memoria histórica

Memoria histórica en España

Hoy hemos tenido la suerte de contar con la presencia del antropólogo Ángel del Río en una nueva sesión de aula abierta sobre memoria histórica, dedica a historia de nuestro país, más concretamente en la época de la guerra civil que abarcó nuestro país el siglo pasado. Una charla bastante interesante en la que conocimos algo más sobre la historia de nuestro país durante la Guerra Civil, después de esta, además de dar un repaso a la actualidad sobre este tema, lo que podrías decir historia viva.
Comenzó explicando que es el concepto de memoria histórica, como un concepto ideológico y relacionado con la historia con el afán de los grupos humanos para recordar su pasado y darle un valor y poder tratarlo con respeto y hacerlo respetar.
Abordamos el tema de los desaparecidos en la Guerra Civil española, aquellas personas que el bando nacionalista hizo desaparecer y que jamás se preocupó de ellas ni dejó que fueran buscadas, personas que acabaron en campos de concentración y fueron explotados y más tarde abandonaron sus cadáveres en el momento en el que esto fallecieron. Otros simplemente fueron fusilados y abandonados en cualquier cuneta o en una de las miles de fosas comunes que podemos encontrar en nuestro país. Sólo Camboya nos supera en el ranquin mundial de tumbas sin nombre. Ni siquiera en las guerras más crueles que se han dado en la historia ha ocurrido algo como lo ocurrido en España.
A todo esto debemos añadir la grave humillación a las mujeres de los fallecidos republicanos, a las que vejaban públicamente, las rapaban y violaban. Las usaban como carne de prostíbulo. Un exmilitar, llamado Gonzalo Queipo de Llano incitaba a la violación de estas mujeres mediante un programa radiofónico. Además este ser fue enterrado en la basílica de la Virgen de la Macarena que se encuentra en la capital andaluza, Sevilla. Se propuso la retirada de la tumba de Queipo de Llano, pero en vez de esto, los hermanos de la congregación católica lo nombraron hermano mayor honorífico. El único consuelo que nos puede quedar es bailar sobre una réplica de su tumba, vídeo que nos puso Ángel, en el que unas mujeres descendientes de fallecidos republicanos realizan esta acción.
Por otra parte, encontramos que en bando nacionalista si se han buscado a los fallecidos durante la guerra, no solo eso, sino que además reciben honores de estado, enterrados como grandes héroes luchadores por la paz de la patria. Se han dedicado grandes monumentos a esos patriotas, en casi todos los cementerios del país encontramos placas conmemorativas a esos fallecidos del bando que defendía el franquismo. Por cierto, en el cementerio de Madrid se encuentra la tumba del fallecido dictador cubano Fulgencio Batista, con todo lo que nuestro país condena a los dictadores. Mientras, dejan tirados en las cunetas a los republicanos.
El 14 de abril de 2004, con la celebración del día de la república, el Equipo Nizkor (grupo creado con el fin de preservar los derechos humanos) hacía público un informe titulado La cuestión de la impunidad que había en España y con respecto a los crímenes del franquistamo. Una década después hay una finalidad que se cumple: "crear conciencia" en torno a la Memoria Histórica de España. Y un "fracaso": el sistema, el Estado español, no asume "el problema de las víctimas republicanas del franquismo", declara el presidente del organismo internacional de los derechos humanos, Gregorio Díaz Dionis, en una entrevista que realizó con el diario Andalucía.
Otro tema a tratar es el del Valle de los Caídos como un monumento patrimonio nacional, en el que se da honor a los caídos en la Guerra Civil, pero solo los del bando de Generalísimo, además en este lugar se encuentra tumba del Caudillo Francisco Franco y la de Primo de Rivera, parece vergonzoso que se entierre con honores a dos personas que han sido los causantes de la muerte de tantas personas, responsables de una represión que hizo tanto daño a nuestro país. A ver donde se encuentra la tumba de Mussolini, Hitler o Ghadafi.
El solapamiento entre historia y memoria ha sido un debate dominante en España desde hace más de dos décadas. Destacó una obra pionera, con aportaciones importantes de varios investigadores del CSIC. Posteriormente, desde que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero planteó la llamada "ley de memoria histórica", el debate sobre los vencidos de la guerra civil sin un enterramiento digno, amplió las repercusiones del concepto de memoria más allá de las lindes académicas. En concreto, los lugares de enterramiento no convencional, como los que más arriba se indican, son las fosas comunes y las cunetas donde terminaban los fusilados en la Guerra Civil Española, cuya localización y destino son uno de los objetos principales de debate de la memoria histórica en España en los últimos años, siendo un caso particularmente divulgado el de Federico García Lorca; incluso con motivo del 70 aniversario (2006) se ha desatado una "guerra de esquelas".
Previamente se había producido cierta polémica con la retirada de la estatua ecuestre del general Franco que continuaba frente a los Nuevos Ministerios de Madrid. El destino del Valle de los Caídos también es puesto en cuestión, todo ello mientras se debate en el Congreso una ley para la recuperación de la memoria histórica que pretende compensar el olvido de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista. A raíz de la aplicación del concepto, convertido en un instrumento de movilización intelectual y social por Emilio Silva y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se ha suscitado un debate historiográfico muy vivo sobre la oportunidad del propio concepto de memoria histórica, que es rechazado por algunos.
Además nos habló de su labor en la búsqueda de personas desaparecidas y la localización de sus familiares para informarles que sabían del paradero de su pariente, nos cuenta la emoción de estas personas al poder saber que ha sido de su ser querido, el que quizás le contaron que fue una mala persona, pero que de ésta manera puede saber que en realidad murió por defender la libertad de su país.




Ángel Sánchez Alcobendas