Materiales de época augustea de Valentia

July 25, 2017 | Autor: Albert Ribera | Categoria: Roman Pottery, Roman Empire, Augustan Principate, Archaeology of Roman Hispania
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Universitat de Barcelona Institut Català d’arqueologia clàssica Museu d’arqueologia de Catalunya - Empúries

Contextos ceràmics i cultura material d’època augustal a l’occident romà Actes de la reunió celebrada a la Universitat de Barcelona els dies 15 i 16 d’abril de 2007 Víctor Revilla – Mercè Roca (editors científics)

Contextos cerámicos y cultura material de época augustea en el occidente romano Actas de la reunión celebrada en la Universitat de Barcelona los días 15 y 16 de abril de 2007 Víctor Revilla – Mercè Roca (editores científicos)

Universitat de Barcelona Institut Català d’arqueologia clàssica Museu d’arqueologia de Catalunya - Empúries

Contextos ceràmics i cultura material d’època augustal a l’occident romà Actes de la reunió celebrada a la Universitat de Barcelona els dies 15 i 16 d’abril de 2007 Víctor Revilla – Mercè Roca (editors científics)

Contextos cerámicos y cultura material de época augustea en el occidente romano Actas de la reunión celebrada en la Universitat de Barcelona los días 15 y 16 de abril de 2007 Víctor Revilla – Mercè Roca (editores científicos)

Edita:

En col·laboració:

Primera edició: 2010 © Dels autors: Víctor Revilla i Mercè Roca Impressió: Art Gràfiques Canigó c/ la Marca, 5, Figueres - Tel. 972 50 89 97 Maquetació: Fotocomposició Roger, SL Desenvolupament interactiu CD: roger.es Av. Marignane, 26, Figueres - Tel. 972 50 99 21 D.L.: Gi 1599-2010 ISBN: 978-84-614-5337-5 Queda expressament prohibida, sota les sancions establertes per la llei, la reproducció total o parcial d’aquesta obra sense l’autorització escrita dels titulars del copyright, tant si és feta per reprografia o per tractament informàtic com per qualsevol altre mitjà o procediment.

Índice Introducción Víctor Revilla, Mercè Roca.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 Narbonne augustéenne Corinne Sánchez (CNRS, UMR 5607, Ausonius, Bordeaux 3).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Contextos d’època d’August procedents del fòrum de la ciutat romana d’Empúries Xavier Aquilué i Abadías, Marta Santos Retolaza, Joaquim Tremoleda i Trilla, Pere Castanyer i Masoliver (Museu d’Arqueologia de Catalunya, Empúries).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36 Contextos ceràmics augustals en jaciments rurals dels territoria de Emporiae i Gerunda: Tolegassos, Serra de Daró i Sant Pere de Montfullà Josep Casas i Genover, Josep M. Nolla i Brufau (Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural, Universitat de Girona).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92 Els contextos augustians de la cisterna romana del carrer Sant Francesc d’Assis (Mataró) Carme Puerta (Museu de Mataró).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 L’època d’August a la ciutat de Baetulo a través de l’estudi de dos contextos ceramològics Montse Comas i Solà, Pepita Padrós i Martí (Museu de Badalona).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Contextos ceràmics al voltant del moment fundacional de de Barcino: darreres intervencions Jordi Aguelo Mas, Cristina Belmonte Santisteban, Joan Casas Blasi, Josefa Huertas Arroyo.. . . . . . . . . . . . . . 171 Cultura material y poblamiento en el territorio de Tarraco: los contextos cerámicos de la villa del Vilarenc (Calafell) Víctor Revilla Calvo (Universitat de Barcelona).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198 Un contexto cerámico de fines del siglo I a.C. como relleno constructivo de un almacén portuario localizado bajo el teatro romano de Tarragona Joaquín Ruíz de Arbulo Bayona (Universitat Rovira i Virgili), Ricardo Mar (Universitat Rovira i Virgili), Mercé Roca Roumens (Universitat de Barcelona), Montserrat Diaz Avellaneda (Universitat de Barcelona). . . . 222 Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad Albert Ribera Lacomba (SIAP, València).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 Contextos cerámicos de Carthago Nova Sebastián Ramallo Asensio (Universidad de Murcia), Antonio Murcia Muñoz, Elena Ruiz Valderas, Maria J. Madrid Balanza (Museo del Teatro Romano de Cartagena).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294

Los materiales de época augustea en Ilici Ana María Ronda Femenia, Mercedes Tendero Porras (Museu d’Elx).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322 El foro altoimperial de Lucentum. Contextos materiales de su fundación Antonio Guilabert Mas, F. Javier Moltó Poveda, Manuel Olcina Doménech, Eva Tendero Porras (Museo Arqueológico de Alicante).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 A modo de revisión. Los contextos cerámicos augusteos en Colonia Patricia Corduba Sonia Vargas (Universidad de Córdoba).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373 Los primeros contextos romanos de Augusta Emerita: el vertedero de los columbarios José Ramón Bello, Juana Márquez Pérez (Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida).. . . . . . . . . . . . . . 404 Bracarum oppidum Augusta. Os dados da cultura material Rui Morais (Universidade do Minho).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443 Magdalensberg. Ceramica e contesti di epoca augustea Eleni Schindler Kaudelka (Museo de Magdalensberg).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 462 Les produccions de terra sigillata indeterminada a la costa catalana: identificació i proposta de classificació Jaume Buxeda Garrigós, Marisol Madrid (ERAUB, Universitat de Barcelona). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489 Una nova producció de terra sigillata d’època augustal: estudi arqueomètric de dos individus procedents de la villa del Vilarenc (Calafell, Tarragona) Marisol Madrid, Víctor Revilla Calvo (ERAUB, Universitat de Barcelona).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515

LOS MATERIALES DE ÉPOCA AUGUSTEA DE VALENTIA: SÍMBOLO DE UNA ETAPA PRECARIA O MUESTRA DEL INICIO DEL RENACER DE LA CIUDAD Albert Ribera i Lacomba1 (SIAP, València)

Una de las etapas más controvertidas de la historia arqueológica de Valencia transcurre entre la destrucción de Pompeyo (75 a.C.) y su recuperación a inicios del s. I d.C. Las fuentes escritas sólo narran el primer episodio, pero del segundo sólo sabemos algo en un momento ya avanzado del s. I d.C., cuando la ciudad aparece en los tratados geográficos de P. Mela y C. Plinio (Dolç 1980), en el primero como “urbs notissima”, que significaría conocida más que importante (Pena 2002), mientras el segundo destaca su categoría de colonia romana. También está reseñada en los itinerarios de las vías romanas (Vasos de Vicarello) de los inicios del periodo imperial (Arasa, Rosselló 1995). La arqueología reciente afronta el problema con nuevos datos que, sin embargo, aparentemente parecen ir en direcciones contrapuestas, ya que tanto se registran evidencias flagrantes de ruptura como indicios de continuidad ininterrumpida con la fase republicana. Entre los primeros podemos mencionar el inequívoco nivel de destrucción y sus hallazgos monetarios relacionados (Ribera, Calvo 1995; Marín, Ribera, Serrano 2004; Ripollès 2005), que evidencian el brusco final de la ciudad, por otra parte, ya dado a conocer por los historiadores grecorromanos. Pero aunque no caben dudas sobre la destrucción general de la ciudad, sí que las hay sobre la duración del abandono y el tiempo y la manera de la reconstrucción de la entidad urbana. Puede ser significativo que Estrabón, en la segunda mitad del s. I a.C., no mencione a Valentia entre las numerosas ciudades que enumera como existentes en esa época. También hay que tener muy en cuenta que la evidencia arqueológica positiva para el largo período que iría entre el 75 a.C. y el cambio de Era es casi inexistente. Además, la única construcción que se fecha con claridad en esta fase de abandono incidiría más aún en la desaparición de la vida urbana pero también permite comprobar que la vida continuaría, sobre o por en medio de las ruinas de la ciudad, aunque de un modo esporádico. El hallazgo en cuestión, un pequeño horno de cerámicas sobre las ruinas de las termas republicanas, que fabricó vasos de paredes finas, es de por sí poco urbano y, más bien, argumentaría a favor de que estaría enclavado en una zona incompatible con la existencia de la ciudad, ya que estas instalaciones, molestas e insalubres por el humo que generaban, estaban expresamente prohibidas en las zonas urbanas (Ribera, Marín 2005). El edificio que presenta más nexos de continuidad entre la fase republicana y la imperial es el santuario de la zona oriental, un más que probable Asklepieion (Albiach, Espí, Ribera 2009) no parece sufrir daños y perduraría todo este tiempo como tal. Pero este argumento, aparentemente a favor de la continuidad urbana, es fácil de explicar, habida cuenta de los numerosos casos conocidos en que los ejércitos vencedores respetan los recintos sacros y los lugares de culto de los vencidos. A mayor abundamiento, al tratarse de un conflicto civil, la religión y los dioses de ambos bandos serían los mismos, de ahí que se pudiera esperar el respeto de los lugares de culto. Además, este santuario se encontraba junto a la vía, que se seguiría utilizando, aunque atravesara una ciudad en ruinas. El santuario, con sus emanaciones y depósitos de agua, encajaría muy bien con el tránsito por la vía y hasta puede explicar la presencia del muy cercano horno de paredes finas, ya que sus vasos muy bien pudieron fabricarse para beber el agua sacra del pozo del santuario. En esta misma línea, muy bien pudo haber cerca una mansio, ya que la distancia entre las dos ciudades más cercanas, Saguntum al norte y Sucro y Saetabis al sur, es excesivamente larga para hacerla en un solo día (Arasa, Rosselló 1995). Situación semejante la

