Mapa Geológico de España, E. 1:50.000, Osuna (1005)

October 9, 2017 | Autor: Eustoquio Molina | Categoria: Cartografia, Mapa geológico, Osuna 1005
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Descrição do Produto

INSTITUTO GEOLOGICO Y M1NERO DE ESPAÑA

MAPA GEOLOGICO DE ESPAÑA E. 1:50.000

OSUNA Segunda serie - Primera edición

SERVICIO DE PUBLICACIONES MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA

La presente Hoja y Memoria han sido realizadas por T.C.R., S.A., bajo las normas, dirección y supervisión del IGME habiendo intervenido en las mismas los siguientes técnicos: Geología de Campo y Gabinete: - J. Cruz-Sanjulian. - J. Divar Rodríguez. Sedimentología Carbonatos: - J. González Lastra. Sedimentología Detríticos: - A. Maymó. - E. Remachá. Micropaleontología: E. Moreno de Castro. J. Martínez Gallego. E. Malina. C. Martínez Díaz. Supervisión IGME: - P. Ruiz Reig.

Servicio de Publicaciones· Doctor Fleming, 7 · 28036 Madrid·

Composición: RHEA Consultores, S.A.· Paseo de La Habana, 206 · 28036 Madrid Tirada: Gráficas Mawijo, S.A.· Fuenlabrada (Madrid)

D.L. M-43.275-1986 N.l.P.O.: 232-86-010-2

INDICE Páginas

0.- INTRODUCCION. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0.1.- ENCUADRE GEOLOGICO GENERAL . . . . . . . . . . . . . . . . 1.-ESTRATIGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.1.- EL SUBBETICO INDIFERENCIADO (MANTO DE ANTE· QUERA-OSUNA) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.1.1.- Arcillas, arenisca, limolitas, margas, calizas, calizo-dolomías, ofitas, yesos, carniolas. Trías (T Gl - T G3 1 . . . . . . . . 1.1.2.- Calizas oollticas. Jurásico Inferior?. (J 1 - J 2 1 . . . . . . . . . . 1.1.3.- Calizas micríticas. Jurásico Medio. (J 1 - J 2 1 . • . • • . . . . • . 1.1.4.- Calizas noduloso-brechoides y calizas micríticas brechoides. Jurásico Superior (J 3 ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.1.5.- Margas y margocalizas grises. Cretácico Inferior, (C 11 C15l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.1.6.- Margas blancas y rosadas, margocalizas, cal izas margosas, margocalizas silíceas, sílex. Cenomaniense a Cuisiense

(C16 - T:2ª) · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 1.1.7 .- Margas, calizas, calizas biodetríticas, areniscas caléareas, arenas, brechas, olistolitos calizos. (J). Luteciense a Burdi· galiense (T~~ - T~~) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2.- SUBBETICO EXTERNO: UNIDAD DE LA SIERRA DE ESTEPA......................................

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1.2.1.- Triásico (T G) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . 1.2.2.- Dolomías. Lías Inferior?. (J 11 ) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2.3.- Calizas micríticas, ool íticas y pisolíticas. Lías inferior a Oxfordiense inferior?. (J 12 · J 24 l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2.4.- Calizas nodulosas, calizas brechoides y falsas brechas: Oxfordiense medio a Tithónico superior-Berriasiense. (J 31 J33).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.2.5.- Margocalizas y margas grises, margas arcillosas verdes y rojas (ocasionalmente con yesos). Cretácico inferior. ( 1 c 1 ) . . . . 1.2.6.- Margas, y margocalizas blancas y rosadas con sílex en algunos niveles. Cretácico superior a Paleoceno. (C 2 - T 1 ) . . . . 1.2.7.- Margas, areniscas calcáreas, calizas, calizas detríticas y cali-

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zas brechoides. Eoceno a Burdigaliense. (T~~ - T~~) . . . . . 26 1.3.· SUBBETICO MEDIO: UNIDAD DE LA SIERRA DE LOS CABALLOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26 1.3.1.- Dolomías. Lías inferior?. (J 11 · J 12 ) . . . . . . . . . . . . . . . . 27 1.3.2.- Calizas con niveles dolomíticos. Lías Inferior-Medio? . . . . . 27 1.3.3.- Margocalizas grises-amarillentas con "pistas". Lías Medio y Superior?. (J 12 - J 14 l. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 1.3.4.- Calizas brechoides parcialmente dolomitizadas. Aaleniense? (J21 - J22l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 1.3.5.- Margas, margocalizas silíceas y con sílex. Dogger?. Malm. (J21 - J33l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 1.3.6.- Margocalizas y margas grises. Cretácico Inferior (2C 1) . . . . 30 1.4.- MATERIALES POST-MANTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.1.- Terciario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.1.1.- Langhiense. (T~~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.1.2.- Serravaliense. (T

1 ~ -T~l)

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1.4.1.3.- Tortoniense superior-Messiniense (T~1- T~2) ...... 1.4.2.- Cuaternario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.2.1.- Terrazas antiguas (0 2T) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.2.2.- Cono de deyección (0 2cd) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.4.2.3.· Formaciones edáficas y costras de exudación. (02 E) .. 1.4.2.4.- Coluviones y derrubios de ladera. (0 2 C) . . . . . . . . . . 1.4.2.5.- Llanuras aluviales y terrazas recientes. (0 2 Al-T) ..... 1.4.2.6.- Fondos de vaguada recientes. (0 2 Al-r) . . . . . . . . . . .

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2.- TECTONICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.1.- ESTRUCTURA DE LA SIERRA DE ESTEPA . . . . . . . . . . .

