Los temas en -s en micénico

May 24, 2017 | Autor: Eugenio R. Luján | Categoria: Ancient Indo-European Languages, Greek Linguistics, Indo-European Linguistics, Mycenaean Greek
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LOS TEMAS EN -S EN MICÉNICO Eugenio R. LUJÁN Universidad Complutense de Madrid

§ 1. INTRODUCCIÓN1 Se conocen en griego del primer milenio cuatro tipos de temas en -s (CHAN1983, 46; RIX 1976, 144-145; etc.): los neutros en -os/-es (tipo γένος); los adjetivos en -es (tipo ἀληθής); algunos masculinos y femeninos en -ōs (tipo ἕως, hom. ἠώς); y neutros en -as (tipo κρέας). La flexión de estos temas se ha visto fuertemente alterada en ático por las contracciones vocálicas entre la vocal del tema y la desinencia subsiguientes a la desaparición de la aspiración procedente de *-s- en posición intervocálica. En micénico, dado que muy probablemente no se ha producido todavía la desaparición de la aspiración (-h-) a la que evoluciona la antigua silbante -s- en posición intervocálica2, se conserva más fielmente el tipo de flexión antigua3. En algunos dialectos del primer milenio, por ejemplo, en la lengua homérica y también en jónico, se encuentran aún las formas con hiato. Por otro lado, parecen estar documentados en las tablillas micénicas algunos tipos de temas en -s que ya no se conservan como tales en griego del primer milenio o sólo aparecen de forma muy marginal. Esto permite identificar de forma más clara algunos tipos de formación que presentan paralelos en otras lenguas indoeuropeas, especialmente en el grupo indo-iranio. Por todo ello, resulta interesante analizar en detalle la situación de los temas en -s- en micénico y ese es el objetivo de este trabajo, en el que, además, incorporareTRAINE

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Este trabajo forma parte del proyecto de investigación “Estudios de formación nominal: lenguas paleohispánicas e indoeuropeas antiguas” (FFI2009-13292-C03-02), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación. Quiero dejar constancia de mi agradecimiento al profesor Alberto Bernabé por sus sugerencias y observaciones sobre versiones anteriores de este trabajo, que me han permitido enriquecerlo y evitar algunos errores. También estoy muy agradecido a Irene Serrano por sus comentarios y por haberme proporcionado algunos de los artículos que he utilizado. Véase BARTONĚK 2003, 143; BERNABÉ – LUJÁN 2006, 107-111; JIMÉNEZ DELGADO 2009; con las referencias a trabajos anteriores sobre la cuestión. No es objetivo de este trabajo discutir la interpretación de las formas de dat. en -i y en -e, pues no afecta únicamente a la flexión de los temas en -s, sino que constituye un problema más general de la flexión atemática micénica (cf. BERNABÉ – LUJÁN 2006, 151 para un resumen). En el caso de los temas en -s, según BARTONĚK 2003, 270, el predominio de las formas en -i sobre las formas en -e podría explicarse como una tendencia disimilatoria que evitaría la secuencia -ehei y favorecería la más simple -ehi. Para un tratamiento extenso de la cuestión véase HAJNAL 1995, 227-246, aunque no compartimos todas sus conclusiones.

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mos información procedente de las últimas tablillas publicadas que, lógicamente, no se había podido tener en cuenta en estudios anteriores4. Para cada tipo flexivo estudiaremos la evidencia que proporcionan las tablillas, tanto en lo referente a sustantivos como a adjetivos, y compararemos esa información con la situación en griego del primer milenio y con otras lenguas indoeuropeas cuando esto resulte relevante5. § 2. SUSTANTIVOS NEUTROS EN -OS/-ESSe atestiguan en las tablillas micénicas bastantes sustantivos neutros en -os6, concretamente los siguientes7: • Pl. nom.-ac. a-ke-a2 ἀγγεhα “vasijas” (cf. ἄγγος). • Sg. dat.-loc. -a-ke-e ἀγκεhει y -a-ke-i ἀγκεhι “valle, barranco” (cf. ἄγκος), en los topónimos ti-mi-to-a-ke-e y ti-mi-to-a-ke-i y también probablemente en dat.-loc. sg. po-ti-ja-ke-e y dat.-loc. pl. po-]ṭị-a-ke-si. • Pl. dat. a-re-se-si ἀλεισε(σ)σι “sacos” (cf. ἄλεισον “vaso, copa”). • Pl. instr. au-de-pi αὐδεσφι sin interpretación griega segura. • Sg. nom.-ac. de-ṛẹ-ụ-ḳọ δλευκος “mosto” (cf. γλεῦκος). • Sg. dat.-loc. -e-de-i -ἑδεhι “asiento, residencia” (cf. ἕδος), en la secuencia o-pi-e-de-i. • Sg. nom.-ac. ẹ-ko ἐγχος “lanza”; Pl. nom.-ac. e]-ke-a ἐγχεhα, dat. e-kesi- ἐγχε(σ)σι, instr. ]ẹ-ke-p̣ị ἐγχεσφι. Con él está relacionado el nombre derivado e-ke-i-ja ἐγχεhια, así como algunos antropónimos: nom. e-kei-ja-ta Ἐγχεhιᾱτᾱς, por un lado, gen. e-ke-i-jo-jo Ἐγχεhιοιο, por otro, y quizá también e-ke-ja Ἐγχεhιᾱς. 4

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Información general sobre los temas en -s puede encontrarse en BERNABÉ – LUJÁN 2006, 159-161 y 167-170. BARTONĚK 2003, 260-272 proporciona listas muy extensas, que nos han servido de punto de partida para nuestra revisión. Para la lengua homérica véase RISCH 1974, 77-88. Para la revisión exhaustiva de la información que sobre estos temas proporcionan las tablillas micénicas nos ha resultado fundamental la utilización de los “Índices de la lineal B” elaborados por Francisco Aura Jorro, a quien va dirigido este homenaje. Dichos índices se encuentran disponibles dentro de la Biblioteca Virtual “Miguel de Cervantes” en la siguiente dirección: http://bib.cervantesvirtual.com/portal/ diccionariomicenico/. Con el fin de no sobrecargar la redacción del artículo, omitimos las referencias a los textos donde se documentan las formas de cada palabra, salvo en las discusiones sobre el contexto de alguna tablilla concreta o en el caso de que se trate de tablillas aparecidas con posterioridad a la publicación de los dos volúmenes del DMic. Para la localización de las referencias puede recurrirse fácilmente a los índices mencionados o al propio DMic. Sobre estos temas en micénico, además de la bibliografía general citada previsamente, véase el trabajo de RUIJGH 1983. BARTONĚK 2003, 262 también incluye como posible tema en -os el dat. pl. *34-ke-te-si; sin embargo, tal análisis es mucho más que dudoso (cf. DMic., s.v. *35-ka-te-re).

