Heráldicas: significado y manufactura

August 24, 2017 | Autor: Carolvs Hadrianvs | Categoria: Heraldry
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Heráldicas: significado y manufactura. •

Introducción.

En el presente escrito nos proponemos definir que es la heráldica, sus tipos y manufactura. La heráldica es una tradición medieval que ha sobrevivido hasta nuestros días, y es poco comprendida, este arte tiene un profundo significado y quiere expresar las ideas, así como la personalidad del que la porta. Hay varios tipos: la gentilicia, la civil, la militar, y la eclesiástica. Sin embargo, por espacio y limitaciones del texto, sólo abarcaremos dos: la gentilicia y la eclesiástica. La primera perteneciente a familias y linajes; la segunda al ámbito de la Iglesia. Hablaremos de cómo se puede hacer una, esto quiere decir, que es todo un arte, y conocimiento de las reglas, y comprender que, los escudos de armas que nos venden, no son en realidad nuestros escudos, así que debemos desarrollar uno por nosotros mismo, una vez que este proceso concluye podemos heredarla de generación en generación. Y finalmente daremos una breve conclusión. •

Heráldica: significado.

Según el Registro Internacional de Armas Gentilicias (RIAG): “Todos tenemos derecho a una heráldica”. Esto significa que podemos libremente diseñar una, y utilizarla como nuestro escudo personal de armas, siempre y cuando no esté registrada previamente. Los orígenes de la Heráldica datan desde la edad media, y está fuertemente relacionado con los torneos y justas entre caballeros. Sin embargo, datar una fecha exacta de su existencia es improbable, ya que desde antes de la sistematización, uso y manufactura de la heráldica, ya había modos de blasonar sencillos, o bien una proto-heráldica, que constaba en pintar los escudos con la idea del guerrero o linaje. De este modo, la heráldica es una manera de trasmitir un concepto, podemos definir según el Marqués de Avilés en su libro Ciencia Heroyca, que data del año 1725, la heráldica como: “El blasón es el arte, que con términos y voces propias de él enseña en la inteligencia del Escudo de Armas, la de los esmaltes, figuras y ornamentos, el orden de comprenderles con reglas, y preceptos ciertos, a el modo que le tienen todas las demás Facultades, y Ciencias”. Cuando se refiere al arte está hablando de un sistema de cómo describir y manufacturar el escudo de armas. El arte de blasonar. Hay terminologías, y modos de acomodar las figuras, que se debe cuidar y conocer el simbolismo, si no podemos realizar una heráldica errónea. Así pues, la sistematización de los escudos de armas comienza por el siglo XII, debido a la necesidad de distinción de los caballeros en el campo de batalla, los emblemas utilizados que respondían a la imaginación y la idea a trasmitir, se comenzaron a heredar y a sistematizar en un conjunto de reglas e interpretaciones, con un lenguaje y terminología propios que han perdurado hasta nuestros días, y se relaciona con otras ciencias como la Historia, Paleografía, Sigilografía, Vexilología, la Genealogía y el derecho nobiliario. Como podemos observar es un arte muy rico y fuertemente sustentado por su ciencia. •

Clasificación de la Heráldica:

La heráldica puede clasificarse de la siguiente manera: Heráldica gentilicia, esta pertenece a los individuos, familias o linajes. Heráldica cívica o civil, esta se refiere a los territorios, se

divide a su vez en nacional, provincial y local. Heráldica corporativa, pertenece a las entidades públicas o privadas. Esta pertenece a todas las asociaciones profesionales, clubes deportivos, sindicatos, etc. Heráldica eclesiástica, de las personas, instituciones o jerarcas de la Iglesia. Heráldica militar, de los individuos, instituciones o cuerpos militares. Heráldica industrial, aquella que pertenece a las marcas o productos de empresas. Como mencionamos, en este breve escrito solo trataremos dos: la gentilicia y la eclesiástica. Delimitamos así, ya que como caballeros podemos tener una, queriendo decir que tanto laicos como eclesiásticos podemos diseñar una. Para eso, explicaremos de forma breve la manera de hacer una, si el lector se interesa en una manera más especializada, podrá consultar la RIAG en línea, y ellos la diseñan y registran por 75 €. Así pues, estudiemos un poco de cómo se diseña una heráldica. •

Forma del escudo.

