La Bogotá de Virgilio Barco Vargas - Obra pública y pensamiento urbano (1966-1969)

August 13, 2017 | Autor: J. Castaño Rodríguez | Categoria: Urban History, Bogotá
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES CARRERA DE HISTORIA

La Bogotá de Virgilio Barco Vargas. Obra pública y pensamiento urbano (1966-1969)

Trabajo de Grado para optar al Título de Historiador

Juan Carlos Castaño Rodríguez

Germán Rodrigo Mejía Pavony Director

Bogotá, 29 de julio de 2013

Mapa 1: “Plan Vial de Integración Urbana. Primera etapa”, en “Realizaciones del Ingeniero Virgilio Barco como Alcalde de Bogotá”, Anales de Ingeniería, Vol. LXXVI, No. 758 (1968, segundo trimestre): 36. Mapa 2: “Plan Maestro de Alcantarillado. Primera etapa”, en “Realizaciones del Ingeniero Virgilio Barco como Alcalde de Bogotá”, Anales de Ingeniería, Vol. LXXVI, No. 758 (1968: segundo trimestre): 37

Tabla de contenido Agradecimientos…………...…………………………………………………………………………1 Introducción………………………………………………………………………………..................2 Parte I: Una vida y un comienzo…………………………………………………………..................9 Capítulo I. Virgilio Barco Vargas: Estadista y servidor público…………………………..………..10 1. 1. Perfil personal, educativo y profesional…………………………………….………………..11 1. 2. Perfil político: Estadista y servidor público…………………………………….……………13 Capítulo II. Un nuevo alcalde para Bogotá, D. E. ……………………………………………….…19 2. 1. Jorge Gaitán Cortés (1961-1966)……………………………………………….……………20 2. 2. Virgilio Barco Vargas, nuevo alcalde para Bogotá, D. E. …………………………….…….24 2. 2. 1. Un nombramiento inesperado…………………………………………………….……….24 2. 2. 2. La situación del Distrito Especial, antes de la posesión…………………………………..27 Parte II: Administrar y planificar……………………………………………………………………32 Capítulo III. Afrontar las dificultades de la ciudad………………………………….……………...33 3. 1. La labor de administrar…………………………………………………………….………...34 3. 2. Dificultades en torno a lo administrativo……………………………….……………………38 3. 3. Reorganización administrativa mediante reforma constitucional……………………….…...48 3. 4. Construcción y reconstrucción para un mejor desempeño de la Alcaldía…………………...51 Capítulo IV. Organizar la ciudad……………………………………………………………..……..55 4. 1. Plan Vial de Integración Urbana: Un recorrido infraestructural………………………….….56 4. 2. Servicios públicos: Problemas y beneficios…………………………………….……………72 4. 3. Renovación urbana: Proyectos y deudas……………………………………………….…….76 Parte III: Realizaciones y una ciudad para la memoria……………………………………………..86 Capítulo V. Programas al servicio de la ciudad……………………………………………………..87 5. 1. Educación, salud, niñez y familia……………………………………………………………88 5. 2. Seguridad, vivienda, sanitarios públicos, tránsito y relaciones humanas……………………93 5. 3. Actividades recreativas, deportivas y culturales……………………………………………..97 5. 4. Las plazas de mercado……………………………………………………………………...105 5. 5. Condiciones físicas óptimas para Bogotá…………………………………………………..106 Capítulo VI. Una ciudad para la memoria: La celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional……………………………………………………………………………………….110 6. 1. Un “casi no”: La organización del CEI en la capital……………………………………….111

6. 2.

“Cuando

toca,

toca…”:

Un

lema

originado

en

un

almuerzo……………………………….....................................................................................122 6. 3. El sentido de “Cuando toca, toca…”……………………………………………………….125 6. 4. La llegada del Papa Pablo VI: Una ciudad para la memoria……………………………….132 Epílogo: Una renuncia anunciada………………………………………………………………….136 Conclusiones……………………………………………………………………………………….140 Créditos de imágenes………………………………………………………………………………143 Bibliografía………………………………………………………………………………………...148 Anexos……………………………………………………………………………………………..155

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Agradecimientos Antes de dar inicio a este respectivo trabajo de grado, quiero manifestar mi agradecimiento en primer lugar a mis padres, Luz Ángela y Juan Carlos, quienes creyeron en mí desde un principio, aunque debo admitir que nunca faltaron las dificultades a lo largo de mi carrera, pero eso no me impidió llegar hasta este punto. En segundo lugar, también quiero dar las gracias a dos grandes amigos que me brindaron todo su apoyo y que dieron origen a mi gusto por la historia de Bogotá; por un lado, Germán Mejía, gran profesor y mentor durante mi investigación y por otro lado, Diego Aguirre, a quien le debo mucho por haberme facilitado parte del material utilizado a lo largo de mi trabajo. Finalmente, quedo agradecido con el resto de profesores que tuve la oportunidad de conocer a lo largo de mi carrera, familiares con quienes compartí mis experiencias universitarias durante estos últimos años, y demás amigos y compañeros que me acompañaron en mi proceso de formación académica.

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Introducción “Durante los últimos 60 años la Capital y su entorno regional han sido escenario de un acelerado y complejo proceso de urbanización, crecimiento, desarrollo y modernización, el cual -por falta de adecuado control, encauzamiento y manejo político-administrativohoy se presenta traumático, conflictivo y casi inmanejable.”. Rubén D. Utria, Bogotá, una metrópoli en crisis: Aportes al debate electoral (Bogotá, D. C.: Fundación Ciudades Mejores, primera edición, julio de 2011): 15.

Estas líneas, escritas por el arquitecto Rubén Darío Utria para la introducción de su libro Bogotá, una metrópoli en crisis, son una clara perspectiva acerca del complejo proceso de formación que ha tenido nuestra ciudad capital desde la década de 1950, aunque esto nos sugiere un interrogante. Lo que nos da a entender Rubén Utria, ¿es que Bogotá ha venido teniendo un proceso de deformación desde la segunda mitad del siglo XX? Es probable que sea un equívoco plantearse esta pregunta sobre los preceptos expuestos, pero surge por la razón de que se considera como una apreciación generalizada sobre muchos años de historia administrativa de la capital y que nos da la oportunidad de hacernos otra pregunta: ¿acaso los intentos por hacer una mejor ciudad a lo largo de su historia no se pueden valorar o sólo deben quedar en el olvido?

Es importante tener en consideración que Bogotá atraviesa por una crisis de todo orden en la actualidad, debido a ese complejo proceso que explica Rubén Utria. Tampoco se le niega el hecho de que la ciudad ha vivido en caos a lo largo de las últimas décadas, pero eso también sería un desmerito para lo que algunas de las administraciones distritales han intentado hacer por afrontar las dificultades de la capital y sobre todo cómo organizarla, a través de un plan de gobierno y el impacto que pueden generar las obras a los ciudadanos. Obviamente, de lo que haga o deje pendiente la labor administrativa de una ciudad, se puede tener un sentido crítico ante los hechos, pues de los resultados que generen varias propuestas gubernamentales, no siempre debe existir una actitud conformista. Esto último nos da a entender que debe haber conciencia sobre el hecho de que las obras cuando han sido realizadas, tienden a transformarse con el paso del tiempo y a su vez pueden generar nuevos y complejos problemas para una respectiva urbe.

Página |3 ¿Existe algún caso en la historia de Bogotá de una administración que haya hecho intentos por lograr hasta cierto punto que sea una mejor ciudad? Evidentemente, sí existe y el que interesa en esta respectiva investigación, es el del alcalde Virgilio Barco Vargas, ingeniero y político liberal que gobernó la ciudad por espacio de tres años (1966-1969). Antes que nada, es menester tener en cuenta los orígenes de esta administración, en cuanto a organización y panorama de la capital.

La visita a Colombia del arquitecto suizo-francés, Charles Édouard Jeanneret-Gris (Le Corbusier) y del Papa Pablo VI, sirvieron de pretexto para que Bogotá entrara definitivamente en la carrera avasalladora de la modernidad1. Fue la primera vez que se hizo urgente la noción de planificar el crecimiento y desarrollo de la capital en todos sus aspectos, y esto se hizo con todos los elementos del lenguaje moderno: a una ciudad donde se dan simultáneamente varios usos se contrapone una especialización del suelo urbano en el que las grandes zonas se destinan a una actividad única -habitar, trabajar, circular y recrearse2. Nos encontramos en una época fundamental por sus características especiales y únicas en materia de explosión demográfica, espacio disponible, visiones y utopías, y la última en que fue posible hacer ciudad a base de grandes gestiones, pero también fue la ocasión en que la ciudad empezó a sufrir un cambio radical e irreversible. Todo este proceso se entiende en la ambición por construir inmensos proyectos de vivienda que anunciaron la necesidad de crear ciudades dentro de la ciudad y la propuesta de planes viales que se complementaron con servicios a nivel de la ciudad tales como parques de recreación, centros de abastecimiento, etc. Rubén Utria, al respecto sobre esta época, explica que “… en este período, la ciudad recibió amplios contingentes de migrantes de muchas provincias del resto del país; la población se decuplicó; sus actividades sociales y económicas crecieron y se tornaron cada vez más dinámicas y complejas; su comunidad experimentó transformaciones significativas en su calidad de vida y sus valores, actitudes, motivaciones, aptitudes y aspiraciones; y al impulso del movimiento internacional denominado arquitectura moderna y la ciudad 1

Alcaldía Mayor de Bogotá-Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá 4 ½. Transformaciones, proyectos, visiones (Bogotá: Ediciones PROA, octubre de 1988): 27. 2 Alcaldía Mayor de Bogotá-Museo de Arte Moderno de Bogotá, Bogotá 4 ½, 27.

Página |4 adquirió la apariencia de una urbe típica del Siglo XX.” 3. Con esto, Rubén Utria nos quiere decir que por falta de planificación prospectiva, conocimiento ecológico y visión de ciudad, al igual que dinamismo económico, solidaridad social y compromiso político de la clase dirigente, la modernidad, como proceso sociocultural y urbanístico, se tornó conflictivo, la ocupación territorial operó contra todo orden, la producción se hizo depredadora y contaminante, la calidad de vida se volvió precaria, la segregación social se afianzó y la funcionalidad de la ciudad empezó a entrabarse, hasta llegar al colapso4. Rubén Utria también explica que “… en la desesperación generada por la actual cuasiparalización de la ciudad, hay quienes piensan incorrectamente que la penosa situación de hoy se debe simplemente a la presunta ineficiencia de la actual administración distrital y de las últimas predecesoras, y no a ese proceso de omisiones y falencias acumuladas durante los últimos 60 años.”5. Tiene razón el profesor Utria, pero en este caso es preferible no generalizar, ya que algunas administraciones a lo largo de los últimos 60 años, han logrado hasta cierto punto demostrar que mediante un adecuado plan de gobierno y el respaldo que brinden las respectivas instituciones gubernamentales y distritales, se puede llevar a cabo una eficaz administración para el control de la ciudad. Y precisamente, fue el caso de la alcaldía de Virgilio Barco.

En la década de 1960, el manejo de los instrumentos de planificación y el inicio de la reflexión económica sobre Bogotá llevaron a pensar de forma más ordenada la correspondencia entre planeación urbana y planeación económica. Precisamente, las administraciones del arquitecto Jorge Gaitán Cortés y el ingeniero Virgilio Barco Vargas se destacaron en ese sentido, experiencia satisfactoria para la capital en materia de reflexiones y actuaciones para el desarrollo urbano. Es importante aclarar que la administración de Gaitán Cortés se destacó más por la planificación que por la ejecución de las obras y proyectos. En cambio, la administración de Barco Vargas se destacó tanto por la planeación como por la ejecución de obras.

3

Utria, Bogotá, 15. Utria, Bogotá, 15. 5 Utria, Bogotá, 15-16. 4

Página |5 La alcaldía de Virgilio Barco Vargas es reconocida en los ámbitos académicos y políticos como una de las primeras administraciones del Distrito Especial de Bogotá que incorporó e implementó los conceptos de planeación urbana y planeación económica en un momento que la ciudad necesitó de una adecuada política de planificación para lograr propósitos como la obtención de una autonomía administrativa, poder dotarla de una mayor cantidad de recursos y controlar su crecimiento. De esa manera, el manejo de los instrumentos de planificación y el inicio de la reflexión económica sobre Bogotá llevaron a pensar de forma más ordenada la correspondencia entre ambos tipos de planeación.

La administración de Virgilio Barco es fundamental para estudiar y a su vez se convierte en un aporte más para un mejor conocimiento de la historia de Bogotá, especialmente en cuanto a su historia administrativa, ya que los estudios acerca de las administraciones que han regido en la capital son pocos y lo que se encuentra en realidad son aspectos generales, mas no profundos. En la memoria de la ciudad, dicha administración ha figurado como una de las mejores en el sentido de que generó cambios en la infraestructura y en la organización de la ciudad, a través de labores como la creación del Centro Distrital de Computación para un mejor desempeño de las dependencias distritales, la elaboración del proyecto para la construcción del Centro Administrativo Distrital, el Plan Vial de Integración Urbana, el empuje del Plan Maestro de Alcantarillado, la propuesta del plan escolar con la expedición del Decreto Número 794 de 1969, la organización del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional, entre otras. Hoy en día, vale la pena tener un mejor conocimiento de la historia administrativa de Bogotá, para entender la evolución de sus problemáticas urbanas a través del tiempo.

En la relación establecida entre lo que es una ciudad y lo que debe ser, existe un pensamiento formal sobre la ciudad y el juicio que se hace sobre ella por parte de un alcalde. Existen tres herramientas para llevar a cabo esto: un plan de obras, el acudir a las instituciones gubernamentales para lograrlo y el financiamiento de las obras mismas, de parte de las entidades respectivas. Si se cumple esto, ¿un alcalde puede incidir positivamente sobre el futuro de una ciudad? Para dar respuesta a esta problemática, se estudiará la administración de Virgilio Barco para saber qué tan cierto es esto, haciendo la

Página |6 confrontación entre plan de obras e idea de ciudad. Esta investigación se apoyará en los siguientes conceptos: ciudad, ciudad capital, planificación urbana y expansión demográfica.

Las fuentes utilizadas para esta investigación son tanto primarias como secundarias. Como fuentes primarias, fueron utilizadas varias de las memorias publicadas por Virgilio Barco que dan cuenta de su experiencia como alcalde de Bogotá, D. E., tales como Acción administrativa. Obras públicas y su financiamiento - Progreso urbano y potencialidad agrícola y La administración de una ciudad moderna, y algunos de los informes de labores de la Alcaldía Mayor tales como Alternativas para el desarrollo urbano de Bogotá, D. E., Renovación urbana de Sans Façon, Bogotá, D. E. y Tres años de administración distrital, 1967-1969. Estudios e informes de una ciudad en marcha, presentados en el último año de la administración. También se encontraron notas de prensa en el diario El Tiempo, en su versión digital, utilizado en esta investigación con el fin de revisar el día a día o los tres años de la alcaldía para así poder confirmar hechos de la ciudad y labores de la administración distrital; vale la pena aclarar que fueron consultados algunos artículos de El Tiempo de años anteriores y posteriores a la administración de Virgilio Barco para brindar más detalles o ampliar detalles sobre otros temas tratados durante la investigación. La revista Cromos, referida en una parte de este trabajo, fue utilizada para tratar algunos aspectos previos a la administración distrital de Barco. También fueron referidas las revistas Proa. Urbanismo, Arquitectura, Vivienda y Anales de Ingeniería para tratar aspectos específicos de la alcaldía en cuanto a la administración y algunos proyectos arquitectónicos presentados a lo largo de tres años. En cuanto a normatividad promulgada durante la alcaldía, fueron mencionados varios acuerdos con sus respectivas derogaciones y se encontraron en su versión digital.

Sobre las fuentes secundarias, existe una problemática, pues al respecto de la alcaldía de Virgilio Barco, es muy poco lo que se encuentra. Ciudad para la memoria. Virgilio Barco y la construcción de Bogotá, texto escrito por Ricardo Alonso, nos ofrece de manera general y con aspectos fundamentales lo que fue la Administración Barco, lo que lo convierte en una fuente importante para el entendimiento de dicha administración. También tenemos el libro de Fernando Garavito, “Juan Mosca”, Bogotá. Ayer, hoy y mañana, en el que el

Página |7 escritor realiza una serie de entrevistas a Virgilio Barco en el momento que ejercía la presidencia del país, enfocadas en lo que fue su alcaldía, los problemas que enfrentó y la perspectiva que ofrecía sobre los inconvenientes de la capital en la segunda mitad de la década de 1980, fuente valiosa para el entendimiento de la administración distrital de manera más directa. El libro Virgilio Barco. Hombre de Partido y Hombre de Estado, de Jorge Ardila Duarte, que es una breve biografía sobre el político liberal, ofrece en algún momento de manera general aspectos sobre su alcaldía. Hay otros textos como Historia de Bogotá Siglo XX, en sus respectivas ediciones de 1988 y 2007, a cargo de Fabio Zambrano Pantoja, que también nos brindan aspectos específicos sobre la administración distrital. Como soporte ante las pocas fuentes secundarias existentes sobre la alcaldía de Virgilio Barco, nos hemos apoyado en otros textos que tratan aspectos administrativos y urbanos en relación con la capital, especialmente las fuentes primarias mencionadas previamente y los conceptos de ciudad, ciudad capital, planificación urbana y expansión demográfica. Este trabajo consta de tres partes. La primera, titulada “Una vida y un comienzo”, consta de los capítulos primero y segundo, titulados “Virgilio Barco Vargas: Estadista y servidor público” y “Un nuevo alcalde para Bogotá, D. E.”. La segunda, titulada “Administrar y planificar”, consta de los capítulos tercero y cuarto, titulados “Afrontar las dificultades de la ciudad” y “Organizar la ciudad”. La tercera, titulada “Realizaciones y una ciudad para la memoria”, consta de los capítulos quinto y sexto, titulados “Programas al servicio de la ciudad” y “Una ciudad para la memoria: La celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional”.

La primera parte de este trabajo consiste en dar a conocer aspectos fundamentales de la vida de Virgilio Barco pasando por dos perfiles: uno en torno a su personalidad, educación y formación profesional, y el otro en torno a su trayectoria como estadista y servidor público. En esta parte, también pretende darse cuenta de lo ocurrido en la anterior alcaldía a Virgilio Barco, que fue la de Jorge Gaitán Cortés, para entender la situación por la que pasaba el Distrito y cómo Barco llegó a la administración. La segunda parte, consiste en tratar la idea de administrar para entender el carácter de una ciudad capital y cómo enfrentar sus dificultades, a través de un plan de reformas administrativas y lograr un mejor

Página |8 desempeño de las dependencias distritales. En esta parte, también se trata la idea de planificar para comprender cómo se organiza la ciudad mediante un plan de obras para beneficio de los ciudadanos y aspectos urbanos concernientes al mejoramiento del espacio público. Finalmente, la tercera parte de este trabajo consiste en tratar sobre realizaciones de la alcaldía para entender los programas propuestos para el servicio de la ciudad, con el objetivo de afrontar el problema de la expansión demográfica. En esta parte, también se da cuenta de cómo un programa especial para organizar la ciudad con el fin de llevar a cabo un evento a nivel internacional, puede hacer de Bogotá una ciudad para la memoria.

Nota: Para evitar la desorganización textual de este trabajo, las imágenes que se verán no tienen subtítulos, pero van enumeradas de acuerdo a lo que se va explicando y sus referencias se podrán ver en la sección “Créditos de imágenes” (Páginas 143-147).

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Parte I Una vida y un comienzo

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Capítulo I Virgilio Barco Vargas: Estadista y servidor público

P á g i n a | 11 “Dibujar la curva de un destino que fue sencillo pero trágico; situar con precisión los pocos puntos verdaderamente importantes por los que pasó; mostrar cómo, bajo la presión de qué circunstancias, su impulso primero tuvo que amortiguarse y su trazo primitivo desviarse; plantear así, a propósito de un hombre de singular vitalidad, el problema de las relaciones del individuo con la colectividad, de la iniciativa personal con la necesidad social, que es, tal vez, el problema capital de la historia: tal ha sido nuestro intento.”. Lucien Febvre, Martín Lutero: un destino (México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, primera edición en español, 1956): 9 .

Estas líneas, escritas por el historiador francés Lucien Febvre (1878-1956) en su libro Martín Lutero (1927) y que hacen parte de las palabras preliminares de su edición original, sirven como mecanismo de comprensión para hacernos a la idea de lo que se pretende hacer en principio en este capítulo. El propósito es un intento de adentrarnos en la vida de un personaje como Virgilio Barco Vargas, mediante dos perfiles: el primero, correspondiente a su vida personal, educativa y profesional y el segundo, que corresponde a su vida como estadista y servidor público.

1. 1. Perfil personal, educativo y profesional

Virgilio Barco Vargas nació el 17 de septiembre de 1921 en San José de Cúcuta, Norte de Santander y falleció el 20 de mayo de 1997 en Bogotá, Cundinamarca. Fue nieto del general conservador Virgilio Barco Maldonado (1858-1922), pionero en la exploración y explotación del petróleo colombiano6, hijo de Jorge Enrique Barco y Julieta Vargas Durán, y contrajo matrimonio con Carolina Isakson (1930-2012) en Cúcuta en el año 1950. De esa unión, nacieron sus hijos Carolina, Julia, Diana y Virgilio.

Realizó sus estudios primarios en el hogar y los de bachillerato en el Colegio Departamental Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta, obteniendo su título de bachiller en 1937. Más adelante, inició sus estudios profesionales de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Bogotá, los cuales fueron concluidos en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MTI) en Estados Unidos; el período de estas actividades 6

“Virgilio Barco Vargas”. http://www.presidencia.gov.co/prensa_new/historia/21.htm (consultado el 12 de marzo de 2012).

P á g i n a | 12 tuvo lugar de 1938 a 1943. Durante estos años, trabajó en el Consulado de Colombia en Boston. Después de graduarse como ingeniero civil, Barco fue nombrado como ingeniero de Catastro de Cúcuta por el Instituto Geográfico Militar de su ciudad natal, el cual actualmente se llama Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). Sus estudios de especialización en Ciencias Sociales en la Universidad de Boston, donde obtuvo el Artium Magistri y luego los de Ciencias Económicas del MTI, después de perfeccionar los requisitos académicos para ser doctor en Economía, fueron realizados de 1950 a 19547.

Siendo ingeniero, Virgilio Barco fue miembro de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI)8; presidente de la Sociedad Colombiana de Economistas en 1966; miembro honorario de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA); miembro honorario de la Sociedad Venezolana de Mecánica de Suelos; miembro de la Chi Epsilon National Civil Engineering Honor Society y la Pi Gamma Mu National Social Science Honor Society.

También fue miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional representando al Consejo Máximo de las Academias de 1965 a 1967; miembro del Consejo Internacional del Centro para el Mejoramiento del Maíz y del Trigo (CIMMYT) en México durante 1966 y luego como presidente del mismo en 1971; miembro del Consejo Directivo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de 1970 a 1980 y presidente del Comité Visitante del Instituto para la Facultad de Ciencias Económicas y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de 1966 a 1969 en el mismo instituto mencionado; miembro del Consejo Internacional del Arroz (IRRI) en Los Baños, Filipinas de 1973 a 1976 y también del Consejo Directivo Internacional del Servicio Internacional para el Desarrollo Agropecuario (IADS) en Nueva York, Estados Unidos, desde 19759.

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Jorge Ardila Duarte, Virgilio Barco. Hombre de Partido y Hombre de Estado (Bogotá, D. E.: Cámara de Representantes, Colección “Pensadores Políticos Colombianos”, 1985): 23. 8 El 16 de agosto de 1943, Virgilio Barco solicitó su admisión a la SCI, la cual fue aceptada en diciembre del mismo año. El presidente de la corporación en su momento era el ingeniero bogotano Alfredo Dudley Bateman Quijano (1909-1988). Al siguiente año, asistió al I Congreso Nacional de Ingeniería, realizado en Medellín, Antioquia, del 7 al 11 de diciembre de 1944. Entre los asistentes se encontraba Gustavo Rojas Pinilla (1900-1975), futuro presidente de Colombia. 9 Ardila Duarte, Virgilio Barco, 24-25.

P á g i n a | 13 1. 2. Perfil político: Estadista y servidor público

En cargos de elección popular, Virgilio Barco ejerció como concejal del municipio de Durania y luego como presidente del Concejo de 1945 a 1947; en este último año fue designado por el líder liberal Jorge Eliécer 1

Gaitán

Ayala

(1898-1948)

como

miembro

del

Directorio Departamental Liberal del Norte de Santander, que buscaba luchar por la unificación del liberalismo colombiano (ver imagen 1). También fue concejal de Cúcuta y presidente del Concejo de 1947 a 1949; miembro de la Cámara de Representantes de 1949 a 1951; senador de la República de 1958 a 1966 y nuevamente en el período 1974-1978. En la década de 1970, ejerció como concejal de Bogotá, D. E. y luego como presidente del Concejo Distrital10. Entre otros cargos, se desempeñó como secretario de Obras Públicas y de Hacienda en el Norte de Santander de 1943 a 1945 y luego como secretario del Ministerio de Correos y Telégrafos, actual Ministerio de Comunicaciones, de 1945 a 1946, siendo encargado de dicha cartera en 194611.

En las jornadas contra el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, Virgilio Barco participó en un grupo de intelectuales conformado por Carlos Lleras Restrepo (1908-1994) en 1956, quien reunió a un núcleo de jóvenes economistas para realizar el estudio crítico de los problemas del país. Carlos Lleras simpatizó con Virgilio Barco por su temperamento estudioso, investigador y creativo, razón por la cual no dudó que el político norsantandereano sería uno de los hombres más destacados del panorama político colombiano. El 18 de noviembre de dicho año, Barco escribió un ensayo corto sobre las políticas cambiaria, monetaria y de inversión pública que fue publicado en las lecturas dominicales de Intermedio, diario que reemplazó a El Tiempo por la censura hecha a la prensa por órdenes del gobierno militar. Sin la advertencia del censor oficial, la intervención de la Sociedad Económica de Amigos del País hizo de Barco uno de los primeros críticos de las dilapidaciones, errores y equivocaciones del “despotismo

10 11

Ardila Duarte, Virgilio Barco, 23. “Virgilio Barco Vargas 1921-1997”, Anales de Ingeniería, Vol. CV, No. 869 (1997): 29.

P á g i n a | 14 agonizante”, según Jorge Ardila, del mandato de Rojas Pinilla12; esto le valió fama de ordenado, metódico, trabajador y estadista. Más adelante, Barco integró el Comité Bipartidario de Asuntos Económicos de la Junta Militar de Gobierno (1957-1958).

Como servidor público, a comienzos del Frente

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Nacional (1958-1974), Virgilio Barco fue nombrado ministro de Obras Públicas13 por el presidente Alberto Lleras Camargo (1906-1990) de 1958 a 1960 (ver imagen 2); en este período, presidió el VIII Congreso Panamericano de Carreteras en mayo de 1960. Durante el mandato de Guillermo León Valencia (1962-1966), Barco fue designado ministro de Hacienda y Crédito Público el 7 de agosto de 1962, pero declinó tal nombramiento por incompatibilidades personales. 12

Ardila Duarte, Virgilio Barco, 33. Virgilio Barco fue nombrado como ministro de Obras Públicas el 7 de agosto de 1958 mediante Decreto 1562 y luego fue ratificado el 23 de marzo de 1959 y el 5 de mayo de 1960, pero fue sucedido por Misael Pastrana Borrero (1923-1997). Jorge Ardila explica que Virgilio Barco recibió la cartera de Obras Públicas después de dos problemas claves. Mientras Jorge Leyva contrató con extranjeros el Plan Vial, el contralmirante Rubén Piedrahita Arango dejó una sinfonía inconclusa de obras a mitad del camino, contratistas quebrados, regiones aisladas y una deuda por encima de la capacidad de pago del Ministerio. Como ministro, Barco publicó la Memoria de Obras Públicas (1959), informe de labores donde fueron expuestos asuntos como la cancelación oportuna, la intervención rígida y el exacto cumplimiento de los compromisos adquiridos por los contratistas del gobierno. Entre las labores hechas durante dicho ministerio, estuvieron la construcción del Ferrocarril del Atlántico, la modernización de los Ferrocarriles Nacionales, la inauguración del Aeropuerto Eldorado, incluida la seguridad aérea y conservación aeroportuaria, proponer la política de aeronáutica y creación del departamento administrativo, el reconocimiento de la aviación militar y civil, las obras de Bocas de Ceniza, la creación de la Empresa Puertos de Colombia, la construcción de puentes como el de Coello, Tarazá, Cértegui, sin dejar de lado algunos que quedaron pendientes en su momento como el de Cajamarca y Valdivia, obras de ornatos, parques nacionales, el Centro Administrativo Nacional (CAN), obras conmemorativas del sesquicentenario de la Convención de Ocaña y la política laboral para obras públicas. No hay que olvidar que la labor de Virgilio Barco como ministro de Obras Públicas puede ser entendida desde una visión progresista. Así lo explica Jorge Ardila: “La admirable disciplina del ingeniero y del economista lo han señalado como un creador: el cronograma, la visita de obra, el estudio de prefactibilidad, el contrato y sus soportes, los factores locacionales para ubicar adecuadamente el sitio, el Pert para ver día por día el avance, la contabilidad de costos, son temas que Barco ha convertido en el pan diario de su conversación sobre los temas apasionantes de la patria; porque el nacimiento no consiste en cantar las glorias del ayer sino en construir el país del mañana; el estadista no debe limitarse a estudiar la economía y la sociología sino en equipar el suelo de Colombia de servicios, de carreteras y de ferrovías, en hacer vivible la tierra de los hijos y de los hijos de la generación futura”. Para más detalles, véanse Andrés González Díaz, Ministros del siglo XX (Bogotá, D. E.: Imprenta Nacional, Colección Presidencia de la República, Administración Turbay Ayala, volumen XI, 1982): 155-156, Ardila Duarte, Virgilio Barco, 40-41 y Ministerio de Obras Públicas, Memoria de Obras Públicas 1959 (Bogotá, D. E.: Imprenta Nacional, 1959). 13

P á g i n a | 15 Como ministro de Agricultura (ver imagen 3), Barco estuvo encargado de la cartera de Hacienda y Crédito Público del 13 de abril al 29 de mayo de 196414. En dicho año, fue designado miembro de la Junta Monetaria del Banco de la República. En la presidencia

3

de Carlos Lleras, Barco fue nombrado Alcalde Mayor de Bogotá, D. E., de agosto de 1966 a septiembre de 1969. Luego, ejerció como, presidente de la República de 1986 a 1990.

Como presidente (ver imagen 4), Virgilio Barco afrontó

4

una de las épocas más críticas de la historia colombiana, marcada por dos problemáticas principales: la violencia asociada con las actividades de grupos insurgentes y el narcotráfico. Gabriel Silva Luján, quien ejerció durante su presidencia como asesor de Asuntos Políticos de Seguridad, le sorprendió que fuera un administrador eficiente, administrador al fin y al cabo y un estadista visionario que enfrentó los problemas más complejos del país. Esas son algunas razones para que considerara que

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Virgilio Barco ejerció en el gobierno de Guillermo León Valencia como ministro de Hacienda y Crédito Público el 7 de agosto de 1962 mediante Decreto 2263 y luego como ministro de Agricultura a partir del 23 de abril de 1963 por Decreto 914 y ratificado el 6 de agosto de 1964, mediante Decreto 1976 del año ya mencionado. Jorge Ardila explica que Barco como ministro de Agricultura, participó en los organismos iniciales de la Reforma Agraria, los cuales le dieron la idea exacta de la dimensión del problema que había a nivel nacional: el primero era la tenencia de la tierra concentrada a niveles feudales, el segundo era el bajo nivel de tecnología, investigación científica, coeficiente asistencial, el tercero eran las condiciones infrahumanas de pobreza absoluta en sectores amplios, el cuarto era el mercado deficiente, la comercialización imperfecta, las formas arcaicas de beneficio, la ausencia de conservación, la deshidratación, la pulverización y ensilaje de productos del campo, y finalmente, la proliferación de organismos encargados de los temas del agro, sin responsabilidad concreta de ninguno de ellos. Otros temas como el café, la industria de la construcción, la economía empresarial, la política cambiaria, el desarrollo de la Costa Atlántica y los temas fundamentales de la economía del subdesarrollo y los correctivos para superarla fueron la esencia de sus trabajos. Las labores que Virgilio Barco realizó por su paso en el Ministerio de Agricultura, fueron la atención hacia los efectos del Distrito de Riego del Zulia sobre la producción y el empleo en la agricultura, la atención en el desarrollo ganadero y erradicación de la fiebre aftosa, los programas para el fomento agrícola, la urbanización acelerada, el nivel de vida, el rol de la Iglesia, sentar un ejemplo de vigilancia administrativa que resultó en un informe al Procurador sobre el INA y la creación del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA); este es el momento en que se sabe de su restablecimiento. Barco se encargó de adoptar medidas para fortalecer su actividad investigativa, pidiendo apoyo a fundaciones como la Rockefeller, la Kellog, la Ford y la Universidad de Nebraska. Para más detalles, véanse González Díaz, Ministros del siglo XX, 160-161, Ardila Duarte, Virgilio Barco, 40 y “Virgilio Barco Vargas 1921-1997”, 29.

P á g i n a | 16 cuarenta años de vida pública le enseñaron a Virgilio Barco a gobernar15. El ex-mandatario norsantandereano también es reconocido por su labor y profesión, especialmente de parte de algunos ingenieros colombianos como René Van Meerbeke Restrepo, Priscila Ceballos O. y Germán Silva Fajardo 16. Otras visiones acerca de la persona de Virgilio Barco han pasado por categorías como la de “tecnopol”17, el último radical18, el maestro19, etc., pero tampoco hay que negar el hecho de que su administración sobre el país también fue objeto

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Gabriel Silva hizo evidente su apoyo a Virgilio Barco, pero admitió que su obra y gestión fueron y siguen siendo incomprendidas por parte de muchas personas. Apeló al pretexto de haber sido testigo presencial de los esfuerzos del ex-mandatario por transformar el país, como cuando promovió la ruptura con un siglo de inmovilismo inconstitucional, la desmantelación de cuatro décadas del Frente Nacional, la repartición de tierras, detener una década y media de ascenso del crimen organizado, lograr la paz con el grupo insurgente M-19, actualmente incorporado a la vida civil, la atención en los sectores del país con menos recursos y la restitución del derecho a la oposición y a la protesta popular arrebatado por décadas de estados de excepción. Véase más en “Virgilio Barco. Gabriel Silva, uno de los más cercanos colaboradores del ex presidente, le rinde homenaje a su antiguo jefe”, Semana, edición 786 (1997, 26 de mayo al 2 de junio): 18-23. 16 René Van Meerbeke fue gerente de la Empresa Colombiana de Aeródromos en diciembre de 1958, con el fin de concluir la construcción del Aeropuerto Eldorado y director general de la Caja Nacional de Previsión en diciembre de 1988. Priscila Ceballos fue ministra de Obras Públicas durante la presidencia de Virgilio Barco y lo consideró como un buen técnico que entendía los problemas en una dimensión técnica y que aborrecía la improvisación. Germán Silva ejerció como viceministro de Obras y Transporte durante la presidencia de que hacemos mención y consideró que el ex-mandatario norsantandereano, por más problemas que afrontara en su ejercicio, jamás dejó de lado su profesión de ingeniero; también afirmaba que el ex-presidente era llamado peyorativamente como el Ingeniero-Presidente. Véanse más detalles en René Van Meerbeke, “Sin título”, Anales de Ingeniería, Vol. CV, No. 869 (1997), 29, Priscila Ceballos O., “Señor Ingeniero Virgilio Barco”, Anales de Ingeniería, Vol. CV, No. 869 (1997), 31 y Germán Silva Fajardo, “Mis Recuerdos del Ingeniero Presidente”, Anales de Ingeniería, Vol. CV, No. 869 (1997), 31-32. 17 Así lo definió Manuel José Cepeda Espinosa en una nota publicada en la Revista Diners: “… fue Barco un „tecnopol‟, es decir, un técnico con habilidades políticas… Y su estilo ejecutivo, alabado desde su gestión como alcalde de Bogotá, también lo aleja de las costumbres políticas asociadas al pasado.”. Véase más en Manuel José Cepeda Espinosa, “El enigma Barco”, Revista Diners (1997, junio): 14. 18 Estas fueron palabras de Rafael Pardo: “Una de las figuras políticas más incomprendidas de Colombia ha sido sin duda el presidente Virgilio Barco… Mal orador, mal candidato y distante de las poderosas maquinarias de su partido, decían sus críticos… Poco carismático decían otros, pero derrotó al popular jefe conservador Álvaro Gómez y a la joven y atrayente figura de Luis Carlos Galán. Ingeniero y tecnócrata, pero le abrió paso a la reforma política más ambiciosa de este siglo. Tres grandes lecciones nos quedan de Barco. La fuerza de sus convicciones, la persistencia en los propósitos y la dignidad en el ejercicio del cargo…”. Véase más en Rafael Pardo, “Barco, el último radical”, Cromos (1997, 26 de mayo): 24. 19 Lo siguiente es parte del testimonio escrito por el periodista Rodrigo Pardo García-Peña: “… fue un presidente que nadie pudo mangonear. Más bien, los sectores acostumbrados a mezclarse con el poder se quejaban de que el mandatario era distante… „Esta distancia nos ha permitido trabajar‟, decía. Su presidencia, como había sido su alcaldía, fue una de las más eficaces a la hora del balance. El Presidente no tenía la mirada en el corto plazo, y así le daba a su cargo una majestuosidad y grandeza que, junto con su actitud valiente frente al narcotráfico, le mereció el respeto y admiración de la comunidad internacional.”. Véase más en Rodrigo Pardo García-Peña, “Barco, el maestro”, Cambio 16, No. 206 (1997, 26 de mayo al 2 de junio): 20.

P á g i n a | 17 de críticas, no solamente por parte de sectores políticos ajenos al gobierno, sino también por medio de la caricatura. Ese fue el caso de artistas con un sentido crítico hacia el manejo de la política colombiana, tales como Jorge Grosso, Rodrigo Guerreros y Vladdo (Vladimir Flórez)20, caricaturistas que desempeñaban sus labores a finales de la década de 1980.

Dejando de lado la presidencia, Virgilio Barco estuvo presente en algunas misiones especiales durante su trayectoria política, entre esas, como embajador en misión especial a los actos de toma de posesión de los presidentes venezolanos Rómulo Betancourt en 1959, Raúl Leoni Otero en 1964 y Carlos Andrés Pérez en 1974; embajador en misión especial como miembro de las comitivas de los presidentes colombianos Alberto Lleras Camargo en abril de 1960 y Carlos Lleras Restrepo en mayo de 1968 con sus visitas a los Estados Unidos; embajador en misión especial y jefe de la Delegación de Colombia a las ceremonias conmemorativas del sesquicentenario de la independencia de México; representante personal del presidente Carlos Lleras Restrepo en las negociaciones preparatorias a la Declaración de Bogotá 21; embajador en misión especial a la conferencia 20

Jorge Grosso, Rodrigo Guerreros y Vladdo (Vladimir Flórez), fueron algunos críticos de la presidencia de Virgilio Barco a través de sus dibujos. El debut de Vladdo en la caricatura es un ejemplo al respecto: Vladdo, Mis memorias: así me recuerda Vladdo (Bogotá: Rodríguez Quito Editores, 1989). 21 Virgilio Barco, días antes de posesionarse como alcalde de Bogotá, D. E., fue designado por el presidente Carlos Lleras como su delegado personal en la preparación de la Carta o Declaración de Bogotá (antecedente del Pacto Andino). El 14 de agosto de 1966, la ciudad capital tuvo la oportunidad de recibir a los mandatarios de Chile y Venezuela de su momento, Eduardo Frei Montalva y Raúl Leoni. Se trataba de una conferencia entre los tres presidentes, y representaría una gran importancia no sólo para dichos países, sino también para el resto de Latinoamérica. Esa era la opinión de los representantes presidenciales de Ecuador y Perú, Galo Plaza Lasso y Fernando Schwalb López; venían en reemplazo de los mandatarios Clemente Yerovi y Fernando Belaúnde. Los diálogos comenzaron el 15 de agosto del año que hacemos mención y estaban orientados para buscar la cooperación y la integración económica de América; se querían dejar de lado consideraciones políticas, formación de bloques de naciones o ejes de cualquier índole. Los puntos que fueron objeto de estudio en la llamada “pequeña conferencia en la cumbre latinoamericana”, eran el incremento del intercambio económico, la superación del mercadeo a escala nacional para elevarlo a la internacional (consistente en el fortalecimiento de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, como eje central de tal mayor intercambio internacional), los precios de los productos básicos latinoamericanos en los mercados internacionales y los acuerdos sobre complementación industrial para evitar la duplicación de esfuerzos a escala internacional que hiciera ruinosa la competencia con productos de otras zonas. En la conferencia se planearon dos reuniones centrales entre los tres presidentes y los dos representantes presidenciales. Así, concluyó dicha conferencia el 16 de agosto, que dio origen a la Declaración de Bogotá, documento dividido en dos partes: una de carácter político y la otra con referencia a materias económicas. Se trataba de la creación de un “Frente Económico Multinacional” y quería aplicarse la llamada Doctrina Betancourt, acerca del no reconocimiento de los gobiernos surgidos por golpes de fuerza. ¿Qué tuvo que ver Virgilio Barco durante la

P á g i n a | 18 5

de las Naciones Unidas acerca de los Asentamientos Humanos y a las reuniones del Comité Preparatorio de la misma22; embajador de Colombia ante la Corte St. James, Inglaterra, de 1961 a 1962 (ver imagen

5);

director

ejecutivo

del

Banco

Internacional

de

Reconstrucción y Fomento (institución que hace parte del Banco Mundial) representando a Colombia, Brasil, Ecuador, Filipinas y República Dominicana de 1969 a 1974; miembro de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores de 1974 a 1978; embajador en los Estados Unidos de junio de 1977 a octubre de 1980; embajador (no residente) ante la Comunidad de las Bahamas y nuevamente embajador del país en Inglaterra de 1990 a 1992, durante el gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994). Este sería su último desempeño en la política23.

Con el conocimiento de la vida y obra de Virgilio Barco Vargas, daremos paso al entendimiento de los antecedentes relacionados con su llegada a la alcaldía de Bogotá y la situación que vivía la capital en su momento.

conferencia? Precisamente, el presidente Carlos Lleras lo nombró como comisionado por los tres mandatarios para realizar la redacción final de la Declaración de Bogotá, en la que serían tratados aspectos económicos y políticos. En el primer campo se orientaban las deliberaciones de dos comisiones de expertos designados por los mandatarios. La cuestión política era analizada por una tercera comisión que deliberaba en el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano. Virgilio Barco, de acuerdo a los documentos que recibió en su momento por parte de las comisiones, estuvo encargado de elaborar el proyecto de declaración, pero se abstuvo de precisar a los medios sobre el contenido de la declaración. El gobierno de Bolivia se adhirió en el año 1967 a la declaración y esto originaría el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que entró en relación directa con el Grupo Andino. Luego sería aprobado el Acuerdo de Cartagena en mayo de 1969, estableciendo el marco político del grupo subregional andino, proponiendo la adopción de un modelo de conjunto de desarrollo económico, social y comercial entre países que presentaban características equivalentes. A partir del 8 de junio de 1970, la CAF inició formalmente sus operaciones, con su sede fija en Caracas, Venezuela. Para más detalles, véanse “Hablan Galo Plaza Lasso y Schwalb López”, El Tiempo [Bogotá], 14 de septiembre, 1966, 1 y 11, “Comienza Diálogo de 5 Países”, El Tiempo, [Bogotá], 15 de agosto, 1966, 1 y 22, José A. Moreno, “Revolucionaria, la Conferencia: Leoni”, El Tiempo, [Bogotá], 16 de agosto, 1966, 9, “Culmina Reunión de los 5”, El Tiempo, [Bogotá], 16 de agosto, 1966, 1 y 20-23, “Hoy, Declaración de Bogotá”, El Tiempo, [Bogotá], 16 de agosto, 1966, 22 y “CAF. Breve historia”. http://www.caf.com/view/index.asp?pageMS=61398&ms=19 (consultado el 24 de enero de 2013). 22 Ardila Duarte, Virgilio Barco, 24. 23 http://www.virgiliobarco.com/es/cronologia (consultado el 24 de abril de 2013).