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Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

encontramos en la colonia latina de Fregellae, destruida en el 125 a.C. y no vuelta a reconstruir, pero que siguió atravesada por la Vía Latina y albergó una mansio (Battaglini 2002; Coarelli 1981). A nivel de toda la ciudad, la cultura material de este período de abandono, tanto cerámicas como monedas y epigrafía, es muy escasa por no decir casi inexistente (Ribera 1998: 370-373). El registro arqueológico de Valencia carece prácticamente de muestras de las últimas producciones de barniz negro (Marín, Ribera 2000) y de las primeras fases de la sigillata aretina (Ribera 1981), así como de las primeras producciones anfóricas de la Tarraconense, materiales todos ellos muy frecuentes en el litoral mediterráneo hispano. Concluiríamos, pues, que el análisis de los datos existentes estaría a favor de pensar en una fase de abandono casi general, sólo matizada por la pervivencia de algún edificio religioso relacionado con el paso de la vía, que en ningún momento dejaría de estar transitada. Si aún persistían dudas sobre esta difusa etapa de abandono de la vida urbana, cada vez las hay menos para establecer el momento a partir del cual se empezaría a recuperar la categoría de ciudad o, al menos, en el que la gente vuelve a instalarse en la antigua Valentia. Junto a una serie de datos menores y dispersos, ha sido determinante el hallazgo del sacrificio ritual del gran pozo del santuario. Gracias a las más de 600 piezas cerámicas que se recuperaron, se ha establecido con claridad y exactitud que este episodio tuvo lugar entre el 5 a.C. y el 5 d.C. (Albiach et al. 1998). Es precisamente desde estas fechas cuando, en mayor o menor cantidad, pero con cierta regularidad, se empiezan a encontrar evidencias de la reocupación de la ciudad. En otros lugares de Valencia, las señales de esta reactivación de la vida urbana a partir del cambio de Era, y a lo largo de la primera mitad del s. I d.C., las encontramos en hallazgos dispersos, como el gran mosaico de opus signinum de la calle Roc Chabàs (Ribera et al. 1998: 39), las termas de época de Tiberio de la calle Cabillers (De Pedro, Dies, Porcar 1989) y el edificio de sillares de los Baños del Almirante (Ribera et al., 1991), estos dos últimos fuera del antiguo recinto republicano, lo que parecería sugerir el inicio de la expansión urbana más allá del perímetro inicial. Hasta el momento, pues, la visión de la primera ciudad imperial era la de escasos y dispersos edificios aparentemente aislados y desconectados entre sí. Sin embargo, la campaña de 2002 en l’Almoina ha servido para confirmar que a lo largo de la primera mitad del s. I d.C. ya se fue creando una nueva ciudad. Se ha constatado, por primera vez, la esquina nordeste de un edificio que, en época flavia quedó amortizado por la basílica. En parte se ha conservado porque sirvió de cimiento para levantar los basamentos de la basílica flavia, aunque otro tramo fue expoliado a mediados del s. I d.C. Se supone cerraría el lado meridional de la plaza, tal como sucedería luego en la fase flavia y, quizás ya antes en la republicana. Hacia el cambio de Era, el horreum republicano fue reformado mediante la subdivisión y compartimentación de sus amplias 4 naves mediante muros de mampostería irregular. El santuario republicano se reformó con un potente pavimento de opus signinum hecho de fragmentos de ladrillo y cerámica trabados con mortero de cal y arena, en el que se combinó la técnica del opus spicatum con la utilización de ladrillos (Albiach, Espí, Ribera 2009). En los otros pocos lugares de Valencia en que se han detectado edificios de la primera mitad del s. I d.C., también se observan profundas alteraciones a fines de este siglo, como sería la amortización de las termas de la calle Cabillers por una casa con mosaicos (De Pedro, Dies, Porcar 1989) o la profunda reforma del ignoto edificio de sillares de los Baños del Almirante (Ribera et al. 1991). Curiosamente, el único de estos edificios que perdura más allá del s. I d.C. es el del mosaico de opus signinum de la calle Roc Chabàs, situado en lo que pudo ser el lado septentrional del foro, que estuvo en uso hasta fines del s. III (Ribera, Salavert 2005), aunque no está claro si este edificio formaría parte de esta área pública principal, aunque sí parece muy probable su relación con un espacio sacro (Jiménez, Ribera 2005). Estas actividades demuestran la existencia de una primera, aunque modesta, fase de urbanización en el entorno del foro a partir de inicios del s. I d.C. La poca entidad edilicia de este momento va a la par con la escasez de materiales del reinado de Augusto, prácticamente ausentes para las tres primeras décadas de su reinado y apenas representados en la última. LOS CONTEXTOS CERÁMICOS Dado que las cerámicas de este periodo son escasas en Valentia, los pocos contextos de cierta entidad que han aparecido ya han sido publicados en detalle (Albiach et al. 1998; Álvarez et al. 2003; Ribera, Marín 2005), por lo que nos limitaremos a resumirlos y a completar el panorama general con otros pocos conjuntos de mucho menor volumen, sobre los que habría que incidir en un futuro próximo. Para exponer mejor lo que significa esta paupérrima época en Valentia, presentaremos los contextos identificados (Fig. 1) a lo largo del siglo que iría entre 70 a.C. y 30 d.C., por lo que rebasaremos ampliamente los límites cronológicos objeto de este coloquio.

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Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

La fase protoauguestea (70-30 a.C.) El horno de l’Almoina Se localizó en las excavaciones de la Almoina, junto a la vía Heraklea, que, a su paso por la ciudad, asume la función de cardo máximo. Este modesto taller artesanal se estableció sobre los escombros de las antiguas termas del siglo II a.C. (Marín, Ribera 1999; 2000b) arrasadas tras las guerras sertorianas (Ribera, Calvo 1995). De él únicamente se conservó la base de la cámara de combustión de un horno de pequeñas dimensiones y una pequeña fosa rellenada exclusivamente por vasos de paredes finas bastante enteros, elementos suficientes para identificar un conjunto alfarero. La mayoría de las cerámicas presentaban deformidades o una textura y coloración metalizada, propia haber estado sometida a un exceso de temperatura. Se trataba, pues, de desechos de cocción de un pequeño taller dedicado a la producción de cubiletes de paredes finas. Tipos Forma I

a

Referencia 4Alm-4446-3 4Alm-4446-14

Cocción Reductora

4Alm-4446-33 4Alm-4446-1

Oxidante Reductora

Color Roja Gris

Superficie Alisada

N.M.I.

Nº ejem. 1 3 1 1

Ø cm 6,5 8,0 8,5 9,0

Correspondencia Mayet Ia

2 1 4 3 1

6.5 7,0 8.5 8,0 9,0

Mayet II

1 2 1 1 1

6,5 7,0 7,5 8,0 8,5

Lattara 2A

4

1 3

7,5 8,0

4

2 1 1

9,0 9,5 10,5

3

7,00

1 1 3 1

6,5 7,5 7,0 8,5

1 2 4 3

6,5 7,0 7,5 8,0

1

7,5

1 2 2 3 1

7,6 8,0 8,5 9,0 11,0

6

Beige Gris 11

Forma 2

b

4Alm-4446-5 4Alm-4446-21

Oxidante

Beige

Alisada 6

c Forma 3

4Alm-4446-16

Oxidante Reductora

Gris

4Alm-4446-10

Oxidante

Beige

a

4Alm-4446-19 4Alm-4446-20

b

4Alm-4446-4 4Alm-4446-6 4Alm-4446-17

Forma 4

c

Alisada

3

Oxidante

Beige Naranja

6 Alisada

4Alm-4446-18

10

Forma 5

4Alm-4446-9

Oxidante

Beige

Forma 6

4Alm-4446-11 4Alm-4446-15 4Alm-4446-8

Oxidante Redactora

Gris Naranja

Alisada

1

Alisada

9

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Mayet III

Similar a Mayet XXI

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

La arcilla es depurada, caliza, con escaso desgrasante apenas visible. La superficie está siempre tratada, alisada, con una textura casi metalizada. La única decoración son el acanalado y la barbotina. El acanalado, producido con un punzón de punta roma, generalmente se presenta con dos o tres acanaladuras en la separación de borde y cuerpo, o también marcando el inicio del cuerpo. La barbotina, consistente en abultamientos conseguidos con arcilla muy licuada, únicamente desarrolla las denominadas escamas u hojas de piña. Estas cerámicas (Fig. 2) han sido agrupadas en 6 tipos a partir del desarrollo del borde y perfil del cuerpo. Tipológicamente son perfiles próximos a los cubiletes Mayet I, II y III. El mayor número pertenecen a los tipos locales 2 y 4, sobre todo en sus variedades a y c. El cubilete esférico tipo 6 también es bastante frecuente. Son tipos más próximos a los modelos característicos de época tardo-republicana que a los augusteos, a excepción de la forma 6, que indicaría una cronología más avanzada, aunque no hay que olvidar la ausencia de modelos típicamente augusteos como la forma Lattara 33 o la Mayet V. Se conocen otras producciones de paredes finas en Hispania. Destaca la diversidad de centros productores en áreas costeras catalanas, que fabricaron sobre todo los tipos Mayet I y II desde el último cuarto del siglo II hasta época augustea (López 1989). Las restantes formas, incluida la Mayet III, ya no son usuales en las manufacturas locales. Una forma repertoriada, el cubilete similar a Mayet XXI, conlleva una problemática especial. Aunque se establece como centro productor a Ibiza, otra teoría lo hace originario de Badalona e incluso Lleida, donde existen ejemplares locales. La referencia de Marabini XXXI, de origen itálico, apuesta por una cronología de época augustea, tal como se documenta en Cosa, secundada también por los ejemplares documentados en Calella, Lleida o Badalona (López 1989: 146). Las Baleares, tanto Mallorca como Ibiza, son otra área hispánica de producción de cerámicas de paredes finas, aunque su desarrollo, que se inicia a fines del s. I a.C., ya parece que es algunas décadas posterior a lo que hemos visto de Valentia (López, Estarellas 2001; López 2008). El horno de la plaza de Cisneros En la zona norte de la ciudad, más distante de la vía Augusta que la instalación anterior, pero próxima al puerto fluvial (Burriel et al. 2004) se localizaron distintos talleres artesanales, algunos relacionados con procesos de transformación de metal, otros de producción cerámica (Serrano 2000). Se localizó un pequeño complejo alfarero, con tres ambientes diferentes, cuyo elementos más significativos eran un pequeño horno y una balsa de decantación de arcilla realizada con adobes, en cuyo interior se encontró cerámica sin cocer. El horno conservaba las cenizas de la última cocción. Las cerámicas aparecidas en los pavimentos son las mismas que las recuperadas en la balsa de decantación de arcilla, cubiletes ovoides de paredes finas, presumiblemente producidos en esta alfarería, cuyo rasgo más destacable es la decoración a la barbotina de pequeñas escamas. Las restantes cerámicas asociadas son cerámica común rojo pompeyano y sigillata aretina2. El relleno de la fosa de la muralla republicana En las grandes excavaciones efectuadas en la calle del Cabillers-plaza de la Reina en 1986 apareció, por debajo de unas termas de época de Tiberio, la fosa de la muralla republicana (Ribera 2003). En todo su espesor, 1,76 m, se excavó un relleno marrón de tierra arenosa y arcillosa con manchas de arena y carbones. CLASE

FORMA

CANTIDAD

¿Pre-Sigillata?