Todas las heráldicas están sobre un escudo. Como dijimos en la primera parte de este escrito, se plasmaban en la antigüedad sobre escudos del caballero. Así la heráldica lo primero que debemos concebir es el escudo y su forma exterior. Esto quiere decir, que tenderemos a la forma geométrica del escudo, sin adelantarnos a los adornos exteriores. Añadimos que las formas primitivas de los escudos eran triangulares, pero por diversas necesidades, cambios o modas, las formas geométricas se han adaptado según la época, los caballeros o sociedades. Con esto, podemos afirmar que no hay una forma determinada para un escudo, es decir, una única forma, sino que con base a estudios históricos sobre los países europeos se han determinado 4 formas comunes, que a continuación ponemos:

1.-

2.-

3.-

4.-

Estas formas son las que canónicamente se han utilizado a la hora de diseñar los escudos. Sin embargo, podemos dejar a la imaginación y creatividad del caballero profeso una forma geométrica, siempre y cuando pueda seguir las reglas de ornamentación y timbrado. •

Campos y particiones.

Una vez elegido el escudo, debemos atender al campo. Este es el que se encuentra comprendido dentro de los límites del escudo. También se le denomina fondo. Este será con base a las particiones que se realizarán, y de ahí podemos decir que será simple o compuesto. El primero se da cuando el campo tiene un solo esmalte, el segundo cuando está dividido en dos o más cuarteles. Las particiones comunes son las siguientes: Partido, división vertical, cortado, dividido horizontalmente, tronchado, tajado, terciado, cuartelado, jironado, etc. Algunas otras maneras de cuartelar son las siguientes: cortinado, mantelado, calzado, embrazado, contraembrazado, encajado, enclavado, adiestrado, siniestrado,

flechado, entre otras con sus diversas combinaciones. A continuación pondremos algunos ejemplos gráficos de estas particiones:

Para entender las particiones, procederemos nombrar de izquierda a derecha, la primera figura, tenemos el partido, el segundo es el cortado, el tercero es partido y medio cortado, el cuarto es medio cortado y partido, el quinto es cuartelado en cruz, el sexto es cuartelado en souter, en séptimo es cortado y medio partido, y el ultimo medio partido y cortado. Estas son las particiones más comunes, sin embargo, podemos hacer uno solamente partido y cartelado, etc. Para dimensionar los escudos la medida debe ser 6 de alto por 5 de ancho, en esto coinciden todos los autores, si no es así, a la hora de hacer las particiones estará desproporcionado. •

Esmaltes.

Los colores con que se pinta el campo como las figuras del escudo se le denomina esmalte. Estos a su vez, se dividen en metales y colores. Los primeros son: oro y plata, que son sustituidos por el amarillo y el blanco, sin embargo, según los autores más reconocidos del arte de blasonar, no debemos juntar los metales simultáneamente en un mismo campo. Los segundos: gules o rojo, azur o azul, sinople o verde, purpura o morado, y sable o negro. Además de estos, se pueden usar los colores naturales de animales, plantas, construcciones y color de la piel humana, se le denomina carnación, por si hay alguna figura humana en el mismo. El campo deberá tener un esmalte de los mencionados, tenemos que estar atentos ya que no existen tonalidades, como por ejemplo, el carmesí, o azul celeste, ni nada por el estilo. Hay otras tonalidades que se les denominan forros, y son combinaciones de dos esmaltes. Según el Marqués de Avilés una regla fundamental de la heráldica es no colocar en los escudos metal sobre metal, o color sobre color, esto significaría su anulación. En palabras sencillas el escudo de armas sería falso. Como en todo, hay excepciones, y son seis: no se

aplica esta regla a los pequeños detalles de las figuras, picos, garras, ojos, frutos, coronas, etc., ni a las figuras humanas y sus partes o las restantes figuras de color natural, se podrán poner indistintamente sobre metal o color. A veces no es posible tener los colores de modo real, y se ha recurrido al sistema de “rayado heráldico” diseñado por el jesuita italiano Silvestre Pietrasanta en 1638. Consiste en simbolizar cada uno de los colores o esmaltes por medio de señales graficas. Consiste en representar de la siguiente manera: oro con puntos, plata dejando el campo en blanco, gules rayas verticales, azur con rayas horizontales, el sinople, con líneas diagonales de derecha a izquierda, el purpura con rayas diagonales de izquierda a derecha, y finalmente el sable con líneas verticales y horizontales cruzadas. Este modo de simbolizar los esmaltes se puede usar en campos como en figuras. El color natural se representa de igual modo que la plata. •

Figuras.