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Capítulo II Un nuevo alcalde para Bogotá, D. E.

P á g i n a | 20 ¿Es suficiente con saber que Virgilio Barco Vargas fuera nombrado nuevo alcalde de Bogotá el 10 de agosto de 1966 y que se posesionara hasta el primero de septiembre? ¿Acaso el conocimiento sobre la situación que vivía la capital de Colombia el día de su nombramiento no es fundamental? Estos interrogantes dan paso a un interés particular sobre las problemáticas que vivía Bogotá en calidad de Distrito Especial y su relación directa con la llegada de un nuevo administrador. Para dar respuesta a este tipo de preguntas, es necesario tener un breve conocimiento sobre quién hizo frente a los problemas más complejos de la ciudad capital y su misma situación, anteriormente.

2. 1. Jorge Gaitán Cortés (1961-1966)

Antes de que Virgilio Barco fuera nuevo administrador de Bogotá, D. E., el arquitecto de origen neoyorquino Jorge Gaitán Cortés (1920-1968) fue elegido por el presidente Alberto Lleras como burgomaestre de la capital el 11 de agosto de 1961. En la memoria de ciudadanos, políticos, arquitectos, historiadores y académicos, figura como uno de los alcaldes más destacados que tomó las riendas de la urbe en una época que la misma pasaba por una era de caos caracterizada por problemas urbanísticos; uno de esos, el aumento constante de la población que exigía una demanda de servicios públicos para cubrir las necesidades de los ciudadanos, especialmente los habitantes de los barrios populares.

Jorge Gaitán fue concejal en dos ocasiones. Al respecto, Julio D. Dávila, profesor asociado a la Development Planning Unit, en University College London, Inglaterra, nos dice lo siguiente: “El legado intelectual de Gaitán en los dos períodos consecutivos en los que fue concejal, hasta su designación, como Alcalde Mayor en agosto de 1961, quedaría plasmado en una serie de proyectos de bastante importancia para la ciudad, tales como el Estatuto de Valorización, el Estatuto de Redesarrollo, el establecimiento de las Juntas de Acción Comunal, la reestructuración del Departamento Administrativo de Planificación Distrital (que hasta 1960 se llamó Oficina de Planificación Distrital) y de la Caja de Vivienda Popular, y los estudios del plan vial, de sectorización del Distrito y del plan maestro de

P á g i n a | 21 acueducto y alcantarillado.”24. Entró en reemplazo del médico y político liberal Juan Pablo Llinás Olarte (1903-1982) (ver imagen 6), quien ejerció como burgomaestre en dos períodos: 1945 y 1958-1961. Durante el último período, Llinás fue sucedido en varias ocasiones por su secretario de Gobierno, el abogado conservador Pedro Casas Morales (1930). Llinás renunció a la alcaldía a raíz de un problema político que propició el directorio liberal del Distrito Especial en su momento.

Jorge Gaitán tuvo como primer desafío en su gestión nombrar un gabinete que diera respuesta en forma literal a lo que las diversas facciones políticas de la ciudad exigían, siempre respetando las reglas generales bipartidistas del Frente Nacional25. Tan pronto se posesionó, entre los seis secretarios de su primer gabinete tendrían representación conservadores laureanistas y ospinistas, y liberales

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oficialistas. En cuanto al Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), este no exigió tener representación debido a su oposición al Frente Nacional26. A Gaitán lo acompañó durante toda su administración en la Secretaría de Educación la política liberal Julia Castro de Delgado, primera mujer que entró a participar en un gabinete distrital. El arquitecto como alcalde (ver imagen 7) destacó por su labor que tuvo especial atención en los barrios populares y por la planificación para dar una solución posible a los problemas de la ciudad, con una constante revisión de las obras públicas llevadas a cabo dentro de la capital27. 24

Julio D. Dávila, Planificación y política en Bogotá. La vida de Jorge Gaitán Cortés (Bogotá, D. C.: Alcaldía Mayor de Bogotá, octubre de 2000): 151. 25 Dávila, Planificación y política, 161. 26 Dávila, Planificación y política, 161. 27 Algunas obras realizadas durante el gobierno de Jorge Gaitán Cortés fueron la construcción del Colegio Helvetia y la Escuela de Aprendizaje Comercial que actualmente hace parte del SENA, el estudio preliminar para la construcción del Centro Cívico, la proyección de la Unidad de Vivienda Hans Drews Arango, la autorización y reglamentación de la elaboración de Planes de Renovación Urbana, la inauguración de la ruta Expreso del Sol que comunica por tren a Bogotá con Santa Marta, la integración de TELECOM al servicio de telégrafos, la construcción del Conjunto Residencial Calle 26, financiado por el Banco Central Hipotecario (BCH), la construcción del barrio Niza al noroccidente de Bogotá, financiado por el BCH, la descentralización de las zonas industriales hacia la periferia suroccidental y noroccidental, la expansión de la

P á g i n a | 22 Inconvenientes políticos estuvieron presentes durante la gestión de Jorge Gaitán: “El surgimiento del populista movimiento de la ANAPO, encabezado en el Concejo desde noviembre de 1962 por María Eugenia Rojas, y la hostilidad que generaría en las filas del MRL por no dejar inscribir a Alfonso López Michelsen como candidato a la Presidencia de la República en abril de ese mismo año, harían progresivamente mella en esas relaciones y a la larga conducirían a su reemplazo por Virgilio Barco, nombrado por el Presidente Carlos Lleras Restrepo en agosto de 1966.” 28. Julio D. Dávila aclara que Julio César Sánchez García (1932-1999), político liberal que llegaría a ser alcalde de Bogotá en el período 1986-1988, afirmó que la orden de no permitir que Alfonso López inscribiera su candidatura fue dada por Alberto Lleras, lo que podría haber causado inconvenientes internos y políticos en Colombia.

Las razones de Jorge Gaitán para abandonar el cargo de alcalde fueron evidentes en dos momentos. Su primer intento de renuncia fue presentado en 1963 al presidente Guillermo León Valencia, pero gracias al apoyo de Alberto y Carlos Lleras, convencieron al mandatario conservador de que Gaitán fuera ratificado en su ejercicio29. El segundo intento de renuncia tuvo lugar en agosto de 1966, cuando Gaitán se vio forzado a dejar la alcaldía por presiones políticas30. red de acueducto y alcantarillado por el Plan Maestro de Alcantarillado y la inauguración del tanque del Parque Nacional con una capacidad de almacenamiento de 52.000m3 de agua. Véase más en Instituto Distrital de Cultura y Turismo, Exposición Bogotá Siglo XX (Bogotá, D. C.: Alcaldía Mayor de Bogotá, D. C., septiembre de 2000): 107-111. 28 Dávila, Planificación y política, 163. 29 Dávila, Planificación y política, 163. 30 Según lo explicado por Julio Dávila, en una carta fechada el 21 de febrero de 1966, el presidente Guillermo León le pidió a Jorge Gaitán “de la manera más respetuosa y cordial”, que reajustara “la distribución actual de las fuerzas políticas en el Gabinete Municipal, pues uno de los sectores conservadores manifiesta no sentirse auténticamente representado en las Secretarías que le han sido confiadas”, entonces añadió “Yo no apruebo ni podría aprobar la declaración de algunos miembros del Concejo Municipal al solidarizarse con las amenazas proferidas contra usted por algunos extremistas, en el sentido de que serían secuestrados usted y sus hijos, pues esto lo considero inconveniente y absurdo; pero tampoco lo estimo como razón suficiente para negarle a un sector político la representación auténtica a que tiene derecho”. Después, el presidente le propuso dos ternas de nombres: una laureanista y otra alzatista. En respuesta, Gaitán puso de presente su “deseo por realizar una gestión absolutamente neutral ante los diversos grupos políticos”. A eso agregó: “mi deseo de atender la sugerencia de designar a un auténtico representante del sector conservador que orienta Álvaro Gómez Hurtado (se dificulta) por haberme declarado dicho sector una tremenda y sostenida campaña de oposición desde su periódico, que se ha mantenido en forma cada vez más aguda y frenética durante el último año”. Gaitán descartó el nombre de uno de los alzatistas de la lista porque, siendo su Secretario de Hacienda,

P á g i n a | 23 Jorge Gaitán presentó renuncia definitiva a su cargo al presidente Carlos Lleras, el 9 de agosto de 1966, la cual fue aceptada durante una entrevista sostenida entre ambos funcionarios, según crónica hecha por Carlos Cabrera Lozano 31, periodista con especialidad en asuntos de Bogotá. Gaitán le informó a Lleras sobre los más agudos problemas de la ciudad capital, explicándole el plan sexenal de su gestión a favor de la educación pública y luego hizo referencia a los proyectos sobre obras públicas, alcantarillado, redes de servicios en general y a los problemas económicos que enfrentaba el Distrito. Durante su administración, Gaitán recibió respaldo de las gentes humildes, en especial de parte de los vendedores ambulantes. Se desentendió en cierta forma de las zonas centrales y barrios residenciales para atender principalmente las necesidades de los barrios populares. Gaitán le aclaró a Carlos Cabrera en entrevista hecha para El Tiempo que las obras realizadas en los barrios no fueron con fondos comunes del Distrito, pues no los había. Con los aportes de los fondos de las redes urbanas, fondos rotatorios de pavimentación, etc., las gentes pagaron por la instalación de los servicios que disfrutaban en su momento. Gaitán llamó a Bogotá como un “potro indomable”, ya que día a día el gobierno de la ciudad se iba haciendo cada vez más difícil. Como gran planificador, el ex-alcalde consideró un futuro complejo para la capital, ya que la misma no contaba con un porcentaje justo de sus propias rentas. Para 1966, la ciudad demandaba $800‟000.000 anuales y sólo disponía de $30‟000.000, por lo tanto, su futuro dependía del Congreso. Queda por agregar que la labor de Gaitán dejó huella en los ciudadanos y por esa razón, el 12 de agosto del año ya mencionado, se le hizo un homenaje junto a su esposa Emma Villegas de Gaitán, en la

su gestión “tuvo grandes tropiezos, habiéndose detenido el ritmo de muchos trabajos por falta de suministro de materiales y pedidos que dependían del despacho a su cargo”, razón por la cual presentó renuncia irrevocable. Otra de las razones, según explica Dávila, es que ciertas teorías apuntan a que Bogotá se había debilitado políticamente para el partido liberal oficialista con el florecimiento de la Alianza Nacional Popular (ANAPO) y el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), entonces era necesario neutralizar las actividades de dichos movimientos en el Concejo Distrital. La ANAPO tenía mayoría en el Concejo en aquel momento, lo que hacía difícil aprobar los acuerdos ya que la ley exigía el voto de dos terceras partes de los concejales para llevarlo a cabo. Gaitán intentó frenar el crecimiento de estos movimientos, pero al final presentó su renuncia. Véase más en Dávila, Planificación y política, 163-164 y 205-206. 31 Carlos Cabrera Lozano, “Se Retira Gaitán. Barco lo Sucedería en la Alcaldía”, El Tiempo [Bogotá], 10 de agosto, 1966: 1 y 28.

P á g i n a | 24 Plaza de Bolívar. Hubo cerca de 4.000 personas asistentes en la celebración y el motivo fue la labor en favor de los barrios populares32.

Algunas facciones políticas que ejercían dentro del gobierno distrital no estuvieron de acuerdo con la manera en que Jorge Gaitán gobernó la ciudad, como se mencionó anteriormente en la explicación de sus motivos para renunciar. Su administración recibió un balance negativo hasta el punto de haber sido apodado el “Alcalde de las Escuelas”. Quienes apoyaron su gestión, afirmaron que en 1965 no hubo déficit educacional en Bogotá. La razón del inconformismo hacia el ex-alcalde se hizo notar en la ignorancia de parte de la sociedad al considerar que se contagió de inmovilismo por “no fijarse en los problemas más graves de Bogotá”33.

2. 2. Virgilio Barco Vargas, nuevo alcalde para Bogotá, D. E.

Después de aprobada la renuncia presentada por Jorge Gaitán a la alcaldía de Bogotá, el presidente Carlos Lleras anunció que Virgilio Barco sería el nuevo alcalde para la capital. A su vez, ordenó la promulgación de su respectivo decreto, al igual que otro para el nombramiento de los gobernadores para la representación de todos los departamentos de la República. Para la comprensión de este y otros hechos relacionados, es importante saber sobre la experiencia que vivió Virgilio Barco al momento de ser nombrado como nuevo mandatario del Distrito Especial y cómo era la situación de la ciudad antes de que se posesionara el ingeniero norsantandereano.

2. 2. 1. Un nombramiento inesperado

El nombramiento de Virgilio Barco como nuevo alcalde de Bogotá, D. E., fue un asunto que lo tomó desprevenido. En un momento que ejercía como representante a la Cámara, aceptó el cargo el 10 de agosto de 1966 y su posesión oficial tuvo lugar hasta el primero de septiembre. A continuación, daremos a conocer fragmentos de algunas entrevistas hechas a 32

“Homenaje Al Dr. Gaitán Cortés”, El Tiempo [Bogotá], 13 de agosto, 1966, 7 y “Gracias doctor Gaitán Cortés”, El Tiempo [Bogotá], 13 de agosto, 1966: 7. 33 “Balance Administración Gaitán Cortés”, El Tiempo [Bogotá], 21 de agosto, 1966: 25.

P á g i n a | 25 Barco sobre su experiencia de cómo llegó a la alcaldía y los problemas de la ciudad a los que habría de enfrentarse.

El 28 de enero de 1968, Arturo Abella, redactor de El Tiempo, le realizó una entrevista acerca de su participación en la política y el momento en que llegó a la alcaldía, aunque también enfatizó en la labor hecha por su antecesor34: “La administración no se puede divorciar de la política y viceversa. La política es la ciencia de lo óptimo y de lo posible. Las cosas hay que hacerlas con sentido humano, con criterio de servicio para el hombre. Tal sentimiento, es político. El ideólogo puro, no realiza nada. Vale, pero no crea. La reforma agraria es una política, la educación es también política y ambas son una obra administrativa… Algunos amigos me decían por la calle: „Suenas para alcalde‟. Yo tenía que contestar: No tengo ni idea. Un día publicó la prensa matinal la noticia del nombramiento. Momentos después me llamó el presidente y me dijo que la noticia era cierta y que esperaba dictar el decreto a las dos de la tarde, para definir el problema. Por toda respuesta dije al presidente: No sé de música, pero si usted me nombra director de la Sinfónica, le acepto... Nunca será suficientemente elogiada la obra de Gaitán Cortés, no solo en cuanto a obra en general sino en cuanto a apertura de escuelas… A pesar de esa labor, todos los años se complica el problema. Hoy tenemos 30 mil niños más que el anterior.”35.

El escritor Fernando Garavito, “Juan Mosca”, a finales de 1986, entrevistó a Virgilio Barco; éste le contó sobre su experiencia del inicio de la alcaldía, en especial cuando dicho asunto lo tomó de sorpresa: “La cosa me cogió desprevenido. Yo conocía la ciudad muy parcialmente, de manera que busqué una excusa, que tenía que sacarme un quiste de una pierna, o algo así, y demoré diez días para posesionarme, durante los cuales reflexioné sobre lo que podía y debía hacer por la ciudad. Bogotá era en ese entonces más desordenada… Para ir del Minuto de Dios al aeropuerto era necesario pasar por el centro. Mi primera tarea fue la de consultar los acuerdos, las disposiciones ya existentes que podía poner en marcha para manejar ese caos. Y, como es obvio, también me dediqué a buscar mi equipo de colaboradores.”36.

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Arturo Abella, “Virgilio Barco: Administración es Política”, El Tiempo [Bogotá], 29 de enero, 1968: 1 y 8. Abella, “Virgilio Barco”, 8. 36 Juan Mosca, Bogotá. Ayer, hoy y mañana (Bogotá: Villegas Editores, primera edición, junio de 1987): 80. 35

P á g i n a | 26 Carlos Cabrera entrevistó a Virgilio Barco el 10 de agosto de 1966, al momento de haber sido nombrado como nuevo alcalde y la razón de aceptar su labor, justificando los problemas de la ciudad. Estas fueron sus palabras al respecto: “He resuelto aceptar la alcaldía de Bogotá, con que me ha honrado el señor presidente de la república, con la más completa conciencia de las dificultades de todo orden que enfrenta el Distrito Especial… naturalmente espero contar con el apoyo de todos los sectores que saben la importancia que Bogotá tiene para todo el país, pero en forma especial, desde luego, para los bogotanos… Hablo de dificultades en general. De las que todos conocen.”37.

Todo lo referido anteriormente, sirve como mecanismo de comprensión para tener claro que Virgilio Barco sí le haría frente a la ciudad. Pensó principalmente en los complejos problemas que poseía la misma, aunque el hecho de ser nombrado por el presidente Carlos Lleras como nuevo burgomaestre del Distrito Especial no significaba un asunto de clientelismo como muchos puedan llegar a pensar; se trataba de una enorme tarea asignada en una época difícil para la ciudad, porque ser sólo nombrado alcalde no era suficiente para ser considerado como tal38. Desde un principio hubo respaldo hacia su nombramiento39 y el 25 de agosto de 1966, realizó el empalme administrativo con Jorge Gaitán, donde ambos

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Carlos Cabrera Lozano, “Acepto la Alcaldía, a Conciencia de sus Problemas”, El Tiempo [Bogotá], 11 de agosto, 1966: 15. 38 La siguiente referencia, ofrecida por los profesores Julio D. Dávila y Alan Gilbert, éste último profesor titular del Departamento de Geografía de la University College London en Inglaterra, sirve para comprender lo que era estar al frente de una ciudad como Bogotá: “A Bogotá la gobierna un Alcalde Mayor, quien se apoya en un aparato administrativo que ha ido creciendo con la ciudad y que incluye un conjunto de dependencias y alcaldías locales (antes conocidas como alcaldías menores) cuyas cabezas son nombradas por el Alcalde Mayor… la capital de Colombia era distinta a las demás ciudades del país, en el sentido de que su alcalde lo nombraba directamente el Presidente de la República, en tanto que el nombramiento de los alcaldes municipales lo hacía el gobernador del departamento respectivo, quien a su vez era nombrado directamente por el Presidente”. Véase más en Julio D. Dávila y Alan Gilbert, “Los Alcaldes Mayores y la gestión de Bogotá”, Territorios, número 005 (2001, enero): 19. 39 La designación de Virgilio Barco como nuevo burgomaestre recibió respaldo desde un principio y esto fue evidente a través del Cabildo Distrital y la citación de los gerentes de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y de la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), Héctor Parra Gómez y Baudillo Bernal Guzmán, quienes fueron citados por los concejales Mario Calderón y el señor Roca, éste último partidario por la ANAPO. Véase “Aprobó el Cabildo Anoche Respaldo a Barco Vargas”, El Tiempo [Bogotá], 19 de agosto: 9. También recibió apoyo de parte del escritor Benjamín Ángel Maya en una carta publicada en El Tiempo: Benjamín Ángel Maya, “Carta a Virgilio Barco”, El Tiempo [Bogotá], 29 de agosto, 1966: 5.

P á g i n a | 27 funcionarios sostuvieron una conferencia de tres horas, en torno al funcionamiento de las juntas distritales40.

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Como primera medida, el nuevo alcalde promulgó el decreto para el nombramiento de su gabinete (ver imagen 8), conformado de la siguiente manera: Tulio Jiménez Barriga como secretario de Gobierno, Julio César Sánchez como secretario de Hacienda, Heberto Jiménez Muñoz como secretario de Obras Públicas,

Julia Castro de Delgado como secretaria de Educación (ya venía ejerciendo el mismo cargo desde la administración de Jorge Gaitán Cortés), Jorge Villareal Mejía como secretario de Salud Pública y Santiago Barriga como secretario de Tránsito y Transportes. Su posesión tuvo lugar el primero de septiembre a las 4:30 p. m. en el Palacio de San Carlos41.

2. 2. 2. La situación del Distrito Especial, antes de la posesión

Tributos en agradecimiento por la labor realizada de Jorge Gaitán Cortés con los barrios populares, tuvieron lugar durante los días que Virgilio Barco esperó para posesionarse como alcalde del Distrito Especial, aunque otros asuntos ocurrían en la capital. Ciudad Kennedy, la urbanización modelo de la década de 1960, recibía atención especial de parte de la prensa, sobre todo de El Tiempo en cuanto a sus problemas, incluyendo toda clase de eventos relacionados con los habitantes, las vías, las avenidas, los barrios, etc.; en otros sectores de la ciudad pasaba lo mismo. Fueron días en que no faltaron los problemas con los servicios públicos en varios sectores de la capital, como el alza en las tarifas del servicio de agua. También hubo inconvenientes de mayor atención como los debates sobre el cambio del régimen jurídico de la capital para que fuera un Distrito Capital. Antes que nada, vale la pena hacer un breve recorrido histórico sobre estos debates, incluido el que tuvo lugar durante los días previos a la posesión de Virgilio Barco como alcalde.

40 41

“„Empalme‟ entre alcaldes”, El Tiempo [Bogotá], 26 de agosto, 1966: 1. “Gabinete para Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 2 de septiembre, 1966: 1 y 21.

P á g i n a | 28 La idea de hacer de Bogotá un Distrito Capital, tiene un origen histórico que se remonta a comienzos del siglo XX. En el quinquenio del general Rafael Reyes Prieto (1904-1909), desde 1905 la ciudad se constituyó como Distrito Capital hasta 1909, cuando se estipuló que sería administrada por un alcalde, un Concejo Municipal y un personero municipal, al igual que otro municipio del país. Al respecto, Germán Mejía explica lo siguiente: “El esfuerzo por consolidar el Estado Nacional bajo un régimen republicano presidencialista, alcanzó gran nivel con la hegemonía conservadora, pero llegó a su punto culminante durante el quinquenio de Rafael Reyes. De 1905 a 1909, en lo referente al manejo de Bogotá, ésta fue convertida en Distrito Capital y el Concejo Municipal se suprimió indefinidamente. El gobierno de la urbe quedó sujeto al mando único e indiscutido de un gobernador, el cual se acompañó de un Concejo Administrativo compuesto por cinco miembros. Asimismo, el presidente de la República se arrogó el poder de manejar por decreto todos los asuntos concernientes a la ciudad de Bogotá. Aunque el Concejo Municipal fue restablecido en julio de 1909 y la situación retornó a los cauces constitucionales, lo cierto es que la tendencia a fortalecer la autoridad de los gobernadores y alcaldes, sobre las Asambleas y Concejos, continuó en los años siguientes.”42.

Un retorno por la idea de establecer que Bogotá fuera un Distrito Capital, se dio dentro de los programas presentados en la campaña presidencial de Enrique Olaya Herrera. En la edición # 710 de la revista Cromos, la nota de entrada trata sobre la creación de un Distrito Capital, solicitud hecha al Congreso de la República que iba unida a la petición de una reforma constitucional43; dicha reforma fue hecha hasta 1936. La nota afirmaba que la capital estaba destinada a progresar, pero no podía ser posible mientras tuviera que atender con sus recursos al departamento de Cundinamarca. Obviamente, hubo dos objeciones hacia la reforma. Por un lado, una de carácter nacional y otra de carácter regional. Años después, en 1937, según publicación hecha en la edición # 1.082 de Cromos44, una junta de ex-alcaldes de Bogotá (la nota no dice los nombres), expuso sus ideas con referencia a la 42

Germán Rodrigo Mejía Pavony, Los años del cambio. Historia urbana de Bogotá, 1820-1910 (Santa Fe de Bogotá, D. C.: CEJA, 1998): 409. 43 “La creación del Distrito Capital”, Cromos. Revista Semanal Ilustrada, Volumen XXXIX, Número 710 (1930, 10 de mayo). 44 “Bogotá, Distrito Capital”, Cromos. Revista Semanal Ilustrada, Volumen XLIV, Número 1.082 (1937, 14 de agosto).

P á g i n a | 29 necesidad de crear el distrito capital, como única medida para el empuje del desarrollo material de la capital, después de que la asamblea de Cundinamarca declarara de “manera perentoria y enfática su desacuerdo con el proyecto de crear el distrito capital de Bogotá” 45.

Dos factores se opusieron desde hace años al crecimiento y progreso de la ciudad. Uno de orden económico y el otro de origen administrativo. Bogotá requería con urgencia rentas suficientes para lograr su transformación y desarrollo, pero no fue así, pues el departamento de Cundinamarca retenía para sus gastos comunes las dos terceras partes de dichas rentas. El proyecto para la creación de un Distrito Capital, no encerraba en sí una modificación substancial en los procedimientos administrativos del capital, pero sí era la solución de los problemas económicos. La capital en 1937, necesitaba $30‟000.000 para obras públicas y sobre todo, una reforma de sus sistemas administrativos. Está claro que hasta aquí no se quedarían los debates por la creación de un Distrito Capital, pues en la década de 1940 continuaron durante las administraciones de Jorge Soto del Corral (1944) y Gabriel Paredes Gómez (1944-1945); en esta última, se dio la Manifestación Pro-Distrito Capital46.

El debate por el Distrito Capital volvió a ser de interés por parte de personas expertas en temas relacionados con el gobierno de la ciudad, incluyendo aquellas vinculadas a la

45

“El Distrito Capital”, Cromos. Revista Semanal Ilustrada, Volumen XLIII, Número 1.076 (1937, 3 de julio). 46 Gabriel Paredes (1903-1964), fue alcalde encargado por pocos meses, reemplazando a Jorge Soto del Corral (1904-1955). Durante su gestión, se dio la Manifestación Pro-Distrito Capital que estuvo en cabeza del Concejo y el Ejecutivo Municipal. El movimiento tenía como fin apoyar un proyecto de ley que buscaba la creación del Distrito Capital como exigencia de autonomía administrativa y de orden fiscal. Estuvo integrado por las juntas de mejoras de los barrios, delegaciones de los empleados del comercio, del transporte y de todos los sindicatos del municipio. Este hecho ocurrió en la Plaza de Bolívar y el inconveniente que suscitó es que diversos sectores de Bogotá carecían de redes de pavimento, un adecuado alcantarillado, alumbrado público, higiene, aseo y otras cosas más, lo que terminó generando que las necesidades de la capital se fueran extendiendo. En otras palabras, Bogotá carecía de adecuados servicios públicos y los ciudadanos lo exigían. La protesta fue dirigida al Congreso. El alcalde Paredes afirmó que era indispensable que todos los habitantes de Bogotá salieran en defensa de su ciudad y pedir que fuera un Distrito Capital, pero aclaró que la situación económica del municipio no debía considerarse como bancarrota, aunque no negó que existieran muchas necesidades que no se cumplían por falta de recursos para el adelanto de planes de mejoramiento y progreso que necesitaba la ciudad en su momento. El Concejo de la capital propuso la renuncia de Antonio Ordóñez Ceballos y Jorge Leyva, representantes de la municipalidad en las Empresas Unidas de Energía Eléctrica y en la cooperativa de consumo de Bogotá. Véase “Manifestación Pro-Distrito Capital habrá hoy en Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 30 de noviembre, 1944: 1 y 6.

P á g i n a | 30 administración distrital. A pocas semanas de que Jorge Gaitán Cortés renunciara a la alcaldía, El Tiempo en su edición del 3 de julio de 1966, presentó los objetivos del Primer Seminario Bipartidista, propuesto por iniciativa del Directorio Liberal de Bogotá, para analizar y estudiar a fondo los problemas de la ciudad y sus posibles soluciones. Fueron propuestas tres alternativas: Vigorizar el Distrito, crear un Distrito Capital y formar un departamento. Asistieron senadores, representantes, diputados, concejales electos, industriales, ingenieros, arquitectos urbanistas, abogados, altos funcionarios del gobierno y expertos en Derecho Constitucional. Fueron tratados problemas relacionados a la población, la situación económica y fiscal del Distrito, la creación del fondo de inversión y deuda, y los futuros recursos fiscales y gastos de funcionamiento de la capital. Un tema central de estudio estaba relacionado a la revisión del estatuto jurídico de Bogotá y la tentativa de separar el Distrito Especial del departamento e instituirlo como Distrito Capital o como nuevo departamento, es decir, una unidad político-administrativa con territorio independiente del departamento, creada por el constituyente al que le correspondiera establecer su estatuto y su fundación no implicaría una separación territorial de la provincia, por lo tanto, continuaría siendo capital nacional y departamental, según su reglamentación. Personalidades como Juan Vargas Calvo, Pedro Nel Reina y Parmenio Cárdenas, éste último ex-gobernador de Cundinamarca, opinaban que la solución a los problemas de la capital sería la creación del Distrito Capital. Jorge Gaitán Cortés respaldaba las tres alternativas del proyecto, pero destacó que lo fundamental eran los recursos para su funcionamiento47.

Durante los días que Virgilio Barco aún no estaba posesionado como alcalde, el 18 de agosto de 1966 fue presentado un proyecto de ley que autorizaba la creación y organización del Departamento de Bogotá al Congreso de la República, iniciativa presentada por el senador José Ignacio Vives Echevarría y consistía en que el presidente podría estar revestido de facultades para tal asunto y así poder segregarlo del departamento de 47

Véanse “Informes especiales sobre Bogotá: Tres Alternativas para la Ciudad a) Vigorizar el Distrito. b) Crear un Distrito Capital. c) Formar un Departamento”, El Tiempo [Bogotá], 3 de julio, 1966: 25, Camilo Andrade Hurtado, “Se Abre el Debate: Pro y Contra sobre las Fórmulas”, El Tiempo [Bogotá], 3 de julio, 1966: 25, Andrade Hurtado, “El Seminario sobre la capital: Propuesto Departamento de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 8 de julio, 1966: 30 y “Bogotá Sería Distrito Capital”, El Tiempo [Bogotá], 10 de julio, 1966: 1 y 25.

P á g i n a | 31 Cundinamarca. La propuesta del senador recibió el siguiente título: “Por la cual se autoriza la creación y organización del Departamento de Bogotá”. Este documento fue el motivo por el que Vives consideró que Bogotá no aprovechaba en su totalidad los caudalosos impuestos que se recaudaban por concepto de venta de licores y otros de tipo departamental, recibidos directamente por la administración seccional. Parlamentarios de Cundinamarca no estuvieron de acuerdo con el proyecto de ley sobre el Departamento de Bogotá, porque implicaba la modificación del Art. 199 de la Constitución de 1886 y no fue considerada como la mejor alternativa para la solución de los problemas de la ciudad capital48.

Después de hacer este recorrido sobre los temas relacionados a la espera de la posesión del alcalde Virgilio Barco, ahora daremos paso al conocimiento de la administración y la planificación, actividades fundamentales para el entendimiento de la Administración Barco.

48

“Presentan Proyecto Sobre Departamento de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 18 de agosto, 1966: 21.

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Parte II Administrar y planificar

P á g i n a | 33

Capítulo III Afrontar las dificultades de la ciudad

P á g i n a | 34 “Una ciudad no es sólo un tipo especial de agrupación, es un tipo particularmente complicado, y cada una tiene su configuración individual, carácter y problemas propios… es más probable que una ciudad sea mejor administrada por representantes de sus propios ciudadanos, que están familiarizados con todos los aspectos de su vida y que tienen libertad de dar prioridad en sus tareas a las obligaciones que les competen como administradores municipales.”. Arnold J. Toynbee, Ciudades en marcha (Buenos Aires: Emecé Editores, S. A., 1971): 56.

Las líneas anteriores pertenecen a los presupuestos expresados por el historiador Arnold J. Toynbee en su libro Ciudades en marcha, publicado originalmente en 1970, las cuales servirán como mecanismo de comprensión sobre lo compleja que fue Bogotá para el alcalde Virgilio Barco a la hora de administrarla.

3. 1. La labor de administrar Administrar a Bogotá implicaba “pensar la ciudad”, es decir, teniendo un claro ejercicio con miras al futuro, pensando en grande y teniendo consciencia del impacto de la explosión demográfica con énfasis en el plano económico49. Bogotá como ciudad capital, desde antes de la década de 1960 venía enfrentando una de sus mayores dificultades, comprendida en el acelerado crecimiento poblacional. Según el geógrafo Georges Chabot (1890-1975) en su libro Las ciudades (1964), “Toda capital crece con gran rapidez, ya que recibe población de toda la provincia; este crecimiento se realiza a un ritmo cada vez más rápido.”50. Esta fue la situación a la que se vio enfrentado el gobierno distrital en cabeza de Virgilio Barco desde un principio y para encontrarle la mejor solución posible, debía tener en consideración los problemas que afrontaba el régimen fiscal distrital.

¿Bogotá necesariamente debía ser gobernada por un bogotano para lograr controlar sus principales problemáticas? Virgilio Barco obviamente no era bogotano de nacimiento, pero eso no quiere decir que fuera incapaz de hacerle frente al caos en que se encontraba el 49

Estas ideas hacen parte de la presentación hecha por el ex-alcalde Enrique Peñalosa Londoño para el libro Ciudad para la memoria. Virgilio Barco y la construcción de Bogotá, de Ricardo Alonso. Véase Ricardo Alonso, Ciudad para la memoria. Virgilio Barco y la construcción de Bogotá (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, diciembre de 1999): 5-6. 50 Georges Chabot, Las ciudades (Barcelona: Editorial Labor, S. A., 1972): 77.

P á g i n a | 35 Distrito en la segunda mitad de la década de 1960. Esto se convierte en respuesta a los presupuestos de Toynbee que han sido citados al comienzo de este capítulo, aunque no hay negar que Toynbee tiene razón en cuanto que una ciudad es difícil, individual y con problemas propios, como bien lo fue Bogotá en su momento. “No llevé a la Alcaldía ningún conocido mío. A cada quien lo busqué según los objetivos propuestos”51, fue lo que declaró Virgilio Barco a Juan Mosca; esto se entiende en las precauciones al momento de elegir todo un equipo de funcionarios que realizara las tareas que necesitaba Bogotá. Al respecto, las siguientes líneas que también pertenecen a Barco, nos dan a entender el sentido de elegir un equipo de colaboradores para cumplir con los objetivos trazados por la administración: “Era preciso crear una nueva mentalidad en los colaboradores, no solamente en aquellos vinculados en forma directa a la Alcaldía misma, sino también a los sectores privados, en los contratistas, en los proveedores, quienes debían acostumbrarse a un ritmo nuevo de trabajo y a programas de magnitud sin precedentes que debían cumplirse en un tiempo determinado.”52.

¿En qué consistía el reto de la administración distrital para cumplir con los programas de la presidencia? Esto fue parte de lo que Barco declaró en Guayaquil, Ecuador, en 197353: “… la administración de Bogotá consideró en aquel entonces que para acometer una tarea como la que le había asignado el Presidente Lleras Restrepo en desarrollo de los programas de

51

Mosca, Bogotá, p. 80. Virgilio Barco Vargas, La administración de una ciudad moderna (Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, Colección Popular, No. 146, 1974): 23. 53 El Banco de Guayaquil cumplía 50 años de actividad en aquella fecha. Durante la ceremonia, fueron organizadas varias conferencias, realizadas por importantes personalidades de los países vecinos. Entre las personalidades que estuvieron presentes en el evento, se encontraban Virgilio Barco, Carlos Lleras Restrepo, entre otros. Para 1973, era importante reflexionar sobre el problema del campesinado en algunos de los países suramericanos, pues fue un momento en que existía la necesidad de establecer una total integración entre el desarrollo de las ciudades y los avances del campo. De ahí fue planteada la fórmula “reforma o reestructuración agraria + desarrollo industrial acelerado de las ciudades”, como alternativa para que las naciones suramericanas pudieran encontrar una solución a sus inconvenientes, teniendo una clara concepción integral de la nacionalidad. Esta conferencia puede ser revisada en Virgilio Barco, “Algunas experiencias de mi paso por la Alcaldía de Bogotá”, Anales de Ingeniería, Vol. LXXXII, No. 781 (1974, primer trimestre): 29-37. 52

P á g i n a | 36 transformación nacional, era necesario tomar medidas previas y anticiparse a las dificultades, con el fin de asegurar las mejores probabilidades de éxito.”54.

La intención de gobernar y generar resultados satisfactorios para solucionar los problemas complejos que poseía, y aún posee una ciudad como Bogotá, no solamente dependían del mismo alcalde; también dependían de su gabinete, teniendo en cuenta que no les sobraba tiempo para la realización de las tareas, sino que tenían límites con el tiempo. Desde luego, es obvio que el progreso de la ciudad también dependía de sus mismos ciudadanos, asunto que será tratado más adelante con respecto a las realizaciones hechas por la administración distrital. Virgilio Barco explicó que “Fue necesario, pues, llevar a la administración un equipo joven y con mística, con resolución para aceptar el reto de la tarea que debía realizarse.”55. Lo último hace referencia a una nueva modalidad de administrar una ciudad, la cual tenía la intención de apartarse de la tradición que imperó en algunas de las administraciones anteriores, como ocurrió a lo largo de la segunda mitad de la década de 192056. En otras palabras, la administración de Virgilio Barco Vargas puede ser considerada como la “Administración Contra-Reloj”.

Estamos ante un momento en que las labores del Alcalde Mayor, sin importar el partido político al que perteneciera, estaban ligadas directamente con la Presidencia. A propósito, Ricardo Alonso explica lo siguiente: “… el Estado sólo es pensable en términos de una organización que funciona mediante criterios de objetividad, racionalidad, competencia técnica, eficiencia, responsabilidad, entre otros, contexto en el que surge la noción de servicio o función pública vinculada a un régimen jurídico especial, el cual asume al servidor público como realizador de cometidos estatales… se alude a la producción de la ciudad como hecho físico tangible mediante la intervención del Estado, que como actoragente participa de manera decisiva en la vida colectiva de la ciudad, y que obviamente se

54

Barco Vargas, La administración, 22. Barco Vargas, La administración, 23. 56 Un caso para tener en cuenta es el del alcalde José María Piedrahita de Castro (1926-1929), donde reinó el “manzanillismo” dentro del gobierno municipal, que generó inconvenientes dentro de la ciudad en los ámbitos político y social. Claro que más adelante, el “manzanillismo” seguiría merodeando alrededor de varias de las siguientes administraciones de Bogotá. 55

P á g i n a | 37 expresa en el „espacio público‟, cualidad vital del espacio urbano.”57. Esto nos da a entender que Virgilio Barco era un realizador de cometidos estatales, por lo tanto, su trabajo con la capital dependía de los programas de la Presidencia de la República y también de los acuerdos a los que llegara con el Concejo Distrital. En realidad, no era una tarea fácil lidiar con ambos organismos gubernamentales.

Al momento de pensar la ciudad, no se trataba simplemente de tener algo en mente; también había que poner en marcha aquello que se pensaba. La Administración Barco debía realizar unas tareas especiales con un fin que consistía en cumplir sus compromisos con el Presidente de la República y considerar que a la vez que se iban a realizar determinadas tareas, había que pensar en los problemas de la ciudad. Para realizar las tareas asignadas por el presidente Carlos Lleras, fue necesario que la Alcaldía Mayor tomara medidas previas y anticipara las dificultades con probabilidades de éxito, por lo tanto, el Gobierno Nacional no veía posible el triunfo de la administración urbana sin crear una convivencia cívica que facilitara la aceptación de los deberes tributarios y los ajustes de las tarifas para el soporte de las incomodidades que podían proporcionar la realización de obras regadas por todo el Distrito.

Muchas labores administrativas fueron llevadas a cabo con éxito por parte de la Administración Barco, pero antes profundizar al respecto, queda decir que el gobierno distrital también dejó proyectos pendientes en torno al manejo de actividades citadinas, como fue el caso del Comité Cívico Pro-Bogotá, nombrado en asamblea popular el 13 de septiembre de 1967 por parte del burgomaestre Virgilio Barco en la sala de sesiones del Concejo Distrital y del cual fueron integrados sus respectivos comités hasta el 7 de noviembre del mismo año. Al Comité se le auguraba mucho éxito con el fin de que pudiera darle solución a las dificultades de la capital, pero en realidad no hay registro alguno sobre sus actividades58. 57

Alonso, Ciudad, 14. Dentro del espacio urbano, entiéndase lo público como suelo urbano, parques, personas, infraestructura, recursos minerales, etc. 58 El 7 de noviembre de 1967, con asistencia de varios ex-alcaldes de Bogotá, senadores y representantes, concejales y algunos invitados especiales, se llevó a cabo en el despacho del presidente del Concejo Distrital una asamblea que tuvo como objetivo el estudio del plan de trabajo elaborado por el Comité Cívico ProBogotá. Durante la asamblea, fueron integrados distintos comités que tendrían a su cargo diversos frentes en

P á g i n a | 38 3. 2. Dificultades en torno a lo administrativo

9

La Administración Barco consideró arcaica la organización del régimen fiscal distrital y la falta de recursos como las dos causas principales de inconvenientes notorios en la falta de vías de relación entre

las

variadas

áreas

urbanas,

los

barrios

perimetrales sin servicios públicos, las constantes inundaciones causadas por la insuficiencia de alcantarillado pluvial y la deficiencia en los servicios públicos. Esto se agravó por la escasa atención a la comunidad para proveerle adecuadamente escuelas, campos deportivos, centros de recreación y de salud. La demanda de servicios públicos y recursos fiscales eran necesarios y esto fue lo que en algún momento pensó Virgilio Barco cuando ejercía la alcaldía de la capital (ver imagen 9), en

la actividad en la cual desarrollaría su tarea el Comité Central, que funcionaría de forma permanente en las oficias del Concejo Distrital. El Tiempo registra muchos nombres en cuanto a los comités integrados, así que mencionaremos solamente los del comité principal. El Comité Central fue integrado por un presidente honorario, el alcalde Virgilio Barco, y sus miembros, un delegado de la Curia Apostólica y los ex-alcaldes Carlos Arango Vélez, Carlos Sanz de Santamaría, Roberto Salazar Gómez, Germán Zea Hernández, Fernando Mazuera Villegas, Jorge Gaitán Cortés, Juan Pablo Llinás, Jorge Merchán, Julio Pardo Dávila, Santiago Trujillo Gómez, Manuel Briceño Pardo y Carlos Reyes Posada. También hubo un Consejo Ejecutivo y el resto de comités integrados fueron la Comisión de Acción Parlamentaria, el Comité de Finanzas, el Comité de Acción Comunal y Popular, el Comité de Acción Sindical, el Comité de Transporte, el Comité de Divulgación y Conferencias, el Comité de Deportes y Espectáculos, el Comité de Acción Femenina, el Comité de Profesionales, el Comité de Acción Estudiantil, el Comité de Prensa y el Comité de Entidades Gremiales, Técnicas y Sociales. La idea era que todos estos comités de trabajo fueran ampliados con las personas y entidades representativas que quisieran colaborar en la labor de impulsar ante el Congreso y el órgano ejecutivo del poder público los proyectos e iniciativas que aseguraran a la capital una independencia fiscal y administrativa, para estar al nivel de las ciudades capitales del resto de Latinoamérica. Ex-alcaldes como Julio Pardo Dávila, Juan Pablo Llinás y Roberto Salazar Gómez y la funcionaria Yolanda Pulecio de Betancur auguraban éxitos para el Comité, pero las cosas se tornaron diferentes, pues al poco de tiempo de integrados los comités, ex-alcaldes como Jorge Gaitán Cortés, Santiago Trujillo Gómez y Julio Pardo Dávila fallecieron, al igual que otros funcionarios, como Jorge Leyva, ex-ministro de Obras Públicas y quien hizo parte del comité de Divulgación de Conferencias. Como ya dijimos, no hay registro alguno sobre las actividades del Comité Cívico Pro-Bogotá, aunque no está de más decir que hubiera sido ideal el ejercicio de dicho Comité para con la ciudad. Sobre el nombramiento del Comité Cívico Pro-Bogotá, véase “Bogotá Requiere Soluciones Rápidas”, El Tiempo [Bogotá], 14 de septiembre, 1967: 6. Sobre la integración total del Comité y la opinión de los funcionarios, véanse “Integradas Comisiones del Comité Cívico Pro Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 8 de noviembre, 1967: 6 y “El Comité Pro Bogotá, Gran Estímulo Cívico”, El Tiempo [Bogotá], 9 de noviembre, 1967: 8.

P á g i n a | 39 pocas palabras: “… creo que cada núcleo o población debe recibir, no de acuerdo con su contribución, sino de acuerdo con sus necesidades.”59.