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• e-qe-o, que puede ser bien gen. sg. ἑκwεhος, bien gen. pl. ἑκwεhων (de *ἑκwος “séquito”, cf. ἕπομαι “seguir”). • Pl. nom.-ac. ke-re-a2 σκελεhα “patas” (cf. σκέλος). • Sg. nom.-ac. ko-wo κωϝος “piel de cordero” (cf. hom. κῶας “vellocino”), también documentado en la abreviatura acrofónica KO que incluye el logograma *153. • Sg. nom.-ac. o-pe-ro ὀφελος “deuda, déficit”, también documentado en la abreviación acrofónica o. Con este nombre se relaciona el antropónimo po-so-pe-re-i, que estudiamos en § 4. • Sg. dat.-loc. o-re-i ὀρεhι “montaña” (cf. ὄρος). Con este nombre se relaciona el antropónimo o-re-a2 Ὀρεhᾱς, así como me-to-re y o-po-re-i, que estudiamos en § 4. • Sg. nom.-ac. pa-wo φαρϝος “pieza de tela” (cf. hom. φᾶρος); Pl. nom.ac. pa-we-a/pa-we-a2 φαρϝεhα, gen. pa-we-o φαρϝεhων, dat. pa-we-si φαρϝε(σ)σι, instr. ]pa-we-pi φαρϝεσφι. • Du. nom.-ac. qi-si-pe-e κwσιφεhε “puñal” (cf. ξίφος “espada”). • Pl. nom.-ac. ru-de-a2 ῥυδεhα probablemente “cuerdas de cuero”8. • Sg. nom.-ac. te-me-no τεμενος, referido a un tipo de tierra de labor del rey y otros dignatarios. • Pl. instr. te-u-ke-pi θευχεσφι “accesorios, equipamiento” (cf. τεῦχος). Con esta palabra debe relacionarse el antropónimo te-u-ke-i-jo Θευχεhιος de TH Av 106.4 (cf. GARCÍA RAMÓN 2006, 44). • Sg. nom-ac. tu-wo θυ(ϝ)ος “sustancia aromática” (cf. θύος)9; Pl. nom.ac. tu-we-a θυ(ϝ)εhα. • Sg. nom.-ac. we-to ϝετος “año” (cf. ἔτος), dat. reduplicado we-te-i-wete-i ϝετεhι-ϝετεhι “año a año, cada año”. También se encuentra en el adverbio za-we-te ζᾱϝετες < *kyā-wetes (cf. át. τῆτες, jón. σῆτες, dór. σᾶτες). • Pl. dat. ze-u-ke-si ζευγε(σ)σι “pares” (cf. ζεῦγος “yugo, par de bestias uncidas”), también atestiguado en la abreviatura acrofónica ZE. A estos apelativos hay que añadir los siguientes topónimos de interpretación clara:

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Según la propuesta de PERUZZI 1977, que desarrolla una idea de MELENA 1976, 238. En Docs.2 ya se sugería la traducción “straps, hinges or fastenings, such as are often made of leather to attach lids to hampers or for strengthening”. Probablemente también, en el sentido “sacrificio de fuego”, en la expresión tu-wo-te-to, verosímilmente θυος θεντο (BERNABÉ 2011, 61).

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• dat.-loc. a-se-e Ἀλσεhει (cf. ἄλσος “arboleda, bosque”); • adlat. (= ac. + δε) Ἐλατoσδε, dat.-loc. e-ra-te-i Ἐλατεhι, junto con el etnónimo derivado e-ra-te-i-jo Ἐλατεhιος. • dat.-loc. e-re-e Ἑλεhει y e-re-i Ἑλεhι (cf. ἕλος “pantano, lugar encharcado”). Pueden pertenecer también a este grupo algunos topónimos solo atestiguados en dat.-loc. con finales en -e-e o -e-i cuya interpretación griega no está clara. No obstante, al carecerse de interpretación segura, no hay ninguna razón objetiva para excluir que, al menos en algunos casos, pueda tratarse de temas en -es (cf. infra § 4 sobre a-pe-ke-e). Son los siguientes: ka-ro-ke-e, ne-de-wee, qe-re-me-e, qi-ko-we-e, ṛẹ-ṣị-we-i (o ṛẹ-p̣ị-we-i) y te-se-e, además del que está atestiguado en nom. *56-ko-we y dat.-loc. *56-ko-we-e/*56-ko-we-i. Para e-ri-ka-we-e ni siquiera hay seguridad de que se trate de un topónimo, pues podría ser un antropónimo como los mencionados en § 4. Lo mismo sucede con a-dwe-ẹ de TH Wu 99.β (cf. PITEROS – OLIVIER – MELENA 1982, 160), sobre el que ofrecemos más información en § 3. También debe ser un tema en -os el antropónimo masculino nom. sg. ke-po, atestiguado varias veces en Micenas y al que parece corresponder un dativo ke-e-pe, que habitualmente se considera una falta del escriba por ke-, lo cual nos dejaría con un sustantivo en -os alternante. Es decir, que se trataría de un uso antroponímico de un sustantivo neutro, quizá *σκέπος, doblete de hom. σκέπας “protección”10. Como puede observarse, en los casos en que la flexión de estos temas está atestiguada en micénico en casos diferentes del nominativo singular, esta es similar a la que encontramos en el griego del primer milenio, especialmente en Homero y en los dialectos donde no se ha producido la contracción que caracteriza a estas formas en ático. § 3. ADJETIVOS EN -ES Hay un número importante de adjetivos en -es atestiguados en micénico, que listamos a continuación:

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Para otras posibilidades véase DMic., s.v.

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• Sg. nom. masc. a-ko-ro-we probablemente ἀχρωϝης “pálido, sin manchas” (cf. ἄχρους y ἄχρως “incoloro”)11, Du. nom.-ac. masc. a-ko-rowe-e ἀχρωϝεhε y también ]ạ-ko-ro-we-i, habitualmente considerado una falta con -i por -e. • Sg. nom. a-pe-re quizá ἀφελης “sencillo”, pero no es seguro. • Sg. nom. masc. a-te-u-ke ἀθευχης “no equipado, sin armas” (cf. ἀτευχής). • Pl. nom.-ac. neut. ka-ka re-ạ χαλκᾱρεhα “guarnecidas de bronce” (escrito como dos palabras, pero interpretable como un compuesto, cf. χαλκήρης12). • Sg. nom. masc. ke-re-si-jo we-ke κρησιοϝεργης “de factura cretense” (también en este caso escrito como dos palabras, pero interpretable como un compuesto; cf. Κρής “cretense” y ἔρδω “hacer”); la misma forma se encuentra, seguramente por nom.-ac. du. *ke-re-si-jo we-ke-e, en PY Ta 641.1. • Pl. nom.-ac. neut. no-pe-re-a2 νωφελεhα “no adeudado”13, Du. nom.-ac. neut. νωφελεhε (cf. prefijo negativo *n- y ὄφελος “deuda”). • Sg. nom. fem. po-ro-e-ke, adjetivo referido a una mesa, quizá προhεχης (cf. προέχω), pero otras interpretaciones son también posibles. • Sg. nom. fem. po-ro-su-re πωλοσυρης “tirado por potros” (cf. πώλος “potro” y σύρω “tirar”). • Du. nom. fem. pu-ko-so e-ke-e probablemente πυξοhεχεhε “con soporte de boj” (escrito con separación entre los dos términos del compuesto; cf. πυξός “boj” y ἔχω). • Sg. nom.-ac. neut. we-a-re-pe/we-ja-re-pe, con segundo término -αλειφες (cf. ἀλείφω “untar”) y primer término de interpretación problemática. • Pl. nom.-ac. neut. we-je-ke-a2/[we-]jẹ-ke-a, Du. nom.-ac. neut. we-je-ke-e, adjetivo de interpretación discutida, probablemente con segundo término -εγχης (cf. ἔγχος). • Pl. nom.-ac. neut. we-we-e-a/[we]-we-e-a2 ϝερϝεhεhα “de lana” (cf. εἶρος “lana”). A los ya mencionados hay que añadir unos cuantos compuestos con segundo elemento -o-we, relacionable con οὖς ‘oreja’14, y que en su mayor parte 11

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También se ha propuesto ἀκρωϝης “de orejas tiesas” (cf. DMic., s.v.), con lo que tendríamos que agruparlo con los adjetivos compuestos en -o-we, de los que nos ocupamos un poco más abajo. Para los casos de separación entre términos de compuesto, de los que tendremos ocasión de ver alguno más dentro de este listado, remitimos a DUHOUX 1999, 230-232, dentro de un trabajo general sobre la separación de palabras en la escritura lineal B. Mejor que “no utilizable”, que es la interpretación más comúnmente aceptada (cf. DMic., s.v.), pero véase BERNABÉ ET AL. 1990, 158. También podría pertenecer a esta serie el ya mencionado a-ko-ro-we (cf. n. 11).