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2.2.· ESTRUCTURA DE LA SIERRA DE LOS CABALLOS... . . . 36 2.3.- ESTRUCTURA EN EL MANTO DE ANTEOUERA-OSUNA . . 36 2.4.- RELACIONES ENTRE LOS MATERIALES TRIASICOS Y LAS UNIDADES DEL SUBBETICO EXTERNO Y SUBBETlCO MEDIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

3.- HISTORIA GEOLOGICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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4.- GEOLOGIA ECONOMICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.1.- MINERIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.2.- CANTERAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.- HIDROGEOLOGIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.1.- Materiales carbonáticos, principalmente de los subbéticos Medio y Externo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.3.2.- Materiales margosos-arcillosos, principalmente del subbético indiferenciado (Manto de Antequera-Osuna) . . . . . . . . . . 4.3.3.- Depósitos cuaternarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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5.- BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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0.- INTRODUCCION

La hoja 1541 (Osuna) se extiende entre las coordenadas 37° 10' 04, 9" · 37º 20' 04, 9" Latitud Norte y 40 51' 10, 9" - 50 11' 10, 9" Longitud Oeste (Greenwich). Este área pertenece en su totalidad a la provincia de Sevilla, a excepción de dos reducidas superficies en el borde suroriental que corresponden a la de Málaga. El drenaje superficial se realiza hacia el Norte, hacia el rlo Guadalquivir. Los cursos más importantes son el río Blanco, que atraviesa la hoja en su parte central y es tributario del Genil, y el Arroyo del Peinado, que vierte sus aguas al río Corbones después de recorrer el borde occidental de la hoja. Si se exceptúan los modestos relieves subbéticos de la Sierra de Estepa (847 metros en el vértice Becerrero) y las estribaciones de la Sierra de los Caballos (Cerro del Relumbrón, 645 metros), cuya coronación se encuentra al Sur de la hoja, el resto del área está representada por formas suaves monótonas, donde, además, las llanuras aluviales cobran notable extensión. Ello se traduce en una cierta dificultad cartográfica de amplios sectores, modelados en rocas blandas sobre las que se han originado potentes suelos, frecuentemente cubiertos de cultivos. Al mismo tiempo, son muy escasos los cortes en los que puede realizarse un muestreo detallado o un análisis exhaustivo de las superficies de contacto.

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Todo ello justifica probablemente el que esta región no haya atraido el interés de los primeros investigadores de la Cordillera, que dirigieron sus esfuerzos primordialmente hacia otros sectores más orientales o bien hacia la región gaditana. No obstante, es obligado señalar entre estos trabajos pioneros los de CALDERON y ARANA (1890, 1893a, 1893b, 1895 y 1896), que, si bien no se refieren estrictamente al área de la hoja, tratan de temas indudablemente conexos como los relativos a las diatomitas de Morón y los materiales terciarios del Guadalquivir. Estos temas volverían a ser tratados mucho más recientemente por COLOM y GAMUNDI (1951) y COLOM (1952). Además de los materiales neógenos y cuaternarios discordantes, en el sector cartografiado está representado el Subbético en las ya citadas Unidades de la Sierra de Estepa, con una secuencia en la que se identifican desde el Trías al Mioceno inferior, y la Sierra de los Caballos en la que afloran materiales del Jurásico y del Cretácico inferior. El resto del área está ocupada por el Trías con facies germano-andaluza, sobre el que reposan materiales de edades comprendidas entre el Albiense superior y el Mioceno inferior; existen también algunos escasos afloramientos de pequeña extensión de materiales del Jurásico y del Cretácico inferior, de posición más polémica, especialmente la de estos últimos. · Son, sin duda, el significado de esta masa triásica, en continuidad cartográfica con el denominado Trías de Antequera, la atribución de los materiales que soporta y la interpretación de sus relaciones con las citadas unidades subbéticas, los problemas más controvertidos en el área de la hoja. Por esta razón, una revisión de los antecedentes exige señalar no sólo aquellos que aportan datos concretos del área que nos ocupa sino también algunos trabajos, principalmente de síntesis, en los que se trata de estos problemas de interés más general. Los trabajos de primer tipo son escasos. Entre ellos hay que citar la nota de COLOM ( 1936) en la que cita un afloramiento de Eoceno Superior al Sur de Pedrera, en la carretera a Martín de la Jara. BLUMENTHAL ( 1949) alude muy brevemente a las Sierras de Estepa y de los Caballos, a las que incluye en un corte transversal de la Cordillera, desde el Genil hasta el Mediterráneo. BLUMENTHAL (op. cit.), que invoca un diapirismo precoz, interpreta estos afloramientos subbéticos "aisladOG a modo de Klippes, a los cuales parece que se tenga que buscar sus raíces en la cercanía, lo que les clasifica aún como sub-autóctonos o de corrimiento relativamente reducido''. En este marco, el Trías germano-andaluz desempeña "un papel especial y trastornador ... con su muy acusada movilidad". A pesar de estas afirmaciones, BLUMENTHAL (1927) había asignado un carácter alóctono al Trías de Antequera, para el que supuso una raiz al Norte de Sierra Nevada (citrabético), aunque posteriormente (BLUMENTHAL 1930) aceptó su autoctonía.