El Distrito Especial poseía una organización administrativa no acorde al funcionamiento adecuado de la Alcaldía Mayor. Virgilio Barco explicaba lo siguiente en cuanto a este tema: “… el Distrito, que es un municipio de tipo especial, tenía una organización anacrónica e insuficiente y sus entidades autónomas (siete empresas distritales prestaban

los

servicios

públicos)

eran

„repúblicas

independientes‟

que

totalmente

descoordinadas.”60. Aquí se entiende la gravedad del problema que poseía el gobierno distrital en relación a las principales empresas de servicios públicos de la ciudad, entonces debía actualizar urgentemente la organización de dichas empresas, coordinar sus programas, hacer económica su operación, establecer tarifas adecuadas para costos de operación, etc. Debían definirse claramente los objetivos de realización para atender las necesidades urgentes de obras y servicios de Bogotá, entonces, una vez efectuada la reorganización administrativa y operacional de los organismos conectados a la administración de las empresas descentralizadas, se procedió a una coordinación efectiva61.

En un momento difícil para Bogotá, con la necesidad de políticas para su desarrollo, se planteó una política financiera, relacionada con el gasto público, entonces la Administración Barco propuso reorganizar la parte administrativa de las secretarías y departamentos distritales, y de las empresas descentralizadas, incluyendo la programación, financiación y ejecución de planes de incremento de los servicios públicos, obras de infraestructura, construcción y regularización de vías, aulas escolares, centros de salud y de bienestar social, para dar paso al aumento del gasto público distrital. A esto se sumaron los gastos corrientes de funcionamiento, transferencias y servicio de la deuda pública,

59

Véase más en “Demanda de servicios públicos y recursos fiscales”, Virgilio Barco Vargas, Acción administrativa. Obras públicas y su financiamiento - Progreso urbano y potencialidad agrícola (Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1981): 353. Este pequeño fragmento pertenece a un discurso pronunciado en la inauguración de una mesa redonda organizada por parte de la Unión de Ciudadanías de Colombia, que hizo énfasis en problemáticas del desarrollo urbano. Participaron los alcaldes de cuatro principales ciudades colombianas, incluido Virgilio Barco. El evento tuvo lugar en 1969, en Bogotá, D. E. 60 Barco Vargas, La administración, 13. 61 Barco Vargas, La administración, 60.

P á g i n a | 40 inversiones y gastos de capital realizados por el sector distrital, en conjunto. Entre las propuestas por una política financiera, hubo un objetivo principal que consistió en el incremento de los recursos ordinarios para la adecuada obtención financiera encargada de ejecutar los programas que cubrían las áreas de la administración, en especial para extender y mejorar los servicios básicos en los barrios populares. A raíz de esto, fueron proyectados y ejecutados cambios en los sistemas de programación, ejecución presupuestal, gerencia del personal, administración tributaria y establecimiento de tarifas para la prestación de servicios públicos. La Administración Barco aclaró que en el terreno fiscal, en el Distrito Especial necesariamente se eludían las evasiones y la revisión de los impuestos básicos para que los recursos ordinarios pasaran de $250‟000.000 en 1966 a $476‟000.000, con el fin de alcanzar el presupuesto en 1969. Para lograr esto, se efectuaron reavalúos catastrales con más de 15 años de atraso y a su vez, el gobierno distrital diseñó y estableció procedimientos para que los contribuyentes realizaran el pago de impuestos fácilmente y que los usuarios pudieran disfrutar de los servicios y el pago de sus cuentas62.

Para la realización de las obras dentro de la capital, hubo inversión de fondos distritales. ¿Y cómo fueron invertidos? Por un lado, con recursos ordinarios y por otro con recursos extraordinarios. Con los recursos ordinarios fueron financiadas la construcción de 1.654 aulas escolares, 23 centros de salud, seis centros de bienestar y asistencia social, incluyendo planes de instalación de semáforos y de regularización general del tránsito. Las contribuciones hechas a las empresas descentralizadas y a los fondos rotatorios hicieron que el presupuesto ordinario ayudara al desarrollo y ejecución de programas especializados, especialmente en áreas de erradicación de tugurios, vivienda popular, construcción de plazas de mercado, obtención de equipos para recolectar basuras y limpieza de calles, 62

Jorge Plazas S., ed., Tres años de administración distrital, 1967-1969. Estudios e informes de una ciudad en marcha. Tomo VII (Bogotá, D. E.: A. Sandri & Cía., 1969): 5. Para la administración tributaria, a la hora de pensar en el impuesto predial, durante la Administración Barco se adelantaron reavalúos catastrales, contando con la ayuda de sistemas de computación electrónica. Al momento que se amplió la base tributaria del impuesto de industria y comercio, se llevó a cabo por vez primera un censo de contribuyentes. Los sistemas de liquidación de los gravámenes a los vehículos fueron actualizados y tecnificados, permitiendo un aumento sensible de su producto. El cobro de estos impuestos se realizó mediante facturación mensual a través de la utilización de computadores electrónicos. El contribuyente recibía en su dirección registrada la factura; el pago de esta podía efectuarse en cualquier banco o en cualquiera de las oficinas de la Tesorería Distrital. El Distrito presentaba mora en la cartera por varios años, pero gracias a la contribución directa de la ciudadanía, esa deuda fue cancelada por la Beneficencia de Cundinamarca en 1969.

P á g i n a | 41 construcción de redes locales de servicios públicos básicos en los barrios, pavimentaciones, adecuación de instalaciones deportivas y capitalización de la Empresa Distrital de Transportes Urbanos, incluida la financiación parcial del Plan Maestro de Alcantarillado 63, de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y del Centro Distrital de Sistematización y Servicios Técnicos.

En cuanto a los recursos extraordinarios, en el presupuesto nacional no se destinaron fondos para la realización de las obras que Bogotá necesitó con urgencia, entonces se acudió a los recursos del crédito, contando con la colaboración eficaz del gobierno central y de los organismos monetarios. Para que fueran aprobadas estas operaciones, intervinieron el Departamento Administrativo Nacional de Planeación, la Junta Monetaria y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, con estudios y conceptos de fondo sobre la capacidad tributaria de la Alcaldía. El volumen del estado de la deuda pública y los recursos para atenderla, afectando en mínima proporción los presupuestos de vigencias futuras, supuestamente no comprometería los propósitos de las administraciones futuras para financiar y adelantar nuevas obras64. Los empréstitos se fueron atendiendo con base en las tarifas implantadas, las contribuciones causadas por valorización, el producto de las obras mismas y las apropiaciones presupuestales ordinarias que solamente alcanzaban al 5% aproximadamente.

63

El Plan Maestro de Alcantarillado fue propuesto en la administración de Jorge Gaitán Cortés. El siguiente discurso pronunciado por el mismo en 1966, da cuenta de lo que trataba el respectivo plan desde un principio: “El objeto de la visita que hicimos con el señor gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillando a Washington, fue iniciar unas gestiones para conseguir financiación externa para el Plan Maestro de Alcantarillado de Bogotá. Este programa contempla la construcción de los desagües para alcantarillado y sistemas de aguas-lluvias para un total de 19.000 hectáreas en el Distrito Especial de Bogotá. Actualmente, la ciudad tiene en desarrollo aproximadamente 6.700 hectáreas, de manera que el programa del Plan Maestro corresponde a un área aproximadamente tres veces superior a la actual. Esta solución del Plan Maestro, será una solución definitiva por cuanto no depende del crecimiento de la población, sino depende del terreno o de las hectáreas que se citan en el proyecto.”. Véase Instituto Distrital de Cultura y Turismo; Alcaldía Mayor de Santafé de Bogotá y Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, “Homenaje a Jorge Gaitán Cortés „El constructor de Bogotá‟” (VHS), tomado del programa Crónica Urbana (Bogotá: Colcultura, 1993). 64 Es difícil establecer si esto fue cierto, pues en las siguientes alcaldías de Bogotá evidentemente las cosas se tornarían de otro color en cuanto a la manera de administrar, planificar e invertir los recursos disponibles del Distrito para realizar obras públicas y sobre todo organizar el espacio tanto físico como humano. El punto más crítico siguió siendo el de más repercusión dentro de la capital: el continuo aumento poblacional.

P á g i n a | 42 Al sistema presupuestal del Distrito Especial se le introdujeron cambios a partir de 1968, según los lineamientos de la estructura de un sistema de presupuesto por programas, con el que se establecieron en la técnica presupuestal los conceptos de cuantificación y valoración de metas físicas de las variadas actividades de las dependencias del Distrito, incluyendo mecanismos de evaluación y utilización de registros estadísticos para asignar recursos humanos financieros y materiales. Estos eran avances al momento de la tecnificación administrativa, lo que permitió mantener fuentes informativas sobre ejecución presupuestal, cuyas bases cambiaron al adoptarse el sistema del presupuesto de caja, en reemplazo del de competencia, el cual venía siendo aplicado en todo el sector público. ¿Y qué permitía el sistema del presupuesto de caja? Una mayor exactitud en los estimativos, control apropiado de los gastos de funcionamiento, fijación y vigilancia de prioridades en las inversiones.

La Administración Barco buscó obtener un régimen jurídico, orgánico y fiscal apto para el desarrollo acelerado de Bogotá, la creación de un gran sistema operativo integrado por los organismos distritales, la racionalización administrativa, la mejora en las condiciones laborales de los servicios gubernamentales y una adecuada atención al público. También se encargó de la coordinación con las Empresas Distritales, asumiendo la dirección total de la ejecución de los programas de desarrollo económico y social que eran prioritarios, mediante la labor de sus secretarios ejecutivos y la coordinación sectorial con los diferentes organismos y empresas. Se dio la formación de diversos niveles de planeación como juntas directivas de gerencia, proyectos específicos e interventorías de campo. Participaron permanentemente el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, la Secretaría de Obras Públicas y sus respectivos asesores.

La Secretaría de Hacienda, en cabeza de Julio César Sánchez, tuvo presente la idea de realizar cambios comprendidos en implantación de métodos para suplir los sistemas comunes y de tabulación convencionales, a cambio de sistemas de proceso electrónico de alta velocidad. La Secretaría de Obras Públicas, en cabeza de Heberto Jiménez, encargada de coordinar y supervisar programas de obras y servicios públicos, con la consolidación de la División de Construcción y Conservación de los recursos de ejecución directa del Distrito, procedió a una reorganización física de oficinas, talleres, planta de asfalto,

P á g i n a | 43 canteras, etc. A su vez, con la reorganización del Departamento de Valorización, se pudieron realizar programas de integración vial. Para reorganizar el Departamento Administrativo de Tránsito y Transportes, sus dependencias, que funcionaban en locales y edificios provisionales, generaban un intenso tránsito y afluencia del público que fue todo un problema, entonces se adquirió una manzana en la urbanización Paloquemao para proyectar, licitar y construir la sede del departamento de las dependencias.

El bienestar social era esencial para Bogotá, así que la seguridad se tuvo en cuenta para lograr su conservación y guarda del orden público, entonces fueron adelantadas sus reformas necesarias. De esta manera, fue reorganizada la Secretaría de Educación y como resultado, por primera vez en Colombia se hizo obligatoria la educación primaria para todos los niños que habitaban Bogotá, en total 258.000 aproximadamente en 1969, para que concurrieran a partir de 1970 a recibir educación gratuita en las escuelas oficiales. La reorganización de la Secretaría de Salud estaba ligada al plan sanitario de Bogotá donde fue menester convertir los centros de salud en lugares de atención preventiva-asistencial para el núcleo familiar, sin distinguir edad y sexo; esto fue posible en torno a hospitales universitarios. La reorganización del Departamento Administrativo de Bienestar Social en 1967 consistió en una política orientada en función de la importancia de la familia en la vida del niño, con programas curativo-preventivos para la protección de la niñez abandonada y en contra de la desintegración del hogar, por lo tanto, fueron creados centros vecinales en los barrios con servicios de consultorios, capacitación y bolsas de empleo. También hubo una ampliación del programa de jardines infantiles. La modificación del Departamento de Acción Comunal, siguiendo lo dispuesto por el Acuerdo 35 de 1961 65, hizo que Bogotá quedara dividida en 20 zonas de promoción y fueron estructuradas 370 juntas de acción comunal. Esto promovió la alfabetización a todo nivel, arreglo de parques, reparación y construcción de vías, obras de alcantarillado, construcción de pilas y dotación de droguerías comunales.

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Durante la alcaldía de Jorge Gaitán Cortés, se incorporó la Acción Comunal a los programas de desarrollo social, económico y físico que adelantaba el Distrito Especial, modificando el Acuerdo número 4 de 1959 sobre Acción Comunal, modificado por la Ley 743 de 2002, en la que se desarrolló el artículo “Constitución Política de Colombia en referencia a los organismos de acción comunal”. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=7767 (consultado el 2 de septiembre de 2012).

P á g i n a | 44 Las principales empresas distritales debían reorganizarse. La Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), que desde 1940 constituía un organismo semi-descentralizado, sin personería jurídica y patrimonio propio, mediante Acuerdo 72 de 1967 del Concejo Distrital66 hizo que pasara a ser un organismo descentralizado con personería jurídica y patrimonio propio. La ETB también estuvo dotada de los instrumentos jurídicoadministrativos que hicieron posible el cumplimiento de su objetivo empresarial y la expansión de sus servicios y la destinación del 4% de sus ingresos brutos para la construcción, dotación y sostenimiento de los planteles de educación secundaria y a la promoción y desarrollo de las funciones del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y de la Juventud67. La Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá (EEEB), actualmente CODENSA desde 1997, al ser descentralizada, fueron adoptadas en ella medidas administrativas para el logro de tareas como la estandarización de los sistemas de distribución local y la ejecución de un plan de iluminación de avenidas, calles y sitios de reunión pública. En la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), a partir de noviembre de 1966, fue implantada una nueva organización basada en su momento en distribuir distintas oficinas de acuerdo a sus funciones, bajo la dependencia de las siguientes sugerencias: Administrativa, Técnica, Financiera y de Operación.

La Empresa Distrital de Servicios Públicos, que administraba y manejaba los servicios de aseo, mataderos y cementerios de la ciudad, tenía un déficit financiero y de limitación de ingresos que impedía su atención, entonces se reforzaron sus ingresos y fueron adoptadas medidas de reorganización administrativa; gracias a esto, surgieron programas de construcción de plazas de mercado, habilitación y aumento de equipos de aseo y el mejoramiento de servicios de recolección de basuras. A fines de 1966, la Empresa Distrital de Transporte Urbano tenía problemas evidenciados en un déficit económico, dificultades

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Este acuerdo se dictó el 28 de septiembre de 1967 y consistía en la reorganización de la Empresa de Teléfonos de Bogotá en forma de establecimiento público descentralizado. Años más tarde, fue derogado por el artículo 11 del Acuerdo 21 de 1997. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2957 (consultado el 2 de septiembre de 2012). 67 Fue creado mediante el Acuerdo 80 de 1967, para la promoción de la readaptación social, rehabilitación física, alfabetización, educación media, artesanal, agrícola y de orientación vocacional de la niñez y de la juventud. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=1991 (consultado el 2 de septiembre de 2012).

P á g i n a | 45 laborales, reducción de transporte y equipo rodante defectuoso. Su reorganización administrativa promovió la ampliación de su capacidad de transporte, mediante la habilitación del equipo diésel y trole existente para 1969 y la adquisición de nuevas unidades. En su momento, se pensó en planes de expansión que implicarían la adición de 100 buses trole y una ampliación en capacidad de transporte de la Empresa 68.

Es obvio que todas las reformas administrativas tratadas anteriormente no fueron las únicas que se hicieron durante la Administración Barco; en realidad, fueron muchas más. Mediante la promulgación de importantes acuerdos con el fin de reorganizar administrativamente al Distrito Especial, en 1966 fue promulgado el Acuerdo 65 69 que creó el Fondo Rotatorio de Adquisición de Vehículos para la destinación de recursos con el objeto de lograr la adquisición, renovación y remate de vehículos automotores en la ciudad de Bogotá. En 1967 se promulgaron el Acuerdo 3 70 que creó el Fondo de Desarrollo Popular, Deportivo y de Cultura para destinar recursos hacia la construcción, dotación y mantenimiento de coliseos cubiertos, campos deportivos, parques y bibliotecas populares, incluso la promoción de actividades enfocadas a la elevación del nivel físico y cultural de la comunidad, el Acuerdo 5 71 en el que se dictaron disposiciones sobre la contribución de valorización y autorización de la organización administrativa de Cundinamarca, para señalar normas y procedimientos con el objeto de liquidar la contribución en referencia, 68

Es evidente que esto no prosperó años después, ya que en 1991 el servicio del trolebús llegó a su fin en Bogotá. En palabras de Allen Morrison, “… desde 1947, Bogotá compró (pero no operó) unos 300 trolebuses. Los detalles no son claros. Pero el mantenimiento fue mediocre y un artículo periodístico de 1990 describía al sistema como „en un permanente estado de ruina‟… Un artículo de 1991 dice que sólo 80 de los 250 trolebuses estaban en servicio y que de los 195km de red aérea, sólo eran usados 125km. Ingenieros rusos fueron convocados a Colombia para tratar de salvar el sistema. Los ingenieros informaron que la mayoría de los vehículos podrían ser recuperados y una nueva compañía, Trolebús Bogotá S. A., fue formada para operarlos. Pero nunca funcionó. El último trolebús de Bogotá corrió la noche del jueves 15 de agosto de 1991 y la Empresa Distrital de Transportes Urbanos fue liquidada a fines de ese año.”. Allen Morrison, “Los Trolebuses de Bogotá, Colombia”. http://www.tramz.com/co/bg/b/bs.html (consultado el 2 de septiembre de 2012). 69 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=1988 (consultado el 2 de septiembre de 2012). 70 Este acuerdo fue derogado por el Acuerdo Distrital 90 de 2003, durante la segunda administración de Antanas Mockus Šivickas. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=604 (consultado el 2 de septiembre de 2012). 71 Este acuerdo fue derogado durante la administración de Hernando Durán Dussán. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=8846 (consultado el 2 de septiembre de 2012).

P á g i n a | 46 autorizando a su respectiva junta la determinación de la estructura orgánica del Departamento de Valorización, el Acuerdo 23 en el que fueron dictadas algunas disposiciones sobre recaudo, condonando intereses y recargos por mora en el pago de impuestos y contribuciones a las personas naturales o jurídicas, condicionando el beneficio al pago de la deuda entre marzo y agosto de 1967, el Acuerdo 43 72 que ordenó la construcción del Palacio Distrital, planeado para ser ubicado en la Plaza de Bolívar; sus especificaciones técnicas y estructura arquitectónica fueron determinadas por concurso 73, el Acuerdo 7174 que creó la Orquesta Filarmónica de Bogotá, organismo autónomo, descentralizado, con ingresos propios, para la promoción del cumplimiento de los programas referentes a la cultura de la Alcaldía Mayor, el Acuerdo 73 que dictó normas de 72

http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=3491 (consultado el 2 de septiembre de 2012). 73 Esto fue lo que hizo la Administración Barco: “Se realizó un minucioso estudio de las diversas instalaciones de las dependencias, a fin de estructurar un plan básico de mejoramiento y construcción. Por las características de la edificación y las determinantes urbanísticas del sector, se planteó la necesidad de eliminar el intenso tránsito en las inmediaciones de la Plaza de Bolívar y del edifico Liévano. Por el contrario, se vio la necesidad de descentralizar, en forma coordinada, aquellas dependencias que generan gran afluencia de público y que por su estrecha relación, deben quedar vinculadas en el mismo espacio físico. Con base en estas consideraciones generales, se ha desarrollado una serie de obras tendientes a dotar al gobierno de sedes adecuadas y a mejorar el centro de la ciudad. En desarrollo del proyecto de remodelación, se adquirieron las propiedades privadas de la manzana comprendida entre las calles 10 y 11 las carreras 8ª y 9ª, y se inició su desocupación y demolición. La delicada situación estructural y la densa ocupación del edificio han hecho de su remodelación una labor difícil, que se ha venido realizando continuamente. A través del Departamento Administrativo de Planeación se coordinaron los trabajos y los diversos proyectos de reacondicionamiento del edificio Liévano, cuya primera fase está constituida por la creación de los soportales, que formarán una galería continua en el costado occidental de la Plaza de Bolívar, así como la construcción de la nueva parte en el sector occidental. Definida por medio de asesores y con la colaboración de la Academia Colombiana de Historia, la conveniencia de preservar el edificio Liévano, como parte integrante de la fachada de la Plaza de Bolívar, y como interesante muestra de la arquitectura de comienzos de siglo, se procedió a estudiar el planeamiento general y a realizar mejoras inmediatas, dentro de una primera etapa de la realización total. Al mismo tiempo, se realizó un concurso arquitectónico, a escala nacional, con el patrocinio de la Sociedad Colombiana de Arquitectos para seleccionar el proyecto más adecuado, en el cual se contempla la construcción de un edificio de características tales, que forma un conjunto armónico en el edificio Liévano. En el centro de la manzana está prevista una plaza peatonal que se relaciona con otra menor, localizada en el extremo sur-occidental de la manzana, y que da realce y espacio visual a la iglesia de la Concepción y a la sede de la Academia Colombiana de Historia; mientras que en el costado sur, se contempla la construcción de la sede del Concejo Distrital, con todas sus dependencias. Ocupará el edificio Liévano la Alcaldía Mayor y sus dependencias directas, así como la biblioteca, salones de conferencias y recepciones y salas de exposición. Se adquirieron además los locales del primer piso, para restituir el uso público de toda la primera planta, realizando así la dignidad de la edificación.”. Plazas S., Tres años, 19-20. 74 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2099 (consultado el 2 de septiembre de 2012).

P á g i n a | 47 racionalización y control de los ingresos distritales para otorgar facilidades e incentivos a los contribuyentes, actualización de mecanismos tributarios y la promoción por medio de exención del impuesto de industria y comercio para el establecimiento de nuevos tipos de industria en Bogotá y el Acuerdo número 8175 que creó la Lotería del Distrito Especial de Bogotá para que su producto fuera destinado a la realización de las campañas programadas por la Secretaría de Salud Pública, el Departamento de Bienestar Social en un 75% y el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud en un 25% (ver imagen 10).

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En 1968 fueron promulgados el Acuerdo 1576, encargado de la creación del Centro Distrital de Sistematización y Servicios Técnicos para prestar a la Administración Distrital los servicios de sistematización y procesamiento electrónico de datos, el Acuerdo 2077 que creó la Dirección de Turismo de Bogotá para la realización de la política de la Alcaldía Mayor referente al fomento y agilización del turismo hacia la ciudad capital, el Acuerdo 45 78 que

creó el Fondo Rotatorio de Zonas Verdes y Comunales por el sistema de valorización para proveer de zonas verdes y comunales a todos los barrios de la ciudad capital acorde a los planes de regularización urbana y el Acuerdo 46 79 que creó el Fondo Rotatorio de Estacionamientos para proveer al Distrito, especialmente en la zona central, de los estacionamientos que requería en su momento. Finalmente, en 1969 fueron promulgados el

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Este acuerdo fue modificado después mediante el Decreto 407 de 1974, durante la administración de Aníbal Fernández de Soto Valderrama. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2095. (consultado el 2 de septiembre de 2012). 76 Este acuerdo fue derogado por el artículo 17 del Decreto Distrital 410 de 1974, para establecer nuevas disposiciones. Revisar en http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=935. (consultado el 3 de septiembre de 2012). 77 Años más tarde, durante la alcaldía de Carlos Albán Holguín cambiarían las disposiciones de este acuerdo, para suprimir la Dirección de Turismo de Bogotá por la creación del Instituto Distrital de Turismo de Bogotá mediante Acuerdo 12 de 1971, que más adelante sería derogado por el artículo 23 del Acuerdo 2 de 1978, dictado durante la administración de Bernardo Gaitán Mahecha, que crearía en definitiva el actual Instituto Distrital de Cultura y Turismo. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=3241. (consultado el 3 de septiembre de 2012). 78 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=3250 (consultado el 3 de septiembre de 2012). 79 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=3249 (consultado el 3 de septiembre de 2012).

P á g i n a | 48 Acuerdo 1780 que creó el Comité Asesor de Urgencias, encargado de constituir el Fondo Especial de Emergencias para la atención de emergencias y casos de calamidad pública, y el Acuerdo 25, con el que se dictaron disposiciones para la agilización del recaudo de impuestos.

3. 3. Reorganización administrativa mediante reforma constitucional

El Decreto-Ley 3133 de 1968, propuesto para la reforma constitucional de parte del presidente Carlos Lleras, en el caso de la capital, recibió el nombre de Estatuto Orgánico del Distrito Especial de Bogotá 81. Mediante Acto Legislativo N° 1 de dicho año, Antonio José Rivadeneira Vargas, al respecto explicó que “… promulgado mediante su publicación en el „Diario Oficial‟ N° 32673 del día 17 de Diciembre de 1968, el Congreso Nacional expidió la Reforma Constitucional cuyo texto, a juicio de su máximo inspirador, el Presidente Carlos Lleras Restrepo, „establece normas muy acordes con las tendencias de los tiempos nuevos, con lo que es la evolución del derecho constitucional y su acomodamiento a las necesidades del Estado contemporáneo. Con la reforma de 1968 se quiso provocar un cambio estructural semejante al producido con la Reforma de 1936, si bien por la composición heterogénea del Parlamento fue necesario entrar en una serie de acuerdos y transacciones que le restaron fuerza e intensidad a los principios básicos enunciados en el proyecto presentado por el Gobierno, de lo que resultó que al menos en materia económica el pensamiento del Constituyente, según Luis Carlos Sáchica, no optó ni por el liberalismo clásico ni por la socialización exagerada, sino que se decidió por un intervencionismo de Estado General, intensivo y extensivo, que el Senador Hernán Toro Agudelo calificó como

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Este acuerdo sería derogado por el Acuerdo 11 de 1987 durante la administración de Julio César Sánchez, que creó el Fondo para la Prevención y Atención de Emergencias en el Distrito Especial de Bogotá (FOPAE), transformado en establecimiento público del orden distrital mediante el Decreto Distrital 652 de 1990, dictado durante la administración de Juan Martín Caicedo Ferrer, que más adelante se fusionaría con la Secretaría del Gobierno Distrital, por medio del artículo 1 del Proyecto de Acuerdo 71 de 2002, dictado durante la segunda alcaldía de Antanas Mockus. http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=498 (consultado el 3 de septiembre de 2012). 81 Entre las tareas que tenía el Estatuto Orgánico de Bogotá, se encontraba la conversión de la Junta de Planificación en el Departamento Administrativo de Planeación, que estableció la idea de plan integral de la ciudad, relacionada con todas las dimensiones de la vida humana dentro de la ciudad.

P á g i n a | 49 el medio de alcanzar el desarrollo económico para asegurar la democracia social sin renegar de la democracia política.”82.

La reforma constitucional de 1968 poseía nuevas e importantes modalidades en materia de organización administrativa y fiscal de la ciudad. Estableció una estructura que permitió a la ciudad afrontar su impresionante crecimiento demográfico y sobre todo su índice de desarrollo económico como principal ciudad industrial de Colombia. Antonio Rivadeneira, es evidente que refirió a Luis Carlos Sáchica y por eso es importante saber qué pensaba éste último sobre la reforma: “Se puede afirmar que ella ratifica y hace reverdecer la filosofía política de la corriente nacionalista triunfante en 1886, cuando se regresó a las raíces históricas y a las bases sociológicas que tipifican la nación colombiana, en una especie de „codificación natural‟, como dijo Rafael Núñez… aunque fragmentaria,… es una revisión institucional conveniente en el orden operativo y funcional de nuestro sistema político.”83.

El nuevo Estatuto también permitió satisfacer la demanda de servicios básicos de la población, autonomía y un mejor desarrollo de sus empresas distritales, facilitando una eficaz administración en las diferentes áreas de la organización distrital. En cuanto a operaciones y planeaciones del Distrito Especial, había límites e insuficiencias, pues en su momento era más urgente la planeación en la vida moderna, que realmente estaba reducida en Bogotá a una planificación física e incompleta con respecto al uso de las tierras y normas de urbanización, que aislaba aspectos económicos, sociales y culturales. Al respecto de la reforma, Ricardo Alonso dice que “… la reorganización administrativa se concretó con la expedición del Estatuto Orgánico para el Distrito Especial -Decreto 3133 de 1968-, que como aplicación de la reforma constitucional impulsada por el Presidente Carlos Lleras, permitió nuevas e importantes modalidades en materia de reorganización administrativa y fiscal de la ciudad. Tal estatuto contempló la organización del Distrito y sus diferentes dependencias; dotó de funciones a la Junta Asesora y de Contratos; creó la Junta de Planeación Distrital, convirtiéndola en un instrumento de desarrollo que, al pasar de la simple planificación física a la planeación integral, debía considerar los aspectos 82

Antonio José Rivadeneira Vargas, Historia constitucional de Colombia. 1510-1978 (Bogotá: Editorial Horizontes, 1978): 179. 83 Luis Carlos Sáchica, La reforma constitucional de 1968 (Bogotá, D. E.: Editorial Temis, 1969): 27.

P á g i n a | 50 sociales, culturales y económicos, y definir los diversos regímenes legales a los cuales se sujetarían las empresas descentralizadas del Distrito.”84. Alonso añade lo siguiente para una compresión más amplia sobre la reforma: “… se trató de un conjunto de reformas para dotar a la administración de un régimen jurídico, orgánico y fiscal apto para el desarrollo acelerado de la capital. Simplemente, el que tenía era anticuado, rígido, inoperante y por supuesto, limitaba las iniciativas y la capacidad de ejecución de las obras proyectadas. Con esos instrumentos se logró crear un gran sistema operativo integrado por organismos directos del Distrito e instituciones y empresas descentralizadas que, debidamente coordinado permitieron las realizaciones planeadas y ejecutadas de acuerdo con un proceso cuidadosamente establecido.”85.

Aunque la reforma constitucional fue promulgada a finales de 1968, sólo hasta inicios de 1969 entró en funcionamiento, según lo expresado por Andrés Alzate en El Tiempo: “El gobierno nacional expidió un nuevo estatuto para Bogotá, que consagra una serie de reformas básicas en la organización administrativa del Distrito Especial. El estatuto -expedido con base en las autorizaciones conferidas al presidente de la república en la Ley 33 de 1968- permitirá un funcionamiento diferente para Bogotá y le dará al Distrito una gran elasticidad en su administración. Entre los aspectos esenciales del decreto sobre reformas de la administración distrital se destaca que el concejo de Bogotá solo se reunirá dos veces en el año, en los meses de julio y noviembre, y no cuatro, y sólo podrá ser llamado a sesiones extraordinarias por el alcalde. Igualmente se modifica el régimen interno del concejo y se estipula que se desarrollarán, dentro del campo de la planeación, dos programas básicos para el desarrollo de la ciudad.” 86.

El estatuto fue bien recibido, especialmente por parte del secretario de Hacienda, Julio César Sánchez, el concejal conservador Gabriel Melo Guevara y el ex-director de Planeación Municipal, Jorge Rivera Farfán87, pues se consideró fundamental que la ciudad capital tuviera su propia constitución, aunque era importante que otras ciudades colombianas adoptaran las mismas políticas en cuanto a organización administrativa y 84

Alonso, Ciudad, 145 y 147. Alonso, Ciudad, 147. 86 Andrés Alzate, “Nuevo Estatuto para Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 2 de enero, 1969: 1 y 3. 87 “Bien Recibido el Estatuto de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 3 de enero, 1969: 15. 85

P á g i n a | 51 temas relacionados. Durante las declaraciones presentadas hacia el estatuto, el concejal Gabriel Melo consideró algo importante para la ciudad y es que esta necesitaba disponer de una estructura completa, en un momento que los problemas de la ciudad marchaban más rápido que su capacidad para planearlos.

3. 4. Construcción y reconstrucción para un mejor desempeño de la Alcaldía

Es importante aclarar que para la comprensión de un mejor funcionamiento administrativo de la capital, no sólo se trata de conocer la promulgación de decretos y acuerdos; también se trata de pensar en el mejoramiento de sus principales dependencias distritales. Por eso es fundamental tener en cuenta que durante la Administración Barco, fueron realizados estudios de dichas dependencias para su organización, adecuación, mejor ubicación y en especial un mejor desempeño de sus deberes: el Centro Administrativo Distrital, el Palacio Distrital (Edificio o Palacio Liévano), el Centro Distrital de Computación y Servicios Técnicos, las Alcaldías Menores y la Sede Provisional del Concejo Distrital.

La construcción del Centro Administrativo Distrital fue aprobada por la Junta de 11

Planificación y el Concejo Distrital (ver imagen 11). Su inicio se dio en la intersección de la Avenida de Las Américas, la Calle 26 y la Avenida Ciudad de Quito, con el fin de atender un numeroso público (ver imagen 12). Era un programa de coordinación sobre la

distribución física de las instalaciones distritales para decidir qué organismos debían permanecer en los alrededores de la Plaza de Bolívar y un fácil acceso del resto de los organismos. Dicha construcción estuvo constituida de dos edificios básicos (uno de 14 pisos con oficinas y otro de tres pisos con centro de sistematización, cajas y atención al público). Su financiamiento fue posible 12

mediante préstamos del BCH, aportes de las empresas

descentralizadas y el producto de la estampilla distrital. El Centro Administrativo Distrital fue pensado con el fin de la prestación de servicios, no sólo para la Alcaldía Mayor, sino

P á g i n a | 52 también para la Corporación Autónoma Regional de la Sabana de Bogotá y de los valles de Ubaté y Chiquinquirá, pero sólo sería inaugurado hasta 1972 88. El Edificio Liévano, diseño del arquitecto francés Gaston Lelarge (1861-1934), hizo parte de los planes de la Administración Barco para un sobresaliente ejercicio de las dependencias distritales. Anteriormente, en el terreno que ocupa actualmente, estaban ubicadas las Galerías Arrubla89. La inversión de recursos para la Guerra de los Mil Días es la razón por la cual el médico Abraham Aparicio Cruz (1849-1915), uno de los principales fundadores de la Academia Nacional de Medicina en 1890 y burgomaestre de la ciudad (1901-1903), realizó esfuerzos para que se reconstruyera la edificación que había quedado hecha cenizas, los cuales fueron posibles tiempo después de acabado el conflicto interno del país, mediante el 88

El proyecto fue presentado por la constructora Cuéllar, Serrano, Gómez & Cía. en abril de 1968 y la edificación fue inaugurada en 1972, durante la administración de Carlos Albán Holguín. Sobre el proyecto, véase “Centro Administrativo Distrital”, Proa. Urbanismo, Arquitectura, Industria, No. 193 (1968, abril): 1821. 89 Marcela Cuéllar, Hugo Delgadillo y Alberto Escovar nos dicen que “El 20 de mayo de 1900 el alemán Emilio Streicher, comerciante de sombreros, ocasionó intencionalmente el más grande y conocido incendio que tuvo Bogotá en el siglo XX, el de las Galerías Arrubla. Parte de la tradición de la administración de la ciudad y las conocidas galerías, que conformaban el costado occidental de la Plaza de Bolívar, quedaron reducidas a cenizas. Estas galerías fueron la primera manifestación edilicia comercial que tuvo la ciudad, gracias a una propuesta hecha en 1842 al Cabildo de Bogotá. El proyecto para la construcción del Palacio Municipal fue adjudicado a Juan Manuel Arrubla, comerciante de procedencia antioqueña que llegó a la capital en la segunda década del siglo XIX y se dedicó, junto con su hermano Manuel Antonio, a la finca raíz y a la construcción, entre otras actividades comerciales. El plano que presentó Arrubla contemplaba una fachada porticada de 53 metros sobre la entonces denominada Plaza de la Constitución, en el predio que ocupaba la antigua casa del Cabildo… una vez aprobado, propuso la prolongación de los pórticos a todo el costado de la manzana -integrándolos a sus propiedades ubicadas al costado noroccidental de la plaza: la casa de la Azotea y la casa de los Virreyes, entre otras-, con locales comerciales en los dos primeros pisos y una tercera planta de vivienda y oficinas. Esta propuesta fue aprobada por el Cabildo, pese a las protestas de los comerciantes de las calles del Florián y Santa Clara. El edificio del municipio se construyó entre 1846 y 1848 y la fachada integró los predios, dio apariencia de continuidad y uniformidad a todo el costado occidental de la Plaza de la Constitución e hizo que en adelante fueran identificados como… Galerías Arrubla. Para financiar la construcción del costado sur del edificio, el municipio remató los locales de los dos primeros niveles. En 1862, Juan Manuel Arrubla vendió las propiedades que tenía en las galerías al Gobierno Nacional, y cuatro años después el Estado las remató para pagar un crédito que la nación tenía por $100.000 con el holandés Nicolás Danies, quien era representado por su yerno, el ingeniero Indalecio Liévano. Después de todas estas negociaciones, las galerías quedaron en manos de más de 30 propietarios, entre ellos el municipio -que compartía el extremo sur con los dueños de locales en los primeros pisos- e Indalecio Liévano, su esposa y sus cuñadas -que compartían también con propietarios de locales el costado norte. El complejo comercial contenía desde pequeños locales de venta de sombreros, ropa y víveres, hasta reconocidos sitios de encuentro y diversión, como el Jockey Club, situado al sur, y el Hotel Colombiano -posteriormente llamado Hotel Olivar y Hotel Central cuando lo restauró Liévano- al norte.”. Marcela Cuéllar; Hugo Delgadillo y Alberto Escovar, Gaston Lelarge. Itinerario de su obra en Colombia (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, D. C.-Corporación La Candelaria-Editorial Planeta Colombiana, S. A., primera edición, diciembre de 2006): 60.

P á g i n a | 53 Acuerdo 18 de 1902 que ordenó la construcción del nuevo Palacio Municipal. El mismo año, exactamente el 20 de julio, fue colocada la primera piedra del edificio y sus trabajos empezaron a realizarse durante la alcaldía de Carlos Tavera Navas (1903-1904)90. La construcción del edificio se hizo en coordinación con el ingeniero Indalecio Liévano, quien encomendó los planos de la edificación a Lelarge; las obras estaban a cargo de Julián Lombana y concluyeron en 1910, inauguradas un 17 de julio. Liévano influenció tanto en la construcción, hasta el punto que el edificio recibió el nombre que actualmente conocemos. Para el momento en que Virgilio Barco era alcalde de la ciudad, comenzó un proceso cuidadoso para la ampliación de las instalaciones de la Alcaldía Mayor. No debe olvidarse el hecho de que la estructura del Edificio Liévano sufrió muchos daños a causa de la tragedia del 9 de febrero de 196791. El proyecto comprendió remodelar todo el edificio, con

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Cuéllar; Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge, 60 y 62. La tragedia del 9 de febrero de 1967 fue un fuerte temblor que afectó a Huila, Risaralda, Boyacá, Cauca, Quindío, Valle, Bogotá y parte del Tolima, mientras que en otras regiones del país no repercutió tan fuerte. El sismo, con epicentro en el suroeste de Colombia, fue registrado por expertos del Japón, Estados Unidos, Reino Unido y parte de Latinoamérica. El Padre Jesús Emilio Ramírez González (1904-1980), director del Instituto Geofísico de la Universidad de Los Andes para su momento, había dicho sobre el movimiento que “Su fuerza se asemeja a la de la explosión de una bomba de 40 megatones”. Véase “73 muertos por el temblor”, El Tiempo [Bogotá], 10 de febrero, 1967: 1. De las páginas 2-3 a 6-14, existe más información al respecto de la tragedia. En el caso de Bogotá, el burgomaestre Virgilio Barco estuvo al tanto del problema, entonces dirigió por radio la coordinación de auxilios. El Tiempo da prueba de esto: “Tan pronto como se hubo registrado el movimiento sísmico en la mañana de ayer, el alcalde mayor de la ciudad, doctor Virgilio Barco, se trasladó a la Estación 100 de Policía, en la Avenida Caracas con la Avenida de Los Comuneros, con el fin de dirigir y coordinar desde allí, mediante la utilización del servicio de radio-teléfono, la actividad de las distintas secretarías en beneficio de la ciudadanía. Fue así como en forma… bien planeada, el doctor Barco Vargas determinó las funciones que debía desarrollar cada una de las dependencias bajo su responsabilidad, el Cuerpo de Bomberos, el Departamento de Asistencia Social, el personal de „motos‟ del Tránsito, la Policía Nacional, División Bogotá, etc. Se solicitó la cooperación de las emisoras locales a fin de pedir la colaboración ciudadana, en el sentido de no dejarse dominar por el pánico, no obstaculizar las vías públicas para que los vehículos oficiales destinados al envío de auxilios, las ambulancias, etc., pudieran circular libremente, no utilizar las líneas telefónicas sino en caso de absoluta necesidad, etc… En materia de valor de los daños no fue posible ayer realizar una evaluación ni siquiera aproximando...”. Véase “Por Radio Dirigió Barco Coordinación de Auxilios”, El Tiempo [Bogotá], 10 de febrero, 1967: 2. Si retrocedemos a 1917, entre finales de agosto y comienzos de septiembre ocurrió un temblor en toda Colombia y por supuesto afectó al municipio de Bogotá, dejando daños materiales como el derrumbe de la iglesia de Guadalupe en los cerros orientales. El alcalde del momento, el abogado y académico Gerardo Arrubla Ramos (1872-1946), junto al gobernador de Cundinamarca, Rafael Escallón, ordenaron el cierre de las iglesias ya que consideraban que el peligro podría ser más grave en estas edificaciones, debido a la aglomeración de gente que poseen. Véase “Los Temblores”, El Tiempo [Bogotá], 1° de septiembre, 1917: 2. 91

P á g i n a | 54 una primera fase llevada a cabo en 1968, determinando la demolición del cuerpo central de la mansarda, consecuencias del temblor y luego se procedió al retiro de los anuncios publicitarios de los locales comerciales ubicados en la primera planta 92. También se compraron los predios localizados en la manzana comprendida entre carreras 8ª y 9ª, y calles 10ª y 1193. La Sede del Concejo Distrital funcionaba en una sede provisional incómoda, ubicada en la Calle 11 y para darle solución a este inconveniente, fue adquirida temporalmente la Casa de Cristo Rey mientras se realizaban las construcciones. Sólo fue hasta 1969 que en los retiros de Cristo Rey se instaló en definitiva la sede del Concejo de la ciudad (ver imagen 13). La remodelación definitiva del Edificio Liévano estuvo a cargo del arquitecto Fernando Martínez Sanabria, quien planteó la construcción de una circulación 13

cubierta y porticada donde estaban los locales, para así generar una plazoleta interior que separara las zonas sur y norte de la edificación. El criterio de esta obra era conservar la fachada hacia la Plaza de Bolívar y esto se logró reforzando los pórticos y la estructura general del edificio. De esa manera, el edificio perdió su carácter

comercial y fue ocupado en su totalidad por las oficinas de la Alcaldía Mayor 94.

Otras de las obras comprendidas hacia las dependencias distritales, fueron el Centro Distrital de Computación y Servicios Técnicos, instalado por vez primera gracias a las gestiones de la Corporación Autónoma Regional (CAR) y que estuvo dotado de dos computadores IBM modelo 36-30, unidades magnetofónicas y discos, incluso equipo periférico. Las Alcaldías Menores o Alcaldías Locales fueron construidas gracias al anexo de municipios. Algunas sedes edificadas fueron las de Fontibón, Suba y Usaquén.

92

Cuéllar; Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge, 62. En 1969, la Alcaldía propuso por concurso realizar la construcción de las nuevas instalaciones del Palacio Municipal, donde ganó el proyecto presentado por el arquitecto Jacques Mosseri, para la incorporación de un nuevo edificio en las estructuras principales, pero nunca fue desarrollado. Véase Cuéllar; Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge, 62 y 63. 94 Cuéllar; Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge, 63. 93

P á g i n a | 55

Capítulo IV Organizar la ciudad

P á g i n a | 56 “El concepto de planificación urbana es relativamente nuevo entre nosotros. Nació de la necesidad de alinear calles, y tuvo su base en una especie de topografía urbana, que ante todo fijaba paramentos y ejes de vías… La organización de oficinas de regulación urbana y estudios básicos que permitieran dar un adecuado uso al área urbana, fue una etapa tal vez de los últimos quince años, y ha servido para sondear la medida en que una administración municipal anticuada, con un pequeño presupuesto, puede hacer frente a un crecimiento urbano no previsto. ¿Los resultados? Ni el planeamiento urbano opera, ni la administración municipal puede abocar, con el exiguo presupuesto y su arcaica organización, las obras que la comunidad necesita… Realmente, no se sabe a ciencia cierta el porvenir de nuestras ciudades en materia de población, importancia comercial o desarrollo industrial.”. Luis Raúl Rodríguez Lamus, El desarrollo urbano en Colombia (Bogotá, D. E.: Ediciones Universidad de Los Andes, 1967): 26 y 29.