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se refieren a distintos tipos de vasos en función del número de asas con que cuentan15: • Nom. sg. neut. a-no-we ἀνωϝες “sin asas”. • Nom. sg. masc. o-wo-we οἰϝωϝης “de un asa” (cf. οἶος “solo, uno”). • Nom. sg. neut. ti-ri-jo-we τριωϝες “de tres asas”, nom.-ac. du. ti-ri-o-wee τριhωϝεhε. • Nom. sg. neut. qe-to-ro-we κwετρωϝες “de cuatro asas” (cf. τετρα“cuatro”). • Antropónimo nom. sg. o-tu-wo-we Ὀρθϝωϝης “que tiene las orejas rectas” (cf. ὀρθός, en micénico con disimilación de la w- inicial esperable); gen. sg. o-two-we-o, o-to-wo-wo-o (error del escriba por o-to-wo-o) y o-to-ẉọ-[we-o?] Ὀρθϝωϝεhος; dat. sg. o-to-wo-we-i Ὀρθϝωϝεhι. Igualmente, PITEROS – OLIVIER – MELENA 1982, 160 sugirieron la posibilidad de interpretar a-dwe-ẹ de TH Wu 99.β como el adjetivo ἀδϝεhης “sin miedo” (con ἀ- negativo y la forma micénica de los adjetivos de segundo término -δεής, cf. δέος “miedo”), probablemente utilizado como antropónimo, más que en referencia al logograma CAPf “cabra” que aparece en el nódulo16. Creemos que la interpretación fonética propuesta por estos autores puede ser adecuada; sin embargo, si se trata de un adjetivo, habría que ponerlo más bien en relación con el vocabulario de tipo económico que aparece en estos nódulos. Efectivamente, en ellos encontramos los términos a-ko-ra-jo/a-kora-ja, a-pu-do-ke “entregó”, o-pa y qe-te-o/qe-te-a2 “que ha de ser pagado”, por lo que más que con los derivados de δέος “miedo”, si a-dwe-ẹ es ἀδϝεhης quizá deba relacionarse con δέομαι/δεύομαι “faltar” (cf. ἐνδεής “falto, carente”, ἐπιδεής/hom. ἐπιδευής “falto, necesitado”, etc.), probablemente en el sentido de “que no falta”, es decir, “que no corresponde a un déficit previo”, aunque tendríamos que asumir para ello una forma de la raíz *dwes- en vez del *deus- habitual.

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Para la transcripción de los compuestos con -o-we hemos seguido la transcripción habitual con -ō- (cf. DMic., s.vv.). Sin embargo, JIMÉNEZ DELGADO 2009, 78 y n. 10, ha argumentado que serían formas en -ου(h)ης, puesto que el gen. ὠτός del griego del primer milenio es resultado de la contracción de hom. οὔατος, con un tema en dental secundario. También se ha propuesto (cf. DMic., s.v. y RISCH 1987, 297) que a-de-we-[ de KN As 1516.15 pueda ser a-de-we-[je Ἀδϝειης “sin miedo”, pero esto parece que obligaría a rechazar la propuesta de PITEROS – OLIVIER – MELENA, pues la yod aparecería en micénico.

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Quizá sean también adjetivos en -es e-pe-ke, e-pi-ke-re y e-po-wo-ke, pero su interpretación es problemática17. Para algunos casos de sustantivación, véase § 4. Como puede observarse, la flexión de estos temas en micénico se corresponde con la del griego del primer milenio en aquellos dialectos en los que no se ha producido contracción vocálica y otros fenómenos (como la extensión del nom. pl. tipo ἀληθεῖς al ac. pl.) tras la pérdida de la aspiración en posición intervocálica. Al igual que en griego del primer milenio, existe únicamente oposición entre formas animadas y neutras, sin que haya formas especiales de femenino con sufijo, frente a lo que sucede en otros de los temas en -s que veremos más abajo. § 4. SUSTANTIVOS EN -ES Prácticamente sólo se documentan como nombres propios18. Clasificamos a continuación los nombres personales compuestos de acuerdo con su segundo elemento. Todos estos nombres son, en último término, formaciones adjetivales sustantivadas en función de antropónimos (cf. SCHWYZER 1939, 513). • Nombres en -αρης: nom. e-pa-re Ἐπαρης; nom. e-u-wa-re Ἐhυαρης (cf. Εὐάρης). También es probable que pertenezca aquí nom. i-za-re ἱκκwιαρης (cf. i-qi-ja) y quizá ku-ka-ra-ṛẹ[19. • Nombres en -γενης: nom. e-ke-ne Ἐγγενης; nom. -ko-o-ke-ne Κωhογένης, dat. ko-o-ke-ne-ị Κωhογενεhι (cf. Κοιογενής Pi.Fr.33d.3)20. • Nombres en -κλεϝης (cf. nombres en -κλῆς del griego del primer milenio): nom. a-mo-ke-re-[we Ἀρμοκλεϝης; nom. e-ri-ke-re-we Ἐρικλεϝης; e-te-wo-ke-re-we Ἐτεϝοκλεϝης (PY An 654.8), junto con el derivado patronímico e-te-wo-ke-re-we-i-jo Ἐτεϝοκλεϝεhιος (cf. Ἐτεοκλῆς); dat. ]mo-ke-re-we-i -μοκλεϝεhι (probablemente [Ἀρ]μοκλεϝεhι o 17

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BARTONĚK 2003, 267 lista también a-te-re-te-a entre los posibles adjetivos en -es, pero en nuestra opinión es mucho más probable su interpretación como nom.-ac. neutro plural del adjetivo de obligación *ἀθρητεhος “que ha de ser inspeccionado” (cf. ἀθρέω “mirar con atención, inspeccionar”). Para u-po-we véase § 4. Además de la bibliografía general ya citada previamente, para estos nombres véase RISCH 1987, 283-284 y 295-296. Como indica RISCH 1987, 297, si bien la propia consideración del término como un antropónimo no es segura (cf. DMic., s.v.). También están atestiguados los antropónimos fem. a-ti-ke-ne-ja Ἀντιγενεhια y a3-pu-ke-ne-ja Αἰπυγενεhια, así como la forma a-pi-ke-ne-a[, que probablemente es un topónimo Ἀμφιγενεhα (cf. hom. Ἀμφιγένεια), pero no es seguro (cf. DMic., s.v.).

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[Δᾱ]μοκλεϝεhι); gen. ke-ro-ke-re-we-o Χειροκλεϝεhος; nom. na-u-sike-re[-we Ναυσικλεϝης; quizá también ]ra-ke-re-we[ y wo-ra-ke-re[. Nombres en -μένης: nom. a-ka-me-ne[ Ἀλκαμενης (si es que el nombre está completo realmente); nom. a-re-ị-me-ne Ἀρεhιμενης (y la variante a-re-me-ne); nom. a-o-ri-me-ne Ἀhοριμενης (cf. ἄορ); nom. e-u-me-ne Ἐhυμενης. Nombres en -μηδης: nom. a-no-me-de Ἀνορμηδης (cf. Ἀνδρομήδης); nom. a-pi-me-de Ἀμφιμηδης, gen. a-pi-me-de-o Ἀμφιμηδεhος; e-ke-mede Ἑχεμηδης o, más probablemente, Ἐγχεσμηδης (cf. ẹ-ko); dat. e-time-de-i quizá Ἐτιμηδεhι (cf. Ἐτιάρχος IG 7.2819) o Ἑρτιμηδεhι (cf. e-ti-we); nom. e-u-me-de Ἐhυμεδης, dat. e-u-me-de-i Ἐhυμεδεhι; nom. pe-ri-me-de Περιμηδης, gen. pe-ri-me-de-o Περιμηδεhος21. Nombres en -σκευης22, (cf. σκεῦος “aparejo, instrumento” y ἀσκευής “carente de instrumentos” Hdt.3.131): a-no-ke-we/a-no-ze-we Ἀνορσκευης (cf. compuestos en Ἀνδρο-); a-re-i-ze-we-i Ἀρεhισκεϝεhι (cf. Ἄρης). Otros: Nom. pi-ro-ka-te Φιλογᾱθης (cf. γῆθος y los nombres como Ἀνδρογήθης, Εὐγήθης, etc.). Dat. po-so-pe-re-i Ποσωφελεhι, compuesto de la preposición po-si ποσι y un segundo término que aparece en el adj. no-pe-re-a2 (cf § 3) y en nombres como Δημωφέλης, Ἐπωφέλης, Νικωφέλης, etc. Nom. su-ke-re, gen. su-ke-re-o, para el que se ha propuesto Συγχερης (cf. εὐχερής, δυσχερής) si se admite una disimilación regresiva a partir de *Ξυγχερης; alternativamente podría pensarse en Συνσκελης (cf. σκέλος y los compuestos ἰσχνοσκελής, παχυσκελής, περισκελής). Nom. po-ru-te-we posiblemente Πολυθεϝης (cf. θέω) y quizá también wi-ja-te-we, aunque en este caso es menos claro23.