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Este problema relativo al papel de los materiales triásicos, que cubren importantes extensiones en el tercio occidental de la Cordillera bética, ya había sido planteado por STAUB (1926), quien propuso un origen ultrabético para el Trías de "Antequera". Entre otros antecedentes que merecen ser consignados, se encuentra el trabajo de PERCONIG (1960-1962) que describe, en el Valle del Guadalquivir, deslizamientos gravitatorios en ambiente submarino ("nappes de glissement", "olistostromas") que afectan a materiales neógenos, incluido el Tortoniense. La existencia de tales olistostromas en la región de Ecija fué señalada más tarde por CHAPOND y RUIZ CELAA (1969). Más recientemente, PEYRE (1974) culmina una serie de publicaciones anteriores en la Memoria de su Tesis Doctoral, en la que el área de la hoja de Osuna no constituye sino un sector marginal. Entre los datos que aporta, puede resumirse que atribuye la Sierra de Estepa al "Subbético con Jurásico calizo" o "Subbético septentrional" en función de la presencia en el Malm de las facies de calizas nodulosas a las que atribuye un carácter recital; en esta secuencia identifica varios términos desde el Oxfordiense al Berriasiense; en cuanto a materiales más modernos describe una secuencia entre Berriasiense o Valanginiense inferior a Ypresiense, aunque no ha reconocido el Aptiense; señala que falta el Eoceno medio y postula el carácter transgresivo del Eoceno superior y del Oligoceno superior Aquitaniense a Mioceno medio. Por lo que se refiere a la Sierra de los Caballos, PEYRE (op. cit.) sólo hace una breve alusión, en la que la atribuye al "Subbético Sur", "Subbético con Jurásico margoso" o aún "Subbético sentido estricto"; cita la existencia de una serie isoclinal invertida que buza al SE de modo que "esta estructura simple se complica hacia el Oeste, pero la repetición de serie observada no ha podido ser analizada a causa de las condiciones de afloramiento". En cuanto al Trías de Antequera, PEYRE (op. cit.) lo relaciona con la Unidad de Ronda-Torcal (Subbético Interno o Penibético de otros autores) y señala que es ampliamente cabalgante sobre el Subbético; distingue, por otra parte, el "Trías Subbético", si bien considera que existen entre ambos tales analogías que el 1ímite entre uno y otro es incierto. En el mismo año, CRUZ-SANJULIAN (1974) elaboró su Tesis de Doctorado en la que quedaba incluida la hoja de Osuna. Estos resultados, que han sido revisados y, en parte, modificados por el propio autor, con la colaboración de J. Divar, han servido de base para la elaboración de esta Memoria y la cartografía correspondiente. Aunque la región de estudio de BOU RGOIS (1978) no incluye el área de la hoja, conviene recoger, sin embargo, algunas de sus ideas, relativas a problemas que interesan aquí. Para BOU RGOIS (op. cit.), los materiales atribuidos habitualmente al Trías germano-andaluz en la parte occidental de la Cordillera, representan en realidad una formación en la que la facies predominan-

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te es una "Brecha poligénica de cemento yesífero", de edad post-Neocomiense. Por otra parte, el mismo autor designa "Complejo del Guadalquivir" a todo lo que se encuentra en posición Nord-Penibética y se hunde bajo éste; este complejo tectono-sedimentario estaría constituido, siempre según BOURGOIS (op. cit.), por un empilamiento de "láminas" decamétricas a deca-kilométricas, procedentes de tres dominios: el Subbético, las "Brechas poligénicas de cemento yesífero" y la "Formación de arcillas con bloques", de edad Burdigaliense; se trataría, en suma, de una "mezcla perfecta", que corresponde a un "mosaico anárquico compuesto de la mayor parte de los dominios externos del orógeno bético". Cabe añadir, finalmente, que MOLINA (1979) incluyó en su Tesis doctoral un corte en materiales del Langhiense inferior al NE de Estepa. 0.1.- ENCUADRE GEOLOGICO GENERAL Las Cordilleras Béticas representan el extremo más occidental del conjunto de cadenas alpinas europeas. Se trata, conjuntamente con la parte Norte de la zona africana, de una región inestable afectada en parte del Mesozoico y durante gran parte del Terciario de fenómenos tectónicos mayores, y situada entre los grandes cratones europeo y africano. Tradicionalmente se distinguen las "Zonas 1nternas" y las "Zonas Externas", en comparación con Cordilleras de desarrollo geosinclinal, o sea una parte externa con cobertura plegada y a veces con estructura de manto de corrimiento y una parte interna con deformaciones más profundas que afectan al zócalo y que están acompañadas de metamorfismo. Actualizando estos conceptos, podríamos decir que las "Zonas Externas" se sitúan en los bordes de los cratones o placas europea y africana, y presentan características propias en cada borde, mientras que las "Zonas Internas" son comunes a ambos lados del mar de Alborán, situandose en la zona de separación existente entre ambas placas o zonas cratogénicas. Circunscribiendonos al área ibérica podemos decir que están presentes las "Zonas Externas" correspondiendo al borde de la placa europea, y parte de las "Zonas Internas". El resto de las "Zonas Internas" aflora en amplios sectores del área africana y europea que rodean al actual mediterráneo. Las "Zonas Externas" están representadas aquí por: la Zona Prebética y la Zona Subbética y las "Zonas Internas" por: la Zona Circumbética y la Zona Bética.

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La distribución geográfica de estas zonas de Norte a Sur y desde la Meseta hasta el Mar sería la siguiente: Prebética, Subbética, Circumbética y Bética. Veamos ahora muy resumidamente las características de estas zonas. La Zona Prebética: Es la más externa, y se deposita sobre una corteza continental, la de la meseta. En ella los sedimentos son propios de medios marinos someros o costeros, con ciertos episódios de tipo continental. Fue definida ya por BLUMENTHAL (1927) y FALLOT (1948), y en base a la potencia de sedimentos, y a las diferencias de facies en el Cretácico y Paleógeno, BAENA y JEREZ (1982) la subdividen en dos dominios: Prebético externo, y Prebético interno La Zona Subbética: Se sitúa al Sur de la anterior, y presenta facies pelagicas más profundas a partir del Domeriense, con margas, calizas nodulosas, radiolaritas y hasta favies turbiditicas a partir del Jurásico terminal. Igualmente en cierto sector existió vulcanismo submarino durante el Jurásico. En base a las características de la sedimentación durante el Jurásico y parte del Cretácico inferior, se ha subdividido esta zona en tres dominios que de Norte a Sur son: Subbético externo Subbético medio Subbético interno El Subbético externo incluiría parte del talud que enlaza con el Prebético, un pequeño surco con depósitos turbidíticos y un umbral que separa este surco de la parte más profunda, el Subbético medio. El Subbético medio se caracteriza por facies profundas desde el Lías superior, con abundancia de radiolaritas y con vulcanismo submarino. Representa la parte más profunda de la zona Subbética. El Subbético interno se caracteriza por facies calcáreas durante todo el Jurásico y representa un umbral, posiblemente el límite meridional de las Zonas Externas. La Zona Subbética es probable que se depositara sobre una corteza continental adelgazada, relacionada con la placa europea. La primera alusión a esta zona corresponde a DOUVI LLE. La Zona Circumbética: ya dentro de las Zonas Internas, ha recibido este nombre porque sus materiales rodean con mayor o menor extensión a la Zona Bética. Dentro de esta zona estarían incluidas unidades, formaciones y complejos que han recibido diversas denominaciones según los autores, tales como Dorsal, Predorsales, Zona media, Unidades del Campo de Gibraltar, Substrato de los flysch cretácicos, Subbético ultrainterno, etc. Ha sido definida así por BAENA y JEREZ (1982).