Los objetos colocados en el campo del escudo se le llaman figuras o piezas. Los heraldistas distinguen cuatro tipos: Heráldicas o piezas propiamente dichas, como el jefe, el palo, la banda, la faja, la cruz, el aspa o souter, la bordura, etc., los naturales, como animales, plantas, los astros, y meteoros, las figuras humanas, etc., los artificiales, como las coronas, los castillos, torres, cadenas, etc., quiméricas, como dragones, grifos, sirenas, etc. Este arte dará sus reglas para acomodar las piezas: 1.- Cuando solo hay una figura en el escudo, se coloca en el centro, y se llenara todo su campo, sea cual fuere su tamaño natural, sin tocar los extremos del escudo. 2.- Cuando las figuras no son piezas honorables, y van en número de tres, se colocaran dos en jefe, parte superior, y una en punta, la parte inferior. Si se colocan de modo inverso están erróneas. Esto es, una en punta y dos en jefe. 3.- Toda figura que no mire hacia el frente, necesariamente deberá mirar hacia la derecha del escudo, en el caso que mirase hacia la izquierda se consignara. Siguiendo estas sencillas reglas, tendremos un escudo valido, y completo. Para cualquier duda consultar la página de la RIAG. Ya nos falta la parte exterior. •

Ornamentos exteriores del escudo.

Se le denomina timbre a los ornamentos o adornos que van en el exterior del escudo. Estos no formaban parte obligatoria del blasón, sin embargo, esta en la voluntad del titular si se timbra o no la heráldica. Los timbres más comunes son: coronas, yelmos, bureletes, cimeras, lambrequines, tenantes y soportes, mantos, banderas, cordones y palmas, encomiendas y collares de las Ordenes Militares, pabellones, divisas, capelos y la voz de guerra. Hablamos de que trataríamos dos tipos de heráldica en este escrito, la gentilicia y eclesiástica. Hasta ahora no se ha dado una diferencia como tal ya que las dos siguen las sencillas reglas que hemos expuesto, sin embargo, se diferencian a la hora de timbrarse. Veremos cómo se realiza el timbrado. El yelmo es normalmente utilizado en la heráldica familiar o gentilicia, estos se adornan con cimeras y lambrequines, que corresponden al esmalte del escudo. Las coronas para este tipo de heráldica se introdujeron en el s. XVII y según el titulo real era la forma de la corona. En el caso de los timbres eclesiásticos son la tiara pontificia, capelos, mitras, báculos, cruces, sombreros, rosario y borlas. Como mencionamos la Iglesia por ser una institución jerárquica también hace uso de la heráldica y se somete a las reglas de la heráldica como tal. Sin embargo, para los eclesiásticos que la