También es un nombre en -es el antropónimo a-ḳạ-de, que se conocía por KN B(5) 799.624, y ahora se documenta en la forma de dat. a-ka-de-i en varias tablillas de Tebas (en algunos casos con roturas): TH Fq 240.8, 247.5, 258.7, 276.4 y 371.2. Como interpretaciones griegas se habían propuesto ya antes de la aparición de las tablillas tebanas (cf. DMic., s.v.) *Ακᾱδης, *Ἀργαδης y *Ἀρκαδης “el arcadio”, interpretación esta última preferida por los editores 21

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También está atestiguado el teónimo fem. i-pe-me-de-ja Ἰφεμεδεhια (cf. Ἰφιμέδεια), así como el antropónimo nom. me-de-i-jo Μηδηhιος, derivado de Μήδης. Según la propuesta de L. R. Palmer que aparece en Colloquium Mycenaeum 1979, 278, en la discusión posterior al trabajo de E. Risch, “Les consonnes palatalisées”. Se trata de la propuesta de RISCH 1987, 296, pero en este caso la interpretación es más problemática, incluso la relación con otro antropónimo nom. wi-ja-te-wo. Si bien también es posible que la lectura sea a-qe-de, como se señala en KT V, p. 37.

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de las tablillas tebanas (TOP I, 219). Sin embargo, una formación en -es sobre una formación en -ad-, como supondría la interpretación Ἀρκ-αδ-ης, resulta difícil; y el mismo problema presentaría Ἀργ-αδ-ης25. A la vista de la documentación tebana creo que se impone la interpretación que en su momento ofreció LANDAU 1958, 17, 156, 167 n. 126, quien lo relacionó con hom. ἀκηδής “descuidado, despreocupado” (cf. κῆδος/dór. κᾶδος “preocupación, dolor, duelo”), lo que permite integrar la formación micénica en el sistema regular del griego que relaciona adjetivos compuestos con segundo elemento -es con sustantivos neutros en -os/-es- (cf. CHANTRAINE 1933, 424; SCHWYZER 1939, 511). Es posible que también tengamos el mismo elemento de compuesto en wi-jo-ka-de, como sugirió RISCH 1987, 297. Del mismo modo, también es un tema en -es el antropónimo gen. wa-de-o hϝᾱδεhος “grato, agradable” de PY Sa 766, de la familia de ἡδύς “dulce”27, cf. hom. ἧδος “placer” y los compuestos en -ηδής tipo hom. θυμηδής “que alegra el ánimo” o ἀηδής “molesto”. De hecho, quizá sea un compuesto de este tipo ]-wa-de si es que es un final de antropónimo como quiere RISCH 1987, 297. Igualmente, debe ser un tema en -es el antropónimo tebano dat. o-ko-we-i (TH Fq 125.5, 214.8, 284.4, roto en dos ocasiones), var. o-u-ko-we-i (TH Fq 229.8, 247.4, 258.6, 276.3, 371.1, 379, fragmentario en varios casos). Se puede especular con un segundo elemento -κωϝης (cf. κωϝος “vellón”, § 2), pero eso nos deja con una secuencia inicial o(-u)- difícil de explicar. Otros nombres en -es sin interpretación segura son nom. e-ro-e, gen. ero-e-o; dat. i-ja-me-i quizá Ἰαμεhι (cf. Ἴαμος, Ἰαμενός, Ἰαμίσκος y, espedat. o[]ke-te-i; dat. cialmente, fem. Ἰάμε[ια] en IG 22.5443); nom. ] o-ke-te, ̣ pi-ke-te-i; nom. pu2-ke, gen. pu-ke-o, dat. (¿o nom. de rúbrica?) pu-ke; gen. qa-sa-re-o; gen. ]te-ra-u-re-o28. Igualmente, podría ser un tema en -es el término e-ke-se-si de KN Fp 14.1b, de interpretación poco clara, si es que es un nombre en dativo plural29. Corresponde también a esta clase de nombres un topónimo atestiguado en dat.-loc. sg., concretamente a-pe-ke-e (PY Jn 431.16), si es que es correcta su interpretación como Ἀφεγγεhει (cf. ἀφεγγής “no iluminado, oscuro”). Se tra25

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Ἀργάδης es el nombre del epónimo de una de las cuatro tribus jonias (Hdt. 5.66), pero en griego del primer milenio el nombre es un masculino de la primera declinación, mientras que en micénico se trataría de un tema en -s. Véase también GARCÍA RAMÓN 2006, 38. Esta es la interpretación más generalmente aceptada; para otras alternativas véase DMic., s.v. ]do-we-i también debe ser dat. de un tema en -s, pero lo fragmentario de la tablilla KN F 854.3 no permite ni siquiera decidir si se trata de un antropónimo o de un topónimo. No listamos los nombres en -e sólo atestiguados en nominativo, muchos de los cuales son relacionables con nombres en -εύς, pero para los que carecemos de información que nos permita establecer su tipo flexivo. Véase RISCH 1987, 286-291.

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taría simplemente de un uso como topónimo de un adjetivo sustantivado. Con él se relaciona el adjetivo étnico nom. pl. masc. a-pe-ke-i-jo Ἀφεγγεhιοι, que refuerza la idea de que nos encontramos ante un tema en -s. HAJNAL 1995, 29 también incluye entre los temas en -s el topónimo instr. pl. wa-a2-te-pi de PY Na 1009, lo que es posible, si bien la existencia del dat.-loc. sg. wa-a2-te-we en PY An 207.9 apuntaría más bien hacia un tema en -eus. También debe estudiarse aquí el dat. sg. o-po-re-i (TH Fq 126.2, 130.2, 169.2, 213.2, 214.2, 229.2, 249.1, 254.3, 257.1, 304.2, 331.1), que fue interpretado originariamente por los primeros editores de la tablilla (TOP I, 190192) como ὀπώρης, que sería según ellos un epíteto de Zeus derivado del sustantivo ὀπώρα “otoño”. El término se ha discutido dentro de la controversia general sobre las (supuestas) menciones religiosas en las tablillas tebanas. Parece más razonable la interpretación como ὀπωρεhι “que está sobre la montaña” (compuesto con preposición ὀπί y ὄρος), propuesta por MELENA 2001, 50 y PALAIMA 2000-2001, 40930, habida cuenta, además, de la vinculación existente entre las formas adjetivales en -es, generalmente compuestas, y los sustantivos neutros en -os/-es-, y especialmente dado que el dat.-loc. o-re-i está atestiguado en micénico, como ya hemos visto (§ 2). Igualmente, las tablillas tebanas nos han proporcionado un dat. me-tore-i (TH Fq 132.5, 229.7, 252.2, 254.7, 276.9, 292.2, en algunos casos no completo), que corresponde a un nom. me-to-re, ya conocido previamente en otros centros micénicos (KN Da 5295.B, Og 4467.2, PY Na 924). El dativo tebano viene a asegurar la clasificación del antropónimo como tema en -s, lo que previamente no estaba claro, dada la ambigüedad de los finales en -e en micénico31. Se ha tendido a interpretar este antropónimo como Μετ-ωλης vel sim. (cf. DMic., s.v. y TOP I, 198). Sin embargo, a la vista de o-po-re-i hay que plantearse, como hacían ya RISCH 1987, 297 y también GARCÍA RAMÓN 2006, 39, si no tenemos simplemente Μετωρης, es decir, un compuesto de la preposición μετά y ὄρος “montaña”. El nombre debe estar relacionado con el topónimo en adlativo ]me-to-re-ja-de de TH X 433.b, probablemente Μετωρεhιαν-δε “hacia la Tramontana”, aunque la falta de contexto de la tablilla impide cualquier tipo de constatación. Otro antropónimo de tema en -es proporcionado por las tablillas tebanas es gen. te-de-ne-o (TH Ft 211.1, 218.2, 220.2, roto en los dos primeros casos). Como interpretación posible, C. J. Ruijgh sugirió per litteras a Aravantinos, 30

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Con independencia de que se trate finalmente de un antropónimo, como defienden los estudiosos citados, o de un epíteto divino, como defiende, por ejemplo, BERNABÉ 2011, 64, cuestión que no resulta relevante para los objetivos de este artículo. Sobre los nombres en -e en micénico véase RISCH 1987.

