Hay que votar
José Chalco Salgado
Y no por el menos malo. Al contrario, la realidad del país merece de una reflexión profunda sobre su futuro y los aciertos que se deben emprender.
Hay que votar por un candidato o candidata a la presidencia de la República del Ecuador. Pero, aunque existen diversas necesidades para los ecuatorianos, se pueden identificar al menos cuatro elementos fundamentales para la discusión de las propuestas de trabajo de quienes aspiran llegar a la presidencia.
Primero, la eliminación de innecesarias competencias, trámites, papeleos y evaluaciones que centralizan al pensamiento y actividad del poder político. Es decir, es urgente que regrese la capacidad de decisión y libertad en las acciones de todos los niveles en las instituciones del poder público. Es primordial exterminar la irreflexiva subordinación hacia nuevas instituciones y órganos de control que se han creado con el único fin de condicionar y ejercer una rectoría autocrática desde el poder de turno.
Segundo, es fundamental que exista claridad en la política económica y social del país. No se puede continuar con la inmediatez en la programación de políticas públicas. Hay que retomar el camino del fortalecimiento institucional y debido manejo de las finanzas del Estado, sin que ello suponga caer en las pasiones publicistas, populistas y de favoritismo eleccionario. Si se quiere, la economía debe tener un modelo definido, y no estar sujeta a improvisaciones que inflan el gasto y perturban las reservas.
Como un tercer punto, y no por ello menos importante, es apremiante reestructurar al aparato estatal. No se puede mantener órganos de control que carecen de independencia, libertad y probidad. La falta de tutela a los actos del poder político no sólo que debilita a la mínima comprensión de una república, sino que además se convierte en un problema de Estado. Luego, que no existan entidades eficientes que protejan los intereses ciudadanos y habiliten una amparo a favor de las minorías que no ostentan poder político, es un retroceso antagónico a la misma Teoría Democrática de la Constitución. Se tiene que revertir la conformación de la Corte Constitucional, Fiscalía, Contraloría del Estado, Defensoría del Pueblo, Superintendencias y unas cuantas invenciones más.
Como cuarto elemento en la discusión de propuestas, tiene que hablarse de libertades, derechos y garantías. No es posible mantener un aparato que ha concentrado todo el poder y que frente a ello no existan mecanismos contra-mayoritarios para hacer freno. Se debe tutelar las fundamentales protecciones a los ciudadanos que no pueden estar a sumisión de una voluntad. Hay que eliminar el modelo de examen para ingresar a las universidades del país; es necesario terminar con las discriminatorias regulaciones al ejercicio de la profesión; se tiene que frenar la discrecional y condicionada entrega de frecuencias; hay que revertir la Ley mordaza de Comunicación; se debe respetar al ciudadano de a pie; hay que velar por los derechos de las comunidades y nacionalidades indígenas; es imperioso frenar la extracción minera. Y es que urge pensar en el mañana y no en la siguiente elección.
Sí. Hay que votar. Pero, por sobre todo, hay que saber votar.
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