Indeterminada

1

Campaniense A

Lamb. 31 Lamb. 6 o 36 Indeterminada

4 bordes 1 1 pie con roseta, 7 fragmentos

Campaniense B etrusca

Indeterminada

3 fragmentos

Campaniense de Cales Tardía Campaniense C

Lamb. 1 o 8 Indeterminada

2 bordes 1 fragmento

Barniz negro indeterminado Imitaciones de barniz negro en pasta gris Lucernas Paredes Finas Itálicas

Indeterminada

4

Lamb. 17 Indeterminada Cubilete

1 Perfil 1 pico 1 borde, 2 pies, 2 fragmentos

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CLASE

FORMA

CANTIDAD

Ungüentario

Indeterminada

2

Gris

Jarrita emporitana Bol Jarrita Indeterminada

1 fragmento 1 borde 1 borde 1 borde, 3 pies, 5 fragmentos

Ánfora itálica

Dr. 1A Dr. 1B Indeterminada

4 bordes 1 borde 1 pivote, 4 asas, 75 fragmentos

Ánfora púnica

Punico-ebusitana Tripolitana antigua Indeterminada

7 fragmentos 1 borde 16 fragmentos

Ánfora indeterminada

Indeterminada

1 borde, 1 pivote, 2 asas, 68 fragmentos

Itálica de cocina

Cazuela borde bífido Tapadera Indeterminada Jarra vegas 44 Jarra Tapadora Vegas 62 Indeterminada

1 borde 2 bordes 1 pie, 9 fragmentos 1 borde 2 asas 1 borde 1 borde, 3 asas, 56 fragmentos

Común reductora

Olla Vegas 1 Tapadera Indeterminada

1 borde 1 asa 2 bordes, 2 asas, 4 pies, 35 fragmentos

Ibérica decorada

Plato Indeterminada

1 pie, 10 fragmentos 6

Ibérica lisa

Kalathos Patera Gran orza Induratin Lebes Indeterminada

1 borde 1 borde 1 borde 1 borde 2 bordes, 2 pies, 74 fragmentos

Material de construcción

Tegula Imbrex

2 fragmentos 3 fragmentos

Moneda

Divisor de Arse con pecten y delfín 1 moneda As de Roma del tipo Jano bifronte 1 moneda

Malacología

Caracoles

Común oxidante

La ausencia de terra sigillata y la presencia de la forma Lamb. 17, inédita en Valencia, de imitación de campaniense C, indicaría la segunda mitad del s. I a.C. para la formación de este relleno. La fase augustea plena Un gran deposito ritual (Figs. 3 y 4) En las excavaciones del solar de l’Almoina apareció un gran pozo formando parte, junto con una gran piscina, de un santuario del periodo republicano que se ha asociado a Asclepios (Albiach, Espí, Ribera 2009). Al otro lado de la calle había un edificio termal (Marín, Ribera 1999; 2000b) con el que formaría una unidad funcional. Durante la excavación de su interior se diferenciaron capas y rellenos de morfología diversa, que en un principio hicieron pensar en un rellenado lento y dilatado. Pero cuando se procedió al inventario detallado de las cerámicas, se comprobaron 2 hechos evidentes que llevaban a los mismos resultados:

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– la homogeneidad cronológica, dentro de unos márgenes estrechos, de todo el conjunto – la presencia de fragmentos de una misma pieza en capas diferentes. Por lo tanto, era claro que el relleno se debía tratar unitariamente (Albiach et al. 1998). CUADRO RESUMEN MATERIALES

NEP

% NEP (13.29)

6 2 3 111 22

(0.88) (0.29) (0.44) (16.39) (3.24)

ÁNFORAS CERÁMICA IBÉRICA

33 78

(4.87) (11.52)

CERÁMICA DE COCINA IMPORTADA

39

(5.76)

CERÁMICA COMÚN LOCAL/REGIONAL

77

(11.37)

211 1 2 2 677 5 5

(31.16) (0.14) (0.29) (0.29) (100.00) (100.00) (100.00)

15 1

(93.75) (6.25)

16

(100.00)

18 4 2

(75.00) (16.66) (8.33)

24 7

(100.00) (20.58)

BARRO COCIDO IMBRICE

7 7

(20.58) (20.58)

LADRILLO ESTUCO MORTERO DE CAL

1 2 8

(2.94) (5.88) (23.52)

2 34

(5.88) (100.00)

756

(100.00)

SIGILLATA ARETINA

90

OXIDANTE DE BARNIZ ROJO REDUCTORA DE BARNIZ NEGRO BARNIZ NEGRO PAREDES FINAS LUCERNAS

CERÁMICA COMÚN DOLIA OPÉRCULOS TEJUELOS TOTAL GRUPOS CERÁMICOS VIDRIO TOTAL VIDRIO

(89.55) (0.66)

PONDERA PIEDRA DE MOLINO TOTAL MATERIAL INDUSTRIAL O ARTESANAL

(2.11)

HIERRO BRONCE PLOMO TOTAL METALES TÉGULA

PIEDRA TOTAL MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN

(3.17)

(4.49)

TOTAL MATERIALES NEP = Número Estimado de Piezas

Sigillata Aretina Es el mejor conjunto de cerámica aretina de Valencia, lo cual, si conocemos los precedentes (Ribera 1981), no es decir mucho. Se han contabilizado 90 piezas, con 28 sellos, todos, menos uno, en piezas lisas, de las que entre 12 y 13, más o menos la mitad, serían de Arezzo, 7 de Puteoli, una cuarta parte, y 3 o 2 de Italia central, sin que se repitan los ejemplares de cada uno de los alfareros.

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Marcas de alfareros Nº

LECTURA

ALFARERO

MARCA

CVArr

FORMA

OBSERVACIONES

60328-1

PANTACATVS/C. ANNI

PANTAGATHVS

Intradecorativa. C. ANNI

1373 Tabella ansata

R 2.1.1 (83bb)

Arezzo 15 a.C.

60328-7

ANTIHCI

ANTICHVS

Circular

202 (99)

22

Grafito externo : COMFIINIS 1-20 d.C.

60455-3

ATEI

ATEIVS

Rectangular

270 (144)

14.1

Grafito externo: BVCVA 15 a.C./30 dC

60328-26

CN ATEI

CN. ATEIVS

Radial, 4

275 (145)

11

Arezzo 15 a.C.

60328-35

EPAGAT/VIBIOR--

EPAGAT(HVS) VIBIVS

Rectangular

2391 ¿496?

12.3

Oxé da 1, semejante, borrosa, atribuida a Epagathus ¿P. Corneli?.

60297-5

VEMM

MEMMIVS

Oblonga

1137 (984)

12

Arezzo 20 a.C./10 d.C.

60328-18

HILA/RVS

HILARVS

Circular

950 (1084)

22

Puteoli Grafito externo ilegible 1-20 d.C.

60328-31

AGATE

AGATHEMERVS (NAEVI)

Rectangular

53 (1086)

18.22

Puteoli 10 a.C./10 d.C.

60328-6

FEL/NAE

FELIX NAEVI

Circular

1239 (1093)

22

Puteoli

60313-2

PRIMVS/NAEV

PRIMVS NAEVI

Circular

1242 (1099)

31.2.1

Puteoli

60357-11

N. NAEVI/DIOCLI

¿N. NAEVIVS DIOCLES?

Rectangular, espiga entre las 2 líneas

¿2092 ? ¿2156?

4.4.2

Puteoli? Grafito externo F

60328-5

RAS

RASINIVS

Rectangular

1623 (1485)

22

Arezzo 15 a.C./40 d.C.

60297-3

RVFIO

RVFIO

Circular

1725 (1597)

31.2.1

Italia central 10 a.C. /15 d.C.

60313-1

SECVN

SECVNDVS

Rectangular

1839 (1719)

22

Puteoli 1 d.C.

60455-1

--SE

C.SEPTIMIVS

Radial

1872 (1741)

11

Italia central 40-20 a.C.

60328-38

TETTI/SAMIA

TETTI SAMIA

Rectangular

2112 (1972)

4.4

Arezzo 15 a.C./5 d.C.

60297-4

SESTI

SESTIVS

Rectangular

1922 (1793)

12.5.2

Arezzo 20 – 1 a.C.

60328-19

A.SES/DAMA

A.SESTIVS DAMA

Circular

1947 (1799)

15.1.1

¿Arezzo? Grafito externo ilegible 20/1 a.C.

60297-1

CANO/STATI

CANOPVS STATILIAE

Rectangular

1991 (1851)

22.3

¿Arezzo? 20/1 a.C.

60328-33

A TITI

A. TITIVS

Oblonga

2166 (2.001)

12.2

Arezzo/Po 30-10 a.C.

60328-21

TITVS

L.VALERIVS TITVS

Circular

2254 (2219)

31.2.1

Puteoli 10 a.C.

60328-41

VIBII

VIBII

Oblonga

2379 (2285)

4.4

Italia central Grafito exterior: XIIIII 15 a.C./15 d.C.

60328-20

VMBRICI/ARCHEBI ARCHEBVS L. VMBRICI

Circular

2455 (2424)

15.2.1

Italia central 20-1 a.C.

60328-42

L.V BI/HOSPI

L. VMBRICIVS HOSPES

Rectangular

2471 (2439)

4.4

¿Arezzo? 15 a.C.

60328-42

RVFIO/VMBR

RVFIO de VMBRICIVS

Rectangular

2464 (2449)

14.2

¿Arezzo.? 15 a.C./5 d.C.

60297-2

--MI

Oblonga

60328-8

VAMI

Rectangular

60455-4

----S

Rectangular

22.1 ¿?

22 22.2.1

268

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

Algunos de los alfareros son bastante raros y dos lo son tanto que en su día no los habíamos encontrado en los repertorios. Sería el caso de EPAGAT/VIBIOR(VM), sello de lectura clara, que relacionamos con un supuesto, e inédito, EPAGAT(HVS) VIBIORVM. CVArr 496 (1968) debe ser idéntica a esta, aunque solo se conoce un ejemplar, de Roma, con la segunda línea borrosa, que se relacionó, con dudas, con un supuesto EPAGATHVS P. CORNELI. Tras aparecer esta pieza, de lectura muy clara, en la nueva edición del CVArr ya se ha añadido (Oxé, Comfort, Kenrick 2000: 2391). Tal vez se pueda añadir un nuevo operario, DIOCLES, al grupo puteolano de N. NAEVIVS (1249, 1250). En CVArr. 2156 (2092) aparece una sola pieza, de Grand, de un tal DIOCLES TITI, leída TITI (invertido)/ DIOCLES, que pudiera ser como ésta, obviando la rara lectura de la primera línea por la que hemos encontrado en Valencia, que presenta una lectura muy clara. Las cartelas de los sellos presentan cierta homogeneidad, predominando las rectangulares sobre el centro del vaso, que son la mitad. Además hay 8 circulares, 2 radiales, 4 oblongas y una intradecorativa. No ha aparecido ninguna in planta pedis. El repertorio formal se reparte entre 13 formas lisas con sus variantes y 2 decoradas. Aunque aparecen juntas piezas de los 4 Servicios de Haltern, del III hay 11 piezas y del IV solo hay 2 ejemplares de la forma C-50. Del I hay 34 y del II 28. SERVICIO III III III

FORMA



MARCAS

FECHA

I I I

4.3 4.4 4.4.2 7.1 11 12 12.1

1 3 1 1 3 0 5

I I I

12.2 12.3 12.5.1

3 3 1

A.TITI EPAC/VIBIOR

-15/20 -15/20 -15/20

Arezzo

I I I I I III III

12.5.2 13 13.2 14.1 14.2 15.1.1 15.2.1

2 1 1 4 11 1 2

SESTI

Arezzo

ATEI RVFIO/VMBRICI A SES/DAMA VMBRIC/ARCHEBI

-15/20 -30/1 -20/1 -15/1 -15/15 -15/15 -15/15

II II

18.1 18.2

1 2

AGATE

-15/30 -15/30

II

22

9

II

22.1.2

2

-15/15

II II II II

22.1.3 22.2.1 22.3 22.5

2 7 1 1

-15/15 -15/15 -15/15 1-20

II

23.1.1

3

III

31.2.1

3

IV

38.3.1 50.3.1

1 2

R 1.2

1

R 2.1 Indeterminada

1 11 90

TOTAL

TETTI SAMIA ; VBI/HOS ;VIBII NAEVI/DIOCLI CN ATEIVS, --SE MEMM

ANTICHI ; FEL/NAE ; RAS, VAMI ; --MI

CANO/STATI

-15/15 -15/15 -15/15 -40/25 -15/1 -15/20 -15/15

ORIGEN

-15/30

Arezzo Puteoli Arezzo Puteoli

¿Arezzo? ¿Arezzo? Italia central Puteoli Puteoli Arezzp

Arezzo

1-20 TITVS ; PRIMIS/NAEV ; RVFIO

1-30

Puteoli ¿Arezzo?