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Godart y Sacconi (TOP I, 269 un genitivo en -εhος de Θεσ-δηνης, con un primer elemento θεσ- “dios” (cf. θέσφατος) y un segundo elemento relacionado con hom. δήνεα “pensamientos, designios”, interpretación que resulta muy sugerente. La última tablilla tebana publicada hasta el momento, TH Uq 434 (ARAVANTINOS – GODART – SACCONI 2008), nos ha deparado una interesante sorpresa por lo que respecta a los temas en -s, pues en su línea .7 aparece la forma suko-pu2-te-e. Los editores de la tablilla (ARAVANTINOS – GODART – SACCONI 2008, 26) la analizan como un nombre masculino de tema en -ēs, que consideran un nombre personal o, más probablemente, un nombre de oficio (título de un oficial del palacio), que, según ellos, sería σῡκοφυτεhει “plantador de higos”, con un primer elemento que es claramente su-ko σῦκον “higo” y un segundo que ellos relacionan con pu2-te-re φῡτηρες (cf. φυτεύω “plantar”)32. No obstante, la explicación morfológica de un nombre así no es sencilla: debería corresponder a un nominativo *σῡκοφυτης, que, obviamente, no puede ser el equivalente de un nombre de agente en -της del griego del primer milenio, ya que en micénico tales formaciones son temas en -ta -τᾱς y, al igual que sucede en el primer milenio, se flexionan como temas en -ā y no como atemáticos33. Resulta, por tanto, problemático explicar un derivado en -t-es- a partir de la raíz del verbo φύω, como parecería exigir una formación así; en efecto, la -tde φυτεύω “plantar” debe explicarse a partir de una formación adjetival en -tós sustantivada, concretamente el neutro φυτόν “planta”, a partir de la cual se construye el verbo denominativo. Del mismo modo, en pu2-te-re φῡτηρες “plantador” la -t- pertenece al sufijo de agente, mientras que con el sufijo sigmático -es- la presencia de una -t- no estaría justificada. Por otra parte, la semántica de la formación tampoco resulta totalmente satisfactoria, pues el significado sería “plantador de higos”, cuando, en todo caso, lo que se plantan son las “higueras” (por lo que, si en micénico sucedía como en griego del primer milenio, esperaríamos una forma relacionable con hom. σῡκέα como primer término de compuesto). Como alternativa, creemos que el término su-ko-pu2-te-e, tal y como han propuesto los editores de la tablilla, debe, efectivamente, interpretarse como un dativo de un tema en -es- cuyo primer compuesto es la palabra para “higo” y debe hacer referencia a algún cargo de la administración palaciega. Sin embargo, el compuesto debe ser más bien σῡκοφυθης, con un significado “en32

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Véase también THOMPSON (en este volumen), quien contextualiza el nombre dentro del conjunto de datos micénicos y señala acertadamente la rareza de las formas con desinencia -e de los sustantivos de tema en -s, con la excepción de los topónimos. Véase a este respecto la n. 3. Sobre los nombres en -tās en micénico véase la monografía de LEUKART 1994.

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cargado de los higos” o similar y que puede corresponderse desde el punto de vista semántico y de su papel en la administración palacial con el o-pi-su-ko de PY Jn 829.2, aunque con la diferencia de que el rango del su-ko-pu2-te-e de Tebas es de qa-si-re-u, según muestra el encabezado de la tablilla Uq 434, mientras que el o-pi-su-ko de Pilo es uno de los ko-re-te-re. Volviendo al análisis lingüístico, según nuestra propuesta el nombre tendría un segundo término de compuesto -φυθης, que es la formación adjetival en -es correspondiente a la raíz de πυνθάνομαι “averiguar, enterarse de”, del mismo modo que a partir de la raíz de μανθάνω tenemos formaciones en -μαθής, de πένθομαι en -παθής, etc., puesto que en estos compuestos con mucha frecuencia la forma que presenta la raíz es la del aoristo (cf. en nuestro caso ἐπῠθόμην), no la del presente (RISCH 1974, 82). En cuanto al tipo de composición que presenta esta formación, pueden encontrarse buenos paralelos en los poemas homéricos, como ἀνεμοσκεπής “que protege del viento” (Il.16.224) o ἀνδραχθής “que puede cargar con un hombre, de la carga que puede llevar un hombre” (Od.10.121). Con la interpretación propuesta, la formación micénica tendría un sentido activo, que es posible para estas formaciones a lo largo de la historia de la lengua griega (cf. CHANTRAINE 1933, 428; SCHWYZER 1939, 513; RISCH 1974, 81). Si tal interpretación es adecuada, tiene además interesantes implicaciones para la fonética del micénico y del griego, en general. En efecto, se ha discutido si la ley de Grassmann de disimilación de aspiradas había actuado ya en micénico; con esta forma tendríamos finalmente una confirmación de que dicho cambio fonético es posmicénico34, puesto que, como muestra el uso de pu2-, se conserva también la aspirada inicial de la raíz del verbo πυνθάνομαι, de *bhudh (cf. a.i. budh “despertar”, a.esl. bljudǫ “observar”, gót. ana-biudan “ordenar”, etc.)35. Seguramente debemos incluir entre los sustantivos en -es el nombre a-re, que por el análisis de los contextos parece ser, en un caso (KN Fp 14.2), el teónimo Ares y en otro (KN Mc 4462.B), un antropónimo. Por el contexto, en KN Fp 14.2 resultaría esperable un dativo, lo que plantea problemas morfológicos. Para un dativo se esperaría *a-re-e si el teónimo fuera un tema en -s en micénico o bien *a-re-we si fuera un tema en -eus; ambas posibilidades de flexión están documentadas en los dialectos griegos del primer milenio (p. ej., ép. nom. Ἄρης, gen. Ἄρηος frente a lesb. nom. Ἄρευς, gen. Ἄρευος)36. Dado 34

Véase un resumen de la discusión y los datos disponibles en micénico hasta ese momento en BERNA– LUJÁN 2006, 94-97, donde ya argumentábamos que la ley de Grassmann no había actuado aún en micénico. Véase LIV 66-68. Con independencia de que se trate originariamente de un tema alternante en *-eh1/-h1, como ya propusiera Bechtel. Véase a este respecto BILE 1988, 199. BÉ

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que la forma que realmente tenemos atestiguada es a-re y puede tratarse de un simple caso de nominativo de rúbrica37, parece más probable que en micénico tengamos un nom. Ἀρης, como tema en -s. Lo que no podemos saber con seguridad es si la cantidad larga de la predesinencial se mantenía a lo largo de todo el paradigma (como, p. ej., en las formas épicas ac. Ἄρηα, dat. Ἄρηι) o bien aparecía como breve fuera del nominativo (como, p. ej., hom. voc. Ἄρες, jón. Ἄρεϊ). Con este nombre se relacionan también los antropónimos masculinos a-re-i-jo Ἀρεhιος (y la variante ]a-re-jo), a-re-ị-me-ne Ἀρεhιμενης (y la variante a-re-me-ne)38 y a-re-i-ze-we-i Ἀρεhισκεϝεhι, así como a-re-ja Ἀρεhιᾱς, probablemente epíteto de Hermes, formaciones que corroboran la idea de que en micénico estamos antes un tema en -s. No obstante, para su trascripción se duda entre una base Ἀρεh- o Αρηh- en función de lo que acabamos de indicar también para la flexión del teónimo. Existe también un teónimo pa-de, atestiguado varias veces en contextos en los que se espera un dativo y cuya forma presentaría los mismos problemas morfológicos que a-re. No obstante, en este caso tenemos también atestiguada la forma con desinencia clara de dativo pa-de-i en KN Ga 953.2. No hay unanimidad en cuanto a su interpretación fonética como Πανδεhι u otras posibles (cf. DMic., s.v.). Igualmente, debemos estudiar dentro de este apartado el topónimo dat.-loc. ke-e probablemente Κηhει, lo que apuntaría a un nominativo *Κης, un nombre radical con flexión de tema en -s. Con él se relacionan también el étnico kei-jo Κηhιον (neutro empleado como topónimo), el antropónimo fem. ke-i-ja Κηhια y el topónimo ke-i-ja-ka-ra-na Κηhια κρανᾱ. Aunque el topónimo micénico parece que no se refiere a una isla, BARTONĚK 2003, 264 señala que esta forma *Κης también estaría en la base del nombre de Cos, que sería, por tanto, nom. sg. *Kēhos > *Κέως > Κῶς (junto con la forma épica nom. Κόως, que habría que explicar entonces como una diéctasis). Sin embargo, hemos visto al principio de este apartado el antropónimo nom. -ko-o-ke-ne Κωhογένης, dat. ko-o-ke-ne-ị Κωhογενεhι y veremos en § 6 el topónimo dat.-loc. e-pi-ko-e Ἐπικωhει, por lo que a la vista de los datos micénicos parece que tenemos que asumir que Κῶς procede de *Kōhos y no de *Kēhos. Por lo que se refiere a u-po-we, se suele interpretar (cf. DMic., s.v.) como un adjetivo neutro sustantivado nom. sg. neut. ὑποϝες “prenda inferior, prenda que se lleva por debajo” (cf. ὑποέστης· χιτών Hsch.), utilizado en lugar del nom. du. que resulta esperable por el contexto. Sin embargo, quizá resulte más 37 38