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Se trataría de una zona que en principio se situaría entre las Zonas Externas ibéricas y las Zonas Externas africanas, ocupando un amplio surco que se fué estructurando a partir del Pliensbachiense. En su zona más profunda se depositaban radiolaritas, y a partir del Jurásico superior potentes formaciones turbid íticas que se fueron sucediendo hasta el Mioceno inferior. El espacio ocupado por esta zona, probablemente, y a partir del Eoceno medio-superior, fué invadido por la Zona Bética, que mediante fallas en dirección se desplazó desde regiones más orientales donde había evolucionado (subplaca de Alboran), con lo cual, lo que en principio era una sola zona se estructura en varias partes situadas a uno u otro lado de la Zona Bética, existiendo una posible Zona Circumbética ibérica y otra africana, enlazadas por lo que hoy es el Arco de Gibraltar. Dentro de esta Zona Circumbética podemos distinguir en base a las características de sedimentación, tanto Jurásicas como cretácicas y terciarias varios dominios que denominaremos: Complejo de la Alta Cadena Complejo Axial Complejo Predorsaliano y Complejo Dorsaliano El Complejo de la Alta Cadena representaría el área cercana al Subbético interno. Este complejo tendría su correspondiente en el borde de las Zonas Externas africanas. El Complejo Axial se situaría en el área de "bassin plain" o llanura submarina más profunda durante gran parte de su historia. El Complejo Predorsalino estaría situado más cercano a la "Zona Bética" y constituiría en muchos momentos el talud de enlace con la llanura submarina del Complejo Axial. Todos estos Complejos han sido posteriormente empujados y distorsionados por el encajamiento de la "Zona Bética". El Complejo Dorsaliano se depositaría probablemente en zonas más orientales, sirviendo de enlace entre esta zona y la Zona Bética, la cual al trasladarse hacia el Oeste le arrastró y dibujó la orla que actualmente constituye alrededor de dicha zona. Es muy probable que la Zona Circumbética se desarrollase sobre una corteza prácticamente oceánica. Por último, la Zona Bética, que probablemente ha evolucionado en sectores más orientales, presenta mantos de corrimiento y metamorfismo en la mayor parte de sus dominios. Tradicionalmente se distinguen tres unidades: Complejo Malaguide Complejo Alpujarride Complejo Nevado-Filábride

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Se trata de tres unidades tectónicas mayores, cuya posición de techo a muro es la descrita anteriormente, pero sin que ello indique como en las zonas anteriores una posición paleogeográfica. Salvo en el Complejo Malaguide, están representados exclusivamente terrenos Paleozoicos y Triásicos. Con posterioridad a la "intromisión" de la Zona Bética, al final del Aquitaniense se produce el evento tectónico más espectacular de la Cordillera Bética, puesto que afecta a todas las zonas, aunque como es lógico con desigual intensidad. Se trata de la comprensión que provoca el choque de las placas europea y africana, mediante el juego de una miniplaca, la Zona Bética. Esta colisión que tuvo su mayor reflejo en el límite entre Zonas Internas y Zonas Externas, afectó profundamente a la Zona Circumbética: gran parte de la cual fué subducida, obducida o acumulada mediante imbricaciones. En la Zona Subbética, y debido a esta colisión se originan cizallas de vergencia Norte que hacen cabalgar unos dominios sobre otros. En la base de estas Unidades cabalgantes el Trías sufre una extrusión y se extiende en diversas láminas cubriendo amplias zonas, con retazos de su cobertera que han sufrido diversos procesos de despegue mecánico. Estos Trías y sus coberteras no identificadas podrían considerarse como SUBBETICO indiferenciado. Esta colisión pudo ser responsable también de que parte de la Zona Circumbética fuera expulsada hacia el lado ibérico donde montó sobre diversos dominios de la Zona Subbética. Con posterioridad al Burdigaliense parece que se produjo cierta elevación en la Zona Subbética, quizas como un ajuste isostático después de la colisión. Esta elevación pudo provocar un deslizamiento a un lado y otro de su eje de formaciones aloctonas desenraizadas, que se mezclaron, dando lugar a una masa de aspecto más o menos caótico (arcillas con bloques) que puede considerarse tecto-sedimentaria e incluso tectónica. Este último evento pudo desdibujar las estructuras existentes y dar un aspecto aún más caótico del que ya existía. Esta Hoja se sitúa plenamente dentro de la Zona Subbética. 1.- ESTRATIGRAFIA La descripción de la Estratigrafía de los materiales de la Hoja requiere una previa agrupación de dichos materiales en conjuntos con entidad propia, ya sea tectónica, estratigráfica o ambas. En este sentido, parece aceptable atribuir (CRUZ-SANJULIAN, 1974). en virtud de su situación y de las secuencias observadas, la Unidad de la Sierra de Estepa y la de la Sierra de los Caballos a los Dominios Subbético Externo (septentrional) y Subbético Medio (septentrional), respectivamente, ambos términos utilizados en el sentido de GARCIA-DUEl\IAS (1967).