-10/30 -15/40 PANTACATVS C. ANNI

-10/1 -10/1

269

Arezzo

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

La sigillata itálica corresponde a lo que Goudineau (1968: 238) llamó aretina de buena época, 15 a.C./15 d.C., en la que predominan los servicios II y III y aun aparece algo del I. Las formas más modernas son las copas C-22.5, 23.1 y 31.2. Las 2 primeras son la evolución final de la C-22, y se situarían a fines del reinado de Augusto (Conspectus 1990: 90). La C-31.2 aparecería a partir del cambio de Era. Los 3 ejemplares de esta forma presentan una cartela circular y 2 son de Puteoli. Las otras formas oscilan entre el 15 a.C. y el 15 d.C. El cambio de Era sería la fecha más antigua para la formación del relleno. Por otro lado, la ausencia de marcas in planta pedis, que aparecerían hacia 15-20 d.C., poco después del abandono de Haltern, de decoración de relieve aplicado, que ya se encuentran antes del abandono de Haltern (9 o 16 d.C.), y de las nuevas formas (C- 19, 20, 21, 26, 27, 28, 32, 33, 34,..) que se asocian a ambas, en parte relacionadas con el Servicio IV, permiten colocar en una fecha anterior a 9 o 16 d.C. el momento final. Se puede sugerir un periodo centrado entre 1-10 d.C. o entre 5 a.C. y 5 d.C. En otros yacimientos bien fechados, como Haltern, encontramos todo el repertorio tipológico del pozo de Valencia. Pero en este campamento, fechado entre 12 a.C. y el 9 o el 16 d.C., aparecen además formas más modernas, caso de las C- 6, 24, 26, 33, básicamente el Servicio IV, junto relieve aplicado, pero aun no las marcas in planta pedis. Es decir, que tanto si se mantiene la fecha corregida por Oxé del abandono de Haltern en el 16 d.C. (Goudineau 1968: 314), como si se prefiere la más tradicional del 9 d.C., relacionada con la derrota de Varo y que es la que defiende la más reciente investigación (Conspectus 1990; Pucci 1985: 372; Von Schnurbein 1982), habría que colocar siempre el relleno de nuestro pozo en un momento algo anterior a este abandono, siempre hacia el cambio de Era. En el contexto de Valentia, este numeroso conjunto de sigillata aretina no deja de ser sorprendente, habida cuenta la escasez de esta cerámica y lo extraño que aun resulta, después de 28 años de intensas excavaciones, encontrarse un conjunto de materiales del periodo de Augusto. De hecho, las 28 marcas que han aparecido en el pozo, superan a las 27 que en su día se repertoriaron (Ribera 1981) procedentes de toda la ciudad. Barniz Negro De 3 piezas (0.44% de la cerámica), un fragmento de Lamb. 27 de Campaniense A, un perfil completo de Lamb. 3 de Campaniese Calena Tardía y un fragmento caleno, sólo cabe que el pixis todavía estuviera en uso en el momento de la amortización del pozo. En apoyo de esta hipótesis sólo apuntar que este tipo también se produce en sigillata aretina (Conspectus 53.1.1). Otras Cerámicas Finas Se incluyen dos supuestas producciones del noreste de Cataluña, la Cerámica Reductora de Barniz Negro y Cerámica Oxidante de Barniz Rojo. Se caracterizan por una arcilla depurada, poco dura, con abundantes partículas finas de mica plateada. Las reductoras tienen pasta de color gris claro y las oxidadas beige o amarillo pajizo, y van recubiertas, respectivamente, de un engobe negro o rojo coral, poco espeso, y en ocasiones casi perdido. Parecen imitar cerámicas importadas como la Campaniense, el Rojo Pompeyano y las cerámicas de Arezzo. Se sitúa desde el último cuarto del siglo I a.C. hasta mitad del siglo I d.C. (Casas et al. 1990). Paredes Finas TIPO LT 33 LT 33 - AT. 2/412 TOTAL LT 33 MAYET V MAYET V - AT. 1/215

NEP 19 7 (26) 36 1

% NEP (17.11) (6.30) (23.42) (32.43) (0.90)

PASTAS E (11) SI (7) IPG (1) SI

MAYET V - VAR. TOTAL MAYET V

1 (38)

(0.90) (34.23)

SI

MAYET III

3

(2.70)

IPC

MAYET XII/XIV MAYET XXI

4 1

(3.60) (0.90)

IPC PGC

MAYET XXIV

1

(0.90)

IPC

LT 2 C MARABINI 35 - AT. 1/158

1 1

(0.90) (0.90)

IPC SI

SI SI

270

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

TIPO AT. 1/14 AT. 1/57 AT. 1/102 60328-114 60328-116

NEP 1 1 1 1 1

% NEP (0.90) (0.90) (0.90) (0.90) (0.90)

PASTAS IPC IPC IPC IPC IPG

60328-117 60328-119

1 3

(0.90) (2.70)

E IPG

60328-121 60328-122

1 1

(0.90) (0.90)

PGC PGC

60328-123

1

(0.90)

PGC

60328-124

1

(0.90)

PGC

60358-1

1

(0.90)

E

60455-40/41 INDETERMINADA TOTAL

2 20 111

(1.80) (18.01) (100.00)

IPG IND

AT=Atlante (1985) LT=Lattara (1993) E (ETRURIA) (13) (11.71%). SI (SUDITÁLICA) (53) (47.74%). IPG (INDETERMINADA PASTA GRIS) (7) (6.30%). PGC (PASTA GRIS CATALANA) (5) (4.50%). IPC (INDETERMINADA PASTA CLARA) (13) (11.71%). IND (INDETERMINADA) (20) (18.01%).

Su número aproximado es de 111, un 16.39% del total cerámico. La mayoría son cubiletes pero también hay una crátera y varios tipos indeterminados. La tipología y origen de las pastas es mayoritariamente itálica: suditálica y de Etruria. También hay de Hispania, en concreto gris catalana, y un grupo de indeterminadas, tanto de pasta clara como gris. Un poco más de la mitad corresponde a importaciones itálicas, cuando estos centros se encuentran en pleno rendimiento (López 1989: 203). Durante el reinado de Augusto, en Badalona, también se produce una proliferación de las importaciones itálicas de piezas de paredes finas (Puerta 1989: 75). En época romano-republicana las paredes finas más habituales de Valentia son los cubiletes Mayet I y II, que en el pozo ya no están presentes. Las formas del horno de paredes finas de l’Almoina, de mediados del siglo I a.C., tampoco se encuentran entre los materiales del pozo, donde aparecen formas nuevas (Ribera, Marín 2005). La pieza para beber más usual sigue siendo el cubilete. Son más numerosos los no decorados que los que presentan decoración, solamente 6, y se limita normalmente a incisiones en una parte de la pieza. Las piezas más abundantes son suditálicas, destacando las Lattara 33 y Mayet V. Hay formas nuevas que imitan piezas aretinas, que provienen tanto de talleres etruscos como catalanes. Son producciones de época de Augusto o a partir de este momento. Incluso la forma Mayet III, más habitual en época romano republicana, se produce en época augustea (López, 1989: 104). La forma Mayet V, la más abundante del conjunto, 34.23%, se sitúa entre el 30 a.C. y el 20 d.C. (López 1989: 120). Por tanto, las paredes finas del pozo de l’Almoina coinciden cronológicamente con el resto de los materiales. Lucernas Son un grupo minoritario. Sus 4 formas confirman la datación entre el cambio de Era y el final del reinado de Augusto, cuando las primeras lámparas de volutas van remplazando a los últimos tipos republicanos. Las más modernas (Den. IV/Dr. 9 y Den. VB/Dr. 12) se centran entre los reinados de Augusto y Claudio (Deneauve 1969). Nº 60328-202 60357-14, 60313-3 60328-203 y 204 Total

FORMA Den.I/Dr.2 Den.II/Dr.4 Den.IVA/Dr.9 Den.VB/Dr.12 Indeterminada

NEP 1 3 7 2 9 22

% NEP OTROS 4.54 13.63 31.81 Escena de sacrificio de un suido y marca incisa Q. NI.N-9.09 40.90 Marca en relieve : X 100

271

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

Especial mención a un ejemplar de la forma Den. IV/Dr. 9 (60357-14) (Fig. 5), en cuyo disco aparece una escena especialmente elocuente, en la que dos personajes están despiezando un suido. Parece como si quisieran rememorar con imágenes algo que iba a suceder, habida cuenta los abundantes restos óseos de cerdo que han aparecido. Ánforas ÁNFORAS

FORMA

NEP % NEP

SUD-ITÁLICAS

DR. 2-4

1

(3.57) (100.00)

TARRACONENSE

OB. 74 DR. 2-4

2 5

(7.14) (28.57) (17.85) (71.42)

EBUSITANA

PE 25

1

(3.57) (100.00)

BÉTICA

HAL-70

6

(21.42) (50.00)

DR. 7

1

(3.57) (7.69)

DR. 8 DR. 7-11 DR. 12

1 2 1

(3.57) (7.69) (7.14) (15.38) (3.57) (7.69)

FONDO PLANO

1

(3.57) (7.69)

PÚNICA AFRICANA

R 7433/2 Cintas 318

2 1

(7.14) (66.66) (3.57) (100.00)

ORIENTAL

RB 65/66

1

(3.57) (100.00)

TRIPOLITANA AFRICANA

INDET. INDET.

1 2

(3.57) (100.00) (7.14) (100.00)

28

(100.00) (100.00)

SUBTOTAL RESIDUAL

DR. 1 (Sudital.) 2 LAMB. 2 (Adriat.) 2 PE. 17 (Ibiza)

TOTAL

1 33

Los porcentajes se han realizado sobre la base de un NEP de 28, sin tener en cuenta las ánforas consideradas como residuales. El primer paréntesis del %NEP representa el % del tipo en relación al total de ánforas. El segundo paréntesis del %NEP representa el % del tipo dentro de las ánforas del mismo origen.