Para un resumen de la discusión, véase DMic., s.v. Sobre este nombre y sus paralelos véase el reciente trabajo de GARCÍA RAMÓN 2008.

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razonable interpretarlo directamente como un nombre radical ὑπο-ϝης, dado que la raíz de la que procede es *wes “vestir(se)”. § 5. SUSTANTIVOS NEUTROS EN -AS En los poemas homéricos el número de sustantivos neutros en -ας es bastante elevado39. En micénico tenemos documentados algunos, concretamente los siguientes: • Sg. nom.-ac. di-pa διπας “tinajilla” (cf. hom. δέπας “copa”); Pl. nom. ḍị-pa; Pl. du. di-pa-e διπαhε. • Sg. nom.-ac. ka-ma καμας “tierra de labor” (cf. κάμνω “trabajar”); Du. nom.-ac. ḳạ-ma-ẹ (si no es un error por ḳạ-ma). • Sg. nom.-ac. ke-ra γερας “don de honor, recompensa”. • También están documentadas en micénico varias formas de la palabra κέρας “cuerno”, a la que también corresponde la abreviación acrofónica KE. El nom.-ac. pl. ]ke-ra-a κεραhα aparece en KN K 872.1. ke-ra, que se lee en KN Ra 984.2, por el contexto debería ser un dat.-instr., pero falta la desinencia -e al final, que, en cambio, sí aparece en ke-ra-e en PY Sa 840, seguramente dat.-instr. κεραhει40 (mejor que nom.-ac. du. κεραhε, como también se ha propuesto; cf. DMic., s.v. ke-ra). También se documenta un sustantivo en -εύς derivado del nombre del cuerno, ke-ra-e-we (bien dat. sg. κεραhηϝει o nom. pl. κεραhηϝες) en PY Un 1482.241. Igualmente, se relacionan con esta palabra el adjetivo instr. pl. ke-ra-i-ja-pi/ke-ra-ja-pi κεραhιᾱφι y el antropónimo masc. nom. ke-raja Κεραhιᾱς. Posiblemente son también temas en -as los dat. pl. e-we-da-si[ y tu-wa-si, pero se carece de interpretación satisfactoria. Sobre su flexión, hay que señalar, en primer lugar, que no hay en micénico indicios de que se hubiera introducido en ellos ya la -t- que aparece en los casos diferentes del nominativo en algunas de estas palabras en griego del primer milenio. Por lo demás, es muy interesante la forma de nom. pl. ḍị-pa que 39 40

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Véase CHAINTRAINE 1958, 209-210. Para el análisis del contexto en comparación con otras tablillas, que permite asegurar su interpretación como dat.-instr. véase LUJÁN – BERNABÉ 2012, 630. La tablilla fue publicada por MELENA 2000-2011, quien argumentó que ke-ra-e-we debía interpretarse como /gerahēwes/, un derivado de γέρας. Sin embargo, es mucho más adecuada la propuesta de KILLEN 2000-2001, que es la que seguimos en el texto.

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aparece en KN K 740.2, donde se lee: ḍị-pa AES *214VAS 30[. Frente a la idea de que podía tratarse de un simple error del escriba por el plural ḍị-pa, se ha llamado la atención sobre la existencia de formas de nom.-ac. pl. en -ᾰ en Homero ante consonante, como γέρᾰ (Il.2.237 etc.) o con elisión ante vocal, como sucede con *κρέϝᾰ > κρέᾰ en la secuencia κρέ’ ὑπέρτερα (Od.3.65) y similares (CHANTRAINE 1958, 210), por lo que la forma micénica puede estar completa y ser antigua (cf. SIHLER 1995: 308). Igualmente, conviene recordar que en el texto homérico se encuentran unas cuantas formas de dat. sg. en -ᾳ (p. ej., γήρᾳ, κέρᾳ, σέλᾳ), que también se documentan en ático y que CHANTRAINE 1958, 209 calificaba de desconcertantes. Esto llevó a que para la mencionada forma ke-ra de KN Ra 984.2 se propusiera en su momento una lectura κέρᾳ; sin embargo, como ya recordaba el propio CHANTRAINE 1958, 209 n. 3, una explicación posible de estas formas de dat. sg. en -ᾳ era como contracción a partir de *-α-ει, con una vieja desinencia -ει (cf. también SCHWYZER 1939, 515). La documentación de la forma de dat.-instr. ke-ra-e κεραhει apunta señala sin duda esa dirección de explicación para las formas homéricas en -ᾳ, por lo que no serviría para un supuesto dat. ke-ra en micénico. Así que hay que pensar que se trata más bien de una falta del escriba. Por lo demás, se considera que algunas de estas formas en -ας del texto homérico podían no ser antiguas. MEIER-BRÜGGER 1992, II, 77 plantea la posibilidad de que las formas de singular tipo *kōwas sean secundarias a partir de un plural hiferético *kōwa, que a su vez procedería de un antiguo *kōweha, plural regular de kōwos42. Efectivamente, la documentación de mic. nom.-ac. ko-wo κωϝος (analizado supra en § 2) frente a hom. κῶας “vellocino” resulta significativa a este respecto. Sin embargo, el hecho de que, aunque no sean ya productivos, haya seguido existiendo un gran número de neutros en -os/-es- a lo largo de la historia de la lengua griega, hace poco verosímil que un tema de este tipo haya podido sufrir la influencia de los temas en -ας. Finalmente, aunque sea para descartar su interpretación como tema en -s, debemos mencionar en este apartado la palabra te-pa, que hace referencia a un tipo de tela y debe estar relacionado con hom. τάπης. En la mayor parte de las ocasiones, el término está abreviado en TE, que aparece acompañando al logograma TELA en la combinación TELA+TE. No obstante, leemos te-pa en KN Ws 8153.β y ]te-p̣ạ[ en KN L 5090.2 y en ambos casos parece que es más adecuado interpretarlo como un plural (cf. DMic., s.v.)43. También tenemos 42

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Véase también en esta línea la explicación de las formas cretenses del nombre κρέας que ofrece BILE 1988, 200-201 tras revisar las propuestas anteriores. Debemos añadir también te-pa[ en KN X 1432, pero no podemos saber si estaba completo.