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Diferente es el caso del Trías germano-andaluz y de los materiales que descansan sobre aquél. Conviene precisar, ya desde aquí, que no compartimos la idea de que los materiales triásicos representen en su totalidad una brecha poligénica de edad post-Neocomiense, hecho que ya ha sido discutido (CRUZSANJU LIAN, 1980). Aceptada la pertenencia al Trías de los extensos afloramientos de materiales en facies germano-andaluza del área de. la hoja, es necesario añadir que en ningún punto aparecen en la base de las Unidades subbéticas del sector (Sierra de Estepa y de los Caballos), sino que, por el contrario, el contacto cuya naturaleza se discutirá en su momento, se realiza precisamente con los materiales más modernos de estas últimas. El análisis de esta relación, junto a la existencia de: a) afloramientos dispersos y de pequeñas dimensiones de materiales jurásicos sobre el Trías, distintos de los de la misma edad de las Unidades Subbéticas del sector. b) escasos y reducidos aflo~amientos de materiales del Cretácico inferior subbético, a veces claramente "pellizcados" por materiales triásicos y c) extensos afloramientos de materiales de edades comprendidas entre el Cretácico superior y el Mioceno inferior, con facies típicamente subbéticas, sobre los materiales triásicos. Indujeron a CRUZ-SANJULIAN (1974) a individualizar una nueva unidad alóctona, el Manto de Antequera-Osuna, que englobaría los materiales triásicos, jurásicos y del Cretácico superior a Mioceno inferior. Sin pretender presentar ahora un análisis exhaustivo de la cuestión, cuyos detalles, además de en el trabajo citado, pueden encontrarse en otras publicaciones (CRUZ-SANJULIAN, 1976 a y b), cabe resumir que en ellas se invoca una metacronía en la traslación de dicha unidad: en una primera etapa, sobre el Subbético Medio, al final del Cretáceo inferior, de modo que materiales de esta edad del sustrato podrían incorporarse a la unidad alóctona, mientras que los materiales posteriores a esa primera traslación se depositarían directamente sobre los materiales triásicos. En una segunda etapa, al final del Mioceno inferior, la unidad -que ya contaría con términos desde el Cretácico superior (y Albiense) al Burdigaliense- se superpondría el Dominio Subbético Externo. En suma se interpreta en los referidos trabajos que los contactos entre el Trías y los distintos términos que aparecen sobre él son de naturaleza estratigráfica, si bien el peculiar comportamiento, sobre todo de los materiales triásicos, condiciona que en muchos casos estén más o menos mecanizados. Para evitar posibles confusiones derivadas de la observación de la cartografía que acompaña a esta Memoria, conviene precisar que, en atención a lo anteriormente expuesto y, sobre todo, a la propuesta realizada al respecto por el l.G.M.E., con vistas a homogeneizar y facilitar futuras síntesis, actualmente en proyecto, tales contactos se han representado sin excepción como mecá-

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nicos. No obstante, ello no implica, en nuestra opinión, que el Trías y los materiales que soporta deban ser considerados procedentes de dominios distintos y superpuestos mecánicamente. También se nos ha propuesto, por las mismas razones, introducir la denominación de Subbético indiferenciado, sin que ello suponga por nuestra parte que la utilización de tal calificativo se base en postular que los materiales del Albiense a Mioceno inferior que descansan sobre el Trías representan la cobertera despegada de unidades subbéticas que hoy no afloran y que, por tanto, no pueden ser atribuidas a un Dominio subbético determinado. Antes bien, como ya se ha señalado y se comentará con mayor detalle en próximos capítulos, a falta de argumentos decisivos en contra, no descartamos que tal superposición corresponda a un contacto estratigráfico, más o menos retocado tectónicamente. 1.1.- EL SUBBETICO INDIFERENCIADO (MANTO DE ANTEOUERA· OSUNA) Ya se ha aludido a las razones que obligan a mantener esta doble denominación. En suma, se describirán en este epígrafe todos aquellos materiales, de edades comprendidas entre el Trías y el Mioceno inferior, que no pueden ser atribuidos ni al Subbético Medio (Unidad de la Sierra de los Caballos) ni al Subbético Externo (Unidad de la Sierra de Estepa). Se puede añadir que estos materiales no corresponden tampoco ni a las Unidades del Dominio Subbético Interno ni al denominado Subbético Ultrainterno (CRUZ-SANJULIAN, 1974), que están representados en esta transversal más al Sur, en la hoja de Teba. De los materiales incluidos en este epígrafe, los que ocupan mayor extensión superficial son, sin duda, los materiales del Trías germano-andaluz. Están también ampliamente representados los de edades comprendidas entre el Albiense superior y el Mioceno inferior. Existen varios afloramientos dispersos que corresponden a distintos términos del Jurásico. Finalmente, se han cartografiado tres pequeños afloramientos del Cretácico inferior en posición tectónica controvertida y cuya pertenencia a la misma unidad puede ser cuestionada. Es necesario subrayar que en ningún punto del sector, ni tampoco de las áreas vecinas, se encuentran en la misma vertical todos estos términos posttriásicos. Un análisis más detallado de esta cuestión se abordará en el capítulo de Tectónica. 1.1.1.- Arcillas, areniscas, limolitas, margas, calizas, calizo-dolomías, ofitas, yesos, carniolas. Trías. (T Gl _ T GJ). El análisis de la secuencia triásica presenta múltiples problemas en razón de