El abastecimiento principal es de productos hispanos (68.06%), aunque sin dejar de estar vinculado al mundo púnicoafricano e italiano. Las vinarias, con 16 ejemplares, son el 57.14% de las ánforas. Proceden de la Tarraconense, Dressel 2-4 y Oberaden 74, y de la Bética, Haltern 70. No obstante, la Haltern 70 no es homogénea en su contenido, pues aparte de vino también envasaba sapa/defrutum (vino cocido) y aceitunas negras conservadas en defrutum, según algunas inscripciones sobre este tipo anfórico y la recuperación de huesos de aceituna en el interior de algunos de estos envases (Tchernia 1986: 329; Laubenheimer 1990: 115-116). Del mismo modo, no hay unanimidad en el contenido de las ánforas orientales monoansatas, vino o ungüentos. El siguiente producto en importancia son las salazones y derivados, con 7 ejemplares, el 28.00% de las ánforas. Mayoritariamente (71.42%) provienen de la Bética, pero en envases de tipología diversa. Sólo el ánfora Tripolitana Antigua transportaría aceite africano, lo que supondría únicamente el 3.57% del total de ánforas. Son ánforas típicas de la etapa augústea. El conjunto es homogéneo, cercano a otros conjuntos coetáneos, como él de la Longarina, también del reinado de Augusto (Hesnard 1980). Cerámica Ibérica FUNCIONALIDAD

FORMA

NEP

% NEP

MESA

Vaso libaciones

2 (10.00) (2.56)

Crátera Fuente

1 (5.00) (1.28) 1 (5.00) (1.28)

272

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

FUNCIONALIDAD

FORMA

NEP

Jarra

% NEP 1 (5.00) (1.28)

Plato

11 (55.00) (14.10)

Sartago

3 (15.00) (3.84)

Botellita

1 (5.00) (1.28) 20 (100.00) (25.64)

DESPENSA

ALMACENAJE

Kálatos

15 (31.91) (19.23)

Lebes

27 (57.44) (34.61)

Tinajilla

5 (10.63) (6.41) 47 (100.00) (60.25)

Tinaja

5 (100.00) (6.41) 5 (100.00) (6.41)

INDETERMINADA

6 (100.00) (7.69) 6 (100.00) (7.69)

TOTAL

78 (100.00) (100.00)

El primer ( ) del % NEP representa el % de la forma con respecto a la funcionalidad. El segundo ( ) del % NEP representa el % de la forma dentro del conjunto de la Cerámica Ibérica.

Con 78 piezas, constituye el 11.52% del total. Se puede desglosar en cerámica de mesa, despensa y almacenaje (Mata, Bonet 1992), que representan el 25.64%, 60.25% y 6.41%, respectivamente, en el conjunto de la cerámica ibérica. La pasta se caracteriza por unas cocciones más deficientes que se traducen en una fábrica de menor dureza, estando ausentes las típicas pastas duras y afiladas de tipo sándwich. El tratamiento exterior presenta textura harinosa con superficies alisadas, pero no pulidas. En la decoración se sigue usando la pintura en óxido de hierro, pero con motivos más esquemáticos, de trazo algo irregular y con la singularidad de que ahora se aplican ciertos motivos decorativos en zonas no habituales en épocas anteriores. Tipológicamente, además de las formas clásicas (kálatos, lebes, tinajillas, etc.), reproduce algunas nuevas más cercanas a la vajilla romana, ya sea de uso común o de mesa. Estos rasgos diferenciadores dan al conjunto un aspecto evolucionado dentro de una facies plenamente iberorromana, donde conviven las tradiciones cerámicas indígenas con las romanas. El grupo de cerámica de mesa está constituido por plato, fuente, jarra, botellita y crátera. En general poseen decoración geométrica de líneas verticales paralelas, líneas ondulantes y dientes de lobo en el tercio superior interno. Una forma novedosa es una única fuente profunda de gran diámetro, más cercana a la cerámica común romana que a la cerámica ibérica, aunque desarrolla una decoración geométrica en el interior. Otra forma desligada de la tradición ibérica se asemeja al sartago, habitual en el repertorio cerámico itálico (LT 5 a). El jarro y la botellita están poco representadas, ya que su función la asumían las jarras de cerámica común. Otra forma excepcional es el vaso de libaciones que imita modelos argénteos clásicos (Dosi, Schnell 1986: 119) y de sigillata aretina, además de una forma de paredes finas, también señalada en este contexto. Su excepcionalidad respondería a una función ritual. El grupo de despensa y manipulación de alimentos está representado por el kálatos, lebes y tinajillas. Los kálatos, 15 ejemplares, están bien representados. Presentan decoración geométrica simplificada, reduciéndose a una única banda externa. Es la forma más característica de la cerámica ibérica tardía y la que más se exporta fuera de su ámbito cultural (Conde 1992). El lebes predomina en este grupo, con una gran variedad formal. Cerámica Común Importada ORIGEN CAMPANIA

ROJO POMPEYANO

FORMA CAZUELA BAJA

NEP % NEP 1 (5.88) (2.56)

TAPADERA

16

(94.11) (41.02)

17

(100.00) (43.58)

3

(100.00) (7.69)

PLATO

273

Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

ORIGEN COMÚN IMPORADA ITÁLICA

FORMA CAZUELA ALTA

NEP % NEP 2 (40.00) (5.12)

MORTERO

3

(60.00) (7.69)

5 25

(100.00) (12.82) (100.00) (64.10)

1 1 2

(25.00) (2.56) (25.00) (2.56) (50.00) (5.12)

TOTAL ITÁLICA AFRICANA COCINA

CAZUELA ALTA CAZUELA BAJA TAPADERA

4

(100.00) (10.25)

COMÚN IMPORTADA AFRICANA

BOL

1

(11.11) (2.56)

CUENCO JARRA JARRITA

3 1 3

(33.33) (7.69) (11.11) (2.56) (33.33) (7.69)

OLPE

1

(11.11) (2.56)

9

(100.00) (23.07)

13

(100.00) (33.33)

1

(100.00) (2,56)

39

(100.00) (100.00)

TOTAL AFRICANA COMÚN IMPORTADA ORIENTAL TOTAL

JARRITA

El primer ( ) del % NEP representa el % de la forma según el origen. El segundo ( ) del % NEP representa el % de la forma según su origen dentro del conjunto de las importaciones de cerámica común.

Con 39 piezas representa el 5.76% de la cerámica. Un 74.35% son formas de cocina y el 25.64% restante de mesa. Dentro del grupo de cocina, los porcentajes están equilibrados entre plato, cazuela alta, cazuela baja y mortero, aunque las tapaderas representan el 62.06% de la cocina importada, y el 46.15% en el conjunto de las importaciones de cerámica común. Esto último, unido al escaso número (3 piezas) de platos, hace pensar que muchas de las tapaderas funcionarían como platos, lo que concuerda con el reducido número de ollas o cazuelas que irían con estas tapaderas. En el grupo de mesa están las formas cerradas, como jarra, jarrita y olpe, y las formas abiertas como bol y cuenco, todas con escasos ejemplares, exceptuando las jarritas y cuencos algo mejor representadas. Hay tres grandes grupos geográficos: Italia, África y Mediterráneo Oriental. Las Itálicas, con 25 individuos, representan el 64.10% de las importadas. Habría tres producciones itálicas: la de Campania, el Rojo Pompeyano y otra de probable origen centro itálico o lacial. Destaca la ausencia de ollas y morteros campanos, mayoritarios en época tardo-republicana, ahora sustituidos por los centro-itálicos. De Campania llegan tapaderas y las cazuelas bajas, las primeras con unos porcentajes muy elevados. El repertorio campano se compone de cazuela de borde bífido, tipo LT 6 c, un ejemplar, y tapadera, LT 7, en sus variante a, b, c, la primera destacada con 14 ejemplares y las dos restantes con un único ejemplar (LATTARA 1993: 357-362). De origen centro itálico o lacial son las cazuelas altas Celsa 79.28 y Dramont D IV A, var. (Joncheray 1974: Lám. 4a). De la primera de ellas, Aguarod (1991: 99) sugiere un origen entre Italia del centro y del sur. Otras formas son los morteros Dramont D1, con 3 ejemplares. Las importaciones africanas, con 13 individuos, representan el 33.33% de la cerámica común importada. Se distingue la Africana de Cocina “clásica” y un grupo (Común Importada Africana) de formas de mesa cuyas características de pasta y engobe hacen pensar, con reservas, en su procedencia africana. De la clásica, escasa, está la cazuela baja y la tapadera. De la Común Importada Africana sólo hay formas que no van al fuego: bol, cuenco, jarra, jarrita y olpe, que son un 23.07% de las importaciones de cerámica común. De la producción clásica destaca la tapadera Ostia II, 302 y la cazuela Ostia II, 306. Interesa su aspecto cronológico, por la llegada a Valencia, aunque en porcentajes mínimos, de cerámica de cocina africana ya en época tardoaugustea. Hasta ahora su presencia sólo se había detectado en contextos flavios (Marín 1995: 163). Se retrotraería la cronología del tipo Ostia II, 314 al menos a finales del Principado, pues hasta ahora sólo se había atestiguado en contextos flavios de Ostia (Tortorella 1981: 218), siguiendo la más reciente tendencia general, tal como ocurre en otros lugares, de adelantar algunos tipos de esta producción a época de Augusto (Ostia) o julio-claudia (Tarragona) (Aquilué 1989; 1995).

