LA LLACTA DE SISCAY (SEGUNDA PARTE) Rubén Urbizagástegui Alvarado
[email protected] Universidad de California en Riverside California, USA Riverside, California, 10 de mayo de 2015. “En las publicaciones sobre Machu Picchu y otros sitios incas se hace mención a la belleza y armonía de sus edificaciones, terrazas y andenerías, pero nadie analiza sus formas. Yo planteo que para la construcción de estos centros urbanos los arquitectos incas tuvieron en cuenta que la geografía les permitiese dar al asentamiento una determinada forma, tal como ocurrió con el Cusco, la llacta en forma de puma”, dice el arquitecto Guzmán (2014). El ha visto pumas, picaflores, pavas y otras aves dando forma a las construcciones arquitectónicas incas. Por ejemplo, Sayaqmarca, una de las llactas que se encuentra en el Camino del Inca en la ruta hacia Machu Picchu, se asemeja a un picaflor: el pico está definido por el largo camino empedrado. Las formas de Machu Qente, otro complejo próximo a la ciudad sagrada, dibuja a un gallito de las rocas, una de las aves más comunes del santuario. La cresta del animal la configura una fila curva de andenes perfectamente delineados. Al parecer hubo un patrón en la construcción de los centros urbanos Incas para que, como parte de esa armonía con la naturaleza, conservaran las figuras de algunos de sus animales sagrados. Es lo que se denomina arquitectura de la geografía sagrada, nos sigue contando el arquitecto Guzmán (2014). Son varios los investigadores que han tratado de entender estas formas. En 1967, John Rowe recogió el testimonio de los cronistas y escribió que la ciudad del Cusco había tenido el contorno de un puma. Y esto se ha comprovado perfectamente. En el 2010 Erwin Salazar delineó la forma de una perdiz en el centro arqueológico de Pisaq. Y pisaqa era precisamente el nombre con el que los incas nombraban a un ave parecida a la perdiz y que abundava en esa región. En la planificación urbana de los incas no hubo espacio para el azar. No existían centros urbanos incas de cuadrados perfectos. Los centros urbanos se acondicionaban al espacio geográfico, se respetaban las formas de las rocas, las formas de las montañas, y sus contornos irregulares. La construcción arquitectónica inca no se imponía a la naturaleza, se adaptaba a ella. Siscay también fue concebida de esa forma, por eso se ve a un ruiseñor (una pichiuza?) o un zorzal (Yukish?) claramente dibujada en sus formas. El estanque del agua, construido de una forma ovalada y alargada le da forma al pico. El camino que sube de Ahuas a Siscay y entra por Portachuelo, le da forma al cuello y al buche. Sus patas comienzan un poco mas debajo de cochas chico. El cascajal que cae por detrás de las ruinas de Siscay le da forma al cuerpo. La cabeza esta formada por el conjunto arquitectónico centrado alrededor del reloj solar. Esa piedra que nadie pudo arrancar
ni destrozar y a la que hay que cuidar y proteger, que esta clavada en medio de la casa principal, un poco a la entrada de las hoy ruinas de Siscay, parece que le da forma a los ojos. Aquí les muestro un dibujo tomado con la ayuda de Google Earth. Esta es nuestra historia, nuestra herencia. De la que debemos sentirnos orgullosos y contentos. Es nuestro deber protegerla y conservarla pero también estudiarla. La primera semana de mayo de 2015 Google Earth posibilitó esta visión. Ahora podemos ver claramente la figura del ave.
Si no consiguen distinguir a la figura de la “Pichiuza” o el Yukish, aquí les muestro sus contornos con líneas verdes. Grande y bellísima ciudadela de “Sicay”, debe haber sido una ciudad de suma importancia para los Incas. Seguramente la “Pichuiza”, de gran abundancia en la región, era sagrada para los incas y por eso la plasmaron en la construcción de la ciudad. Estimo que en Sicay vivían unas dos a tres mil familias. Pero hasta hoy no nos explicamos cómo y porqué esta ciudad fue despoblada y abandonada.
Lo sorprendente de todo esto es que si uno le da la vuelta a la figura en Google Earth, se ven dibujadas claramente dos aves que comparten el mismo pico. Es como ver a una madre alimentando a sus pollitos. El estanque de agua forma el pico compartido. Por un lado, la figura de la izquierda, parece una perdiz dormida o escondida. La cabeza de la perdiz está formada por las construcciones acabadas y el camino. En la figura de la derecha, aparece la cabeza de la otra ave madre esta dibujada por el camino que sube de Siscay a las alturas en dirección a la laguna de Churaj. La parte inferior del cuello y el cuerpo está dibujada por el canal de la acequia que trae el agua al estanque desde la toma de Huitko.
Como en el caso del condor trazado sobre una enorme roca en Ollantaytambo, en el Cusco, esta figura parece que no fue terminada ni comenzada su construcción: solo el camino y la acequia le da forma. Demasiada coincidencia para no ser cierto. Esto tiene que haber sido hecho intencionalmente. Aquí les muestro las figuras. Si no consiguen ver las figuras aquí les muestro en amarillo. Para que lo disfruten.