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la falta de fauna y de la complejidad tectónica. Por otra parte, ningún corte permite conocer la secuencia completa y la continuidad lateral de los escasfsimos cortes parciales que pueden establecerse en el área de la Hoja es siempre muy reducida. Aún a falta de argumentos paleontológicos decisivos en el área de la hoja, puede aceptarse la pertenencia al Muschelkalk (T G2 ) de los niveles de calizas y calizas dolomíticas negras o muy oscuras, en bancos delgados (20-30 cm) hasta tableadas, a veces finamente laminadas y, en otras ocasiones, brechoides. En idénticos materiales CHAUVE (1968) dató el Muschelkalk superior, lo que estaría de acuerdo, además, con la opinión de otros autores (SCHMIDT 1936, FALLOT, 1930-1934, etc.). De este modo, los niveles haloclásticos suprayacentes (areniscas rojas a veces con laminaciones cruzadas, arcillas y margas arcillosas de colores abigarrados, limolitas y limos arenosos de colores amarillos y verdes, yesos, sal gema, evidenciada en la salinidad de algunos manantiales, etc.), coronados por dolomías carniolares, deben ser atribuidos al Trías superior. (T G3 ). Sin embargo, también existen bajo las calizo-dolomías ael Muschelkalk niveles elástico-salinos comparables a los que acaban de ser reseñados. Podría tratarse de un tramo elástico del Muschelkalk medio, a semejanza del evidenciado por V 1RG1 LI ( 1960-1962), en el NE de España, entre dos tramos calizos y dolomíticos del Muschelkalk inferior y superior. No obstante, tampoco puede descartarse que represente el Trías inferior, de acuerdo con SCHMIDT ( 1936), lo que significaría la existencia de dos tramos haloclásicos -uno en el Keuper, otro en el Buntsandstein- separados por los niveles carbonatados del Muschelkalk. {TG2 l. En cuanto a las rocas ígneas incluidas en los materiales triásicos, se trata de rocas volcánicas o subvolcánicas básicas (Doleritas-Ofitas) de color verde a negruzco con texturas variables (doleríticas, porfídicas, intersectales), constituídas generalmente por un piroxeno augítico (con frecuencia alterado a anflbol en los bordes), una Plagioclasa (An 63 - An 55 en la mayor parte de los casos) y menas metálicas. Estas rocas ofíticas pueden encontrarse tanto en el tramo superpuesto a las calizas-dolomías negras del Muschelkalk (T G2 ) como debajo de él, lo que sugiere la posibilidad de que exista más de una intrusión de rocas ígneas, de las que la más antigua podría corresponder, incluso, al Trías inferior. Unicamente cabe añadir la existencia relativamente frecuente de mineralizaciones de hierro que en el área de la hoja están representadas sobre todo por Magnetita, que parecen estar relacionadas espacialmente con la presencia en superficie de rocas ofíticas. Existen también mineralizaciones de ocres, poco importantes en volumen, situadas en la base de formaciones dolomíticas.

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1.1.2.- Calizas oolíticas. Jurásico inferior?. (J 1 - J 2 ) Al no poder datarle con seguridad se agrega con el tramo siguiente en la cartografía dando le la Notación J 1 - J 2 , Jurásico 1nferior-Medio. . Se trata de afloramientos aislados de calizas ool íticas de los que en la hoja de Osuna hay un sólo ejemplo al SE de dicha localidad, en las proximidades del Rancho de Palmitera. Es característico que estas calizas oolíticas, al lado de los habituales colores blanco o crema, presenten tonalidades amarillas y rojas, muy vivas, completamente inusuales en otras unidades subbéticas. La potencia observable en este punto es del orden de 20 metros, pero este valor es netamente superado en regiones más meridionales. En este caso, las calizas ool íticas contactan directamente con los niveles elástico-salinos del Trías, mientras en las regiones situadas al Sur de la aquí estudiada tienen en su base con frecuencia dolomías grises brechoides y sacaroideas, atribuibles al Lías inferior. Por esta razón, no se puede descartar que alguno de los afloramientos dolomíticos incluidos en el Trías en esta hoja representen en realidad la base del Jurásico. La microfauna identificada en las calizas oolíticas es banal y su atribución al Jurásico inferior {probablemente Lías inferior) se basa únicamente en su posición en la secuencia en sectores más meridionales y en la semejanza de facies con los materiales de la base del Jurásico de las Unidades subbéticas. 1.1.3.- Calizas micríticas. Jurásico-medio. (J 1 - J 2 !. En el cerro del Calvario, en la carretera de Osuna a Martín de la Jara, afloran, sobre los materiales triásicos, 30 metros de calizas micríticas grises, con algunos niveles ool íticos, cuya microfacies permite atribuirlas al Dogger. Materiales similares afloran en las proximidades (sector de Cerro Prieto, al SE de la Hacienda del Soldado), si bien constituyen aquí olistolitos incluidos en una formación esencialmente margosa del Mioceno inferior. En este caso junto a las calizas grises se encuentran niveles rojizos. La microfauna incluye Protoglobigerinas, filamentos, espículas, ostrácodos, radiolarios, Globochaete y fragmentos de Ammonites, lo que permite suponer una edad Dogger. 1.1.4.- Calizas noduloso-brechoides y calizas micríticas-brechoides. Jurásico superior. (J ). 3 En las proximidades de Cortíjos Viejos, sobre los materiales triásicos, afloran, en muy deficientes condiciones de observación, calizas noduloso-brechoides de color amarillento. En lámina delgada se identifica Protoglobigerinas, Saccocomidae (muy abundante), Nodosariidae, Globochaete, radiolarios, es-