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Los materiales de época augustea de Valentia: símbolo de una etapa precaria o muestra del inicio del renacer de la ciudad A. Ribera

La Común Importada Africana presenta un repertorio de mesa, con formas abiertas, como bol y cuenco, y cerradas, como jarra, jarrita y olpe. Aunque no hemos encontrado paralelos exactos, sí parece que en el norte de África, concretamente en Cartago, hay formas locales que guardan bastante semejanza (Fulford, Peacock 1994), como algunos tipos de Cartagena, que se consideran una producción local (Pérez, Borreda, Cebrian 1994: fig. 11, 5-6). Cerámica Común Local-Regional Engloba producciones de cocina y de mesa de pastas oxidantes y reductoras. Está representada por 77 ejemplares, un 11.37% de la cerámica. Las formas representadas son: jarra (9.09%), ollita (9.09%), tapadera (36.36%), olla (44.15%) y patina (1.29%), porcentajes referidos al conjunto de la cerámica común regional. Cerámica Común Oxidante y Reductora de Mesa Es el grupo más numeroso, con 211 ejemplares, el 31.16% de la cerámica. Agrupa tanto cerámica oxidante (91.94%) como reductora (8.05%). Engloba diferentes formas no destinadas al fuego y que no se pueden adscribir a las importaciones. No hay que descartar que algunas sean locales o regionales. En las oxidantes destaca el número de jarras Vegas 44 o asimilable, con 102 ejemplares, casi 1/6 de todo el conjunto. También aparecen jarras con cuello cilíndrico y largo, con dos asas, jarritas de un asa y el pequeño olpe. Otras formas son el bol de borde recto diferenciado y pie anillado corto; el gran cuenco de borde subtriangular y base ligeramente cóncava, la olla de provisiones de borde vuelto y decoración de digitaciones, el plato de borde bífido, el plato de borde reentrante y pie corto anillado y las tapaderas. Entre las reductoras destacan los cubiletes con las superficies bruñidas, de posible origen catalán, la pequeña pátera; la tapadera de borde diferenciado y ranura interna y el guttus con decoración a ruedecilla, pico vertedor y asa. También habría posibles jarras y jarritas. Otras Cerámicas y Materiales Constructivos Los escasos fragmentos de dolia representan el 0.14% de la cerámica, 2 opérculos de ánfora y dos tejuelos el 0.29%. También destacan 15 pondera cerámicos, mayoritariamente troncopiramidales o paralelepipédicos. Los materiales de construcción, tégulas, ímbrices, ladrillos, estuco, piedra, etc. son el 4.49% del total de materiales. Vidrio Las cinco piezas representan el 0.66% del total. Hay un removedor de cuerpo estriado Isings 79 y 3 ejemplares de bol sencillo con acanaladuras internas y paredes exvasadas, todos asimilables al tipo Hayes Fig. 1, 42-44. En estos momentos el vidrio era escaso y caro, y mayoritariamente procedía del Mediterráneo oriental, como los boles Hayes 42-44, de probable origen de Siria-Palestina (Hayes, 1975) y de los años finales del siglo I a.C. y primeros años del I d.C. Restos Faunísticos El material faunístico ascendió a 3.112 fragmentos, de los que se identificó 1929. El cerdo (Sus domesticus) es la especie más representada y en un segundo término los ovicápridos. La presencia de bóvidos era marginal, y más aún las especies silvestres (cérvidos y lagomorfos). El que el cerdo sea la especie más representada no coincide con el espectro taxonómico general de esta época, donde un posible basurero albergaría mayor proporción de ovicápridos. Este conjunto no respondería a los desperdicios de un basurero o del procesado de una carnicería. Parecen restos de consumo antrópico y que inmediatamente se arrojarían al pozo. No hay que olvidar la potencia de la acumulación y el breve espacio de tiempo en que se produjo. Conclusiones Este gran conjunto tardo-augusteo sería coetáneo al pecio de Grand Ribaud D, fechado entre 8 a.C. y 9 d.C., al presentar un conjunto de aretinas como las de Haltern. En el pozo encontramos la mayoría de las formas de este naufragio (C-4, 13, 14, 18.2, 22.1 y 23.1), donde también aparecen otras más modernas, como la C-26.1 y la 33.1 y alguna más antigua (C-10). Sus ánforas son en su mayor parte Dr. 2-4 itálicas, pero también Dr. 2-4 y 7-11 hispánicas (Hesnard et al. 1988), que también encontramos en el pozo. Otro pecio de los primeros años del s. I d.C. sería el de Ladispoli, con sigillata aretina de este momento, ánforas Dr. 2-4 y Haltern 70 y barniz rojo pompeyano (Gianfrotta, Hesnard 1987), lo que también encuentra su correspondencia en el relleno de este pozo.

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Un importante depósito de materiales de principios del s. I d.C apareció en la Longarina, cerca de Ostia. De entre sus casi 200 ánforas, se encuentran prácticamente las mismas formas (Hesnard 1980) que en el pozo de Valencia, con lo que vemos corroborado de nuevo la datación a fines del reinado de Augusto. Delimitar con claridad este gran conjunto cerámico entre el 5 a.C. y el 5 d.C. o entre el 1 y el 10 d.C., es la principal aportación ceramológica de este extraordinario depósito arqueológico, caracterizado por: – la abundancia de capas de ceniza y carbones en buena parte del relleno del pozo. – la gran cantidad de cerámica recuperada, 677 piezas, y el buen estado de conservación general de las mismas. – la gran cantidad de cerámica de mesa, sobre todo copas y vasos de beber, entre los que hay algunos cálices en diversas producciones (sigillata aretina, paredes finas, ibérica), así como la extraordinaria abundancia de jarras (Vegas 44) relacionadas con el escanciado de líquidos. – el anómalo predominio de los suidos entre la numerosa fauna recogida. – el estrecho y bien definido margen cronológico, entre 5 y 10 años, de las cerámicas, lo que habla de la homogeneidad del conjunto y de la rapidez del proceso de colmatación. – la curiosa coincidencia de un hacha y la abundancia de cerdos, con la lucerna que representa el sacrificio de un suido. Todo lo expuesto no encaja muy bien en darle a este relleno una finalidad utilitaria y cotidiana, ya que sí se quería cegar el pozo hubiera sido más fácil hacerlo con escombros y desechos de material de construcción o tierra. Es más fácil explicarlo si suponemos un depósito ritual. Este tipo de episodios no eran nada extraños en el mundo romano y se manifiestan bajo un amplio repertorio formal (Merrifield 1987; Woodward 1992), como se ha visto en Valencia, relacionados con el momento de la fundación de la ciudad republicana (Marín, Ribera 2002; Ribera en prensa). El origen de este supuesto depósito votivo también se correspondería con la fundación de la ciudad, aunque en esta ocasión sería la segunda, la construida sobre las ruinas de la primera, arrasada por Pompeyo en el 75 a.C. (Ribera, Calvo 1995). De hecho, en Valencia, prácticamente no aparecen materiales entre esa destrucción y el relleno del pozo, más o menos, entre 75 y 10 a.C. Al mismo tiempo, sería significativo el fenómeno inverso, que a partir de las fechas del relleno del pozo, vuelven a encontrarse materiales y los primeros indicios constructivos de que la ciudad vuelve a habitarse (Ribera 1981; 1998). El volumen y la cantidad de piezas de este anómalo depósito superan, con creces, al del resto de los otros depósitos votivos similares de Valencia, que fueron considerados de índole más privada que pública. Para este caso, sería factible imaginar un sacrificio u ofrenda de carácter más general, habida cuenta que participarían muchas personas y a que tendría lugar en una zona pública como el santuario probablemente dedicado a Asklepios. La presencia de edificios públicos relacionados con fuentes y pozos es frecuente en el interior de muchas ciudades, tanto de las Galias (Nimes, Glanum,..) como de Hispania (Baelo, Valeria,..) y en muchas su mismo origen estaba relacionado con estos pozos o nacimientos de agua, que solían ser objeto de especial atención y veneración. En nuestro caso, nos quedaría la duda sobre si el objeto de la ofrenda fue venerar las aguas del lugar o un acto propiciatorio iniciatico de los nuevos habitantes, o ambas cosas a la vez. El primer caso esta bien repetido a lo largo del imperio romano, tanto a una reducida escala rural (Guiraud 1992), como en grandes santuarios urbanos, como el de Bath en Inglaterra (Cunliffe 1996; Woodward 1992). Pero la naturaleza del resto de los hallazgos cuadraría mejor con el segundo supuesto. Fosa de la calle de les Teneries En 1990, una trinchera de prospección, de sólo 3,50 por 0’80 m, a 2,20-2,80 m de profundidad, apareció rellenada de materiales romanos, especialmente fragmentos grandes de ánforas. Fue imposible de delimitar por las reducidas dimensiones del área excavada, ya que se extendía más hacía el norte y el sur. Este lugar se encuentra al oeste de la ciudad, alejado 100 m de la ciudad romana pero a unos 15 m de uno de los canales fluviales que ceñían la muralla islámica, de la que sirvió como fosa defensiva. CLASE

FORMA

CANTIDAD

Ánfora hispánica

Tarraconense I Pascual 1 Indeterminada Dr. 1A Lamb. 2

1 borde, 2 pivotes, 2 asas 2 bordes 4 bordes 1 borde 3 bordes, 1 con marca ilegible, 1 pivote, 2 asas

Kos

Borde

Ánfora adriática Ánfora griega

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CLASE Ánfora itálica

FORMA Dr. 1B Dr. 1C Indeterminada

CANTIDAD 4 bordes 1 borde, 1 pivote, 2 asas 3 pivotes, 5 asas

Ánfora púnica

Tripolitana I Maña C-2 Maña E

1 borde 4 bordes, 2 pivotes 1 asa

Ánfora indeterminada

Dr. 1 Indeterminada

4 bordes 1 borde, 6 pivotes, asa con marca: …ABASE, 24 fragmentos

Itálica de cocina

Tapadera

1 borde

Común oxidante

Jarra

1 borde

Común reductora Dolium

Olla Indeterminada

2 pies 1 fragmento

Ibérica lisa

Orza

1 borde

Material de construcción Tegula Imbrex

2 bordes 1 borde

Estos materiales son claramente de la segunda mitad del s. I a.C. y serían un modesto testimonio de cierta actividad comercial relacionada con el cercano río. Fosa de les Corts valencianes En las extensas excavaciones del solar sobre el que ahora se levanta el hemiciclo de les Corts Valencianes, en una pequeña área, entre los niveles de la destrucción de Pompeyo del 75 a.C. y la casa del s. I d.C., se diferenció un relleno de ánforas, del que se recompusieron 2 piezas enteras (Fig. 6): 1 Tarraconense 1, erróneamente publicada como una Dr. 7-11 de la Bética, y una Pascual 1, atribuida a una Dr. 2-4 (Marín, Matamoros 1994: 192), sin el borde y con una marca impresa, MEVI, del conocido alfarero Mevius, de origen osco, muy abundante en Campania y en Pompeya, donde llegaron a ser duoviri a mediados del s. I a.C.. La misma marca sobre este tipo de ánfora se repite en el pecio de Gruissan, cerca de Narbona, y en Badalona (Márquez, Molina 2005: 226-227; Pena 1998: 306-307), donde son muy abundantes (Comas 1997: 28). También aparecieron fragmentos de bordes de otra Tarraconense 1, Dr. 1A y una tinaja ibérica, además de las formas Lamb. 1 y 5 de cerámica de barniz negro, seguramente de calena tardía, paredes finas, cerámica común, dolium y pondus. Este conjunto, tanto por su ubicación estratigráfica como por el contenido intrínseco, encaja en lo que sería el panorama anfórico de la segunda mitad del s. I a.C. La coexistencia de la Tarraconense 1, de 40-10 a.C., y la Pascual 1, 20 a.C. y 20 d.C. (López, Martín 2008: 697 y 700), y la marca MEVI, centraría aun más su fecha entre 30-10 a.C., claramente anterior al grupo de ánforas del gran pozo de l’Almoina, en el que ya han desaparecido estas formas y dominan las béticas. La época de Tiberio Las termas de la calle Cabillers En los niveles de construcción de las termas levantadas sobre la fosa de la muralla republicana se recuperaron materiales de época Tiberio o de los inicios de Claudio, pendientes de un estudio más detallado. De sigillata aretina se identificaron las formas Goud. 6/Cons. 10.1, Goud.9, 11, 13, 21, 27/Cons. 22.1, Goud. 30b/ Cons. 4.5, 32, 36 y 38 y de sudgálica la Drag. 27, además de un sello SCOTI, del alfarero Scottius de la Graufesenque, que trabajó entre Augusto-Tiberio y Nerón (Oswald 1931, pag. 285), lo que daría una fecha a partir de 30-40 d.C. para la construcción de los baños (De Pedro, Dies, Porcar 1989). Una Ofrenda en el Decumanus En las excavaciones de l’Almoina, por debajo del decumanus maximus, se diferenció un relleno de textura arenosa, con abundantes carbones. Esta zona reducida, de una extensión de 2,5 x 2 m, se superponía a los rellenos de la destrucción de Pompeyo del 75 a.C. (Ribera, Calvo 1995), que amortizaban la vía republicana. Estaba por debajo del pavimento de la