La anterior referencia se conecta con la problemática de la planificación urbana en Bogotá para la década de 1960. Aunque existieron planes urbanísticos antes de la Administración Barco, estos no se tuvieron en cuenta, no se realizaron, no se adoptaron como norma o simplemente quedaron aislados, como expresara Luis Raúl Rodríguez Lamus, elegido como director del Departamento de Planeación Distrital en 1968. Hay que tener en cuenta que sus planteamientos son acerca del desarrollo urbano en Colombia, pero igual sirven para entender la problemática que había en la capital, lo que nos permitirá conocer los planes urbanísticos llevados a cabo durante el gobierno distrital de Virgilio Barco.

4. 1. Plan Vial de Integración Urbana: Un recorrido infraestructural

Daremos paso al conocimiento y entendimiento de los principales planes urbanísticos propuestos durante la alcaldía de Virgilio Barco, con el fin tener presente todo un panorama de desarrollo urbano para la ciudad, que a la hora de la verdad logró cumplir con las expectativas gubernamentales y ciudadanas en su momento. Rodrigo Cortés Solano dice que “… el objetivo de la planeación es lograr una ciudad mejor, sin variaciones estructurales o de fondo…”95 y en efecto no se equivoca, estamos de acuerdo, pero decir que a través de la planificación no habría variaciones estructurales, no es del todo cierto, pues cuando una administración intenta organizar una ciudad y se llevan a cabo los planes 95

Rodrigo Cortés Solano, “Del urbanismo a la planeación en Bogotá (1900-1990). Esquema inicial y materiales para pensar la trama de un relato”, Revista Bitácora Territorial, Año/Vol. 1, número 011 (2007, enero-diciembre): 164.

P á g i n a | 57 propuestos, la misma urbe desde luego sufre transformaciones que a su vez va creando nuevos y complejos problemas día a día. No está de más referir al economista Fabio Zambrano Pantoja, acerca del plan vial, como un adelanto sobre el propósito de este apartado: “En la década del sesenta…, se emprende la construcción de un ambicioso plan vial, que incluye la construcción de la avenida 68 y la iniciación de la avenida Boyacá, ambas de profundos impactos en el occidente y el sur de la ciudad, además de la avenida 19 y la carrera tercera en el centro de la ciudad…” 96.

No sobra saber qué pensó Virgilio Barco como alcalde a la hora de cumplir con la misión de organizar la ciudad: “Las metas trazadas, los procedimientos acordados, los instrumentos escogidos por la administración de Bogotá para responder al ineludible compromiso contraído con el gobierno nacional y con la opinión pública, obedecieron a un riguroso sentido de planeación. Pero no exclusivamente de planeación física. Aun cuando algunos de los conceptos de Le Corbusier han sido revaluados, se consideró que mantenía su vigencia el postulado de las cuatro funciones urbanas: habitación, trabajo, cultura y circulación. La planeación, cuya utilización es cada vez más indispensable en la vida moderna por la interrelación de los sectores y por la creciente complejidad de los procesos, se reducía en el Distrito de Bogotá a un planeamiento puramente físico, por lo demás, era incompleto respecto al uso de tierras y a normas de urbanización. La planificación dejaba fuera no solo aspectos económicos y sociales, sino también los humanos y culturales, cuando la ciudad tenía que considerarse como un todo orgánico… Fue así como hubo necesidad de implantar un nuevo concepto de planeación integral que tenía que ver con todas las dimensiones de la vida humana.”97.

Virgilio Barco tenía en cuenta la importancia de crear un plan de integración urbana en beneficio de la ciudad al momento que surgieron las normativas para lograr tal cometido sin olvidar el tiempo que había para brindar resultados. Como se dijo anteriormente, esta alcaldía era la “Administración Contra-Reloj” y esto se propuso en principio: “Junto al nuevo estatuto distrital, a los nuevos recursos fiscales, a la mística del equipo humano que dirigía la administración y a la nueva conciencia ciudadana, el criterio estricto de planificación hizo posible realizar un gran plan vial de integración urbana, poner al día los 96 97

Fabio Zambrano Pantoja, Historia de Bogotá Siglo XX (Bogotá, D. C.: Villegas Editores, 2007): 160. Barco Vargas, La administración, 30-31.

P á g i n a | 58 servicios básicos de la ciudad y sacar a Bogotá de una situación de conformismo a un estado de franca revolución de las expectativas… Dentro de ese sistema de planear integralmente todas las tareas, durante los primeros siete meses de la administración la totalidad del esfuerzo se redujo a diseñar y estudiar los programas y los planes. Las obras realizadas aparecen como las manecillas del reloj. Las tareas previas tales como las de proyectar, diseñar, financiar las obras, licitarlas, adjudicar los contratos respectivos y vigilarlos, son como el mecanismo que está oculto detrás del tablero que muchas veces es lo único que vemos.”98. Esta es una importante referencia, debido a la importancia de lograr en la medida más adecuada con los objetivos que se proponía el gobierno distrital en cuanto al plan vial de integración urbana para la capital. En realidad, para el empuje del progreso de la ciudad, existían las “claves para una ciudad en marcha”, según lo explicado por Ricardo Alonso: “Paralelamente a la terminación de las obras iniciadas y planeadas en la administración de Gaitán Cortés, Virgilio Barco enfrentó el crecimiento explosivo de la ciudad bajo tres orientaciones básicas. La primera, apelando directamente a los ciudadanos sobre algo que no existía como era la conciencia de los habitantes de Bogotá acerca de sus derechos y sus deberes para con su ciudad. Era necesario promover la acción ciudadana… La segunda, mediante las obras… de infraestructura necesarias para adecuar la estructura urbana a las dramáticas proyecciones del crecimiento de la población. Y la tercera, a través de un conjunto importante de estudios sobre la ciudad, de cara al futuro, y cuyos resultados debían determinar una política urbana previsora y de largo alcance.” 99.

¿Qué decir de las implicaciones que tenía la construcción de vías? Es importante saber qué pensaba la administración distrital, para comprender todo el proceso legal que permitía poner en marcha las obras públicas. Existían dos procedimientos para lograr esto y en primer lugar, es necesario saber cómo era la ejecución y contratación de las obras: “Expedido el acuerdo que autoriza la ejecución de una obra, se determina su prioridad y se procede a elaborar los diseños geométricos, de suelos y de servicios, por conducto de las entidades distritales o de firmas contratistas especializadas. Aprobados los estudios por el Departamento de Planeación, se procede a efectuar el levantamiento catastral detallado de 98 99

Plazas S., Tres años, 31-32. Alonso, Ciudad, 91-92.

P á g i n a | 59 las zonas afectadas por la construcción de la vía, el cual sirve de base para la adquisición de predios. Simultáneamente y de acuerdo con los diseños aprobados, se elaboran los pliegos de licitación y se adjudican los contratos de trabajos. Las obras se contratan por el sistema de precios unitarios y se ejecutan bajo la interventoría del Departamento de Valorización y las Empresas de Servicios. Las que se adelantan por el sistema de valorización, implican, además, el proceso de liquidación del gravamen o contribución de valorización, según el beneficio que reciba cada uno de los predios comprendidos en la zona de influencia de la vía” En segundo lugar, ahora conoceremos cómo procedía tal asunto, a partir de la elaboración del censo en general: “Este proceso, que se inicia con la elaboración de censos, determinación de propietarios y áreas de predios, estudio de coeficientes para la repartición del gravamen, etc., es quizás, el más importante y complejo, pues concluye en la fijación exacta de la contribución de valorización para cada uno de los propietarios beneficiados por la vía.”. Finalmente, venía la repartición de las obras: “El valor total de una obra se reparte, aproximadamente, según los siguientes porcentajes: Estudios, de 1,5 a 2%. Zonas, de 20 a 35%. Servicios, de 15 a 25%. Pavimentos, de 45 a 55%. Otros, de 3 a 4%.”100.

El Plan Vial de Integración Urbana (1967-1969), surgió necesariamente cuando la situación vial del Distrito en 1967 fue un punto de atención importante para la Administración Barco, entonces, mediante la intervención del Departamento Administrativo de Planeación Distrital y del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), bajo la dirección del profesor Lauchlin Currie (1902-1993), señaló en el informe Alternativas para el desarrollo urbano de Bogotá101 las barreras fundamentales del sistema vial urbano basadas en las conclusiones de dicho proyecto, para proceder de manera acelerada al diseño y programación de la ejecución de las obras más urgentes y llevar a cabo un estudio de conjunto, relacionado con la política urbana y las alternativas de desarrollo para el Distrito. Fueron analizados aspectos físicos, sociales, económicos e institucionales y de esa manera, el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, la Secretaría de Obras Públicas y el Departamento de Valorización definieron un Plan Vial General apoyado en estudios 100

Plazas S., Tres años, 79. Universidad Nacional de Colombia-Centro de Investigaciones Para el Desarrollo, Alternativas para el desarrollo urbano de Bogotá, D. E. Estudios e informes de una ciudad en marcha, 1967-1969. Tomo I (Bogotá, D. E.: Editorial Andes, 1969). 101

P á g i n a | 60 previos sobre el mismo tema, sus realidades relacionadas con el desarrollo urbano y los criterios acerca de las integraciones norte-sur y este-oeste de la ciudad, requisitos de densificación urbana, uso adecuado de áreas urbanizadas, etc.

Gracias a la gestión de la Junta de Planificación y del Concejo Distrital, la Alcaldía Mayor adoptó el Plan Vial General en 1968, estableciendo bases relacionadas con el sistema vial102. A propósito de Virgilio Barco y el estudio Alternativas para el desarrollo urbano de Bogotá, esta fue su experiencia en el momento que dio inicio a su gestión: “… contraté con el Centro de Urbanismo de la Universidad Nacional, dirigido por el profesor Currie, un estudio sobre las alternativas para el desarrollo urbano de la ciudad. Fue básico y las orientaciones que en él se contienen fueron fundamentales. Yo partí del criterio de hacerlo todo muy vigilado y muy rápido para evitar la presencia de intereses que no consultaran únicamente el bienestar de la capital. Pasé seis meses cortando pasto, porque en el momento de mi posesión había centenares de ideas pero pocos proyectos. Poco a poco los elaboramos. Y me propuse darle estabilidad a la administración.”103.

La infraestructura del Plan Vial de Integración Urbana incluía tramos de la ciudad como la Carrera 68, vía que comprendía las avenidas Francisco de Paula Santander, El Espectador, Congreso Eucarístico y España, en la cual su importancia radicó en ser una vía de ocho

102

Este conjunto vial representó más de 60km de avenidas de alta capacidad, rehabilitación y reconstrucción de más de 200km de vías complementarias. Las bases relacionadas con el sistema vial, que pertenecían a las políticas propuestas en el Plan Vial de Integración Urbana, fueron las siguientes: Definir un sistema vertebral de vías norte-sur y este-oeste para establecer una relación estrecha y eficiente entre los centros de trabajo del Distrito, limitar el crecimiento hacia el occidente y el sur, con base en las vías regional-longitudinal y regional-transversal, la primera desde la carretera Central del Norte a la altura de La Caro, hasta la autopista del Sur cerca a Soacha, y la segunda hacia el sur, en sentido este-oeste paralelamente al río Tunjuelito, densificación habitacional y de población de áreas dentro del perímetro urbano para obtener una óptima utilización de los terrenos urbanizados y disminución de los costos sociales que se derivan de la extensión de redes, costos de transporte, etc., zonificación integrada de vivienda y trabajo enfocada en la disminución de transporte diario para facilitar el desarrollo de la vida urbana, desplazamiento de las líneas ferroviarias del norte y nordeste para ubicar las adyacentes a la vía troncal longitudinal-regional y trasladar la terminal de pasajeros al occidente de la Carrera 30, localizar las terminales de carga y centros de abastos, plazas de ferias, mataderos, mercado mayorista, etc., en la intersección de la anterior vía férrea con la de occidente a la altura de Fontibón, determinado como centro de convergencia del trasporte que provenía del norte, occidente y los Llanos Orientales, y ordenamiento de la malla vial determinado para crear ejes ambientales homogéneos y proteger ambientes urbanos establecidos, con un carácter adecuado. Véase Plazas S., Tres años, 48. 103 Mosca, Bogotá, 81-82.

P á g i n a | 61 carriles y 18km de longitud, extendiéndose desde la autopista sur en Muzú hasta la Carrera 7ª, a la altura de la Calle 100, en el norte de Bogotá 104. En esta vía también fue construido un puente sobre la autopista Eldorado mediante convenio del Ministerio de Obras Públicas, en aquel momento a cargo de Bernardo Garcés Córdoba, que llevó a cabo dicha obra por un valor de $14‟000.000. La Avenida Caracas hacia el sur, que fue prolongada entre las calles 11 y 50, sentido sur, integrándose al resto del Distrito, era un sector muy populoso y estaba apartado del sistema vial, ya que tenía vías precarias para su directo contacto con el resto de la capital; la obra tuvo un valor de $8‟000.000 para adquisición de zonas y $21‟000.000 para su construcción105. La Avenida Ciudad de Quito fue proyectada y construida para conectar los barrios nor-occidentales con el centro y sur de Bogotá (ver imagen 14); el costo de la obra fue de $27,5 millones, aproximadamente. La Calle 26, tomada en consideración por la Administración Barco, fue ampliada a partir de la Carrera 27 hasta la Ciudad Universitaria, incluyendo la construcción de dos calzadas centrales en la autopista 104

El 7 de agosto de 1968 fue inaugurada la Avenida 68, con la presencia del presidente Carlos Lleras, el alcalde Virgilio Barco y otras personas. Esto fue lo que contó el periodista Gabriel Gutiérrez: “Entusiastas, decenas de miles de personas ovacionaron anoche al Presidente Carlos Lleras Restrepo, en un trayecto de 18 kilómetros, al ser inaugurada oficialmente la Carrera 68, que se convierte en la vía más importante de la capital. Lleras Restrepo hizo el largo recorrido, acompañado del alcalde Virgilio Barco y otras altas personalidades, entre un permanente estallido de „voladores‟ y las sirenas y pitos de centenares de buses que se colocaron a los lados de la imponente arteria bogotana. Aclamado con júbilo por las gentes -protegidas con ruana del penetrante frío- el Jefe de Estado dio por concluida así la etapa sucesiva de inauguraciones que han transformado a Bogotá y la dejan lista para la celebración del Congreso Eucarístico Internacional. El Presidente repetidamente hizo elogios de la Avenida inaugurada anoche, que tiene una longitud de 18 kilómetros, está completamente iluminada y que tuvo un costo de 200 millones de pesos. Los habitantes de los barrios beneficiados con la 68, en particular los del sector sur de la ciudad, celebraron una auténtica fiesta popular con este motivo y brindaron al doctor Lleras Restrepo expresivas demostraciones de aprecio y de simpatía. „Gracias por la obra‟, fue la frase que se escuchó a lo largo del recorrido, dirigida al Primer Mandatario y al alcalde Barco. Al paso de la caravana presidencial por la Avenida, numerosas delegaciones de barrios adyacentes se hicieron presentes con banderas, pancartas y antorchas, que agitaron junto con pañuelos blancos. Y el espectáculo se repitió prácticamente desde Muzú hasta la calle 100, donde culminó el extraordinario desfile de vehículos… Cerca de las siete de la noche, el automóvil presidencial abrió el desfile a lo largo de la 68, que estaba prácticamente repleta de público desde Muzú hasta el cruce con la carretera de occidente… En varias oportunidades, el coche en que viajaba el Presidente Lleras tuvo que detenerse ante la multitud de personas que deseaban saludarlo… Otro de los detalles que llamó la atención, fue la presencia de grupos juveniles con antorchas, que agitaron al paso del Presidente. Y esas antorchas en algo debieron „aliviar‟ el frío bogotano de esta época de pleno verano.”. Véase Gabriel Gutiérrez, “Cien Barrios Aclaman a Lleras”, El Tiempo [Bogotá], 6 de agosto, 1968: 1 y 8. 105 El tramo de la avenida que se construyó tuvo una longitud de 5km y ancho para ocho carriles, con un separador central, sardineles y andenes en concreto, una zona verde central, iluminación en mercurio de alta intensidad y todas las redes de servicios de acueducto y alcantarillado, energía y teléfonos. Véase Plazas S., Tres años, 57.

P á g i n a | 62 Eldorado, con el fin de lograr una rápida y eficaz comunicación con el Aeropuerto Internacional Eldorado; la obra duró 15 meses y su valor fue de $42‟000.000 106. En cuanto a la regularización de zonas de la ciudad, apareció la Regularización Vial del Centro de la Ciudad, entendida como un programa al que se le llamó “Plan Muelas” (ver imagen 15), propuesta que consistió en la normalización del ancho de la vía por sectores, la renovación total de las calzadas, redes de servicio de acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, teléfonos, sardineles y andenes, igualmente un sistema de iluminación para el conjunto de vías del sector comercial e institucional del centro del Distrito107.

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La Calle 68, llamada Avenida Lorencita Villegas de Santos, ubicada en el tramo comprendido entre la Avenida Ciudad de Quito y la Avenida Longitudinal Regional, al noroccidente de Bogotá, fue una importante obra de intercomunicación vial que hizo parte del 106

En el momento que fueron realizadas estas obras viales, incluidas las de iluminación, de empradización y arborización, habían mejorado las condiciones de acceso hacia el Aeropuerto Eldorado y las de tránsito transversal, generado por barrios populares en desarrollo ubicados al occidente del Distrito, al igual que la presentación estética de la Calle 26 como entrada principal de los tránsitos internacional e interno a la ciudad. Véase Plazas S., Tres años, 59. El panorama actual es diferente debido a las obras recientes con respecto a la tercera etapa del servicio de TransMilenio; los últimos trabajos hechos no han sido los más adecuados para la movilidad, realmente han sido defectuosos. Véase “Las 26 chambonadas de la calle 26/TuitReportero”. http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12244992.html (consultado el 30 de septiembre de 2012). 107 El “Plan Muelas” fue uno de los programas de más difícil ejecución, pero en su momento representó beneficios para el sector mencionado y fue ejecutado por el sistema de valorización, lo que implicó que su costo incidiera directamente sobre los propietarios beneficiados. Lo que se llevó a cabo fue lo siguiente: ampliación y regularización de la Calle 17, en el tramo que va de la Carrera 8ª a la Carrera 13, con trabajos por un costo de $9‟000.000 y la Carrera 12, de la Avenida Jiménez a la Calle 26, por un valor de $12‟000.000, y la Carrera 9ª, de la Avenida Jiménez a la Calle 19, por un costo de $7‟000.000. Véase Plazas S., Tres años, 60-61.

P á g i n a | 63 Plan Vial. Necesitaba ser ampliada por no ser una suficiente ruta para comunicar el sector nor-occidental de la ciudad con los centros de trabajo, centros institucionales y el resto de la capital. Después de su realización, esta avenida se compuso de seis carriles, dos calzadas y un separador central, con una longitud de 5,5km y un valor total de $14,5 millones 108. El Plan Vial de El Salitre fue un conjunto vial construido en la hacienda del Salitre, propiedad de la Beneficencia de Cundinamarca que estuvo apartada del área de desarrollo urbano de Bogotá hasta 1967. Estaba integrado por la Carrera 50 desde la Calle 63 hasta la autopista hacia el Aeropuerto Eldorado, la Carrera 60 desde la Calle 68 hasta la Autopista Eldorado, la Calle 63 desde la Avenida Ciudad de Quito hasta la Carrera 68 y la Calle 53, al igual desde la Avenida Ciudad de Quito hasta la Carrera 68. La Calle 63, vía troncal de contacto entre Chapinero y la Carrera 24, fue prolongada como avenida de alta capacidad desde la Carrera 24 hasta la Carrera 68109. La “demolición relámpago”110 fue producto de la construcción del tramo conocido como la actual Calle 19 (ver imagen 16), anteriormente conocida como Avenida Ciudad de Lima, 108

Esta obra benefició en su momento a barrios del nor-occidente como La Estrada, Las Ferias, Modelo del Norte, Santa María, Tabora, Estradita, San Fernando, entre otros. Constituyó el eje este-oeste más importante del sistema vial hacia el norte del Distrito y una de las vías de integración más importantes del programa realizado a través de su interconexión al oriente con la Avenida Ciudad de Quito y al occidente con la Avenida Boyacá. Véase Plazas S., Tres años, 62. 109 El Plan Vial del Salitre, de longitud de 8km y por un valor de $35‟000.000 aproximadamente, formó todo un conjunto que constituyó la infraestructura indispensable para que la zona se convirtiera en uno de los núcleos urbanos más importantes de Bogotá. Véase Plazas S., Tres años, 63. 110 El 19 de enero de 1968, en horas de la noche hubo una demostración de acción para el desarrollo y la transformación de la capital, reflejada en el inicio de las obras de demolición del “tapón” de la Avenida 19, planeada para 120 días. 100 volquetes, 6 cargadores, 5 buldóceres, 3 motoniveladoras, 2 palas mecánicas, equipos móviles de suministro de combustibles y lubricantes y un equipo completo de auxilio mecánico, trabajaron intensamente, luego de que el alcalde Virgilio Barco y Hernando Murillo Castro, ingeniero jefe de la obra, impartieran la orden de iniciar la demolición más rápida que se había hecho hasta ese momento a nivel nacional, que fue conocida como la “demolición relámpago”. Al siguiente día, personas de pocos recursos aprovecharon los desperdicios de la demolición para hacer mejoras en sus viviendas y poco después, la obra tenía un obstáculo para la prolongación, que fue el antiguo edificio de El Distribuidor, de quien Abraham Kaplan fuera su co-propietario. Conforme pasó el tiempo, el 27 de junio del año mencionado, el alcalde de Lima, Perú, en su momento Luis Bedoya Reyes, visitó la capital para ver el progreso de las obras públicas, en especial la inauguración de la Avenida 19 o Avenida Ciudad de Lima, que tuvo lugar el 28 de junio, contando con la presencia del presidente Carlos Lleras, el alcalde Virgilio Barco, el alcalde Luis Bedoya, monseñor Aníbal Muñoz Duque y varios funcionarios distritales. La obra duró 138 días y a la ciudad le fue donada la estatua del escritor peruano Ricardo Palma, por parte de la municipalidad limeña. Véanse “Demolición „Relámpago‟ del Tapón de la 19”, El Tiempo [Bogotá], 20 de enero, 1968: 6, “Tres Mil

P á g i n a | 64 que implicó la demolición de antiguas construcciones que representaban un obstáculo desde la Carrera 8ª hasta la Avenida Caracas. En esta obra se construyeron dos calzadas y seis carriles en concreto, andenes amplios, un separador central e iluminación de alta intensidad111. Más hacia el sur, la Calle 13 que antes se llamaba Avenida Colón, tuvo un mejoramiento caracterizado por la ampliación hecha en el tramo comprendido entre las carreras 19 y 32, con longitud de 1,4km, por un valor de $21‟000.000; de este costo, $10‟000.000 fueron destinados a la adquisición de zonas que fueran necesarias. También hubo una prolongación de la Calle 53 y mejoramiento de la Carrera 50, como plan futuro de centros de vivienda íntegra con zonas verdes y parques.

Vehículos Circularán Cada Hora por la Avenida 19”, El Tiempo [Bogotá], 21 de enero, 1968: 3, “Surge Obstáculo en la Avda. de la 19”, El Tiempo [Bogotá], 24 de enero, 1968: 25, “Habrá Arreglo para el Problema de la 19”, El Tiempo [Bogotá], 25 de enero, 1968: 7, Kilian Guarín, “VISITA DEL ALCALDE DE LIMA: Impresionante Esfuerzo de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 28 de junio, 1968: 1 y 26 y Carlos Cabrera Lozano, “La Capital de la República Inauguró Ayer una Moderna Avenida”, El Tiempo [Bogotá], 29 de junio, 1968: 25. 111 En 1974, durante la administración de Aníbal Fernández de Soto, existió la propuesta de seguir prolongando la Avenida Ciudad de Lima hacia el occidente de la ciudad. Para lograr tal objetivo, se planeó trasladar en sentido sur el edificio CUDECOM, actual edificio del Seguro Social. Claro está que la obra sólo fue posible a inicios de la administración de Alfonso Palacio Rudas. Este es parte del testimonio del exalcalde Fernández de Soto, en relación con el plan integral de su gobierno: "Otro aspecto importante en esta materia fue el traslado del Edificio Cudecom, de la carrera 14 con Avenida 19, el cual tenía una sólida y bien terminada estructura. Hasta entonces había sido imposible negociar con los propietarios. Al posesionarme los visité para explicarles cómo el progreso de la ciudad no se podía detener por un capricho. Accedieron. Entonces, cuando me aprestaba a conseguir la tradicional bola de hierro para demolerlo, un ingeniero muy ilustre, el doctor Antonio Páez Restrepo, me propuso mover el edificio. Yo había sido testigo en Washington de cómo un inmueble que no se podía expropiar por problemas sucesorales y que debía ser demolido para dar paso al metro, fue levantado con grúas, se le mantuvo arriba mientras se hizo la excavación respectiva, y finalmente se le volvió a colocar encima. En Bogotá el lote vecino era suficiente y tenía medidas idénticas con el que ocupaba Cudecom. Firmamos el contrato y mientras hacíamos los cimientos respectivos, construíamos la Avenida 19, para que el día en que se moviera el edificio apareciera en toda su longitud. Desafortunadamente no me alcanzó a tocar como alcalde el traslado del inmueble. En efecto, una huelga de estibadores en los puertos de Estados Unidos, impidió que llegaran a Bogotá unos rieles especiales que se necesitaban para dicho trabajo. Estaba previsto que el edificio se correría el 6 de agosto, cuando estarían en Bogotá los alcaldes de las capitales de los países del Grupo Andino, entre ellos el de Lima, ciudad que da nombre a la avenida. Lamentablemente el asunto no salió como estaba previsto. El doctor Páez fue invitado posteriormente a mover una iglesia en Río de Janeiro y a estudiar, conjuntamente con un consorcio japonés, la forma de salvar la torre de Pisa. Hoy vive en Caracas.". Véase más en Mosca, Bogotá, 198-199. Para más detalles del traslado del edificio CUDECOM, véase Abel Rodríguez C., “Se movió el edificio: Vía libre a la 19!”, El Tiempo [Bogotá], 7 de octubre, 1974: 1A y 6A.

P á g i n a | 65 16

En el Plan Vial de Integración Urbana, hubo otras importantes transformaciones como la de la Carrera 7ª, arteria vial fundamental de la ciudad. Gracias a la coordinación

entre

la

Alcaldía

y

las

empresas

descentralizadas, se proyectó e inició la reconstrucción y ampliación de sus calzadas, renovación de redes de servicio urbano e iluminación de alta intensidad de la vía desde la Calle 26 hasta la Avenida Chile, con longitud de 3,4km. La Avenida 32, localizada entre la Calle 32 y la Plazuela de San Martín y que cruza la parte occidental del Cementerio Central y el tapón que formaban las industrias cercanas a la misma plazuela, con sus obras respectivas empalmó la zona comercial de Paloquemao con el Centro Internacional y los barrios cercanos 112. También fue construida la Avenida Primero de Mayo, entre la Carrera 68 y Ciudad Kennedy para el fácil acceso a la zona central. La carretera a Engativá y al Parque de La Florida tuvo que ser reconstruida en su totalidad, para la conexión con el sistema vial regional Mosquera-FunzaCota-Chía y su prolongación hacia la Mesa y Girardot 113. La construcción de la autopista a Suba se realizó desde la Calle 100 hasta la Calle 127-A, ya que Suba y el sector noroccidental de la ciudad necesitaban una arteria de especificaciones adecuadas para facilitar su rápida incorporación al sistema vial central114. A parte de estas obras, se realizaron la construcción de la Avenida Boyacá, la Carrera 24, la Calle 34 e intersecciones y empalmes en la Avenida Ciudad de Quito con Avenida de Las Américas, la Autopista Norte, la

112

El Cementerio Central anteriormente constituía todo un obstáculo para el tránsito norte-sur en la ciudad, pero dejó de ser un problema en el momento que fue dividido en dos zonas. Una se siguió utilizando como tal y la otra que era la occidental, sirvió para la construcción de un parque y demás obras de utilidad pública. La vía estuvo dotada de todas las redes de servicio, con una longitud de 1.500m y por valor de $3,1 millones. Véase Plazas S., Tres años, 70. 113 Esta vía que era poco conocida por los habitantes del Distrito, en su momento poseía un acceso por diversas ramas del plan vial, enlazándose sin problema alguno con vías arterias y carreteras como la de la Autopista Norte pasando por el puente de la Balsa para ir hacia el Aeropuerto de Guaimaral, la Autopista a Medellín que sirvió de comunicación directa de la zona centro-occidental de la Sabana con el centro de la ciudad después de haber sido eliminado el tapón del barrio La Primavera, la Autopista Eldorado y la carretera a Facatativá. La vía comprendía 5km de longitud y 6,40m de ancho, y su valor fue por $1‟000.000. Véase Plazas S., Tres años, 72. 114 El 30 de agosto de 1969, el alcalde Virgilio Barco inauguró dos tramos de la carretera que conduce a Suba, al mismo tiempo que la iluminación de mercurio de la arteria vial. Véase más en “Virgilio Barco Inauguró Parcialmente Vía a Suba”, El Tiempo [Bogotá], 31 de agosto, 1969: 9.

P á g i n a | 66 Carrera 10ª en la Plazuela de San Martín, la Carrera 3ª con Calle 26 y la Carrera 12 con Calle 26115.

La segunda fase del Plan Vial de Integración Urbana durante la Administración Barco consistió en la regularización de los barrios en Bogotá, debido a que el acelerado crecimiento de la ciudad generó la dispersión de muchos barrios de crecimiento espontáneo a los que les hacía falta un planteamiento vial ordenado, sistemas adecuados de acueducto, alcantarillado, energía y facilidades comunales. Este fue el propósito de la Administración Barco: “Como plan de emergencia, se inició, a partir de 1967, un activo programa de regularización de barrios en sus aspectos de levantamiento topográfico, planteamiento urbano, dotación por etapas de servicios públicos, e incentivos para mejoramiento sucesivo.”116. Esa fue la razón por la que la Sección de Planos de Barrios, que hacía parte del Departamento Administrativo de Planeación Distrital, llevó a cabo labores de levantamiento en detalle de la situación física del momento, distribución de propiedad e inventario físico de facilidades de servicios, al igual que las labores de diseño vial y ordenamiento urbano, prerrequisito para la instalación de los servicios en 52 barrios localizados hacia el sureste y noroeste del Distrito117.

Además de las labores mencionadas, se construyeron vías de acceso, se reconstruyeron vías internas y se repavimentaron vías locales en 64 barrios marginales de la ciudad, todo gracias a la utilización de fondos de redes locales de la EAAB y la EEEB, al igual que el

115

La Avenida Boyacá se construyó con el fin de que uniera por el occidente las autopistas del Norte y el Sur de la ciudad; tuvo una longitud de 3km y ancho de 60m, por un valor de $8,8 millones. Con esta obra también se programó la construcción del canal Boyacá. La Carrera 24 representaba un inconveniente de tránsito, hasta su empalme con la Avenida Ciudad de Quito a la altura de la Calle 55, entonces se acometió la reparación total de la misma vía. La Calle 34, comprendida desde la Avenida Caracas hasta la Glorieta de la Calle 26, presentaba secciones en distintos diseños que impedían un adecuado flujo vehicular, entonces la solución fue regularizar totalmente dicha avenida. Las intersecciones hechas en el Plan Vial se caracterizaron por ser obras para el mejoramiento de sus deficiencias que generaban “cuellos de botella” y no permitían un flujo vehicular adecuado, entonces entre algunas de esas realizaciones contaban la de la Avenida Ciudad de Quito con Avenida de Las Américas y la de la Carrera 12 con la Calle 26. En cuanto a los empalmes, se hicieron el de la Autopista Norte a la altura del monumento de Los Héroes donde actualmente se encuentra la estación Héroes del sistema de TransMilenio y el de la Carrera 3ª con Calle 26. Véase Plazas S., Tres años, 75-77. 116 Plazas S., Tres años, 102. 117 Plazas S., Tres años, 102.

P á g i n a | 67 desempeño del Departamento Administrativo de Acción Comunal del Distrito118 que motivó a los habitantes de sectores subdesarrollados de Bogotá para que contribuyeran a su mejoramiento por medio de obras propias. Estos trabajos beneficiaron a una población de más de 200.000 habitantes, constituyendo en apariencia un proceso de progresivo mejoramiento urbano. A través de todo esto, se dio inicio a un programa de rehabilitación inmediata de 22 barrios localizados dentro del perímetro del Distrito que carecían de redes de acueducto y alcantarillado, el cual supuestamente provocó la desaparición en el área urbana de la capital de sectores que no tenían servicios públicos.

Pero las dificultades no estuvieron exentas en el programa de barrios. Fue el caso de la falta de planos actualizados en su momento que mostraran las condiciones físicas y el grado de desarrollo del Distrito, entonces para lograr las labores de control, programación y desarrollo físico de la ciudad, por medio de contrato con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi se logró cubrir en su totalidad la ciudad con fotografías aéreas a escala ajustada para la obtención de actualización y dibujo de planos nuevos, para más de 10.000 hectáreas de la capital. La técnica empleada para llevar a cabo esta labor fue a través de la aerofotogrametría, con el fin de poder realizar la regularización de barrios marginales, planeamiento vial, definición de parques y zonas verdes, y el planteamiento urbano 119.

118

En enero de 1969 fue reorganizada la División de Acción Comunal, que luego se convirtió en Departamento Administrativo, dotándosele de oficinas, vehículos y elementos de trabajo que le permitieron incrementar su labor en los sectores populares de Bogotá. Los habitantes de la capital favorecieron en los últimos meses de la Administración Barco el mejoramiento de la labor desarrollada por las Juntas de Acción Comunal y muestra de esto fue la construcción de salones culturales en barrios como Floridablanca, Samper Mendoza, Cundinamarca, Suramérica, y la construcción de sardineles en 266 barrios, terminación y construcción de aulas escolares en barrios como La Reliquia, Mochuelo, Las Auras, San Bernardino, entre otros. Para el año mencionado, existían en Bogotá 370 juntas de acción comunal, igual número de barrios. En las juntas, los promotores participaron en cursos de capacitación para el desarrollo comunitario; uno de los cursos tuvo patrocinio de parte de la Organización de Estados Americanos (OEA). También se organizaron cursos para líderes comunitarios, tesoreros de juntas, pequeños cursos de alfabetización, cooperativismo, etc. Varias comunidades recibieron asesoría técnica en ejecución de obras como parques, escuelas, salones culturales, puentes, sardineles, reparación vial, instalación de redes de acueducto y alcantarillado, energía eléctrica, acueductos rurales, etc. Muestra de esto fue la construcción, dotación e iluminación de parques en el barrio Puente Aranda. Véase Plazas S., Tres años, 105. 119 Plazas S., Tres años, 103.

P á g i n a | 68 Aspectos adicionales para destacar del plan de barrios fueron las vías de penetración, mantenimiento de vías, reconstrucción de vías y planta de asfalto. El primero consistió en dar acceso a sectores urbanos marginados; algunas de esas vías fueron las del sector suroriental de Los Laches120, Tibabuyes, la reconstrucción y mejoramiento de la Calle 138 y la pavimentación de vías de acceso a la ciudad como las carreteras a La Calera y Usme, comprendiendo 54km en su totalidad. El segundo se trataba de un programa de mantenimiento y reparación de vías efectuado por medio de la Secretaría de Obras Públicas y del Fondo de Pavimentaciones Locales, pues la capital disponía de una red vial de 2.800km de vías, donde 1.000km tenían pavimentos de diez o más años de antigüedad en su momento, hechos con especificaciones incorrectas para las cargas y el tránsito, incluidas condiciones precarias de drenaje. Para lograr esto, fue necesaria la movilización de equipo, personal y dotaciones del Distrito, dando como resultado la rehabilitación y mejoramiento de más de 400km de vías, adicionalmente vías alternas de tránsito. El tercer aspecto representó beneficios a las arterias existentes de más utilidad y densidad de tránsito, vías troncales que permitían el acceso a barrios e importantes accesos a Bogotá, como el caso de las carreteras de Usme y La Calera. Dentro de estas labores, también se inició un programa que implicó reconstruir vías secundarias y la pavimentación de vías locales de barrios 120

En Bogotá, al igual que otras ciudades latinoamericanas, uno de sus grandes problemas ha sido y sigue siendo el de la marginalidad, donde se entiende que enormes núcleos de población proveniente del campo, agregados de forma masiva y espontánea a las urbes, generan grandes cinturones de viviendas con escasez de servicios públicos, protecciones del medio y mejores condiciones de higiene. Esto fue evidente durante la Administración Barco, donde se planteó una política de habilitación progresiva de barrios y proyectos de autoconstrucción para la erradicación de tugurios. Esta solución se propuso para un barrio como Los Laches, gracias a gestiones con la Caja de Vivienda Popular con cooperación de las Fuerzas Armadas para la realización de las obras básicas. El plan estaba compuesto de 508 viviendas, pero sólo se construyeron 200 en los años que Virgilio Barco ejerció la alcaldía de la capital. Otras instituciones que participaron en esto fueron el Instituto de Crédito Territorial, la Brigada de Institutos Militares y la Universidad Nacional. No está de más decir que los habitantes de este barrio y otro como Las Colinas, también contribuyeron a estas mejorías. El programa perteneciente a todo esto era el Plan Básico. Véase Plazas S., Tres años, 115-118. Vale la pena aclarar que el Baum Centrum de Holanda se tuvo en cuenta para la ayuda técnica en la construcción de las casas en Los Laches y que el 18 de febrero de 1967, el alcalde Virgilio Barco en compañía de su esposa, el ex-alcalde Jorge Gaitán Cortés, monseñor Rubén Isaza, Julia Castro de Delgado, el gerente de la Caja de la Vivienda Popular, Luis Alfredo Pinto y oficiales de las Fuerzas Militares, presidieron en dicho barrio la inauguración de los servicios de luz, pavimentación y transporte. En Los Laches, también hubo siembra de 2.000 árboles, específicamente en el tanque de San Dionisio, a finales de enero del año que hicimos mención. Véanse más detalles en “Siembra de Un Millón de árboles comenzó en Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 29 de enero, 1967: 8 y “Barco Visitó a C. Kennedy e Inauguró Luz en Los Laches”, El Tiempo [Bogotá], 19 de febrero, 1967: 6.

P á g i n a | 69 populares que sólo fue posible gracias a la gestión de la Secretaría de Obras Públicas, que logró la actualización de normativas y especificaciones de pavimentos rígidos y flexibles en 1968121. El cuarto aspecto trataba sobre la reorganización de la planta de asfalto y de las dependencias que incidían de forma directa en la producción de materiales de pavimentación122, a causa de lo descuidado que se encontraba el pavimento de las vías de Bogotá antes de 1966. Esto hizo que se fusionaran las antiguas divisiones de Construcción y Conservación de Vías en una sola, además de la ordenación de la reinstalación de la antigua planta Barber Greene y la construcción e instalación de tanques de almacenamiento de asfalto nuevos123.

En el plan de los barrios también había otro aspecto importante que tenía que ver con las redes locales de servicios. En el caso del acueducto y el alcantarillado se ejecutaron obras en distintas partes de Bogotá, gracias a gestiones realizadas por parte del Fondo de Redes Locales, administrado por la EAAB y la financiación por cuenta del Distrito Especial, con el concurso de contratistas locales bajo la coordinación de ingenieros de dicha empresa. Algunas de las redes locales de acueducto y alcantarillado que hicieron parte de estas labores fueron Prado Pinzón, La Peña, Pío XII, Ismael Perdomo, El Rubí, Tunjuelito, Bello Horizonte, Zoilo González, San Jorge, entre otras124. Sobre la energía eléctrica, entre el Fondo de Redes Locales y la EEEB se ejecutó un amplio programa de dotación de energía para iluminación pública y servicio de más de 25 barrios del Distrito, financiado por el sistema de valorización, que para su momento tuvo gran acogida. Algunas de las urbanizaciones que hicieron parte de las redes eléctricas fueron Suba, Cedritos, Santa Bárbara, Polo Club, Rosales, Salazar Gómez, Bavaria, Gustavo Restrepo, Alquería de Fraguas, Timiza125, entre otras126. La dotación del servicio básico de teléfonos públicos a 121

Plazas S., Tres años, 108. Plazas S., Tres años, 108. 123 Adicional a esto, se organizó la explotación propia de los materiales pétreos que fueran necesarios, que sólo podían comprarse anteriormente mediante explotación tecnificada de canteras de Soacha, El Zuque y Sorotama. También fueron ampliadas las áreas de almacenamiento y sólo a partir de mayo de 1968 se establecieron dos turnos de trabajo para la obtención de un mayor rendimiento. Véase Plazas S., Tres años, 108-109. 124 Plazas S., Tres años, 110-111. 125 Timiza fue un proyecto urbanístico importante durante los años de la Administración Barco, es decir, una moderna unidad habitacional al sur de la capital. Las siguientes líneas dan cuenta de lo propuesto en este 122

P á g i n a | 70 los barrios tampoco estuvo exenta dentro de los programas de la Administración Barco, donde se consideraba la posibilidad de comunicación de todos los sectores de la capital, asunto indispensable para su definitiva incorporación al desarrollo urbano de Bogotá, entonces permitió contar con dicho servicio sin costo de instalación, especialmente en los barrios de menos recursos, lo que implicó de cierta forma beneficios para sus habitantes; la mayoría de teléfonos instalados fueron colocados en cabinas exteriores para que su uso durara las 24 horas del día. Es importante aclarar que este sistema sigue funcionando hasta nuestros días en la capital, sólo que con cabinas telefónicas de diferentes diseños o lugares más amplios para la realización de llamadas. No sobra decir que de 1967 a 1969, la cantidad de teléfonos públicos instalados representó un 50% a diferencia de 1966127.

Los centros vecinales también hicieron parte de las propuestas del Plan Vial de Integración Urbana para los barrios. Creados en 1967 por parte del Departamento de Bienestar Social, dieron muchos aportes a la integración urbana del Distrito, en especial por medio de

proyecto, según información brindada por el Departamento de Relaciones Públicas del Instituto de Crédito Territorial: “Localizada en una de las antiguas haciendas que fueron del más grato sabor sabanero se encuentra la moderna unidad habitacional „Timiza‟… ocupa una superficie de 86 hectáreas -una parte de la antigua hacienda-, donde se dará alojamiento a más de 30.000 personas en la primera etapa, lo que constituye una considerable solución al acelerado crecimiento demográfico que registra la ciudad… El proyecto busca, ante todo, hacer de Bogotá una ciudad más articulada, con un mejor aprovechamiento de los espacios físicos y donde el tráfico de vehículos automotores estuviera bajo un control completo. Para el moderador de este tipo de vivienda… le será más fácil dominar la vida y el movimiento de la urbe con todas sus implicaciones sociales, económicas, culturales y políticas. „Timiza‟ remplazó la urbanización tradicional y condujo a que los planificadores, arquitectos, ingenieros y demás cuerpo técnico del ICT concibiera un nuevo tipo de vivienda a través de un diseño que arroja una fuerte densidad y deja grandes espacios libres… que serán destinados a usos públicos, como lo son los campos de deporte, parques, vías peatonales, plazas cívicas… Allí funcionarán los establecimientos comerciales, las vías peatonales, cabinas telefónicas, puestos de revistas y periódicos, paraderos de buses… En el diseño urbanístico de „Timiza‟ se tuvo en cuenta las vías de acceso con el resto de Bogotá, los campos deportivos aledaños de Ciudad Kennedy y la laguna de „La Chucua‟, que está rodeada por una densa urbanización… Los requerimientos futuros de una densidad mayor se podrán atender con edificios multifamiliares acondicionados con sistemas de ascensor. Este tipo de vivienda quedará situado al lado de las vías más rápidas… La escuela será… el elemento de unión de la comunidad, por estar allí congregados los servicios de biblioteca, sala de reuniones, puestos de primeros auxilios, campos deportivos, etc… Con este nuevo plan habitacional, el Instituto… proporciona a Bogotá… una silueta de los que debe ser una ciudad nueva y moderna basada en un nivel urbanístico donde predomine la persona humana.”. Véase “‟Timiza‟: una moderna unidad habitacional al sur de Bogotá”, Anales de Ingeniería, Vol. LXXVI, No. 757 (1968, primer trimestre): 37. 126 Plazas S., Tres años, 112. 127 Plazas S., Tres años, 113. En el informe de labores no se especifica el porcentaje de 1966.

