifiesto del Ultra (1919)”: [wwww.academia.edu], subida en septiembre de 2016. García, Carlos (2016b): “Guillermo de Torre en Cosmópolis, (1919-1930)”: [wwww.academia.edu], subida en septiembre de 2016. García, Carlos (2016c): “La polémica Huidobro-Torre a la luz de correspondencias inéditas (Cansinos, Vando-Villar, Reyes, Ramón)”: Texto de la conferencia publicada en Gabriele Morelli / Margherita Bernard, eds.: Nel segno di Picasso. Linguaggio della modernità: dal mito di Guernica agli epistolari dell’Avanguardia spagnola. Atti del Congresso Internazionale, 16-17 aprile 2004, Università degli Studi di Bergamo. (Ponencia leída el 16 de abril de 2004.) Milán: Viennepierre, 2005, 121-141. En ese volumen mi ponencia apareció en forma reducida y sin la bibliografía. De manera completa apareció en mi libro Correspondencia Alfonso Reyes / Vicente Huidobro, 1914-1928. México: El Colegio Nacional, 2005, 66-90. Entretanto, muchos trabajos que eran inéditos en 2004 ya no lo son: preparo, por ello, una versión actualizada del presente texto. Pero esta tiene su valor histórico, ya que 12 años atrás su contenido era novedoso en varios sentidos. Versión ligeramente retocada en [www.academia.edu], subida en septiembre de 2016. García, Carlos / García Sedas, Pilar (2013): Julio J. Casal (1889-1954). Alfarero y poeta entre dos orillas. Montevideo: Biblioteca Nacional, 2013. García, Carlos / García Sedas, Pilar (2015a): Julio J. Casal (1889-1954): Correspondencia con Ramón Gomez de la Serna y Guillermo de Torre (1921-1954). Madrid: Del Centro Editores, 2015. García, Carlos / García Sedas, Pilar (2015b): José Rivas Panedas, poeta ultraísta, poeta exiliado. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2015 (El fuego nuevo, 12). García, Carlos / Greco, Martín (2007): Escribidores y náufragos. Correspondencia Ramón Gómez de la Serna / Guillermo de Torre, 1916-1963. Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2007. García, Carlos / Sanz Álvarez, María Paz, eds.: Gacetas y meridianos. Correspondencia Ernesto Giménez Caballero / Guillermo de Torre (1925-1968). Madrid / Frankfurt am Main: Iberoamericana / Vervuert, 2012. García Guatas, Manuel (1997): “Juventud y revistas culturales”: Artigrama 12, Zaragoza, Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, 1996-1997, 605-625 (“Paraninfo: portavoz de la efímera modernidad”, pp. 615-619).4 García Guatas, Manuel (2000): “Barradas, modernista”: Ignacio Henares Cuéllar, Salvadror Gallego Aranda, eds.: Arquitectura y modernismo. Del historicismo a la modernidad. Granada: Universidad de Granada, 2000, 95-106 (con reproducción de trabajos de Barradas de la época). García Guatas, Manuel (2002): “Barradas, ars longa vita brevis”: Artigrama 17, Zaragoza, Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, 2002, 49-69. 4 La interesante revista Artigrama es accesible en línea: [www.unizar.es/artigrama/].

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García-Sedas, Pilar: Joaquín Torres-García y Rafael Barradas. Un diálogo escrito, 1918-1928. Barcelona: Parsifal ediciones, 2001. Morelli, Gabriele, ed. (con la colaboración de Carlos García): Vicente Huidobro: Epistolario con Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre, 1918-1947. Madrid: Residencia de Estudiantes, 2008 (Epístola, 7). Morelli, Gabriele (2011): “Nueva documentación sobre el joven Guillermo de Torre”: Liburna. Revista de Humanidades y Filosofía 4, Valencia, noviembre de 2011, 239-247. [Contiene textos de Torre entregados por este a Vicente Huidobro en 1918-1919: “Poema. Pleamar”, “Triangle”, “L’arc-en-ciel”, “Intermezzo inefable” y “Breviario ultraísta. El peligroso silenciario”. Rojas, Pablo: Guillermo de Torre y la cultura del exilio. (Tesis doctoral.) Madrid: UNED, 2015. Torre, Guillermo de (1923): Hélices. Poemas (1918-1922). Ilustraciones: Barradas (cubierta), Norah Borges, retrato del autor por Vázquez-Díaz. Madrid: Mundo Latino, 1923, 126 págs., 5 pesetas. Contiene las secciones: Versiculario ultraísta. Trayectorias. Bellezas de hoy. Palabras en libertad. Puzzles. Inauguraciones. Kaleidoscopio. Poemas fotogénicos. Frisos. Haikais [occidentales]). Una dedicatoria del libro: “A mis queridísimos papás / y a María Luisa. / Este primer libro que realiza / mis más ambiciosos sue- / ños de adolescencia. / Muy cariñosamente: / [Fdo.] Guillermo. / Madrid - febrero – 1923”.5 Reedición facsímil a cargo de José María Barrera López (también autor de una “Introducción”); preliminar de Miguel de Torre Borges: Málaga: Centro Cultural del 27, 2000 (Colección Facsímiles, 1). Cf. 2005. Torre, Guillermo de (1925): Literaturas europeas de vanguardia. [1925] Edición anotada de José Luis Calvo Carilla. Zaragoza: Urgoiti editores, 2002. Torre, Guillermo de (2000): “Tan pronto ayer. Memorias de mi vida literaria”: ABC Cultural, Madrid, 20-VIII-2000, 6-7. Torre, Guillermo de (2005): Eliche. Poesie 1918-1922. [Hélices, 1923] Arezzo: Bibliotheca Aretina, 2005. Edición facsimilar, traducción al italiano e introducción (“Un po’ di storia: Madrid, inverno del 1923”) de Daniele Corsi. “Appunti su mio padre”, de Miguel de Torre Borges. “La reppublica dei malintesi: Hélices e la belezza permanente”, de José Barroso Castro. Wilde, Eduardo: “Tini” y otros relatos. Buenos Aires: EudeBA, 1960. .....

5 Agradezco este dato a Patricia Artundo (Buenos Aires).

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