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te-pa-i en MY Oe 107.1, habitualmente interpretado como dativo plural. La flexión de la forma homérica τάπης es como un tema masculino en -t-, como lo muestran las formas oblicuas del tipo de ac. sg. τάπητα, ac. pl. τάπητας y gen. pl. ταπήτων. En micénico desde luego el alargamiento en -t- no se documenta, pues esperaríamos un dat. pl. *te-pa-si, de *tepatsi. Si se pensara que podría ser un tema en -s- *τεπας, previo a la introducción postmicénica de la flexión con -t- (como sucede con el resto de los temas en -as), tendríamos que interpretar las formas de nom. pl. como τεπᾰ, en la línea de lo que hemos visto para ke-ra un poco más arriba. En cuanto a te-pa-i, el dativo plural de los diferentes tipos de temas en -s, según hemos podido ir viendo a lo largo de este trabajo, es siempre en -si (al proceder de -ssi-, con -s- de final del tema + -si de la desinencia), por lo que la interpretación de te-pa-i sólo podría ser, en todo caso, como dat. sg. τεπαhι. Sin embargo, hay que indicar que obra muy en contra de la interpretación de te-pa como un tema en -s la existencia del nombre de oficio femenino te-pe-ja “fabricadoras de te-pa”, que muestra que no puede tratarse de un tema en -as, pues se esperaría *te-pa-e-ja44, tal y como podemos asegurar ahora a la vista de ke-ra-e-we que hemos mencionado más arriba. En cambio, el sustantivo no plantearía ningún problema si lo consideramos simplemente una formación fem. *τεπᾱ, lo que permitiría explicar el nom. pl. te-pa simplemente como τεπαι y el dat. pl. te-pa-i como τεπᾱhι, de acuerdo con lo esperable en la flexión de los temas en -ā en micénico45. Dado que no se trata de una palabra patrimonial, sino de un préstamo, la diferencia de flexión entre el micénico y Homero se debe seguramente a una diferente adaptación, a la que hay que añadir la forma atestiguada también desde Jenofonte τάπις (cf. DELG, s.v.). § 6. SUSTANTIVOS MASCULINOS Y FEMENINOS EN -OS Los sustantivos masculinos y femeninos en -os en griego del primer milenio son muy escasos y han sufrido alteraciones varias, tanto fonéticas como morfológicas (CHANTRAINE 1983, 48-49). En micénico estos temas sólo están documentados como tales en nombres propios. Conviene diferenciar entre nombres radicales y derivados. 44

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Lo mismo cabe decir del antropónimo te-pe-u, si es que está formado sobre esta base, pues en tal caso habría debido ser *te-pa-e-u. Véase BARTONĚK 2003, 164-168; BERNABÉ – LUJÁN 2006, 147-149. Por esta misma razón, no parece adecuado considerar como perteneciente a un tema en -s el dat. pl. ke-re-na-i γερενᾱhι “grulla”, posibilidad que se consideraba en BERNABÉ – LUJÁN 2006, 161.

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Como nombres radicales están atestiguados dos antropónimos masculinos. El primero de ellos es nom. ] to-ro Τρως, gen. to-ro-o Τρωhος, con el que ̣ hay que relacionar el antropónimo femenino to-ro-ja Τρω(h)ια. Claramente se trata del étnico de los troyanos (Τρῶες en griego del primer milenio) y del mismo nombre que el del mítico fundador de Troya, Τρώς, cuyo nombre se documenta en varios casos en los poemas homéricos: ac. Τρῶα (Il.20.230 etc.), gen. Τρωός (Il.20.231), dat. Τρωΐ (Il.5.265 etc.). En paralelo a este nombre, las nuevas tablillas tebanas, concretamente TH Up 432.2, han proporcionado un dat. sg. po-to-e Πτωhει de otro etnónimo (ARAVANTINOS – GODART – SACCONI 2006, 7; DEL FREO 2009, 62) y que debe corresponder a un nom. sg. *Πτώς, que, como indican ARAVANTINOS – GODART – SACCONI 2006, 7-8, no está atestiguado directamente en griego del primer milenio, pero a partir de él se explica el nombre del monte Πτῷον (a unos 20 km al norte de Tebas), las fiestas Πτώϊα y el epíteto de Apolo Πτῷος. Dentro del micénico debe relacionarse, como también han indicado los editores de las tablillas tebanas, con el término po-to-a2-ja-de de TH Av 104.2, que sería una forma sustantivada del neutro plural Πτωhαιαν-δε a partir del adjetivo Πτωhαιος, con el sentido de “hacia los montes de Πτῷον” o “hacia el festival de Πτῷον”, o bien del femenino Πτωhαιᾱν-δε “hacia la región de Πτῷον”46. ARAVANTINOS – GODART – SACCONI 2006, 7-8 señalan que po-to-e es un hapax que sirve para referirse por medio de un étnico a un personaje que podría ser tanto divino como humano. DEL FREO 2009, 62 lo incluye en su listado de etnónimos usados como antropónimos, aunque con interrogación. A la vista del po-to-e tebano, hay que plantearse la posibilidad de que el antropónimo nom. poto de KN As 1516.4 y Dv 1417.B, para el que se han sugerido interpretaciones como Ποντος47, pudiera ser en realidad Πτως. También debe ser un tema en -os el topónimo dat.-loc. e-pi-ko-e Ἐπικωhει de PY Ad 672. El mismo topónimo está atestiguado en la forma e-pi-ko-o en PY Aa 94, en un contexto en el que se esperaría un locativo o bien un nominativo de rúbrica, por lo que se ha pensado que en alguno de los dos casos pueda tratarse de un error del escriba (cf. DMic., s.v.), ya que de lo contrario las formas no resultan conciliables dentro de un mismo paradigma, salvo que se asuma, como hace HAJNAL 1995, 29, que e-pi-ko-o es un genitivo Ἐπικωhος. Se trataría, por tanto, de la raíz del nombre de Cos (Κῶς y hom. Κόως, de *Kōhos), que también se atestigua en micénico en el antropónimo -ko-o-ke-ne Κωhογένης, dat. ko-o-ke-ne-ị Κωhογενεhι (cf. Κοιογενής Pi.Fr.33d.3), que ya hemos mencionado más arriba (§ 4). 46 47

Para el estudio de este topónimo véase el detallado trabajo de DEL FREO 2009, 51. Véase DMic., s.v. para las referencias y otras posibles interpretaciones.

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En cuanto a los nombres derivados, tenemos atestiguado el teónimo masculino ti-ri-se-ro-e, muy probablemente Τρισηρώhει “El tres veces héroe” (cf. ἥρως). En los dialectos del primer milenio encontramos una flexión con vocal larga de la predesinencial -ως- en todo el paradigma, p. ej. hom. sg. ac. ἥρωα, gen. ἥρωος, pl. nom. ἥρωες, etc. Dada la indefinición estructural de la escritura lineal B a este respecto, en micénico no resulta posible asegurar la cantidad de la -o- en la sílaba predesinencial. Conviene señalar también que de forma indirecta tenemos documentado en micénico el nombre de la “aurora”, que debía ser *a-wo ἁ̄ϝως (cf. át. ἕως, jón. ἤως, eol. αὔως y lat. aurōra, a.i. usas, etc.), por lo que podemos deducir a partir del antropónimo a-wo-i-jo Ἀ̄ϝohιος “Matutino”48. § 7. ADJETIVOS EN -OS Los adjetivos en -os en micénico corresponden a dos grandes tipos: participios de perfecto con sufijo -wos- y formaciones adjetivales intensivas con sufijo -yos-. Estudiamos a continuación cada uno de estos dos tipos. § 7.1. Participios de perfecto en -wos Tenemos atestiguadas en las tablillas en lineal B las siguientes formas de participios de perfecto en -wos-49: • nom. pl. neut. a-ra-ru-wo-a ἀρᾱρϝοhα “equipadas”, participio de la raíz del verbo ἀραρίσκω, que se conserva aún en griego del primer milenio, p. ej., sg. nom. masc. ἀρᾱρώς (Pi.I.2.19, etc.), nom. neut. ἀρηρός (Il.11.31), dat. masc. ἀρηρότι (Il.4.134). La forma de femenino también se documenta en micénico: a-ra-ru-ja, que por el contexto puede ser sg. ἀρᾱρυhια o pl. ἀρᾱρυhιαι. También hay que señalar que está atestiguada como forma de nom. sg. fem. ]ạ-ra-ru-wo-ja, que puede explicarse bien como una falta, bien como una forma analógica ἀρᾱρϝοhια, con nivela48

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JIMÉNEZ DELGADO 2009, 77-78 y 80-81 argumenta, no obstante, que la transposición a inicial de la aspiración de *ausos- > auhoh- no debía haberse producido aún en micénico, por lo que en a-wo-i-jo (con a- inicial y no a2-) habría que suponer una disimilación, ya que la aspiración ante a inicial habitualmente sí se escribe en micénico. Para ofrecer la información completa acerca de los participios de perfecto, hay que añadir que está documentado también el nom. fem. ]ḍẹ-di-ku-ja δεδικυια, quizá de δείκνυμι; véase DMic., s.v. También tenemos el antropónimo masc. nom. wi-do-wo-i-jo/wi-du-wo-i-jo/wi-dwo-i-jo ϝιδϝοhιος, originariamente un patronímico derivado del participio de perfecto *ϝιδϝως de la raíz *wid- “ver”.