P á g i n a | 71 proyectos de organización de la comunidad realizados en distintos barrios 128, entonces ya instalados en las periferias residenciales, promovieron el esfuerzo de los habitantes del vecindario con el fin de lograr el desarrollo de su potencial, el progreso de algún determinado barrio y el fortalecimiento familiar. La Administración Barco consideró todo esto de la siguiente manera, diciendo que “el hombre se convierte, de receptor de servicios, en agente dinámico de su bienestar y desarrollo.”129, es decir, cualquier persona que habitara en Bogotá debía ser garante por sí misma de buscar vivir adecuadamente, ya que participaba como sujeto urbano, por decirlo de esa manera. Las unidades que prestaban sus servicios a los centros vecinales fueron un Consultorio de Orientación Familiar, Programas de Grupo y Servicios para la comunidad130.

17

Finalmente, vale la pena considerar sobre este recorrido del plan de barrios (ver imagen 17) que no se trataba exclusivamente

de

un asunto propagandístico o

publicitario por parte de la Administración Barco para buscar

generar

ciudadanos,

ya

una que

imagen algunas

positiva

hacia

personas

los

pueden

considerarlo de esa manera. La realidad es que la Administración Barco, y esto aplica para cualquier otra gestión, a la hora de informar sobre las labores que se han realizado, debe dar garantías de lo que se ha hecho y lo que se está haciendo en pro del futuro de la ciudad, especialmente el estar al tanto de las obras que se realizan de manera directa con quienes habitan cualquier sector de la capital, es decir, los ciudadanos mismos. Por esta razón, es menester concluir este apartado con la siguiente reflexión hecha por Ricardo Alonso: “… es curioso el punto de acuerdo en el reconocimiento a la importancia de las visitas que Virgilio Barco realizaba tanto a los barrios para detallar y precisar minuciosamente las

128

Plazas S., Tres años, 114. Plazas S., Tres años, 114. 130 La primera unidad atendía inconvenientes conyugales y de educación a los hijos para poder fortalecer los vínculos familiares y la promoción por un mejor ambiente para el desarrollo infantil. La segunda unidad ofrecía oportunidades de socialización, recreación, desarrollo creativo y capacitación en distintos artes y oficios, para que sus partícipes se convirtieran en miembros productivos de la sociedad. Finalmente, la tercera unidad incluían bolsa de empleos, consultorio jurídico y programas de organización comunitaria. Véase Plazas S., Tres años, 114. 129

P á g i n a | 72 necesidades, como a las obras para constatar sus avances y su calidad. Se trataba de visitas en ningún sentido publicitarias ya que su propósito era conocer sin presiones, ni previamente preparadas, las opiniones de la gente e informarse en el propio terreno de la situación.”131.

4. 2. Servicios públicos: Problemas y beneficios

Los servicios públicos para Bogotá, tales como el de acueducto y alcantarillado, telefonía, transporte, aseo e iluminación, a los que también podemos llamar servicios básicos, entendidos como el soporte de las necesidades de sus ciudadanos o habitantes, eran un punto importante de atención para la Administración Barco en la planificación, para el bienestar de la ciudad capital. Veamos cómo fue este proceso.

Con respecto al acueducto y alcantarillado es fundamental saber que en el período 19611966, Bogotá experimentó racionamientos periódicos de agua por su deficiente suministro. Durante la Administración Barco, fue concluida la primera etapa del Plan Maestro de Alcantarillado, por un valor de $190‟000.000. Así entró en funcionamiento el programa Chusa-Chingaza-Teusacá, proyecto de ampliación a largo plazo, que tenía implícita una problemática por la última expansión significativa del sistema de acueducto de Bogotá, efectuada con la ampliación de la planta de Tibitó en 1958, que ascendió a 4,5 m 3/s la capacidad de suministro a la capital. La demanda de agua superó esto y comenzaron los racionamientos anuales, que a causa del acelerado crecimiento urbano que venía desde 1961, acumuló un déficit enorme de suministro que constituía no sólo un inconveniente a nivel local, sino también a nivel nacional. La solución de todo fue plantear tres programas: 1) Un programa a corto plazo que aumentó la capacidad de suministro de agua en Bogotá en 1,5 m3/s, ampliando el sistema de Tibitó132. 2) Un programa más amplio divido en dos 131

Alonso, Ciudad, 94. Sin tener nada que ver con respecto al año de 1958, durante los años de la Administración Barco esta ampliación comprendió la construcción de tanques de sedimentación adicionales, conductos de comunicación, sedimentadores y filtros, cambios de lechos filtrantes por antracita (carbón mineral de alto rango que presenta mayor contenido de carbono, hasta un 95%, negro, brillante, duro y su uso se da en la industria metalúrgica para la fundición de metales como hierro mezclado con carbones bituminosos, combinación con la hulla para generar vapor y su ulterior uso en la generación de electricidad, tratamiento de aguas y en filtros de agua), 132

P á g i n a | 73 etapas133. 3) Un programa de expansión a largo plazo que previó la demanda de agua hasta 1985, mediante la realización de los sistemas Chingaza N° 1, N°2, N°3 134 y Cantarrana. Para lograr estas propuestas, la Administración Barco recurrió a empréstitos extranjeros 135. Fontibón fue uno de los sectores populares mayormente afectados por las graves condiciones de insalubridad, incluso los barrios populares del noroeste de la ciudad por las crecientes periódicas del río Salitre. Esto fue evidente en los problemas de alcantarillado y para su solución, fue puesta en marcha la primera etapa del Plan Maestro de Alcantarillado136. Así fue que se logró el aumento de los servicios entre 1966 y 1968, sin olvidar el costo y la dificultad que implicó la construcción de obras de alcantarillado.

Es menester profundizar en el Proyecto Chingaza. Esta propuesta era a largo plazo y se veía prometedora para los servicios de acueducto de Bogotá, pero en los años siguientes las cosas se tornaron de otro color, en primer lugar por los cambios que hubo en la licitación original137 y en segundo lugar, con las deficiencias de dicho proyecto. Que hubo un empuje de las obras de Chingaza, lo hubo, pero la opinión de Virgilio Barco difiere mucho de esto en los años posteriores, donde resaltó el problema de la falta de comunicación sobre las renovación de los equipos del momento e instalación de equipos adicionales, por un valor de $14‟000.000, incluyendo 1‟000.000 de dólares en equipos. Véase Plazas S., Tres años, 81. Nota: el paréntesis sobre la antracita no aparece en la referencia del informe de labores; fue hecho por el autor de esta investigación. 133 La primera etapa se planeó para que en 1971, el suministro de agua aumentara a 8 m3/s. La segunda etapa fue proyectada para que en 1972, se completaran 12 m3/s, lo que generó la construcción de una tubería de 2m de diámetro y 60km longitudinales entre la Planta de Tibitó y el sur de Bogotá, la construcción de grandes tanques de almacenamiento y la ampliación de 70km de redes secundarias, por un valor de $600‟000.000. 134 Etapas 1, 2 y 3, entendidas como programas de emergencia. 135 Después de la reorganización de la EAAB, definición de proyectos y gestiones de financiación interna con fondos propios de dicha empresa, fue por medio del Banco Mundial que se logró un empréstito por un valor de 17,5 millones de dólares. Véase Plazas S., Tres años, 28. 136 La construcción de la primera etapa del Plan Maestro de Alcantarillado, tuvo un costo de $190‟000.000, incluyendo reajustes, interventorías y zonas, con una duración de 28 meses, desde marzo de 1967 hasta junio de 1969. Dicha etapa comprendió las obras de los siguientes sistemas para aguas negras y lluvias: San Vicente, Río Seco, Albina, San Francisco, Comuneros, Río Nuevo, Río Salitre, Córdoba, El Cedro, Callejas y Contador. La inversión de estos trabajos fue posible gracias a la gestión de la Agencia Internacional del Desarrollo (AID), el Instituto de Fomento Industrial y la EAAB con recursos propios. Otros sistemas hicieron parte del Plan Maestro de Alcantarillado: Río Negro, Britalia, Río San Cristóbal-Fucha y San Carlos. Véase Plazas S., Tres años, 82-91. 137 Juan Mosca nos dice lo siguiente: "En la administración del presidente Alfonso López Michelsen se le dio un poderoso impulso a las obras de Chingaza. El alcalde Palacio Rudas corrigió los errores planteados por la licitación original, firmó un nuevo contrato y mejoró las condiciones económicas y técnicas, en beneficio de la ciudad y sus habitantes.". Véase más en Mosca, Bogotá, 59.

P á g i n a | 74 labores para con la ciudad por parte de los medios de comunicación y lo complejo que resulta ejercer dentro del Concejo Distrital: “Hace años ignoro qué sucede en el Concejo, qué pasa en los debates, qué problemas existen. Es casi seguro que el proyecto de Chingaza debió provocar una gran polémica. Nadie dijo una sola palabra. Esa falta de información determina, por ejemplo, que los derrumbes en los túneles se hayan repetido una y otra vez sin que suceda absolutamente nada. Todos sabemos, porque nos lo enseñaron desde la escuela primaria, que la geología de la cordillera oriental es complicada por cuanto es la más reciente de nuestras formaciones montañosas. Pues bien, Mesitas del Colegio, Tominé y Chingaza tuvieron graves problemas. Pero como, pese a la magnitud, el problema pasó relativamente desapercibido, El Guavio ha comenzado a construirse sin revestimiento.”138.

El servicio de teléfonos tampoco estuvo fuera de las problemáticas de la ciudad, pues su demanda superó permanentemente la capacidad de la ETB. Para obviar las deficiencias de dicho servicio público, se procedió desde un principio a la instalación de más de 190.000 líneas telefónicas. Luego, fue construida la Central Telefónica Principal, ubicada actualmente en la Carrera 7ª con Calle 21. También fueron ampliadas de 1967 a 1969 plantas telefónicas como la Central de Las Cruces y la Central de San Fernando. La extensión de dicho servicio se dio en los municipios de Engativá, Usme, Funza y Mosquera.

El transporte en Bogotá hizo evidente su demanda, debido al crecimiento incontrolado de la población que repercutió en la Empresa Distrital de Transportes Urbanos. La solución de esta problemática en relación directa al transporte urbano fue la ejecución de un programa de integración vial, que le dio ejes vertebrales en el sentido norte-sur y oriente-occidente sobre la base de 180km de avenidas de alta capacidad y la reconstrucción y reparación de 200km de calles. La Empresa Distrital de Transportes Urbanos incrementó su capacidad de transporte de pasajeros en un 162,7% entre 1966 y 1969, mediante rehabilitación de equipos existentes en su momento, la expansión de redes troles y la incorporación de

138

Véase más en Mosca, Bogotá, 285-286. En la década de 1990, los inconvenientes con Chingaza se agravaron. Muestra de esto son los siguientes artículos: Carlos Obregón G. y Nelson Freddy Padilla C., “¿Quién „tubo‟ la culpa?”, Cambio 16, No. 191 (1997, 10 de febrero): 22-24 y Nelson Freddy Padilla C., “Bogotá en el hoyo”, Cambio 16, No. 195, (1997, 10 al 17 de marzo): 26-30.

P á g i n a | 75 nuevas unidades; supuestamente, después fueron recibidos 100 troles rusos. Para el mejoramiento de las condiciones del transporte bogotano, fueron realizadas obras como la reconstrucción de la flota antigua, adquisición de terrenos destinados a la centralización y modernización de sus talleres, el establecimiento de una gran estación terminal moderna, la creación de un centro de capacitación en 1968 en el que se dictaban cursos de adiestramiento, conocimientos técnicos y relaciones humanas a los conductores, y dotación de uniformes completos para una presentación impecable139.

Acerca del aseo, el Distrito Especial en 1966 sólo tenía disponibles 48 unidades para su control, pero dicho servicio aumentó gracias a la reparación de equipo no utilizado y la adquisición de nueva maquinaria. Fueron reparadas 30 unidades por un valor de $2‟000.000 en los talleres de la Empresa Distrital de Servicios, a la vez que entró en funcionamiento un equipo avaluado en $8‟000.000. La Empresa también adquirió 45 chasises Pegasso con los que se montaron cinco grúas y 40 cajas compactadoras de recolección de basuras para las plazas de mercado, y 10 barredoras Wayne. De 1966 a 1969, 500.000m 3 mensuales de basura fueron recogidos, llegando a la cantidad de 216.000m 3, para una óptima presentación de la ciudad. Otra propuesta para el mejoramiento del servicio de aseo, fue implementar el uso de bolsas plásticas para recolectar basuras a domicilio con el fin de suprimir el inconveniente de dispersión de desechos por las calles bogotanas. 18

Sobre la iluminación pública en la capital, esta estaba comprendida en avenidas, parques y plazas, y fue ejecutada a partir del año 1968 con iluminación de mercurio (ver imagen

139

18)140.

Su

significado

consistió

en

la

El panorama ha cambiado en los últimos años con respecto a la relación entre conductores de bus y los ciudadanos de Bogotá, incluyendo la presentación personal. La realidad es que es negativo en muchas ocasiones, pues el servicio actual de bus en la capital es deficiente, a la vez que la presentación de los mismos choferes no es la más adecuada. 140 En realidad, desde 1967 ya había inauguraciones de iluminación de mercurio. Sin embargo, no está de más saber qué dice al respecto el profesor Fabio Zambrano: “Para 1968, durante la alcaldía de Virgilio Barco Vargas, se estrenó el alumbrado de mercurio, en la recién terminada avenida 68, que mejoró 100 por ciento la calidad de la iluminación y le agregó un importante valor estético…”. Véase más en Zambrano Pantoja, Historia de Bogotá, 206. El Tiempo durante el período 1968-1969, presenta muchas noticias sobre inauguración de alumbrado con mercurio en Bogotá, así que sólo daremos a conocer algunas en esta ocasión

P á g i n a | 76 materialización de un concepto que estaba vigente en algunas de las principales urbes del mundo “como factor decisivo en el mejoramiento de las condiciones de seguridad urbana, y de embellecimiento y revitalización de la vida citadina” 141. Entre 1968 y 1969, se procedió a la instalación de iluminación de alta intensidad en calles y avenidas, con un total de 140km de vías iluminadas y 6.000 luminarias de 400 y 1.000 vatios, de mercurio y de sodio, incluidos 20 parques y plazas públicas142. Como la iluminación pública pertenecía a los planes de expansión sucesiva, la EEEB adelantó la construcción de la segunda etapa de la Central de El Colegio o Central Hidroeléctrica “Darío Valencia Samper” 143 con capacidad de 150.000kv adicionales por un valor de 6,8 millones de dólares y $33,7 millones; la moneda extranjera estuvo financiada por el Banco Mundial en conjunto con países como Alemania, Italia y Japón. Otras obras adelantadas fueron Canoas y Chivor 144. No hay que olvidar que la transferencia de energía en la ciudad también ha beneficiado a otros sectores de Cundinamarca, Tolima, Boyacá y Meta.

4. 3. La renovación urbana: Proyectos y deudas

Un aspecto más que debe tenerse en cuenta para el entendimiento de la planificación durante la alcaldía de Virgilio Barco, es el que concierne a la renovación urbana, de donde para tener un mejor conocimiento de estos eventos: “Iluminada la Avenida Jiménez de la 4a. a la 7a.”, El Tiempo [Bogotá], 23 de diciembre, 1967: 7, “Más Luz de Mercurio en Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 6 de febrero, 1968: 6 y “La 57 Estrena Alumbrado”, El Tiempo [Bogotá], 7 de mayo, 1968: 1 y 6. 141 Plazas S., Tres años, 93. 142 Plazas S., Tres años, 94. 143 El 8 de febrero de 1968, el presidente Carlos Lleras inauguró la central hidroeléctrica “Darío Valencia Samper” en la localidad cundinamarquesa de El Colegio, que contaría con la capacidad de generar 150.000kv para Bogotá y otras regiones. La obra tuvo una inversión de 50‟000.000 de dólares, financiación hecha por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También asistieron el alcalde Virgilio Barco, el gerente de la EEEB, Hernán Borrero Urrutia, funcionarios del Gobierno y de la actividad privada. Véase más en “Lleras Inaugura Hoy Central de El Colegio”, El Tiempo [Bogotá], 8 de febrero, 1968: 1. 144 Durante la Administración Barco se adelantó satisfactoriamente la construcción de la Central Hidroeléctrica de Canoas sobre el río Bogotá, con capacidad de 50.000kv y financiada entre el Banco Mundial y la EEEB con fondos propios, gracias a negociación realizada en abril de 1968, por un valor de 4,9 millones de dólares y $89,9 millones. Esta obra supuestamente mejoró el rendimiento del agua para generar electricidad en la Sabana por un 10%, a su vez que se facilitaba la operación en cadena de las plantas sobre el río Bogotá. La Central de Chivor se planeó con una capacidad de 1‟000.000 de kilovatios, para entrar en funcionamiento en 1975, por un valor de 63,9 millones de dólares y $719,5 millones; los costos referidos fueron para la primera etapa de construcción de Chivor. Esta obra se llevó a cabo por parte de la EEEB y la Empresa de Interconexión Eléctrica, S. A. Véase Plazas S., Tres años, 44-45.

P á g i n a | 77 se comprende que hubo proyectos que se llevaron a cabo con éxito, pero también hubo excepciones al respecto. Para tener claro el significado del asunto que atañe, es importante saber en primer lugar en qué consistió la política urbana como tal, luego en qué consistió la renovación urbana y finalmente, un recorrido acerca de aquellas obras realizadas en Bogotá y las que nunca se realizaron.

El proyecto de Sans Façon, el cual será tratado en breve, es el motivo para entender la política urbana para Bogotá de donde se tomaron en consideración por parte de la Administración Barco, problemáticas que en su momento podrían ocasionar una expansión del área urbanizada en la capital a cerca de 30.000 hectáreas necesarias para alojar una población de 4‟000.000 de habitantes, proyectada para 10 años, sin olvidar las posibilidades para sacar provecho del área urbana existente del momento. Para eso, la Alcaldía Mayor definió una política urbana expresada en conservar lo más posible un área urbanizada de 16.500 hectáreas comprendida en el perímetro urbano vigente a finales de la década de 1960, utilizar áreas no desarrolladas con posibilidad de servicios dentro de dicho perímetro y un adecuado aprovechamiento de áreas centrales deterioradas o mal utilizadas145.

Una de las problemáticas urbanas que siempre se ha visto envuelta en el contexto latinoamericano es la que tiene que ver con la renovación urbana en las principales ciudades, incluyendo el caso de Bogotá. Al respecto, Eduardo Rojas dice lo siguiente: “En América Latina, posiblemente el problema más común que enfrentan los gobiernos municipales interesados en la rehabilitación urbana es la recuperación del tejido social, la economía y la estructura física de un área deteriorada o subutilizada. En este tipo de proyectos el objetivo no es poner en uso activos abandonados…, ni modificar la tendencia del crecimiento del área central de una ciudad… Estos proyectos,… se proponen cambiar la tendencia de deterioro y abandono de toda un área de la ciudad… para estas operaciones generalmente no se elabora un proyecto urbano determinado…, sino que el esfuerzo de planificación se centra en coordinar diversos instrumentos de inversión pública, incentivos, información y control del desarrollo urbano, para promover en el sector privado inversiones

145

Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana de Sans Façon, Bogotá, D. E Estudios e informes de una ciudad en marcha, 1967-1969. Tomo II (Bogotá, D. E.: Litografía Arco, 1969): 6.

P á g i n a | 78 coherentes con el desarrollo buscado para el área.”146. Es importante aclarar que Eduardo Rojas no menciona a Bogotá como ejemplo, pero sus presupuestos son un buen referente para entender la problemática que atañe en este apartado.

En el informe presentado por el Departamento Administrativo de Planeación Distrital, este era el significado presentado sobre la renovación urbana, que permanece vigente aparentemente: “La renovación urbana es la acción tendiente a densificar y reestructurar áreas deterioradas o mal utilizadas. Esta acción puede adoptar, de acuerdo al sector, diversas modalidades que se denominan habilitación, conservación y redesarrollo. La habilitación consiste en la dotación de infraestructuras y servicios comunales faltantes en los desarrollos urbanos generalmente espontáneos o no planificados. La conservación es un proceso de mejoramiento de aquellas áreas urbanas que por su estado físico o valor arquitectónico así los justifican. El redesarrollo es la acción que cambia o intensifica el uso, mejorando las condiciones de las áreas urbanas.”147. Esto iba en relación directa con el crecimiento de la ciudad, que tuvo lugar por la anexión de nuevas áreas a la estructura urbana por la densificación de zonas ubicadas en el perímetro y con la idea de orientar el crecimiento urbano, entendido en la adecuación de la vida urbana y con una considerable economía en el valor que implicaban los servicios públicos distritales 148. Entre los proyectos de renovación urbana llevados a cabo con éxito en Bogotá, fueron el del Centro Internacional, el Conjunto Bavaria, el Centro Urbano Antonio Nariño, la Unidad Residencial Colseguros, el Conjunto del Banco Central Hipotecario, los Conjuntos Multifamiliares Jiménez de Quesada y el Conjunto Residencial Fenicia.

El Centro Internacional, al iniciar el siglo XX, fue una zona compuesta por las instalaciones de la antigua Escuela Militar, con Bavaria al Occidente, con el Panóptico al Oriente y al Sur el extinto Parque del Centenario, de donde sobrevive únicamente el Quiosco de la Luz y la actual Iglesia de San Diego. De ahí surgieron barrios residenciales como La Merced,

146

Eduardo Rojas; Eduardo Rodríguez Villaescusa y Emiel Wegelin, Volver al Centro. La recuperación de áreas urbanas centrales (Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 2004): 129. 147 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 6. 148 Plazas S., Tres años, 180.

P á g i n a | 79 Bosque Izquierdo, Teusaquillo y La Magdalena149. Este lugar poseía terrenos ocupados por la estación del Tranvía Municipal y como proyecto de renovación urbana, en un área de seis hectáreas, fue transformado el antiguo sector caracterizado por la poca ocupación en vivienda familiar, es decir, casas de inquilinato y terrenos nunca utilizados, en ese caso, los patios antiguos del Tranvía Municipal en áreas utilizables con edificaciones destinadas a vivienda y demás usos como oficinas y comercio150. El Conjunto de Bavaria se destacó por el aprovechamiento de terrenos destinados a vivienda multifamiliar, oficinas y comercio, y fue declarado como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional mediante Resolución Número 0618 de 2002 por parte del Ministerio de Cultura151. El Centro Urbano Antonio Nariño (CUAN), primer conjunto residencial de Colombia, fue construido en 1958 por iniciativa oficial y comprendió la utilización de un lote de 15 hectáreas con 960 viviendas para gente de clase media y con una densidad de 330 habitantes por hectárea 152. La Unidad Residencial Colseguros, ubicada sobre la Avenida Ciudad de Quito, fue construida por iniciativa privada en 4,5 hectáreas, utilizada con alta densidad, es decir, 650 habitaciones por hectárea153. El Conjunto del BCH se formó como un grupo de edificios destinados a vivienda y servicios complementarios, que fue desarrollado en etapas sucesivas por el mismo banco154. Los Conjuntos Multifamiliares Jiménez de Quesada comprendieron la construcción de cinco torres de 20 pisos adyacentes a la Universidad de Los Andes e

149

En 1962, durante la administración de Jorge Gaitán Cortés, fue aprovechado el lote de la antigua Escuela Militar para construir un gran centro cívico conformado por el Hotel Tequendama, el Edificio Bochica y las Residencias Tequendama. Véase “Breve historia del Centro Internacional”. http://bitacorasdebogota.blogspot.com/2006/05/breve-historia-del-centro.html (consultado el 17 de octubre de 2012). 150 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 6. 151 El Conjunto Bavaria se encuentra ubicado actualmente en las siguientes direcciones: Carrera 10ª número 28-49, Carrera 13 número 27-98 y Carrera 10ª número 27-91. http://www.avancejuridico.com/actualidad/documentosoficiales/2002/44778/r_mc_00618_2002.html (consultado el 17 de octubre de 2012). 152 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 6. Al respecto del Centro Urbano Antonio Nariño, véase “Centro Antonio Nariño, primer conjunto residencial del país, cumple 50 años”. http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4526657 (consultado el 17 de octubre de 2012) y Ana Patricia Montoya Pino, “El Centro Urbano Antonio Nariño, un nuevo concepto de vivienda urbana”, Urbanismos, N° 2 (2007, julio): 125-137. http://facartes.unal.edu.co/portal/publicaciones/urbanismos/urbanismos2/Centro_Urbano_Ant_Narino.pdf (consultado el 17 de octubre de 2012). 153 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 6. 154 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 8.

P á g i n a | 80 hicieron parte del plan de remodelación “Las Aguas”, donde también se iniciaron las obras del Conjunto Residencial Fenicia155 o Torres de Fenicia, estas últimas inauguradas en 1970.

Los ejemplos mencionados anteriormente son la evidencia notoria para lograr con éxito el plan de renovación urbana dentro de una ciudad y pues en el caso de Bogotá, puede decirse que hoy en día estas zonas han presentado algunos cambios, no precisamente radicales. Hoy en día, estas muestras de renovación urbana son importantes en el sentido de que podrían ser incluidas libremente dentro de lo que llamaríamos como una “revolución residencial urbana”, pues su ideal principal era disminuir costos por concepto de extensión de redes de servicios públicos a la periferia, aminoración del problema del flujo vehicular para evitar desplazamientos masivos entre el sector y la periferia, aprovechamiento de áreas deterioradas, mejoramiento de la calidad de vida ciudadana para permitir una estrecha relación trabajo-vivienda, lograr una gran economía de tiempo perdido en transporte y la creación de puntos de interés urbano que irrigan una valorización y hacen reaccionar las zonas contiguas de condiciones similares a las de renovación156.

Posiblemente surgirá la pregunta sobre la proveniencia del nombre de Sans Façon. Este hecho está en relación directa con el desarrollo de la ciudad hacia el occidente, a lo largo de la actual Calle 13, donde se originó lo que en el siglo XVII se llamó la Alameda Nueva, vía que fue arborizada durante la administración colonial. Después, recibiría otros nombres como Camellón del Occidente hacia el siglo XVIII, Paseo del Prado en el siglo XIX, Camellón de San Victorino y en 1938, el nombre de Avenida Colón. En el período 17701790, en esta zona se construyó la casa de campo de una familia de apellido París, la cual se llamó Sanfazón, localizada donde está el actual Colegio de la Presentación Sans Façon, fundado en el año 1898, pero luego obtuvo su permiso de funcionamiento para el inicio de sus obras en 1908; tres años después, recibió su licencia definitiva 157. Otras construcciones de Sans Façon fueron la Capilla de las Hermanas de la Caridad de la Presentación de la

155

Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 8. Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 8. 157 Anteriormente existía el Colegio de Nuestra Señora de la Presentación, sede centro, que dejó de funcionar hasta el año 1973. 156

P á g i n a | 81 Santísima Virgen de Tours (1894-1919), proyecto del arquitecto francés Gaston Lelarge 158. No podía faltar la Estación de la Sabana, construida con planos de arquitectos e ingenieros estadounidenses que posiblemente fueron los asesores del trazado del ferrocarril. La obra inició en 1913 y terminó en 1917, presentando cambios a lo largo de los años y en la zona, numerosas familias de los empleados del ferrocarril decidieron construir sus viviendas de manera provisional, iniciando un proceso de urbanización en pequeña escala159.

En cuanto a lo que ocurría en la capital y este sector, a partir de la década de 1930 hasta la de 1960, Bogotá se expandió de manera desarticulada y tentacular, debido al freno que a su crecimiento adecuado hizo que no fueran utilizados oportunamente terrenos como El Salitre, los de Paiba, es decir, de los Ferrocarriles Nacionales y fue a lo largo de los tres ejes fundamentales, Carrera 7ª, Carrera 13 y Carrera 14, más adelante con la aparición de la Carrera 10ª, surgió el denominado Centro Administrativo y Comercial de la capital. Sólo fue con la expansión hacia el occidente y la construcción de la Carrera 30, las características de la Zona Central se guiaron en esta dirección, en principio a lo largo de la Calle 13160. Este fue el hecho que determinó que un área como Sans Façon se encuentre hoy por hoy localizada en la Zona Central de Bogotá, definida por los siguientes linderos: la Calle 5ª al sur, los cerros orientales al oriente, la Carrera 30 al occidente y al norte las Calles 26 y 34, hasta la Avenida Caracas y la Calle 39, a partir de la Avenida Caracas hasta la Carrera 7ª, con un área de aproximadamente 1.150 hectáreas y una población de 280.000 habitantes para 1965.

La Zona Central de Bogotá se ha caracterizado por ser un sector desarrollado y consolidado con estructuras que han definido áreas comerciales y de negocios donde el valor de la tierra se hizo cada vez mayor y también por ser un sector con extensos sectores en decadencia, con construcciones antiguas o áreas desocupadas, haciendo que el valor de la tierra siempre fuera el mismo. El predominio de la vivienda hacía posible el establecimiento de edificios comerciales y de oficinas, a su vez una aglomeración ocupacional en áreas subdesarrolladas 158

Cuéllar; Delgadillo y Escovar, Gaston Lelarge, 33-37. La capilla, al igual que el colegio, en 1931 hicieron parte de ampliaciones y reformas rígidas por el arquitecto Vicente Nasi. 159 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 15. 160 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 9.

P á g i n a | 82 o la inadecuada utilización del terreno a bajas densidades, que resultó en un deterioro urbano; muestra de esto fueron barrios como La Candelaria, el sector de la Plaza España y Sans Façon, desencadenando transformaciones en las edificaciones hasta volverlas comercios, pequeños inquilinatos, talleres de artesanía, entre otras cosas.

En el área central existieron algunas zonas aptas de renovación tales como Las Aguas, Egipto, Perseverancia, los barrios de Santa Bárbara y Las Cruces y pues, la idea de renovar implicaba tanto beneficios como problemas: “… la renovación se efectúa para lograr un mejoramiento ambiental y parte de la población existente debe ser desplazada, a fin de lograr espacios suficientes para la dotación de servicios comunales.” 161. En el caso de la renovación urbana de Sans Façon, era posible que el proyecto fuera llevado a cabo: “En el sector de Sans Façon… se presentaban condiciones favorables para realizar allí de inmediato un plan de renovación urbana, ya que, según los datos del censo de 1964, en la zona habitan solamente 7.752 personas, distribuidas en 1.608 familias, de las cuales probablemente una gran parte podrá ser reubicada. El área está prácticamente desocupada y pertenece a muy pocos dueños, entre los cuales están varias entidades tales como los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, con un 20%, la Federación Nacional de Cafeteros, con el 2%, la comunidad religiosa del Colegio de Sans Façon con el 20,7% y otras entidades e instituciones privadas o públicas, con el 2,5%, lo cual facilita la agrupación de los terrenos y la formación de sociedades de economía mixta… Posee además… servicios públicos que en algunos casos pueden ser mejorados para adecuarlos a una población mayor.”162.

Para ir más en concreto con el proyecto de Sans Façon, la

19

Administración Barco identificó que en la Zona Central había tugurios, patios del ferrocarril y construcciones con poco

valor

comercial,

entonces

al

Departamento

Administrativo de Planeación Distrital se le encomendó un estudio del sector, para proponer nuevos usos

y

especificaciones (ver imagen 19)163. El Departamento 161

Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 13. Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 13. 163 El 20 de junio de 1967, con la asistencia del alcalde Virgilio Barco, Heberto Jiménez, el director de Valorización, Carlos Cardona Herrera, el director de Planificación, representantes de INSCREDIAL, BCH, 162

P á g i n a | 83 procedió a evaluar el problema de la zona, consultando a las empresas descentralizadas y consultores en cada una de las especialidades de técnica urbana para la delimitación de una zona de influencia y poder identificar el área a renovar 164, entonces los estudios respectivos sirvieron como base de los proyectos de acuerdo presentados por la Administración Barco a consideración del Concejo Distrital en noviembre de 1967: “De acuerdo a las facultades que confieren a la ciudad de Bogotá la Ley 50 de 1931 y la Ley 1ª de 1943, se declararon de utilidad pública los terrenos del área de Sans Façon. En virtud del Acuerdo 85 de 1959, por el cual se creó en el Distrito Especial de Bogotá el Fondo de Redesarrollo y se señaló la mecánica a seguir para la determinación de un proceso de renovación urbana, se promulgaron los Acuerdos números 8 y 47 de 1967, con el previo concepto favorable de la Junta de Planeación.”165. Así, la Alcaldía Mayor contrató los estudios necesarios para acometer el programa de renovación urbana de Sans Façon.

20

Ahora surge la pregunta por los estudios. En efecto, el establecimiento

del

plan

de

renovación

y

la

reglamentación urbanística correspondiente se llevaron a cabo por el Centro de Planificación y Urbanismo de la Universidad de Los Andes (CPU), el estudio de las características sociales y económicas de la población del momento fue por parte del Instituto Colombiano de Desarrollo Social (ICODES), para el levantamiento aerofotogramétrico (ver imagen 20) de la zona con el fin de actualizar y ampliar los planos que se tenían a la disposición, colaboró la firma Fotogrametría Aérea Colombiana S. A. (FACSA), los estudios preliminares de suelos y Ferrocarriles Nacionales y otras entidades, fue realizada en la Universidad de Los Andes una asamblea para conversar sobre la marcha de los estudios técnicos relacionados con la renovación urbana de Sans Façon. También asistieron expertos en estudios de suelos, alcantarillado, acueducto, energía y consultores para la aplicación de las normas sobre valorización. El proyecto sería realizado con la cooperación del BCH, el ICT, los Ferrocarriles Nacionales, entre otras entidades. Más adelante, el 13 de octubre del mismo año, el proyecto estuvo calculado en $1.150‟000.000, los Ferrocarriles Nacionales harían dos nuevas centrales en la ciudad y la ciudadela como tal sería 9 veces más grande que el Centro Urbano Nariño. Véanse más detalles en “En Breve Estarán Listos Estudios de Renovación”, El Tiempo [Bogotá], 21 de junio, 1967: 8 y “Ciudadela para 90 Mil Personas”, El Tiempo [Bogotá], 14 de octubre, 1967: 1 y 27. 164 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 21. 165 Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana, 21.

P á g i n a | 84 fundaciones fueron hechos por la firma Víctor Romero & Cía., el avalúo de los terrenos y construcciones del área fueron realizados por La Londa Propiedad Raíz, S. A. Otras empresas como Valorías Ltda., Proestudio Ltda., Ingetec Ltda. e Ingeconsult Ltda., hicieron estudios relacionados a la renovación de Sans Façon166.

Para la puesta en marcha del plan de renovación urbana de Sans Façon, se propusieron una solución y un plan de acción. La solución tenía que ver con que el proyecto contemplaba el intensivo aprovechamiento del terreno para vivienda multifamiliar en altura y servicios complementarios, con un prospecto de una densidad alta, del orden de 1.500 habitantes por hectárea, gracias al uso del subsuelo para servicio de estacionamiento de vehículos; se calculaban por lo menos 75.000 habitantes constituidos por familias de clase media: “La propuesta urbanística consiste en la formación de supermanzanas con reglamentación básica que dé al arquitecto libertad de expresarse en distintas formas y no se convierta en un obstáculo para sus soluciones. Se ha pensado conservar la iglesia y el claustro para los servicios comunales, y la estación del ferrocarril para un museo del transporte. El sistema vial propuesto simplifica el sistema tradicional y reemplazándolo por dos grandes ejes, la carrera 19 y la calle 19, cuyo cruce se soluciona mediante un paso inferior que, al prolongarse a lo largo de la zona, permite el acceso a los sótanos de estacionamiento.” 167. En cuanto al plan de acción, para la Administración Barco era indispensable contar con la ayuda técnica y financiera del sector privado y de las entidades estatales que desarrollaban programas de vivienda y servicios públicos: “Entre las varias posibilidades que se han planteado en los estudios realizados, se presenta como la más factible, la de ejecutar el plan por etapas, comenzándolo en los sectores libres de edificios y formando para su ejecución una sociedad con aportes estatales y privados. El plan contempla la relocalización paulatina de las viviendas de la zona y la posible participación de sus actuales propietarios.”168.

Finalmente, retomando las siguientes líneas de Eduardo Rojas sobre las labores de renovación urbana, “para estas operaciones generalmente no se elabora un proyecto urbano determinado…, sino que el esfuerzo de planificación se centra en coordinar diversos 166

Plazas S., Tres años, 182. Plazas S., Tres años, 182. 168 Plazas S., Tres años, 183. 167

P á g i n a | 85 instrumentos de inversión pública, incentivos, información y control del desarrollo urbano, para promover en el sector privado inversiones coherentes con el desarrollo buscado para el área.”, toda la intención por parte del alcalde Virgilio Barco y su equipo de trabajo para lograr poner en marcha el proyecto de Sans Façon era muy evidente, ya que era una propuesta técnica elaborada cuidadosamente. Pero la moneda adoptó la cara equivocada, ya que el proyecto nunca se realizó y hasta la fecha sigue en debate, por el hecho de que implicaría el traslado de numerosas familias a otros sectores cercanos, al igual que no hubo el presupuesto suficiente para realizar las obras. Otra muestra de que no se llevaron a cabo tales labores, es que nunca hubo tal museo de transporte en la Estación de la Sabana. Hoy por hoy, el sector presenta muchas deficiencias y no está de más el hecho de que se retome este proyecto, necesario para el beneficio de la Zona Central de Bogotá, pero sólo el tiempo lo decidirá. Por eso, existe la libertad de decir que Sans Façon permanece como una de las tantas deudas que nos ha dejado la historia administrativa de la capital.

P á g i n a | 86

Parte III Realizaciones y una ciudad para la memoria

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Capítulo V Programas al servicio de la ciudad

P á g i n a | 88 “Entre 1950 y 1970 la población de Bogotá se multiplicó un poco más de dos veces… Se agravó así lo que desde la década de los años cuarenta era ya un problema delicado: la carencia de viviendas, los deficientes servicios públicos y los crecientes problemas demográficos. La estructura física empezó a revelar los cambios de la estructura social. Se produjo el abandono de las formas que antes caracterizaban la ‘urbanidad’, el conjunto de reglas convencionales, propias de la gente educada que habitaba tradicionalmente la cuidad… El aumento en el número de habitantes también había cambiado la manera de moverse dentro de la ciudad. Apareció, como algo común, la inevitable cola para ingresar al cine, las calles se vieron más pobladas, las gentes ya no se reconocieron, los servicios de transporte fueron deficientes. ”. Ricardo Alonso, Ciudad para la memoria. Virgilio Barco y la construcción de Bogotá (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, diciembre de 1999): 42 y 44.

La anterior referencia de Ricardo Alonso sirve como mecanismo para el entendimiento acerca del rápido crecimiento de la población presentado en Bogotá a finales de la década de 1960, que generó una creciente demanda de servicios durante la administración distrital de Virgilio Barco. La educación y bienestar social, seguridad, vivienda, sanitarios públicos, tránsito, relaciones humanas, recreación, deporte, cultura, plazas de mercado y mejores condiciones físicas del espacio urbano, fueron prioridades de los programas propuestos por la Alcaldía Mayor para afrontar hasta donde se pudo, la problemática de la explosión demográfica o mejor aún, la expansión urbana de la ciudad.

5. 1. Educación, salud, niñez y familia

En el caso de la educación, los servicios educativos oficiales se incrementaron a un ritmo mayor que el aumento poblacional, con el fin de cubrir el déficit posible acumulado para el soporte de la demanda global a nivel de enseñanza primaria. Por esa razón, el aumento de matrículas para educación primaria gratuita pasó de 182.864 alumnos a 336.585, según proyección presentada por el Departamento de Planeación Distrital. También aumentó el número de aulas construidas durante el gobierno distrital de Virgilio Barco. Para comprender todo esto a profundidad, debemos tener en cuenta en qué consistió la propuesta del Plan Escolar.

P á g i n a | 89 El Plan Escolar propuesto por la Administración Barco aseguró 1.700 aulas escolares en tres años, lo que significó una duplicación de lo que fue hecho previamente al año 1967 en la historia de la ciudad capital. Gracias a la divulgación del Decreto 764 del 6 de agosto de 1969169, por parte de la Alcaldía Mayor y que coincidió con la celebración del sesquicentenario de la batalla del Puente de Boyacá, fue obligatoria la asistencia de los niños entre 7 y 11 años residentes en el Distrito Especial a los centros de Educación primaria a partir del primero de enero de 1970. Dicha reglamentación fue dictada en desarrollo de la Ley 75 de 1968 para velar por la formación escolar, base de la capacitación del hombre en capacidad de atender a 255.000 niños en edad escolar que demandaron enseñanza gratuita en las escuelas públicas primarias a partir de 1970. Al momento de que fueron realizadas las construcciones escolares, se advirtió acerca de la necesidad de construir grandes núcleos hasta de 60 aulas para 2.400 alumnos en los barrios de mayor densidad poblacional, para lograr disminuir los costos de la administración.

21

Fue durante el período 1967-1968 (ver imagen 21) que se construyeron 524 aulas por un valor de más de $22‟000.000, incluyendo dotaciones y equipos. Entre las escuelas construidas, figuraron las del barrio El Consuelo, las de Las Ferias, Granada, San José SurOriental y Suba; desde luego, algunas de estas construcciones

fueron

proyectos

arquitectónicos

especiales debido a las dificultades que presentaban los terrenos. En los tres últimos barrios mencionados, las edificaciones respectivas fueron destinadas en las noches como centros de alfabetización de adultos, con programas hechos en coordinación con el Departamento Administrativo de Acción Comunal170.

169

Ver Anexo I. El 6 de agosto de 1969, el alcalde Virgilio Barco promulgó dicho decreto. Al respecto, véase “Enseñanza Primaria, Obligatoria en Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 6 de agosto, 1969: 9. 170 Otros barrios donde fueron construidas algunas aulas fueron Los Alcázares (24 aulas), Luján (18 aulas), Palestina (18 aulas), La Cabaña (12 aulas), Fontibón (66 aulas), México (24 aulas), Eduardo Santos (36 aulas), El Tunal (240 aulas), Marsella (18 aulas), Timiza (36 aulas), etc. Algunas aulas estaban en proceso de construcción hasta 1969. En el caso de los barrios Eduardo Santos y Timiza, la Administración Barco con el fin de mejorar la calidad de enseñanza, buscó dentro del plan de escuelas el empleo de técnicas avanzadas para acelerar el proceso de aprendizaje del alumno, basada en la utilización de equipos electrónicos, circuitos

P á g i n a | 90 ¿Qué decir acerca del incremento de las inversiones en construcciones escolares? Desde 1962, las inversiones del Distrito de dichas construcciones representaban una diminuta proporción del presupuesto ordinario, sin pasar de $2‟000.000 al año, por lo tanto, durante el período 1963-1966, hubo un esfuerzo que logró alrededor de $16‟000.000 en inversiones. A partir de 1967, de acuerdo al Plan de Construcciones Escolares, incrementó la inversión en escuelas, proyectada a 1970 por un valor de $85‟000.000, que provenían de los recursos ordinarios del Distrito. La Administración Barco también dedicó recursos a la reparación y acondicionamiento de escuelas que ya existían, como bien lo fue el caso de la concentración Santa Inés en el centro de la ciudad, debido al deterioro que iba presentando en su momento.

La enseñanza media no estuvo exenta del aumento de los cupos a partir de 1966, pues la atención dedicada a la escuela primaria era especial. De esa manera, se puso en marcha un proyecto para construir 4 nuevos planteles de enseñanza técnica, industrial y comercial para dar cabida a 8.000 alumnos a partir de 1970, por un valor aproximado, en instalaciones y equipos, de $10‟000.000. Fue el caso del Instituto Técnico Distrital, donde el personal calificado, con grado de bachillerato técnico, recibía una formación en mecánica, motores, electrónica, etc. Otro plantel fue el Instituto de Capacitación para el Magisterio, encargado de cumplir con la labor en el perfeccionamiento profesional de los maestros y profesores al servicio de Bogotá y realizaba cursos de perfeccionamiento para más de 2.100 maestros.