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calle del s. I d.C. y rodeada por los rellenos preparatorios de este importante eje viario. Lo más destacable fue la anómala concentración de abundante material cerámico, bastante entero, mientras que en el resto de la calle, de la que se llegaron a excavar 50 metros, apenas se encontró material y siempre muy fragmentado. Se recuperaron varias piezas aplastadas de sigillata aretina, cubiletes de paredes finas, vasos ibéricos, una imitación de crátera de volutas, un gran lagynos de cerámica bruñida o espatulada, junto a otros hallazgos, y lo que resultó más interesante, un asta de ciervo (Fig. 7) (Álvarez et al. 2003). Inventario CLASE

FORMA

CANTIDAD

INVENTARIO

Sigillata aretina

Cons. 13.2.1 Copa Cons. 14.4.1 Cons. 33 Drag. 11 Plato indeterminado Indeterminada

2 bordes, 1 pie Perfil. Marca ilegible en cartela circular 1 fragmento 1 pie 1 pie con marca CVB 4 pies, 17 fragmentos

7467-31 7467-30

Campaniense A

Indeterminada

7467-8

1 borde, 2 pies, 6 fragmentos

Campaniense de Cales Media Indeterminada

1 pie, 6 fragmentos

Imitaciones de barniz negro en pasta gris

Lamb. 18

1 borde

7467-32

Paredes Finas Reductoras/ Grises

López Mullor LVI Mayet X Mayet XIV López y Estarellas XXIA Símil Mayet XXVIII /Marabini XLII Indeterminados

1 borde 1 borde, 1 base 1 perfil completo 6 bordes, 2 bases 1 perfil completo 2 bases, 52 fragmentos

7467-43 7467-44- 53 7467-35 7467-39, 40, 41, 42 7467-11

López y Estarellas 3D Mayet / López Mullor X López y Estarellas 10C Mayet / López Mullor IVb Mayet XIV Símil Mayet XXVIII /Marabini XLII Mayet/López XXXII / Marabini LXI Mayet/López XXXV/Marabini XXXVI Paredes Finas de Pasta Clara López Mullor 3C Mayet XII – XIV ? Mayet XI ? Símil Mayet LII López Mullor LXI /Marabini LVIII Mayet / López Mullor XII Indeterminados

1 borde 1 borde, 2 bases 1 borde 1 borde 1 perfil completo, 2 bases 1 perfil completo 3 bordes 3 bordes

7467-38 7467-52, 54, 55, 59 7467-51 7467-48 7467-5, 56 7467-6 7467-37, 45, 46 7467-47

1 base 1 borde 1 fragmento de carena 1 pico vertedor, 1 filtro 1 borde 1 borde 12 bordes, 4 asas, 2 bases, 62 fragmentos

7467-57, decoración tipo 3ª

Paredes Finas Itálicas

Indeterminado

1 fragmento

Lucerna Imperial

Den III Den IVA Den IV-V Dr. 4

1 fragmento de disco 1 fragmento de voluta 2 fragmentos de borde 2 perfiles completos

Ánfora itálica

Dr. 1A Indeterminada

1 borde 1 pie, 2 asas, 13 fragmentos

Ánfora adriática

Lamb. 2 Indeterminada

1 borde 2 asas, 8 fragmentos

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7467-50 7467-36 7467-49 34 fragmentos con decoración

7467-3 y 13

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CLASE

FORMA

CANTIDAD

INVENTARIO

Ánfora betica

Dr. 7 Dr. 12 Dr. 28 Haltern 70 Indeterminada

1 borde 1 pie, 16 fragmentos 1 borde 1 asa 4 fragmentos

7467-14

Ánfora indeterminada

Indeterminada

2 asas, 30 fragmentos

Itálica de cocina

Tapadera, Lat. 7A Tapadera, Lat. 7B Mortero Lat. 8 Indeterminada

1 borde 1 borde 1 pie 6 fragmentos

Rojo Pompeyano

Plato Lat. 13

1 perfil

7467-4

Africana de cocina

Tapadera Patina borde bífido, Ostia II, 306

1 borde 1 borde

7467-22 7467-23

Común oxidante espatulada

Laginoi marrón oscuro

Entera

7467-2/

Común oxidante

Colador/filtro Cratera Cuenco Jarro Olpe Olla Lebes Jarro Vegas 44 Jarro Vegas 43 Indeterminada Indeterminada

1 fragmento 1 asa 1 perfil, 4 bordes 2 bordes 1 borde 3 bordes 1 perfil, 2 bordes 1 borde 1 perfil, 1 borde 6 bordes, 10 pies, 14 asas, 258 fragmentos 57

Olla Botellita Olla 237

5 bordes 1 borde 7 fragmentos Perfil completo

Ibérica decorada

Kalathos Tinajilla Botella, Marín 26,2 Kalathos labio moldurado Indeterminada

4 bordes 1 borde 1 borde 1 borde 1 pie

Ibérica lisa

Ánfora Kalathos Plato Tinajilla labio moldurado Indeterminada

1 asa, 9 fragmentos 1 borde 2 bordes 1 borde 1 pie

Pondus

Troncopiramidal

Entero

Común oxidante local Común reductora Dolium Gris emporitana

7467-29 7467-21 7467-20 7467-16 7467-10 7467-18 7467-17 y 19 7467-24 7467-25

7467-1 7467-27 7467-28

7467-26

7467-15

Pasta vítrea

Cuenta

Entera

7467-33

Metal

Clavo de hierro Hierro Anillo de bronce

4 enteros, 1 borde, 4 puntas 3 fragmentos Entero

7467-33

Fauna

Cáscara de huevo Asta de ciervo

2 fragmentos

Malacología

Conchas marinas

3 fragmentos

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7467-12

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Sigillata Aretina Pocas piezas, con cuatro formas, una decorada, un cáliz Drag. 11, y tres lisas, dos casi enteras y un pequeño borde de la forma Cons. 33. De estas formas, dos, la Cons. 14.4 y la 33, no las encontramos en el gran depósito votivo de l’Almoina (Albiach et al. 1998) por su fecha un poco más tardía, -15/ 15 para la Cons. 14.4, y 0/ 50 para la 33, lo que encajaría con las fechas tiberianas de otros materiales de esta nueva ofrenda. Cerámica de paredes finas (Fig. 8) Constituyen el grupo más significativo y numeroso de este peculiar conjunto. Presentan pastas reductoras y oxidantes, procedentes de Ibiza, Cataluña e Italia meridional: Las producciones catalanas son de pasta gris, depurada, con abundantes desgrasantes micáceos. Las ibicencas son bastante depuradas y se componen de pequeños desgrasantes calizos y mica plateada. Las piezas más abundantes suelen ser las de pasta gris, aunque también las hay de pastas claras e incluso bicolores. Carecen de engobe y algunas presentan decoración incisa a ruedecilla (López, Estarellas 2002: 230-1; López, 2008). Las itálicas tienen pasta rugosa anaranjada casi rojizo, con cal, mica y abundantes desgrasantes volcánicos negros. La gran mayoría probablemente proceden de Ibiza. Las formas IVb, X, XII, XIV, XXXII y XXXV de este depósito presentan unas características técnicas y morfológicas comunes a las piezas del santuario mallorquín de So n’Oms, procedentes de Ebusus, con una cronología entre 20/10 a.C. y 50 d.C. Algunas de las formas de este depósito votivo son habituales en necrópolis, santuarios o grutas sepulcrales de las Baleares. En el depósito mallorquín hay una supremacía absoluta de las paredes finas ebusitanas entre los reinados de Augusto y Tiberio, superando los porcentajes de las itálicas y de las béticas, hasta mediados del s. I d.C. en que se inicia su declive (López, Estarellas 2001: 113). Los talleres ebusitanos de imitación de prototipos itálicos cobrarían importancia a partir de época augustea (López, Estarellas 2002: 229-250; López 2008). Los paredes finas itálicas, predominantes en el pozo augusteo de l’Almoina (Albiach et al. 1998) prácticamente han desaparecido en este conjunto. Los productos ibicencos decaen hacia el final del reinado de Claudio o principios del de Nerón, cuando las producciones béticas sustituirán a las ebusitanas (López, Estarellas 2002: 230; López 2008). La ausencia de vasos de paredes finas decorados a la barbotina indicaría que este depósito es anterior a la segunda mitad del siglo I d.C. (Mayet 1975: 78-9). Lucernas Fueron halladas 2 lucernas Dres.4/ Den.II. En el pozo votivo de la Almoina también había una lucerna de este tipo (Albiach et al. 1998: fig. 9, 60328-202). Las lucernas Dressel 4, Vogelkopflampen o “de cabeza de pájaro” son propias del período imperial. Se le supone un origen centroitálico, cronología augustea y desaparición en los primeros años de Tiberio (Morillo 1992: 51-52). Asimismo, había fragmentos de Den. III, Den. IVA y Den. IV-V. Ánforas Había restos de varias ánforas, mayoritariamente béticas de vino, Dressel 28, y de vino y aceitunas, Haltern 70 (Laubenheimer 1990: 115-116), así como de salazones Dressel 7 y Dressel 12. Al igual que en el pozo ritual, se nota la ausencia de ánforas oleárias. Ambas coincidencias podrían hacernos pensar en dos rituales fundacionales muy similares. Cerámica Itálica de Cocina Aparecieron escasos fragmentos de tapaderas LT 7A y B, de mortero LT 8 y una gran cazuela (patina) de Rojo Pompeyano, LT 13, todos de talleres campanos. Cerámica Africana de Cocina Aunque minoritaria, se constatan sus primeras producciones, como la tapadera asimilable al tipo Ostia II, 302, que aparece en época de Augusto (Aquilué 1989), perdurando durante todo el siglo I d.C. Otro caso sería la pátina Ostia II, 306. Se data de época de Tiberio hasta la primera mitad del siglo II d.C. (Atlante 1981: 216; Aquilué 1995: 67). Son habituales en contextos flavios de Valentia (Marín 1995) y ya se conocen en el pozo votivo (Albiach et al. 1998). Común Importada Indeterminada Destaca una forma asimilable al lagynos griego (Pierobon 1979) con fina pasta de cocción oxidante, de color claro, con superficies finas y lustrosas, y un acabado en un espatulado vertical, principalmente en el cuello. Su funcionalidad en el mundo