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pículas, embriones de Ammonites y restos de lamelibranquios y gasterópodos, lo que permite atribuir estos materiales al Kimmeridgiense. Aparentemente sobre estos niveles afloran calizas margosas crema y calizas micríticas brechoides de color rosado; en estas últimas se observan abundantes cortes de Ammonites de dificil extracción. Se han identificado Phylloceras sp. Sin embargo, en lámina delgada se han reconocido Calpionellas del Tithónico sumerior-Berriasiense (g. CRUZ-SAN JULIAN, 1974). Las condiciones del afloramiento sólo permiten asegurar que existen, al menos, 5 metros de estos materiales. 1.1.5.- Margas y margocalizas grises. Cretácico inferior. (C 11 · C 16 1. Los materiales descritos hasta aquí, y los que se describen en el próximo epígrafe, descansan claramente sobre los materiales triásicos. Tan sólo habría que exceptuar pequeños sectores en tal o cual contacto en que la estructura es un poco más compleja. Por el contrario, al menos en dos de los tres pequeños afloramientos de Cretácico inferior existentes en la hoja, y en otros ejemplos fuera de ella, los materiales triásicos aparecen tanto al techo como al muro de aquéllos y los contactos correspondientes son indudablemente mecánicos. Este hecho supone una sensible diferencia en cuanto a las relaciones de unos y otros con los materiales triásicos, de modo que CRUZ-SANJULIAN (1974) atribuyó estos materiales del Cretácico inferior a las unidades del Subbético medio. A pesar de ello, la estructuración de esta Memoria justifica el que su estudio se aborde en este punto, si bien con las matizaciones reseñadas. En todos estos afloramientos se identifican margas y margocalizas de colores grises a grises-amarillentos cuya facies coincide sensiblemente con la de los materiales de la misma edad tanto del Subbético Externo como del Subbético Medio de esta región. En el Km. 28,9 de la carretera de Ecija a Osuna, en las proximidades del Cortijo de las Cabezuelas, se ha recogido una fauna que puede ser atribuida al Cretácico inferior sin mayores precisiones: Phylloceras velledae (MICH), Phyllopachyceras sp., Protetragonites sp. y Lytoceras sp. En el Cerro del Caballo, al SW de Osuna se ha puesto de manifiesto el Valanginiense con: Phylloceras velledae (MICH), Olcostephanus sp. y Lamellaptychus seranonis (COQ). Al Oeste del Cerro del Calvario, afloran también idénticos materiales aunque la fauna recolectada ha resultado inclasificable. Finalmente, el Valanginiense ha sido también reconocido en el Molino de Traba, al SE de Pedrera, con Bochianites sp. En este mismo afloramiento se ha identificado también el Albiense con Anissoceras sp. y Mortoniceras (Durnovarites) sp. 18

1.1.6.- Margas blancas y rosadas, margocalizas, calizas margosas, margocalizas silíceas, sílex. Cenomaniense a Cuisiense. (C 16 - Tf2ªl. No existe ningún corte que permita analizar la secuencia completa de estos materiales, pero las .observaciones en numerosos puntos dispersos confirman que todos ellos presentan una facies muy similar. El corte más completo, al menos en lo que se refiere a los términos del Cretácico, se encuentra al Norte de Aguadulce, cerca del borde septentrional de la hoja, a lo largo del camino entre el Cortijo Indiano y el Cortijo de la Sierrezuela, en las proximidades del primero. En este afloramiento, aunque existen ciertas complicaciones estructurales y algunas de observación, han podido identificarse: Cenomaniense superior (zona de Rotalipora cushmani): margas rosadas (potencia mínima 10 metros, no se observa el muro) a las que siguen 15 metros de margas y margocalizas blancas. Turoniense (zona de Globotruncana helvetica): 10 metros de calizas margosas blancas silíceas y con sílex y margocalizas silíceas con muy delgadas intercalaciones de margas blancas. Coniaciense (zona de Globotruncana schneegansi): 2 metros (no se observa ni el techo ni el muro) en los que existen tres bancos de calizas margosas blancas de 35 centímetros de potencia, separados por sendas intercalaciones de margas blancas de grosor comparable. Santoniense (zona de Globotruncana carinata): al menos 40 metros de margas blancas con intercalaciones de niveles delgados de margocalizas del mismo color. Al techo existe una laguna de observación de varias decenas de metros. Campaniense-Maestrichtiense inferior: ha sido identificado en lámina delgada en niveles de calizas blancas con intercalaciones de margas blancas (no son observables los matedales situados ni en el techo ni en el muro). En materiales con una litología muy similar se han puesto de manifiesto, en otros puntos, varias zonas del Eoceno inferior: El l lerdiense terminal (zona de Globorotalia formosa): en margas blancas con intercalaciones de margocalizas silíceas y con sílex, en las in~e­ diaciones del Cortijo del Tesoro, al NNW de Aguadulce. El Cuisiense (zona de Globorotalia aragonensis): en margas blancas, en la carretera de Aguadulce a El Rubio (Km. 8 y 9). El límite Cuisiense-Luteciense: con Globorotalia bullbrooki, está, representado por margas crema, en el camino de Aguadulce a Martín de la Jara, en las inmediaciones del Molino de Barra y muy cerca de este punto, en el camino que conduce al Cortijo de San Agustín, por margas blancas con niveles de margocalizas silíceas y con s. Los productos que se extraen de dichas canteras tienen diferentes aplicaciones siendo la más importante su utilización para aglomerantes (cementos y cales), aunque también se usan para ornamentación y para áridos. 2. Al N. de la carretera que une Osuna con El Rubio, en el Cerro del Acebuche (1), existe una cantera que explota las calizas y calizas dolomíticas (TG 2 ) del Muschelkalk. La explotación de esta cantera es de tipo estacional, pues se dedica principalmente para áridos de construcción, que se emplean sobre todo en el arreglo de las carreteras y caminos de la Región. 3. Al Oeste de la carretera que une Gilena con Pedrera (2). se explotan las margas calcáreas del Serravaliense (T~~). Dichas margas se utilizan para productos cerámicos de baja calidad Uadrillos sobre todo), en un moderno horno de tejar instalado al pie de la Cantera.

4.3.- HIDROGEOLOGIA. Por sus características hidrogeológicas se pueden diferenciar tres tipos de materiales dentro de la hoja: Materiales carbonáticos, principalmente de los subbéticos, Medio y Externo. Materiales Margo-Arcillosos, principalmente del subbético indiferenciado (Manto de Antequera-Osuna). Depósitos cuaternarios.