En relación con la salud, la Administración Barco propuso el Plan de Salud de Bogotá, que se encontraba en desarrollo para 1969. Dividió a la capital en 3 zonas, teniendo en cuenta aquellas zonas de influencia de 3 universidades que desarrollaban labores docentes en ciencias de la salud: Universidad Javeriana, Universidad Nacional y Universidad del Rosario. Fueron sectorizados, conforme al Departamento Administrativo de Planeación, los servicios preventivo-asistenciales de acuerdo a los 9 circuitos en que se encontraba dividida el área del Distrito. Estos fueron algunos barrios donde se construyeron centros de salud, pero antes, es importante aclarar que los respectivos centros prestaban servicios médicos,

cerrados de televisión, proyectores de imágenes continuas y fijas, grabación y radio. Véase más en Plazas S., Tres años, 124-125 y 128.

P á g i n a | 91 odontológicos y técnicos auxiliares: Alcalá, Meissen, Bravo Páez, entre otros 171. Al igual que otros centros de salud que estaban en proceso de construcción durante 1969, también estaba en construcción el Laboratorio de Salud Pública, destinado a las dependencias de patología, clínica citopatológica, bromatología y servicio de enfermedades venéreas 172.

En cuanto a la vacunación, hubo diversas campañas masivas durante la Administración Barco. Contra la viruela, de 1961 a 1968, la aplicación de su respectiva vacuna pasó de 160.108 dosis a 1‟828.968; la campaña fue realizada como un programa domiciliario, incluyendo la protección de emergencia dispuesta por el Congreso Eucarístico Internacional. De 1965 a 1969, fueron aplicadas vacunas contra la tuberculosis (niños menores de 15 años) llegando al número de 769.142 dosis. De 1964 a 1969, fueron aplicadas 240.000 dosis contra el sarampión; en el último año, se realizó la campaña en niños menores de 5 años y fue el primer programa masivo contra tal virus realizado a nivel nacional con fondos ordinarios. De 1963 a 1969, fueron aplicadas 392.541 dosis contra la poliomielitis, también para menores de 5 años. Todas estas campañas eran aplicadas a los grupos de población más vulnerables, dirigidas para el control de enfermedades transmisibles y su erradicación. Para 1969, se tuvo proyectada la protección total a los menores de 7 años contra difteria, tétano y tosferina, con el programa “Campañas Masivas del INPES”173.

Sobre la odontología, fueron realizadas las labores de exodoncias y obturaciones. La primera tuvo su inicio de 1961 con un total de 68.359 intervenciones en los servicios odontológicos de los centros de salud, con un notorio aumento en los años siguientes hasta 1968, momento en que hubo una disminución de las respectivas intervenciones, pues se le dio más atención a la segunda labor, ya que de 1961 pasó de 58.106 a 85.156 en el año ya mencionado. También hubo otros controles por parte de la Secretaría de Salud, como el portuario hacia los inmigrantes en la terminal aérea del Aeropuerto Eldorado y el de alimentos hacia su calidad con laboratorios móviles de control. 171

Plazas S., Tres años, 132. Plazas S., Tres años, 133. El costo de las obras tuvo un valor de $16‟7 millones y de $6,1 millones en dotación de equipos. 173 Plazas S., Tres años, 134-135. 172

P á g i n a | 92 Dentro de los programas de salud, hubo logros en la disminución de las mortalidades en general, como resultado de una adecuada atención. Tales logros permitieron que la fuerza de trabajo fuera incrementándose y se destacó la baja sensible de la mortalidad proporcional en adultos mayores de 50 años, dando como resultado un adelanto en el campo de la salud. El panorama es distinto hoy por hoy.

Con respecto a la niñez y familia, durante la Administración Barco se realizó un programa de jardines infantiles que buscó sustituir los cuidados maternos a niños menores de 7 años en las horas que laboraban sus madres, la preparación del niño para su adaptación escolar y procurar un buen ambiente familiar en el desarrollo de los niños, quienes fueron atendidos por psicólogos, pediatras, psicopedagogos, trabajadores sociales, docentes y nutricionistas. Los niños recibían educación pre-escolar y tres alimentos diarios técnicamente balanceados. Los niños abandonados en el Distrito recibieron especial atención a partir de 1967 con la creación de 6 programas: Clubes Callejeros, Centros de Recepción y Observación, Grupos Familiares, Hogares de Paso, Residencias Juveniles y Clínicas de Orientación, Hogares Sustitutos y Granjas Vocacionales174. Para la familia en general, a partir de 1967 fueron establecidos diferentes servicios orientados a su atención y

174

El programa de Clubes Callejeros era realizado en lugares frecuentados por los niños conocidos comúnmente con el término de “gamines”. Los Centros de Recepción y Observación estudiaban la situación del niño para situarlo en el programa que estuviera más acorde a sus necesidades. Los Grupos Familiares eran hogares en los cuales eran ubicados 15 niños menores de 12 años bajo el cuidado de un matrimonio que desempeñara el rol de padres de familia y atendiera las necesidades de seguridad, aceptación y reconocimiento de cada niño, colaborando en su educación y tratamiento. Los Hogares de Paso proporcionaban hogar temporal a niñas y niños menores de 7 años que por razones de fuerza mayor se veían imposibilitados para vivir en su propio hogar y que luego se trataba de localizar a sus familias respectivas, para lograr su reintegración. Las Residencias Juveniles, que era un programa que entró a funcionar a partir de 1967, ofreció un medio de vida familiar para satisfacer las necesidades básicas de los adolescentes con la misma problemática de los niños, con el fin de reintegrarlos a la sociedad. La Clínica de Orientación, que tenía objetivos terapéuticos, docentes e investigativos, atendía a niñas y niños que fueran menores de 18 años por medio de consulta externa, tratamiento diurno y residencial. Los profesionales que trataban a los niños eran psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, psicopedagogos y profesores especializados; algunos niños vivían con su propia familia y otros en hogares especiales del Departamento de Bienestar Social. Las Granjas Vocacionales ofrecían entrenamiento intelectual hasta quinto de primaria y capacitación en artes u oficios de jóvenes mayores de 12 años; había granjas en Usme y La Bella Suiza. Véase más en Plazas S., Tres años, 142-143.

P á g i n a | 93 fortalecimiento. Dichos servicios se prestaban en consultorios familiares con psiquiatras y trabajadores sociales175.

5. 2. Seguridad, vivienda, sanitarios públicos, tránsito y relaciones humanas

Lo relacionado con la seguridad, la vivienda, el uso de sanitarios públicos, el tránsito y las relaciones humanas, hizo parte de las prioridades de la Administración Barco por lograr un mejor bienestar social dentro de la capital.

Sobre la seguridad, por un lado específicamente la vigilancia, la Alcaldía Mayor propuso un programa de orden público con un presupuesto de $19,5 millones. Dicho programa logró el aumento del pie de fuerza en el personal de agentes de la Policía Nacional, pasando de 3.600 a 6.000 unidades. También se recibieron 100 carros patrullas con equipos de radiocomunicación; a esto se sumaron los proyectos de iluminación mercurial en el Distrito. Por otro lado, en 1969 el Cuerpo de Bomberos cumplió 75 años de servicio a la ciudad, orientando su labor a la prevención y extinción de incendios. Fue gracias a la firma canadiense Pierre Thibaul que se adquirió un equipo por un valor de $14,5 millones con 14 máquinas para apagar incendios, sondeos, equipos para hombres-rana, instalaciones eléctricas y demás. El equipo viejo del Cuerpo de Bomberos fue restaurado por un costo de $160.000, entonces la capital quedó dotada de un servicio de 24 máquinas, distribuidas en tres estaciones con un personal de 167 hombres176.

175

Los psiquiatras y trabajadores sociales orientaban, diagnosticaban y trataban problemas de relaciones conyugales entre padres e hijos, bolsas de empleos, reuniones de padres de familia en diversos centros y jardines infantiles, y educación familiar por medio de charlas diarias en la radio, folletos, volantes y cuñas de televisión, psicología infantil y un buen manejo de los menores. De 1967 a 1969, el número de consultas para atender a las familias, pasó de 7.602 a 22.100. Véase más en Plazas S., Tres años, 144. 176 El 28 de octubre de 1967, fueron entregadas 13 nuevas máquinas para el servicio de bomberos por parte del alcalde Virgilio Barco. El equipo, procedente de Canadá, estuvo dotado de los últimos adelantos técnicos y su costo fue de un millón de dólares. Constaba de dos carros tipo rescate, dos vehículos con escaleras hidráulicas de 65 y 100 pies de altura, un carro adaptado para extinguir líquidos inflamables y 8 máquinas bombas; 4 de 1.000 galones, 2 de 650 y 2 de 500. También se hizo entrega de vestidos de asbesto para poder enfrentar los incendios y equipos de buzos de hombres ranas con implementos y accesorios para rescatar ahogados. Véase “En Servicio Nuevo Equipo de Bomberos”, El Tiempo [Bogotá], 29 de octubre, 1967: 23.

P á g i n a | 94 Respecto a la vivienda, la Caja de la Vivienda Popular, que fue organizada como entidad de derecho público descentralizado, se encargó de la construcción de vivienda popular, sustitución de tugurios y habilitación de barrios incompletos; un caso de sustitución de tugurios para tener en cuenta es el de la “operación trasteo”177. Al igual que el plan de Los Laches, la Caja adelantó al sur del Distrito un programa de 556 viviendas en el barrio Las Lomas por un costo de $13‟000.000, para loteros, lustrabotas y voceadores de prensa de la capital. La Brigada de Institutos Militares contribuyó a la construcción de viviendas. La Lotería del Distrito Especial o Lotería de Bogotá, entregó más de 30 casas a loteros en la capital. Otros sitios donde la Caja construyó viviendas nuevas fueron Las Colinas, El Centenario178 y Veraguas179.

177

El primero de diciembre de 1966, el alcalde Virgilio Barco junto a sus secretarios, el gerente de la Caja de la Vivienda Popular, Luis Alfredo Pinto, el subgerente socio-económico de la misma entidad, Guillermo Rincón y otros funcionarios, dirigieron la “operación trasteo” de los tugurios localizados en la Carrera 22, entre las calles 14 y 15, conocidos popularmente en su momento como la “Ciudad de la Basura”. Un total de 25 familias fueron trasladadas con sus enseres en doce volquetas de la Secretaría de Obras Públicas de Bogotá hacia 18 casetas construidas en Los Laches, gracias a la gestión de la Caja de la Vivienda Popular. Las autoridades de la ciudad comprobaron que en la llamada “Ciudad de la Basura” varias personas vivían solas, pues cada una ocupaba su propio tugurio. En grupos de cuatro, estas personas fueron asignadas a otras unidades familiares con las cuales empezaron a convivir en Los Laches. La labor de traslado duró 3 meses y fue necesario explicar a los habitantes de los tugurios los planes de la Alcaldía Mayor, el trasteo a Los Laches y la exposición de las casetas que ocuparían a partir de la fecha y cómo debían auto-construir sus viviendas definitivas, con la forma de financiación. El único habitante de los tugurios que se opuso al traslado fue Carlos Navarro, de 55 años, quien vivía dentro de una carrocería de automóvil. Finalmente, fue trasladado a un asilo de ancianos en un vehículo del Distrito. Candelaria de Lizarazo era la líder natural de la invasión y promotora de la industria de la basura, dirigiendo las operaciones financieras del grupo. Se calculaba que las casas en Los Laches tendrían un valor de $12.000 para ser pagadas en 20 años. La unidad habitacional estaría lista para septiembre de 1967. Véase “Erradicada Ciudad de la Basura”, El Tiempo [Bogotá], 2 de diciembre, 1966: 6. 178 En el barrio El Centenario, se llevó a cabo el plan Alfonso López Pumarejo, donde fue concluida la construcción de cinco edificios multifamiliares, de 158 apartamentos con tres y cuatro alcobas, por un valor aproximado de $14‟000.000. A eso se sumó una segunda etapa que fue de 408 viviendas, por un costo de $34‟000.000. Cada apartamento costaba $94.000 y debía pagarse en doce años, con un interés del 9% anual. La entrega de los apartamentos fue realizada por el alcalde Virgilio Barco y fue para empleados del Distrito Especial; dicho evento tuvo lugar el 23 de agosto de 1969, según crónica hecha por Carlos Cabrera. Se hizo entrega de los papeles oficiales que les darían derecho a los nuevos propietarios de reclamar posteriormente las respectivas escrituras de propiedad de sus apartamentos. Este tipo de conversaciones sostenían los adjudicatarios: -¿En qué piso te tocó? –Figúrate que a mí me correspondió el primero y yo quería en el cuarto! -Entonces, cambiemos y no hay problema, ¿sí se podrá? Minutos después, según Cabrera, por micrófono se anunció que podían hacerse canjes entre los propietarios, desde luego, antes de firmar las escrituras. Véase más en Carlos Cabrera Lozano, “Servicios Públicos para 20 Años Tiene Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 24 de agosto, 1969: 2.

P á g i n a | 95 Hasta el año 1967, el uso de sanitarios públicos, al igual que el de teléfonos, estuvo restringido a las unidades que existían dentro de establecimientos privados, lo que implicó que su uso sólo podía ser posible durante las horas de apertura de los establecimientos. Para solucionar esto, la Administración Barco realizó un estudio de las posibles localizaciones de núcleos de sanitarios que sirvieran de forma permanente a los ciudadanos. Así fue que nació un programa de sanitarios públicos, donde se construyeron 108 unidades cómodas e higiénicas en distintos barrios y parques, por un valor de $8,5 millones. Las unidades tenían desvestideros para deportistas y duchas con agua caliente. Varios de los sanitarios públicos estaban ubicados en Plaza España, El Chicó, Las Ferias, El Funicular, entre otros barrios.

Sobre el tránsito, el Departamento Administrativo de Tránsito y Transportes ordenó la instalación de sistemas de señales apropiados en vías y cruces principales. Se demarcaron 25 arterias viales y sus cruces por un valor de $661.350, incluyendo la instalación de semáforos en 76 intersecciones, con un costo de $2,5 millones. Se contó con un equipo compuesto por once radioteléfonos, 23 patrullas, 25 motocicletas, una máquina demarcadora, ocho grúas y una camioneta. Para la tarea de reorganización, fueron realizados los siguientes estudios: Rutas de buses en Bogotá, sistema electrónico de semáforos, terminal de transporte interdepartamental, estudio de transporte para el Congreso Eucarístico Internacional y el mejoramiento del tránsito local en trece vías. En cuanto al programa de construcciones, fueron construidos dos depósitos para vehículos retenidos por las autoridades de tránsito, entonces la Alcaldía Mayor adquirió un área destinada para la construcción del Departamento de Tránsito y Transportes en Paloquemao. El costo de la compra de terrenos fue de $3,2 millones y la construcción se contrató por $4‟000.000; para 1969, dicho departamento estaba en proceso de construcción180.

179

En el barrio Veraguas, se realizó el plan Jorge Gaitán Cortés, donde fueron construidas 25 casas de tres alcobas, cuyo precio era de $84.000, amortizables en doce años, para trabajadores del Distrito. El plan estaba compuesto de 248 soluciones. El informe de labores de la Alcaldía Mayor no ofrece detalles sobre dichas soluciones. Véase Plazas S., Tres años, 147. 180 Plazas S., Tres años, 151.

P á g i n a | 96 Las relaciones humanas (ver imagen 22) fueron fundamentales dentro de los programas relacionados con

una

política

laboral

planteada

por

la

administración distrital: “El desarrollo de la política 22

laboral de la Administración se gestó en el deseo de

valoración del elemento humano como primer recurso de todo programa, en el conocimiento de sus inquietudes y en el tratamiento consciente de sus aspiraciones.” 181. Acá podemos apreciar que el aspecto físico de la ciudad no era lo único importante dentro de las tareas administrativas; también era importante tener en cuenta el aspecto humano. La diferencia entre ambos aspectos de una ciudad se entiende de la siguiente manera, según lo planteado por Richard L. Kagan: “… la definición del término „ciudad‟ en sí mismo, notablemente… tiene que ser hecha entre la ciudad definida como urbs, que es como una unidad física, y la ciudad como civitas, o asociación humana.”182.

En lo que respecta al aspecto humano, la Administración Barco hizo referencia a la ciudad como asociación humana, asunto que se entiende a través del estímulo permanente a la eficiencia resultante y el aumento de su preparación, lo que permitió la creación de auténticos equipos de trabajo. Otro aspecto de las relaciones humanas finalizando 1966, fue una negociación de la primera convención colectiva de trabajo con los obreros del sindicato de base de la Secretaría de Obras Públicas de Bogotá; la convención colectiva fue posible. A los trabajadores se les proporcionó de los elementos de protección necesarios, como el caso de “los cascos amarillos” (ver imagen 23)183, al igual que beneficios,

181

23

Plazas S., Tres años, 152. Richard L. Kagan y Fernando Marías, Urban images of the Hispanic World, 1493-1793 (Yale: Yale University Press, 2000): 9. La traducción de la referencia fue hecha por el autor de esta investigación. 183 Los obreros del Distrito Especial, al finalizar 1966, fueron dotados de cascos de protección amarillos, lo que sirvió para que los ciudadanos los calificaran como “los cascos amarillos”. Al ser reorganizados en cuadrillas estructuradas y con una buena maquinaria, los habitantes de la capital los identificaron como símbolos de eficiencia y rapidez en la ejecución de las obras públicas. Véase Plazas S., Tres años, 201. 182

P á g i n a | 97 capacitación de personal, colonias vacacionales en el municipio de Tocaima y un Club de Empleados Distritales184. A los obreros también se les dotó de unas mejores condiciones de trabajo en los Talleres Distritales.

5. 3. Actividades recreativas, deportivas y culturales

Debido al crecimiento excesivo que fue teniendo la capital, había una carencia de sitios adecuados para realizar actividades recreativas populares. A parte de áreas suficientes para la práctica del deporte en general, también fueron necesarios espacios aptos para presenciar eventos multitudinarios, entonces la Administración Barco pensó en la complejidad del problema mediante diversos aspectos; se trataba de mejorar y ampliar las instalaciones existentes en su momento, entonces existió la necesidad de crear nuevos centros para espectáculos populares y debían habilitarse áreas y zonas recreativas 185. El Estadio Nemesio Camacho “El Campín”, que fuera inaugurado durante la administración del alcalde Gustavo Santos Montejo en 1938, con el paso del tiempo tuvo tanto deterioros

como

mejoramientos

sustanciales.

Para

solucionar esto, durante la Administración Barco fue

24

construida una gradería superior, por medio del empleo de un novedoso sistema estructural en su momento. A la obra se le sumó el perfeccionamiento de las instalaciones que existían y la construcción de accesos, sanitarios y oficinas en buen estado. El sector por donde se encuentra el estadio, fue remodelado para construir áreas de estacionamiento, puestos de vigilancia y vías aptas para el acceso186. Dentro del estadio, hubo instalación técnica de luz intensa (ver imagen 24) que permitió realizar eventos nocturnos y la posibilidad de 184

En Tocaima estaban ubicadas las colonias vacacionales al servicio de los trabajadores del Distrito. La de empleados se fundó en octubre de 1967 por parte del Sindicato de Empleados del Distrito y recibió de la Alcaldía Mayor aportes financieros por $760.000, para el establecimiento y mejoramiento de sus instalaciones. La de obreros fue fundada por el Sindicato de Trabajadores de Obras Públicas, recibiendo auxilios financieros por un valor de $650.000. Desde luego, estas colonias se ajustaban a los ingresos de los trabajadores. El Club de Empleados Distritales estaba ubicado en el costado oriental del parque del Salitre, área adquirida por la Nación. Véase más en Plazas S., Tres años, 153. 185 Plazas S., Tres años, 154. 186 Plazas S., Tres años, 156-157.

P á g i n a | 98 disminuir el costo de administración y el costo de las tarifas187; a su alrededor empezó a ser construido el Coliseo Cubierto188.

Sobre canchas deportivas populares, mediante gestión realizada por el Fondo de Desarrollo Popular Deportivo y de Cultura, la Administración Barco ordenó la construcción de 110 canchas de baloncesto en las zonas verdes de los barrios periféricos más populares de la capital; en su momento, 40 canchas tenían iluminación. Dentro de los parques distritales, fueron construidas las siguientes unidades deportivas: 53 campos de fútbol, 56 campos de baloncesto, 10 campos de tenis, 2 campos de béisbol, 3 campos de hockey y 3 pistas de atletismo. Algunos barrios donde hubo estas realizaciones fueron Valvanera, La Palestina, Villemar, Florida Blanca, Sears, Usaquén, entre otros189.

Bogotá fue una de las urbes con menores índices a nivel mundial en materia de áreas recreativas por persona; esta situación fue evidente en el crecimiento y la ocupación paulatina con construcciones hechas en áreas desocupadas. Para la solución de esta problemática y previniendo una futura expansión urbana, la Administración Barco presentó al Concejo Distrital un proyecto de zonas verdes y campos deportivos populares para el 187

El 29 de noviembre de 1967, el estadio Nemesio Camacho “El Campín” fue escenario del primer partido de fútbol nocturno en la ciudad. El partido fue entre la selección de Checoslovaquia contra el equipo capitalino Santa Fe, encuentro que terminó en 2-0 a favor del equipo europeo. Al acto de inauguración de iluminación artificial para el estadio, asistieron el alcalde Virgilio Barco, la ganadora del concurso nacional de belleza, Luz Helena Restrepo y aproximadamente 20.000 aficionados. El saque de honor fue hecho por el mismo alcalde, quien después de haber recibido la cruz de oro “Al Mérito Deportivo” de parte de los presidentes de Millonarios y Santa Fe, Alfonso Senior y Eusebio de Mendoza, dijo lo siguiente: “Esto es el Comienzo de lo que se Hará por el Deporte”. Esta frase fue un anuncio de los programas del gobierno distrital en favor del deporte. Véase más en “Fútbol Nocturno, en Bogotá” y “Millos y Santa Fe Condecoran a Barco”, El Tiempo [Bogotá], 29 de noviembre, 1967: 17, y “Noche de Luz en el Campín”, “Fácil Triunfo de Checoslovaquia” y “Esto es el Comienzo de lo que se Hará por el Deporte”, El Tiempo [Bogotá], 30 de noviembre, 1967: 1 y 17, y Humberto Jaimes, “El Fútbol Nocturno”, El Tiempo [Bogotá], 1 de diciembre, 1967: 17. También hubo ovación para el alcalde por la entrega de las obras de reestructuración, hechas durante 1967. A propósito de las posteriores obras hechas para el Estadio Nemesio Camacho “El Campín”, véase “Entregadas las Obras de El Campín”, El Tiempo [Bogotá], 21 de febrero, 1969: 18. 188 La Administración Barco contrató con la firma Guillermo González Zuleta la elaboración de diseños detallados para el Coliseo Cubierto, el cual fue inaugurado el primero de mayo de 1973, dando la casualidad de que Carlos Albán Holguín daba por terminado su mandato sobre Bogotá y Aníbal Fernández de Soto entraba como nuevo burgomaestre de la capital. Sobre la inauguración del Coliseo Cubierto, véase http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/bogota/inicio.htm (consultado el 6 de mayo de 2013). 189 Plazas S., Tres años, 158.

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alivio de las condiciones existentes en su momento. El proyecto fue aprobado por el mismo Concejo, pero tuvo en cuenta que los parques fueran situados en vecindad de las áreas más pobladas densamente y que carecían de facilidades deportivas. De esa manera, con la construcción de las zonas propuestas, el promedio de 1,5m2 de áreas verdes por persona ascendió a 6,5m2, promedio inferior al de algunas capitales europeas y americanas. Básicamente, mejoró las condiciones de los ciudadanos. Al

respecto del proyecto, el caricaturista Hernando Turriago Riaño, “Chapete”, (1923-1997), realizó una caricatura titulada “Naturaleza viva” (1968) (ver imagen 25), en la que muestra al alcalde Virgilio Barco como un pintor retratando a la ciudad de Bogotá como una chica joven, donde entendemos la intención del gobierno distrital por dotar a la capital de zonas verdes en su momento, como parte de los programas propuestos con el fin de lograr un nivel general de vida adecuado para el Distrito.

La primera etapa del proyecto, que abarcó la adecuación de 800 hectáreas de parques, es decir, un total de 1.050 hectáreas, fue terminada por un valor de $70‟000.000 en obras, sin incluir los terrenos por un costo aproximado de $200‟000.000. Para que un parque deportivo entrara en funcionamiento, fueron indispensables sus obras básicas, por lo tanto su atención se comprendió para todos los parques en unidades típicas con diseños modulares de bajo presupuesto190. También hubo atención especial en el diseño de vías de penetración y localización de las áreas recreativas y deportivas, para que las labores de vigilancia, mantenimiento y aseo pudieran hacerse fácil y económicamente. No sólo fueron proyectados campos deportivos; también se proyectaron áreas para juegos infantiles y en algunas, juegos mecánicos. En el diseño de cada zona se aprovechó la configuración del terreno, con la conformación de lagos en los sitios bajos e inundados, utilizando el material de la excavación realizada para regularizar los lagos. Estos fueron los parques que hicieron parte del proyecto presentado por la Alcaldía Mayor al Concejo Distrital: Parque La Florida, Parque El Salitre, Parque de Montes, Parque Distrital del Sur, Parque El Tunal, 190

Estas fueron las unidades: Unidad de ventas, sanitarios y teléfonos públicos, unidad de vigilancia y policía, unidad de control de ingresos y de administración y unidad de desvestideros y guardarropas para deportistas. Véase Plazas S., Tres años, 162.

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Parque Popular de Diversiones (ver imagen 26), Parque Timiza, Jardín Botánico, Parque Arqueológico de Suba, Parque Jorge Gaitán Cortés (Las Columnas) y el Parque Distrital de Kennedy191.

En el discurso “Ejecución del programa de zonas verdes y de recreación social: parques e instalaciones para deportes populares”, pronunciado por el alcalde Virgilio Barco el 12 de abril de 1969 en un acto popular deportivo convocado por la Liga Distrital de Fútbol, fueron tratados temas relacionados con las obras en el estadio Nemesio Camacho, la habilitación del parque Olaya Herrera, el Pequeño Campín192, el Coliseo Cubierto y el programa de Parques Deportivos Populares.

Para que los habitantes de Bogotá participaran en formas de cultura más elevadas y que estuvieran dotados de centros de interés turístico y educativo, la Administración Barco diseñó un programa de museos y sitios de exposición, proyecto que abarcó obras como el Planetario Distrital y los museos Taurino, Santa Clara, Desarrollo Urbano, Historia Natural, 191

El parque de la Florida en principio fue una propuesta hecha durante la última alcaldía de Fernando Mazuera Villegas (1957-1958), pero al parecer no prosperó en los siguientes años. Sólo fue posible hasta la Administración Barco que se puso en marcha dicho proyecto. El parque se encuentra ubicado al occidente de Bogotá, en la localidad de Engativá y comprende un área de 380 hectáreas; fue adecuado como lugar recreativo y deportivo, contando con canchas, lago, embarcadero y unidades de vigilancia y servicios. El parque El Salitre, ubicado entre las calles 53 y 63 y las carreras 60 y 68, comprendía en un principio 98 hectáreas y fue destinado para actividades deportivas y recreativas, y fue inaugurado por el presidente Carlos Lleras y el alcalde Virgilio Barco; hoy en día, desde presenta un aspecto distinto y con más instalaciones. El parque de Montes fue proyectado para restaurar y adecuar la antigua hacienda de Montes que habitó Antonio Nariño, con el fin de honrar su memoria y por supuesto, fue hecho como un sitio cultural y deportivo que beneficiaría a los barrios sur-occidentales de la capital. En el parque distrital del sur fue destinado para la construcción de un Centro Piloto de Educación Media y el Velódromo Primero de Mayo. El parque El Tunal fue proyectado para construirle campos deportivos, dos grupos de parques infantiles, viviendas multifamiliares, zonas comerciales y concentraciones escolares. Otros parques como el Popular de Diversiones, Timiza, Jardín Botánico, el Arqueológico de Suba, Jorge Gaitán Cortés (Las Columnas) y Kennedy, fueron proyectados para renovación y construcción de zonas deportivas. Véase más en Plazas S., Tres años, 163-171 y Barco Vargas, Acción administrativa, 477-491. 192 Virgilio Barco explicó que a inicios de 1969 se puso en marcha la labor del Pequeño Campín, estadio de entrenamiento denominado de esa manera por los cronistas y aficionados. Comprendía tribunas para 9.000 espectadores, servicios de vigilancia, desvestideros y sanitarios públicos. Fue hecho con el fin de que las ligas de fútbol jugaran los partidos finales de sus campeonatos. Véase Barco Vargas, “Ejecución del programa de zonas verdes y de recreación social: parques e instalaciones para deportes populares”, Acción administrativa, 474.

P á g i n a | 101 Aeronáutico y el de Cultura Muisca. También hubo una gestión relacionada con los espectáculos, con realizaciones como la Orquesta Filarmónica de Bogotá, la Plaza de Toros de Santamaría, el Teatro Distrital y la Media Torta. A esta gestión cultural, vale la pena agregar el apoyo que brindó el alcalde Virgilio Barco a las tendencias juveniles que existían en la década de 1960 en la ciudad, asunto que será tratado más adelante.

La construcción del Planetario Distrital fue promovida por la Administración Barco, contando con la colaboración de la Federación Nacional de Cafeteros y el Banco Cafetero, actualmente Bancafé; dicha construcción fue un programa autorizado el 31 de agosto de 1967. La firma Pizano Pradilla & Caro durante los meses de septiembre de 1967 a febrero de 1968, elaboró los planos y la construcción que tuvo inicio en julio de 1968 y que cubría un 80% de su progreso. La edificación fue planeada con un salón de proyecciones bajo bóveda de 26m de diámetro y con capacidad para 500 personas; en su género, fue el primer centro de este tipo de magnitud puesto en marcha en Latinoamérica. Dentro del Planetario, también fueron construidos el Museo de Historia Natural193 con un área de 750m2, sala de conferencias, una cafetería con área de 380m 2 y un hall de exposiciones. El costo de todas las obras tuvo un valor de $16‟000.000, incluyendo el costo de los equipos adquiridos a la casa Carl Zeiss de Jena, Alemania, que llegaron a la capital en febrero de 1968194.

En cuanto a los museos, el Taurino fue construido en un espacio habilitado de las áreas de depósito de la Plaza de Toros195. Este espacio se encarga de mostrar documentos y objetos relacionados con la historia de la “fiesta brava” en la ciudad. El de Santa Clara (ver imagen 193

Dentro del Museo de Historia Natural, fue preparada una interesante muestra de la fauna de Colombia, por pisos térmicos. 194 El 22 de diciembre de 1969, el Planetario Distrital fue inaugurado por el presidente Carlos Lleras y el alcalde Emilio Urrea Delgado (1927-1990), quien anteriormente fue consejero presidencial del mismo Lleras. En los últimos años, el Planetario ha presentado varios cambios en sus instalaciones, todo gracias a la gestión llevada a cabo por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, pero también ha presentado problemáticas recientemente y es de esperar que presente nuevos y mejores cambios. Sobre la inauguración del Planetario, véase “EL PLANETARIO DISTRITAL. Con „Viaje Sideral‟ lo Inauguró Lleras”, El Tiempo [Bogotá], 23 de diciembre, 1969: 10. Sobre la historia del Planetario de Bogotá, véase “El Planetario. Historia”, http://idartes.gov.co/index.php/planetario-el-escenario/515-historia (consultado el 7 de mayo de 2013). 195 La Plaza de Toros de Santamaría tuvo mejoras en sus instalaciones, entre esas la sustitución de drenaje de la arena, la construcción y rehabilitación de sanitarios públicos, la eliminación de propaganda del ruedo, la refacción del sistema electrónico y sanitario, y la iluminación interior y exterior. Véase Plazas S., Tres años, 178.

P á g i n a | 102 27) fue conformado por iniciativa de la Administración Barco,

27

con la colaboración del Banco de la República, el Instituto Colombiano de Cultura, la Curia Arquidiocesana y de la Corporación Nacional de Turismo196. El de Desarrollo Urbano, que en la actualidad recibe el nombre de Museo de Bogotá y está ubicado en la Carrera 4ª # 10-18, fue instalado en una vieja casa del barrio La Candelaria, en la Calle 10ª # 4-21, restaurada para tal fin; organizado cronológicamente a base de documentos relacionados con el desarrollo de la capital, el museo poseía desde planos elaborados durante la Colonia, los planes de 1945 a 1960 y el plan de ordenamiento de 1969, y también objetos como el tranvía de mulas y los aparatos de bomberos usados a inicios del siglo XX. La construcción del Aeronáutico fue promovida con la cooperación de la Fuerza Aérea Colombiana y de Avianca en las inmediaciones del Aeropuerto Eldorado. El de Cultura Muisca fue proyectado como una pequeña sala de divulgación acerca de la cultura muisca en el área destinada al parque popular de Suba y en la vecindad de vestigios arqueológicos.

Sobre los espectáculos, la creación de la Orquesta Filarmónica fue aprobada en 1967, como se explicó en el capítulo III. El 29 de mayo de 1968, se instaló la junta directiva de la Orquesta Filarmónica en el despacho del alcalde Virgilio Barco y estuvo presidida por el mismo, sus secretarios Julia Castro de Delgado y Julio César Sánchez, el contralor distrital, el concejal Carlos Daniel Roca y los representantes de la Fundación Filarmónica, Francisco Yesid Triana, Raúl García y Mario Posada, quienes también integraron la junta. Con este acto, el alcalde oficializó la creación de la Orquesta Filarmónica como un aporte más de su administración al progreso no sólo material, sino también cultural, para una formación educativa de la comunidad. La Orquesta se planeó en un principio con 43 instrumentistas, sus primeros directores, Jaime León y Melvin Strauss, como solistas Frank Preuss y el violista Jesse Levine. Su debut se planearía para la celebración del XXXIX Congreso 196

El 24 de septiembre de 1969, tuvo lugar el último acto público llevado a cabo por el alcalde Virgilio Barco, que consistió en la entrega del Museo de Santa Clara, contando con la asistencia del presidente Carlos Lleras. Estas fueron palabras del alcalde saliente: “El entregar este Museo de Santa Clara, señor Presidente, en el último acto de mi administración es para mí una de las mayores satisfacciones que he tenido en estos tres años”. Véase más en “El Presidente Inauguró el Museo „Santa Clara‟”, El Tiempo [Bogotá], 25 de septiembre, 1969: 1 y 9.

P á g i n a | 103 Eucarístico Internacional en agosto de 1968 197. El Teatro Distrital hizo parte del planeamiento del Centro Administrativo Distrital y contempló todas las facilidades del conjunto, es decir, vigilancia, aseo, espacios abiertos y disponibilidad de parqueadero; este teatro reemplazaría al antiguo Teatro Municipal. Con respecto a la Media Torta, la Alcaldía Mayor procuró que continuara la costumbre de presentar espectáculos públicos domingo a domingo, garantizando una diversión sana y gratuita.

Queda tratar acerca del estilo go-gó o ye-yé, manifestación cultural y juvenil apoyada en un principio por el alcalde Virgilio Barco. Luis Daniel Vega explica que “El caos del Bogotazo aún se mantiene latente pero no impide que algunos jóvenes comiencen a vibrar con una música que definitivamente no se parece en nada a los boleros… Desafiantes y convencidos de estar tomando por primera vez partido en algo, estos chicos comienzan a gustar de Elvis Presley, Chuck Berry, Bill Haley y Little Richard… Vergara, un sello dedicado a los boleros y a las rancheras, ficharía a Los Speakers y editaría en 1965 el que es considerado el primer disco de rock en Colombia… Bogotá se transformaba en Liverpool… El desorden llegaría entonces y se abrirían locales donde las bandas podían tocar y ensayar… en los años siguientes entre 20 o 30 discotecas de nombres sonoros (El Infierno, El Diábolo, La Mazmorra, La Caverna, El Elefante Blanco, Zeppelin, La Píldora y La Bomba, la más famosa de todas) se convertirían en espacios de creación y diversión multitudinarios… el público vería nacer en 1965 a Los Flippers… con el sencillo A go-go, término comercial impuesto por los medios que muy pronto se convertiría en sinónimo de rock… los nadaístas… adhirieron a las causas juveniles implícitas en el go-go: pelo largo, música y nueva beligerancia. Termina 1966 con un saldo a favor: el go-go es de conocimiento público…”198.

197

Véase “Bogotá Tiene ya Filarmónica”, El Tiempo [Bogotá], 30 de mayo, 1968: 16. La Filarmónica en un principio desarrolló una vasta labor a favor de la cultura musical por medio de la realización de 22 conciertos juveniles a través de Radio Sutatenza, con emisiones a nivel nacional, presentaciones populares en varias universidades de la ciudad y otros centros docentes. La orquesta también hizo en sus inicios un amplio plan de divulgación cultural con conciertos dominicales, ofrecido a los asistentes a los parques construidos en su momento por órdenes de la Alcaldía Mayor. Véase Plazas S., Tres años, 178. 198 Luis Daniel Vega, “El nacimiento del rock nacional. La breve Colombia a go-go”, Arcadia, No. 54 (2010, 22 de marzo a 19 de abril): 14-15.

P á g i n a | 104 ¿Por qué el referir el significado de ser go-gó? Precisamente, el alcalde Virgilio Barco se declaró en un principio partidario por la juventud y la cultura de su momento en la capital; muestra de eso fue su apoyo hacia el go-gó o ye-yé, expresión musical que estuvo de moda en la década de 1960 entre los jóvenes habitantes de la ciudad, donde se bailaban ritmos como el surf y el watussi. Estas fueron palabras del alcalde a Ignacio Montoya Posada en la discoteca La Bomba, ubicada en su momento en la Feria de Exposiciones de Bogotá: “La juventud es siempre la misma: inquieta, inconforme, veleidosa, llena de vitalidad que debe desfogar en alguna forma. La actual lo hace con sus bailes, con sus ritmos, con su música estridente. Pero no es nada nuevo. La música, hoy como ayer, sigue siendo el lenguaje de los seres que viven realmente… considero que la música es un arte, universal… no pueden dársele fronteras… es cuestión de gustos… Es una forma de expresarse… es un sistema distinto, pero nada más. No olvido que la sociedad es un espiral que tiene como base a la juventud. Aspiro a organizar en lo posible gimnasios, campos de deporte, clubes sociales que sirvan para que la juventud desfogue esa tremenda vitalidad de que antes hablaba. Creo que es mejor que los jóvenes se dediquen al deporte, a los bailes modernos, a sus gritos y contorsiones que ningún mal nos hacen con ello. Yo estoy seguro de que quienes prefieren estar en una discoteca go-gó no participan ni han participado de las frecuentes pedreas con que otros incultos nos muestran a diario su inconformidad”199.

Este testimonio se conecta con los programas propuestos hacia la recreación, deportes y cultura a través de la gestión de la Alcaldía Mayor. Desde luego era fundamental que el alcalde manifestara su apoyo hacia la juventud y sus maneras de expresarse y divertirse, pero no todo era color de rosa, pues los jóvenes go-gó también cometían actos vandálicos dentro de la ciudad, como lo demuestra lo ocurrido el 16 de diciembre de 1966, fecha en que jóvenes go-gó invadieron las calles de Bogotá, cometiendo toda clase de actos vandálicos con piedras y garrotes; destruyeron recipientes de basuras y algunas tarimas del tránsito entre carreras 7ª y 10ª, incluso apedrearon una vitrina en la Carrera 10ª 200. Pudieron existir otros inconvenientes de este tipo en relación a los go-gó, pero tampoco se puede generalizar ante uno o varios hechos, porque tarde o temprano, todo lo que en un tiempo 199

Véase más en Ignacio Montoya Posada, “La Música es el Lenguaje de los Seres que Realmente Viven”, El Tiempo [Bogotá], 9 de septiembre, 1966: 16. 200 Véase más en “Grandes Escándalos hacen los Go-Gó en el Centro”, El Tiempo [Bogotá], 17 de diciembre, 1966: 26.

P á g i n a | 105 surge y tiene furor, se acaba con el tiempo. Sobre eso, sólo quedan los recuerdos y en el caso de los go-gó, permanece su memoria a través de sus producciones musicales y sus registros fotográficos, entre otras cosas.

5. 4. Las plazas de mercado

La provisión de plazas públicas para mercadeo y compra de víveres y abastecimientos, fue otro de los asuntos más urgentes para el Distrito, especialmente en los sectores populares. Por esa razón, para la estructura del programa de plazas de mercado, propuesto por la Administración Barco, se tuvieron en consideración los siguientes factores: la población servida, que mientras más grande, eran mayores los inconvenientes relacionados a previsiones de ampliación, reservas de terreno y generación de tránsito, la cantidad y ubicación de los establecimientos distritales existentes en su momento para hacerles mejoras esenciales, la sectorización de la capital y el reglamento de zonificación, y las recomendaciones con respecto al Plan Vial de Integración Urbana y de las clases económicas que servían en las plazas existentes a finales de la década de 1960 201.

28

Gracias a la gestión de la Empresa Distrital de Servicios Públicos, con el objetivo de transformar socialmente las plazas de mercado, se contrataron los servicios de la Facultad de Ciencias Sociales (Trabajo Social) de la Universidad Javeriana para la realización de varios cursos sobre mercadeo y relaciones humanas, a los cuales asistieron tanto expendedores de víveres como administradores y recaudadores de las plazas202; desde luego, esto también aplicó

para las vendedoras en las plazas, asunto evidentemente caricaturizado por “Chapete” en su creación “Grado de revendedoras”, donde podemos ver a una vendedora de plaza dialogando con el alcalde Virgilio Barco en la entrega de su respectivo diploma y su cuidado a la hora de hablar (ver imagen 28). Un ejemplo de todo esto ocurrió en la plaza 201

Plazas S., Tres años, 38. Sobre esta experiencia de la Universidad Javeriana en esta labor del trabajo social en las plazas de mercado, véase la siguiente tesis: Sylvia Rubiano-Groot y Ana María Cuéllar Bustamante, “El trabajo social en las plazas de mercado de Bogotá, D. E.” (Tesis de Sociología, Pontificia Universidad Javeriana, 1970). 202

P á g i n a | 106 Doce de Octubre, donde los vivanderos estuvieron interesados en lograr mejores condiciones de higiene, una buena presentación de sus productos, limpieza en el atuendo personal y un trato adecuado con los clientes. Desde luego, no sólo hubo labor docente; un grupo de trabajadores sociales estuvo encargado permanentemente tanto de la motivación para tomar los cursos como la supervigilancia y futura proyección de los mismos.

La misma Empresa Distrital de Servicios Públicos, durante el período 1967-1969, se encargó de la construcción de las plazas del Barrio Restrepo y Fontibón; la del Restrepo constaba de 625 puestos, 14 locales exteriores, 70 locales para lácteos, granos y carnes, 16 locales de ventas varias, jardín infantil para 100 niños, desvestideros, sanitarios, oficinas administrativas y estacionamientos por un valor de $13‟000.000, mientras que la de Fontibón constaba de 110 puestos, 24 locales interiores y sala-cuna para 25 niños, por un valor de $1,5 millones203. La de Ciudad Kennedy estuvo en proceso de construcción y tuvo una inversión de $3‟000.000 y constaría de 250 puestos y 40 locales para carnes y miscelánea204. Es importante el hecho de que plazas como el Doce de Octubre, la Concordia y la Perseverancia fueron remodeladas para prestar mejores servicios a los habitantes de la capital. Hay que añadir que dentro del programa de las plazas, se tuvieron en cuenta las siguientes obras para una política general sobre suministro de alimentos al Distrito: una central de abastecimiento para mercadeo al por mayor, tres plazas mayores y 60 plazas menores para un suministro directo a domicilio205.

5. 5. Condiciones físicas óptimas para Bogotá

Para entender lo relacionado con urbanizaciones y construcciones, la Alcaldía Mayor incentivó que la iniciativa privada participara satisfactoriamente por medio de varias normas que impulsaran la construcción y el desarrollo en terrenos que no estaban ocupados dentro de la ciudad. De esa manera, se promulgó el Acuerdo 65 del 9 de septiembre de

203

Plazas S., Tres años, 40 y 42. Plazas S., Tres años, 41. 205 Plazas S., Tres años, 39. 204

P á g i n a | 107 1967206, encargado de sustituir viejas normas urbanísticas y así poder dar mayor flexibilidad para elaborar proyectos, en especial la realización de conjuntos residenciales. Al momento de crearse el Estatuto de Zonificación Generalizada, desaparecieron ciertas limitaciones para los usos de la tierra y entidades como el ICT y el BCH, al igual que entidades privadas, adoptaron las nuevas normas urbanísticas, lo que permitió la construcción de innovadores conjuntos multifamiliares que no sólo tuvieron un bajo costo en las soluciones individuales, sino que evitaron la dispersión urbana y los desplazamientos hacia la periferia.