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helenístico era contener vino para los banquetes. Aunque de origen griego, se imitó en diferentes áreas del Mediterráneo. Del barrio de los ceramistas de Benevento procede un ejemplar muy afín al nuestro (Cipriano, De Fabrizio 1996: fig. 10, 4). En la Galia, hay producciones de laginoi similares en los talleres de época augustea de Bram (Passelac 1996: fig. 3, 3-4) y también hay una producción local de laginoi en Cartagena (Pérez, Borreda, Cebrian 1995: 195-196, fig. 12, 3). Común Oxidante de Mesa Es uno de los grupos mejor representados. Probablemente son producciones locales/regionales. Destacan los jarros asimilables a los tipos Vegas 43 y Vegas 44, habituales en otros contextos augústeos de Valentia (Albiach et al. 1998: fig. 16). Una pieza interesante de labio moldurado (pico de ánade), se asimila al lebes ibérico, aunque con características técnicas alejadas a las ibéricas. Un pequeño cuenco imita a la copa Cons. 14 de sigillata aretina. Otro fragmento decorado con voluta pertenecería a un recipiente tipo crátera. Hay una olla de pasta oxidante, similar a las ollas reductoras, de borde exvasado vuelto de tradición indígena y habituales hasta el siglo I d.C. Común Reductora de Cocina Se reduce a una olla similar al ejemplar anterior. Cerámica Gris Emporitana Hay un cubilete con profusa decoración ondulada en el cuello y parte del cuerpo. Se asimila a la Forma 237, propia de contextos augústeos y posteriores (Casas et al. 1990; 1995). Cerámica Ibérica Hay fragmentos de 14 vasos de 4 formas de los grupos de transporte y almacenaje, despensa, actividades domésticas y artesanales y la vajilla de mesa, lo que supone un repertorio formal y funcional amplio, que contrasta con la reducción que a nivel formal parece producirse en otras zonas (Abascal 1992). Destaca el kalathos, con más de un tercio de los vasos. Los motivos decorativos son estandarizados, bandas y filetes y semicírculos concéntricos, siguiendo las líneas trazadas ya en el período ibérico final. Conclusiones Conjunto básicamente formado por pequeños vasos, la mayor parte de paredes finas, pero también de sigillata aretina, imitaciones de barniz negro, cuencos de cerámica común, jarras y olpes, destacando el gran laginoi. Las cerámicas de cocina se reducen a dos cazuelas, una de rojo pompeyano y otra africana. Su datación no presenta problemas, gracias a las numerosas paredes finas del reinado de Tiberio, diferentes de las de mediados del s. I d.C. de la Betica y las decoraciones a la barbotina, como las del pecio de Pont-Vendres II, de Claudio (Colls et al. 1977). Los restantes materiales confirman esta misma época, caso de la sigillata aretina, las cerámicas comunes y las ánforas. Como la mayor parte de las cerámicas aparecieron aplastadas y dispuestas alrededor de un asta de ciervo, ocupando una superficie bastante reducida, formarían parte de una libación propiciatoria de líquidos, efectuada al inicio de los trabajos del viario principal, ya que este lugar fue rápidamente cubierto por los rellenos sobre los que se alzó el decumanus maximus. No habría excavación para ocultar bajo la tierra los utensilios de la ceremonia, sino que se procedería a su cubrición inmediata, quedando tapados y aislados los objetos que habían intervenido en la ofrenda. Este depósito, situado muy cerca del cruce entre el cardo y el decumanus maximus, atestigua que esta importante zona fue altamente propicia para realización de ofrendas que precedieron a la ejecución de la vía pública. Al menos, esta es la interpretación que proponemos para explicar esta anómala concentración de cerámicas. En otros lugares del imperio también se dan ofrendas junto a las vías romanas (Di Giuseppe, Serlorenzi 2009; Zanda, Betori 2002). Este grupo de materiales de la época de Tiberio supone en sí mismo una novedad dentro de lo poco que se conoce en Valencia de la primera mitad del s. I d.C. y permite ir completando la aun desconocida evolución de la ciudad en estos momentos. El relleno del pozo del santuario lo interpretamos como el resultado de un gran sacrificio de carácter público que vendría a marcar el inicio de la nueva Valentia tras el largo abandono que siguió a las guerras sertorianas (Ribera en prensa). Este nuevo hallazgo confirmaría de alguna manera esa interpretación, ya que enlaza con ella al mostrar un nuevo avance en el proceso reurbanizador, aunque también evidencia el ritmo lento de la reconstrucción a lo largo de la primera mitad del s. I d.C.

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LAS NECROPOLIS De este momento también se conocen algunas tumbas en el lejano cementerio occidental de la calle Quart (Rosselló, Ruiz 1996), donde, a primera vista, parece haber un lapso entre la fase republicana y la imperial. La falta de un estudio de detalle de los materiales de este cementerio impide precisar más. CONSIDERACIONES FINALES Los hallazgos, aun escasos, van aportando información para comprender mejor el funcionamiento de esta etapa, que poco a poco va adquiriendo una cierta entidad. Debido a que por todas partes la gran reforma de la etapa flavia arrasó con las construcciones anteriores, los restos recuperados han sido especialmente poco significativos. Lo más destacado ha sido, en la ultima campaña de l’Almoina, la constatación por primera vez de la probable existencia de un foro de esta primera fase imperial, lo que significa un gran avance para seguir la lectura de la evolución urbana de Valencia, ya que pone de manifiesto que esta primera ciudad imperial se organizaría a partir de los referentes urbanos de la etapa republicana, como también se comprueba con el viario, que tanto en el cardo como en el decumanus maximus, se perpetúa en el mismo lugar, como atestigua el peculiar depósito ritual aparecido por debajo del viario y que muy bien se podría interpretar como una ofrenda propiciatoria del gromático como paso previo a la nueva instalación de la red viaria, que normalmente coincidiría con la de la etapa republicana, aunque en algún caso, como el decumanus republicano situado al sur de las termas, que desapareció al ser ocupado por muros de esta época, se registran cambios, en todo caso, asociados a una nueva reestructuración del espacio, que mantuvo los ejes principales. La entidad de esta nueva refundación de la ciudad sería bastante modesta, porque aprovechaba algunos de los edificios aún existentes, como las tabernae y el horreum, cuyas amplias y largas naves fueron compartimentadas en varias habitaciones, o el santuario, que, con algunas modificaciones, como el pavimento de spicatum y signinum y los muros que se colocan en la piscina o el pozo casi cegado, seguiría como tal hasta fines del s. I d.C. Con la excepción del gran deposito ritual del santuario, la distribución de los hallazgos de la etapa augustea, de momento, indicaría una frecuentación esporádica, ya que se distribuyen muy cerca de la vía principal o en las cercanías de los cursos fluviales, y no van asociados a construcciones inmediatamente posteriores. Por el contrario, los también muy escasos contextos de la época de Tiberio, ya se relacionan con actividades edilicias, como el depósito ritual del decumanus o los materiales del momento de edificación de las termas de la calle Cabillers. A partir de este momento, pues, se iniciaría la reconstrucción de la ciudad. BIBLIOGRAFIA ABASCAL, J.M. 1992: La cerámica pintada de tradición indígena en las áreas ibéricas de la Hispania Romana, Les ceràmiques de tècnica ibèrica a la Catalunya romana (segles II aC-I dC), Societat Catalana d’Arqueologia, 91-96. AGUAROD, C. 1991: Cerámica Romana Importada de Cocina en la Tarraconense, Institución Fernando El Católico, Zaragoza. ALBIACH, R., MARÍN, C., PASCUAL, G., PIÀ, J., RIBERA, A., ROSSELLÓ, M., SANCHIS, A. 1998: La cerámica de época de Augusto procedente del relleno de un pozo de Valentia (Hispania Tarraconensis), S.F.E.C.A.G., Congrès d’Istres, 139-166. ALBIACH, R., ESPÍ, I., RIBERA, A. 2009: El agua sacra y su vinculación con el origen y el desarrollo urbano de una fundación romana. El santuario (¿Asklepieion?) de Valentia (Hispania), en P. Mateos Cruz, S. Celestino Pérez, A. Pizzo, T. Tortosa (Coord.), Santuarios, oppida y ciudades: arquitectura sacra en el origen y desarrollo urbano del Mediterráneo occidental, Anejos de Archivo Español de Arqueología, Madrid. ÁLVAREZ, N., BALLESTE, C., ESPÍ, I., MAÑEZ, J., MARÍN, C., PASCUAL, G., RIBERA, A., ROSSELLÓ M. 2003: Las cerámicas de tres nuevos depósitos votivos de fundación de las excavaciones de l’Almoina (Valencia), S.F.E.C.A.G., Congrès de Vienne, 369-396. AQUILUÉ, X. 1989: Algunas consideraciones sobre el comercio africano. Tres facies características de la cerámica común africana de época alto-imperial, Empúries 47, Barcelona, 210-221. AQUILUÉ, X. 1995: La cerámica común africana, Cerámica Comuna Romana d’época Alto-Imperial a la Peninsula Ibèrica. Estat de la Qüestió. Monografíes Emporitanes VIII (1994), Empúries, 61-74.

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Notes

1. SIAM Ajuntament de Valencia C/ Traginers s/n 46014 Valencia [email protected] 2. Agradecemos M. Luisa Serrano, directora de esta excavación, su habitual colaboración y generosidad a la hora de facilitar el acceso a estos materiales.

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Figura 1. Plano de Valentia Republicana. Hallazgos de época de Augusto y Tiberio. Protoaugusteo: 1: horno de l’Almoina. 2: horno de la plaza de Cisneros. 3: relleno de la fosa republicana, Augusto: 4. Deposito ritual del santuario de l’Almoina. 5: fosa de la calle Tenerias. 6: fosa de las Cortes Valencianas. 7: mosaico de la calle Roc Chabàs. Tiberio: 8: termas de la calle Cabillers. 9: ofrenda del decumanus Maximus de l’Almoina.

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Figura 2. Producción de paredes finas de Valentia a mediados del s. I a.C.

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Figura 3. Selección de materiales del depósito ritual del santuario de l’Almoina.

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Figura 4. Selección de materiales del depósito ritual del santuario de l’Almoina.

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Figura 5. Lucerna con la representación del sacrificio de un suido del depósito ritual del santuario de l’Almoina.

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Figura 6. Ánforas de la fosa de las Cortes Valencianas.

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Figura 7. Cerámicas de paredes finas del depósito ritual del decumanus de l’Almoina.

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Figura 8. El depósito ritual del decumanus de l’Almoina.

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