(1) Cantera del Cerro del Acebuche X =477.650 Y=303.950 (2) Cantera cerámica de Pedrera X =491.900 Y= 293.450

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4.3. 1.- Materiales carbonáticos, principalmente de los subbéticos Medio y Externo. Se agrupan aquí todos los materiales calcáreos que afloran en los diferentes dominios de la hoja y que constituyen por sus características hidrogeológicas, los mejores acuíferos potenciales de la misma. Ocupan entre el 15 y 20º/o de la superficie de la hoja. Tienen una permeabilidad primaria baja, pero su permeabilidad secundaria es muy alta, por fisuración y por alteración. El drenaje, dado su relieve, transcurre mayoritariamente por escorrentias superficial, y también debida la fisuración existente, por infiltración. La hidrología subte· rránea como es usual en estos 'materiales calcáreos, está estrechamente ligado con fenómenos Karsticos. Debido a la extensión que ocupa, su capacidad de infiltración ya mencionada y a que la precipitación media anual en esta región es de 600 mm., estos materiales constituyen buenos acuíferos, que fueron aprovechados desde tiempo inmemorial, debido a los manantiales que se producían en las laderas de las Sierras al cortar la superficie topográfica a la Superficie piezométrica, cuando la demanda de agua era escasa y no se explotaban dichos acuíferos. En la actualidad estos acuíferos se explotan industrialmente para el abastecimiento de los nucleos urbanos de la Región y de las pocas industrias existentes. La profundidad media de los pozos perforados en estos materiales alcanza los 240 m. con niveles piezométricos que fluctuan entre 50 y 200 m., caudales sostenidos entre 15 y 40 l/seg. 4.3.2.- Materiales Margosos - Arcillosos, principalmente del subbético indjferenciado (Manto de Antequera-Osuna) Abarca todos los materiales detríticos-Sedimentarios y afloran en los diferentes dominios de la hoja y constituyen por sus características hidrogeológicas una zona semiimpermeable de bajo potencial desde el punto de vista del aprovechamiento de las aguas subterráneas. Ocupan entre el 55 y 65º/o de la hoja, tienen una permeabilidad primaria, media a baja que se ve disminuida por los abundantes procesos edáficos y la formación de costras calcáreas tan frecuentes en esta región. El drenaje se da mayoritariamente por escorrentía superficial siendo la infiltración baja, dado su impermeabilidad. Debido a la enorme necesidad de agua en la región; con temperaturas medias anuales de 18° C y que durante el periódo estival las temperaturas medias mensuales oscilan entre 22° y 28° C, los habitantes y agricultores de la zona han intentado captar aguas en estos materiales en infinidad de ocasiones. Los resultados obtenidos han sido malos en la mayoría de los casos, y sólo en afortunadas ocasiones se han obtenido pozos con caudales superiores a los 5 l/seg.

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4.3.3.- Depósitos cuaternarios Ocupan entre el 20 y el 25º/o en la superficie de la hoja, se trata principalmente de depósitos de llanura aluvial y fondos de vaguada, que junto con las terrazas conectadas a ellos pueden resultar acuíferos de tipo medio por su composición y morfología. Dado que el estiaje de los cauces fluviales, a los que están conectados, es muy acusado no suelen dar caudales sostenidos en dicha epoca del año, debido a que son siempre depósitos de escaso espesor. Los acuíferos constituidos por estos materiales tienen un riesgo de contaminación alto, y para el correcto aprovechamiento de sus aguas subterráneas, han de observarse las necesarias medidas de control. De todo lo dicho podemos resumir que dado que la zona no tiene grandes posibilidades de aprovechamiento de la hidrología superficial y, que las caracterí~ticas hidrogeológicas optimas, solo se dan en una parte restringida de la superficie de la región. (Sierras de Estepa y los Caballos), el aprovechamiento industrial de dichos acuíferos deberá someterse a una intensa regulación y vigilancia. Dada la gran importancia que el abastecimiento de agua tiene para la región. 5.- BIBLIOGRAFIA. ARGYRIADIS, l. (1974).- "Sur l'orogenese mésogéenne des temps crétacés".- Rev. Géogr. Phys. Géol. dyn., (2), XVI, 1, pp. 23-60. 8 LUMENTHAL, M.M. ( 1927).- "Versuch einer tektonischen Gliederung der betischen Cordilleren von Central - und Südwest-Andalusien" .- Eclog. Geol. Helv., XX, 4, pp. 487-532. BLUMENTHAL, M.M. (1930).- "Sur les rapports des zones subbétique et pénibétique a l'hauteur d'Archidona-Alfarnate (prov. de Málaga et Grenade)".- C.R.Ac.Sc. París, t. 191, pp. 1018-1020. BLUMENTHAL, M.M. (1949).- "Estudio geológico de las cadenas costeras al Oeste de Málaga entre el río Guadalhorce y el río Verde".- Bol. lnst. Geol. Min., LXII, pp. 11-203. BOU RGOIS, J. ( 1978).- "La transversale de Ronda (Cordilleres bétiques, Espagne). Données géologiques pour un modele d'evolution de l'arc de Gibraltar".- Annales Scientifiques de l'Univ. de Besai;:on, Géologie, 3e série, fase. 30, 445 pg. BOURGOIS, J; CHAUVE, P. y PEYRE, Y. (1972).- "Essai de chronologie des événements tectono-sedimentaires dans l'Ouest des Cordilleres bétiques".- C.R. somm. S.G. F., 8, pp. 428-431. BRINKMANN, R. y GALLWITZ, H. (1933).- "Der betische Aussenrand in Südostspanien" .- Abh. Gesellsch. Wissensch. z. Gottingen, 111, 8, pp. 1-95.

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