Pero el empuje de la construcción no fue lo único que hizo parte de una política por mejores condiciones físicas para el Distrito: “La Administración Distrital se ha preocupado intensamente por la estética urbana, no sólo a base de obras directas, sino con control y mejoramientos, basados en normas sobre los elementos que afectan los espacios públicos.”207. ¿Y en qué consistió dicha estética? En todo lo relacionado a culatas, vallas y avisos. En primer lugar, cuando fue promulgado el Decreto 1.040 del 16 de noviembre de 1968208, fue posible conformar edificaciones aisladas para evitar la formación de culatas laterales en lotes de tamaño apropiado y a su vez desapareció la posibilidad de que lotes pequeños tuvieran una desproporcionada altura con respecto al perfil urbano; el decreto propendió por una mejor estética, como fue el caso de la Zona Central de Bogotá y los sectores comerciales del barrio Chapinero. En segundo lugar, mediante Decreto 611 de 1969, fueron reglamentadas las vallas en el área del Distrito Especial, lo que facilitó la protección del paisaje circundante y evitó la difusión de vallas y avisos sobre avenidas y vías principales. Finalmente, el Decreto 1.040 que ya fue mencionado, también reglamentó el uso de avisos publicitarios sobre los espacios públicos, entonces las calles centrales, muchas estrechas, fueron despojadas de avisos “volados” que invadieron la vía pública

206

http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2955 (consultado el 2 de abril de 2013). Este acuerdo fue derogado tácitamente por el Acuerdo Distrital 6 de 1990, durante la alcaldía de Andrés Pastrana Arango, y el último acuerdo mencionado fue derogado por el Decreto Distrital 619 del 2000, durante la administración de Enrique Peñalosa. 207 Plazas S., Tres años, 189. 208 http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=2503 (consultado el 2 de abril de 2013). Este decreto fue subrogado por el Decreto 16 de 1994 durante la alcaldía de Jaime Castro, y que luego se le decretó nulidad mediante sentencia C-535 de la Corte Constitucional en 1996.

P á g i n a | 108 tiempo atrás y por lo tanto, fueron establecidas normas especiales para las zonas de conservación histórica y monumentos nacionales. “En una ciudad que crece rápidamente y tiene un centro muy congestionado, con el consiguiente aumento del número de peatones, se consideró de gran importancia restituirle al caminante áreas adecuadas de tranquilo reposo, y al mismo tiempo mejorar los espacios urbanos de la Zona Central.”209. Con esto, la Administración Barco abogó por mejores condiciones en las “plazas peatonales” del centro de la ciudad, teniendo en cuenta el problema de la expansión urbana que afectaba a la capital. La plaza de Las Nieves fue reconstruida y a su vez, se le eliminaron las calzadas de las calles 20 y 20-A, entre carreras 7ª y 8ª; aún conserva en el centro la estatua de Francisco José de Caldas. En el tramo de la Avenida Jiménez, comprendido entre carreras 7ª y 9ª, fueron eliminadas las ventas públicas y los depósitos de aseo en su momento; también desapareció el quiosco “KLM Todo El Mundo”, donde luego se erigió la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada. El separador de la avenida con Carrera 4ª fue ampliado y mejoró con piso duro y arborización; actualmente, en esa zona se encuentra un Comando de Atención Especial (CAI). Otras “plazas peatonales” fueron centro de atención para el gobierno distrital, el cual adquirió los terrenos del área comprendida entre la Avenida Jiménez y la Calle 14, y carreras 6ª y 7ª para destinar la actual plazoleta de la Universidad del Rosario; a esta plazoleta fue trasladada la estatua de Jiménez de Quesada y está ubicada en la parte central. Los sótanos de dicha plazoleta se dedicaron a un estacionamiento para 600 vehículos y un descargue de valores hacia el Banco de la República. La plaza del 20 de Julio, anteriormente un área de estacionamiento, fue remodelada con el fin de crear un espacio apto para la multitud que actualmente concurre días dominicales y festivos 210. En La Candelaria, se adecuó la plaza del Chorro de Quevedo, restringiendo su uso a peatones y se colocó una fuente típica; la fachada occidental de la plaza fue restaurada por la Asociación de Vecinos de La Candelaria. La Plaza de la Pola, hecha en homenaje a Policarpa 209

Plazas S., Tres años, 191. El 6 de julio de 1969, el alcalde Virgilio Barco inauguró la plaza peatonal del barrio 20 de Julio, que fue remodelada en un área de 4.500m2 durante 60 días. Véase “Inaugurada Plaza Peatonal del ‟20 de Julio‟”, El Tiempo [Bogotá], 7 de julio, 1969: 3. 210

P á g i n a | 109 Salavarrieta, fue remodelada para ser adaptada al flujo de peatones que se dirigen actualmente a la Universidad de Los Andes y la Media Torta. En conjunto con la Universidad Nacional y la Administración Barco, fueron realizados los estudios para construir una plaza que sirviera de acceso sobre la Calle 26, por lo tanto las obras fueron hechas por el Distrito, entre esas, el puente peatonal que comunica el costado sur de la Calle 26 con la plaza, que permite el paso de la arteria vial sin obstruir el flujo vehicular. Para evitar el cruce de peatones sobre la Carrera 7ª, frente a la Universidad Javeriana, fue proyectado en coordinación con la Alcaldía Mayor, un puente peatonal para unir ambos costados de la Carrera 7ª. Claro está que nunca se hizo tal puente, pero sí fue construido un túnel que cumplió con dicho propósito años después. Finalmente, en la Plaza de Bolívar, fueron proyectados tres sótanos de estacionamiento, pero al parecer, nunca fueron construidos.

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Capítulo VI Una ciudad para la memoria: La celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional

P á g i n a | 111 “Bogotá fue sede, en agosto de 1968, del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional, lo cual fue el marco de una serie de iniciativas que llevaron a la transformación vial de la ciudad y a la realización de obras que sirvieron para atender a miles de personas asistentes a esta cita religiosa. Los congresos eucarísticos son reuniones de católicos que desean hacer manifestación pública de fe y cuyo origen está registrado en Lila, Francia, en donde se realizó, en 1881, el primero.”. “Bogotá en tiempos de Virgilio Barco”, Nueva Frontera, No. 955 (1993, 18 al 24 de octubre): 16.

Estas líneas funcionan como mecanismo para entender de manera general lo que fue el XXXIX Congreso Eucarístico Internacional (CEI), celebrado en Bogotá, D. E. y en qué consiste una reunión de este tipo. En realidad, para este capítulo no será tratado en sí lo que fue el certamen religioso; importa más en esta ocasión su proceso de organización, incluyendo eventos de toda clase ocurridos a lo largo de casi dos años del gobierno distrital de Virgilio Barco. 6. 1. Un “casi no”: La organización del CEI en la capital

Desde 1965, comenzó la preparación del Congreso Eucarístico Internacional para recibir a Giovanni Battista Enrico Antonio Montini, mejor conocido como el Papa Pablo VI (18971978)211, también llamado Paulo VI. Al respecto, el padre Alberto Parra M., S. J., explicó lo siguiente: “La preparación material del Congreso comenzó en el año 1965 una vez conocida la noticia de la designación de Bogotá para sede del acontecimiento mundial.” 212. Al comienzo de la administración de Virgilio Barco, El Tiempo en su edición de 7 de octubre de 1966, mostró en primera página lo que sería el proyecto de establecimiento del templete del centro eucarístico de El Salitre para el certamen, que tendría lugar en agosto de 1968. El plan consistió desde un principio en utilizar 64 fanegadas de tierra para el evento, en las que se construirían 40 plazas con capacidad para 1‟700.000 personas, servicios de parqueo, vías de acceso, puestos de emergencia atendidos por la Cruz Roja, centrales de vigilancia y enormes reflectores para la iluminación del terreno, y a la entrada del campo eucarístico se levantaría una cruz de 30m de altura, ubicada en el centro de un lago 211

“Pope Paul VI 1963-1978”. http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/biography/documents/hf_pvi_bio_16071997_biography_en.html (consultado el 29 de abril de 2013). 212 Alberto Parra M., S. J., “Ocho días con cristo y su vicario. CRÓNICA DEL XXXIX CONGRESO EUCARÍSTICO”, Revista Javeriana, Número 348, Tomo LXX (1968, septiembre): 256.

P á g i n a | 112 artificial. El cardenal Luis Concha Córdoba (1891-1975) observó con detenimiento la maqueta del templete, planeado para ser construido a partir de 1967, que también en su momento estuvo pensado como un sitio de reunión de 800 obispos de todo el mundo. Los arquitectos que presentaron el proyecto ante las autoridades eclesiásticas fueron Gabriel Serrano, Germán Samper y José M. Obregón; vale la pena aclarar que el diseño y la maqueta también fueron presentados en la revista Proa de noviembre de 1967213.

A los pocos días de la presentación del proyecto del templete, el 16 de octubre el alcalde Virgilio Barco y el presidente Carlos Lleras, realizaron una inspección aérea en un helicóptero de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) sobre la capital, por espacio de una hora y media para revisar los problemas del plan vial, vivienda e integración urbana. El mandatario apreció objetivamente lo que debía hacerse en vías y obras relacionadas con los barrios “piratas”, y también fue informado de parte del alcalde durante el vuelo sobre El Salitre, los detalles previstos para la realización del CEI y los trabajos de canalización del río Salitre desde las inmediaciones del estadio El Campín hasta la zona del Club de Los Lagartos, con una extensión de 4km. Las obras serían iniciadas en marzo de 1967 y su costo sería de $50‟000.000, aproximadamente214.

Evidentemente, las obras para el CEI tuvieron sus inconvenientes desde un principio y era obvio que había que tener en cuenta sus dimensiones, que en realidad podrían anticipar problemas para la organización del certamen en la ciudad, como manifestara en 1967 el padre Rafael Vall-Serra, S. J.: “Las concentraciones humanas han exigido la satisfacción de necesidades de todo orden, pero si veinte años atrás eran indulgentes con los organizadores, hoy, ya no lo pueden ser. Los transportes y las comunicaciones modernas pueden hacerlas más numerosas. Es más público hoy día el compromiso del cristianismo para cumplir con sus plataformas de unidad, caridad, universalidad y desvelo apostólico. Es más clara hoy la visión de un hombre que pertenece a la tierra y al cielo. 213

Sobre la presentación del proyecto del Templete Eucarístico, véanse “Ciudadela para el Congreso Eucarístico”, El Tiempo [Bogotá], 7 de octubre, 1966: 1 y El Tiempo [Bogotá], 8 de octubre de 1966: 11. Para detalles de los planos del Templete Eucarístico, véase “Templete Eucarístico en Bogotá”, Proa. Urbanismo, Arquitectura, Industrias, No. 191 (1967, noviembre): 16-17. 214 Véase más en “Lleras Inspeccionó a Bogotá Desde el Aire”, El Tiempo [Bogotá], 17 de octubre, 1966: 1 y 25.

P á g i n a | 113 Suben los niveles de vida y toda clase de facilidades, por eso las concentraciones humanas piden un mínimum digno de satisfacción a sus necesidades materiales. Una sicología elemental indica que toda crítica negativista que se presenta en la antevíspera de la realización de un evento de cualquier orden, que ha sido encomendado dentro de lo que la prudencia humana aconseja, a personas sensatas, es una confesión de ausencia tal vez culpable y cuando menos, de incapacidad para construír. Es muy fácil reconocer defectos, incapacidades, recomendar medicinas para enfermedades que se suponen generalizadas; destruír planos en las vísperas de la construcción de un edificio. Es también sencillo arrogarse omnímoda autoridad para desautorizar a quienes mejor o peor, pero con sinceridad y buena voluntad han venido trabajando desde hace dos años y medio en la preparación del Congreso Eucarístico Internacional. Solamente quien está desentendido de los complejos problemas que presenta Bogotá para agosto del 68, puede representar a nombre de su fidelidad a la Iglesia, a nombre del sentido interior y teológico del congreso, que las multitudes pueden bien congregarse en cualquiera de las avenidas de Bogotá, en la Avenida Caracas o en el Parque Nacional, por ejemplo. No se le pasa por la mente a quien así piensa que existen urgentes necesidades sanitarias, necesidades de comunicación, de orden, de seguridad, de comodidad, de alimentación, de transporte, etc., etc. Hay quien siente una loca obsesión por asegurar al extranjero que Colombia es un país para colonizar, un país de mayoría indígena, un país miserable y sin recursos materiales y humanos. Un año es suficiente para que el pundonor colombiano sea capaz de aliviar esa marca de subdesarrollo. ¿Cuál es la dimensión del Congreso en su preparación? Secretarías ejecutivas, juntas directivas, presidencias de veinticuatro comisiones de organización, miembros de comisiones, personas todas de responsabilidad que ayudadas por todos los colombianos trabajamos por lograr un fin: la renovación de la fé en la Eucaristía para que la vida divina sea la primera fuente de transformación de este país, y de cuantos estén presentes en él.” 215.

También hubo problemas con el presupuesto, pues se contaba con el auxilio de $30‟000.000 por parte del Congreso de la República, así que fue presentado un informe por el coordinador y secretario de la Junta Directiva de Finanzas del Congreso Eucarístico, Salvador Otero y el secretario ejecutivo, monseñor Bernardo Sánchez, quienes decían que el Congreso Eucarístico subsistía “gracias a las donaciones de elementos particulares”. Otro lío era que no estaban hechos los planos topográficos de El Salitre y los terrenos estaban arrendados por la Beneficencia de Cundinamarca a particulares para actividades ganaderas, por lo tanto, no pretendían abandonarlos. Se calculaba que las obras del CEI estarían terminadas en dos etapas: la primera correspondía a obras viales para octubre de 1967 y la 215

Véase más en Rafael Vall-Serra, S. J., “Congreso Eucarístico Internacional. Sus verdaderas dimensiones”, Revista Javeriana, Número 335, Tomo LXVII (1967, junio): 549-550.

P á g i n a | 114 segunda, relacionada con el templete, para julio de 1968. La Arquidiócesis de Bogotá y la Conferencia Episcopal autorizaron dos colectas nacionales, una para 1967 y otra para 1968. En 1967 entraría en vigencia la estampilla de sobretasa eclesiástica para todos los documentos de la Iglesia, por un valor de $1. A estos problemas mencionados, se juntó el del alojamiento de los peregrinos que vendrían al certamen. Salvador Otero y Bernardo Sánchez propusieron urgentemente una campaña de aseo. Era obvio que los miembros del CEI tendrían la certeza de que el Papa Pablo VI asistiría a la capital para el evento 216. En su momento, se pensaba que el CEI pudiera fracasar debido a los desacuerdos que hubo entre el legislativo y el ejecutivo del país, pues pensaban en el retiro de todo estudio respectivo al certamen. Monseñor Bernardo Sánchez pedía con urgencia la aprobación de $30‟000.000 para el proyecto, pero el asunto estaba en tablas debido a que la Comisión Cuarta del Congreso de la República se encontraba en receso217.

Ante el problema del alojamiento de los peregrinos que asistirían al CEI, la Alcaldía Mayor estimulaba la construcción hotelera, de forma urgente, cuando se realizaban nuevas construcciones en el Centro Internacional de la ciudad. Muestra de esto, es lo escrito por El Tiempo en su edición del 24 de noviembre de 1966: “Las gestiones de la alcaldía se iniciaron cuando un estudio de las necesidades hoteleras de la capital pusieron de presente un déficit en la materia. Déficit que naturalmente se torna más grave ante la realización, dentro de dos años del Congreso Eucarístico Internacional, y que la ciudad deberá acoger a los millares de turistas que llegarán de todos los rincones del mundo. Hay necesidad, pues, de que las operaciones de financiación, tanto de la ampliación del Tequendama como de la construcción de „El Ejecutivo‟ puedan llevarse a cabo a la mayor brevedad, ya que el tiempo disponible es en realidad apremiante. Por otra parte, las inquietudes del alcalde Barco en este aspecto del futuro desarrollo de la capital, han sido expuestas también ante los directivos de la Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional…”218. 216

Ante la problemática de las obras del CEI, el respaldo hacia el alcalde Virgilio Barco no se hizo esperar y esto fue evidente ante el pronunciamiento de Jorge Restrepo Hoyos, presidente de la Asociación Bancaria, quien en nombre de los bancos, manifestó su apoyo a la administración distrital. De todos modos, el empuje de las obras dependía en gran parte de la cooperación de los bancos del Distrito. Véase más en “Están Paralizadas Obras para el CEI”, El Tiempo [Bogotá], 19 de octubre, 1966: 1 y 8. 217 “A Punto de Fracasar el Congreso Eucarístico”, El Tiempo [Bogotá], 17 de noviembre, 1966: 1. 218 “Nuevas Construcciones en el „Centro Internacional‟, El Tiempo [Bogotá], 24 de noviembre, 1966: 8. Hasta 1968, El Tiempo presentó un informa acerca del auge de la industria hotelera en Bogotá, con motivo de

P á g i n a | 115 Al parecer, no todo estaba perdido en cuanto a las obras públicas para el CEI, pues el 2 de febrero de 1967, el alcalde Virgilio Barco recibió la visita de monseñor Bernardo Sánchez, para explicarle detalladamente los planes de inversión del gobierno distrital en las obras que serían preparadas para el evento. El burgomaestre informó a monseñor que ya habían sido contratadas obras para vías, por un valor de $5‟000.000, dentro de los proyectos generales; esto podría asociarse con un empréstito aprobado por casi todos los bancos de la ciudad recientemente para que la administración distrital emprendiera obras viales y de remodelación219. Días más adelante, el 15 de dicho mes, la Alcaldía Mayor emitiría para los próximos días, millones de estampillas con el escudo de la ciudad que servirían de base económica para el financiamiento de obras en el Distrito, anuncio hecho por el alcalde Virgilio Barco, quien logró gestionar con éxito los empréstitos y financiación extras para el cubrimiento de los gastos que demandaban las obras para su futura ejecución en los sectores centrales y apartados de la ciudad 220; por supuesto, estas obras tenían que ver con el CEI y el éxito de las mismas, dependía de la colaboración de los ciudadanos.

El apoyo hacia la celebración del CEI tuvo apoyo de parte los comerciantes de la capital, razón por la cual ofrecieron colaborar en los preparativos del certamen, anunciando la integración de un frente unido para que el evento tuviera éxito. Miembros del Comité de

la expectativa que se tenía sobre la cantidad de personas que asistirían al Congreso Eucarístico Internacional. Fue el momento en que la administración distrital incentivó a la construcción de más hoteles. Véase más en “En Pleno Auge Industria Hotelera en Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], tercera sección, 29 de abril, 1968: 1. 219 El 21 de diciembre de 1966, varios bancos del Distrito prestaron $60‟000.000 destinados a un vasto proyecto de inversión en obras públicas, especialmente en el plan vial general de la ciudad y la remodelación urbana, que comprendió la eliminación de “muelas” y “culatas” en las zonas céntricas de la ciudad. Los gerentes de los bancos se reunieron en la tarde en el despacho del alcalde Virgilio Barco, junto con sus secretarios, para firmar el empréstito que serviría para financiar las obras. $40‟000.000 serían destinados para la capitalización del Fondo de Inversión, organismo regulador y director de las obras públicas y $20‟000.000 para eliminar las “muelas” y “culatas”. Las obras serían emprendidas en coordinación entre la Alcaldía Mayor y la EAAB, la EEEB y el Fondo de Valorización. Los bancos que otorgaron el préstamo fueron los siguientes: Banco Popular, Banco de Bogotá, Banco de Colombia, Banco de Comercio, Banco Cafetero, Banco Francés e Italiano, Banco Ganadero, Banco Industrial Colombiano, Banco de la Costa, Banco de Los Andes, Banco del Estado, Banco de Londres y Montreal, Banco Comercial Antioqueño, Banco América Latina, Banco Sabana, Banque National de Paris, Banco Grancolombiano, Banco Santander, Banco de Caldas y el Banco de Construcción y Desarrollo. Véase “PLAN VIAL Y REMODELACIÓN: Crédito a Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 22 de diciembre, 1966: 1 y 21. Sobre la reunión entre el alcalde y monseñor, véase El Tiempo [Bogotá], 3 de febrero, 1967: 6. 220 Véase más en “Estampilla de Bogotá para Financiar Obras”, El Tiempo [Bogotá], 16 de febrero, 1967: 7.

P á g i n a | 116 Comercio de Bogotá, reunidos con monseñor Bernardo Sánchez, expresaron tener claridad sobre la responsabilidad que le correspondía al país y manifestaron su cooperación con la Iglesia. La reunión tuvo lugar el 14 de abril de 1967 en la sede del Comité de Comercio de Bogotá, donde también asistieron representantes de la Cámara de Comercio de Bogotá, la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), la Asociación Colombiana de Medianas y Pequeñas Industrias (ACOPI) y de la Asociación Nacional de Comerciantes 221.

¿Cuál fue la modalidad usada para el alojamiento de los peregrinos? Estudiantes de bachillerato, amas de casa y empleados parroquiales, en diferentes horarios del día y en las primeras horas nocturnas, recorrían sectores del Distrito para buscar posadas a los visitantes que asistirían al CEI. Hubo problemas, por un lado, en la zona céntrica de la capital por los apartamentos, que estaban en manos del servicio doméstico y por otro lado, las amas de casa recibían sorprendidas la visita, así que el paciente empadronador debía explicar con detalles de qué se trataba; curiosamente, en las recientes misas dominicales las homilías trataban dicho asunto. Estas eran respuestas que daban las personas sobre si podían alojar o no a los peregrinos: “Déjeme el formulario y se lo consultaré a mi marido, pues él es quien decide”, “Yo tendría mucho gusto, si hubiera espacio. Pero las habitaciones no alcanzan ni para la misma familia”, “Parece que a nosotros nos van a pedir este apartamento, porque nos hemos retrasado en los pagos. Y para esa fecha quién sabe dónde nos tendrá mi Dios”, “Con mucho gusto. Puedo recibir cuatro personas. Preferencialmente solteras. Eso sí, que hablen español, porque no sé ni pizca de inglés” o “Todo sea por amor a Dios. El cuarto de mi hijo es espacioso, pero no tengo camas. Así que ustedes la suministran, con mucho gusto puedo alojar a un joven.” 222. Ante este hecho, el padre Vall-Serra se preguntaba: “¿La 221

El presidente de la Asociación Nacional de Comerciantes en su momento, Hernando Ferreira, informó que la asociación se encontraba desarrollando, con el apoyo del coronel Ríos Mesa, una campaña para contribuir en la seguridad de la capital y que con sus fondos respectivos se estaba dotando de teléfonos portátiles a los agentes de policía para que tuvieran contacto directo con la central de policía; dicha campaña se inició en San Victorino. El presidente de la seccional de FENALCO de Cundinamarca informó que la entidad estaba adelantando un estudio para establecer las necesidades de la ciudad en materia de alimentos durante el certamen. También propuso al Gobierno un plan de crédito para que no hubiera escasez de alimentos en el evento. El presidente del Comité de Comercio de Bogotá, Luis M. Sarmiento, expresó que se podría dar inicio a la publicidad del CEI, dando uso a las vitrinas con carteles alusivos al respecto. Véase más en “Frente Unido del Comercio de Bogotá para organizar el CEI”, El Tiempo [Bogotá], 15 de abril, 1967: 6. 222 El formulario para el alojamiento decía lo siguiente: “Yo propietario… de… Situado en… me comprometo a alojar… peregrinos… con… sin… alimentación… de habla… durante los días… del Congreso Eucarístico

P á g i n a | 117 comisión de alojamiento puede celebrar un censo con la rapidez requerida por la crítica, si todavía se encuentra sin desempacar el material enviado por la comisión, sobre un escritorio de despacho?”223. La última comisión a la que se refería el padre Vall-Serra era la Comisión de Evangelización, la cual no contaba con la colaboración de las parroquias y sus organismos tradicionales.

La problemática sobre el alojamiento de los peregrinos y el impacto que tenían los habitantes de la capital al recibir a dichas personas, se vio reflejada en algunas creaciones de parte de algunos caricaturistas del momento como Hernán Merino (1922-

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1973), José María López, “Pepón”, (1939) y por supuesto “Chapete”. En el caso de Merino (ver imagen 29), éste refleja en su creación “Censo de peregrinos” (1967) cómo algunos habitantes de la ciudad no se disponían a recibir peregrinos, no por el hecho de no colaborar, sino por la razón de que también recibirían parientes de otras partes del país, lo que nos hace pensar que serían otros asistentes más para el certamen religioso. Lo que nos muestra “Pepón” en su caricatura “Cuando toca, toca” (1968) (ver imagen 30), es el lío que había para alojar los peregrinos y también está asociada con una campaña propuesta por la Alcaldía Mayor que recibió el nombre de “Cuando toca… toca”, asunto del cual hablaremos más adelante; en la caricatura también podemos ver a que se celebrará del 18 al 25 de agosto de 1968”. Para cualquier miembro del CEI, era importante este censo ya que la capital carecía de hoteles. Bogotá debía recibir cerca de un millón de personas entre peregrinos y turistas, obispos, sacerdotes y comunidades religiosas. 154 parroquias estaban en la obligación de adelantar el censo al sector que correspondieran, pero sólo 30 lo habían iniciado para mayo de 1967. Las parroquias en los barrios elegantes, no habían emprendido tal labor para la fecha. A partir del 4 de mayo, tenían un plazo de 30 días para entregar el balance al CEI. “Dar posada al peregrino”, era el comentario de moda entre personas de todas las edades. Los taxistas se quejaban por la falta de vías diciendo: “Si esto es ahora, ¿cómo será en esos días?”. El contribuyente manifestaba afligido: “No quiero ni pensar en la especulación con los víveres, los taxis y demás. Todo se irá a poner por las nubes, y a ese precio se quedará”. Véase más en Nohra Parra Martínez, “El Congreso Eucarístico. 2 Millones de habitantes de Bogotá alojarán a un Millón de Peregrinos”, El Tiempo [Bogotá], 5 de mayo, 1967: 28. 223 Vall-Serra, “Congreso Eucarístico Internacional”, 551.

P á g i n a | 118 Nepomuceno, personaje creado por “Pepón” que representaba a los habitantes de la capital que no poseían muchos recursos. En cuanto a “Chapete”, su caricatura “Cuando toca, toca” (1968) (ver imagen 31), nos muestra el impacto que generaba la visita de los peregrinos a algunos de los habitantes de la ciudad que estaban dispuestos a colaborar con la campaña ya mencionada en relación con el CEI; Hernando Turriago fue apodado como “Chapete” por el parecido que le encontraron sus compañeros de colegio con el amigo de Pinocho, así que les siguió la broma y convirtió su apodo en auto-caricatura, como un personaje diminuto y ovoidal que era espectador de todo evento que fuera ocurriendo, según lo explicado por Antonio Cruz Cárdenas224.

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31

El 16 de noviembre de 1967, directivas del CEI se mostraron preocupadas por la imagen deformada que la gente tenía sobre el certamen. En rueda de prensa efectuada en el Salón del Trono del Palacio Episcopal, monseñor Aníbal Muñoz Duque, Ignacio Betancur Campuzano y Mario Revollo indicaron el sentido católico que tendría la celebración del CEI. El padre Revollo dijo que la afluencia turística, el crecimiento de la economía nacional y la invasión de peregrinos y mendigos, eran cuestiones que preocupaban a los

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Chapete, Sus mejores caricaturas (Santa Fe de Bogotá: Planeta Colombiana Editorial, S. A., 1996): 14.

P á g i n a | 119 ciudadanos, pero éstas no meditaban sobre los alcances post-conciliares que tendría el certamen225.

Volviendo a las obras públicas, el 4 de enero de 1968, el alcalde Virgilio Barco en compañía de monseñor Aníbal Muñoz Duque, del Nuncio Apostólico del Papa, José Paupini, del ministro de Defensa, general Gerardo Ayerbe Chaux, del secretario económico de la presidencia, Rodrigo Botero, del secretario general del CEI, Ignacio Betancur Campuzano, y del secretario de Obras Públicas, Heberto Jiménez Muñoz, inspeccionó las obras en desarrollo en el sector urbano de la ciudad desde el avión Fairchild Heliporter, comandado por el capitán Johnson, destinado por la Texas Company. Se sobrevoló la Carrera 68 en toda su extensión hasta la autopista sur y vecindades del Centro Administrativo Nacional, El Bosque Popular, la urbanización Los Andes, hasta empalmar con la Calle 100, el primer puente sobre la autopista norte y hacia el oriente hasta la intersección con la Carrera 7ª. El alcalde y demás acompañantes apreciaron el adelanto de las obras del Plan Maestro de Alcantarillado, que tuvieron inconvenientes a fines de 1967, pero nunca se detuvieron226. El recorrido aéreo sobre un área de 160km, mostró la intensidad y volumen de obras adelantadas en la capital, y el aumento que experimentaban actividades e industrias complementarias a las de construcción como la producción de materiales pétreos, mezclas asfálticas, fabricación de tubería, postería, etc. 227.

El 25 de abril de 1968, la oficina de Alojamiento del CEI estableció 9 tipos de habitaciones según sitio y comodidades ofrecidas a los turistas que vendrían en peregrinaje para el Congreso Eucarístico Internacional. Los turistas dispondrían de habitaciones calificadas como “De Lujo”, “Primera A”, “Primera B” y “Segunda”; para “De Lujo”, la habitación de lujo tendría un valor de 12 dólares, la habitación doble un costo de 15 dólares y la habitación triple, un valor de 16 dólares. Para “Primera A”, la habitación sencilla valdría 10 dólares, la habitación doble 13 dólares y la habitación triple 14 dólares. Para “Primera B”,

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Véase más en “Se ha Deformado Imagen del Congreso Eucarístico”, El Tiempo [Bogotá], 17 de noviembre, 1967: 8. 226 Véase más en “EL INVIERNO EN BOGOTÁ: No se han Paralizado las Obras”, El Tiempo [Bogotá], 23 de noviembre, 1967: 6. 227 Véase más en “Inspección Aérea a Obras de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 5 de enero, 1968: 6

P á g i n a | 120 la habitación sencilla valdría 8 dólares, la habitación doble 11 dólares y la habitación triple 12 dólares. Para “Segunda”, la habitación sencilla costaría 6 dólares, la habitación doble 9 dólares, y la habitación triple 12 dólares. La oficina de Alitur informó que dispondría de alojamientos colectivos o dormitorios para los visitantes del Congreso Eucarístico; los dormitorios fueron divididos en 5 partes: la primera por un valor de 3,50 dólares por persona con duchas y demás servicios incluidos, la segunda por 2,50 dólares por persona con duchas cerca a los dormitorios, la tercera por 1,50 dólares por persona sin ducha y con servicios cerca al dormitorio, la cuarta por 1 dólar por persona con salones adaptados para dormitorios sin ducha y con servicios y la quinta gratis con colchón y edredón en lugares adaptados para dormitorio228.

El valor total del hospedaje debía cubrirse en un 25% a la hora de hacer la reservación; las reservas sólo podían hacerse hasta el 15 de junio de 1968. Treinta días después de la expedición del recibo de pago debía cubrirse otro 25%. Antes de la fecha límite, el costo total debía estar cancelado. Los cheques de los abonos debían ser enviados a Alitur. En cuanto a la alimentación, se informó que los precios que cobrarían los alojadores no serían obligatorios para todos los casos, entonces la oficina de Alojamiento sugirió unas pautas de precios teniendo en cuenta niveles de cobro aceptados y válidos para cualquier restaurante en el Distrito; los precios serían los siguientes: desayunos para primera clase, 1,50 dólares o $25, compuestos de jugo, cereal, jamón y huevos, café, té o chocolate, tostadas, mermelada y mantequilla, para segunda clase, 1 dólar o $17, compuesto de jugo, huevos al gusto, café, té o chocolate, tostadas, mermelada y mantequilla, para tercera clase, 5 dólares u $8,50, compuesto de jugo, café, té o chocolate, tostadas, mermelada y mantequilla. Los costos de almuerzos o cena serían así: para primera clase, 2 dólares o $34, compuestos de fruta, sopaconsomé, el plato principal de carne, pescado o ave, helado-torta y café, para segunda clase, 1,50 dólares o $25, compuesto de fruta, sopa-consomé, pasta o carne, postre-leche y café, y para tercera clase, 1 dólar o $17, compuesto de sopa, papas, arroz, carne y postre-leche229.

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Véase “9 Tipos de Alojamiento para Turistas del CEI”, El Tiempo [Bogotá], 26 de abril, 1968: 21. “9 Tipos de Alojamiento”, El Tiempo, 21.

P á g i n a | 121 Hemos tratado aspectos de la organización del CEI en cuanto al alojamiento de los peregrinos, pero ¿qué decir de la empresa del turismo colombiano y el impacto que tenía hacia el certamen religioso? El 9 de mayo de 1968, Raúl Eduardo Arbeláez, gerente de la Empresa Colombiana de Turismo, declaró al país en “emergencia turística”, con motivo de la futura visita del Papa Pablo VI: “Ahora sí nos tragó la tierra”. También aseguró que el CEI sería una ocasión privilegiada para difundir el turismo no sólo a nivel local, sino nacional230. Prácticamente, al incentivar el turismo por motivos del evento religioso, también existió la idea de presentar a nivel internacional una imagen diferente del país y por supuesto de Bogotá, pero esto será aclarado más adelante.

¿Estaba cercana la posibilidad de que el Papa Pablo VI viniera a Bogotá? El 18 de marzo de 1967 el pontífice había confirmado su asistencia para el 22 de agosto de 1968, según información brindada por monseñor Bernardo Sánchez, aunque la confirmación definitiva de su llegada sólo tuvo lugar hasta el 8 de mayo de 1968, de parte del Nuncio Apostólico, José Paupini. El pontífice se quedaría tres días en la capital, pero en el caso de que no viniera sería reemplazado por su representante en el Vaticano, el cardenal Giacomo Lercaro231; esto sería una excusa para que toda la organización para el CEI se hiciera con rapidez, pero siempre con precaución hacia los detalles. A lo largo de este apartado, evidentemente hemos notado que un “casi no” al fin no se dio, por lo tanto no impidió que se organizara todo lo relacionado con el CEI, aunque no faltarían problemas en la ciudad. Ahora veremos un programa de la Alcaldía Mayor que estuvo relacionado con el CEI y que incentivó por primera vez en la capital al espíritu cívico, conciencia ciudadana o cultura ciudadana, por decirlo de esa manera.

230

Véase más en “Emergencia Turística por Visita del Papa”, El Tiempo [Bogotá], 10 de mayo, 1968: 1-2. Véase más “Se Confirma la Visita del Papa”, El Tiempo [Bogotá], 19 de marzo, 1967: 1 y 11 y “El 22 de Agosto Llega el Papa”, El Tiempo [Bogotá], 9 de mayo, 1968: 1 y 9. Sobre el anuncio del reemplazo del Papa, en caso de inasistencia, véase “El Papa Nombra Representante para el CEI”, El Tiempo, [Bogotá], 27 de abril, 1968: 1 y 3. 231

P á g i n a | 122 6. 2. “Cuando toca, toca…”: Un lema originado en un almuerzo

El periodista Carlos Cabrera en crónica publicada el 28 de mayo de 1968, contó que el día 27 el alcalde Virgilio Barco pidió ayuda a los habitantes de la ciudad para que se ocuparan de los asuntos que no podía ocuparse el gobierno distrital con el fin de que la capital pudiera salir airosa de sus compromisos con el CEI. La ayuda solicitada tuvo lugar en la sede de la Asociación de Ingenieros Contratistas (ASIC), donde le fue ofrecido un almuerzo al burgomaestre, quien aclaró que cuando se iniciaron las obras del Plan Vial de Integración Urbana, el Plan Maestro de Alcantarillando, entre otras, el CEI no era el pretexto para llevarlas a cabo, sino que la ciudad las necesitaba con urgencia, entonces tenía por descapitalización y por razón de exenciones de impuestos, una deuda de $90‟000.000. El alcalde también aclaró que aun sin contar con capital, se llevaron a cabo los planes, se abrieron las licitaciones para las obras y fue planeado todo el engranaje de los trabajos lo que permitió que no se perdiera el tiempo, afirmado que la ciudad quedaría lista para el evento y luego explicó las tramitaciones de los impuestos con los organismos internacionales, el interés que pusieron en el avanzado desarrollo de las obras las firmas contratistas, funcionarios y obreros en general: “La situación, pues, no es desesperada, pero sí un poco difícil… Los millares de periodistas que van a estar presentes en el Congreso, no van a venir a ver al alcalde ni al gobierno nacional sino que van a ver lo que no se ha hecho para el congreso. Para que Bogotá no se vea frustrada en esa gran responsabilidad, hay necesidad de que los bogotanos, los millares de bogotanos ayuden para que todo lo programado tenga cumplimiento cabal.”232.

Virgilio Barco en el encuentro con los miembros de la ASIC, según la crónica de Carlos Cabrera, habló de la indispensable necesidad de que se pusiera de presente el espíritu cívico de los bogotanos, de los nacidos en la capital o de los que son bogotanos por adopción. Pidió que cada ciudadano se diera cuenta de que le compete algo de esa responsabilidad de la capital, bien fuera el arreglo de su andén, en el enlucimiento de la fachada de su casa o en el arreglo adecuado de su jardín. La tarea quedaba en manos de los ciudadanos y era 232

Carlos Cabrera Lozano, “Ayudar a Bogotá Pide Barco a los Bogotanos”, El Tiempo [Bogotá], 28 de mayo, 1968: 3.

P á g i n a | 123 para hacer quedar bien a la ciudad ante los millares de peregrinos que vendrían al evento. Al referirse a la colaboración que pudieran prestar los profesionales de la ingeniería, solicitó su interés para evitar que desperdicios de obras, materiales de construcción, etc., se quedaran tirados en los andenes o sobre las calzadas, y que para el transporte de los materiales debían tomarse las precauciones necesarias para evitar el desperdicio en las vías. Luego habló sobre los problemas presentados con algunos materiales indispensables para las obras, los cuales fueron obstaculizando el abastecimiento oportuno, desde Barrancabermeja, de todo el asfalto que se iba necesitando y también habló de una relativa escasez de cemento que hacía muy demorado el cumplimiento de los pedidos: “No es que yo tenga criterio de aguafiestas, sino que me gusta hablar sobre hechos reales… saldremos con bien de este reto que se ha hecho Colombia.” 233.

Sin obviar la realidad sobre los hechos, Virgilio Barco manifestó su agradecimiento a la espontánea y desinteresada colaboración que artistas, la radio, la T. V., la prensa, etc., fueron prestando a la campaña de preparación de la ciudad para el certamen de agosto y agregó que la administración no sólo estaba preocupándose por las obras para el evento, sino que también se iban llevando servicios a las zonas marginadas y habrían de seguirse llevando, dependiendo de las posibilidades económicas del Distrito. Finalmente, expresó el siguiente lema para el empleo de una campaña cívica de estímulo por el interés de los ciudadanos hacia la ayuda de la capital: “Cuando toca, toca y ahora nos toca a los bogotanos”234.

“Hay que hacer de Bogotá una ciudad de orgullo de Colombia. Hoy he venido… a pedir la colaboración de los ingenieros y de todos los bogotanos.” 235, fueron las últimas palabras del alcalde Virgilio Barco durante el encuentro con los miembros de la ASIC, pues después

233

Cabrera Lozano, “Ayudar a Bogotá”, 3. Cabrera Lozano, “Ayudar a Bogotá”, 3. El alcalde Virgilio Barco agregó que había que evitar los ruidos innecesarios, no había necesidad de revivir la tradicional cortesía santafereña y los ciudadanos debían preocuparse por la buena presentación general de la ciudad. 235 Cabrera Lozano, “Ayudar a Bogotá”, 3. 234

P á g i n a | 124 realizó una mesa redonda con los ingenieros para tratar más técnicamente todos los problemas relacionados con el Distrito en materia de urbanismo, desarrollo, etc.

Evidentemente, no todo era color de rosa en el gobierno distrital de Virgilio Barco, ya que la oposición política en la capital era generadora de inconvenientes relacionados al manejo de la ciudad. El 29 de mayo de 1968, se presentó un problema dentro del Concejo Distrital en cuanto a los grupos de oposición y sus respectivos concejales. Durante la comisión de presupuesto en el momento que se discutió con voceros del gobierno distrital un proyecto de la oposición sobre la eliminación de funciones del Departamento de Valorización, el presidente de la corporación, concejales anapistas y liberales que lo respaldaban, negaron el derecho al uso de la palabra de los secretarios de Hacienda y de Obras Públicas. Después de los pupitrazos fueron aprobadas varias normas que si se hubieran convertido en acuerdo, causarían problemas a los planes oficiales de obras que iba adelantando la administración distrital. El proyecto también pretendía que el alcalde no tuviera facultades para adelantar negociaciones y contratos superiores a los $300.000, mientras el Concejo no estuviera reunido236. De todos modos, esto por supuesto no afectó la labor que iba desempeñando Virgilio Barco y mucho menos su plan de gobierno a favor de la capital, lo que nos da a entender que una administración de una ciudad no es perfecta y siempre va a tener contradictores de acuerdo a sus funciones. Enfrentar una situación de estas, es lo que hace eficaz a un gobierno citadino.

¿Y qué decir de construcciones hechas con relación al Congreso Eucarístico Internacional? Precisamente, el 18 de junio de 1968 los ingenieros contratistas de la Unidad Residencial Pablo VI hicieron entrega de 1.200 apartamentos construidos por el Instituto de Crédito Territorial (ICT) para dar vivienda a 10.000 personas, en su mayoría empleados oficiales (600 apartamentos), personal de las Fuerzas Armadas y del sector privado. El barrio sería inaugurado por el Papa Pablo VI con ocasión del CEI y por el presidente Carlos Lleras. El fin de la construcción de la urbanización Pablo VI, fue dotar de vivienda a empleados

236

20.

Véase más en “EN EL CABILDO: Maniobra contra Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 30 de mayo, 1968: 1 y

P á g i n a | 125 oficiales y profesionales, según Germán Isaza Botero, presidente de Ospinas & Compañías en su momento. Se hizo entrega de 42 edificios de 5 pisos237. 6. 3. El sentido de “Cuando toca, toca…” “Para conseguir en grado máximo la colaboración de la ciudadanía y revivir su civismo, se ideó una campaña publicitaria, por medio de folletos distribuídos al público, avisos en la prensa y radiales, que se llamó „Cuando Toca Toca‟, como oportuna referencia a un decir muy conocido entre los bogotanos, que indica la necesidad de hacer algo debido a la urgencia de los acontecimientos. Con esta promoción se quiso mover el ánimo de todos los habitantes de Bogotá para que colaboraran, dentro de sus posibilidades, a la mejor celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional.”238, es la idea sobre el sentido que tenía la campaña de “Cuando toca, toca…”, propuesta por la Administración Barco, pero esto no nos dice suficiente, pues es importante ver cómo funcionó este programa del gobierno distrital.

El 22 de junio de 1968, debido a la campaña que hacemos mención, por órdenes de la Alcaldía Mayor fue organizada una labor colectiva de repartición de folletos a los ciudadanos, los cuales contenían una serie de instrucciones para estimular el espíritu comunitario. Los folletos fueron entregados a los propietarios y amas de casa, donde se les pedía su colaboración para reparar aceras, enlucir fachadas, embellecer antejardines, cercar lotes, evitar basuras, eliminar carteles de los muros, cumplir con las normas de tránsito, suprimir los ruidos, reivindicar la cortesía, contribuir a la seguridad y desterrar la incultura. Gerardo Cortés, mayor y comandante de la VI Estación de Policía, declaró a El Tiempo que las 12 estaciones de policía teniendo como base a los suscriptores de la EEEB, repartirían

237

Véase más en “ICT Recibió la Unidad Residencial „Pablo VI´”, El Tiempo [Bogotá], 19 de junio, 1968: 3. Por parte de los arquitectos Eduardo Londoño, Gabriel Pardo y Fernando Jiménez y el ICT, se aceleró la construcción del Conjunto Residencial “Pablo VI”, con el fin de alojar a los peregrinos que visitarían a Bogotá, con motivo del CEI. Los proyectistas tomaron como pauta de diseño una densificación alta para beneficiar las zonas libres destinadas a jardines. El proyecto recibió el premio “Eternit 1968”. Véase más en Proa. Urbanismo, Arquitectura, Industria, “Conjunto Residencial „Paulo VI‟ - Bogotá”, No. 190 (1967, octubre): 12-13. 238 Plazas S., Tres años, 202.