usan se debe timbrar con capelo y para saber la jerarquía, su santidad Pio X el 21 de febrero de 1905, reguló los colores y el número de borlas del capelo que le correspondían a cada grado dentro de la jerarquía eclesiástica. Así tenemos: Para Cardenal, Capelo rojo con 2 x 15 borlas rojas, para Patriarca o Primado, capelo verde con 2 x 15 borlas verdes, para Arzobispo, capelo verde con 2 x10 borlas verdes, para Obispo, Abad Mitrado, Prelado territorial, capelo verde con 2 x 6 borlas verdes, para Prelado “Di Fiochetto” de la cámara apostólica, capelo purpura con 2 x 10 borlas rojas, para Protonotario Apostólico, capelo purpura con 2 x 6 borlas rojas, para Prelado de Honor de su Santidad, Prelado Domestico de su Santidad, Capellán conventual del S. M. O. M., capelo purpura con 2 x 6 borlas purpuras, para Capellán de su Santidad, Canónigo de basílica mayor, capelo negro con 2 x 6 borlas purpuras, Vicario general, Vicario Episcopal, Prior Mitrado, Abad Superior de una Orden Religiosa, Protonotario apostólico honorario, capelo negro con 2 x 6 borlas negras, Canónigo, Prior, capelo negro con 2 x 3 borlas negras, Arcipreste, Deán, Vicario foráneo, Superior de una Orden Religiosa, capelo negro con 2 x 2 borlas negras. Los Presbíteros y Diáconos por lo regular no usan escudo de armas, salvo que lo utilicen por otras razones, por ejemplo pertenencia a familia con títulos nobiliarios, o pertenencia a una orden de caballería, en ese caso se deberán timbrar sus heráldicas con el capelo negro, para sacerdote 2 x1 borla negra, y para Diacono solamente el capelo negro sin borlas. Para abades, priores y superiores de órdenes religiosas, se admite sustituir el color negro del capelo por blanco. Tenemos algunos ejemplos a continuación:



Forma de blasonar.

Una vez explicado las partes del blasón, hablaremos de cómo interpretar adecuadamente un escudo de armas. Y esto se hará tomando en cuenta que se personifica, es decir, la derecha del escudo se corresponde con la izquierda del observador, y viceversa, además que el escudo se divide en jefe, centro y punta, como lo notamos en la imagen inferior:

Para describir o blasonar un escudo seguiremos el orden que a continuación se explica: Cuando el escudo está dividido en varias particiones se deberá explicar de que forma esta cuartelado: partido, cortado, cuartelado, etc., acto seguido se describirá cada partición, como si estuviésemos hablando de escudos diferentes, deberemos blasonar primero las particiones que se hallen en el área del jefe, y a la derecha del escudo (diestra), si alguna pieza va sobre estas, se blasonara al final, si una partición tuviese una bordura común, se blasonará después de las particiones. De este modo, describiremos en primer lugar el campo del escudo, es decir, el esmalte, se usa la siguiente formula, Trae campo de… o Trae de… Después se blasonarán las piezas y figuras, comenzando por la principal, siempre y cuando no sean jefe, campaña o bordadura, si es el caso, se harán al final. Cuando los escudos se dividen en más de cuatro cuarteles se blasonaran primero los situados en la parte superior, dando prioridad a los de la derecha (diestra). Y a su vez, si algún cuartel está dividido, por ejemplo, partido cuartelado en souter, recordar figura sexta, se blasonará el cuartel completo antes de ir al siguiente. Finalmente una vez blasonado el interior del escudo, se procede a timbrar, seguiremos este orden: el yelmo, la corona, que pueda hallarse sobre él, los lambrequines, las cimeras, y las banderas, las encomiendas, y collares, los tenantes y soportes con los adornos que tuvieren, y en último lugar las divisas y voces de guerra, que es un lema corto, en latín o idioma del titular. •

Conclusión.

El arte de blasonar es muy interesante y edificante. Como caballeros tenemos derecho a usar uno, con este pequeño y humilde escrito pretendemos ilustrar como se podría manufacturar uno. Si seguimos los pasos, podremos tener nuestro propio escudo de armas, y heredarlo a nuestras generaciones venideras. Esto surge de la preocupación de que efectivamente, cuando compramos nuestro escudo de armas, que ya está predeterminado, en realidad no es nuestro, sino pertenece a linaje que lo blasono. Así que es sumamente importante que podamos diseñar uno y portarlo con orgullo, y más aun, en nuestro caso como caballeros profesos. Así pues, tratamos de la definición de heráldica, sus tipos, clasificación, las figuras, los esmaltes, como blasonar y finalmente timbrar, abarcamos solamente las heráldicas gentilicias y eclesiásticas, por el espacio de este escrito, y finalmente concluimos que siguiendo los lineamientos de la Orden, en la preservación de tradiciones medievales, debemos fomentar y estudiar este arte.



Bibliografía.

ATIENZA, J., Diccionario nobiliario, Madrid, 1947. CASTAÑEDA, V., Arte del Blasón, Madrid, 1954.

R. P. Fr ++ Lic. Don Carlos Adrian. Gran Capellán.

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