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ción del grado pleno del sufijo -wos- desde las formas del masculino y del neutro, en vez del grado cero *-us- > -uh- esperable en el femenino. nom. masc. e-qi-ti-wo-e (TH Wu 75.β-.γ), quizá pl. ἐχwθιϝοhες o du. ἐχwθιϝοhε, de la raíz del verbo φθίνω50. nom. pl. masc. e-re-dwo-ẹ posiblemente ἠρειδϝοhες, de la raíz de ἐρείδω “apoyar”. nom. pl. masc. ke-ke-tu-wo-e, de interpretación controvertida51. Debe tenerse en cuenta que, incluso, la propia segmentación en palabras de la primera línea de la inscripción PY An 261 es incierta, pues fue escrita por dos manos diferentes: ke- corresponde a una y ke-tu-wo-e a otra (cf. PTT I). nom. pl. neut. te-tu-ko-wo-a/te-tu-ko-wo-a2 θεθυχϝοhα “acabadas, bien hechas”, de τεύχω (cf. hom. τετευχώς, donde ya se ha producido la nivelación del grado pleno de la raíz, -τευ- y no -tu-, a partir del tema de presente).

Se suele asumir que en micénico no se había introducido en la flexión del participio la flexión mediante sufijo *-wot- > -ot- que en griego del primer milenio se encuentra en todos los casos del masculino y del neutro salvo el nominativo singular masculino y el nominativo-acusativo neutro. Sin embargo, hay que ser conscientes de que todas las formas de participio perfecto que tenemos atestiguadas en micénico son nominativos plurales (¿y duales?) masculinos y neutros, por lo que, si nos atenemos estrictamente a los datos, no podemos ir más allá de realizar la constatación de que, efectivamente, los nominativos del participio seguían siendo temas en -s en micénico y en ellos no aparecía el sufijo -wot- que encontramos en griego del primer milenio. No tenemos, por tanto, evidencia documental para afirmar lo que sucedía en el resto de formas del paradigma, por lo que, al menos teóricamente, no se puede descartar que algunos casos oblicuos presentaran ya en griego del segundo milenio sufijo -wot-. Piénsese en lo que sucede en védico, donde las formas predominantes en la flexión son las sigmáticas (tipo sg. instr. cakr-ús-ā, dat. cakr-ús-e, abl.-gen. cakr-ús-as, etc., participio perfecto de kr “hacer” con grado cero -us- del sufijo), pero están integradas en la flexión algunas formas con sufijo -vat-, como nom.-ac. sg. neut. cakr-vát o instr. pl. cakr-vád-bhis. 50 51

Según la propuesta de C. Ruijgh; véase PITEROS – OLIVIER – MELENA 1982, 156. Para las diferentes posibilidades propuestas véase DMic., s.v.

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§ 7.2. Formaciones adjetivales intensivas en -yosTenemos atestiguados en micénico cuatro adjetivos con este tipo de flexión. • nom. pl. neut. a-ro2-a *ἀρyοhα > ἀρροhα “mejores”, nom. fem. a-ro2e interpretable como dual *ἀρyοhε > ἀρροhε a-ro2-e o bien como pl. *ἀρyοhες > ἀρροhες (y a-ro2-jo, probablemente falta del escriba, quizá por a-ro2-e o a-ro2-a). Cf. comparativo ἀρείων “mejor” en griego del primer milenio. • nom. pl. masc. ka-zo-e καζοhες (< *kak-yos-es) “peores”, cf. κακίων “peor”. • Sg. nom. masc.-fem. me-u-jo/me-wi-jo μεϝιως “menor, más pequeño”, nom. neut. me-wi-jo μεϝιος, dat. me-ẉị-jo-i μεϝιοhι; Pl. nom. masc.fem. me-u-jo-e/me-wi-jo-e μεϝιοhες, nom. neut. me-u-jo-a2 μεϝιοhα; Du. nom.-ac. me-u-jo-e/me-wi-jo-e μεϝιοhε. Cf. át. μείων “menor, más pequeño”. • Sg. nom. masc.-fem. me-zo μεζως (< *meg-yōs); Pl. nom. masc.-fem. me-zo-e μεζοhες, nom. neut. me-zo-a2 μεζοhα; Du. nom. masc.-fem. mezo-e μεζοhε. Cf. hom. μέζων y át. μείζων “mayor, más grande”). Recordemos que en griego del primer milenio, junto a la flexión dominante de los comparativos como temas en -n con sufijo -(ī)yon-, se atestigua también la flexión en -s en el acusativo singular masculino y femenino (p. ej., hom. ἀρείω con contracción *-oha > -ω), el nominativo-acusativo plural neutro (p. ej., hom. ἀμείνω, también con contracción *-oha > -ω) y el nominativoacusativo plural masculino y femenino (p. ej., hom. κακίους, ἀρείους, con contracción *-ohes > -ους) y quizá también en el dat. pl. -(ί)οσι en vez de -(ι)όνεσσι (RISCH 1974, 89). Se suele asumir que la flexión del adjetivo era totalmente sigmática en micénico. Sin embargo, hay que ser conscientes de que el final -o del nom. sg. masc. (como en me-zo o en me-u-jo/me-wi-jo) puede representar tanto -ως como -ων, por lo que, al menos en principio, cabría la posibilidad de que en micénico el nominativo singular tuviera sufijo -yōn. Y algo similar cabe decir del nom.-ac. sg. neut. en -o (tipo me-wi-jo), que podría ser tanto -ος como -ον. No está de más recordar que se ha propuesto interpretar el antropónimo ma-so-ni-jo como Μασσονιος (LANDAU 1958, 81, 181, 190; Études, 90, 145, 162; DMic., s.v.; BARTONĚK 2003, 270), es decir, como un patronímico en -ios a partir del nombre Μάσσων, que se puede explicar directamente como un uso en antroponimia de μάσσων, el comparativo del adjetivo μακρός. Si esta

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fuera la interpretación correcta, apuntaría a que en época micénica ya existían formas con -n en la flexión de los comparativos. Por lo demás, en este punto la evidencia comparativa con otras lenguas indoeuropeas no resulta decisiva, pues si bien el latín presenta el sufijo *-iōs > -iōr generalizado a toda la flexión52 (e *-ios > -ius en el nom.-ac. sg. neutro), en cambio el védico tiene una flexión mixta. En esta lengua nos encontramos con un nom. sg. masc. en -(ī)yān, es decir, con sufijo *-yōn, a partir del cual hay que explicar ac. sg. -(ī)yāṃs-am, nom. pl. masc. -(ī)yāṃs-as y nom. pl. neut. -(ī)yāṃs-i; frente a él, el resto del paradigma se flexiona sobre el sufijo -yas-: voc. sg. masc. y nom.-ac. neut. adesinenciales -yas, gen.-abl. sg. -(ī)yasas, dat. sg. -(ī)yas-e, loc. sg. -(ī)yas-i, instr. sg. -(ī)yas-ā, ac. pl. -(ī)yas-as y gen. pl. -(ī)yas-ām. Por lo tanto, la situación micénica podría ser, en principio, cualquiera de las dos: bien flexión como tema en –yos- a lo largo de todo el paradigma, bien presencia ya de -(i)yōn en el nominativo singular. Eugenio R. LUJÁN Departamento de Filología Griega y Lingüística Indoeuropea Facultad de Filología Ciudad Universitaria 28040 Madrid España [email protected]

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Luego abreviado en el nom. sg. al quedar en sílaba final ante -r.

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