P á g i n a | 126 en 5 días los mensajes del Alcalde Mayor para todos los ciudadanos. También dijo que muchas personas, por temor al ver a los agentes, se negaban a abrir la puerta de su casa, convencidas de que se trataba de notificar nuevos impuestos y que muchos se negaban a firmar los formularios que llevaban los agentes para establecer el control necesario para la cruzada del civismo239.

¿Qué pensaba al respecto Virgilio Barco sobre esa cruzada del civismo en el Distrito Especial? La creación de una conciencia cívica era fundamental para la Alcaldía Mayor y esto fue lo que explicó Barco, hecho también asociado a la bogotanización de los bogotanos: “Para obtener el éxito deseado era necesario, además, crear una conciencia cívica que facilitara la aceptación de los deberes tributarios y los ajustes de las tarifas y que, también, contribuyera a sobrellevar las incomodidades que implicaría la construcción de obras esparcidas por toda la ciudad. Para crear este espíritu y asegurar este ambiente, se hicieron necesarias varias campañas que constituyeron toda una estrategia a fin de poner a Bogotá en marcha, para beneficio de todo el país… No se podían hacer promesas, ni por demagogia, ni por presiones, ni por halagos, ni por plebiscito. Era importante que no se inauguraran primeras piedras; que se hicieran anuncios sobre cada obra solamente cuando los estudios económicos, los proyectos de ingeniería, los diseños, las facilidades económicas y financieras estuvieran aseguradas.”240.

¿Y qué decir sobre las obras públicas para la ciudad? Esto fue lo que explicó al respecto Barco: “Era imperativo también ejecutar todas las obras con programación precisa, rápida y eficiente; y que las obras fueran realizadas en forma completa y estuvieran bien acabadas. Por ejemplo, que las vías tuvieran arborización y señales de tránsito. Solo en esta forma se podría dar la sensación de que se estaba realizando un cambio en la metodología y eficiencia de los contratistas, quienes deberían dar garantías a la ciudadanía y evitarle innecesarias incomodidades en las actividades de la vida común.”241.

239

Véase “Toda la Policía de Bogotá, en la campaña de „Cuando Toca, Toca‟”, El Tiempo [Bogotá], 23 de junio, 1968: 23. 240 Barco Vargas, La administración, 24-25. 241 Barco Vargas, La administración, 25.

P á g i n a | 127 A continuación, este es el sentido que le daba Virgilio Barco a la creación de una conciencia cívica: “La primera campaña fue la de crear lo que los sociólogos llaman un „imperativo territorial‟. En una ciudad donde el 50% de los habitantes ha nacido fuera y la mitad del otro 50% es de la primera generación y han sido levantados pensando en las respectivas provincias de donde sus padres son oriundos, no se había responsabilizado a sus habitantes por la suerte de „su ciudad‟, que era el sitio donde vivían, donde se iban a quedar definitivamente, donde se decidía el futuro de sus hijos.” 242.

¿Y en qué consistía ese imperativo territorial? Precisamente, radicaba en la bogotanización de los habitantes de Bogotá y esto fue lo que explicó Barco: “Era urgente… crear ese imperativo territorial. Esto lo denominamos la „bogotanización‟ de los habitantes de Bogotá. Estando al frente de la administración de la ciudad personas, como era mi caso, nacidas muy lejos de ella, iniciamos la tarea de imprimir a todos los moradores de Bogotá, no nacidos en la ciudad, conciencia de ciudadanos bogotanos, a manera de carta de ciudadanía que, además de sus derechos, implicaba la obligación de consagrarse al servicio de nuestra capital. Fue necesario,… informar permanente y detalladamente a la ciudadanía sobre la magnitud de los problemas y sobre la amplia gama de las responsabilidades de la administración distrital. Por eso…, se revivió un símbolo de la ciudad, su bandera roja y gualda, con los colores de la cucarda que colgaron en sus sombreros los revolucionarios del 20 de julio de 1810. Fue también indispensable revivir el uso del escudo de la ciudad como logotipo que indicara a la ciudadanía que la escuela, el puesto de salud, la pavimentación, el teléfono público, el colector de alcantarillado, el alumbrado público, eran realización de las empresas públicas descentralizadas de su municipio, de las que los habitantes eran únicos propietarios… los administradores públicos… considerábamos imprescindible rendir cuenta a la ciudadanía de lo que se estaba haciendo, de cuánto era el valor de las obras, de quiénes eran los contratistas y cuáles los plazos que tenían señalados para realizarlas.”243.

242 243

Barco Vargas, La administración, 25-26. Barco Vargas, La administración, 26-27.

P á g i n a | 128 La información para los habitantes de

32

Bogotá se dio en vallas informativas (ver imagen 32), que también iban acompañadas con el lema principal de la Administración Barco, “Bogotá, D. E., una ciudad en marcha para beneficio de todo el país”; el sentido de este lema está reflejado en la caricatura “Una ciudad en marcha”, de “Pepón” (ver imagen 33): “Tanto las secretarías y departamentos de la Alcaldía como las empresas descentralizadas, adoptaron un tipo común para sus vallas informativas. Estas, además de cumplir con la obligación de dar cuenta a la ciudadanía sobre las obras en ejecución y sobre las causas de posibles molestias en el flujo del tránsito, han formado una imagen unificada de las diversas acciones del Distrito en favor de la comunidad, y de la multiplicidad de tareas que corresponden a la Administración.”244.

33

Desde luego, la campaña de “Cuando toca, toca…”, tuvo éxito en su momento: “‟Cuando Toca Toca‟ tuvo éxito sorprendente. Como por encanto, las gentes se contagiaron de un extraordinario sentido de servicio y colaboración. Se enlucieron las fachadas y se limpiaron las aceras y calles. El tránsito conservó un orden inmejorable. La ciudad cambión de faz y así pudieron

244

Plazas S., Tres años, 200.

P á g i n a | 129 advertirlo, tanto propios como extraños. Fue un contagio colectivo que produjo frutos, no por esperados, menos sorprendentes… Llegó a tanto el sentido de la colaboración,… sin que el Distrito tuviera que hacer erogación alguna.”245.

Tras el éxito, no falta lo negativo en el desempeño de una campaña de parte una administración distrital. Como se trata de ver en primer lugar el éxito, veremos lo que manifestó el reportero Carlos Cabrera al respecto. En nota publicada para el 11 de julio de 1968 en El Tiempo, expresó que los ciudadanos de Bogotá colaboraron eficientemente para que la campaña “Cuando toca, toca…” tuviera éxito, con motivo del CEI. Dio a conocer el testimonio de un señor llamado Vicente Mendoza, habitante del barrio El Sosiego y uno de tantos ciudadanos dedicados a arreglar él mismo con varios de sus familiares su casa, cuando el trabajo se lo permitía: “Me ha parecido que es la primera vez que todos los ciudadanos están decididos a respaldar a las autoridades en campañas cívicas. Significa esta actitud un bienhechor despertar del espíritu cívico de los bogotanos. Yo le jalo aquí a ratos, con dos de mis hijos que están estudiando. Esta limpieza nos conviene a todos y el alcalde se ha anotado un triunfo, estimulando ese espíritu cívico.”246. Carlos Cabrera también anotó que una investigación realizada en un grupo de almacenes dedicados a la venta de artículos de construcción como pinturas, cementos, arena, etc., estableció que hacía más de una semana se intensificó la venta de dichos artículos247. ¿Y acaso no hubo inconvenientes durante el tiempo que duró la campaña “Cuando toca, toca…”? A lo largo de este apartado, hemos visto todo lo positivo que fue el asunto de la campaña que mencionamos, pero también hubo problemas desde luego. Con respecto a las obras públicas, existió el inconveniente eterno de esta ciudad que nunca faltó y fue el de los huecos, pero también hubo otro inconveniente en la ciudad en vísperas de la llegada del Papa Pablo VI para el CEI y también sigue siendo eterno en la capital: el de la basura. Obviamente, este fue un aspecto negativo para la campaña y esto manifestó Carlos Cabrera:

245

Plazas S., Tres años, 202. Carlos Cabrera Lozano, “‟CUANDO TOCA, TOCA…‟ Éxito Total en la Campaña”, El Tiempo [Bogotá], 11 de julio, 1968: 6. 247 Cabrera Lozano, “‟CUANDO TOCA, TOCA…‟”, 6. 246

P á g i n a | 130 “Parece que Bogotá estuviera condenada a ser una ciudad sucia. Porque ninguna de las múltiples campañas anunciadas con bombos y platillos para cambiar esta faz mugrienta de la capital, han surtido efecto hasta la fecha. Y lo más curioso y paradójico de esta situación, es que sean algunos de los propios empleados de la Empresa Distrital de Servicios Públicos, encargada del aseo, los mismos que contribuyen a su desaseo y a la formación de basureros horrendos. Es evidente que los esfuerzos de la Administración Distrital para hacer de Bogotá una ciudad menos sucia, ha surtido efecto en cuanto se relaciona con fachadas, antejardines, andenes, calzadas, etc. Y en cuanto a la iluminación, ha logrado, como lo reconocen todos, un éxito total. Pero se ha quedado rezagada en algo de tanta magnitud como el aseo… la frustración ha sido total. Los basureros se multiplican. No respetan zona alguna de la ciudad, lo mismo puede observarse en los cómodos barrios aristocráticos del norte, que en los obreros del sur…”248.

A eso añadió la problemática sobre la maquinaria para la recolección de basuras y el mal desempeño laboral de los empleados oficiales: “…La Empresa de Servicios Públicos anunció hace ya muchas semanas que esperaban la llegada de determinado número de máquinas modernas adquiridas en España, para emprender „ahora sí‟, una drástica campaña contra la mugre… llegaron las máquinas, se hicieron desfiles de ellas por el centro de la capital, se anunciaron programas cuya acción cubriría parques y avenidas, plazoletas y jardines, parqueaderos y lotes sin cercar… Y las cosas se quedaron en lo mismo… los mismos empleados oficiales de la Empresa… Ellos, muy campantes y frescos, descargan sus carretillas donde mejor les parece, acumulan desperdicios con una actividad sorprendente por lo efectiva y desconcertante por lo inexplicable… Los encargados de la recolección, como veníamos diciendo, cumplen su misión de la peor manera. Desbaratan los recipientes porque los tiran a muchos metros de las puertas de donde los recogieron, vacían a medias las canecas y van dejando un reguero de mugre que el viento, los vehículos y los peatones se encargan de extender y acrecentar…” 249.

Éxitos y problemas nunca faltaron durante el tiempo que funcionó la campaña “Cuando toca, toca…”. Y nunca faltan cuando una administración pone en marcha sus propuestas para una mejor ciudad. De todas maneras, el esfuerzo por la Alcaldía Mayor en cuanto a la organización del CEI dependía del comportamiento de los ciudadanos y los visitantes que estuvieron en la capital y es lo que veremos a continuación en cuanto al certamen celebrado en agosto de 1968, que en realidad marcó no sólo a la capital, también al país y por 248

Carlos Cabrera Lozano, “A 40 DÍAS DEL CEI: El Desaseo, Problema Número 1”, El Tiempo [Bogotá], 15 de julio, 1968: 30. 249 Cabrera Lozano, “A 40 DÍAS”, 30.

P á g i n a | 131 supuesto al resto de Latinoamérica. Queda agregar que debido a la llegada del Papa Pablo VI, había un tiempo límite para entregar las obras públicas y el gobierno distrital se vio en cierto sentido “acosado” para tenerlas listas y eso es lo que nos muestra Héctor Osuna (1938) en su caricatura “Alcalde acosado” (1968), donde también hace evidente su carácter crítico hacia todo lo relacionado con el Frente Nacional (ver imagen 34). “Chapete” nos muestra su expectativa ante las promesas del alcalde Virgilio Barco para tener la capital lista para el certamen religioso; Bogotá está representada como Cenicienta y el alcalde como un mago, en la caricatura “Por arte de magia” (1968) (ver imagen 35). 34

35

P á g i n a | 132 6. 4. La llegada del Papa Pablo VI: Una ciudad para la memoria

Ciudad para la memoria, es el título principal del trabajo realizado por Ricardo Alonso que se ha ido utilizando a lo largo de esta investigación y desde luego surgirá la pregunta sobre el porqué de su mención en este apartado. La utilización de este título del libro, tiene como intención tratar sobre el recuerdo que dejó la llegada del pontífice Pablo VI a Bogotá y el impacto que generó toda la labor llevada a cabo por la Administración Barco en cuanto a obras públicas y organización del CEI.

El 18 de agosto fue inaugurado el XXXIX Congreso Eucarístico Internacional por parte del cardenal Giacomo Lercaro en Bogotá y sólo fue hasta el día 23 que el Papa Pablo VI llegó a la ciudad, para la celebración del certamen en el Templete Eucarístico (ver imagen 36), quien estuvo hasta el día 25: “La celebración del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional se vio engalanada con la presencia del Sumo Pontífice Su Santidad Paulo VI, quien arribó al aeropuerto de Eldorado directamente desde Roma, el jueves 23 de agosto de 1968. La recepción a Su Santidad es el mayor acontecimiento multitudinario que hayan presenciado Bogotá y Colombia toda… Las calles de Bogotá se vieron colmadas de personas que, llegadas de todos los rincones del país y de muchas ciudades extranjeras, querían ver y escuchar personalmente al Romano Pontífice. Su Santidad participó en diferentes actividades, la principal de las cuales fue la instalación del Congreso Episcopal Latinoamericano en la Catedral de Bogotá. También consagró en el campo El Salitre a 158 sacerdotes de diferentes países, en el templete construído para la celebración del Congreso. Realizó el Santo Padre una emocionante visita al barrio Venecia, al suroeste de la capital, donde celebró la Santa Misa y se confundió, en calles y casas de la vecindad, con los habitantes de este sector pobre de la ciudad. Su Santidad Pablo VI regresó a Roma el día 25 de agosto, en medio del agradecimiento popular. Su visita a Bogotá marcó un momento decisivo en la historia del país y de toda la América Latina. El lema del Congreso fue el de „Vínculo de amor‟. Como símbolo se escogió uno „buscado dentro de la antigua epigrafía de la Iglesia‟, que muestra la cesta del pescador, rodeada por un círculo blanco representativo de la Eucaristía y la unidad de la Iglesia. Cuatro peces colocados en forma de cruz, miran hacia el círculo. Los colores fueron, rojo para el fondo y blanco para los dibujos.” 250.

250

Plazas S., Tres años, 205-207.

P á g i n a | 133

36

La idea de la celebración del CEI era cambiar 37

la

imagen

de

Bogotá,

pues

a

nivel

internacional, la capital hacía parte del imaginario de que sólo había destrucción, si hacemos referencia al “Bogotazo”. El empeño de la administración distrital era acabar con ese imaginario con la presentación de la ciudad para el CEI, casualmente 20 años después de la problemática ocurrida en la ciudad a finales de la década de 1940; de esa manera fue que se pasó de un “Bogotazo” a un “Antibogotazo”. Muestra de esto es la caricatura “Más o menos” (1969) de Merino, donde podemos interpretar que el niño disfrazado representa a las nuevas generaciones que aparentemente asociaban al “Bogotazo” con la popular fiesta de Halloween (ver imagen 37). Esto fue lo que explicó Virgilio Barco: “No eran pues suficientes las obras y la organización de los eventos. Muy importante era también el comportamiento de los habitantes de Bogotá y de los millares de visitantes. Solo así podría mostrarse internacionalmente cómo es en verdad nuestra Nación: organizada, culta, progresista y laboriosa. En esta forma logramos borrar la imagen externa que se había formado a raíz del 9 de abril de 1948, que todavía nos perseguía en la televisión y en la literatura del mundo. La celebración del Congreso Eucarístico Internacional fue el „antibogotazo‟.” 251.

251

Barco Vargas, La administración, 29.

P á g i n a | 134 ¿Pero qué decir de la experiencia del alcalde Virgilio Barco y el acogimiento con el pontífice? No sólo hubo palabras pronunciadas de parte del burgomaestre durante la celebración del certamen252 y su respectivo encuentro con el pontífice en la Curia Arzobispal (ver imagen 38). También tiene unas anécdotas, dadas a conocer en la entrevista hecha por “Juan Mosca”, escrita en 1986: “Tengo muchas anécdotas sobre la forma como logré que la gente le respondiera a la administración, pero las más importante es, sin duda alguna, la que tiene que ver con la visita del Papa Pablo VI a Bogotá. El comportamiento de la ciudad fue increíble. Los agentes de Policía eran tan pocos que no se encontraba uno ni para un remedio. Insistí entonces por todos los medios que el comportamiento colectivo era ni más ni menos que la imagen del país. La gente lo creyó y no hubo ni un solo problema. O sí, un pequeño problema. Vea usted: el secretario privado del Papa era un norteamericano de origen polaco fuerte como un toro. Cierto día, en una de las reuniones preparatorias nos dijo algo clarísimo y sorprendente: „el Papa no estará en peligro sino una sola vez: cuando se encuentre en la Catedral, rodeado de curas y monjas que se van a volver histéricos. Les pido que no se preocupen por los de morado. Clérigo de morado que vaya a empujar al Papa o a abrazarlo, dénle culata‟. Y así fue. Después del oficio de la Catedral, exclusivo para curas y monjas, casi lo matan.”253. 38

El CEI como evento que convirtió a Bogotá en una ciudad para la memoria, lo demuestran algunos testimonios, como el que realizó para El Tiempo, Gloria María Bermúdez Díaz, hija del músico Lucho Bermúdez y la cantante Matilde Díaz, asociándolo con programas televisivos. Ofrecemos un fragmento del balance que presentó sobre el CEI: “Termina el

252 253

Ver Anexo II. Mosca, Bogotá, 282-283.

P á g i n a | 135 XXXIX Congreso Eucarístico Internacional. Arreglar a Bogotá fue una „Misión Imposible‟. Se necesitó „Una Bella Genio‟ para tener permanentemente las casas arregladas y las calles limpias. Virgilio Barco pudo cumplir lo que había prometido gracias a „Hechizada‟. Bogotá quiso darle una gran „Vuelta a la Vida‟ con sus magníficas carreteras y avenidas, una de ellas la „Ruta 68‟ que en maravillosa velocidad conduce al Templete. Bogotá quedó arreglada como en „Segundos Cien Años‟… En el Templete hubo mucha vigilancia y allí estuvieron „Batman, Robin, Batichica y Superman‟. En presencia del Santo Padre aterrizó „La Monja Voladora‟… Los periodistas extranjeros pudieron comprobar que los colombianos no somos los „Cavernícolas‟ de su imaginación. „Un Pobre Hombre‟ será el colombiano que tendrá que pagar la valorización de sus pequeñas casas cortadas por los grandes avenidas y las cuotas sobre televisores que adquirieron para poder ver al Santo Padre…”254.

A pesar de los contratiempos y problemas que nunca faltaron en la capital para la celebración del CEI, la Administración Barco llevó a cabo con éxito el empuje de obras públicas en el Distrito Especial en beneficio de los habitantes de todos los sectores y en especial, de crear una imagen nueva no sólo a nivel nacional sino también a nivel internacional sobre la ciudad, lo que nos da a entender que Bogotá cambió todo tipo de percepción en cuanto a la civitas y la urbs. Desde luego, este no ha sido el único cambio para bien que ha sufrido el distrito a lo largo de su historia. También ha tenido otros cambios que en realidad no se comparan con la labor llevada a cabo por el alcalde Virgilio Barco y su equipo de colaboradores, por lo tanto, no se trata de desmeritar el esfuerzo administrativo de las siguientes alcaldías, pero sí de dar a entender que después de Virgilio Barco, la ciudad ya no es la misma, pues la evolución que ha tenido con el paso del tiempo deja en evidencia problemáticas que hoy en día afectan esta urbe. De la Administración Barco queda una ciudad para la memoria y la incidencia positiva en el futuro de la misma, y a lo mejor, esto sirve como reflexión para hacer una mejor ciudad, aunque hoy por hoy sea más difícil de lograrlo, pues ya estamos acostumbrados a la “mala memoria” que dejan registradas las últimas administraciones distritales.

254

Véase más en “Un Balance del CEI Hecho Según Títulos de la T. V.”, El Tiempo [Bogotá], 26 de agosto, 1968: 8.

P á g i n a | 136

Epílogo: Una renuncia anunciada ¿Una renuncia anunciada? Esa era la posibilidad que existía desde finales de 1968, para que Virgilio Barco Vargas abandonara el cargo de alcalde que venía ejerciendo desde agosto de 1966, pero no fue así, pues la conclusión de su ejercicio con la capital, realmente pasó por varias etapas.

El 30 de octubre de 1968, el alcalde Virgilio Barco viajó a Washington, D. C., Estados Unidos, con el fin de asistir a la instalación de la junta directiva del Banco Mundial, donde asumiría el cargo de director ejecutivo por Colombia en marzo de 1969 y así se retiraría definitivamente de la alcaldía255. Persistió la posibilidad de que renunciara, pues el 26 de enero de 1969, el alcalde anunció que dejaría su cargo y lo mismo harían sus colaboradores principales, según lo planeado, para el mes de marzo. Dicho asunto no había sido confirmado, pues en declaraciones hechas a El Tiempo, Virgilio Barco dijo lo siguiente: “Cuando sea oportuno, diré si me voy o me quedo”. Dado el caso de que no viajara a Washington, sede del Banco Mundial, se lanzaría como candidato al Senado, razón por la cual se retiraría forzosamente en marzo, en razón de las prescripciones legales sobre inhabilidad. Se comentaba en ese entonces que los sustitutos de Barco serían Jaime Posada o Enrique Peñalosa Camargo256.

En realidad, hasta el 18 de febrero de 1969, El Tiempo indicó que el alcalde Virgilio Barco continuaría en su cargo a instancias del presidente Carlos Lleras, pero quedó inhabilitado para participar como candidato en las elecciones de 1970, para corporaciones públicas 257; tres días después, el presidente anunció que el burgomaestre seguiría ejerciendo su cargo, razón por la cual le dirigió una carta, agradeciéndole por su gestión. Barco manifestó que no se retiraría con el fin de no habilitarse como candidato al Senado 258. Durante los siguientes meses, exactamente hasta agosto, el burgomaestre siguió con sus respectivas

255

“Barco Vargas Viaja Hoy a Washington”, El Tiempo [Bogotá], 30 de octubre, 1968: 15. “Definitivamente se Retira Barco de la Alcaldía”, El Tiempo [Bogotá], 27 de enero, 1969: 1 y 7. 257 “Barco no se Retirará”, El Tiempo [Bogotá], 19 de febrero, 1969: 1 y 3. 258 Para leer la carta dirigida de parte del presidente Carlos Lleras al alcalde Virgilio Barco, véase “Confirmada Continuidad del Alcalde”, El Tiempo [Bogotá], 22 de febrero, 1969: 1 y 9. 256

P á g i n a | 137 actividades normalmente; en este último mes, resurgió la posibilidad del abandono del cargo.

El 22 de agosto, fuentes informaron que el anunciado retiro de la alcaldía por parte de Virgilio Barco, fijado para septiembre, no habría de producirse, pues el mismo alcalde continuaría al frente de la administración distrital, lo que también haría posible que las obras públicas continuaran en desarrollo259, pero sólo hasta la segunda mitad del mes de septiembre, ya se veía más cercana la ida de Virgilio Barco de la alcaldía. El 18 de septiembre, El Tiempo anunció el retiro definitivo de Barco del gobierno distrital para el día 19, confirmado en la noche del día 17. La renuncia tuvo como fin de que Barco desempeñaría sus labores en el Banco Mundial260. El día 20, El Tiempo anunció que el consejero presidencial, Emilio Urrea Delgado, sería el posible sucesor de Virgilio Barco; éste último presentó la renuncia al presidente. Otros funcionarios, como Julio César Sánchez y Luis Raúl Rodríguez Lamus, también anunciaron su retiro. Los demás secretarios seguirían mientras se designaba el nuevo gabinete distrital 261.

El 20 de septiembre, Virgilio Barco junto a Carlos Lleras, fueron aclamados por miles de personas durante la inauguración de la plaza de mercado del barrio Restrepo. El alcalde, al anunciar su retiro, recibió un emotivo homenaje y miles de manifestantes con pancartas y banderas lanzaron un “No” conjunto, a su vez que otros gritaban “Que no se le acepte la renuncia”. El alcalde saliente anunció su regreso a la política y al afirmar que seguiría trabajando con el pueblo por el éxito de la transformación, las personas dijeron “Ah, bueno… así sí…”. El presidente agradeció la labor llevada a cabo por Virgilio Barco y censuró a los grupos de oposición del Gobierno, señalando que actuaban en pequeños círculos de intrigas y de calumnias “en una política baja de pasillos”. Barco manifestó ante las personas que “… este es un pueblo que ya no se deja engañar”262.

259

“Barco no se Retirará de la Alcaldía”, El Tiempo [Bogotá], 23 de agosto, 1969: 1 y 7. “Se Retira Barco”, El Tiempo [Bogotá], 18 de septiembre, 1969: 1 y 6. 261 Véase más en “Urrea, Posible Alcalde”, El Tiempo [Bogotá], 20 de septiembre, 1969: 1 y 15. 262 Véase más en Gabriel Gutiérrez, “Gran Despedida a Barco”, El Tiempo [Bogotá], 21 de septiembre, 1969: 1 y 6. 260

P á g i n a | 138 Obviamente, estas no fueron las únicas palabras dichas por Virgilio Barco en el barrio Restrepo. Pronunció un discurso y ofrecemos algunos fragmentos, donde hizo énfasis acerca del concepto de transformación, de acuerdo al contexto político en que vivía: “… „transformación‟…, esa palabra, abarca amplísimos conceptos, cuya concreción tiene tremendas dificultades… Y es que las gentes no entienden cabalmente la transformación sino cuando ya está hecha. Porque la transformación se refiere no solo a los aspectos físicos de un país, sino a los intelectuales, a los emocionales, a los estructurales, a los operativos, cuyo cambio constituye necesariamente un lento proceso educativo… la transformación verdadera es la que se está operando en la mentalidad de los colombianos, cuyo concepto de la política está cambiando fundamentalmente. Ya el pueblo entiende que hacer política es hacer obras. Y está aprendiendo a distinguir entre la pura palabrería de las promesas pre-electorales y la seriedad de quienes le proponen sacrificios para realizar proyectos que luego se cumplen, porque antes de formularlos y convertirlos en promesas los han pensado, los han estudiado, y no han ocultado a las gentes las dificultades con que tropezarán y los esfuerzos que habrán de realizar para lograrlos. Este nuevo concepto de la política trae consigo otra transformación básica: el surgimiento de la solidaridad social sobre las ruinas del egoísmo…” 263.

Después de esto, El Tiempo anunció el día 23 el empalme administrativo entre Virgilio Barco y Emilio Urrea. Éste último anunció que asumiría el cargo de alcalde hasta el día 25 y en esta fecha, se llevó a cabo dicho empalme. Vale la pena aclarar que el día 22, todo el gabinete distrital presentó renuncia, al igual que hubo dimisión de parte de otros funcionarios, entre esos, los sub-secretarios. Como se explicó en el capítulo V, específicamente en la nota al pie número 196, el último acto público llevado a cabo por Virgilio Barco como alcalde de Bogotá, fue la entrega del Museo de Santa Clara, el cual fue inaugurado por el presidente Carlos Lleras. De esta manera, Virgilio Barco concluyó su alcaldía, la cual ejerció por 37 meses, tiempo en el que en algunas ocasiones, fue reemplazado por su secretario de Gobierno, Tulio Jiménez Barriga. La partida de Virgilio Barco se hizo sentir en varios de los medios de comunicación, como por ejemplo en el caso de la caricatura y con esto concluimos este epílogo. A continuación, presentaremos dos caricaturas para ilustrar este momento.

263

Véase más de este discurso en “‟He Aquí la Transformación‟ Declaró el Alcalde Ayer”, El Tiempo [Bogotá], 21 de septiembre, 1969: 6.

P á g i n a | 139 Por una parte, “Pepón” realizó su caricatura “Nepomuceno” (1969), en la que aparece Nepomuceno junto a personas de los sectores populares de la ciudad, presenciando el empalme entre Virgilio Barco y Emilio Urrea; la caricatura también es una muestra de que los ciudadanos tendrían grandes expectativas ante la llegada de Emilio Urrea, pues ya estaban acostumbrados a la buena labor llevada a cabo por Virgilio Barco (ver imagen 39). Por otra parte, “Chapete” en su caricatura “Amarga despedida” (1969), nos muestra al propio “Chapete” y a Bogotá, quienes expresan tristeza ante la partida de Virgilio Barco, quien lleva maletas con la inscripción que dice USA, debido a que empezaría su nuevo cargo en el Banco Mundial; éste le anuncia a la chica que está llorando, que es Bogotá, que quedará en buenas manos de parte de Emilio Urrea por las expectativas de que habría continuidad administrativa. Emilio Urrea aparece con artículos deportivos a la mano y vale la pena aclarar que esto se debe a que el funcionario fue conocido por su pasión hacia el deporte, en especial el polo (ver imagen 40).

40

39

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Conclusiones Después de un recorrido histórico de los tres años de administración distrital de Virgilio Barco Vargas, junto al panorama de Bogotá durante ese período, está demostrado que un alcalde sí puede incidir positivamente en el futuro de una ciudad, siempre y cuando tenga un pensamiento formal sobre la misma y el juicio que haga sobre ella, logrando llevar a cabo todo un plan de obras respaldado por las instituciones gubernamentales y que tenga soporte financiero que las entidades respectivas puedan brindar. Esto también convierte a Bogotá en una ciudad para la memoria, recordando el presupuesto de Ricardo Alonso. Evidentemente, en la actualidad existe una problemática alrededor de este asunto.

Hoy por hoy, debido al impacto negativo que generaron las administraciones distritales de los últimos años, existe un imaginario en la visión de los habitantes de Bogotá en el que todo lo ven mal debido a la manera en que se han manejado los asuntos relacionados con el Distrito de parte de los mismos alcaldes y demás entidades gubernamentales. En realidad, es erróneo asumir este tipo de actitud, pues eso motiva a que Bogotá se vuelva una ciudad sin memoria, hasta que llegaría a pensarse que nadie ha hecho algo por la ciudad y que los intentos por hacer del Distrito un lugar apropiado para vivir han sido en vano. El conocimiento de la historia de Bogotá mediante sus administraciones, nos da a entender el porqué de las problemáticas actuales de la capital y permite crear un criterio propio que evite ese vicio al que cotidianamente se ven envueltos muchos ciudadanos, que es generalizar sin tener argumentos sólidos sobre los inconvenientes que existen actualmente en la urbe.

Esta investigación se convierte en un intento por preservar la memoria de la ciudad en materia administrativa y es un llamado a que se fortalezcan los estudios administrativos de Bogotá, pues son necesarios para el estudio histórico de la capital y realmente son pocos. No es suficiente tener a la mano aspectos generales y vagos sobre las administraciones distritales, ya que no basta, por ejemplo, con tener un conocimiento general sobre las edificaciones principales y los lugares más concurridos de la capital, que es lo que

P á g i n a | 141 comúnmente muchos ciudadanos suelen hacer para demostrar que tienen un suficiente conocimiento de la historia de su ciudad.

La memoria que tienen algunos contemporáneos a Virgilio Barco demuestran el empeño de su gobierno distrital por trabajar en pro de la ciudad. Augusto Ramírez Romero, político conservador, manifestó en entrevista a Carlos Cabrera para El Tiempo lo siguiente a finales de diciembre de 1967: “La mejor obra de la administración Barco es toda la administración Barco. Ya que nunca Bogotá se había visto tan activa y eficaz en todos sus frentes de trabajo. El alcalde y sus colaboradores han logrado un auténtico avance por la ciudad.”264.

Mario Calderón, quien fuera diputado suplente por el liberalismo a la asamblea de Cundinamarca durante la Administración Barco, manifestó lo siguiente: “Me ha parecido incomparable la administración Barco. Él ha sido el continuador de las obras gigantescas que adelantó Jorge Gaitán Cortés… Lleras tuvo un gran acierto al escoger al doctor Barco como el mandatario a quien corresponde preparar a la ciudad para el grande evento internacional del Congreso Eucarístico.”265.

Alfonso Rodríguez, representante a la Cámara durante el gobierno distrital de Virgilio Barco, expresó: “Tengo la más sana impresión de que esta administración pasará a la historia como una de las más dinámicas y efectivas para lograr la transformación y el desarrollo de la ciudad.” 266.

Julio César Sánchez, en el momento que ejerció como alcalde de la ciudad en la segunda mitad de la década de 1980, manifestó lo siguiente acerca de la Administración Barco y el “infierno invivible” que era Bogotá antes de dicho gobierno:

264

Carlos Cabrera Lozano, “La Opinión Juzga el Progreso de Bogotá”, El Tiempo [Bogotá], 28 de diciembre, 1967: 8. 265 Cabrera Lozano, “La Opinión Juzga”, 8. 266 Cabrera Lozano, “La Opinión Juzga”, 8.

P á g i n a | 142 “Dicha tónica, que durante décadas imperó en el Distrito, fue superada por la administración extraordinaria del doctor Virgilio Barco, el primero en realizar un ambicioso programa de revigorización integral de la ciudad que, bajo el famoso lema de „Cuando toca, toca‟, partió en dos la historia de Bogotá. Se demarcó así el punto de transición entre la ciudad provincial y la enorme metrópoli que comenzaba a proyectarse. La mística generada desde la Alcaldía del doctor Barco fue la expresión de una voluntad de gobierno que llevó a su óptimo nivel los recursos de la ciudad. Se inició así una serie de significativas reformas que cambiaron por completo el perfil citadino. El doctor Barco logró adelantar en un lapso de tres años, reformas de la infraestructura administrativa, económica, física, recreativa y cultural de la ciudad que permitieron a la inmensa mayoría de la población acceder a una serie de servicios públicos desconocidos para ella. „Trabajar por la ciudad y hacer de ella una urbe con carácter y personalidad‟ fueron palabras fielmente cumplidas por el doctor Barco al frente de la administración. Antes que en las estadísticas, el éxito de su gestión puede verse en la impronta que dejó marcada en quienes tuvieron la oportunidad de contemplar cómo la ciudad daba un giro radical. Vale la pena insistir en que el éxito de su gestión originó en la política total que se asumió para darle a Bogotá un tratamiento integral en todos sus niveles. Como es obvio, ello permitió visualizar objetivos que superaron ampliamente el solo tratamiento de los problemas cotidianos.”267.

El conocimiento de la administración de Virgilio Barco Vargas, se convierte en una tentativa por entender mejor aspectos de la ciudad que actualmente son poco recordados, pues en la memoria actual, Barco es más recordado por haber sido presidente. Para dar por terminada esta conclusión, queda decir que la labor hecha por Virgilio Barco con Bogotá, hace que la ciudad se haya convertido como un archivo de recuerdos y la siguiente reflexión del arquitecto Fernando Chueca Goitia, nos da a entender mejor esa idea: “No hay que olvidar que la ciudad es por sí misma un formidable archivo de recuerdos. En la urbe se condensan, no sólo en el espacio, sino en el tiempo, los hechos y las vidas humanas más significativas. Este grado de condensación preserva su recuerdo, de la misma manera que un archivo, al reunir papeles que provienen de muy diversos orígenes, asegura su conservación. Es indudable que si todos aquellos acontecimientos y aquellas vidas no hubieran sucedido en la ciudad, no hubieran tenido su referencia a ella, su memoria habríase desvanecido mucho más fácilmente. Es la condensación su propia salvaguardia.” 268.

267

Mosca, Bogotá, 7. Fernando Chueca Goitia, Breve historia del urbanismo (Madrid: Alianza Editorial, S. A., primera edición en “El libro de bolsillo”, 1968, quinta reimpresión, 2005): 39. 268

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de

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P á g i n a | 144 Doña Julia Castro de Delgado, el 8 de septiembre de 1966.”. Fundación Misión Colombia, Historia de Bogotá Tomo III Siglo XX (Bogotá: Villegas Editores, 1988): 46. 9. “Reunión de alcaldes. En 1969 el Alcalde de Bogotá Virgilio Barco convocó a los alcaldes de las capitales a reunirse para tratar acerca de los problemas de las ciudades colombianas. Yo era entonces Director de Planeación de Pereira y el Alcalde William Montoya, quien no puedo asistir, me pidió que lo representara. Aquí estoy con Barco y otros participantes del encuentro”. Foto publicada por el economista y político Luis Iván

Marulanda

Gómez.

www.flickr.com/photos/ivanmarulanda/3576573367/in/photostream/. 10. “Entrega de la primera casa, situada en el barrio Venecia, sorteada entre los vendedores de lotería”. Foto de Armando Matiz. Jorge Plazas S., ed., Tres años de administración distrital, 1967-1969. Estudios e informes de una ciudad en marcha. Tomo VII (Bogotá, D. E.: A. Sandri & Cía., 1969): 6.

11. “Centro Administrativo Distrital, localizado en la intersección de la avenida de las Américas con la calle 26 y la avenida Ciudad de Quito”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 23.

12. “Sin título”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 23. 13. “Casa de Cristo Rey, remodelada para la instalación provisional del Concejo Distrital”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 25.

14. “La avenida Ciudad de Quito en las vecindades del estadio El Campín”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 58.

15. “La carrera 12, antes y después de su regularización”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 61.

16. “La avenida Ciudad de Lima desde la carrera 7a hasta la avenida Caracas”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 65.

17. “Virgilio Barco Vargas inspecciona uno de los grandes viaductos construidos por su administración”. Juan Mosca, Bogotá. Ayer, hoy y mañana (Bogotá: Villegas Editores, primera edición, junio de 1987): 79.

18. “Avenida Colón”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 97. 19. “Sin título”. Foto de Armando Matiz. Ricardo Alonso, Ciudad para la memoria. Virgilio Barco y la construcción de Bogotá (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, diciembre de 1999): 52.

P á g i n a | 145 20. “Zona Central”. Foto de Fotogrametría Aérea Colombia, S. A. Departamento Administrativo de Planeación Distrital, Renovación urbana de Sans Façon, Bogotá, D. E Estudios e informes de una ciudad en marcha, 1967-1969. Tomo II (Bogotá, D. E.: Litografía Arco, 1969): 10.

21. “Inauguración de la construcción de una escuela con ocho aulas, según modelo antiguo. Foto: Armando Matiz. Ca. 1967.”. http://www.virgiliobarco.com/es/galeria-defotos#!prettyPhoto[744]/5/. 22. “El Alcalde Virgilio Barco estuvo en permanente contacto con sus colaboradores”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 152. 23. “Los Cascos Amarillos”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 201. 24. “Estadio Nemesio Camacho „El Campín‟”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 157. 25. “‟Naturaleza viva.‟ -Ahora vamos a ponerle unas zonas verdes. Hernando Turriago „Chapete‟ (1923). „El Tiempo‟. Tinta y película de trama sobre papel, 8 x 7 cms. Durante el mandato de Virgilio Barco en la alcaldía se hacen numerosas reformas urbanas, que pretenden mejorar el nivel general de vida en la ciudad reglamentando el uso del espacio público.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura (Bogotá: Banco de la República, Historia de la caricatura en Colombia 5, agostooctubre 1988): 186. Esta caricatura también está publicada en El Tiempo [Bogotá], 20 de octubre, 1968, 16. Vale la pena aclarar que en el libro Bogotá en caricatura, se presenta únicamente el año de nacimiento de “Chapete”. Éste caricaturista falleció en 1997. 26. “Parque Popular de Diversiones”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 170. 27. “Museo de Santa Clara”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 175. 28. “‟Grado de revendedoras‟ -Doctor Barco: permítame dos palabrotas... Hernando Turriago „Chapete‟ (1923). „El Tiempo‟. Tinta sobre papel, 8 x 6,8 cms. Durante la alcaldía de Virgilio Barco se dictan cursos de higiene y mercadeo a las vendedoras de las plazas de mercado.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 194. No fue posible encontrar la fecha exacta de publicación de esta caricatura en El Tiempo, aunque lo refiera el libro Bogotá en caricatura. 29. “Censo de peregrinos”, caricatura de Hernán Merino, El Tiempo [Bogotá], 11 de mayo, 1967: 4.

P á g i n a | 146 30. “‟Cuando toca... toca‟. „Sólo hay cama para 350.000 peregrinos, los demás que se defiendan como puedan‟. José María López „Pepón‟ (1939). „El Vespertino‟, agosto de 1968. Tinta sobre papel en reproducción, 8,2 x 10,3 cms.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 191. 31. “Cuando toca, toca”, caricatura de “Chapete”, El Tiempo [Bogotá], 15 de julio, 1968: 5. 32. “Sin título”. Foto de Armando Matiz. Plazas S., Tres años, 23. 33. “‟Una ciudad en marcha‟. -Y ahora sí... que ojalá nos dure el impulso. José María López „Pepón‟ (1939). „El Vespertino‟. Tinta sobre papel en reproducción, 8 x 7 cms. La ciudad ha pasado a ser un automóvil conducido por el alcalde Virgilio Barco, acompañado por Nepomuceno, personaje creado para representar a los bogotanos de clase baja.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 186. 34. “‟Alcalde acosado.‟. Héctor Osuna (1938). „El Espectador‟, 1968. Tinta sobre papel en reproducción, 8 x 9,5 cms. La próxima visita del Papa Pablo VI a Bogotá obliga al alcalde a trabajar a marchas forzadas para tener lista la ciudad para el evento.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 226. 35. “Por arte de magia”, caricatura de “Chapete”, El Tiempo [Bogotá], 11 de mayo, 1968: 5. 36. “Bogotá fue en 1968 la sede del Congreso Eucarístico Internacional, al que asistió el papa Pablo VI. Era la primera vez que un pontífice pisaba tierras de América; pero Pablo VI hizo más que pisarlas. En cuanto se bajó del avión, en el aeropuerto de El Dorado, se arrodilló y besó la tierra, gesto que llevó al delirio la devoción de los fieles. En la avenida 68, dentro de los terrenos del futuro Parque Simón Bolívar, se construyó un Templete Eucarístico en que el santo padre celebró en la tarde del 22 de agosto su primera eucaristía en América, luego de la cual ordenó, en el mismo templete, a 44 diáconos y 161 presbíteros que provenían de los distintos países del continente.”. Fabio Zambrano Pantoja, Historia de Bogotá Siglo XX (Bogotá: Villegas Editores, 2007): 66. 37. “‟Más o menos‟. -Ustedes también tuvieron „Halloween‟, pero le decían Bogotazo... Hernán Merino (1922-1973). „El Tiempo‟, octubre 22 de 1968. Tinta y acuarela sobre cartulina durex, 24 x 31 cms.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 223. El libro Bogotá en caricatura presenta un error sobre la fecha de publicación de esta caricatura. Con la siguiente referencia, presentamos la verdadera fecha de

P á g i n a | 147 publicación: “Más o menos”, caricatura de Hernán Merino, El Tiempo [Bogotá], 31 de octubre, 1969: 4. 38. “Visita de Pablo VI a Colombia. En la Curia Arzobispal”. Foto publicada el 22 de agosto de 2008. http://www.arquibogota.org.co/?idcategoria=9809. 39. “‟Nepomuceno‟ -Pa' mí que el „continuismo‟ va a ser solamente cosa de mechón... José María López „Pepón‟ (1939). „El Vespertino‟, septiembre de 1969. Tinta sobre papel en reproducción, 8,5 x 10 cms. Virgilio Barco entrega la alcaldía a Emilio Urrea ante las expectativas de los ciudadanos, ya acostumbrados a Barco.”. Biblioteca Luis-Ángel Arango, Bogotá en caricatura, 226. 40. “Amarga Despedida”, caricatura de “Chapete”, El Tiempo [Bogotá], 26 de septiembre, 1969: 5.

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P á g i n a | 155

Anexos Anexo I: “Decreto 764 de 1969 (Agosto 6)”, Jorge Plazas S., ed., Tres años de administración distrital, 19671969. Estudios e informes de una ciudad en marcha. Tomo VII (Bogotá, D. E.: A. Sandri & Cía., 1969): 130.

P á g i n a | 156 Anexo II: Virgilio Barco, “El papa recibe otras llaves… Alocución del alcalde Virgilio Barco (Agosto 24)”, Revista Javeriana, Tomo LXX, Número 348 (1968, septiembre), 339-340.

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