LOS ESPEJITOS DE COLORES

LOS ESPEJITOS DE COLORES
El capitalismo, en esta fase neoliberal, presenta como sus mejores credenciales la transparencia, la modernización eficientista del Estado (cuya intervención en la economía ve como la madre de todos los males), la lucha contra la inflación y el narcotráfico, y la defensa de las libertades individuales.
Promete a los ciudadanos, luego de un período de medidas "antipáticas "pero necesarias e inevitables, un futuro de felicidad, orden y armonía. Resalta la crisis heredada del corrupto populismo, una barbarie pródiga en clientelismo, derroches inexcusables, amiguismo y nepotismo. Señalan el "escándalo" del gasto público, el "aislamiento" que provocan las políticas soberanas, la inseguridad alarmante, la inflación creciente debido a la emisión monetaria y los subsidios para vagos y malentretenidos. Se denuncia con espanto las relaciones con países latinoamericanos sospechados de comunismo o populismo explícito y el alejamiento de la capital del Imperio y de los organismos financieros internacionales como el FMI.
En esta defensa de "la Patria y sus valores" cuenta con aliados y mandantes claves: la corporación mediática dominante nacional e internacional, sectores del Poder Judicial, la oligarquía vernácula, las transnacionales y la banca extranjera.
A sus defensores de menores recursos les cuesta (a veces no lo logran) mucho tiempo y sufrimiento personal y familiar comprender que los han engañado. La manipulación mediática a la que los someten logran crear un estado de miedo y odio que obtura la posibilidad de lectura crítica de la realidad. A esto se suma una escenografía de la vida cotidiana festiva, adornada de globos, bailes, discursos superficiales plagados de lugares comunes con los que nadie puede estar en contra. El metrobus, las plazas enrejadas, las bicisendas, son algunos de los espejitos de colores que esconden los negociados que hacen con sus amigos, el acoso permanente y la discriminación que sufren los sectores populares durante su gestión y el abandono de lo público.
Llegados al gobierno mantienen el argumento esencial de "la pesada herencia" y comienzan el brutal ajuste, el endeudamiento, la apertura de la economía, la transferencia de ingresos de los trabajadores a los sectores más concentrados de la economía. Reciben inmediatamente la felicitación más preciada de los jefes del Imperio. Al fin se integran al mundo de los negocios del capitalismo financiero internacional. Ahora hay que esperar la lluvia de inversiones y créditos, mientras el pueblo sufre una creciente sequía.
El problema se presenta cuando las consecuencias de las políticas tomadas comienzan a deteriorar los decorados de la "Revolución de la Alegría" y la transforman en desolación y muerte. Encima, filtraciones (tal vez intencionales) revelan la basura escondida bajo la alfombra. Como al personaje de "Breaking Bad" el inconveniente que se les plantea es dónde esconder las ganancias (muchas veces mal-habidas). No siempre al Imperio le gusta dónde está localizado el Paraíso donde se depositan y se produce una filtración que viene a incomodar a los lacayos locales. Los medios amigos y el Partido Judicial amortiguarán el impacto. Se desplegarán todos los artilugios posibles para "lavar" la ropa sucia.
Será la hora de la unidad en el campo popular, de la limpieza de los traidores, de la construcción de alternativas superadoras sin sectarismos ni individualismos protagonistas de egos desbocados, de participación y compromiso, de multiplicidad de estrategias innovadoras, de lucha sin descanso contra los enemigos históricos del Pueblo y de la Patria Grande.
Ricardo Luis Plaul
Escalada, 08/04/2016